¿Es necesario: apoyar, rescatar o proteger a la artesanía?

July 27, 2017 | Autor: Mónica Sosa | Categoría: Cultural Policy, Mexico, Políticas culturales, Handcrafts
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Descripción

¿Es necesario: apoyar, rescatar o proteger a la artesanía?

A partir de la creación del Patronato de las Artes e Industrias Populares en 1951 diversas instituciones públicas han surgido con los objetivos de proteger, desarrollar y fomentar las artes e industrias populares, entre las cuales la que más trayectoria tiene, pese a la escasa información que de ella se posee, es el FONART. Se podría afirmar que el FONART surge en 1955 a partir de los primeros estudios socioeconómicos de la artesanía, realizados por el Banco Nacional de Comercio Exterior ( BANCOMEX) ya que de éste se desprende en 1961 el Fondo para el Fomento de las Artesanías- fideicomiso del Banco Nacional de Fomento Cooperativo ( BANFOCO) que en 1974, bajo el Gobierno de Luis Echeverría Álvarez pasa a convertirse en el Fondo Nacional para el Fomento de las Artesanías ( FONART), dependencia del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CNCA) con la misión de dar a los artesanos asistencia crediticia, técnico-artística y de comercialización. Ya en 1970 , lo que hoy se conoce como FONART era el programa más grande de los 12 gubernamentales existentes, que promocionaban la artesanía. (38) no obstante para finales de este año, se abandonó la tarea de gestionar otros apoyos a los artesanos y sus hijos ya que se decidió que el propósito de FONART no era elevar el estándar de vida de los artesanos si no asegurar la reproducción de las artesanías y alentar así el desarrollo económico rural. Así pues, el director del ahora fondo nacional, Tonatiuh Gutiérrez, compadre de Echeverría, estaría encargado de organizar a los artesanos en grupos de solidaridad que aseguraran la compra-venta y calidad de las piezas artesanales que comercializaría el fondo. (39) En 1974, bajo este enfoque, FONART creó en San Cristobal de las Casas, Chiapas (como en otros estados), grupos de producción en 18 comunidades. Proveía materiales al costo o a crédito y compraba grandes cantidades de textiles y alfarería para comercializarlas en Cd. de México o en las tiendas fronterizas con Estados Unidos. Sin embargo

la

mercancía no se movía como el gobierno esperaba por lo que en 1977 retiraron los recursos y dejaron la tienda Sna Jolobil a cargo de los artesanos. Ésta quebró cuando se agotaron los recursos.

Para 1979 se cuentan con los primeros registros de los Concursos de Artesanías con premios de $500 a $1,500 pesos y también entre 1974 y 1988 se iniciaron capacitaciones técnicas

y la construcción de talleres de alta temperatura bajo la supervisión del

Ceramista Alberto Díaz de Cossío. No obstante todos los esfuerzos por comercializar, capacitar y promover la producción artesanal a través de ferias y concursos fueron borrón y cuenta nueva al terminar el sexenio. Néstor García Canclini denomina esta época como "los esfuerzos populistas de Echeverría por promocionar la industria artesanal nacional" Para el siguiente sexenio (1976-1982) bajo la dirección del economista Rodolfo Becerril Straffon, se busca adecuar la producción artesanal a "condiciones económicas competitivas" por lo que se establecen talleres-escuela que como cooperativas capaciten a los artesanos en nuevas técnicas de producción. Para ese entonces, la matriz en Cd. de México ya contaba con una red de centros de acopio que recorrían los pueblos de producción artesanal, adquirían los productos y los mandaban a la casa matriz donde éstos se distribuían a los principales sitios turísticos. (40) Entre 1982 y 1988 bajo la dirección de María del Carmen Elías Bachir, sólo se sabe que se continuaba brindando capacitación técnica a los artesanos y que se abrían tiendas de distribución a lo largo de la república. Para el siguiente sexenio ( 1988-1994) la antropóloga María Esther Echeverría Zuno tuvo que enfrentar la crisis de 1994 cerrando al menos 20 sitios de exhibición ya que los productos no se vendían por resultar caros; en palabras de Echeverría "detrás (es decir, después de pagar al artesano "lo que pide") hay toda una labor para poderlo poner a la venta" Para 1995, FONART se sectoriza en

la Secretaría de Desarrollo Social

(SEDESOL) y nuevamente cambia su objetivo general a apoyar a los artesanos que viven en condiciones de pobreza y que preservan técnicas y diseños tradicionales. Este cambio junto con otros factores humanos generan que el organismo perdiera importancia presupuestal. Durante el gobierno de Ernesto Zedillo sólo se habla de una renovación de activos ya que a 26 años de su creación la institución no había cambiado equipo o instalaciones, lo cual se reflejaba en una escasa capacidad para materializar proyectos de desarrollo en su ámbito de competencia (39) y por si resultara poco, también se renuevan los programas de apoyo. Entre 2000 y 2006 después de que la entonces secretaria de SEDESOL , Josefina Vázquez Mota, realizara una revisión exhaustiva dada la inoperancia de FONART, se tuvieron dos administraciones, la primera a cargo de Rosa María Rojas

quien fue relevada por quejas por falta de apoyos para artesanos pobres, desconocimiento sobre las condiciones en que viven, así como apoyos para intermediarios, pasando por encima a quienes realmente debieron recibirlos. (41) y la segunda a cargo de Leonardo Santos Coy del cual se dice que sólo sabía vender tequila al extranjero. Ambas administraciones manejaron una visión empresarial bajo la marcafranquicia "100% México. Hecho a mano" la cual resultó un negocio mediocre y desvió la atención del fondo del propósito de fomento a la artesanía. (39) Para 2003 el poder ejecutivo propuso la desincorporación de FONART y su transformación en una Sociedad Anónima, iniciativa que tumbaron diversos sectores académicos y sociales así como el Poder Legislativo. Sin embargo para el

2005 sólo el 4% del gasto ejercido por la

SEDESOL fue el presupuesto destinado a los artesanos, por lo que se retomó la visión empresarial convirtiendo las tiendas de artesanías en boutiques y a las artesanías en souvenirs de aeropuerto. Los esfuerzos son mínimos y las nuevas administraciones culpan a las viejas por mal manejo de recursos, al grado tal que para el periodo 2006-2012 la administración de la restauradora Rafaela Luft Dávalos fuera revisada por la Auditoría Superior de la Federación (ASF) cuyo titular en curso Arturo González de Aragón indicara que FONART no confirió los apoyos a los sectores más necesitados, no contaba con registros contables fidedignos y presentó un subejercicio del 7.9% (42) Bajo estas observaciones, la ASF recomienda la "liquidación o transformación" de FONART pues el trabajo de la institución ha sido ineficiente. (42) Actualmente, bajo la dirección de Liliana Romero Medina las líneas de acción no han cambiado, FONART no se ha dado a la tarea de cuantificar el número real de artesanos en México, se sigue apostando por la comercialización tipo industrial de la artesanía y en palabras de los artesanos, se otorgan apoyos sólo a algunos artesanos. Entonces ¿ qué es necesario hacer? En primera instancia, si se han de otorgar apoyos económicos y de capacitación, se deberá asegurar la capacidad en recursos para por sexenio abarcar toda o casi toda la población artesanal. Ya pudimos constatar que actualmente y de acuerdo a las

estimaciones

realizadas

en

el Capítulo

2,

FONART

simbólicamente 1

apoya

económicamente con alrededor de $2,700 pesos anuales al 2.6% de los artesanos. En segunda instancia rescatar y proteger

no deberán ser considerados como la

preservación inamovible de las artesanías, se debe de rescatar a la estética originaria de la vanguardia demandante de lo kistch, sin caer en el romanticismo y se debe proteger la producción nacional de la extranjera

concediendo

exenciones fiscales a artesanos

nacionales y aumentando aranceles a productos extranjeros similares o sustitutos de la producción nacional. En tercera instancia, el organismo de fomento y protección, en éste caso el FONART deberá contar con un acervo histórico que permita conocer directores, número de artesanos beneficiados así como los resultados de los diversos programas de apoyo que se han realizado, de modo que las propuestas actuales puedan ser analizadas y comparadas desde realidades contables. Finalmente, si realmente se sigue considerando a la artesanía como la capacidad innata que debe

convertirse en una fuerza económica.2 Entonces las políticas económicas,

sobre todo aquellas que tienen que ver con impuestos deberán ser incluyentes sin rayar en lo absoluto. Es decir, éstas deberían partir del análisis y distinción de los diversos sectores productivos del país y sus limitaciones, de modo que los estímulos fiscales no sean motivo de bajas recaudaciones por parte de las grandes industrias. Tal es el caso de nuestra actualidad y las Nuevas Reformas Fiscales las cuales incentivan el pago forzoso de impuestos absurdos y la integración al sistema de productores que 1) Ni siquiera están registrados en el Instituto Federal Electoral ( es decir no tienen credenciales oficiales), 2) Algunos no hablan español y 3) Si viven bajo el Límite de Bienestar, pagar impuestos es lo menos relevante en su cotidianidad. Sin embargo estas Reformas evitan que Museos, Galerías o Tiendas-Boutiques adquieran productos artesanales sin factura.

1 2

Digo simbólicamente porque los montos de los apoyos económicos varían de acuerdo al tipo de apoyo. Adolfo López Mateos, discursos pre-electorales.

Bibliografía 38. Cetina, Gabriela Barajas. Organizaciones artesanales en Chiapas: cuatro ejemplos. De lo privado a lo público: organizaciones en Chiapas. México : Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social, 2002. 39. López, Rick Antony. Crafting México: Intelectuals, artisans, and the state after the revolution. Formulating a state policy. Amherst : Duke University Press, 2010. 40. Dietz, Gunther. Entre industrialización forzada y autosugestión comunal: balance de medio siglo de fomento a la alfarería en Michoacán. Relaciones 57. Zamora : COLMICH. 41. E., Muñoz Alma. Relevan a Rosa María Rojas Navarrete al frente del Fonart. La Jornada. 2005. 42. Proceso. Fonart: derroches y desvíos. Proceso. 2009.

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