Evaluacion del proporcionalismo

June 15, 2017 | Autor: Adrián Canal | Categoría: Logic, Modern Philosophy, Plato's Republic
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Descripción

ATENEO PONTIFICIO REGINA APOSTOLORUM
Facoltà di Filosofia











Evaluación del proporcionalismo a la luz de la teoría del acto humano
según Santo Tomás










Professore: Michael Ryan, LC. Studente: Adrián Canal, LC.
Elaboratum per il primo ciclo FE 1001
Roma, 25 marzo, 2004
Introducción:

1. Existencia del proporcionalismo.

En los albores del siglo XX la moral sufrió fuertes ataques por parte
de teorías nihilistas, psiquicoanalistas y materialistas. Estas teorías
muchas veces partían de fundamentos morales deontológicos[1] y perdían la
visión del hombre como ser naturalmente moral. Dado el fracaso de muchas de
estas teorías han surgido otras dentro del ámbito cristiano tomista que
ponen a la ética en crisis. Han perdido el equilibrio a la hora de evaluar
el acto humano porque queriendo probar su obligatoriedad consideran el
objeto solamente en su dimensión física o natural sin valorar el aspecto
formal. Esto ocasionó la introducción exagerada de casuística con lo que
la ética pasó a ser una ciencia llena de exigencias e imperativos que
lejos de llevar a la realización del hombre lo sometieron en un saco de
normas vacías de un sentido trascendente. Algunos ejemplos son la ética de
la situación, el consecuencialismo y el proporcionalismo entre otros. En
este trabajo me enfoco en el proporcionalismo, que es semejante al
consecuencialismo pero con algunas diferencias de las cuales se hará
mención más adelante. El proporcionalismo es importante dada su fuerte
penetración en amplios sectores de la sociedad y porque amenaza la
prosperidad moral del hombre.

PARTE I: ¿Qué es el proporcionalismo?
1. Definición:

Es una nueva doctrina teleológica que surgió por la necesidad de
fundamentar las normas de la vida moral y justificar sus exigencias. Se
originó en moralistas del ámbito cristiano tomista que encontrándose con la
dificultad en el cumplimiento de las normas morales propusieron unos
cambios a la doctrina clásica de acto humano.[2] De hecho, como pone uno de
sus exponentes: "El proporcionalismo y la doctrina clásica poseen elementos
comunes y con frecuencia llegan a las mismas conclusiones, aunque por
caminos diversos.[3]


Tuvo auge particular en Norteamérica con la introducción de la píldora
anticonceptiva. El motivo es que esta corriente es la más adecuada para
defender el uso de dicha pastilla. Para muchos esta fue la gota que derramó
el vaso y optaron por dejar los absolutos morales que antes sostenían. Los
tres motivos que hacen diferente al proporcionalismo del consecuencialismo
son: 1. Debe haber una necesidad causal del mal para conseguir el bien;
Tengo que realizar un viaje urgente y como no tengo dinero opto por
robarlo. 2. Debe haber simultaneidad cronológica; Miento aquí y ahora para
conservar mi puesto de trabajo. 3. Que se cause el menor mal pre-moral
posible para conseguir el bien en cuestión; usar anticonceptivos para
evitar todos los gastos que ocasionará el nacimiento de un niño. [4]


2) Cómo lo hace:

Uno de sus fundamentos es la tendencia natural del hombre hacia el
bien. Los actos de la voluntad derivan su ordenación hacia el fin último y
por esto la libertad no actúa como le corresponde. Es decir no tiene la
facultad de aceptar o rechazar lo que la razón le presenta como un bien o
un mal. Se llega pues a la conclusión de que el hombre no puede obrar el
mal voluntariamente.

Afirma que en el actuar humano existe una proporción. Es decir, los
actos se justifican por el hecho de que el sujeto actúe con la intención de
conseguir un fin bueno. Además las consecuencias que resulten de esta
acción serán naturalmente buenas por la intención. Ahora, es evidente que
en el mundo siempre hay efectos negativos detrás de las obras buenas aunque
estos males sean mínimos. Así pues, lo que busca el proporcionalismo es
beneficiar al mayor número de personas y minimizar los males. "Hagamos el
mal para que venga el bien."

En caso de que se sigan todos los pasos del actuar según los
proporcionalistas se habrá actuado rectamente, esto es que se haya actuado
con buena intención y que las consecuencias hayan resultado beneficientes
para la mayoría. Entonces el acto será correcto. Si la intención o las
consecuencias fallan en algún aspecto el acto será erróneo.

Hemos de considerar que los proporcionalistas sostienen dos tipos de
valores: los morales y los pre-morales. Los morales son los valores éticos
superiores; implican el amor a Dios, la justicia, el servicio al próximo.
Los valores pre-morales son la salud física, posesiones materiales, la
vida, incluso han llegado a ligar a los bienes pre-morales de tener una
carrera, una familia estable o el bienestar económico con el uso de
anticonceptivos, el divorcio y la eutanasia. En caso de que surgiera un
conflicto de valores se deben sacrificar aquellos que son pre-morales pues
estos no son absolutos en sí, sino en relación a los valores morales. Por
ello estos ceden ante valores éticos concretos y determinados. Con esto se
abre camino para romper las normas universales con tal de defender un valor
superior. Un claro ejemplo es el de la mentira. La doctrina clásica
sostiene que siempre se debe decir la verdad. En caso de peligro eminente,
como un soldado persiguiendo a una persona inocente, es posible doblar la
verdad para salvar una vida pero jamás mentir. Sin embargo, los
proporcionalistas no ven problema con el mentir para defender la vida. Esto
mismo ocurre en otras areas como en la política, en la economía y en la
vida sexual. Entonces se pueden usar medios inmorales para obtener fines
buenos.

Esta nueva corriente ofrece dos ventajas sobre la doctrina clásica.
En primer lugar facilitaría el diálogo con los no católicos, con los no
creyentes y con las ciencias técnicas dado que estas buscan el mayor
progreso y el beneficio de la humanidad. Las ciencias realizan
experimentaciones en las que no pocas veces se pone en peligro, cuando no
se pisotea, la dignidad de la persona humana. Pensemos por ejemplo la
experimentación genética o en el tráfico de órganos humanos. Por otro lado
nuestra sociedad valora más el bien común y el pluralismo que la guarda de
la moralidad. A la moral se le critica de ser egoísta por haber "vivido
olvidada del orden social y de la justicia."

También se acusa a la moral clásica de rigidez ante las situaciones
concretas. Se debe considerar que la moral que atacan los proporcionalistas
es aquella llena de circunstancias y casuística interminable. Ciertamente
los principios morales tienen la finalidad de aplicarse a las situaciones
concretas y es cierto que no pocas veces es difícil juzgar en la manera
correcta de proceder. Supongamos el ejemplo de una madre embarazada en
peligro de muerte. ¿A quién abría que escoger para vivir: al niño que no ha
sido bautizado o a su madre? [5]

3) Conclusiones del proporcionalismo

Expuesta su doctrina, los proporcionalitas llegan a las siguientes
conclusiones. No existen actos malos en sí mismos pues la bondad del acto
se encuentra en la intención. Luego todos los hombres actúan buscando su
bien por lo cual todos los actos son buenos. No pueden existir normas
particulares pues las intenciones son subjetivas y se debe analizar cada
caso en particular. Los actos no son malos o buenos sino correctos o
equivocados. Y se debe juzgar un acto según la proporcionalidad de las
consecuencias que este produzca.

PARTE II: Vision del acto humano a la luz de Santo tomás

1) Error proporcionalista: misconcepción del objeto

El proporcionalismo mantiene una concepción errónea de objeto de la
acción.
Afirman que no hay actos malos en sí mismos dado que todo depende de la
intención del sujeto y de las consecuencias de la acción. Entonces el acto
en cuanto acto es un puro obrar físico como el de una máquina. Por este
motivo conviene hacer una revisión del acto humano analizando su
composición.

2) Las fuentes de la moralidad [6]

Para una visión completa del acto humano hemos de analizar cada una
de las partes que lo integran. Así pues que nos encontramos con los
factores o fuentes de la moralidad. Estas son: el objeto, el fin y las
circunstancias. La relación entre estos es fundamental pues son partes de
un solo acto. Se puede decir fundidas entre sí. Comenzaremos analizando el
objeto como la principal fuente de especificación y la esencia del acto.
Luego pasaremos al fin que es la causa que motiva al agente. Por último
consideraremos las circunstancias que son como accidentes pero que pueden
influenciar radicalmente la bondad o malicia del acto. Así pues hay cuatro
factores que determinan la moralidad de un acto: el genero que indica la
plenitud de ser de la acción, el objeto que da la especie, el fin y las
circunstancias.

2.1) El objeto [7]

¿Qué es el objeto y en dónde se radica su importancia? El objeto en
cuanto tal es
el termino del movimiento que especifica tal movimiento. Es la principal
causa de especificación del acto humano porque es para la acción lo que es
la forma para el ente. El objeto hace que el acto difiera esencialmente de
cualquier otro acto. Hemos de tener en cuenta que hablamos aquí de acciones
voluntarias y en cuanto son voluntarias no son meros actos físicos. Esta
voluntariedad hace que las acciones tengan un propósito valorado por la
razón. Así pues el objeto de la acción es este propósito valorado y
concebido por la razón. Este objeto aparece como un bien real o aparente
para quien lo elige y mueve al sujeto a realizar esa acción. Es objeto es
pues el contenido de una decisión tomada por el sujeto. No es un evento ni
una cosa física, es una elección.

Es con relación a lo anterior que falla la teoría proporcionalista.
Ellos tienen una valoración inadecuada del objeto, lo consideran como un
mero movimiento físico. Ahora bien, si consideramos los actos humanos desde
una perspectiva meramente externa constatamos que son idénticos. Por
ejemplo supongamos que alguien entra a la casa de su vecino y toma su
guitarra. En cuanto al acto externo sin relación a la moral no hay nada
malo: entra en la casa del vecino, toma el instrumento, lo mete en una caja
y se lo lleva. Puede ser que el vecino le haya ordenado tomar la guitarra y
venderla en el mercado o puede ser que se la esté robando. El objeto no es
la guitarra, ni el acto de tomarla y salir corriendo. El objeto es robar el
instrumento. Este objeto es determinado por la razón. "Es un contenido
básico e inteligible. Tiene sentido porque persigue un bien o un mal.
Cumple una descripción intencional bajo la cual se elige esa acción. Así
pues, sucede que es la razón la que distingue el complejo de las
acciones."[8] Son la razón y la voluntad las que eligen el objeto. Por esto
el objeto no se reduce a lo que es caso o a lo que sucede, "materia circa
quam." Otro ejemplo para ilustrar el tema es la distinción entre acto
conyugal y el adulterio. Si se consideran desde el punto de vista de la
potencia generativa son el mismo acto y tienen los mismos efectos. Ahora
bien, si se ven como objetos elegidos por la razón el primero es un acto
loable pero el segundo es reprobable porque va contra la recta razón. Los
efectos de ambos son distintos. Por lo tanto el objeto será moral o inmoral
según su relación con la recta razón y como resultado habrá vicios o
virtudes.

Por tanto tenemos que el objeto es esencial y sólo lo esencial
constituye una especie. En el acto humano el objeto es la parte más simple
de la acción. Tratar de descender más sería caer en circunstancias.

El objeto es pues la fuente principal de especificación y no es
necesario considerar otras motivaciones que muevan al sujeto. Para
constituir una acción basta el propósito contenido en la acción voluntaria.
Quien toma la guitarra del vecino y se la apropia comete un robo. Las
intenciones pueden agregar meritos o culpabilidad pero en este punto del
objeto ya está especificada la acción, aquí ya es moralmente buena o mala.
En las acciones humanas el bien y el mal se predican en relación con la
razón. Así queda desmantelado el argumento proporcionalista de que todos
los actos humanos permanecen en el nivel físico y que es su intención de
hacer el bien la que especifica el acto.


2.2) El fin [9]

El proporcionalismo tiene un entendimiento peculiar del fin. Para
ellos el fin es la principal fuente de especificación del acto. Lo hacen
hasta el punto de hacer depender toda la moralidad del acto en la intención
del sujeto. Fuchs, el padre del proporcionalismo lo expone así:
«Una acción en su materialidad (homicidio, causar heridas, ir a la
luna) no puede ser valorada desde el punto de vista moral sin tener en
cuenta el motivo por el que el sujeto obra. Sin este motivo, en
efecto, no hay todavía una acción humana y sólo una acción humana
puede ser valorada como buena o mala en sentido moral. El mal pre-
moral realizado mediante una acción humana no puede ser querido en
cuanto tal y debe ser justificado en la totalidad de la acción por
razones proporcionadas. » [10]

Para ellos el acto humano consiste en la suma del acto físico más la
intención más las consecuencias. La acción no es voluntaria. Como veremos
el fin tiene su importancia pero en el lugar que le corresponde.

¿Qué es el fin? El fin es la causa principal que mueve al agente a
actuar. Este se encuentra en el acto interior de la voluntad pues le es
presentado por la razón como un bien. Es importante que el fin sea recto
pues a pesar de que toda la actividad humana debe tender hacia Dios, o como
lo llaman los autores modernos el ideal de la razón practica, nuestra
naturaleza caída se equivoca y falla la hora de escoger.

El fin es lo primero que el agente quiere y lo último que obtiene.
Tiene una menor influencia en la especificación del acto que la que tiene
el objeto. Un fin por más bueno que sea no puede hacer que el objeto sea
bueno, sin embargo, un fin malo sí puede pervertir un objeto bueno. Aquí se
habla de fin como la intención por la cual un sujeto actúa, aquella que se
ha elegido y no las intenciones secundarias. Es la intención principal la
que tiene el mayor influjo. Por ejemplo si alguien quiere construir un
hospital con la intención principal de ayudar a los pobres serían
intenciones secundarias el que por ello recibirá reconocimiento público y
obtendrá favores de la sociedad. Si llegaran a faltar estas intenciones
secundarias el hombre no dejaría por ello de construir el hospital. Ahora,
si la intención es ganarse el favor de la gente la acción se verá afectada
y el hombre no concluiría su obra si de ella no obtuviera el favor del
pueblo.


El fin en cuanto pertenece al agente es una circunstancia. El fin de
la obra (finis operae) está ya incluido en el objeto. El fin como
circunstancia determina al agente a realizar la acción y por ello no es
substancial. Si se ve desde el punto de vista de la acción es considerado
como un medio para obtener un fin. La única manera en que el fin puede
modificar la especie de la acción es si el objeto fuese indiferente lo cual
es difícil que ocurra dado que el hombre en la mayoría de los casos elige
el objeto en cada uno de sus actos. Por ejemplo alguien que se frota la
barbilla sin pensarlo hará un acto indiferente o si alguien que realiza el
mismo movimiento para señalar a su camarada para que disparare entonces un
acto que en sí es totalmente indiferente se convierte en un asesinato.

Las intenciones son subjetivas y se deben juzgar en particular pero
no porque estas sean buenas justifican un obrar malo. Por lo tanto el fin
es la causa principal que mueve al agente a actuar. Es necesario que sea
bueno para que todo el objeto sea bueno y se realice con plenitud.

2.3) Las circunstancias [11]

Estas son al acto lo que los accidentes son al ente. Son pequeños
factores que rodean al acto. Si optásemos por llamar substancial al objeto
los elementos que lo rodean son las circunstancias. A pesar de que son
accidentes sí influyen en la especificación del acto. Incluso pueden
modificar todo el acto si alguna de ellas es tomada desproporcionadamente.
Por ejemplo si alguno comienza a bailar en una iglesia este acto de bailar
que en sí no es malo se degeneraría por hacerse en un lugar no adecuado.
Estas influyen en la medida en que se consideren condición principal del
objeto. Especifican el acto cuando tienen una relación directa con la
razón. Si doy limosna y lo hago en el centro de la ciudad donde todos me
ven quizá haya algo deforme con mi acto.

Estas son las circunstancias que santo Tomás tomó de Cicerón: [12]
Quien: se refiere a la persona que realiza la acción, si el que da la
limosna es un empresario o un simple trabajador.
Dónde: el lugar en el que se desenvuelve la acción, en la plaza central o a
escondidas.
Con quienes: si el acto se realizó a solas o en compañía de otros y quienes
son esos otros.
Medios: qué instrumentos se usaron, si la limosna fue dada en metálico,
cheque o tarjeta de crédito.
Por qué: este no se debe confundir con el fin de la acción, se refiere a la
causa externa que motivó al agente para obrar. Dio limosna porque vio a la
viejecilla en gran apuro.
Cómo: la manera en que se efectuó la acción, si lo hizo de mal humor, por
compasión o con alegría.

Las cualidades de las circunstancias son tres. En primer lugar el
número: este puede duplicar el acto de la voluntad. "Dado que no puedo
actuar ahora lo haré más tarde y por el hecho de permanecer en el mismo
acto de la voluntad el mérito o la culpa se acrecientan. Segundo es la
extensión: implica la durada de la voluntad en la actitud de hacer el bien
o el mal. También acrecienta o disminuye el bien o el mal. Tercero es la
intensidad. Esta se da según la medida con que la voluntad desee el objeto
presentado por la razón.

Estas son las circunstancias y sus cualidades que no son la fuente
principal de especificación pero que tomadas como condición del objeto
pueden modificar el acto.

Hasta aquí hemos considerado las fuentes principales de la moralidad
del acto. Queda claro que si alguno desea hacer el bien pero usa medios no
adecuados se estará engañando. Únicamente se justificaría, y sólo
parcialmente, un acto malo por ignorancia. Sin embargo, de la culpa moral o
jurídica siempre queda un resultado negativo. Ahora, el bien de la acción
resulta de la moralidad de cada parte del acto. El Aquinante compara el fin
y los medios a los colores y la luz. Si la luz falla los colores no se
verán como son en realidad.[13] Para que una acción sea buena cada uno de
sus elementos deben ser buenos.

PARTE III: Deficiencias y consecuencias del proporcionalismo

1) Deficiencias

En cuanto a la existencia de los actos malos en sí mismos hemos de
tener en cuenta que el hombre es libre para escoger conforme o en contra la
propia razón. Puede elegir el bien o el mal: decir la verdad o mentir. No
sólo esto, el hombre tiene una naturaleza caída. Esto es un fenómeno que
constatamos en cada uno de nosotros. Sabemos el bien que queremos pero
hacemos el mal que no queremos.[14] Por este motivo existen las leyes
coactivas, prohibiciones y la policía. Que el hombre busca el bien es
cierto pero en ocasiones este bien se convierte en un bien subjetivo que en
realidad hiere a quien lo busca y a los que le rodean. Algunos autores
proporcionalistas como Fletcher llegan a aprobar acciones condenables: el
aborto justificándose en que no debería haber ningún hijo no deseado o
buscado, el matrimonio monogámico no es absolutamente legal, la eutanasia
es justificada con la intención de privar a alguien de sufrir.[15] Así pues
en nuestros días se proponen cosas que hacen que el hombre se vuelva cada
vez menos hombre.

En cuanto a los actos de valor moral y pre-moral se responde que tal
distinción no existe. Los actos humanos por el hecho de ser humanos son
morales.[16] Además a excepción de los actos indiferentes que son los
realizados sin el uso de la razón como frotarse la barba, recoger una paja
u otros parecidos, todos los actos humanos llevan una carga moral pues los
hacemos directa o indirectamente en relación a nuestro fin último que es la
felicidad porque tiene un contenido intencional.

En ocasión de conflicto entre los valores hemos de tomar en cuenta que
el hombre no está obligado a obrar sin moralidad. Son pocas las ocasiones
en las que no se le presentan otras opciones que no ponen en juego la
moralidad. Siempre hay otras salidas. Además, suponiendo que el acto humano
fuese necesariamente bueno por sus consecuencias buenas para la mayoría,
¿cómo establecer un patrón para marcar el límite de lo que se puede y no se
puede hacer? ¿Hasta dónde puede llegar el hombre en sus actos? La
elaboración de dicho código no sólo resultaría subjetiva u arbitraria sino
que a la larga terminaría en el utilitarismo y en la ley del más fuerte.
Luego aquellas obras que no traen resultados para la mayoría perderían su
valor ético. Basta pensar en aquellos que dedican su vida al servicio y
atención de los necesitados y moribundos.

2) Consecuencias

El proporcionalismo da la impresión de aportar consecuencias buenas e
inmediatas: la ganancia del momento, la fuga de un peligro o de una
situación enredosa o el goce de un placer pasajero, favorece a la mayoría y
minimiza los males. Sin embargo, hiere al hombre en lo que él más anhela
que es su felicidad. ¿Cómo puede llamársele bien a algo que daña al hombre
en lo que le es más noble? Esta actitud nos asemeja a los hombres
imprudentes de los que habla Sócrates que evitaban algunos placeres sólo
para conseguir otros después.[17] El proporcionalismo sólo justifica
conductas moralmente deformadas. ¿Cómo se pueden calcular los valores
absolutos como si fuesen cosas placenteras y costosas? Cada valor es
absoluto y no se puede instrumentalizar sin causar una culpa moral.[18] No
sólo eso sino que trae males e injusticias a toda la sociedad: en la
política, en la economía, en la educación y en muchos otros campos. Un acto
malo en sí mismo va contra las leyes de la naturaleza racional del hombre,
lo hacen culpable de acciones reprobables y lo privan del ideal de la razón
practica.

La consecución de este ideal o de este fin último depende de los
méritos alcanzados a través del actuar moral. Para que estos actos sean
moralmente buenos, es decir, que todos sus elementos cumplan los requisitos
necesarios. "Bonum ex integra causa. Malum ex quocumque defectu."[19]

Conclución

Nunca está permitido, ni siquiera por motivos graves, hacer el mal
para conseguir un fin bueno, es decir, querer algo que por su naturaleza
viola el orden moral.[20] Lo que entra en juego como fruto del actuar del
hombre es su propia realización como ser racional, es decir como hombre.
Esta realización se logra en la medida en que siga su naturaleza racional
inclinada al bien y domine las tendencias que lo impulsan a preferir su
bienestar a costa del otro o a costo de su moralidad. No se deben seguir
estas normas por la mera obligación de seguirla al estilo deontológico sino
en vista de la posesión y del deleite del ideal supremo que dirige nuestro
actuar. Este idea se realiza y se experimenta de manera parcial en la
medida en que sigamos las normas elaboradas por la recta razón.
BIBLIOGRAFÍA


S. Blackburn, Oxford Dictionary of philosophy, Oxford U. Press 1996
M. Cicerone, Rhetorica
J. De Finance, Etica generale, Presses de L' Università Gregorienne,
Roma, Tipografía Meridionale Cassano Murge Bari 1967
A. Fernández, Teología Moral I, Moral Fundamental, Aldecoa, Burgos 1992.
Fletcher, La ética de la situación en acción, Ariel, Barcelona 1973
J. Fuchs, Responsabilità morale e norma morale, EBD, Bologna 1978
C. Kaczar, Proportionalism and the pill. How development in theory lead to
contradictions in practice, «The Thomist» 63 (1999) 269-81
P. Kreeft, A Summa of the Summa, Ignatius Press, San Francisco 1990.
M. Rhonheimer, La perspectiva de la moral, Rialp, S, A, Madrid 2000.
A. Nuño Rodríguez, Ética general, Eds Universidad de Navarra, S, A,
Pamplona 1984.
Plato, Phaedo, Britannica Great Books, Encyclopaedia Britannica Inc,
London 1952.
Paulo VI, V, Humanae Vitae, Encicliche e discorsi di Paulo VI, Paoline,
Bari 1968
A. M. Puelles, Elementos de filosofía, Rialp, S, A, Madrid 1962.
Santo Tomás de Aquino, Sententiae
Santo Tomás de Aquino, Suma Theologiae








ÍNDICE

Introducción
1. Existencia del
proporcionalismo.............................................…….….……………....2


I. ¿qué es el proporcionalismo

1. Definición
............................................................................
.......................................3
2. Cómo lo
hace........................................................................
.........................................4
3. Conclusiones del
proporcionalismo............................................................
...................6

II. Visión del acto humano a la luz del tomismo

1. Error del proporcionalismo: mis concepción del
objeto................................................7
2. Las fuentes de la moralidad…………………………………………………………...7
2.1. El
objeto......................................................................
.................…...............8
2.2. El
fin.........................................................................
....................................10
2.3. Las
circunstancias..............................................................
...........................12

III. Deficiencias y consecuencias del proporcionalismo

1.
Deficiencias................................................................
.................................................14
2.
Consecuencias...............................................................
..............................................15

IV.
Conclusión..................................................................
...............................................16
V.
Bibliografía................................................................
.................................................18

Índice………..………………………………………………………………………….19













-----------------------
[1] Deontológica: Etica basada en la noción de un deber, lo que es correcto
o los derechos. Se opone a sistemas basados en la idea de adquirir buenas
relaciones o cualidades necesarias para bien vivir. Kant la propone en la
Critica de la razón práctica. S. Brockburn,: Oxford Dictionary of
Philosophy, Oxford University Press, Oxford 1996
[2] Algunos destacados proporcionalistas son: P. Knouer, J. Fuchs, L
Janssens, B. Schüller, R. A. Mc Cormick. Cfr. A. Fernandez, Teología Moral
Fundamental I, Moral, Ed. Aldecoa, Burgos, 1992, pp 534-540
[3] E. López Azpetarte. Fundamentación de la ética cristitana. pp. 336; A.
Fernandez, Teología Moral Fundamental I, Moral, Ed. Aldecoa, Burgos, 1992,
pp 534-540

[4] Kaczar C., Proportionalism and the pill. How development in theory
lead to contradictions in practice, «The Thomist» 63 (1999) 269-81
[5] Santo Tomás no duda en dejar morir al niño no bautizado con tal de
salvar a la madre. El motivo de esto es doble: su alta valoración de la
dignidad de la persona y el que la ciencia de su tiempo no haya considerado
al niño de ceno como ser humano. S. Th. III, q. 68, a.. 11, ad. 3.
[6] La bondad en un acto está en el genero, por la posesión del ser; por la
especie que deriva del objeto; por las circunstancias que son accidentes y
por el fin al cual está relacionada como causa de su bondad. S. Th. I-II,
q. 18, a. 6.
[7] S. Th. I-II, q. 18, a. 2, 5; S. Th. I-II, q. 19, a.1, 2.
[8] M. Rhonheimer, La perspectiva de la moral, Rialp, Madrid, 2000, pp 151-
159
[9] S. Th. I-II, q. 18, a. 4; S. Th. I-II, q. 19, a. 7-8.
[10] J. Fuchs, Responsabilità morale e norma morale, EBD, Bologna 1978, pp
111
[11] S. Th. I-II, q. 18, a. 3, 6, 10; S. Th. I-II, q. 20, a. 4.
[12] S. Th. I-II, q. 7, a. 3; Cicerón, Rhetorica I
[13] Cfr. Santo Tomás, In II Sent, 40, q. 1, a. 2.
[14] Rom, 7:15
[15] Cfr. Fletcher, La ética de la situación en acción, Ariel, Barcelona
1973, p 375.
[16] La terminología de valores "pre-humanos" es almenos equivoca pues
todos los valores humanos son morales. No existen en el hombre ámbitos o
dimenciones pre-morales: Todo lo humano es como tal y por tal moral. C.
Caffarra, Vida en Cristo, Eunsa, Pampona 1998, p 98
[17] Plato, Phaedo 69,
[18] A. Nuño Rodríguez, Etica general, Universidad de Navarra, Pamplona
2001, pp 187-191
[19] Santo Tomás , Suma Theologie I-II q 19, a 6, o 1
[20] Pablo VI, Enciclica Humanae Vitae,14, Encicliche e discorsi di Paulo
VI, vol 16, Paoline, Bari 1968
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