ERMITA DE MAGACEDA II (T.M. VILLAMAYOR DE SANTIAGO) Un asentamiento de la primera repoblación en el territorio de Uclés: las actividades de manufacturas suburbiales

June 8, 2017 | Autor: Catalina Urquijo | Categoría: Medieval Archaeology, Arqueologia Medieval, Edad Media, Silos
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Descripción

ERMITA DE MAGACEDA II (T.M. VILLAMAYOR DE SANTIAGO)

Un asentamiento de la primera repoblación en el territorio de Uclés: las actividades de manufacturas suburbiales

Antonio Malalana Ureña Jorge Morín de Pablos (Eds. científicos)

MArq Audema 2012 Serie Época Medieval

Este volumen de Memorias Arqueológicas AUDEMA ha sido publicado por:

MArq SEM © de la edición: Área Científica y de Divulgación. Departamento de Arqueología, Paleontología y Recursos Culturales AUDITORES DE ENERGÍA Y MEDIO AMBIENTE, S.A. © de los textos: los autores © de las fotografías y de los dibujos: Departamento de Arqueología, Paleontología y Recursos Culturales AUDITORES DE ENERGÍA Y MEDIO AMBIENTE, S.A. ISBN: 978-84-615-9210-4 Depósito Legal: M-21812-2012 Dirección de la Serie: Jorge Morín de Pablos Diseño y Maquetación: Esperanza de Coig-O’Donnell Diseño Gráfico de la Portada: Esperanza de Coig-O’Donnell Impreso en España - Printed in Spain Ninguna parte de este libro puede ser reproducida o transmitida en cualquier forma o por cualquier medio, electrónico o mecánico, incluido fotocopias, grabación o por cualquier sistema de almacenamiento de información sin el previo permiso escrito de los autores

ERMITA DE MAGACEDA II (T.M. VILLAMAYOR DE SANTIAGO)

Un asentamiento de la primera repoblación en el territorio de Uclés: las actividades de manufacturas suburbiales

MArq Audema 2012 Serie Época Medieval

TIPO DE OBRA CONDUCCIÓN DE AGUA POTABLE DESDE EL ACUEDUCTO TAJO- SEGURA PARA INCORPORACIÓN DE RECURSOS A LA LLANURA MANCHEGA

LOCALIZACIÓN T. M. VILLAMAYOR DE SANTIAGO PROVINCIA DE CUENCA EMPRESA PROMOTORA

EMPRESA CONSTRUCTORA

P. I. Los Alces Calle 2 Parcela 21 13600 Alcázar de San Juan Tfno. 926 58 84 63 Fax. 926 55 23 28 CONSULTORÍA ARQUEOLÓGICA

Departamento de Arqueología, Paleontología y Recursos Culturales AUDITORES DE ENERGÍA y MEDIO AMBIENTE, S.A. Avenida Alfonso XIII, 72 28016 Madrid Tfno. 91 510 25 55; Fax. 91 415 09 08 e-mail: [email protected] www.audema.com

INTERVENCIÓN ARQUEOLÓGICA EXCAVACIÓN ARQUEOLÓGICA DEL YACIMIENTO “ERMITA DE MAGACEDA”

DIRECCIÓN ARQUEOLÓGICA: Dionisio Urbina Martínez y Jorge Morín de Pablos

ERMITA DE MAGACEDA II (T.M. VILLAMAYOR DE SANTIAGO)

Un asentamiento de la primera repoblación en el territorio de Uclés: las actividades de manufacturas suburbiales

Antonio Malalana Ureña Dionisio Urbina Martínez Catalina Urquijo Álvarez de Toledo Jose Manuel Illán Illán Jorge Morín de Pablos José Yravedra Sainz de los Terreros

MArq Audema 2012 Serie Época Medieval

La intervención arqueológica en el enclave de Ermita de Magaceda II en el Término municipal de Villamayor de Santiago muestra un asentamiento de la primera repoblación en el territorio de Uclés. Este enclave habría sido colonizado en el último tercio del siglo XII, manteniéndose la población a lo largo del siglo XIII. El abandono del espacio se produce en los últimos años del siglo XIII y primeros del XIV, pasando sus habitantes muy probablemente a engrosar la población de la cercana Chozas (Villamayor de Santiago). Sin embargo, la antigua parroquia, hoy ermita, continuó en uso hasta la actualidad. El área excavada de este primer asentamiento se corresponde con las áreas periféricas del mismo destinadas a actividades agrarias y artesanales. En este sentido, señalar la importancia de la producción alfarera en la zona desde época romana, lo que permite interpretar algunas de las estructuras excavadas en relación con esta actividad, aunque el hecho de localizarse un solo fragmento de deshecho del testar no nos permite lanzar esta afirmación con plena rotundidad. No queremos acabar esta presentación sin mencionar a todas las personas que han facilitado el desarrollo de los trabajos arqueológicos. En primer lugar a D. Federico López Zafra, D. Antonio Lanseros, D. Javier Sánchez García y D. Alberto de la Confederación Hidrográfica del Guadiana, promotora de la Conducción de Agua desde ATS para incorporación de recursos a la Llanura Manchega; a D. Juan Manuel Fernández Ruiz, D. Rafael Gutiérrez de La Fuente, D. Francisco Navarrete, D. Felipe Méndez Segovia, D. Javier García Herrero, D. Eduardo Fernández Carmona, D. Raimundo Ruiz Sánchez y D. José Luis Aranda Platero de O.H.L., adjudicatarios de las obras; a D. Miguel Ángel Valero Tébar de la asistencia técnica en arqueología; Dña. Virtudes Sánchez, de la asistencia técnica de medioambiente; D. Martín Almagro Gorbea; D. José Manuel Abascal Palazón, Dña. Rosario Cebrián Fernández y D. Ignacio Hortelano Uceda, de la Dirección Arqueológica del yacimiento y del Parque Arqueológico de Segóbriga; D. Antonio Madrigal Belinchón y D. Enrique Daza Pardo, técnicos arqueólogos de la Dirección General de Patrimonio Cultural de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha; D. Juan Manuel Millán y Dña. Concepción Rodríguez Ruza, del Museo de Cuenca y, por último, a todos los trabajadores que han participado en los trabajos arqueológicos, desde los técnicos a los peones arqueológicos, sin cuyo esfuerzo no sería posible la publicación de estos trabajos.

Antonio Malalana Ureña - Jorge Morín de Pablos

ÍNDICE I. DESCRIPCIÓN DEL PROYECTO CONSTRUCTIVO 1. CONDUCCIÓN PRINCIPAL 2. LA CONDUCCIÓN EN ERMITA DE MAGACEDA

II. EL MEDIO FÍSICO 1. CONTEXTO HIDROGEOGRÁFICO 2. DESCRIPCIÓN DE LOS MATERIALES GEOLÓGICOS DEL ENTORNO DEL YACIMIENTO DE CASAS DE LUJÁN 3. DESARROLLO DE LA RED FLUVIAL EN EL ENTORNO DE ERMITA MAGACEDA

III. ESTUDIO HISTÓRICO-ARQUEOLÓGICO 1. EL TERRITORIO CONQUESE COMO ESPACIO DE LUCHAS ENTRE CASTILLA FRENTE A LOS IMPERIOS MAGREBÍES 2. ERMITA DE MAGACEDA: EVOLUCIÓN HISTÓRICA 3. MAGACEDA UN ENCLAVE DE COLONIZACIÓN FRUSTRADO

IV. LA INTERVENCIÓN ARQUEOLÓGICA 1. ANTECEDENTES 2. EXCAVACIÓN ARQUEOLÓGICA 3. DESCRIPCIÓN DE LAS ESTRUCTURAS EXCAVADAS 4. FICHAS DE UNIDADES ESTRATIGRÁFICAS

V. LA CULTURA MATERIAL 1. DESCRIPCIÓN DEL MATERIAL ARQUEOLÓGICO 2. INVENTARIO DE MATERIAL 3. LÁMINAS DE MATERIALES

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VI. EL MODELO ECONÓMICO DESARROLLADO EN EL VALLE DEL CIGÜELA ENTRE FINALES DEL SIGLO XII Y PRIMERA MITAD DEL XIV. AGRICULTURA, GANADERÍA Y MANUFACTURAS

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VII. ANEJO ESTUDIO ARQUEOZOOLÓGICO

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VIII. BIBLIOGRAFÍA

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I. DESCRIPCIÓN DEL PROYECTO CONSTRUCTIVO Las obras correspondientes a esta 1ª FASE constan de un depósito regulador de cabecera, una conducción principal que discurre por el borde Norte del acuífero de la Mancha Occidental y los ramales secundarios de distribución. La 2ª FASE exige una segunda conducción principal que discurre paralela a la anterior, previsiblemente hasta las inmediaciones de Quintanar de la Orden, para desde aquí dirigirse más hacia el Este y hacia el Sur bordeando el acuífero hasta el embalse de Vega del Jabalón o Puertollano. La interconexión con los ramales secundarios de la fase anterior da lugar a una red mallada. Era ineludible iniciar una serie de acciones de carácter urgente y perentorio encaminadas a satisfacer las demandas preferentes de la 1ª FASE. El proyecto que nos ocupa define la disposición general del sistema hidráulico asociado a tal fin, y define, a nivel constructivo, los elementos esenciales de la infraestructura hidráulica necesaria en una 1ª etapa: a. Depósito regulador de cabecera. b. Conducción principal. c. Ramal secundario al embalse de Gasset desde el cual se abastece la Mancomunidad de Ciudad Real. d. Casetas de derivación de los ramales secundarios. La segunda etapa de esta 1ª FASE será motivo de otros proyectos a fin de completar la red total con: e. e) Ramales secundarios de distribución. En el momento presente se consideran prioritarios los ramales a Puertollano y Manzanares-Valdepeñas que están siendo objeto de estudio por las Administraciones competentes. f. f ) Ramales de conexión con depósitos reguladores, estaciones depuradoras y embalses de regulación. La construcción de las obras correspondientes a esta 1ª FASE urgente se ha llevado a cabo escalonadamente, en etapas sucesivas, pero de manera continuada.

Ermita de Magaceda

Conducción principal: A efectos de definición se ha subdividido en dos tramos consecutivos: Tramo I. La longitud es de 16,115 km., desde el origen, aguas abajo del caseta de toma en Valdejudíos, hasta el río Gigüela. Diámetro 1.700 mm. Tramo II. La longitud total es de 105,060 km. (Diámetros 1700 a 1500 mm) Empieza en el final del tramo anterior y finaliza en una caseta de válvulas, situada en las inmediaciones de la carretera CR 202 en su intersección con la nacional N-420, al sur de Puerto Lápice.

1. CONDUCCIÓN PRINCIPAL El esquema inicial del Proyecto estaba basado en la posible construcción previa del embalse de La Garita, sobre el río Gigüela, como elemento regulador, en cabecera, de las aportaciones derivadas del Acueducto Tajo-Segura. Complementariamente, se dispondría una tubería, a modo de by-pass, que enlazaría directamente el ATS con la conducción principal con origen en La Garita. Dado que las obras correspondientes a la primera fase se ha llevado a cabo con carácter urgente, no pueden supeditarse a la puesta en explotación del embalse de La Garita, cuya construcción, por otra parte, está supeditada al cumplimiento de importantes premisas técnicas, económicas y ambientales sobre las que en la actualidad existen razonables dudas para su logro. En consecuencia, esta Fase 1ª exige un depósito regulador de cabecera de mediana capacidad con dos funciones esenciales: por una parte permitir derivar el agua del ATS acomodándose al régimen de explotación de éste y, por otro lado, constituir una reserva mínima que garantice el abastecimiento durante un plazo de 1,5 a 2 meses. Se ha encontrado una cerrada y vaso asociado a ella en el cauce del río Valdejudíos, afluente del Gigüela, en una zona cercana al punto de derivación y toma del acueducto Tajo-Segura. La cuenca propia es de 40 km2. La cota de máximo nivel es la 862,50, suficiente para crear un embalse útil de 5,30 hm3 y suficiente para que con nivel mínimo se pueda pasar un collado de obligado paso en esta zona alta, y también suficiente para llegar por gravedad a todos los centros de consumo. Para fijar el trazado de las conducciones se ha efectuado previamente un estudio geológico general de la zona, y un reconocimiento de campo, con vistas a minimizar las afecciones de todo tipo. De esta manera se ha definido un corredor de una anchura media de 2 km. sobre el que se ha trabajado en una etapa posterior, una vez efectuado el vuelo y restitución de planos a escala 1:5.000. Se han seguido los siguientes criterios generales: 1) Desarrollar el trazado sensiblemente paralelo a carreteras y caminos. 2) Separarse de cauces naturales y evitar sus cruces en la medida de lo posible. 3) No afectar a las lagunas, humedales y zonas protegidas y de interés arqueológico 4) Rodear las poblaciones, alejándose del casco urbano y áreas de posible ampliación.

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Descripción del proyecto constructivo

La elección final del trazado, dentro del corredor, se ha efectuado con criterios hidráulicos y económicos, limitando la profundidad de las zanjas y la proliferación de puntos altos. El trazado de la conducción se sitúa sobre terrenos dedicados fundamentalmente a cultivos de olivo, vid y secano. La elección del trazado se ha basado en un estudio de la calidad ecológica y fragilidad del medio, del que se han obtenido las áreas de menor impacto ambiental. Para ello se ha empleado un Sistema de Información Geográfico (GIS), apoyado en la restitución de las fotografías aéreas, lo que ha permitido encajar una solución de mínima afección a los ecosistemas de interés ecológico de la región. La minimización del impacto ambiental ha sido el mayor condicionante en la elección de la traza. La longitud total de la conducción principal es de 121,2 km. El primer tramo se desarrolla por la margen derecha del arroyo Valdejudíos, cercano a la carretera de Carrascosa del Campo a Saelices, alejada del trazado del ATS, en cuyas inmediaciones se encontraron restos arqueológicos durante su construcción. El tramo siguiente tiene un trazado obligado para pasar por un collado existente (cota 854), en la divisoria entre el arroyo Valdejudíos y el río Gigüela. En este punto alto se ha proyectado una chimenea-ventosa, sobre la ladera, enterrada en zanja. Desde este collado, el trazado desciende hasta el río Gigüela (cota 773), pasando a la margen izquierda. En este tramo se ha evitado cualquier interferencia con el área arqueológica de las ruinas romanas de Segóbriga. El siguiente tramo, de unos 15 km. de longitud, se desarrolla por el valle del río Gigüela pasando alternativamente de una margen a otra en dos ocasiones. No existe otra alternativa para el trazado por razones topográficas. Dentro del valle la conducción se ha dispuesto lo más alejado posible del cauce, en el borde más alejado de la terraza, al pie de las abruptas laderas, ya sea en una u otra margen. Una vez fuera del valle (PK 15,900) la conducción se independiza del curso de río Gigüela al cual no vuelve a cruzar hasta el PK 82,21, en las inmediaciones de Herencia. Este gran tramo discurre, en general, paralelo a las carreteras de la zona y caminos ya existentes, y alejado de las lagunas de este sector: los Charcones, en Miguel Esteban, y las existentes en el entorno de Alcázar de San Juan. Esta población se circunda por el norte y el oeste, evitando la zona industrial y las playas de vía del ferrocarril. Existe, no obstante, el cruce obligado de éste, y otro cruce con el oleoducto. También se ha previsto, en este tramo la futura variante de la carretera N-301, en las inmediaciones de Quintanar de la Orden, disponiéndose la conducción por la parte oeste, es decir, exterior a la variante. Una vez cruzado el Gigüela, PK 82,21 existen 2 trazados alternativos: uno siguiendo el cauce hasta Villarrubia de los Ojos, y otro, que consiste en independizarse del río pasando por el collado de Cerro Navajo (cota 710). Se ha elegido este último que ofrece ventajas medioambientales y además la posibilidad de disponer una chimenea -ventosa de fácil construcción, alojada en zanja cubierta, en las laderas de las montañas circundantes. Desde el punto de vista hidráulico resulta muy interesante.

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Ermita de Magaceda

La conducción principal acaba después del cruce de la carretera N-420, de Puerto Lápice a Ciudad Real. Aquí se proyecta una caseta para las derivaciones a Puerto Lápice, hacia la zona sur y Puertollano, y hacia el embalse de Gasset.

2. LA CONDUCCIÓN EN ERMITA DE MAGACEDA La intervención arqueológica en el yacimiento de Ermita de Magaceda se efectuó en una zona de obra que discurre en paralelo a la carretera comarcal entre Pozorubio y Villamayor de Santiago, concretamente entre los PP.KK. 1+400-1+800 y 2+100-2+180. La obra civil ejecutada consistió en un tramo de tubería de 1.800 mm., excavado en la llanura de inundación del arroyo Valdejudíos.

Trabajos de zanjeo en el área de Ermita de Magaceda.

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Descripción del proyecto constructivo

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II. EL MEDIO FÍSICO

1. CONTEXTO HIDROGEOGRÁFICO La zona de estudio se encuadra dentro de la llanura aluvial en la margen izquierda del propio río Gigüela en su curso medio, cuya cuenca pertenece a su vez a la parte nororiental de la Cuenca Hidrográfica del río Guadiana, concretamente a la Cuenca Alta del Guadiana. Dicha cuenca alta se sitúa en la Submeseta Sur Peninsular, ocupando parte de las provincias de Toledo, Cuenca, Albacete y Ciudad Real dentro de la zona centro de la Comunidad de Castilla-La Mancha, conocida también como la comarca interprovincial de La Mancha Alta. Esta altiplanicie comprende en su mayor extensión los territorios que se encuentran entre las cabeceras de los principales afluentes del Guadiana en su vertiente norte, como son los ríos Záncara, Gigüela y Riánsares, además del río Algodor afluente del Tajo (ver figura 1). Pese a ser el cuarto río más largo de la Península Ibérica el Guadiana presenta un escaso caudal (caudal medio 26 m³/s), siendo el décimo en esta valoración, caracterizándose además por una gran irregularidad interanual y una estacionalidad muy acusada. El régimen de los ríos que constituyen la Cuenca Alta del Guadiana, como el Gigüela, es netamente pluvial ya que sus caudales máximos están condicionados por los periodos de mayor pluviosidad que en su caso son los meses de diciembre, enero y febrero, siendo su periodo de estiaje muy acusado y largo. Este fuerte contraste se debe también a la escasa pluviosidad de su cuenca y a las elevadas temperaturas estivales que originan una fuerte evaporación. Otra razón de su régimen es la poca altitud a la que se producen sus nacimientos ya que las montañas de donde manan son relativamente bajas y al discurrir por la planicie manchega los perfiles longitudinales de dichos ríos van a tener una pendiente muy baja. Los sistemas montañosos de donde surgen los afluentes principales conforman el límite de la divisoria de la cuenca hidrográfica del Alto Guadiana. Así los Montes de Toledo constituyen el límite septentrional con alturas que rondan los 1.400 m, mientras Sierra Morena hace límite al sur con altitudes en torno a los 1.000 m y

Ermita de Magaceda

las estribaciones de algunas sierras del Sistema Ibérico como la Serranía de Cuenca hacen de límite al este con alturas que apenas superan los 1.000 m. Se trata de una red bien desarrollada en los bordes del territorio pero que se difumina paulatinamente cuando estos ríos atraviesan la Llanura Manchega coincidiendo con una de las zonas de mayor concentración de aguas subterráneas. En esta comarca las escasas pendientes favorecen la existencia de numerosas zonas húmedas como las Tablas de Daimiel o la Laguna del Hito situada entre las poblaciones de Montalbo y El Hito, aguas arriba del Gigüela. Según se indica en el “Estudio general de la Demarcación Hidrográfica del Guadiana”, dicha cuenca presenta un clima mediterráneo continentalizado, con una estación seca muy definida y marcadas oscilaciones térmicas. Las precipitaciones registran un valor medio anual de 550 mm que se distribuyen de forma heterogénea en función de cada zona, siendo de unos 350 mm en la Llanura Manchega. El contexto geológico donde se encuadra la zona de estudio queda enmarcado en el extremo oriental de la Depresión o Cuenca Meso-terciaria del Tajo, entre las alineaciones de las sierras

Figura 1. Situación general de la zona de estudio dentro de la Cuenca Hidrográfica del Guadiana (CHG) y su localización más exacta en el extremo septentrional de la Cuenca Alta del Guadiana.

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El medio físico

mesozoicas que componen la Sierra de Altomira, localizándose sobre los depósitos terciarios que rellenan las pequeñas subcuencas que quedan entre las alargadas elevaciones mesozoicas. Estos depósitos terciarios se encuentran en una zona intermedia situada entre la Cuenca de Loranca (al este) y la Cuenca de Madrid (al oeste), con lo que la potencia de los depósitos es relativamente pequeña, correspondiendo a los depósitos que conforman parte de la Serie Superior Tabular (plegada localmente en los bordes) atribuida al Neógeno (Mioceno y Plioceno). En esta zona no aparecen los depósitos de la Serie Inferior, con unidades plegadas y atribuidas comúnmente al Paleógeno (Eoceno y Oligoceno). La Cuenca del Tajo y la propia de Madrid representa una cuenca continental cerrada intraplaca generada por deformación alpina, rodeada por el Macizo o Zócalo hercínico (Sistema Central y Montes de Toledo) desde el norte hasta el suroeste, y por los macizos mesozoicos (Cordillera Ibérica y Sierra de Altomira) desde el noreste hasta el sureste (ver figura 2). La individualización de las subcuencas de Madrid y de Loranca se produjo por el levantamiento de la Sierra de Altomira, que es un cinturón estrecho de pliegues y cabalgamientos que verge hacia el Oeste con una dirección general N-S, y que comenzó a emplazarse al final del Paleógeno. La Depresión Intermedia es, al menos para las unidades inferiores, una cuenca piggy back, generada durante la Orogenia Alpina según una tectónica que se nuclea a favor de una falla en el basamento por una accidente central, que es el Anticlinal de Trillo-Pareja-Huete-Carrascosa (Alonso-Zarza et alii., 2004). Otra característica que condiciona la composición de los depósitos que rellenan la Cuenca de Loranca y la distinguen de la de Madrid, es que proceden de la erosión y transporte de las rocas sedimentarias mesozoicas mayoritariamente carbonáticas y algunas arenosas (como las de utrillas), además de los propios depósitos paleógenos. Otros depósitos mesozoicos como los yesos del Lías inferior y en menor proporción los del Keuper, serán disueltos y resedimentados en áreas palustres y lacustres de la Depresión, dando lugar a los yesos bioturbados (Elizaga et alii., 1998). La topografía general de la zona de estudio está en gran parte influenciada por el proceso de incisión cuaternaria de la red de drenaje principal, asociada al río Gigüela y al Riansares. Este proceso comienza en edades plio-cuaternarias y se realiza a favor de la Mesa de Ocaña, de las Superficies del Páramo y de las alineaciones de la Serranía de Cuenca como la Sierra de Altomira, quedando los cursos fluviales encajados o condicionados por estas unidades geomorfológicas. La Mesa de Ocaña se localiza a unos 25 km al oeste de la zona de estudio y esta plataforma hace de divisoria con la Cuenca Hidrográfica del Tajo. Las Superficies del Páramo aparecen en varios retazos contiguos a la zona de estudio donde se ubica el yacimiento arqueológico. Al pie de estas plataformas o sierras y a favor de las pendientes, se generan mantos de arroyada conocidos como depósitos de glacis o derrames, que conectan las zonas altas con los depósitos de las terrazas fluviales asociadas a los valles de los ríos. La Depresión Intermedia o Cuenca de Loranca se sitúa entre los sistemas montañosos de la Sierra de Altomira y la Serranía de Cuenca (Cordillera Ibérica). Estratigráficamente el relleno de dicha cuenca incluye dos series sedimentarias distintas: Serie Inferior, con unidades ple-

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Ermita de Magaceda

gadas y atribuidas comúnmente al Paleógeno (Eoceno y Oligoceno), y Serie Superior Tabular (o plegada localmente en los bordes) atribuida al Neógeno (Mioceno y Plioceno). La zona de estudio se encuentra en la zona intermedia entre la Cuenca de Madrid y la Depresión Intermedia o Cuenca de Loranca localizándose entre las lineaciones centrales de la Sierra de Altomira. Según indican Alonso-Zarza et alii. (2004), el registro estratigráfico de la cuenca ha permitido distinguir tres unidades paleógenas y una unidad neógena compleja dividida en cuatro ciclos. Los depósitos originados durante el Paleógeno se dividen en tres grandes unidades tectosedimentarias, cuyos estratos posteriormente son plegados y suelen aparecer a techo de los materiales mesozoicos, asociados a los últimos episodios de deformación relacionados con

Figura 2: Marco geológico y geomorfológico general para la zona de estudio. - A: Fosa o Cuenca del Tajo dentro de la Península Ibérica. - B: Depresión Intermedia dentro de la Cuenca del Tajo. Modificado de Pérez-González (1994). - C: Mapa geológico general de la Cuenca de Madrid y Depresión Intermedia, localizando la zona de estudio

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El medio físico

la orogenia alpina que origina las elevaciones del Sistema Ibérico. Estos materiales aparecen asociados a las zonas externas de los anticlinorios que constituyen los distintos afloramientos alineados de la Sierra de Altomira. Todo el Neógeno de la Depresión Intermedia se incluye en la Unidad Terminal (García Abad, 1977), que abarca cuatro ciclos (Torres y Zapata, 1986). t

El Primer Ciclo Neógeno se deposita según una discordancia con paleorrelieve sobre materiales más antiguos en zonas plegadas y definiendo una ruptura sedimentaria con la Unidad Detrítica superior en zonas centrales de la cuenca. Está compuesta por conglomerados, areniscas grises y negras en sondeo, lutitas, yesos bioturbados y detríticos como los que aparecen en los alrededores del anticlinal de Carrascosa. Otros materiales que caracterizan este ciclo son las calizas y arcillas de neoformación (sepiolitas de Pareja). Se interpretan, en su conjunto, como depósitos de abanico aluvial agradando a una zona central lacustre con su depocentro entre Huete y Pareja. De acuerdo con datos de sondeo, su potencia máxima es de 350 m. Su edad es Ageniense superior-Aragoniense medio.

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El Segundo Ciclo Neógeno se deposita según una discordancia con paleorrelieve sobre materiales más antiguos en zonas plegadas o definiendo una ruptura sedimentaria con el ciclo anterior en zonas centrales de la cuenca. Sus caracteres litológicos son similares a los del primer Ciclo Neógeno pero predominan los carbonatos sobre los sulfatos. En Córcoles se desarrolla una zona palustre carbonatada con importantes anomalías geoquímicas ligadas a aguas epitermales. La edad de la unidad es Aragoniense medio-Vallesiense. La potencia máxima es de unos 200 m. En la zona de estudio aparecen materiales detríticos asociados a este ciclo.

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El Tercer Ciclo Neógeno se corresponde con las “Calizas del Páramo”. Hacia la base de estas calizas se observan las arenas de la “red fluvial intramiocena”, constituida por conglomerados y arenas con paleocorrientes de dirección E-O. Por criterios regionales, Torres et alii (1984) le atribuyen una edad Vallesiense-Turoliense. Su potencia se estima en unos 50 m.

Seguidamente en el Plioceno comienza un aumento de las condiciones de aridez que junto con sucesivos impulsos tectónicos provocó el arrasamiento erosivo de las superficies que caracterizan al Páramo y más tarde el establecimiento de los niveles de Rañas en el norte de la cuenca, la Mesa de Ocaña al sur y de otras superficies erosivas desarrolladas sobre los depósitos detríticos miocenos, iniciándose el periodo erosivo y la desmantelación de estas superficies por la continua incisión de los principales cauces fluviales a favor de zonas de debilidad, de los contactos entre materiales de distinta resistencia y de las alineaciones de fallas reflejadas en superficie pero frecuentemente producidas en el basamento de la cuenca. Posteriormente en el Cuaternario el clima se enfrió, produciéndose una incisión de la red de drenaje (valles) y adquiriendo la morfología del paisaje un aspecto muy parecido al actual, quedando los depósitos y formas originados en esta época en zonas muy localizadas, a favor de las áreas de influencia de los ríos y arroyos, como es el caso en la zona de estudio del río

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Ermita de Magaceda

Gigüela y de sus tributarios. Asociados a las vertientes de los valles se generan depósitos de derrame o glacis, coluviones, o los materiales más importantes asociados a los antiguos cursos de los ríos como son las terrazas fluviales, que pueden datarse desde el Pleistoceno inferior hasta el Pleistoceno superior y Holoceno, documentándose históricamente frecuentes hallazgos arqueológicos y paleontológicos. El yacimiento de Ermita de Magaceda se encuentra en la margen izquierda del río Gigüela fuera de su llanura aluvial.

2. DESCRIPCIÓN DE LOS MATERIALES GEOLÓGICOS DEL ENTORNO DEL YACIMIENTO DE ERMITA DE MAGACEDA II Para la descripción y numeración de los distintos materiales geológicos que conforman el entorno inmediato del yacimiento, se ha tomado como referencia la descripción de los materiales de la leyenda y la cartografía geológica de Sistema de Información de Cartografía Geológica Continua (SIGECO) del IGME.

Figura 3. Cartografía geomorfológica de los depósitos fluviales del Gigüela en el entorno de las zonas de excavación de la Ermita de Magaceda.

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El medio físico

- Sustrato geológico terciario: El yacimiento de Ermita de Magaceda se localiza sobre materiales detríticos neógenos correspondientes a arcillas, limos rojos y margas donde también pueden aparecer arenas en la base. Estos materiales afloran al pie de las laderas del valle, situándose por debajo de los depósitos de la llanura aluvial. Tienen una edad correspondiente al Mioceno medio (Aragoniense medio y superior) y se interpretan como facies de margen lacustre. - Depósitos cuaternarios: Las zonas de excavación pueden estar afectadas por los sedimentos asociados a la circulación de algún arroyo secundario y por los depósitos asociados a derrames o coluviones a pie de ladera. - Estos materiales aparecen tapados por las arenas arcillosas marrones con alto porcentaje en restos vegetales que componen el suelo vegetal actual. Estos materiales forman parte de la interacción entre los derrames de ladera y los periodos de avenida del propio Gigüela.

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Ermita de Magaceda

3. DESARROLLO DE LA RED FLUVIAL EN EL ENTORNO DE ERMITA MAGACEDA El yacimiento arqueológico de Ermita de Magaceda se encuentra en la margen izquierda del valle del río de Gigüela, dentro de su tramo medio, a unos 20 km aguas abajo del entorno de Segóbriga, presentando una dirección suroeste. El río Gigüela tiene una longitud de 225 km y nace unos 35 km aguas arriba de la zona de estudio, cerca del puerto de Cabrejas a 1.080 m de altitud. Este río presenta un régimen netamente pluvial dependiente de la fuerte estacionalidad de las precipitaciones llegando a quedar seco en algún mínimo mensual. Es posible que este régimen se haya mantenido a lo largo de la historia de los asentamientos humanos en el valle, si bien hay que tener en cuenta las variaciones climáticas que han ocurrido a lo largo de la historia y en concreto durante el periodo romano. Dentro de los datos disponibles de régimen de caudales superficiales circulantes se pueden citar los registrados en la estación de aforos nº 201 situada en el Gigüela dentro del municipio de Quintanar de la Orden (nº 201) que se encuentra unos 43 km aguas abajo. Estos datos anuales corresponden a las medias recopiladas entre los años 1921/22 y 1981/82, en donde la aportación media es de 50,78 hm³/año, el coeficiente de escorrentía es 0,07 y los caudales medios de la serie son: el máximo 8,56 m³/s; el medio 1,64 m³/s y el mínimo es 0,00 m³/s, lo que hace pensar en el régimen extremo de estacionalidad de los caudales del río Gigüela y también de sus afluentes. Esta comarca tiene un clima mediterráneo continental, con 12ºC de temperatura media anual, con mínimos que pueden llegar a los -15ºC y a máximos de 20ºC en invierno y 43 ºC en verano. La precipitación media anual se encuentra en torno a los 500 mm y la evapotranspiración potencial media anual es del orden de los 725 mm. La red hidrográfica actual empezó a instalarse a finales el Plioceno, con la consiguiente disección del relieve, al tiempo que se producía su basculación hacia el oeste. Ya durante el Pleistoceno se afianza el encajamiento de la red principal con ríos como el Guadiana, Riansares y Gigüela y se inicia el de la red secundaria con sus arroyos tributarios. El encajamiento de la red hidrográfica afecta desde los relieves mesozoicos de la Sierra de Altomira, aflorantes en el cerro donde se localiza el yacimiento de Segóbriga, Cabeza del Griego o la población de Saelices, hasta los materiales terciarios que componen el techo del relleno de la Cuenca de Madrid y de la Depresión Intermedia como son las calizas que componen las Superficies del Páramo del entorno del Gigüela. El yacimiento de “Ermita de Magaceda” se sitúa a unos 20 km al suroeste de la ciudad de Segóbriga. Se sitúa en la margen izquierda del río Gigüela en una zona externa a la propia llanura aluvial. La zona de estudio se sitúa muy próxima a la Ermita de Magaceda, localizándose las zonas de excavación al noroeste y suroeste de dicho emplazamiento, en la margen izquierda del río Gi-

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güela, coincidiendo con dos zonas de desagüe de las laderas de esta margen fluvial. Esta zona se encuentra en el entorno del PK 7 de la carretera CM-200 entre Pozorrubio y Villamayor de Santiago. La zona de excavación se localiza en un tramo de cerca de 1 km donde la propia llanura de inundación se estrecha desde los 350 m a la altura del P.K. 66 de la carretera CM-310 hasta los 100 m en el entorno del yacimiento aproximadamente en el P.K. 64+800, manteniendo esta medida hasta pasar el Puente con la CM-3011. Estos estrechamientos se producen cuando el curso fluvial atraviesa los afloramientos mesozoicos de las alineaciones de la Sierra de Altomira.

III. ESTUDIO HISTÓRICO-ARQUEOLÓGICO La investigación arqueológica en Cuenca se ha centrado en el estudio casi exclusivo de unos pocos períodos, fundamentalmente la edad del Bronce, del Hierro y la época romana. El desconocimiento sobre las épocas anteriores (y también las posteriores desde un punto de vista arqueológico) se ha debido principalmente a la poca visibilidad de los yacimientos, que ha causado que éstos hayan pasado desapercibidos y a la falta de investigaciones científicas dirigidas a otros períodos. Las escasas prospecciones realizadas en la provincia no han paliado esta desinformación, puesto que la falta de presupuestos ha hecho que estuvieran muy dirigidas a la búsqueda de ciertos yacimientos, como en el caso de la edad del Bronce los situados en alto (Díaz-Andreu, 1994, 17-18). Los materiales más antiguos de esta comarca se vinculan con unos cantos trabajados y raederas aparecidas en las terrazas del río Júcar entre los pueblos de La Hinojosa y Olivares del Júcar, que se podrían datar, por su aspecto poco evolucionado, en el Paleolítico Inferior y Medio (Martínez Navarrete, 1975 y 1977: 108-110). Las hachas pulimentadas son materiales de cronología entre el Neolítico y la Edad del Bronce. A esta última época pertenecen por lo menos las piezas encontradas en los yacimientos de El Recuenco (Cervera del Llano) y la cueva de El Fraile (Saelices), si estas últimas provienen de la misma cueva, lo que es posible (Capelle, 1893), aunque si proceden de los alrededores, como el mismo Capelle (1894) informa “[existe] muchedumbre de hachas tan pequeñas que apenas miden 203 mm., que se encuentran en los campos vecinos de la cueva”, serían seguramente de cronología calcolítica (Díaz-Andreu García, 1994). Barrera y Martínez Navarrete (1980) publicaron 16 útiles pulimentados de La Mancha, de los que se desconoce en la mayoría de los casos el contexto en el que fueron encontrados. Los autores clasifican este conjunto en hachas, mazos y diversos. Al primer grupo pertenecen las encontradas en la cueva de El Fraile (Saelices), Los Terrones (Tébar), Las Majadillas (Huerta de La Obispalía), El Recuenco (Cervera del Llano), Valcuervo (Valparaíso de Abajo) y varias de pro-

Ermita de Magaceda

cedencia indeterminada de los términos municipales de La Hinojosa y Tarancón. Según Barrera y Martínez Navarrete (1980) han de considerarse como mazos dos piezas procedentes de Valparaíso de Abajo y de la cueva de Segóbriga de Saelices. En este último yacimiento y de El Recuenco de Cervera del Llano se han recogido los dos diversos. Entre los años 1000 y 500 a.C. se suceden una serie de oleadas de pueblos indoeuropeos y mediterráneos que configuran el poblamiento prerromano de ésta. Son poblados en llano, sitos en el sector endorreico, caracterizado por las inundaciones ocasionales y la composición salina del suelo. La superficie media ronda los 581 metros cuadrados y son de carácter funcional, propio de la temporalidad de su ocupación. Se localizan en las zonas más fértiles y asequibles del territorio, aprovechando cursos de agua estables y manantiales, dominando un valle o paisaje abierto. Estos minúsculos asentamientos en llano se encuentran en dependencia directa de un poblado de altura que centraliza el poder: Segóbriga, Valeria y otros de ubicación incierta. Estos poblados en altura, escasos, en un principio, se sitúan en lugares que ofrezcan las mejores defensas naturales, con sencillas murallas adaptadas al terreno o un simple muro cerrado al exterior por la parte trasera de las casas. A partir del s. IV a. C, se generaliza la tendencia a establecer poblados fortificados en lugares estratégicos, que controlan amplios territorios y ejes de comunicación. Conocida es la necrópolis de Alconchel de la Estrella que pervivió hasta el s. I. a, C. asociada a un núcleo urbano, y la de Las Madrigueras, de Carrascosa del Campo. Sin salir del área celtíbera, hay que delimitar el territorio de los Olcades. Por lo que respecta a los Lobetanos, ya hemos dicho que su territorio es sólo el de su ciudad, por lo que se tratan más abajo. Los Olcades se han considerado tradicionalmente como un pueblo prerromano asentado en la provincia de Cuenca, con lo que se integrarían en su territorio ciudades como Segóbriga y Valeria. Su localización exacta no es posible por la escasez de datos, aunque por el momento nada contradice esta interpretación. Polibio (Hist. 3,13,5) dice que Althea era la más fuerte de sus ciudades, y Livio (21, 5, 2) menciona entre ellas a Cartala. A los Olcades se les ha ubicado tradicionalmente en la submeseta oriental. Las fuentes los mencionan en relación con los acontecimientos de la Segunda Guerra Púnica. Con posterioridad a estos episodios se pierden las noticias sobre ellos no sólo en fuentes posteriores, lo que podría explicarse por un cambio en la terminología romana al uso, sino también en los propios relatos de Livio y Polibio sobre la conquista romana. La explicación tiene que estar en el propio concepto romano de Celtiberia y de sus habitantes, que no reciben un tratamiento uniforme ni con criterios claros. Los Olcades parecen formar parte del conjunto de los Celtíberos (o de lo que Roma ha transmitido como Celtíberos); durante la Segunda Guerra Púnica, como aliados de los cartagineses, primero y sometidos por ellos después, muestran un comportamiento individualizado e interesan a Roma por su carácter guerrero y potencial peligrosidad. Desde el comienzo de la conquista romana, y como resultado de la falta de iniciativas hostiles (lo que no descarta acciones contra alguna ciudad), los Olcades dejan de tener interés para el invasor y pierden su identidad en las fuentes. El caso no es aislado, y parece tener bastantes semejanzas con el de los Carpetanos. Ambos mantienen parecidas relaciones con los cartagineses, según

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Estudio histórico-arqueológico

refieren Livio y Voltio, y ambos dejan de mencionarse como etnia desde el principio de la conquista romana, compartiendo en las fuentes esa aparente desintegración étnica que otorga protagonismo a sus cívitates. En el caso de los Carpetanos, este proceso ha llamado menos la atención porque se sigue utilizando el término geográfico de “Carpetanias”. El territorio de los Carpetanos era Carpetania, el de los Olcades, Celtiberia. Con la conquista de estas tierras llevada a cabo por Tiberio Sempronio Graco en el año 179 a.C, la romanización dejó sus huellas en Cuenca. La riqueza de la tierra, y las posibilidades de explotación económica fueron el móvil que condujo al pueblo romano hasta ellas. Hacia el año 151 a. C. toda la Carpetania figura plenamente romanizada. La conquista del territorio significará su reordenación para articularlo en el engranaje del Imperio, y la implantación de un modelo colonial que destruye el antiguo sistema basado en el autoabastecimiento. Pacificada la zona, la población romanizada tendió a instalarse en la llanura y construyeron sus villas que no necesitaron murallas durante mucho tiempo (pax Augusta). Más tarde, la amenaza de las invasiones bárbaras obligaría a la fortificación. Se procedió al desmantelamiento de recintos amurallados y a la reutilización de los asentamientos en llano. Esta ocupación selectiva originó el abandono de ciertos enclaves quedando otros reducidos a sencillos vicos o pagui, como el poblado de Las Madrigueras, en Carrascosa del Campo. Los ubicados en las principales vías de comunicación son transformadas en verdaderas ciudades urbs y en el cruce de caminos se fundan civitas para articular las comunicaciones. Disponían, a la vez, de ciudades fortificadas, amuralladas y defendidas por fosos y torres, con guarnición que controla los caminos cada cierta distancia. En lugares estratégicos se alzaban sus fortalezas. La fundación de ciudades de nueva planta se decidió a finales de la época de César y la muerte de Augusto, entre 50 a. C. y 14 d. C. En época de Augusto, entre 27 a. C. y 14 d. C. se fundan Segóbriga, Valeria y Ercávica que seguirían operativas en época posterior cuando la Iglesia al evangelizar la zona, establece sedes episcopales en cada una de las tres comunidades humanas que controlaban: Segobricenses, Ercavicenses y Valerienses, sufragáneas de la sede episcopal de Toledo. Tras el 711, la España visigoda se desintegra y comienza a configurarse una nueva etapa histórica. Los musulmanes, tras una rápida y excesivamente fácil campaña militar, se hacen con casi todo el territorio peninsular, pese a que el proceso de organización e islamización será lento y desigual, según las regiones. Entre los siglos VIII al X la organización territorial de la España musulmana fue variando. Sin embargo, hoy por hoy no es posible elaborar una relación completa de las coras o provincias de al-Andalus. Dicho esto, el territorio andalusí diferenciaría las regiones en función de su localización en la frontera o lejos de ella. Territorialmente, la provincia de Cuenca se integraría en la kora o pais de Santaver, gobernado por los Banū Ḏī-l-Nῡm, y en donde sobresalen lugares como Santaver, la capital, Huete, Zorita, Uclés o Cuenca. El distrito, que cuenta con una extensión territorial considerable estaba habitada por bereberes en convivencia con residentes indígenas. El interés estratégico de este territorio se centra fundamentalmente en el control de las rutas del Tajo, tanto en las zonas

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Ermita de Magaceda

cercanas a Toledo, en donde destaca Zorita. Una de estas vías era la que conectaba Córdoba, pasando por Toledo, y Zaragoza. Gracias al itinerario, tanto a la ida como a su regreso, seguido por ‘Abd ar-Raḥmān III en la campaña de Zaragoza del 935, podemos hacernos una idea de los enclaves que formarían parte de este extenso territorio. A lo largo de esta marcha se enumeran una serie de lugares que pertenecerían a Santaver, como Landete (/DQGíଣ), Villel (%LOOÃO), Teruel (7íUZÃO), Huete (:DEૅD) y Uclés (8TOíģ). Otros puntos de interés fueron Šanta Mariya, Zorita (Surita), Cuenca (4౺QND) o Huélamo (:ÃODP౺). Y, lógicamente la propia Santaver (ĢDQWDEDUL\\D). J. Vallvé cree, que en un principio, también debería incluirse en esta jurisdicción, además de la jurisdicción de al-Sahla de los %DQ౺ 5D]íQ%DU౺ģD, Medinaceli, Guadalajara y tal vez Calatayud (Vallvé, 1986: 309-310). A la ida, el camino hacia Zaragoza, la ruta de an-1ÃଙLU, partiendo de Córdoba, transitaría por la N౺UD de Jaén, acamparía en las lagunas de Ruidera, continuaría, por Balazote, atravesando la N౺UD de Tudmīr, a Chinchilla, a 4DQଣDUDWଢXUUXģ, en el Júcar, ya en la N౺UD de Valencia, a la Torre de Caudete, a DO%Dଣ૛ô, cerca de DO0DUĹ, a Rubwa, en el distrito de
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