Entropía y valor

July 26, 2017 | Autor: Amilcar Paris | Categoría: Karl Marx, Entropy, Erwin Schrödinger
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Descripción

Amilcar Paris Mandoki

31-Marzo-2013

Entropía y valor: El modo de producción capitalista como producción de entropía negativa De la pléyade de genios que ha producido la humanidad, el día de hoy quiero hablar de dos; Karl Marx y Erwin Schrödinger. Marx fue un filósofo y economista del siglo XIX que describió con una increíble precisión la lógica de la producción capitalista mientras que Schrödinger fue uno de los fundadores de la física cuántica que además buscó aplicar los principios de la física a nuestro entendimiento sobre la vida. Trataré de exponer una pequeña parte de cada postura para después sintetizarlas e intentar describir un aspecto del sistema de producción capitalista que se vuelve cada vez más amenazante. Vida y Entropía Permítanme comenzar con Erwin Schrödinger y la ley de la entropía. En su libro “What is life?” Schrödinger describe a la entropía como una medida del desorden atomístico en un cuerpo; un cuerpo con mayor nivel de desorden atomístico tendrá un mayor nivel de entropía. Por lo que hablar de entropía es equivalente a hablar de desorden. La entropía sigue a la ley de la entropía, que es la tendencia estadística que toda la materia en el universo tiene de pasar del orden al desorden. Esto es, con el tiempo la entropía tiende a aumentar; hay una tendencia universal e inevitable al desorden. Sin embargo, afirma Shrödinger, en el universo existe un tipo de materia que lucha en contra de esta tendencia; la materia viviente. Así la vida es el comportamiento de cierta materia, como ustedes y como yo, mediante el cuál a partir del orden existente, pospone su propia tendencia al desorden. Este comportamiento, sin embargo, no contradice la tendencia que tiene el universo al desorden, la vida no contradice la ley de la entropía. Shrödinger afirma que los organismos vivos continuamente participamos en procesos entrópicos, nos vamos desordenando con el tiempo, poco a poco acercándonos a nuestro estado de máxima entropía, que en otras palabras es nuestra muerte. La peculiaridad de la que gozamos es que logramos mantenernos vivos, logramos disminuir la

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entropía de nuestra materia, al aumentar la entropía de otra materia. Esto es, nos mantenemos vivos consumiendo entropía negativa que tomamos del ambiente; los organismos nos alimentamos de entropía negativa1. Los animales “superiores” nos alimentamos de componentes orgánicos ordenados, esto es, de materia viva, de otros animales y de plantas. Cada organismo se mantiene ordenado consumiendo orden de otro organismo y las plantas se mantienen ordenadas consumiendo luz solar mediante la fotosíntesis. Es así como logramos posponer la tendencia al desorden, es así como la vida se mantiene. Como vemos, Schrödinger nos describe dos tipos de tendencia, la tendencia general de toda la materia del universo que lleva del orden al desorden, la ley cero de la termodinámica, la tendencia hacia la entropía. Y la tendencia que tienen ciertos nichos de crear y mantener orden a partir de obtener orden de fuera, la vida, la tendencia hacia la entropía negativa. La objetividad en Marx Una vez descrita la postura de Schrödinger hagamos un salto a la descripción del sistema de producción capitalista en la obra de Karl Marx. La descripción hecha en El Capital se da desde la misma lógica del sistema capitalista, desde su propio logos. Marx quería describir al capitalismo como es y no como se manifiesta en la mente de los economistas, de los trabajadores o en los discursos a cerca del capitalismo. Lo

científicamente

revolucionario

de

esto

es

su

acercamiento

epistemológico, en otras palabras, los fundamentos en los que basa su conocimiento. Esto no está descrito cabalmente en el Capital pero Marx lo hizo en unas notas que tenía en su escritorio las cuales había titulado “Tesis sobre Feuerbach”. En estas tesis Marx inicia contraponiendo dos tradiciones epistemológicas, empirismo e idealismo. Estas son dos tradiciones que describen de manera distinta el conocimiento; por ejemplo ver una manzana y saber que es una manzana. Para la tradición empirista, somos pasivos, vemos una manzana y

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Ibíd. p.71

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ésta es la que se nos revela como tal, el hecho de percibirla implanta el objeto en nuestra mente. Somos una especie de tabula raza en la que se van imprimiendo los objetos que nos encontramos en el mundo. En contraposición a ello están los idealistas, en específico Kant, quienes afirman que el conocer la manzana es una actividad. Los idealistas toman al hombre como sujeto de la realidad, como agente, y la manzana, el objeto de conocimiento, no lo es tal sino hasta que se determina como tal por nuestra mente, por su facultad de conocer. En otras palabras, para los idealistas el conocer es construir la manzana en nuestra mente. Pero esta es una actividad, afirma Marx, abstracta y limitada. Marx afirma que la verdad objetiva no se establece como una pasividad contemplativa ante el mundo ni como una actividad mental abstracta. La verdad objetiva se establece en la práctica, la verdad objetiva es el poder y la terrenalidad del pensamiento. La realidad, lo que las cosas son y por qué lo son, viene de la práctica. Marx afirma que para entender al mundo hay que entender la actividad humana y su esencia y la esencia humana son las relaciones sociales, su actividad es necesariamente social. Para entender al mundo como es, es necesario entender lo que son las relaciones sociales que en éste se implican y no limitarse a ver como es que el mundo se presenta ante los sentidos. El logos del capitalismo Una vez entendida la postura epistemológica de Marx puedo proceder a explicar el su descripción del sistema capitalista, la cuál inicia con aquello que se muestra externamente, el resultado de la producción; la mercancía. El primer aspecto de la mercancía que analiza es su capacidad de satisfacer necesidades, a esto se le llama su valor de uso. Marx parte del hombre como ser incompleto, ser con necesidades fisiológicas y mentales, y la mercancía se manifiesta en primera instancia como satisfactor de esas necesidades. Recordemos que Schrödinger describe a los seres vivos como seres en constante entropía. Así la entropía nos hace seres de necesidad, pues para mantenernos en la existencia necesitamos constantemente consumir entropía negativa. La ley de la entropía nos hace seres con una necesidad constante. Así

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podemos imaginar mercancías que contienen entropía negativa y que, como tienen la capacidad de satisfacer nuestra necesidad de consumir esa entropía negativa, son valores de uso. Al valor de uso, Marx le antepone el valor en cuanto tal, o valor. El valor representa una segunda objetividad de la mercancía, una segunda sustancia, una objetividad no sensible ni corpórea. Una mercancía, que necesariamente es "un valor de uso o un bien, por ende, sólo tiene valor porque en él está objetivado o materializado trabajo abstractamente humano"2. En contraposición al valor de uso establecido por el trabajo determinado del sastre, del carpintero, del tejedor, el valor

en

cuanto

tal

es

establecido

por

la

materialización

del

trabajo

abstractamente humano. Esta cualidad material, no corpórea, de la mercancía es lo que muestra la segunda objetividad; una objetividad de naturaleza puramente social, en contraposición a la naturaleza sensible, e histórico-social, que determina la objetividad del valor de uso. Una vez dado esto, no creo que sea muy descabellado afirmar que el trabajo consiste en ordenar al mundo externo, crear objetos ordenados a partir de otros objetos ordenados. En la siderurgia, por ejemplo, se parte de distintos elementos combinados desgastados y se van purificando hasta tener barras completas de un elemento puro (hierro, oro, cobre, plata). Si el trabajo consiste en ordenar al mundo, el valor en cuanto tal consiste en la cualidad de la mercancía de tener un tipo de entropía negativa en sentido abstracto. Digo un tipo de entropía porque, a veces el trabajo produce más entropía que la que había en sus insumos. Por ejemplo, cuando se mata a un complejísimo organismo viviente como un árbol para crear una cosa inerte y sencilla como una caja, la entropía aumenta. El árbol contenía menos entropía que la caja pues era una cosa más compleja y ordenada, y el cambio fue debido al trabajo. Pero recordemos que desde la postura epistemológica Marxiana la objetividad se determina por la actividad humana y por las relaciones sociales. Un árbol no tiene más valor que una caja porque en el proceso que produjo la

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Ibíd. p. 47

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entropía negativa del árbol no se involucró actividad humana, el proceso que produjo al árbol se encuentra fuera de la objetividad humana. Así la entropía negativa que es el valor es entropía negativa abstracta humanamente objetivada. Esto es, el valor es la cualidad que tiene un objeto de tener entropía negativa abstracta como consecuencia de la actividad humana. Veamos ahora como entran estas determinaciones en el sistema de producción capitalista. El sistema de producción capitalista se manifiesta como una forma de circulación de mercancías que se distingue de la forma tradicional. “La forma directa de la circulación mercantil es M-D-M, conversión de mercancía en dinero y reconversión de éste en aquélla, vender para comprar.”3 En el modo de producción capitalista encontramos una segunda forma de circulación. “Paralelamente a esta forma nos encontramos, empero, con una segunda, específicamente distinta de ella: la forma D-M-D, conversión dinero en mercancía y reconversión de mercancía en dinero, comprar para vender.”4 En la forma de circulación directa el productor llega a la circulación con su mercancía, aquello que contiene la entropía negativa que él produjo, y la intercambia por materia con entropía negativa que sea cualitativamente distinta a la que trajo, que satisfaga necesidades distintas, que le permita mantenerse en la existencia. Mientras que en la segunda forma se llega a la circulación con algo que es cualitativamente igual, el dinero el signo de valor, esto es, el signo de entropía negativa abstracta humanamente objetivada. El inicio y el fin del proceso son cualitativamente iguales por lo que tal proceso sólo puede hacerse para producir un cambio cuantitativo. “La forma plena de este proceso es, por ende, D-M-D’, donde D’=D+ΔD, esto es, igual a la suma de dinero adelantada inicialmente más un incremento.”5 El proceso generó, para el que entró a la circulación con dinero (el capitalista), un aumento de valor, al cuál se le llama plusvalor. Para lograr este aumento de valor, Marx menciona, el capitalista debió haber encontrado en el mercado una mercancía que tuviera la capacidad de

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Ibíd. Ibíd. 5 Ibíd. p.184 4

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producir valor. Esta mercancía es la fuerza de trabajo6, el conjunto de capacidades y facultades que están en la persona de un ser humano. Lo que hace a esta mercancía tan especial es que su valor es distinto al valor que produce pues “el valor de la fuerza de trabajo es el valor de los medios de subsistencia necesarios para la conservación del poseedor de aquélla.” 7 En el modo de producción capitalista el trabajador es capaz de producir mayor valor en una jornada que aquel que es necesario para la conservación de su vida. Por ello el sistema capitalista es un sistema de producción de entropía negativa. Dentro de su propia lógica toma materia con entropía negativa (fuerza de trabajo, medios de trabajo), y produce materia con menor entropía en la forma de entropía negativa abstracta humanamente objetivada. De este modo las fuerzas productivas del capitalismo han revolucionado el mundo y han producido una cantidad de entropía negativa a nuestra disposición como nunca antes en la historia. El enfoque epistemológico de Marx fue el trabajo filosófico más revolucionario de la historia. Marx encontró el acercamiento a la lógica de las relaciones humanas en sí mismas, separándose de la lógica de las relaciones humanas tal cual se les presenta a los humanos involucrados. Para entender el funcionamiento interno del capitalismo, su lógica interna, no se podía partir de otro mejor punto de vista que aquél en el que la objetividad se da a partir de las relaciones sociales humanas. Sin embargo este enfoque epistemológico enajena de la realidad al mundo natural. Marx explica a la perfección la lógica de la economía, pero la economía, como el enfoque de Marx, es antropocéntrica. En ella los recursos naturales no logran objetividad sino hasta que se involucran en actividades humanas. El error en la concepción de Marx y dentro de la lógica del capital es que las actividades humanas cambian con el tiempo según el ambiente. El futuro de los recursos naturales no se manifiesta en las actividades humanas actuales. La lógica de las actividades humanas sólo puede acceder a la inmediatez y se

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Ibíd. p.203 Ibíd. p.207

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encuentra amenazada por los cambios que serán necesarios para poder satisfacer nuestras necesidades en el futuro. La lógica de la entropía negativa abstracta humanamente objetivada será incapaz de conservar la entropía negativa para el futuro. Sólo si entendemos la lógica interna y externa del capital en cuanto a la entropía

podremos

enfrentarnos

a

las

aparentemente

inevitables

crisis

ambientales que nos aquejarán en un futuro. Bibliografía •

Schrödinger, E. (1967). What is life?. Cambridge: University Press



Marx, Karl. (1975). El capital: crítica de la economía política. Madrid:Siglo XXI de España Editores. T.I V.1



Marx, Karl. (2010). Tesis sobre Feuerbach . en Echeverría, Bolívar. El materialismo de Marx. Ítaca, México.

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