Espacios que dan vida al libro (como las lluvias de abril)

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Descripción

CONTENIDO

PRESENTACIÓN página 5 Los Premios Pichincha de Poesía y Cuento Gustavo Baroja Narváez LA PROVINCIA TRAS LA CULTURA La librería es el alma del barrio Sergio Salvador Espacios que dan vida al libro Alex Schlenker Cuando nos falte lo esencial

DOSSIER entre ilusionismos y caleidoscopios PREMIO PICHINCHA DE CUENTO Y POESÍA Presentación Manual de ruido (selección). Ernesto Carriøn Fractales (selección). Edgar Allan García Pasos de Woj (fragmento). Javier Aguirre Negrete Así empieza mi historia. Wladimir Chávez El premio. PICHINCHA DIALOGA

Giovanna Tipán Barrera CRÓNICA

Omar Ospina

ESPACIOS QUE DAN VIDA AL LIBRO Alex Schlenker Cineasta y artista visual

Abrió la valija y lo dejó sobre la mesa. Era un volumen en octavo, encuadernado en tela. Sin duda había pasado por muchas manos. Lo examiné; su inusitado peso me sorprendió. En el lomo decía Holy Writ y abajo Bombay. —Será del siglo diecinueve —observé. —No sé. No lo he sabido nunca —fue la respuesta.

encuadernados, encolados, con pasta de papel o pasta dura; recientemente en su variación más efímera como simulación digital. Libros con ilustraciones. Libros con texto. Libros que combinan ambos lenguajes.

Libros que te regalan. Libros que te encuentras. Libros que te envían. Libros que compras. Libros que intercambias. Objeto It is a good rule after reading a new book, never de conocimiento y entretenimiento común to allow yourself another new one till you have a la mayoría de la humanidad, el libro, en read an old one in between. un origen elaborado en piedra, madera, C.S. Lewis tela, cuero, papiro; ha sido unificado conceptualmente desde hace varios siglos como un conjunto de hojas de papel ibros que narran ya sean estas manuscritas historias. Libros o impresas. El universo que son obras de de los libros es infinito y teatro o transmiten ciertas El librero es se desdobla permanente formas de conocimiento. el alma de la en una multiplicidad de Libros al alcance de todos. librería que a insospechadas formas que Libros escasos. Libros su vez es un fiel no se limitan al libro como prohibidos. Libros sagrados. reflejo de objeto (su materialidad su dueño Libros de poesía. Libros permite distintas formas con dedicatoria. Libros sensoriales de relación), de cabecera. Libros de sino que incluyen complejas autoayuda. Libros para formas de intercambio leer. Libros para colorear. (compra, venta, trueque). Libros para hojear. Libros Si bien el lugar más obvio para rezar o cantar. y común para adquirir un libro podrían Libros encriptados. Libros para leer en ser las librerías convencionales con sus un sentido. Libros para leer al revés o en novedades editoriales dispuestas en docenas desorden. Libros de artista. Libros de leyes. de ejemplares nuevos y empacados, existen Colecciones. Enciclopedias. Volúmenes espacios paralelos que, denominados escasos. Ediciones agotadas. Libros sencillos. Libros extravagantes. Reediciones. comúnmente como «libreros», sugieren unas lógicas distintas para emparejar al lector con Reimpresiones. Libros de bolsillo. Libracos. libros que han pasado ya por otras manos y Manuales. Antologías. Diccionarios. Libros de caballería. Libros de misterio. Biografías. otras lecturas. Cada una de estas librerías de Secretos. Tratados. Mapas. Anatomías. lo usado surgen de una biografía distinta de Conjuros. Acertijos. Libros cosidos a mano, quien las gestiona; todas tienen su propio El libro de arena, Jorge Luis Borges

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estilo y ambiente. Ninguna ofrece lo mismo que la otra. Por la fascinación que estos espacios de libros usados siempre me han generado decidí desarrollar hace pocos años Libellus, un proyecto documental de creación/ realización colectiva. El impulso inicial apuntaba a producir un film compuesto por cinco a siete cortometrajes documentales que, realizados cada uno por un/a realizador/a distinto, retrataran estas librerías de lo usado que solía frecuentar semanalmente. En la etapa de investigación, y durante varios meses, recorrí más de una decena de los libreros de la ciudad de Quito. En estas visitas no solo obtenía el consentimiento de los dueños para filmarlos, sino que además exploraba las posibles facetas fílmicas de estos espacios (puntos de vista, luz, actividad diaria, disposición de las estanterías y los libros, etc.). En un siguiente momento invité a media docena de colegas realizadores para

que participen en el proyecto1; durante casi tres meses filmamos en seis de estas librerías, lo que me permitió ser testigo de algunos principios básicos que articulan una librería de libros usados… ...del dominio del pasado y su eterno presente. Retratar estas librerías es en realidad un ejercicio que obliga a retratar a los libreros que las fundaron y regentan por años y décadas; en estas librerías es generalmente el dueño quien atiende al público. Y ello no solo obedece a un tema económico (la mayoría de estas tiendas de libros de segunda mano no podrían costear empleado alguno), sino a que el librero es el alma de la librería que a su vez es un fiel reflejo de su dueño. Se trata de personajes amantes de la lectura enamorados de los libros y de la posibilidad de estar rodeados de ellos y de poder hablar sobre (y con) ellos. Todos los libreros que visitamos asumen el reto

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de gestionar un negocio de futuro incierto, renunciando de antemano a hacer grandes ganancias. La mayoría no obtiene más que el mínimo necesario para vivir. Uno que otro hace tablas a fin de mes y no falta quien subsidia el proyecto concebido ya como una forma de disfrutar de los últimos años de vida. Visitar una tienda de libros usados es conocer una parte importante de la biografía de estos soñadores. Los testimonios que obtuvimos para reconstruir los inicios de estas librerías narran historias diversas, pero en muchos casos el romance resultó ser parte central de la trama; libreros extranjeros de Quito por ejemplo se quedaron aquí por amor a una mujer. En sus tiendas, abarrotadas de libros dispuestos de manera vertical y horizontal, es el librero (con mínimas excepciones son casi siempre hombres) quien asume el reto de guiar al cliente por el laberinto de temas, títulos,

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ediciones, etc. Uno no ingresa a la librería tan solo para llevarse algún libro viejo, uno va a ver a quien los atesora y guarda para los distintos gustos de cada visitante; muchos de los que entran al lugar en el transcurso de una mañana o tarde, llevan años y hasta décadas siendo clientes y amigos del librero. Parte de los correspondientes rituales son los saludos afectivos, las bromas de lado y lado, una taza de café de la misma cafetera de la que se sirve el dueño de casa y los libros reservados e incluso escondidos especialmente para clientes cercanos. Tras múltiples visitas pude confirmar que los mejores libros están en la trastienda a donde el librero invita apenas a unos pocos clientes. En mis innumerables visitas logré tan solo espiar brevemente como algún cliente desaparecía con el librero por lo que parecía una puerta inofensiva, para volver al rato cargado de cinco, diez o más libros que parecían flotar en los brazos del sonriente visitante.

En una librería de libros usados los tiempos no deseado de mudanzas que desprecian son otros. Aquí la novedad del momento lo pesado o como carga voluminosa en la la define el lector con su búsqueda por parte trasera de una camioneta o furgoneta a las estanterías de la tienda y lo atractivo manos de quien desea disolver la biblioteca suele ser en realidad algo que se presentó de su abuelo. Quienes frecuentamos estas al público hace años o décadas; a veces tiendas agradecemos de manera silenciosa incluso hace siglos. En estas librerías en que y profunda a quien decidió desprenderse los libros leídos retornan para volver a ser del libro dedicado que recibió por su leídos una y otra vez no cumpleaños y no le gustó, falta quien viene a buscar del ejemplar que ya leyó un título específico y lo que y no desea guardar o de la halla es la paciente respuesta edición especial regalada del librero que lo invita por algún «ex» al que quiere a recorrer el lugar para olvidar. Muchos de los ver si encuentra algo que que entran al lugar No puedo ocultar la pudiera interesarle. Si para en el transcurso de sensación de felicidad que la mayoría de las librerías una mañana o tarde, me embarga cuando veo a llevan años y hasta comerciales el libro vale alguien leyendo las últimas décadas siendo lo que vale por quien lo páginas de un libro. Pienso clientes y amigos escribió y por lo que en él se entonces que a lo mejor ese del librero imprimió —se promociona libro no va a la estantería autor y tema del libro como de una casa, sino a una el valor del mismo—, en de estas tiendas. Lo que estas librerías de lo usado, parece el final de un ciclo el valor de un libro —valor es en realidad apenas el inicio de uno nuevo de uso en el sentido más estricto— nace en el que los caminos que ha de andar el en el momento del (re)encuentro entre el libro usado se parecen a las lluvias en abril lector y el título desconocido o extraviado, que vuelven todos los años: estas pequeñas en el instante en que se (re)descubre o se despedidas no son jamás un adiós, sino tan completa una colección o cuando uno se solo un hasta pronto. deja sorprender por la recomendación del librero. Aquí, los libros una vez leídos no pierden en valor, lo ganan de manera incalculable e inexplicable; miles de títulos van y vienen a través de finísimos y delicados canales de una precaria y frágil micro-economía paralela del amor por la lectura. Los libros llegan de manera suelta por quien decidió venderlos y usar el dinero para llevarse otros; también llegan en cajas como subproducto

Nota: 1 Con excepción de una colega que finalmente se excusó por razones de cronograma, el resto aceptó gustoso el desafío que incluía tres premisas: el subgénero documental debía ser el del retrato con una duración máxima de 4 minutos; cada realizador/a debía escoger de la lista de libreros/ tiendas de libros usados uno diferente; todxs lxs realizadrxs debían participar en el rodaje de sus colegas en al menos una función (cámara, sonido, producción, arte, etc.).

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Gobierno de la Provincia de Pichincha Página WEB: www.pichincha.gob.ec Manuel Larrea N13-45 y Ante Quito, Ecuador Para este número se han usado caracteres Garamond creados por Claude Garamond (1490-1561) y Gill Sans de Eric Gill (1882-1940)

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