“Entre la unión y el enfrentamiento. La búsqueda de modelos hegemónicos en las poleis protagonistas de Arcadia durante el siglo IV a.C.”, Actas del Congreso: La polis en crisis, Barcelona, UAM, 12-13 de diciembre de 2011 (en prensa-forthcoming)..

June 7, 2017 | Autor: Vassilis Tsiolis | Categoría: Ancient Greek History, Arkadia, Arcadia, Ancient Arcadia
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Descripción

“Entre la unión y el enfrentamiento. La búsqueda de modelos hegemónicos en las poleis protagonistas de Arcadia durante el siglo IV a.C.”. Vasilis Tsiolis Universidad de Castilla-La Mancha

1. Introducción En la presente contribución se examinan dos modelos de control político interregional, sustentados por la ciudad arcadia de Mantinea, en el contexto de los equilibrios político-militares que afectaron al Peloponeso, en general, y a Arcadia, en particular, a lo largo de la primera mitad del siglo IV a.C. Los antecedentes directos de estos fenómenos se remontan al último cuarto del siglo anterior y sus consecuencias de prolongan hasta época helenística, al menos hasta la capitulación de Mantinea en el año 223 a.C. a manos de los macedonios de Antígono Dosón y su “refundación” ideológica con el nombre de Antigonea.

2. Los antecedentes. Las aspiraciones hegemónicas mantineas en el siglo V a.C. Los primeros pasos de Mantinea hacia una hegemonía sobre parte de las comunidades de Arcadia quedan atestiguados en el relato tucidideo para el período entorno al año 425 a.C., cuando la instauración del régimen democrático de Nicodoro, en plena Guerra del Peloponeso, alejaría la ciudad arcadia de Esparta y de la Liga peloponesíaca.1 Las aspiraciones hegemónicas mantineas se plasmarán en un contexto del antagonismo entre Mantinea y Tegea por la supremacía en la Arcadia suroccidental, en especial en los territorios de las comarcas de la Menalia y de la Parrasia, poblados por comunidades arcadias estructuradas entorno a formas estatales de tipo tribal.2

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Cfr. Th. 5.29.1; Ael. VH 2.23 (cfr. Eust. Od. 1860.52-53); Phld. Piet. 85 Gomp.; Sext. Math. 9.402; D.S. 13.6.7; cfr. Plb. 6.43.1. Sobre el carácter de esta constitución, Arist. Pol. 6.4.1318b.23-27. La constitución de Nicodoro se sitúa entre el 425 y el 423 a.C., siendo el mes de noviembre del año 423 a.C. un seguro terminus ante quem. Sobre la democracia mantinea, véase la síntesis de Robinson (2011: 36 ss.). 2 Sobre la cuestión, en general, Nielsen, 1996a: 132 ss., 2002: 271-295, 364-379; Moggi, 1991, 2001.

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Precisamente en la comarca de la Parrasia, que no es limitrofe del territorio histórico de la ciudad de Mantinea, ya que se interpone la comarca de la Menalia, los mantineos habían conseguido imponer su control, según Tucídides, durante la Guerra del Peloponeso. Refiriéndose a la campaña del rey espartano Plistoanacte contra los parrasios, en el 421 a.C., el historiador ateniense atestigua el vasallaje de éstos a Mantinea, situando su gestación antes de la Paz de Nicias.3 Desconocemos si con anterioridad a esta fecha Mantinea había tenido algún papel de influencia en los asuntos de los parrasios. Sin embargo, en algún momento del siglo V a.C. ha surgido en la comarca un Estado parrasio, detrás del cual algunos autores han querido entrever la mano de Mantinea,4 que de este modo ampliaría su control hasta la cuenca del río Alfeo y las laderas orientales del Monte Liceo. El área era vital para las comunicaciones de Esparta y la creación de un Estado parrasio sinecizado, dotado de estructuras urbanas de vanguardia que suponen un profundo cambio en el modo de vida de las comunidades tribales de la comarca y que crean un sistema defensivo actualizado, sólo puede ser interpretada en clave antiespartana. En principio, la cronología de la fundación del Estado parrasio podría adaptarse bien, precisamente, al período inicial del régimen democrático en Mantinea (425 a.C.), cuando la atención de Esparta se centraba en los asuntos de la guerra contra Atenas. Ahora bien, el reciente descubrimiento arqueológico junto a la actual aldea de Kyparissia, en territorio parrasio, de un importante núcleo urbano de tipo hipodameo, identificable con gran probabilidad con Trapezunte, viene a arrojar nueva luz sobre la organización estatal de la comarca en el siglo V a.C.5 Basándose en el estudio preliminar del registro arqueológico, la responsable de la excavación A. Karapanagiotou sugiere datar la fundación de este extraordinario centro urbano hacia mediados del siglo V a.C. Y. Pikoulas, por su parte, teniendo en cuenta esta propuesta cronológica, aporta, como hipótesis de trabajo, argumentos extraídos de la situación histórica de la Arcadia en ese momento, en un intento de afinar la fecha fundacional del Estado parrasio entre los años 465 y 455 a.C.6 La aportación de la numismática, que parece confirmar una emisión estatal de los parrasios (conocida ya desde el siglo XIX), podría ser un indicio adicional, si no una prueba, de la efectiva fundación del Estado parrasio. No obstante, la

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Th. 5.33. Tsiolis, 2002: 54; Pikoulas, 2009: 48 ss. 5 Karapanagiotou, 2005. 6 Pikoulas, 2009: 50, propone este período para la fundación del Estado parrasio. 4

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cronología exacta de la acuñación no se ha podido definir con seguridad, de modo que se ha sugerido una fecha cercana al tramo final del siglo V a.C. y otra más próxima a mediados del siglo.7 En todo caso, hasta que no concluya el estudio del yacimiento de Kyparissia, conviene ser prudentes a la hora de intentar afinar demasiado la cronología de la fundación del asentamiento. El asentamiento fortificado de Kyparissia, de unas 40 has. de superficie intramuros, indica que ya en pleno siglo V a.C., es decir, mucho antes de la fundación de Megalópolis, considerada hasta ahora como el primer experimento urbano y urbanístico de envergadura de la Parrasia (hacia el año 370 a.C.),8 se habían consumado en la comarca notables y vanguardistas operaciones de urbanización. Este hecho, acompañado, sin duda, de un proceso sinecístico, venía a recalificar el estatus organizativo de los parrasios, que abandonaban el antiguo sistema de relaciones tribales para promocionar un Estado vertebrado en torno a un relevante centro urbano.9 Lo que sí sabemos con certeza es que Mantinea manifestaría claramente sus intereses en Parrasia tras la instauración del régimen democrático entorno al año 425

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Ibid. El autor sugiere reconsiderar hacia “mediados del siglo V a.C. más que en el último cuarto del siglo” la datación de la moneda acuñada, con toda probabilidad, por el Estado parrasio. Asimismo, Pikoulas piensa, con razón, que la ceca más probable es la ciudad de Kyparissia/Trapezunte, en detrimento de la vieja opinión de Inhoof-Bloomer (1883: 205), que sugería ubicar la ceca en Licosura (sin conocer, naturalmente, la existencia del asentamiento urbano de Kyparissia). La datación tradicional, avanzada por Inhoof-Bloomer, es de finales del siglo V a.C. : “Si la légende ΠΑΡ indiquait le nom d'une ville il n'y aurait en Arcadie que Paroria qui pourrait la revendiquer. Paroria, située sur une des routes qui conduisaient de Mégalopolis à Gortys, c'était cependant une localité assez obscure, dont on ne peut guère s'attendre à trouver des monnaies; et il ne reste donc en effet que la proposition de M. Müller, qui mérite d'être considérée. Parrhasia était le district de l' Arcadie, dont Lykosoura, ville de la plus haute antiquité, parait avoir été le centre politique. Aussi est-il probable que cette ville est la Parrhasia de l'Iliade et que ce fût à Lykosoura, que les Parrhasiens ont frappé, vers la fin du Ve siècle, les deux oboles, qui seuls paraissent représenter la numismatique de ce peuple”. Otros autores mantienen la opinión de Inhoof-Bloomer sobre la ceca sin aportar más argumentos novedosos que la idea de que la acuñación parrasia debería asociarse al importante santuario licurasio de Despoina, del mismo modo que la acuñación de las monedas con leyenda Ἀρκαδικόν, de principios del siglo V a.C., se han adscrito por varios autores al santuario parrasio de Zeus Lykaios (cfr. Psoma, 1999: 86). 8 Entre 52 y 95 años aproximadamente, según se acepte la estatalización de la Parrasia en la época de la instauración del régimen democrático en Mantinea y la intromisión de esta ciudad en los asuntos parrasios (425-antes de 421 a.C.; cfr. Tsiolis, 2002: 54), o las propuestas cronológicas altas de Pikoulas, 2009: 50 (entre 465 y 455 a.C.) y de Karapanagiotou, 2005 (mediados del siglo V a.C.). 9 En mi opinión, no es necesario descartar la coexistencia del nuevo centro, concebido, sin duda, como referente principal del Estado parrasio (así, también Pikoulas, 2009: 50), con otros núcleos de tipo urbano o semiurbano (p.e. Licosura), de menor calado, ubicados dentro del marco territorial de la Parrasia. Es precisamente el modelo llevado a cabo en el caso de la propia Mantinea, en algún momento entre finales del siglo VI a.C. y las primeras décadas del siglo V a.C., que ha consistido en la concentración de parte de la población en un centro urbano fundado ex-nihilo (o ex-novo), en plena coexistencia con varios núcleos menores presinecísticos, diseminados en el territorio, alguno de los cuales, tales como Nestane, ostentaba, incluso, el rango de polis. Sobre la cuestión de las denominadas dependent poleis, véase Nielsen, 1996b: 65 ss., 2002: 298, 302, 566 ss., 573.

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a.C. En estos momentos el ejercicio de una política hegemónica antiespartana por parte de Mantinea emerge con claridad y comprendía la potenciación del sistema defensivo de la comarca.10 Esta política, espontánea o inspirada en las relaciones de los demócratas mantineos con los demócratas de Atenas y de Argos, provocó la inmediata reacción de Tegea. En los enfrentamientos entre tegeatas y mantineos en la Parrasia participaron también los “aliados” arcadios de ambos.11 Teniendo en cuenta los equilibrios que se daban en el marco de la Liga del Peloponeso, cabría sospechar que Tegea no haya intervenido anteponiendo exclusivamente sus propios intereses y aspiraciones hegemónicas en la región, si no que actuara incitada o presionada por la propia Esparta.12 El clima de enfrentamiento violento entre las dos potencias locales arcadias se vendría agravado, tras la firma de la breve tregua entre espartanos y atenienses13, del año 423 a.C., y, sobre todo, tras la firma de la Paz de Nicias, del 421 a.C., que permitiría a Esparta ocuparse de sus asuntos en Arcadia. Mantinea, que había actuado por su cuenta en la cuenca del Alfeo fomentando la creación y potenciación de un Estado parrasio, en contra de los intereses de Esparta, se encontraría ahora en una situación muy incómoda frente a los lacedemonios. Temerosa de la reacción espartana, fue la primera ciudad en adherirse a la oferta de alianza promocionada por el gobierno democrático y antilaconio de Argos. Esta decisión, que tuvo efectos en la gestación de un nuevo clima de perplejidad frente a Esparta también en otras ciudades del Peloponeso, significaba la ruptura formal entre Mantinea y la Liga del Peloponeso (421 a.C.).14 Esparta, por su lado, una vez librada de la guerra contra Atenas, intervino inmediatamente en Parrasia, defendida por las tropas mantineas al completo, destruyendo el fuerte de Cípsela, que habían construido por los mantineos en proximidad de la fronteriza comarca de la Escirítida, y arrebatándoles las “ciudades” parrasias que, pese a su gran movilización, los mantineos no fueron capaces de defender con las armas. Tras la victoria, los espartanos declararon independientes a los parrasios, 10

Cfr. Th. 5.29.33. Th. 4.134. Ambas ciudades han erigido trofeos y enviaron parte del botín a Delfos. Λαοδόκειον de la Oréstida de Tucídides (Λαοδίκιον en los manuscritos) es identificable con Λαδόκεια de Pausanias (8.44.1), localidad próxima a Megalópolis, así como con Λαδόκεια de la Megalopolítida de Polibio (2.51.3), mencionado con ocasión de acontecimientos del 229 a.C. 12 Tsiolis, 2002: 54 s.; Pikoulas, 2009: 49. 13 Th. 4.117-119. 14 Th. 5.28.3 ss. 11

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es decir, le otorgaron el estado de autonomía. Más que la devolución de la independencia del Estado parrasio y su liberación de las injerencias mantineas, la actuación espartana habría que ser interpretada como un diecismo, en el sentido de la abolición de la entidad estatal parrasia y el reestablecimiento en la comarca de la organización tribal, anterior a la estatalización basada en la urbanización y, posiblemente, el sinecismo de Kyparissia/Trapezunte (421 a.C.).15 La cuestión de los “aliados” arcadios con los que Mantinea y Tegea contaban durante su enfrentamiento en la Parrasia, pero también con posterioridad, hasta la batalla de Mantinea, en el año 418 a.C., resulta de gran interés a la hora de intentar reconstruir la influencia de cada una de las dos potencias sobre las comunidades de su entorno, en especial, los menalios y los parrasios. Tucídides, refiriéndose al período anterior a la firma de la Paz de Nicias entre espartanos y atenienses, habla tanto de ξύμμαχοι como de ὑπήκοοι de Mantinea y en ellos hay que reconocer, sin duda, una parte de las comunidades de la Menalia y a (¿todas?) las poblaciones parrasias. 16 Las obligaciones de estas poblaciones frente a Mantinea aparecen en varias alusiones del historiador a los “aliados” de los mantineos17. Con todo, pese a las operaciones espartanas en Parrasia, del año 421 a.C., que provocaron el desmantelamiento del Estado parrasio y el abandono del proyecto expansionista mantineo, Mantinea no ha perdido el apoyo de todas las comunidades arcadias de su entorno. En efecto, la firma en el año 420 a.C. de la Cuádruple Alianza entre las democráticas y antiespartanas Atenas, Elis, Argos y Mantinea, promovida por Alcibíades, que llevaría a los dos bandos al enfrentamiento armado ante las puertas de Mantinea en el año 418 a.C., en el que se impondrían los lacedemonios, Mantinea debería disponer aún de “aliados” arcadios.18 Cabe subrayar, que en esta batalla los menalios ya no figuran al lado de los mantineos en el relato de Tucídides, si no que se mencionan sólo del lado de los tegeatas y los espartanos.19 No obstante, sabemos gracias al propio Tucídides, que Mantinea aún contaba con el control sobre algunas comunidades arcadias: los propios términos del tratado aluden a los respectivos aliados 15

Th. 5.29; 33.1 ss.; sobre la actuación de Mantinea en Parrasia, Tsiolis, 2002: 54 ss.; Nielsen, 2002; Pikoulas, 2009: 48 ss.; sobre la topografía de la parte meridional del (posterior) territorio megalopolita, id., 1987: 121-148; 1989, passim. 16 Bölte, 1930: 1321-1322; Nielsen 1996; 2002, 279 ss. 17 Th. 5.29; 5.58. 18 Th. 5.47.1-12. Véase, entre otros, Fornís, 1993. 19 Th. 5.67. Cfr. Nielsen, 2002: 289 s.; Kagan, 2003: 124.

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de los firmantes;20 se les vuelve a mencionar en operaciones posteriores, caso del apoyo prestado en el año 418 a.C. por mantineos y sus aliados a los argivos, que intentaron cortar el paso de los lacedemonios en la arcadia Metidrio;21 y, finalmente, durante y después del enfrentamiento del 418 a.C., a raíz del cual Mantinea se vería obligada a renunciar a su dominio (ἀρχή), que hasta este momento había ejercido sobre las ciudades (πόλεις) arcadias.22 Como señala, con razón, Th.H. Nielsen, si bien no parece plausible que algunos de los parrasios siguieran aún apoyando a Mantinea, tras la intervención de Esparta del año 421 a.C. y la consecuente quiebra del control mantineo sobre Parrasia, no se puede descartar que Mantinea gozara del apoyo de una parte de los menalios, probablemnete los más septentrionales.23 Poco más tarde, la propia Mantinea firmaba una Paz de Treinta años con Esparta, con cláusulas desfavorables para la ciudad arcadia.24 También la cuestión de los menalios durante la época clásica, su organización tribal, estatal y política, así como la topografía de su comarca, ha sido objeto de varios estudios durante los últimos años. No es éste el lugar para replantear la problemática del ethnos menalio en sus relaciones con el empuje hegemónico mantineo, tanto durante el siglo V a.C., como en el siglo siguiente, por lo que remito a la bibliografía citada.25 No obstante, quisiera señalar, también en relación con las aspiraciones hegemónicas mantineas en la Menalia central, el reciente hallazgo en la localidad Agia Paraskevi, en

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Th. 5.47.1: Σπονδὰς ἐποιήσαντο ἑκατὸν Ἀθηναῖοι ἔτη καὶ Ἀργεῖοι καὶ Μαντινῆς καὶ Ἠλεῖοι πρὸς ἀλλήλους, ὑπὲρ σφῶν καὶ τῶν ξυμμάχων ὧν ἄρχουσιν ἑκάτεροι; 2; 5. 21 Th. 5.58.1: ἐβοήθησαν δ’αὐτοῖς καὶ Μαντινῆς ἔχοντες τοὺς σφετέρους ξυμμάχους. 22 Th. 5.73.3: οἱ δὲ Μαντινῆς καὶ οἱ ξύμμαχοι καὶ τῶν Ἀργείων οἱ λογάδες οὐκέτι πρὸς τὸ ἐγκεῖσθαι τοῖς ἐναντίοις τὴν γνώμην εἶχον; 81: ξυνέβησαν καὶ αὐτοὶ (οἱ Μαντινῆς) τοῖς Λακεδαιμονίοις καὶ τὴν ἀρχὴν ἀφεῖσαν τῶν πόλεων. En la expedición ateniense a Sicilia, del año 415 a.C., Tucídides enumera entre los participantes un contingente de 250 mantineos y mercenarios (μισθοφόροι), cuyo vínculo con los mantineos no se especifica (Th. 43.1). 23 Nielsen, 1996b: 81; 2002: 289. La lealtad de estos “aliados” estaba garantizada, al parecer, también por medio de rehenes (Th. 5.77.1, menciona a muchachos orcomenios y hombres menalios, confiados a la custodia de Argos). Sobre varios aspectos de las relaciones de Mantinea con sus “aliados” (control similar al ejercido por Atenas sobre los miembros de la Liga Delio-Ática), Nielsen, 1996b: 79 ss.; 2002: 279 ss. 24 Th. 5.81; Sobre la fecha de la firma de la Paz de los Treinta años y su problemática véase, brevemente, Tuplin, 1993: 88, nota 7; Nielsen, 1996b: 90. Quizás la firma de la Paz se realizó tras la stasis democrática en Argos (417 a.C.), impulsada por Alcibíades, en la que, probablemente, también los demócratas mantineos tuvieron cierto papel (Tsiolis, 2002: 56). La participación de doscientos cincuenta mantineos (y mercenarios) en la expedición ateniense a Sicilia era fruto, probablemente, de la influencia de Alcibíades sobre los demócratas de Mantinea, basada en sus relaciones familiares de ξενία. A raíz de esta participación mantinea se ha pensado que la Paz de Treinta años entre Mantinea y Esparta debió firmarse en el 415 a.C. Th. 6.29; 43; 88; 89; 105; cfr. Paus. 8.8.6. 25 Entre los estudios centrados en la comarca de la Menalia destacan las aportaciones de Roy (1972; 1996), Nielsen (1996a, 1996b, 2002: 271-295; 364-379), Moggi, (1991, 2001), Pikoulas (1988, 1990, 1999) y Forsén (2000).

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la aldea actual de Arahamites, del santuario de Artemis Lykoatis,26 cuya identificación segura, basada en documentos epigráficos, obliga a una lectura diferente del texto pausaniano y anuncia un importante giro en la reconstrucción de la topografía de una parte de la Menalia. Dicha reconstrucción está teniendo implicaciones en cadena, no sólo de tipo topográfico, sino también histórico.27

3. La política hegemónica mantinea en el siglo IV a.C. Anexión de Helisón En el marco de la Paz de los Treinta años, Mantinea mantuvo buenas relaciones con Esparta, al menos hasta el 395 a.C., en parte sustentadas en los vínculos personales del rey Pausanias con destacado democratas mantineos.28 Sin embargo, hacia finales de

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Forsén et al., 2008: 227 ss. Sobre el itinerario pausaniano, que ahora ha de ser reconstruido por completo, Paus. 8.36.7-8: “Τριάκοντα δέ ἐστιν ἀπωτέρω σταδίοις Παλίσκιος ὀνομαζομένη χώρα· ἐκ Παλισκίου δὲ ἀφιέντι μὲν ἐν ἀριστερᾷ τὸν Ἔλαφον ὄντα οὐκ ἀέναον καὶ προελθόντι ὅσον εἴκοσι σταδίους, ἄλλα τε ἐρείπια Περαιθέων καὶ ἱερὸν λείπεται Πανός. Ἢν δὲ τὸν χειμάρρουν διαβῇς, κατ´ εὐθὺ πέντε μὲν σταδίοις καὶ δέκα ἀπωτέρω τοῦ ποταμοῦ πεδίον ἐστί, διελθόντι δὲ τοῦτο, τὸ ὄρος ὁμώνυμον τῷ πεδίῳ τὸ Mαινάλιον. Τοῦ δὲ ὄρους ὑπὸ τοῖς καταλήγουσι πόλεως σημεῖα Λυκόας καὶ Ἀρτέμιδος ἱερὸν καὶ ἄγαλμά ἐστι χαλκοῦν Λυκοάτιδος· (8) ἐν δὲ τοῖς κατὰ μεσημβρίαν τοῦ ὄρους Σουμητία ᾤκιστο. Ἐν τούτῳ δέ εἰσι τῷ ὄρει καὶ αἱ καλούμεναι Τρίοδοι, καὶ τὰ ὀστᾶ Ἀρκάδος τοῦ Καλλιστοῦς ἀνείλοντο ἐντεῦθεν κατὰ τὸ ἐκ Δελφῶν μάντευμα οἱ Μαντινεῖς. Λείπεται δὲ καὶ αὐτῆς ἔτι ἐρείπια Μαινάλου, ναοῦ τε σημεῖα Ἀθηνᾶς καὶ στάδιον ἐς ἀθλητῶν ἀγῶνα καὶ τὸ ἕτερον αὐτῶν ἐς ἵππων δρόμον· τὸ δὲ ὄρος τὸ Μαινάλιον ἱερὸν μάλιστα εἶναι Πανὸς νομίζουσιν, ὥστε οἱ περὶ αὐτὸ καὶ ἐπακροᾶσθαι συρίζοντος τοῦ Πανὸς λέγουσι”. 27 Entre las principales implicaciones del nuevo hallazgo, que surgen de inmediato, menciono brevemente: a) Se descarta la tradicional identificación del entorno de la actual Arahamites con el emplazamiento de Peraitheis mencionado por Pausanias; en mi opinión, Peraitheis ha de ser situado en la zona de la actual Kerastaris (20 estadios desde Paliskios, dejando a mano izquierda al arroyo Elaphos, es decir, avanzando hacia el Este), de modo que el itinerario de Pausanias después de la localidad Paliskios, ha de ser dividido en dos itinerarios distintos, uno hacia este, que conduce a Peraitheis, y otro hacia norte, que conduce a la Llanura menalia y la ciudad de Licoa con su santuario de Artemis Lykoatis. b) En Agia Paraskevi, Arahamites, hay que ubicar la ciudad menalia de Licoa (muy probablemente es ésta ciudad menalia la que participará en el intento de secesión de Megalópolis, en el siglo IV a.C.; véase en las páginas siguientes, a propósito de este acontencimiento ). c) El Mainalion Pedion (Llanura menalia) de Pausanias no se puede identificar con el valle de Helisón-Llanura de Davia, como se ha hecho tradicionalmente, sino con la pequeña llanura de Arahamites. d) El Mainalion Oros (Monte Menalio), no es el monte actualmente denominado Monte Ménalo en general, si no, en concreto, la altura de Agios Elias de Arahamites-Valtetsi. e) Precisamente en esta altura de Agios Elias hay que situar Triodoi (Tres Caminos), el lugar donde se encontraba la tumba de Arcas, el héroe epónimo de Arcadia, de donde los mantineos, siguiendo el oráculo délfico, habrían trasladado los huesos del héroe en el ágora de Mantinea. Habitualmente, este acontecimiento se asociaba por parte de la investigación con la primera fundación de Mantinea, pero creo que habría suficientes elementos para asociarlo con algún momento del siglo V a.C. en el que Mantinea ejerciera un control real sobre esta comarca y buscaba fórmulas para potenciar su propaganda (el periodo 425-421 a.C. podría ser un marco particularmente idoneo). f) Otras implicaciones en relación con la situación topográfica de otros centros, tales como Soumateion y la ciudad Mainalos. g) Importantísimos nuevos datos sobre la relación entre los cultos de Artemis y Despoina, esta última documentada sólo en Licosura antes de los hallazgos epigráficos de Agia Paraskevi, que apuntan a algo más que a una afinidad entre las diosas, aludiendo, probablemente, a su identificación bajo cierta interpretatio arcadica. 28 X. HG. 5.2.3. Estas relaciones se remontan al período 408-395 a.C.; cfr. también el decreto ateniense IG II2 332, que, quizás, podría hacer referencia a acontecimientos de éste período.

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la década de los noventa del siglo IV a.C. las relaciones con Esparta empeoran.29 No hay suficiente información sobre este período, en el que, sin duda, se vislumbran en Mantinea procesos políticos de relevancia, que probablemente reavivaron las antiguas aspiraciones hegemónicas de la ciudad. Cuando se estaba acercando la expiración de la Paz de los Treinta años, el resurgimiento de un fuerte movimiento filoargivo entre los demócratas mantineos acabaría con la paciencia de Esparta, provocando una violenta reacción, apoyada, al parecer, por las élites oligárquicas mantineas. Así, en el año 385 a.C., coincidiendo con el cumplimiento de los treinta años de la Paz, Mantinea fue abiertamente acusada de abastecer a Argos de trigo y de no inspirar confianza a los lacedemonios. Tropas espartanas30 obligaron a los mantineos a destruir casi completamente su propia ciudad (núcleo urbano), imponiéndoles el diecismo (διοικισμός) de su polis-estado31. La tradición historiográfica, refleja precisamente la postura laconia y filolaconia, que pretendía presentar este traumático acontecimiento como un legítimo retorno a la organización política ancestral de la polis organizada κατὰ κώμας.32 Los cabecillas democráticos mantineos fueron exiliados en Atenas y otros lugares33. Catorce años más tarde estos mismos refugiados, que contaban con apoyos importantes entre la masa de los pequeños propietarios mantineos, aprovecharían la derrota espartana en Leuctra para refundar Mantinea, en el año 371 o 370 a.C. A partir de ahora y durante aproximadamente un lustro, la facción democrática mantinea, encabezada por Licómedes, protagonizaría una serie de importantes decisiones políticas orientadas a debilitar a Esparta potenciando el papel de Arcadia, apoyadas, si no promovidas, por Tebas. En estos procesos, de los que destaca la fundación de la Liga arcadia y la fundación por sinecismo de la ciudad de Megalópolis, en la Parrasia, Mantinea intentaría reservarse un papel de líder, que, en cierto sentido, le garantizaría 29

X. HG 5.2.1. Tuplin, 1993: 88-89. El episodio de la Guerra de Corinto, con los mantineos abandonando sus posiciones al primer peligro y ganándose las burlas de los laconios, indica su apatía frente a sus obligaciones de aliados de Esparta. Con posterioridad, Mantinea fue acusada por parte de Esparta de no participar de la mejor manera a las operaciones aliadas (συνεστρατεύοντο κακῶς). Las malas relaciones con Esparta se reflejan también en la decisión de Agesilao de atravesar de noche el territorio de Mantinea, en su regreso a Esparta tras la derrota infringida por Ifícrates (¿392 ó 390 a.C.?), para evitar el oprobio ante los mantineos (X. HG 5.18). 30 Tuplin, 1993: 88, nota 7. 31 Ibid.: 89. La intervención espartana que provocó el diecismo de Mantinea tambien se fundamentaba, en términos jurídicos, en el “derecho” de Esparta de defender precisamente los términos de la Paz Común, estipulada entre los estados griegos y el rey persa en el año 386 a.C. (cfr. Lanzilotta, 1980). 32 Ηodkinson y Ηodkinson, 1981: 262. 33 IG II2 33, l. 5. A los mantineos se les reservó en Atenas el mismo trato de ἀτέλεια de la que gozaban los tasios filoáticos, huidos de la isla en el 407 a.C.

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un peso específico especial, casi hegemónico, sobre los demás arcadios. En cierta medida, logró sus objetivos, al menos hasta el asesinato de Licómedes, acaecido en el año 366 a.C. No obstante, antes de analizar la posición de Mantinea en el marco de las dos nuevas fórmulas de organización política de los arcadios, la Liga, que llegó a afectar a la totalidad de las ciudades de Arcadia, y el sinecismo de una nueva y poderosa ciudad en la Parrasia, antiguo teatro de las aspiraciones expansionistas mantineas, conviene examinar el ya ampliamente conocido documento de la σύνθεσις entre Mantinea y la polis menalia de Helisón.34 La cuestión cronológica que plantea este documento no es de fácil solución, de modo que se han avanzado diferentes propuestas, siendo uno de los períodos más plausibles la etapa unmediatamente anterior al diecismo del 385 a.C.35 El tratado, que constituye una especie de συμπολιτεία desigual, pone de manifiestesto, en primer lugar, que otras comunidades arcadias vecinas de Mantinea, como Helisón, ostentaban el rango de polis.36 La pertenencia o no de algunas de estas poleis menores en superestructuras estatales de tipo tribal (tales como el probable Estado menalio, que, según algunos autores, pudo haber surgido en el siglo V a.C.),37 parece una cuestión de difícil respuesta, en cuanto las circunstancias históricas de cada momento podrían haber afectado de manera sustancial el comportamiento de los componentes individuales – 34

Te Riele, 1987; SEG 37 (1987) 340; 38 (1989) 351; 39 (1989) 392; 40 (1990) 371; Dubois, 1988a: 279, 1988b: 395 ss.; Spyropoulos, 1989: 118 s.; Thür y Taeuber, 1994: 98 ss. (nº 9); Rhodes, 1995: 97; Hansen, 1995: 58; 1996b: 35; Nielsen, 1996b: 67 ss.; Tsiolis, 2002: 60 ss. 35 Te Riele, 1987 (parece encuadrar el documento en el período de la expansión democrática mantinea de los años veinte del siglo V a.C.); Spyropoulos, 1982 (finales del siglo V o comienzos del IV a.C.); Dubois, 1988b (ligeramente anterior al año 385 a.C. o poco posterior al 370 a.C.; esta propuesta está basada en el hecho de que en la inscripción se registra el fenómeno de la diferenciación vocálica de largas y breves, si bien no se han conservado documentos que permitan fijar el momento exacto de la aparición del fenómeno en la epigrafía mantinea); Thür y Taeuber 1994 (años cincuenta o cuarenta del siglo IV a.C.); Tsiolis, 2002: 60, 71 y nota 214 (anterior al 385 a.C. o post 362 a.C., incluso hasta poco después del 353 a.C.). Helisón, citada como polis por Diodoro, ha sido objeto de saqueo y destrucción por parte de los espartanos en el año 353 a.C. (D.S. 16.39.5), en un momento de entendimiento entre Esparta y Mantinea y enfrentamiento de ambas con una coalición interestatal de Megalópolis. ). M. Moggi (1976: 311), cree que, por esta fecha, Helisón no formaba todavía parte del estado de Megalópolis: si bien Pausanias (8.27.3) menciona Helisón entre las arcadias que alimentaron el sinecismo de Megalópolis, hay motivos para creer que su adhesión al Estado megalopolita haya ocurrido en un momento más tardío. Cabría pensar, a mi juicio, que en algún momento inmediatamente anterior o posterior a la intervención de Arquidamo de Esparta contra Helisón, Mantinea intentara absorber la pequeña ciudad menalia por medio de la mencionada σύνθεσις. Sobre la cuestión, Tsiolis. 2002: 59 ss. No se sabe el grado de éxito y la duración de la incorporación, probablemente efímera, de Helisón en el Estado mantineo. 36 Sobre las entidades menalias que ostentan ese rango en algún momento de época clásica, véase Nielsen, 1996a, 1996b, 2002: 271-295; 364-379. 37 Ibid.; cfr. Moggi, 1991, 2001: 323-341.

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poleis individuales menalias, dotadas o no de núcleos urbanos– del probable Estado tribal menalio. En segundo lugar, la σύνθεσις con la ciudad de Helisón demuestra un nuevo intento expansionista mantineo, inspirado sin duda a la anterior expansión territorial de Mantinea, del siglo V a.C. Desconocemos si tratados análogos fueron estipulados separadamente entre Mantinea y otras poleis menalias en esta ocasión, o en otras ocasiones anteriores, a lo largo de los siglos V y IV a.C. Parece más probable que Mantinea, al menos durante su expansión de los años veinte del siglo V a.C., habría fomentado la creación de Estados sinecizados, como en el caso de la Parrasia, ejerciendo su influencia sobre cada una de las pequeñas poleis y comunidades que controlaba. La σύνθεσις entre Mantinea y Helisón, en cambio, se presenta como decisión política tomada por las dos ciudades de mutuo acuerdo y otorga a los helisfasios una serie de derechos y obligaciones. Los términos son los siguientes: 1) Los helisfasios se convierten en mantineos, ἴσοι καὶ ὅμοιοι a los ciudadanos de Mantinea y participan en todo aquello en lo que participan los mantineos (τὸς [Ἑ]λι/[σ]ϝασίος Μαντινέας ἦναι ϝῖσος καὶ ὐμοῖος, κ[ο]ινάζοντα[ς πάν]/των ὅσων καὶ οἱ Μαντινῆς). 2) Los helisfasios deben aportar su territorio y su πόλις a Mantinea y someterse a la legislación y costumbres de los mantineos (φέρ[ο]ντας τὰν χώραν καὶ τὰν π[όλιν]/ἰμ Μαντιν[έ]αν ἰν τὸς νόμος τὸς Μαντινέων). 3) La πόλις de los helisfasios se mantiene para siempre como tal (πόλις), siendo κώμα de los mantineos (μινόνσας τᾶς [πό]/λιος τῶν Ἑλισϝασίων ὥσπερ ἔχε[ι] ἰν πάντα χρόνον, κώμα[ν] ἔα/σαν τὸς Ἑλισϝασίος τῶν Μαντινέων). 4) Habrá un θεαρός de Helisón, tal y como (los hay) en/de las otras ciudades38 (θεαρὸν ἦναι ἐξ Ἑλισϝό[ν]/τι κατάπερ ἐς ταῖς ἄλλαις πόλισι). 5) Los sacrificios oficiales seguirán realizándose en Helisón y las embajadas sagradas se seguirán recibiendo según la tradición ancestral (τὰς θυσίας θύεσθαι τὰς ἰν Ἑ/λισϝόντι καὶ τὰς θεαρίας δέκεσθαι κὰ τὰ πάτρια).

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No está claro a que ciudades se refiere. Podría tratarse de una alusión a las ciudades en general o, al contrario, a otras ciudades arcadias, que, como Helisón, habían firmado una σύνθεσις análoga con Mantinea.

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6) A partir del momento de la incorporación de Helisón al estado mantineo, todos los procesos judiciales entre helisfasios y mantineos se celebrarán según la legislación y costumbres de Mantinea; todos los casos anteriores quedarán prescritos (τὰς [δ]ίκας διῶ/[ξ]αι τὸς Ἑλισϝασίος καὶ τὸς Μαντινέας ἀλλάλοις κὰ τὸς νόμος/ τῶν Μαντινέων, ἀφῶτε Μαντινῆς ἐγένοντυ οἱ Ἑλισϝάσιοι, τῶι ὕστερον· τὰ δὲ προτεράσια μὴ ἴνδικα ἦναι). 7) Todos los contratos que tengan estipulados los helisfasios entre sí, con anterioridad a su conversión en mantineos, tendrán validez, conforme a las leyes que entre ellos estaban en vigor cuando se incorporaron a Mantinea (ὅσα δὲ συμβόλ[α]ια ἐτύ-/γχανον ἔχοντες οἱ Ἑλισϝάσιοι αὐτοὶ πὸ αὑτὸς πάρος Μαντινῆς/ ἐγένοντυ, κύρια σφέσιν ἦναι κὰ τὸς νόμος τὸς αὐτοὶ ἦχον ὅτε ἔ/βλωσκον ἰμ Μαντινέαν). 8) Los helisfasios se deben registrar ante los epemeletas (ἐπιμεληταί) con su nombre y patronímico, por clases de edad, en el plazo de diez días desde el momento de la llegada de los lapicidas (σταλογράφοι). Los epemeletas trasladarán (la lista de los nombres de) los censados a Mantinea y los registrarán ante los supervisores de las instituciones (θεσμοτόαροι) durante el mandato del damiurgo Nices. Los θεσμοτόαροι, por su parte, tras transcribir los nombres del registro en paneles blancos (λευκώματα) deberán exponerlos delante del bouleuterion (βωλήιον). Si alguna persona manifiesta que haya en el registro a alguien que no sea helisfasio, éste debe presentarse ante los θεσμοτόαροι en el año siguiente al del mandato de δαμιουργία de Nices. El denunciado puede, sin embargo, apelar ante los Trescientos en el mismo (¿mes?...), ser juzgado y, en caso de ganar, ser ciudadano mantineo; de lo contrario será sancionado … (τὸς Ἑλισϝασίος πάντας ὰπυγράψασ/θαι ἰν τὸς ἐπιμελητὰς πατριᾶφι κάτ’[ἁ]λικίαν ἰν δέκ’ἀμέραις ἅμα-/ν οἱ σταλογράφοι μόλωνσι. τὸς δὲ ἀπυγραφέντας ἀπονιγ[κ]ῆν τὸς/ ἐπιμελητὰς ἰμ Μαντινέαν καὶ ἀπυγράψαι τοῖς θεσμοτοάροις ἐπ-/ὶ Νικῆι δαμιοργοῖ, τὸς δὲ θεσμοτοάροις γράψαντες ἰν λευκώματ[α]/ δεϝαλῶσαι πὸς τὸ βωλήιον· ἂν δέ τις τῶν ὰπυγραφέντων μὴ φᾶτοι/ τινα ἦναι Ἑλισϝάσιον ἔξεστ[ι]ν ἰμφᾶναι τοῖς θεσμοτοάροις ἰν/ τῶι ὕστερον ϝέτ[ε]ι ἢ Νικὴς ἐδαμιόργη, τὸ[ν ... ἰμ]φανθέντα ἐπιδι/κεύσασθαι ἰν τοῖς [τ]ριακασίοις αὐτοῖ [μηνὸς? ...]ερω ἅ[μ]αν ἰμ/φανθῆ καὶ ἂ[μ μὲν νικᾶ] ἔστω Μαντι[νής, εἰ δὲ μή, τ.ι θε]οῖ ὀφλέτω [...]. Con estas disposiciones del tratado, Helisón pierde su autonomía política (autodeterminación y soberanía), pasando a formar parte del estado mantineo como 11

entidad integrante y siendo absorbido por esta formación estatal más poderosa. Se trata, en consecuencia, de una συμπολιτεία forjada en términos de desigualdad39. Las cuestiones que emergen en relación con el estatuto jurídico de Helisón, una vez que estaba incorporada al estado mantineo, son consecuencia de la terminología empleada en la inscripción. En efecto, pese a convertirse Helisón en κώμα40 de Mantinea, se le otorga, a la vez, el derecho de seguir siendo πόλις como antaño. La aparente incompatibilidad entre los dos estatutos plantea, automáticamente, un serio problema interpretativo. Probablemente, la terminología depende de la perspectiva desde la que se use. No parece que esta contradicción fuese algo verdaderamente excepcional, ni que la pervivencia de la condición de polis de Helisón tras su absorción por parte de Mantinea fuese sólo una concesión honorífica, vacía de contenido, que no iba más allá de garantizar la celebración de los tradicionales sacrificios en Helisón. De hecho, si bien nada permite asumir que Helisón haya conservado derechos de tipo político, Helisón mantiene un control relevante sobre la administración de sus asuntos religiosos, no sólo en la celebración de los sacrificios oficiales, si no también en sus intercambios de embajadores sagrados con el exterior. Este derecho de “autodeterminación” en la gestión de los sacra propios, deriva, en mi opinión, precisamente del mantenimiento de su condición de polis, no solo en sentido urbano, si no también en el sentido de entidad autónoma en ciertos aspectos, aunque dicha autonomía (y, por tanto, dicha condición de polis) quedaba restringida a la esfera de (algunos de) sus asuntos religiosos. Su anterior autonomía en los demás asuntos quedaba absorbida por el Estado mantineo, al que Helisón entraba a formar parte como κώμα, de plena ciudadanía mantinea. La anterior hipótesis, no es la más habitual entre los investigadores, que por lo general no suelen interpretar en clave religiosa la totalidad del texto de las ll. 8-10: θεαρὸν ἦναι ἐξ Ἑλισϝό[ν]/τι κατάπερ ἐς ταῖς ἄλλαις πόλισι. τὰς θυσίας θύεσθαι τὰς ἰν Ἑ/λισϝόντι καὶ τὰς θεαρίας δέκεσθαι κὰ τὰ πάτρια. En cambio, este texto ha de ser

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Un caso parecido en Arcadia podría hallarse en el tratado (σύνθεσις) de συνϝοικία entre Orcómeno y Euaimon (IG V2 343: μοσαν οἱ ὐα ί - μνιο ι τάδε· ἀψευ δ - ήων ἂ ν τὰν συϝοι κί - αν τοῖς Ἐρχομινίο ι - ς πὸς τὰς συνθέ σ - ι ς) para el que se han propuesto distintas cronologías a lo largo de la primera mitad del siglo IV a.C.: Thür y Taeuber, 1994: nº 15 (con bibliografía anterior); Nielsen, 1996b: 71. 40 La explícita mención del término κώμα en una inscripción arcadia desvirtúa, definitivamente, uno de los argumentos de Bölte (1930: 1311) a propósito del uso del término δῆμος por Estrabón. B. Bölte, pensaba que, al no aparecer en las inscripciones arcadias la palabra κώμα, el término no era usado en Arcadia en el ámbito político-administrativo y por ello el Geógrafo habría preferido utilizar la palabra δῆμος.

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entendido, a mi juicio, exclusivamente en términos de gestión religiosa, sin necesariamente tener implicaciones políticas de ningún tipo.41 Conviene destacar a continuación algunas de las principales hipótesis avanzadas hasta la fecha.42 P.J. Rhodes opina, que el término πόλις se emplea en el texto con dos significados distintos: en la l. 5 significaría entidad política y en las ll. 6-7 significaría centro urbano. De parecer diverso es M. Hansen, quien piensa que el término ha de entenderse en ambos casos en el sentido de entidad política y que la diferenciación entre πόλις y κώμη depende del punto de vista (interno o externo) de la nueva realidad de Helisón. Th.H. Nielsen también cree que πόλις política en ambos casos y que Helisón no fue completamente dependiente de Mantinea, puesto que mantuvo “some influence also on affairs outside the kome since thearoi were clearly sometimes involved in foreign policy”. Uno de los puntos que, a mi juicio, invita a una reflexión más profunda de la que se le ha prestado hasta la fecha es la cuestión de la interpretación que se dé al término θεαρός, que en el texto designa con claridad a un magistrado o funcionario originario de Helisón, que existirá (ἦναι) después de la incorporación de Helisón en el Estado de Mantinea. La práctica totalidad de los investigadores que se han ocupado del tema interpreta la expresión textual θεαρὸν ἦναι ἐξ Ἑλισϝό[ν]/τι κατάπερ ἐς ταῖς ἄλλαις πόλισι en el sentido de que Helisón habrá de proporcionar un θεαρός al cuerpo de altos

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Tsiolis, 2002: 62 ss. Rhodes, 1995: 97; Hansen, 1995: 58; 1996 b: 35; Nielsen, 1996b: 67 ss.; Tsiolis, 2002: 62 ss.; 207.

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magistrados de Mantinea,43 mencionados en la forma ática de θεωροί en un importante texto de Tucídides.44 Esta opinión de la investigación provoca una cadena de deducciones, que afectan a importantes aspectos de la política mantinea, que, en mi opinión, no siempre son fácil y necesariamente asumibles sin ulteriores argumentos. Por un lado, la explicación más extendida entre los investigadores de la expresión κατάπερ ἐς ταῖς ἄλλαις πόλισι tiende a aceptar la existencia de otros casos de “poleis”, análogos al de Helisón, que no sólo se encontraban bajo el control de Mantinea, sino que habían sido absorbidas por esta ciudad. Cabe subrayar, de inmediato, que no existe testimonio alguno que sustente esta deducción, siendo Helisón el único caso de sympoliteia desigual conocida, estipulada por Mantinea a lo largo de, al menos, el último cuarto del siglo V y la primera mitad del siglo IV a.C. Cabría, sin embargo, pensar, tal y como han hecho algunos investigadores, que las “otras ciudades” del texto podrían ser las entidades de origen preurbano, sinecizadas en Mantinea, bien desde la primera fundación de la ciudad, probablemente de la primera mitad del siglo V a.C., bien desde su refundación entorno al 370 a.C. Th. H. Nielsen, sugiere, por ejemplo, que Nestane podría haber ostentado el rango de πόλις entre el diecismo del 385 a.C. y la refundación de Mantinea, del 371/70 a.C. Como es bien sabido, Estrabón denomina δῆμοι a los distritos sinecizados en el Estado

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Así ya J. Te Riele (1987: 176) en la editio princeps del documento: “Dans notre texte il s’agit évidemment, dc nouveau, des theores de Mantinée : Hélisson en fournira un, comme les autres villes, de sorte qu’on trouve à Mantinee un collège fixe composé d‘un nombre sans doute restraint de θεαροί. La question est de savoir s’il s’agit d’une fonction religieuse ou d’une place dans l’administration. Géneralement les théôres qui sont envoyes ailieurs pour représenter leur ville à une fête ou ceux qui sont envoyés pour annoneer une fête qui se déroulera dans leur ville sont désignés pour I’occasion et voyagent en nombre très limité, tandis qu’ici on semble parler d’une institution ; notre texte permet enfin d’entrevoir comment ce fameux collège des θεαροί de Mantinée est constitué”. También L. Dubois (1988 b: 396, nº 621) pensaba que: “au même titre que les autres poleis soumises à Mantinée Hélisson devra déléguer un théare au chef-lieu … il doit s'agir là des magistrats que mentionne Thucydide, V, 47,9, à propos de l'alliance entre Athènes, Argos, Élis et Mantinée, et qui sont chargés de faire prêter les serments. Si Hélisson devient politiquement une kômè de Mantinée, elle conserve néanmoins ses traditions religieuses : l. 9-10, il est stipulé qu'aussi bien les sacrifices habituels que l'accueil des théories (venues de Delphes ou d'Argos) continuera comme par le passé”. Esta interpretación ha sido mantenida por la casi totalidad de los investigadores. Para una propuesta en parte diferente, Tsiolis, 2002: 62 s. y en la presente aportación. 44 Th. 5.47.9 (se mencionan los θεωροί mantineos en la exposición tucididea de los términos de la Cuádruple Alianza; 421 a.C.); cfr. Xen. Hell. VI 5, 7 (se menciona un cuerpo de θεαροί en Tegea, en el año 370 a.C.); cfr. Thür y Taeuber, 1994: 127 s., con bibliografía anterior (θεαωροί, cuerpo de 5 magistrados de Orcómeno; 369-361 a.C.).

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mantineo45 y sabemos que algún núcleo de tipo más o menos urbano, tales como Nestane y Maira, han coexistido con el centro urbano principal, el de Mantinea.46 Sin embargo, la composición original del Estado mantineo, incluso del que ha resultado de la segunda fundación de la ciudad, no parece que ofrezca una base de análisis comparable con las condiciones que rodean la anexión mediante σύνθεσις de la ciudad de Helisón. Ahora bien, es posible, e incluso plausible, como desde hace tiempo ha sugerido la investigación, que los distritos presinecísticos de Mantinea habían contribuido con un θεωρός47 cada uno en la composición del cuerpo de estos magistrados de Mantinea. No obstante, esta posible composición del cuerpo de θεωροί θεαροί mantineos no implica necesariamente que la anexión de la πόλις de Helisón al Estado mantineo (o, incluso, de la hipotética anexión de otras πόλεις arcadias en situación similar –de las que, como ya se ha aludido, no contamos con testimonio alguno-) les generaba la obligación y el derecho de enviar un θεαρός a Mantinea, incrementando el originario número de los (¿5?) θεωροί mantineos u obligando a una elección-rotación de los miembros del cuerpo para dar cabida a los nuevos magistrados venidos de las ciudades anexionadas. Asumir esta posibilidad equivale a admitir que el cuerpo de los θεωροί mantineos se formaba respetando, en cierto modo, el criterio de procedencia territorial de sus miembros. Esta posibilidad es plausible, naturalmente, pero, exceptuando el caso complejo de Helisón, no hay de esto ningún otro indicio sólido en las fuentes. Sin embargo, la posible interpretación del texto en clave religiosa, a la que ya he aludido con anterioridad, se adapta mejor al contexto de la inscripción, sin excluir la posibilidad arriba expuesta. En efecto, dicho contexto parece limitarse claramente a la esfera de la gestión de los sacra de Helisón, sin que nada permita su asociación espontanea con la magistratura central de Mantinea. De hecho, el contexto parece legitimar, por encima de cualquier otra posibilidad, una interpretación del θεαρός de Helisón aquí mencionado como funcionario religioso, activo en el marco de su propia comunidad y revestido con las habituales funciones religiosas que ostentan los θεωροί 45

Str. 8.3.2 (δῆμοι); D.S. 15.5.4 (κῶμαι). St.Byz. 478.7-8; Theopomp. Hist. [FrGrHist. 115, fr. 175]; cfr. Ephor. [FrGrHist. 70, fr. 334]; cfr. Paus. 8.7.4. Hodkinson y Hodkinson, 1981: 264; Nielsen, 2002: 568 ss.; 578. 47 Mantengo aquí el término θεωροί en ático porque es la única forma del nombre de estos magistrados atestiguada, gracias a Tucídides, en Mantinea, con anterioridad al descubrimiento de la inscripción de laσύνθεσις con Helisón. 46

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en todo el mundo griego. Una lectura en este sentido no impone a priori (aunque tampoco la excluye) la vinculación del θεαρός de Helisón con el cuerpo de magistrados mantineos.48 Aún así, permanece la dificultad de interpretar la comparación que se efectúa en el texto entre Helisón y “las demás otras ciudades”: θεαρὸν ἦναι ἐξ Ἑλισϝό[ν]/τι κατάπερ ἐς ταῖς ἄλλαις πόλισι (“que haya un thearos de Helisón, como de/en las demás otras ciudades”). ¿A que “demás otras ciudades” se refiere el texto? Ya he aludido a la firme convicción de la investigación de que se trate de una alusión a otras supuestas poleis arcadias que Mantinea habría anexionado, sirviéndose del mismo modelo aplicado en Helisón. Th. H. Nielsen, en su intento de explicar el reconocimiento a Helisón del derecho de seguir recibiendo embajadas sagradas (θεαροδοκίαι), excluye la idea de que Helisón mantuviera efectivamente el derecho universal de θεαροδοκία (aplicable con cualquier santuario y ciudad helénicos, como pensaba, L. Dubois), defendiendo la idea de un derecho limitado, sólo aplicable en el marco de algún sistema local, arcadio, de θεαροδοκίαι, como el documentado para el santuario arcadio de Loussoi.49 Personalmente, la comparación de Helisón con las “demás otras ciudades” que se efectúa en el texto no me parece tanto alusivo a otros supuestos casos de “ex” ciudades, o de ciudades dependientes (dependent poleis), anexionadas al Estado mantineo, sino, sencillamente, a una referencia genérica a las πόλεις griegas en general, cuya autonomía comenzaba precisamente con la autonomía religiosa y el derecho de contar con sus propios θεωροί y θεαροδόκοι.50 En consecuencia, la comparación entre Helisón y las “demás otras ciudades”, que introduce la preposición κατάπερ, está orientada, en mi opinión, a equiparar, en la esfera de lo religioso y sólo en ésta, la πόλις de Helisón con todas las demás πόλεις de Grecia. A través de la interpretación del texto que aquí se propone, se justifica también la controvertida clausula inicial de la σύνθεσις, que reconoce el derecho de Helisón de permanecer para siempre πόλις, aún convirtiéndose en κώμα de Mantinea: en efecto, Helisón pierde su autonomía y entra a formar parte de Mantinea en todos los demás aspectos a excepción de las gestión de las 48

La única función explícitamente conocida de los θεωροί mantineos, es la de tomar, junto con los polemarcos de la ciudad, los juramentos prestados por los demiurgos, el Consejo y las demás autoridades, en el contexto de la estipulación de la Cuádruple Alianza, en el año 420 a.C.: ἐν δὲ Μαντινείᾳ (ὀμνύντων) οἱ δημιουργοὶ καὶ ἡ βουλὴ καὶ αἱ ἄλλαι ἀρχαί (Th. 5.47.9). 49 Nielsen, 1996b: 69; Dubois, 1988 b: 376. 50 Cfr. Daux,1949.

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funciones religiosas ancestrales de las θεαρίαι, θεαροδοκίαι y θυσίαι, funciones habitualmente típicas de πόλεις autónomas, sobre las que mantiene todos sus derechos, como cualquier otra ciudad, incluso después de su anexión en el Estado mantineo.51 Como señala G. Te Riele, tratados de συμπολιτεία desiguales de este tipo se reflejan con frecuencia en la epigrafía griega, dándose casos de ciudades poderosas que se funden con otras más pequeñas, convirtiéndose las primeras en los centros políticos de los que todos los ciudadanos de los centros menores adquieren la ciudadanía. En nuestro caso, se manifiesta explícitamente en la inscripción que la legislación vigente será la de la ciudad más poderosa, sin que se pueda saber en qué medida la anexión de Helisón haya provocado revisiones o ampliaciones a la legislación vigente en Mantinea con anterioridad al acontecimiento.52 4. La política hegemónica mantinea en el siglo IV a.C. De la refundación de la ciudad a su protagonismo en la constitución de la Liga arcadia y la fundación de Megalópolis

Mantinea resurgiría como polis sinecizada y entidad urbana tras la derrota espartana en Leuctra (371 a.C.) para encabezar de la mano de los demócratas un nuevo

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También cabría plantearse si la mención tucididea a los θεωροί mantineos refleja fielmente el término oficial utilizado en Mantinea para designar a estos funcionarios. Una posible duda surge por la repetida mención de los θεσμοτόαροι de Mantinea en el texto de la σύνθεσις, donde, como se ha visto, se registra también el término θεαρός, pero vinculado a Helisón y sin alusión clara eventuales θεαροί de Mantinea. El término θεσμοτόαροι sólo está documentado en esta ciudad, en la inscripción de la σύνθεσις y, como advertí en otro trabajo, posiblemente también en IG V2 461, una inscripción de mediados del siglo V a.C. (Tsiolis, 2002: 63, 207 s.). El nombre es un compuesto de θεσμός+θεαρός, es decir, que el término remite a un colectivo de supervisores (θεαροί) encargados de las leyes fundamentales. En mi opinión, los θεσμοτόαροι, más que un cuerpo de simples funcionarios administrativos, constituirían un cuerpo de magistrados de rango destacado. También, cabría investigar la posibilidad de identificación entre los θεσμοτόαροι epigáficamente atestiguados en Mantinea y los θεωροί mantineos mencionados por Tucídides (¿una simplificación tucididea del término arcadio?), aunque la existencia del término θεαρός en Helisón (y en otras ciudades arcadias vecinas) sugieren que Mantinea también podría contar con θεαροί. Por otra parte, a juzgar por el texto de la σύνθεσις y la etimología de su nombre, las funciones desempeñadas por los θεσμοτόαροι mantineos podrían ser análogas a las de los θεσμοφύλακες de otras ciudades. En este sentido, es interesante observar en el texto de Tucídides, que la función de tomar los juramentos en Elis, otra de las ciudades firmantes de la Cuádruple Alianza, corresponde a los δημιουργοί y a los θεσμοφύλακες (en Mantinea, como ya se ha señalado, corresponde a los θεωροί y los πολέμαρχοι). Sobre esta cuestión, que reexaminaré más a fondo en un nuevo estudio, actualmente en curso, véase, de momento, Tsiolis, 2002: 62 ss.; 207. 52 Dubois (1988 a; 1988 b) considera que el acuerdo comportaba, de forma obligatoria, la inserción de algunos nuevos artículos en las leyes mantineas, concernientes a la organización del cuerpo cívico o a la designación de algunos magistrados.

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proceso político y estratégico, que se desarrollaría en el marco de la recién fundada, por iniciativa mantinea, Liga arcadia.53 Mantinea tuvo un papel destacado en el vuelco político que llevó al poder en Tegea al partido democrático, favorable a la Liga y promovió, con ayuda tebana, la fundación de Megalópolis54, para potenciar el flanco más débil de la Liga. No parece probable, que la anexión de la ciudad de Helisón al Estado mantineo se haya producido durante este período de poderío político. Ambas iniciativas, promovidas por Mantinea con fervor, estaban concebidas en clave antiespartana. Cabe subrayar, que la recién fundada Megalópolis se extendía territorialmente en una amplia porción de la Arcadia suroccidental, ocupando sobre todo todo el territorio de la Parrasia, comarca que había sido tan importante para la política hegemónica mantinea de principios del último cuarto del siglo V a.C. Mantinea mantuvo un papel de potencia líder en el marco de la Liga arcadia durante todo el período del liderazgo democrático de Licómedes, que, además de inspirador de la propia Liga, figuraba entre los diez ecistas de la ciudad de Megalópolis. Sin embargo, a partir del 366 a.C. se produciría un vuelco en las relaciones de Mantinea con la Liga y con Tebas, tras el oscuro asesinato del propio Licómedes. Mantinea vio mermarse su liderazgo sobre la Liga y las discrepancias con sus socios la empujaron a encabezar una corriente de tendencia contraria a la que Tegea, Megalópolis y otras potencias arcadias estaban imponiendo a la Liga con apoyo tebano. Comenzaría así un alejamiento progresivo de Mantinea de la política filotebana del resto de la Liga y un cada vez mayor entendimiento con Esparta. Finalmente, en el año 362 a.C., esta situación insostenible llevaría a los dos bandos a una nueva batalla delante de las puertas de Mantinea, donde se midieron el bando filotebano arcadio unido a las tropas tebanas de Epaminondas, por un lado, y la facción proespartana de los arcadios liderados por Mantinea, unida a los espartanos y a un pequeño contingente ateniense, por otra. Sin embargo, el tratado de paz estipulado tras el enfrentamiento, no suscrito por Esparta, no logró soluciones definitivas y su interpretación dio lugar a nuevos disturbios. Según Diodoro55, la cláusula que obligaba a todos los contendientes a 53

Larsen, 1968; Dušanić, 1976; Beck, 1997; Daverio Rocchi, 1993; Nielsen, 2002: 474 ss. Larsen, 1968; Lanzilotta, 1975; Moggi, 1976; Dušanić, 1976; Nielsen, 2002: 413 ss. 55 D.S. 15.94.1-3; cfr. Paus. 8.27.5-7. 54

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regresar a sus respectivas ciudades fue interpretada al pie de la letra por parte de determinados sectores de la población de Megalópolis, que abandonaron en masa la ciudad, para volver a sus lugares de origen56. Se trataba, naturalmente, de ciudadanos que, menos de diez años atrás, habían aceptado contribuir demográfica y políticamente a la recién fundada Megalópolis. Megalópolis había sido una experiencia sinecística en sentido “político”, realizado a través de la unificación de poderes e instituciones de los distintos centros afectados y mediante el traslado al nuevo centro urbano de una parte de la población rural, residente hasta entonces en las κῶμαι. A pesar de que Diodoro no mencione reivindicaciones de autonomía por parte de los habitantes de los pequeños centros que habían sido trasladados al centro urbano de Megalópolis, su negación de seguir participando en el proyecto sinecístico constituye un verdadero movimiento de secesión, ya que ponía en entredicho la integridad del estado. El movimiento hizo temer un debilitamiento de

Megalópolis y provocó la contundente intervención del Estado

megalopolita, apoyado por un considerable contingente de tropas tebanas, que realizaron operaciones de asalto contra los focos de resistencia. Según Diodoro, los secesionistas pidieron ayuda a Mantinea, a otros arcadios contrarios a Megalópolis, a los eleos y de “los demás participantes de la coalición de Mantinea”. El intento de secesión se presenta, por tanto, como producto de las profundas discrepancias entre dos facciones en la misma Megalópolis e invita a sospechar una manipulación exterior en los asuntos internos de Megalópolis, con Mantinea a la cabeza. En ninguna de las fuentes que hacen referencia a la fundación de Megalópolis se percibe la coacción como medio para la realización del sinecismo. Pausanias, cuyo relato sobre la fundación es el más extenso y detallado, habla de προθυμία en participar por parte de todos los centros rurales. No obstante, recoge también la información de que los habitantes de algunas κῶμαι (Licosura, Trapezunte, Licea y Tricolonos) cambiaron de opinión y se resistieron en abandonar sus antiguos centros (ἄστη).57 La reacción de los arcadios de la Liga fue violenta, provocando la 56

Según Pausanias (8.27.5-6) los que “cambiaron” de opinión e intentaron volver a sus lugares de origen fueron los liceatas, tricolonios, licosurios y trapezuntios. Algunos de éstos se vieron obligados a volver a Megalópolis, mientras que los supervivientes de los trapezuntios tuvieron que abandonar el Peloponeso y refugiarse en la ciudad de Trapezunte en el Ponto, antigua colonia de Trapezunte, arcadia según la tradición recogida por el Periegeta. Los originarios de Licosura no habían sido ajusticiados por respeto al santuario y al culto de Despoina y Deméter. 57 Paus. 8.27.5.

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capitulación y destrucción de Trapezunte, así como a sangrientas venganzas y expulsiones, que obligarían al exilio a sus habitantes. Licosura se salvaría, probablemente a través de una solución negociada, gracias a la protección que le brindó el prestigio del santuario de Déspoina, a cuyo asilo se acogieron los secesionistas. Los originarios de los restantes centros debieron resignarse ante la contundencia de la intervención y volver sin mayor resistencia a Megalópolis58. Ahora bien, es probable, que el acontecimiento relatado por Pausanias sea el mismo al que se refiere Diodoro y que el intento de abandonar Megalópolis y volver a los lugares de origen no se haya producido en los inicios del sinecismo (antes del 368 a.C.), sino con posterioridad a la batalla de Mantinea (inmediatamente después del año 362 a.C.). En tal caso, la intromisión de Mantinea en los asuntos internos de Megalópolis con el fin de debilitarla, a la que alude Diodoro, parece una reacción política plausible. En efecto, vista la profunda brecha que se había ido abriendo en la Liga arcadia tras la muerte de Licómedes (366 a.C.) hasta la escisión definitiva de Mantinea, y teniendo en cuenta el tradicional liderazgo de esta ciudad sobre varias comunidades presinecísticas menalias y parrasias, así como su incuestionable papel de promotor principal entre los arcadios del sinecismo de Megalópolis, cabría interpretar el movimiento secesionista como muestra de la disconformidad de algunos de estos antiguos partners mantineos hacia la nueva situación política que enfrentaba a Megalópolis con Mantinea. El caso de Helisón, arriba mencionado, parece indicar que a lo largo de la primera mitad del siglo IV a.C. Mantinea había intentado recuperar su control sobre algunas comunidades vecinas. Posteriormente, Mantinea aspiraba, con toda probabilidad, a recuperar este control fomentando y conduciendo la creación de la nueva entidad política de Megalópolis, esperando que la nueva ciudad desempeñara un papel favorable para los intereses de sus promotores mantineos. Sin embargo, en

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Es problemática la identificación del asentamiento de los liceatas, pues hay dos poblaciones con este nombre, una de la Cinuria (para la que Pausanias utiliza el gentilicio “liceatas” en 8.27.4 y que la investigación moderna identifica con la ciudad de Licoa, junto al Alfeo, mencionada en Plb. 16.17) y otra de la Menalia (Licea, en Paus. 8.27.3; Licoa, en 8.36.7). El texto de Pausanias parece hacer referencia a los liceatas de la Cinuria; sin embargo, tradicionalmente, la población menalia tenía lazos más importantes con Mantinea, a la que se dirigieron los secesionistas pidiendo ayuda. En este caso el mapa de la rebelión incluiría parte de los territorios de la Menalia y la Parrasia controlados, antaño, por Mantinea, lo que indicaría un interés especial por parte de esta ciudad en el movimiento de secesión. El emplazamiento de la ciudad menalia de Licoa ha sido recientemente identificado con seguridad con el entorno de la aldea actual de Arahamites (véase supra, en especial, notas 26 y 27).

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Megalópolis y en el marco de los intereses más amplios que generaban las coaliciones interestatales, habían prevalecido en el transcurso de la década de los sesenta los sectores hostiles a los intereses de los demócrata mantineos, de modo que Megalópolis representaba una potencia hostil para Mantinea. En consecuencia, no se puede descartar que los sectores de Megalópolis todavía controlados por Mantinea fueran incitados a la secesión por ésta e, indirectamente, por sus aliados espartanos. En este punto, si se acepta que los relatos de Diodoro y de Pausanias conciernen a un único acontecimiento, posterior a la batalla de Mantinea, sería interesante indicar que el protagonismo de Trapezunte en el movimiento de abandono del sinecismo Megalópolis pudo haber causas más profundas. En efecto, como hemos aludido con anterioridad, a propósito de la expansión de Mantinea en la Parrasia en los comienzos del último cuarto del siglo V a.C., y su más que plausible implicación directa en la fundación de un Estado parrasio (en alguna fecha ente 465 y 423 a.C.) con sede en Kyparissia/Trapezunte, la ciudad de Trapezunte había sido concebida como principal y vanguardista centro urbano del nuevo Estado. Todo un paradigma de urbanización, que acompañaba sin duda a un proceso sinecístico más amplio, tanto en el sentido de sinecismo físico, con translado de parte de la población al nuevo centro de Kyparisssia, como en el sentido de sinecismo político de los distintos centros pre-estatales de la Parrasia, algunos de los cuales podrían haber desarrollado ya ciertas formas urbanas o protourbanas. Parece evidente, que la experiencia de la urbanización de Trapezunte en el marco de la creación del Estado parrasio constituía la anticipación, en menor escala, del posterior sinecismo de Megalópolis. Aquel proyecto fracasó, tras la intervención de Esparta y el “diecismo” del Estado parrasio, aunque la ciudad de Kyparissia/Trapezunte no parece que fuera abandonada, al menos no en su totalidad, ya que seguía existiendo en la década de los sesenta del siglo IV a.C. No cabe duda, de que con la elección de los arcadios (y tebanos) de fundar Megalópolis y no retomar el antiguo proyecto de estatalización de la Parrasia con centro en Trapezunte, dejaba a Trapezunte definitivamente fuera de un posible papel de liderazgo en la comarca. Quizás, esta posibilidad podría ayudar a entender mejor la iniciativa de Trapezunte de abandonar el proyecto sinecístico de Megalópolis a la primera ocasión. Indistintamente si su alto grado de urbanización en el siglo V a.C. fuese consecuencia de su importancia en el marco del Estado parrasio, o indicio de un camino solitario, centrífugo, respeto al resto de la ciudades parrasias, pone de manifiesto que su posición era destacada en el 21

contexto comarcal. Sin embargo, poco más de cincuenta años después del “diecismo” del Estado parrasio, Trapezunte ya no fue llamada a liderar el nuevo proyecto de crear un Estado antiespartano potente en la región de la Parrasia y su inmediato entorno. Su posición privilegiada de antaño había sido sustituida por la decisión de la Liga arcadia de fundar una nueva ciudad, Megalópolis, a menos de 15 km de distancia, en cuyo contexto Trapezunte no era más que uno de los múltiples componentes del sinecismo. Aunque no se pueda hablar de rivalidad entre Trapezunte y Megalópolis, las antiguas aspiraciones de la primera podrían haber favorecido diacrónicamente la pervivencia de un clima poco conforme con la importancia concedida por la Liga a Megalópolis, abierto con facilidad a las manipulaciones de sectores contrarios a

la propia

Megalópolis y en especial las de Mantinea, el antiguo valedor de Trapezunte. Y esto, a pesar de que en las postrimerías de la década de los sesenta del siglo IV a.C. Mantinea se encontraba en el mismo lado que Esparta, al contrario que en el siglo anterior, cuando había intentado potenciar el papel antiespartano de la Parrasia, apoyando la formación de un Estado urbanizado en la comarca. BIBLIOGRAFIA BECK, H. (1997) Polis und Koinon. Untersuchungen zur Geschichte und Struktur der griechischen Bundesstaaten im 4. Jahrbundert v. Chr., Stuttgart. BÖLTE, B. (1930) “Mantinea” en RE 14.2: 1289-1344. DAVERIO ROCCHI, G. (1993) Città-Stato e Stati federalí della Grecia classica. Lineamenti di storia delle istituzioni politiche, Milán. DAUX, G. (1949) “Listes delphiques des théarodoques” REG 62: 1-30. DUBOIS, L. (1988a) “À propos d’une nouvelle inscription arcadienne” BCH 112: 279290. DUBOIS, L. (1988b) “Mantinée” REG 101, BE, nº 621: 395-397. DUŠANIĆ, S. (1976) Arkadski savez IV veka, Belgrado. FORNÍS, C. (1993) “Esparta y la Cuádruple Alianza”, Memorias de Historia Antigua 1314: 77-103. FORSÉN, B. (2000) “Population and Political Strength of Some Southeastern Arkadian Poleis”, en P. Flensted-Jensen (ed.) Further Studies in the Ancient Greek Polis, CPCPapers 5, Stuttgart: 35-55.

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