Entre química y literatura. Intertextualidad en el programa narrativo actoral de El disparo de Argón

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Entre química y literatura. Intertextualidad en el programa narrativo actoral de El disparo de Argón

Jafet Israel Lara En El disparo de argón la ciudad de México es un espacio agresivo para cualquier personaje que se puede enfrentar a una mañana sin día, con un cielo cerrado y artificial capaz de aplastar, con un olor a veneno, a los moradores de esa tierra: “¿Cuánto falta para que nos desplomemos sintiendo una moneda amarga en la boca? Poco, muy poco, según el neumólogo que impartió un curso de terror en la clínica (Villoro, 2005: 13). Sin embargo, el texto de Villoro no es solo un encuentro con una atmósfera agresiva y mortal: su novela es una historia de corrupción, pero también de encuentros inesperados en los que un elemento jugará un papel importante sobre otro. Es más que evidente que en el de cualquier texto –sea literario, histórico, científico, etc.– es posible vislumbrar alusiones a otros textos ya sea de forma directa o indirecta, accidental o intencionadamente. Dichas alusiones forman parte de la denominada intertextualidad. Pues bien, este fenómeno está presente en la novela de Juan Villoro. En la nueva –empleando la terminología del agente de la Continental hammettiano– no solo se encierra una hipotética muerte, sino un complejo entramado de alusiones, una historia de intertextualidades, en las que un elemento químico –olvidado durante más de cien años– juega un papel importante en la vida del protagonista, Fernando Balmes. ¿Pero quién es este personaje y cómo interactúa –intertextual hablando– con el misterioso ubicado entre el cloro y el potasio? Fernando es un joven médico de la clínica Suárez –versión mexicana del Centro de Oftalmología Barraquer fundado en 1941 en Barcelona por el ilustre oftalmólogo Ignacio Barraquer– dirigida por su fundador el doctor Antonio Suárez –antiguo profesor en la universidad del propio Fernando– toda una leyenda mediática de la oftalmología mexicana. El posee un número atómico quince y un peso atómico de 39.948. Es el tercer miembro del grupo VIIIA o 0 en la tabla periódica, la de los llamados gases nobles, inertes o raros y constituye el 0.934% del volumen de la atmósfera de la Tierra. Dos biografías que poco tienen en común, aparentemente, pero que inician juntas sus recorridos precisamente en el lugar de trabajo de Fernando, la clínica Suárez, donde los distintos gases nobles llevan a distintos pasillos y áreas y en el que el va directo a la oficina del mismo Antonio Suárez –un presagio del camino iniciático que Fernando realizará–. Por supuesto, es imposible olvidar que en la especialidad de este joven cirujano oftalmólogo se utiliza también el láser de argón, cuya acción produce una fotocoagulación en los tejidos oculares sobre los que actúa. Útil en contra de las patologías vasculares de la retina y coroides, como la retinopatía diabética, trombosis vasculares. Indicado también en el glaucoma, la degeneración macular asociada a la edad, degeneraciones retinianas periféricas, etc. Ahora bien, esta aparente relación entre protagonista y elemento químico ¿es sinónimo de intertextualidad? 75

1. La intertextualidad. Una breve visión teórica. El término intertextualidad tiene su origen en las teorías desarrolladas por Mijail Bajtin respecto al enunciado polifónico o dialogía. El para Bajtin será parte de un proceso comunicacional en el que finalmente se encuentren emisor y receptor y que marcarán definitivamente al texto literario, ya que en él se dará la presencia efectiva del , una voz ajena al propio texto, pero clave en el propio acto comunicacional literario. Ese carácter dialógico del discurso será una de las bazas fundamentales de la intertextualidad. En resumen, la intertextualidad para Barthes será un complejo tejido de voces que se constituye a partir de la combinación de distintos códigos que se han visto, leído o escuchado. Para Julia Kristeva el texto es una suerte de aparato translingüístico que redistribuye el orden de la lengua, apuntando a una comunicación directa, con distintos tipos de enunciados anteriores o sincrónicos (1968: 299). Pero aún más. Para esta investigadora la palabra literaria no es un punto fijo, sino un cruce de superficies textuales, es decir un diálogo de varias escrituras: la del autor, la del destinatario y la del contexto cultural anterior o actual (1970: 188). Como parte de ese proceso de comunicación literaria en el que diversos textos entran en contacto o se correlacionan aparece la intertextualidad, el bajtiniano: “Tout texte se construit comme une mosaïque de citations, tout texte est absorption et transformation d´un autre texte. À la place de la notion d´intersubjectivité s´installe celle d´intertextualité”1 (1969: 145). Resumiendo. Julia Kristeva considera que la intertextualidad convierte en legítimo lo que era considerado antes como plagio de otros autores, considerándola como una extensión de la polifonía bajtiniana, siendo un fenómeno que mezcla lo propio con la influencia de textos anteriores.

Ahora bien, el alcance del término intertextualidad es bastante amplio. Para Michael Riffaterre es necesario establecer una diferencia entre el intertexto y la intertextualidad. El primero hará referencia al “conjunto de los textos que podemos asociar a aquel que tenemos ante el conjunto de los textos que hablamos […] en la lectura de un pasaje dado” (1997: 170). El segundo supondrá una actitud, una disposición, “que orienta la lectura del texto […] Es el modo de percepción del texto que rige la producción de la significancia, mientras que la lectura lineal sólo rige la producción del sentido” (171). Finalmente ¿cómo podemos establecer la intertextualidad dentro de El disparo de argón? Gerard Genette define la intertextualidad como “una relación de copresencia entre dos o más textos, es decir, eidéticamente y frecuentemente, como la presencia efectiva de un texto en otro” (1989b: 10). De los tres modos de intertextualidad que el teórico francés señala el más evidente es el de la : El disparo de argón. No obstante, este rasgo de intertextualidad no es el único que se observa en la novela de Villoro y ya el propio Genette lo indica: en una forma menos literal y explícita se encuentra la alusión “un enunciado cuya plena comprensión supone la percepción de su 1 “Todo texto se construye como un mosaico de citas, todo texto es absorción y transformación de otro texto. En lugar de la noción de intersubjetividad se asienta la de la intertextualidad”.

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relación con otro enunciado al que remite necesariamente tal o cual de sus inflexiones, no perceptible de otro modo” (10). De un modo sutil y alusivo la presencia del la observaremos en el mismo Fernando Balmes o más bien, a través del análisis del programa narrativo del protagonista y los mecanismos de obtención del elemento químico, los cuales no solo corren de manera paralela, sino que se entrelazan en más de una ocasión. 2. Programas narrativos: síntomas de intertextualidad Para Renato Prada Oropeza un Programa Narrativo o PN es “la sucesión de estados y transformaciones que se encadenan sintagmáticamente en base a una relación Sujeto/Objeto y de su correspondiente transformación” (1993: 67). Vamos a tomar el PN como un cambio de estado de un sujeto que afecta a otro. La manera por la cual vamos a ver todo este proceso es a partir de un recorrido narrativo compuesto por cinco elementos: Transformación

Un aspecto semiótico que señala el cambio de estado de un personaje y que puede llevar a dos estados: - la conjunción: Se pasa de un estado de disjunción a uno de conjunción. - la disjunción, las cuales podemos definir de la siguiente manera: Se pasa de un estado de conjunción a uno de disjunción.

Performancia

Toda operación que realiza el Sujeto operador para transformar una situación de junción o de estado. Un personaje que influye en el cambio de estado – transformación– del protagonista

Competencia

El Sujeto operador debe tener competencia para la transformación la cual estará por el querer, el deber, el saber y el poder-hacer, la transformación.

Manipulación

Para que un sujeto se envista de las modalidades de la competencia previamente debe ser avisado del estado en el que se encuentra y la posibilidad de transformarlo. Es decir, debe ser manipulado por otro Sujeto quien le comunicará sobre el Programa Narrativo visual

Sanción

En él se define y juzga el resultado de la transformación del Programa Narrativo del protagonista

Claro, no se puede olvidar que se tendrá que describir correctamente la naturaleza del actante: El papel, o los papeles, que juega en relación a su posición en el recorrido narrativo, su integración en el nivel posterior (en los actores de manera especial) así como las modalizaciones que sufre: el actante, a medida que va efectuando su recorrido narrativo, puede ir uniéndose a cierto número de estados narrativos o roles actanciales, que a su vez irán definiéndose en función de la posición del actante dentro del recorrido narrativo y del particular vertimiento modal que adopte el propio actante (77).

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Ahora bien ¿cómo afecta el argón al programa narrativo de Fernando Balmes? ¿Cómo se establece la intertextualidad entre un texto literario y uno científico [físicoquímico]? Fernando es un oftalmólogo que no ocupa ningún puesto de relevancia dentro de la clínica Suárez, el intento de testimonio del mediático Antonio Suárez para las futuras generaciones. Su propia contratación estuvo condicionada a varios factores: fue por el en la universidad y es nativo del atmosférico y populoso barrio de San Lorenzo, en donde se erige la clínica Suárez. Hasta este momento el Programa Narrativo de Balmes está en : no hay actividad aparente, salvo el trabajo diario para un médico de su especialidad. Sin embargo, dicha situación puede cambiar tal y como Ugalde, subdirector de la clínica, le explica a Fernando, cuando le ofrece la jefatura del departamento de Retina: “Necesitamos sangre nueva […] Usted sabe lo mucho que Suárez lo aprecia, además sería un honor contar con un jefe salido de San Lorenzo” (Villoro, 2005: 92). Observamos que gracias a Ugarte existe un hacer transformador que va a permitir dicha transformación. Este momento es importante para el Programa Narrativo de Fernando. Es la mejor oportunidad de pasar de un estado de disjunción –de estar inerte– a uno de conjunción –de actividad y combinación– y observar el largo recorrido narrativo. No obstante, Fernando se niega y todo el proceso del Programa Narrativo se paraliza: “Nada mejor que ser trabajador a escondidas como el Maestro; sin embargo, carezco de su habilidad para ir a las fiestas y que los demás adviertan que comí de todo; se nota demasiado que me aburrí, que me fui temprano, que la vida no me divierte” (93-94). Ahora bien, si observamos el proceso de descubrimiento del descubriremos que plantea semejanzas con el PN de Fernando. En 1785 el químico inglés Henry Cavendish hizo varios experimentos con el aire y descubrió que este no solo consistía en oxígeno y nitrógeno. Cavendish llegó a la conclusión que existía un gas mucho más inerte que el nitrógeno. Con todo, no pudo comprobar de qué se trataba. continuó en su estado oculto e inerte, ya que la química no estaba tan avanzada y el asunto se olvidó con el paso del tiempo.

Fernando Balmes

El

Estado inactividad

Estado inactividad

Voluntad propia

Incapacidad por descubrirlo

La negación de Fernando a , a combinarse con otros elementos de la clínica a través de la jefatura de Retina responde a varios factores que el mismo elemento/actante va enumerando: alejamiento de los pacientes, la resistencia a ser mejorado por el Maestro y a la ausencia misteriosa de este de la clínica, pero sobre todo, 78

a la propia incapacidad –al estado de inactividad– de Balmes por decidirse, tal y como se observa en las continuas discusiones que mantiene con sus colegas, Lander y Sara Martínez. En el caso del su estado se debe precisamente a su composición misma la cual impidió que fuera descubierto. De cierto modo, el propio elemento químico pone trabas para su descubrimiento. Ser o estar inerte es la condición de Fernando Balmes en el trabajo, en sus relaciones personales –a duras penas logra excitar a Mónica, su nueva amante–. Ni siquiera cuando, acompañado de Lander y Sara, se entera de que el doctor Iniestra, un colega de la clínica, está involucrado en el tráfico ilegal de corneas, dañando la imagen de la clínica Suárez, existe una reacción en este joven médico. El colmo de dicho estado se da con su propia familia. En medio de la atmósfera festiva en su casa, mientras los invitados celebran a su padre, el elemento/actante abandona solo la escena –ya ha logrado evitar combinarse con los invitados–: comprar hielos y un chayote olvidado son la perfecta excusa. ¿Qué puede activar el Programa Narrativo del elemento/actante llamado Fernando Balmes? El asesinato de Iniestra no es suficiente para activarlo. Ni siquiera la desastrosa investigación policíaca, ni la feroz campaña de desprestigio en contra de la clínica Suárez. Solo un viaje al en busca del Maestro Antonio Suárez puede precipitar el fin de la inactividad de Fernando Balmes. Paradójicamente el mantiene una postura semejante a la del propio Fernando: no existe, aparentemente, ningún fenómeno que lo active o que permita al menos a los científicos descubrirlo. No obstante, al igual que en el caso del joven médico se dan los factores necesarios para que salga a la luz y se active propiciando un cambio en él mismo. Ahora bien, son dos situaciones específicas que alteran los respectivos programas narrativas. En el caso de Fernando, Antonio Suárez, el descubridor e inventor de oftalmólogos, incluyendo al propio protagonista, está ciego. Balmes se ve obligado a reaccionar, pero no por propia iniciativa: “Gran tipo su padre –me dijo-. Está seguro de que usted me devolverá la vista. Así supe que Suárez me había escogido para operarlo” (Villoro, 2005: 225). Por lo que respecta al el proceso para activarlo y hacerlo aparecer es el siguiente. Hacia 1893, el químico escocés William Ramsay pidió permiso a John William Strut, lord Rayleigh, para continuar con sus propias tesis acerca del problema de la densidad del nitrógeno. Por azares del destino, Ramsay recordó el experimento de Cavendish y por medio de chispas eléctricas combinó el nitrógeno y el oxígeno, obteniendo el mismo resultado: una burbuja de un gas desconocido, 40% más denso que el nitrógeno. Al calentar el gas y estudiar su luz por medio de un nuevo invento, el espectroscopio primitivo, descubrió al nuevo elemento, aquel que no se podía combinar con cualquier otra sustancia: (Asimov, 1982: 21). El sistema que empleó Ramsay fue la licuación o licuefacción del aire se da cuenta este se enfría por lo menos a 150 grados bajo cero, aunque a nivel industrial el

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enfriamiento llega a los 200 grados bajo cero2. Otro modo de conseguir la licuación del aire es a través del proceso, conocido como Joule-Thomson, consiste en el paso, desde un contenedor a presión constante a otro a presión también constante y menor, de un gas a través de un estrangulamiento o una pared porosa.

Anulación

Evento externo

Evento externo

Fernando Balmes

El

Estado inactividad

Estado inactividad

Voluntad propia

Incapacidad por descubrirlo

Nuevamente estamos ante la transformación, en la que el estado de disjunciónincatividad de Fernando pasa a uno de conjunción-actividad –aunque esto último no signifique forzosamente combinarse–. Con todo, existe la posibilidad de que Balmes rechace nuevamente la transformación, aunque esta es inmediatamente anulada por la respuesta que le ha dado Suárez a su joven empleado: no hay opciones de marcha atrás. Por lo que respecta al , Ramsay ha dado los pasos precisos para que el argón aparezca ante los ojos de la humanidad, por lo que es imposible que este elemento químico continué escondiéndose entre el nitrógeno y el oxígeno. No obstante, para que se dé la transformación en el programa narrativo del actante-elemento Fernando Balmes –sin olvidar la del – es necesaria la , es decir “toda operación que realiza el Sujeto operador para transformar una situación de junción o de estado” (Prada Oropeza, 1993: 68). Con la performancia nos topamos con un nuevo Sujeto –Sujeto operador– un personaje que va a intervenir directamente en la historia, influyendo en el cambio de estado del actante-elemento Balmes y siendo el responsable de que el aparezca. Ahora bien, ¿quiénes son esos Sujetos-operadores? En el caso de El disparo de argón se trata del propio Suárez, que por capricho o para evitar sacrificar al nuevo jefe de Retina ha escogido a Fernando para , mientras que en el caso del argón es más que evidente que se trata de Ramsey y el sistema de licuefacción que empleó para hacer aparecer al .

2 El sistema de Linde-Hampson en un sistema de licuefacción de gases muy extendido en aplicaciones poco exigidas de criogenia debido a su sencillez y basa su funcionamiento, en el Efecto Joule-Thomson. Los elementos básicos de este sistema son: compresor, cambiador de calor, válvula de expansión y cámara de licuación. Dentro de este sistema de licuación pueden encontrarse algunas variantes.

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Antonio Suárez

William Ramsay

Ceguera que le impide regresar a su clínica y ayudar a su supervivencia

Sistema de licuefacción destinado a separar el argón de otros elementos químicos

Transformación del Programa Narrativo Fernando Balmes

Transformación del estado de inerte El

La gran duda que surge es si los Sujetos-operadores Suárez y Ramsay tienen la capacidad moralizante para transformar el Programa Narrativo de Fernando y del . Es necesario recordar que para que el Sujeto pueda realizar la trasformación, para que la performancia del Sujeto Operador sea posible, es necesario que esté capacitado para el hacer transformacional correspondiente. Es decir, que tenga la competencia necesaria para ello. Atendiendo a Prada Oropeza es necesario recordar que “el Sujeto operador se enviste como tal en relación a su hacer en la fase de competencia, cuando se sitúa en relación al hacer” (1993: 83). Es decir, la modificación de la relación del Sujeto operador con el hacer se le llamará modalización del hacer, la cual se manifiesta por los verbos modales, deber, querer, saber y poder los cuales van a constituir cuatro distintas modalidades: a) De la virtualidad: deber-hacer/querer-hacer. Estas dos modalidades de la virtualidad manifiestan el papel del Sujeto operador con respecto a su hacer. Se relaciona con el investimento del Sujeto operador con respecto a su hacer. b) De la actualidad: poder-hacer/saber-hacer. Determinan el modo de acción del Sujeto operador, su capacidad de hacer. Se relaciona con el investimento del Sujeto operador con respecto a su hacer. c) Realizantes: hacer-ser. Afecta los enunciados de estado y logra su transformación. Se relaciona con la realización de la acción en concreto. d) Veridictiva: parecer-ser. Esta modalidad califica la relación como verdadero, falso, engañosa, secreta. Gracias a la modalización del hacer es posible descubrir como los Sujetos operadores adquirieron al competencia para poder transformar el programa Narrativo de un Sujeto. Es evidente que Ugalde, el subdirector de la clínica Suárez, la posee, aunque no logró transformar el PN de Fernando. El estado de inactividad de este último, sus dudas y apatía fueron armas suficientes para nulificar la capacidad performativa del actante Ugalde. Algo parecido sucede con el argón, aunque con matices: la falta de herramientas impidió a Cavendish descubrir al . 81

En este nuevo caso de intento de transformación del Programa Narrativo de Fernando, Antonio Suárez también posee la competencia para transformar el PN de Balmes. El Maestro, el inventor y hacedor de oftalmólogos, posee la capacidad modalizante: “Prefiero que me deje en tinieblas, aunque usted es demasiado bueno para no tratar. Por lo demás no lo envidio […] Por desgracia el heroísmo necesita público, Fernando; no creo que haya muchos actos de heroísmo solitario. Sé que disparará lo mejor que pueda –extendió su mano, como si buscará la mía; se la di y la palmeó un par de veces-. Lo metí en una bronca bestial” (Villoro, 2005: 225)

Del otro lado, en el caso del . William Ramsay como químico especializado tuvo las herramientas suficientes para descubrir al argón, aunque no hay que olvidar que el proceso de obtención de este elemento químico va más allá de una licuefacción del aire. Una vez que el aire ha sido licuado, lo siguiente es una destilación fraccionada del aire. La mezcla se pone en el aparato de destilación. En la boca del recipiente, en la parte superior, hay una columna de fraccionamiento, consistente en un tubo grueso, con unas placas de vidrio en posición horizontal. Mientras la mezcla hierve, el vapor producido asciende por la columna, se va condensando en las sucesivas placas de vidrio y vuelve a caer hacia el líquido, produciendo un reflujo destilado. La columna se calienta desde abajo y, por tanto, la placa de vidrio más caliente está en la parte inferior, y la más fría en la superior. En esta evaporización y condensación se separan los diferentes componentes líquidos y sólidos disueltos en líquidos o gases licuados de una mezcla. Al llegar a los 185.8 K se produce una mezcla rica de argón. –que se ha obtenido de las capas correspondientes a la parte superior de la columna de destilación–. Con todo, el proceso se encuentra inconcluso. Es necesario quemar ese argón catalíticamente con el hidrógeno para eliminar el oxígeno. Finalmente, es necesaria una última destilación: en ella se elimina el hidrógeno -252.7 K- y nitrógeno -159,79 K.produciendo un argón de elevada pureza que contiene únicamente pocas partes por millón de impurezas. Antonio Suárez

William Ramsay

Ceguera que le impide regresar a su clínica y ayudar a su supervivencia

Sistema de licuefacción destinado a separar el argón de otros elementos químicos

Transformación del Programa Narrativo Fernando Balmes

Transformación del estado de inerte El

Aceptación de la misión: Cirugía que devolverá la vista a Antonio Suárez

Identificación plena del argón: Posibilidad de extraerlo

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Llegados a este punto es posible observar que una manipulación. Para Greimas la manipulación se caracteriza por ser una acción del hombre sobre otros hombres para hacerles ejecutar un Programa dado. Prada Oropeza (1993: 72) explica la manipulación como una “clase de comunicación en la que el Destinador (Sujeto manipulador) lleva al Destinatario (Sujeto operador virtual) a una posición de falta de libertad”. Lo interesante de la fase de manipulación, es que aparece un elemento importante en la semiótica que en muchas ocasiones no es analizado: la perspectiva. Gracias a ella podemos reflexionar en torno a un hacer persuasivo (el punto de vista del Destinador-el Maestro) y un hacer interpretativo (el punto de vista del Destinatario-el elemento/actante Balmes) (75). MANIPULACIÓN Hacer persuasivo

Decisión

Hacer interpretativo

Ejecución/No ejecución

Decisión

Aceptación Creer DESTINADOR

Ejecución/No ejecución

Rechazo

No creer DESTINATARIO

Es necesario considerar un punto importante: el Sujeto destinador puede ser el sujeto operador, el mismo que lleva a cabo la performancia para la transformación del PN del Sujeto de estado/Fernando Balmes. Indudablemente, la figura de Antonio Suárez cobra una enorme importancia aun cuando su ceguera le margina de buena parte de la historia. Un problema asoma para Balmes y todo el Programa Narrativa, Julián Enciso, antiguo y notable exilado del barrio de San Lorenzo, le informa a Fernando que Suárez no debe recuperar la vista. Demasiados intereses están en juego como para que el viejo orden rebasado regresé de nuevo: “hazlo por él –puso su mano en el dinero, me apretó los dedos suavemente -. Es mucha lana, Fernando […]” (Villoro, 2005: 247). La situación es delicada, ya que buena parte del destino de la clínica Suárez depende del éxito de la operación, aunque dicho éxito pueda tener un fin amargo para Fernando. Finalmente, lo que suceda será parte de la sanción. La parte final del recorrido narrativo es la sanción, el momento en el cual se definirá el resultado de la transformación del Programa Narrativo del Sujetos de estado/protagonista, es decir, se va a juzgar todo el accionar de Fernando Balmes. Este juicio lo llevara a cabo un Sujeto que puede ser el mismo Destinador, que ejercerá un hacer interpretativo sobre la performancia cumplida por el Sujeto operador (Prada Oropeza, 1993: 74).

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Pueden existir dos tipos de sanciones: la pragmática y la cognoscitiva. La primera se refiere a la retribución, al castigo/recompensa que puede tener Fernando en torno a su fracaso o éxito. La segunda es más compleja y corresponde al juicio epistémico sobre el ser del Sujeto performante, y que se relaciona con la modalización veridictiva. ¿Qué sucede finalmente al juzgar las acciones de Fernando? El mismo actante/elemento ofrece la respuesta: “Finalmente algo se animó en mi zapato: disparé cuatro, cinco, ocho veces. Un crujido agradable, tenue. Suárez volvería a ver” (Villoro, 2005: 250). Cualquier amenaza carece de sentido para Fernando: su Programa Narrativo ha logrado ser actividad, por primera vez tiene una voluntad para hacer algo más allá de revisiones rutinarias a pacientes. Antonio Suárez ha resultado ser ese factor necesario en la vida inactiva de Fernando, con lo que una vez actividad, descubierto, es ya imposible detenerlo. El argón resulta ser un gas bastante útil en la vida humana. Se utiliza de relleno en lámparas incandescentes, en soldaduras a gas o por arco, en el buceo técnico para el inflado de trajes de neopreno o en la fabricación de titanio. Pero, sobre todo, juega uno de los papeles clave en la novela de Villoro. Accionando el pedal, el cirujano oftalmológico Juan Balmes y cumple su objetivo: devuelve la vista a su superior y salva, de cierto modo, a la clínica Suárez. 3. Conclusiones Resulta paradójica la lectura de El disparo de argón, ya que otro gas noble como el neón se nombra más veces que el propio . Sin embargo, uno no deja de pensar en la estrategia empleada por Juan Villoro: el argón está presente en todo momento en la historia de la novela del mismo que está en nuestra atmósfera, en completa inactividad hasta que lo obligan a aparecer y después se evapora regresando a la atmosfera de San Lorenzo, bajando un puente. Si bien es cierto que la función del espacio en El disparo de argón resulta ser un elemento digno de estudiar y que el tráfico de órganos es una vertiente interesante por analizar, el contacto intertextual que establece Villoro en su novela resulta ser no solo de lo más complejo, sino un factor digno de estudio.

Como bien se observó al principio, las citas y alusiones más o menos directas resultan ser el primer paso para el análisis de la intertextualidad en esta novela. Un título –El disparo de argón– que trae consigo diferentes aspectos: primero evocar al gas argón que juega un papel importante en la oftalmología; segundo, el verbo que lleva inmediatamente al final de la novela: el disparo que libera a Antonio Suárez de la ceguera y que resulta ser la última acción de Fernando Balmes en la clínica Suárez y el disparo que Julián Enciso falla al intentar matar a Fernando. Con todo, Villoro no se queda en un contacto intertextual básico en un juego de citas y alusiones. Para él es necesaria una configuración intertextual del protagonista – Balmes– con el propio argón y eso lo hace tomando en cuenta un aspecto central: las

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características que presenta el argón, , en el proceso que lleva a su descubrimiento, pero también aquel que permite la obtención del argón. Asociando el proceso del argón a la configuración de Balmes como protagonista observamos que el trabajo de Villoro es completo a nivel intertextualidad: propone una doble lectura, la del personaje y la del elemento químico y en ella, en verdad, donde se apreciará el fenómeno de intertextualidad, pero también el de la interdiscursividad, el de discursos tan distintos: el del texto literario y el del químico y físico.

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