Ex braceros: un problema migratorio con pasado y presente, Abel Astorga Morales y Cándido González Pérez

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Descripción

Ex braceros: un problema migratorio con pasado y presente

Ex braceros: un problema migratorio con pasado y presente Cándido González Pérez Abel Astorga Morales

González Pérez, Cándido

Martín Vargas Magaña  Secretario General Pedro Verónica Rosales Secretario de Organización Jorge Alberto Vargas Moreno Secretario de Actas y Acuerdos Ricardo Flores Martínez Secretario de Finanzas

Ex braceros: un problema migratorio con pasado y presente / Cándido González Pérez; Abel Astorga Morales; presentación Martín Vargas Magaña. -- 1a. ed. -Guadalajara, Jalisco: Sindicato de Trabajadores Académicos de la Universidad de Guadalajara, 2015. 102 pp.; 19 cm. x 25 cm. – (Letras Académicas) Bibliografía: p. 96-100 ISBN 978 607 9427 13 9 1. Trabajadores extranjeros mexicanos-Estados UnidosHistoria-Siglo XX 2. Trabajadores agrícolas-Estados UnidosHistoria-Siglo XX I. Vargas Magaña, Martín, presentación II t. II. Serie. 331.62 72073 .G64 CDD HD8081 .M6 .G64 LC

Francisco Javier Torres Aguayo Secretario de Trabajo y Conflictos Erika Natalia Juárez Miranda Secretaria de Asuntos Académicos y Culturales Octavio Raziel Ramírez Osorio Secretario de Prestaciones

Primera edición, 2015 Textos © 2015, Cándido González Pérez, Abel Astorga Morales

Juan Manuel Franco Franco Secretario de Relaciones

D.R. © 2015, Sindicato de Trabajadores Académicos de la Universidad de Guadalajara Av. José Parres Arias 555, Conjunto Belenes 45157 Zapopan, Jalisco

Andrés Rodríguez García Secretario de Deporte y Promoción de la Salud

www.staudg.mx

Luis Florián Cruz Secretario de Análisis Económicos, Políticos y Sociales

ISBN 978 607 9427 13 9 Se prohíbe la reproducción, el registro o la transmisión parcial o total de esta obra por cualquier sistema de recuperación de información, existente o por existir, sin el permiso previo por escrito del titular de los derechos correspondientes. Hecho e impreso en México Printed and made in Mexico

Índice 6 Presentación 8 Introducción 16 18 25 32

El nacimiento de la Alianza Binacional Braceroproa, y el desentierro de una problemática migratoria El surgimiento de la protesta El nacimiento de Braceroproa El proceso de consolidación de la lucha social

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Otras versiones sobre el desarrollo de la protesta social.

41 48 59

Los ex braceros y la Placita Olvera de Los Ángeles La demanda jurídica y la protesta ante Banrural Beneficios a ex braceros según el testimonio de Baldomero Capiz

66 68 76 81

Los últimos años: alcances, éxitos y desavenencias en las organizaciones de ex braceros Llega el éxito pero a la vez las desavenencias El pago en abonos Los últimos años y el regreso del PRI al poder

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Conclusiones

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Fuentes

La labor de la Unión Binacional de Exbraceros

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Presentación MARTÍN VARGAS MAGAÑA Los títulos que forman esta colección son los trabajos ganadores del segundo concurso Publica Tu Libro, al que invitamos a participar a la comunidad universitaria. La valoración y selección de las obras estuvo a cargo de un grupo de académicos destacados, provenientes de las distintas áreas de conocimiento, a quienes agradecemos su labor como jurados. En la comunidad académica universitaria existe talento, arte y oficio para generar materiales de apoyo a la docencia y de divulgación del conocimiento, con contenidos originales y valiosos. Por ello, a través de este concurso, nos dimos a la tarea de convocar a docentes e investigadores para dar origen a la colección Letras académicas. Publica Tu Libro y Letras académicas pretenden cumplir con tres propósitos fundamentales: primero, brindar un apoyo decisivo a nuestros compañeros profesores e investigadores para que publiquen los resultados de su trabajo académico. Segundo, crear un fondo editorial para los trabajadores académicos afiliados al STAUdeG, como punto de partida para sistematizar, divulgar y preservar su producción intelectual. Y por último, poner al alcance de toda la comunidad estudiantil y académica de nuestra universidad, esta serie de obras realizadas por sus profesores

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Presentación

o colegas que día con día acuden a las aulas y laboratorios a refrendar su vocación docente y así contribuir a formar a las nuevas generaciones. Estos propósitos surgen de los estatutos de nuestro sindicato, que establecen entre sus objetivos primordiales: “promover programas y acciones que contribuyan a la superación profesional y académica de todos nuestros afiliados, y participar de manera propositiva en la realización de los objetivos de la educación superior y en las políticas académicas que se desarrollen en la institución”. Pero más allá de lo establecido, lo imperativo para nuestra organización y para quienes tenemos el honor de estar al frente de ella, es el llamado a recuperar una parte fundamental de la tradición universitaria: el hábito de la reflexión profunda e inteligente sobre los asuntos y temas que afectan e interesan a nuestro país, nuestro estado y nuestra universidad, para compartir los frutos que ella arroje por mediación de nuestros colegas y legarlos a los estudiantes. Quienes formamos parte de la mesa directiva del STAUdeG queremos hacer un sincero reconocimiento a todos los afiliados que atendieron puntualmente a la convocatoria que dio inicio a esta empresa.

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Introducción

ABEL ASTORGA MORALES CÁNDIDO GONZÁLEZ PÉREZ

A finales de la década de los noventa del siglo XX, surgió tanto en México como en Estados Unidos una protesta social integrada por ex braceros que reivindicaban el pago del Fondo de Ahorro que les fue regresado de manera íntegra, y que había sido creado cuando laboraron en el vecino país del norte mediante el Programa Bracero (1942-1964). Se trataba de un problema bastante añejo que no había sido atendido desde que concluyeron los convenios del Programa Bracero en la década de los sesenta, y que ahora regresaba con fuerza y ponía en relación directa el pasado con el presente. Situados en este contexto, el presente libro realiza un primer acercamiento a la basta temática que encierra el tema de los ex braceros y el Fondo de Ahorro, un proceso social que se ha extendido durante más de siete décadas y que continúa vigente hasta el día de hoy. Los braceros —trabajadores migratorios llamados coloquialmente así porque utilizaban sus brazos como principal fuerza de trabajo en el agro y los ferrocarriles estadounidenses— fueron los protagonistas de la migración mexicana entre las décadas de los cuarenta y los sesenta. No obstante, la historia de la migración de México hacia Estados Unidos inició desde la pérdida de los territorios de Nuevo México, Arizona y California en 1848, cuando cientos de mexicanos quedaron del otro lado de la línea fronteriza, y cuando, en los años siguientes, otros tantos emprendieron el éxodo de México hacia el norte. Desde entonces, la emigración de connacionales ha sido constante y masiva, y generalmente no autorizada. Otros hechos que incentivaron la migración de campesinos pobres hacia Estados Unidos fueron, primero, la aprobación en el vecino país de la tristemente conocida Ley de Exclusión de Chinos en 1882, mediante la cual fue repatriada la población de origen asiático después de haber sido considerada un peligro para la sociedad. En el área de San Francisco, que contaba con la mayor población originaria de Asia, se les fue discri8

Introducción

minando a tal grado de que se aprobó una ley de alcance local que prohibía el uso de “colas de caballo” en el pelo y se autorizaba el cobro de un impuesto especial a quienes utilizaran carros de tracción manual, es decir, estaban exactamente dirigidas a los chinos, quienes eran los únicos que dejaban crecer su pelo y lo ataban en la nuca, y quienes jalaban carros con sus manos para ahorrar dinero en el uso de transporte (González, 2011). El segundo hecho que incentivó la inmigración mexicana en Estados unidos fue la inauguración de la estación del ferrocarril en la población fronteriza de Ciudad Juárez, que comunicaba por primera vez el centro del país con el vecino del norte. Posteriormente, en los últimos años del porfiriato, pero sobre todo durante la Revolución Mexicana, muchos mexicanos huyeron de la guerra y se instalaron principalmente en San Antonio, Texas, y en California. En esta ocasión, los migrantes no eran necesariamente campesinos pobres que iban en busca de trabajo, sino que en muchos de los casos se trataba de familias adineradas que tenían la posibilidad de llevar consigo lo más valioso de sus pertenencias. De acuerdo a la información censal, en el México revolucionario de 1910 había veinte millones de habitantes y en 1920 la cantidad había disminuido a diecinueve millones; por supuesto, la mayor parte de esta disminución se debió a las muertes durante el conflicto armado. Sin embargo, no hay que minimizar la cantidad de connacionales que se vieron obligados a cruzar la frontera. Otra conflagración, la conocida Guerra Cristera, obligó, al igual que la Revolución Mexicana, a que muchas familias huyeran y se quedaran a residir en el país vecino. La Guerra Cristera duró sólo tres años y representó menos en pérdidas humanas y en territorios inmiscuidos en el conflicto en comparación con la Revolución; no obstante, en términos de cuantificación de migrantes, fue alto. La época de la cristiada lamentablemente coincidió con el inicio de una gran crisis económica en Estados Unidos conocida como la Gran Depresión, en la cual más de diez millones de trabajadores quedaron sin empleo. El entonces presidente Hoover tomó una iniciativa que causó graves consecuencias a los mexicanos residentes en aquel lado de la frontera: ordenó que se “repatriara” a todos los mexicanos para paliar en alguna medida las graves consecuencias que estaban sufriendo con la profunda crisis. Así, muchas personas, por el sólo hecho de parecer de nacionalidad mexicana, fueron recogidas directamente en las calles, 9

Ex braceros. Un problema migratorio con pasado y presente

en sus lugares de trabajo e inclusive en el interior de sus casas y fueron “repatriadas”. Debido a que no hubo cifras oficiales, se habla de entre quinientos mil y dos millones de “mexicanos” devueltos a nuestro país, pero lo más lamentable de todo fue que muchos de ellos habían nacido en Estados Unidos y eran hijos de mexicanos que tenían residiendo más de una década en suelo estadounidense. La historia de Estados Unidos se ha escrito con varias páginas negras; la primera en materia de migración fue la mudanza forzosa de los cherokis, conocida por estos últimos como “el sendero de las lágrimas”; la segunda, cuando se expatrió a los chinos; y la tercera con la salida obligatoria de los mexicanos. Un escritor mexicano que se ha convertido en clásico de los estudios migratorios, Manuel Gamio, quien entre 1926 y 1927, precisamente en las vísperas de la Gran Depresión, realizó entrevistas con varios migrantes. En sus obras dejó asentada información sobre las innumerables labores que realizaban los mexicanos, como por ejemplo en las cosechas de betabel, el trabajo en las minas, los ferrocarriles, los campos agrícolas del medio oeste y las industrias manufactureras. En la siembra, por ejemplo, laboraban jornadas de más de diez horas que constantemente les causaban lesiones en la espalda. Algunas veces ocurrían accidentes en los que los niños pequeños que acompañaban a sus papás se asfixiaban entre los bultos de algodón o eran prensados por las máquinas.1 Se sumaba a ello el actuar de grupos radicales, que con malintencionados criterios racistas actuaban en forma negativa contra los inmigrantes, particularmente contra los mexicanos. El resultado fue la formación de un estereotipo despectivo y peyorativo basado en el color de piel, la forma de vestir y el nivel educativo. De ahí que ciertos sectores consideraran necesario segregar a los inmigrantes y evitar que estos rompieran la “hegemonía” social y racial. Uno de los principales movimientos racistas fue el Ku Klux Klan, que hostilizaba constantemente a los trabajadores mexicanos para que salieran del país.2

1

Manuel Gamio, “El inmigrante mexicano. La historia de su vida. Entrevistas completas, 1926-1927”, en Weber, Devra, Roberto Melville y Juan Vicente Palerm (compiladores), Migraciones Internacionales, Vol. 2, Núm. 1, enero a junio de 2003, México, SEGOB-CIESAS-Miguel Ángel Porrúa-UC Mexux, 2002, pp. 21, 22, 61, 62.

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Alanís Enciso, Fernando Saúl, “Los inmigrantes mexicanos en Estados Unidos. La cons-

Introducción

No obstante, sin duda una de las etapas migratorias que más perduran en la memoria nacional y que podríamos calificar como la “época de oro” fue la bracereada. Así llamaron coloquialmente los braceros a los programas de trabajadores agrícolas y ferroviarios que se firmaron con Estados Unidos desde 1942, y que con múltiples reconstituciones y prolongaciones se mantuvieron activos hasta 1964. En ese tiempo, estos programas patrocinaron a 4 millones 646 mil199 trabajadores,3 procedentes principalmente de zonas rurales mexicanas, quienes encontraron en esta oportunidad laboral, la válvula de escape a las presiones generadas por el desempleo y la concentración de la riqueza en el país. En resumen, desde las postrimerías del siglo XIX y los principios del siglo XX, los inmigrantes mexicanos fueron objeto de maltratos, humillaciones y racismo; a ello se le debe sumar que percibían sueldos bajos, regularmente vivían en condiciones ínfimas y con frecuencia eran deportados indiscriminadamente. Por ello, los funcionarios mexicanos que tuvieron en sus manos la reglamentación del Programa Bracero tomaron en cuenta el contexto histórico anterior y pretendieron planificar la emigración para evitar problemas cuando los trabajadores regresaran. Así, se concibió e implementó entonces la cláusula que autorizaba la deducción del diez por ciento salarial. Se pretendía que con el dinero del fondo, los trabajadores pudieran adquirir insumos e implementos agrícolas para el campo, y que además aplicaran los conocimientos obtenidos en los campos estadounidenses al agro mexicano. Se determinó que el dinero deducido del sueldo de los braceros continuamente se depositaría en los bancos estadounidenses Wells Fargo y Union Trust Company, los cuales se encargarían de remitirlo al gobierno mexicano a través de las entidades bancarias Banco Nacional de Crédito Agrícola (después Banrural) y Banco del Ahorro Nacional. Sin embargo, debido a innumerables anomalías, la implementación del Fondo de Ahorro terminó en un monumental fracaso, pues por un lado no se pudo adquirir en Estados Unidos la maquina-

trucción de un estereotipo, 1890-1922”, en Alanís Enciso, Fernando Saúl (coordinador), La comunidad mexicana en Estados Unidos. Aspectos de su historia, México, El Colegio de San Luis-CONACULTA, 2004, pp. 43, 49-52, 56. 3

Calavita, Kitty, Inside the State: The Bracero Program, Immigration, and the I.N.S, Lexington, Kentucky, Quid Pro Books, 2010, p. 238.

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Ex braceros. Un problema migratorio con pasado y presente

ria agrícola, y por el otro, en México el sistema de cobranza de los montos estuvo repleto de irregularidades. Este contexto histórico dio pie a que a partir de los años noventa, cientos de ex migrantes, apoyados por activistas, iniciaran una protesta social en busca de la devolución del dinero. Desde los primeros meses de 1998, la preocupación por la problemática de los ahorros —que se había mantenido en el olvido al menos desde la década de los sesenta hasta los años noventa— volvió a ser un tema vigente, y la preocupación de los ex migrantes por recuperar su dinero se manifestó con ímpetu. Desde entonces, empezaron a surgir grupos de ex migrantes organizados que emprendieron aguerridas manifestaciones ante autoridades federales, estatales y locales, e incluso ante los mismos bancos que antaño guardaron el dinero, con objeto de luchar por la devolución del mismo. En este estudio destacaremos principalmente el papel de dos organizaciones. Una de ellas es la Alianza Binacional Braceroproa que, desde nuestra perspectiva, es la organización que fundó la lucha social y la más importante al menos hasta el año 2006. Por otro lado, también resultó fundamental la labor de la Unión Binacional de Exbraceros, misma que desarrolló sus actividades principalmente en Estados Unidos, pero también tuvo relevancia en México. En este acercamiento a la problemática de los ex braceros, el análisis de diferentes perspectivas y la recopilación de testimonios disímiles en la protesta resultaron fundamentales para entender que este basto proceso social en efecto entraña continuidades, solidaridad y combatividad, pero también discrepancias y rupturas. De ello nos daremos cuenta, por ejemplo, en el capítulo cuarto, donde se da cuenta del contexto que empezó a imperar principalmente a partir de 2006, cuando decenas de activistas que integraban la Alianza Binacional Braceroproa tuvieron desavenencias personales que terminaron en la salida de varios de ellos de la organización, aunado a la fundación de nuevas organizaciones de apoyo y, en definitiva, al paso de una etapa del movimiento en la que existía cierta unidad a una fase que representó una lucha más plural de los ex braceros cuando se dividieron en decenas de grupos menores. Así, en las partes que conforman esta obra, se realiza un análisis de algunos hechos de relevancia histórica que nos ayudarán a comprender este proceso social desarrollado desde 1942 hasta el día de hoy. En esta primera parte se explican y analizan cuestiones relativas al Programa Bra12

Introducción

cero, su reglamentación y las experiencias migratorias de los trabajadores; también se explican y analizan, aunque de manera somera, los antecedentes de la migración de México a Estados Unidos y, por supuesto, los elementos referentes a la implementación del Fondo de Ahorro Campesino. La segunda parte abre la exposición a temáticas relacionadas con la lucha social de los ex braceros iniciada a final de los noventa. Específicamente, se analiza la forma en que inició la protesta, el papel de la Alianza Binacional Braceroproa y de algunos activistas en el surgimiento, expansión y éxito de la protesta y, en general, el contexto de interlocución del movimiento con las autoridades mexicanas desde los primeros años hasta 2005. En esta misma tesitura, el capítulo tercero da cierta continuidad al segundo, pues se encarga de explicar la formación de grupos de ex braceros (esta vez, de la Unión Binacional de Exbraceros en Los Ángeles, California) desde la perspectiva de Baldomero Capiz, líder importante del movimiento, quien fue entrevistado para esta investigación. Enseguida se da cuenta del contexto de discrepancias y rupturas al que antes aludíamos, a la formación de nuevos grupos y a la forma en que se desarrolló el pago del apoyo social que desde 2005 el gobierno federal mexicano decidió otorgar a los ex braceros. El término “ex bracero”, que da nombre a este libro, engloba a un actor social que es parte de un proceso social unitario. Es decir, a mediados del siglo XX estuvo vinculado al contexto migratorio mediante su contratación en el Programa Bracero, y desde finales de los años noventa se ha convertido en parte de una protesta social que ha reivindicado su participación como migrante y ha buscado la devolución de los ahorros, lo que lo ha convertido en un actor social “renovado”. Por todo ello, por el hecho de tratarse de un proceso social vigente y cuya problemática y solución corresponde a varios grupos sociales hoy en día, la narrativa de esta investigación aspira a ser sencilla y comprensible no únicamente para estudiosos de la migración y las protestas sociales, sino en general para la comunidad a la que atañen problemas contemporáneos de este tipo. Esta obra presenta los principales hechos históricos que permearon en este proceso social, y que coadyuvaron a que esta problemática migratoria del pasado se reavivara y cobrara relevancia en la actualidad. Así, el libro está precedido de un importante trabajo de campo, en el cual se realizaron entrevistas a líderes de la protesta de ex braceros. Lo significativo en este 13

Ex braceros. Un problema migratorio con pasado y presente

caso es que los personajes entrevistados procedían de diversas latitudes, por lo cual, sus testimonios disímiles nos permitieron contrastar los puntos de vista, advertir concordancias y complementar datos de relevancia histórica para el estudio de esta problemática. De hecho, el testimonio oral forma parte de la estructura fundamental de esta obra, pues sin duda en las reivindicaciones que los ex migrantes y activistas apoyaron desde finales de los años noventa se encontraban presentes sus recuerdos personales, los recuerdos de los recuerdos, el conocimiento de hechos silenciados y no explicados,4 más una mezcla compleja de emociones y sentimientos que hizo que esta colectividad reviviera los hechos del pasado. Por otro lado, se consultaron archivos nacionales, archivos personales de algunas organizaciones de ex braceros y se recopilaron valiosas fotografías que ahora colocamos en este libro buscando contextualizar la explicación y narración de los diversos hechos históricos. En suma, como resultado de la recopilación, sistematización y análisis de las diversas fuentes, ofrecemos ahora el presente libro que pretende contribuir al conocimiento de este proceso histórico inacabado.

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Ruiz Vargas, José María, “¿De qué hablamos cuando hablamos de ‘memoria histórica’? Reflexiones desde la psicología cognitiva”, en Entelequia. Revista Interdisciplinar: Monográfico, Núm. 7, septiembre 2008, p. 74.

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Fila de aspirantes a braceros, La Ciudadela, Ciudad de México, 1945.

(Tomada por los hermanos Mayo)

Ex braceros. Un problema migratorio con pasado y presente

El nacimiento de la Alianza Binacional Braceroproa, y el desentierro de una problemática migratoria ABEL ASTORGA MORALES

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Cuando usamos el concepto “desentierro”, lo hacemos refieréndonos al hecho de que una problemática, o cualquier hecho sucedido hace muchos años, sea desempolvado, encuentre vigencia de nuevo y salga a la luz pública; pero al mismo tiempo, un proceso como este entraña un ejercicio de evocar, recordar y traer de vuelta a la memoria hechos que durante mucho tiempo se mantuvieron en el olvido. Esto exactamente fue lo que sucedió con los migrantes mexicanos que de 1942 a 1964 laboraron bajo términos legales en el Programa Bracero, y que después de casi cuatro décadas de olvido momentáneo, asistieron a un proceso de “desentierro” de una problemática migratoria y rescataron del “sepulturero del pasado”1 el problema de los fondos de ahorros que no fueron devueltos a mediados del siglo XX, para volverlo un problema vigente. Evidentemente, para los ex braceros, superar este “olvido colectivo” no fue tarea fácil y fue necesaria la conjunción de varios elementos y la existencia de un contexto apremiante para que el tema de los ahorros saliera a la luz. Como sabemos, en México la última década del siglo XX se presentó como una época con crisis económicas, fraudes electorales, irregularidades financieras como el Fobraproa o el Pemexgate, la efervescencia social en Chiapas y otras regiones del país e innumerables situaciones negativas que incentivaron la existencia de un descontento social y un contexto de decadencia sociopolítica, que para final del siglo traería como resultado —entre otras cosas— el fin de los gobiernos priístas des-

1

De los planteamientos de Nietzsche, quien insta a evitar que el pasado se convirtiera en un “sepulturero del presente”. Nietzsche, Friedrich, Sobre la utilidad y los perjuicios de la historia para la vida, Madrid, Ediciones EDAF, 2000, p. 4.

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Ex braceros. Un problema migratorio con pasado y presente

pués de 70 años de hegemonía, cuando Vicente Fox Quezada, candidato del Partido Acción Nacional (PAN) se alzó con la victoria en los comicios del año 2000. En medio de ese contexto, y por particularidades personales apremiantes, sucedió que a más de cuatro décadas de realizados los descuentos del Programa Bracero y suscitados los fiascos con los mecanismos de cobranza, un pequeño grupo de ex braceros, apoyados por activistas, decidieron emprender una protesta social contra el gobierno federal mexicano para reclamar la devolución de los ahorros adeudados. Con particularidades personales hacemos referencia a la situación que rodeaba al grupo social que ahora se estudia: los ex braceros, pues en la década de los noventa estos ex migrantes ya no eran los mismos trabajadores que con veinte o treinta años de edad emigraron a Estados Unidos hacía medio siglo; esta vez se trataba de personas de la tercera edad que en promedio sobrepasaban los setenta años y que, por lo general, vivían en condición de pobreza. Ahora estaban viejos, cansados, lastimados por el inevitable envejecimiento y necesitaban cuidados especiales; muchos de ellos habían sido marcados de por vida por algún accidente o por males de la edad como la pérdida de la vista o la movilidad restringida, entre otras enfermedades. Por todo ello, la idea de una protesta frente al gobierno federal mexicano, que de ser exitosa representaría la obtención de beneficios económicos que les permitirían llevar con más desahogo su vejez, se presentó en muchos de ellos, en sus familiares y en los activistas como algo esperanzador y, por otro lado, como un movimiento que les permitiría mantenerse ocupados y romper con la monotonía de sus vidas.

El surgimiento de la protesta Aunque todos los nacimientos de protestas sociales se dan en un contexto sociopolítico, en esta ocasión queremos centrarnos más bien en cuestiones de orden muy particular que incidieron en el nacimiento de la lucha social. La inquietud por averiguar e informarnos sobre la situación de los ahorros de los braceros se dio en el seno de una familia. Un protagonista clave en el surgimiento de la protesta fue Ventura Gutiérrez Méndez, chicano nacido en Puruándiro, Michoacán, en 1948, y radicado en San Bernardino, California al momento en que el movimiento diera inicio. 18

El nacimiento de la Alianza Binacional Braceroproa, y el desentierro de una problemática migratoria

Fila de aspirantes a braceros, La Ciudadela, Ciudad de México, 1945. (Tomada por los hermanos Mayo)

Aspirantes a braceros dispersados por bomberos, Estadio Nacional, Ciudad de México, 1943. (Tomada por los

hermanos Mayo)

En 1998, Ventura2 se dio cuenta de que estos ahorros no habian sido devueltos, pero los antecedentes de la historia se remontan hasta 1986. El 15 de noviembre de ese año, siendo presidente de Estados Unidos Ronald Reagan, se firmó una reforma muy importante en cuestión migratoria: la Ley de Control y Reforma de la Inmigración (Immigration Reform and Control Act, IRCA, por sus siglas en ingles).3 Ventura, quien tenía una

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Es así como los demás ex braceros lo conocen, y como nos referiremos a él en esta investigación.

3

Dicha ordenanza también fue conocida como Ley Simpson-Rodino, apellidos de sus creadores principales: el senador Alan K. Simpson y el diputado Peter Rodino. Dicha

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Ex braceros. Un problema migratorio con pasado y presente

formación profesional de sociólogo y experiencia en asuntos migratorios, empezó a trabajar a favor de esta ley desde el 20 de noviembre del mismo año orientando a las personas interesadas sobre el contenido de esta, y de los requisitos para calificar; organizó, además, la primera reunión en el Valle de Coachella, en la población de Toreo, California. Por esos años, él y su grupo ayudaron a aproximadamente cinco mil personas a regular su estado migratorio.4 A partir de 1987, Ventura Gutiérrez empezó a visitar Puruándiro con más frecuencia buscando ayudar a más interesados para que realizaran sus trámites; en dicha población le proporcionaron ayuda a más de mil quinientas personas, y fue entonces —rememora— cuando se acercaron señores con su mica de bracero preguntando si podían arreglar su estado migratorio con ese documento, a lo que él simplemente respondía que ese documento no era válido para convertirse en “rodinos”. Lo interesante es que además de llegar con la intención de arreglar “sus papeles”, los viejos ex migrantes preguntaban “por algún beneficio del dinero que les descontaron”, pero aún ignoraban —Ventura y, en gran medida, ellos— que existió el Fondo de Ahorro, por lo que los interesados, después de la entrevista, “se agachaban y se retiraban”. Este fue el primer acercamiento de Ventura con relación al Fondo de Ahorro, pero no fue sino hasta diez años después, una vez que pasó el tiempo del “programa de amnistía de los rodinos”, cuando en marzo de 1998, con la idea de establecer en Puruándiro un centro de atención para familiares de migrantes (“para los que se quedaban atrás”), que Ventura Gutiérrez, con el respaldo de las organizaciones Unión sin Fronteras y Corriente Migratoria, convocó a una reunión de migrantes en Morelia5 legislación aumentó los recursos, personal y poder de la Patrulla Fronteriza, criminalizó a los empleadores de indocumentados, militarizó la frontera y además legalizó a 1 millón 760 mil inmigrantes “ilegales” que habían vivido continuamente en Estados Unidos desde el primero de enero de 1982. 4

Entrevista con J. Ventura Gutiérrez Méndez, realizada por Abel Astorga Morales en Culiacán, Sinaloa, el 14 de diciembre de 2011.

5

En esta reunión, Ventura Gutiérrez propuso el proyecto Aquí y allá a favor de los migrantes, considerando varios ejes de lucha, entre los que destacaba principalmente la obtención de visas para las viudas de migrantes que les permitieran entrar a Estados Unidos y cumplir con el requisito de residencia para poder recibir los beneficios corre-

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El nacimiento de la Alianza Binacional Braceroproa, y el desentierro de una problemática migratoria

donde se trataron diversas cuestiones que poco tenían que ver con los braceros. Al término de dicha reunión regresó a Puruándiro y, cerca del 21 de marzo, al llegar a casa de su tío José Méndez, su abuela materna Lucía Méndez Méndez le mostró una identificación de su abuelo Joaquín Méndez Méndez y le pidió que investigara si tenía algún beneficio. El abuelo de Ventura, quien había fallecido en 1972, fue bracero de vía y trabajó en el ferrocarril para la Union Pacific Railroad Company con sede en Dallas, Texas. En abril del mismo año, Ventura se dio a la tarea de investigar sobre el asunto en el Sindicato del Ferrocarril en Texas y no encontró nada. El 10 de abril, cuando estaba a punto de regresar a Michoacán con las manos vacías, estuvo un par de días en El Paso, Texas, para visitar a Carlos Marentes, con quien tenía contacto. Marentes era un activista que había cooperado desde la década de los noventa con la organización fundada en 1986 Proyecto Organizativo Sin Fronteras. Desde los años noventa y hasta la actualidad, preside el Centro de los Trabajadores Agrícolas Fronterizos, dependiente de dicha organización.6 Ventura pasó ahí la noche y a la mañana siguiente comentó con Marentes el proyecto Aquí y Allá y le habló del encargo de su abuela sobre el documento del abuelo bracero. Después de esto, lo que sucedió en el recinto comenzaría a cristalizar la posibilidad de una protesta social: Marentes condujo a Ventura a uno de los salones del lugar donde tenía ordenados cientos de contratos, micas y otros documentos de ex braceros de varios estados mexicanos, norteños principalmente. Los documentos habían sido salvaguardados con el propósito de escribir un libro sobre la historia de los braceros y construir un monumento en Ciudad Juárez en su memoria. Con base en la documentación también buscaba obtener apoyo y recursos de parte de fundaciones. Dichos documentos arribaban al Centro de los Trabajadores Agrícolas Fronterizos de manos de ex migrantes o por correo; además, desde que en dicho lugar

spondientes, como el seguro médico o la pensión del marido. 6

Asimismo, desde 1996, junto con Cynthia P. Marentes creó The Farmworkers Website, sitio en internet que tiene por objeto “educar al público sobre la problemática de los trabajadores del campo de esta región en la frontera de los EU y México”. Véase The Farmworkers Website, en http://www.farmworkers.org/

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Ex braceros. Un problema migratorio con pasado y presente

surgió la idea de que con estos documentos quizá se podría calificar para obtener alguna visa o el número de seguro social estadounidense, “empezaron a llover los documentos”. En esa ocasión, además, Marentes presentó a Ventura el convenio binacional que se firmó en agosto de 1942 entre México y Estados Unidos y donde Ventura pudo observar lo relacionado al Fondo de Ahorro derivado de la retención del diez por ciento del salario de los ex braceros. Fue en ese momento cuando se preguntó si era a eso a lo que se referían las personas con quienes se había entrevistado en 1987. Este hecho marcó el inicio de una etapa de información, documentación y difusión de todo lo relacionado al ahorro de los ex braceros. Ventura acababa de encontrar apenas el primer elemento que a la larga desentrañaría una historia de irregularidades —del Estado mexicano— y de omisión —de una parte de la sociedad mexicana—; sin embargo, era apenas el inicio del desenvolvimiento de una gran problemática. De regreso en Puruándiro, Michoacán, con copia en mano del convenio de 1942, Ventura se reunió con José Ángel Bautista y Josefina Cruz, dos colaboradores que le ayudaron a organizar la primera asamblea para reunir a los ex braceros y determinar si esa era la inquietud que ellos habían expresado cuando se acercaron a él en 1987. Esta reunión se organizó el 15 de mayo de 1998 en el salón Arcoíris de Puruándiro. Inició a las 10 de la mañana y a ella se presentaron sólo cuatro ex braceros, tres en persona pues todavía vivían al momento de esa entrevista,7 y el hijo del ex bracero que había fallecido. Los ex migrantes que asistieron a esta primera junta fueron Eliseo Magaña, de la población de Rincón de Don Pedro; Manuel Magaña, de La Barranca; Pedro Magaña, de La Quemadita; y Ramón Méndez, de La Barranca, todas poblaciones del mismo municipio. Así pues, gracias a las historias de vida de su abuelo, quien había sido bracero, Ventura se dio cuenta de que los ahorros habían existido y de que se podía documentar el despojo de dichos montos. Esta primera asamblea fue la detonante de sucesivas reuniones en Puruándiro y en estados vecinos de Michoacán, y por tanto de la difusión del caso de los ahorros de los ex braceros. En octubre de 1998 se realizó una rueda de prensa en Morelia para dar a conocer el problema, a la que por cierto poca prensa asistió. Posteriormente se llevó a cabo una primera reunión en Moroleón, 7

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Entrevista con J. Ventura Gutiérrez Méndez… Op. cit.

El nacimiento de la Alianza Binacional Braceroproa, y el desentierro de una problemática migratoria

Guanajuato, la primera asamblea de ex braceros fuera de Michoacán.8 Después, en 1999, el tercer fin de semana de enero se organizó una reunión en Irapuato, Guanajuato, siguiendo la idea expresada por el fundador y líder del movimiento de ex braceros, quien decía que si una protesta social “pegaba”, tenía que ser en Irapuato. Tomemos en cuenta que la ciudad fresera fue el primer Centro de Contratación habilitado fuera de la capital de la República, y operó desde 1944 hasta 1954, por lo que era lógico para los organizadores de la lucha social que en Guanajuato, estado eminentemente migrante —y en específico en Irapuato—, encontrarían gran número de adeptos y el movimiento tomaría relevancia. Desde las primeras asambleas informativas, el movimiento de ex migrantes empezó a relacionarse con otras organizaciones y a formar una estructura organizacional. Como rememorara Ventura en una entrevista, él tenía “la idea de que si se iba a levantar rápido el movimiento, iba a ser con el apoyo de organizaciones mexicanas ya establecidas”. Así, la reunión en Irapuato se realizó en conjunto con la Unión Campesina de Migrantes Mexicanos (UCEM) que encabezaba Aarón Cabañas y a quien Ventura había conocido en 1991 cuando participaba con la Unión Campesina Democrática de Michoacán (UCD). A esta asamblea asistieron alrededor de cincuenta ex braceros y varios familiares de ellos, quienes escucharon las frases ardientes aludidas por Ventura Gutiérrez sobre su pasado migrante y el supuesto agravio del que habían sido objeto. Dicho activista rememoró cómo en las primeras reuniones la información era proporcionada a los interesados —por él y por los demás voluntarios— con un tono de voz bastante fuerte que buscaba agitar y lograr despertar en ellos el sentimiento de haber sido víctimas de una arbitrariedad. Los resultados fueron tan precisos que corrieron lágrimas por los rostros de los asistentes, lo que despertó un sentido de violencia entre los hijos y los familiares de los ex braceros. Aunque esta fue la tercera reunión de los ex braceros, se trató en realidad de la primera donde la lucha social a favor de la recuperación del Fondo de Ahorro adquirió un impulso real. Tanto, que el 15 de julio

8

Una de las razones por las que Ventura decidió organizar una reunión ahí fue que quería entrar en contacto con ex compañeros de ese estado que habían estado con él en una gran huelga de trabajadores del champiñón en Pensilvania en 1994, lo cual consiguió a medias pues solamente se presentaron tres de ellos para saludarlo.

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de 1999 regresaron a Irapuato para llevar a cabo una reunión de mayores proporciones que llenó el Estadio Revolución con alrededor de cinco mil personas interesadas. A partir de entonces, empezaron a tomar lugar acciones más fuertes y dirigidas, pues cuatro días después de la asamblea en el estadio de Irapuato, un viernes 23 de julio (fecha similar a la que, en 1942, había dado inicio a las pláticas entre los gobiernos de México y Estados Unidos para la firma de un convenio), se convocó a una movilización en la ciudad de Querétaro, donde se encontraba la oficina regional de Banrural. Tomemos en cuenta que aunque la entidad financiera que recibió los ahorros de los braceros en los años cuarenta fue el Banco Nacional de Crédito Agrícola, en 1975 fueron fusionados los bancos Nacional de Crédito Ejidal, Nacional Agropecuario y Nacional de Crédito Agrícola para simplificar la política crediticia creando el Banco Nacional de Crédito Rural (Banrural), integrado por un banco central y doce bancos regionales. Por lo que reavivada la memoria e iniciada la protesta, las fuerzas del movimiento se centraron en un principio en los bancos que en su momento salvaguardaron —y no sobra decirlo, hicieron mal uso de— los fondos de los braceros. Desde antes de la protesta en Querétaro, el 19 de julio, Aarón Cabañas, presidente de la UCEM, había remitido una misiva a la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) en la que hablaba de la existencia de los ahorros y demandaba su devolución. Dicha secretaría le contestó que, a raíz de su petición habían entrado en una fase de consultas con Banrural, institución a la que en realidad había correspondido en su momento el depósito, guarda y devolución de dichas cantidades.9 Dada la poca certeza obtenida a través de la respuesta de la SRE, los ex braceros decidieron organizar una de las protestas más eficaces de los primeros años. Con el avance de las reuniones y las protestas, se fueron incrementando los recursos humanos. Prueba de ello es que en esa ocasión acudieron a Querétaro alrededor de dos mil ex braceros, quienes se plantaron frente a las oficinas y obligaron al gerente —que al parecer se encontraba en

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Archivo personal de Enriqueta Quintero Lugo (en adelante AEQL), “Carta de la Secretaría de Relaciones Exteriores a Aarón Cabañas, presidente de la Unión de Campesinos y Emigrantes Mexicanos”, Ciudad de México, 19 de julio de 1999.

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Guerrero— a regresar en helicóptero para atenderlos, pues amenazaban con irse caminando hasta la Ciudad de México. El gerente se entrevistó con un grupo del movimiento y les prometió “que unos licenciados de Banrural a nivel nacional” los recibirían posteriormente, lo que en realidad sucedió, pues se llevaron a cabo dos reuniones, una el 4 de agosto de 1999 y otra el 10 del mismo mes y año (los días fueron elegidos por los ex braceros: el 4 de agosto había sido el día en que las delegaciones mexicana y estadounidense lograron llegar a un acuerdo en la Ciudad de México para la firma del convenio bracero en 1942); y como resultado de ello, el 17 de octubre de 1999 se tuvo una reunión en la Secretaría de Relaciones Exteriores en la Ciudad de México que terminó con noticias negativas y positivas. Por un lado, después de más de un año de reuniones y algunas manifestaciones, habían logrado al menos ser tomados en cuenta por alguna dependencia federal (la SRE); pero por otro lado, en esa reunión Ventura Gutiérrez expulsó a Aarón Cabañas de la aún incipiente organización de ex braceros. El argumento de Ventura para expulsar a Cabañas de la lucha fue que desde la reunión masiva que hicieron en Irapuato en julio de 1999, y en la de Querétaro en contra de Banrural, notó en el líder de la UCEM cuestiones que no le agradaron; además, “a la semana o dos” de la asamblea masiva de Irapuato, Cabañas organizó una reunión con ex braceros en la misma ciudad, donde Ventura pudo observarlo a escondidas y consideró que esta se trató de una manipulación para sacar recursos al gobierno del estado para ciertos proyectos10 y promover su candidatura para presidente de la dirección del Partido de la Revolución Democrática (PRD) en el estado de Guanajuato.

El nacimiento de Braceroproa Todo parecía ir viento en popa para los querellantes ya que la lucha social de los ex braceros cada vez aglutinaba a más interesados y a sus familiares, y cada vez se extendía a más lugares; pero tras las reuniones con los comisionados de Banrural, a Ventura Gutiérrez le cayó como balde de 10

Sobre este caso, cabe aclarar que sólo se cuenta con el testimonio de Ventura Gutiérrez, por lo que dicha consideración no se pudo contrastar.

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agua fría una noticia: tras una investigación interna, los abogados de la entidad bancaria determinaron que el Fondo de Ahorro sólo había existido hasta 1946, año evidentemente equívoco (quizá mencionado erróneamente por Ventura en la entrevista realizada, o derivado de algún posible error de la investigación de Banrural) ya que, como aclaramos en el apartado anterior, 1948 fue el último año en que se realizó el descuento. Lo cierto es que para Ventura y la organización esto no venía bien, pues él estaba considerando a los casi cinco millones de trabajadores que laboraron hasta 1964, y esta noticia reducía el número de contratados (ya que sólo consideraba los años transcurridos de 1942 a 1946) a alrededor de 174 mil.11 Se presentó aquí una de las decisiones más difíciles del movimiento: ¿aceptar ese descubrimiento y sólo luchar por el ahorro de los contratados de 1942 a 1946 (como erróneamente concluyó la investigación)?, ¿o continuar con la lucha social incluyendo a quienes trabajaron desde 1942 hasta 1964, corriendo el riesgo de encontrar más trabas y evasivas del Estado?, ¿luchar por algo para pocos, o por poco para todos? Todo esto fue meditado por Ventura y algunos de sus cercanos colaboradores sin darlo a conocer a la opinión pública o incluso a gran número de ex braceros, por miedo a que el ímpetu se perdiera. La decisión fue seguir adelante, luchando para que se lograra algún beneficio para todos; al final de cuentas, como bien consideraba el líder bracero, si el movimiento llegaba a triunfar, iba a ser con el apoyo de un grupo grande y fuerte, y para eso se necesitaba también a los contratados hasta 1964.12 11

Para mayor desdicha de la organización, en agosto de 1999 esta información fue ratificada por una estudiante de la UNAM que se acercó a Ventura y quien, al igual que los comisionados de Banrural, encontró que el descuento únicamente se había efectuado hasta 1946. La estudiante fue presentada al líder de ex braceros por Jaime Vélez Storey, quien en 2002 redactaría uno de los pocos escritos existentes sobre el caso de los ahorros [Véase Vélez Storey, Jaime, “Los braceros y el fondo de ahorro campesino”, en Anguiano Telles, María Eugenia y Miguel Hernández Madrid (editores), Migración internacional e identidades cambiantes, México, El Colegio de Michoacán, El Colegio de la Frontera Norte, 2002, 295 pp.], y quien previamente había sido presentado a Ventura por el Dr. Juan Manuel Sandoval del Centro de Estudios Chicanos y Fronteras, del INAH.

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Otro elemento que Ventura Gutiérrez tomó en cuenta para seguir con la lucha social e incluir a todos los ex braceros en ella fue que, según su conocimiento, en 1945 se modificó el convenio internacional para eliminar el Fondo de Ahorro porque el gobierno de Estados Unidos se dio cuenta de que el gobierno mexicano estaba haciendo mal

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Aunque estos sucesos tuvieron lugar entre marzo y abril de 1998, el colectivo reconoce el 2 de febrero del año 2000 como la fecha en que formalmente dieron nombre a la organización, y en la que comenzaron a tener una personalidad más definida. El nombre escogido fue Alianza Binacional Braceroproa. Ventura Gutiérrez Méndez, líder binacional y fundador de la lucha social, rememoró que este nombre fue “ocurrencia” de él y fue él quien lo propuso, pues en ese momento estaba “de moda lo del Fobaproa”. Este mote fue seguido, además, de un refrán que utilizaron muy poco, y sólo lo externaban cuando los medios de comunicación preguntaban el por qué del término Braceroproa: “porque el primer robaproa no fue el Fobaproa sino el Braceroproa”. Por otro lado, muchos de los viejos ex migrantes no entendían exactamente por qué se luchaba, o qué había pasado exactamente con esos ahorros, por lo que se les explicaba con este refrán “y entendían que era un robo”. Cabe destacar que el nombre Braceroproa había sido usado por este grupo de ex braceros desde antes de la citada fecha. La lucha prosiguió y hacia el año 2000 el movimiento había extendido e incrementado su repertorio de acciones a diferentes niveles gubernamentales y a otras latitudes. Además, con la difusión del problema del ahorro se empezaron a formar otros grupos menores de ex braceros, e incluso organizaciones ya establecidas empezaron a retomar el problema. En noviembre de 1999, por ejemplo, la organización Corriente Migratoria remitió una carta al presidente Ernesto Zedillo Ponce de León, a través de

uso de los fondos (sobre lo que incluso mencionó la existencia de un comunicado de 1945 emitido por el cónsul de Guadalajara en el que da a conocer el fraude cuando en el Fondo había once millones de dólares). La modificación al convenio se publicó en Estados Unidos en el Federal Register, publicación oficial de las decisiones del Congreso; en cambio en México, la administración de Manuel Ávila Camacho no lo publicó en el Diario Oficial de la Federación, por lo que Ventura y la organización de ex braceros argumentaron que, técnicamente —o legalmente—, seguía existiendo el Fondo de Ahorro ya “que jurídicamente no se puede comprobar y no es ley. Fue un error no haberlo publicado”. Con base en esto, Ventura echó mano de lo que él llama una “mentira piadosa” para decidir continuar con la lucha, por lo que ellos siempre sostuvieron que el Fondo de Ahorro estuvo activo desde 1942 hasta 1964. Es así que en lugar de desinflar o acabar la lucha, siguieron adelante. Entrevista con J. Ventura Gutiérrez Méndez… Op. cit.

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la cual le hacía saber de la situación del ahorro bracero, explicaba de manera breve los antecedentes y se trascribía la información sobre el ahorro estipulado en el convenio de 1942. En ella, sus miembros manifestaban que la instancia del gobierno encargada de instrumentar las cuestiones relacionadas con el ahorro había tenido hasta la fecha suficiente tiempo para hacerlo cumplir y, sin embargo, esta no había informado nada de los montos y mucho menos de los intereses generados en todos esos años; por ello, esperaban que este asunto no se convirtiera en un “Braceroproa”. Se tiene certeza de que la misiva fue firmada al menos por todos los ex braceros de Mexicali y enviada, además de al presidente, a la Secretaría de Relaciones Exteriores, al presidente de la Comisión de Asuntos Internacionales de la Cámara de Senadores, a su homónimo de la Cámara de Diputados, al Congreso local y al Gobierno del Estado de Baja California.13 En mayo de 2000 llegó otra misiva al presidente, esta vez de Alianza Braceroproa, que denunciaban que desde hacía más de un año se estaban enviando miles de cartas para obtener apoyo en la recuperación de los montos destituidos durante el convenio de braceros y que, sin embargo, habían obtenido pocas respuestas. La única réplica formal en un año fue un documento elaborado por la Dirección Jurídica de Banrural, fechada el 7 de octubre de 1999, en la que manifestaban su inconformidad. Por todo ello, Braceroproa decidió establecer un plantón pacífico afuera de las oficinas centrales del citado banco a partir del 7 de abril. Posteriormente, después de un mes y medio de espera, y sin llegar a acuerdo alguno con los funcionarios de las dependencias del gobierno federal involucradas, consideraron la posibilidad de recurrir al apoyo legal del abogado Jonathan A. Rothstein de un bufete jurídico de Chicago, Illinois. Antes de comenzar a trabajar con él, solicitaron una reunión al presidente para que el problema se solucionara “en casa”, sin necesidad de recurrir a ayuda externa.14 Sin lugar a dudas, hacia el año 2000 las reivindicaciones de los ex braceros, y al mismo tiempo sus lazos de unión, compañerismo y hasta identidad colectiva, eran cada vez más notorias. Desde que la organización se

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AEQL, “Carta de los ex braceros al presidente Ernesto Zedillo Ponce de León”, Mexicali, 21 de noviembre de 1999.

14

AEQL, “Carta de Alianza Binacional Braceroproa al presidente Ernesto Zedillo Ponce de León”, Ciudad de México, 25 de mayo de 2000.

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formó, y hasta ese año, era fácil distinguir que sus principales alicientes para manifestarse eran: • La lucha por la devolución del Fondo de Ahorro Campesino destituido durante el Programa Bracero, cuya deuda hacia el año 2004 era calculada entre quinientos mil y mil millones de dólares, lo que quería decir que el adeudo por persona era de ciento ochenta a trescientos mil pesos.15 • La reivindicación de los derechos del adulto mayor y el migrante. • El reconocimiento social. • Su dignidad. Tomemos en cuenta que el grupo social de ex braceros forma parte de la población de adultos mayores. En México, esta clasificación aplica regularmente a personas de sesenta años o más. La condición de necesidad e indefensión de gran número de ellos sin duda contribuyó a la aparición y el fortalecimiento de esta protesta.16 Sumado a todo esto, las

15

Jesús Ramírez Cuevas, “El engaño se repite”, en Masiosare, Núm. 321, 15, febrero de 2004, en http://www.jornada.unam.mx/2004/02/15/mas-jesus.html, consultado el 14 de enero de 2013. También, el día primero de marzo del año 2001, una corte en San Francisco calculó que fueron entre treinta y cincuenta millones de dólares los que se dedujeron forzosamente a los trabajadores, y que se podía calcular en quinientos millones de dólares si se tomaban en cuenta los intereses y perjuicios causados (González Pérez, Cándido, El Programa Bracero. The Bracero Program, Guadalajara, Universidad de Guadalajara, 2011, p. 71).

16

Según el censo del año 2000 realizado por el INEGI, existían en el país 6 millones 948 mil 457 personas de sesenta años o más [Los Adultos Mayores en México. Perfil sociodemográfico al inicio del Siglo XXI, Instituto Nacional de Estadística y Geografía, 2005, p. 10. En http://www.inegi.gob.mx/prod_serv/contenidos/espanol/bvinegi/productos/ censos/poblacion/adultosmayores/Adultos_mayores_web2.pdf ]. Mientras que para el año 2010 la información censal indicó que el monto de personas en esta edad era de 10 millones 100 mil personas, lo que representó 9 por ciento de la población total; por su parte, el CONEVAL calculó que 5 millones 200 mil personas, es decir, el 46.7 por ciento, se encontraban en situación de vulnerabilidad respecto a algún factor de pobreza. Estadísticas a propósito del día internacional de las personas de edad, Instituto Nacional de Estadística y Geografía, Aguascalientes, Aguascalientes, 1 de de octubre de 2012, en www.inegi.org.mx/inegi/contenidos/espanol/prensa/.../adultos0.doc

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diversas generaciones de familiares de los ex migrantes (hijos, nietos, etcétera) coadyuvaron bastante al inicio y desarrollo de la lucha social. Ciertamente, el abandono de la política “social” del estado mexicano, es decir su postergación, fue decisiva en el proceso de rememoración de la “deuda histórica” que dio origen a la movilización y las protestas, pues mientras se consideraron integrados al mercado laboral no sintieron la imperiosa necesidad de exigir lo que les correspondía. Lo anterior es un claro síntoma de la incorporación de las personas de la tercera edad a las protestas colectivas que empiezan a ser sintomáticas de las sociedades que aspiran a cierto grado de bienestar; y en este caso, como presión para obtener prestaciones sociales y reconocimiento como grupo; no por casualidad, los integrantes de este movimiento pasaron de ser “ex jornaleros agraviados” a “adultos mayores” que demandaban sus derechos como colectivo.

Braceros rumbo a Estados Unidos, Terminal de Buenavista, Ciudad de México, 1944.

(Tomada por los hermanos Mayo)

Además, la protesta entró a escena en una etapa en la que muchas familias mexicanas se recuperaban de las crisis económicas de los noventa. Por tanto, era importante para los ex migrantes la obtención de beneficios económicos. Además, como sabemos, en 1994 se cerró un cicló histórico en la vida política de México, para concluir seis años después 30

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con la alternancia.17 Con la llegada al poder de Vicente Fox Quezada, aparentemente se cerraba una etapa de autoritarismo, antidemocracia y malos manejos y se abría una nueva que se presentaba esperanzadora en el círculo sociopolítico mexicano. Pero el nuevo gobierno no tenía enfrente una tarea fácil. El partido que gobernó anteriormente dejó el poder, pero dejó una estela de detrimentos en el espectro político, social y económico nacional. Buena parte de los problemas a los que el nuevo presidente se enfrentó fueron herencia de la grave crisis financiera de 1994 que acentuó la miseria en el país. Según los indicadores de pobreza, durante dicho año, el 66 por ciento de la población estaba en algún grado de pobreza; mismo que aumentó a 75 por ciento en 1996 y sólo disminuyó a 73 por ciento en 1998. Por si esto fuera poco, existía una clara y cada vez más acentuada diferenciación geográfica: en el norte varios de los estados crecieron a un ritmo bastante alto, en la capital del país el crecimiento fue moderado y en los estados del sur (Guerrero, Oaxaca y Chiapas principalmente) el crecimiento fue nulo y un gran porcentaje de población continuó en situación de indefensión y pobreza. Incluso, después de la crisis también denominada “efecto Tequila” (la de 1995 causada por la devaluación del peso frente al dólar), la inflación llegó al 52 por ciento, deteriorando los salarios, la capacidad de compra, disminuyendo el empleo y, por lo tanto, incrementando las llamadas “economías informales”.18 En definitiva, 17

Medina Peña, Luis, Hacia el nuevo Estado. México, 1920–2000, México, Fondo de Cultura Económica, 2010, p. 322.

18

Para Viviane Brachet, al final del siglo los tres últimos “presidentes del pacto posrevolucionario” (Miguel de la Madrid, Carlos Salinas de Gortari y Ernesto Zedillo) habían, en efecto, desmantelado el incompleto y mal repartido, “aunque vital”, conjunto de protecciones sociales que durante cincuenta años había hecho aceptables los rasgos autoritarios del régimen posrevolucionario. Al negociar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) con Estados Unidos y Canadá, también habían abierto la economía mexicana a la competencia internacional, sin preparación alguna para evitar la destrucción de las envejecidas estructuras manufactureras y sin llevar a cabo una estabilización y reestructuración que habría rescatado a la economía, pero evidentemente no a la mayoría de la gente que vivía en el país. También habían perfeccionado los programas de combate a la pobreza (Pronasol, seguido por Progresa y Oportunidades), parte medular del “liberalismo social” lanzado en 1990. Sin embargo, estos programas sólo incluían a los extremadamente pobres, dejando que los “sólo

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la injerencia de este contexto de oportunidades políticas cambiantes fue incentivo para que la aún incipiente colectividad de ex braceros pudiera aglutinar a personas en condición de pobreza e insatisfacción que encontraron en dicha reivindicación el conducto para obtener posibles beneficios; y, por otro lado, para tender lazos con otras organizaciones y en general atraer el apoyo de la sociedad civil en forma de recursos humanos. Este contexto personal de pobreza y vejez también fue determinante para la incorporación a la protesta de innumerables activistas. Las principales características y alicientes para su incorporación al movimiento fueron, sin duda, el compromiso que varios de ellos tenían con la causa ya que eran nietos, hijos o viudas de ex braceros. Ese compromiso sentimental se traducía, por lo tanto, en un compromiso asumido con la familia. Se considera que en los movimientos sociales algunos activistas se incorporan cuando han sido afectados directamente por una situación considerada injusta o tras haber sido testigos de experiencias de discriminación.19 En este sentido, gran parte de los activistas y voluntarios de este movimiento se unieron a la protesta para ayudar a ex braceros que eran sus familiares. Así, por el hecho de incorporarse a un grupo vejado, donde toda la colectividad compartía la misma situación (pérdida de sus ahorros), deseos (recuperación del dinero) y una memoria e identidad, a los activistas familiares de ex braceros, por lo general les costó menos trabajo sociabilizar con el grupo, ganarse la confianza de sus miembros y empezar a actuar para alcanzar sus objetivos. Cabe destacar que no todos los activistas eran personas preparadas académicamente, pero sí reunían las condiciones necesarias para ser líderes en estos movimientos: inteligentes, tenían conocimientos del Programa Bracero y los agravios de que fueron objeto quienes participaron en él, y su compromiso lo manifestaban mediante actitudes de amabilidad, humanitarias, con compobres” se defendieran por sí mismos. Brachet-Márquez, Viviane, “Seguridad social y desigualdad, 1910–2010”, en Cortés, Fernando y Orlandina de Oliveira (coordinadores), Los grandes problemas de México. Desigualdad social, Tomo V, México, El Colegio de México, 2010, pp. 193-194. 19

Tejerina, Benjamín, José Manuel Fernández Sobrado y Xavier Aiuerdi, Sociedad Civil, Protesta y Movimientos Sociales en el País Vasco. Los límites de la teoría de la movilización de recursos, Vitoria-Gasteiz, Servicio Central de Publicaciones del Gobierno Vasco, 1995, p. 161.

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batividad y carisma. En definitiva, al incorporarse estos activistas, los recursos se incrementaron, mejoró la organización grupal y se ampliaron las oportunidades para la acción colectiva. Es evidente entonces que a esta protesta social algunos activistas se incorporaron con el objetivo de ayudar a aquellos ancianos, quienes además eran sus padres, abuelos, esposos, familiares. A la condición de parentesco como aliciente para unirse a la protesta, habremos de sumarle la condición de vejez de los ex braceros. El papel que jugó su edad fue fundamental porque la sociedad civil presta más atención y apoyo a las reivindicaciones de los movimientos conformados por personas en condición apremiante, física y social (vejez, pobreza, desempleo, enfermedad). Dicha condición de vejez, además repercutió —como hasta ahora hemos venido mencionando— en el tipo de manifestaciones que podían realizar, que por lo general eran pacíficas.

El proceso de consolidación de la lucha social La que bien podríamos llamar fase de “consolidación” de la protesta social se distinguió por el fortalecimiento de Braceroproa, el inicio de la lucha jurídica en Estados Unidos, el rápido incremento de los agremiados y la presencia del movimiento en varios estados del vecino país del norte y en casi todas las entidades de México. Asimismo, se advierte la definición de una estructura organizacional, y por supuesto el inicio de las interlocuciones con las autoridades mexicanas. Varios hechos trascendentales se suscitaron entre los años 2001 y 2003 para que el movimiento social de ex braceros lograra un crecimiento insospechado —incluso para sus líderes—, para que se lograra el reconocimiento por parte de ambos gobiernos —el mexicano y el estadounidense—, y por lo tanto, ocurriera su consolidación. En estos años, la movilización rápidamente incrementó su presencia en varios estados del vecino del norte y en casi todos los estados de México. Grandes cantidades de interesados en recuperar su dinero se acercaron a la organización, por lo que con el respaldo de miles de ex migrantes en ambos lados de la

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frontera, Braceroproa, sus líderes y agremiados continuaron con ímpetu la búsqueda de su objetivo. Uno de los hechos que ayudó a que la movilización se fortaleciera fue la lucha jurídica iniciada en 2001, cuando Braceroproa presentó una demanda ante el Tribunal Superior de San Francisco, California, el 1 de marzo de ese año, como respuesta a la falta de avances en las negociaciones con el gobierno federal mexicano. Se demandó judicialmente al gobierno mexicano y al estadounidense, así como a las instituciones bancarias Wells Fargo, Banco de México, Banco Nacional de Crédito Rural y al Patronato del Ahorro Nacional. Cuando Braceroproa interpuso esta demanda, en Estados Unidos se argumentó que el juicio pertenecía a los tribunales mexicanos. Mientras, las autoridades mexicanas declararon que eran inmunes ante demandas en el extranjero y argumentaron además que no había documentación que respaldara las afirmaciones y proclamas de los ex braceros. A la denuncia interpuesta en San Francisco, le siguieron otras en tribunales de Nueva York en el formato de class actions suits, formato procesal que no existe en el derecho mexicano y que se refiere a demandas que se presentan en nombre de una colectividad, cuya eventual sentencia condenatoria beneficiaría a todos los incluidos en la definición de class action.20 Sin embargo, la lucha jurídica fue larga para los demandantes, y sólo hasta el año 2008 se verían los primeros resultados. 20

Público, Guadalajara, 11 de noviembre de 2001; Bustamante, Jorge, Migración internacional y derechos humanos, México, Universidad Nacional Autónoma de México, 2002, p. 50. Cabe destacar que después de interponer la demanda, los activistas y líderes de Braceroproa empezaron a informar a sus agremiados sobre dicho proceso jurídico. Resulta de nodal importancia en la estructura organizacional de todo movimiento social que los canales de comunicación sean los apropiados, que existan una comunicación fluida, clara y oportuna —de los líderes a los ex braceros en este caso—, y viceversa, pues sólo estando debidamente informados del acontecer y la actualidad de las demandas, puede el grupo social estar preparado para las acciones sucesivas. En este tenor, ejecutada la demanda, Ventura Gutiérrez realizó varios viajes para informar de los pormenores. En julio de 2001, por ejemplo, en una visita de dos días a Monterrey, Nuevo León, él y otros coordinadores sostuvieron una reunión con el Comité de la Unión de Braceros Emigrantes del Noreste de México, otra organización menor que por esos años tenía relación con Braceroproa y que contaba con presencia en los estados de Nuevo León, Tamaulipas y Coahuila principalmente. El objetivo de la visita fue informar el estado en que se encontraba la demanda jurídica interpuesta en Estados Unidos y

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Con este y otros hechos suscitados entre 2001 y 2003, Braceroproa se constituyó como una organización fuerte y la de mayor presencia: a principios de 2004 agrupaba en ambos países a cien mil ex braceros, según sus propias declaraciones.21 Continuando en los años subsecuentes el incremento de sus agremiados, y aglutinando hacia 2006 la insospechada (para sus líderes) cantidad de 212 mil 218 ex braceros, cifra conformada por los ex braceros a quienes se contrató de 1942 a 1948 (años en los que estuvo activa la cláusula de los descuentos), como a los que fueron contratados entre 1948 y 1964, cuando concluyó el programa. Cabe destacar que aunque más de 212 mil adeptos en el movimiento social era una cantidad mayúscula, en realidad eran pocos si tomamos en cuenta que en los veintidós años de duración de los convenios fueron contratados alrededor de 2 millones de trabajadores.22 De hecho, a Ventura y a otros líderes les sorprendió haber adherido a tanta gente en tan poco tiempo. El líder tenía conocimiento de que habían sido contratados para el programa poco más de 2 millones de trabajadores, pero que hacia 2001 —según cálculos— apenas el 40 por ciento seguía con vida, lo que representaba 800 mil personas, a quienes se sumaba al menos 1 millón de viudas e hijos vivos. Por ellos, el activista consideraba que si al menos el 10 por ciento “reaccionaba”, sería una cantidad considerable de personas para iniciar la protesta social; no obstante, la reacción rebasó sus expectativas. La lucha social de Braceroproa tomó tanta fuerza y popularidad que pronto fue necesario contar con dirigentes y personas de confianza en casi todos los estados del país; sólo por destacar algunos, mencionamos los casos de Enriqueta Quintero, líder de los ex braceros en Mexicali, Baja California, y Gilberto Parra en Guadalajara, Jalisco, a quienes tuvilas acciones que se debían realizar para la solución de dicho caso [El Siglo de Torreón, Torreón, 22 de julio de 2001. En línea]. Cabe destacar que no era la primera ocasión en que Braceroproa actuaba en la ciudad norteña, pues del mismo modo que se realizó en 1999 una reunión masiva en Irapuato, en Monterrey también se buscó tempranamente tener presencia real, pues esta fue otra de las ciudades que en su momento fungió como importante centro de contratación de braceros, lo que hacía suponer que habría gran número de ellos vivos. 21

Jesús Ramírez Cuevas, “El engaño…”, Op. cit.

22

Calavita, Kitty, Inside the State: The Bracero Program, Immigration, and the I.N.S, Lexington, Kentucky, Quid Pro Books, 2010, p. 238.

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mos oportunidad de entrevistar. Enriqueta Quintero Lugo es oriunda de Sinaloa y estuvo casada con el bracero Ángel Lugo Aragón, también sinaloense. Después de que su esposo trabajó como bracero, emigraron definitivamente a Mexicali, ciudad en la que vive actualmente. Ella tuvo conocimiento de la lucha encabezada por Ventura gracias a un periódico de Tijuana, pero como menciona, ese tipo de cuestiones le interesaron poco en un principio. En abril de 1999, Ventura Gutiérrez estuvo en Mexicali promocionando el movimiento. La señora Enriqueta menciona cómo sus hijas le informaron de ello y le insistieron que fuera; gracias a su insistencia fue, pero más por ver de qué se trataba que por la idea de pelear por el dinero de su ya fallecido marido, pues no contaba con ninguna documentación que avalara que su esposo había sido bracero. La reunión se llevó a cabo en el Parque Héroes de Chapultepec que colinda con la línea fronteriza. Ahí, Enriqueta conoció a Ventura y decidió unirse a la lucha después de ver cómo muchos “viejecitos” ya no pueden, no escuchan, y le desagradó cómo llevaban las cosas las ayudantes de Ventura, sobre todo refiriéndose a la documentación que los braceros les presentaban.23 Poco a poco, Enriqueta fue relacionándose con el movimiento y empezó a organizar juntas en su ciudad. Menciona que a la primera asistieron seis personas, pero luego tuvo la fortuna de ser entrevistada por La Voz de la Frontera, periódico local importante, y hablar en la radio para dar a conocer la lucha. Con estas acciones, más gente se informó y para cuando regresó Ventura en agosto del mismo año, sus juntas aglutinaban ya a más de mil personas. Gilberto Parra considera que la señora Enriqueta es una mujer ejemplar, de mucha combatividad. En 2008, Enriqueta Quintero fue reconocida como Mujer Mexicalense del año por el trabajo hecho a favor de los ex braceros. Otro caso que vale la pena destacar es el de Gilberto Parra Rodríguez, quien actualmente es uno de los líderes del movimiento en Jalisco. Gilberto es oriundo de Guadalajara y actualmente tiene cincuenta y cuatro años; es Licenciado en Economía por la Universidad de Guadalajara, y de 1997 a 2000 fue Diputado Federal en la LVII Legislatura del Congreso de la Unión por parte del Partido de la Revolución Democrática. En dicha 23

Entrevista con Enriqueta Quintero Lugo (2da entrevista), realizada por Abel Astorga Morales en Mexicali, Baja California, el 20 de julio de 2010.

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El nacimiento de la Alianza Binacional Braceroproa, y el desentierro de una problemática migratoria

legislación fungió como secretario de la Comisión de Asuntos Fronterizos, lo que le permitió entrar en contacto con el fenómeno migratorio, y fue precisamente en el último año de su legislatura que tuvo conocimiento de esta irregularidad. El licenciado Parra tuvo conocimiento de la lucha en el año 2001 gracias al contacto que mantenía con algunas organizaciones de apoyo a migrantes24. Gilberto menciona que lo primero que pensó cuando tuvo conocimiento del problema fue denunciarlo públicamente para hacer que la opinión pública nacional cobrara conciencia de la dimensión del mismo, “de la injusticia que se está cometiendo”. Una vez que se adentró en el tema, se dio cuenta de que se podía documentar el despojo del 10 por ciento a los braceros. En ese mismo año, en un programa de radio en WGDL, Gilberto lanzó el tema al aire; además de diputado, era coordinador del Centro de Atención al Migrante, mismo que preside actualmente, pero que ha cambiado su nombre por el de Centro Jalisciense del Adulto Mayor y el Migrante. Fue entonces que a través del programa de radio hizo una convocatoria a todos los ex braceros para que acudieran a dicho Centro a recibir información; el resultado —menciona—, fue que las instalaciones se “inundaron de ex braceros”. Luego, en interés recíproco por unir fuerzas, ocurrió un acercamiento entre Gilberto Parra y Ventura Gutiérrez; el primero pidió a Ventura que los visitara, y empezaron a formar parte entonces de Braceroproa. Después de haberlos tratado, entrevistado y haber recogido las impresiones que sobre ellos tenían los ex braceros y demás agremiados además de los diferentes medios de comunicación, consideramos que no todos los dirigentes locales eran personas preparadas académicamente, pero sí se trataba de elementos que contaban con todas las características para ser líderes en estos movimientos, como se mencionó anteriormente. Evidentemente, quedará pendiente un análisis más detallado de la labor de los líderes que, como ellos, consolidaron importantes grupos locales de ex braceros y que coadyuvaron a apuntalar la organización nacional de Braceroproa durante los primeros años. Después de varios años de que el gobierno federal mexicano evadiera el pago y se rehusara al diálogo, en 2001 el reconocimiento por parte de 24

Entrevista con Gilberto Parra Rodríguez, realizada por Abel Astorga Morales en Guadalajara, Jalisco, el 14 de mayo de 2011.

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Ex braceros. Un problema migratorio con pasado y presente

aquel fue más serio. Las manifestaciones de Braceroproa rindieron fruto cuando la LVIII Legislatura del Congreso de la Unión, por iniciativa del Partido de la Revolución Democrática, instaló una Comisión Especial de Seguimiento a los Fondos de los Trabajadores Mexicanos Braceros, que fue presidida por el diputado Sergio Acosta Salazar del mismo partido. La creación de la Comisión se aprobó en abril de 2000, justo cuando las oficinas centrales de Banrural en la Ciudad de México estaban siendo cerradas. Esta Comisión celebró diversas reuniones de trabajo, en las que participaron la Secretaría de Gobernación, la Secretaría de Relaciones Exteriores y la Secretaría de Salud, entre otras dependencias federales. El 11 de enero de 2002, por ejemplo, la Comisión organizó una reunión en Morelia, Michoacán, titulada “Foro de los migrantes de ayer”, a la que asistieron cerca de dos mil ex braceros que atiborraron el auditorio Morelos del Centro de Convenciones. Pero si el gobierno mexicano en parte reconoció a los ex braceros y en parte seguía responsabilizando del adeudo a su contraparte estadounidense, también desde temprano en aquel país, los ex braceros lograron reconocimiento del Congreso el 1 de octubre del año 2002. En esa ocasión, el discurso ante el pleno estuvo a cargo del congresista por el tercer distrito de California con sede en Sacramento, Doug Ose, quien destacó que la legislatura deseaba dar a conocer la contribución de los braceros a la sociedad estadounidense, pues fue gracias a su labor que su economía agrícola pudo sobrevivir y los ferrocarriles pudieron seguir en funcionamiento de forma segura y eficiente para trasportar alimentos, medicinas, equipo y soldados para apoyar la guerra. Además, sentenció: “ambos, hombres y mujeres braceros, trabajaron incansablemente para este país durante ese tiempo difícil para Estados Unidos. Ellos merecen un reconocimiento”.25 Significativo también fue en este caso que la resolución recibiera el apoyo de los dos partidos: el Republicano y el Demócrata, además del apoyo del Caucus Hispano del Congreso. En esa ocasión, adicionalmente, Doug Ose solicitó al presidente George W. Bush que declarara el 29 de septiembre como “Día Internacional del los Braceros”,

25

AEQL, “Cámara de representantes del congreso federal da reconocimiento a los braceros”, 1 de octubre de 2002.

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El nacimiento de la Alianza Binacional Braceroproa, y el desentierro de una problemática migratoria

idea que se hizo llegar al congresista mediante una carta firmada por Ventura Gutiérrez. Pero si los anteriores reconocimientos, y por otro lado el proceso de adhesión de simpatizantes y de movilización binacional, habían logrado consolidar la protesta de los ex braceros, los sucesos que realmente significaron un punto de inflexión importante en la historia de la lucha social fueron las tomas del rancho del presidente Fox en 2004 y 2005. El 7 de febrero de 2004, Braceroproa organizó la que puede considerarse la protesta más efectiva para lograr resultados. La mañana de ese día se llevó a cabo la “invasión” del rancho de la madre del presidente Vicente Fox en San Francisco del Rincón, Guanajuato, para presionar al gobierno.26 La toma del rancho, en primera instancia era simbólica, pero esto al parecer se salió un poco de las manos pues hubo forcejeos entre gente del movimiento y la guardia nacional que custodiaba el inmueble. El número de personas a cada lado de la barda era disímil considerablemente, mientras afuera había unos 3 mil 500 ex braceros de todo el país, adentro se encontraba un aproximado de 100 elementos de seguridad. Tan sólo de Jalisco salieron poco más de 500 personas en aproximadamente 11 autobuses.27 El 21 de marzo del mismo año se realizó una caminata de más de 12 kilómetros y nuevamente tomaron el rancho. Como resultado de estas y otras manifestaciones, el presidente Vicente Fox Quezada reconoció públicamente la deuda. Tras esto, el 25 de mayo de 2005 se aprobó la primera iniciativa de ley que contempló el registro de ex braceros y sus familiares, viudas e hijos, por ejemplo, para recibir un apoyo social, y el 20 de noviembre el presidente Fox decidió pagar a los ex braceros luego de un acuerdo tomado en su rancho de Guanajuato, y con ello se inició el lento proceso de restitución del monto. Por todo lo hasta ahora descrito, podemos concluir que el factor más importante para la formación de la protesta social fue la disponibilidad de recursos, pues si bien es cierto que bastante injerencia tuvo en su surgimiento el contexto de oportunidades políticas cambiantes dominado por el desempleo, la falta de oportunidades y la situación de indefensión de gran parte de los recursos humanos iniciadores del movimiento a finales 26

Al Día, León, Núm. 2970, 21 de noviembre de 2004, pp. 4–5.

27

Entrevista con Gilberto Parra Rodríguez… Op. cit.

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Ex braceros. Un problema migratorio con pasado y presente

de los noventa, lo primordial en este caso fue la existencia y la adhesión de miles de ex braceros quienes, al darse cuenta de que podían obtener beneficios para su vejez, decidieron manifestarse y fueron apoyados por sus familiares. A la gran disponibilidad de recursos humanos como determinantes del surgimiento, debemos añadir la rápida conformación de un discurso reivindicativo conformado primordialmente por los líderes-activistas, el cual hacía referencia al despojo salarial acontecido a mediados del siglo XX, y a lo cual sumaban la remembranza de todos los elementos —principalmente negativos— que conformaron su experiencia migratoria con objeto de sustentar su insatisfacción actual. En suma, los ex braceros se apropiaron del recuerdo como producto de la memoria directa para fundamentar su discurso histórico, por lo cual desde un principio y mediante dichos ejercicios retrospectivos existió una forma de administración del pasado en el presente. Quizá el mejor ejemplo para entender la aludida disponibilidad de recursos humanos y la apropiación de recursos simbólicos lo representó el hecho de que Ventura Gutiérrez, uno de los líderes iniciadores de la protesta, empezara a formular sus primeras ideas y acciones sobre la problemática con base en historias de vida de su abuelo, pero rememoradas por su abuela. Se trató de una transición entre memoria viva y memoria aprendida. Una experiencia importante que contribuye a ensanchar el círculo de los próximos, de los allegados, abriéndolo hacia un pasado que, aunque pertenece a nuestros mayores aún con vida, nos pone en comunicación con las experiencias de otra generación distinta a la nuestra.28 Así, tanto en este como en otros casos, tal vínculo transgeneracional constituyó entonces un elemento importante en el nacimiento de la protesta, en la medida que la memoria —tanto personal como colectiva—, se enriqueció con el pasado histórico y se hizo progresivamente el propio; es decir, fue adoptado por otras generaciones. En suma, al tomarse el riesgo de la palabra oída de los viejos, se dio a la noción de huellas del pasado una dimensión pública e íntima29 que propició, y más tarde consolidó, la protesta de los ex braceros.

28

Ricoeur, Paul, La memoria, la historia, el olvido, Buenos Aires, Fondo de Cultura Económica, 2010, p. 509.

29

40

Ibíd., p. 510.

El nacimiento de la Alianza Binacional Braceroproa, y el desentierro de una problemática migratoria

Aspirantes a braceros, fumigados durante la contratación. (AEQL)

Examen médico, Estadio Nacional, Ciudad de México, 1943. (Tomada por los

hermanos Mayo)

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Ex braceros. Un problema migratorio con pasado y presente

Otras versiones sobre el desarrollo de la protesta social.

La labor de la Unión Binacional de Exbraceros CÁNDIDO GONZÁLEZ PÉREZ

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Otro de los líderes importantes del movimiento de ex braceros, Baldomero Capiz Balderas, originario del estado de Michoacán y avecindado en Los Ángeles, California, dice que la verdadera lucha, y la que fue definitiva para la recuperación del fondo de ahorro de los trabajadores, la llevó a cabo la Unión Binacional de Exbraceros que se formó el día 4 de septiembre de 1998 en la placita Olvera. Hicieron una convocatoria y desde la primera reunión formal que tuvieron se constituyó la organización. Al principio la denominaron Unión sin Fronteras porque la consideraban una lucha nacional, y no la llamaban binacional porque no la había reconocido el Congreso de la Unión en México. En este apartado se expone la versión de Capiz para tener un panorama más completo sobre lo que ha significado el movimiento; hay momentos discordantes con la apreciación de Ventura porque cada líder defiende su postura con base en la forma en que ha participado.

Los ex braceros y la Placita Olvera de Los Ángeles El grupo liderado por Capiz se había propuesto dar seguimiento a tres puntos fundamentales: primero, saber si el famoso descuento del diez por ciento hecho a los trabajadores braceros era realidad, porque se contaban muchas historias, pero la verdad completa no la sabían al cien por ciento a pesar de ser algo tan importante, de tantos años de duración y que abarcaba a tantos miles de trabajadores. Segundo, crear una organización que fuera capaz de luchar efectivamente para la recuperación de los fondos 43

Ex braceros. Un problema migratorio con pasado y presente

económicos que pertenecían a los campesinos. Y tercero, llegar a una etapa de negociaciones con el gobierno mexicano, que era el que había recibido el dinero del ahorro de los braceros. Contaban con la información de que el dinero se había enviado a través de dos bancos estadounidenses: el Wells Fargo y el ya desaparecido Union Trust, y que se había trasladado al gobierno mexicano a través del Banco Nacional de Crédito Agrícola, pero no se contaba con información completa y confiable. Ese fue el origen de la organización, misma que ha continuado luchando hasta el día de hoy. Confiaban en llegar a una negociación directamente con el gobierno mexicano, y que este aceptara haber recibido el dinero y lo regresara a sus legítimos dueños. Las reuniones en la famosa Placita Olvera en el centro de Los Ángeles, un lugar muy concurrido, tenían como objetivo llamar la atención del público para dar a conocer que habían sido víctimas de un despojo y que supieran quién lo había perpetrado. En esas reuniones se planteaba vehementemente acudir directamente a las instancias del gobierno en México para solicitar la devolución de los recursos. Como las discusiones eran públicas y cada quien decía su parecer, había quienes se inclinaban porque primero se obtuviera la información oficial para ir “con los pelos de la burra en la mano”. Esta última versión fue de las más socorridas, y con base en los acuerdos tomados, decidieron formalizar sus dichos. En esas circunstancias, uno de los primeros pasos fue buscar la manera de obtener información oficial a través de Wells Fargo que confirmara que, efectivamente, habían retenido los fondos de ahorro y luego los habían remitido a México. Sí se lograron obtener pruebas a través de documentos que entregó ese banco estadounidense. La Unión sin Fronteras se constituyó como un movimiento en Estados Unidos y también en México. Después de la primera reunión se organizaron muchas otras en las que se fueron fijando objetivos; al principio fue difícil porque ellos mismos aceptan que no sabían a ciencia cierta qué era lo que pretendían, y tampoco tenían una idea clara de hacia dónde iban. Se crearon algunas especies de filiales de la organización a todo lo ancho de Estados Unidos. La de Los Ángeles fue de las más importantes porque fue ahí donde nació y de ahí fue de donde se accionaron todas las actividades. De acuerdo con las versiones de los principales líderes, tal como lo mencionan cuando organizan reuniones aún en la actualidad, se reunían al principio cinco 44

Otras versiones sobre el desarrollo de la protesta social. La labor de la Unión Binacional de Exbraceros

compañeros y la bola de nieve fue creciendo de una manera increíble. Se aprovechaba del hecho de que en ese lugar icónico se reunía gran cantidad de mexicanos para celebrar las fiestas patrias, el Cinco de Mayo e inclusive para ir a bailar, porque semana a semana ese es uno de los motivos principales de reunión en la Placita. Ahí, los antiguos braceros “echaban plática”. De hecho, una gran cantidad de gente acude frecuentemente nada más a eso. Ahí es donde se fundó la ciudad de Los Ángeles, en ese lugar aparecen anuncios con los nombres de las primeras familias de mexicanos que poblaron toda esta área de Estados Unidos; la información contenida en las placas conmemorativas dice que fue en el año de 1781, cuando ese territorio todavía pertenecía a España, pero los fundadores vinieron de lo que ahora es el occidente de México. Del pequeño grupo de quienes empezaron con la idea de organizarse formalmente para pelear por sus derechos, varios de ellos ya fallecieron, pero entre los principales, “los que más se movieron” son: don Bartolo Rodríguez, quien murió hace poco; Artemio Castellanos, también ya fallecido; don Pablito Velázquez; Joaquín Pérez Pérez; don Guadalupe Reyes y don Carlos Navarro —estos dos últimos también ya fallecidos—. Ellos empezaron, pero se fueron acercando muchos más, y después se podían contar por miles. En una ocasión hubo quien les propusiera cambiar de sede porque veían las dificultades por las que pasaban durante las reuniones. Los invitaron a ir a la iglesia de Dolores, les dijeron que allá podían tener sus pláticas de una manera más cómoda, bajo techo. Hacían juntas abiertas, públicas, bajo el kiosco donde se reunían y llegaba la gente a pasear, les llamaba la atención aunque algunos otros ya sabían de qué se trataba el relajo. Mucha gente se acercaba nada más a comprar sus artesanías: trompos, llaveros, sarapes, sombreros o, inclusive, para tomarse la foto con el famoso burro de utilería que tienen ahí y que llama mucho la atención porque se pone la gente un sombrero típico de ranchero y se toma la foto junto al animalito (algunos niños incluso montan en él). Como viene gran cantidad de gente proveniente de muchos países, se les hace atractivo el burrito y hacen cola para tomarse la foto. La gente se arremolinaba cuando los escuchaba discutir, muchos no sabían de qué se trataba, pero como la placita Olvera es un lugar que atrae turismo, les servía como polo de atracción. Algunos llegaban porque les interesaba saber algo del movimiento, en qué etapa iban, cuántos 45

Ex braceros. Un problema migratorio con pasado y presente

se habían juntado, qué se decía, etcétera. En las primeras reuniones era necesario gritar porque competían con muchas otras atracciones, y después a la gente les parecía que estaban vendiendo tacos o algo por el estilo porque se acercaban muchas personas para enterarse de qué se trataba eso de “los braceros”. Ya mucho tiempo después se les ocurrió la idea de hacer un directorio telefónico e inclusive se registraron como “braceros”, y había quienes los buscaban por teléfono y sostenían conversaciones similares a esta: —¿A cuánto cuestan los braseros? —¿Cómo que a cuánto cuestan? —Sí, ustedes venden braseros, aparecen en el directorio telefónico. —No, está usted confundido, nosotros somos braceros, las personas que vinimos a trabajar contratados de México en los años de 1942 y hasta 1964, lo que usted busca son braseros para asar carne; a nosotros nos decían braceros porque nos contrataban para trabajar con los brazos, somos trabajadores.

Ex braceros en la Placita Olvera, noviembre de 2003. (AEQL) 46

Otras versiones sobre el desarrollo de la protesta social. La labor de la Unión Binacional de Exbraceros

En efecto, había quienes llamaban porque veían que decía “braceros mexicanos” y pensaban que vendían braseros para freír enchiladas. Preguntaban precios, tamaños, el material del que supuestamente estaban hechos y cosas similares; ahora, cuando comentan eso en las reuniones, les da risa. Pero la historia original fue esa, se fueron conjuntando los esfuerzos porque se iban pasando la voz unos a otros y cada domingo tenían más gente, unos llegaban con documentos del papá, otros con los del abuelo. La gran cantidad de gente que se acercó fue haciendo que la organización creciera como nunca lo habían imaginado. —¿Cómo le hacemos para traer documentos y para invitar a más compañeros? —Alguno propuso en una reunión. —Vamos haciendo una lista, como un directorio. Nunca se habían propuesto una acción como esa, de elemental organización. Dicen que debieron haberlo hecho desde el principio, pero no tenían experiencia, lo de ellos había sido el trabajo fuerte en el campo. ¿Quién se iba a imaginar que alrededor de cincuenta años después se verían en la necesidad de organizarse formalmente para reclamar sus derechos? —Un listado, que tenga la mayor cantidad de datos posibles, [para] que sepamos dónde viven, qué número de teléfono tienen, la edad, si son descendientes, los nombres completos porque ni siquiera eso nos sabemos, de qué parte de México vinieron, en qué fechas, todo eso. Todo fue caminando muy bien, al grado de que llegaron a reunir a miles de personas en la Placita Olvera, y de ahí se fueron extendiendo. En esas reuniones siempre hubo una duda latente: ¿cómo hacer para que las acciones caminaran hacia México? Muchos de ellos estaban viviendo en Estados Unidos pero en México estaba la mayoría, y también sus familiares. Entonces, de un momento a otro brincó la organización a los estados de los que salieron más braceros y en donde se conformaron comités de lucha: Jalisco, Michoacán, Zacatecas, Guanajuato —este último fue la sede donde se llevaron a cabo varias reuniones nacionales—, el Distrito Federal —las reuniones se llevaron a cabo en La Ciudadela porque el lugar es histórico, ahí iniciaron las contrataciones formalmente desde los inicios del Programa Bracero, y también en la Cámara de Diputados—. Después se empezaron a formar “comités de lucha por los braceros” bajo la dirección de la organización Unión sin Fronteras de aquel entonces. Fue una colaboración muy valiosa porque allá también lograron 47

Ex braceros. Un problema migratorio con pasado y presente

reunir a miles que provenían no solamente de los estados considerados como tradicionales expulsores de trabajadores, sino de otros pequeños como Tlaxcala, Morelos, Puebla, el Estado de México e inclusive de lugares en los que no se imaginaban que hubiera habido ex braceros, como Quintana Roo o Yucatán; de Chiapas sí hubo algunos, aunque su participación no fue muy numerosa. Otros estados en los que se pensaba que no habrían podido encontrar ex braceros, pero sí los encontraron, fueron Tabasco y Campeche. Se dividieron en dos, con sus propios coordinadores, y luego dirigieron la organización hacia lo que denominaron Alianza de Braceroproa y de ahí surgió la actual estructura de ese movimiento. El plan que organizaron fue: primero hacer promoción, propaganda; luego la concientización; y después, en una segunda etapa, la asociación formal con base en los comités. De ahí surgió una sola dirección nacional; el movimiento se caracterizaba porque había representación propia de los miembros y ellos definían por cada lugar cuánto tiempo se daba la dirección a una persona; no se disponía de forma central qué debería hacerse en cada estado, sino que cada uno de ellos iba diciendo a quién elegía y por cuánto tiempo; podía haber sido diferente, pero la dirección nacional recayó en los iniciadores de este movimiento. Así se fueron enlazando las diferentes representaciones, formando todos un mismo equipo. En algunos lugares fueron estatales, en otras municipales. —Yo vengo a representar a la colonia fulana del pueblo sutano —decían algunos, es decir, la cosa no terminaba a nivel municipal sino que en muchas ocasiones se dividían hasta por sectores o colonias de una misma ciudad. El movimiento, por sus objetivos, parecía ser de tipo político, partidista, así se veían sus dirigentes porque la misma inercia los obligó a tener una gran cantidad de gente organizada, al grado de que todavía existen algunos grupos derivados y con la misma estructura organizativa, pero ya más dispersos. A Baldomero Capiz se le consideró representante binacional de la Unión sin Fronteras; él organizó el movimiento en Estados Unidos, y entre sus centros más importantes estuvieron Fresno, Santa Ana, San Diego, Washington, Oregón, es decir, tuvo representación en una buena parte de aquel país, y fueron parte importante de la organización del movimiento, que en número de personas, según cifras del propio Baldomero, contó con cuarenta o cincuenta mil braceros. Nada más para tener una idea —dice 48

Otras versiones sobre el desarrollo de la protesta social. La labor de la Unión Binacional de Exbraceros

él—, los que se registraron en 2008 fueron ocho mil. Era gente que había acudido a los consulados a inscribirse y a la que le habían exigido que llevara los contratos correspondientes para que se les considerara en el padrón oficial que se estaba conformando. Desafortunadamente, la mayoría fue rechazada porque, aun cuando habían trabajado como braceros, no conservaron ninguno de los documentos que les solicitaban. Hubo quienes conservaban las cartas que les habían extendido los patrones, pero que no fueron consideradas como documentos oficiales, así como tampoco las menciones honoríficas, ni el documento del seguro social. Muchas de las razones para no aceptar los documentos eran increíbles: —Aquí dice Lozano y su acta de nacimiento dice Losano. —decían en los consulados y hasta daban por escrito las circunstancias por las que no se les entregaba el pago, aun después de haber hecho trámites por años—: Aquí dice Ramírez Fuentes y en otro documento, Ramírez de la Fuente. —Pues sí, pero hace más de cincuenta años que me contrataron y yo les di mis datos, no supe si le habían puesto todas las letras o le faltaba alguna; tengo lo del seguro social, que sí se pagó todo ese tiempo. —Pues aparecen como diferentes personas y se tiene que hacer la aclaración para evitar errores. Todo parecía indicar, o al menos así lo pensaban los braceros, que estaban buscando cómo pagar a la menor cantidad posible. Hubo mucho desconsuelo porque decían que había sido un compromiso histórico que ellos como gobierno habían generado y que pretendían no cumplir. En varias reuniones oficiales se presentaba el argumento de que los actuales gobernantes eran del Partido Acción Nacional (PAN) y en los años de los programas quien gobernaba era el Partido Revolucionario Institucional (PRI). En su defensa, los braceros argumentaban que no era a los partidos a quienes exigían el pago, que se los debía el gobierno mexicano que se había quedado con los recursos. —El dinero no se los transfirieron a los partidos políticos, los documentos que nosotros tenemos dicen que fueron depositados en el banco de México, que se debería encargar de regresárnoslo. Lo braceros, cuando acudían organizados, veían que les tenían miedo hasta en los propios consulados, podían sentir que veían como justa su causa y los funcionarios de nivel medio no podían decirles que no. Entre sus argumentos principales, los braceros decían que el gobierno mexicano 49

Ex braceros. Un problema migratorio con pasado y presente

tenía la obligación de cumplir con esa deuda, sin importar la época en que la hubiera contraído. —Ellos lo gastaron en otras cosas, no era de ellos: un contrato binacional firmado por sus gobiernos debe ser respetado. Nos hemos topado con funcionarios mexicanos que nos han dicho: “¿Y nosotros por qué les debemos de pagar si cuando depositaron esos recursos yo ni siquiera existía como persona?”. Pues no les cobramos a las personas, si los gastó el gobierno y no era de ellos, que nos lo regresen los responsables, y para nosotros los responsables son el gobierno mexicano. Fue un acuerdo entre dos países y también fue una acción constitucional, son dineros generados por nosotros y que nos tienen que regresar. —Esos recursos se invirtieron en la infraestructura agrícola de esos años: construcción de presas, caminos, electrificación, muchas obras que se realizaron a favor del campo —afirmaban algunos funcionarios menos radicales. —Pues aun y cuando así lo hayan hecho, fue dinero mal habido porque era de nosotros, fue producto de nuestro trabajo y era [nuestro] ahorro, nadie tuvo por qué invertirlo como si fuera de ellos. En el pensamiento de Baldomero, ese fue un típico caso de corrupción, de muchos años y de muchísimo dinero, muchos funcionarios gastaron el dinero que no era de ellos, y si en realidad algo invirtieron en el campo, tampoco estaba destinado para eso ya que cuando se retenía el Fondo de Ahorro y se mandaba a México, se sabía claramente que era producto del trabajo de los braceros y era un ahorro, ni más ni menos, así como el nombre lo dice. Por supuesto que hubo mucha gente que conocía el origen de estos recursos y que se benefició con una suma muy alta de dinero de todas las maneras que uno se pueda imaginar.

La demanda jurídica y la protesta ante Banrural A la distancia de los años, es posible ver que los trámites para recuperar el Fondo de Ahorro costaron mucho trabajo, y fue muy difícil lograr que los consulados se abrieran: en los primeros años de la lucha resultaba imposible, no había receptibilidad, quizá porque se veía a los demandantes como poco significativos. 50

Otras versiones sobre el desarrollo de la protesta social. La labor de la Unión Binacional de Exbraceros

Forcejeos de ex braceros con guardia mayor presidencial. Rancho de San Cristóbal, febrero de 2004. (El Heraldo, 2004. Diario obtenido en el AEQL)

Caricatura de Vicente Fox después de la manifestación en su propiedad, 2004.

(AEQL)

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Ex braceros. Un problema migratorio con pasado y presente

Solamente a partir de una demanda jurídica fue que nos dimos a conocer —afirma Baldomero—, de otra manera, nunca nos habrían reconocido. Eso sucedió en el año 2001 en una Corte Federal cerca de San Francisco, en Oakland; nos ayudó un bufete muy famoso de abogados, [los mismos que] llevaron a cabo una demanda por parte de los judíos [contra] los alemanes por todo lo que les causaron en la Segunda Guerra Mundial. Cuando Hitler eliminó a los judíos, se apropiaron de sus pertenencias. Veinte años después, ellos, los abogados, que son descendientes de aquellos judíos, les hicieron una demanda en la Corte Internacional y la ganaron. Les tuvieron que entregar cerca de cuatro mil millones de dólares. Eso lo provocó Hitler y quienes pagaron todo fueron las autoridades actuales, eso es una de las cosas que no han querido entender en México. Una parte de esos abogados, o mejor dicho, los hijos de ellos, fueron los que se interesaron por la situación nuestra, se enteraron y encontraron cierto paralelismo en los hechos y fueron ellos quienes nos propusieron que hiciéramos demandas colectivas de los braceros.

Ese grupo de abogados, de cuya existencia los ex braceros no tenían la más mínima idea, los buscaron y les dijeron: “A los braceros no los mataron, nada más les quitaron su dinero, y estamos dispuestos a ayudarlos a dar esa lucha jurídica”. De acuerdo con versiones de los dirigentes cercanos a Baldomero, esa situación les favoreció mucho porque se abrieron unas investigaciones muy precisas. Sin la ayuda de esos abogados tal vez no habrían logrado nada hoy en día. Pudieron demostrar con documentos que Wells Fargo había retenido esos recursos y los había mandado al gobierno mexicano a través del Banco Nacional de Crédito Agrícola. La verdad es que no fue cosa de días, las investigaciones llevaron su curso desde 2001 hasta 2008. Siete años estuvieron peleando para que los consulados aceptaran abrir sus puertas para registrar a los braceros. La lucha no fue pequeña, nadie puede decir que fuera mínima, el esfuerzo jurídico que se llevó a cabo para demostrar que ellos tenían la razón, que su argumento tenía sustento y que no eran un grupo de revoltosos, como se les pretendía presentar ante la opinión pública, fue grande. Los ex braceros afirman:

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Otras versiones sobre el desarrollo de la protesta social. La labor de la Unión Binacional de Exbraceros

Nosotros nos habíamos enfocado en un principio casi [exclusivamente en] la lucha en México, pero de una manera informal, no nos habíamos registrado; al principio no lo consideramos necesario porque la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos establece que cualquier persona puede asociarse con quien mejor le convenga para llevar a cabo las tareas que quiera, mientras no sean actividades delictivas; entonces, nunca habíamos juzgado necesario registrarnos como asociación; sí teníamos un objeto común y nos asociamos libremente, pero no dentro de ninguna asociación. Aquí en Estados Unidos tampoco nos habíamos registrado porque no lo considerábamos necesario, la constitución de acá dice que para exigir algunos derechos debes estar asociado en una organización non profit,1 pero no lo habíamos considerado necesario porque eso a su vez nos limita en algunos aspectos: si se registra uno como asociación cultural, debe realizar actividades únicamente culturales; si es de política, únicamente de política; entonces, veíamos que nos podía limitar mucho y, aunque se discutió, en un principio no consideramos prudente registrarnos formalmente. Veíamos que el asunto nuestro era tanto económico como jurídico, y encasillados en una organización podríamos caer en incoherencias porque sentíamos que nos atábamos a participar únicamente en uno de ellos. Se supone que en México es igual, pero a la hora de la verdad, no es tan cierto; aquí en Estados Unidos sí te castigan. Allá en México ese mismo papel lo podría jugar una ONG2 o una asociación civil. Hoy sí consideramos necesario [pertenecer] a una organización grande que nos sirva como paraguas para poder obtener apoyos inclusive de los propios donantes. Actualmente pertenecemos al Instituto Cultural Mexicano, pero nos inscribimos después de haber llevado a cabo una lucha, se puede decir “terca” porque hemos luchado contra toda la corriente: en 2001 hicimos la demanda y el año siguiente organizamos movilizaciones muy grandes; las primeras fuertes se originaron a propuesta de reuniones, foros y convenciones que tuvimos en Morelia y en Guanajuato, de ahí nos propusimos como principal objetivo el atacar directamente al gobierno federal, y no tanto lo que corresponde al ejecutivo sino más bien al área donde correspondía lo que era el Banco Rural; si ya los abogados acá en

1

Non Profit Organization (NPO), u organización sin fines de lucro.

2

Organización No Gubernamental (ONG).

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Ex braceros. Un problema migratorio con pasado y presente

Estados Unidos habían demostrado que Wells Fargo efectivamente había retenido el 10 por ciento de nuestros ingresos y lo había mandado a México, pues ahora lo que correspondía era demostrar qué había pasado en el otro extremo, porque en cada reunión que sosteníamos con funcionarios nos decían:

—Pruebas ¿dónde están las pruebas? —Wells Fargo les mandó el dinero, se los depositó al Banco Nacional de Crédito Agrícola. —Pruebas, documentos, contratos ¿dónde están? Queremos papeles, no palabras, para poder sostener eso que nos dicen. A partir de eso, se fijaron como meta hacer presión en los lugares que fueron importantes en el depósito de los recursos. Y actualmente, como ya no existe ese banco y fue sustituido por Banrural, entonces dirigieron hacía ahí el movimiento nacional. Arrancaron formalmente un diez de abril, el día de la conmemoración de la muerte de Emiliano Zapata —así lo habían aprobado en una reunión en Irapuato, Guanajuato, donde se acordó ejercer presión en Banrural en esa fecha tan importante—. Se concentraron en las oficinas centrales en la colonia hipódromo en el Distrito Federal con una movilización de aproximadamente mil braceros, de acuerdo con sus cálculos. Hicieron una protesta pacífica, un plantón. La presencia de los ex trabajadores tuvo buenos resultados porque causó un efecto mayúsculo en la opinión pública. Estuvieron desde el 8 de abril por casi quince días, sentados, acostados, dormidos, como se pudiera, en las banquetas. Hacían mucha presión aunque dejaban el paso libre a los trabajadores para evitar ser amonestados o causar estragos que al final podrían ser contraproducentes. Sabían que si intentaban impedir la entrada del personal o algo similar, se les podrían fincar cargos porque eso está penado. Entonces, Romero Gudiño, quien era el director de Banrural, se sintió muy presionado por los manifestantes y se vio obligado a recibirlos, porque después de varios días de plantón, no se había logrado siquiera eso: que los recibiera para darles información. Los recibió el funcionario citado y también su comité ejecutivo. Le dijeron:

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Queremos que nos entregue los resultados de una investigación que hagan aquí en su banco, con sus propios peritos; nosotros no vamos a meter las manos en nada, lo que buscamos es que nos digan, con sus propia gente y revisando sus documentos internamente, si es que recibieron el dinero que decimos nosotros y que afirma Wells Fargo que les mandaron.

Una semana después les entregaron los resultados, en los que se hacía constar que efectivamente habían recibido esos recursos. De acuerdo a la versión de los líderes, ese hecho hizo molestar mucho al presidente Zedillo. Los mandó presionar de una forma muy rara. Ellos siempre habían pensado que existía un trasfondo de cosas y que podía ser en realidad muy fuerte. Y la forma en que la presión se presentó fue, dice Baldomero, incluso chistosa: Resulta que cuando nos entregó los resultados Romero Gudiño, pues nosotros dimos por terminado el plantón, ya habíamos obtenido lo que tanto buscábamos: que hubiera [los] documentos que ellos mismos nos pedían, y que ahí mismo los tenían. Dimos por terminada la reunión, avisamos que se terminaba la presión, ya no teníamos nada que hacer ahí, ya teníamos los papeles famosos. Afuera, llegaron agentes de gobernación y de lo que era la PGR (Procuraduría General de la República) en aquel entonces. Estaban afuera ahí mezclados con los compañeros que estábamos haciendo el plantón. “Queremos hablar con ustedes”, nos dijeron a tres o cuatro de nosotros, a los que vieron que éramos los líderes.

La gente ya se estaba levantando y organizando sus cosas para regresarse a sus lugares de origen, porque ahí dormían, “ahí hacían sus necesidades, ahí comían”. Eso no le gustaba a Romero Gudiño. Seguramente esas fueron algunas de las razones por las que se vio obligado primero a recibirlos y luego a entregarles la documentación. El plantón, la verdad, fue sorprendente. Buscando a Baldomero, llegó una muchacha de la PGR, supuestamente reportera, traía a su camarógrafo, falso también porque era otro agente, y dos o tres que andaban con ellos. —Mire, queremos hacerle una entrevista —les dijo.

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Ventura Gutiérrez en Mexicali. (AEQL) 56

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—Gracias, pero es que nosotros ya nos vamos —le respondió Baldomero—, ya vamos al aeropuerto; si ustedes gustan, pues sígannos y allá les damos la entrevista, pero ya hay vuelos asignados para algunos de nuestros compañeros y tenemos que llevarlos. —Pues entonces, nos vamos en sus carros y les vamos haciendo la entrevista desde aquí, en el trayecto de la colonia hipódromo hasta el aeropuerto —dijo la muchacha a Baldomero. —De acuerdo —les respondió Baldomero sin ver nada raro, parecía que eran reporteros y ahí los habían entrevistado en muchas ocasiones y los manifestantes no los conocían porque venían de diferentes medios; y así, disfrazados de trabajadores de noticiarios, pasaron desapercibidos. En ese momento —continúa relatando Baldomero—, nos venía acompañando una muchacha de Chicago que estaba haciendo una investigación de los braceros que trabajaron en el tren, porque hay otra historia ahí media turbia: hay dinero que les quitaron a ellos pero parece que una buena cantidad está aquí en Estados Unidos en los sindicatos de los ferrocarrileros; eso no se ha movido últimamente, pero es probable que se remueva y salga algo de esto también. Ella iba a salir de México hacia Chicago y la íbamos a llevar al aeropuerto, era la que más urgía llevar a tiempo en ese momento. Total, que cuando íbamos subiendo [por el] viaducto ya en dirección para que tomara su avión, sucedió lo que no nos imaginábamos. Nos dijeron: “Entonces vénganse unos de ustedes acá con nosotros para irles haciendo la entrevista y algunos de nuestros compañeros que se vayan en su carro y así aprovechamos varias entrevistas a la vez, antes de que se vaya la señorita”. Nos pareció sensata la propuesta, así es que aceptamos. Algunos de esos supuestos reporteros, entonces, se vinieron conmigo, yo iba manejando una pick up. Nosotros, confiados, no nos habíamos dado cuenta que eran gente de la policía y [habían sido] enviados por Ernesto Zedillo con intenciones nada buenas. Cuando ya íbamos en lo que le dicen ellos “Eje”, las avenidas grandes, hicieron un operativo y cerraron en dos extremos. Nos encajonaron con unas camionetas Suburban grandes, negras, con los cristales polarizados, se nos cerraron, nos bajaron y nos metieron de a uno en cada una, nos separaron a todos.

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—Tú te vienes acá… —Ah caray, nosotros pensamos, ¿así entrevistan?—. Tú aquí quédate, vas a arrancar cuando yo te diga y por donde yo te vaya señalando. —¿Son ustedes reporteros? —No vas a hacer ninguna pregunta, nada más vas a hacer lo que te vayamos diciendo. Los que se subieron a nuestros carros eran varios —continúa Baldomero—, y como subían de uno de nosotros por Suburban, pues allá iban varios de ellos también, no había posibilidad de nada, solamente de hacer lo que nos fueran ordenando.

Los ex braceros, antes de haber ido a dialogar con Romero Gudiño a Banrural, ya se habían entrevistado con abogados porque todo ese asunto lo veían complicado y contaban con el antecedente del apoyo que habían recibido de los abogados judíos de San Francisco; es decir, se habían rodeado de gente que tenía conocimientos de asuntos de derechos humanos en la Ciudad de México. Comentan que les fue de gran apoyo una muchacha muy joven, que era la responsable de los asuntos jurídicos y en particular en eso que les habían recomendado sobre los derechos humanos; ella siempre estaba en constante comunicación con el grupo de los ex trabajadores. Además de esos contactos, se habían puesto a disposición del grupo diversos abogados para apoyarlos en los temas que se ofrecieran porque en el fondo el asunto de la recuperación de sus ahorros era del área jurídica. Tenían, según ellos, muy bien estructurado lo que estaban pidiendo y las cosas iban caminando como las habían planeado, con base en sus propuestas. Los mencionados abogados sabían lo que tenían que pedir en el área correspondiente de Banrural con Romero Gudiño. Baldomero dice que todo sucedió muy rápido mientras les ordenaban: “Tú bájate y súbete en esta, tú en esta otra”. A él no lo bajaron porque estaba manejando su propia camioneta, pero se subieron dos personas con armas en la mano. Menciona que le ordenaron ir detrás de un automóvil. Él no podía preguntar nada y los agentes que iban con él hablaban únicamente para ordenarle dar vuelta, seguir despacio, parar. Dice:

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Me trajeron alrededor de dos horas manejando en la ciudad de México. No sabíamos nosotros el destino que podríamos tener y tampoco se podía preguntar o platicar con los señores esos y luego, como estaban armados, fue complicado y amenazante, de verdad. Una cosa, sin chiste, pero que nos ayudó mucho, a mí en lo particular, pero a partir de eso, a todo el grupo, fue que venía con nosotros un muchacho de Sinaloa que nos acompañaba en esas reuniones. Él es de Elota, un pueblito muy chiquito de ese estado, que está compuesto de puros braceros, ahí hicimos una reunión importante. Él sabía que íbamos a México y nos dijo “yo voy con ustedes”. Ese camarada es el típico sinaloense, de esos que cuentan muchos chistes, siempre nos tenía riendo, ya fuera en el camino o en los días de plantón. Pues se llama Guadalupe el mentado amigo, bien platicador el hombre, venía conmigo, en mi camioneta, al momento de irnos al aeropuerto. Él se dio cuenta antes que yo porque me dijo: “Mira lo que está pasando allá, están bajando a los amigos, cerraron la avenida, los están subiendo en camionetas de gobernación y los están separando. Yo aquí me bajo”.

Dice Baldomero que “pegó el brinco” y regresó corriendo a donde estaban los compañeros que se habían quedado todavía afuera de las oficinas del banco porque no habían avanzado todavía mucho: en esos momentos iban saliendo con dirección al aeropuerto, pero ellos, los policías o agentes encubiertos, ya tenían su plan bien elaborado, cerraron las calles, bajaron a todos de sus vehículos y los acomodaron en forma separada. Fue muy valiente, Guadalupe —dice Baldomero—, porque se bajó, está alto el mentado viaducto; ya se andaba quebrando una pata, brincó y se regresó corriendo a avisarles a los compañeros que se habían quedado rezagados: “Se los llevaron los de gobernación, se los van a llevar presos”.

Con el aviso, rápidamente se pusieron en contacto con los abogados que iban con ellos, aunque en forma fragmentada. Los ex braceros, momentos después, cuando pudieron platicar luego de que terminó todo, decían que pensaban que los iban a matar. Así lo sentíamos de verdad. Después de todo el paseo que nos dieron, nos llevaron ahí cerca del monumento a la Revolución que es donde está la PGR, 60

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nos llevaron a la supuesta declaración de los hechos, así como si hubiéramos cometido un delito grave y tuviéramos que dar nuestra versión de por qué lo hicimos. Todo fue rápido, se hizo en el mismo día: desde las nueve de la mañana en que comenzó la travesía, nos soltaron como a las siete u ocho de la noche. Para todo ese asunto, cuando nos llevaron ahí, ya estaban los abogados porque Guadalupe alcanzó a movilizar a todo mundo. Ellos, los abogados, les dijeron a los de la PGR: “Muéstrenos los expedientes ¿con base en qué cargos se les va a juzgar, por qué los detuvieron?”.

Ahí mismo se enteraron de que les habían “sembrado varios delitos”. Primero: asociación delictuosa. Segundo: daños a la nación, que habrían causado durante el período en que se apostaron frente a Banrural, aunque en realidad no se haya producido daño alguno, y eso estaba perfectamente claro. Tercero: sabotaje. Lo único que les falló, dice Baldomero, fueron los tiempos. Ya tenían un acta, afirma él, con la orden de aprehensión contra ellos, pero se equivocaron en la fecha. El día en que se decía que había cometido los delitos, el grupo de quejosos todavía no había llegado a Banrural; ellos se habían apostado en las inmediaciones del banco el día ocho de abril y la orden de aprehensión girada señalaba que era por haber cometido los supuestos delitos el día siete. “¿Cómo es posible que estos hombres hayan cometido un delito sin que siquiera se encontraran ahí?”, cuenta Baldomero que decían sus abogados en la PGR. Todo estaba supuestamente bien fundamentado porque tenían testimonios registrados ante notario público, con peritos, con información de toda clase de abogados. “Estaba todo listo para amolarnos”, agrega. —Si el gobierno mexicano nos quiere chingar, nos van a chingar — dice Baldomero que eso comentaban sus compañeros cuando los dejaron salir con la ayuda de los abogados—. ¿Cómo era posible que ya tuvieran todo listo: las demandas, las supuestas pruebas, los testimonios y todo, todo lo que se necesitaba para encarcelarnos? Y todo nada más por defender nuestros derechos, por reclamar un dinero que es de nosotros desde hace medio siglo. ¿Por qué hace eso el gobierno contra sus gobernados? Ahí pudimos ver que si quieren, pueden sembrar delitos a las personas que tengan ganas de perjudicar. 61

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Gilberto Parra con ex braceros de Guadalajara, mayo de 2011. (Tomada por Abel

Astorga Morales)

—Está muy claro que hay intenciones perversas contra ustedes —decían los abogados. —No hemos cometido ningún delito. Las órdenes deben de venir de un nivel alto, porque ¿a quién le puede interesar que nos callemos?, ¿a los funcionarios de bajo nivel? No, ni siquiera [a los] de nivel medio. ”¿Estas gentes [sic] que nos detuvieron nos pueden decir quién ordenó el operativo? —No —contestaban los abogados— nadie va a saber nada.

Con posterioridad, y haciendo sus propias interpretaciones, lo que según ellos podían ver claro era que a los únicos que directamente les estaban “pegando”, si así se pudiera decir, era a Banrural. ¿Pero qué interés podrían haber tenido ellos que, aun cuando les obligaran a entregar el dinero, pudiera ser afectado? Ninguno. Simplemente, si tuvieran que pagar algo, lo pagarían, de la Cámara de Diputados dependería que se encontraran los fondos en caso de que Banrural no tuviera el dinero, pero ellos, como trabajadores, no tenían ninguna responsabilidad. Unos pocos días después del incidente, supieron que habían despedido al funcionario en 62

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turno de Banrural: Romero Gudiño, quien había recibido a una representación de los quejosos y quien finalmente había entregado el documento donde se decía oficialmente que el gobierno mexicano había recibido los recursos económicos provenientes de Wells Fargo. Ese fue el pobre que pagó el pato por habernos dado la información que solicitamos, y que aceptó que se formara una comisión que investigara si en realidad habían recibido los recursos de acá de Estados Unidos. Fue lo único, su simple pecado. Ya con el término del sexenio de Zedillo y a la entrada de Fox, mandaron una iniciativa al Congreso para desaparecer Banrural, y para el caso específico nuestro, se creó un fideicomiso que se llama así: “Fideicomiso de Braceros”. Se puede decir que el percance que tuvimos cuando el plantón fue el más difícil; ya las cosas han tomado otros rumbos, hay burocracia, hay dificultades, pero lo más grave fue lo que vivimos en esa ocasión, en el trayecto de salida al aeropuerto.

Con los logros visibles que obtuvieron, se les acercó más gente y tuvieron mayor apoyo y hubo más firmeza en la lucha. En Morelia, afirman, lograron reunir veinte mil personas, “lleno a reventar el parque de La Alameda”. En Durango hubo otra manifestación muy importante en lo que se conoce como La Explanada del gobierno del estado. En Jalisco estaban bien organizados, ahí colaboraba el diputado federal Gilberto Parra Rodríguez. Tuvieron muchas altas y también algunas bajas, porque a veces cuando no se coincide en los criterios hay alejamientos. Afirman que han tenido experiencias muy buenas y también malas, con discordancias. Cuenta Baldomero: Lo que sí puedo afirmar como un gran acierto fue la constitución de nuestra organización, porque de ahí partieron todas las demás que existen en México; todos tuvieron que ver con el inicio de esto que formamos en la Placita Olvera. Sin excepción alguna, los más de 400 grupos de braceros que existen actualmente en todo el país se originaron en nuestra asociación, aquella que se vivió y se soñó en el centro de Los Ángeles. Hoy en día existe una asociación por estado y hasta de dos o tres por municipio [...] donde hay muchos municipios, en eso me baso para decir que se pueden contar más de 400 grupos. 63

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Durante 2003 se llevó a cabo una etapa que catalogan como de “conciliación”, porque el gobierno federal ya había aceptado sus peticiones, no las habían rechazado como había sucedido antes. A esto se llegó, ellos creen, porque las manifestaciones que hacían en el Congreso eran cada día más fuertes, cada día contaban con más gente. En muchas ocasiones se apostaron a dormir fuera del recinto, llevaban sus cartones para hacer de nuevo lo que hacían cuando los contrataban en los años del Programa Bracero y hacían cola de varios días en la frontera. En aquel entonces, aunque ya estábamos en listas y éramos aceptados para pasar a Estados Unidos y trabajar, debíamos hacer colas en Empalme, Sonora, o en Ciudad Juárez, Chihuahua, para que nos fueran llamando; luego, como éramos desconocidos ahí y no teníamos dinero para vivir en hoteles, dormíamos en las banquetas y hasta en el suelo pelón, “cobijados” con cartones; entonces eso hacíamos fuera de la Cámara de Diputados, dormíamos en el suelo cubriéndonos con cartones. La situación en aquellos años de los cuarenta y hasta los sesenta era triste. Había mucha pobreza entre nosotros, [había que] dejar la familia para ir a lugares tan lejos, desconocidos, con otro idioma, con otras costumbres; algunos dejaban hijos pequeños. Se llegaron a dar casos de gente que moría de hambre o de deshidratación. En Empalme, Sonora, hace un calorón de 120 grados [Fahrenheit] y toda la gente que venía del sur, de muchas poblaciones donde no habían llegado a conocer temperaturas tan altas, las sufrían mucho y se deshidrataban. Siempre se ha comentado de casos de muertes porque la gente era muy pobre, no tenía para comer. A mí me platicaba un compañero bracero de Sonora: “Mi papá vendía sandías y se le terminaban rapidito. Tienen mucho líquido, y con el calor que hacía, los que podían compraban sandías. Comían sandías aunque fuera el alimento de todo el día. Ahí esperaba la gente hasta que la llamaban, era una tristeza”. Cuando los citaban para venirse a trabajar, esos ya la “tenían hecha”, como se dice; entonces recibían un lonchecito y, como ya estaban asegurados, lo agarraban y se los aventaban a los que seguían afuera esperando su turno. Esos eran gestos de buena voluntad y los hacían todos porque se formaba una hermandad. Ellos habían pasado por esas; entonces, sabiendo lo que habían sufrido, con esa actitud hacían posible que no la pasaran tan mal los otros compañeros que no habían sido todavía requeridos. 64

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Beneficios a ex braceros según el testimonio de Baldomero Capiz En 2003 se nombró una comisión especial de braceros que fueron a tomar acuerdos con los representantes del pueblo, los diputados. Por parte de estos últimos también se formó una comisión que fue conformada por diecisiete diputados de todos los partidos, y la presidió un señor de Michoacán; ahí se llegó al acuerdo de elaborar un registro para saber cuántos ex braceros había en total, y dónde se ubicaban en el país y en Estados Unidos. Esto último fue motivo de gran parte de la discusión porque al principio no se quería tomar en cuenta a los que vivían en Estados Unidos; por alguna razón se consideraba que habían obtenido un beneficio y se pedía no incluirlos en el padrón de solicitantes de los recursos. El principal argumento era que quienes tenían residencia legal en el país vecino, contaban con su seguro social y pensión, que no era necesario atenderlos con recursos nacionales. Baldomero, como líder del grupo y como residente en Estados Unidos, fue el principal defensor de este grupo: Todos somos braceros y [tenemos] los mismos derechos. Si algunos ya se pensionaron porque obtuvieron [la] documentación que los acredita como residentes o inclusive como ciudadanos, es otra cosa. Lo que nos descontaron fue parejo y no nos separaban a los que nos íbamos a quedar a vivir en Estados Unidos después.

Al final, se acordó que ambos grupos quedaran integrados en ese primer registro, pero la intención —al menos la intención— había sido dejar a uno fuera. Ha tenido muchas vicisitudes la lucha de esa organización: pero en 2003 finalmente se registraron cerca de 110 mil braceros provenientes de todo el país; de ellos, “calificaron” solamente 72 mil, porque alrededor de 40 mil quedaron fuera por no haber podido presentar algunos documentos. Todos tenían algo que presentar; no obstante ello, lo que exigían los representantes del pueblo consistía principalmente en “el contrato original” de trabajo celebrado entre 1942 y 1964. A esos primeros 72 mil,se les asignó un presupuesto de 298 millones 500 mil pesos para pagarles una 65

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cantidad que también fue motivo de largas y tediosas discusiones. La discusión que se presentó, según lo que cuenta Baldomero, era del nivel de: —Hay que dar tantos miles de pesos a cada uno” —decían algunos diputados. —De a 50 mil a cada uno —les proponíamos. Y es que era imposible saber cuánto se le había descontado a cada uno porque al principio negaban inclusive que se hubiera descontado; después cómo se iba a poder saber cuánto fue de cada uno cuando algunos [eran recontratados], otros no y muchos entraban como ilegales después porque les iba mejor que trabajar como contratados. Era muy pero muy difícil conocer la verdad exacta. —Nuestra propuesta son 50 mil pesos a cada uno —les dijimos a los diputados. —Si les damos 50 mil, no vamos a alcanzar a darles a todos —nos dijeron los de gobernación—. Si se baja la cantidad, se puede extender para muchos. Nosotros nunca estuvimos de acuerdo con esa propuesta, pero al final, en los estira y afloja, acordamos que fueran 38 mil pesos. Con esta cantidad, iban a calificar en una primera etapa 17 mil compañeros porque los 300 millones alcanzaban para ese grupo. Pero para esto ya estábamos en el año 2005, en ese año fue cuando nos empezaron a entregar los recursos. Las negociaciones ya en lo cortito, como se le dice, nos llevaron otros dos años. Ese tiempo le llevó a la comisión entregar la primera parte de los recursos, ya hasta el final de sus mandatos. Nosotros [continuamos] haciendo nuestros foros, muchos; mesas de trabajo, mesas redondas, con senadores, con diputados. Todos se cortan con la misma tijera, todos son iguales, no importa los partidos. Cuando íbamos a Gobernación nos decían: —Eso ya depende del Congreso. Luego íbamos al Congreso y nos decían: —Lo nuestro ya estuvo, ahora la pelota la tiene Gobernación. Así es el juego político de la democracia que hay en México. Nosotros, de todas maneras, persistentes en la lucha. Al fin de cuentas, se repartieron los primeros 38 mil pesos por bracero y se hizo una distribución por estados de la república. Nosotros dijimos: —Pues el año que entra, el 2006, entreguen el resto. —No, la partida va a ser igual, de 300 millones.

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Ya en el año 2007 aumentó un poquito porque contamos con el apoyo de diputados más activos, en particular un mentado Valentín, del Estado de México, de ciudad Neza; era originario de Oaxaca pero había estudiado en la UNAM [Universidad Nacional Autónoma de México]. Primero fue presidente municipal de Ciudad Neza, luego diputado local y después federal; ese sí le echó muchas ganas y es de los que más recuerdo que nos apoyó mucho.

Lo que se denominó Unión Binacional se formó por decreto de la Cámara de Diputados en el período 2005-2006 a propuesta de los diputados, porque existía una gran cantidad de organizaciones, algunas muy separadas. Entonces, los diputados sugirieron que a partir de esta fecha cada organización pudiera seguir manteniendo su independencia, pero que todas formaran parte de la Unión Binacional. Baldomero considera que fue un acierto porque así se hizo posible que les fueran entregando los recursos. Habría sido más complicado que al final se les otorgara el apoyo a unas organizaciones y a otras no. Para el año 2010 se habían aprobado 900 millones y no había sido suficiente para cubrir a todos, aunque la lucha no había terminado. Con 300 millones cubrirían a 17 mil braceros, con 600 millones a 34 mil, pero el total de los que aceptaron como padrón completo porque sí pudieron entregar su contrato original, era de 72 mil. Con lo que se había abonado aún faltaba por pagar a unos 12 mil, pero el compromiso desde un principio era luchar para que les pagaran a todos quienes trabajaron como braceros y no solamente a los que los diputados reconocieron como padrón completo. [Muchos] braceros no se había[n] informado bien y la verdad es que aun y cuando piden el contrato original como documento obligatorio, hay gente que sí lo tiene y no se había integrado al grupo porque lo desconocía o porque no le llamaba la atención; a lo mejor pensaban que éramos nada más revoltosos, pero a la fecha se siguen integrando personas con su documento, que eso de 110 mil no va a quedarse estancado, van a ser muchos más. Durante la existencia de los programas braceros se llegó a [celebrar] un total de 5 millones de contratos, que hablando ya de personas serían muchos menos porque hubo quienes tomaron 5, 6 o más contratos, pero una cantidad muy grande de ellos ya no vive. Claro, sus familiares pueden reclamar los recursos. Entonces, el pensar en 110 mil es un número muy conservador. En fin,

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que en el año 2007 empezamos a movernos nuevamente porque se requería otra etapa de apertura de las mesas receptoras, y se logró. Se exigió que se abrieran en los consulados y que se nos pagara; el acuerdo se alcanzó en el 2008 pero hasta el 2009 fue posible que se nos pagara; antes se pagaba en los estados; ahora, a los de acá, se nos empieza a pagar en los consulados. Se suponía que habían hecho una reestructuración al fideicomiso para dar más facilidades y que se les pagara a un mayor número de compañeros, pero al final, fue a la inversa: se les pagó a menos de los que habían comprobado fehacientemente con sus documentos; cualquier mínimo detalle, por simple que pareciera, era motivo para rechazarlos. A estas alturas, ya se habían registrado 200 mil personas, esto sin contar los aproximadamente 12 mil que habían dejado fuera por falta de recursos y los 40 mil que no habían aceptado; en total, nos da una cantidad de alrededor de 250 mil.3

Como se ha comentado en este libro, la lucha ha pasado por muchas vicisitudes. Una de ellas fue un alto en el camino después de la firma de un decreto expedido por quien fuera presidente de 2000 a 2006, Vicente Fox, y la Cámara de Diputados, para que les entregaran los 38 mil pesos acordados a cada bracero. Se modificó por, entre otras muchas circunstancias una especial que fue cuando irrumpió un grupo de braceros en el rancho de la madre de Vicente Fox brincando las barreras protectoras; fue un escándalo que se publicitó no sólo a nivel nacional sino internacional, pero que al parecer, de acuerdo con la versión de Baldomero, ayudó a que se entregaran los pagos que se habían quedado en el camino; aunque, como siempre sucede en estos casos, luego se volvió a detener el flujo. El sentir de los líderes es que aun cuando se pueden presentar eventos como ese que se difundió extensivamente en la prensa, lo más difícil es el trabajo que se lleva a cabo en las comisiones de la Cámara de Diputados: ahí se discute mucho, y no quieren entregar el dinero.

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Para conocer más detalles sobre el pago del apoyo social a ex braceros, sobre las personas empadronadas, los presupuestos aprobados, así como el contexto en el que se desarrolló el pago, vea el capítulo IV.

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De ahí me vino la enfermedad de la diabetes seguramente, porque era una de “corre para allá, negocia con aquel, que siempre no, que ese no tiene nada que ver, que vayan a Gobernación, que no se logró nada, que va para atrás, etcétera, etcétera”. Al final, el 29 de junio del 2009, ya con el nuevo gobierno de Felipe Calderón, cambió todo y de forma muy radical. Con Murillo, el fallecido Secretario de Gobernación, llevábamos las cosas bien, se suponía que iban a entregarnos todos los recursos, los 38 mil de cada uno de todo el padrón que teníamos a la fecha, que a los de acá también se les iba a considerar, que iba a ser para todos. Luego ¡pum!, el avionazo. Muere [Murillo], ponen nuevo titular y cambia todo también para nosotros, y recibimos el aviso que nos pasó en cortito un compañero: “Que no, que se cambió todo, que nos avisa Gómez Mont que ha resuelto que se nos van a entregar 4 mil pesos anuales; que eso dijo en una conferencia de prensa en una presentación que tuvo ante el Senado y a petición de nosotros”. 4 mil pesos anuales, para completar los 38 mil, significan nada más y nada menos que 10 años completitos. ¿Cuántos braceros van a sobrevivir 10 años y para qué sirven 4 mil pesos hoy en día? En los casos en los que son los descendientes quienes van a recibir el dinero, y si son muchos hijos ¿les servirán de algo 4 mil pesos? Si son 10 de familia, a los hijos les van a tocar de a 400 pesos anuales. La verdad, es un insulto. Nos vamos a morir todos. Por ahí se ha divulgado y nos han dicho algunos funcionarios: “puede ser que se les pague como antes, los 38 mil juntos”. Eso nos han dicho, pero no tenemos la seguridad, lo formal fue lo que dijo Gómez Mont. La comunicación que yo he tenido desde México con nuestro enlace es que las cosas siguen igual, que está firme la propuesta de los 4 mil pesos anuales, pero que él confía en que van bien las negociaciones y que sí nos pueden pagar todo completo como se hacía antes y ahora en los consulados. Seguridad no tenemos ninguna, ni de lo uno ni de lo otro. Mi juicio particular es que sí lo vamos a lograr, y apoyados por la situación política que hay en México actualmente no pueden seguir echándose a la gente encima; ya perdieron la luna de miel que tuvieron con el pueblo; el pueblo creyó en ellos y le fallaron, lo más probable es que la van a perder y yo considero que no pueden seguirnos apachurrando. La situación de la que nos enteramos que sucede en México es el constante aumento de impuestos, y así no se puede. Aparte, el desempleo ha crecido en grandes dimensiones. Aun con la grave crisis que estamos viviendo en Estados Unidos, la gente se 69

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sigue viniendo; eso dice mucho de cómo andan las cosas allá. Y el número de deportados sigue creciendo, [lo que] quiere decir también que siguen viniendo, y en mayores proporciones. En lo particular, lo que ha significado para mí la participación en este movimiento de recuperación de nuestro dinero ha sido muy rica. He vivido y he visto cosas increíbles, cosas muy bonitas y también desagradables, como aquella de que nos querían encarcelar inventándonos cargos cuando nuestra lucha ha sido nada más que nos regresen lo que nos quitaron hace cincuenta años en promedio. Nos dimos cuenta de muchas cosas: de la pobreza, de la miseria, pero también de la alegría del pueblo mexicano; cuando llegábamos nosotros, a pesar de las necesidades que tenían, mataban los guajolotes para hacernos de comer, para celebrar. “Vénganse a mi casa, acá tenemos caldito de pollo, arrocito”. En un lugar que no voy a olvidar nunca, que se llama la colonia Obregón, en San Luis Potosí, es una zona olvidada por el gobierno, sin agua potable, apenas con luz en un lugar cercano a la escuela, casas destruidas, hechas de adobe, algunas sin techo, y ahí llegamos a reunirnos con la gente; es un lugar perteneciente [al municipio] Ciudad del Maíz, la gente [estaba] feliz porque les llevábamos noticias de que ya iba a haber dinero. Otro lugar, en Querétaro: La Purísima, la gente vive en cuevas, subiendo la montaña, y de ahí bajaban los domingos cuando hacíamos las reuniones. Eso deja grandes satisfacciones porque llega uno a conocer a tantas personas con distintas costumbres, sus formas de vivir, muy alegres aun cuando haya mucha pobreza. En Ameca, donde hay ingenios azucareros, hay gente próspera; en el trayecto de todas esas visitas llegamos a conocer a muchísima gente y diferentes ambientes. En Oaxaca, muy difícil poder llegar, se interna uno en la sierra para poder acceder a los pueblitos, y ahí nos reuníamos con los braceros; la gente hacía su lucha para todo. En Ixtlahuaca nos dijeron que ahí iba a meditar Lázaro Cárdenas; había un lugar muy especial ahí, dicen que llegaba en secreto, pero la gente sabía cuando iba porque veían a los guardias de seguridad; hay un puentecito de pura madera, el pueblo está metido en un hoyo. “Ahí está su silla, ahí está su cama”, dicen los pobladores, muy orgullosos de que el presidente Cárdenas los visitara y fuera a tomar sus decisiones, porque iba a meditar cuando estaba seguramente más presionado. Nunca avisaba; siempre había un vigilante.

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Ex braceros durante una manifestación en Culiacán. (ANAM)

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Los últimos años: alcances, éxitos y desavenencias en las organizaciones de ex braceros

ABEL ASTORGA MORALES

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La historia de los ex braceros es la historia de un proceso social marcado por continuidades y rupturas. Desde la década de los cuarenta, cuando dicho proceso se inauguró, los trabajadores mexicanos han estado inmersos en diversos ciclos. Como sabemos, el convenio bilateral transitó por varias fases desde 1942 hasta 1964 debido a la cancelación y reconstitución de los programas. En lo relativo al Fondo de Ahorro también se distinguen varias etapas y puntos de inflexión, a saber: una fase en la que estuvo activo el descuento salarial y en la que se suscitaron varias irregularidades (1942-1948), un período de manifestaciones aisladas con objeto de recuperar esos ahorros y que se suscitó desde finales de la década de los cuarenta y hasta mediados de los cincuenta, seguido de una etapa de olvido momentáneo, que se prolongó desde esos años hasta finales de los noventa. Un punto de inflexión importante se produjo en 1998, con el inicio de la lucha social por la recuperación de los ahorros. Sin embargo, la movilización no estuvo exenta de rupturas y hechos transcendentales que la configuraron y dividieron en diversas etapas. En este capítulo, advertiremos cómo a partir de 2005, principalmente, se inauguró una nueva fase en la protesta social, conformada por un contexto de ruptura interna de las organizaciones de ex braceros (específicamente de Braceroproa), la formación de nuevas organizaciones, dificultades en el contexto de interlocución con las autoridades y, por otro lado, la consecución de beneficios tangibles mediante un apoyo social brindado por el gobierno federal mexicano. No obstante, aunque el gobierno otorgó cierta legitimidad al movimiento y aceptó algunas de sus demandas, tanto los beneficios como el reconocimiento distaron de ser los oportunos. 73

Ex braceros. Un problema migratorio con pasado y presente

Llega el éxito, pero a la vez las desavenencias Si bien desde 2003 una Comisión del Congreso de la Unión había reconocido que las demandas presentadas al gobierno por antiguos braceros eran legítimas, lo cierto es que seguía sin existir un reconocimiento de fondo y, sobre todo, una actitud real para solucionar el problema. Por ejemplo, en 2003 el reconocimiento fue parcial si consideramos que únicamente se reconocería a las personas que fueron contratadas para trabajar en Estados Unidos entre 1942 y 1946 (alrededor de 174 mil). Como señalamos previamente, el último año en que se realizaron los descuentos salariales fue 1948, por lo que existía entonces una exclusión de miles de personas. Además, para 2003 los implicados en la lucha —tanto en México como en el vecino país del norte— se contaban por miles, y entre ellos había personas contratadas antes de 1948 y después de esa fecha. Por esa razón, en las organizaciones de ex braceros —entre las que destaca Braceroproa, que por ese año era la más importante— no se dudó en desechar la propuesta del gobierno federal mexicano, y en cambio continuaron luchando por obtener un beneficio para todos los ex braceros contratados durante el Programa Bracero, o en su defecto para sus viudas, hijos u otros familiares que pudieran fungir como beneficiarios. Es decir, tempranamente, en 2003, los ex braceros rechazaron la implementación de un programa de asistencia social elaborado en abril de ese año, en el cual se consideraba el pago a cada trabajador contratado hasta 1946 de 60 mil pesos, además de su inscripción en el IMSS y de una visa humanitaria (para los que habían dejado hijos en Estados Unidos). Si esta propuesta se hubiera hecho efectiva, se habrían tomado en cuenta los resultados del padrón elaborado en 2003, en el que fueron incluidas de manera oficial las 77 mil 497 personas que proporcionaron su documentación, de las cuales únicamente 5 mil 790 habían laborado en el periodo 1942-1946. De hecho, en esta ocasión el problema estuvo cerca de ser resuelto de raíz, pues desde que se propuso la implementación del programa de asistencia social en 2003, los diputados del PRD propusieron que se considerara ayudar a todos los ex braceros (de 1942 a 1964, que según cálculos de este año debían ser alrededor de 150 mil ex migrantes), propuesta con la que no estuvieron de acuerdo el PRI y el PAN. Por otro lado, en esta oca74

Los últimos años: alcances, éxitos y desavenencias en las organizaciones de ex braceros

Frase célebre de los ex braceros, expuesta durante una protesta en San Cristóbal, 2004. (ANAM)

Ex braceros de Guadalajara, 2012. (Tomada por Abel Astorga Morales)

sión el PRD sugirió que se realizara un pago inicial de 15 mil pesos (el 25 por ciento del total), y que el resto se pagara en mensualidades de 2 mil, considerando que podrían ser beneficiarios, en caso de haber fallecido el beneficiario directo, tanto esposas, viudas e incluso hijos. Por su parte, los diputados del PRI y del PAN propusieron pagos mensuales de 2 mil pesos por ex bracero, y que el pago sólo se pudiera conceder a la viuda. 75

Ex braceros. Un problema migratorio con pasado y presente

En suma, señalamos todo lo anterior para entender cómo desde muy temprano los protestantes tuvieron en sus manos algunos beneficios, pero declinaron aceptarlos porque por una parte estos no favorecían a todos los querellantes, y por otra, sabían que si rápidamente (tan sólo de 1998 hasta 2003) el gobierno federal había reconocido a los ex migrantes de 1942 a 1946 como legítimos querellantes, sospechaban que un conglomerado de más de 100 mil personas podría lograr mucho más si continuaban las protestas, ya que las “pérdidas” superiores que el gobierno podría afrontar en un futuro eran muchas, y el entredicho en que un movimiento como este podría ponerlos ante la opinión pública nacional —a través de la divulgación de lo relacionado con el despojo de los ahorros, a las varias décadas de evasivas de pago y a esta nueva evasiva que ahora caía, además, en las espaldas de uno de los grupos más marginados y desprotegidos del país: los ancianos (generalmente de origen rural), que a su vez eran ex migrantes— haría que el “gobierno del cambio” perdiera credibilidad y que se sumaran agravios al ya desprestigiado Estado mexicano al agregar un problema más a su larga lista de irregularidades. El hecho de no aceptar esta oferta en parte fue positivo para los ex braceros mexicanos, pues tras las sucesivas tomas del rancho de la familia Fox en San Francisco del Rincón, Guanajuato (explicadas en el capítulo II), la obtención de beneficios para la mayoría de los ex braceros y sus familiares por fin se hizo efectiva. En 2005, por lo tanto, se fundó una nueva etapa en la historia de la protesta social de los ex braceros, pues por una parte por fin se lograron obtener beneficios, aunque por otro lado también fue el año en que mayormente iniciaron las desavenencias personales entre innumerables líderes, lo cual arrastró a la organización a una etapa de fracturación, desorganización y replanteamiento de muchas de sus acciones. El 25 de mayo de 2005 se aprobó la Ley 2106, con la cual se formó a instancias del Poder Legislativo y en coordinación con la Secretaría de Gobernación (SEGOB), el llamado Fideicomiso que Administra el Fondo de Apoyo Social a Ex Trabajadores Migratorios Mexicanos;1 mismo que fue producto de las reiteradas manifestaciones de las diversas orga1

DECRETO por el que se crea el Fideicomiso que Administrará el Fondo de Apoyo Social para Ex Trabajadores Migratorios Mexicanos, en DOF, 25 de mayo de 2005.

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nizaciones de ex braceros —entre las que destacó Braceroproa— ante el gobierno federal. A partir de la puesta en marcha del Fideicomiso se empezaron a poner en funcionamiento mesas receptoras para que los ex braceros susceptibles de recibir el apoyo del gobierno federal acudieran a acreditar su condición de ex migrantes (mesas también conocidas como “el padrón”). En este tenor, con el objeto de recibir un informe trimestral sobre el avance de la gestión que permitiera conocer la situación financiera y determinar las cantidades que debían ser presupuestadas durante el siguiente ejercicio fiscal, y con ello pagar a los ex braceros, el 22 de noviembre de 2005 se creó en la Cámara de Diputados la Comisión Especial para dar Seguimiento a los Fondos de los Trabajadores Migratorios Braceros. Lo paradójico de todo esto fue que la puesta en marcha del Fideicomiso no fue oportuna y resultó en un proceso parsimonioso, por lo que nuevamente los protestantes tuvieron que manifestarse debido a la falta de celeridad. Al mismo tiempo, la Comisión Especial no cooperó totalmente con los inconformes y las cantidades presupuestadas rara vez fueron suficientes para pagar a los cientos de adscritos al Fideicomiso; y, por último, existieron también inconvenientes con la forma de operar de las mesas receptoras.2 El primer padrón formal para registrar a todos los que cumplieran los requisitos para acreditar su condición de ex braceros para que pudieran recibir el pago,3 operó del 11 de noviembre de 2005 al 10 de marzo de 2006, tiempo en el cual acudieron 212 mil ex braceros a registrarse; sin embargo, de ese número únicamente 42 mil 663 calificaron para el pago

2

Por ejemplo, existieron muchas quejas por la publicidad inadecuada que se realizó sobre la operación de las mesas receptoras. El hecho de que pocas personas se enteraran ocasionó que gran número de interesados quedara fuera del registro.

3

Primer padrón si consideramos que el realizado en 2003, que en efecto fue el primero, fue considerado por muchos activistas más como una gestión para calmar los ánimos de los querellantes que una acción real para solucionar el problema. Para el activista Gilberto Parra, el primer padrón: “el que se hizo en 2003 era muy informal, era como una tomadura de pelo, una engañisa para que toda la inconformidad se pudiera disipar, pensado que con eso ya iba a parar el movimiento, pero como para nosotros no bastó eso, entonces nos fuimos a la toma del rancho”. Entrevista con Gilberto Parra Rodríguez, realizada por Abel Astorga Morales en Guadalajara, Jalisco, el 14 de mayo de 2011.

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del apoyo social,4 es decir, sólo el 19.7 por ciento del total. Por tal razón, las protestas por el carácter restrictivo de la Ley del Fideicomiso no se hicieron esperar. La primera lista, con un total de 889 beneficiados, se publicó en el Diario Oficial de la Federación el 15 de diciembre de 20055 y los pagos empezaron a efectuarse en 2006. De esta manera, durante diciembre de 2005 fueron publicadas otras cuatro listas de pago que beneficiarían a 2 mil 690 personas; del mismo modo, durante todo 2006 se publicaron otras diez listas con un total de 11 mil 644 beneficiarios, así como tres listas más en 2007, con 7 mil 728 favorecidos.6 Aunque con bastante inseguridad y poca celeridad, a partir de 2006 se empezó a pagar y, tan sólo en 2007, 7 mil 728 personas recibieron el apoyo social. A las quejas por lo restrictivo de la Ley, que provocó que miles de aspirantes quedaran fuera del padrón y por lo tanto de los pagos, habrían de sumársele las quejas por la mala atención de Telecomunicaciones de México (Telecom), organismo que estuvo encargado de realizar los pagos del apoyo social. Basta con destacar que por esos años, La Jornada de Zacatecas subrayó las “condiciones infrahumanas” que diariamente decenas de ex braceros tenían que pasar mientras esperaban hasta ocho horas para que la oficina de Telecom les pagara su dinero. Así lo denunciaron familiares de los ancianos y viudas fresnillenses, explicando que eran citados a las ocho de la mañana para la entrega del monto; sin embargo, el personal de telégrafos “siempre argumentaba que no habían llegado los depósitos” o que no contaban con el dinero. Por lo que la nota sentenciaba: “Con la esperanza de recibir el apoyo, los ex trabajadores migrantes esperan en el interior y el exterior de la oficina en mención sin probar alimentos y

4

AEQL, “Convocatoria al primer encuentro binacional de organizaciones de ex trabajadores migrantes mexicanos 1942–1964”, 12 de octubre de 2007.

5

Relación de apoyos programados del Fideicomiso 2106 Fondo de Apoyo Social para Ex Trabajadores Migratorios Mexicanos, DOF, 15 de diciembre de 2005.

6

Sobre las listas de diciembre de 2005 véase: DOF, 23 de diciembre de 2005; DOF, 27 de diciembre de 2005. Para las listas de 2006 véase: DOF, 24 de enero de 2006; DOF, 10 de febrero de 2006; DOF, 24 de febrero de 2006; DOF, 24 de marzo de 2006; DOF, 7 de abril de 2006; DOF, 28 de abril de 2006; DOF, 23 de mayo de 2006; DOF, 29 de junio de 2006; DOF, 30 de octubre de 2006. Por último, para las listas de pago de beneficiados de 2007 véase: DOF, 27 de junio de 2007; DOF, 6 de julio de 2007; DOF, 27 de agosto de 2007.

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sin poder realizar sus necesidades fisiológicas, denunciaron”; y agregaba, además, que “el trato que les profieren a los ex braceros es completamente violatorio de sus garantías individuales, ‘muchos de ellos están enfermos y en ocasiones hasta se desmayan’”.7 El resumen sobre los tres primeros años de operación del Fideicomiso es el siguiente: Durante 2005 los recursos destinados fueron 298 millones 500 mil pesos; durante 2006 se aprobaron otros 298 millones 500 mil pesos, y 300 millones de pesos más durante 2007, con lo cual se pudo beneficiar a 23 mil personas, quedando pendiente el pago a 190 mil 80 personas empadronadas (reconocido por la Secretaría de Gobernación). Para pagar a esos miles de ex braceros se requerían 725 millones 40 mil pesos, recursos que, ante la falta de aprobación del gobierno, las organizaciones de ex braceros buscaron obtener mediante constantes manifestaciones. En medio de todo este contexto de pago, también se desarrolló otro dominado por las fracturas intrínsecas del movimiento, la separación entre varios líderes, las protestas para la apertura de nuevos padrones y manifestaciones por la celeridad de los pagos. Aunque ya habían sucedido algunas separaciones antes de 2005, nunca se dieron al grado de lo que sucedió desde ese último año. Por ejemplo, anteriormente señalamos el caso del dirigente guanajuatense Aarón Cabañas, a quien Ventura expulsara en 1999. Asimismo, tempranamente se dio la separación con Baldomero Capiz, también méxico-estadounidense y originario de Uruapan, Michoacán, con quien Ventura colaboró en los primeros años, y al que después llamaría “Bandolero Capiz” debido a sus diferencias personales.8 Por último, otro caso aconteció en febrero de 2003, cuando numerosas organizaciones de ex braceros un tanto decepcionadas por la ausencia de resultados concretos en su lucha, optaron por caminar por su propia vía. Se trataba de grupos considerables provenientes de los estados de Guerrero, Puebla, Oaxaca, Tlaxcala, Zacatecas, Estado de México y San Luis Potosí, lo cuales se

7

La Jornada de Zacatecas, tomado del Blog del Centro de Atención al Adulto Mayor y el Migrante, en http://exbracerosjal.blogspot.mx/2010/04/denuncian-ex-braceros-eltrato.html

8

Entrevista con J. Ventura Gutiérrez Méndez, realizada por Abel Astorga Morales en Culiacán, Sinaloa, el 14 de diciembre de 2011.

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reunieron en Tlaxcala para anunciar la creación de la Asamblea Nacional de Braceros (ANB), aglutinando tan sólo esa vez a cerca de diez mil personas interesadas. Es decir, aunque ya antes de 2005 varios grupos habían emprendido su propio camino, fue a partir de dicho año que empezaron las disputas y rupturas más fuertes, que configuraron una nueva realidad de la protesta social.

Enriqueta Quintero, líder de ex braceros en Mexicali.

(Recorte de periódico s/d. AEQL) Ventura Gutiérrez, dirigente de Braceroproa, febrero de 2004. (AEQL)

En el basto trabajo de campo que realizamos, pudimos obtener los testimonios de varios líderes del movimiento. En este sentido, sus opiniones sobre cuáles fueron las razones que llevaron a la fracturación de Braceroproa y a la separación de algunos de sus líderes, parecen concordar. Para algunos de ellos, los inconvenientes iniciaron con la consolidación de un movimiento social fuerte, algo que en un principio no estaba previsto ya que la movilización la conformaban sobre todo ancianos mayores de sesenta años, y por lo tanto se suponía que poseían poca fuerza física, susceptibles a cansarse rápidamente y con poco aliento para continuar en la protesta. Sin embargo, el resultado sorprendió a todos: la actitud de solidaridad, combatividad y tenacidad de estos “viejos” superó lo previsto. Estas actitudes fueron reforzadas en las sucesivas tomas 80

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del rancho de la familia Fox y el cierre de dependencias federales. Por este motivo —a decir de algunos líderes—, Ventura Gutiérrez, el líder binacional de Braceroproa, “se sintió poderoso” y empezó a ordenar una serie de acciones, como la toma, una vez más, del rancho de Vicente Fox, propuesta con la que no estuvieron de acuerdo varios activistas y ex braceros de ciertos estados.9 A estas cuestiones se sumó el cambio de nombre, en 2005, de Braceroproa por Asamblea Nacional de Adultos Mayores (ANAM), lo que provocó desacuerdos entre algunos dirigentes estatales y el líder del movimiento, pero no por ello la lucha cesó. Una de las personas que estuvo en desacuerdo con dicho cambio fue la lideresa de Baja California, Enriqueta Quintero, quien además tuvo importantes desavenencias personales con el líder antes de salir de la organización: —Yo respetaba tanto a Ventura Gutiérrez, y no por el hecho de que haya hecho todas las falsedades que me levantó, y todo lo que dijo, que miente con toda su boca de él; no por eso dejo de reconocer que él fue el líder binacional que levantó esta lucha. Pero él no reconoció todo lo que hice para llegar a formar el grupo de braceros que llegué a formar: yo sola junté a más de tres mil braceros de Mexicali y el valle.10

El tema de la formación de una nueva organización estuvo aderezado además por el del uso (o abuso) de recursos económicos y cuotas recaudadas para la implementación de un amparo. A partir de 2006, una vez iniciados los pagos de los 38 mil pesos a los ex migrantes (otorgados por el gobierno federal), y como no todos pudieron ser incluidos en los padrones por falta de documentos, la organización decidió amparar a sus agremiados ante la SEGOB para que esta les otorgara una copia de su mica y para que, además, el gobierno federal les pagara “el verdadero diez por

9

Entrevista con Enriqueta Quintero Lugo, realizada por Abel Astorga Morales en Mexicali, Baja California, el 16 de julio de 2010; Entrevista con Gilberto Parra Rodríguez… Op. cit.; Entrevista con Martha Suárez Cantú, realizada por Abel Astorga Morales en la Ciudad de México el 11 de julio de 2012.

10

Entrevista con Enriqueta Quintero Lugo (2ª entrevista), realizada por Abel Astorga Morales en Mexicali, Baja California, el 20 de julio de 2010.

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ciento”, que según sus cálculos representaba más de 38 mil pesos (100 mil pesos era la cantidad demandada).11 En resumen, se ampararon más de 18 mil personas en México y en Estados Unidos, las cuales aportaron o pagaron dicho trámite a razón de 500 pesos por cada una. El manejo y distribución de las cifras millonarias resultado de esos aportes fue otro motivo que ocasionó rencillas entre los líderes de Braceroproa. Una parte del dinero se destinó al pago del abogado que llevaba el caso; se decidió que otra parte se depositara en cuentas bancarias para los gastos de la dirigencia nacional de la organización, y así quedó muy poco para los gastos de la lucha en el orden local. A decir de Martha Suárez Cantú, activista que por esos años era “la segunda de Ventura”: “hubo desacuerdos con la manera en que se estaban administrando los 500 pesos”.12 En este tenor de inconformidad ocurrió el nacimiento de nuevas organizaciones. Por ejemplo, a raíz de acusaciones y desavenencias con la dirigencia de la apenas surgida ANAM, Enriqueta Quintero optó por salir de la organización nacional en 2007 y conformar en Mexicali la organización Grupos Independientes Braceroproa de Mexicali, A. C.13 Martha Suárez Cantú, quien durante muchos años fuera una colaboradora cercana de Braceroproa y después de ANAM, también empezó a manifestar algunas inconformidades.14 El 2 de septiembre de 2007, mediante un comunicado, se anunció la creación del Frente Nacional de Organizaciones Braceroproa, A.C. (FNOB), del que Suárez Cantú fungi-

11

AEQL, “Amparo Indirecto dirigido al Juez de Distrito en materia administrativa del Distrito Federal en turno”, publicado en la Ciudad de México el 20 de octubre de 2006.

12

Entrevista con Martha Suárez Cantú... Op. cit.

13

AEQL, “Borrador que se piensa entregar a los braceros por parte de la Sra. Enriqueta de Mexicali, sobre la separación de Ventura”, 2006 (circa); Entrevista con Enriqueta Quintero Lugo (3a entrevista), realizada por Abel Astorga Morales en Mexicali, Baja California, ,el 5 de agosto de 2010

14

Suárez Cantú era hija del ex bracero Vicente Suárez Espinoza, quien laboró en Estados Unidos de 1946 a 1947; es originaria de la Ciudad de México y se incorporó a la lucha en 2004, primero para ayudar a su padre, pero al poco tiempo se posicionó como una activista importante. Ese mismo año, la lideresa estuvo encargada de consolidar el grupo de ex braceros en Zacatecas, movilizándose a todos los municipios de la entidad, y al mismo tiempo coordinaba grupos en el Distrito Federal, Hidalgo, Puebla y Querétaro.

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ría como presidenta.15 Es importante destacar este caso, pues sin duda dicha organización fue la única de ex braceros que se pueda equiparar a la ANAM en poder de convocatoria, fuerza ante el espectro político e interacción con las autoridades. Con lo mencionado anteriormente no queremos insistir en que Ventura Gutiérrez haya tenido un papel determinante en el proceso de fracturación de Braceroproa. Lo que interesa destacar, más bien, es cómo en la problemática de los ex braceros mexicanos estamos ante un proceso social complejo que ha permeado durante más de siete décadas, y en el cual se han suscitado acciones de tenacidad, solidaridad y combatividad, pero también dificultades, evasivas, discrepancias y rupturas. Por todo lo anterior, queda claro que a partir de 2005 cambiaron mucho las cosas en las protestas organizadas por los ex braceros: por un lado, se logró obtener beneficios y se luchó por la celeridad de los pagos; pero al mismo tiempo, la conjunción de varios elementos provocó la transición de la protesta social a una nueva gran fase que estuvo dominada por la fractura de Braceroproa, la organización más fuerte en esta causa. Esto ocurrió tras desatarse, principalmente entre los activistas y dirigentes, envidias, rencillas y rencores, entre otros, que provocaron la salida del movimiento de líderes importantes; y en lo sucesivo, implicó la formación de innumerables grupos de apoyo a ex braceros por todo el país. En definitiva, se transitó de una etapa donde Braceroproa era una organización fuerte, unida, con líderes carismáticos y comprometidos y capaz de poner en jaque con sus manifestaciones a las autoridades, a una fase dominada por la desintegración, la pululación de decenas de grupos de apoyo y, por lo tanto, la sensible pérdida de fuerza ante el oponente.

15

El comunicado estaba firmado por: Martha Suárez Cantú, D. F. (presidenta), Enriqueta Quintero, de Baja California; Luz I. Rodríguez Sanabria, del Estado de México; Rosa María Navarro Quimí, de Tecate, Baja California; Juliana Hernández Pérez, de Hidalgo; Mauricio Maldonado Parga, de Zacatecas; José Carlos Santos Merced Tolentino, de Michoacán; Efraín Arteaga Domínguez, de Zacatecas; Martha Ofelia Lugo Quintero, también de Baja California; y Bernardino López Santana, de Oaxaca. El comunicado contenía al final la consiga: “¡No pedimos limosna, sino justicia!”. AEQL, “Comunicado de creación del Frente Nacional de Organizaciones Braceroproa, A.C.”, Ciudad de México, 2 de septiembre de 2007.

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Ex braceros. Un problema migratorio con pasado y presente

El pago en abonos La historia de los ex braceros mexicanos es compleja. Su existencia ha estado marcada tanto por cuestiones positivas como negativas. Durante la “bracereada”, miles de ellos en todo México tuvieron a su disposición un convenio bilateral que les permitía emplearse en los tiempos de escasez laboral en sus lugares de origen. Muchos de ellos ganaron sueldos respetables, y muchos otros incluso pudieron emprender negocios con el dinero ganado en Estados Unidos. Más recientemente, con el inicio de la protesta social para tratar de recuperar el Fondo de Ahorro, los viejos ex braceros encontraron un conducto para sobrellevar su vejez, para dejar la monotonía y para fincar sus esperanzas en la obtención de posibles beneficios económicos. No obstante, en esta historia también se encuentra un lado no tan positivo: gran número de ellos fueron despojados de sus ahorros a mediados del siglo XX; y posteriormente, a finales de los noventa y en pleno siglo XXI, se han movilizado para la devolución de los mismos, tras lo cual nuevamente han encontrado dificultades: negativas al pago y al diálogo por parte de las autoridades; discordancias en su organización que la han llevado a la fracturación e incluso varios grupos se han topado con seudolíderes que les han hecho promesas de posibles beneficios, pero que sólo los han utilizado para su beneficio personal, casi siempre políticos. En definitiva, han sido muchas las dificultades, las continuidades y las rupturas en la historia del grupo de ex braceros; no obstante ello, la opinión general —la de los ex braceros, las viudas, los líderes y las demás personas que integraban el movimiento, así como la de los medios de comunicación (periódicos, revistas, radio y televisión)— coincide en que el hecho que más claramente prueba el poco interés y criterio de las autoridades ante la problemática fue el pago en abonos que el gobierno de Felipe Calderón decretó en 2009. Dicha modificación a la Ley fue hecha pública el lunes 29 de junio a través de la Secretaría de Gobernación, cuyo titular era Fernando Gómez Mont y quien notificó que a toda esa gente que había esperado durante años —en específico, a quienes se registraron en el padrón abierto entre 2008 y 2009, es decir, alrededor de 172 mil

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personas—, ahora se le pagaría en abonos;16 pues con las modificaciones a la Ley se estableció que los 38 mil pesos serían pagados en entregas de 4 mil pesos anuales durante 10 años. Para ese año, las edades de las personas a quienes debía pagarse oscilaban entre los 70 y los 100 años de edad; es decir, esto hubiese implicado que los viejos ex migrantes tendrían que vivir hasta 2019 para poder recibir el total de su apoyo social. Si esto se hubiese hecho efectivo, probablemente la mayoría habría muerto antes de cobrar la suma completa. Sin duda, acciones como esta hacen indefendibles referencias a que la gestión del presidente Calderón se vislumbra como un periodo que, a través del tamiz de la historia, será identificado como de claroscuros, contradicciones, errores, equívocos, torpezas, injusticias e incluso desmesuras.17

Ex migrantes en Michoacán, junio de 2013. (Tomada por Abel Astorga Morales)

16 17

Sobre el pago en “varias exhibiciones”, véase DOF, 29 de junio de 2009. Enrique Gutiérrez Márquez, “Balance del sexenio: ¿Político de tolerancia?”, en “Sexenio en perspectiva. Análisis académico del gobierno de Felipe Calderón”, en AZ. Revista de educación y cultura, s/n, 2012, Universidad Iberoamericana, p. 65.

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Cuando el gobierno determinó esto, nuevamente hubo movilizaciones de todo tipo y en casi todo el país para echar abajo la iniciativa. Las protestas generaron manifestaciones, gestiones, plantones afuera del Palacio Legislativo de San Lázaro, así como siete iniciativas de reformas por parte de legisladores comprometidos con los ex braceros. Las distintas opiniones sobre este hecho, como mencionamos anteriormente, fueron generalmente de reprobación. Durante ese año, los integrantes de Grupos Braceroproa Independientes de Mexicali, mediante un comunicado, rechazaron el pago en abonos argumentando que ya eran bastantes las negativas que habían encontrado durante toda la lucha social, y que la modificación a la Ley del Fideicomiso, que en nada los beneficiaba, era ya el colmo. Por ello consideraban que: [...] aprobaron la ley que se le pagara [sic] a los braceros 4 mil pesos por año hasta dar el total de 38 mil pesos en 10 años, en unas cuantas exhibiciones quedaría la cantidad de 10 pesos diarios; háganos el favor señor presidente Felipe Calderón Hinojosa, de pagarle al Secretario de Hacienda 10 pesos diarios así como usted y los demás funcionarios están queriendo pagarnos a los braceros.

Por lo que en definitiva, concluían: Al pueblo en general les hacemos participes [...] ASÍ QUE LOS BRACEROS MEXICANOS, PEDIMOS, DECIMOS Y REPETIMOS AL GOBIERNO FEDERAL, ¡¡¡NO A LOS 4 MIL PESOS!!! PERO ¡¡¡SÍ A LOS 38 MIL PESOS!!! Este es el festejo que tendremos hoy 29 de septiembre, Día del Bracero, tristes, burlados por nuestro gobierno mexicano.18

Todas las inconformidades llevaron a las organizaciones a manifestarse; los grupos de ex braceros realizaron diversos plantones en el Congreso de la Unión, varias marchas en sus lugares de origen y en la Ciudad de México —como algunas desde el Ángel de la Independencia hasta el Zócalo—. Pero sin duda, el 20 de abril de 2010 se realizó la marcha más activa 18

AEQL, “Comunicado de Grupos Braceroproa Independientes 1942-1964. Mexicali B.C., sobre el rechazo a los 4 mil pesos”, 2009.

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y numerosa para derrocar el pago en abonos. A decir de Martha Suárez Cantú, coordinadora de FNOB, fueron más de diez mil personas, entre ex braceros, familiares y demás simpatizantes, los que acudieron al llamado. Así, los diversos grupos se coordinaron para realizar esta mega marcha, reuniéndose todos ellos en Tepeji del Río, Hidalgo, con objeto de llegar en conjunto hasta la Ciudad de México. Esta activista salió de Zacatecas con diez autobuses, y en San Luis Potosí se les unió Gilberto Parra con otros tantos procedentes de Jalisco, por lo que realizaron una caravana desde dicha entidad hasta la población hidalguense, para encontrarse con las demás delegaciones. Desde ahí, a pesar de la distancia, los ex braceros arribaron caminando hasta el Hemiciclo a Juárez en la capital de la República (según lo referido por la entrevistada, aunque, por la lejanía, seguramente las caminatas tuvieron que haber sido por tramos), donde estuvieron todo el día 23, hasta que comisionados de la SEGOB accedieron a dialogar con ellos.19 La actitud y acciones tomadas por las organizaciones bien podrían resumirse con la consideración del líder sinaloense Ramón Rubio: “Cuando Calderón puso una ley para pagar los treinta y ocho en diez años, fuimos a México nosotros, y le desbaratamos el teatro”.20 Por todo ello, si las sucesivas tomas del rancho de la familia Fox en 2004 y 2005, y otras movilizaciones consecuencia de estas constituyeron la primera gran fase de manifestaciones (o sea, el punto más álgido), sin duda las movilizaciones que se suscitaron entre 2008 y 2010 para echar abajo el pago en abonos, constituyeron la segunda gran etapa de la protesta.21 Como consecuencia de todo este conjunto de movilizaciones, en abril de 2010 se aprobó que de nueva cuenta se pagara a los ex braceros los 38 mil pesos en una sola exhibición. En dicho mes, la asamblea de la Cámara de Diputados aprobó las disposiciones que reformaban la Ley por 307 votos, y esa unanimidad de los grupos parlamentarios fue considerada como un acto de justicia a los ex braceros, de acuerdo con lo que expresaron los oradores que subieron a la tribuna. El pleno refrendó

19

Entrevista con Martha Suárez Cantú... Op. cit.

20

Entrevista con Ramón Rubio Medina, realizada por Abel Astorga Morales en Culiacán, Sinaloa, el 1 de octubre de 2010.

21

Obviamente, por diferentes motivos, no todas las movilizaciones de estos dos años pudieron ser referidas en esta investigación.

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su decisión con aplausos, en tanto que el presidente en turno de la mesa directiva de la sesión, Felipe Solís Acero, envió el tema al Senado.22 Aunque el pago de 38 mil pesos en abonos anuales fue anulado por la presión de los ex braceros, hasta abril de 2010, antes de que se derogara la ley, se cubrió el pago parcial de 4 mil pesos a 125 mil 506 personas; mientras que todavía alrededor de 170 mil más reclamaban la reapertura de nuevos padrones y se presentaban inconvenientes para el registro (como pérdida de documentos originales, entre otros). Entre los entrevistados de esta investigación, dan fe de lo mencionado Ausencio Carlos Arteaga, originario de Tlalcosahua, Jalisco, quien recibió el pago de 4 mil pesos, pero que hasta el momento de la entrevista todavía no recibía los otros 34 mil. Es el mismo caso de Bernardo Villeda, también jalisciense, quien en 2009 sólo recibió 4 mil pesos.23 Personas como estas, si bien recibieron un pago parcial de 4 mil pesos que los auxilió en ciertos gastos, tuvieron que esperar bastantes años más para recibir el resto. 22

El Universal, México, 28 de abril de 2010, en línea; DOF, 26 de agosto de 2010.

23

Entrevista con Bernardo Antonio Villeda Chavarría, realizada por Abel Astorga Morales en Guadalajara, Jalisco, el 14 de mayo de 2011; Entrevista con Ausencio Carlos Arteaga, realizada por Abel Astorga Morales en Guadalajara, Jalisco, el 7 de mayo de 2011. Respecto a los problemas presupuestales, el 16 de febrero de 2010 los diputados Diva Hadamira Gastélum Bajo y Manuel Guillermo Márquez Lizalde (priístas), integrantes de la Comisión especial de seguimiento a los fondos aportados por los ex trabajadores migratorios braceros, de la Cámara de Diputados, solicitaron a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) que incrementara el presupuesto para que se pudiera pagar a estos. Todo con objeto de “incrementar el patrimonio del Fideicomiso y que con ello se pudiera dar cauce al objeto con que fue creado y poner punto final al más viejo asunto de violación de derechos humanos”. El documento dirigido a la SHCP, además de contener algunos antecedentes históricos del problema, hacía la consideración de que con la suma aprobada por los diputados para el Presupuesto de Egresos de la Federación de 2010, la cantidad de 300 millones de pesos, únicamente se podría pagar a 7 mil 800 personas, de las 46 mil 200 que ya habían acreditado su calidad de ex braceros; eso sin contar a un conglomerado de de 200 a 250 mil personas que reclamaban el pago. Los diputados que crearon la iniciativa contemplaron que, de aprobarse el incremento de presupuesto por el que abogaban, con la partida que se asignara en 2011 se lograría finalizar el adeudo que se tenía con los ex braceros. No obstante, cabe señalar que aún en 2013 —como advertiremos en lo sucesivo— no se terminaba de pagar. AEQL, “Iniciativa de la Comisión especial de seguimiento a los fondos aportados por los ex trabajadores migratorios braceros”, LXI Legislatura de la Cámara de Diputados, 16 de febrero de 2010.

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Los últimos años: alcances, éxitos y desavenencias en las organizaciones de ex braceros

Los últimos años y el regreso del pri al poder Producto de todas estas cuestiones que los ex braceros consideraban perjudiciales para ellos, entre 2009 y 2011 las movilizaciones se endurecieron, quizá no al grado de la gran etapa de protesta de 2004 y 2005, pero las dificultades con el registro en el padrón, la consideración del pago en abonos y en general la problemática con los —insuficientes— presupuestos aprobados provocaron el incremento de las acciones. Así lo atestiguó la movilización nacional que se llevó a cabo el día 7 de mayo de 2009 en Monterrey, Nuevo León, donde la organización de la movilización estuvo a cargo de la Unión de Ex Braceros y Migrantes del Noroeste de México, A.C. Para dicha organización: “En virtud de la gran desesperación que muestran todos los ex braceros del país por el incumplimiento y las falsas promesas del gobierno federal para distribuir el apoyo social de 38 mil pesos conforme a la ley, reteniéndolo sin motivo justificado alguno”, era apremiante manifestarse ante las autoridades para obtener la debida atención. Por ello, en dicha ciudad las expresiones de inconformidad se realizaron ante las delegaciones estatales dependientes de la Secretaría de Gobernación, de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, en carreteras federales y en puentes internacionales cercanos. Además de la poca celeridad con que se efectuaban los pagos, los ex braceros regios solicitaban la apertura de un nuevo padrón, ya que ni con el de 2006, ni con el de 2008–2009 alcanzaron a registrarse todos los aspirantes. Asimismo, se hizo una petición de garantía de que para el ejercicio fiscal de egresos de la federación de 2010 serían aprobados por lo menos 10 mil millones de pesos para que se pagara a la brevedad a los casi “200 mil ex braceros” y beneficiarios que cumplieron con los requisitos que establecía la Ley del Fideicomiso. Como se mencionó anteriormente, dichas acciones se realizaron en cada estado de la república el mismo día 7 de abril, así como en algunas entidades federativas en Estados Unidos. En Guadalajara, otra ciudad importante de la República Mexicana, igualmente continuaron las protestas como consecuencia de la lentitud en los pagos y los demás inconvenientes a los que se ha hecho referencia. El 9 de noviembre de 2010, por ejemplo, a fin de ejercer presión por medios internacionales, ex braceros de varios estados del país marcharon la mañana 89

Ex braceros. Un problema migratorio con pasado y presente

de ese día por el centro de la ciudad tapatía. Los querellantes pretendían presentar su caso en el Foro Mundial sobre las Migraciones y Desarrollo (FMMD) que se llevó a cabo del 8 al 11 de noviembre en Puerto Vallarta, Jalisco, para que los asistentes conocieran “el despojo del que fueron objeto por parte del gobierno mexicano, por haberse robado el fondo de ahorro campesino”, según declaró el coordinador del Centro Jalisciense del Adulto Mayor y el Migrante, Gilberto Parra Rodríguez.24 Cabe destacar que al mismo lugar (a Puerto Vallarta) llegaron otras organizaciones como la Caravana de Madres Centroamericanas en defensa de los derechos de los migrantes irregulares, quienes solicitaron ayuda para encontrar a sus hijos desaparecidos.

Una manta de la protesta en San Ángel Zurumucapio, Michoacán, junio de 2013.

(Tomada por Abel Astorga Morales)

Al tiempo que en México los grupos de ex braceros continuaban relacionándose con otras organizaciones sociales y realizando protestas, el 15 y 16 de agosto de 2011 el comité técnico para ex braceros de la SEGOB publicó la lista 37 en el Diario Oficial, con un mandato para de24

90

Mural, Guadalajara, 9 de noviembre de 2004, en línea.

Los últimos años: alcances, éxitos y desavenencias en las organizaciones de ex braceros

volver 38 mil pesos (3 mil 150 dólares) a 5 mil 89 personas que vivían en Estados Unidos.25 El asesor legal de un grupo de ex braceros, Juan José Gutiérrez, informó que el gobierno mexicano, a través de la valija diplomática, haría llegar los cheques a los consulados de México en Estados Unidos para su distribución. Pero, aunque los pagos seguían efectuándose, la realidad es que estos y los presupuestos seguían sin ser suficientes para liquidar a todas las personas empadronadas, por lo cual las organizaciones empezaron a idear nuevos repertorios de acción, principalmente contenidos (es decir, no violentos), como lo fue el “Mueretón”, nombre que las organizaciones de ex braceros retomaron de manera socarrona del Teletón y de otras campañas sociales organizadas por fundaciones, empresas y ONGs. La protesta denominada Mueretón consistía en que todas las personas que acudían a un lugar público debían acostarse en el suelo y simular estar muertas. Con dicha representación, a decir de los ex braceros, se simbolizaba a todos aquellos trabajadores agrícolas que habían fallecido desde antes de iniciado el movimiento, o durante el desarrollo de este, sin que hubieran podido cobrar su dinero. Dicha acción se ideó ya que, a decir de las organizaciones, cada hora con cuarenta minutos, fallecía uno de los ex trabajadores migrantes sin que se le retribuyera el monto.26 Además de ellos, en varias ciudades, entre las que destaca Guadalajara, se llevaron a cabo desfiles fúnebres que consistían en alquilar féretros y cruces y marchar manifestándose por los compañeros muertos durante la larga lucha y que no habían recibido el pago correspondiente.27 Efectivamente, los mueretones y desfiles fúnebres en parte emulaban la realidad, pues si cuando la manifestación inició en 1998 los ex braceros ya eran ancianos, después de una década de protestas, los querellantes envejecieron más y muchos de ellos fallecieron. En este tenor, los ejemplos se cuentan por decenas. Salvador Alcaraz Puente, ex bracero de Mexicali, al encontrarse moribundo, escribió unas breves líneas a sus compañeros de lucha, exhortándolos a no desfallecer en el intento y a seguir con

25

DOF, 15 y 16 de agosto de 2011.

26

Entrevista con Emma Padilla Pérez, realizada por Abel Astorga Morales en Culiacán, Sinaloa, el 9 de diciembre de 2011.

27

Entrevista con Bernardo Antonio Villeda Chavarría... Op. cit.

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Ex braceros. Un problema migratorio con pasado y presente

la misma fuerza y decisión como hasta entonces lo habían hecho.28 Por complicaciones relativas a la edad, falleció también antes de recibir su pago el ex bracero guanajuatense Filemón Medina Barrera, de sesenta y nueve años, cuando se disponía a cobrar el pago parcial de cuatro mil pesos. Dicho ex migrante murió en la calle de un paro cardiaco al salir de la Secretaría de Gobernación en la ciudad de Guanajuato, donde momentos antes le habían dicho que un error en su nombre le impedía cobrarlo.29 Caso similar al de Refugio Grijalva, quien en 2006 falleció también como consecuencia de un paro cardiaco, cuando el líder sinaloense Ramón Rubio se encontraba hablando en plena junta en la ciudad de Guasave de esa entidad.30 En 2009, otro infortunado caso fue el de seis ex braceros que fallecieron en un accidente automovilístico en la autopista Torreón-Saltillo, en Coahuila, cuando venían desde la ciudad de Oklahoma, a Durango, para cobrar su apoyo social.31 En definitiva, cuando la protesta social se prolongó (para 2010, por ejemplo, tenía doce años activa), los grupos de ex braceros comenzaron a agregar a la lista de agravios el que, debido a “la desatención” y la poca celeridad de los pagos de las autoridades, cientos de ellos estaban falleciendo sin poder cobrar lo que les correspondía. Por ejemplo, el 18 de

28

AEQL, “Carta de despedida del bracero Salvador Alcaraz Puente, de Mexicali”, Colonia Camacho, Valle de Mexicali, Baja California, 3 de enero de 2003.

29

El ex bracero Filemón Medina provenía de la comunidad Estación Joaquín, de Abasolo, pero no pudo cobrar los primeros 4 mil pesos de los 38 mil que se pagarían pues murió en la calle, como fue referido. Según se informó tras el fallecimiento, Filemón se quejó ante el personal de la Secretaría de que no le querían pagar porque había una letra mal puesta en su nombre, lo que le impedía cobrar el primer pago de los cuatro mil pesos. Miguel Ángel León, representante de la Unión Campesina Democrática (UCD), corroboró que Filemón había sido informado de que tenía que rectificar la documentación para poder cobrar. El ex migrante, que murió a las puertas de la dependencia, llegó junto con otros cincuenta ex braceros procedentes de dicha comunidad del municipio de Abasolo; pero tras salir del inmueble, enojado, alcanzó a caminar apenas unos treinta metros cuando al parecer sufrió un paro cardiaco. Milenio, Nacional, 12 de septiembre de 2009, en línea.

30

Entrevista con Germán Rubio Leyva, realizada por Abel Astorga Morales en Culiacán, Sinaloa, el 12 de diciembre de 2011; Entrevista con Alba Nidia Rubio Leyva, realizada por Abel Astorga Morales en Culiacán, Sinaloa, el 16 de diciembre de 2013.

31

92

El Siglo de Torreón, Torreón, 15 de enero de 2009, en línea.

Los últimos años: alcances, éxitos y desavenencias en las organizaciones de ex braceros

diciembre de 2009, con motivo del Día Internacional del Migrante, en un acto público celebrado en la plaza Monumento a Juárez en Ciudad Juárez, Chihuahua, donde todos los domingos se reunían, los ex braceros recordaron a setenta compañeros fallecidos en los últimos tres años.32 Mientras esto acontecía en Juárez, en Guerrero el coordinador regional del movimiento Braceroproa, Mario Bernal González, informó de que habían fallecido casi 40 por ciento de los ex braceros de esa entidad, de los cuales un porcentaje importante jamás cobró el dinero del apoyo social. Es interesante constatar que incluso el gobierno reconocía las dificultades que existían con el cobro y las cuestiones relacionadas con los decesos de los beneficiarios. Una iniciativa hecha por diputados priístas a la SHCP en febrero de 2010 reconocía que “después de una larga lucha los trabajadores braceros continúan exigiendo sus derechos, muchos ya fallecieron, pero quedan sus viudas e hijos, quienes por años han estado esperando a que se les pague el dinero que generaron mediante el Fondo de Ahorro”.33 Bastante bien sintetizó estas cuestiones relacionadas con la muerte el ex bracero Francisco Pérez Marín, oriundo de Valparaíso, Zacatecas, quien opinó que: “Si nos va a dar una cosa, que nos la den ahorita en vida, porque si nos la van a dar ya que estemos muertos, pues ya para qué. Y ya estamos ya pa’ terminar, para que nos lleve. Si él fuera más caballero [el presidente de la República] y tuviera más pensamiento en los jodidos, nos ayudaría”. Misma consideración del jalisciense Bernardo Villeda: “Quieren que se muera uno, para no pagarnos”. Usando otras palabras, el voluntario sinaloense Germán Rubio sentenció: “El tiempo pasa y no te puedo olvidar, dice la canción. Pero con el gobierno es al revés, yo creo: el tiempo pasa y sí los quiero olvidar, ¡para que se mueran más!”.34 Definitivamente, muchas de las movilizaciones de las organizaciones de ex braceros entre los años 2009 y 2012 se insertaron dentro de este 32

El Mexicano, Ciudad Juárez, 21 de diciembre de 2009, en línea. El Mexicano, Ciudad Juárez, 12 de diciembre de 2011, en línea.

33

AEQL, “Iniciativa de la Comisión especial de seguimiento a los fondos aportados por los ex trabajadores migratorios braceros”, LXI Legislatura de la Cámara de Diputados, 16 de febrero de 2010.

34

Entrevista con Francisco Pérez Marín, realizada por Abel Astorga Morales en Culiacán, Sinaloa, el 5 de septiembre de 2010; Entrevista con Bernardo Antonio Villeda Chavarría... Op. cit.; Entrevista con Germán Rubio Leyva... Op. cit.

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Ex braceros. Un problema migratorio con pasado y presente

contexto y, por otro lado, incidieron en que las autoridades dieran más celeridad al proceso de pago del apoyo social. Así, en mayo de 2011 el Diario Oficial de la Federación publicó un listado con los nombres de más de 36 mil ex trabajadores migrantes que debían recibir el pago “inmediato” del apoyo social.35 No obstante, las primeras entregas empezaron el 4 de marzo de 2012 en Zamora, Michoacán, cuando en un suntuoso acto el presidente Felipe Calderón, acompañado del gobernador de la entidad, Fausto Vallejo, y del Secretario de Gobernación, Alejandro Poiré, entregó de manera simbólica tarjetas del Banco del Ahorro Nacional y Servicios Financieros (Bansefi) por valor de 38 mil pesos a cientos de michoacanos. Llama la atención notar cómo un problema surgido en 1998 y no atendido adecuadamente durante su devenir, a tres meses de los comicios presidenciales de 2012 empezó a ser oportunamente atendido. En Zamora, el presidente incluso llegó a mencionar que a partir de ese día se emprendía “una cruzada nacional para saldar esta deuda social y cerrar un capítulo de engaños, atropellos e injusticias que no deben volver a repetirse”. De hecho, por esas fechas (abril de 2012) se entrevistó a Adalberto Castro, originario de Michoacán pero avecindado en Mexicali, quien consideró que el gobierno “está mal, porque se valen de la política y de las elecciones”.36 Dicha “cruzada” continuó, y el 17 de marzo del mismo año el presidente participó en otro acto de entrega en Acatic, Jalisco, donde incluso pidió disculpas: “Quiero pedirles una disculpa. Quiero pedirles perdón como presidente de México. No porque haya sido mi culpa, sino por culpa de quien haya sido hace treinta, veinte o diez años, de haberse quedado con su dinero y no se los dieron [sic], creo que requiere una disculpa del estado mexicano”.37 No obstante, aunque Felipe Calderón haya entregado tarjetas electrónicas con valor de 38 mil pesos en Jalisco, muchos ex mi-

35

DOF, 16 y 17 de mayo de 2011. Además, también durante el año 2011 se publicaron 3 listas más: una en marzo con 5 mil beneficiados [DOF, 29 de abril y 2 de mayo de 2011]; otra en mayo con 6 mil 12 [DOF, 16 y 17 de mayo de 2011.]; y una última en agosto con 5 mil 89 beneficiados [DOF, 15 y 16 de agosto de 2011].

36

Entrevista con Adalberto Castro Romero, realizada por Abel Astorga Morales en Mexicali, Baja California, el 2 de abril de 2012.

37

94

El Siglo de Torreón, Torreón, 18 de marzo de 2012, en línea.

Los últimos años: alcances, éxitos y desavenencias en las organizaciones de ex braceros

grantes no pudieron cobrar el dinero con premura porque los registros tenían “miles” de errores ortográficos. Gilberto Parra, líder en esa entidad, comentó: “No puede uno creer que se hayan cometido 40 mil errores ortográficos”, considerando incluso que “se nota que lo hicieron a marchas forzadas, por intereses políticos para julio próximo [de 2012]”. Asimismo, las declaraciones hechas por el presidente en Acatic (“Hoy estamos pagándole a todos los braceros de Jalisco y de todo México. Así que misión cumplida con eso”), el mismo activista las calificó de “inoportunas, desafortunadas y mentirosas”, argumentando de manera correcta que el apoyo social que se entregaba a los ex braceros nada tenía que ver con el Fondo de Ahorro Campesino destituido durante el Programa Bracero,38 y por otro lado, que todavía después de 2014 quedarían pendientes los pagos a miles de personas.

Ventura Gutiérrez durante una protesta en Michoacán, 2013. (Tomada por Abel

Astorga Morales)

38

La Jornada Jalisco, Guadalajara, 20 de marzo de 2012, en línea.

95

Ex braceros. Un problema migratorio con pasado y presente

En resumen, sobre los pagos del apoyo social, de 2005 a 2011 se pagó a 85 mil ex braceros, y con los presupuestos aprobados y las listas de pago autorizadas en 2012, se pretendía pagar a 105 mil 352, quedando pendientes alrededor de 3 mil que saldrían posteriormente y las personas que aún no se daban de alta ante la SEGOB para obtener el beneficio, así como miles también eran los que no contaban con documentación. A ello hay que sumarle el problema más notorio con los pagos —mencionado a lo largo del texto—: que aunque continuamente se publicaban listas con beneficiarios, los pagos siempre arrastraron un déficit o, más propiamente dicho, un “retraso”. Por ejemplo, si tomamos en cuenta que el total de beneficiarios contenidos en las listas publicadas entre 2005 y 2011 fue de 85 mil personas cuando el número real debería haber sido de 247, mil 99.

Marcha de San Ángel al Ángel de la Independencia, Ciudad de México, 2013.

(Tomada por Abel Astorga Morales)

Viudas de ex braceros, Guadalajara, Jalisco, 2013. (Tomada por Andrea Ruvalcaba)

Han ya pasado los gobiernos de Ernesto Zedillo, Vicente Fox y Felipe Calderón y la deuda histórica con los viejos migrantes aún no ha sido saldada del todo. En 2012, luego de dos sexenios fuera del ejecutivo federal, el PRI regresó al poder: el mismo partido que gobernaba cuando acontecieron los fiascos con los ahorros de los braceros a mediados del siglo XX y cuando inició la movilización de ex braceros a finales de los noventa. Sin embargo, una de las primeras acciones que realizó esta administración en torno al Fideicomiso de apoyo social fue excluirlo de los Presupuestos de Egresos 2013 y 2014, lo que únicamente ha contribuido a que cada día fallezcan más migrantes sin que hayan podido cobrar el dinero adeudado. 96

Los últimos años: alcances, éxitos y desavenencias en las organizaciones de ex braceros

El 1 de septiembre de 2012 acudimos a una manifestación de ex braceros integrantes de la Asamblea Nacional de Adultos Mayores en la caseta de cobro 165 en San Ángel Zurumucapio, en el municipio de Uruapan, Michoacán. Entre otras cosas, pudimos advertir el hastío y disgusto de los viejos braceros frente al actual presidente de México y su administración, quienes los han hecho esperar con los pagos. Alma Delia Fraile, coordinadora de los ex braceros en Michoacán, consideró que “Enrique Peña Nieto les está dando el tiro de gracia a los ex braceros”,39 al haber detenido el pago del apoyo social. En esa ocasión, por cierto, la manifestación sin duda fue atípica ya que hubo algunos daños materiales (se rompieron vidrios y un par de casetas de cobro), por lo que la misma activista consideró que: “[esto se hizo] porque la gente ya está desesperada, ya no halla cómo llamarle [sic] la atención al gobierno mexicano”; y, en efecto, la expectativa actual de muchos ex migrantes sobre el pago de su dinero bien podría resumirse en la consideración de Conrado Durán, hijo de un ex bracero, quien nos comentó: “El PRI se lo robó, ¿tú crees que ellos nos van a pagar? ¡No señor!”.40 En definitiva, desde el año 2012 y hasta la actualidad estamos ante una fase de omisión gubernamental en todo lo relacionado al pago del apoyo social a los ex braceros, pues con el regreso del PRI al ejecutivo federal en ese año, los pagos del apoyo social se detuvieron y los diputados no etiquetaron dinero a favor de los ex braceros en el Presupuesto de Egresos 2013. Por ello, todo parece indicar que, a pesar de que estas líneas se redactan en 2014, el proceso social de los ex braceros aún dará mucho de qué hablar. Mientras sus demandas sigan sin ser resueltas del todo, y mientras ellos o sus familiares se sigan manifestando, el ciclo no se habrá cerrado. Hasta ahora podemos decir que, en suma, de 1942 (cuando inició el Programa Bracero) a 2014 trascurrieron setenta y cuatro años, cincuenta de que concluyó el Programa en 1964, dieciséis desde que inició el movimiento social de los viejos ex braceros en 1998, y el problema de sus ahorros aún no se resuelve del todo. Su historia es, ahora, más vigente que nunca.

39

Entrevista con Alma Delia Fraile Baroso, realizada por Abel Astorga Morales en San Ángel Zurumucapio, Michoacán, el 1 de septiembre de 2013.

40

Entrevista con Conrado Durán Durán, realizada por Abel Astorga Morales en Guadalajara, Jalisco, el 12 de mayo de 2012.

97

Conclusiones

CÁNDIDO GONZÁLEZ PÉREZ

98

La recuperación del Fondo de Ahorro de los ex braceros se ha convertido en una más de las páginas negras de la historia de México. La emigración de trabajadores mexicanos hacia Estados Unidos tiene fechas precisas: inició en 1848, el mismo año en que nuestro país entregó una parte muy importante de su territorio al vecino país del norte; a finales de ese año, cuando los mexicanos iban a California cruzando ríos y montañas estaban ahora saliendo del país, cuando antes se trasladaban dentro de su misma patria. Las minas para extraer el oro recientemente descubierto hicieron necesaria la presencia de trabajadores de todas partes del mundo, incluidos los mexicanos, en especial los mineros sonorenses. Las vejaciones características de que son objeto nuestros migrantes nacieron también en ese año de 1848, y en los años corrientes la discriminación también proviene de nuestro país, encabezada por gobiernos de diferentes ideologías. Los flujos migratorios han sido fluctuantes, mayores cuando hay presiones políticas o económicas en nuestro país, y de retorno cuando hay necesidades apremiantes en Estados Unidos. De las fases más importantes, que es cuando se han apreciado los mayores movimientos de trabajadores, se pueden mencionar: la de 1848, la primera; la de 1882, cuando se expidió la Ley de Exclusión de Chinos y los mexicanos sustituyeron a los asiáticos expatriados; la de 1884, que se caracterizó por el desarrollo de las comunicaciones en México y el gobierno porfirista inauguró la estación del ferrocarril de Ciudad Juárez que comunicaba al centro del país con la frontera norte; la Revolución Mexicana de 1910, que obligó la salida no sólo de trabajadores sino de grandes cantidades de miembros de la sociedad en general, quienes buscaban salvaguardar sus vidas; la de la 99

Ex braceros. Un problema migratorio con pasado y presente

Guerra Cristera, de 1926 a 1929, donde la mitad del territorio nacional se vio inmersa en un conflicto religioso; el retorno forzoso de 1929 a 1933 causado por la Gran Depresión económica que sufrió Estados Unidos y que encontró una válvula de escape cogiendo mexicanos o quienes lo parecieran en las calles o en sus propias casas para “regresarlos” a México aun y cuando muchos de ellos eran estadounidenses por nacimiento. Así se llegó a la emigración controlada y firmada en convenios anuales refrendados durante veintidós años continuos desde 1942 hasta 1964, mejor conocida como Programa Bracero. Esta época bien puede considerarse como la de oro entre nuestras relaciones laborales con el país del norte porque lo proveyó de mano de obra (braceros) suficiente para sustituir a los jóvenes que se enlistaron en la Segunda Guerra Mundial, y por hacer producir los campos, las minas y las comunicaciones terrestres durante más de dos décadas, mismas que rebasaron con mucho el período comprendido por la conflagración. Esos jóvenes migrantes que voltearon hacia el único lugar al que han volteado desde 1848: el norte —porque nunca hemos emigrado al sur subdesarrollado—, pasaron por mucho: la separación familiar a edad muy corta —la gran mayoría estaba en la flor de la juventud y abandonaba por períodos largos a sus seres queridos, además de que el mayor porcentaje de quienes partían estaban casados y tenían hijos—, la difícil y desconocida aventura de trasladarse por más de mil kilómetros a lugares con climas muy diferentes y donde se hablaba un idioma y se tenían costumbres desconocidas, y el trabajo en jornadas laborales extenuantes y en condiciones adversas. Esos mismos jóvenes facilitaron el actuar de los gobiernos de los dos lados de la frontera: el de allá, que necesitaba mano de obra noble y sufrida que aportaron los agricultores mexicanos, y el de acá, que no había podido ofrecer buenas condiciones laborales a sus trabajadores a pesar de las reparticiones agrarias que ofreció el gobierno cardenista. Esos mismos jóvenes, que a pesar de haber hecho un gran bien al país vecino, al suyo propio, a sus familiares y a los pueblos atrasados de los que provenían, fueron vejados al no haber recibido en su totalidad los fondos de ahorro que con grandes dificultades habían generado. En nuestros días, se antoja imposible pensar que nunca se haya instalado un mecanismo eficiente de entrega del dinero que tanto necesitaban y que, más que todo, era de ellos. Es difícil aceptar que el gobierno de un país haya 100

Conclusiones

aprovechado la situación de sus trabajadores —los más pobres, quienes no tuvieron la capacidad, por ignorancia, de exigir su dinero— y no haya hecho algo por entregarlo. Es probable, como han afirmado funcionarios altos y medios en México, que los fondos se hayan utilizado en la construcción de infraestructura agrícola, pero ese no era su destino porque no se había originado en los impuestos sino en el trabajo de los migrantes. Ante los ojos internacionales es indignante que más bien haya sido el gobierno estadounidense el que haya suspendido la retención del Fondo de Ahorro al observar que no era entregado a sus dueños. Y peor aún es que, durante las siguientes décadas y hasta nuestros días, se haya regateado a los trabajadores (y ahora a sus deudos) una cantidad de dinero de la que son precisamente dueños y quienes más tienen necesidad de ella.

Braceros y legisladores en el Senado de California, febrero del 2010. 101

Ex braceros. Un problema migratorio con pasado y presente

El movimiento social que suscitó, y los desenlaces particulares, son motivo de otra historia. En México, por tradición, los problemas sociales generan hechos muy disímbolos: hay líderes buenos, otros no representan a los actores reales y tampoco buscan soluciones justas sino objetivos políticos coyunturales e individuales. Entre los hechos más sobresalientes podemos resaltar el gran esfuerzo de muchos, la gran diversidad de formas de actuar que llevó a choques tal vez legítimos pero que obligaron a continuar por diferentes caminos cuando lo ideal debió haber sido la existencia de un mando único concentrado en la concertación de las fuerzas más representativas. Los ex braceros no podían actuar solos, era necesario crear grupos a los que el estado pudiera identificar porque si no se había reconocido el hecho formal de haber recibido los montos económicos, los reclamos individuales habrían sido absolutamente infructuosos. Las solicitudes individuales para trabajar en Estados Unidos durante el Programa Bracero se hacían en México en los ayuntamientos, y a los aceptados se les convocaba, se llenaba un documento, se imprimía una credencial y, posteriormente, en Empalme, Sonora (y luego en algunas otras ciudades fronterizas), se les entregaba un contrato individual con un número de cuenta individual en el Banco del Ahorro Nacional, que es en donde se depositaría su fondo de ahorro. Se sabía perfectamente cuánto se debía a cada trabajador y se contaba con toda su información. Es lamentable que más de medio siglo después sigan faltando o sobrando letras en los nombres registrados. De todo lo que se ha dicho, escrito y discutido sobre el Fondo de Ahorro de los trabajadores del programa bracero, consideramos que el hecho más criticable ha sido el trato de subversivos que se dio a sus líderes a la peor usanza de los gobiernos más obscuro, los de aquellas épocas en las que utilizaban la inteligencia policiaca para atacar a estudiantes o campesinos indefensos como si fueran traidores a la patria.

102

Cruces en la frontera, Tijuana

Fuentes

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Archivos AEQL: Archivo personal de Enriqueta Quintero Lugo. Mexicali ANAM: Archivo de la Asamblea Nacional de Adultos Mayores. Culiacán

Entrevistas Entrevista con Enriqueta Quintero Lugo (2da entrevista), realizada por Abel Astorga Morales en Mexicali, Baja California, el 20 de julio de 2010. Entrevista con Enriqueta Quintero Lugo (3ra entrevista), realizada por Abel Astorga Morales en Mexicali, Baja California, el 5 de agosto de 2010. Entrevista con Ramón Rubio Medina, realizada por Abel Astorga Morales en Culiacán, Sinaloa, el 1 de octubre de 2010. Entrevista con Francisco Pérez Marín, realizada por Abel Astorga Morales en Culiacán, Sinaloa, el 5 de septiembre de 2010. Entrevista con Gilberto Parra Rodríguez, realizada por Abel Astorga Morales en Guadalajara, Jalisco, el 14 de mayo de 2011. Entrevista con Ausencio Carlos Arteaga, realizada por Abel Astorga Morales en Guadalajara, Jalisco, el 7 de mayo de 2011. Entrevista con Bernardo Antonio Villeda Chavarría, realizada por Abel Astorga Morales en Guadalajara, Jalisco, el 14 de mayo de 2011. Entrevista con J. Ventura Gutiérrez Méndez, realizada por Abel Astorga Morales en Culiacán, Sinaloa, el 14 de diciembre de 2011. Entrevista con Adalberto Castro Romero, realizada por Abel Astorga Morales en Mexicali, Baja California, el 2 de abril de 2012. 105

Fuentes

Entrevista con Conrado Durán Durán, realizada por Abel Astorga Morales en Guadalajara, Jalisco, el 12 de mayo de 2012. Entrevista con Martha Suárez Cantú, realizada por Abel Astorga Morales en la Ciudad de México el 11 de julio de 2012. Entrevista con Alma Delia Fraile Baroso, realizada por Abel Astorga Morales en San Ángel Zurumucapio, Michoacán, el 1 de septiembre de 2013. Entrevista con Alba Nidia Rubio Leyva, realizada por Abel Astorga Morales en Culiacán, Sinaloa, el 16 de diciembre de 2013. Entrevistas con Baldomero Capiz Balderas, realizadas por Cándido González Pérez, en Los Ángeles, California, durante el período comprendido entre septiembre de 2010 y diciembre de 2013.

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Revisión médica durante la contratación. (AEQL)

Braceros durante la contratación, 1945. (Tomada por los hermanos Mayo)

Ex braceros protestando en una caseta de cobro en Michoacán, 2013. (Tomada

por Abel Astorga Morales)

Bracero desconocido de Acatic, años sesentas.

Martín Vargas Magaña Coordinación general Natalia Juárez Miranda Coordinación del proyecto K + M Editores Coordinación editorial Juan Pablo Corrección |Taller de edición Diseño de portada y formación de interiores Este libro se terminó de imprimir en los talleres de Offset Studio Miguel Blanco 1399, Col. Americana 44100 Guadalajara, Jalisco. Tiraje 1,000 ejemplares

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