Examen de boticarios en Navarra en el siglo XVIII

August 22, 2017 | Autor: Carlos Adanero Oslé | Categoría: History, History of Science, Historia, Historia de la Ciencia, History of pharmacy, Historia De La Farmacia
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REV. SOC. CATALANA HIST. FARM., 8 (23): 39-45 (2013). ISSN 1887-908X

EXAMEN DE BOTICARIOS EN NAVARRA EN EL SIGLO XVIII Carlos Adanero Oslé Miembro de la SCHF

“Las Leyes del Reyno confirman demasiadamente esta aserción, como se demostrará por las que sucesivamente fue estableciendo, poco satisfecho de la legitimidad con que se expedían títulos, y de la ineptitud de Profesores de que estaba poblado Navarra” Informe Echandi. 1784. INTRODUCCIÓN En ocasiones, al vivir momentos de convulsión social, económica y cultural, suele resultar interesante echar una vista rigurosa al pasado. Muchas veces se puede constatar que cuando menos, resulta difícil encontrar algo nuevo bajo el sol. Para ello, vamos a situarnos: finales del siglo XVIII, reino de Navarra. Hace años que el protomédico no reside en Navarra1 aunque se haya respetado normalmente que sea navarro. Sustitutos sin casi autoridad y que no se atreven a ejercer su potestad coordinan como pueden las profesiones sanitarias en el viejo Reyno. Entonces, Madrid decide nombrar a un médico de nacimiento navarro2 y de gran prestigio como protomédico. Mauricio de Echandi3 ha sido casi todo en la medicina de la época, se trata de un hombre con experiencia. Se 1) IBORRA, P; RIERA PALMERO, J. B; GRANDA JUESAS, J. Historia del protomedicato en España (1477-1822). 1987. 2) LÓPEZ TERRADA, M. L. Los estudios historicomédicos sobre el Tribunal del Protomedicato y las profesiones y ocupaciones sanitarias en la Monarquía Hispánica durante los siglos XVI al XVIII. Dynamis: Acta Hispanica ad Medicinae Scientiarumque Historiam Illustrandam, 2008, vol. 16, p. 21-42. 3) GIL SOTRES, P; SÁNCHEZ ÁLVAREZ, J. El Protomedicato navarro: itinerario de una investigación. Dynamis: Acta Hisp. Med. Sci. Hist. Illust. 1996,v. 16, p.187204.

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le nombra protomédico para arreglar la situación en Navarra. Su primer objetivo es analizar la situación. Tenemos la fortuna de que este hombre fuera sistemático e ilustrado. Por suerte, nos han llegado sus anotaciones y experiencias. BREVES NOTAS BIOGRÁFICAS DE ECHANDI4 El doctor Mauricio de Echandi y Montalvo nació en la localidad de Los Arcos, situada en el Camino de Santiago5 y con una curiosa historia, pues, desde 1453, pertenecía al reino de Castilla, y, hasta 1753, no volvería a pertenecer de pleno derecho al reino de Navarra, con lo que técnicamente Echandi era castellano, pues nació en 1732. Se examinó de filosofía en Valencia y allí efectuó estudios de medicina. En 1750 el doctor Gonzalvo, acredita sus pasantías preceptivas. Echandi presentó todos estos títulos en la Universidad de Irache, que no daba formación de Medicina, pero expedía títulos6. Hay autores que afirman que opositó, en 1750, a una plaza en el Hospital de Nuestra Señora de la Gracia de Zaragoza7. Sánchez opina que esto es poco probable, pues en esa fecha contaba con 23 años. Tras una casi segura estancia en Zaragoza, es nombrado primer médico del Real Hospital de La Coruña8 en 1756. En 1765 se reconoce su valía al nombrarle examinador de la Subdelegación del protomedicato en La Coruña9 y ser llamado para atender al infante don Luis en la corte. 4) SÁNCHEZ ÁLVAREZ, J. El protomedicato navarro y las cofradías sanitarias de san Cosme y san Damián. El control social de las profesiones sanitarias en Navarra. (1496-1829). Pamplona, 2010. 5) GONZÁLEZ DE LA RIVA, J. M. Aportación al estudio histórico de la Farmacia en Navarra. Diputación Foral de Navarra, Institución «Príncipe de Viana», 1962. 6) HERRERO HINOJO, M. P. Contribución al estudio de la historia de la Farmacia en Navarra. Arch. Iber. Hist. Med, 1953, vol. 5, p. 125-175. 7) FERNÁNDEZ DOCTOR, A. El control de las profesiones sanitarias en Aragón: el Protomedicato y los Colegios. Dynamis: Acta Hisp. Med. Sci. Hist. Illus. 1996, vol. 16, p. 173-185. 8) PARRILLA HERMIDA, M. El Doctor Mauricio Echandi primer Subdelegado del Real Protomedicato en el reino de Galicia y Principado de Asturias. Siglo XVIII”. En Actas del IV Congreso de Historia de la Medicina. 1973. p. 243-246. 9) PARRILLA HERMIDA, M. La Subdelegación del Real Protomedicato en Galicia y Asturias’. En Actas del IV Congreso Español de Historia de la Medicina.

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En 1779 es nombrado primer médico del Hospital militar de San Roque en Cádiz y protomédico del ejército que sitiaba Gibraltar. En su estancia allí es elegido para protomédico del Reino de Navarra en Real Cédula de 22 de junio de 1780. Por necesidades del servicio, dado lo acuciante de la situación en el frente del asedio a Gibraltar, no se incorpora a su puesto en Navarra hasta 1783. La cédula de nombramiento especifica que era destinado a Pamplona con dos misiones: elaborar una propuesta para mejorar la enseñanza y proponer las reformas necesarias para establecer un tribunal del protomedicato “más conforme y útil a la causa pública”10. Desde su llegada a Navarra se encomendó a una labor pulcra y profunda, tratando de hacer un preciso diagnóstico de la situación. Para ello hizo unos detalladísimos y escrupulosos informes que encontraron la incomprensión en Navarra y que se ahogaron en la burocracia de la corte. Según palabras de Sánchez, “en plena lucha” por sacar sus iniciativas adelante, falleció en Madrid en 1785. En menos de dos años de intenso trabajo había elaborado no menos de seis informes y dos extensos proyectos. Tenemos datos de que mandó al botánico de origen francés Luis Née para realizar un jardín botánico en Pamplona11. Desgraciadamente, este proyecto no se llegó a realizar. Tampoco se aplicaron sus reformas. EL INFORME ECHANDI SOBRE LOS EXÁMENES Uno de los documentos que redactó de su puño y letra el doctor Echandi se conserva en el Archivo Histórico Nacional, en la sección de consejos suprimidos legajo 5283. Se trata de un informe específico dentro del conjunto que elevó Echandi sobre la particular situación navarra. Nos encontramos con alguien clave para comprender la situación de las profesiones sanitarias en la Navarra de finales del siglo XVIII12. El texto consta de veinte páginas manuscritas13. La letra es muy cuidada y estilizada, incluso para una persona formada de la época. El informe está 10) AGN. Tribunales Reales. Libro de cédulas reales. Libro 8; f:101. 11) COLMEIRO, M. La botánica y los botánicos de la Peninsula Hispano-lusitana. Madrid, 1858. p 183. 12) ZARZOSO, A. Protomedicato y boticarios en la Barcelona del siglo XVIII. Dynamis: Acta Hisp. Med. Sci. Hist. Illust. 2008, vol. 16, p. 151-171. 13) ALBI ROMERO, G. El protomedicato en la España ilustrada:(catálogo de documentos del Archivo General de Simancas). 1982.

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dividido en apartados y éstos en capítulos numerados. Esto denota un orden mental que se mantiene a todo lo largo del informe. En la introducción, Echandi sitúa al lector en el sentido estricto; no en vano el Reino de Navarra tiene leyes propias, una historia que transcurre paralela a la del lector en la corte, pero que no es igual. Así, Echandi recuerda que Navarra tiene sus propias Cortes, sus propias leyes y su modo particular de ver las profesiones sanitarias. No debemos perder de vista que Echandi no es un individuo con tendencias claras: ha estudiado en Valencia, ha trabajado en Zaragoza, La Coruña y Gibraltar. Podríamos decir que es un hombre al servicio de un estado moderno, no de una parte de los territorios dentro de ese estado. Como dice Riera, es un hombre del rey14. LOS EXÁMENES EN EL REINO En la documentación que Echandi maneja “se ignora en qué términos se celebrarían los exámenes en lo antiguó, aunque la multiplicidad de constituciones de la cofradía acredita su insuficiencia y poca exactitud”. Pensemos que, por su cargo, disponía de todos los archivos que hubiera en aquel momento. De hecho, vemos que cuando trata de aprobados y suspendidos en los exámenes, revisa todos los del siglo. Quiere estar seguro de lo que afirma. En ningún momento del informe habla de impresiones, sensaciones o elementos de juicio subjetivos; Echandi proporciona datos, hechos. Empieza revisando las disposiciones diferentes sobre el examen de médicos, cirujanos y boticarios que ha habido en el Reino. De ello deduce que la frecuencia de cambios implica inestabilidad y lucha de fuerzas, en suma, poca fiabilidad. Esto a partir de 1496, fecha de fundación de la cofradía de san Cosme y san Damián de Pamplona, que es un hito relevante de la ordenación de las “tres facultades” en Navarra. Luego hace un recorrido exacto de la legislación sobre los exámenes en los casi tres siglos que median entre la fecha de escritura de su informe y la historia documentada de la ordenación sanitaria en Navarra. Este es el punto de partida. Echandi registra varias correcciones a este sistema realizadas por las cortes de Navarra a lo largo del XVI, XVII y el XVIII. Tras esta concienzuda introducción, pasa a relatar como es el método de examen. El epígrafe se encuentra dividido en tres partes, tantas como facultades. 14) RIERA PALMERO, J. B. Protomedicato, humanismo y medicina en Castilla. 2000.

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No lo dice específicamente pero parece claro que las reflexiones en torno a la realidad de los exámenes no fueran delegadas o de testimonios de terceros, sino experiencias directas del autor. Relata que, veinticuatro horas antes del examen, el aspirante escogía su suerte en los cuatro libros clave. En lo tocante a los boticarios, como ya se ha transcrito en ocasiones, el examen constaba de ocho preguntas. Tres de “theorica” y cinco de práctica. La primera de teoría se hacía “picando” (poniendo el libro de canto y punteando con algún objeto puntiagudo) en “una especie de cartilla15 publicada en 1729 por un boticario de esta ciudad16 llamado Viñaburu17. La segunda y tercera eran por el libro de un boticario de Tudela llamado Leache18 (Miguel Martínez de Leache) reimpreso en 1688, de nombre Controversias pharmacopales19. Las preguntas de la parte que llamaban práctica, se sacaban de la farmacopea valenciana20 de 1601, reimpresa en Zaragoza a finales del siglo XVII. Echandi aporta el dato de la reimpresión, para informar sobre el escaso nivel de innovación y puesta al día de los conocimientos que había en Navarra en ese momento. Comenta que las preguntas de esta parte siempre versaban sobre jarabes, confecciones, píldoras y emplastos. Finalmente, la parte de química (que siempre es sobre un antimonial o un mercurial) va por el libro de química de Lemery21 traducido por Palacios. Una vez expuestos los ocho temas, el examinando debía relatar una operación de memoria, leyéndola antes en la farmacopea, y explicándola con el libro cerrado. Luego, atendía a las preguntas de los colegiales médicos y del protomédico (que tenía voto de calidad) y de los colegiales boticarios, 15) ADANERO OSLÉ, C; CALVO ALONSO, I. Pedro de Viñaburu Poza. Nuevas aportaciones sobre la vida y obra de un boticario navarro del siglo XVIII. Príncipe de Viana (PV), 2009, vol. 246, p. 197-223. 16) VIÑABURU, P de. Cartilla pharmaceutica chimico-galenica. por D. Josef Miguel de Ezquerro, Pamplona.1778. 17) ADANERO OSLÉ, C. Pedro de Viñaburu (1691-1757) y la formación de los boticarios en Navarra. Príncipe de Viana, 2011, vol. 72, no 254, p. 209-223. 18) SANCHEZ-MOSCOSO HERMIDA, A. La peligrosidad del medicamento a través del Discurso Farmacéutico sobre los Canones de Mesué, de Miguel Martinez de Leache (1652). Boletin de la Sociedad Española de Historia de la Farmacia Madrid, 1984, vol. 35, no 138, p. 103-123. 19) MARTÍNEZ DE LEACHE, M. Controversias pharmacopales: adonde se explican las preparaciones y elecciones de Mesué. Madrid, 1688 20) COL·LEGI D’APOTECARIS. SUÑÉ, J.M. Officina medicamentorum: Valentiae MDCI. Cátedra de Historia de la Farmacia y Legislación Farmacéutica. Universidad de Barcelona, 1973. 21) LEMERY, N. Course de Chimie. Traducción de F. Palacios. Madrid, 1703.

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generalmente tres. La votación se hacía por el tradicional método de las habas negras y blancas. El siguiente epígrafe resulta demoledor. Bajo el título de “observaciones sobre los referidos exámenes” de nuevo repartidas en tantos apartados como facultades, va exponiendo sus observaciones, esta vez numeradas. Seis puntos tienen las observaciones de los exámenes de los médicos. Las de los boticarios son siete. Echandi encuentra el examen de boticarios en la década de los 80 del siglo XVIII “mui defectuoso para conocer la inteligencia de los pretendientes”. Considera que el primer y tercer punto de “theorica” en realidad son uno sólo, “porque reduciéndose el fin de los Cánones a hacer claro discernimiento de los mixtos en todos debe observarse sin diferencia su sustancia, olor, color, tacto, peso y consistencia que esto es de lo que tratan aquellos”. Algunos procesos como la lavación, infusión, cocimiento y trituración no son propios de “theorica sino de práctica y mui somera”. En definitiva, estima que esta segunda pregunta no debe ser objeto de examen. La observación numerada con el tres considera que el temperamento y modo de acción de los medicamentos no es objeto de estudio de los boticarios y que no les aporta nada. Dice que incluso les hace perder el tiempo ocupados en estudiar aspectos que no hacen sino distraerles de sus verdaderos intereses. En el cuarto punto, se observa que en lo tocante a elecciones, sólo se estudian y se trata de un número limitado de purgantes. Echandi considera escaso ese número de medicamentos tan importantes para la medicina de la época. En las observaciones cinco y seis expone que tanto las preguntas de química como de operaciones farmacéuticas son de escaso contenido; el temario es muy limitado. En lo referente a la química, considera muy escaso el temario de principios y elementos. El punto siete es categórico: “no se habla ni por casualidad del punto más necesario y principal que es la Botánica”. En la segunda parte, arremete contra un aspecto de suma importancia, que al mismo tiempo le retrata: “tampoco se hace mención , ni se cuenta como debiera para la Galénica, con la farmacopea matritense, siendo la más conforme a la práctica del día, y por la que se habilita al despacho de recetas”. Para terminar, echa de menos un mayor contenido práctico, que el aspirante efectuara alguna operación delante del tribunal. No contento con esto, se da paso al último epígrafe, de nombre contundente: “abusos comunes en los exámenes de médicos, cirujanos y boticarios”. Abusos sobre la puntualidad de los colegiales, sobre el cobro de los derechos de examen a los reprobados, la excesiva duración del examen, apadrinamientos, discusiones entre examinadores y padrinos son algunos de los temas que plantea. 44

En el punto número 11, señala que en los exámenes de boticarios y médicos es raro ver un haba negra. Por el contrario es raro que en los exámenes de cirujanos no las haya. En el punto doce apunta que las reprobaciones son rarísimas. El último punto se refiere a las dispensas de alguna de las condiciones que tenían que tener los profesionales según las disposiciones vigentes. Se ha dispensado de latinidad y de ser mayor de 25 años a unos cincuenta boticarios desde 1724. Los autores de esas dispensas son el virrey, los regentes y los decanos. CONCLUSIONES 1.Constatamos la dicotomía existente entre lo previsto por la ley y la realidad de los exámenes comprobada in situ por el protomédico Echandi. 2.Los contenidos de los exámenes son anticuados y, en apreciación de Echandi, recurren demasiado a la memoria en lugar de a la destreza del examinando para ejercer su profesión. 3.Más allá del contenido eminentemente memorístico de las partes del examen de boticarios, a juicio del doctor Echandi, hay temas que no competen a los farmacéuticos sino a los médicos y que distraen a los aspirantes a boticario de su verdadero conocimiento, como son el temperamento de los medicamentos, su modo de obrar y efectos que producen. 4.La química es muy superficial y hay una ausencia total de temas de botánica. Esto no es tolerable en el tiempo en que se hace el informe en el cual ya la botánica era una ciencia en auge y la química se abría paso como disciplina basada en términos empíricos y se consolidaba como ciencia con bases firmes22. Por otro lado, aboga por el uso de la farmacopea matritense, que con perspectiva actual no se puede decir que sea mucho más acertada que la valenciana del XVII, pero que para su época supuso un indudable avance. 5.Sobre los aspectos de corruptela en los exámenes, está claro que no nos podemos rasgar las vestiduras, pues se trata de constatación de un hecho previsible en instituciones tan arraigadas en el pasado como las cofradías profesionales. Quod erat demostrandum.

22) Recordemos que para estas fechas, Antoine Laurent Lavoisier (1754-1794) y Carlos Linneo (1707-1778) ya habían publicado sus grandes obras, que marcan al siglo XVIII como un punto de inflexión científico.

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