Estancia San Ramón. Una micro-región del área de Piedra Parada, Chubut

July 4, 2017 | Autor: Analia Castro Esnal | Categoría: Arqueología de Patagonia
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Descripción

3 Estancia San Ramón. Una micro-región del área de Piedra Parada, Chubut Analía Castro

Este trabajo1 se enmarca en una investigación general2 que propone un estudio macrorregional en la región patagónica con el propósito de producir conocimientos sobre las sociedades cazadoras recolectoras que poblaron esa región desde los inicios de su ocupación hasta comienzos del siglo XX. Los objetivos generales de dicha investigación están dirigidos tanto a generar información sobre la organización de las tecnologías presentes, uso del espacio, movilidad regional y apropiación de recursos, como así también sobre los aspectos sociales y simbólicos de estas sociedades, utilizando para ello un enfoque interdisciplinario. El objetivo particular del presente trabajo, es aproximarnos a la comprensión de la dinámica de utilización del paisaje por parte de estas sociedades cazadoras a partir del estudio de la organización tecnológica (Nelson 1991) y en una escala micro-regional. Se busca así realizar un aporte a los conocimientos producidos hasta el momento para la región. Los materiales arqueológicos aquí analizados provienen de recolecciones de superficie realizadas en una micro-región ubicada en el extremo oriental de la región conocida como Área de Piedra Parada, en el Departamento de Languiñeo, en el Noroeste de la Provincia de Chubut (Aschero et al. 1983). Las características particulares de este

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Este trabajo forma parte de la Tesis de Licenciatura: Organización Tecnológica en una Microregión del Área de Piedra Parada, Noroeste de la Provincia de Chubut, aprobada en la Fac. de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires, en agosto de 2005. Jurado: I. González de Bonaveri, J. L. Lanata, y C. Pérez de Micou. 2 Proyecto UBACYT 087 “Los recursos económicos de las sociedades cazadoras recolectoras de Pampa y Patagonia”, continuación del proyecto UBACYT TL 10, Universidad de Buenos Aires, Facultad de Filosofía y Letras, Instituto de Ciencias Antropológicas, Sección Arqueología, Directora: Dra. Cecilia Pérez de Micou. 2001-2003. Proyecto UBACYT F198 “Usos del espacio y apropiación de recursos. Las rutas indígenas como organizadoras del paisaje en la Patagonia argentina”, Universidad de Buenos Aires, Facultad de Filosofía y Letras, Instituto de Ciencias Antropológicas, Sección Arqueología, Directora: Dra. Cecilia Pérez de Micou. 2004-2007. Proyecto PICT 11759 “Rutas indígenas, paisaje y arqueología de Patagonia Central Argentina”, Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica. Investigadora Responsable: Dra. Cecilia Pérez de Micou.

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ambiente y el uso que hacen de él las poblaciones locales en la actualidad (Pérez de Micou 1991, 1992), nos llevaron a plantearnos hipótesis de uso del espacio que buscamos contrastar con información arqueológica. Utilizando el concepto de “estrategia” planteada en Nelson (1991), buscamos aproximarnos al modo en que las sociedades cazadoras recolectoras del pasado se relacionaron con un ambiente que presenta una serie de micro-ambientes con características diferenciales. Compararemos los resultados de los análisis de los materiales arqueológicos provenientes de dos de estos micro-ambientes, la costa de Río Chubut y las Pampas de altura (Pérez de Micou y Castro 2005), con el fin de establecer posibles tendencias en cuanto a las estrategias tecnológicas empleadas por las sociedades que los habitaron.

EL ÁREA DE INVESTIGACIÓN El Área de Piedra Parada se encuentra en el curso medio del Río Chubut, entre las localidades de Gualjaina y Paso del Sapo, en el Departamento de Languiñeo, noroeste de la Provincia de Chubut. Dentro de esta área general nos ocuparemos de una micro-región en particular. Entiendo por micro-región a “…una unidad espacial de muestreo arqueológico, dentro de una determinada región geográfica, que articula una serie de microambientes en zonas con recursos minerales, vegetales y topográficos -eventualmente ciertas especies faunísticas- diferenciados, que se presentan en cierta continuidad espacial agrupando gran parte del potencial de recursos ofrecidos por la región...” (Pérez de Micou et al., 1992: 77). La micro-región en estudio (Fig. 1) está delimitada por la costa del río Chubut al norte, el puesto de la estancia San Ramón al sur, y los límites este y oeste de la misma estancia. En esta zona el cauce tiene un ancho de entre 500 y 1000 m y está enmarcado por bardas de unos 50 m de altura (Pérez de Micou y Castro 2005). Se pueden distinguir dos zonas ambientales diferenciadas: - la costa o valle del río Chubut - las pampas altas

La costa del río Chubut Esta zona se encuentra a una altura de 450 m.s.n.m. y es donde está ubicado el casco de la estancia San Ramón (Fig. 2a). El río constituye un curso de agua permanente y en algunos sectores se encuentran lagunas temporarias en medialuna con recursos vegetales diferenciales. La vegetación está compuesta principalmente por arbustos leñosos variados. Durante las campañas realizadas en años anteriores, Pérez de Micou registra la presencia de los siguientes ejemplares: gramíneas (distintos coirones, Stipa sp, Distchilis sp o “pasto salado”, Phragmites sp); arbustos (Ephedra sp, Chuquiraga avellanedae,

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chacao, chilca); Hoffmansegia sp; Botón de oro (Grindellia sp); otros arbustos indeterminados y plantas silvestres o asilvestradas, coincidentes con el distrito Occidental (Soriano 1983). Muchas de estas plantas pueden ser usadas como alimento, como materia prima textil y como combustible. La fauna está representada principalmente por guanacos, piche y ñandú.

Las pampas de altura Aquí se ubica el Puesto de la Estancia San Ramón. Se encuentran a 1000 m.s.n.m. Presentan numerosas aguadas. En la campaña del verano de 1999 se relevó el área y se notó que, a pesar de que en ese momento llevaba un año sin llover ni nevar, las aguadas del puesto aún conservaban agua al limpiarlas (Pérez de Micou Com. Pers.). Los cursos de agua afluentes del Chubut son temporarios presentando mallines a lo largo de su curso. La vegetación está formada por chaquil (Alstroemeria sp), neneos (Mulimun spinosum sp), calafate (Berberis sp), charcao, coirones (Gramineas), coliguay (Colliguaya sp), cola de piche (Nassauvia sp) y otros arbustos leñosos indeterminados (Fig. 3a). En los mallines hay lirios y pastos muy verdes, lengua de vaca (Rumex sp.), “achicoria” y berros (Mimulus sp.). La fauna característica está representada por guanacos, ñandúes y pumas. Ambas zonas se comunican por medio de cañadones que se presentan surcando las bardas o laderas acantiladas del valle, siendo el principal el Cañadón del Carrizal. Por estos cañadones circulan arroyos que desembocan en el Río Chubut.

Características Climáticas Principales El clima es seco y frío. Las precipitaciones escasas (138 mm anuales) configuran un ambiente caracterizado por una importante aridez que se ve acentuada por las bajas temperaturas y los fuertes vientos que soplan del oeste de manera casi continua. La distribución de la temperatura se encuentra intensamente influenciada por las características del relieve. Las temperaturas medias que han sido registradas para la zona de Piedra Parada en el valle del Río Chubut van desde los 17,9º en enero a los 3º en julio (Pérez de Micou 2002). En las zonas con alturas superiores a los 600 m s.n.m. las temperaturas medias anuales son similares a las del sector oeste de la provincia, con una media anual inferior a 9ºC y temperaturas mínimas anuales de -22.1º (Beeskow et al. 1987). En el trabajo de campo que efectuamos en julio de 2001 pudimos observar que durante el invierno la zona de la costa puede transitarse, aunque con dificultad, debido a las intensas nevadas. Registramos la presencia de reparos contra las bardas donde el suelo permanecía libre de cubierta de nieve. Estos espacios coinciden con algunos de los sitios que presentan material arqueológico en superficie y/o arte rupestre. Por el contrario, en las pampas de altura, durante el invierno la accesibilidad es muy

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restringida debido a las nevadas y las bajas temperaturas. Esto determina que el uso de la zona del puesto se limite a los períodos de menor rigurosidad climática. Según nos informaron los pobladores locales, de manera periódica (cada 2 o 3 años) se dan años con inviernos especialmente fríos y con nevadas muy intensas y prolongadas. Esto afecta severamente a los animales silvestres de la zona que en los momentos de bajas temperaturas se ven en la necesidad de migrar hacia zonas menos elevadas y con una geomorfología que presente mayor oportunidad de hallar reparos para refugiarse de las intensas nevadas y con áreas no cubiertas por la nieve en dónde subsistan las plantas para su alimento3. El ganado ovino de la estancia es puesto a resguardo durante el invierno en los corrales de la casa, es decir en la zona del valle y costa del río. Durante el verano, es conducido hacia la zona del puesto para que aprovechen las pasturas de esa zona. En la actualidad las tierras del valle del Chubut se cotizan considerablemente mejor que las tierras de las pampas de altura. Esto nos muestra una diferencia importante en cuanto al valor diferencial que le dan a estos dos micro-ambientes los pobladores actuales. No contamos con información paleoclimática para esta zona. No obstante, los análisis paleoecológicos realizados en el Alero de las Manos Pintadas ubicado al sur de la provincia de Chubut aportan un cuadro paleoambiental preliminar (D´Antoni 1978). El Alero de las Manos Pintadas se encuentra a 500 m.s.n.m. pero en una latitud mayor que nuestra zona de estudio, por lo que presenta en general temperaturas medias más bajas. No obstante, nos pareció interesante para observar variaciones climáticas en un corte cronológico con fechados que van desde el 3330 +/- 70 AP a la actualidad (D´Antoni 1978). El análisis del perfil polínico da cuenta de la presencia de especies vegetales características del ambiente patagónico actual y de otros taxas más hidrófilos, también presentes en la actualidad, que provendrían de lugares que habrían presentado mayor humedad durante las estaciones favorables. A través del perfil se presentan variaciones que indican momentos de mayor rigurosidad climática con mayor aridez y temperaturas más bajas, siendo aproximadamente en los 1700 A.P. el momento en que el ambiente local presenta su fisonomía actual (D´Antoni 1978).

Las materias primas y su disponibilidad Las investigaciones realizadas hasta el momento en la región, dan cuenta de una abundancia y de una alta disponibilidad de rocas silíceas de diversos tipos y de buena calidad para la talla. Se trata de fuentes primarias y sobretodo secundarias. Las fuentes primarias corresponden a afloramientos ubicuos de calcedonia y otras rocas silíceas en forma de venas a lo largo de las bardas y en los cañadones (Carballido Calatayud 2000/

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El alambrado de las tierras en las pampas altas condicionó la posibilidad de migración de los animales en los momentos de baja temperatura provocando un aumento de la tasa de mortalidad animal (Informantes locales 1985).

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2002). En recorridas no sistemáticas de los campos altos, Bellelli registra la presencia de canteras potenciales de roca silícea (Bellelli 1987b en Carballido 1999). También en los campos altos se han detectado fuentes de pigmentos minerales (Pérez de Micou et al. 1992). En la prospección de la zona del Puesto realizada por nosotros en las campañas de los años 2000 y 2003 hemos verificado la presencia de una fuente primaria de xilópalo (Fig. 3b) y de pigmentos minerales. En cuanto a las fuentes secundarias, en los trabajos en Campo Moncada en el Cañadón La Buitrera, valle de Piedra Parada, se constató la presencia de material acarreado – cantos rodados de composición silícea - por el río Chubut y los arroyos que desembocan en este (Bellelli 1988). Esto fue corroborado en nuestros propios trabajos de campo en la Estancia San Ramón. Asimismo, la presencia en los alrededores del casco de la estancia de artefactos de molienda compuestos en material granítico, muestra la alta energía del río vinculada al tamaño del material transportado por muchos kilómetros, ya que los granitos más cercanos están al oeste de la región, en la Cordillera de los Andes. Por las características composicionales de las rocas que afloran en los alrededores del área investigada, puede considerarse que los cazadores-recolectores que la habitaron, disponían fácilmente de materia prima de muy buena calidad para la talla. Las hojas geológicas de Gualjaina (Lage 1982), de Gastre (Proserpio 1978) y las fotos aéreas y satelitales de la zona, muestran la existencia de extensos mantos o coladas basálticas. En la zona también se presentan mantos cineríticos provenientes de erupciones de tipo explosivo convertidos en material silíceo amorfo (ópalo) por la acción química de aguas –cálidas- subterráneas que circulan a través de este material o por el efecto de las lluvias caídas a continuación de una erupción de cenizas que, con su poder disolvente, lleva a solución al material silíceo favoreciendo su precipitación cuando las condiciones físico-químicas lo permiten y reemplazando tanto materiales orgánicos (origen de los bosques petrificados) como aquellos inorgánicos. La presencia de estratos sedimentarios con alto grado de diagénesis también es común en la zona (Lage 1982). En cuanto a las obsidianas, según los geólogos consultados4, es muy difícil que se encuentren en el lecho del río porque son muy lábiles, fácilmente atacables por los agentes meteorizantes (por su falta de cristalinidad y delicada estructura son poco estables bajo las condiciones de transporte fluvial). Por la geología regional, se supone que la obsidiana es un tipo litológico ampliamente distribuido en toda la Patagonia vinculado, además, a los materiales volcánicos. Sin embargo no se han registrado fuentes de obsidiana de buena calidad, aptas para la talla, para esta región. Esto hace pensar en un origen no local de la obsidiana que se presenta como materia prima de los artefactos aquí analizados.

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* Dr. Juan Pedro Spikermann (geólogo)-Profesor Titular de la Cátedra de Introducción a Geología (para geólogos) - Facultad de Ciencias Exactas y Naturales - UBA-Investigador Independiente del CONICET-Lugar de Trabajo: Museo Nacional de Ciencias Naturales “Bernardino Rivadavia”. **Lic. Patricia Solá (geóloga)-Profesional Principal (CONICET)-Lugar de trabajo: Sección Arqueología-Instituto de Ciencias Antropológicas-Universidad de Buenos Aires.

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ORGANIZACIÓN TECNOLÓGICA Y PAISAJE ARQUEOLÓGICO El interés principal del que partimos al encarar este estudio fue aproximarnos a la comprensión de la dinámica de utilización del paisaje por parte de las sociedades cazadoras recolectoras que habitaron la micro-región. Las características particulares que presenta este ambiente y el uso que hacen de él las poblaciones locales en la actualidad, nos llevaron a plantearnos la posibilidad de que en el pasado también hubiera habido una dinámica de complementación de pisos ecológicos. La manera de acercarnos a dicha dinámica pasada es a través del paisaje arqueológico. Entendemos por paisaje arqueológico al paisaje resultante de la sumatoria de ocupaciones de poblaciones humanas que, a través del tiempo, han utilizado una región. Se trata de una entidad actual en la que continúan actuando los diversos procesos postdepositacionales. No representa un mero reflejo de la sumatoria de comportamientos del pasado, sino un complejo palimpsesto en el que confluyen los restos materiales de diversas ocupaciones que han utilizado un espacio explotándolo de diversas formas a lo largo del tiempo, más otros factores que lo continúan moldeando en el presente y que no están relacionados con la ocupaciones que le dieron origen (ver Belardi 1992; Lanata 1997). A partir del análisis del paisaje arqueológico, buscamos entender la forma en que las poblaciones cazadoras recolectoras del pasado interactuaron con su ambiente. Para comprender esta relación hombre-ambiente utilizamos la noción de “estrategia” planteada por Nelson (1991). Esta autora presenta a las estrategias como procesos de resolución de problemas, es decir, maneras de responder a las condiciones que se plantean en el interjuego entre los hombres y el ambiente. Desde este punto de vista tanto la movilidad como la tecnología son vistas como estrategias, que implican procesos de toma de decisiones dentro de un ambiente – social y natural - determinado (Nelson 1991). En el caso que nos ocupa, el ambiente está caracterizado por presentar dos microambientes que son afectados de manera diferencial por los rangos anuales de temperatura. A partir de los datos climáticos actuales y de la información paleoecológica de zonas aledañas, poseemos evidencia de que las pampas de altura presentan las temperaturas más bajas en la época invernal. De manera periódica (cada 2 o 3 años según informantes locales) se dan años con inviernos especialmente fríos y con nevadas muy intensas y prolongadas. Esto afecta severamente a los animales de la zona que en los momentos de bajas temperaturas se ven en la necesidad de migrar hacia zonas menos elevadas y con una geomorfología que presente mayor oportunidad de hallar reparos para refugiarse de las intensas nevadas y con áreas no cubiertas por la nieve en donde subsistan las plantas para su alimento. En este trabajo planteamos como hipótesis general que las poblaciones cazadoras recolectoras que habitaron en esta región, seleccionaron estrategias de comportamiento que respondieran a esta característica ambiental particular. En su movilidad anual, los grupos humanos del pasado, se habrían visto afectados por la rigurosidad del clima en épocas invernales. En estos momentos de baja tempe-

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Figura 1

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ratura la ocupación de las pampas de altura se encontraría condicionada por la severidad climática, por la escasez de recursos faunísticos y por la accesibilidad restringida a otros recursos primordiales (agua, materias primas, leña). En cambio en la zona baja de la costa del Río Chubut, las temperaturas invernales habrían sido mayores y el reparo proporcionado por las bardas que circunscriben el valle presentaría una ventaja tanto para los asentamientos invernales humanos como para los animales en busca de refugio y alimento. De esta manera esperamos que la costa del río presente ocupaciones durante todo el año, en tanto que las pampas de altura sólo presenten ocupaciones en épocas estivales y posiblemente sólo para fines logísticos (Ebert y Kohler 1988). Esta expectativa la evaluaremos desde lo que concierne a las estrategias tecnológicas. Pensamos que la aplicación repetitiva de una estrategia de uso del espacio en un rango temporal amplio dejará una impronta arqueológica consecuente. Esperamos una redundancia de actividades diferenciales que son resultado de la aplicación de una estrategia de uso del espacio que respondería a las características de este paisaje y que por ser actividades diferenciales redundantes no perderían su visibilidad aunque trabajemos en un rango temporal amplio en el que no podemos hacer distinciones específicas de períodos estacionales. Por ello sostenemos que, a partir del análisis de los artefactos líticos hallados en superficie, existe la posibilidad de encontrar indicadores tecnológicos que den cuenta de una variabilidad que contraste ambos micro-ambientes. Sostenemos que esta variabilidad será representada por los artefactos por el hecho de que trabajaremos con materiales de superficie recogidos en ambos pisos altitudinales y que son producto de ocupaciones acontecidas en un amplio rango temporal, tomando como fechado más antiguo para la zona de Piedra Parada al fechado de 5080 +/- 100 AP de la capa 4ª de Campo Moncada 2 (Bellelli 1987a) hasta los momentos de contacto, como lo indican los fechados realizados en los sitios Sanra2 y Sanra7 de 450 +/- 60 años A.P. y 570 +/- 50 años AP respectivamente (Pérez de Micou y Castro 2005).

Objetivos Específicos ™ Analizar los aspectos tecnológicos de los artefactos líticos hallados en superficie en la micro-región ™ Establecer las etapas de manufactura representadas ™ Delinear posibles tendencias en el tipo de actividades llevadas a cabo en los distintos micro-ambientes ™ Determinar las posibles estrategias tecnológicas utilizadas (conservadas, expeditivas, oportunísticas)

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Expectativas arqueológicas:

Para los sitios de la costa esperamos:

Para los sitios de las pampas de altura esperamos:

Etapas de producción representadas

encontrar representadas todas las etapas de manufactura de artefactos, desde núcleos hasta desechos de mantenimiento y reciclaje de instrumentos. Ya que si se trata de asentamientos que han sido ocupados durante todas las épocas del año, presentarían ocupaciones también durante las estaciones de baja productividad, en donde hay una mayor cantidad de tiempo disponible para actividades de manufactura y reparación de instrumentos. (Nelson 1991).

encontrar una mayor proporción de desechos de talla que correspondan a tareas de reparación y reactivación de instrumentos, instrumentos transformados en núcleos y desechos de los últimos estadios de formatización (Nelson 1991). Al tratarse, según nuestra hipótesis de trabajo, de sitios utilizados en épocas del año determinadas, durante períodos más cortos y posiblemente con fines específicos, no esperamos encontrar desechos de manufactura de toda la cadena operativa.

Proporción desechos/ instrumentos

una mayor proporción de desechos por sobre los instrumentos: suponiendo que los instrumentos fueron confeccionados en estos asentamientos y teniendo en cuenta que la formatización de un solo instrumento produce una gran cantidad de desechos de talla y que aquí también se llevarían a cabo actividades de mantenimiento.

encontrar menos proporción de desechos que en los sitios de la costa. Sin embargo en estos sitios tampoco se espera una gran cantidad de instrumentos, sólo se esperaría hallar instrumentos descartados por estar rotos (Nelson 1991).

Variabilidad Tipológica

encontrar una gran variabilidad en cuanto a las clases de instrumentos hallados, suponiendo que estos asentamientos fueron los lugares en que los grupos vivían de manera más permanente y en todas las épocas del año.

encontrar menos variabilidad de clases instrumentales por tratarse de sitios que responden a actividades asociadas con épocas del año acotadas.

Tipos de Instrumentos

encontrar artefactos relacionados con gran variedad de tareas, desde el raspado de cueros hasta los de caza de presas.

hallar instrumentos que tengan que ver con estas actividades acotadas (por ejemplo puntas de proyectil para la caza) e instrumentos utilizados de manera expeditiva para fines ocasionales.

Estrategias (tendencia a la hallar artefactos que sean conseexpeditividad vs conserva- cuencia de ambos tipos de estrategias por tratarse de asentamientos ción) en los que se llevarían a cabo múltiples tareas. La expeditividad o conservación estarían en relación con el instrumento del que se trate y/o de la materia prima con la que esté confeccionado (ver Carballido Calatayud 2000/2002).

una representación más importante de indicadores de conservación para los instrumentos relacionados con las actividades específicas llevadas a cabo en estos tipos de asentamientos.

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A

B

C

Figura 2. A-La costa del Chubut desde los campos altos. B y C- Anverso y reverso de materiales líticos de la costa.

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A

B

C

D Figura 3. A-Campos altos. B-Detalle de cantera de xilópalos. C y D- Anverso y reverso de materiales líticos de los campos altos.

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METODOLOGÍA El análisis técnico-morfológico de los materiales se realizó a ojo desnudo siguiendo los lineamientos de Aschero (1975 y 1983)5. Se diseñó una ficha descriptiva sobre la base de la propuesta de este autor, en donde se tomaron en cuenta, teniendo como unidad de análisis al artefacto, los atributos considerados relevantes para el problema aquí tratado. Para analizar los aspectos de la diversidad de los conjuntos artefactuales desde lo cuantitativo, se utilizó el índice de riqueza (H) de Shanon-Weaver (1949) y el índice de homogeneidad (J) de Zar (1974) y Pielou (1977) (tomados de Guraieb 1999). El material analizado proviene de dos colecciones de artefactos líticos de superficie. Una colección fue obtenida a partir de recolecciones sistemáticas, efectuadas durante dos campañas en la micro-región. El análisis de esta colección es complementado con el proveniente de una colección privada compuesta mayoritariamente por artefactos formatizados recolectados por la Señora Amelina San Martín pobladora actual, nacida en el área estudiada. La estrategia de muestreo utilizada durante las campañas para la recolección de material para la zona de la costa del Chubut fue la siguiente: se georreferenciaron los sitios con arte rupestre sobre las bardas y se trazaron transectas orientadas hacia el N de 2m por 30m frente a cada uno, se recogió la totalidad del material interceptado por las transectas. Luego se barrió la costa con transectas perpendiculares a la orilla del río y se georreferenciaron los puntos de concentración de materiales, que fueron recogidos en su totalidad. En las pampas altas se realizaron recolecciones en el entorno de las aguadas, se trazaron transectas en las planicies arbustivas y en los márgenes de los arroyos en los límites de la estancia. Todos los hallazgos fueron georreferenciados (Fig. 1). Tanto la costa, en donde está el casco de la estancia, como en las pampas de altura, en donde se halla el puesto, son zonas por las que transita constantemente la gente del lugar y en donde ha habido una prolongada recolección intencionada de materiales líticos por parte de los propietarios de la estancia en los últimos cincuenta años. A esto se suma la alta visibilidad, sobre todo en la zona de la costa, y la gran obstrusividad que poseen los materiales cuyos colores contrastan llamativamente con el piso. Por este motivo, consideramos de relevancia el tomar en cuenta en el análisis los materiales provenientes de la colección privada de la Sra. Amelina San Martín, quien fue instruida por los arqueólogos que trabajaron desde finales de la década de 1970 para que llevara un registro minucioso de los lugares en donde recogía los artefactos y de las relaciones de asociación entre ellos. Por lo que cada pieza tiene su ficha de lugar de proveniencia (las piezas que no la tuvieran no serán consideradas en el análisis). La recolección se

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Cabe aclarar aquí, que este análisis se realizó en una fecha previa al “Taller de Morfología Macroscópica en la Clasificación de Artefactos Líticos: Innovaciones y Perspectivas” llevado a cabo entre el 22 y el 25 de junio de 2004. En dicho taller se arribó a una serie de acuerdos con respecto a diversos puntos a modificar o incluir en el trabajo original de Aschero 1975/1983 y se abrió la discusión con respecto a otros aspectos en los que no se logró un consenso. Estas innovaciones y perspectivas serán tenidas en cuenta aquí cuando sean pertinentes en el momento del planteo de la discusión.

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efectuó, tanto en la zona de la costa del río, como en la zona de las pampas de altura, de manera continua a través de décadas y en todas las épocas del año (por ejemplo: luego de lluvias o luego de los períodos de deshielo en donde suele descubrirse el material anteriormente cubierto). Esto le da una gran ventaja en comparación a los muestreos realizados por nuestro equipo que fueron hechos en períodos muy acotados en el tiempo, principalmente en verano. Por todo esto, consideramos el análisis de este material como un complemento eficaz para la información obtenida a partir del análisis de las muestras recogidas en los trabajos de campo. En general, estas colecciones particulares han sido totalmente desechadas por los investigadores, despreciando su caudal de información potencial, debido a los métodos no científicos con que suelen ser obtenidas. Sin embargo, es sabido que toda muestra sufre un proceso de formación que le imprime un sesgo, aún las conseguidas en condiciones académicamente aceptables. Lo importante es poder identificar la dirección de ese sesgo (Pérez de Micou 1998). El análisis de los materiales de la colección San Martín se realizó en el transcurso del trabajo de campo realizado en julio de 2001. Se inventarió a todos los artefactos de la colección que se pudieron ver en el transcurso de una semana de trabajo y se analizó sólo una muestra representativa (30% del total) siguiendo la metodología de análisis detallada anteriormente.

RESULTADOS Y DISCUSIÓN Tomamos los siguientes temas como ejes para la discusión de los resultados: ™ Etapas de manufactura ™ Diversidad de actividades representadas en los distintos micro-ambientes ™ Estrategias tecnológicas

Evaluación de las Etapas de Manufactura representadas por los Desechos de Talla Notamos una muy baja frecuencia de núcleos, de lascas muy grandes y de lascas con reserva de corteza. Esto se da en ambos micro-ambientes e independientemente de la materia prima de la que se trate, lo que indicaría que las primeras etapas de la cadena operativa lítica no fueron realizadas en estos sitios. Para el caso de los asentamientos de las pampas de altura este resultado concuerda con nuestras expectativas arqueológicas, sustentado aún más por el hecho de que, todas las lascas de las primeras etapas de producción lítica que aparecen, provienen exclusivamente del sitio determinado como fuente de xilópalo. En el caso de los asentamientos de la costa esperábamos encontrar lascas de los primeros estadios debido a que se postula para la región una abundancia de buena materia prima local en forma de nódulos acarreados por los arroyos que bajan al Río Chubut y por el propio Río Chubut en su recorrido oeste-este. Esta abundancia y alta disponibilidad de materias primas de alta calidad nos hizo suponer que en estos asentamientos de la costa, en los que se llevarían a cabo múltiples actividades en todas las

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épocas del año, también se habrían llevado a cabo actividades que tuvieran que ver con toda la cadena operativa (Nelson 1991). Sin embargo, ante los resultados de nuestros análisis, en donde se pone de manifiesto la ausencia de las primeras etapas de la cadena operativa, nos queda pensar que: - los desechos más grandes eran descartados fuera del lugar de habitación por ser asentamientos estables en los que se hacían actividades de limpieza, en este caso habría que localizar estos lugares de descarte; - o las primeras etapas se hacían en sitios del tipo cantera/taller, no detectados en nuestros trabajos de campo, en donde habría fuentes más puntuales de materia prima; - o podría haber existido una continua reclamación de desechos de talla para la obtención de nuevas formas base y/o para la confección de instrumentos, y como consecuencia de esto no habrían quedado, o habrían quedado pero en escaso número, las lascas corticales iniciales más grandes. Con respecto a los tipos de lascas representados en los conjuntos (ver tabla 1), vemos que en general las lascas más representadas son las lascas angulares, existiendo una pequeña diferencia entre los conjuntos de ambos micro-ambientes que está dada porque en las muestras del Puesto hay una gran cantidad de desechos indiferenciados. Este tipo de desechos, tanto los indiferenciados como las lascas angulares, no corresponden a los primeros estadios por el hecho de tratarse en su mayoría lascas internas sin restos de corteza. Asimismo podemos decir que tampoco están representadas las últimas etapas de producción, ya que llama la atención la ausencia en los conjuntos de las lascas características de la reducción bifacial. Sin embargo, debemos tener en cuenta que esto último puede deberse a un problema muestreo, ya que al tratarse de material recogido en superficie probablemente los desechos de talla más pequeños no hayan sido recuperados. Esto puede apreciarse en nuestro análisis de los resultados en donde se manifiesta una baja representación relativa de microlascas e hipermicrolascas. Por otro lado, no todas las lascas de reducción bifacial presentan las características típicas por las que se las identifica, y por lo tanto pueden no ser clasificadas como tales. Sitios

Hoja

Lasca Lasca de Angular Arista

Lasca de reactiva-

Lasca Plana

Lasca Pri- Lasca Semaria cundaria

No Dife- Total gerenciada neral

ciòn de núcleo Costa

2

38

8

2

Puesto

8

31

16

2

1

Total general

10

69

24

2

3

3

3

Tabla 1. Tipos de Lasca

2

35

90

5

67

130

7

102

220

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Al igual que los tipos de lasca, los tipos de talones representados en la muestra no corresponden a las primeras etapas de la manufactura ya que hay escasos talones corticales o naturales (ver tabla 2 y 3). Hay muchos casos de desechos de talla indiferenciados y fragmentados en donde no se aprecia el talón. En el caso de los desechos de talla que presentan su talón completo estos se presentan en su mayoría del tipo liso. En concordancia con lo representado con los tipos de lascas, los talones tampoco se corresponden con las últimas etapas de talla y retoque de instrumentos. Estado del Talón Completo

Costa

Puesto

Total general

42

41

83

4

4

Eliminado Fracturado

7

9

16

No Diferenciado

41

74

115

2

2

130

220

Parcialmente Fract. Total general

90

Tabla 2. Talones de los Desechos de Talla

Estado Talón

Forma Talón

Completo

Total general

Costa

Puesto

Total general

Cortical

2

1

3

Diedro

2

6

8

Facetado

5

6

11

Filiforme

1

Liso

29

26

55

ND

3

2

5

42

41

83

1

Tabla 3. Forma de Talón en Desechos de Talla con Talones completos

En resumen, podemos sostener que no hay una diferencia en las etapas de manufactura que están representadas en las muestras provenientes de ambos micro-ambientes. En todos los casos están ausentes tanto las primeras etapas como las finales del proceso de producción lítica.

Analía Castro

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Evaluación de tendencias en la representación de actividades en los distintos microambientes Representación de Actividades de Manufactura - Proporción Desechos de Talla/Instrumentos Tallados: En general hay pocos desechos de talla en relación a los instrumentos, tanto en la Costa como el Puesto (ver tabla 4). Esto no se corresponde con las expectativas arqueológicas planteadas. Para ambos micro-ambientes esperábamos encontrar una mayor proporción de desechos de talla. En el caso de las muestras provenientes de la Costa estos resultados concuerdan con lo visto con respecto a las etapas de manufactura representadas, es decir, en estos sitios no se llevaba a cabo todo el proceso de confección de instrumentos como habíamos supuesto. Por ello es lógico que la cantidad de desechos no sea la esperada. Esto puede estar indicando un transporte de lascas, de instrumentos formatizados o de preformas. Sitio

Desechos enteros + fragmentados con talón completo

Instrumentos

Total general

Costa

108

43%

141

57%

249

Puesto

98

47%

111

53%

209

Total general

206

252

458

Tabla 4. Proporción de Desechos vs. Instrumentos

En el caso de las muestras del Puesto vemos que las proporciones difieren muy levemente de las muestras de la costa. Esto no nos permite suponer, al menos en lo que refiere a la producción lítica, que en estos sitios se llevaran a cabo actividades distintas a las de la zona de la Costa. Para avanzar en este sentido, veamos a continuación qué información nos brindan los índices de riqueza y homogeneidad calculados. Diversidad Artefactual - Índices de Riqueza y Homogeneidad: Encontramos que, para ambos micro-ambientes, los índices de riqueza y de homogeneidad dan resultados similares. El índice de riqueza H es alto en ambas muestras, siendo de 0.87 para las muestras de la Costa y de 0.80 para las muestras del Puesto. El índice de homogeneidad J presenta un valor de 0.66 para ambas muestras que evidencia una distribución medianamente equitativa de los artefactos en las distintas categorías para ambos conjuntos (ver tabla 5). Es decir que ambas muestras presentan una diversidad alta, medida en términos de riqueza y homogeneidad. Un alto índice de riqueza podría ser indicador de actividades múltiples, siendo para el caso de la Costa levemente superior concordando con lo esperado por nuestras expectativas. El hecho de que el índice de riqueza sea también alto en los conjuntos del Puesto nos da la pauta de que en estos sitios se podrían haber llevado a cabo una mayor diversidad de actividades de las que habíamos supuesto. La

Estancia San Ramón. Una micro-región del área de Piedra Parada, Chubut Clases artefactuales

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Costa

Frecuencia

Puesto

Frecuencia

artefacto bifacial artefacto de formatización sumaria

9 13

0,0223 0,0323

10 33

0,0347 0,1146

cepillo cuchillo de filo retocado

1 6

0,0025 0,0149

3

0,0000 0,0104

filos naturales con rastros complementarios muesca

70

0,1737

16 1

0,0556 0,0035

perforador preforma

1 2

0,0025 0,0050

punta de proyectil punta burilante

15

0,0440

16 6

0,0556 0,0208

raedera raspador

93

0,2308

8 35

0,0278 0,1215

fragmento de instrumento tallado no diferenciado fragmento de instrumento pulido no diferenciado

1 5

0,0025 0,0124

bola de boleadora mano

6 10

0,0149 0,0248

6 3

0,0208 0,0104

molino hacha pulida

1 1

0,0025 0,0025

2

0,0069

amuleto sobador

2 7

0,0050 0,0174

1

0,0035

palo de mortero artefacto pulido no diferenciado

1 9

0,0025 0,0223

1

0,0035

137 9

0,3400 0,0223

138 6

0,4792 0,0208

403

1,00 0,8724

288

Índice de Riqueza (H)

1,00 0,8007

Índice de Homogeneidad (J)

0,6598

desechos de Talla núcleos

0,6649

Tabla 5. Diversidad de Clases Artefactuales – Índices de Riqueza y Homogeneidad (incluye la totalidad de artefactos inventariados de la Colección San Martín)

homogeneidad que presentan los conjuntos podría estar indicando que cada uno fue producido a partir de un rango similar de actividades que transcurrieron a través del tiempo.

Evaluación de Estrategias Tecnológicas Transporte: Los datos no evidencian transporte en cuanto a la relación entre los tamaños de los desechos y los tamaños de los instrumentos. Sin embargo, la baja representatividad de núcleos y de lascas de las primeras etapas de confección, evidencian una posible estra-

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tegia de transporte de lascas y de núcleos preparados. Esto también lo indicarían la baja proporción de desechos de talla mencionado anteriormente. En el caso de la obsidiana, por ser una materia prima alóctona hay una clara estrategia de transporte de núcleos, de formas base o de instrumentos. Confiabilidad (inversión de tiempo en la manufactura y estandarización) ¾ Inversión de tiempo: En cuanto a las frecuencias relativas de los artefactos en los que se ha invertido un tiempo importante en su formatización (también denominados instrumentos formales (Andrefsky 1994), versus los artefactos que han sido fabricados con un mínimo de esfuerzo (instrumentos informales), vemos que hay una leve representación más importante de los primeros. Esto ocurre tanto en las muestras de la costa (62% instrumentos formales vs 38% instrumentos informales), como en el Puesto (55% instrumentos formales vs 45% instrumentos informales) (ver tabla 6). Energía invertida

Grupo Tipológico

Costa

Puesto

Total

Artefacto bifacial

9

8

17

Cuchillo de filo retocado

6

3

9

Preforma

2

Punta de Proyectil

14

en manufactura ALTA

Raedera

28

8

8

35

128

93

Cepillo

1

1

Perforador

1

1

Artefacto de formatización sumaria

126

68

194

13

33

46

1

1

16

80

6

6

77

56

133

203

124

327

Muesca Filo natural con rastros de uso

64

Punta burilante Total Total

14

Raspador

Total BAJA

2

Tabla 6. Energía invertida en la manufactura de instrumentos confeccionados en materias primas locales

Según lo planteado por Andrefsky (1994) este tipo de representación responde principalmente a las características de la disponibilidad (abundancia y calidad) de materia prima en la región. Los estudios planteados por este autor muestran cómo, en los casos en donde hay una alta disponibilidad de materias primas (abundancia de materias primas de buena calidad), las sociedades cazadoras recolectoras usarían frecuencias rela-

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tivas similares de instrumentos formales e informales (Andrefsky 1994). Esto concuerda con las características de la micro-región estudiada en nuestro trabajo, la cual posee materias primas de calidad y en abundancia (tanto en las pampas de altura como en el valle del Río Chubut), y con lo representado en las muestras arqueológicas ¾ Estandarización (módulos, tamaños y formas base de los instrumentos): Los instrumentos en los que se puede observar estandarización son los raspadores. La mayoría son de filo frontal corto y se presentan mayoritariamente en tamaños medianos y en módulos de longitud-anchura mediano/ normal y mediano/alargado. Presentan filos complementarios. Vemos entonces que para ambos micro-ambientes hay indicadores de uso de estrategias, tanto conservadas como expeditivas:

Indicadores estrategias conservadas:

Indicadores estrategias expeditivas:

- las etapas de manufactura se han llevado a cabo en distintos lugares

- importante representación de instrumentos no formales, especialmente los filos naturales

- transporte de artefactos (formas base o instrumentos formatizados)

con rastros complementarios

- instrumentos que evidencian alta inversión en su producción (en cuanto a la obtención de formas base y posterior formatización) - estandarización de los raspadores - presencia de filos complementarios en los raspadores

CONSIDERACIONES FINALES A partir de la comparación de los atributos tecnológicos de dos conjuntos de muestras arqueológicas provenientes de micro-ambientes diferentes de una misma micro-región, se observó si se presentaban diferencias en cuanto a las etapas de manufactura representadas, para luego ver si existían también diferencias en las tendencias en cuanto a la variedad de actividades que podrían haberse llevado a cabo en los sitios y si las estrategias tecnológicas implicadas podrían haber sido diferenciales. Se partió de la hipótesis de que, al tratarse de dos ambientes afectados estacionalmente de manera diferencial, las sociedades cazadoras recolectoras habrían aplicado estrategias de uso del espacio que se habrían visto moldeadas por esta característica del ambiente. De esta manera se plantearon una serie de expectativas arqueológicas a contrastar con los resultados obtenidos en el análisis de las muestras. Algunas de la expectativas no fueron reflejadas por los datos, lo que nos permite ajustar nuestras hipótesis sobre el uso del espacio, la movilidad estacional y la organización tecnológica de estas sociedades.

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Analía Castro

De acuerdo a esto, advertimos que, según lo representado por los desechos de talla que componen los conjuntos analizados, para ambos micro-ambientes las etapas de manufactura que están representadas son similares. Tanto en los conjuntos de la costa como en los de los campos altos, no están representadas ni las primeras ni las últimas etapas de la manufactura lítica. Este hecho nos lleva a modificar nuestra idea de que en los sitios de la costa eran llevadas a cabo todas las actividades relacionadas con la producción lítica y que en los sitios del puesto sólo las que tenían que ver con los últimos pasos del proceso. La evidencia no nos permite señalar diferencias entre ambos conjuntos en cuanto a las actividades de talla llevadas a cabo en los sitios y nos lleva a la necesidad de delinear nuevas investigaciones orientadas a estudiar dónde habrían sido llevadas a cabo esas primeras etapas (por ejemplo ubicación de sitios del tipo cantera/taller). En el caso de las pampas de altura en este trabajo se relevó un sitio que podría haber funcionado como cantera de xilópalo. Sin embargo, los instrumentos confeccionados en esta materia prima son escasos en nuestras muestras. Es por esto que se hace necesario profundizar en futuras investigaciones esta problemática a resolver. Asimismo, la complementación de nuestros datos con futuras excavaciones podrían dar cuenta de las etapas últimas de producción cuyos productos al ser, en general, microlascas e hipermicrolascas, pueden migrar en el sedimento con más facilidad y, por lo tanto, no registrarse al realizar sólo muestreos de superficie. A partir del cálculo de los índices de diversidad (riqueza y homogeneidad) podemos señalar que tanto los sitios de la costa como los sitios de las pampas de altura presentan materiales arqueológicos, producto de múltiples actividades. No podemos decir, a partir de la evidencia disponible, que los sitios de los campos altos sean producto de asentamientos del tipo logísticos. Sí podemos señalar que, a partir del índice de riqueza, se podría pensar que el rango de actividades llevadas a cabo en estos, era levemente más acotado que lo que se refleja en los datos para los sitios de la costa. Por otra parte, en los sitios de la costa, encontramos una serie de indicadores de redundancia que en los sitios de los campos altos no se encuentran. Uno de estos indicadores es el arte rupestre, muy frecuente para los sitios de la costa, pero ausente en las pampas de altura. Del mismo modo, otro importante indicador de redundancia en las ocupaciones de la costa es la presencia de morteros y manos de molinos, y la existencia de sitios, como por ejemplo Piedra Parada 1, en donde se evidencia una clara estructuración del espacio (Pérez de Micou 1982), indicio de redundancia en la ocupación. Estos aspectos refuerzan la idea del uso diferencial estacional de los sitios de las pampas de altura en contraste con el uso durante todo el año de los sitios de la costa. En cuanto a las estrategias tecnológicas utilizadas vimos que, para ambos conjuntos, hay indicadores tanto de conservación como de expeditividad. La tendencia hacia la conservación la podemos señalar a partir del hecho de que las etapas de manufactura se han llevado a cabo en distintos lugares, lo que implicaría una estrategia de transporte de artefactos (formas base o instrumentos formatizados). Asimismo, hay una representación importante de instrumentos que evidencian alta inversión en su producción, en cuanto a la obtención de formas base y posterior formatización y, en cuan-

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to a la estandarización, en el caso de los raspadores. También indica una estrategia tendiente a la conservación la presencia de filos complementarios en los raspadores. Así como encontramos indicadores de conservación, vemos, a partir de la importante representación en ambos conjuntos de instrumentos no formales, especialmente los filos naturales con rastros complementarios, una tendencia complementaria hacia la expeditividad. En relación a las materias primas no podemos decir que se empleaban estrategias expeditivas tan sólo por el hecho de que se utilizaban mayoritariamente las rocas locales. Esto ocurriría por las características propias del ambiente que proporciona una alta disponibilidad de materia prima y no por una elección estratégica (Andrefsky 1994). En el caso de los materiales en obsidiana, fuente alóctona, aunque se presente en muy escaso número, cabe preguntarse el por qué utilizarla teniendo sílice de tan alta calidad disponible. Esto podría responderse, tal vez, recurriendo a temáticas que no tienen que ver con la elección de estrategias económicas sino con aspectos sociales (Bayón y Flegenheimer 2003). Es claro que, para alcanzar los objetivos generales de la investigación que enmarca a este trabajo, es necesario recurrir a numerosas líneas de evidencia dentro de la arqueología y a otras provenientes de distintas disciplinas, tales como la paleoecología y la etnohistoria. Hemos hecho aquí nuestro aporte desde el análisis de la organización tecnológica que deberá ampliarse trabajando en otras temáticas, como por ejemplo la recién mencionada que tiene que ver con los aspectos sociales y/o simbólicos de estas sociedades, temática que no ha sido todavía abordada para esta región. Así mismo, deberán sumarse los datos de otras líneas de evidencia, tales como el uso, procesamiento y consumo de recursos faunísticos (Fernández 2000; 2006); así como también, se hace indispensable continuar con la exploración de otros sitios de la región que provengan de los diversos micro-ambientes que la conforman.

AGRADECIMIENTOS A Coca San Martín por su hospitalidad y por poner a nuestra disposición las piezas de su colección. A Beto Díaz por su colaboración en los trabajos de campo y a Julián Currumil. A Patricia Solá por su asesoramiento para la clasificación de las materias primas líticas. A Ana Paula Micou por la confección del mapa con los sitios georeferenciados y a Valeria Micou por la confección de las ilustraciones. Mi especial agradecimiento a Cecilia Pérez de Micou.

OBRAS CITADAS Andrefsky, Jr. W. 1994. Raw-Material Availability and the Organization of Technology. American Antiquity, 59 (1). Pp. 21-34.

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