EXHUMACIÓN DE UNA FOSA COMÚN DE GUERRILLEROS DE LA A.G.L.A EN VILLAREJO DE LA PEÑUELA (CUENCA)

September 6, 2017 | Autor: E. Garcia-prosper | Categoría: Dictadura, Arqueologia y antropologia forense y fisica, Interesado En La Guerrilla Antifranquista
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Descripción

EXHUMACIÓN DE UNA FOSA COMÚN DE GUERRILLEROS DE LA A.G.L.A EN VILLAREJO DE LA PEÑUELA (CUENCA) A Manuel Polo Solaz (1917-2009) (…) hasta que quede un pedazo de tierra tenemos que luchar hasta que tiremos al invasor. Chelva (Valencia), 12 de febrero de 1939 Polo Cerdá, M. (1); García-Prósper, E. (1); Cruz Rico, E. (1); Ruiz Conde, E. (1); Coch Ferriol, C. (1); Llidó Torrent, S. (1); Aler Gay, M. (2) (1) Grupo Paleolab. Apdo correos 6017. 46080 Valencia Web: www.uv.es/paleolab E-mail: [email protected] (2) UD. Medicina Legal. Universitat de València. Resumen Entre el 28 de abril y el 5 de mayo de 2007, se efectuó la exhumación de una fosa común de guerrilleros de la A.G.L.A (Agrupación Guerrillera de Levante y Aragón) en Villarejo de la Peñuela (Cuenca). Los hechos investigados corresponden al asesinato de los cuatro guerrilleros fallecidos el 16 de octubre de 1948 por las fuerzas de la Guardia Civil en un lugar conocido como Cerro de la Cabeza en el término municipal de Villarejo de la Peñuela, donde se asentaba un campamento. Los hechos están documentados en la Memoria Histórica Anual de la Comandancia de la Guardia Civil de Cuenca correspondientes al día 16 de octubre de 1948. No obstante, en ningún momento de la documentación analizada se hace referencia a la inhumación de los cuerpos. La recogida de testimonios ha permitido a lo largo de los últimos años situar la fosa en el interior del cementerio municipal de Villarejo de la Peñuela. El estudio antropológico forense permitió documentar que la fosa contenía restos humanos correspondientes a cuatro esqueletos, y que se han identificado genéticamente con los familiares vivos confirmando la identidad de tres de los cuatro guerrilleros. Los resultados ponen de manifiesto que los cuatro cadáveres presentan un cuadro común de politraumatismos en miembros superiores e inferiores (fracturas perimortem) de gran entidad cinética, así como traumatismos craneales severos e incompatibles con la vida y cuyo mecanismo de producción fueron lesiones por arma de fuego y aplastamiento por piedras de gran peso. Esta investigación ha permitido definir la verdadera realidad de este enfrentamiento históricamente documentado. Palabras clave antropología forense, AGLA, guerrilla, Cuenca, lesiones perimortem. Summary In the period between April 28 and May 5, 2007, the exhumation of a common grave of guerrillas belonging to the A.G.L.A (Agrupación Guerrillera de Levante y Aragón) took place in Villarejo de la Peñuela (Cuenca). The events investigated correspond to the murder of four guerrillas on October 16, 1948 by troops of the Guardia Civil at Cerro de la Cabeza in the municipal district of Villarejo de la Peñuela, where they had set up camp. The events are documented in the Memoria Histórica Anual de la Comandancia de la Guardia Civil de Cuenca and correspond to October 16, 1948. However there is no mention at all in the documentation of the inhumation of the bodies. The gathering up of testimonies over recent years has enabled the common grave to be located inside the municipal cemetery of Villarejo de la Peñuela.

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The forensic anthropological study enables us to document that the grave contained human remains corresponding to four skeletons with which there has been genetic identification with living family members/relatives, thereby confirming the identity of three of the four guerrillas. The results reveal that the four cadavers presented a common clinical manifestation of polytraumatism in the upper and lower limbs, (perimortem fractures) caused with great kinetic energy, as well as severe cranial traumatisms incompatible with life; the source of these injuries were produced by firearms and crushing under heavy boulders. This study has enabled the true circumstances of this historically documented clash to be revealed. Key words: forensic anthropology, AGLA, guerrilla warfare, Cuenca, perimortem lesions.

Introducción El presente trabajo resume una de las investigaciones desarrolladas por Grupo Paleolab y la asociación La Gavilla Verde desde septiembre de 2006 hasta diciembre de 2007, en el marco del proyecto de investigación “Recuperación de desaparecidos y represaliados por el franquismo durante el periodo guerrillero”. Este proyecto surge desde la Oficina de Desaparecidos de la asociación La Gavilla Verde (Santa Cruz de Moya, Cuenca) en 2003. El proyecto se tramitó a través del Ministerio de Presidencia, según Orden Ministerial PRE/3945/2005 de 16 de diciembre (B.O.E 17 diciembre), y de acuerdo con las bases reguladoras de la Orden Ministerial PRE/99/2006, de 27 de enero, se presentó el proyecto mencionado, siendo aprobado por el Ministerio de Presidencia en fecha de 12 de septiembre de 2006 (B.O.E de 13 de septiembre de 2006) con el código 54.1, y siendo el gestor del proyecto la Asociación La Gavilla Verde (LGV) y Grupo Paleolab el encargado de los trabajos de exhumación, estudio antropológico forense e identificativo. Desde el año 2000 se vienen realizando regularmente exhumaciones de fosas comunes de represaliados durante la Guerra Civil Española (1936-1939) y postguerra, dentro de un contexto que se ha venido a denominar como de Recuperación de la Memoria Histórica, en un ámbito administrativo, bajo control de Ayuntamientos

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y Consejerías (de Cultura, al amparo de la Ley General de Patrimonio Histórico Español -Ley 16 /1985 de 25 de junio-, y Sanidad, al amparo del Reglamento de Policía Sanitaria Mortuoria -Real Decreto 2263/1974 de 20 de julio-), pero sin control judicial en la mayor parte de casos, por archivo o prescripción de presuntos delitos según autos de Juzgados de Primera Instancia e Instrucción. Esta situación, de la cual se ha inhibido la Justicia española (por el momento), no está exenta de debate y controversia, la cual tendrá al fin que dar una solución, pues miles de españoles siguen desaparecidos después de sesenta o incluso menos años. En todo caso, y desde nuestro punto de vista, consideramos que es necesario el control administrativo de estas exhumaciones, control que debería suponer una garantía legal y no las invalida en cuanto a su capacidad para ser prueba en futuros litigios judiciales, siempre y cuando se cumplan aspectos básicos sobre la preparación de los equipos técnicos de exhumación, la cadena de custodia de los restos recuperados (en qué laboratorios se producen las investigaciones) y sean validados por la Administración competente los diferentes técnicos (arqueólogos, antropólogos, médicos, biólogos, etc…). Entre las numerosas fosas exhumadas hasta el momento, solo entre el año 2000 y abril de 2008 se habían excavado 171 fosas y exhumado 4.054 cadáveres (Etxeberria, 2005, 2007, véase Tabla 1; El País, 149-2008). Verdaderamente, estos trabajos constituyen todo un movimiento científico y cívico, muy activo en pro de la recuperación de nuestra historia más reciente,

Polo Cerdá, M.; García-Prósper, E.; Cruz Rico, E.; Ruiz Conde, E.; Coch Ferriol, C.; Llidó Torrent, S.; Aler Gay, M.

olvidada por el yugo de los vencedores de un golpe de estado, de una guerra feroz y de una dictadura salvajemente represora. En este marco de actuación, los casos de identificación de guerrilleros antifranquistas han supuesto una excepción dentro de este panorama de trabajos arqueológicos, salvo la investigación que se recoge en este trabajo y otros pocos casos procedentes de Cuenca1 (Polo, 2008), Teruel (Polo, 2008), Andalucía y Extremadura. Lo que es evidente es que estamos en un momento de máxima eclosión de los trabajos de recuperación de restos humanos procedentes de fosas, quizás en detrimento de una necesaria planificación inicial centralizada, que seguramente hubiera organizado todas estas investigaciones bajo un prisma común. La realidad es que diferentes grupos de investigación adscritos a asociaciones, universidades o incluso de índole privada pero al amparo de asociaciones memorialistas o agrupaciones de familiares con interés legítimo en la recuperación de sus desaparecidos, se han involucrado en las exhumaciones pero sin una interrelación y sin criterios comunes de actuación. El mapeado de las fosas del territorio nacional donde poder ubicar con exactitud las posibles áreas susceptibles de actuación arqueológica forense es una acti-

Localidad Almansa La Ginebrosa Fuertescusa Alcalá de la Selva Villarejo de la Peñuela Monroyo Singra Benageber Albalat dels Tarongers Valencia La Pesquera Mora de Rubielos

Comarca Corredor de Almansa Bajo Aragón Serranía Alta Gúdar-Javalambre La Alcarria Matarraña Cuenca del Jiloca La Serranía Camp de Morvedre L´Horta Manchuela Gúdar-Javalambre

vidad prevista por el Gobierno (que también implica a las Comunidades Autónomas), y ha supuesto un primer impulso de centralización de las investigaciones. Por el contrario, un protocolo de actuación común sobre las exhumaciones todavía está pendiente de ver la luz, y quizás este debería haber sido el primer paso. La creación de un archivo oral de una generación de supervivientes que se extingue cada día, es otra de las tareas que bajo la ayuda gubernamental o no están desarrollando desde hace años asociaciones como La Gavilla Verde e historiadores contemporáneos. AÑO

Nº FOSAS

Nº CADÁVERES

2000 2001 2002 2003 2004

1 1 11 35 21

13 4 35 242 175

2005

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Tabla 1. Impacto de las exhumaciones de fosas comunes de la Guerra Civil y la postguerra (periodo 2000-abril 2005). Fuentes: Etxeberria (2005, 2007).

El presente proyecto también se integra dentro de las actividades arqueológicas y antropológicas que Grupo

Provincia Albacete Teruel Cuenca Teruel Cuenca Teruel Teruel Valencia Valencia Valencia Cuenca Teruel

Lugar de la exhumación Cementerio Cementerio Cementerio Masía los Olmos Cementerio Cementerio Cementerio Cementerio Cementerio Cementerio civil Cementerio Mora de Rubielos

N 3 1 1 10 4 0 36 8 9 2 1 11

Año 2005 2005-2006 2006 2006 2007 2007 2007-2008

2009-2010

Tabla 2. Exhumaciones de fosas de la GC y la Dictadura desarrolladas por Grupo Paleolab en territorio AGLA, periodo 2005-2007. 1

En la provincia de Cuenca se han exhumado otras dos fosas de guerrilleros, a parte de los casos de Fuertescusa y Villarejo de la Peñuela (Polo, 2008) que se expone en el texto. Ambas intervenciones arqueológicas fueron gestionadas por la asociación ARMH-Cuenca. La primera tuvo lugar en marzo de 2006, y se recuperaron en el cementerio de Arcos de la Sierra, los restos óseos atribuibles a los guerrilleros del AGLA Julián Antón López “El Valencia” y otro guerrillero conocido como “Navarro” (Tribuna de Cuenca, 28 y 29 de marzo de 2006), abatidos por la Guardia Civil en 1950. La segunda fosa se exhumó en Huélamo el 29 de octubre de 2006, y se recuperaron los restos óseos atribuibles a dos guerrilleros fallecidos en 1949 en enfrentamientos con la Guardia Civil, Antonio Millán Cabrera (nacido en Puebla de Alcocer) y Federico Gallega García (nacido en Venta del Moro, Valencia).

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Paleolab viene desarrollando desde 2003 y cuyo historial de actuaciones asciende a siete intervenciones hasta 2008 y tiene previstas cinco más para los próximos años (Tabla 2) de muy variada tipología con la recuperación de más de medio centenar de restos humanos. Marco legal de las exhumaciones de fosas comunes de la Guerra Civil y la dictadura (1939-1975). La exhumaciones de fosas de la Guerra Civil y la dictadura franquista vienen reguladas por la reciente Ley 52/2007 de 26 de diciembre, “por la que se reconocen y amplían derechos y se establecen medidas en favor de quienes padecieron persecución o violencia durante la guerra civil y la dictadura” (BOE de 27 de diciembre de 2007). Hasta la aprobación de la mencionada ley, estas actuaciones se venían desarrollando en un marco legal dudoso, a veces ni siquiera controlado desde ninguna institución pública, garante del desarrollo eficaz de los trabajos científicos y de los derechos privados y públicos que pudieran ser constitutivos de protección. Incluso en muchos casos, los trabajos exclusivamente han estado supeditados a la normativa de actuaciones arqueológicas a través de lo que indica la Ley General de Patrimonio Histórico Española (Ley 16 /1985, de 25 de junio) y en las diferentes leyes de patrimonio autonómicas, dependiendo de si el ámbito de actuación contiene su propia legislación o no. En otras ocasiones ni siquiera ha existido un expediente administrativo regulador.

bará su propia ley marco en esta materia, la cual ya se ha iniciado con un mapa de las fosas presentes en sus territorios. Así, la Ley 52/2007 en el artículo 11 hace referencia a la colaboración de las administraciones públicas con los particulares para la localización e identificación de víctimas. Se hace hincapié en facilitar la indagación, localización e identificación de las fosas y desaparecidos. El artículo 12 se refiere a la accesibilidad a mapas territoriales de fosas, así como a la elaboración de un mapa integrado y protección de áreas susceptibles de intervención arqueológica. Esta tarea, desde nuestro punto de vista, debe centrar el mayor de los esfuerzos aprovechando el testimonio de esa generación superviviente al borde de su desaparición en esta primera década del siglo XXI. El artículo 13 se refiere a las diferentes autorizaciones administrativas que se tiene que dar para la realización de las actividades de localización e identificación. Especialmente se cita como base, la normativa sobre patrimonio histórico a efectos de autorizaciones, publicidad y “reinhumación”. Se habla de un protocolo que deberá aprobar el Gobierno, pero que a fecha de hoy no existe.

La creación de la Comisión Interministerial para el “estudio de la situación de las víctimas de la Guerra Civil y del Franquismo” por el Ministerio de Presidencia (Real Decreto 1891/2004 de 10 de septiembre), y las convocatorias de ayudas públicas (en 2005 y siguientes), permitieron cumplir algunos de los fines de la Comisión, y sentaron algunas de las bases de actuación en materia de exhumaciones, que más tarde vendrían reguladas en el anteproyecto de ley de 2006 y finalmente en la vigente Ley 52/2007.

Finalmente, el artículo 14, habla del acceso a los terrenos afectados por los trabajos de localización e identificación de fosas, se exponen la necesidad de autorizaciones y consentimiento por parte de los particulares. No obstante, sobre este marco legal básico que constituye la Ley 52/2007, las exhumaciones quedan también supeditadas a la legislación vigente en materia de patrimonio histórico y a la legislación sobre prácticas tanatológicas, tal y como determina el Reglamento de Policía Sanitaria Mortuoria (Real Decreto 2263/1974 de 20 de julio), y en su defecto, la reglamentación que las Comunidades Autónomas hayan dispuesto en materia relativa a cadáveres y cementerios.

En todo caso, la Ley 52/2007 en sus artículos 11 a 14, indica definitivamente las directrices de las actuaciones relativas a las exhumaciones de fosas de la Guerra Civil y la dictadura franquista. En 2009 Cataluña apro-

Por lo que respecta a los permisos administrativos requeridos, y especialmente en el caso que nos ocupa, de acuerdo con la Ley 52/2007 y la Orden PRE/99/2006 de 27 de enero, se obtuvieron los siguientes:

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Polo Cerdá, M.; García-Prósper, E.; Cruz Rico, E.; Ruiz Conde, E.; Coch Ferriol, C.; Llidó Torrent, S.; Aler Gay, M.

1. Autorizaciones de los familiares de los fallecidos o de sus representantes legales (por ejemplo, Asociación La Gavilla Verde).

2. Estudio documental, contactos personales y estudio de archivos (civiles, parroquiales, judiciales, etc…).

2. Autorización de la administración competente en materia de excavaciones o prospecciones arqueológicas, en aplicación de los artículos 41 y 42 de la Ley 16/1985, de 25 de junio, de Patrimonio Histórico Nacional.

3. Búsqueda de testigos, en caso de que no haya documentos.

3. Autorización de la Administración Sanitaria de la Comunidad Autónoma como de la Administración Local, en cumplimiento de las normativas de Policía Sanitaria Mortuoria. En general se ha recurrido al permiso de cada Ayuntamiento competente en esta materia.

5. Solicitud de los permisos correspondientes (Consejerías, Ayuntamientos) y consentimiento informado a los representantes de las familias de los desaparecidos, promotores de la búsqueda.

4. Autorización del propietario del terreno donde se ubique la fosa, tanto si es particular como si es propiedad municipal, autonómica o estatal. Protocolos metodológicos de actuación Las exhumaciones y casos investigados por nuestro grupo han seguido las pautas recomendadas por la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de las Naciones Unidas (Proyecto Mex/00/AH/10) que determina el “Protocolo Modelo para la investigación Forense de muertes sospechosas de haberse producido por violación de los Derechos Humanos”. Si bien no se trata de excavaciones arqueológicas al uso, la obtención de datos se ha abordado siguiendo la metodología arqueológica convencional con aplicaciones de las Ciencias Forenses, especialmente de la medicina forense (patología forense), la antropología forense, la balística, etc… El protocolo de trabajo seguido en cada una de las intervenciones arqueológicas ha tenido tres fases: Fase I: Análisis documental y recogida de datos antemortem. 1. Búsqueda del lugar de la fosa donde se encuentran enterrados los presuntos desaparecidos.

4. Visita previa al lugar donde se halla la presunta fosa y estudio preliminar prospectivo.

Fase II: Exhumación y recuperación de los restos óseos de las fosas. 1. Alquiler de viviendas o alojamiento donde pueda residir el equipo de trabajo. Intendencia. 2. Traslado del personal al municipio donde se halla la fosa. 3. Tareas de exhumación arqueológica: 3.1. Utilización del método cronoestratigráfico Harris con un sistema de fichas de registro funerario desarrolladas por Grupo Paleolab y empleadas en las excavaciones tanto de necrópolis arqueológicas como de fosas comunes. También uso de protocolos y fichas de registro confeccionadas por otras entidades o sociedades científicas. 3.2. Utilización de herramienta habitual en cualquier trabajo arqueológico, además de instrumental específico de excavación de restos óseos. 3.3. Levantamiento planimétrico de la fosa, topográfico del lugar y de cada esqueleto. 3.4. Fotografía digital: general, del proceso de trabajo y detalle para verificar posición y deposición de los restos antropológicos, así como gestos funerarios de la descomposición cadavérica. 3.5. Tareas de inventario de los restos antropológicos en un laboratorio provisional o de campo, previo lavado de los restos humanos con agua y secado natural. 3.6. Documentación videográfica del proceso de exhumación. 3.7. En los casos positivos, traslado de los restos

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óseos al Laboratorio de Antropología Forense de Grupo Paleolab, donde se realiza el análisis antropológico forense y toma de muestras biológicas para identificación genética. Fase III: Estudio antropológico forense, de patología forense e identificativo En esta fase, el equipo técnico es multidisciplinar tanto en el campo como en el laboratorio (pueden participar médicos, antropólogos, biólogos, arqueólogos, etc…): III.1. En la fase de campo: • Dirección arqueológica con experiencia acreditada en materia funeraria (dirige todo el proceso de exhumación). • Dirección antropológica forense (valoración de campo de los esqueletos desde un punto de vista bioantropológico, recoge las observaciones tafonómicas, la disposición del esqueleto, orientación, superposición, documenta lesiones in situ, etc…). Para el análisis de gestos funerarios se utilizan las propuestas de Duday et al. (1990), el manual de Mallegni & Rubini (1994) y la propuesta por Polo et al (2004). • Equipo técnico formado por arqueólogos y antropólogos (trabajan exclusivamente en la fosa perfilando los esqueletos, documentando hallazgos biológicos o elementos asociados a los esqueletos como indumentaria, objetos personales, proyectiles, se encargan del levantamiento de los esqueletos según áreas anatómicas prefijadas bajo la supervisión arqueológica y antropológica forense). • Auxiliares de arqueología especializados (realizan otras tareas fuera de la fosa como planificación, asistencia de materiales, colaboración topográfica, limpieza de restos óseos, etc…). • Documentalistas y antropólogos culturales (recopilación de nuevos datos en fichas antemortem, recogida de testimonios en formato

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videográfico o sonoro, filmación del proceso de exhumación, etc… Complementan la fase I) III.2. En la fase de laboratorio: • Estudio antropológico físico (se establece el perfil bioantropológico o identificativo básico: edad, sexo, estatura, raza, lateralidad, etc…). - Para el análisis antropométrico y cuarteta básica de identificación se emplean los Standards for Data Collection from Human Skeletal Remains de Buikstra & Ubelaker (1994). - Para el estudio de restos óseos infantiles que ocasionalmente han aparecido entre las fosas, se emplea el manual de Fazekas & Kosa (1978). - Para el análisis antropométrico se utiliza los Data collection procedures for forensic skeletal material de la University of Tennessee de Moore-Jansen, et al (1994). - Para las estimaciones de edad y sexo, las propuestas del Worksop of European Anthropologists (1980). - Para el análisis discriminante sexual, las ecuaciones propuestas por Alemán, et al. (1997) entre otras. - Para el análisis antropométrico básico, también se pueden utilizar las medidas propuestas por Campillo y Subirà (2004). - Para el estudio odontológico se emplea una ficha modificada del protocolo propuesto por Chimenos et al (1999). - Para el estudio de marcadores estrés ocupacional y variantes anatómicas epigenéticas se emplean los atlas de Capasso et al (1999) y Pastor et al (2001). - Para el estudio paleopatológico se emplean las recomendaciones de la Paleopathology Association (1991), la enciclopedia de Aufderheide & Rodriguez-Martín (1998), así como el manual de Campillo (2001). - Para el estudio de indicadores nutricionales y patología dental se han empleado las propuestas de Pérez-Pérez (1996) y Polo (2000, 2001).

Polo Cerdá, M.; García-Prósper, E.; Cruz Rico, E.; Ruiz Conde, E.; Coch Ferriol, C.; Llidó Torrent, S.; Aler Gay, M.

• Estudio antropológico forense (aporte de cualquiera de las técnicas identificativas forense posibles: cotejos antropológicos-testimoniales, análisis de perimundo, presencia de patología antemortem, reconstrucción cráneo-facial, etc…). • Estudio de patología forense (establece la etiología médico-legal de las lesiones o incluso la causa de la muerte siguiendo las pautas de la Medicina Legal y especialmente de la Patología Forense). • Estudios complementarios (balística, restauración-conservación de materiales etc...). • Identificación genética (ADNmt, ADNn) (análisis genealógico de los familiares, toma de muestras de vivos y de restos óseos, siempre previo consentimiento informado). El estudio genético forense se rigió en dos fases: una primera fase de toma de muestras biológicas de los familiares vivos, que siguió el protocolo propuesto por Aler y Gisbert (2000), y una segunda fase de estudio genético y cotejo vivo-cadáver siguiendo la metodología de estudio de STRs y SNPs de ADN n y ADN mt. Se procede al análisis genético de las piezas dentales y óseas procedentes de los diferentes restos humanos obtenidos de la exhumación.n Por otra parte se procede al análisis genético de las muestras obtenidas a sujetos vivos reclamantes de familiares desaparecidos. Finalmente se establece, si es posible, en base a los resultados, la identificación de los restos hallados. La sistemática de investigación incluye: a) Extracción del ADN mediante un método orgánico (Valverde, E. et al., 1993) de las muestras obtenidas como material de referencia de los familiares reclamantes. b) Extracción del ADN mediante un método específico (Hochmeister, M.N. et al, 1991) de las muestras cadavéricas de referencia, obtenidas de los restos óseos humanos exhumados (UUEE de referencia).

c) Tras amplificación por PCR, se han analizado los siguientes loci microsatélites (STR): D8S1179, D21S11, D7S820, CSF1PO, D3S1358, TH01, D13S317, D16539, D2S1338, D19S433, VWA, TPOX, D18S51, D5S818, FGA y loci del gen de la amelogenina X-Y (que permite determinar el sexo masculino -XY- o femenino -XX-). d) Tras amplificación por PCR (Fondevila, M., 2008) se han analizado 52 locus autosómicos de polimorfismo único (SNPs) en ADNmt. e) La visualización del producto amplificado del ADN nuclear autosómico se ha realizado en un secuenciador automático de análisis de fragmentos de ADN: ABI-PRISM 3100 Avant Genetic Analyzer. Los resultados obtenidos fueron analizados a través del software incluido en el equipo (Gene MapperTM ID Software 3.1). La lectura de los alelos autosómicos se ha realizado por comparación con un ladder alélico comercial. Fase IV: Reinhumación. 1. Entrega de los restos óseos a los familiares, siguiendo la normativa de Policía Sanitaria Mortuoria. Marco geográfico e histórico (Villarejo de la Peñuela, Cuenca, 16 de octubre de 1948) El marco geográfico del proyecto se ha centrado en una de las áreas de actuación o provincias (Cuenca) de las que integraban la denominada Agrupación Guerrillera de Levante y Aragón (AGLA). La población de Villarejo de la Peñuela, situada a 30 km de Cuenca en la comarca de la Alcarria conquense, tiene un área de 12,91 km² con una población de 31 habitantes y una densidad de población de 2,40 hab/km². El cementerio está situado en el valle del Río Mayor. En mayo de 2007 se realizó en el cementerio municipal, por parte de Grupo Paleolab, la exhumación de una fosa común con cuatro guerrilleros de la AGLA. Esta

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trabajo constituía el principio del fin de una historia que tenía un punto y seguido desde el 16 de octubre de 1948. Durante los años previos a la exhumación se fueron acumulando y recogiendo una serie de fuentes orales y testimonios que situaban la fosa de los guerrilleros en el interior del cementerio de la localidad de Villarejo de la Peñuela. Entre los testimonios recogidos se encuentra el de Santiago Herraiz, hijo de Constantino Herraiz Rey (Eloy, “El Pena”) que nos ha descrito con su verbo desgarrado la historia de su padre, hoy exhumado de la fosa) junto a otros tres compañeros guerrilleros de la agrupación. Para Santiago, su padre fue una víctima de los caciques y del franquismo español. La historia de “El Pena” es otra más de lo que se echaron al monte.   La historia que nos cuenta la fosa de Villarejo de la Peñuela se encuentra redactada en el informe de la Guardia Civil de la Comandancia de Cuenca, que en su memoria histórica anual, nos habla de los hechos acaecidos el 16 de octubre de 1948 en la localidad y que copiada a la letra dice: 16 de Octubre 1948 Un grupo Móvil de fuerza (contrapartida) descubrió en el sitio conocido por “Cerro de la Cabeza”, del término municipal de Villarejo de la Peñuela (Cuenca), un campamento en el que vieron cinco bandoleros. El Sargento Jefe de dicho grupo dio las órdenes pertinentes para asaltar dicho campamento, entablándose entre esta fuerza y los bandoleros un intenso tiroteo que duró tres horas, dando por resultado dar muerte a cuatro de los repetidos bandoleros y capturar prisionero a otro, recogiendo asimismo el armamento, municiones y cuantos efectos tenian en el campamento asaltado. Esta partida forma parte de los diferentes grupos capitaneados por el conocido bandolero “El Paisano”, cuya partida se ha comprobado que intervino en el asalto al coche correo CuencaCañizares, el día 8 de Julio último, dando muerte al guardia 2º Florencio Fernández Adrián; en el asesinato de los hermanos Práxedes y Pedro de la Torre Saiz, en Valdecolmenas de Arriba, el 13 de Agosto; en la muerte del Alcalde de Bonilla, Fausto Peñuelo López el día 24 de igual mes y en

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el asesinato del Teniente D. Pedro Serrano Pérez, Guardia 2º conductor José López Hortelano y dos Agentes de la Fiscalía de Tasas de Guadalajara, en la carretera de Priego a Alcantud, el día 16 de septiembre último. Entre el armamento recogido aparece el mosquetón que tenía adjudicado el Guardia Fernández Adrián, así como el correaje, cartera de caminos y también ha sido ha sido hallado el reloj de pulsera, ceñidor del pantalón y cartera de mano del Teniente Serrano, todo lo cual, lo llevaban consigo cuando fueron asesinados por los bandoleros. Los bandoleros muertos en este encuentro son: • Jesús Sevilla Herráiz (a) Martín, natural de Abia de la Obispalía (Cuenca). • Constantino Herráiz (a) “El Pena” y Chiribico”, natural de El Recuenco (Guadalajara). • José Argilés Jarque (a) “Manolete”, natural de Santa Cruz de Moya (Cuenca), y otro conocido con el nombre de guerra “Jesús”, de acento andaluz, sin más posible identificación. El bandolero prisionero se llama Ramón Alises Moreno (a) César, natural y vecino de Manzanera. Fueron instruidas las diligencias correspondientes que con el bandolero detenido fueron puestos a disposición del Sr. Gobernador militar de esta plaza. 21 de octubre de 1948 Por haber indicado el bandolero prisionero en el servicio anterior, la existencia de otro campamento en la sierra de Valdecabras (Cuenca), salió fuerza para el indicado sitio, acompañada del tan repetido bandolero con el propósito de descubrir y capturar a cuantos bandoleros estuvieran en el mismo, pero al llegar a unos 100 metros del Puente del Tranche, témino municipal de Cuenca, el prisionero dio un empujón a uno de los Guardias que lo custodiaban y emprendió veloz carrera en dirección al río Júcar, no obstante ir convenientemente esposado y a pesar de las repetidas voces de alto que se le dieron, como no obedeciese, le fueron hechos

Polo Cerdá, M.; García-Prósper, E.; Cruz Rico, E.; Ruiz Conde, E.; Coch Ferriol, C.; Llidó Torrent, S.; Aler Gay, M.

varios disparos a consecuencia de los cuales, cayó muerto el bandolero Ramón Alises Moreno (a) César. Se instruyeron las diligencias correspondientes que fueron entregadas a la Autoridad Militar de esta Plaza. Según el informe de la Guardia Civil procedente de la Comandancia de Cuenca, hubo un asalto por parte de la Guardia Civil a un campamento de guerrilleros. Dicho campamento se encontraba situado en el llamado “Cerro de la Cabeza”, en el término municipal de Villarejo de la Peñuela (Cuenca), a 617 m al sur del pueblo. Durante el asalto, se produjo un tiroteo que duró aproximadamente tres horas, resultando muertos los guerrilleros Jesús Sevilla Herraiz, Constantino Herraiz, José Argilés Jarque y otro individuo del que se ignora su identidad y del que sólo se conoce su nombre de guerrilla, “Jesús” y que posiblemente procedía de Andalucía. Asimismo, se refiere la detención de un quinto guerrillero, Ramón Alises Moreno, que fue muerto el 21 de octubre del mismo año por varios disparos efectuados por la Guardia Civil cuando, según refiere el informe, les conducía hacia otro campamento de guerrilleros y escapó de su custodia. Se desconoce en la actualidad el destino de este cadáver. Se barajaba la posibilidad de que Ramón Alises fuera enterrado en la misma fosa en la que habían sido enterrados sus compañeros unos días antes, sin embargo, en la fosa sólo aparecieron cuatro cuerpos, quedando como incógnita el paradero final de los restos de Alises.

Fig. 2. Cerro de la Cabeza, localización del campamento guerrillero.

Fig. 3. Cementerio de Villarejo de la Peñuela.

Exhumación arqueológica Durante las jornadas del 28 de abril al 2 de mayo de 2007 se realizó la exhumación formada por cuatro individuos que, según el citado informe de la Comandancia de la Guardia Civil de Cuenca de 1948, certificado en fecha 10 de junio de 2003, corresponden a las siguientes personas: 1. Jesús Sevilla Herraiz, alias “Martín” y natural de Abia de la Obispalía (Cuenca). 2. Constantino Herraiz Rey, alias “Pena, Eloy y Chiribico”, natural de El Recuenco (Guadalajara). Fig. 1. Villarejo de la Peñuela (Cuenca).

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3. José Argilés Jarque, alias “Manolete”, natural de Santa Cruz de Moya (Cuenca). 4. Una cuarta persona conocida como “Jesús”, de la que carecemos mayor identificación, salvo su acento andaluz. A petición de los familiares de los tres primeros, representados por la Asociación La Gavilla Verde, se promueve dicha exhumación. Esta actividad se llevó a cabo con la aprobación de las autoridades locales, según documento expedido por el Ayuntamiento de Villarejo de fecha 24 de marzo de 2007. El cementerio municipal se encuentra a unos 500 m dirección NE del casco urbano, sobre una pequeña colina, a 950 m snm aproximadamente. La fosa en cuestión se halla en el muro W del cementerio a 9 metros de la puerta de entrada, en una zona en pendiente, aparentemente libre de otras inhumaciones, ya que con anterioridad era el terreno destinado a los enterramientos civiles. El suelo se caracteriza por ser areno-arcilloso con disgregación de roca caliza y de gran dureza.

Fig. 4. Localización de la fosa en el cementerio según los testigos.

Dicho cementerio tiene en la actualidad un área de unos 370 m2 pero fue remodelado a mediados de los años ´60 dándose una comprensible distorsión de la memoria colectiva respecto a la ubicación de la fosa. En un primer momento se comenzó a excavar en el extremo N del cementerio bajo un pino de mediano tamaño, pero al poco tiempo, gracias al testimonio de un testigo de los hechos anónimo y lugareño del pueblo que refirió haber transportado los cadáveres de los guerrilleros a este lugar, se decidió trasladar la cata a un extremo más occidental del cementerio bajo un pino de mayor tamaño. Así en un primer momento se comenzó a excavar una cata cuadrangular de 2,3 m de ancho por 2 m de largo. Se procedió a excavar unos centímetros más al oeste, debido a las indicaciones del testigo y a la aparición de la roca natural a una cota de profundidad de 1,10 m. La fosa se fue estrechando hacia el muro oeste del cementerio.

Fig. 5. Proceso de exhumación arqueológica.

Fig. 6. Sellado de la fosa con grandes piedras.

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Fig. 7. Piedras arrojadas sobre las cabezas de los cadáveres.

Debido a la compactación de la tierra que conformaría el relleno de la fosa, y a la profundidad a la que según las fuentes, fueron enterrados los guerrilleros, a un metro y medio de profundidad según el testigo, no se dio con los primeros restos hasta la segunda jornada de trabajo, el domingo 29 de abril, hallándose finalmente la fosa en las coordenadas UTM X: 550387.2 Y: 4438313.35 a unos 940 m SNM. Durante la jornada del 30 de abril se procedió a la delimitación de la fosa común tanto por el lado Norte como por el Oeste dando lugar a una fosa de exhumación de unas dimensiones definitivas de 1,76 x 1,1 m. y aproximadamente 1,70 m. de profundidad, dispuesta de Sur a Norte y paralela a la actual tapia oeste del cementerio, con unos 50 cm. de separación de ésta. El relleno de dicha fosa (UE 1003) estaba conformado por una tierra areno-arcillosa de gran compactación y dureza de un color marrón pardo. Tenía restos de material de construcción y cantos de pierda caliza de color marrón claro. En este mismo relleno se documentó también la existencia de grandes piedras cuya situación coincidía con cada uno de los cráneos de los individuos que posteriormente fueron documentados.

Fig. 8. Fosa común de Villarejo de la Peñuela.

Fig. 9. Fosa común previamente al levantamiento de los esqueletos.

Durante la jornada del 1 de mayo se procedió a la exhumación de los esqueletos, siendo enumerados previamente para su posterior identificación. La fosa esta constituida por cuatro esqueletos.

Fig. 10. Planimetría de la fosa común.

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El cuerpo 1004 tiene una orientación S-O, se presenta en posición de decúbito prono, con el brazo izquierdo flexionado bajo el tórax y el derecho en ángulo recto hacia arriba. La pierna izquierda aparece en abducción en ángulo recto y la derecha extendida hacia afuera por debajo de 1005. Encima de las vértebras lumbares se encuentra una suela de calzado, al parecer arrojado dentro de la fosa antes de cubrirla. Conserva varios botones de su indumentaria. El individuo 1005 se encuentra en dirección N-SO, en posición de decúbito supino, con el brazo derecho hacia arriba, apoyado sobre la pared de la fosa en ángulo recto y el brazo izquierdo extendido hacia fuera. Ambas piernas están extendidas. Se le asocian numerosos objetos personales como botones, corchetes, hebillas, restos de tela, una cuchara, un mechero y un pequeño peine. Aparece también un proyectil en el tercio distal medial del húmero izquierdo. El individuo 1007 está orientado S-N, aparece en posición de decúbito supino, con el brazo derecho separado a lo largo del cuerpo y el brazo izquierdo hacia arriba. Las piernas se encuentran semi-flexionadas en varo. Conserva unos botones y una hebilla de su indumentaria. En el acromion de la escápula derecha aparece un proyectil y otro en el relleno del hemitórax derecho. Se observa una herida de entrada por arma de fuego en el temporal derecho y restos de plomo en la base del cráneo.

de descomposición en medio colmatado y por la posición en la que se encuentran los restos, nos hace pensar que fueron arrojados directamente a la fosa sin cuerdas o ataduras. Tal y como han sido hallados los restos podemos ver el orden en el que fueron arrojados los cadáveres: el individuo 1007 fue el primero en ser arrojado, ya que se ha encontrado bajo el resto de los cuerpos, después serían arrojados 1008 y 1004 en este orden, y posteriormente y por encima de ellos se ha hallado el cuerpo 1005. Entre los cuerpos y en el relleno (UE 1003) se hallaron números objetos personales como una cuchara y un mechero, así como restos de la indumentaria que utilizaron, tales como botonaduras y dos suelas de botas. Se documentaron cinco proyectiles de calibre corto que se recogieron durante los trabajos de exhumación asociados a los distintos esqueletos, y sometidos a un análisis balístico forense se trata de proyectiles de calibre 9 mm corto. Los cinco proyectiles de calibre corto que se recogieron durante los trabajos de exhumación asociados a los distintos esqueletos, actualmente están siendo sometidos a un análisis balístico forense más exhaustivo. Todos los cuerpos presentaban numerosas lesiones perimortem estudiadas posteriormente en laboratorio.

El individuo 1008 se encuentra en posición de decúbito supino, con la parte superior del torso y la cabeza apoyados en la pared oeste de la fosa y las piernas hacia el sur. Los brazos se encuentran separados a lo largo del cuerpo. La pierna izquierda está extendida y la derecha semiflexionada, ambas por debajo del 1004. Conserva algunos botones y restos metálicos de la indumentaria. Aparece un proyectil el la parte posterior de la 4ª y 5ª vértebras cervicales. Presenta otra suela de calzado, similar a la encontrada en la zona lumbar del 1004, encima del cráneo. Fig. 11. Proyectil alojado en brazo.

En resumen, el estudio arqueológico ha permitido aproximarnos a la dinámica de la inhumación, conociendo la superposición de cuerpos. Los cuerpos fueron enterrados sin ataúd ninguno, se observan signos

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Fig. 14. Cuchara de campaña encontrada en uno de los esqueletos.

Fig. 12. Proyectil alojado en tórax (junto a primera costilla derecha).

Fig. 15. Mechero encontrado en uno de los esqueletos.

Fig. 13. Herida por arma de fuego (orificio de entrada) en región témporo-parietal derecha.

Fig. 16. Fractura perimortem distal de fémur.

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El sexo es de varón (morfológica y antropometricamente, con un 97 % de confianza). La combinación de medidas antropométricas de húmero y fémur, aplicando las fórmulas regresivas de Alemán y cols (1997) da un resultado de sexo varón con un 97 % de confianza (anchura epidondilar + diámetro vertical de la cabeza femoral). La estatura, según el método de De Mendonça (1998) ha sido: según el fémur 162 cm y según el húmero 157162 cm.

Fig. 17. Fractura perimortem costal.

La complexión anatómica es normoconformada y de baja estatura. Constitución anatómica robusta. Lateralidad derecha, fundamentalmente objetivada por la presencia de mayor desarrollo de la corredera bicipital, hipertrofia humeral y entesopatía clavículoesternales. Entre las lesiones antemortem y patología ósea documentada descatan: hernia discal D7-D8, nódulos de Schmorld D11-D12 y D12-L1, ligera osteofitosis lumbar, callo de fractura en segunda costilla derecha, fractura de tercio medio del segundo metacarpiano derecho en fase de consolidación parcial.

Fig. 18. Proyectil alojado en masa muscular del cuádriceps.

Estudio antropológico forense

Por lo que respecta a lesiones perimortem se han documentado: fractura tercio medio esternón por arma de fuego, fisura transversa de C1 en arco anterior, probable fractura de tercio medio de radio derecho, fractura helicoidal conminuta en tres fragmentos de húmero izquierdo y fractura desplazada de pala iliaca derecha.

Esqueleto 1 (UE. 1004) Esqueleto identificado genéticamente, que corresponde a Jesús Sevilla Herraiz alias “Martín”. Según los datos obtenidos en el estudio familiar, nace el 15 de octubre de 1922 en Abia de Obispalia (Cuenca), y el 16 de octubre de 1948, tenía 26 años de edad. El esqueleto presenta un índice de conservación esquelética del 95 %. Se ha estimado una edad entre 25- 35 años. Los métodos empleados para la estimación de edad han relejado las siguientes horquillas de edad: para la superficie auricular del ilion una fase 3 de desarrollo (30-34 años), para la sínfisis pubis una fase V (27-30 años), para la cuarta costilla una fase 4 (28-32 años) y para el cartílago tiroides una fase 5 (28-39 años).

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La causa de la muerte fue debida a una destrucción de centros vitales neurológicos por arma de fuego, politraumatismos de miembros superiores y pelvis asociados. Esqueleto 2 (UE. 1008) Esqueleto identificado genéticamente como el de Constantino “Eloy” Herraiz Rey. Según los datos obtenidos en el estudio familiar, nace en 1906 en El Recuento (Guadalajara), y el 16 de octubre de 1948, tenía 42 años de edad. Los alias o apodos que empleaba eran: Pena, Eloy y Chiribico. El índice de conservación esquelética es del 95 %. Esqueleto con una edad entre 40-45 años. Los métodos

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empleados para la estimación de edad han relejado las siguientes horquillas de edad: superficie auricular del ilion presenta fase 3-4 (32-38 años), sínfisis del pubis una fase VII-VIII de Todd (35-45 años, más prob. 35-39 años) y fase 4 de Suchey-Brooks (35-40 años), cuarta costilla una fase 4-5 (fase probable 5, 42 años) y cartílago tiroides edad entre 38-44 años. Además presenta hiodes calcificado. El sexo es de un varón (morfológica y antropometricamente), con un 97 % de confianza. La combinación de medidas antropométricas de húmero y fémur, aplicando las fórmulas regresivas de Alemán y cols (1997) da un resultado de sexo varón con un 97 % de confianza (anchura epidondilar + diámetro vertical de la cabeza femoral). La estatura, según fémur es de 150-153 cm y según húmero es de 153-154 cm. Como en el caso anterior se ha empleado el método de De Mendonça (1998). La complexión anatómica es normoconformada y de baja estatura. Constitución anatómica robusta. Lateralidad derecha, fundamentalmente objetivada por la presencia de mayor desarrollo de la corredera bicipital, hipertrofia humeral y entesopatía clavículoesternales. Se han documentado lesiones antemortem y patología ósea: periostitis en cara interna tibial izquierda, gonartrosis izquierda, uncartrosis severa en el bloque cervial C1-C5 y fusión vertebral C3-C4 así como procesos degenerativos en raquis dorsolumbar. Las lesiones perimortem, que son causa de la muerte son: fractura de arco posterior de atlas y axis con alojamiento de proyectil entre C3-C4, fractura cabeza humeral izquierda subcapital, acromion derecho fracturado por impacto de bala (se conserva proyectil asociado), fractura transversa costoesternal de primera costilla izquierda y fractura de séptima costilla izquierda. La causa de la muerte es debida a una destrucción de centros vitales neurológicos por arma de fuego (cráneo plurifragmentado por lesiones por arma de fuego). La principal causa de la muerte se puede explicar con la presencia de un proyectil alojado en raquis cervical que describe la siguiente trayectoria: de arriba a abajo atra-

vesando el arco posterior de C1 y rompiendo completamente el arco posterior de C2 a nivel de la carilla articular lateral izquierda, indicando que probablemente el tiro viniera de derecha a izquierda. El cuadro lesivo es incompatible con la vida. Esqueleto 3 (UE. 1005) Esqueleto que corresponde a José Argilés Jarque “Manolete”. Según los datos obtenidos en el estudio familiar, nace el 20 de julio de 1918 en Santa Cruz de Moya (Cuenca), y el 16 de octubre de 1948 tenía 30 años de edad. Esqueleto presenta un índice de conservación esquelética del 95 %. La edad está en la horquilla entre 24 y 32 años. Los métodos aplicados han dado los siguientes resultados para este extremo: sínfisis del pubis en fase 3.1 y 3.2 de Suchey-Brooks (30-32 años) y cuarta costilla en fase 3 (24-28 años). El sexo es de varón (morfológica y antropometricamente, con un 97 % de confianza). La combinación de medidas antropométricas de húmero y fémur, aplicando las fórmulas regresivas de Alemán y cols (1997) da un resultado de sexo varón con un 97 % de confianza (anchura epidondilar + diámetro vertical de la cabeza femoral). La estatura, según el método de De Mendonça (1998) es: según el fémur 161 cm y según húmero 162-163 cm. La complexión anatómica es normoconformada y de baja estatura. Constitución anatómica robusta. Lateralidad derecha, fundamentalmente objetivada por la presencia de mayor desarrollo de la corredera bicipital, hipertrofia humeral y entesopatías clavículoesternales. Las lesiones antemortem y patología ósea documentadas han sido: periostitis anterior femoral derecha, hallux valgus bilateral y artritis metatarsofalángica del quinto dedo. Las lesiones perimortem observadas han sido: fractura a nivel medio de omoplato izquierdo debida a impacto de bala a nivel central (lesión ojival de 15 mm de diámetro y de trayectoria de atrás a delante), fractura conminuta de tercio proximal de húmero derecho con 11

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fragmentos y destrucción completa de la cabeza humeral, fractura epicondilar de fémur izquierdo conminuta con destrucción completa de cóndilos. La causa de la muerte, al igual que en los casos anteriores, fue debida a una destrucción de centros vitales neurológicos por arma de fuego. El principal mecanismo lesional se puede explicar por la presencia de politraumatismos graves en cráneo, tórax, miembros superiores e inferiores incompatibles con la vida y que pudieron ocasionar un shock traumático-hemorrágico, cuya etiología podría deberse a impactos por arma de fuego. Este constituye un ejemplo claro de ensañamiento y tortura.

para la identificación, fundamentalmente objetivada por la presencia de mayor desarrollo de la corredera bicipital, hipertrofia humeral y entesopatías clavículoesternales. Las lesiones antemortem y patología ósea documentada ha sido: artrosis de codo derecho, procesos degenerativos en raquis dorsal, presencia de impronta tibial indicativa de estrés físico asociado a caminata y dorsiflexión de rodillas mantenida, fractura del quinto metacarpiano izquierdo con defecto de consolidación y organización de neoartorsis.

La estatura según el método de De Mendonça (1998) es: según fémur 163-164 cm y según húmero 163-164 cm.

Las lesiones perimortem describen un cuadro plurilesional, politraumático, con 17 fracturas: (1) fractura medial de quinta costilla derecha, (2) fractura distal de séptima costilla derecha, (3 y 4) fractura de segunda y novena costillas izquierdas, (5) fractura conminuta de trazo biselado con seis fragmentos en húmero izquierdo, (6) impacto de bala en tibia izquierda en borde interno de la meseta tibial (orificio de entrada de 10 mm con restos metálicos oxidados en su interior y de forma circular, proyectil), (7) fractura conminuta de la meseta tibial derecha, (8) pérdida de sustancia en la cabeza humeral derecho en su borde superior con 25 mm de longitud y 10 mm de anchura, (9) fractura de la apófisis transversa derecha con rotura de la articulación intervertebral de D5, (10) fractura de arco vertebral izquierdo de D6 (ambas lesiones producidas por un impacto de bala cuyo proyectil se encontró localizado en el hemotórax derecho), (11) fractura conminuta de la parte superior de coxal derecho, (12) fisura navículo-cuneiforme de pie izquierdo, (13) fractura del cuarto metatarsiano izquierdo a nivel medio, (14) fractura conminuta del borde superior de la glenoide y del proceso coracoides de escápula derecha con alojamiento de proyectil, (15) hundimiento de manubrio esternal en su cara interna como correspondencia del impacto de proyectil recuperado en región torácica derecha (y que lesiona anteriormente D5-D6), (16) destrucción de la glenoide y del proceso coracoides de escápula izquierda, (17) fractura de trazo longitudinal y radiado de escápula izquierda.

La complexión anatómica es normoconformado y de baja estatura. Constitución anatómica robusta. La lateralidad es izquierda, y podría ser un buen elemento

La causa de la muerte, al igual que el resto de esqueletos es debida a una destrucción de centros vitales neurológicos por arma de fuego. La principal causa de

Esqueleto 4 (UE. 1007) Esqueleto cuya identidad probable sea la de “Jesús, el andaluz”. No se conocen datos ciertos a cerca de su identidad. Solo se sabía inicialmente que era varón y de acento andaluz, y probablemente su apodo era “Jesús”. Genéticamente no existe concordancia con ninguno de los familiares vivos estudiados. El índice de conservación esquelética es del 95 %. La edad se encuadra entre los 30 y 35 años. Los métodos aplicados han dado los siguientes resultados: superficie auricular del ilion en fase 3 (30-34 años), sínfisis del pubis en fase 3.2 de Suchey-Brooks (30-32 años), cuarta costilla en fase 3 (24-28 años), y cartílago tiroides con un grado de osificación atribuible a una edad entre 30 y 38 años. El hioides se encuentra calcificado. El sexo es varón (morfológica y antropometricamente, con un 97 % de confianza). La combinación de medidas antropométricas de húmero y fémur, aplicando las fórmulas regresivas de Alemán y cols (1997) da un resultado de sexo varón con un 97 % de confianza (anchura epidondilar + diámetro vertical de la cabeza femoral).

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la muerte se puede explicar por la presencia de politraumatismos graves (hasta un número de 17 fracturas) en cráneo, tórax, raquis, pelvis, miembros superiores e inferiores, incompatibles con la vida y que pudieron ocasionar un shock traumático-hemorrágico cuya etiología podría deberse a múltiples impactos por arma de fuego. Este constituye un segundo ejemplo claro de ensañamiento y tortura. Etiología médico-legal de las muertes

Fig. 20. Fractura perimortem de atlas.

Todos los cadáveres presentaban un patrón de politraumatismos perimortem cuyo mecanismo de acción es doble: (1) lesiones por arma de fuego en cráneo, raquis, tórax, y miembros, asociadas a (2) politraumatismos que afectan a cráneo, miembros superiores e inferiores, cintura escapular y pélvica. Se trata de fracturas y fisuras costales, fracturas conminutas humerales, femorales y pélvicas sin supervivencia (salvo un caso de fractura de segundo metacarpiano) y de gran entidad cinética. Los cuatro casos presentan politraumatismos craneales severos e incompatibles con la vida cuyo mecanismo de producción es compatible con el aplastamiento por piedras de gran peso. En los cuatro casos la causa principal de la muerte ha sido por destrucción de centros vitales neurológicos, pudiendo reseñar dos casos de ensañamiento o incluso tortura, debido tanto al número importante de politraumatismos como por su entidad y gravedad lesional (1005 y 1007). Fig. 21. Proyectil alojado entre los cuerpos vertebrales C2 y C3.

Fig. 19. Fractura antemortem en fase de consolidación de segundo metacarpo derecho.

Fig. 22. Dos heridas perimortem por arma de fuego (orificios de entrada) en región témporo-parietal izquierda.

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Fig. 23. Fractura radiada por estallido craneal asociado a impacto/s por arma de fuego.

Fig. 26. Patrón de fractura perimortem de diáfisis humeral.

Fig. 24. Herida perimortem por arma de fuego en escápula.

Fig. 27. Fractura conminuta perimortem de tercio medio húmeral.

Fig. 25. Herida y fractura perimortem por arma de fuego en esternón.

Fig. 28. Fractura conminuta perimortem de tercio distal femoral y rodilla.

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Polo Cerdá, M.; García-Prósper, E.; Cruz Rico, E.; Ruiz Conde, E.; Coch Ferriol, C.; Llidó Torrent, S.; Aler Gay, M.

Fig. 29. Proyectil alojado en meseta tibial.

Identificación genética Los estudios genéticos han sido realizados gracias a la infraestructura del Laboratorio de Genética Forense de la Universitat de València y del Instituto Universitario de Medicina Legal de Santiago de Compostela. Las muestras genéticas estudiadas en los cadáveres fueron piezas dentales: en el esqueleto 1008 el M3 superior derecho, en el esqueleto 1004 el M1 inferior derecho, en el esqueleto 1005 el M1 inferior derecho y en el esqueleto 1007 el M1 inferior derecho. Las muestras genéticas estudiadas en las familias para su cotejo identificativo fueron: • Familia 1: Rosalía Argilés, hermana de José Argilés (S7). • Familia 2: Juliana Sevilla, hermana de Jesús Sevilla (S4). • Familia 3: Santiago Herraiz, hijo de Constantino Herraiz (S6). Se ha obtenido ADN de Varón (XY) de las piezas dentales analizadas a saber: D1 (perfil genético de UE1007), D3 (perfil genético de UE-1004) y D4 (perfil genético de UE-1008). Sin embrago, no se obtuvo perfil genético de la pieza dental analizada de D2 (UE-1005).

El estudio de los diversos marcadores genético-moleculares utilizados no ha permitido excluir la relación de parentesco entre el perfil obtenido de la pieza dental D4 (posible Constantino Herraiz) y el perfil obtenido de la muestra S6 de Santiago Herraiz Martínez, presunto hijo del desaparecido Constantino Herraiz. El índice de paternidad (IP) indica que es cuatro mil trescientas treinta y una (4331) veces más probable que el perfil obtenido de la pieza dental D4 provenga del padre biológico de Santiago Herraiz Martínez, a que el origen del perfil sea un varón desconocido tomado al azar en la población. En conclusión, el esqueleto U.E. 1008 presenta una concordancia de paternidad con Santiago Herrraiz y corresponde al cadáver de Constantino “Eloy” Herraiz, confirmado genética y antropológicamente, pues falleció a la edad de 42 años. El estudio de los diversos marcadores genético-moleculares utilizados no ha permitido excluir la relación de parentesco entre el perfil obtenido de la pieza dental D3 (posible Jesús Sevilla Herraiz) y el perfil obtenido de la muestra S4 Juliana Sevilla Herraiz, presunta hermana del desaparecido Jesús Sevilla Herraiz. El índice de hermandad (IH) indica que son veintiséis mil cuarenta y dos (26042) veces más probable que dos personas (Jesús Sevilla Herraiz y Juliana Sevilla Herraiz) con ese perfil genético sean hermanas frente a que dos personas con ese perfil genético, no sean hermanas. En conclusión, el esqueleto U.E. 1004 corresponde a Jesús Sevilla Herraiz, confirmado genéticamente, y los datos antropológicos son concordantes con una edad de fallecimiento de 26 años. El índice de hermandad (IH) obtenido no permite establecer relación de parentesco entre el perfil encontrado en la pieza dental D1 (UE 1007) y el perfil obtenido de la muestra S7 Rosalía Argiles Jarque, presunta hermana del desaparecido José Argiles. Del esqueleto U.E. 1005 (D2) no se ha podido obtener material de ADN susceptible de lectura, luego por exclusión, correspondería a José Argilés “Manolete”. Esta propuesta de identificación es compatible con los datos antropológicos, con una edad de fallecimiento de 30 años. El esqueleto U.E. 1007 no presenta concordancia con las tres familias estudiadas. Posiblemente pueda atribuirse a “Jesús el andaluz”, según lo que se indica en el informe de la comandancia de la Guardia Civil de 1948.

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U.E

Sexo

Edad antropológica

Edad real

1004 1005

Varón Varón

25-35 años 24-32 años

26 años 30 años

Estatura cm 157-162 162-163

1007 1008

Varón Varón

30-35 años 40-45 años

¿? 42 años

163-164 150-154

Identidad ADNn Jesús Sevilla Herraiz “Martín” José Argilés Jarque “Manolete” ¿Jesús, el andaluz? Constantino Herraiz Rey “Eloy, Pena, Chiribico”

Tabla 3. Resultados del proceso identificativo en la fosa de Villarejo de la Peñuela.

Conclusiones Según el informe de la Guardia Civil procedente de la Comandancia de Cuenca, en su memoria histórica anual, el 16 de octubre de 1948 hubo un asalto por parte de la Guardia Civil a un campamento de guerrilleros. Dicho campamento se encontraba situado en el llamado “Cerro de la Cabeza”, en el término municipal de Villarejo de la Peñuela (Cuenca), a 617 m al sur del pueblo. Durante el asalto, se produjo un tiroteo que duró tres horas, resultando muertos los guerrilleros Jesús Sevilla Herraiz, Constantino Herraiz, José Argilés Jarque y otro individuo del que se ignora su identidad y del que sólo se conoce su nombre de guerrilla, “Jesús” y que posiblemente procedía de Andalucía. Asimismo, se refiere la detención de un quinto guerrillero, Ramón Alises Moreno, que murió el 21 de octubre del aquel año por varios disparos efectuados por la Guardia Civil cuando, según refiere el informe, les conducía hacia otro campamento de guerrilleros y escapó de su custodia (clásico ejemplo de aplicación de la “Ley de Fugas”). Se barajaba la posibilidad de que Ramón Alises fuera enterrado en la misma fosa en la que habían sido enterrados sus compañeros unos días antes, sin embargo, en la fosa sólo aparecieron cuatro cuerpos, quedando como incógnita el paradero final del cuerpo de Alises.

ción histórico-arqueológica así como la identificación antropológica y genética han confirmado la identidad de los desparecidos. Con esta investigación se ha cerrado el duelo de tres familias que a lo largo de 2008 han podido enterrar dignamente a sus seres queridos y honrar su memoria. Agradecimientos Este trabajo ha sido financiado por el Ministerio de la Presidencia (Gobierno de España). Nuestro agradecimiento por su colaboración a: Concepción Plaza Balbadena, Juan José Cubillos, Sergio Polo Cerdá, Tamara Muñoz Peralvo, Alejandro Martínez, Pedro Peinado y Adolfo Pastor. También quisiéramos agradecer a los familiares de la víctimas: Santiago Herraiz, Rosalía Argilés, Juliana Sevilla, Flora López, Emilia Marcos, y a todas las personas anónimas que contribuyeron con su testimonio durante los trabajos de campo, así como a todos los amigos y colaboradores de La Gavilla Verde que han contribuido regalándonos su tiempo en este proyecto. Bibliografía

Los datos arqueológicos y paleopatológicos han permitido definir la verdadera dimensión de este enfrentamiento históricamente documentado, y donde es evidente la existencia de un patrón de ensañamiento y tortura. Esta investigación ha permitido documentar correctamente todos los datos sobre el grupo de guerrilleros desaparecidos, el lugar del asesinato, etiología médico-legal y mecanismos de las muertes, así como las circunstancias de su inhumación ilegal en el cementerio de Villajero de la Peñuela (Cuenca). La investiga-

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