Eternidad e infinito, tiempo y espacio en Giordano Bruno

July 6, 2017 | Autor: Ernesto Schettino | Categoría: Giordano Bruno, Giordano Bruno and philosophers of nature, Tiempo y Temporalidad, Eternidad, Espacio
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Descripción



Boris Berenzon Georgina Calderón DlRECTORES



Directores: Boris Berenzon Gom Georgina Calderón Aragón Diseño de cubierta: Natalia Calderón García Diseño: Dalí Togo Diseño y formación : Alejandra Torales M.

© Por el prólogo José Narro Robles © Por la presentación Santiago Borrero Mutis

DR © 2008, Universidad Nacional Autónoma de México, Facultad de Ciencias Circuito exterior sin . Ciudad Universitaria; 045 10 México D.F. Primera edición: 13 de noviembre 2008 Se prohíbe la reproducción total o parcial de esta obra - incluido el disefio tipográfico y de portada-, sea cual fuere el medio, electrónico o mecánico, sin el consentimiento por escrito del editor. ISBN: En trámite Impreso y hecho en México

Sotelo, Laura 1996. La ciencia. "En tomo al tiempo". En: De la Garza, Mercedes et al. los mayas. Su tiempo antiguo. Universidad Nacional Autónoma de México, México.

ETERNIDAD E INFINITO, TIEMPO y ESPACIO EN GIORDANO BRUNO

Whorf, B. L. 1956. language, thought, and reality. Se/ected writings of Benjamin Lee Whorf MIT Press, Cambridge, MA. ERNESTO SCHETifNO

Wierzbicka, Anna l 997. Understanding cultures through their key words: English, Russian, Polish, German, Japanese. New York: Oxford University Press.

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Como en muchos otros aspectos de su pensamiento, en lo referente a las concepciones del tiempo y del espacio Giordano Bruno presenta aportaciones fundamentales para el desarrollo de la ciencia y la filosofía modernas. Aportaciones que, aunque por múltiples razones buena parte de sus contemporáneos e inmediatos sucesores le escatimaron el debido reconocimiento, 1 a él le corresponde el mérito de haber formulado una concepción filosófica integral y coherente, capaz, por un lado, de llevar hasta sus últimas consecuencias la llamada revolución copernicana 2 y, por otro, de lograr una refutación cabal de la física aristotélica y escolástica, dominantes desde el siglo x111 hasta el xv1r. Sin semejante refutación (una verdadera antifisica aristotélica) no era posible una nueva cosmología3 y, con ello, el desarrollo generalizado de la.filoso/la natural - léase del conjunto de lo que hoy llamamos ciencias naturales-, pues sin ella carecían de un fundamento teórico general

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Como tampoco por parte de pensadores posteriores del siglo xv11, quienes se mueven evidentemente sobre bases dejadas por él, lo cual ocurre tanto por temor a las represiones desatadas por la Contrarreforma católica o por los protestantes, como por rencillas personales, por celos teóricos, por discrepancias con partes de su sistema u otras causas más. 2 Kuhn, entre otros, le regatea constantemente méritos al respecto, a pesar de que destaque las limitaciones e incongruencias de Copémico, superadas precisamente por Bruno. Cf. The Copemican Revolution. Planetary Astronomy in the Development of Western Thought. Yintage Books. New York; 1959 3 Recordemos que todavía entonces se pensaba a la astronomía como una disciplina matemática al servicio de la física celeste.

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sólido, creíble, congruente, sistemático, pleno, para poder extirpar las enraizadas tesis aristotélicas. La posición bruniana comprende desde una rev1s1on radical de fundamentos lógico-gnoseológicos hasta la confutación de los argumentos teológicos de origen sobre todo escolástico que le daban un apoyo adicional, pasando especialmente por la reestructuración de los fundamentos de la física, donde substituye puntualmente las tesis aristotélicas que daban al geocentrismo y a la doble fisica (celeste - sublunar) en que se sustentaba la apariencia de inconmovible, en espec ial debido a sus teorías sobre la substancia , los elementos y el ' lugar natural ' de éstos. Fenomenal tarea que implicaba, entre otros aspectos centrales, la revisión radical de la concepción del espacio y e l tiempo. La pretensión del Nolano no es constru ir un sistema de verdades absolutas, sino todo lo contrario, es plenamente consciente de las limitaciones del conocimiento humano y reacciona contra la pretensión de verdad absoluta de aristoté licos y esco lásti cos.

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Bruno rescata e integra a su arsenal teórico ideas y teorías olvidadas por ignorancia o conveniencia, o bien marg inadas debido a reales debilidades teóricas destacadas por Aristóteles y sus seguidores hasta el siglo xv1. Bruno las reintegra, las hace consistentes y coherentes entre sí, las moderniza, las fundamenta y las enriquece, unificándolas en su propia concepción. 4 No bastaban críticas parciales para echar por tierra el sistema aristotélico. De hecho e l descubrimiento de importantes fallas en el mismo se habían dado desde la Antigüedad y en el seno mismo de la escuela peripatética. Recordemos s implemente, para poner un ejemplo relevante, los problemas para resolver el movimiento de proyectiles frente a la tesis de la necesaria contigüidad del motor 1

t:

Lo cual ha servido a sus detractores para lanzarle acusaciones de eclectic ismo inconsistenc ia (hasta de demencia).

y el móvil, que condujo a la teoría medieval del ímpetus. Sin embargo, las observaciones y criticas a las fa llas del sistema hechas de forma parcial y aislada sirvieron más --como suele suceder con las concepciones dominantes en un momento dado- para que sus partidarios buscaran soluciones para resolverlas o. de no encontrar las adecuadas, desarrollar parches teóricos con el fin de salvar las apariencias. 5 La credibilidad razonable seguirá estando a favor de un sistema general dominante mientras no se le muestre como global, estructuralmente erróneo, para lo cual los críticos del sistema normalmente caen en excesos que, en ocasiones, llegan a afectar también aspectos ciertos o razonables de aquél. Durante la segunda mi~a.d del siglo xv1 y en el xv11 sobrevendrá este tipo de ataque definitivo contra el sistema aristotélico (Telesio, Ramos, Bruno, Bacon, Gilbert, Campanella, Kepler, Galileo, etc.), el cual, no obstante, con el destacado apoyo de la Igles ia católica, resistirá moribundo todavía un buen tiempo. Ahora bien, pasando al tema del espacio y el tiempo, contra Aristóteles, que los consideraba como accidentes dependientes de los sujetos o substancias, Bruno los concibe, por e l contrario, _como condiciones necesarias y absolutas de posibilidad de todo tipo de existencia. El tiempo es esencialmente la duración, el espacio es ante todo el receptáculo; ambas son condiciones de posibilidad de la existencia en general y del universo en particular. No son materia ni forma, aunque toda materia, forma y esencia sólo pueden existir en el espacio y el tiempo. El espacio y el tiempo no son substancias, porque no son sujeto de determinaciones, pero tampoco son accidentes porque no dependen ni son atributos de ningún sujeto o substancia. En cambio, son concausas, esencialmente El ejemplo más famoso al respecto lo representa la astronomía g~ocentn s~a ..:on e l recurso de la teoría de los ·epiciclos'. cada vez más compleja Y art1ti..:1a l.

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distintas de las cuatro tradicionales destacadas por el Estagirita, porque sin ellos no existe ningún sujeto.' Si hacemos abstracción de los cuerpos en el universo, lo que obtenemos es un espacio infinito, continuo, vacío, carente de toda determinación; si hacemos abstracción de los cuerpos en movimiento, tenemos una duración absoluta, en reposo absoluto, o sea, la eternidad.

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Con relación al espacio y el tiempo, Giordano Bruno afronta principalmente las cuestiones medulares, estructurales, aquellas relacionadas con su carácter absoluto, universal y determinante, o sea su significado estricto de infinito y eternidad, punto que implica no sólo una estrecha relación entre la fisica y la metafisica7 [incluida la teología], sino también, para algunos aspectos esenciales, una cierta unificación al punto de la indistinción. De allí buena parte de los temores, reticencias y rechazos de diferentes medios, ciertamente los filosóficos y científicos8 , pero especialmente el de

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"El lugar y el tiempo son causas necesarias de los seres naturales y a ninguna de las cuatro establecidas son reducibles" dice el enunciado del artículo xu del Camoeracensis acrotismus, BOL [[Giordano Bruno Opera latine conscripta, publicis sumptibus edita, recensebat F. Fiorentino [v. lmbriani, C. M. Tallarigo, F. Tocco, G. Vitelli], Morano, Neapoli 1879-1886 [Le Monnier, Florentiae 1889-1891], 3 vol!. in 8 tomi [rist. anast.: Frommann-Holzboog, Stuttgart-Bad Cannstatt 1961-1962]] V. 1, P. 1, p. 106; luego desarrolla la tesis en pp. 106-107 y 123-124 7 En Bruno"( ... ] se aproxima el tema del tiempo a aquel del ser." Nicola Badaloni : "Sulla struttura del tempo in Giordano Bruno", en Bruniana & Campanelliana, Anno m, 1997/l, p. 12. 8 Debido al ambiente represivo de la Contrarreforma, a partir del siglo xvn la física moderna se va a ver obligada a trabajar sobre los relativos y concretos, lo que le rendirá frutos indudables; pero requirió de cualquier modo, ya sea explícita o implícitamente, del fundamento de los absolutos, aunque fuera tan sólo manejándolo en el plano de postulado, del supuesto o incluso del prejuicio; o, más simplemente, eludiendo el problema calificándolo de metafisico o, también, escondiéndolo bajo el tapete

las iglesias, para las que esto representaba una cuestión de principio: infinito y eternidad eran reservados como atributos de Dios, frente al universo, al mundo fisico, a la materia y la corporeidad, a los que con todo tipo de criterios y argumentos les negaban o limitaban ambos atributos9 , debido fundamentalmente a la consecuencia obligada en caso contrario: la relación íntima e incluso la unidad de Dios con el universo, esto es, lo que hoy denominamos un pleno panteísmo. Tampoco es el caso de que a Bruno no le interesen y no desarrolle múltiples aspectos concretos y determinados en relación al espacio y el tiempo, más cercanos a la problemática que abordará en su momento la fisica moderna, lo que ocurre es que para él se trata de formas relativas de uno y otro, formas que de acuerdo a su concepción están en función de los compuestos y, en ese sentido, apuntan a estructuras secundarias y dependientes que no se explican en sí y por sí, sino en función de los principios y de los elementos, por lo que centra en éstos su atención, en tanto aquéllos quedan subordinados como ejemplos o casos. Además, el enfrentamiento con la fisica aristotélica lo obliga a ello y constituye para Bruno una tarea ineludible de esclarecimiento teórico, pues con base en el uso arbitrario de los términos, en la confusión entre lo que representan las estructuras genéricas fundamentales con sus múltiples manifestaciones particulares, vicisitudinales, contingentes, compuestas, se pretendía probar de manera incuestionable, entre otras muchas tesis aristotélicas, su concepción de los principios, del 'lugar natural de los elementos', el movimiento direccional de éstos en el universo y otros aspectos centrales más; v. gr. confundiendo la llama con el fuego elemental, la luminosidad con la luz,

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Áún por aquellos que los contemplan bajo un ángulo positivo, como sería el caso más avanzado de Nicolás de Cusa,"quien contradiciendo su propia argumentación sostiene sólo la 'casi' infinitud y eternidad, tratando de eludir las consecuencias que la atribución conlleva. Kepler hablará expresamente en más de una ocasión del horror teórico que le produce el infinito bruniano.

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el elemento tierra con compuestos a que nos enfrentamos a diario etc. 10 Y decimos de los compuestos, porque tanto los elemento~ en sí y por sí 11 , como los principios de que emanan,i 2 no tienen un lugar natural o especial en el universo (como ocurre en la cosmología aristotélica y en la escolástica), sino que están todos en todo el universo (y por consiguiente son igualmente infinitos) y son todos ellos eternos, es decir, no se crean ni perecen ni dependen del movimiento para su existencia.

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En realidad, lo que se presenta como determinado espacial y temporalmente, esto es, en un lugar y con una duración finitos y determinados son todos los compuestos, incluyendo los grandes cuerpos ce lestes 13 (y, por consiguiente, también los sínodos que integran). Los compuestos, los entes particulares, existen en el tiempo y en el espacio (no son ni accidentes de aquéllos ni partes de los

mismos), 14 son entes contingentes, relativos, finitos, causados, ' vicisitudinales', están sujetos a la generación y la corrupción. Todo lo contrario ocurre con el tiempo y el espacio en sentido estricto, esto es, con la infinitud y la eternidad, en el contexto de los principios y los elementos, ya que constituyen, entre otras cosas, las condiciones de posibilidad sine qua non para la existencia de estos mismos, siendo por tanto plenamente necesarios, absolutos, in.finitos, incausados, eternos, en pocas palabras, aspectos de Dios o, por lo menos, del Universo que es su vestigio. Son, pues, fundamentos necesarios y permanentes de la existencia y, por ello, causas, como dijimos antes. En cierto sentido el Nolano reifica el tiempo y el espacio, especialmente a éste, al concebirlos como ' entidades' en sí y por sí; en otra perspectiva no, porque no son seres determinados (ninguno de los dos tiene límite ni término), pero ambos son absolutamente necesarios, ya que sin ellos se tornaf incomprensiblef, impensable todo lo demás, incluyendo a la materia y a la forma.

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El sentido de la crítica bruniana al respecto, equivaldría a confundir hoy en día los fotones con la llama de la estufa o el elemento cobre con las monedas elaboradas a partir de aquél, y luego pretender utilizar arbitrariamente las características accidentales de tales compuestos para con ellas fundamentar las propiedades esenciales de las partículas elementales o de la estructura atómica. 11 Que si bien Bruno denomina con los términos tradicionales de 'tierra', ' agua', ·aire' y ' fuego' en realidad modifica radicalmente su significado y función (para él: 'árido'- átomos, ' húmedo' - aglutinante, ' éter ' - ' espíritu', ' luz' - energía]. Al respecto, nos remitimos a nuestro artículo: " Innovaciones brunianas a la idea de elemento" , en Laura Benítez y José Antonio Robles (ed.): La.filoso.fia natural en los pensadores de la modernidad. lnstituto de Investigaciones Filosóficas/UNAM, México, 2004. pp.43 a 76. 12 luz (- forma - ·atma universal' - materia incorpórea) y ' tinieblas ' (-materia corpórea). Concepción que, dado lo complicado del asunto y la tendencia de Bruno a no eludi r problemas teóricos, tiene diversas variantes desde La cena de las cenizas hasta las obras póstumas, sobre todo en l¿__mpas triginta statuanll!!.y _Qe reruw prjoc jpiis. elementjs et causis. 13 C/ Granada, Miguel Angel: ""VoT";'iete dissolubili, ma non vi disolverete". 11 problema della dissoluzione dei mondi in G iordano Bruno'', in Paradigmi. Rivista di critica filosofica, anno xv111, n.53 Nuova Serie. Maggio-agosto 2000 pp.26 1-289

Así, entre otras consideraciones básicas, Bruno no quiere confundir el espacio, que es fundamental en la explicación de la realidad, con el lugar, con la ubicación, que es una determinación relativa a los entes compuestos que existen en y por el espacio, además de que la tesis de los lugares naturales con característica de sustanciales es uno de los factores perturbadores de la física aristotélica, un factor central y determinante de su cosmología; como tampoco 14

Pues, como destaca en Del infinito, enfrentando una vieja crítica aristotélica, no hay partes del infinito, sino en el infinito: "En segundo lugar, Aristóteles no procede demostrativamente en su razonamiento, porque de que el universo es infinito y en él (no digo de é 1, porque una cosa es hablar de partes en el infinito y otra cosa de partes del infinito) hay infinitas partes, todas con acción y pasión y, por consiguiente, con transmutación entre sí, pretende inferir o que el infinito tiene acción o pasión sobre lo finito o de lo finito, o bien que el infinito tiene acción sobre el infinito y éste sufra su acción y sea transmutado por él." Giordano Bruno: Del infinito: el universo y los mundos [Tr. Miguel A. Granada. Alianza Editorial. Madrid; 19931, pp. 153-154.

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admite que las formas de la duración finita (la temporalidad, 'edad ' o período; v. gr. horas, días) que igualmente dependen de aspectos secundarios y accidentales como la relación entre los cuerpos celestes o las entidades que se presentan en ellos y su vinculación a movimientos particulares, igualmente relativos y secundarios, con la forma absoluta de eternidad, que es una propiedad de los fundamentos tanto físicos como metafísicos. Por una razón semejante, el Nolano también critica duramente el uso del término de forma substancial designando con él cualquier manifestación natural. 1 ~

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Bruno sólo elogia los Meteorológicos entre las obras de física aristotélica, porque en ésta no se ven afectados los nuevos principios generales de la nueva cosmología, sino que se trata de explicaciones de procesos concretos dentro de un sistema de un cuerpo compuesto fundamental (como sería la Tierra y, en general para él, los planetas o tierras y las estrellas o soles). D~ hecho, Bruno es el primero en sustentar de manera fundada la tesis de que todos los cuerpos celestes son cuerpos compuestos y compuestos con los mismos elementos que la Tierra, aunque en proporciones y cantidades diferentes 10 y en plantear la ocupación de espacios relativos is " De todo esto se puede concluir (aún a despecho de los peripatéticos) que nada se aniquila, ni pierde el ser, sino tan sólo su forma exterior accidental y material. Por tanto, así la materia como la forma sustancial de cualquier cosa natural, que es el alma, son indisolubles e indestructibles, siendo imposible que pierdan enteramente el ser. Esto no puede decirse, por cierto, de todas las formas sustanciales de los peri patéticos y de otros que se les asemejan, pues [ellas] consisten tan sólo en cierta disposición y ordenación de accidentes[ ... ]" Giordano Bruno: De la causa, principio y uno [Tr. Ángel Vasallo. Editorial Losada, S.A. Buenos Aires; 1941 ], p. 96. Esta distinción radical, desarrollada a lo largo del Diálogo 111 del De la causa, es fundamental para entender el resto de la concepción del Nolano, como él mismo apunta constantemente en sus sigui~ntes obras. . 16 Publicada en Londres (aunque con pie de imprenta indicando Venecia) en 1584, el De !'infinito, universo e mondi, representa la maduración de su nueva cosmología, anunciada y preparada por La cena de las cenizas (La cena de. le ceneri), y consolidada en sus fundamentos metafísicos por el De la causa, principio y uno. todos surgidos en su estancia en Inglaterra.

(mejor dicho, lugares) de cada cuerpo celeste y de sus conjuntos (los 'sínodos' o sistemas solares, cuya lógica permitiría plantearse posteriormente conjuntos mayores). Bruno no tiene una concepción terminal, definitiva, inconmovible del espacio y del tiempo, como de muchos otros tópicos, porque es plenamente consciente de las limitaciones gnoseológicas del hombre, entre las cuales destaca el hecho de que ninguno de los principios ni de los elementos físicos (incluidos el espacio y el tiempo) son por sí mismos perceptibles directamente a través de los sentidos, de modo que lo que conocemos son tan sólo - anticipo de Kant- sus manifestaciones fenoménicas por medio de los compuestos sensibles, cuyas características ya anotarnos. Pero también es consciente.de sus posibilidades, por lo que está en permanente búsqueda de nuevos aspectos, posibilidades y teorías. Aunque de una forma o de otra el tema del espacio y el tiempo está presente en casi todas sus obras, son cuatro los textos donde Bruno desarrolla fundamental y rigurosamente su concepción al respecto: su diálogo italiano Del infinito, universo e mondi, 11 el Camoeracensis acrotismus, 18 el De innumerabilibus, immenso et infigurabili y la Lampas triginta statu arum 1 ~. 17

Publicada en Londres (aunque con pie de imprenta indicando Venecia) en 1584, el De !'infinito, universo e mondi, representa la maduración de su nueva cosmología, anunciada y preparada por La cena de las cenizas (La cena de le ceneri), y consolidada en sus fundamentos metafisicos por el De la causa, principio y uno, todos surgidos en su estancia en Inglaterra 18 Camoeracensis Acrotismus, el cual lleva como subtítulo: seu Rationes Articulorum Physicorum adversus peripateticos parisiis propositorum, etc., fue publicado en 1588 en Vitebergae [Witenberg) " Apud Zachariam Cratonem". Obra central en la demolición de la física aristotélica, que por poco le cuesta la vida en París dos años antes al publicar y exponer en forma de disputa sus Centum et viginti articuli de Natura et Mundo adversus peripateticos en el Colegio de Cambrai (luego de Francia), de donde viene el nombre de la obra. 19 La lámpara de las treinta estatuas, obra manuscrita que, junto con otras, escapó a la mano destructora de la Inquisición, y que fue publicada hasta J89 J

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Es con relación al espacio donde las diferencias y críticas de B no respe~to a la físi~a de Aristótele~ se hacen más profundas:~) El espacio no es accidente; 2) No existe un lugar específico de 1 elementos, éstos están en todo el Universo; 3) En el espacio oS existen direcciones privilegiadas; 4) Las imaginadas esferas cet:O . . tes son inexistentes; 5) Es imposible hallar límites al espacio; 6) Re_sult~ absurdo pone~ límites a la adición y pretender una división al mfimto de la materia corpórea. ~

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De los múltiples textos en que aborda Bruno el tratamiento del espacio o aspectos importantes del mismo (especialmente los relativos a la infinitud, al vacío, a la condición de posibilidad del movimiento, etc.), destacan dos pasajes fundamentales donde paradójicamente2º caracteriza al espacio. El primero de ellos es el capítulo VlII del libro 1 del De immenso;21 el segundo es el pasaje titulado Sobre Caos, el primer infigurable de Lampas triginta statuarum. 22 Sólo entre estos dos pasajes encontramos más de 60 en la edición de las Opera latine conscrip ta. De acuerdo al prefacio del propio Bruno, se trata de un texto con una intención didáctica y, por ello, usa diversas imágenes míticas, así como una estructura expositiva deri vada de la mnemotecnia y la magia para la representación, memorización y explicación de los conceptos más complicados de la fisica y metafisica; sin embargo, el desuso actual de semejantes imágenes y de sus asociaciones, resulta una lectura dificil aunque muy rica para el conocimiento del Nolano. 20 Destacamos lo de paradójicamente, porque entre dichas características está precisamente la de carecer en absoluto de determinaciones, pero con el establecimiento de propiedades indirectas y negativas Bruno logra elaborar una concepción positiva y determinada de lo que es el espacio y sus características esenciales; el Nolano utiliza para ello una rica argumentación dialéctica, abundante en paradojas, en especial de fuente presocrática y cusaniana, así como procedente de la teología negativa del Pseudo Dionisio Areopagita. Por cierto, ~hur Lovejoy, quien curiosamente entiende bien semejantes procedimientos, sm embargo arremete contra ellos en 'The Dialectic of Bruno and Spinoza.' In University of California Publications in Philosophy, 1 (1904). 21 lmmenso, BOL v.1, P.I, p.p. 231 -233; Lampas trig. Stat., BOL v. 111 , p.p. 9-16. 22 Bajo el nombre de 'Caos', que significa al espacio, ligado a ' Orco', que representa la potencia pasiva y receptiva, y a la 'Noche', que expresa a la materia

terf sticas del espacio (que por falta aquí del mismo no expo-

cara~s con sus respectivos argumentos y pruebas): ' El primero de

oernentes por naturaleza' (' ente pnmero . ') ; ' ente fi s1co . ' ; '.mseparatos de todos los entes naturales' ;_ 'pn,m~ro º di ble e os ,en tes por dura-

. 'n'· 'ente verdadero por necesidad ; el ente mas verdadero de ~JO q~e existen'; 'individuo susceptible del infinito'; 'cierto infinit~sen acto' ; ' receptáculo de magnitud infinita'; 'infinito continu? '; 'receptáculo preexistente'; ' receptáculo de todo'; 'receptáculo mdíferente' ; 'omnicomprendente'; ' incontenible'; ' inlocalizable' ; •nada escapa a él' (' omnipresente' ); 'posee todo sin enriquecerse ni empobrecerse' ; ' verdadero soporte de lo existente '; ' más uno que la materia' ; 'nada existente fuera de él'; ' no es ente ni no ente' ; 'vacío'; ' por sí vacío, pero permite el pleno'; ' no llena nada'; ' el más estable de los entes' ; ' el más ocioso de todos los entes '; 'no es sustancia'; ' no es sujeto'; ' no es sujeto de formas' (' informable'); 'no es sujeto de cualidades' ; 'no es sujeto de pasión' ('impasible' ); 'insensible'; ' no es sujeto de mezcla'; 'no es compuesto' ; ' no es parte de los compuestos pero está ínsito en ellos '; 'absolutamente incausable'; ' concausa anterior a todas las cosas' ; ' todo cuanto existe es producido con él y en él'; ' en su seno se dan todas las acciones y pasiones' ; ' base de la posibilidad'; 'condición de posibilidad del movimiento'; ' nada es inteligible fuera de él '; ' informe' ; ' infigurable '; 'indeterminado' ; ' innombrable'; ' indefinible ' ; 'no es accidente'; ' no es privación '; ' no es hábito'; 'carente'; ' no es potencia casi posible'; ' no es luz'; ' no es tinieblas' (no es materia corpórea); ' no es raro'; ' no es denso'; ' absolutamente hornoindeterminada (a la que también denomina ' Tinieblas'), todos con la designación de los tres principios informes e infigurables, Bruno desarrolla en la Lampas triginta statuarum otra versión de su concepción del espacio, en lo esencial semejante a la del De immenso, aunque con matices adicionales. Lo primero a destacar es que enfrenta - y relaciona- a esta tríada, a otra tríada superior constituida por El Padre (la mente o la plenitud), el Intelecto primero y la Luz (o espíritu del un iverso), con lo cual, pese a las apariencias, le concede al espacio un lugar privilegiado en el plano ontológico, metafisico. que corresponde al que le otorga en el fisico.

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géneo ' ; ' indiferente a los demás' ; 'diferente de los demás '; 'está más allá de las diferencias', 'no tiene contrarios ' ; 'inalterable' : ' indivisible '; 'inmutable '; ' inmóvil '; ' permanente' ('eterno '): 'es causa de las partes, pero no tiene partes'; 'acoge la división, la distinción y las diferencias, pero no es susceptible a ellas ' ; ' impenetrable'; 'incomunicable'; ' es cantidad'; ' es cantidad continua': ' es extenso sin diversidad de partes'; ' es extenso sin afectación ': 'precede a Ja localización '; ' iguala a lo localizado'; 'se mide con las medidas del localizado' ; 'se manifiesta por la sucesión de cuerpos en el mismo lugar '.

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En virtud de las limitaciones de extensión , sólo destacamos algunas de estas precisiones - más que determinaciones- sobre el espacio, comenzando por dos ' definiciones' que aparecen en dichos textos: "Por tanto, el espacio es una determinada cantidad fisica continua, que consta de tres dimensiones, en las cuales se coloca la magnitud de los cuerpos, naturaleza que es anterior a todos los cuerpos, que acoge indiferentemente a toda cosa, más allá de las condiciones de acción y pasión, no sujeta a mezcla [composición], impenetrable, informable, incolocable, que está más allá de todo y a todo comprende, y que, sin ser comprendida, contiene todo en su interior." 2' Se define como 'en lo cual están todas las cosas' , porque se adecua al universo infinito que es 'aquello que está en todo'. 2• 23

De immenso, BOL, v. 1, r.1, p.231 . Para Bruno en el espacio infinito no hay direcciones absolutas ni privilegiadas, sino que son relativas al observador, pues en él ' cualquier punto es centro y nada es periferia'; y, aunque lo denomina tridimensional en función de Ja geometría euclideana que trabajaba en esa época, por congruencia con sus tesis debió decir 'infinitidimensionar 24 Lampas triginta statuarum, BOL 111 , p . .15

El espacio es ante todo receptáculo universal, absoluto, donde existen todas las sustancias, tanto corpóreas como incorpóreas:

"Uno, pues, es el cielo, el espacio inmenso, el seno, el continente universal, la etérea región par la que el todo discurre y se mueve. Los sentidos nos permiten ver ahí innumerables estrellas, astros , globos, soles y tierras y la razón argumenta la existencia de infinitos otros. El universo inmenso e infinito es el compuesto que resulta de tal espacio y de tantos cuerpos en él comprendidos . "2 ~ El espacio, justo por su propiedad de infinito, es lo que hace posible a la vez que necesario que el universo sea igualmente infinito. Y algo semejante ocurre con el tiempo en su sentido estricto, que corresponde a la eternidad del universo. El espacio es necesariamente infinito, porque no hay nada que pueda limitarlo.2• El espacio es el infinito extensivamente, aquello que carece en absoluto de término y límites; aquello para lo cual nada es externo y de lo cual nada es externo (Cam. Acr. P.1 21]. El espacio es infinito en acto (Cam. Acr. P.123) El espacio es lo máximo existente en extensión (magnitud], así como también lo mínimo que se puede dar (intersticios entre átomos, que en un plano se manifiesta como un triángulo con lados

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Infinito, p. 433 "No es preciso, por tanto, investigar si fuera del cielo hay lugar, vacío o tiempo, porque único es el lugar universal, único el espacio inmenso que podemos llamar libremente vacío, en el cual hay innumerables e infinitos globos como éste en el que vivimos y vegetamos nosotros. Tal espacio lo llamamos infinito porque no hay razón, conveniencia, posibilidad, sentido o naturaleza que deba limitarlo; en él hay infinitos mundos semejantes a éste y no diferentes en género de éste, puesto que no hay razón ni falta de capacidad natural, quiero decir de potencia tanto activa como pasiva por la cual - igual que los hay en este espacio en tomo a nosotros- no los haya también en todo el otro espacio, que por naturaleza no es diferente ni distinto de éste." Ibid. p.226. 26

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curvos cóncavos y en un volumen un trapecio con sus lados . 1 • ~~ vos tgua mente concavos). {cf. Minimo v.11, p.266 (v. 11 1. n}} El ~sp,acio es. mate~ia, per~ e~ ~ I nivel básico de ésta en el cual están complicados los pnnc1p1os y elementos físicos; en tant 'explic~dos', ~ólo retiene el sentido de la carencia, de la apetenci~ (potencia pasiva) [cf. Infinito : "lugar y dimensión capaz de todos los discretos [p.p. 333-334] y Cam. Acr. P.123]. { { Filoteo." [ . .. ] Si existe esta potencia, entonces el espacio es en cierto modo materia; si es materia, tiene capacidad; si tiene capacidad, ¿por qué razón debemos negarle el acto?" Jnf. o. 11 edGR Filo. P.132}} {{ De lmm. VIII , VI , p.30 l}}

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El espacio es un ser necesario, tan necesario que precede lógicamente a los demás. El espacio es la condición de posibilidad absoluta, sine qua non, de toda existencia [lo que lo toma, j unto con su infinitud, en un aspecto de Dios = panteísmo].

universo con sus sustancias y accidentes, y ot~a es que. se identifique sin más con él. En sí y por sí, el espacio es vac10; como 28 manifestación, o sea, en el universo, es pleno • p r tanto lo que se denomina comúnmente ' espacio' en realidad ~ es má~ que una serie de lugares determinados por la relación de ~os cuerpos entre sí o, si se prefiere, una concreción, una ubicación necesariamente relativa en el espacio infinito {{cf. e.A. p.146-147}} debida a la materia, sobre todo corporal - aunque también a la ' espiritual' 0 incorpórea, la cual tampoco puede existir fuera del espacio-. El ' lugar ' es una especie de concreción, de deter~inaci~n, de mensura del espacio de carácter accidental y relativo. Pnmero, porque en el infinito29 no hay direcciones; segundo, porque se da en función de los compuestos y no de los elementos. De ahí que para Bruno el lugar por excelencia es lo que se ha denominado 'cielo', que no es otra cosa que una ubicación en el espacio de cuerpos celestes con su ambiente propio. Para el No"Piloteo.- [... ] Nosotros no afirmamos un vacío como aquello que es sencillamente nada sino en el sentido de que todo aquello que no es cuerpo que ante los sentido's o frezca resistencia suele ser llamado, si tiene dimensiones, vacío, puesto que por lo general los sentidos no toman noticia de la existen~ia de un cuerpo más que por la propiedad de ofrecer resistencia; por eso se dice que igual que no es carne lo que no es vulnerable, tampoco e~ cuerp~ lo que no ofrece resistencia. Decimos así que existe un infinito, es decir, una mmensa región etérea, en la que hay innumerables e infinitos cuerpos, como la tierra'. la luna y el sol, a los cuales llamamos mundos compuestos de lleno Y de vac10, porque este espíritu, este aire, este éter no solamente existe alrede~or de estos cuerpos, sino que penetra también dentro de todos ellos y resulta ms1to a toda cosa. Hablamos además de vacío en el mismo sentido con que a la pregunta que inquiriera dónde está el éter infinito y los mundos, responderíamos: en un espacio infinito, en un cierto seno en el cual está y se extiende el todo Yel cual no se puede entender ni estar en otro sitio." lnf. Ed Gr.. p. l 32- l 33BRENES 40 p.46

2s

El espacio es la condición de posibilidad de l movimiento y, por tanto, de lo que éste determina, con lo que se vincula también por esta vía al tiempo. Es vacío en sí y por sí 21 Una cosa es que el espacio sea e l gran receptáculo y que contenga en sí a todo lo existente, al pleno del 27

" As for the princi pie of sufficient reason, Bruno applies it in his discussion of sp.ace a~d ofthe spatially, extended universe. Bruno's space, the space of an mfinite ·universe and at the same time the (somewhat misunderstood) infinite :·void" of Lucretius, is perfectly homogeneous and similar to itself everywhere: mdeed, how could the "void" space be anything but uniform -or vice versa how ~ould the u~ifon:" "voi~" be anyt~ing but unlimited. and infinite? Accordingly, from ~runos pomt ofv1ew, the An stoteltan concepllon ofa closed innerwordly space ts not only false, it is absurd." A lexandre Koyré: From the Closed World to the lnfinite Universe. The John Hopkins Press. Baltimore; 1970. p. 46.

Bruno, siguiendo al Cusano, define al universo infinito com~ ~na esfer.a en que todo es centro y nada es periferia. Por consiguiente, las pos1c10nes y direc-

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ciones en él son relativas al observador.

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lano, 'cielo' se puede entender en tres sentidos fundamentales: a) el lugar que ocupa cada cuerpo celeste, junto con el 'aire' y otras materias que no le son realmente externas, sino que forman Part integral de él, que es lo que les proporciona su forma esférica; b~ el espacio que posee cada 'sínodo ' [lo que después se llamaría sistema solar] , constituido por el cielo de cada cuerpo celeste -cada sol y cada uno de sus planetas- y el lugar que los abarca; y c) el espacio infinito que se identifica30 con el universo con su innumerabilidad de mundos [los infinitos sínodos, integrados por sus soles y sus tierras] o 'cielo de cielos'. 31

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Debe distinguirse entre el espacio absoluto (cadum ccelorum, 'cielo de los cielos'), del específico de los sistemas solares32 (ccelum cceli, 'cielo del cielo'), del que ocupa cada cuerpo celeste en particular, que incluye el aire que lo rodea y le da una forma esférica - atmósfera-, como en el caso de nuestra Tierra (crelum Telluris, 'cielo de la Tierra') 33 • Con relación al lugar, Bruno plantea tres sentidos básicos: a) lo que ocupa un cuerpo y sus dimensiones son las de éste, b) fuera de los cuerpos, lo que separa a los cuerpos entre sí (como, sobre todo, entre astro y astro), y c) la que se da en la superficie de un cuerpo contenido y continente (como es el caso de la atmósfera)34 • El espacio es lo máximo existente en extensión [magnitud], así como también lo mínimo que se puede dar (intersticios entre átomos, que en un plano se manifiesta como un triángulo con lados io

De ahí que describa al Universo corno el gran compuesto {cf} Infinito p.433

[EG] J I mmenso, VII,

p.257 32 Synodo planetariurn { {cf}}. No debernos olvidar que es el Nolano el primero en establecer la idea de sistema solar, indicando que cada una de las estrellas que observarnos y de innumerables que no vernos, son centros de sus respectivos sistemas planetarios. l3 lmmenso, IV, XIV, BOL v. 1, P. 11 , pp.79-80. 4 J lmmenso, v, 1, BOL v. 1, P. 11, pp. 119-120 VII, BOL V. 1, P. 11,

urvos cóncavos y en un volumen un trapecio con sus lados cur~os igualmente cóncavos). Mínimo, BOL v. 11 v.i p.266 (v.111.11). con mucbo, al tiempo le dedica menos tiempo de exposición, al menos de forma directa, ya que en el amplio tratamiento del movimiento está de algún modo siempre presente. Al ser particularizado, concretado, manifestado a través de los distintos tipos de movimiento, buena parte de su tratamiento va a estar en función del movimiento. El tiempo absoluto se mide por el movimiento absoluto, lo que equivale a decir movimiento infinito, que, a su vez, equivale al instante, o sea, a la ausencia absoluta de intermedios, de tiempos concretos. Partiendo de la tesis cusaniana de la coincidentia oppositorum, del máximo con el mínimo, el instante se identifica con la eternidad, con consecuencias fundamentalmente metafísicas, teológicas. Resulta evidente que, para Bruno, el tiempo como principio, esto es, como eternidad, que es correlativo con el espacio absoluto o infinito, en tanto fundamentos absolutos del universo, de la realidad física o más simplemente de la realidad, se implican mutuamente, pues el infinito es necesariamente eterno y la eternidad en el fondo no es más que una manifestación del in:finito.35 No obstante, resulta manifiesto que el tiempo, tanto como principio como sus formas relativas en función de los compuestos, no tiene en la obra del Nolano una extensión comparable a la del espacio. 36 Para Bruno, en sentido estricto el tiempo es la duración absoluta, la eternidad, que, paradójicamente, equivale al instante; un ins-

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"El tiempo, digo, fisica, real y verdaderamente es infinito, [ ... ]"Camoeracensis acrotismus, BOL v: 1, P.I, p. 157. 36 Corno lo han expresado varios autores, v. gr. Granada

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tante infin·t · I' · · . t o, sm imites, sm principio ni fin.J1 Se le da el n b om. re de tiempo a lo que en realidad es 'edad' Js est fin~ta, limitada, que se mide con relación ~ los ~~:'. u~a duradc1ón firnto y lo pere d 1m1entos e lo ce ero, o sea de los compuestos desde 1 compuestos (los cuerpos celestes) hasta los ínflmos. J9 os grandes El tiempo máximo equivale al , · . absoluto. {{nota Inf. P.153 cf a:;~~o, la eternidad es un instante

-

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Ti~mpo _es concebido ante todo como duración (y de ah ' 'd J v1 a, ex1stenc1a, como en Tomás de Aquino) Como fu d soluto d ·, b · n amento es ab, urac10n a soluta, esto es: eternidad;4º como manifestai1 A la pregunta de cuáles serían las p rt d 1 d .. . ponde: "Fi/ote - L a es e a urac1on infinita, Bruno reso. as partes proporcionales de 1 d ·· proporción con la duración Y el tie a urac1on, q.ue guardan una tiempo infinito, porque en éste el tie:º· pe·ro· no con la ?urac1ón infinita y el nal máxima de la duración viene a s po max1mo, es decir, la parte proporciosiglos infinitos no hacen más que i ; ~~u1~alente a l~ parte mínima, dado que ción infinita, que es la eternidad no ~: asm ?ras. Quiero d~c1r que en la duratodo lo que se dice parte del infin '.t y as horas que siglos, de suerte que ta, tanto en la duración infinita c~ o, en ta~to que es.part~ del infinito, es infinifnf. EdGr p 153 "El t' mo en e tamaño mtimto."Diálogo Segundo · · 1empo es como el · . · única duración infinita que exis¡iría incl esp~c10, una _re~hdad absoluta, una Barbara Amato 'Spazio' en E . l d.uso sm .el mov1m1ento de las cosas.,, 1 lstituti Editoriali e Polig;afici I~~~~~~ ª ~rup_mana e Campanelliana, vol. 1, is "D d d z10na I, isa-Roma 2006 p 163 e on e se concluye que el tiem o , , : . po finito es la edad, según innumerabl! eperman~nte es la eternidad, el tierna través del movimiento de los spec1es. y no se puede percibir sino celestes o artificialmente como eser,es colm~uestos y finitos, como los cuerpos n os re o•es . v :1, P.1, p. 150 ' · Camoeracenszs· acro11smus, BOL

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,

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o sena e caso de los mínimos físicos ab 1 . , son substancias simples y elementales so utos. los atomos, que para Bruno medir su duración además de , por lo q~e son eternos y no se puede sus movimientos. , que no son perceptibles por sí mismos ni ellos ni

'º " Pero el universo . es infinito también en

1 . e plano tempor~I, o sea: es e1erno la infinitud espacial." Granada "~I misma neces1~ad metafísica y teológica que micos y eternidad" en C E con~epto de tiempo en Bruno: tiempos cós, anone, ugemo (ed.): Lajilosojia di Giordano Bruno.

y su eternidad se establece con 1

ción concreta se presenta en la duración diferenciada de los distintos compuestos y ésta se manifiesta en los movimientos, siendo éstos los que permiten medir la duración finita, tanto de los compuestos como de sus propios movimientos, por consiguiente es un tiempo relativo. Para Bruno, contrario a la tradición aristotélica y escolástica, no es el movimiento la medida del tiempo, salvo accidentalmente; sino, por lo contrario, el movimiento es la medida del tiempo41 y el tiempo que es medida del movimiento no está en el cielo, sino en los astros y el supuesto movimiento primero no es más que la ilusión en el observador debido al movimiento de la Tierra;42 son, pues, especialmente los movimientos de los grandes compuestos, de los cuerpos celestes y sus relaciones mutuas, los que nos permiten establecer medidas para el tiempo concreto, esto es, de la duración de todos los compuestos finitos. Para Bruno el tiempo no es la medida del movimiento como para Aristóteles, sino, por el contrario, el movimiento es lo que permite establecer la duración de los distintos compuestos {{cf. C.A. p. 146, p.147}}. Cuando se afirma que medimos un movimiento por el tiempo, en realidad estamos estableciéndolo con la medición de la duración del movimiento o relación de movimientos de otros compuestos determinados (v. gr. el movimiento de la Tierra sobre su eje, en función de los cuerpos que en apariencia la rodean; el movimiento de la Tierra alrededor del Sol; el de la Luna en torno a Ja Tierra y al Sol, etc.). No olvidemos que precisamente Bruno está consolidando la nueva cosmología y para ello debe revertir todas las tesis que la contradicen. El tiempo en sí es instante, como mínimo y como máximo;4 3 pues al igual que en el resto del universo debe existir necesariamente un

Problemi ermeneutici e storiografici. Leo S. Olschki Editore, Firenze, 2003. pp.86-87. 41 Camoeracensis acrotismus, BOL v:1, P.I, p. 146 y ss. 42 !bid. p.143. Tal es el encabezado del artículo xxxv111, con el que empieza el importante apartado sobre el tiempo. 43 lnfinito, edición citada, p.153

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mínimo: " Así como el t~empo es uno, p~ro existe en diversos suje. tos temporales, de la misma manera el instante es uno en diversas y todas las partes del tiempo [ ... ] porque si no existiese el instante no existiría el tiempo; sin embargo, en esencia y sustancia el tiern~ po no es otra cosa que el instante". 44 El tiempo limitado es producto del movimiento y la relación. El tiempo absoluto, la eternidad, sería producto de un movimiento infinito, que equivale a su contrario, a lo inmóvil y a la carencia de tiempo. El resto del tiempo está determinado por el movimiento (sobre todo de los cuerpos celestes) y la relación entre un móvil y un observador.

212 Otro tanto ocurre con el tiempo, ya que lo que se denomina como tal no es en realidad más que determinaciones o mediciones de la duración de los particulares, de los distintos compuestos, así como de sus movimientos, medidos a su vez por otros movimientos determinados. Ubicación, lugar, temporalidad, edad, época, período, son términos que expresan el espacio y el tiempo en rangos finitios. Lógicamente vivimos obsesionados por nuestra propia particularidad y finitud, las proyectamos y queremos hacer al mundo a nuestra pequeñez, limitación, temporalidad e ignorancia ["el león piensa que todo es a su condición"]. Bruno pretende romper esto, comenzando por la conciencia y siguiendo por el esfuerzo [heroico furor]. La eternidad y la infinitud (o, si se prefiere, el infinito temporal y el infinito espacial) no están desligados, sino que se complementan necesariamente, no se entienden una sin la otra, que por sus características no pueden menos que concebirse sino como atributos "" De g /i eroici f urori {De los heroicos furoresJen Le Opere italiane di Giordano Bruno, ristampate da Paolo de Lagarde, Gottingen, Dieterichsche Universitiitsbuchhandlung, 1888, pp. 688-689 .

1·os•s y

de su 'vestigio', el universo. En la infinitud existen se-

D de ·to, l ~ que res finitos (que como dice Bruno no son p~rtes de¡·fi m m_

Ita incongruente, sino partes en el infimto46], pero el 1nfimto es . ºnfi . y la eternidad es necesariamente t mta. ~~mo afirma Santo Tomás 47, tesis que adop~ radicalme~te B~~o 0 absoluta coherencia aplicándosela ademas a la man1festac1on ~~vina que es el Universo, no puede haber contradicción ni incongruencia entre los aspectos o atributos divinos.

resuesariamente eterno

La identidad de tiempo y espacio sólo se dan en el infinito Siguiendo una lógica que tiene una de sus fuentes primordiales en la teología negativa del Pseudo Dionisio y madurada por Tomás de Aquino, 48 los atributos absolutos que corresponden a Dios forman en realidad una unidad indisoluble, de manera que la infinitud y la eternidad se identifican en la comp/icatio absoluta, esto es, en Dios. {{Rematar la idea radical de unidad planteada desde el De la causa, principio e uno} } "Piloteo. - Uno, pues, es el cielo, el espacio inmenso, el seno, el 45

Como se puede observar, las consec uencias de las afirmaciones brunianas van en la dirección del pleno panteísmo. Sin embargo, el Nolano procura atenuar los riesgos haciendo una distinción fundamental entre la infinitud de Dios y la del universo: "Filoteo.- Yo llamo al universo
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