Estructura y Límite del Ahí: Discurso, Comprender y Disposición Afectiva en Ser y Tiempo

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Doctorado en Filosofía m/ Estética y Teoría del Arte Seminario: Poesía y Mundo. Dr. Andrés Claro.

Estructura y Límite del Ahí: Discurso, Comprender y Disposición Afectiva en Ser y Tiempo Consideraciones previas para una exégesis del vínculo entre pensamiento poético y ontología política en Heidegger Luciano Allende Pinto.

El presente texto prepara una indagación más profunda en torno a la relación entre filosofía y poder al interior del pensamiento que Heidegger comienza a abrir en la década del 30’s, y que halla su primera formulación en algunos pasajes del curso de 1935 Introducción a la Metafísica, la publicación revisada y corregida por el autor que salió a luz el año 1953, contiene una serie de consideraciones respecto de la adhesión de Heidegger al nacionalsocialismo y la valoración de la “grandeza del movimiento”, junto con consideraciones geopolíticas fundamentales que se juegan más allá de una mera consideración óntica, sino que se enraízan en la comprensión del ser del hombre como to deinotatón a la luz de los análisis del primer canto del coro de Antígona, una adecuada comprensión de lo expresado en esa poesía pensante por parte de Sófocles, así como la traducción del deinon griego por la expresión germana “Unheimlicht”, exigen atender a los desarrollos que en el Capítulo V de la primera sección de Ser y Tiempo llegan a plantear la cuestión de la inhospitalidad –Unheimlichkeit- del Dasein, así como el límite y (auto)fractura que se

infringe

la

estructura

del

Ahí,

articulada

discursivamente

en

la

modulación

Discurso/Habladuría –Rede/Gerede-, entendiendo que aquello que habrá de propiciar la apertura del pensamiento de Heidegger a formas del discurso poético responden al agotamiento no sólo del lenguaje de la tradición metafísica, sino de la facticidad de lo discursivo mismo.

Tempranamente y casi al pasar Heidegger esbozaba hacia 1927 una peculiaridad del lenguaje poético, el § 5 de Ser y Tiempo, La analítica ontológica del Dasein como puesta al descubierto del horizonte para una interpretación del sentido del ser en general, reconoce a la poesía entre las disciplinas que habrían indagado en los modo de ser del Dasein, tales como la psicología, la

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antropología, la historiografía, la política. No obstante, reclama la necesidad de una Analítica del Dasein que ponga al descubierto el ser de este ente peculiar, como primer momento de su programa filosófico. En el mismo texto, y con ocasión de sus análisis sobre el Discurso en el §34, señala: “La comunicación de las posibilidades existenciales de la disposición afectiva, es decir, la apertura de la existencia, puede convertirse en finalidad propia del discurso «poetizante».” No existiendo más alusiones a la cuestión poética en el tratado inconcluso. De hecho, llama la atención que a pesar de la centralidad que tiene la disposición afectiva al interior del tratado, a propósito del carácter fundamental de la angustia como singularización del Dasein, la expresión de tal angustia en un discurso posible ingrese al texto con la precaución de las comillas. Una legítima sospecha emerge ahí donde la posibilidad de comunicación a-propiada de la Apertura que se juega en el Ahí (Da), por el lado del encontrarse afectivamente dispuesto, aparezca cercada en su inscripción gráfica, tampoco dice Poesía (Dichtung) sino “dichtende Rede”, con lo que se atestigua el privilegio del comprender (Verstehen) y su poder-ser como hilo conductor del tratado. De algún modo, la comprensión inmediata y regular, la precomprensión del Ser que constituye su olvido, ya habría resuelto tempranamente dicho privilegio. Siguiendo el trabajo de Derrida sobre El espíritu, se puede entender que una decisión tal, responde a la operación del vermeiden, por cuanto, un desvío que busca evitar lo poético con ocasión los análisis ontológico-existenciarios del Discurso, viene a cerrar aquello que aquel discurso podría hipotéticamente hacerle al propio discurrir del tratado heideggeriano. El rodeo a lo poético en Ser y Tiempo, hace que los pasajes referidos sólo nos permitan indagar en aquellas formas del discurso que no tienen el modo del discurso poético, y que se articulan en el horizonte abierto como Ahí, en tanto comprender y encontrarse. Gran parte de la originalidad del pensar que en Ser y Tiempo se despliega, se halla en la radical importancia que tiene el encontrarse, esto es, el estar afectivamente dispuesto propio del Dasein, la Befindlichkeit tal como destaca al comienzo del §29 es lo ónticamente más conocido y cotidiano, se trata justamente del temple anímico, aquello que toda la tradición crítica moderna habría relegado a un espacio menor, éste se encuentra en la Analítica Existenciaria prácticamente al mismo nivel del comprender [Verstehen], situando a ambos existenciarios en un nivel más originario, respecto

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de la apertura del Ahí que el comprender asociado al conocimiento de toda la tradición críticai, incluso ya desde el encontrarse del Dasein, que en cuanto tal ha de ser definido, en cuanto disponibilidad existencial templa al Dasein antes de toda psicologíaii. Esta mayor posibilidad de apertura del Ahí revela el ser del Dasein como carga, es decir, como teniendo que cargar con su existencia, tomando a su cargo la “pertenencia al ser mismo” –destaca la nota de Heidegger. Ello desde la indeterminación afectiva, esto es, el tedioiii, como aquel lugar donde el ser del Ahí se manifiesta como carga, antes de toda relación de saber con el ser del Dasein que es el Ahí. “En el temple de ánimo, el Dasein ya está siempre afectivamente abierto como aquel ente al que la existencia [Dasein] le ha sido confiada en su ser, un ser que él tiene que ser existiendo. Abierto no quiere decir conocido como tal. Y justamente en la más indiferente y anodina cotidianidad el ser del Dasein puede irrumpir como el nudo factum de «que es y tiene que ser». Lo que se muestra es el puro «que es»; el de-dónde y el a-dónde quedan en la oscuridad.”iv

Será justamente en la constatación radical de “que se es” donde se hará evidente la condición de arrojado [Geworfenheit] del Dasein, en tanto ella deja oculto el sentido, esto es el de-dónde y el adónde de su tener que existir en su Ahív, esta condición de arrojado hace evidente la facticidad del Dasein que indica el §12, desde la cual el ser del Dasein siempre ya se ha dispersado en sus posibilidades. “El término «condición de arrojado» mienta la facticidad de la entrega a sí mismo. El factum de «que es y tiene que ser», abierto en la disposición afectiva del Dasein, no es aquel «que [es]» que ontológico-categorialmente expresa el carácter de hecho, propio del estar-ahí. [...] el «que [es]» abierto en la disposición afectiva debe concebirse como determinación existencial del ente que es en la forma del estar-enel-mundo. La facticidad no es el carácter de hecho del factum brutum de algo que estáahí, sino un carácter de ser del Dasein, asumido en la existencia.”vi

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Éste encontrarse como encontrarse a sí mismo en que el Dasein siempre se halla arrojado, no dice relación con ninguna noción de auto-percepción intelectualvii sino con el encontrarse afectivamente dispuesto, aunque sea como conversión o aversión antes que en la mira de la condición de arrojado. Destaca Heidegger, “la disposición afectiva abre al Dasein en su condición de arrojado, y lo hace inmediata y regularmente en la forma de la aversión esquivadora”viii. Dicho esquivar se da con la condición misma del estar afectivamente dispuesto, ello en el sobrevenir del estado de ánimo, mas en ese oscurecimiento de la condición de arrojado del Dasein se halla la apertura de la posibilidad del dirigirse hacia, esto es, que las cosas estén dotadas de valorix abriendo el estar-en-el-mundo en su totalidadx. Es pues en el disponerse afectivo del Dasein que el estar-en-el-mundo se hace posible, por cuanto, no es sino ahí donde cabe el ser afectado por el ente intramundano, ya sea en el “uso feliz” de un útil, o en el carácter amenazante de éste; dicho carácter muestra la peculiaridad del encontrarse aquí referido, no comparable con una mera intuición de exterioridad relacionada con lo intelectual, al modo de una res cogitans frente a una res extensa, o un yo y un mundo como mero hiato entre lo interior y lo exterior, sino cuanto aperturidad y despejamiento del estar-en-el-mundo en cuanto tal. El abrir el estar-en-el-mundo propio de la disposición afectiva se torna patente en el miedo, pero a su vez, con la estructura del miedo –ante qué del miedo, el tener miedo, y por qué del miedo- se mostrará la estructura de la disposición afectiva en general. El ante qué mienta, lo temible, Heidegger señala que esto es, siempre “algo que comparece dentro del mundo en el modo de ser de lo a la mano, de lo que está-ahí o de la coexistencia”xi. Para que dicho algo sea temible ha de requerirse que éste comporte el carácter de lo amenazante. Cuestión que

tiene su propia

estructuraxii determinada siempre desde su posibilidad de acercarse y ser perjudicial. Es pues, en la posibilidad del perjurio en donde se encuentra lo constitutivo del ante qué del miedo. Por otro lado, “el tener miedo, en cuanto tal es el dejar-se-afectar que libera lo amenazante, [esta es una] posibilidad latente del estar-en-el-mundo afectivamente dispuesto [ella] ha abierto ya de tal manera el mundo que desde él puede acercarse lo temible”. Ahora bien, por qué se teme, será siempre el Dasein mismo, incluso cuando se tema por un ser a la mano del que el Dasein se ocupe,

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se tratará siempre de un temer por el Dasein, “Sólo un ente a quien en su ser le va éste mismo ser, puede tener miedo” –nos dice Heidegger “Porque el Dasein, en cuanto estar-en-el-mundo, es siempre un ocupado estar en medio de... Inmediata y regularmente el Dasein es en función de aquello de qué se ocupa”xiii se tratará de lo mismo y con mayor evidencia cuando el temer, sea un temer por otro. Esta posibilidad del Dasein que es el miedo, abre de modo conjunto, por un lado, el ente intramundano en cuanto amenazante y, por otro, el estar-en del Dasein como estar amenazado, dependiendo de cómo irrumpa lo amenazante éste puede tomar las formas del susto, el pavor y el espanto, no obstante, siempre y cada vez que se teme es un ente intramundano aquello de lo que, y con lo que, se trata. El segundo existenciario develado en el ser-en es el comprender, del que ya se ha adelantado algo a lo largo de la Analítica, la igual originariedad de estos existenciarios implica que el comprender es tal, siempre en una determinada afectividad, tal y como el hallarse afectivamente dispuesto mienta cierta comprensión del ser del Ahí del Dasein y de lo intramundano. “La disposición afectiva tiene siempre su comprensión, aun cuando la reprima. El comprender es siempre un comprender afectivamente templado”xiv –siguiendo los argumentos que nos presenta el texto, tendremos que considerar que, así como el estar afectivamente dispuesto pone en evidencia la facticidad del Dasein, el comprender ha de mostrar el que el Dasein tenga que ser su ser. Con ocasión de la exposición del dejar-ser del Dasein,

Ser y Tiempo ha adelantado éste

comprender como poder-ser [Sein-können], cuestión que se basa en la determinación originaria del Ahí como modo de existir del Dasein, antes de todo aquí y ahí fundándole junto con la significatividad del “mundo”. “En la comprensión del por-mor-de está coabierta la significatividad que en él se funda. La aperturidad del comprender en cuanto aperturidad del por-mor-de y de la significatividad, es cooriginariamente una aperturidad del íntegro estar-en-elmundo. La significatividad es aquello en función de lo cual el mundo está abierto

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como tal. Que el por-mor-de y la significatividad están abiertos en el Dasein significa que el Dasein es el ente al que en cuanto estar-en-el-mundo le va su propio ser.”xv

Éste comprender que es el poder-estar en el mundo del ser-en-el-mundo, implica una relación de ser, aquello con lo que debe podérselas el Dasein no es sino con su ser mismo, esto es, con su propio poder-ser [Sein-können], como peculiaridad de su propio ser que cada vez le va, por cuanto, él es ser-posible [Möglichsein]. De ahí que, “Lo existencialmente «podido» en el comprender no es una cosa, sino el ser en cuanto existir. En el comprender se da existencialmente ese modo de ser del Dasein que es el poder-ser. El Dasein no es algo que está-ahí y que tiene, por añadidura, la facultad de poder algo, sino que es primeramente un ser-posible. El Dasein es siempre lo que puede ser y en el modo de su posibilidad”xvi. Esta posibilidad de la que, se dice tempranamente en el texto, es más alta que la realidad, es la que se explicita en estos pasajes, y el enunciado de la Introducción del tratado es tal en cuanto se piense a la posibilidad como existenciario, pues si es concebida categorialmente la posibilidad se refiere a lo a la mano, y se halla, articulada desde la realidad, como un “todavía no” de ésta y la consiguiente negación de toda necesidad para aquello que se dice posible; dicha articulación de lo posible referido al ser ante los ojos, no dice relación con el modo de ser-posible del Dasein. Sin embargo, éste ser-posible propio del Dasein no debe sugerir en el pensar de Ser y Tiempo una simple idea de libertad como multiplicidad de posibilidad, sino una posibilidad posible como un estar arrojado a las posibilidades; luego, el ser del Dasein es siempre posibilidad arrojada [geworfene Möglichkeit]. “El Dasein, en cuanto, afectivamente dispuesto, por esencia ya ha venido a dar siempre en determinadas posibilidades; por ser el poder-ser que es, ha dejado pasar algunas, renuncia constantemente a posibilidades de su ser, las toma entre manos o las deja escapar. Pero esto significa: el Dasein es un ser-posible entregado a sí mismo, es, de un extremo al otro, posibilidad arrojada”xvii.

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De éste modo el comprender “sabe” lo que pasa con el ser del Dasein –éste es sus posibilidadescomo un “saber” no intelectivo formal sino que pertenece al modo de ser del Ahí. En éste sentido agrega Heidegger, “Y sólo porque el Dasein, comprendiendo, es su Ahí, puede extraviarse y malentenderse. Y en la medida en que el comprender está afectivamente dispuesto y, en cuanto tal, existencialmente abandonado a su condición de arrojado, el Dasein ya se ha extraviado y malentendido siempre. Él está, pues, entregado en su poder-ser a la posibilidad de reencontrarse en sus posibilidades”xviii. Que se dan como posibilidades de su poder-ser-en-el-mundo, proyectando posibilidades, el problema de la pro-yección es aquel punto que define el carácter hermenéutico de la fenomenología que Heidegger despliega en Ser y Tiempo, por tanto no se trata de una cuestión de simple método, sino de una determinación existencial del Dasein mismo, y su modo de ser fáctico. “Porque el comprender tiene en sí mismo la estructura existencial que nosotros llamamos el proyecto [Entwurf]. Con igual originariedad, el comprender proyecta el ser del Dasein hacia el por-mor-de y hacia la significatividad en cuanto mundaneidad de su mundo”xix. De éste modo el comprender hace que el Dasein éste siempre más allá de lo que “de hecho” [tatsächlich] es, mas no pueda nunca ser más de lo que es “fácticamente” [faktisch], porque a su facticidad le pertenece esencialmente el poder-ser como ser-posible proyectante que constituye la aperturidad del Ahí. Finalmente, “El comprender, en cuanto proyectar, es el modo de ser del Dasein en el que éste es sus posibilidades como posibilidades”. Es precisamente del carácter proyectivo del comprender que éste viene a ser comprensión de ser como modo de ser del ente que es en el mundo, por ello, la aperturidad propia del Ahí es en el comprender una manera del poder-ser del Dasein. Porque el Dasein es proyectante yecto es que su ser puede dar con la mundaneidad del mundo, esto es, la significatividad, con lo cual se da la aperturidad del ser en general,xx como comprensión de ser, lo que es también su olvido,xxi haciéndose explícito el por qué de aquella peculiar retroreferencia anticipativa que abre la pregunta por el sentido del ser,xxii ahí donde dicha comprensión tiene un carácter interpretativoxxiii

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y, por consiguiente circular, tal como la estructura circular que determina la prioridad del Dasein.xxiv Ahora bien, tanto el comprender como la disposición afectiva se encuentran articulados por el discurso, el que atraviesa a su vez todo el estar-en-el-mundo del Dasein. “El discurso [Rede] es existencialmente cooriginario con la disposición afectiva y el comprender”xxv Lo que sea el discurso, antes que el lenguaje en Ser y Tiempo, viene a señalar la articulación tanto del comprender como del estar afectivamente dispuesto del Dasein, el comprender está ya siempre articulado incluso antes de toda interpretación y enunciado de ella derivado, “El discurso es la articulación de la comprensibilidad [...] lo articulado en la articulación del discurso lo llamamos el todo de significaciones”, nos dice Heidegger, y agrega que éstas significaciones estarían provistas de sentido por cuanto, son lo articulado de lo articulable en el discurso. De éste modo la totalidad de significaciones que siempre ha de tener relación con la mundaneidad de lo intramundano muestra como el discurso al exteriorizarse, funda el lenguaje como propiedad única del Dasein, en cuanto, ente que es-en-el-mundo. “La comprensibilidad afectivamente dispuesta del estar-en-el-mundo se expresa como discurso. El todo de significaciones de la comprensibilidad viene a palabra. A las significaciones les brotan las palabras, en vez de ser las palabras las que, entendidas como cosas, se ven provistas de significaciones La exteriorización del discurso es el lenguaje. Esta totalidad de palabras en la que el discurso cobra un peculiar ser «mundano» [...] El discurso es existencialmente lenguaje porque el ente cuya aperturidad él articula en significaciones tiene el modo de ser del estar-en-elmundo en condición de arrojado y consignado al «mundo»”xxvi.

Considerando que no es sino el discurso el que articula significativamente la comprensibilidad proyectante afectivamente dispuesta del Dasein estando-en-el-mundo, tendrá que articular también, el coestar del propio del Dasein, es decir, la articulación del discurso en el lenguaje que se da como notificación implica, a una con ello, la comunicación con los otros, que se ha de entender

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en su sentido existencial como “convivir comprensor [...] que realiza el «compartir» de la disposición afectiva común y de la comprensión del coestar”xxvii; por consiguiente, todo aquello que el Dasein es capaz de expresar, es tal, por cuanto, él es ser- ec-sistente. Éste carácter abierto del Dasein se muestra en el énfasis ontológico que Heidegger da al escuchar cuando se trata de desentrañar aquello que sea el discurso, dicha escucha como poder-escuchar, esto es, existencialmente comprendida antecede el Oír existentivo, el acallamiento como estar a la escucha será retomado largamente en diversos lugares posteriores a Ser y Tiempo, como la posibilidad de escuchar la voz del Ser, cuestión que se deja leer en las notas de Heidegger al §34, ello sin desmedro de que en la cotidianidad media, dominada por el Uno, el discurso [Rede] caiga y se presente como habladuría [Gerede]. Por otro lado, se presenta la pregunta por el lenguaje del tratado mismo, por la terminología que opta y que evita, esto es en su callar y discurrir. Es decir, ¿habría acaso algo que el lenguaje de la metafísica no podría decir que es justo aquello que reclama en su planteamiento Ser y Tiempo, a través de cierto método fenomenológico hermenéutico de la pregunta por el Ser, un extender violentamente los límites del lenguaje propio de la tradición filosófica? ¿Se tratará quizá de que ocurra en la Historia de la Filosofía, algo análogo a la caída del discurso [Rede] en la habladuría del lenguaje cotidiano?

Rede, también pensable como logos, luego, razón, quizá se halle ahí la

invitación de Heidegger a repensar la sentencia aristotélica del hombre como “animal provisto de lenguaje”. Es precisamente en el discurso [Rede] donde se encuentra la evidencia de la caída del Dasein. Empero, esta no es una caída en el mundo desde una instancia pura, o previa, ni siquiera interior, es decir, la caída que no tiene sentido teológico alguno, sino que da cuenta de cómo el Dasein ecsiste es decir, de cómo es en la exterioridad, fuera, de cómo el Dasein es ser-ahí, por cuanto, si bien las estructuras existenciarias del Ahí exceden el ámbito de lo cotidiano, éstas fácticamente se encuentran siempre ya en el modo de la impropiedad, de un modo caído o cadente.xxviii Éste carácter cadente del Dasein dice relación con que, si bien las estructuras existenciarias del Ahí puestas al descubierto por Ser y Tiempo atraviesan y exceden toda la Analítica de la Existencia, siempre se hallan de modo “inmediato y regular” dominadas por el Uno, o lo que es lo mismo, en el

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modo de la impropiedad. Es pues en la publicidad del Uno “donde” el Dasein se encuentra arrojado siempre, no será sino en esta publicidad del Uno donde los elementos estructurales del Discurso, la Visión, y la Interpretación son de un modo cotidiano, es decir, son tales, pero en su forma caída, como Habladurías [Gerede], Curiosidad [Neugier] y Ambigüedad [Zweideutigkeit]; cuestión que si bien se da en el modo de la impropiedad devela estructuras esenciales, tal como advertía Heidegger al comienzo de la Analítica, y prepara la emergencia de lo esencial mismo, por cuanto han de propiciar la irrupción de la infamiliaridad en lo familiar; infamiliaridad que se abre desde la forma caída del discurso [Rede], a saber, la habladuría [Gerede], e implica el extrañamiento necesario para una vuelta a casa como el origen que el pensar heideggeriano ha de buscar en el camino por él recorrido. Lo qué sea la habladuría, [Gerede] “constituye el modo de ser del comprender y la interpretación del Dasein cotidiano”xxix, éste implica un “estado interpretativo” del Dasein del mismo modo definido, en dicho estado, la cotidianidad regula el comprender mediano y su correspondiente disposición afectiva, es decir, ese estado interpretativo rige el modo de ser del ente que somos nosotros mismos en cada en la medianía. Esta inmediatez del estado interpretativo cotidiano atraviesa toda la estructura de la mundaneidad familiar que hemos seguido a lo largo del camino de Ser y Tiempo, y es su “ley”, como ley de al menos un sentido del oikos. En éste estado interpretativo cotidiano dominado por el Uno, el Dasein no hace sino comprender el mundo, la coexistencia con los otros, y el propio estar-en. Es ahí donde el Discurso [Rede] a-cae-ce como Habladuría [Gerede], reduciéndose el discurso a mera comunicación, como una suerte de habla común que no da cuenta de lo por ella hablado. Es decir, un habla que no constituye una apropiación originaria de lo ente, sino que se mueve en el desarraigo de lo ente, ahí donde se halla el Dasein arrojado a lo ente mismo.

“[...] el hablar ha perdido o no ha alcanzado nunca la primaria relación de ser con éste ente del que se habla, no se comunica en la forma de la apropiación originaria de éste ente sino por la vía de la difusión y repetición de lo dicho. Lo hablado en cuanto tal alcanza círculos cada vez más amplios y cobra un carácter autoritativo. La

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cosa es así porque se la dice. La habladuría se constituye en esa repetición y difusión, por cuyo medio la inicial falta de arraigo se acrecienta hasta una total carencia de fundamento.”xxx

Esta carencia de fundamento no es la incomprensión, sino un modo deficiente del comprender, por cuanto, por ella todo es comprendido, no obstante, de un modo no originario, determinando – por ejemplo- el olvido del ser y toda la tradición que Heidegger querría destruir. “Esta comprensión que está depositada en la expresión lingüística concierne tanto a la manera, alcanzada o recibida, como se descubre el ente, cuanto a la correspondiente comprensión de ser, y a las posibilidades y horizontes disponibles para una ulterior interpretación y articulación conceptual.”xxxi

Pareciera ser que eso alcanzado remite a lo dicho por el pensador en el §1, respecto del pensar griego del Ser, “avances” que si bien han sido heredados, se han convertido en una “trivialidad”, por cuanto, han sido recibidos como olvido, si algo hay en la comunicación usual-familiar (vertrauen) es que el Ser es comprensible de suyo. La metafísica como historiografía del pensamiento no sería sino la expresión de la habladuría como escribiduría, y la consiguiente comprensión mediana que domina autoritariamente la medianía del Ser, “donde todos comprenden lo dicho moviéndose en la medianía”xxxii. Tal caída e incomprensión como un encubrimiento de lo propiamente dicho en el decir, encubrimiento que no es sino la familiaridad [Vertrautheit] con el Ser que atraviesa y constituye el modo cotidiano de ser del Dasein en el mundo, y su correspondiente comprensión de ser, familiaridad que como filiación permite recibir y olvidar la herencia que el Ser [Seyn] es. “La habladuría es la posibilidad de comprenderlo todo sin apropiarse previamente de la cosa [Sache]. La habladuría protege de antemano del peligro de fracasar en semejante apropiación. La habladuría, que está al alcance de cualquiera, no sólo

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exime de la tarea de una comprensión auténtica, sino que desarrolla una comprensibilidad indiferente, a la que ya nada está cerrado.”xxxiii

Esta comprensibilidad indiferente cruza el habitar del Dasein en la medianía y constituye la comprensión mediana del Ser, ésta que enunciamos ahora como inauténtica, “está ya instalada desde siempre en el Dasein [...] El Dasein no logra liberarse jamás de éste estado interpretativo cotidiano en el que primeramente ha crecido. En él, desde él y contra él se lleva a cabo toda genuina comprensión, interpretación y comunicación, todo redescubrimiento y toda reapropiación.”xxxiv Es decir, la comprensión indiferente y su estado interpretativo caído, que con la habladuría se pone en evidencia descubre aquella familiaridad, que es ocupación, solicitud, trato, espaciamiento, poder-comprender, interpretar, disponerse afectivamente, ser sí mismo, sercon-otros, etc, como un estar-en-el-mundo, donde “están coartadas las relaciones primarias, originarias y genuinas con el mundo, con la coexistencia y con el propio estar-en. [Ahí el Dasein] Se mantiene en suspenso y, sin embargo, sigue estando en medio del «mundo», con los otros y en relación consigo mismo”xxxv. No obstante, esta condición familiar, sólo es propia del Dasein como ente que es en el mundo, y que en tanto tal, se halla filiado al Ser. Luego puede recibir esa herencia que es su olvido, el que es tal, por cuanto no se le ha correspondido, empero no correspondencia no suprime la pertenencia y con ello, la posibilidad de un pensar capaz de corresponder cuanto se halle a la escucha de la voz del Ser, silenciando la habladuría cadente, señalando el camino para cierta ambigua “superación” de la metafísicaxxxvi. Pasarán varios años antes que Heidegger encuentre un camino intermedio entre el Discurso – Rede- y la Habladuría –Gerede-, de algún modo la vinculación del Heidegger de la “vuelta”, con la idea de un pensamiento poético, se instala en esa indagación que el decir poético de la poesía pensante parece propiciar, llevando el pensamiento de Heidegger más allá de las formulaciones realizadas desde la Analítica del Dasein y el proyecto de una Ontología Fundamental, pero jamás prescindiendo de tales consideraciones analíticas y casi antropológico-filosóficas.

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La comprensión del modo de Ser del ente ejemplar desde el Ahí, y su comprensibilidad afectivamente dispuesta, es un momento que debe agotarse en sus posibilidades de indagación en torno a la pregunta de la década del 20’s en el pensamiento de Heidegger respecto del sentido del Ser, y será aquella la que abrirá la necesidad de un preguntar más radical respecto de la verdad del Ser, en el Heidegger de la década del 30’s, donde yendo más allá de la Sorge y la Angustia como determinaciones singularizadoras de la existencia del hombre, éste se comprenderá en una relación onto-política que se hunde en una profundidad mayor a aquella que se juega en doble filo del Sein-können y el Möglich-sein de la analítica existenciaria, hacia formas del poder que se juegan en la interpretación del hombre desde su condición siniestra (Unheimlicht) y que sólo el pensamiento poético es capaz de ex -poner. En éste sentido nos dice Heidegger, todavía en Ser y Tiempo: “Sólo un ente cuya aperturidad está constituida por el discurso afectivamente comprensor, es decir, que esta estructura ontológica es su Ahí, es «en-el-mundo», tiene la posibilidad de ser de semejante desarraigo, que lejos de constituir un no-ser del Dasein, es, por el contrario, su más cotidiana y obstinada «realidad» [Realität]”xxxvii.

Sin embargo, en dicha familiaridad [Vertrautheit] que cruza aquello que puede llamarse fenomenalidad del Dasein, se halla el germen de lo infamiliar, de lo inhóspito, de lo Unheimlich. “Pero, en lo obvio [Selbstverständlichkeit] y autoseguro del estado interpretativo medio [durchschnittlichen Ausgelegtheit] se desliza la fatalidad de que, bajo su amparo, se oculta al propio Dasein lo desazonante [Unheimlichkeit]”xxxviii

Ésta cuestión será abordada casi 10 años después de la publicación de Ser y Tiempo el curso Introducción a la Metafísica (1935), para desentrañar a partir de un análisis de Antígona de Sófocles, aquello que poesía pensante, permite comprender, a saber, el modo del ser ontológico político del hombre como Unheimlicht, o como se señala ahí, como “lo más pavoroso”, una

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intelección adecuada de este asunto no podrá jamás prescindir de la vinculación del pensador con el nacionalsocialismo, así como de los modos de des-encubrirse la Verdad que hallan en la obra de arte y en el pensar poético originario –Andenken- experiencias de pensamiento que intentan –con una suerte todavía por decidir- escapar a las determinaciones que el olvido del ser imponen al pensar y a la existencia.

Bibliografía Heidegger, M. (2006). Aportes a la filosofía: Acerca del Evento (1936-1938). Buenos Aires: Editorial Biblos. Heidegger, M. (1946). Carta sobre el Humanismo. En Hitos. Madrid: Alianza Editorial. Heidegger, M. (1997). Conceptos fundamentales (1941). Barcelona: Altaya . Heidegger, M. (2002). De camino al habla (1950-1959). Barcelona: Ediciones del Serbal. Heidegger, M. (1999). Introducción a la metafísica (1935). Madrid : Gedisa . Heidegger, M. (1927). Ser y Tiempo. Santiago: Universitaria.

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NOTAS: Ser y Tiempo. §29, “...las posibilidades de apertura del conocimiento quedan demasiado cortas frente al originario abrir de los estados de ánimo, en los cuales el Dasein queda puesto ante su ser en cuanto Ahí” p. 159. Pues en la disposición afectiva el Dasein “queda abierto para sí mismo antes de todo conocer y querer, y más allá del alcance de su capacidad de abertura.” p. 160. En adelante todas las referencias al tratado de 1927, se harán con la abreviatura SyT. iiCfr. SyT, §11. iii Cfr. Martin Heidegger, ¿Qué es metafísica? (1928) dónde se comprenderá que es el tedio aquello que revela la totalidad de lo ente, para abrir luego desde la angustia una reflexión no sobre la nada, sino que penetre en ella para ver Ahí el camino del/hacia el Ser; Considerar además, los pasajes de Introducción a ¿Qué es metafísica? (1949). Que se detienen largamente en lo qué sea la angustia, y previenen explícitamente de lecturas meramente asociadas a la psicología, decimos “meramente” para pensar la salvedad derridiana antes que la opción propiamente heideggeriana, en relación con ese más allá de Freud, que mienta también un más allá de Heidegger. iv SyT. §29, p. 159. v En el mismo Capítulo Quinto, pero en §§ posteriores se llevará a cabo un trabajo por parte del autor de lo qué sea el sentido, ello luego de desentrañar el carácter interpretante del comprender como poder-ser del Dasein, en dicho momento se hará pertinente el señalamiento del sentido como aquello sobre lo que se basa el estado de comprensible de algo, cuestión que ciertamente se define de modo peculiar ahí donde la cuestión última es la pregunta por el sentido del ser. vi Ibídem. vii Cfr. I. Kant, Crítica de la Razón Pura, §16 y siguientes. Dichos §§ sufrieron importantes variaciones en la segunda edición de la primera Crítica kantiana, no obstante, tanto en la primera como segunda edición se halla una clara formulación de aquella concepción del Yo que define el pensar de la moderna subjetividad, como apercepción trascendental. Sin embargo, la discusión heideggeriana se desarrolla fundamentalmente con la fenomenología de Husserl donde la autopercepción tiene un lugar de suma relevancia, será pues en el §32 de Ser y Tiempo, donde se haga particularmente explícita está distancia con el fenomenólogo, a quien Ser y Tiempo se halla dedicado. viii Ibídem. ix Cfr. SyT, §14. x Cfr. SyT, §29, p. 161. xi SyT §30 p. 164. xii “Lo amenazante comprende varias cosas: 1. Lo compareciente tiene la forma de condición respectiva de lo perjudicial. Se muestra dentro del contexto respeccional. 2. Esta perjudicialidad apunta a un determinado ámbito de cosas que pueden ser afectadas por ella. En cuanto así determinada, ella misma viene de una zona bien determinada. 3. La propia zona y lo que desde ella viene son experimentados como “inquietantes”. 4. Lo perjudicial, en cuanto amenazante, no está todavía en una cercanía dominable, pero se acerca. 5. Éste acercamiento acontece dentro de una cercanía, lo que puede ser dañino en grado máximo y se acerca, además constantemente, pero en la lejanía no se revela su temibilidad. Pero, acercándose en la cercanía, lo perjudicial es amenazante: puede alcanzarnos, o quizás no. A medida que se acerca, se acrecienta éste “puede, pero a la postre quizás no”. Es Terrible, decimos. 6. Esto significa que lo perjudicial, al acercarse en la cercanía, lleva en sí la abierta posibilidad de no alcanzarnos y pasar de largo, lo cual no aminora ni extingue el miedo, sino que lo constituye.” SyT. §30, p. 164-165. i

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SyT. §30 p. 165. SyT §31, p. 166. xv SyT §31, p. 167. xvi Ibíd. xvii SyT §31. p. 168. xviii Ibídem. xix SyT §31. p.169. xx Cfr. SyT, §31 p. 171. xxi SyT, §31, p. 171, “En el proyecto, el ser está comprendido, no ontológicamente concebido. El ente con el modo de ser del proyecto esencial del estar-en-el-mundo tiene como constitutivo de su ser la comprensión de ser.” xxii Cfr. SyT, §2, p. 31. xxiii Interpretación con la que el “comprender se desarrolla” (SyT, §32, p. 172) fundada en la estructura triádica de lo previo (haber previo, ver previo, y concebir previo) que ha de definir el sentido, que puede mirar hacia el Ahí: “Sentido es el horizonte del proyecto estructurado por el haber-previo, la manera previa de ver y la manera de entender previa, horizonte desde el cual algo se hace comprensible en cuanto algo.” O bien, hacia el ser como aquello que se torna comprensible en la aperturidad del Ahí. (SyT, p 175) xxiv Cfr. SyT, §32, p. 175-177. xxv SyT, §34, p. 184. xxvi Ibíd. xxvii SyT §34, p. 185. xxviii Cfr. SyT, §38, donde se especifica esta caída del Dasein, como una caída en sí mismo desde sí mismo. xxix SyT, §35, p. 190. xxx SyT, §35, p. 191. xxxi Ibídem. xxxii Ibídem xxxiii SyT, §35, p. 192. xxxiv Ibídem. Las negritas me pertenecen. xxxv SyT, §35, p. 192-193. xxxvi Cfr. Martin Heidegger, Andenken, Conceptos Fundamentales (1941), Epílogo a ¿Qué es metafísica?, Introducción a ¿Qué es metafísica?, El Final de la filosofía y la tarea del pensar, ¿Qué significa pensar? ¿Qué es eso de Filosofía? La rememoración que se adentra en la metafísica, etc. Entre otros lugares donde puede leerse ese otro pensar y ese otro nombrar por parte de los pensadores y los poetas, quienes son capacitados por lo capacitante a ser tales y así, piensan lo impensado y dicen lo sagrado respectivamente. Pues según Heidegger, “el poeta y el pensador moran juntos en las cumbres más separadas.” xxxvii SyT, §35, p. 193 xxxviii Ibidem. xiii xiv

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