EVENTOS DE MOVIMIENTO EN MAPUCHE: TIPOLOGÍA(S) Y FORMAS DE VIAJAR

July 15, 2017 | Autor: R. Becerra Parra | Categoría: Cognitive Semantics, Cognitive Linguistics, Linguistics, Typological Linguistics
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Descripción

En Hernández, P, Borzi, C. y Funes, M. S. (2014): "Cognición, metáfora y discurso". Mar del Plata, Martin. EVENTOS DE MOVIMIENTO EN MAPUCHE: TIPOLOGÍA(S) Y FORMAS DE VIAJAR

Resumen Este trabajo indaga en la lexicalización de los eventos de movimiento en la lengua mapuche a partir del análisis de narraciones realizadas con la metodología de la “historia de la rana” (Berman y Slobin, 1994). Los resultados obtenidos permiten caracterizar la expresión de los distintos componentes del evento de movimiento en la lengua mapuche, y revisar la posición de esta lengua en la tipología propuesta (Talmy, 1985; 2000), considerando especialmente las últimas discusiones (Zlatev y Yangklang, 2003; Slobin, 2004; Ibarretxe-Antuñano, 2006; Ameka y Essegby, en prensa). El análisis indica que la lengua mapuche exhibe características de las lenguas de marco equipolente, pero también inconsistencias con este grupo. Así, el hecho de que la lengua mapuche no coincida con una visión rígida de la tipología en cuestión, permite repensar esta última, aportando más argumentos contra el binarismo de la primera tipología. Palabras clave: eventos de movimiento, tipología, marco equipolente, lengua mapuche.

INTRODUCCIÓN El dominio semántico del movimiento ha sido un campo fértil en Lingüística Cognitiva los últimos veinte años. La clasificación tipológica de Talmy (1985), en la cual se proponen dos tipos de lenguas en función de la lexicalización de los eventos de movimiento, inspiró una variedad creciente de trabajos que sometieron dicha hipótesis a pruebas empíricas, produciendo abundante material en apoyo de la existencia de tal clasificación en el ámbito del discurso (Berman y Slobin, 1994; Slobin, 1996, 2003; Özçalışkan y Slobin, 1999). El interés en comprobar la validez de tal tipología como una clasificación representativa de las lenguas del mundo ha llevado a ampliar el corpus de lenguas, dentro de las cuales han tenido especial interés aquéllas que corresponden a lenguas aisladas, las que pertenecen a familias lingüísticas diversas y, especialmente, aquellas que expresan los eventos de movimiento mediante un sistema morfosintáctico que difiere acusadamente del de las lenguas que fueron estudiadas en un comienzo. Sin embargo, el conocimiento de los patrones de lexicalización y de las preferencias expresivas en una cada vez mayor variedad de lenguas ha ido de la mano con una discusión acerca de la conveniencia de una tipología binaria de la lexicalización de los eventos de movimiento. Como resultado, se han originado algunas propuestas alternativas o

complementarias a la tipología original (Zlatev y Yangklang, 2003; Slobin, 2004; IbarretxeAntuñano, 2006; Ameka y Essegby, en prensa). Se constata, entonces, la necesidad de explorar la expresión del movimiento en la lengua mapuche o mapudungun, ya que, por una parte, se hace necesario ampliar el conocimiento de la lexicalización del movimiento en lenguas diversas, y por otra, la tendencia a la polisíntesis del sistema morfológico verbal mapuche –con concatenación de lexemas verbales en un mismo verbo y abundante sufijación– permite relacionar esta lengua con aquéllas que inspiraron una ampliación de la tipología, mediante la propuesta de las lenguas de marco equipolente (Slobin, 2004). Quedan planteadas, entonces, preguntas tanto acerca de su ubicación en la tipología de lenguas, como de la pertinencia de un binarismo rígido en la tipología misma.

1. Marco teórico 1.1 Eventos de movimiento Talmy, en su estudio de los eventos de movimiento (1985, 1991, 2000), se ha preocupado de los componentes semánticos de este dominio, así como de su expresión particular en las distintas lenguas del mundo. De esta forma, observando que –al parecer– todas las lenguas presentan formas de narrar este tipo de eventos, Talmy ha propuesto la existencia de componentes semánticos universales, comunes para todas las lenguas, pero que son empaquetados superficialmente por estas de distinta forma. Justamente, en el nivel expresivo, Talmy ha estudiado la lexicalización de los eventos de movimiento, lo que ha derivado en una tipología de las lenguas al respecto. Según Talmy (1985:60), un evento de movimiento es “una situación que contiene movimiento o en la cual se mantiene una posición estacionaria”1. Por su parte, cada evento de este tipo estaría compuesto por seis componentes semánticos básicos, de carácter universal (Talmy, 1985, 2000). Cuatro de ellos son definidos como componentes internos al movimiento: (i) la Figura: objeto que se mueve; (ii) la Base: entidad en relación a la cual se mueve la Figura; (iii) el Camino: trayectoria seguida o sitio ocupado por la Figura respecto a la Base; (iv) el Movimiento: acción de moverse o continuación de una ubicación. Por el contrario, los otros dos componentes semánticos son definidos por Talmy como componentes externos o asociados en un co-evento: (v) la Manera: forma en la que se desarrolla el movimiento; y (vi) la Causa: motivo que induce o provoca el movimiento. De todos estos componentes, Talmy (1985, 2000) y Slobin (2004) han considerado el Camino como el componente principal u obligatorio para definir un evento de movimiento, definitorio de lo que Tamly define como movimiento traslacional2. 1

A partir del empaquetamiento de dichos componentes semánticos en diversas lenguas, Talmy identificó los patrones de lexicalización de los eventos de movimiento (1985, 1991, 2000), tras lo cual propuso una tipología binaria dependiendo del o de los componentes semánticos lexicalizados al interior del verbo principal. En particular, las lenguas privilegiarían la lexicalización en el verbo principal, ya sea, del componente central Camino, ya sea, del componente externo Manera3. De esta forma, la propuesta de Talmy incluye los siguientes dos tipos de patrones de lexicalización: a. Lenguas de marco verbal (Lenguas-V): lexicalizan en el verbo principal el componente Camino, además del componente Movimiento. Componentes del co-evento como la Manera no son habitualmente lexicalizados en el verbo principal, pudiendo ser agregados de forma opcional en la forma de adverbios o complementos. Este es el caso de las lenguas romances (1), de las lenguas semíticas y del turco:

(1) La botella salió Figura

Movimiento+Camino

flotando Manera

b. Lenguas de marco satélite (Lenguas-S): lexicalizan en el verbo principal el componente “Manera”, además del componente “Movimiento”. El componente “Camino” es expresado mediante un satélite, que puede corresponder a una preposición o a un afijo. Este es el caso de las lenguas germánicas y eslavas. Como ejemplo, el caso del inglés (2):

(2) The bottle floated Figura

Movimiento+Manera

out Camino

Sin embargo, esta dicotomía ha sido cuestionada los últimos años a partir del estudio de diversas lenguas que no se ajustan a las definiciones propuestas. El tzeltal, lengua maya, presenta verbos de Camino, a la vez que posee direccionales que pueden ser considerados como satélites, por lo que esta lengua estaría en las dos partes de la clasificación (Brown, 2003). Más problemáticos todavía han resultado los casos de las lenguas en las que el verbo o morfemas asociados a él lexicalizan el Camino y la Manera mediante formas de estatus equivalente. Por ejemplo: i) lenguas seriales: en las cuales hay dos verbos principales, uno de Manera y otro de Camino (v.gr., níger-congo, hmong-mien, sino-tibetanas, mon-khmer y austronésicas). En el caso del tailandés (Zlatev y Yangklang, 2003), la sintaxis permite alinear varios verbos del mismo estatus, algunos los cuales pueden expresar Camino, Camino+Manera, Manera o un valor Deíctico (3); ii) lenguas de verbos bipartitos: el verbo 2

expresa la Manera y el Camino mediante dos morfemas de la misma jerarquía (algonquino, atabascano, hocano, klamath-takelma…); y iii) lenguas de ‘verbos funcionales o genéricos’: hay un verbo general y varios preverbos de Manera y Camino (jaminjunga).

(3) chán dǨǨn Yo

khâam thanǒn

camino cruzo

khâw

carretera entro

paj

naj

voy en

sǔan parque

‘(Yo) caminé a través de la carretera y entré (caminando) al parque’.

Una de las soluciones propuestas (Zlatev y Yangklang, 2003) ha sido ampliar la tipología, debido a que lenguas seriales como el tailandés poseerían características de las lenguas-V en tanto se comportarían a nivel discursivo como lenguas-S. Adicionalmente –y, especialmente–, dado que no es necesario elegir un verbo de manera o uno de camino, ya que existen posiciones gramaticales disponibles para ambos de forma simultánea, estas lenguas no estarían en una categoría intermedia sino distinta. Lo anterior fue recogido por Slobin en (2004:25) en una revisión de la tipología, en la que agrega un tercer grupo de lenguas: c. Lenguas de marco equipolente: en las cuales el Camino y la Manera son expresados mediante formas gramaticales equivalentes. Las construcciones de este tipo serían: (i) Verbo de Manera + Verbo de Camino; (ii) [Manera + Camino] VERBO; (iii) Preverbo de Manera + Preverbo de Camino + Verbo. Incluiría las lenguas seriales, las de verbos bipartitos y las de verbos funcionales o genéricos. Otra de las soluciones propuestas ha sido flexibilizar la dicotomía de las lenguas, centrándose más en el comportamiento de estas en el nivel del discurso, así como en sus efectos en el nivel cognitivo. De esta forma, se puede considerar que las lenguas configuran un continuum en diversos aspectos funcionales, tales como la expresión (y especificación) de la manera de movimiento (Slobin, 2004), el detalle en la expresión del camino y de las subtrayectorias, la cantidad de bases mencionadas, la existencia de una restricción de cruce de límite, etc. (Ibarretxe-Antuñano, 2004, 2006). Como consecuencia de dichos patrones de lexicalización, se han propuesto efectos relativistas de índole cognitiva. Es decir, las preferencias del empaquetamiento de los distintos componentes semánticos en el verbo principal o en unidades de carácter obligatorio o facultativo, sumadas a la morfosintaxis de cada lengua y su asociación a una carga en el procesamiento, afectarían la forma en que los eventos son analizados y descritos en el discurso, y determinarían –o al menos, influirían– en aquello en que se fijan los hablantes de cada lengua (Slobin, 2004). De esta forma, algunas consecuencias cognitivas propuestas serían que los hablantes de lenguas-S consideran la manera de movimiento como un aspecto inseparable 3

del evento mismo, que su espacio mental está profusamente segmentado para expresar variaciones sutiles, y que los hablantes acceden fácilmente a diferentes verbos de manera (Slobin, 2003). Estos efectos relativistas se generarían en la inseparabilidad entre forma y función lingüísticas, así como en la manera en que una conduce a la otra (Berman y Slobin, 1994; Slobin, 2004). Lo anterior configuraría, por lo que se sabe de los antecedentes recolectados, un estilo retórico que sería sistemáticamente distinto para las lenguas-V en relación a las lenguas-S, sin olvidar una variedad creciente de lenguas que no se comportan de una forma prototípica. Estas características son rastreables en el discurso, por lo que se han observado las siguientes tendencias (Zlatev y Yangklang, 2003; Ibarretxe-Antuñano, 2004; Slobin, 2004): -Las lenguas-S tienen un léxico de verbos de movimiento más expresivo y amplio, especialmente para la Manera, en relación a las lenguas-V. -Las lenguas-S tienden a narrar eventos con un cruce de límite mediante un verbo de Manera más un satélite de Camino, mientras que las lenguas-V lo narran mediante un verbo de Camino que expresa un cambio en la trayectoria. -Las lenguas-S describen la Base de forma más frecuente y profusa que las lenguas-V. -Las lenguas-S describen los eventos de movimiento segmentándolo en más sub-eventos, en relación a las lenguas-V. -Las lenguas-S dedican la atención narrativa a la dinámica del movimiento, mientras que las lenguas-V lo hacen a la descripción estática de la escena o a la psicología de los participantes.

1.2 La lengua mapuche La lengua mapuche, también denominada mapudungun o chedungun por sus hablantes, es una lengua con tendencia a la polisíntesis y a la aglutinación, según los parámetros de síntesis y técnica, respectivamente, definidos por Sapir (1994 [1921]). Esto la hace similar –al menos, desde el punto de vista de la tipología gramatical clásica– a muchas lenguas americanas, como el aymara, el quechua, el guaraní, las lenguas mayas, y algunas otras lenguas de Norteamérica mencionadas en la sección anterior (hokanas, atabascanas, etc.). En relación a la filiación lingüística, tanto Salas (1992) como Zúñiga (2006) destacan que no existe acuerdo ya que el mapuche ha sido clasificado alternativamente como una lengua aislada o como una lengua que podría estar emparentada con una serie de lenguas diversas. Entre estas últimas clasificaciones se destaca la propuesta del grupo andino, subgrupo araucano-chon, en el que se ubicaría junto con algunas lenguas patagónicas y fueguinas. En relación a las cláusulas mapuche, cabe destacar que el verbo es la clase morfológicamente más compleja y funcionalmente más importante. En relación a la 4

morfología, los verbos pueden ser segmentados en morfemas claramente identificables y dispuestos mediante una organización fija. Tanto las categorías gramaticales (persona, modo, tiempo, número y aspecto), las relaciones entre los componentes del enunciado (agente, paciente, beneficiario, experimentador), e incluso detalles físicos y mentales de la acción se expresan mediante afijación en el verbo (Salas, 1992). Para ejemplificar lo anterior, tomaremos de este autor el análisis de una forma verbal mapuche: rüngkükonfemtuaymi: (4) rüngkü-kon-fem-tu-a-y-m-i saltar-entrar-INM-RE-FUT-IND-2-SG ‘Saltarás inmediatamente hacia adentro (regresando donde estabas)’.

Observamos, entonces, que esta construcción exhibe las dos características a que hace mención la tipología gramatical clásica: por una parte, el verbo puede analizarse en una serie – potencialmente extensa– de morfemas que se suceden en un orden altamente regulado (i.e., polisíntesis), y por otra, los morfemas son claramente delimitables y poseen una forma definida y constante (i.e., aglutinación). Como resultado, el significado de la palabra (en este caso, de la forma verbal) emana de la combinación de todos los segmentos. En relación al presente trabajo, vale la pena mencionar la existencia de algunos morfemas que se insertan en el verbo y que han sido denominados sufijos adverbiales en tanto modifican el significado de los temas o lexemas verbales (Salas, 1992). En la lengua mapuche existen sufijos con distintas funciones semánticas, entre los cuales destacamos aquellos que indican algún componente semántico del evento o del co-evento de movimiento: el sufijo durativo de movimiento -yaw, contiene el componente de Movimiento sin especificar Camino; los sufijos deícticos -pa, -pu y -me pueden expresar potencialmente los componente de Movimiento+Camino; mientras que una serie de sufijos pueden expresar algún aspecto relacionado con el componente Manera: -yekü ‘acción constante y gradual’, -meke ‘iteración’, fem ‘inmediatamente”, -rume ‘acción repentina’, etc. Por último mencionaremos la posibilidad de la lengua mapuche de construir temas verbales concatenados (de forma similar a los verbos bipartitos mencionados), en los cuales se acepta la inserción de dos –y hasta tres– raíces verbales en un solo verbo (Zúñiga, 2006). El contenido semántico de dichas raíces es potencialmente muy variado, aunque se presentan algunas restricciones. La primera y la tercera posiciones funcionales corresponden a huecos que aceptan un inventario cerrado de lexemas verbales, entre los cuales predominan aquellos de los verbos de Camino (como püra ‘subir’ o kon ‘entrar’), y se acepta un lexema de un verbo de Manera de movimiento (lef ‘correr’). La segunda posición funcional corresponde a una clase 5

abierta que al parecer no tiene restricciones (Zúñiga, 2006). De esta manera, se pueden construir formas verbales como las siguientes: (5) Wüño-dungu-yekou-me-y (De Augusta, 1995 [1916]:272)4 regresar-hablar-CONS-DEI1-IND.3 5 ‘Se va hacia allá hablando para atrás’.

(6) Kom wingüd-entu-f(i)-y-ngün

mapu mew (Coña, 2006 [1930]:322)

todos arrastrar-sacar-OP.3-IND.3-PL tierra ADP Todos (ellos/ellas) lo sacan arrastrando a la tierra’.

Estos temas verbales, al parecer, tendrían el mismo estatus en la mayoría de los casos, salvo en algunos (Salas, 1992:178), como el de los lexemas püra ‘subir’, nag ‘bajar’, kon ‘entrar’ y tripa ‘salir’, que ubicados en el tercer hueco funcional se gramaticalizarían para indicar una función adverbial: “hacia arriba”, “hacia abajo”, “afuera” y “adentro”, respectivamente, como en el ejemplo (4). Sin embargo, Zúñiga (2006:168), traduce “rüngkükoni ruka mew” como ‘entró saltando a la casa’. 2. Metodología 2.1 Obtención de datos Los datos utilizados en este trabajo provienen de tres narrativas elicitadas por adultos mapuche-hablantes de diferentes zonas dialectales. Esto lo hace un estudio preliminar, que ya comenzó a ser ampliado con nuevos datos, lo que será material de una nueva comunicación. El procedimiento seguido ha sido el mismo que inauguró Berman y Slobin (1994), es decir, la recolección de los datos lingüísticos a partir de la historieta sin palabras –constituida por una serie de dibujos– Frog, where are you, de Mercer Mayer (1969). Este libro, a lo largo de veinticuatro imágenes desarrolla la historia de un niño que, junto a su pequeño perro, se embarca en la búsqueda de una rana que se le había escapado por la noche. A cada uno de los sujetos que cooperaron con la investigación se les solicitó narrar la historia de la rana, explicándoles que se trataba de un cuento de un niño, un perro y una rana, que ellos debían prestar atención a lo que ocurría y posteriormente narralo. La historia contiene diferentes tipos de eventos de movimiento, tales como carreras, caídas y subidas, que se espera aparezcan expresados en las formas verbales que utilicen los hablantes. De manera previa a la recolección de los datos, a cada uno se le mostró el libro y se le dejó solo con él durante un tiempo (unos cinco minutos) para que tuviera tiempo de familiarizarse con la historia. Luego, se le solicitó narrar la historia imagen por imagen frente a una grabadora de audio. Se tuvo la 6

precaución de no incidir en la producción lingüística de los sujetos, evitando el castellano inmediatamente antes de la grabación y durante ellas, y evitando utilizar formas verbales de movimiento como interpretación de la historia, debido a la influencia imprevisible que esto pudiera tener en influir sobre las narrativas elicitadas con marcos de categorización lingüística (Pederson, 2007). 2.2 Transcripción Cada una de las historias de la rana recolectadas fue transcrita siguiendo la convención propuesta por el Alfabeto Mapuche Unificado (Croese et al., 1978). Asimismo, se siguieron las convenciones de glosas y transcripciones adoptadas en el apéndice II de Berman y Slobin (1994). De esta forma, cada cláusula se separó en una línea consecutiva. Para el desarrollo de este trabajo se realizaron dos traducciones sucesivas. En primer lugar, una traducción literal de cada palabra, indicando la función gramatical de los morfemas. A renglón seguido se proporcionó una traducción idiomática. En la traducción literal se utilizan algunas abreviaciones que se indican en el apéndice I.

3. Desarrollo 3.1 El mapuche como lengua de marco equipolente A partir del estudio de la gramática mapuche, considerando su morfología verbal y las posibilidades expresivas que esta brinda, se puede plantear como hipótesis que esta lengua correspondería a una lengua de marco equipolente, en tanto los verbos aceptan la inclusión de dos –y hasta tres– lexemas verbales, de los cuales uno puede tener un componente de Manera de movimiento y otro, un componente de Camino, como se observa en los ejemplos (4), (5) y (6). Máxime cuando estos temas verbales tendrían al parecer el mismo estatus gramatical. En este sentido, y en discrepancia con Salas (1992:178), los temas verbales püra ‘subir’, nag ‘bajar’, kon ‘entrar’ y tripa ‘salir’, no adquieren en todos los casos de concatenación radical una función adverbial en la que determinarían al lexema verbal antecedente (como en: rüngkükon ‘saltar-entrar’ => ‘saltar hacia adentro (y entrar)’). Al contrario, treka-kon-i (‘caminarentrar-IND.3’) puede traducirse ya sea como ‘caminó hacia adentro (y entró)’, o como ‘entró caminando’. Por lo tanto, una traducción apropiada debe considerar necesariamente el valor semántico del primer lexema verbal. Sin embargo, el hecho de que el mapuche sea una lengua de marco equipolente debe ser evaluado a partir de datos empíricos, de tal manera de confirmar si tales posibilidades formales otorgadas por el sistema morfosintáctico y léxico de la lengua son utilizadas de manera natural por los hablantes. Además, es importante estudiar la frecuencia de la utilización de las distintas 7

posibilidades expresivas, ya que es posible que algunas de ellas (posiciones funcionales de los lexemas o aparición de algunos morfemas) no se utilicen corrientemente, relegándose a un uso marginal y quizás estilístico. En definitiva, la clasificación tipológica de las lenguas no deriva directamente de su potencial expresivo o de sus recursos, sino del uso coloquial, frecuente y dominante que se hace de ellos (Talmy, 2000:27), mediante lo cual se configura un estilo retórico sensu Slobin (2004). En efecto, de acuerdo a nuestros datos, se confirma que las posibilidades expresivas otorgadas por el sistema morfosintáctico son aprovechadas, al menos, en algún grado, por los hablantes. Se aprecia que las tres narrativas recogidas contienen construcciones con concatenación radical, es decir, formas verbales complejas en las que se yuxtaponen lexemas verbales que indican Manera de movimiento con otros que indican Camino (7, 8 y 9):

(7) trilal-tripa-y caer.de.espalda-salir-IND-3 [El niño] cayó de espalda para afuera’. (M20a)

(8) ringkü-nag-y

chi trewa

saltar-bajar-IND.3 DEF perro El perro saltó para abajo’. (M20b)

(9) ti

püchi

trewa lef-amu-y

DEF pequeño perro correr-ir-IND.3 ‘El pequeño perro fue corriendo’. (M20c)

En los tres casos, el primer lexema verbal engloba los componentes de Manera+Movimiento, mientras que los segundos lexemas contienen los componentes de Camino+Movimiento, lo que podemos considerar una construcción característica de los verbos de marco equipolente, tal como son definidos por Slobin (2004:25), ya que los componentes de “Manera y de Camino son expresados por formas gramaticales equivalentes”. El mismo criterio encontramos en las descripciones disponibles para el tailandés (Zlatev y Yangklang, 2003; Zlatev y David, 2004). Otra característica de las expresiones verbales mapuches que las asemejan a aquellas de una lengua de marco equipolente consiste en que una cláusula que incluya los componentes de Camino y Deixis, lo puede hacer mediante dos lexemas verbales de estatus equivalente (10), tal como el tailandés (Zlatev y David, 2004)6.

8

(10)

welu ti

pakarwa amu-tripa-y

pero DEF rana

ir-salir-IND.3

‘Pero la rana fue y salió hacia allá’. (M20c)

Al contrario, las lenguas-V prefieren construcciones con un verbo de Camino más un complemento que indique Deixis, como en el caso del español (11), mientras que las lenguas-S lo hacen con un verbo deíctico más un satélite de Camino (12). En ningún caso se ocupan dos formas (verbos, lexemas verbales o pre-verbos) de estatus equivalente.

(11)

Salió para allá.

(12)

He has

gone from the room

Él AUX ir

desde DEF habitación

[Él] fue desde la pieza’.

3.2 Expresión del componente Camino La lengua mapuche cuenta con un nutrido inventario de verbos de Camino, entre los cuales podemos mencionar amu ‘ir’, küpa ‘venir’, aku ‘llegar acá’, puwü ‘llegar allá’, wiño ‘regresar’, ina ‘seguir’, nag ‘bajar’, püra ‘bajar’, kon ‘entrar’, tripa ‘salir’, rupa ‘pasar para acá’, rume o rupu ‘pasar para allá’, nopa ‘cruzar agua hacia acá’, nome o nopu ‘cruzar agua hacia allá’, y los transitivos tuku ‘introducir’, ye ‘llevar” y (n)entu ‘sacar’. Todos estos verbos tienen una alta frecuencia en el uso la lengua, como se puede ver en las narrativas elicitadas para este trabajo (Tabla 1). De hecho, los verbos de Camino (Camino y Camino+Deixis) son los que presentan una mayor frecuencia (Tipado o Token7=57, lo que equivale a un 58%), en comparación a los verbos de Manera (Tipado=27), incluso considerando dentro de la misma categoría amplia de Manera a los que engloban Manera+Camino (Tipado=38).

Tabla 1. Frecuencia de las categorías de verbos en las narrativas elicitadas

Categoría verbal

Tipado/Tipo

Frecuencia total

Ejemplos

Tipado

Tipo

Movimiento8

3

2

1,50

miyawü ‘andar’

Camino (vb. intransitivo)

35

6

5,83

tripa ‘salir’

Camino (vb. transitivo)

9

4

2,25

nentu ‘sacar”

Camino + Deixis

13

3

4,33

puwü ‘llegar allá’

9

Sumatoria Camino

57

13

4,38

Manera

27

9

3,00

püllkay ‘balancear’

Camino + Manera

11

4

2,75

trilal ‘caer de espalda’

Sumatoria Manera

38

13

2,92

Total

98

28

3,50

Considerando la morfología verbal mapuche, cabe preguntarse por la proporción de aparición de los lexemas verbales de Camino de forma independiente, versus la cantidad de coocurrencias, ya que esto puede dar pistas de su estatus de verbos “reales” en contraposición a una posible gramaticalización de los mismos a modo de “satélites”. Observamos (Tabla 2) que la aparición de los lexemas verbales de Camino (transitivo, intransitivo y sumado a Deixis) se da en una alta proporción de forma independiente (13, 14 y 15), lo que también es una característica de las lenguas de marco equipolente, semejantes en este punto a las lenguas-V (Zlatev y Yangklang, 2003; Zlatev y David, 2004).

Tabla 2. Ocurrencia de uso independiente versus co-ocurrencia de categorías de verbos

Categoría

Frecuencia

Co-

Uso

% de uso

verbal

total (tipados)

ocurrencia

independiente

independiente

Movimiento

3

0

3

100%

Camino intr.

35

7

28

80%

Camino tr.

9

2

7

78%

Camino + Deixis

13

1

12

92%

Sumatoria Camino

57

10

47

82%

Manera

27

5

22

81%

Camino + Manera

11

3

8

73%

Sumatoria Manera

38

8

30

79%

(13) pakarwa ta rana

epe tripa-l-i

tati püta

PART casi salir-PROG-IND.3 DEF grande jarro ADP

La rana casi sale del gran jarro’. (M20b)

(14)

karu mu

wente kura püra-y

chi

pichi

elaweni

sobre roca subir-IND.3 DEF pequeño muchacho El pequeño muchacho subió sobre la roca’. (M20a) 10

(15)

feymu

ti

püchiche nag-y

entonces DEF niño

bajar-IND.3

Entonces el niño bajó’. (M20c)

Es innegable, entonces, que en formas verbales con un solo lexema, que corresponda a Movimiento+Camino, éstos mantienen su función verbal, con lo cual no corresponden a “satélites”. Sin embargo, podría argumentarse que no obstante lo anterior, en formas verbales con más de un lexema, el que indique Movimiento+Camino podría estar gramaticalizado o en proceso de hacerlo, con lo que constituiría un morfema (o satélite), rasgo incompatible con las lengua de marco equipolente y, por el contrario, más afín a las lenguas-S. Sin embargo, se tiene que si los morfemas estuvieran gramaticalizados para expresar Camino, esperaríamos que lo hicieran con cualquier lexema verbal, mientras que en realidad lo que ocurre es que aparecen con verbos intransitivos de Manera (8: en este caso la raíz nag ‘entrar’ => hacia adentro) y no con lexemas transitivos cuando el sujeto de la cláusula no es el experimentador del movimiento (comparar 16 y 17). En este último caso se tiene la aparición de otros lexemas verbales de Camino, transitivos (17):

(16)

ütrüf-nag-i

ti

püchiche

arrojar-bajar-IND.3 DEF niño El niño bajó (siendo) arrojado’. (M20c)

(17)

ütrüf-entu-f(i)-i

ti

püchiche kiñe pütra faranko mu

arrojar-sacar-OP.3-IND.3 DEF niño

un

gran barranco ADP

Arrojó para afuera al niño a un gran barranco’. (M20c)

En el ejemplo (17) cabría esperar, si las raíces verbales estuvieran gramaticalizadas para indicar una dirección de movimiento, que se ocupara simplemente la raíz tripa ‘salir’. Adicionalmente, si las raíces sólo indicaran Camino –lo que ocurriría de estar gramaticalizadas– , el ejemplo (16) se traduciría como ‘El niño arrojó hacia abajo’, cosa que no tiene sentido en el contexto de la historia (imagen 11). En este caso, faltaría el morfema -nge (voz pasiva, según Salas (1992), “persona gramatical agente indeterminada”) para poder entenderlo como ‘El niño bajó (siendo) arrojado’. Por lo tanto, la expresión del Camino se realiza mediante lexemas verbales propiamente tales y no mediante satélites, lo que es compatible con las lenguas de marco equipolente.

11

3.3 Expresión del componente Manera En relación a los verbos de Manera, Slobin (2004:6) establece una diferencia entre aquellos que hacen distinciones mayores o generales, y los que establecerían finos matices. Las lenguas-V contarían predominantemente con el primer inventario, mientras que las lenguas-S además tendrían un lexicón rico en el segundo. Finalmente, las lenguas de marco equipolente, según Zlatev y Yangklang (2003) serían semejantes en este aspecto a las lenguas-S. En las narrativas mapuches apreciamos un núcleo de verbos de Manera generales tales como: treka ‘caminar’, ringkü ‘saltar’, lef ‘correr’, lüpi ‘aletear, volar’, müpü ‘volar’, weyül ‘nadar’, püllkay ‘balancear’, ye ‘llevar’, ütrüf ‘arrojar’ e ina ‘seguir’. Sin embargo, en la serie de los verbos de Manera+Camino aparecen tres verbos que presentan distinciones más sutiles: trefkütu ‘saltar hacia arriba, como para agarrar’, trilal ‘caer de espalda’ y lemuw ‘poder moverse solo’. Por otra parte, en la literatura se pueden encontrar algunos lexemas muy específicos: entrif ‘andar en puntillas’, chefkü ‘brincar como pelota’ o trongkü ‘topar (alguien) contra palos o las murallas’ (De Augusta, 1995 [1916]).

Sin embargo, las posibilidades expresivas de la Manera de movimiento en mapuche mediante verbos (específicamente, lexemas) no se restringe al dominio de los verbos traslacionales o potencialmente traslacionales (aquellos que engloben, al menos, los componentes de Movimiento+Manera). Una peculiaridad del mapuche en la expresión de la Manera está dada por su morfología verbal. Dado que el componente Movimiento puede expresarse mediante un morfema verbal -yaw ‘andar’, prácticamente cualquier lexema verbal puede expresar potencialmente Manera de movimiento. En (18) se tiene el morfema durativo de movimiento -yaw junto al lexema müpü ‘volar’, que por sí solo ya expresa Movimiento, mientras que en (19) se tiene el morfema de movimiento -yaw junto al lexema kintu ‘mirar’, que no contiene el componente Movimiento. Sin embargo, producto de esta síntesis, se tiene que kintu expresa una manera en que se realiza el movimiento:

(18)

wenu pichiche müpü-ki-yaw-i sobre niño

tati killkill

volar-HAB-MOV-IND.3 DEF búho

‘El búho anda volando sobre el niño’. (M20b)

(19)

ti

püchi

wentru kintu-nie-yaw-i

DEF pequeño hombre mirar-PROG-MOV-IND.3 ‘El niño anda mirando’. (M20b)

12

A diferencia del español, lengua-V, en que la Manera (‘El niño anda mirando’) se expresaría mediante un complemento (forma verbal no finita), en mapuche la Manera se expresa mediante un lexema verbal (19), del mismo estatus que cualquier lexema de Camino o Manera de movimiento. Otra característica muy estudiada relacionada a la expresión de la Manera de movimiento es la restricción del cruce de límite, ya que esta sería una característica que distingue las lenguas-V de las lenguas-S al estar presente sólo en las primeras (Slobin, 1996, 2004). Además, se ha estudiado que las lenguas de marco equipolente en este sentido se asemejan a las lenguas-S, ya que no presentarían tal limitación (Zlatev y Yangklang, 2003; Zlatev y David, 2004). En el caso del mapuche, se tiene que la Manera de movimiento puede expresarse mediante un lexema verbal sin restricciones de cruce de límites. En tales casos el componente Camino se expresa mediante otro lexema verbal, como en los ejemplos (7 y 8): trilaltripay ‘[El niño] cayó de espalda para afuera (saliendo)’; ringkünagy chi trewa ‘El perro saltó para abajo (bajando)’. En el nivel cuantitativo, a partir de las narrativas recogidas es posible ver la cantidad de tipos de verbos de Manera (o inventario coloquial) y la cantidad de tipados, o frecuencia total. La cantidad de verbos-tipo es igual a aquella de los verbos de Camino (trece cada uno, lo que equivale a un 46% respectivamente) (Tabla 1). Al considerar, los verbos-tipado o frecuencia total, se tiene un 20% para los verbos intransitivos y un 39% para todos los lexemas que contienen Manera (Tabla 3). Comparando esta cifra con aquellas obtenidas en las narrativas del inglés, turco y español (Slobin, 2004:10), se observa que el porcentaje total de uso de verbos de Manera del mapuche es más similar al de las lenguas-V que al de las lenguas-S. Asimismo, las lenguas de marco equipolente exhiben un uso de verbos de Manera que sumados al de los verbos de Manera+Camino es similar a la frecuencia de verbos de Manera de las lenguas-S (Zlatev y Yangklang, 2003:22). Esta característica entonces, distancia a la lengua mapuche de las lenguas de marco equipolente en cuanto a la frecuencia de verbos de Manera utilizados, al menos en comparación al tailandés.

Tabla 3. Frecuencia de tipado y tipo de verbos de Manera

Tipado

Tipo

% Tipado

Manera (intransitivo)

19

7

20%

püllkay ‘balancear’

Manera (transitivo)

8

2

8%

ütrüf ‘arrojar’

Camino

11

4

11%

trilal ‘caer de espalda’

Categoría verbal

+

Manera

13

Ejemplos

(intransitivo) Sumatoria Manera

38

13

39%

3.4 Inconsistencias con la clase de lenguas de marco equipolente Al final de la sección anterior veíamos una diferencia entre la lengua mapuche y aquellas de marco equipolente, relacionada a la frecuencia y, por tanto, accesibilidad de la Manera de movimiento. Sin embargo, creemos que el componente Manera sí es accesible en mapuche, aunque de forma no canónica para las lenguas de marco equipolente. De esta forma, se presentan dos tipos de construcciones bastante frecuentes, elicitadas en las narrativas, aunque distintas a las descritas para las lenguas seriales (Zlatev y Yangklang, 2003; Zlatev y David, 2004). Una de ellas ya fue descrita, y dice relación con el uso de un morfema de Movimiento más un lexema verbal casi sin restricciones (19). La otra construcción también se basa en la morfología verbal mapuche, y tiene que ver con el uso de morfemas adverbiales que pueden expresar matices con los que se realiza una acción (-yekü ‘acción constante y gradual en una trayectoria’, -meke ‘acción iterativa’, -fem ‘inmediatamente’, -rume ‘acción repentina’, -faluw ‘fingir una acción’, etc.). Postulamos que, dada la naturaleza polisintética de la lengua, estos morfemas no representan una carga excesiva en el procesamiento y, por el contrario, serían de uso coloquial, frecuente y dominante en los contextos, condición planteada por Talmy (2000:27) para considerar que una expresión del movimiento sea la preferente. Corresponde, entonces, cotejar si tales morfemas aparecen en las narrativas. Como resultado, se elicitaron dos formas verbales de movimiento traslacional que contienen, cada una, los morfemas -kantu y -meke, que indican ‘acción realizada jugando o por diversión’ y ‘acción realizada de manera repetida y constante’, respectivamente (20 y 21). Además de estas, se presentan otras expresiones con el morfema -meke, pero no referidas a una acción traslacional:

(20)

weyül-kantu-meke-y nadar-DIV-ITE-IND.3 ‘[El perro] está (repetidamente y por diversión) nadando’. (M20a)

(21)

feychi pichi

trewa püllkay-kantu-meke-y

ñi yu

mew

DEM pequeño perro balancear-DIV-ITE-IND.3 su nariz ADP ‘Ese pequeño perro se balanceaba repetidamente por diversión en su nariz’. (M20a)

14

Sin embargo, en cualquier caso se tiene que la lengua mapuche presenta una tendencia mayoritaria (67%) a expresar eventos con un cruce de límite mediante formas verbales con un solo lexema, de Camino (Tabla 4), sin yuxtaponerlo a un lexema de Manera.

Tabla 4. Frecuencia de tipado de verbos de Camino con cruce de límite

Lexema

Frecuencia

Co-

Uso

% de uso

verbal

total (tipado)

ocurrencia

independiente

independiente

tripa ‘salir’

10

3

7

70%

kon ‘entrar’

4

2

2

50%

(n)entu ‘sacar’

5

2

3

60%

tuku ‘introducir’

2

0

2

100%

Total

21

7

14

67%

Esto se ve reflejado a nivel del discurso por las elecciones tomadas por los hablantes en la conocida escena del búho (imagen 8) y en la del topo (imagen 6a y 6b). En las narrativas recopiladas, los hablantes expresaron mayoritariamente el cambio de estado a través de un verbo de Camino (Tabla 5) equivalente a ‘salir’ o ‘llegar’ (22), o simplemente mediante una descripción estática de la escena: “estar” (23)9 .

Tabla 5. Comparación de porcentajes y frecuencias de verbos de Manera y de Camino en la escena de “La aparición del búho”

Verbo de Manera

Lengua

Verbo de Camino

Porcentaje

Frecuencia

Porcentaje

Frecuencia

Español (Lengua-V)10

0%

0

100%

64

Inglés (Lengua-S)

32%

16

68%

34

M11: 38

M: 11

C: 90%

C: 26

M+C: 28

M+C: 8

D: 100%

D: 29

0%

0

100%

2

Tailandés (Lengua-E)

Mapuche

(22)

feymu

tripa-y

kiñe konkon

entonces salir-IND.3 un

búho

‘Entonces salió un búho’. (M20c)

15

En cuanto a la descripción estática de la escena, esto se puede apreciar en (23), aunque cabe destacar que en este caso, el sujeto agregó a continuación una cláusula con un verbo de Manera de movimiento (24). Esta descripción estática de la escena se repite en la aparición del topo, en la cual un 67% (frecuencia= 2) de los sujetos lo describen mediante verbos de percepción visual (adkintuniefi ‘está mirándolo’; wütrintuniey ‘mira’), mientras que el 33% restante (frecuencia= 1) utilizó verbos de Camino (tripay ‘salió’).

(23)

ta-ke

koyam mu

ta

kiñe pichi

üñüm mül-y

DEF-PL roble ADP PART un pequeño pájaro estar-IND.3 ‘En los robles hay un pequeño pájaro. (M20b)

(24)

lüpiw-kül-i

tañi ta

volar-PROG-IND.3 su

epu lüpi mu

PART dos pluma ADP

‘Está volando con sus dos plumas (alas). (M20b)

En resumen, esta tendencia a narrar las escenas de cruce de límite y, particularmente, la aparición del búho, con verbos de Camino o mediante descripciones estáticas no es característica de las lenguas de marco equipolente, las cuales (Zlatev y Yangklang, 2003) utilizan un porcentaje igual o mayor de verbos de Manera que las lenguas-S. Por el contrario, el estilo retórico de la lengua mapuche en este punto se asemeja a aquella de las lenguas-V, como la manifestada por el español. Otra diferencia entre la expresión del movimiento en mapuche y en las lenguas equipolentes tiene que ver con la conjunción Manera + Camino + Deixis. En un movimiento traslacional en mapuche, estos tres componentes no se expresan mediante tres formas de estatus equivalente, como sí ha quedado descrito en el caso del tailandés (Zlatev y David, 2004). Por el contrario, si bien Manera y Camino se expresan mediante sendos lexemas verbales, como en (7 y 8), el componente Deixis no se expresa naturalmente mediante la yuxtaposición de otro lexema verbal. Una solución posible es utilizar una raíz verbal que contenga los componentes de Camino+Dexis, como amu ‘ir’, aku ‘llegar acá’ o nome ‘cruzar (por agua) hacia allá’12, lo que ocurre en (22). En este caso, Manera, Camino y Deixis se expresan mediante formas equivalentes, pero no mediante sendas formas equivalentes, como es el caso del tailandés y otras lenguas seriales, que pueden yuxtaponer tres y más formas verbales.

(22) feymu

lef-lef-amu-tu-y

16

entonces correr-correr-ir-RE-IND.3 ‘Entonces [el perro] se fue corriendo corriendo’. (M20c)

Otra solución es sufijar un morfema deíctico (-pa, -pu o -me) a una concatenación radical que exprese Camino+Manera. En este caso los componentes Manera, Camino y Deixis no están representados por formas equivalentes. Una construcción similar se observa en (23), si bien en este caso la raíz adkintu ‘observar’ no se refiere a la manera como se realiza el movimiento, sino al fin u objetivo de dicho desplazamiento:

(23)

tati wemul ta

nag-adkintu-nie-pa-(e)-y-(e)u

DEF huemul PART bajar-observar-PROG-DEI2-INV-IND.3-OP.3 ‘El huemul (o ciervo) vino a mirarlos para abajo (al niño y su perro)’. (M20b)

CONCLUSIONES En base a su sistema morfosintáctico y léxico, es decir, a sus recursos expresivos, se podría hipotetizar que la lengua mapuche corresponde a una lengua de marco equipolente según la clasificación de Slobin (2004). Esto se debe a su capacidad de construir formas verbales con concatenación radical, que yuxtaponen lexemas verbales de Camino y Manera con el mismo estatus gramatical. Adicionalmente, su lexicón incluye verbos que realizan distinciones sutiles de manera de movimiento. En base a los datos obtenidos por la elicitación de estas tres narrativas, podemos concluir preliminarmente que los hablantes de mapudungun sí hacen uso de las potencialidades morfológicas y léxicas que les confiere su lengua, en lo que se refiere a la expresión del movimiento traslacional. Por lo tanto, la clasificación del mapuche como una lengua que hace un uso generalizado de los verbos de Manera y de Camino es confirmada por una práctica discursiva i) coloquial, ii) frecuente y iii) dominante en los contextos (Talmy, 2000:27). De este modo, podemos considerar esta práctica como un rasgo importante de un estilo retórico mapuche. Estos resultados deben ser corroborados con datos de más elicitaciones, trabajo que ya está en curso. A partir de los datos actuales, se observa que la lengua mapuche hace un uso abundante de verbos de Camino, incluyendo verbos de Camino+Deixis, los que corresponden a la categoría verbal elicitada más frecuente en número. Por otra parte, cuenta con un repertorio abundante de estos verbos, y de uso normal. Esta característica asemeja al mapuche a las lenguas de marco equipolente, característica que comparten con las lenguas-V.

17

En base a criterios morfológico-semánticos, y a la ocurrencia de lexemas de Camino independientes, se observa que en los casos de concatenación radical (lexema-Manera + lexema-Camino), los lexemas de Camino no están gramaticalizados, sino que ambas raíces son equivalentes en jerarquía. Esta característica aleja al mapuche de la categoría de las lenguas-S, a la vez que es compatible con las lenguas-E. Un criterio morfológico similar al anterior (para indicar que las raíces de Camino no están gramaticalizadas) aduce Zúñiga (2006) para indicar que el mapuche sería una lengua-V. Sin embargo, el hecho de expresar la Manera de movimiento mediante formas equivalentes (sumado a otros criterios que serán mencionados en adelante) elimina dicha interpretación. La posibilidad de expresar Manera de movimiento en mapuche mediante prácticamente cualquier forma verbal, cuando esta va acompañada del morfema de Movimiento “-yaw” ‘andar’, más la posibilidad de añadir en polisíntesis una cantidad no menor de matices de maneras en que se puede realizar una acción, confiere a esta lengua: i) una expresividad sutil de la Manera del movimiento, ii) la posibilidad de expresar Manera al interior del verbo (ya sea, el lexema único, ya sea, morfemas de alta frecuencia en uso). Lo anterior podría incidir en que la expresión de tales matices de manera de movimiento no implique un alto costo cognitivo en el procesamiento en línea del lenguaje. Esto, por supuesto, es opuesto a lo que ocurre en las lenguas-V. Asimismo, la lengua mapuche no está sujeta a la restricción del cruce de límite, que sí afecta a las lenguas-V. En esto se asemeja a las lenguas-S y a las lenguas-E. En consecuencia, la lengua mapuche podría clasificarse como una lengua de marco equipolente, pero esta clasificación está lejos de ser trivial. Si bien comparte algunas características con este tipo de lenguas (expresión de Manera y Camino mediante formas equivalentes; inventario abundante de verbos de Camino y uso frecuente; inventario con verbos de Manera específicos [sumado a la posibilidad particular de expresar matices mediante formas no canónicas]; ausencia de restricción de cruce de límites), existen algunas inconsistencias. Entre las inconsistencias, se tiene que el mapudungun presenta un uso menor de verbos de Manera para describir eventos de movimiento traslacional en comparación a las lenguas-E (y lenguas-S), siendo aproximadamente la mitad de los verbos-tipado. En esto se asemeja a las cantidades que utilizan las lenguas-V. Asimismo, en mapuche existe una tendencia mayoritaria a expresar eventos con un cruce de límite –por ejemplo, el evento de la aparición del búho– mediante verbos de Camino independiente, sin concatenación con un verbo de Manera. Esto se asemeja, nuevamente a las prácticas discursivas de las lenguas-V. Cabe señalar, sin embargo, que la cantidad de datos obtenidos es muy insuficiente como para confirmar esta tendencia en el mapuche. 18

Otra diferencia del mapuche con las lenguas equipolentes se refiere a que las segundas pueden expresar los componentes de Manera + Camino + Deixis mediante sendos verbos en una misma cláusula, mientras que en mapuche no se expresan mediante tres formas de estatus equivalente, sino que Manera y Camino se expresan mediante sendos lexemas verbales, pero el componente Deixis no se expresa naturalmente mediante la adición de otro lexema verbal. En esto, sin embargo, el mapuche también se distancia de las lenguas-V y de las lenguas-S. A la luz de los antecedentes recopilados, la preguntas planteadas al comienzo del trabajo quedan por ahora sin una respuesta definitiva… ¿Es el mapuche una lengua de marco equipolente? A juzgar por algunas características sí lo sería, pero no sería al menos una lengua equipolente “paradigmática”. Notablemente, la expresión de Manera parece reducida en relación a este tipo de lenguas. ¿Está entonces el mapuche en una posición intermedia entre estas lenguas y las lenguas-V? ¿O más bien corresponde a una cuarta forma de viajar? Sin pretender reformular la tipología a la luz de los datos actuales, esta última opción nos hace pensar más bien en la pertinencia de rechazar una tipología binaria –o incluso de tres términosexcesivamente rígida, lo que nos acerca a la postura de Ibarretxe-Antuñano (2004), quien apuesta por los continuos en el estudio de este dominio. En cualquier caso, la cantidad de datos aún es escasa para tomar una postura definitiva.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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19

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NOTAS 1

“[…] a situation containing movement or the maintenence of a stationary location”. En este trabajo se estudian de los eventos de movimiento traslacional, en los cuales “la ubicación básica de un objeto cambia de un punto a otro del espacio”, y no del movimiento autocontenido, definido por este autor como la situación en la cual “un objeto mantiene su misma ubicación básica o ‘promedio’” (Talmy, 2000:35). 3 Además, Talmy indicó la existencia de lenguas que lexicalizan preferentemente la “Figura” en el verbo principal. El atsugewi (hokana, California) y el navajo (na-dené, SO EE.UU.) pertenecerían a este grupo. En adelante, no nos ocuparemos de este patrón de lexicalización. 4 En adelante, en los ejemplos de movimientos traslacionales en mapuche, los lexemas y morfemas se separarán mediante guiones con el fin de facilitar su análisis. Se debe considerar que esta no es la práctica normal en la ortografía mapuche. 5 En las traducciones, se utilizaron las siguientes abreviaciones: 3 (Tercera persona gramatical); ADP (Adposición: la postposición “mew” puede indicar referencia de índole espacial, temporal, instrumental, causal, comparativa, etc.); AUX (Auxiliar); CONS (Acción constante en una trayectoria); DEF (Definido); DEM (Demostrativo); DEI1 (Direccional translocativo (alejándose del punto de referencia)); DEI2 (Direccional cislocativo (acercándose al punto de referencia)); DIV (Acción que se hace por diversión); HAB (Habitual); IND (Modo indicativo); INM (Inmediato); INV (Construcción inversa); ITE (Iterativo); MOV (Movimiento); OP (Objeto primario); PART (Partícula oracional); PL (Plural gramatical); PROG (Progresivo); RE (Reversivo o iterativo); SG (Singular gramatical). 6 El hecho de que el tailandés lo haga mediante verbos completos y el mapuche mediante lexemas no invalida la afinidad. 7 Utilizo la denominación tipo y tipado, también popularizado como “type” y “token”, respectivamente. 8 Esta categoría incluye dos lexemas verbales: el verbo miyawü ‘andar’ y la forma verbal müleka ‘permanecer’, que se puede considerar según la definición de movimiento de Talmy (1985:85): “una situación que contiene movimiento o en la cual se mantiene una posición estacionaria”. 9 Este verbo no fue contabilizado en la estadística. 10 Datos para otras lenguas, distintas del mapuche, tomados de Zlatev y Yangklang (2003). 11 Los códigos M, C y D indican, respectivamente, verbos de Manera, Camino y Deixis. La sumatoria de los verbos en esta escena puede ser mayor a 100% porque el tailandés permite el uso simultáneo de más un lexema verbal en una cláusula, de forma similar al mapuche. 12 Equivalente al verbo aku ‘llegar acá’, se tiene puwü o powü ‘llegar allá’. Por otra parte, existen seis verbos compuestos por un lexema (ru o no) más un morfema deíctico (-pa, -pu o -me): rume o rupu ‘pasar hacia allá’, rupa ‘pasar hacia acá’, nome o nopu ‘cruzar agua hacia allá’, nopa ‘cruzar agua hacia acá’. No nos detendremos en las diferencias entre los morfemas -pu y -me. 2

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