Evaluando el registro arqueológico de Tierra del Fuego durante el Holoceno temprano y medio

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Descripción

Evaluando el registro arqueológico de Tierra del Fuego durante el Holoceno temprano y medio Flavia Morello1, Luis Borrero2, Jimena Torres1, Mauricio Massone3, Manuel Arroyo4, Robert McCulloch5, Elisa Calas6, Marcela Lucero6, Ismael Martínez6 y Gabriel Bahamonde1

A B S T R A C T The first results of a research focused on the evolution of human terrestrial colonization in Tierra del Fuego during the Holocene are presented. Emphasis is given to moments before 2000 BP, focusing on the integration of a new methodological strategy to approach the detection of archaeological sites for this period.

INTRODUCCIÓN Con posterioridad a los 8000 años AP, la apertura del estrecho de Magallanes genera la insularidad de Tierra del Fuego con una barrera biogeográfica que habría aislado a los primeros grupos humanos registrados hace ca.10,500 años AP en la Cueva Tres Arroyos 1 (Massone 2004). El poblamiento del Norte de la isla comienza durante el Tardiglacial pero el desarrollo posterior es menos claro, con eventos puntuales y discontinuos de ocupaciones de cazadores terrestres, uno discutido, del Holoceno temprano (Marazzi 1, niveles inferiores), y otros del Holoceno medio-tardío, siempre yacimientos costeros (Morello et al. 1999; Salemme y Bujalesky 2000; Salemme et al. 2007). Aquí se presentan los resultados preliminares de un proyecto enfocado al estudio del proceso de colonización terrestre de Tierra del Fuego durante el Holoceno, con énfasis en momentos anteriores

a los 2000 años AP, periodo en que el registro arqueológico es abundante y variado, interpretado como un aumento demográfico con ocupación efectiva de todos los ambientes de la isla (Borrero 1989-90). Se presenta la información recopilada en los primeros dos años de investigación del proyecto FONDECYT 1060020 “Arqueología de cazadoresrecolectores de Tierra del Fuego: el proceso de colonización y el factor de aislamiento geográfico, durante el Holoceno temprano y medio”. Nos concentraremos, en el modo que se ha integrado una nueva estrategia metodológica para la búsqueda de sitios arqueológicos y los resultados obtenidos, hasta el momento.

1 CEQUA y Centro de Estudios del Hombre Austral, Instituto de la Patagonia, Universidad de Magallanes. Flavia. [email protected]. [email protected]. 2 DIPA - IMIHICIHU, CONICET. [email protected]. 3 Museo de Historia Natural de Concepción, DIBAM. [email protected]. 4 Centro de Estudios del Hombre Austral, Instituto de la Patagonia, Universidad de Magallanes y McBurney Institute - [email protected]. 5 School of Biological & Environmental Sciences, University of Stirling. [email protected]. 6 Depto. Antropología, Universidad de Chile. [email protected], [email protected], [email protected]. Morello et al.

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METODOLOGÍA El diseño de prospección ha sido planeado en múltiples etapas, con un marco interdisciplinario de estudios, y combinando dos tipos de estrategias de prospección, que incluyen muestreos sistemáticos y guiados, dependiendo de las características de los sectores de muestreo. Las etapas de prospección se pueden sintetizar en tres fases generales: -Inspección geomorfológica y estudios geoarqueológicos: evaluación en terreno de los antecedentes, identificación de geoformas presentes en el paisaje actual y su cronología relativa (tefracronología y otros depósitos estratificados de fecha conocida). Incluye el estudio de procesos de formación de depósitos naturales y culturales utilizando de manera complementaria enfoques tafonómicos y geoarqueológicos, y discutiendo su relación con las reconstrucciones paleoambientales y la preservación de registro arqueológico observado y potencial. -Prospección superficial en áreas en las que no se ha desarrollado este tipo de survey. Guiadas y

con muestreo sistemático. -Prospección sub-superficial sistemática (sondeos, pruebas de pala y barrenos): en sus primeras fases de aplicación se ha buscado evaluar el desempeño de distintos sistemas de muestreo subsuperficial en condiciones controladas. En ambas prospecciones se insertan nuevos procedimientos de evaluación tafonómica de casos específicos, enfocándose a procesos de formación del registro, su integridad y potencial de conservación, y, también, estudios geoarqueológicos puntuales. Las áreas estudiadas en los dos primeros años del proyecto son: a) Área discontinua asociada a la costa de la transgresión marina del Holoceno medio, entre punta Catalina y bahía Inútil, en la zona Norte y Oeste de Tierra del Fuego: prospección sistemática. b) Sector de bloques erráticos al sur de bahía Inútil, entre río Torcido y Cameron: prospección guiada.

RESULTADOS Terrazas marinas del Holoceno medio Reconocimiento geomorfológico La inspección geomorfológica se concentró considerando los antecedentes existentes, en las zonas de Puerto Percy, bahía Lee, Punta Catalina, Porvenir Norte (costa del Paso Ancho y laguna Verde) y Porvenir sur (Cabo Monmouth y el río Santa María) (Figura 1). El sector de Puerto Percy, península Juan Mazía, se visitó con el objeto de identificar y tomar muestras de sedimentos de depósitos marinos de Holoceno medio (De Muro et al. 1996b). Los perfiles expuestos en la barranca costera1 presentan una secuencia que abarcaba la totalidad del Holoceno: Arena café, que corresponde a suelo de tiempos tardíos. Capa de arena gris, gravas, guijarros y conchas que corresponden a la formación de una terraza marina del Holoceno medio. Arena gris oscura del Holoceno temprano, a juzgar por su ubicación bajo los depósitos marinos de la transgresión (ca. 6000 AP) y por sobre la tefra del Reclus (Figura 2). Tefra del volcán Reclus, ca. 12,600 años AP. Sedimentos de finales del Pleistoceno, origen glacial. Aunque no se registra material arqueológico en 1076





superficie o en el perfil, se realizó una prospección sub-superficial guiada al sector. En otras localidades con antecedentes de geoformas marinas, como bahía Lee, Punta Catalina y cabo Monmouth, se identifican como rasgos erosivos las terrazas marinas de la transgresión del Holoceno medio y otras antiguas terrazas glaciolacustres, de antigua data en Punta Catalina, y en el rango de la última glaciación en los otros sectores. Estas geoformas fueron prospectadas de manera sistemática en la siguiente etapa de prospección arqueológica superficial. La zona de Porvenir Norte permitió registrar una sucesión de entre dos y cuatro terrazas de distinto origen, las que según su altitud y naturaleza de los sedimentos se identificaron como de origen marino holocénico (ca. 5-6 m s.n.m.) o glaciolacustre, comparando en terreno con el mapeo geomorfológico realizado por De Muro et al. (1996a). En términos geomorfológicos se siguen por decenas de kilómetros las formaciones, siendo muy clara en ciertos sectores la transgresión del Holoceno medio, debido a la presencia de depósitos marinos en los acantilados y a una altura entre 3 y 6 m s.n.m. En este recorrido se registraron varios sitios arqueológicos en estas terrazas altas, por sobre

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Figura 1. Tierra del Fuego y las zonas estudiadas. 1) bloques erráticos 2) terrazas marinas del Holoceno medio.

Figura 2. Perfil expuesto en Puerto Percy 1. Morello et al.

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los 6 m s.n.m. Las observaciones realizadas en los yacimientos arqueológicos refuerzan las de los depósitos naturales: buena preservación de depósitos y alta cubierta vegetal. Aunque esto redunda en la baja visibilidad del sector, hay agentes que están actuando para dejar materiales arqueológicos en superficie en áreas acotadas (e.g. corureras activas y abandonadas). Siguiendo el mapa geomorfológico de De Muro et al. (1996a), se inspeccionaron las lagunas ubicadas al norte de Porvenir, en especial Laguna Verde, posible paleo-bahía durante la transgresión marina del Holoceno medio. No obstante, la ausencia de depósitos marinos y por estimación de la altitud, se concluye que el mapa geomorfológico está errado en extender estas terrazas de segundo orden al interior de Laguna Verde2. La misma actividad de identificación de geoformas y evaluación de visibilidad/potencial estratigráfico de estas terrazas se desarrolla entre cabo Monmouth y el sur del río Santa María. El sur de cabo Monmouth se presentó como un área especialmente interesante por la suma de registro arqueológico en terrazas altas (probablemente glaciolacustres), buena preservación de depósitos y perfiles expuestos con secuencias paleoambientales de interés. Prospección superficial La prospección en distintos segmentos de la costa norte y noroccidental de Tierra del Fuego buscaba explorar las geoformas asociadas a la transgresión marina del Holoceno medio, en sectores no prospectados anteriormente (Massone 1997; Massone et al. 2003). Se recorrieron a) Sector entre cabo del Espíritu Santo y punta Catalina, boca oriental del estrecho de Magallanes; b) sector de punta Espora, Primera Angostura; c) un segmento de bahía Lee, próximo a la Segunda Angostura y sector entre punta Zegers y la localidad de Puerto Percy; y d) el sector costero cercano a Porvenir, ubicado al norte de Punta Palo, y la zona delimitada entre el cabo Monmouth y el río Santa María, al sur de Porvenir (Figura 1). La prospección superficial fue utilizada como base para planificar la fase de prospección subsuperficial. Por lo que, además del registro arqueológico, la prospección superficial incluyó una evaluación por localidad de las geoformas costeras, en especial la visibilidad de cada sector y el potencial estratigráfico. Los resultados permitieron registrar 71 hallazgos, 44 sitios arqueológicos y 27 concentraciones más de restos culturales (sensu Borrero y Lanata 1992). Cabe llamar la atención sobre los escasos ar1078





tefactos tipológicos diagnósticos de cronología relativa, que además son poco abundantes en el registro. En su ausencia y ante la falta de indicios estratigráficos, consideramos que no es posible generar criterios para diferenciar sitios arqueológicos anteriores al Holoceno tardío a priori. Por esto, hemos privilegiado una estrategia de datación extensiva, jerarquizando los sitios en relación a la disponibilidad de muestras idóneas, asociadas a contextos culturales en estratigrafía. En la práctica, durante la prospección superficial, se encontró sólo una pieza de cronología diagnóstica, probablemente de inicios del Holoceno tardío, un fragmento de punta lítica lanceolada y denticulada detectada en el sitio Cabo Monmouth 22, y similar a las bifaces registradas en Ponsonby y Lancha Packewaia. Otro elemento considerado diagnóstico son puntas pedunculadas pequeñas del tipo “Ona” -asociadas al uso de arco y flecha- (Bird 1993) y artefactos en vidrio, como el caso de una bifaz detectada en el sitio Lago Vergara E24. Tafonomía Cabo Monmouth y Porvenir Norte Se realizaron observaciones sobre restos de cetáceo desarticulados ubicados en las costas cercanas al cabo Monmouth y al norte de bahía Chilota. Las condiciones para enterramiento son muy malas en los niveles aterrazados altos cercanos al cabo. Se destaca una mandíbula y unos fragmentos de cetáceo de gran tamaño al pie de una morena, bastante lejos de la costa. Dado que los fragmentos craneanos, incluyendo las mandíbulas, son los que tienen mayor fidelidad al lugar de varamiento, se puede sostener sobre la base del sustrato no marino que se trata de restos transportados. Muy cerca, sobre la morena, hay escasos materiales arqueológicos. Al norte de bahía Chilota el sitio arqueológico Porvenir Norte 19 se ubica parcialmente sobre una terraza marina del Holoceno medio y con un sector sobre terraza glacio-lacustre, protegido por suaves lomadas. Las condiciones topográficas hacen sostenible que los restos de cetáceo y de pinnípedo reconocidos en el sitio no sean resultado de mezcla post-depositacional. En el sitio Porvenir Norte 26, ubicado un poco más al sur, también hay restos de cetáceo. Nuevamente, las condiciones sugieren depositación cultural. Las costas tampoco acumulan restos de mamíferos marinos. Los escasos restos de cetáceo recuperados lejos de los sitios arqueológicos no pudieron depositarse como resultado de la dinámica actual del sistema marino, por lo que exigen la intervención de algún agente de transporte moderno -seguramente humano- o son testigos de un estado anterior de las

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costas. La situación contextual sugiere que se trata En resumen, para la micro-región de cabo Mondel primer caso. mouth y Porvenir Norte, es claro que la zona de depositación de materiales mezclados por excelencia Cabo Monmouth 20 es al pie de las barrancas, en una situación fácilmenSe trata de una extensa localidad que presenta, te determinable como secundaria. El destino de esen distintos sectores, concentraciones de materia- tos materiales no es sólo el de mezclarse en nuevas les líticos y óseos. Hay evidencias de mucha acti- asociaciones secundarias, sino eventualmente ser vidad de roedores. Por debajo se ha identificado lavados por el mar. Por otra parte, en este sector, al una tefra del Reclus. Las condiciones de hallazgo alejarse de la costa también aumentan los riesgos se prestan a algún proceso de mezcla. Se observa- de contaminación, pues es muy fuerte la actividad ron rocas estalladas en las cercanías del sitio Cabo de Ctenomys sp. Sin embargo, no parece existir Monmouth 6. También se realizaron observaciones mucha evidencia arqueológica allí. En los casos en tafonómicas sobre restos de pinnípedos prove- los que la señal arqueológica se superpone con esta nientes de sitios arqueológicos. Las carcasas que zona de actividad de roedores, hay huesos enterraeventualmente puedan depositarse en estas costas dos en posición vertical. En otras palabras, las poestán expuestas a fuertes marejadas, que las de- sibilidades de que la mezcla reciente haya afectado ben remover fácilmente, como ha ocurrido con los mucho a los conjuntos de cabo Monmouth son baejemplares de Otaria de Cabo Vírgenes o los dos ca- jas. sos de carcasas de ballenas francas de cabo Espíritu Santo (Borrero et al. 2009). La ausencia de huesos Bahía Inútil, sur desarticulados es interesante, dada la abundancia La erosión retrocedente en las barrancas del sur de basura traída por las corrientes. Se registró la de la bahía es muy notable, exponiendo casi totalpresencia de escasos restos de cetáceo, que pre- mente la tefra del Reclus. Este proceso, ha llevado sentan fracturas poligonales, semejantes a las de- al desprendimiento de la barranca en bloques y tiefinidas como resultado de meteorización (Borella ne un alto potencial de exposición de materiales ar2004). Parte del material arqueológico y al menos queológicos, por sobre los límites de la distribución un húmero de pinípedo se ubica en superficie sobre de la tefra. un sector que contiene, en estratigrafía, una turba En una situación similar, en Río Torcido se rey una tefra. De aquí provienen fechados radiocar- gistraron casos de caídas en bloque que expusieron bónicos de 5565 ± 40 (Ua-33946) y 2410 ± 35 (Ua- materiales arqueológicos, incluyendo huesos que 33947) años AP. muestran evidencias de re-exposición a la meteoAl norte de cabo Monmouth en general el suelo rización. Estas remociones en masa, muchas veces es poco penetrable, disminuyendo mucho las pro- incluyen materiales arqueológicos. Los materiales babilidades de mezcla con materiales recientes. que caen estrictamente al pie de la barranca tienEste tipo de mezclas sólo parece ocurrir en secto- den a ser cubiertos por los sedimentos -tanto eóres erosionados, para los que la detección de las licos como de desprendimientos posteriores de la mezclas se basa en criterios de completitud y colo- barranca- y quedan redepositados desordenadaración, incluyendo restos de ballenas y pinnípedos. mente. En otras palabras, al pie de la barranca se Dada la posición sobre la barranca, la mayor parte están formando numerosos sitios (acumulaciones de estos materiales son aceptables como resulta- discretas de materiales arqueológicos dictadas por dos de actividades humanas, aunque no posean la distribución de los bloques caídos) que carecen huellas de corte o patrones de fractura asociados de integridad. Los huesos presentan blanqueado con explotación humana. en el sector que se expuso primeramente, por lo El sitio Cabo Monmouth 3 contiene moluscos que manifiestan una condición que puede denoen capa y está localizado en una terraza muy alta. minarse “exposición pre-desbarrancamiento”, útil Hay huesos de pingüino, pinnípedo y guanaco en marcador en el corto plazo. A largo plazo esa difesuperficie, a veces con líquenes. Estas concentra- rencia se perderá en muchos huesos, excepto en ciones de huesos alternan con exposiciones de una aquellos que permanecieron demasiado tiempo en tufa lacustre, muy anterior, que en algunos casos esa posición previa a la caída, que en el largo plazo ha contribuido al teñido de los huesos. Los huesos sufrirán la destrucción de una de las epífisis. se han depositado con posterioridad a la tufa. Cabo Monmouth 5 está también localizado a Bahía Inútil, este cierta altura (ca. 30 m s.n.m.) e incluye numerosas Se exploraron los campos de dunas transversabolas, moluscos, huesos de pinnípedo, guanaco y les a las cabeceras de la bahía. Están parcialmente cánido. Se destaca la presencia de champa cubrien- vegetadas, con pequeños cuerpos de agua. Son dudo materiales. nas longitudinales, por lo que presentan un cierto Morello et al.

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grado de estabilidad. Hay condiciones adecuadas para el enterramiento de animales parcialmente articulados, debido principalmente a procesos eólicos y, más recientemente, a pisoteo por ganado vacuno, más la acción de coruros. Cerca de la costa aumenta notablemente el número de huesos en superficie. Solamente en la playa se registran huesos de mamíferos y aves marinos, incluyendo huesos largos de Aptenodytes sp. Las dunas desarrolladas sobre dos niveles aterrazados sucesivos, son más recientes que estos. En el fondo de la bahía sólo las dunas ofrecen cierta protección, además de agua y ejercen atracción sobre animales. Sobre la terraza glacial pueden esperarse ocupaciones con edades del Holoceno medio. Esta terraza ofrece mala visibilidad, pero las oportunidades de enterramiento y preservación son relativamente buenas. Puerto Percy y bahía Lee En Puerto Percy, han sido muestreadas tefras y valvas en barrancas con nidos de cormoranes y pozos de roedores que indican ciertas condiciones de mezcla. En bahía Lee se recorre un amplio sector que ha sido cubierto por las aguas de la transgresión del Holoceno medio. Ubicamos sectores por sobre esa cota en los que se encuentran algunos conjuntos arqueológicos. Hay hallazgos aislados, incluyendo restos óseos y líticos (Bahía Lee Lagunas 2) (Figura 4). Las observaciones tafonómicas no indican facilidad para el enterramiento de huesos modernos. Solamente en el sector que ha estado cubierto por las aguas se dan buenas condiciones de mezcla con huesos de guanacos modernos, básicamente por pisoteo. Lo mismo ocurre en bajos de Estancia Clarencia, más al sur. La actual lluvia de huesos modernos de mamíferos marinos en la costa es muy baja (P. Cardenas, comunicación personal 2006), lo que disminuye las posibilidades de contaminación actual en sitios del Holoceno tardío -como Bahía Lee 3- y, con más razón, durante el Holoceno medio, alejados de la costa y a cotas mayores. La única forma de prospección posible, al igual que en otros sectores, parece ser recorrer los terrenos de edad apropiada y utilizar criterios tradicionales de reconocimiento. La duración relativamente larga (unos 4000 años) de la transgresión permite esperar que los sitios estén marcados por la presencia de moluscos. En otras palabras, hubo tiempo suficiente para que las costas de la transgresión fueran biológicamente productivas.

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Prospección sub-superficial sistemática La prospección se enfocó sobre las geoformas identificadas como terrazas que corresponden al litoral disponible durante el Holoceno medio, teniendo como referencia de base las terrazas marinas identificadas y situadas alrededor de 6 m s.n.m. en estos sectores. Por sobre este nivel se observan terrazas glaciolacustres, depósitos morrénicos altos, drumlins y dunas interiores, entre otras geoformas que fueron inspeccionadas anteriormente y/o constan en referencias geomorfológicas (De Muro et al. 1993, 1996a; Bentley et al. 2005). La prospección superficial permitió seleccionar dos áreas de interés (Porvenir Norte y Cabo Monmouth), considerando la evaluación del potencial estratigráfico y la visibilidad de todos los sectores costeros. Además, estas localidades presentan un abundante registro arqueológico superficial, aspecto que permitió contrastar las observaciones superficiales con técnicas de muestreo sub-superficial. El potencial estratigráfico se consideró como una evaluación promedio del espesor de sedimentos en capa preservados sobre los depósitos glaciares finipleistocénicos y, por lo tanto, es un criterio que busca estimar el potencial de formación y preservación de depósitos del Holoceno. Además de la prospección sub-superficial sistemática se desarrollaron sondeos de diverso tipo en sitios arqueológicos registrados anteriormente, con el fin de mejorar su caracterización y buscar depósitos estratigráficos. Estos son considerados sondeos guiados por cuestiones particulares del registro arqueológico, y el objetivo es distinto al de la prospección sub-superficial que busca evaluar la metodología y técnicas usadas para el descubrimiento de sitios arqueológicos, no detectables con métodos tradicionales de prospección superficial, lo que incluye depósitos arqueológicos de baja o nula visibilidad superficial. Se implementaron dos técnicas de muestreo sub-superficial: pozos de sondeo de 50 x 50 cm y barrenos de 10 cm de diámetro3. Los dos tipos de sondeo fueron implementados sistemáticamente y de manera similar en las dos localidades con el fin de comparar los resultados. La prospección sub-superficial sistemática incluyó 10 transectas de 250 m de largo, con puntos de muestreo cada 50 m, llegando a 6 puntos por transecta. En cada punto se realizaron un sondeo y dos barrenados, a 5 m a cada lado del punto de sondeo. La selección de la ubicación de cada transecta consideró tres criterios: a) correspondencia exacta con las áreas de la prospección superficial; b) que uno o varios de los puntos de una transecta intercepte o pase sobre el área de un sitio arqueológico ya registrado por observaciones de superficie,

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y c) variabilidad de condiciones ambientales, principalmente dadas por aspectos geomorfológicos y topográficos. Una de las principales dificultades de implementar este tipo de prospección es el tiempo y los recursos necesarios para dar una buena intensidad y cobertura al estudio. No obstante, el énfasis principal de esta prospección sub-superficial fue poner en marcha y evaluar el desempeño de este tipo de prospección de manera comparativa, ya que las características de los sectores de Porvenir Norte y Cabo Monmouth demostraban que la detección de hallazgos arqueológicos era en todos los casos realizable vía prospección superficial clásica. Aunque la visibilidad en ambas localidades era predominantemente baja a mediana, con buenas expectativas de preservación de depósitos arqueológicos, el material cultural también se detectaba en superficie aunque en poca densidad. Los principales agentes de transporte o erosión registrados fueron: la acción de roedores, ovejas, el perfil de erosión de la barranca costera y las huellas vehiculares. Entonces, contábamos con un registro arqueológico relativamente bien controlado y conocido a partir de los restos detectados en superficie, por lo que usamos esta información para comparar y evaluar la metodología sub-superficial, y testear si el método permitiría detectar las eventuales concentraciones o sitios arqueológicos estratificados. Los resultados de las transectas realizadas en Cabo Monmouth indican que en los 35 puntos de muestreo sub-superficial (6 transectas), 22 interceptaron sitios arqueológicos, 20 estaban registrados previamente en la prospección superficial y 2 pozos de sondeo detectaron material cultural en estratigrafía, sin que previamente se detectaran en superficie. De los 22 sitios interceptados, el 59% (n=13) de los pozos de sondeo registró material cultural en capa (artefactos y ecofactos), y por lo tanto podríamos decir que detectaron los yacimientos. En cambio, el 27% de los barrenos detectó materiales en estratigrafía, pero hay que considerar que en 9 puntos de muestreo (casi 40% de los puntos) no se utilizó esta técnica por problemas de equipo. Entonces, si consideramos solamente los 17 puntos de muestreo en los que sí se realizó tanto un pozo de sondeo como los barrenados, los resultados indican que un 46% de los barrenados permitió detectar los sitios arqueológicos interceptados (13 puntos de muestra). En el sector Porvenir Norte se realizaron 4 transectas. Los resultados indican que de los 24 puntos de muestreo, 20 interceptaron sitios o concentraciones arqueológicas y en 50% de estos puntos se detectó material cultural en el pozo de sondeo standard. Esto incluye 2 áreas en que no se había

observado material en superficie y en la que sí se registraron restos culturales en capa. En el caso de los 20 puntos de muestreo con barreno, 16 interceptaron restos arqueológicos, 25% de estos fue detectado en barreno 1 y 38% en barreno 2. Notamos igualmente en esta localidad un único caso en que se registró material en un pozo de barreno pero no en el sondeo de 50 x 50 cm del mismo punto de muestra. Sondeos en Sitios Arqueológicos Una serie de pozos de sondeos fueron realizados en sitios arqueológicos con el objeto de recopilar información estratigráfica y materiales en capa, para fechar. Puerto Percy 1 Este lugar de gran interés para las reconstrucciones paleoambientales fue foco de una búsqueda guiada para evaluar la posibilidad de detectar hallazgos arqueológicos enterrados, en las capas del Holoceno temprano y medio (transgresión marina). Para ello se realizaron pozos de sondeo y/o barrenado cada 5 m, harneando todo el material extraído. En total se realizaron 4 sondeos de 100 x 50 cm y 9 barrenados (Figura 3). El resultado de los pozos es acorde a lo observado en la estratigrafía de los perfiles expuestos, con los sedimentos arenosos de color plomizo del Holoceno temprano a bastante profundidad. Debemos señalar igualmente que fue difícil excavar la capa de la transgresión marina del Holoceno medio pues se presentaba como un estrato de conchas muy compacto y en algunos sectores con grandes guijarros. El estrato del Holoceno tardío, post-transgresión marina, se asocia a la formación del suelo actual, compuesta de arena café, gravas y abundantes raicillas. El pozo S1 llegó a 164 cm, estéril en términos culturales (Figura 3). En el sondeo S2 se detectó material lítico en la capa superior. Corresponden a lascas ubicadas a 24 y 54 cm en la capa que corresponde al Holoceno tardío. El pozo S3 llegó a 163 cm, también estéril. Los 9 barrenados realizados en los ejes C y D tampoco registraron material cultural en estratigrafía. Por último, en el pozo de sondeo S4 se registró a 60 cm un fragmento de lasca interna, pero por su profundidad y al ser un hallazgo aislado, no se puede descartar su caída de capas superiores del perfil de excavación. Se llegó a depósitos glaciales a 132 cm. Los sondeos, entonces, permitieron dar cuenta de un sitio arqueológico de poca densidad que pasó desapercibido a las observaciones superficiales y de perfiles expuestos. Morello et al.

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Figura 3. Croquis de Puerto Percy 1 y pozos realizados.

A estos sondeos debemos agregar los resultados del pozo de sondeo (30 x 35 cm) realizado en una campaña anterior, el que resultó positivo, detectándose dos restos líticos entre 10-20 cm de profundidad (1 fragmento distal lasca interna y 1 desecho). En general en los barrenados se registró una lasca (1 hasta 3-4). Los restos líticos (desechos) enterrados en los primeros centímetros del pozo y hasta -10 cm, también presentan estados de conservación distintos, con piezas bastante patinadas. Estas pátinas y meteorización diferencial de piezas enterradas indican lo complejo de los procesos postdepositacionales de erosión y re-enterramiento que han sufrido los materiales del yacimiento. El Pozo 2 es muy similar en matriz y contexto, distinguiéndose con el registro de un rasgo en un área acotada. Se trata de un reducido lente de arena de un color más oscuro, con fragmentos de carbón y una concentración de conchas quemadas (choritos y mauchos). Podría tratarse de los restos de un rasgo de combustión. Se recolectaron todos los restos de conchas. El rasgo se extiende entre los -10 y -26 cm de profundidad. Una muestra de conchas (Mytilus edulis chilensis) de este rasgo se dató en 1600 ± 50 años AP (Beta-235774). Bloques Erráticos (Río Torcido – Cameron) El reconocimiento geomorfológico de esta zona se basó en los antecedentes geomorfológicos entregados por Bentley et al. (2005). Prospección superficial e inventario La prospección guiada al sur de bahía Inútil permitió evaluar el comportamiento de los depósitos estratigráficos asociados a un gran número de bloques erráticos ubicados en las cercanías del camino a Cameron y su potencial arqueológico. Se registra-

ron 262 bloques, denominados consecutivamente BIS 1 a 2626. En 139 de estos se evaluó el potencial estratigráfico, ya sea por pruebas de pala o a partir de los perfiles expuestos. En los restantes 122 se decidió no realizar evaluación estratigráfica, ya sea por el tamaño de los bloques, la altura poco significativa de éstos, el bajo potencial estratigráfico constatado en bloques muy adyacentes, la ausencia de materiales arqueológicos en bloques colindantes, o un conjunto de estos factores. La mayoría de los bloques sin prospección subsuperficial presentan un tamaño mediano (75 bloques), es decir en el rango de más de 2 m y menos de 6 m. El resto son de tamaño pequeño (n=39), 7 grandes y 1 muy grande. En cuanto a los bloques evaluados estratigráficamente la mayor parte presentó un buen potencial estratigráfico (n=64), es decir, con más de 50 cm de depósito. Casi en igual proporción se encontraron los depósitos con potencial mediano (n=61, depósitos entre 30-50 cm profundidad). Bloques con hallazgos arqueológicos De la totalidad de bloques registrados el 12,9% (n=34) presentó registro arqueológico asociado. Además se desarrollaron 11 pozos de sondeos dirigidos a los bloques con mejor potencial estratigráfico cultural y/o natural. Por otro lado, podemos observar que los resultados de hallazgos culturales se asocian tanto a bloques grandes como medianos y en menor medida a muy grandes. En el caso de los bloques pequeños no se hallaron materiales culturales asociados. En cuanto al tipo de depósito arqueológico, cabe destacar la cantidad importante de depósito arqueológico (n=15) que fueron detectados sólo a partir de pruebas de pala, ya que a nivel superficial no se hallaron evidencias. No obstante, hubo conjuntos arqueológicos que sólo presentaron evidencia superficial (n=10), lo que fue constatado a partir de pruebas de pala. Por último, también se hallaron bloques con depósitos tanto superficiales como estratigráficos (9). En síntesis, el 74% (n=24) de los sitios de bloques erráticos presentaron depósitos estratigráficos, lo que constituye un porcentaje muy significativo. Con relación a esto la cobertura vegetal cumplió una función decisiva en la preservación de los depósitos, ya que los contextos presentan en general una buena cobertura vegetal principalmente conformada por praderas con arbustos y en menor medida praderas bajas o vegas. Asimismo, la visibilidad en la mayoría de los casos fue nula a mediana. Cabe destacar que los bloques con mejor potencial estratigráfico, tanto total (considerando depósito estéril hasta el techo del depósito glacial) Morello et al.

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Figura 7. Vista de la pequeña cueva de Marazzi 13, Bloque de la Obsidiana.

como cultural, se concentraron sobre la terraza ubicados sobre los sistemas morrénicos. La vegemarina alta al noroeste del camino a Cameron. tación y la ausencia de erosión, permitió una buena preservación de los depósitos estratigráficos. Pozos de sondeo Se identificaron, igualmente, varias concenConsecutivamente a la etapa de registro y pros- traciones ubicadas a cielo abierto, entre bloques pección sub-superficial, se realizaron pozos de son- erráticos, y sobre la terraza alta, los que presentan deos de 50 x 50 cm dirigidos a los contextos con altas posibilidades de contar con buen potencial esmejor potencial. Así, se sondearon 11 bloques y se tratigráfico, a juzgar por observaciones en perfiles dataron restos de guanaco asociados a restos líticos expuestos. en BIS46 El Hediondo, obteniendo un resultado de Además, a nivel metodológico, fue necesaria la 1470 ± 35 años AP (SUERC-18279); y el sitio BIS63 evaluación estratigráfica por medio de pruebas de Los Maderos, que arrojó una datación de 4345 ± 35 pala7 para la detección de sitios ya que muchos preaños AP (SUERC-18282). En ambos casos, los blo- sentaban visibilidad mala o nula por la vegetación. ques se ubicaron sobre la terraza alta (barranca). Los bloques con registro arqueológico presenTambién se enviaron a fechar otras muestras de taron escasos materiales y baja diversidad. Por el bloques erráticos asociadas a evidencias antrópi- contrario, los escasos contextos registrados a cielo cas, como es el caso de BIS41 que dio un fechado abierto presentaron mayor variedad y abundancia tardío de 935 ± 35 años AP (SUERC-18283 ) y otros de materiales y rasgos. dos sitios al aire libre, ubicados en terrazas cercanas a la costa y con perfiles expuestos sobre la barranSitio Marazzi 13, Bloque de la Obsidiana ca: el sitio La Ballena 2 dio un resultado de 740 ± 35 En la pequeña cueva ubicada en el sector sur del años AP (SUERC-18281) y el yacimiento Taca Taca Bloque de la Obsidiana, de donde se habían recogiSur una fecha de 2970 ± 130 años AP (GX-33013). do en superficie lascas de obsidiana negra (Pampa En general, la información recopilada muestra del Asador, Stern 2004) y una lasca de obsidiana que los bloques ubicados al noroeste del camino a verde (Otway-Riesco), se realizan sondeos sisteCameron presentan mayor potencial estratigráfi- máticos hasta completar una trinchera de casi 2 x co y cultural que los del interior, especialmente los 0,50 m de ancho (Figura 7). El objetivo de esta ex1086





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cavación era mejorar el conocimiento del contexto de hallazgo de estos restos líticos y encontrar asociado material para datar. Los hallazgos arqueológicos se encuentran todos en los primeros 10 cm de excavación (Figuras 8 y 9). La cuadrícula B10 resultó estéril.

Figura 8. Sitio Marazzi 13, unidades excavadas en la cueva.

Cuadrícula C10: fragmento de lasca de obsidiana negra y otra de materia prima indeterminada. Escasos fragmentos de carbón. Se encuentra pozo de sondeo realizado en el año 2000. Cuadrícula D10: fragmento de lasca de obsidiana negra y escasos fragmentos de carbón. En el perfil Este se registra un delgado y pequeño lente de sedimento carbonoso y bajo éste un lente algo más extenso de ceniza (Figura 9). Se toman muestras para fechar del lente carbonoso que arrojan una edad radiocarbónica de 3930 ± 40 años AP (Beta-243210). Cuadrícula E10: se recolecta un fragmento de lasca interna de roca indeterminada. Se realizan dos sondeos exteriores, de 30 x 30 cm, ubicados en las cercanías de la pared este del bloque, resultado estériles. En fin, también se realizó un pozo de sondeo de 1 m2 en el sitio Marazzi 2 - Río Torcido (Calas y Lucero 2009). Tafonomía Las observaciones tafonómicas realizadas en un sector de bloques erráticos de la zona interior del río Marazzi, indican escasas posibilidades de mezcla reciente. En algunos casos, como en el Bloque de la Obsidiana, se registran restos de guanacos muertos recientemente en superficie. No obstante, se han reconocido condiciones de preservación excepcional para sitios en algunos bloques interiores. La prospección superficial y sub-superficial de los bloques erráticos ubicados entre río Torcido y Cameron presenta una expectativa diferente de depósitos estratigráficos profundos, lo que preliminarmente podría relacionarse con aspectos geomorfológicos locales y su cronología.

Figura 9. Perfil Este de las unidades excavadas en Marazzi 13, incluyendo el rasgo datado (Lente Z) en 3930 años AP. Morello et al.

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Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

Geoarqueología Un conjunto de observaciones nos permitió ampliar considerablemente la perspectiva de los estudios geoarqueológicos en curso. Se puso especial énfasis en el estudio en terreno y muestreo para análisis de laboratorio de dos dimensiones complementarias del registro paleo-paisajístico. (1) Por una parte, y de manera más intensiva, se abordó el estudio de sedimentos estratificados expuestos por las excavaciones arqueológicas. El principal objetivo de estos estudios se plantea cómo reconstruir los procesos de formación de sitios desde una perspectiva geoarqueológica, es decir, contextualizar la depositación, preservación y destrucción de vestigios materiales; relevar y caracterizar antiguas superficies de ocupación; y situar las dinámicas responsables de estos procesos en las trayectorias regionales de evolución del paisaje. (2) Se consideró, de manera más extensiva, el estudio de los paleosuelos que se observan en el área de estudio: relevamos un número importante de horizontes enterrados en una transecta que se extiende a lo largo de aproximadamente 250 km lineales de costa. Tenemos la certeza que todos estos paleosuelos se han desarrollado encima de facies glaciales finipleistocénicas. Ello implica que la gran mayoría de ellos data de distintos momentos del Holoceno, hipótesis respaldada por otros estudios de paleosuelos en la región (e.g. Favier-Dubois 2003; McCulloch et al. 2005). Dado que los paleosuelos identifican momentos de stasis en las dinámicas geomorfológicas, su estudio es de gran interés para comprender la evolución de los paisajes que fueron habitados por las antiguas comunidades humanas de la isla; enriquecer otros aspectos de los estudios de formación del registro arqueológico en la región (e.g. Borrero 2007) y establecer un diálogo interdisciplinario entre los estudios de paleo-ecología y

dinámicas glaciales (McCulloch 2007) y los estudios arqueológicos propiamente tales. En su conjunto, las observaciones sintetizadas ilustran que los estudios geoarqueológicos ofrecen una especial oportunidad para comprender mejor tanto los procesos de formación del registro arqueológico de Isla Grande como las dinámicas de evolución del paisaje fueguino a lo largo del Holoceno. Las relaciones crono-estratigráficas del conjunto de paleosuelos relevados durante los últimos dos años sugieren que esta región presenta un conjunto de superficies enterradas de diferente antigüedad. Algunas de éstas atañen precisamente a momentos poco conocidos de la historia del poblamiento y ocupación de la región. Su presencia en sedimentos con vestigios arqueológicos alienta una mejor comprensión de sus características como manera de abordar el registro arqueológico de estas ocupaciones. En la actualidad sólo se cuenta con la siguiente información parcial de paleosuelos, su potencial uso como cronología relativa y su relación con condiciones climáticas más benignas (humedad relativa) hacia finales del Holoceno medio (ca. 5500 años AP): Cabo Monmouth 20, fechado directo de paleosuelo: 5565 años AP. Marazzi 1 (Sector 3), corresponde estratigráficamente al contexto datado en 5570 años AP (Laming-Emperaire et al. 1972). Marazzi 2-Río Torcido registra un estrato que corresponde a un paleosuelo enterrado bajo el conchal antrópico datado en 2745 años AP (fecha mínima, Morello et al. 1998). Cabo Monmouth 5, paleosuelo de más de 1460 ± 40 años AP (fechado de conchal antrópico, Beta240942) pues el contexto fechado está inserto en una formación de dunas que sobreyace al paleosuelo.

DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES La implementación de nuevos métodos de descubrimiento de sitios y restos arqueológicos anteriores a los 2000 años AP ha sido puesta en marcha en el marco del presente proyecto. Los primeros resultados obtenidos muestran un aumento en la riqueza de información y además la cantidad de datos nuevos que se generan con un diseño de prospección de múltiples etapas, en el marco de un estudio interdisciplinario. La información es cada vez más detallada, mejorando notablemente la eficiencia del estudio en terreno, para obtener una buena relación de intensidad y cobertura en las zonas con el mejor potencial de información, para las proble1088





máticas planteadas en el proyecto. El estudio geomorfológico realizado previamente a la prospección arqueológica fue de suma importancia para delimitar los lugares disponibles durante el Holoceno medio (y en menor grado del Holoceno temprano) en la costa norte y noroccidental de Tierra del Fuego. La prospección sub-superficial permitió generar una primera evaluación de la metodología, comparando la información del registro superficial y subsuperficial, con casos controlados de yacimientos arqueológicos conocidos y delimitados según información de superficie y perfiles expuestos.

Evaluando el registro arqueológico de Tierra del Fuego durante el Holoceno temprano y medio

Los resultados de dicha comparación indican que los pozos de sondeo son muy adecuados para la detección de depósitos culturales enterrados, pero tienen una clara limitante en cuanto a la profundidad alcanzable y el tiempo requerido para su realización. En la localidad de Cabo Monmouth se demostró la eficacia de los sondeos con barreno para detectar registro arqueológico en estratigrafía, pudiendo llegar a profundidades considerables en poco tiempo. Pero como observación general debemos señalar que existe menos control sobre la mezcla de materiales y sedimentos caídos de los bordes, debido a la misma acción giratoria del barreno. Los porcentajes de interceptación de sitios en la prospección sub-superficial en Porvenir Norte son algo más bajos, pero igualmente satisfactorios. Los esfuerzos por datar contextos culturales asociados a estas localidades costeras disponibles durante el Holoceno medio -e inicios del tardío-, sobre el nivel marino transgresivo, han dado resultados positivos, con ocupaciones humanas que fluctúan entre 5500 y 2900 años AP. Igualmente, fueron positivos los análisis de dos abrigos rocosos en bloques erráticos de bahía Inútil. En cuanto a estas localidades de bloques erráticos de bahía Inútil, la información recopilada permite observar que los bloques ubicados al noroeste del camino a Cameron presentan mayor potencial estratigráfico y cultural que los bloques interiores (sureste), especialmente los ubicados sobre los sistemas morrénicos. Junto con el potencial estratigráfico como indicador, la cobertura vegetacional y su relación con la medición de la visibilidad de una localidad fueron variables pertinentes para determinar zonas con buena preservación de los depósitos estratigráficos. Se identificaron, igualmente, varias concentraciones ubicadas a cielo abierto, entre bloques erráticos, y sobre la terraza alta de origen glaciolacustre, los que presentan altas posibilidades de contar con buen potencial estratigráfico. Además, a nivel metodológico, fue condición necesaria la evaluación sub-superficial (pruebas de pala) para la detección del registro arqueológico asociado, ya que muchos presentaban visibilidad mala o nula por las características de la vegeta-

ción. En general, los bloques con registro arqueológico presentaron escasos materiales y baja diversidad. Por el contrario, los pocos contextos registrados a cielo abierto presentaron mayor variedad y abundancia de materiales y rasgos. A nivel metodológico, los pozos de sondeos en sitios arqueológicos de ambos sectores también sirvieron para discutir la eficiencia de las dos técnicas de muestreo sub-superficial evaluadas: pozos de sondeo y barrenos. El caso del sitio Bahía Lee Lagunas 2 y Cabo San Vicente I son muy positivos por cuanto más de la mitad de los barrenos permitieron detectar material en capa, incluso cambiando la percepción inicial de bahía Lee de una concentración de materiales superficiales dispersos, a un sitio con bastante potencial estratigráfico. En los otros sondeos guiados los resultados comparativos entre registro superficial y estratigráfico son similares a los obtenidos en la prospección sub-superficial sistemática. Es evidente que la capacidad de detección de yacimientos arqueológicos en estratigrafía por parte de los sondeos (pozos y barrenos) se relaciona con la densidad de materiales en cada yacimiento. Lamentablemente en la prospección superficial no fue posible cuantificar esta variable, al igual que otras relacionadas, como la distribución espacial de estas distintas densidades de registro. Esperamos en el futuro generar herramientas metodológicas para discutir este aspecto y su injerencia en los resultados de las metodologías de prospección. En fin, como conclusión, creemos que con los resultados recopilados, los pozos de barreno tendrían la relación más conveniente entre eficacia y detección de sitios arqueológicos. Pensamos especialmente en su aplicación futura en zonas de visibilidad nula, y en las que haya predominio de depósitos culturales enterrados (potencial estratigráfico mayor a 50 cm de profundidad), y/o en los que no se observe registro arqueológico superficial. El balance realizado de los datos obtenidos en estos dos años tiende a positivo y permite generar importantes expectativas de avance en el conocimiento del poblamiento del Holoceno medio-tardío de Tierra del Fuego.

AGRADECIMIENTOS El presente estudio fue posible gracias al financiamiento de los Proyectos FONDECYT 1060020, e Incentivo a la Cooperación Internacional 7070071 y 7060304. Además agradecemos al Centro de Estudios del Cuaternario (CEQUA) por el financiamiento de algunos análisis y dataciones. Igualmente, apreciamos la colaboración de los funcionarios de ENAP Magallanes de Cerro Sombrero, a René Milicevic y familia, y Carmen Hevia. A Manuel San Román y Jr. por su apoyo incondicional. Morello et al.

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Arqueología de la Patagonia - Una mirada desde el último confín

NOTAS 1 . La altura de la superficie superior de la barranca es de aproximadamente 4 m sobre la playa actual y aproximadamente 5 m s.n.m. 2 . Las terrazas de segundo orden, en el mapa geomorfológico de De Muro et al. 1996 a corresponden a formaciones entre alturas de 6 y 11 m s.n.m. de origen marino y/o lacustre. 3 . Se siguieron niveles artificiales de excavación, harneando con malla de 7 y 10 mm. 4 . Sondeo 1, 100 x 50 cm, niveles artificiales de 10 cm, harnero malla 7 mm. 5 . Esto debe considerarse con relación a la sucesión y características de los estratos del Sondeo 1 y de los distintos puntos de muestreo del perfil expuesto de la barranca, y no necesariamente implica profundidades semejantes. 6 . Los bloques de dimensión mayor a 2 x 2 m fueron numerados y marcados en terreno con pintura roja. 7 . En los bloques erráticos no fue posible probar el uso de los barrenos como muestra subsuperficial pues no se pudo usar el equipo durante la campaña de terreno respectiva.

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