Entre la leyenda y la historia: Yu El Grande, el diluvio y la arqueología china. Memoria Digital, FES-Acatlán, México, 2009.

June 15, 2017 | Autor: W. Wiesheu | Categoría: Chinese Studies, State Formation, Chinese archaeology
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Descripción

Entre la leyenda y la historia: Yu El Grande, el diluvio y la arqueología
china

Walburga Wiesheu (Escuela Nacional de Antropología e
Historia)

En el pasado remoto había una gran inundación en el mundo, pero Gun y Yu de
la dinastía Xia abrieron canales para controlar el agua….


Han Feizi[1]


Introducción
En las primeras décadas del siglo pasado, exponentes de una corriente
historiográfica crítica conocida como la "Escuela Dudosa de la Antigüedad"
centraron su atención sobre Yu, llamado El Grande, personaje caracterizado
en las fuentes antiguas de China como un gran "héroe hidráulico" y fundador
asimismo de la primera dinastía de China unos 4000 años atrás. Cotejando
los documentos escritos unos 1500 años después, a saber a partir del
periodo de Zhou Oriental, trazaron su "metamorfosis" desde una figura semi-
divina en los textos más tempranos hasta su transformación en un ser humano
verdadero y soberano real de la dinastía de nombre Xia, y de allí que
empezaron a cuestionar la historicidad de Yu y de su dinastía y exclamaron
que cabe dudar de todo lo que dicen las fuentes escritas sobre periodos
anteriores a Zhou en que se remodelaron tradiciones anteriores y se
fabricaron tales historias en función de fines políticos del momento,
además de que mediante su "tesis de la estratificación", revelaron que
cuanto más tardía era una fuente histórica determinada más atrás en el
tiempo se remontaban diversas figuras prominentes de la Alta Antigüedad y
más detalles se anotaban o "inventaban" acerca de ellos.[2] Distorsionadas
en particular por los matices historizantes y moralizantes de la escuela
confuciana de pensamiento que trasciende en gran parte de los documentos
clásicos, las más antiguas tradiciones mitológicas, quizás trasmitidas
oralmente o plasmadas en materiales perecederos, fueron evemerizadas y
adecuadas de tal manera que sirvieran de ejemplos de gobernantes ideales y
han sido acomodadas en determinadas secuencias, como aquellas figuras de
los Tres Excelsos (Sanhuang) -integrados por Fuxi, Nüwa y Shennong- y de
los Cinco Emperadores (Wudi) referidos a Huangdi (el Emperador Amarillo),
Zhuanxu, Yao, Shun y Yu, los cuales reinaron en una legendaria Edad de Oro
de Sabios Gobernantes rebosantes de virtudes confucianas[3].
Pero mientras que la mayoría de los historiadores chinos han tendido a
ubicar a dichos soberanos paradigmáticos de la etapa pre-dinástica en el
periodo de la cultura arqueológica de Longshan (ca. 2600 a 2000 a.C.) de
finales del Neolítico y ven en los restos materiales de la cultura
arqueológica desenterrada en Erlitou (ca. 1900 a 1500 a.C.) los vestigios
de la dinastía Xia (siglo 21 a 16 a.C.), o al menos de los de su etapa
tardía, numerosos investigadores occidentales aún ponen en entredicho su
existencia[4] y trasladan al ámbito mitológico y legendario las menciones
sobre Yu junto con otras cualidades resaltadas en las fuentes históricas
conservadas, como las de un victorioso líder militar y notable constructor
de ciudades o el haber fundido los nueve calderos de bronce (ding)
simbolizantes de la autoridad real, y obviamente también aquellas
vinculadas a su aludida gesta heroica de haber sometido la "gran
inundación", que la mayoría de las fuentes la colocan en tiempos del
Emperador Yao. Pero este tipo de apreciaciones pueden cambiar a la luz de
evidencias de diversa índole aportadas por la investigación arqueológica
reciente.

Mitos y leyendas chinas sobre la gran inundación universal
Al igual que en otras culturas y civilizaciones antiguas del mundo,
también en China existen una serie de relatos en torno a una gran
inundación que amenazó la supervivencia de la humanidad, pero a diferencia
de la tradición mitológica del Cercano Oriente y que trascendió en el
recuento bíblico del diluvio universal, en las narraciones bastante
diversas[5] contenidas en las fuentes escritas conservadas a partir del
siglo VI a.C., en China éstas no reflejan ningún castigo divino impuesto a
los seres humanos por haber incurrido en un pecado o haber cometido algún
acto de maldad. Como señala Christie[6]: "Los ríos que desbordaron son la
fuente de un desastre natural que no implica ningún disgusto divino".
El motivo de la gran inundación universal se desarrolló en China en
distintas versiones acerca de las cuales no profundizaremos en su
interpretación en el marco del presente trabajo; con el fin de presentar
sus elementos más importantes y por falta de espacio, citaremos aquí
únicamente algunos de los pasajes más representativos que de no indicar lo
contrario, los retomamos textualmente del libro recientemente publicado por
García-Noblejas sobre Mitología de la China antigua[7] quien tradujo a
español varias de las menciones dispersas en los textos tempranos.
Siguiendo a Anne Birrel[8], se pueden distinguir cuatro corrientes
básicas en torno a este motivo, cada una de las cuales gira en torno a un
personaje distinto, se estructura de manera diferente y presenta
circunstancias variadas de los hechos relatados. La primera de tintes
enteramente mitológicos se relaciona con Nüwa quien aparece reparando los
cielos colapsados que habían provocado una enorme crecida de las aguas. La
segunda tiene como personaje central a Gonggong, quien es culpado en forma
directa de la gran inundación universal, al haber en su ira mochado o
tumbado la montaña Bu Zhou[9] y haber agitado las aguas causantes del
desbordamiento de los ríos, siniestro que sólo cesó cuando el Emperador
Zhuanxu lo expulsó del territorio o lo ejecutó. Narra el Guoyu (Crónica de
los Estados) que:
"En la Antigüedad, Gonggong […] Procuró obstruir el cauce de los cien
ríos por medio de diques y derrumbar los terrenos elevados para
ponerlos planos y, como consecuencia, causó una gran catástrofe
universal. Aunque no contó con el respaldo divino del augusto
emperador celestial ni con la ayuda del pueblo llano, la catástrofe y
el caos se señorearon del mundo, de suerte que fue aniquilado".


A juicio del renombrado sinólogo francés, Marcel Granet[10], se trata aquí
de una auténtica figura destructora a la vez de personificación misma de la
inundación.
Por su parte, las otras dos corrientes que nos interesan destacar en
el presente trabajo, precisamente se centran en los personajes aún semi-
legendarios de Gun y de nuestro héroe y "Señor de Xia", su hijo Yu, quienes
no son culpados del gran desastre sino que intervinieron activamente en
tratar de detener y someter la terrible inundación que estaba anegando la
tierra[11], tratándose de sucesos anotados en historias confusas que a su
vez parecen referir los orígenes de la ingeniería hidráulica en China[12].
Pero si bien en el Shanhaijing (Clásico de las Montañas y los Mares) se
dice que "Yu y Gun fueron los primeros en emplear la tierra para contener
los desbordamientos de aguas, librando así de peligro a todas las
provincias!", diversas fuentes existentes también subrayan que Gun –en
quien después de pedir consejo a las 'Cuatro Montañas' el Emperador Yao
delegó la misión de detener las aguas furiosas-, fracasó en este cometido:
"Yao mandó a Gun, de la casa Xia, que devolviera las aguas a sus cauces.
Pasaron nueve años, y Gun no lo había logrado" (Historia de los Libros
Perdidos, dinastía Jin). Es más, por haber usado sin permiso unas tierras
mágicas, en el año 69 de su reinado, Yao lo ejecutó en el Monte Yu, tal
como menciona el Shanhaijing: "Las aguas de la inundación llegaban hasta el
cielo. Gun robó al Señor de lo Alto su [13] y
construyó masas de tierra para frenar las aguas. Pero el Señor en lo Alto
no le había ordenado hacer tal cosa, así que ordenó a Zhurong que matara a
Gun en la zona del monte Plumas[14]."
En cambio, su hijo Yu, descendiente asimismo del linaje del Emperador
Amarillo y nacido según algunos textos del cadáver incorrupto de su padre,
es considerado como un gran héroe hidráulico controlador de las aguas
furiosas. No sólo salvó a la humanidad de perecer anegada sino que llevaría
orden y paz a un mundo ahora en armonía con el cosmos, de modo que ahora, y
según versa el Guoyu: "…el Cielo no mandaba fríos extemporáneos, la tierra
no emitía calores fuera de estación, las aguas no se volvían abominables,
el fuego no se derramaba sobre el mundo, los dioses no cometían desmanes
gratuitos, el pueblo no tenía un corazón desenfrenado, el clima no causaba
desastres y nada perjudicaba a los seres vivos". De acuerdo con García-
Noblejas[15], uno de los relatos míticos quizás más reveladores en cuanto
al éxito de Yu en domar las aguas y acaso más completos de entre los menos
modificados por la pluma racionalizante y moralizante de la tradición
confuciana posterior, es el transmitido por el poema "Las preguntas al
Cielo", en la obra Elegías de Chu; además de repetirse el tema de su
nacimiento sobrenatural, en éste se destaca que delimitó las "Nueve
Regiones", es decir toda la tierra conocida, y que logró domeñar las
terribles inundaciones gracias a que adoptó un método diferente al que
había seguido su padre Gun, quien:
Tras tres años cadáver en el monte Plumas
¿por qué permaneció incorrupto?
De su vientre nació Yu el Grande
¿cómo ocurrió tal cosa?
Recibió parte hecha y trató de terminar
Los trabajos de su padre muerto.
Pero, si quería hacer lo mismo que éste,
¿cómo cambió de método?
Y, cuando más altas estaban las aguas,
¿cómo logró dominarlas?
Siendo tan vastas las Nueve Regiones,
¿cómo llegó a delimitarlas?
[texto corrupto]
¿Qué dibujó el dragón Ying?
¿Cómo llegaron los ríos al mar?
¿Qué método siguió Gun?
¿Cuáles fueron los logros de Yu?
Habiendo igualmente recibido el encargo de Yao y retomado la tarea de
solucionar la gran inundación, Yu entonces optó por un nuevo método:"Yu
logró sus objetivos: aplastó la inundación, eliminó todos los males que
acechaban al pueblo y expulsó a Gonggong. Al norte abrió el paso a los
nueve ríos, hizo que desembocaran los doce canales y que nada obstruyera el
cauce de los tres ríos principales. Yu delimitó el territorio, devolvió la
paz al mundo…" (Libro del Maestro Lie, siglo III a.C.).
Por tanto, de éste y otros fragmentos heterogéneos de los registros
conservados se desprende que en vez de levantar altas masas de tierra, en
su calidad de gran conocedor de la geografía del territorio y en apego a la
idiosincrasia de la naturaleza, Yu pudo encauzar las aguas desbordadas.
Empezó por bloquear los más de 200 000 manantiales de los ríos, cavó diques
para crear canales nuevos para éstos, desbloqueó sus cauces taponados y en
algunos casos incluso tuvo que abrir túneles en las montañas para poder
drenar las aguas y conducirlas hacia tierras agrícolas distantes o al mar.
Mediante tal gigantesca labor hidráulica, ordenó todo el sistema fluvial
del Río Amarillo, a la vez que delimitó las provincias del reino. Y en
efecto, en la tradición confuciana posterior Yu aparece como un ministro
humano cuya labor titánica de drenaje de las aguas diluviales es ensalzada
y cuya dedicación lo eleva a un modelo de entrega a una causa común[16]:
"Liberó las Nueve Regiones de la inundación y la tierra volvió a ser
habitable a lo largo y ancho de sus cuatro puntos cardinales; abrió
los caminos entre las nueve montañas; hizo que los ríos de las nueve
jurisdicciones fluyeran bien desde sus nacimientos; construyó embalses
para los nueve lagos, y desobstruyó todas las comunicaciones dentro de
los Cuatro Mares [=del mundo conocido]", en Yugong ("Tributo de Yu"),
Libro de los Documentos.


De modo más amplio, el Libro de Mencio refiere que:
"Fue siendo Yao emperador cuando el mundo perdió la paz, y los ríos se
desbordaron y empezaron a correr fuera de sus cauces anegando el mundo
entero, y donde había habido exhuberancia y profusión de plantas y de
árboles silvestres, así como nutridos rebaños de animales y de
bestias, los cereales dejaron de crecer y las bestias comenzaron a
atacar a las personas; y se estableció en el País del Centro el
lenguaje de las pezuñas y el de las garras de las aves….
Yao se encontraba solo y desasosegado por la situación, de modo que
mandó llamar a Shun y delegó en él el control de las aguas. Shun mandó
a Boyi que prendiera un fuego, y éste fue al lago del monte Llamaradas
y allí lo prendó, y el fuego ahuyentó a todas las bestias, aves, y
cuadrúpedos. Por su parte, Yu logró que las aguas de los Nueve Ríos
fluyeran bien, abrió paso a las aguas del Ji y del Ta para que
desembocasen bien al mar, y eliminó los obstáculos del Jue, del Ru,
del Han, del Huai y del Si para que corrieran bien hasta fluir al Río
Azul. A partir de entonces, en el País del Centro hubo de comer. Por
aquel tiempo, Yu estuvo fuera de casa nueve años. Pasó tres veces por
delante de su propia puerta, pero ninguna entró."

Este pasaje asimismo resalta la gran dedicación ejemplar con que Yu
emprendió su gran obra de "ingeniería hidráulica", ya que en su odisea de
trece años de infatigables trabajos de drenaje en los que habrían
participado unos 200000 trabajadores, pasó tres veces por delante de su
casa y ni siquiera se tomó el tiempo para visitar a su esposa a quien
apenas unos días después de haberse casado, la dejó para dedicarse de lleno
a su gran cometido. Cuenta la tradición que la primera vez pasó sin entrar,
a pesar de que escuchó a su mujer dando a luz a su hijo Qi[17]; la segunda
vez cuando su mujer le estaba enseñando dar sus primeros pasos; y en la
tercera su hijo lo saludó y le pidió que pasara. Y en cada ocasión Yu
rechazó entrar alegando que la inundación dejaba sin hogar a mucha gente
por lo que no podía quedarse en la suya, de modo que tal visita familiar
sólo lo distraería de solucionar una gran crisis[18]. Además se señala que
su total entrega a tal ardua labor tuvo efectos perjudiciales para su
salud, quedándose sin uñas ni pelos en las piernas y originando una forma
muy particular de caminar que se llegaría a conocer como los "Pasos de
Yu"[19]. Es evidente que la literatura confuciana posterior, aparte de
convertir a Yu en una figura histórica verdadera, lo alzó en un modelo de
entrega altruista al deber por el bien del pueblo y la nación.
El rey Shun, quién gobernó después de Yao, al parecer quedó tan
impresionado con el diligente trabajo de Yu que en vez de pasar el trono a
su propio hijo, nombró a Yu como su sucesor; asimismo, su exitosa labor
hidráulica apuntaló su autoridad como soberano real. Pudo así expandir la
influencia de Xia e imponer su hegemonía sobre grupos rivales, saliendo
victorioso en los frecuentes enfrentamientos militares o forjando
importantes alianzas con diversos líderes de otros grupos, a los que según
los Anales de Bambú reunió primero en el monte Tushan, y luego los volvió a
convocar a un segundo encuentro en el monte Kuaji. Allí mismo es donde
murió cuando se encontraba en un viaje de cacería en la frontera sur del
reino y fue enterrado en este paraje en que se erigió un monumento
funerario donde actualmente aún se celebran ceremonias en su honor. Y pese
a que Yu el Grande había nombrado a un ministro como su sucesor, el pueblo
favoreció a su hijo Qi[20], y así se fundó la primera monarquía hereditaria
de China y aquí comenzaría entonces la historia dinástica de esta
civilización milenaria.

Entre leyenda e historia: la información arqueológica
Aun cuando en ninguno de los diversos relatos acerca de las inundaciones en
tiempos de los legendarios emperadores de la alta antigüedad china, éstas
se asocian a fuertes lluvias[21], recientes estudios paleoambientales
indican que durante del tercer milenio a.C., una serie de cambios
climáticos globales originaron severas fluctuaciones con un régimen de
altas precipitaciones, las cuales provocaron un cambio en el curso del Río
Amarillo alrededor del 2600 a.C. y luego de nuevo alrededor del 2000 a.C.,
cuando aunado con transgresiones marítimas la inestabilidad ambiental se
agravó generando catastróficas inundaciones que deben de haber anegado
amplias partes de China.
Estas calamidades naturales ocurrieron justamente en la etapa de
transición de Longshan a la Edad del Bronce, en que la historiografía
tradicional ha ubicado el inicio de la dinastía Xia, fundada supuestamente,
como hemos expuesto, por el héroe de una toda una saga china del diluvio,
Yu el Grande. La existencia de tales desastres con impactos diferenciales
sobre distintas zonas geográficas está quedando evidenciada
arqueológicamente en algunos centros amurallados de finales del Neolítico
que fueron afectados gravemente o incluso destruidos por fuertes torrentes
de agua y/o por cambios en los cauces de varios tributarios del Río
Amarillo, cuyo curso inferior cambió de sur a norte en esta etapa crucial
de grandes cambios culturales generales que llevaron al surgimiento de la
civilización china; de modo sugerente el nuevo curso que ahora corrió a lo
largo de una falla tectónica de las montañas Taishan para desembocar en el
Mar Bohai, se conoce como el "Cauce Antiguo del Emperador Yu" (Yuhuang
Gudao)[22].
Uno de tales sitios Longshan posiblemente ya urbanos, cuyos recintos
amurallados fueron parcialmente destruidos por inundaciones y quedaron
finalmente abandonados, es el de Wangchenggang, denominación tradicional
que quiere decir "Montículo de la Ciudad Real", razones por lo que
investigadores chinos lo vinculan con el Gran Yu y buscan identificar en
éste la primera capital de los Xia, en tanto que vislumbran en la cultura
arqueológica puesta al descubierto en Erlitou, los restos materiales de la
etapa tardía de Xia, antes de que esta primera dinastía de China fuera
conquistado por los Shang[23]. En consecuencia es muy probable que del
mismo modo que los huesos oraculares de Shang tardío han podido confirmar
la existencia de la dinastía Shang[24], algunos de los relatos contenidos
en las fuentes históricas conservadas desde Zhou Oriental en adelante nos
pudieran indicar un trasfondo verdadero de sucesos asociados con personajes
como el dinasta Yu El Grande de Xia y su hazaña de controlar unas
diluviales inundaciones. Mas aún no nos resulta nada fácil separar la
ancestral tradición mítica de la historia real.

Bibliografía

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and Cosmos in Early China, State University of New York, Albany; pp. 57-73.

Birrel, Anne," The Four Flood Myth Traditions of Classical China", en
T'oung Pao LXXXIII, 1997.

Christie, Anthony, "The Myths and Their Sources", en Chinese Mythology,
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García-Noblejas, Gabriel, Mitología de la China antigua, Alianza Editorial,
Madrid, 2007, pp. 9-32.

Guo Dashun, "An Archaeological Investigation of the Wudi", en Roderick
Whitfield y Wang Tao (traductores y editores) Exploring China's Past. New
Discoveries and Studies in Archaeology and Art, International Series in
Chinese Archaeology and Art No. 1, Saffron, Londres, 1999, pp. 47-48.

Liu, Li y Hong Xu, "Rethinking Erlitou: legend, history and Chinese
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Wiesheu, Walburga, El origen del Estado y de la civilización china: El caso
de la dinastía Xia, tesis de maestría, Centro de Estudios de Asia y África,
El Colegio de México, 1991.

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(compilador), China. Perspectivas sobre su cultura e historia, El Colegio
de México, Mexico, 2006; pp. 23-37.

______________, "Asentamientos amurallados y ciudades-palacio en el proceso
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investigación arqueológica III, CONACULA-INAH-ENAH/PROMEP, México, 2008,
pp. 9-32.

______________, "Cambios climáticos globales y trayectorias culturales en
la transición del Neolítico a la Edad del Bronce en China", ponencia
presentada en el VII Coloquio del Posgrado en Arqueología, Escuela Nacional
de Antropología e Historia, 30 y 31 de marzo del 2009.

Sitios Web:
"Chinese prehistory", en http://www.repubicanchina.org/Prehistory.html,
consultado el 11 de febrero del 2009.

"The Great Yu of Xia", en http://www.cis.unmassd.edu/-
gleung/history/xiayuen.html, consultado el 26 de febrero del 2009.
-----------------------
[1] Apud. A. Christie, "The myths and their sources", en Chinese Mythology,
Hamlyn House, Verona, 1968, p. 84.
[2] W. Wiesheu, El origen del Estado y de la civilización china: el caso de
la Dinastía Xia, tesis de maestría, Centro de Estudios de Asia y África, El
Colegio de México, 1991; "El debate sobre la historicidad de Xia y sus
capitales: ¿Fue Wangchenggang la capital de Yu?", en Romer Cornejo (comp.),
China. Perspectivas sobre su cultura e historia, El Colegio de México,
2006, pp. 23-37.
[3] Los soberanos de un pasado legendario fueron ensalzados y tomados como
modelos de un gobierno ideal para futuros gobernantes: "La antigüedad fue
pulida para sacarle brillo", en "The Great Yu of Xia",
http://www.cis.umassd.edu/-gleung/history/xiayuen.html.
[4] Véase a Liu Li y Hong Xu, "Rethinking Erlitou: legend, history and
Chinese Archaeology", en Antiquity, núm. 81, 2007, pp. 886-901; S. Allan
("From Myth to History", en The Shape of the Turtle: Myth, Art and Cosmos
in Early China, Albany, State Unversity of New York, 1991, p. 73), en
términos de su interpretación estructuralista de las historias legendarias
de Yao, Shun y la dinastía Xia, pienso que se trata de un mito ordinario de
los shang acerca de un gente anterior y que era su opuesto, mismo que fue
reinterpretado en Zhou para legitimar a vez su conquista sobre Shang.
[5] Tal como señala G. García-Noblejas (Mitología de la China antigua,
Alianza, Madrid, 2007), los mitos chinos sobre la Gran Inundación son
sumamente diversos y se encuentran dispersos en pequeños fragmentos
insertados en obras de diferentes periodos y de diferentes disciplinas,
sirviendo por demás a determinados propósitos según la escuela de
pensamiento en cuestión.
[6] A. Christie, op.cit. p. 83.
[7] G. García-Noblejas, op.cit..
[8] A. Birrel, "The Four Flood Myth Traditions of Classical China", en
T´oung Pao, LXXXIII.
[9] S. Allan, op.cit; A. Christie, op.cit. El Huainanzi, una fuente no
confuciana del siglo 2 a.C., dice respecto de una elevación catastrófica
del terreno en tiempo pre-Xia que: "Cuando Gonggong y Zhuanxu compitieron
por el liderazgo, la montaña Bu Zhou fue hecha pedazos, haciendo que las
columnas que soportaban el cielo, se vinieron abajo y que la corteza
terrestre se rompiera", citado en "The Great Yu of Xia", op.cit.
[10] M. Granet, 1923 apud. G. García-Noblejas, op.cit.
[11] G. García-Noblejas, ibid.
[12] A. Christie, op.cit.
[13] Según una nota de Guo Pan hecha en el siglo III, la "Tierra que se
Expande" se refería a una tierra o arcilla que tenía la particularidad de
"aumentar y crecer infinitamente por si misma, lo que la convertía en
óptima para levantar diques con los que frenar las crecidas de las aguas"
(Yuan 1985:239 apud. G. García-Noblejas, pp. 203-4).
[14] A. Christie, op.cit. menciona que según algunas versiones sobre la
ejecución de Gun en Yushan, su cuerpo yació allí tres años sin que se
descompusiera, y cuando su vientre fue abierto con una espada, emergió su
hijo Yu en la forma de un dragón alado y carnudo.
[15] G.García-Noblejas, op.cit.
[16] G. García-Noblejas, ibid.
[17] Que en versiones más mitificadas, como la que se presenta en el
Huainanzi, nació de una roca en que se había convertido su madre asustada
cuando vio a su esposo Yu transformado en oso.
[18] "Chinese prehistory", en
http://www.republicanchina.org/Prehistory.html.
[19] Que inspiró la tradicional danza chamánica denominada "Danza de Yu" y
que fue adoptada después en prácticas taoístas, según menciona G. García-
Noblejas, op.cit.
[20] Objeto asimismo en varios textos de un nacimiento sobrenatural de una
roca en que se habría convertido su madre al ver asustada a su esposo Yu
transformado en oso.
[21] S. Allan, op.cit.
[22] Véase para mapas en que se reconstruye este cauce y los cambios
posteriores en el curso del Río Amarillo, algunos vínculos contenidos en el
portal sobre "The Great Yu of Xia", op.cit.
[23] Para más detalles sobre la información arqueológica relacionada con
los sitios amurallados y otras evidencias como los frecuentes conflictos
militares a finales del Neolítico, así como los efectos de los cambios
ambientales sobre el desarrollo de la civilización china, véase a W.
Wiesheu, "Asentamientos amurallados y ciudades-palacio en el proceso de la
transformación urbana y estatal en China", en F. López, W. Wiesheu y P.
Fournier (coord.), Perspectivas de la investigación arqueológica III,
CONACULTA-INAH-ENAH/PROMEP, México, 2008, pp. 9-32, y "Cambios climáticos
globales y trayectorias culturales en la transición del Neolítico a la Edad
del Bronce en China, ponencia presentada en el VII Coloquio de Posgrado en
Arqueología, ENAH, 30 y 31 de marzo 2009.
[24] Descubiertos desde finales del siglo 19 en Anyang, última capital
Shang en los siglos 13 al 11 a.C. Cabe apuntar que algunos arqueólogos
chinos consideran una meta importante el buscar los vestigios de los Cinco
Emperadores legendarios, puesto que esta etapa en que "las aguas llegaron
al cielo" no sólo representa los albores de la civilización china unos 5000
años atrás sino también de la formación de su identidad nacional; véase a
Guo Dashun "An Archaeological Investigation of the Wudi", en R. Whitfield y
Wang Tao, Exploring China's Past. New Discoveries and Studies in
Archaeology and Art, Saffron, Londres, 1999; pp. 45-48.
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