Esteve, M., De la mastaba a la pirámide: Moradas de Eternidad, Madrid, IEAE, 2015.

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Descripción

INSTITUTO DE ESTUDIOS DEL ANTIGUO EGIPTO

De la mastaba a la pirámide: Moradas de Eternidad

Por Marina Esteve Pérez, Del Instituto de Estudios del Antiguo Egipto 1

Abstract: The Pyramids, the icon of Ancient Egypt, have been studied not as a mysterious creation, but as an architectural evolution. The socio-political context in which we can base the evolution of funerary architecture has at its foundation Egyptian religious beliefs. In order to demonstrate this evolution, we should highlight some previous, diverse buildings: from Predynastic Period describing the importance of the mastaba to the «perfect» pyramid, without forgetting all the other pyramids in between these two constructions of eternal character, that give us the patterns of the evolution.

Pirámide de Ja-ef-Ra

©Marina Esteve

Instituto de Estudios del Antiguo Egipto. -Madrid. Telf: 620 973 530 [email protected] www.ieae.es

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Las pirámides son un símbolo inmarcesible del Antiguo Egipto convertido en una evocación del Egipto Antiguo, pero también del actual. Son muchas las teorías que despiertan su construcción, localización y origen. En cambio pocos son los que se paran a analizar su evolución, y muchos, los que se preocupan en adjudicar su «creación y construcción» a teorías foráneas. Partiendo de que nada surge de la nada, y mucho menos, sin ningún motivo, hay que aclarar que sociedades como la egipcia tenían un motor religioso primigenio. En mi planteamiento voy a exponer la evolución de la sepultura en el Antiguo Egipto, enmarcándolo en Ta-Mehu, Bajo Egipto, desde las mastabas de la Primera Dinastía hasta la formación de la comúnmente llamada pirámide perfecta o lisa. El primer concepto que tenemos que abordar es la creencia religiosa en el Antiguo Egipto. Según la Cosmogonía Heliopolitana por la que se forma la eneada, al principio solo existía el Nun ―el caos― y de esa agua primordial nació, creado por sus propios fluidos, Atum quien se asimila a Ra, en una colina primigenia. De Atum-Ra surgen Shu y Tefnut ―aire y humedad―, de ellos a su vez Geb y Nut ―Tierra y bóveda celeste, y de estos últimos, Osiris, Seth, Isis y Neftis. Ra, por tanto, es para ellos un ente creador, poderoso y necesario para el resurgir diario del sol y el mantenimiento del orden cósmico. En esta montaña o colina primigenia en la que se autocrea Ra, podemos ver una de las principales asociaciones ilustrativas de la forma de la pirámide.

«Adoración a Ra, cuando sale por el horizonte oriental del cielo»

«Adoración a Ra, cuando se pone por el horizonte occidental del cielo 1» La forma piramidal hay que concebirla como un concepto estelar, no solo su forma sino también su localización, en ello se basa la OCT2 que desarrollaron Bauval y Gilbert, por la que defienden que las tres estrellas principales del cinturón de Orión coinciden con las pirámides de Ja-ef-Ra, Ju-fu y Men-kau-Ra en Gizeh.

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Inscripción de la pirámide del escriba Ramessu en el Museo Egipcio de Turín. Orion correlation theory. Instituto de Estudios del Antiguo Egipto. -Madrid. Telf: 620 973 530 [email protected] www.ieae.es

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En cuanto a la forma de la pirámide, una de las aportaciones más utilizadas es la de Ernesto Schiaparelli (1884), quien interpreta la forma piramidal como el sol que aparece entre el horizonte cada mañana



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Gracias al sol que moría cada atardecer tras la Cadena Libia, enviando sus últimos rayos impotentes, y que, debido a una fuerza misteriosa e inexplicable, resurgía a la mañana siguiente para morir de nuevo por la tarde y entonces volver a resurgir, los egipcios ―paralelamente a lo que hacían los otros pueblos vecinos― concretizaron el concepto del Ser infinito e 'increado', que es causa y motivo de la propia existencia4.

Puesta de sol sobre el Nilo ©Marina Esteve

Schiaparelli (1884) analiza la forma de la pirámide partiendo del Benben como un símbolo de la expresión religiosa, principalmente de la divinidad suprema en Heliópolis, Ra. Se asimila a la colina primordial, como principio creador masculino y eje terrenal. Gracias al papiro matemático del Museo Británico sabemos que la pirámide era considerada como una figura geométrica, asimilada al Benben como un concepto religioso o expresivo que reproduce las líneas y la evocación de la altura5. No podemos olvidar, sin embargo, que toda innovación en cuanto a la arquitectura funeraria en el Antiguo Egipto, no parte de un concepto estético ars gratia artis ―inexistente en las manifestaciones artísticas del Antiguo Egipto―, sino a una referencia clara a la preservación fundamental del cuerpo inanimado y de su Ka. La necesidad imperiosa de los egipcios por mantener su cuerpo para la vida eterna en los campos de Ialu, no concluía en el proceso de momificación, 3

SCHIAPARELLI, Ernesto, Il significato simbolico delle piramidi egipziane, Roma, Ermano Loescher, 1884, p 8. 4 SCHIAPARELLI, Ernesto, Il significato simbolico delle piramidi egipziane, p 11. [Traducción RUA, Sergio, 2015] 5

SCHIAPARELLI, Ernesto, Il significato simbolico delle piramidi egipziane, p 11. Instituto de Estudios del Antiguo Egipto. -Madrid. Telf: 620 973 530 [email protected] www.ieae.es

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sino que provocó que lustraran más su morada de eternidad que en sus viviendas para su vida terrenal, utilizando en ellas materiales más resistentes como la piedra, y que aprovisionaran sus «Castillos de eternidad» de todo lo que iba a necesitar su cuerpo y su Ka para la vida sempiterna. Las pirámides están coligadas a un proceso cíclico por el cual el faraón acompañaba a Ra en su periplo nocturno y subterráneo por la Duat, para acabar renaciendo como nace Jepri de Nut cada mañana. Este concepto se utiliza en Los textos de las pirámides: «Ir por el cielo como el sol6» La importancia que se le otorgaba a los elementos naturales unida a la concepción cíclica era básica para mantener el principio de la Maat, el orden. Esta se observaba en el sol que nace por el este, lugar donde residen los vivos, y se pone por el oeste, donde reposan los difuntos. Esto se repetía en el Nilo, que crecía y decrecía anualmente llenando de fertilidad y limo los campos y templos. Observando pirámides que veremos posteriormente como la escalonada del faraón Dyeser-sa en el complejo de Saqqara, podemos destacar un símbolo muy utilizado tanto en el Antiguo Egipto como en diversas culturas y épocas, la escalera como una simplificación físicamente mágica de la subida al cielo del exánime. La escalera, como signo jeroglífico rwd, especialmente como doble escalera , además de ser el determinativo del objeto, puede ser ‘ascensión’ ḳ3y, ‘trono’ tnṯ3.t, o ‘subir’ ỉˁr7. Además la escalera es uno de los epítetos de Osiris, llamado «El que está en lo alto de la escalera». Schaefer propuso que esta forma de la escalera simple pudo haberse confundido en las representaciones con la de un trono. Flinders Petrie, quien realizó una clasificación de los amuletos egipcios, destacó la escalera entre los llamados «amuletos de poder» recalcando su aparición en momias y representaciones. Petrie (1914) cita en su reseña sobre el amuleto de la escalera, tal y como aparece recogido en el Libro de los Muertos, capitulo 149, undécimo apartado con una inscripción que dice: «I raise my ladder up to the sky to see the gods8», acompañado de una viñeta en la que se muestra un tramo de escaleras.

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Textos de las pirámides 130d MARTÍN VALENTÍN, Francisco J., Gramática Egipcia, Madrid, Alderabán Ediciones, 1999, p 158. 8 PETRIE, W. M. F., Amulets, Londres, Constable & Company, 1914, p 17. 7

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Tal y como destaca Cirlot «El Libro de los Muertos dice: está ya colocada mi escalera para (que pueda) ver el cielo. Eliade9 señala el paralelismo […]. En la tradición islámica, Mahoma vio una escalera por la que los justos subían hasta Dios10». Bedman (1994)11 reseña que podemos encontrar dos corrientes de pensamiento en cuanto al significado de la construcción de las pirámides. La teoría positivista: defendida por Borchardt, Petrie, Speleer y Edwards entre otros, que afirman que la pirámide es el resultado de los intentos de diversas generaciones de arquitectos que con la técnica llegan a la forma perfecta. La corriente simbolista: escudada principalmente por Schiaparelli, aunque no únicamente, que justifica el carácter simbólico por encima del criterio técnico, estético o funcional. Schiaparelli demuestra su argumentación con pequeños amuletos piramidales encontrados en ajuares funerarios. La pirámide no es un monumento funerario exento, es un complejo en el que podemos encontrar fundamentalmente el templo del valle, la calzada, el templo funerario y la pirámide y, como tal, así hay que considerarlo. Para analizar las costumbres funerarias del Imperio Antiguo hay que remontarse inevitablemente a la época predinástica, Edwards (1961) aclara al respecto:

“Reconstituion du complexe funéraire de Khéphren” Uvo Holscher, Free use W.

En los antiguos tiempos predinásticos, los muertos eran enterrados en pozos poco profundos cavados en la arena del desierto. El cuerpo, colocado de lado y en una postura contraída con las rodillas contra el pecho y los brazos ceñidos a los codos, era envuelto en una estera de juncos o una piel de cabra. [...] La primera innovación [...] fue ponerle techo de madera al pozo12.

Quizás un cambio tan poco relevante como ponerle techo a una sepultura parece insignificante, pero esto empujó a transformar una sepultura que había sido ovalada a una forma rectangular, posiblemente para facilitar su cobertura. 9

Mircea Eliade (1907-1986) historiador de las religiones. CIRLOT, Juan E., Diccionario de Símbolos, Barcelona, Labor, 1969, p 192. 11 BEDMAN, Teresa, La Dinastía IV: la era de las pirámides, (Celebrada en el Instituto de Estudios Islámicos, Madrid, 1994), Madrid, Instituto de Estudios del Antiguo Egipto, 1994, p 10. 12 EDWARDS, I.E.S., The pyramids of Egypt, Barcelona, Crítica, 1961, p36. 10

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Podemos reseñar que la construcción troncopiramidal funeraria que hoy llamamos mastaba, no es más que una superestructura que protegía el pozo funerario de los elementos metereológicos y de los posibles saqueos que pusieran en peligro la permanencia del difunto en la vida eterna. Hoy en día la denominamos mastaba que significa banco en árabe, aunque no sabemos qué nombre se le otorgaba en la época, ya que esta nomenclatura contemporánea fue una asociación de los árabes a los bancos exteriores de las casas egipcias. La mastaba más antigua que encontramos, datada en la Dinastía I, pertenece al reinado de Teti, sucesor de Meni ―quién unificó Egipto y fundó la primera Dinastía―. La mastaba S 3357, en Saqqara13, es simplemente la ampliación y cobertura en alzado con muros de ladrillo de barro de una tumba predinástica. En esta época se encontraban, en ocasiones, los cuerpos de los sirvientes enterrados en pequeñas mastabas adosadas al muro de la principal. Estos sirvientes no eran enterrados vivos sino que se cree que aceptaban una dosis letal de veneno como parte de su acuerdo laboral, seguirían sirviendo al difunto en la otra vida. Esta figura se sustituiría por los ushebtis. Emery14 excavó tanto la anterior como la mastaba de tiempos de Ateti, numerada como S 3471, mayor y más profunda que la anterior. Se encontraba en muy mal estado pero en ella se han podido localizar profusos enseres como paletas, cuchillos, hachas etc. Emery dirigió otros proyectos como la S 3504, de propiedad desconocida, pero datada en la Primera Dinastía, en la que podemos encontrar un curioso detalle de dos nichos con enterramientos de gacelas. Esta mastaba era más amplia y estándar con hasta cuarenta y cinco compartimentos. En la cara exterior se encontraron trescientas cabezas de toro, realizadas en barro modelado y con incrustación de cuernos reales. Se cree que esta mastaba pudo pertenecer a Sejemka-Sedy, por las tablillas y sellos que se han encontrado. Como transición entre la primera y la Segunda Dinastía podemos destacar la S 3500 también descubierta por Emery en 1946, con una clara evolución como es la presencia de un único nicho, encontrado en el muro este. Los túmulos de arena y escombros eran una clara alusión a las tumbas predinásticas, pero pronto se vieron en la necesidad de fortalecerlo 13

Las tumbas del complejo funerario de Saqqara están nombradas como S y el número correspondiente. 14 Walter Bryan Emery (1902-1971) egiptólogo británico, asistente y director de excavaciones en Amarna, Nubia, Tebas y Saqqara entre otras ciudades. Instituto de Estudios del Antiguo Egipto. -Madrid. Telf: 620 973 530 [email protected] www.ieae.es

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interiormente, por ese motivo alrededor de la Dinastía II se convierten en una masa pétrea recubierta de ladrillos de barro, en ocasiones con tan solo dos aberturas; una en la pared oeste con forma de nicho que servía de falsa-puerta, otra como sala de ofrendas. Las mayores innovaciones llegan en la Dinastía IV cuando se generaliza el uso de la piedra, ya sea como elemento constructivo o como revestimiento. Las mastabas de este periodo solían tener una única abertura bastante profunda donde se depositaba el sarcófago. Otra de las notables introducciones es la utilización de una estatua del difunto, que se colocaba en una sala que conocemos como serdab y que no tenía abertura alguna más que un agujero realizado a la altura del rostro de la misma para poder verla. Para entender este cambio, hay que aclarar que los egipcios creían en el concepto de la sustitución; para ello si el espíritu del difunto no pudiera reconocer su cuerpo, podría reconocer su estatua, en la que además se inscribían los nombres para darle seguridad. Al aplicar el concepto de la sustitución deducen también que su ajuar funerario va a recobrar utilidad en la vida eterna, al igual que las representaciones de sus salas de ofrendas. En la cuarta Dinastía también se empiezan a decorar las salas de ofrendas con relieves policromados, este hito se irá amplificando en las dinastías venideras, hasta alcanzar un momento álgido en la VI Dinastía con la mastaba de Mereruka como uno de los mejores exponentes del Imperio Antiguo.

Mastaba de Mereruka en Saqqara norte

©Marina Esteve

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Todas estas mejoras, como hemos mencionado antes, van dirigidas a la protección del cuerpo del difunto y a su mejor conservación; también se pueden observar cambios en la disposición del cuerpo y el tratamiento funerario. Se introduce el vendaje dando forma a cada parte del cuerpo, incluso policromando las vendas para diferenciar los rasgos faciales. Las primeras momias intactas que se encontraron datan de la Dinastía V encontradas en Meidum y Saqqara. La encontrada por Petrie no se conserva15, pero podemos observar las de Saqqara en posición decúbito supino con la cabeza ladeada hacia el este y una máscara facial de yeso en la que se aprecian los rasgos con una barba postiza de lino encolada. In-Hotep, en la Dinastía III, diseña para Dyeser-sa una superestructura piramidal compuesta por siete cuerpos distintos, que van decreciendo en ascenso y tiene de altura unos 62 metros aproximadamente. Los siete escalones estarían recubiertos de caliza de Tura labrada. El diseño del pozo era similar al de las mastabas pero, en este caso, la pirámide tenía una cámara central, donde se depositaba el sarcófago, realizada en granito rosa de Asuán. Esta construcción es completamente novedosa, exceptuando el serdab y el templo. Innovaciones como que el serdab, construido en caliza labrada de Tura, que está relativamente cerca del templo mortuorio y tiene una inclinación de 16º reproduciendo la inclinación del primer escalón.

In-Hotep. Musée du Louvre

Pirámide de Dyeser-sa en Saqqara ©Marina Esteve

Esta pirámide está rodeada de construcciones, dos templos con patios abiertos, para los que no se termina de dar una explicación clara. 15

La momia descubierta por Sir Flinders Petrie en Meidum se encontraba en el Royal College of Surgeons y fue destruida en el bombardeo que sufrió en la Segunda Guerra Mundial. Instituto de Estudios del Antiguo Egipto. -Madrid. Telf: 620 973 530 [email protected] www.ieae.es

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Posiblemente estos edificios se utilizaran para que el faraón pudiera realizar la ceremonia del jubileo, su heb-sed. Actualmente se realizan trabajos de restauración en la pirámide que están dejando al descubierto el séptimo escalón, pero con un dudoso criterio a la hora de tratar con el material pétreo. De la importancia que adquiere esta construcción, que marca indiscutiblemente el rumbo de las posteriores, se entiende la deificación de In-Hotep en Periodo Saíta. También en la Tercera Dinastía podemos destacar la pirámide de Teti, de la que no se conserva gran parte del alzado, y que posiblemente nunca se finalizó, pero de la que se tiene constancia que era una pirámide de unos siete escalones y, podría haber alcanzado los 70 metros de altura. Partiendo ahora de la pirámide escalonada y de su clara forma de colina primigenia, destacado por autores como Dieter Arnold16, podemos seguir estudiando la evolución de la forma, que ahora ya es más sutil que el primer salto formativo de la mastaba a la escalonada. La pirámide de Huny en Meidum, ciudad próxima a Menfis, fue excavada por Petrie en 1891 y es considerada un eslabón muy importante para explicar la evolución entre las pirámides escalonadas y las lisas. Como todos estos proyectos constructivos, seguramente se irían modificando conforme se construía, partiendo de una mastaba de base cuadrada y ―no rectangular― hasta una pirámide escalonada de tres o cuatro escalones. Para llegar a la forma que se considera que tuvo, una pirámide escalonada de siete tramos, tuvo que construirse como en los casos anteriores un cuerpo en piedra, parecido a una torre que servía de eje, que se recubrió de mampostería y caliza de Tura, con una inclinación de 70º aproximadamente. Se dice que pudo haberse ampliado hasta un octavo escalón. Maspero17 fue el primero en acceder a la pirámide en 1882 y no encontró rastro alguno del sarcófago. En su interior podemos destacar los techos abovedados en voladizo de la cámara. Este complejo estaba compuesto por la pirámide, la calzada, el templo del valle y una pirámide subsidiaria.

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Dieter Arnold (1936) es un egiptólogo y arquitecto alemán que ha participado en proyectos en Dashur entre otras ciudades, se ha especializado en la arquitectura del Antiguo Egipto. 17 Sir Gaston Maspero (1846-1916) egiptólogo francés. Instituto de Estudios del Antiguo Egipto. -Madrid. Telf: 620 973 530 [email protected] www.ieae.es

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Pirámide de Huny En Meidum Free Use W.

Esta estructura fue otorgada a Se-neferu, primer faraón de la IV Dinastía, por algunos grafitos en su templo del valle, pero seguramente Se-neferu lo que hizo con ella fue alterarla y atribuírsela. Sin embargo, si podemos afirmar con seguridad que Se-neferu proyectó para él otras dos pirámides construidas en su tiempo. Pirámide romboidal de Se-neferu en Dashur, llamada «La brillante meridional», es uno de los casos que más interés despierta tanto entre egiptólogos e historiadores como arquitectos. Los antiguos egipcios eran, por definición, grandes matemáticos y arquitectos; estudiaban sus proyectos aunque estos se fueran modificando y mejorando durante su construcción. Por ese motivo nos es difícil comprender como un error constructivo puso en peligro el monumento y desembocó en su modificación. Esta teoría fue defendida por Maragioglio y Rinaldi a mediados del siglo XX, argumentando unas grietas estructurales que hicieron cambiar repentinamente la inclinación de 54º a 43º. Para ellos la intención de Se-neferu era construir una pirámide más pequeña en cuanto a la dimensión de su base y más alta e inclinada.

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Pirámide de Se-neferu en Dashur ©Marina Esteve

Quizás si analizamos esta variación estructural desde el punto de vista simbólico y no desde el error edificativo podemos dar una visión más cercana a la perfección egipcia. Varille18 mencionaba el concepto de dualidad, tan presente en el mundo egipcio antiguo, como dos inclinaciones y no una vacilación constructiva. La pirámide acodada o romboidal se asemeja más a la colina primigenia de la que surge Ra como ser creador y al concepto cíclico al que el difunto aspiraba, «elevarse en el lado oriental del cielo como el sol19». Perring, quien consiguió acceder a la cámara superior, observó cómo según él se habían cubierto grietas con yeso tanto en la cámara inferior como en la superior, además explicó y describió la funcionalidad de las rejas pétreas que sellaban las cámaras y que, según él, dejaban atrapados a los trabajadores en el interior. Encontró una caja de madera con restos vendados de cinco murciélagos y las partes de un búho. Internamente la pirámide es distinta a las del Imperio Antiguo, pues tiene dos entradas separadas. Al faraón Se-neferu se le ha atribuido también la construcción de otra pirámide, cerca de la Pirámide Romboidal, la Pirámide Roja en Dashur, llamada «La brillante», aunque su atribución no es segura, se encontró el nombre de Se-neferu en alguna piedra del revestimiento, aunque podría haber sido una reutilización. 18 19

Alexandre Varille (1909-1951) egiptólogo francés. Textos de las pirámides 141465d-e Instituto de Estudios del Antiguo Egipto. -Madrid. Telf: 620 973 530 [email protected] www.ieae.es

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La pirámide Roja es la primera pirámide lisa de la historia, aunque tiene un ángulo menor que el habitual, de unos 43º, siendo su altura estimada de 104 metros. Se la conoce como Pirámide Roja por el tono rojizo de la piedra local, aunque en la época no sería este su aspecto, sino que estaría recubierto de caliza de Tura. En ambas pirámides se han encontrado marcas de cantera similares en los Pirámide de Se-neferu en Dashur ©Marina Esteve bloques de Tura del recubrimiento, esto puede indicar que la construcción se simultaneó unos años Sin ninguna duda, el paso inmediatamente posterior a la Pirámide Roja es el Complejo piramidal de la meseta de Gizeh, datado en la cuarta Dinastía.

Pirámides de Ju-fu, Ja-ef-Ra, Men-Kau-Ra y subsidiarias en Gizeh Free Use W.

La primera de las construcciones es la Pirámide de Ju-fu, llamada «La del horizonte». Ju-fu, era hijo de Se-neferu, sin ninguna duda heredó el deleite constructivo de su padre.

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Ju-fu manda diseñar una pirámide con las innovaciones constructivas alcanzadas por su padre en la Pirámide Roja; una arquitectura de base cuadrada y orientación a los cuatro puntos cardinales, con un error de 3’ 36’’. Con los estudios de su interior se ha podido demostrar que se modificó hasta en tres ocasiones, pero sin grandes cambios. Uno de los espacios más destacables de su interior es la gran galería, que continúa tras corredor de acceso y que tiene una longitud de casi 47 metros. Petrie dijo: […] In order that the lower edge of each stone should hitch like a paul into a ratchet-cut in the top of the walls; hence no stone can press on the one below it, so as to cause a cumulative pressure all down the roof; and each stone is separately upheld by the side walls across which it lies20.

La pirámide tiene 146 metros de altura con una inclinación de 52º, recubierta por caliza de Tura, aunque la cámara del sarcófago está realizada en granito de Asuán. En tiempos de Ja-ef-Ra, hay que destacar además la talla del montículo de la meseta de Gizeh en forma leonina, lo que hoy conocemos como la Esfinge. La Pirámide de Ja-ef-Ra, conocida como «La grande», se realizó sobre un terreno elevado, alcanzando 143 metros, creando un aspecto visual mayor, aunque es tres metros más baja que la de Ju-fu. Además la pirámide de Ja-ef-Ra todavía conserva parte del revestimiento de caliza de Tura en su cúspide. La inclinación de la pirámide es un grado mayor a la de su antecesor, con 53º. En su construcción se utilizaron algunos bloques de granito rojo para secciones centrales. La más pequeña de las tres, la Pirámide de Men-kau-Ra, es llamada «La divina». Con 65 metros de altura, ocupa menos de una cuarta parte de la superficie de la Gran Pirámide. Su revestimiento era de caliza de Tura y granito rojo. En el lado sur de la Pirámide de Men-kau-Ra, se levantan las tres pirámides subsidiarias también llamadas pirámides satélites, de las que podríamos destacar su recubrimiento de granito, al menos en la primera y más avanzada, pero parece que se abandonó su construcción.

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PETRIE, W. M. F., The pyramids and Temples of Gizeh, London, Histories & Mysteries of Man LTD, 1990, p25. Instituto de Estudios del Antiguo Egipto. -Madrid. Telf: 620 973 530 [email protected] www.ieae.es

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Se consigue alcanzar la forma piramidal perfecta, pero no por ello se dejan de construir pirámides. En la necrópolis de Abusir encontramos diversas pirámides como la de Nefer-ef-Ra «La del espíritu ba», o la de Ka-kai, ambas de la V Dinastía.

14

Al igual que acaece en historia del arte, en Pirámide de Nefer-ir-ka-Ra egiptología y, más concretamente en las en Abusir. Free Use W. manifestaciones artísticas del Antiguo Egipto, toda división cronológica que se realice en cuanto a tipologías y manifestaciones es artificial y mínimamente relevante pues los enterramientos o los monumentos no se realizan hasta un instante concreto de la historia, sino que evolucionan y continúan mientras se realizan los subsiguientes. No podemos analizar las pirámides contemplando únicamente su aspecto técnico y funcional, están intrínsecamente relacionadas con las creencias religiosas del pueblo egipcio, sin más, el faraón quería «aparecer en el cielo entre las estrellas imperecederas21». «Soldados, desde contemplan22».

lo

alto

de

estas

pirámides,

cuarenta

siglos

David Roberts “The simoon in the desert” Free Use W. 21

Textos de las pirámides 1123a MANFRED, Albert, Napoleón Bonaparte, Madrid, Ediciones Akal, 1980, p 169. El 21 de julio de 1798, Napoleón Bonaparte desde la cumbre de la pirámide de Keops, en la batalla contra los mamelucos localizada en Gizeh dirigidos por Murad Bey. Litografía de David Roberts 22

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os

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Apéndice de nombres En relación a los nombres de los faraones que utilizo. Los nombres mencionados son los procedentes de la transliteración de la Lista Real de Abidos. Por orden cronológico: Meni  Menes (Narmer) Teti  Aha (Atotis por Manetón) Ateti  Dyer Dyeser-sa  Necherjet (Dyeser según la Lista Real de Saqqara) Teti  Sejemjet Huny no aparece en L.R. Abidos  Manetón lo llama Kerferes Se-neferu  Seneferu/Snefru Ju-fu  Keops Ja-ef-RaKefren Men-kau-Ra Micerinos Ka-kai  Nefer-ir-ka-Ra según la Lista Real de Saqqara Nefer-ef-Ra  Neferefra (Keres según Manetón)

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