Estados Unidos Evita el Precipicio Fiscal

August 21, 2017 | Autor: F. Álvarez Simán | Categoría: Impuestos Sobre La Renta
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Descripción



Estados Unidos Evita el Precipicio Fiscal

"La incertidumbre es una posición incómoda"
Voltaire

Fernando Álvarez Simán*

Una peligrosa combinación de aumento de las tasas en impuestos e inevitables recortes al gasto público entrarían en vigor apenas iniciaría el primer día del 2013 en los Estados Unidos; de entrada esta combinación resultaría dañina para cualquier economía del orbe porque a pesar de que la contracción del gasto público puede representar un ahorro que impactaría en la reducción del déficit fiscal (deudas gubernamentales), evidentemente que el aumento en los impuestos reducirían la cantidad de los bienes y los servicios producidos por la economía americana. Esta probable ecuación puso a temblar a los mercados internacionales y al propio sistema político americano puesto que Estados Unidos arrastra los severos efectos de la crisis financiera internacional del 2008 provocada por las hipotecas subprimes.

En ese sentido el margen de maniobra de la entidad encargada de la política monetaria la Reserva Federal o FED era muy estrecho porque la tasa de interés referencial o interbancaria americana es de 0.25 por ciento; es decir cercana al cero y muy atractiva si consideramos que la FED o cualquier otro banco central cuando reduce la tasa de interés de referencia aumenta la comodidad de los bancos comerciales para ofrecer créditos y préstamos a sus clientes incrementando así la oferta monetaria y circulante, a la inversa, si un banco Central aumenta la tasa, la oferta monetaria disminuye porque se estrecha el atractivo de ofrecer créditos accesibles. Si a esta falta de margen para operar en el mercado interno de la FED le añadimos que Norteamérica es la potencia mundial número uno y que en lo externo algunos de los socios comerciales de la potencia como la Unión Europa se encuentran en franca recesión económica y que el crecimiento de China se desacelera; encontramos que los motores que empujan el crecimiento económico y el comercio mundial no gozan de buena salud y por tanto el inicio del 2013 pintaba mal para todo el mundo.

Bajo este escenario lo primero que cabe preguntarse es ¿cómo llegó Estados Unidos hasta este contexto de aumento de impuestos y recortes del gasto?; la respuesta está en que hasta hace casi un siglo, el congreso tenía que aprobar los créditos que contrataba el Departamento del Tesoro, la entidad gubernamental equivalente a la Secretaría de Hacienda en México; sin embargo, mientras la influencia americana sobre el resto del mundo se fue incrementando está aprobación fue adquiriendo un aspecto bastante burocrático que contrastó con las necesidades de aumentar lo más aceleradamente posible la influencia americana en el resto del mundo. Por eso a partir de 1917 el Departamento del Tesoro puede pedir prestado a diversos acreedores internacionales un nivel máximo de dinero que es acordado previamente. A esto se le conoce como el "techo de la deuda", cuando el gobierno alcanza ese techo no hay ninguna manera de que puede pedir más dinero prestado sin la aprobación del Congreso.

En épocas más recientes negociar el techo de la deuda no representó ningún sobresalto para la Casa Blanca, entre otras cosas porque no había en Norteamérica crisis económica tan profunda como la actual; pero es durante las administraciones de George W. Bush y Barack Obama que el déficit fiscal federal que el "techo de la deuda" intenta administrar o controlar ha aumentado. En este sentido cada año durante los últimos cuatro este déficit representa la cantidad de mil millones de dólares que se acumulan a la deuda americana. Hoy el déficit fiscal anual es del 9 por ciento del PIB (anual) mientras que los niveles del endeudamiento público (déficit acumulado) representan el 70 por ciento del PIB americano (16 billones de dólares).

Para darnos una idea, con Ronald Reagan el techo de la deuda era de un billón de dólares, pero la administración de Obama llega al 2011 con un techo aprobado de 14.2 billones de dólares, el cual se alcanza en el mes de abril de ese mismo año. Con ello de pronto el país más poderoso del mundo corría el riesgo de no poder asumir con sus acreedores sus compromisos financieros y lo que es peor, había la posibilidad de no poder cumplir el pago de los salarios de la burocracia federal. Por eso Obama firma el documento conocido como "Budget Control Act of 2011" que le daba un margen de maniobra político y financiero hasta el inicio del 2013. Recordemos que ese año la actual administración de la Casa Blanca no controlaba el Congreso y además en el 2012 Obama tendría que presentarse a las elecciones federal con la posibilidad de la reelección.

Precisamente mientras se cumplía el plazo de la "Budget Control Act" y se realizaban las elecciones, el comportamiento de la economía americana fue positivo a secas, básicamente porque no se ha logrado disminuir la tasa de desempleo del 8 por ciento de la PEA. Pero el 2012 se cerró con un crecimiento de 1 por ciento respecto al 2011. Además si consideramos que uno de los factores que propician las crisis económicas es la desconfianza, en Estados Unidos las cifras oficiales han demostrado que fuera del susto provocado por el abismo fiscal, las encuestas sobre la confianza de los consumidores ha aumentado paulatinamente mes con mes desde el 2011, incluso el año pasado fue positivo para el aumento de la venta de viviendas además de que el precio de ellas aumentó.

Por eso para evitar que la subida inmediata de impuestos y los recortes presupuestales entraran en vigor el 1ro de enero de este año y significaran un recorte presupuestal de 800 mil millones de dólares equivalentes al 5 por ciento del PIB americano, un crecimiento económico negativo del uno por ciento y un aumento del desempleo al pasar del 8 por ciento actual al 9.6 por ciento de la PEA tan solo en el 2013; era necesario llegar a un acuerdo entre la Casa Blanca y la cámara de representantes para reducir el enorme déficit fiscal e incrementar las tasas impositivas.

El escenario ideal era que el acuerdo fuera multianual y a largo plazo para el impacto de la reducción del presupuesto gubernamental fuera lo más suave posible e impactara en menor medida a la economía interna además de que los nuevos impuestos solo gravaran a las capas sociales más elevadas. Bajo este escenario la propia Oficina de Presupuesto del Congreso (Congressional Budget Office o CBO) estima que la economía americana comenzaría a crecer sostenidamente a finales del 2013 y del 2014 al 2017 el promedio sería de 4.3 por ciento anual, en ese mismo periodo el desempleo disminuiría sostenidamente llegando al 2017 al 5.7 por ciento.

Al final la solución fue parcial, puesto que en primer lugar se logró retrasar dos meses los recortes presupuestales propuestos, se acordaron incrementar las tasas impositivas a los sectores más acaudalados y Obama logró diferir las negociaciones finales hasta el mes de febrero cuando está previsto pida una nueva autorización para incrementar de nuevo el techo de la deuda. Aun así, los mercados internacionales valoraron de manera positiva el acuerdo parcial, incluso a pesar de que este fue alcanzado de último momento, el acuerdo empujó a la alza los mercados financieros de Asia y Europa urgidos de buenas noticias; incrementó la cotización del euro y los precios internacionales del petróleo.

En si el acuerdo temporal alcanzado se refiere a gravar los ingresos individuales de hasta 400 mil dólares al año o 450 mil por parejas. En estos casos del impuesto sobre las renta llegará a 39.6 por ciento superando el 35 por ciento actual. En contraparte habrá deducciones graduales para quienes tengan ingresos de hasta 250 mil dólares anuales. También se gravarán las herencias recibidas que excedan el valor de 5 millones de dólares individuales y 10 millones si es colectiva. Además habrá también mejora en los órganos encargados de evitar la evasión de impuestos y se extiende el periodo del seguro del desempleo. Estos aumentos de impuestos a las clases pudientes serán los primeros autorizados en los últimos veinte años.

A pesar de que el acuerdo es temporal, el consenso entre los analistas internacionales es que este representa una victoria del presidente Obama, en primer lugar porque si bien es cierto que lo consigue "In extremis", logró llevar la negociación hasta después de alcanzar la reelección y el probable abismo fiscal no logró cancelar sus aspiraciones de repetir en la oficina oval. También es una victoria para su gobierno porque logró convencer a la opinión pública americana que lo menos costoso para la economía de su país es subir impuestos a gente de mayores ingresos, eso era un elemento clave en las negociaciones y el Presidente Obama se encargaba de repetirlo cada vez que lo consideraba necesario.

Pero en el fondo por ser un acuerdo temporal, el balance final es de claroscuros principalmente por que no resuelve todavía el problema de fondo de la economía americana; este se refiere a la necesidad de crecer para por lo menos restaurar la confianza de la gente y sobre todo incrementar el empleo por lo menos a los niveles anteriores a la crisis financiera. Lo positivo es que al evitar el aumento de los impuestos y los recortes al gasto, el país evita caer en otra recesión y sobre todo al grabar los niveles de ingresos más altos no castiga a la clase media ni la popular.

En contraparte al gravar más la riqueza, podría frenar la inversión empresarial, frenar también la creación de nuevas fuentes de empleo y puede en casos extremos provocar la salida del país de personajes de gran riqueza para evitar el pago de impuestos, tal como el comentado caso del actor francés Gerard Depardieu declarado por la prensa gala como "despreciable y exiliado fiscal" quien primero se refugió en Bélgica y ha anunciado que residirá en Rusia. A pesar de que en los últimos días del año pasado se anuló el intento del presidente Hollande de gravar el 75 por ciento de los ingresos de los franceses más ricos porque viola el principio de las leyes francesas de "igualdad en las cargas públicas", Depardieu se suma a la tradición de connotados franceses que se han exiliado por razones fiscales; así como también deportistas, músicos y actores.

De esta manera, con el acuerdo logrado entre la Casa Blanca y la cámara de representantes, Estados Unidos y el mundo evitaron caer, al menos temporalmente en el abismo fiscal pronosticado. Claro está que el acuerdo logrado no podrá resolver todo; la incertidumbre sigue rondando el comportamiento de la economía mundial y en el fondo lo que deja de lado es la necesidad de volver a engranar el motor de la economía americana para luego darle fuerza a la economía mundial.

Por eso los analistas coinciden en que el acuerdo que evitó el abismo fiscal es un mal acuerdo, pero esto es mejor que un buen pleito. Sobre todo porque se evitó el alza generalizada de los impuestos, pero también porque le dio un tiempo más a la Casa Blanca y al Congreso para diseñar un plan integral que ataque el verdadero origen del problema; el abultado techo fiscal que presiona la deuda soberana y que será necesario para mandar el mensaje a la comunidad internacional que Estados Unidos puede resolver de tajo sus problemas domésticos y no solo postergarlos. Bueno también para la salud Económica mundial.

* Profesor-Investigador. Universidad Autónoma de Chiapas





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