Espoueys, O.; V. Schiappacasse, J. Berenguer & M. Uribe, 1995. En torno al surgimiento de la cultura Arica. En Actas del XIII Congreso Nacional de Arqueología Chilena, Hombre y Desierto, Tomo I, 9: 171-184, Antofagasta.

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Descripción

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EN TORNO AL SURGIMIENTO DE LA CULTURA ARICA Oscar Espoueys B., Virgilio Schiappacasse F , José Berenguer R. y Mauricio Uribe R. EN HOMENAJE A PERCY DAUELSBERG, GRAN AMIGO Y ARQUEOLOGO

RESUMEN El estudio de la Colección M. Blanco Encalada, proveniente de cementerios prehispánicos deAzapa. aporta nuevos antecedentes sobre el Cultura Arica. Sus contextos permiten reconocer la presencia de dos tradiciones culturales durante el Horizonte Medio: una altiplánica representada los estilos Tiwanaku. Cabuza y Charcollo; la otra, heredera del desarrollo formativo de los valles occidentales, es caracterizada inicialmente por el estilo Maytas/Chiribaya, y señala el surgimiento de la Cultura Arica. De éste deriva el estilo San Miguel, como consecuencia de aportes de influencias aliiplán meridionales. Los objetos no cerámicos asociados muestran un desarrollo evolutivo continuo, a pesar del cambio cerámico, que confirma la c de la Cultura Arica. Pese a la convivencia de ambas tradiciones, la de valles manifiesta un marcado deseo de diferenciarse de la altiplánica. de Tiwana a través de sus expresiones culturales. ABSTRACT

The study of the M. Blanco Encalada Collection. coming from Azapa archeologycal cemeteries, contributed whith facts to explain the origin of Arica Culture. Their funeral contexts permitted to acknowledge the presence of two cultural traditions: one. from the highland. represented by Tiwanaku and Cabuza style. The other, related to the Occidental Valleys, shows the beginning ofthe Arica Culture, linked with the formative developments from this área. ¡1 is represented by theMaytas.'Chlrlbaya style. and their asociated contexts. This contexts express the desire to show a clearly distinctive appearance to the Tiwanaku tradition. Ai the end of the Middle Horizont. Mayias/Chiribaya style. due to influences coming from southern highland. shows stilisiic changes ihat generated ihe San Miguel style. Meanwhile. their non ceramic objets shows a uninterrupted evolutiva process that confirms the continuity of the Anca Culture.

Mientras más sepamos acerca de los finos pormenores de la estructura histórico-cultural, en mejor posición estaremos para examinar procesos culturales. - Gordon R. Willey, 1985 1. INTRODUCCION

CULTURA ARICA y que caracteriza el Período Intermedio Tardío o estadio de los Desarrollos Regionales Tardíos en Azapa y litoral de Arica, ha constituido un tema de continuo interés para los arqueólogos regionales desde hace varias décadas. Si bien hay consenso que sus antecedentes inmediatos deben buscarse en el Horizonte Medio, no está claro todavía el rol desempeñado por la Cultura Tiwanaku directa, o indirectamente por medio de otros focos de influencia altiplánicos meridionales, o de valles más septentrionales. Los resultados parciales del proyecto en desarrollo, referente al estudio de la colección arqueológica M.B.E., aportan nuevos antecedentes para la discusión de este problema. '

Entender la estructura y desarrollo del Período Intermedio Tardío ha pasado a ser cada vez más una meta importante de los estudios arqueológicos en diversos puntos de los Andes (Burger 1989; Parsons & Hastings 1988). Sin embargo, ha quedado claro también que el cumplimiento de esta meta pasa por comprender sus raíces en el Horizonte Medio, tarea que supone abordar problemas histérico-culturales de difícil definición. En2. ALGUNOS ANTECEDENTES Y MATERIAL EN tre otros, el que aborda este trabajo y que apunta a la ESTUDIO naturaleza de la transición entre ese horizonte y el climax de los desarrollos regionales tardíos. Consideramos inoficioso describir aquí los rasgos que caracterizan al Complejo Cultural Arica por cuanto exisTemas como éste parecieran estar fuera de moda (véa- ten varias publicaciones que se refieren a este tema se sin embargo, Willey op.cit ), incluso dentro de tradi- (Dauelsberg 1972; Berenguer y Dauelsberg 1989; ciones de investigación arqueológica como la sudameri- Schiappacasse et.al 1989). Sin embargo creemos imporcana, que ha sido caracterizada recientemente como más tante señalar que la investigación arqueológica reciente orientada a la reconstrucción de historias culturales re- llevada a cabo en el vecino valle norteño de Osmore,^ ha podido configurar la existencia de un poblamiento multigionales (Dillehay 1994). étnico en la parte baja de dicho valle y litoral inmediato Los orígenes del complejo cultural definido como a lio, durante el Período Intermedio Tardío. Está bien

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documentado el predominio del Complejo Cultural Chiribaya sobre los grupos locales y otros intrusivos, relictos del desmembramiento de la ocupación del estado Tiwanaku del curso medio del valle. Los extensos cementerios y la abundancia de poblados Chiribaya en la porción baja del valle y en algunos enclaves de su curso medio y alto atestiguan el vigoroso desarrollo de este complejo cultural. Por las indudables inter-relaciones culturales que existieron entre el Osmore y los valles más meridionales en tiempos precolombinos, creemos importante destacar las características fisiográfícas que distinguen este valle de los de más al sur, y que condicionan su diferente potencial productivo:

5 km aguas arriba de San Miguel; Sobraya (AZ-3) y Sondaje (AZ-79) a 1 km. y a 500 m., respectivamente. En San Miguel mismo, y de E. a O. AZ-6, AZ-70, AZ-7I y AZ-8. En la ribera S. el "pukara de San Lorenzo" (AZII) y su cementerio homónimo (AZ-75) 500 m al E. Detrás de Las Maytas, en el faldeo S. el pequeño ce menterio de Las Maytas W. (AZ-I3).

En Saucache, al terminar el valle, al pie del Cerro Sombrero AZ-21 y en la banda N. un túmulo y cemente rio AZ-24, y basurales con tumbas, AZ-I05, a los que llamamos Motel (por el ex-Motel de Azapa).

En la colección hay también material de sitios de costa: El Gentilar (PLM-3), Mogote Negro (PLM-4) y El Laucho (PLM-7 y 8) y del valle de Lluta: Guaylacán 1. la disponibilidad de los recursos hidrológicos de (LLU-2) y Molle Pampa N. (LLU-12 y 22) y de su desestos valles Occidentales, en general, va disminuyendo embocadura: Parcela Yanini (CHLL-1), Talud S. (CHLL3) y Talud W. (CHLL-5). (ver Croquis de costa y valles de norte a sur. de Arica) 2. la diferencia de posibilidades agrícolas entre valles por la calidad del agua de cada uno. Osmore y Azapa 3. ANALISIS DEL MATERIAL CULTURAL ' disfrutan de agua relativamente buena, otros valles, como Lluta, ven limitada su capacidad productiva a pocos A continuación presentamos en forma resumida los re cultígenos que soporten el contenido salino del río. sultados obtenidos, a la fecha de este informe, del estudio del material cultural. Como la cerámica ha consti 3. Osmore y Lluta presentan un flujo superficial nor- tuido la base sobre la que se ha elaborado tradicionalmalmente de año completo, el Río San José, en su tramo mente la secuencia cultural en Arica, y constituye tambajo, Azapa, no presenta escurrímiento superficial, ex- bién el elemento organizador de nuestra ponencia, ini cepto durante las cortas y erráticas avenidas, dependien- ciamos con ella el análisis del material. do únicamente de afloramientos locales del caudal subterráneo de la cuenca. Por ello su población debió con- 4. LA CERAMICA centrarse sólo en determinados sectores, potencialmente aprovechables para el uso agrícola por la presencia Dauelsberg (1985) al revisar hace diez años la base de vertientes locales, resultando imposible la construc- ceramológica del concepto del Desarrollo Local o Reción de canales de riego importantes y terrazas de culti- gional, puso énfasis en la continuidad en la forma y de vo, como en lio y Moquegua. coración de los tipos alfareros Cabuza, Maytas y San Miguel temprano, postulando que los orígenes de es Por esa razón el desarrollo cultural Chiribaya de lio, estadio cultural deberían ser atribuidos a la fase Cabuza que a primera vista presentaba un marco geográfico y una Nuestro análisis aporta información a la discusión de base económica cualitativamente paralelo al de Azapa y este tema. Lluta, cuantitativamente lúe de mayor relevancia. La alfarería decorada de los contextos funerarios anaLa Colección Manuel Blanco Encalada está consti- lizados por nosotros nos ha permitido diferenciar dos tuida principalmente por material cultural proveniente grandes familias cerámicas en el valle de Azapa y que de excavaciones de cementerios del valle de Azapa per- tentativamente, denominamos: tradición Altiplánica y tenecientes al Horizonte Medio y al Intermedio Tardío, tradición de Valles Occidentales. Ambas caracterizan a localizados, en general, entorno a los oasis productivos desarrollo cultural del Horizonte Medio y de parte del del valle, en el mayor de los cuales se ubican la actual Período Intermedio Tardío. La tradición altiplánica es San Miguel (ex-Azapa Grande) al N. del lecho del rio integrada por los tipos cerámicos Cabuza, Tiwanaku San José, y Las Maytas y San Lorenzo en la banda S. Charcollo mientras que la tradición de los valles inclu ye los tipos Maytas/Chiribaya, San Miguel, Pocoma y Dichos cementerios son Cabuza del Alto (AZ-I03), Gentilar junto a otros tipos de más al norte como

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EN TORNO AL SURGIMIENTO

Chiribaya y Churajon

lares técnicas.

4.1 LA TRADICION ALTIPLANICA

4.2 LA TRADICION DE VALLES OCCIDENTALES

4.1.1 CABUZA. En el contexto de la Tradición Altiplánica, la cerámica Cabuza, la más popular del Período Medio de Azapa, se manifiesta como una expresión local del Horizonte Tiwanaku en Arica, dado que en general su universo formal muestra la intención de imitar la morfología de las vasijas de Tiwanaku V. La variedad de keros, jarros y tazones Cabuza lo confirman, en cambio, la presencia de escudillas en dicho estilo mostrarla una forma propia, ya que no se registra en Tiwanaku; y en ella Cabuza logra alcanzar cierta normalización decorativa con diseños, en general cuatripartitos.

La tradición compuesta por Maytas/Chiribaya y San Miguel parecería evidenciar, una ruptura con Cabuza, y un desarrollo independiente. Esta tradición se relaciona claramente con Chiribaya, y con Churajón, y tal vez con contactos altiplánicos de más al sur, representados en Azapa por el tipo Taltape (Dauelsberg, 1984).

Si las formas Cabuza se semejan al Tiwanaku Expansivo (Fase V), su decoración posee un fuerte nexo con expresiones Tiwanaku terminales, sólo parcialmente homologables a lo que en Moquegua se denominó inicialmente Tiwanaku VI, para representar variantes locales post-expansivas, en las cuales se va perdiendo la normalización de la alfarería Tiwanaku, apareciendo variantes morfológicas, mientras la decoración pierde su policromía, y los motivos van haciéndose más geométricos y simplificados. (Goldstein 1985) Las pastas Cabuza son homogéneas en cuanto a los antiplásticos, y su preparación varía dando origen a pastas granulosas, arenosas y casi coladas. Lo mismo ocurre con las superficies, con terminaciones que van desde el pulido disparejo al bruñido. En resumen, la cerámica Cabuza parecería ser el resultado local de la combinación de dos expresiones distintas, pero paralelas del mismo Horizonte y de indudable raíz altiplánica. 4.1.2 AZAPA/CHARCOLLO *

4.2.1 MAYTAS/CHIRIBAYAO'

Cabuza y Maytas/Chiribaya han sido considerados por lo general como partes de un mismo proceso de desarrollo cerámico (Berenguer y Dauelsberg op.cit.; Dauelsberg 1985). Sin embargo, ésta presenta claras diferencias con Cabuza, muestra mayor normalización en sus pastas, en las formas, en el tratamiento de superficies, y sobre todo, en la decoración. Los elementos compartidos (p.e., e engobe rojo, o los protúberos sobre el asa), parecen más producto de la contemporaneidad, que de evolución. Sus formas se reducen fundamentalmente a jarros, pocas escudillas, cántaros de base plana o apuntada y tazas, elaboradas a partir de pastas areno-granulosas y con pulido regular. A excepción de la mayoría de los jarros ninguna de estas formas es compartida con Tiwanaku; ni con Cabuza, salvo las escudillas, aunque las de Maytas/Chiribaya son de formas más troncocónicas y su decoración diferente. Escudillas y tazas parecidas a las de Maytas/Chiribaya se encuentran en los tipos Chiribaya y Churajon.

La decoración de Maytas/Chiribaya usa blanco y negro sobre engobe rojo, que no cubre las piezas hasta la base, hace mayor uso de lo triangular y una normalización que genera una recurrencia de tres pares de motivos (Uribe 1995): en los jarros y cántaros, bandas de triángulos invertidos en el cuello y aserrados en "V" en el cuerpo (Grupo 2), bandas de rombos concéntrico y pares de hileras de triángulos a manera de "pinos" (Gru po 3); y las escudillas, estrellas de seis puntas (Grupo I). Estos motivos se disponen en estructuras bi, tri y en general, cuatripartitas, y tienden a ocupar casi todo el espacio, salvo líneas de puntos, que aparecen también en el labio de las piezas. Este estilo se integra a una tradición horizontal, de valles, desde Arequipa a Azapa con Churajón, Chiribaya y con San Miguel, Pocoma y Gentilar, hasta Pica y por la costa. Taltal.

Hemos antepuesto el término "Azapa" al nombre dado por Dauelsberg (1972) a la cerámica de aspecto "burdo" con manchas de pintura roja, y superficie de pulido disparejo, que se presentaría como más temprana, respecto del Charcollo de Pica, asociada a Cabuza y Tiwanaku. Algunas de sus formas: escudillas, vasos troncocónicos y cántaros de base apuntada presentan cierta afinidad con Cabuza, en particular sus vasos-kero troncocónicos y su pulido disparejo. Sus escudillas son Por otra parte, las relaciones de esta cerámica con de forma diferente a las Cabuza, pero dos tumbas de ésta incluyen sendas escudillas Azapa/Charcollo. Ade- Tiwanaku se hacen muy lejanas (cf. Núñez & Dillehay más ambos estilos usan los mismos antiplásticos y simi- 1979). De hecho, a nivel decorativo, la línea ondulada o

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serpenteante, tan popular en Cabuza y que la liga con vos aportes, aparentemente desde el altiplano meridiola Tiwanaku, prácticamente no aparece en Maytas/ nal. Esta síntesis no des-estructura, sino que reperfila Chiribaya. en un nuevo contexto (Post-Tiwanaku), la identidad particular que ya había tomado la cerámica de Azapa. Finalmente podríamos inferir que Maytas/Chiribaya 4.3 CUADRO I pretende marcar una fuerte diferencia con las expresiones alfareras de Tiwanaku, sobre todo morfológicas, ya CRONOLOGIA CERAMICA ACTUAL INTEGRANDO TODAS LAS FECHAS NO DUDOSAS (7) que no "imita", como Cabuza, las formas de aquél, y (Ver Espoueys et.al 1995a) establece un fuerte nexo estilístico con los valles occidentales del extremo sur de Perú, demostrado con la pre- TRADICION ESTILO -ISIGMA /VIGENCIA/ +1SIGMA sencia de elementos emblemáticos de la decoración tricolor como el uso de los pares de triángulos en forma ALTIPLANICA AZAPA/CHARCOLLO-130 650al240d.C. +90 de "pinos", los "aserrados" y los "puntos". TIWANAKU -130 650 a 1270 d.C. +80 4.2.2 SAN MIGUEL. A (Temprano). Tal como lo preveía Dauelsberg (1985), entre los estilos Maytas/Chiribaya y San Miguel es posible establecer la existencia de una cerámica transicional que denominó San Miguel temprano, en la que vemos una permanencia de Maytas/Chiribaya en los motivos decorativos, trazados sólo en negro, y con un cambio en el color de fondo, que de rojo pasa a blanco crema, posiblemente por influencias provenientes del altiplano meridional, donde el engobe blanco es recurrente en estilos como Yura - Uruquilla y Taltape (Lecoq I99I). Los jarros aparecen revestidos con un engobe crema sobre el cual se dispone en color negro el motivo de los triángulos invertidos en el cuello y los emblemáticos aserrados en "V" en el cuerpo. En la práctica, como ya señalamos, se trata de la temática de Maytas/Chiribaya sin la oposición de los colores negro y blanco y cambiando el engobe rojo de fondo por el crema. Esta oposición será retomada posteriormente en los cántaros San Miguel, pero con un trazo más curvilíneo, y en negro y rojo sobre blanco crema. * La cerámica San Miguel mantiene y repite al principio estos motivos, decoración, y composición tempranos pero al avanzar su evolución adquiere un rumbo estilístico propio, y llega a lograr en ciertos lotes una calidad técnica normalizada sólo comparable con parte de la cerámica Chiribaya de lio. Como se dijo, el cambio producido entre Maytas/ Chiribaya y San Miguel podría ser el producto de nuevos contactos de tradiciones alfareras altiplánicas con el valle de Azapa, hacia el comienzo del Intermedio Tardío, el momento de desintegración del estado Tiwanaku. Por lo tanto, la cerámica San Miguel representaría la síntesis de la continuidad en el Intermedio Tardío, de la Tradición de Valles Occidentales, originada en el Período Medio con Maytas/Chiribaya, y nue-

CABUZA

-140 500a 1225d.C. +70

FORMATIVA /tLTO RAMIREZ

500 a.C. a 630 d.C. +120

DE VALLES MAYTAS/CHIRIBAYA -100 800 a 1290 d.C. +70 BAJOS SAN MIGUEL -80 990 a 1360 d.C. +60 GENTILAR -65 1145 a 1520 d.C. +50

4.3.1 Del Cuadro 1 se desprendería que la aparición de la cerámica Cabuza se produciría un siglo y medio antes que la de Tiwanaku. Como los registros arqueológicos indican que la cerámica Cabuza y Tiwanaku están asociadas, en los mismos sectores de los cementerios y que, pese que no aparecen juntas en las mismas sepulturas, sí comparten, como se verá a continuación, otros objetos no cerámicos es posible suponer que ambos estilos llegan juntos al valle de Azapa alrededor del 500 d.C, y conviven con Alto Ramírez por lo menos durante un siglo. También desaparecen simultáneamente alrededor del 1250 d.C. La conclusión más importante para la discusión sobre el origen de la Cultura Arica es que entre el 800 y el 1250 d.C. los tipos Tiwanaku, Cabuza, y Maytas/ Chiribaya estarían presentes simultáneamente en el valle de Azapa. A pesar de ello, llama la atención la casi nula integración estilística entre las cerámicas de ambas tradiciones, que se reduce a compartir algunas formas, y sólo esporádicamente unos pocos motivos; pero sobre todo la fuerte tendencia a marcar distancia, a diferenciarse, que evidencia Maytas/Chiribaya respecto a Tiwanaku. En el cuadro se destaca también que todos estos estilos conviven con San Miguel en el valle, desde el 1000 hasta el 1250 d.C. Tiwanaku y Cabuza, y hasta el 1300 d.C. o algo después Maytas/Chiribaya y Azapa/ Charcollo. Este último, después del 1000 aparece asociado a San Miguel en Azapa y Pica.

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4.3.2 Hasta aquí hemos planteado las divergencias estilísticas de ambas tradiciones respecto a la cerámica, en los párrafos venideros veremos que esto es también válido para textiles a telar, cucharas, calabazos, keros de madera, cestería y tal vez también para fajas y cintas a torsal y gorros.

175 rituales y cobertores púbicos, tanto por la disposición de la decoración, como por la técnica usada.

GRUPO I.b Usa: listados simples y guardas con "peine doble" o seudo listados por diferencia de tonos de las fibras naturales de camélido, cualquiera de ellos, siempre ubicados a los lados. Se caracterizan por presentar una banda horizontal realizada en faz de trama en su 5. LOS TEXTILES parte inferior. Se asocian a Alto Ramírez (AZ-70 túmuAl abordar el estudio del universo arqueológico textil, lo 3). UUoa nos mostró otra pieza de este Grupo con el se separaron las prendas de 2 elementos diferenciados remate mencionado para el Grupo 1.a. (a telar) de los trenzados y de punto (uno o más elementos indiferenciados), por sus técnicas y tradiciones muy 5.1.2 GRUPO II. Son totalmente monocromas color diferentes. De las formas registradas las túnicas, las café claro a mediano y presentan las uniones laterales bolsas ceremoniales, los paños rituales y las bolsas-faja, bordadas en puntada anillada, y en algunos casos tampor sus características técnicas y decorativas son las que bién remates bordados de cuello y/o sisa usando coloaportaron mayor información sobre el desarrollo cultu- res: azul petróleo, amarillo anaranjado, rosado, rojo y ral. Por razones de espacio sólo resumiremos aquí las verde azulado. Se asocian a cerámica Tiwanaku (LLUconclusiones derivadas del análisis de las túnicas y los 51 y AZ-103) y a Cabuza (AZ-3). Hay un paralelo entre paños rituales. este grupo y el Grupo II de paños rituales, por ser totalmente monocromo y con bordados en puntada anillada, 5.1 TUNICAS: Se individualizaron más de 50 mo- en bordes y esquinas. delos de estructuras de túnica, (varias de ellas coincidentes con los tipos definidos por UUoa 1981a y b) que 5.1.3 GRUPO III. Muestra bandas laterales de múlse ordenaron en 8 grupos, técnica y decorativamente tiples listados verticales simples, policromos, y el recuhomogéneos. Una revisión de los grupos así formados rrente centro monocromo o "pampa", de uno de los sipermite una visión sintética de los cambios técnicos y guientes colores: verde oscuro, café rojizo, café oscuro, decorativos producidos desde el Horizonte Medio tem- café claro o burdeos, que en general también usan los prano al Intermedio Tardío inicial. listados. Un primer subgrupo (8) presenta el agregado de un refuerzo en el cuello de forma rectangular, bordaLos cuatro grupos de túnicas más populares apareci- do con puntada corrida doble ("double running steps", dos en el Período Medio se confeccionaron en faz de Butler 1979) conformando un zig-zag. Usan sólo hilaurdimbre, técnica empleada en forma casi exclusiva por dos teñidos de variados colores, avance técnico segurala tradición textil costera desde el Formativo Tempra- mente aportado por Tiwanaku. Se asocia a cerámica no, fase Azapa, (Santoro 1980a y Fuentes 1965) y pre- Cabuza (AZ-3), y tal vez a Alto Ramírez (LLU-50). Cabe sentan como rasgo común una extensa zona monócroma destacar que en este sub-grupo aparecen las primeras o "pampa" central (casi siempre en tonos café) y lista- túnicas de forma semi-trapezoidal, asociadas a cerámidos laterales. De ellos, los grupos I, III y V registran o ca Cabuza. parecen registrar asociación inicial a Alto Ramírez. Un segundo subgrupo, sin el refuerzo del cuello (pie5.1.1 GRUPO La Su decorado lateral, es realizado zas incompletas), se asocia a cerámica Cabuza y Azapa/ con listas simples en sentido de urdimbre alternadas con Charcollo (AZ-3 y AZ-103). Este grupo se relaciona con listas decoradas por segmentos horizontales discontinuos los paños del Grupo IV que conservan pampa central. en torno a un eje vertical "peine doble" (8), en rojo os5.1.4 GRUPO IV. De fondo monocromo, color café curo o café oscuro, contrastando con el color café claro de la "pampa" monocroma, de textura, a veces muy sua- mediano, presenta una o dos listas simples paralelas en ve. El motivo "peine doble" se logra con el manejo al- sentido de urdimbre, a cada lado, en colores burdeos y ternado de los hilos de urdimbre, por contraste de color. café oscuro o morado y café oscuro, define un primer La más fina de estas túnicas presenta en su borde infe- sub-grupo posiblemente asociado a cerámica Cabuza rior manojos de hilos de las urdimbres, retorcidos y for- (AZ-3 y LLU-51) En el segundo, los colores de ambas mando una corrida de "U" (estribos) debajo del borde. listas se trasponen en el hombro (urdimbres Este grupo se asocia a Alto Ramírez (AZ-70 Túmulo 3). discontinuas). Se asocia siempre a Maytas/Chiribaya. Un Hay un paralelo entre este grupo, y el Grupo I de paños tercer sub-grupo, sin la trasposición de colores se asocia

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a adultos e infantes San Miguel. Emparentada con este grupo hay una túnica con una lista lateral burdeos y centro monocromo, que presenta su parte delantera cubierta con plumas cocidas en forma vertical y ordenadas en corridas horizontales, asociada a Maytas/Chiribaya o San Miguel en AZ-75, el cementerio del pukara de San Lorenzo. (Muñoz et al. 1985). 5.1.5 GRUPO V. Túnicas de hilados y tejido grueso, de tramas abiertas, de textura afelpada, en colores naturales de la lana, a veces con hilados bicromos y/o listados o seudo-listados por diferencia de tonos de las fibras. Su registro comienza durante el Formativo Temprano (fase Azapa, Santoro op.cit ), y continúa durante Alto Ramírez, encontrándose piezas asociadas a Cabuza. 5.1.3 GRUPO VI. Típicamente Tiwanaku, en faz de trama, color de fondo café claro, con dos bandas verticales anchas en el centro de la pieza, y dos más angostas en los extremos laterales, con decoración policroma de motivos figurativos Tiwanaku, realizados mediante tramas entrelazadas. Zlatar (1984) muestra para Pica 8 una pieza que correspondería a este grupo. Se asimila a bolsas ceremoniales, que usan tapicería y bordados figurativos en puntada anillada. (Espoueys et.al., 1995b) 5.1.6 GRUPO VIL Túnicas que vuelven al uso de la decoración estructural con dominio de urdimbre, en base a listas laterales simples, continuando la tradición Maytas de demarcar los lados con dos listas (en este caso los colores son invariablemente, burdeos y morado), sin trasponer las listas, y en cambio usa delineados del color opuesto (la lista burdeos con borde morado y viceversa). La unión lateral es bordada en puntada en ocho, alternando los colores utilizados en las listas; y sobre este festón realizan motivos simples en lana blanca. Asociadas a San Miguel. A estas túnicas se les agrega más tarde, listas anexas, que roban espacio a la pampa central, que se hace cada vez más angosta. Un segundo subgrupo, adopta el uso de urdimbres suplementarias con flote ("urdimbres flotantes" según Ulloa, op.cit.), logrando discretos motivos geométricos (líneas serpenteantes) que interrumpen al centro monocromo beige.

primera vista serían perdurables en el tiempo pero, por los traslapes cerámicos ya comentados, dichas asociaciones pueden muy probablemente, "corresponder a intercambios o préstamos", entre grupos culturales con temporáneos.

Contrariamente el cambio de formas en las túnicas parace tener carácter temporal. Vimos que las primeras túnicas semi-trapezoidales aparecen algunas asociadas a Cabuza; entre las asociadas a Maytas van haciéndose más comunes y más trapezoidales. Con San Miguel aumenta su popularidad y continúa la tendencia a aumentar su ancho.

Al hacer una rápida revisión de los grupos descritos es evidente que las túnicas más típicamente altiplánicas o son totalmente monocromas y sólo usan decoración supraestructural bordada (Grupo II), o son piezas, aparentemente elitistas o rituales, con delicadas decoraciones en base a técnicas de trama (Grupo VI). En cambio la tradición de valles (Grupo IV, VII y VIII) y Alto Ramírez (Grupo I) basan la identificación de sus túni cas en listados laterales por contrastes de colores, y ya bien consolidada la tradición, con San Miguel se les co mienza a agregar finas líneas ornamentales geométricas al centro de listas simples o interrumpiendo la pampa central, terminando por último siendo totalmente lista das.

Finalmente reconocemos las limitaciones de la muestra estudiada, ya que no hemos registrado en ella los tipos 3, 5, y 6 de Ulloa (op.cit.).

5.2 PAÑOS RITUALES, BOLSAS CEREMONIALES Y BOLSAS-FAJA: Para estas piezas podríamos describir desarrollos más o menos similares al planteado para las túnicas, pero con particularidades propia de sus formas, y sobre todo de sus funciones, y en consecuencia de sus decoraciones, que apuntan a connotaciones ideológicas, no evidenciadas en las túnicas o cam sas. Por razones de espacio y dado que las técnicas decoraciones de estos tres grupos de piezas siguen caminos muy similares, sintetizamos aquí solamente la seriación de paños rituales, que será un buen ejemplo d 5.1.7 GRUPO VIII. Completamente listado usando los otros dos. el mismo patrón del grupo anterior. Asociado a cerámi5.2.1 PAÑOS RITUALES. El número de paños ri ca San Miguel (AZ-79). Esta tendencia al decorado total se registra también en todos aquellos objetos con tuales asociados a momentos tempranos, en el material de nuestra colección, es reducido, respecto al Interme decoración (textiles, cerámica, calabazos, fajas). dio Tardío. 5.1.8 COMENTARIOS SOBRE TUNICAS: Los grupos 11 al V muestran características que comparten gru5.2.2 GRUPO I. Asociado a Alto Ramírez (AZ-7( pos de portadores de distintos tipos cerámicos, que a túmulo 3) y definido sobre la base de un solo paño ritua

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de ancha pampa café claro en el centro, con listados verticales policromos simples y decorados con un pequeño motivo rectangular, (logrado con urdimbres suplementarias con flote) a cada lado. No posee bordados en sus orillas, ni asas. Dado lo limitado de la muestra Alto Ramírez, su presencia es relevante, ya que se mantiene dentro de los cánones ya descritos para el grupo I de túnicas. 5.2.3 GRUPO II. Piezas de lados y esquinas bordados, con caras geométricas, realizados en puntada anillada en colores (rojo, amarillo, rosado fuerte, azul petróleo). El bordado de las esquinas muestra una aplicación en forma de "L", destacándose fuertemente sobre el fondo monocromo café muy claro del paño. En el Museo de Azapa existen también piezas de este grupo claramente Tiwanaku. Muestran similitud con el grupo II de túnicas. 5.2.4 GRUPO III. Piezas de reducido tamaño, con bordados en puntada anillada ornamentando sus bordes. Son enteramente listadas con franjas enmarcadas en color contrastante, y fondos de colores distintos en cada lado Provienen de AZ-3 asociadas a cerámica Cabuza temprana. Esta forma de estructura decorativa dual no tiene similar entre las túnicas. 5.2.4 GRUPO IV. Usa listas verticales en faz de urdimbre, que en su centro muestra una discreta línea decorativa geométrica realizada mediante urdimbres suplementarias sin flote, sobre fondo monocromo, que aparece como listas simples separando a las decoradas. La disposición en el ancho varía en diferentes grupos de piezas; algunas poseen listados simples en los lados y centro monocromo, otras son completamente listadas, alternando listas simples y decoradas. Presentan un reborde que decora las orillas de urdimbre por medio de tramas en torzal, y sus hebras se prolongan formando asas, que sobresalen del cuerpo de la pieza. Los colores son siempre oscuros, predominan los café, verde oscuro o burdeo. Los punteados beige mediante urdimbres suplementarias contrastan con el color oscuro del fondo, y es el único tono claro en ellas. Provienen básicamente de AZ-3, y se asocian a cerámica Cabuza y Maytas/ Chiribaya. 5.2.6 GRUPO V. Siguen usando listas decoradas con urdimbres suplementarias combinadas con listas simples, pero presentan en el borde superior e inferior de la pieza, el reborde de tramas en torzal conformando una cadena de rombos horizontales como decoración supraestructural. Los colores usados son el rojo oscuro, morado, ocre y beige. Se asocian a cerámica San Miguel

177 en AZ-8. 5.2.7 GRUPO VI. Con decoración estructural compleja, mediante urdimbres complementarias, con carácter figurativo al interior generalmente de tres listas verticales de anchos iguales. Progresivamente la central va haciéndose más ancha que las laterales. Continúa el uso de listas simples, en los extremos y/o separando a las franjas decoradas. El reborde en torzal se mantiene sin variantes, con hileras de rombos. Se asocian a San Miguel. 5.2.8 COMENTARIOS SOBRE LOS PAÑOS RITUALES. Una visión panorámica de los paños rituales indica algunas tendencias, válidas también en gran medida para las bolsas ceremoniales y las bolsas faja. La primera es que se advierte un aumento progresivo de tamaño. Las asociadas a Tiwanaku no superan los 20x30 cm, van creciendo hasta 30x40 cm en las asociadas a cerámica Cabuza y Maytas, y entre las asociadas a San Miguel hay piezas que llegan, y hasta sobrepasan los 60 cm. La segunda y más importante tendencia, es la variación progresiva, en la decoración de las piezas; se desechan los bordados en puntada anillada, desde el comienzo de las asociaciones a Maytas/Chiribaya, y se adoptan técnicas estructurales que permitan la decoración figurativa. Continuando con este ideal decorativo, al adoptar la nueva técnica de las urdimbres complementarias, se comienza a ampliar y complicar las listas decoradas, y se hace posible el surgimiento de una compleja iconografía característica de los paños rituales (de bolsas ceremoniales y bolsas-faja) de Maytas, San Miguel y después Gentilar. La tercera tendencia es la aparición de las ya mencionadas prolongaciones, que Ulloa denominó asas, y le darán un aspecto característico a los paños de la Cultura Arica. Siguiendo esa línea preciosista a las bolsas ceremoniales San Miguel y Gentilar, en momentos tardíos, se les agregan borlas de lana decoradas, terminadas en flecos, prolongación de las mismas hebras de las borlas. 5.3 COMPARACION DE LAS SERIACIONES DE TUNICA Y PAÑOS RITUALES Al intentar la "lectura" que la evolución de ambas formas textiles entregan, se llega a la conclusión de que el "argumento" que expresan las túnicas es muy distinto del que evidencian los paños rituales (y también las bolsas ceremoniales y bolsas-faja). Pero aunque el "argumento" que ambas "lecturas".

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nos entregan, mostrando connotaciones técnicas y artísticas diferentes, sea distinto, el mensaje de fondo que ambas quieren expresar por distintos caminos: el del vestuario cotidiano (de apariencia más sencilla), o el de las piezas rituales (con su compleja iconografía) es que "los grupos de la Cultura Arica", muestran el deseo de tomar distancia de los grupos altiplánicos. Si bien el dominio de urdimbres es la norma general de todos los tejidos de la tradición de valles, las túnicas muestran un aspecto más sobrio, lineal y vertical, con el solo agregado "excepcional" en San Miguel de hileras de motivos al interior de listas simples; en cambio en los paños rituales y bolsas ceremoniales, al menos desde Maytas, con la adopción de las urdimbres complementarias, van apareciendo listas con decoraciones cada vez más complejas, figurativas, zoo y antropomorfas, creando un variado panteón de imágenes seguramente rituales, y siguiendo este ideal ornamental se agregan a los paños rituales, asas, y a las bolsas ceremoniales, borlas y flecos.

por la adopción de una compleja técnica, sino también desde el punto de vista cultural y artístico por la creación de un universo propio de múltiples motivos deco rativos, recurrentemente asociados, y una paleta de colores muy característica, y aunque el estilo registró al gunas variantes, se mantuvo coherente y conceptualmente bien definido, contradiciendo drásticamente los patrones Tiwanaku.

6. TIPOLOGIA DE ESTRUCTURAS DE TRENZADO PLANO EN TORZAL (FAJAS Y CINTAS)

La tipología de las piezas de trenzado plano se elaboró partiendo de criterios de decoración, forma y color. S establecieron 7 Tipos, que representan la tradición de este particular tipo de trenzados en Azapa. Su secuencia definida a partir de criterios contextúales y decorati vos permite adelantar algunas ideas respecto de esa tradición (Sinclaire 1995).

Las estructuras de trenzado plano en torzal apareado (Double Oblique Twining, Emery 1966) con un patrón decorativo rómbico o triangular son un aporte de los Hemos tratado de describir en forma sucinta los rasgos grupos Cabuza (tradición altiplánica) a la Cultura Arica más significativos evidenciados por los tejidos, que nos ya que la tradición costera Formativa dependía de faja han permitido rastrear la hipótesis sobre el desarrollo y huinchas a telar, que se decoraban usando ajedrezados de la técnica textil de la Cultura Arica: "como una con- de varios tipos, que parecen continuar en uso hasta motinuación de la vieja tradición costera de decoración mentos tardíos en Pica (Zlatar op.cit.). estructural" planteada por Ulloa (1981a y b), (10) que partiría con el manejo alternado de las urdimbres, loLa primera faja de la seriación (Tipo I), se asocia grando por efecto de contraste de color, el motivo "pei- un kero Cabuza (AZ-3, K7/I) datado en 500 d.C. Este ne doble", de antigua raigambre en los textiles costeros, Tipo comprende otras fajas con diseños similares, obtey utilizado ampliamente por Alto Ramírez. Dicha tradi- nidos de la superficie del sitio AZ-103, sitio de compoción a la vez, y sobre todo descartar las técnicas y moti- nentes Cabuza y Tiwanaku. Presentan un patrón geomé vos Tiwanaku y sus influencias altiplánicas. trico romboidal que configura por contraste de color un diseño de "estrellas" de 6, 8 y 10 puntas (Cfr. Ulloa Por lo visto el florecimiento del desarrollo textil de 1982b), de colores rojo, café y verde oscuro. los valles (de la Cultura Arica) coincidió aproximadamente con la aparición de la cerámica Maytas/Chiribaya Maytas adopta estas piezas respetando en principio en Azapa, durante el Período Medio, retomando la línea su particular técnica, pero pronto logra modificar su es de la decoración estructural aportada por Alto Ramírez, tructura decorativa. Se sobreimpone en el patrón geomé desarrollando progresivamente listados decorados, simé- trico del Tipo I un elemento figurativo, ganchos o volutas tricos, en urdimbres suplementarias, y sólo en las pie- en forma discontinua "por segmentos", en piezas perte zas rituales las urdimbres complementarias y diseños necientes a AZ-3 y AZ-7I (Tipos IV. 1 y V.I). figurativos en tela a dos caras, los que van cubriendo paulatinamente toda la pieza, durante las fases San MiEn las fajas asociadas a San Miguel, el elemento fi guel y Gentilar. gurativo gancho se torna continuo y se sitúa en banda zig-zag de ganchos simples (Tipo VI), mediante la mis El análisis de la muestra estudiada, confirmaría un ma estructura decorativa, pero formando nuevos dise desarrollo continuo del proceso textil en los Valles Oc- ños por contraste de color. La banda zig-zag que origi cidentales, remarcando su perfeccionamiento técnico y nalmente era roja (AZ-79), se vuelve ocre, transformánartístico por los grupos Maytas y San Miguel no sólo dose así en un patrón cromático muy regular (AZ-8). 5.4 RESUMEN DE TEXTILES A TELAR

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Contemporáneo a San Miguel y quizás más tardíamente, se registra un aumento del ancho de las fajas, las bandas zig-zag con ganchos pasan a ser dobles (se entrecruzan regularmente) llenando el espacio decorativo de las fajas y alcanzando diseños muy equilibrados, de secuencias de rombos con ganchos en colores de alto contraste, destacando sobre el fondo geometrizado precedente (rojo y ocre sobre café oscuro o morado. Tipo VII), que está asociado a la sepultura M4/2 en AZ-8 fechada por C14. calibrado en II58 (1223) 1278 d.C. el momento clásico de San Miguel. Durante el Período Medio se utilizan las cintas trenzadas (Tipo II y V) en las primeras bolsas-faja asociadas a Cabuza (AZ-6 T15, Focacci 1993) y a Maytas en AZ-71, respectivamente, como asa o elemento de sujeción, cosidas al remate bordado lateral de la pieza. Esta aplicación desaparece en los tipos más conocidos de bolsas-fajas, clásicas de la Cultura Arica.

presente también en momentos tardíos de la secuencia Arica asociado a San Miguel y Gentilar. El Tipo IV (con diseño central), asociado a Maytas/ Chiribaya no se presenta en nuestra muestra. Se han identificado tentativamente, a manera de hipótesis, un tipo de gorro especifico para cada componente cultural dentro del desarrollo Medio y Tardío del valle de Azapa, con dataciones absolutas muy contemporáneas entre sí, lo que implicaría la coexistencia en el uso de al menos tres tipos de gorros durante el Período Medio. 8. TIPIFICACION DE CESTOS

Destaca la baja popularidad de cestos en los ajuares funerarios de AZ-3 con cerámica Cabuza y Tiwanaku. Los ejemplares presentan variadas formas y decoraciones, todos confeccionados con técnica en espiral. La forma más común es la irrestricta extendida. Hay algunos Si bien esta técnica sería aportada por Cabuza, su cestos altos que presentan revestimiento con substanreplanteo estético, con agregado de bandas zig-zag con cias impermeabilizadoras. ganchos o volutas, es claramente parte de la tendencia Los cestos asociados a Tiwanaku y Cabuza muestran decorativa estructural compleja de la tradición de valles occidentales. también formas "kero", de tejido fino y decoración geométrica compleja. 7. GORROS DE 4 PUNTAS Para AZ-6, (cementerio similar a AZ-3) Focacci Los gorros de 4 puntas se analizaron siguiendo la (1990) describe "I puco" de paredes rectas levemente tipología preliminar propuesta por J. Chacama (1989 divergentes y de unión angular con la base, y tejido de Ms.), pero introduciendo una pequeña modificación a alta densidad, una forma típica de cestos Alto Ramírez, asociados a tumbas Cabuza (préstamo cultural o intersus rasgos clasificatorios (Cfr. Sinclaire 1994 Ms.) cambio?). Se identificó la presencia de los Tipos 1.1. y 1.2 (poEn algún momento de Maytas/Chiribaya y después licromo geométrico y policromo figurativo), asociados a componentes Azapa/Charcollo el primero y consistentemente en asociación con cerámica San Mi guel, se comienzan a producir cuatro formas irrestrictas Tiwanaku. V el segundo. cónicas de cestos. La forma más popular es baja, como El grupo bícromo (II), se reordenó en 3 subtipos so- las escudillas Maytas/Chiribaya de paredes cónicas que bre la base de la forma (normal, rectangular y se van curvando para unirse a la base, y cuyo elemento trapezoidal). El normal (II. I) muy similar a la forma pasivo es bastante más grueso que lo usual. Se decoran del grupo policromo, también de manufactura fina, y casi siempre con llamas de cuatro patas y orejas, cargaaparentemente contemporáneo, está asociado a elemen- das o no, alternadas a veces con escalerados a espejo o grupos de figuras con formas de "E, F o C". Hay algutos Cabuza. nos cestos de tamaño pequeño e incluso miniaturas, que El rectangular (II.2), azul/rojo y de puntas bajas, a veces poseen un asa como pocilios. El conjunto de esaparece sólo asociado a Maytas y el trapezoidal (II.3), tos cestos es estilísticamente de gran coherencia y el normalmente de color azul/rojo y tejido grueso, muy ho- motivo de llamas evoca los frecuentes decorados de la mogéneo internamente, sólo figuró en un sitio (AZ-8) y cestería Alto Ramírez (Santoro & Ulloa 1985. fig. 28 asociado a portadores de cerámica San Miguel, Pocoma y los geoglifos del flanco sur del valle, entre Atoca y Co. Sombrero. y Gentilar. El Grupo monocromo (Tipo III de Chacama) está

Las otras tres formas son más altas y en ellas se usa

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generalmente un anillo basal. La primera de éstas, es de altura mediana, aproximadamente igual al diámetro de la boca, y presenta preferentemente una decoración que se ha denominado "rombo central radiado". También en algunos casos asociada a esta decoración aparece una figura humana frontal que porta en su cabeza un objeto curvo, que se ha interpretado como un casco.

En las cucharas, por haber en juego menos rasgos a conciliar en la seriación, la continuidad evolutiva formal Maytas/Chiribaya, San Miguel y Gentilar es muy clara. Además la confirmación de la co-existencia de los grupos Cabuza y Maytas durante siglos explicaría la asociación de ambos a los tipos C-12 al 16 y D-1 al 5, cucharas claramente transicionales, que evolucionarían a medida que la tradición conservadora de Tiwanaku La tercera forma es más alta, recuerda la proporción pierde fuerza. y tamaño de los keros y presenta decoración basada en escalerados y volutas. La cuarta forma, de la misma alPor otro lado al comparar los porcentajes de distintura de los keros, pero de boca bastante más amplia, tos tipos de cucharas con muescas asociadas a Cabuza muestra decoraciones similares a la anterior. Estas for- (tipos C) y presentes en AZ-3, AZ-6 y AZ-71 (los sitios mas altas continúan siendo populares en Gentilar y los que tienen muestras de tamaño razonable para hacer diseños aunque también de escalerados y volutas rectan- comparaciones estadísticas), es significativo que tipos gulares son más complejos. muy populares en uno de estos cementerios estén muy pobremente representados en los otros. Esto permitiría En las asociaciones con Gentilar la forma cónica baja suponer que dichas cucharas estarían jugando un rol de es rápidamente reemplazada por un cuenco bajo de téc- identificación de grupos entre usuarios de un mismo tipo nica de puntada bifurcada y sin decorar. cerámico. Lo expuesto muestra dos universos cesteros claramente diferentes asociados respectivamente a cada una de las tradiciones, y en la de valles se evidencia una línea de continuidad evolutiva.

Es de señalar que los pocos registros de cucharas del altiplano meridional (Lecoq, 1991) difieren formalmente de las asociadas a los tipos Maytas/Chiribaya y San Miguel. Por el contrario, todos los ejemplares publicados para Moquegua (Goldstein, 1985) corresponden a tipos definidos en Azapa y asociados a Tiwanaku, mientras 9. LAS CUCHARAS que las cucharas que fichamos en el Museo de Algarrobal Al revisar la seriación de cucharas (Espoueys 1971) se (lio, Perú), corresponden a tipos asociados en Azapa a perciben dos hechos: el carácter recargado y poco prác- cerámicas Maytas/Chiribaya, San Miguel y Gentilar y tico de los mangos de cucharas asociadas a cerámicas los ceramios provenientes de esos mismos sitios y a los Tiwanaku y Cabuza (Tipos C-1 al C-11), que dado el que posiblemente se asociaban, eran así mismo carácter teocrático atribuido a dicha cultura, podría- Chiribaya, San Miguel y Gentilar. mos interpretar como de uso ritual, tal como la cerámica decorada a la que siempre aparecen asociadas en las 10. TIPIFICACION DE CALABAZOS sepulturas. El ajuar funerario de estos grupos se reduce casi exclusivamente a objetos que puedan tener este ca- El uso de calabazós como recipiente se registra en la rácter ceremonial. costa y valles del extremo norte de Chile desde el Arcaico, incluyendo algunos decorados por pirograbado. Se En cambio los usuarios del tipo cerámico Maytas/ ha realizado la tipología de los correspondientes al agro Chiribaya, comienzan presentando ajuares con cucha- alfareros, reconociendo 42 formas restrictas y 23 no ras transicionales, de relativa complejidad (Tipos C-12 restrictas, evidenciando una gran diversidad al 14), pero mucho menor que las anteriores, y asocia- morfológica, producto en parte de la variedad de espedas también a cerámica Cabuza. En seguida denotan un cies y razas aprovechadas, y además por las distintas rápido proceso de simplificación, que las va haciendo formas en que se realizan los cortes de una misma formás sencillas y hasta funcionales para uso doméstico, ma de fruto, para adaptarlos a las función para las que con palas de menor tamaño pero profundas. Este proce- se usan (Cárdenas, !969). so evolutivo lleva a cruzar las formas resultantes de los tipos C-15 y 16 con la del tipo B-2, asociado a Alto La popularidad de calabazos asociados a Cabuza es Ramírez tardío, para continuar hasta el tipo E-1. Las muy baja, y casi sin excepción sin decorar. Con la apariasociadas a San Miguel, E-2 y E-3, llegan a una com- ción de la cerámica Maytas/Chiribaya crece notablepleta simplificación, y a partir de allí la variación es mente el uso de calabazos, no sólo en cantidad, sino tamnula continuando vigentes asociadas a Gentilar. bién en tipos (se aptovecharían nuevas especies o varié-

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dades de éstas) y se usan en funciones antes no registradas, revive el pirograbado y aparece la forma "mate", que luego con San Miguel presenta la mayor popularidad, y su típica decoración de guardas compuestas de espirales entrelazada, muy usada también en los jarros clásicos de este tipo cerámico. Las escudillas y jarras pirograbadas, logradas por un corte sagital, o transversal en la cintura del fruto, aparecen asociadas a cerámica Maytas/Chiribaya, los grupos San Miguel comienzan a decorarlas, y ésta alcanza su mayor complejidad en las asociadas a Gentilar. 11. INFERENCIAS HISTORICO-CULTURALES DEL ANALISIS DE LA CRONOLOGIA Y LAS SERIACIONES

181 AZ-103 y posiblemente también en El Chuval (AZ-141, Chacama com.per.). Por el 1100 d.C, con posterioridad a la construcción del poblado de San Lorenzo por los grupos MaytasChiribaya, se registran en AZ-3 tumbas de características singulares de este grupo, pertenecientes probablemente, a personajes principales, cuyos ajuares incluyen diademas de oro (Muñoz et.al. 1985, describe otra para AZ-75). 11.5 Contemporáneamente en la banda opuesta a San Lorenzo, en San Miguel (AZ-8), aparecen las primeras sepulturas correspondientes a San Miguel temprano, y en los años sucesivos, hasta el 1250 d.C, las características de las sepulturas van evidenciando una progresiva complejidad social que culmina aproximadamente en el 1350 d.C. con el registro de una tumba (Montané M-10) de gran tamaño y ricas ofrendas, rodeada por sepulturas de infantes y de mujeres, cuyas ofrendas también destacan del promedio de otras tumbas periféricas y contemporáneas, por la diferente importancia de sus respectivos ajuares.

11.1 Los registros y fechados TL. obtenidos por el proyecto, así como el conjunto de dataciones (TL. y C14 calibrados) anteriores a éste, confirman prolongados traslapes entre los tipos cerámicos de Azapa. La contemporaneidad de Tiwanaku y de Cabuza con Alto Ramírez durante casi un siglo, que explicaría las ofrendas en los túmulos Alto Ramírez (AZ-122, Muñoz 1987 y AZ-70, Focacci 1983) y la superposición de sepulturas 11.6 Durante todo este proceso, iniciado con Maytasen AZ-14 (Santoro 1980b), los rasgos sepulcrales Alto Chiribaya, se comprueba una "evolución" continua en Ramírez en tumbas Cabuza (Espoueys et al. op.cit.). los rasgos, que caracterizan los textiles a telar, las fajas, 11.2 En el Cuadro 1 puede verse que el final de Alto los calabazos pirograbados y cucharas, la cestería y los Ramírez y la aparición de Maytas/Chiribaya casi se to- keros de madera. Es en la cerámica donde, con la aparican y que sus sigmas llegan a cruzarse, lo que permiti- ción de San Miguel se evidencia un "cambio" en el coría entender la transferencia de rasgos culturales Alto lor de fondo, manteniendo inicialmente la composición Ramírez a Maytas-Chiribaya. decorativa más clásica de Maytas/Chiribaya, que continuarán usando los cántaros San Miguel, con leves va11.3 Entre los años 800 al 1150 d.C. aproximada- riantes. Pronto aparecen nuevos diseños decorativos en mente, Maytas/Chiribaya aparece contemporánea a los jarros, y posteriormente se observa una variación proCabuza y Tiwanaku en cementerios como AZ-3, y pro- gresiva de éstos, tal vez como consecuencia de su convibablemente también en AZ-6 y AZ-71. Llama la aten- vencia con Gentilar. Estos cambios como plantea Uribe ción que a pesar de esta larga convivencia sólo se regis- (op.cit.) "no desestructuran el desarrollo cerámico de la tra la asimilación por parte de los grupos Maytas- Cultura Arica, sino que lo replantean", muy probableChiribaya de unos pocos rasgos y algunas técnicas mente como consecuencia de nuevas relaciones con diartesanales altiplánicas; Maytas-Chiribaya comparte con ferentes áreas vecinas, en cada caso. Cabuza: el grupo 111 de las túnicas, el grupo IV de los paños rituales, los tipos C-12 al 14 y D-1 al 5 de las 11.7 En líneas generales puede apreciarse que desde cucharas, y adopta de Cabuza los gorros de cuatro pun- la aparición de Tiwanaku en AZ-3, y probablemente en tas y las fajas a torzal, aunque reprocesandolos. En cam- otros cementerios equivalentes, los sitios son compartibio descarta los ideales cerámicos, las técnicas con do- dos por dos o más grupos portadores de diferentes tipos minio de trama y los bordados figurativos de Tiwanaku. cerámicos de ambas tradiciones y sus característicos equipamientos ergológicos, ya descritos. Pero alrede11.4 A partir del 1150 d.C. los grupos Maytas/ dor del 1100 d.C. este patrón ocupacional Chiribaya quedan como únicos ocupantes del sitio AZ-3 multicomponentes se modificaría, pues al menos los cey reutilizan su sector IVb. Mientras, las últimas eviden- menterios, parecen hacerse multicomponentes, o monocias de Tiwanaku y de Cabuza, permanecen hasta alre- tradicionales: AZ-3 y AZ-105 sólo muestran presencia dedor del 1250 d.C. en los faldeos altos del valle: en Maytas-Chiribaya, AZ-103, únicamente Cabuza y

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Tiwanaku, y AZ-8 sólo San Miguel y Gentilar. Las causas que indujeron a este cambio, por el momento, sólo pueden ser motivo de conjeturas, pero todo indica que tienen motivos de tipo político. CONCLUSION Nuestro análisis concuerda con la hipótesis que ha ido prevaleciendo en este último tiempo, que los contextos Cabuza son diferentes, y a la vez contemporáneos, de los contextos Maytas/Chiribaya, siendo los primeros representativos de una tradición altiplánica relacionada con Tiwanaku, mientras que los grupos Maytas, junto a los grupos Chiribaya y Churajón son representativos de una tradición propia de los valles occidentales, marcada en Azapa por el surgimiento de la "Cultura Arica", a éste y los otros grupos de valles occidentales, Rostworoski (1986) los ha definido en conjunto, culturalmente como "el Colesuyu".

Precolombino y el Museo Nacional de Historia Natural. En dicho proyecto participan como co-investigadores V. Schiappacasse y J. Berenguer (y sobre todo como asesores, moderadores y amigos, sin los que este proyecto no hubiera cristalizado ni funcionado), y están a cargo: del estudio de la cerámica, Mauricio Uribe, apoyado por María Lorena Sanhueza y Myríam Mardones; del estudio de los textiles. Vivían Reciné, con la ayuda de Gabriela Carmona; del estudio de gorros, fajas y cordelería, Carole Sinclaire; del estudio de la cestería, Julie Palma, con la colaboración de María de los Angeles Villaseca y Claudia Prado; del estudio del registro iconográfico, Helena Horta; y del procesamiento computacional, Luis Cornejo y Claudia Prado. Han ordenado e inventariado los restos humanos Ximena Novoa y Mario Henríquez y ha estudiado los restos Chinchorro de la colección Vivien Standen. El primer autor de este artículo quiere agradecer a todo el equipo mencionado por su dedicación y valiosa cooperación y en forma muy especial a V. Schiappacasse, J. Berenguer, H. Horta, C. Agüero y C. Prado por la tediosa labor de corregir múltiples versiones de este trabajo.

Son los elementos culturales asociados a MaytasChiribaya y, en un terreno más especulativo, sus antecedentes Alto Ramírez, los que, en una compleja inte' No tenemos palabras para agradecer las facilidades gración todavía no bien esclarecida, con posibles aportes de valles más septentrionales, de oasis y el altiplano que nos brindara en lio la Dra. Sonia Guillén Oneeglio, meridionales, los que producirían la cristalización de la como también la atención y constante ayuda recibida de parte de Gerardo Carpió, pese a que arribamos a esa fase San Miguel del Complejo Cultural Arica. ciudad en una fecha muy inconveniente para ellos. TamNo hay evidencias de una posible contribución de bién agradecemos a Jesús Gordillo y Carlos Vela Velarde elementos Cabuza en la generación de San Miguel y los por la visita al valle de Tacna. escasos rasgos en común podrían derivarse indirectamente por intermedio de Maytas/Chiribaya (por ej. el ^ Cabe hacer algunas advertencias. Estamos consprotúbero que menciona Dauelsberg, 1985). Por el con- cientes que la arqueología de gran parte del área consitrario, y en especial los materiales no alfareros de éste, derada está aún por hacerse. Futuros trabajos sistemátiposeen fuertes semejanzas con los de Maytas-Chiribaya cos en los valles de Locumba, Tarata, Sama y Caplina, y en su mayoría derivan claramente de ellos. como también en el altiplano meridional, pueden modificar muchas de nuestras actuales interpretaciones, como Sintetizando, los argumentos contextúales, por lo demás ya ocurrió con los resultados de los trabatipológicos y cronológicos expuestos, concuerdan con la jos sistemáticos iniciados en la cuenca del Osmore deshipótesis de que la consolidación del complejo Maytas- de la década pasada. En consecuencia, nuestras reflexioChiribaya configura el origen de la Cultura Arica, re- nes en este escrito se basan exclusivamente en lo que presentando San Miguel su segunda momento, (como hasta ahora se conoce sobre la arqueología de la Sub resultado de aportes todavía no bien definidos) y que Area de valles Occidentales del Area Centro-Sur Andina. por el contrario, aparecen como una sostenida ruptura En otro orden de cosas, hay que reconocer que los procon los patrones estilísticos de Cabuza y Tiwanaku. cesos culturales no pueden investigarse sobre la base casi exclusiva de manifestaciones funerarias. PrecisaNOTAS. mente debido a esa perspectiva la arqueología ariqueña tiene una deuda, sólo saldada a medias respecto a la in' Esta ponencia es un resultado parcial del Proyecto N° vestigación de sitios habitacionales de Azapa. Pensa193-0202, "Cronología y secuencia cultural de dos ce- mos que estas advertencias señalan las limitaciones de menterios claves del valle de Azapa, Arica: períodos nuestro trabajo. Medio y Desarrollos Regionales", financiado por * Dauelsberg (1985) y L. Núñez (1966) han coincidíFONDECYT y patrocinado por el Museo Chileno de Arte

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do en denominar "Charcollo" a un componente cerámico del Período Intermedio Tardío caracterizado por trazos o manchas de pintura roja sobre la superficie alisada. Tanto en Azapa como en Pica-8 lo asocian a cerámica San Miguel, con fechados que parten desde el 1000 d.C. En las muestras de AZ-3 y AZ-103, cerámica que responde a esta descripción, aparece asociada a cerámica Cabuza y Tiwanaku. Una de estas vasijas fue fechada por TL en 720 ± 80 d.C. (AZ3, tumba K5/1), por lo que, a objeto de señalar esta diferencia cronológica de unos 300 años, lo denominamos "Charcollo temprano". ' Hemos preferido este nombre y no dividir entre Maytas y Chiribaya, pues la presencia de los puntos no nos parece un atributo para establecer la diferencia entre estas dos cerámicas. También porque la segunda denominación da mejor cuenta de la síntesis de este estilo, que abarca desde el sur del Perú hasta Arica. ' Hay que recordar que esta variante decorativa también se encuentra en cántaros de base apuntada de Maytas/Chiribaya. ^ El cuadro I es el resultado del análisis de todos los fechados disponibles realizado en Espoueys et al. 1995a. publicado en estas mismas Actas. • El termino "doble peine" es equivalente al motivo que fue denominado como "efecto ajedrezado", "dibujo ajedrezado" (Fuentes 1965). Es un motivo que aparece ligado a la tradición costera pre-Tiwanaku, tanto en Azapa como en Pisagua. Reservamos el termino "ajedrezado" para las derivaciones posteriores de este motivo, de campos de cuadros de colores alternados. ' Este primer subgrupo tiene cierto parecido formal y estructural con algunos de los tipos (I, II y V.c) ilustrados por Oakland (1992) y pertenecientes al cementerio de Coyo Oriente, en San Pedro de Atacama para los que plantea su asociación a Tiwanaku. " Debemos agradecer a Liliana Ulloa su colaboración para aclararnos una serie de consultas y sugerirnos una hipótesis de trabajo. También debemos agradecer a I. Muñoz, L. Briones, J. Chacama, M. Santos y el resto del personal del Museo de Azapa por su colaboración. BIBLIOGRAFIA El Norte Grande en la órbita de Tiwanaku (400 d.C - 1200 d.C). En Culturas Chile: 1989 Prehistoria, J. Hidalgo editor et al.: 129180. Ed. Andrés Bello.

BERENGUER, J. Y P. DAUELSBERG.

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LUMBRERAS L .

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