Estimación de un índice de calidad ambiental para la Ciudad y Provincia de Buenos Aires

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Descripción

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Journal of Latin American Geography, Volume 10, Number 1, 2011, pp. 71-84 (Article) 3XEOLVKHGE\8QLYHUVLW\RI7H[DV3UHVV DOI: 10.1353/lag.2011.0017

For additional information about this article http://muse.jhu.edu/journals/lag/summary/v010/10.1.celemin.html

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Estimación de un índice de calidad ambiental para la Ciudad y Provincia de Buenos Aires

Juan Pablo Celemín

CONICET-Universidad Nacional de Mar del Plata

Guillermo Ángel Velázquez

CONICET-CIG-Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires

Resumen

La elaboración y utilización de indicadores e índices resulta cada vez más necesaria para conocer y dimensionar adecuadamente aspectos vinculados con las condiciones de vida de la población en diferentes escalas. En la Argentina, sin embargo, existe retraso en la producción de índices ambientales con respecto a la de otros asociados con variables sociales y económicas. Para comenzar a suplir esta carencia este trabajo plantea la elaboración de un índice de calidad ambiental para la Provincia de Buenos Aires y la Capital Federal de la República Argentina. Para su implementación recurre a veintitrés variables agrupadas en dos grandes dimensiones denominadas a) recursos escénicos, recreativos o de amenidad y b) problemas ambientales. La configuración espacial permite destacar como los municipios ubicados en zonas naturales atractivas y con un componente demográfico medio resultan los de mejor valoración en relación a las grandes aglomeraciones que poseen variados problemas ambientales. Palabras clave: índice de calidad ambiental, desarrollo de índices, ciudad y provincia de Buenos Aires

Abstract

The development and use of indicators and indices is increasingly necessary to understand and adequately measure the living conditions of the population at different scales. In Argentina, however, there has been a delay in the production of environmental indices in relation to others associated with social and economic variables. To fill this gap this paper proposes the development of an environmental quality index for the Province of Buenos Aires and the Federal Capital of Argentina. For its implementation twenty-three variables are grouped into two broad dimensions called a) scenic, recreational or amenity resources, and b) environmental problems. The spatial configuration shows that municipalities located in attractive natural areas and with a medium population component have the best scores in contrast to large urbanizations that share various environmental problems. Keywords: environmental quality index, development of indices, city and province of Buenos Aires Journal of Latin American Geography, 10 (1), 2011 © Conference of Latin Americanist Geographers

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Introducción

Los índices sirven tanto para informar al público en general como a los agentes con capacidad de elaborar estrategias tendientes a mejorar las condiciones de vida de la población (Tanguay et al. 2010). La principal limitación para su elaboración es la accesibilidad, disponibilidad y confiabilidad de datos estadísticos, en particular aquellos que describen características a escala urbana o municipal. Además la agregación y simplificación de la información, con el objetivo de la divulgación científica, reduce el poder analítico de los resultados pero, a su vez, hace visibles a todos los estratos de la sociedad gran cantidad de datos resumidos (Figura 1).

Figura 1. Relación entre cantidad de información y público destinatario (Fuente: Tanguay et al. 2010) Diferentes organismos nacionales, provinciales y municipales elaboran periódicamente indicadores para conocer el contexto socioeconómico de sus correspondientes jurisdicciones. Sin embargo, las variables ambientales poseen escalas de análisis y características diferenciales respecto de las sociales, además de tener fuentes de información más dispersas dificultando, entonces, la tarea de compatibilizar la información ambiental con la socioeconómica. En muchos casos, las fuentes de información, y en particular los datos de tipo ambiental, no existen o están dispersos, o no son comparables o accesibles, de manera que sería necesario establecer nuevos sistemas de información ambiental que permitan obtener una mirada más compleja y abarcadora del fenómeno permitiendo interpretar, e incluso visualizar, las tendencias en la producción urbana y sus posibles impactos socioambientales (Carballo 2005). Esto hace que en un análisis como el presente se deba buscar un compromiso entre escala de análisis, disponibilidad de información y recursos existentes. La importancia actual de los índices ambientales radica en la preocupación de ciertos grupos sociales por los aspectos ambientales del desarrollo y el bienestar social, proceso que requiere cada vez mayor y más sofisticada información ambiental. Por ello, el objetivo de este trabajo es elaborar y mostrar la distribución espacial de un Índice de Calidad Ambiental (ICA) aplicado a los municipios de la Provincia de Buenos Aires (PBA) y a la Capital Federal (Ciudad Autónoma de Buenos Aires, CABA) que considera los recursos recreativos, tanto de base natural como construidos y a los costos ambientales, destacando sus disparidades en el territorio en cuestión. Consiguientemente, el ICA se propone, por un lado, dimensionar la magnitud de algunos problemas ambientales

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que afectan al bienestar de la población. Por otro, en el caso de elementos subjetivos como la valoración de los recursos escénicos o de los elementos de esparcimiento, una cuantificación de la percepción. Para ello es necesario partir de una concepción amplia del ambiente: es decir el conjunto de las diferentes relaciones establecidas entre la sociedad y el medio físico, construido o hecho artificial, que tiene lugar en un espacio territorial acotado. Implica considerar simultáneamente usos de la tierra yuxtapuestos entre sí, multiplicidad de procesos y actores productores y reproductores de ese medio, variedad de significados y símbolos culturales (Herzer y Gurevich 2006: 76) que alcanzan su máxima expresión en la ciudades y su entorno, ya que producen un medio ambiente que le es propio cuya principal característica es estar “socialmente construido”, lo que lo diferencia fundamentalmente del medio ambiente natural estudiado por la ecología, aspecto poco subrayado (Metzger 2006: 47).

Antecedentes en elaboración y ponderación de índices de calidad ambiental

Los economistas están entre los primeros en elaborar índices para conocer la situación de las grandes ciudades y se basan, principalmente, en métodos hedónicos que recurren a precios implícitos que pueden ser utilizados para formar los índices y comparar la valoración de los consumidores marginales de diferentes bienes públicos locales, tal como plantea desde el punto de vista metodológico Kahn (2006) y empíricamente Gabriel et al. (2003). También puede ser empleado en grandes ciudades a nivel intraurbano, tal es el caso de Buenos Aires (Cruces et al. 2008). Desde esta perspectiva los investigadores se preguntan, a modo de ejemplo ¿Cuánto más podría costar alquilar la misma vivienda, si la estructura se encuentra en un clima templado y no en un clima cálido y húmedo? o ¿Qué diferencia hay entre el salario que percibe un individuo por la misma actividad en ciudades con índices de criminalidad muy diferentes? La crítica a este tipo de procedimiento es su reduccionismo economicista donde todo tiene que estar vinculado con el valor monetario. Así, para Rogerson (1999) y McCann (2004), en ese marco, la ciudad es vista exclusivamente como un bien que debe ser etiquetado como parte de un proceso de competición interurbana por la atracción del capital y de recursos humanos calificados. En general los índices de calidad de vida incorporan las variables ambientales habituales que están asociadas con la contaminación, calidad del agua, atractivos naturales, etc. (Andrews 2001; Rahman et al. 2003 y los mencionados con anterioridad) pero también consideran otras vinculadas con la calidad del ambiente urbano desde una perspectiva más amplia como pueden ser el transporte y seguridad, por ejemplo. No obstante, tienden a ignorar una característica muy importante en las ciudades: las amenidades y aspectos culturales. Aunque existen trabajos que vinculan al turismo con las condiciones de vida de la población, muy pocos destacan el papel de las “industrias culturales” en el crecimiento y desarrollo de una localidad y en la mejora de la estética urbana (Nissan 1997). El mismo investigador desarrolló un índice para las artes (cultura) y recreación a partir de veinte variables para las áreas metropolitanas más importantes de Canadá y Estados Unidos. Por su parte Vázquez (2000) recorre diferentes metodologías y establece que las vinculadas con las valoraciones directas son apropiadas para determinar el uso de los espacios recreativos de España. En particular sostiene que los servicios que derivan de la conservación de las áreas naturales presentan características de bien público debido a la no rivalidad en su consumo; es decir, éste es necesariamente colectivo sin que nadie pueda ser excluido de su disfrute. Como consecuencia, la asignación no puede ser realizada por el mercado, al no ser posible ni deseable su exclusión por un sistema de precios.

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Cómo se ha visto los métodos de valoración desarrollados para capturar beneficios asociados con bienes ambientales pueden ser agrupados en dos grandes grupos: indirectos y directos. Los primeros buscan averiguar el beneficio que los usuarios obtienen del bien ambiental a partir de la información provista por el mercado a través de técnicas cómo el costo de viaje y precios hedónicos que permiten situarlos claramente dentro de una visión economicista. En contraparte, los directos recurren a impresiones subjetivas muchas veces elaboradas a partir de la utilización de cuestionarios o encuestas. Sin embargo, también puede tener un estrecho vínculo con el mercado ya que la valoración contingente (la técnica directa más conocida) se basa en mercados simulados mediante cuestionarios. El presente trabajo intenta reconocer la importancia del ambiente, de manera separada de las restricciones impuestas por la economía tanto en su comprensión como medición, ya que debe ser gestionado desde instituciones públicas que no tengan en cuenta únicamente al mercado como elemento de asignación de los bienes ambientales, impidiendo que la mayoría de la población sufra una calidad por debajo de lo deseable (Araña et al. 2003). Para los municipios de la República Argentina se han elaborados índices de calidad de vida que contemplan la dimensión ambiental y que fueron ponderados tanto con procedimientos exclusivamente matemáticos Boroni et al. (2005); Cepeda et al. (2004); Marinelli et al. (1999) como directos (Velázquez 2008 y Gómez Lende y Velázquez, 2005, entre otros) con resultados espacialmente similares. Por otra parte Ramírez (2004) y Valpreda (2007) recurren a otros métodos para evaluar variables, tal es el caso del conocido como jerarquías analíticas, basado en comparaciones de pares de criterios (variables). El procedimiento permite asignarle mayor rigurosidad al momento de establecer los pesos, pero no dejan de ser indirectos, ya que sigue siendo el investigador quien determina cuando una variable es más importante que otra.

El área de estudio

La Provincia de Buenos Aires (PBA) se ubica en la región pampeana de la República Argentina (Figura 2). Posee una superficie total de 307,571 kilómetros cuadrados (el 8.2 por ciento del total nacional) y es la principal jurisdicción argentina tanto desde el punto de vista demográfico como económico. Su capital es la ciudad de La Plata, y está dividida en 134 municipios con poderes políticos y administrativos propios. La tasa media anual de crecimiento de su población (1991-2001) es de 8.9 por mil y la densidad demográfica en el último de aquellos años alcanzaba a 45 habitantes por kilómetro cuadrado. El 96.4 por ciento de la población total reside en ciudades (INDEC, 2005). Por su parte la Capital Federal, enclavada en el noreste de la PBA posee una superficie de 202 kilómetros cuadrados y es el centro económico, político y cultural de la república. En conjunto, ambas jurisdicciones superan el 56 por ciento del producto bruto geográfico y el 45 por ciento de la población del país (INDEC 2003) y se encuentran estrechamente vinculadas. De hecho la Capital Federal y veinticuatro municipios de la provincia que la rodean conforman lo que se conoce como el Gran Buenos Aires (GBA), un continuo urbano sin categoría jurisdiccional de casi trece millones de habitantes. La PBA forma parte de la región pampeana destacada por su extensa llanura con una suave inclinación hacia el Océano Atlántico. Desde el punto hidrológico se observa gran cantidad de lagunas debidas casi todas ellas a la erosión eólica de la llanura pampeana. Los ríos son los típicos de llanura, destacándose en le centro de la PBA, el Salado con 700 kilómetros de extensión; mientras que en el norte predomina el Paraná que termina en un delta que se introduce en el Río de la Plata.

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Figura 2. Ubicación relativa de los municipios, principales localidades de la Provincia de Buenos Aires y Capital Federal (Fuente: elaboración propia).

Hacia un índice de calidad ambiental

La metodología de construcción de un índice presenta gran complejidad dado que deben seleccionarse variables representativas de la situación que se pretende mostrar. Dichas variables, no son directamente extrapolables a otros espacios ya que cada uno de ellos posee especificidades y dinámicas que le son propias. Por tanto, esta característica hace que la elaboración varíe según diferentes ámbitos geográficos. Tanto en la forma de agrupar las variables, como en su ponderación, existe un componente subjetivo. Se trata, entonces, de un procedimiento relativamente arbitrario en el que ningún método puede justificar con totalidad porque una variable posee mayor ponderación que otra (Tanguay et al. 2010). Asimismo, la pertenencia de las variables a una categoría superior no es definitiva ya que alguna puede pertenecer a más de una. Este tipo de agrupación es una forma de organizar mejor la información de acuerdo con la similitud existente entre las variables y la finalidad del índice. Sobre la base de lo enunciado con anterioridad, el ICA se compuso de veintitrés componentes centrales (Cuadro 1) desagrados en dos grandes dimensiones:

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Journal of Latin American Geography Cuadro 1. Variables del Índice de Calidad Ambiental INDICE DE CALIDAD AMBIENTAL PARA PROVINCIA DE BUENOS AIRES Y CAPITAL FEDERAL Variable Playas Balnearios a orillas de ríos, lagos, lagunas o diques Centros termales

Recursos escénicos, recreativos o de amenidad (60%)

De base Natural (30%)

Socialmente Construidos (30%)

Subjetiva Subjetiva

Fuente Información Municipal/terreno/ imágenes satelitales Información Municipal/terreno/ imágenes satelitales Información Municipal/terreno/ imágenes satelitales Información Municipal/terreno/ imágenes satelitales

Nieve/hielo (posibilidad de actividades recreativas invernales) Relieve

Subjetiva

Espejos y cursos de agua

Subjetiva

Parques y espacios verdes

Subjetiva

Estética/Patrimonio urbano Centros culturales Centros comerciales y de esparcimiento Centros deportivos

Subjetiva

Información Municipal/terreno

Subjetiva Subjetiva

Información Municipal/terreno Información Municipal/terreno

Subjetiva

Información Municipal/terreno

Objetiva

Atlas Ambiental De la Niñez Producto Bruto Geográfico

Uso de plaguicidas en agricultura Participación de Industria y minería en el PBG Contaminación/Ruido /Congestionamiento

Problemas Ambientales (40%)

Puntuación Subjetiva

Subjetiva

Objetiva Subjetiva

Información Municipal/terreno/ imágenes satelitales Información Municipal/terreno /imágenes satelitales Información Municipal/terreno/ imágenes satelitales

Información Municipal/terreno/escala urbana Información Municipal/terreno /imágenes satelitales Información Municipal/terreno /imágenes satelitales Dirección Provincial De Estadística/ Ministerio del Interior Censo Nacional 2001 (Información Inédita)

Localizaciones peligrosas

Subjetiva

Localizaciones con Externalidades negativas Inseguridad (Tasa de hechos delictivos cada 10. 000 habitantes) Asentamientos precarios (% de población residente en villas miseria) Basurales (% de población residente a menos de 300 metros de un basural a cielo abierto) Sismicidad y vulcanismo Tornados

Subjetiva

Objetiva

Censo Nacional 2001 (Información Inédita)

Objetiva Objetiva

Inundabilidad

Objetiva

Confort climático

Objetiva

Atlas Total de la Rep. Argentina Mapas de Riesgos Naturales en la Argentina Censo Nacional 2001 (Información Inédita) Clasificación bioambiental de la Rep. Argentina

Objetiva

Objetiva

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a) Los recursos escénicos y recreativos; a su vez, pueden ser de base natural (30 por ciento) o socialmente construidos (30 por ciento). Como recursos de amenidad, forman parte del cotidiano e inciden en el bienestar de la población. Como afirma Santos (1996) es aquí donde la geografía puede brindar una contribución importante para otras disciplinas sociales, porque el cotidiano pasa a ser definido por el lugar, esto es, la manera como la gente vive su cotidiano y se vincula territorialmente en una ciudad determinada. Debido a la carencia de información estadística sobre esta dimensión la asignación de pesos se realizó de manera a subjetiva. Así, para la valoración de los recursos recreativos de base natural partimos del supuesto de que cada lugar posee un atractivo predominante (playas, relieve, parques, espejos o cursos de agua, etc.). Según su magnitud en relación con la población residente se valoriza este atractivo predominante. Si además de este elemento distintivo existiesen otros, éstos se contabilizan asignando puntajes adicionales de acuerdo con su calidad (siempre respecto de la población residente). Para ponderar los recursos recreativos socialmente construidos se parte del supuesto de que cada lugar suele poseer varios atributos que pueden ser valorizados en relación con la población residente. En este caso, al tratarse de recursos “reproducibles”, se los clasifica en categorías y se les asigna un puntaje estableciendo el promedio respectivo. b) La segunda dimensión del ICA la constituyen los problemas (costos) ambientales. Los problemas ambientales pueden ser definidos como los datos diversos que tienden a configurar la entidad y magnitud del problema ambiental, caracterizando y midiendo su expresión, alcance geográfico, duración temporal, naturaleza e intensidad de afectación a componentes diversos del sistema ambiental (Fernández 2000: 236). Sin información no hay manera objetiva de construir un escenario de aprehensión científica de los problemas ni su grado de afectación ambiental. La dimensión incluye doce posibles problemas que pueden presentarse con diferente magnitud y que pueden afectar significativamente las condiciones de vida de la población. Como no son excluyentes entre sí, para considerar el grado de afectación se suman las incidencias de cada uno para establecer el respectivo subtotal. La mayoría de los problemas ambientales pueden ser conocidos de manera objetiva a partir de la información provista por distintos organismos municipales, provinciales y nacionales. Dada su heterogeneidad, fueron estandarizados utilizando el puntaje omega (0 a 10) haciéndolos comparables entre sí. Un principio elemental a tener en cuenta al momento de asignar puntuaciones a numerosas unidades espaciales de manera directa es el de autocorrelación espacial que sostiene que todas las cosas están relacionadas, pero las cercanas están más relacionadas que las distantes (Tobler 1970). En otras palabras, casi no existen los cambios abruptos en el espacio de manera que las localidades vecinas tenderán a mostrar una estructura demográfica, histórica y socioeconómica similar y consiguientemente poseerán valoraciones semejantes. Esta primera aproximación al ICA es un proceso abierto y participativo, en permanente construcción e interpretación dado que en su constitución existen variables objetivas y subjetivas. Para las objetivas se recurrió a fuentes estadísticas para ponderarlas mientras que, para las subjetivas, la valoración es personal basada en información de los sitios de los municipios, fotografías, videos, viajes a algunos de los lugares estudiados y bibliografía. Internet es, sin dudas, el principal medio que permite recabar datos para esta finalidad. De manera recíproca la tabla con todas las variables y sus ponderaciones está disponible online para que cada persona interesada en la cuestión ambiental (tanto público en general como académico) pueda ingresar sus propias ponderaciones. También se puede descargar el shapefile (formato de archivos SIG de ESRI,) de la Provincia de Buenos

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Aires para que la tabla pueda ser ingresada en un Sistema de Información Geográfica (SIG) y visualizar los resultados en un mapa.1 Este tipo de herramienta ha sido de suma utilidad ya que brinda claridad a la interpretación de los procesos socio-territoriales y ambientales. Se utilizó el ArcGis 9.2 con el método cortes naturales para delimitar los intervalos de los indicadores. Es el método de clasificación por defecto del programa que utiliza un algoritmo de optimización que da lugar a clases de valores similares, separados por puntos de interrupción. Es recomendado para datos que no se distribuyen uniformemente y que no están muy sesgados hacia un extremo de la distribución.

Resultados

En el mapa de recursos escénicos y recreativos de base natural (Figura 3) se puede identificar con claridad que el conjunto comúnmente denominado “mar y sierras” registra la mayor puntuación. Comprende: a) el litoral costero atlántico, en el cual millones de personas pasan sus vacaciones estivales en sus diversas playas de arena fina y b) dos sistemas de serranías (Tandilia y Ventania) con orientación desde el centro de la provincia hacia el SE, que concluyen en el mar y constituyen un atractivo recurso escénico y recreativo durante todo el año. Ambos rasgos geomorfológicos se destacan claramente sobre el resto de la extensa y monótona llanura bonaerense que, en la cuenca del río Salado (pampa deprimida), se encuentra alterada por la presencia de algunas lagunas de poca profundidad y sometidas a un proceso de eutrofización. A pesar de esta degradación, en virtud de su relativa cercanía al Gran Buenos Aires, en las lagunas de esta zona continúan desarrollándose actividades náuticas y de pesca. Finalmente, en el extremo norte de la provincia se encuentra el delta del Paraná, verdadera singularidad geográfica vinculada con el Río de la Plata que constituye un gran atractivo recreativo de “fin de semana” por su cercanía a la Ciudad de Buenos Aires. Este recurso se ve amenazado por la creciente especulación inmobiliaria (vinculada con el desarrollo de countries y barrios cerrados a partir de los años noventa) y el alto grado de contaminación debido a la intensa actividad industrial que se desarrolla cerca de esta zona desde la segunda década del siglo XX. La misma situación se hace extensiva al Gran Buenos Aires que, por sus características de continuo urbano, casi no presenta espacios naturales. Los pocos relictos que aún permanecen, resultan afectados por la contaminación, tal como ocurre con sus ríos y lagunas. Lo mismo ocurre con los espacios verdes disponibles, que resultan particularmente escasos en los ejes sur y oeste del conurbano, en coincidencia con las áreas residenciales menos valorizadas. Los recursos socialmente construidos muestran una configuración espacial muy distinta a la observada en el caso anterior (Figura 4). Estos se presentan más asociados con la escala urbana, localización y estructura social propios de cada municipio. Así, las ciudades intermedias, (fundamentalmente las de más de 100.000 habitantes) con estructura económica diversificada y alejadas de la cabecera del sistema urbano argentino presentan numerosos centros recreativos, culturales y comerciales; tal es el caso de las ciudades de Bahía Blanca, Mar del Plata y Tandil, que superan los 6.6 puntos. Otras ciudades intermedias, en cambio, se ven eclipsadas en sus atractivos socialmente construidos (estética, patrimonio urbano, centros comerciales y de esparcimiento, centros deportivos) por su perfil industrial y su cercanía al Gran Buenos Aires; tal es el caso de San Nicolás, Zárate, Junín o Campana, que están comprendidas entre 5.1 y 6.8 puntos. La única ciudad intermedia cercana al Gran Buenos Aires que logra alcanzar buen nivel de estos recursos es la capital provincial, la ciudad de La Plata (8.4 puntos).

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Figura 3. Recursos escénicos y recreativos de base natural. (Fuente: elaboración propia) Finalmente, la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (9.0 puntos) puede ser considerada como uno de los principales centros culturales de América Latina, con abundante producción artística que se refleja en la cantidad y calidad de cines, teatros, centros culturales, deportivos, etc. que le permite diferenciarse claramente del resto del país. El resto de la provincia se caracteriza por la presencia de pequeñas localidades de reciente creación (la mayoría fundadas en el siglo XIX), cuya característica principal es un patrón urbano-arquitectónico bastante homogéneo y monótono (damero emplazado en la llanura, seguido por un sector de quintas y otro de chacras hasta el sector rural), vinculado con la expansión del ferrocarril a principios del siglo XX y que, desde entonces, ha permanecido relativamente chato e inalterable. Ambos mapas (recursos recreativos de base natural y socialmente construidos) presentan situaciones extremas en su dotación, que se ven reflejadas en los valores de las puntuaciones, que comprenden desde 1 a más de 9. Los problemas ambientales tienen una incidencia casi inversa a la exhibida en el mapa anterior (Figura 5). Los fenómenos de las grandes urbes (congestionamiento, inseguridad, contaminación, marginalidad, etc.), muy especialmente en el Gran Buenos Aires, hacen que esta conurbación reciba las puntuaciones más altas (entre 2.5 y 3.7 puntos). Las localidades pequeñas, en cambio, prácticamente carecen de esos costos. Sólo se ven afectadas por las actividades agropecuarias desarrolladas en su entorno, muy particularmente, por la contaminación con plaguicidas y la expansión de la agricultura transgénica, fundamentalmente desde los la década de 1990. Finalmente, las ciudades intermedias, exhiben problemas ambientales de magnitud relativa en función de su estructura económica. Así, ciudades cercanas al Gran Buenos Aires con perfil industrial presentan valores relativamente altos. En cambio otras, como Mar del Plata, Tandil o Azul, con estructura económica más diversificada, los sufren en menor magnitud (1.3-2.4).

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Figura 4. Recursos recreativos socialmente construidos. (Fuente: elaboración propia)

Figura 5. Problemas ambientales. Provincia de Buenos Aires y Capital Federal, 2010. (Fuente: elaboración propia)

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Finalmente, el ICA (Figura 6) está comprendido en un gradiente con mínimo de 4.2 y máximo de 8.19 puntos, predominando los valores medios. El centro y sur provinciales resultan las zonas más favorecidas, en especial las localidades intermedias que cuentan con atractivos naturales con valoraciones medias y altas y que por su estructura económica y social diversificada no padecen mayores problemas ambientales. Las menores puntuaciones están presentes en municipios con poca población, en virtud de sus escasos recursos recreativos (naturales, pero fundamentalmente socialmente construidos), a los que, en algunos casos, se suman algunos problemas ambientales derivados de la contaminación por plaguicidas (en algunos casos a escasos metros de sus plantas urbanas). Este conjunto de localidades pequeñas no exhibe un patrón espacial definido. Por último, el Gran Buenos Aires presenta una variedad de situaciones. Por un lado se presenta el centro y los partidos del norte donde, a pesar de sus problemas ambientales, residen los sectores más acomodados y, por ende, cuentan con mayores recursos socialmente construidos. Por el otro, la periferia de la conurbación (fundamentalmente hacia el oeste y sur), en la cual los problemas ambientales y la menor presencia de atractivos naturales y socialmente construidos se corresponde con la fragmentación social y el padecimiento cotidiano de los grupos marginalizados, compelidos a residir en estos espacios menos valorizados.

Figura 6. Índice de calidad ambiental. (Fuente: elaboración propia)

Conclusión

La elaboración del ICA, compuesto por veintitrés variables, permitió obtener resultados satisfactorios en su primera implementación. Su desagregación considera no sólo el ambiente desde la visión tradicional de los atractivos naturales y los costos ambientales, sino también desde el entorno socialmente construido. De esta manera se

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utiliza el ambiente con una perspectiva amplia vinculada con el “cotidiano” y el bienestar de la población. Su implementación se adentró en el desentrañamiento de la estructura ambiental de la Provincia de Buenos Aires y la Capital Federal de la República Argentina por medio de un exhaustivo análisis de las diferencias territoriales ambientales en las unidades espaciales consideradas. Resulta plasmada con claridad la relación entre el peso demográfico y los recursos escénicos, recreativos o de amenidad y los costos ambientales. Las jurisdicciones municipales con mayor población exhiben, en general, mejores condiciones para el ambiente socialmente construido (centros comerciales, culturales, cines, teatros, etc.) pero, a su vez, en general, carecen de atractivos naturales, con un entorno donde predomina la contaminación, el ruido, el congestionamiento y la polución industrial. En contraparte los municipios con menor peso poblacional suelen presentar la situación inversa: pocos problemas ambientales pero también escasos recursos de amenidad. La mejor conjunción se registra, en principio, en las municipalidades con tamaño poblacional medio, algunas de las cuales se encuentran en entornos naturales atractivos (mar y sierras), poseen razonable oferta de recursos recreativos (especialmente aquellas con actividades turísticas relevantes) y, en el caso de las que tienen estructura socioeconómica más diversificada, suelen carecer de mayores problemas ambientales. Luego de esta aplicación a las dos principales jurisdicciones de la Argentina, resta para el futuro el perfeccionamiento y extensión del índice de calidad ambiental al resto del territorio, revisando y actualizando sus variables constituyentes, e intentando métodos alternativos de ponderación de sus variables.

Nota

La tabla, la explicación en detalles de los criterios junto con las direcciones web de las páginas consultadas y el shapefile de la Provincia de Buenos Aires pueden ser descargados del sitio www.cig.org.ar.

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