Esteban Valenzuela, Utopistas indianos en América. De Bartolomé de las Casas al Papa Francisco. Editorial Ciudad Nueva, Buenos Aires, 2013, 233 pp. En Revista Mensaje (Chile) n°639 Junio 2015.

Esteban Valenzuela, Utopistas indianos en América. De Bartolomé de las Casas al Papa Francisco. Editorial Ciudad Nueva, Buenos Aires, 2013, 233 pp. 1

Juan Pablo Espinosa Arce Profesor de Religión y Filosofía (UC del Maule) Magíster© en Teología (PUC)

La consideración de la historia no como una serie de eventos inconexos sino que como una interpretación de procesos sociales, políticos, económicos, culturales o religiosos unidos entre sí, representa un esfuerzo por comprender que aquello que hoy nos interpela viene como resultado de esfuerzos del pasado que construirán, utópicamente, el futuro. Es la intención de Esteban Valenzuela, académico de la Universidad Alberto Hurtado, en su libro Utopistas indianos en América. El libro está compuesto por siete capítulos, los cuales van desde la evangelización ejercida por Bartolomé de las Casas en América Central hasta el Magisterio pastoral del Papa Francisco. La línea transversal a toda la obra busca que el lector(a) comprenda que los albores de lo que hoy conocemos como Iglesia latinoamericana, con su propia teología y con una creatividad especial para poder vivir y pensar su fe, se sostiene históricamente en aquellos y aquellas que constituyen nuestro paradigma obligado de referencia, en los cuales lo eclesial y lo espiritual van unidos a las coyunturas y transiciones, en algunos casos dolorosas, que han configurado nuestra historia mestiza. La utopía, la imaginación e irrupción profética de las comunidades populares ubicadas en los márgenes de nuestros países, a lo que se suma la fraternidad que busca el diálogo incluso en el conflicto con los grupos de poder, son los elementos comunes a cada uno de los periodos históricos presentados en este trabajo. En palabras de su autor “este libro busca rescatar las voces y testimonios de quienes, inspirados en el Evangelio, han buscado acercar el Continente al Reino aquel de la fraternidad universal” (p.20). Uno de los aportes interesantes de la obra de Valenzuela es la presentación de figuras proféticas hoy convertidas en referentes de la praxis cristiana de liberación, entre las cuales destacan los jesuitas Fernando Vives y Alberto Hurtado, pasando por el movimiento sindical iniciado por Clotario Blest, teólogos como Gustavo Gutiérrez, Leonardo Boff o Elsa Tamez y movimientos de acción revolucionaria como los Sandinistas o el MAPU en Chile. Finalmente acontecimientos eclesiales de relevancia como el Concilio Vaticano II, la Conferencia de Medellín y Aparecida y la enseñanza reciente del Papa Francisco. Cada uno, a su modo y con aciertos y errores, han intentado este acercar el Reino a la realidad vertiginosa, pobre y creyente de nuestra América Latina. Por medio de una fe encarnada y en la consideración de que las luchas utópicas constituyen un cierto medio de respuesta 1

Reseña publicada en Revista Mensaje 639, Junio 2015.

creyente, la fe vivida en esta tierra ha sabido de mártires, hombres y mujeres que han muerto sobre la Biblia, como André Jarlán, y otros que fueron asesinados mientras compartían la fe en el Dios de los pobres como es el caso de Óscar Romero. Asumir los desafíos de la historia presente, exige de parte de los creyentes una sabiduría, una escucha y una sensibilidad especial para discernir cuál es el querer de Dios para nuestro pueblo. La promoción de la justicia, el proyecto de la Iglesia de los pobres que es forjada desde las Comunidades Eclesiales de Base, las cuales por medio de la lectura de la Palabra de Dios y con la música y la poesía de “los cantorales de las misas subversivas” (p.124), han propiciado una experiencia inaudita de ser cristianos y cristianas. La memoria de nuestros mártires, profetas y profetisas se nos devuelve urgente y provocativa en las páginas recopiladas por E. Valenzuela. Como Iglesia latinoamericana, hija del Concilio y de Medellín, hermana de Bartolomé de las Casas y de Francisco Papa, luchadora junto a sus teólogos y teólogas, cantoras populares, religiosos y laicos, hemos de asumir los desafíos siempre actuales que nos dejaron como legado nuestros referentes. Sólo así podremos ser fraternos al estilo del movimiento iniciado por Jesús en las colinas de Galilea.