Excavación de urgencia en la Calle San Miguel de Guadix (Granada). Campaña de 1991

M(CAYACION DE URGENCIA EN {A CALLE

SAN MIGUEL DE GUADD( (GRANADA). CAT/TPAÑA

ANDRES

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I,VT,ARIA

ADROHER AURO

,{\TONIO LOPEZ MARCOS

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UBICACION Y METODOLOGIA

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En consecuencia, el planteamiento inicial respondía a dos necesidadcs básicas: en la terraza inferior intentábamos fechar la muralla medieval a ravés de un sondeo iigado directamente a la torre; en la parte superior intentaría;os definir las posibilidades arqueológicas aet terreno, mediante la reali-

El solar, objeto de la excavación de urgencia, se encuenra . situado frente a la antigua Iglesia de Sanüiguel (figura l); la

superficie susceptible de actuación .o.rr,u-d. l.OóO cuadrados, repartidos en ffes bancales de desieual

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zación de algunos sor-rdeos. En el sisrema de registro arqueológico hemos tomado

siendo el más alto y el más bajo los de m"yo.esti*".rrio.r.r.--' "*,..,r10r, En la parte baja del solar aún se observan restos a. lu r.r,rru_ ,. Ila medieval caída en gran parre, así como un bastión .;;;.;pondiente a un torreón ligado originalmente a dicha .r,*.tura- Hacia el sur de .rta-ronu prr-adan observ-arse, absolutamente aislado, restos de otro posible torreón en muy mal estado de conservación, ,r.nrrdo directamente sobre lá roca madre, en este caso, arcillas y limos neógenos. . pos puntos de referencia poseíamos á lu ho.u de proyectar la intervención en esta ro.ruid" un lado, la existencia d;;;; canalización de desagüe (denominada El Al*;;;j;,;;.r." pondieate- a la rambla que ocupa lo que en r" ,,"'rríáJ¿rlu Calle de San Miguel; esta canaliza.iór, .. ,it¡, ¿..rt.o á"i solar y su anchura oscila de tres a cuatro metros po. tér_i.ro medio; de otro, la presencia de un solar f.errte a la zona de excavación, en el que recientemente se iniciaron-";;;;

construccién que permitieron documentar una aupu f."ati.u a no más de dos metros de profundidad respecto j. U rf*.^

Ambos hechos eran indicativos de Ia escasa potencia arqueológica que presentaba la zona ba;a dei sotar. por tan_ to, en este punro. pensamos desarrollaiun solo sondeo con la única tuncionalidad de observar la estratigrafi,

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torre. La delimitación que concebimo, .o,io h #;l;;;; consistió en desarrollai l.r. ao.t. de dos *"rro, de ancho (este-oesre) por tres me,.os de largo a;.;;:;;,;. ffi; que evitáramos posibles accidentes provocados por dernrm_ ,Lres procedentes de la torre, habida i.l.rrtu a. ,u ¿ri"J" deconsérv-¿ción.

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En la parte central del solar, correspondiente a[ bancal superior y con r¡n desarrollo de unos góO il*d";; ;; -. r: que plan reab^ inauallte.m. " 11 arqueológicas, debido a la presencir, de mryo. canridad y variedad cerámica, así como por visualizaise en su p..fU. occidentalfeuna estructura conformada por una fi""u aJ pi._

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dras de tamaño medio y a una profundidad de f ,SO

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Nos pareció, en consecuencia, tonveniente jésarroflar una., actividad intensiva en este punto; por ello procedimo, u ..uii zar tres cortes estratigráIicos de 4 por 4 .n.t.or, al norte, sur y {eatro de la zona. El corre ceatrai quedó deterrni..ao pq¡. ¡i existencia de una pequeña exmrtsión de terreno, ¿. m€tros s¡.adrados qr,re unidos al perfit occidenál "ril¡,2á p.;;;;1; , direcramente en superticie niveles estériles de ariiilas. Los orros dos sondeos deberían alejarse parcialmente a. f". fi*i tes norte y sur del solar ante el ev€olual peligro de áerrtunbe de alguno de los muros q*e por.r,o. .*rl.*'.r, ñ;i;t,*, " 190

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como punto de partida la.

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jonde se ha puesto francesasde Lartes {Herault),"*p..i..r.i"r'¿a en marcha un ambicioso proyecro que permite desarrollar

un sistema de registro múltiple e interactivo entre los distintos niveles de

estudio, desde la excavación hasta la publicación. En cuanto al sistema de excavacián nos planteamos en la terraza superior, tras los primeros resultados proporcionados por'los respectivos sondeos, la intervención en extensión, con la identificación de las unidades.sedimenarias definidas por su. propia naruraleza, Io que obligó u ,rr, .irt"*u de levantamiento de unidades por alzadas áaturales, salvo en aquellos casos en los que era preciso intervenir paquetes demisiado potentes.

2. RESULTADOS El resultado del sondeo en la rerraza inferior fue arqueolG . gicamente nulo; al margen de documenhr algunos i-rir.lo ' de inundaciones (capas de limoo y g.uru. *.,y'ho.ir";;i;;. en el senrido de la calle de San Miguel, anúgua Rambla del _ mismo nornbre), no se observaroá niveles"de ocupación, , siendo definibles todos ellos como niveles de sedimelaciórr procedentes de la parte superior del terreno, que, eüdente_ *.nrll incorporaban makriales arqueológicor, p..o siempre revueltos. Además, hemos de hacer constar que a l,g0 m. de profundidad encontrarnos niveles humedecüos por la capa. fre:itica, haciendo marerialmenre imposible la ánUnuldad

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La parte superior, por el contrario, resultó ser muy rica en (figura 2) ; tras comprotrar due bs distin. tos sondeos se realizaban sobre .esrructuras medievales j,/o romanas, se hizo preciso la inrervención en la toalidad det terreno con la finalidad de observar ta relación horizontal de las distintas ocupaciones rin r.gr,".,o. i;ñ;;;tó* Esta zona presenta una-extánsión aproximada de 340 mr, , f3 los que se han inrervenido unos 30ó. [.a potencia arquec. {ógica med.ia varía entre los .10 cms: e., alguáos pur,or, h** los más de dos metros en orros (sin inchlir uq,ri lu poien.iu de los pozos y,/o silos). La primera conclusián qrr" h.*o, .restos arqu€ológicos

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logrado extraer ineide sob-re Ia t"opografia a"i,*i.* no, ya que la potcncia arqueológica crece".i$"ui ha"cia el Esre. en tanto qüe Ia inclinación actual dál terreno se dirige hacia el

Oeste. fsto hace pensar en'la existencia de un p.qi.A" cerrq: que asomado directamenre sobre al antiqrra fir*¡tu de San Itiguel (al Oesre) iba descendiendo en añura hacia e[ cenrro

de la ciudad actual (hacia el Iste):

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Estratigráficamente, y en esta primera campaña correspon_

ción de un pozo califal (F-l 18), sólo quedan 35 cms. del mis

diente al 1991, se ha documentado una presencia hu*a.,a

mo. En todo caso, la estructura continua desarrollándose hacia el sur y hacia el este, esrando iguámente .".oa, f.. .i oeste por la construcción de la canalización Gl0Z, Sin embar_ go, por este lado su prolongación no debió ser demasiado

continua desde la Edad det Bronce (presumiblemente Bronce Antiguo), hasta la actualidad, .o.r'un hl";; ;;; ;;.;;

al

EdaddclBrona:

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fuerte habida cuenla del desarrollo que sufre la arcilla,

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sente al oesÉ de C-102 en cotas supáriores a las que corres_ ponden al empedrado .lesAIdeotro lado de Ia canalización Gl0l se prolongan los nive_ ocupación argáricos, correspondie.ri. u ,rr,á habiración que se asienta directamente sobre Ia arcilla, a la que quiebra en algunos puntos (al sur y al oeste) y utiliza como pared en plte de su desarrollo a modo de zócalo. Como apoyo a esta hipótesis de paredes de arcilla ürgen hemos evidenciado una ausencia de piedras que pudiesen" haber sido utilizado como zócalo en el sector más occidental. Entre los materiales aparecidos resaltamos la existencia de varios molinos, asÍ ámo algunas piezas relativame n te completas .""".".' fr"* irilrif cos hásicamente) que, unido a Ia escasez de cerámicas y resros faunísdcos de desecho, nos hacen pensar en la posibilídad de

Se presenta en un paqrlete de tierra homogéneo, color marrón cla¡o, en el secror D (UA 1376 y 1396). Hasta el

momento este paquete no ha sido excavado, aunque sÍ sonde_

ado. En.el caso de que la intervención se continue en una segunda podrá definirse si ésre es realmente el pri_ ¡ampaña mer nive[ de ocupación o si existen momentos preüos. Eritre el escaso material extraido hasta el momento pldemos resaltar la existencia de un borde de copa'bruñidal así como una tulipa de carena-baja y pie cónico de anillo, cortado ;;'i; p,aüe que urre al cuerpo de la pieza (figura B). Esta tulipa (UA 1390), sin duda in situ, nos hace p.ñ.r. en la exisrencia de resros de una posible rumba embutiáa en el perfil oriental, junto a una esrrucrura de piedra üva (UA tSgZ), a 2,15 de profundidad), irregular en irr superficie pero t o*ogen.u .n su extensién, que no. podernos inte.p.*tu. coiro un suelo de paso o habitaci1a, ya que, en esr€ caso se hubiera producido cierto desgaste en las aristas de las piedrrs (figura 4). puede asrmlsmo extstlr un paramentó en el.extremo se.ptrentional, pero al haber sido fracturada la estructura po, iu .onrt u._

que se trate de una unidad doméitica.

con la estructurá empedrada

l¿ .elació., e*i.t.rrt. urrt..ior*..r..il;;;:;

encuen-tra rnediatizada por la construcciói de lós sistemas de la canalización romana: La presencia de un pequeñq paquete

de tierra de las misr¡as cariterístic* q,r" i* L,.rio.r.,"rr,. citadas para la UA 1396 enrre el -.r.o ü-127 y.t to.."On ..rrtral, en un pequeño espaeio y con materiales poco alrcrados

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