Enseñanza de la Historia: hacia una renovación posible en el sistema educativo hondureño

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Descripción

Enseñanza de la Historia: hacia una renovación posible en el sistema educativo hondureño Antonio R. Vallejo C.1 “Cuando eres un educador siempre estás en el lugar apropiado a su debido tiempo. No hay horas malas para aprender”. Betty B. Anderson Resumen El propósito del presente documento, es el reflexionar sobre la enseñanza de la Historia y de qué manera se pueden alcanzar resultados sustanciales, deliberando primero sobre la conceptualización y función de la enseñanza y el aprendizaje como proceso homogeneizador y creador del conocimiento, así como el de la utilidad de la disciplina histórica como elemento necesario para el análisis social. Pasando inmediatamente después a las diversas estrategias y metodologías significativas que se pueden utilizar dentro y fuera del aula de clase, y que puedan proporcionar un mejor desempeño y resultado en la ardua tarea de enseñar Historia. El papel de la Historia en las Ciencias Sociales El conocimiento social cada día se vuelve más complejo, permitiendo el enriquecimiento de la realidad social. Cada día nos encontramos en una dinámica de eventos, enfoques, metodologías y sucesos que son sumamente relevantes en el quehacer de las ciencias sociales; sumando a ello, el desarrollo de las tecnologías de información, nos permite tener un espacio más holístico para la interpretación en el espacio social y en el quehacer educativo. La Historia como disciplina de las ciencias sociales, a través del discurso historiográfico permite a la sociedad y al conocimiento una visión de nuestra propia humanidad. Es por medio de la Historia que cada uno de nosotros vamos formando y nutriendo nuestro saber, conociéndonos más. La Historia es un argumento necesario para influir en las decisiones colectivas.

La Historia es importante porque permite la reflexión del presente a través de la interpretación del pasado. Sin Historia no se valoraría los acontecimientos que dieron como resultado nuestro presente, no existiría el interés por la memoria, no existiría el discurso de nacionalidad, ni los proyectos que puedan formar un mejor Estado-nación. En otras palabras: la Historia es el argumento necesario para influir en las decisiones colectivas; pues el valor de la misma para las sociedades es incalculable e invaluable, ya que sin Historia no podríamos reflexionar sobre nosotros mismos.

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Máster en Historia (UCR); Licenciado en Ciencias Sociales (UPNFM). Actualmente es catedrático del departamento de Ciencias Sociales de la Universidad Pedagógica Nacional Francisco Morazán.

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La Historia y su papel en la enseñanza Como todo tipo de conocimiento, la Historia no puede ser aprendida de un solo. Es por medio de la enseñanza en las aulas de clase que resulta más aprehensible el conocimiento y el saber de la Historia. En el sistema educativo hondureño la enseñanza de la Geografía y la Historia de Honduras son obligatorias en todos los niveles de educación formal2, ya que dichas disciplinas promueven la nacionalidad, los valores, y la cultura hondureña y la memoria histórica. Por ello es necesario crear condiciones para la enseñanza de la Historia en las aulas de clase. Recordemos que enseñar no es solamente dar clase, es más complejo de lo que se piensa. Enseñar es un proceso sistemático y riguroso que requiere de muchas etapas en la que la actitud del docente (utilizando los medios, y las metodologías necesarias), y la del alumno (por medio de sus investigaciones) crearán nuevos conocimientos y aportes al saber científico, y en este caso el discurso historiográfico. La enseñanza es interacción. En la Historia hay que aprender a aprender a relacionar. Hay que aprender a aprender a relacionar

Aprender es pensar de forma diferente y es por ello que el aprendizaje tiene tres etapas: ! La activación del conocimiento. ! El tratamiento de las informaciones, y ! La sincronización de los conocimientos. El docente colabora en el aprendizaje del alumno, sin tener que controlar necesariamente cada detalle en las etapas de los cambios cognitivos de los alumnos; pues así como el médico no necesita estar cerca del paciente para darle la medicina, lo mismo es en la docencia. Hay diversas actividades y naturalezas en la reflexión educativa. En el caso de la enseñanza de la Historia en nuestro sistema educativo muchas veces los docentes y alumnos alegan que existe poco entusiasmo por aprender la materia, desinterés o hasta temor de parte de los estudiantes (ya que a veces se les obliga a memorizar fechas, lugares, personajes, y acontecimientos) por lo que el aprendizaje de los procesos históricos de nuestro país muchas veces pasan desapercibidos o hasta en el olvido, lo que provoca muchas veces la amnesia histórica. Pero si los profesores son los que exponen, y dan la cátedra ¿no son acaso los responsables de los resultados de sus alumnos? También, sin ser rigurosos solo con los docentes ¿Por qué los alumnos no se enteran de cuanto los profesores enseñan? Para contestar a estas preguntas debemos empezar por responder estas: ¿Todo tipo de enseñanza facilita el aprendizaje? ¿Qué tipo de Historia enseñamos? ¿A qué discurso educativo nos estamos apegando? ¿Sabemos diferenciar y categorizar los conceptos históricos? ¿Qué tipo de evaluación utilizamos? ¿Estamos cumpliendo las expectativas?

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Artículo 168 de la Constitución de la República de Honduras. (1982)

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Enseñar Historia: algunos desaciertos Aprender es pensar, es trabajar con la ayuda de la información y crear nuevos saberes; la enseñanza, por otro lado, es el tipo de metodologías y estrategias a utilizar para llevar a cabo el aprendizaje. Partiendo de este supuesto, las deficiencias mostradas en los alumnos pueden ser el producto de un aprendizaje mal hecho, causado por una insuficiente enseñanza. En la enseñanza de la Historia, los docentes debemos evaluar el tipo de enfoque que se aplica dentro del aula de clase. Tradicional e históricamente los docentes han utilizado el positivismo como único enfoque para interpretar la Historia, grave error, pues esto ha logrado que solamente se observe una parte de la Historia: la cronología, tediosa tarea para aquellas personas que no tienen la habilidad de memorizar eventos, lugares y fechas, con lo cual se exige al estudiante que para saber de Historia hay que detenerse en grabar eventos. Partiendo de lo anterior se deriva otra delicada situación al momento de enseñar Historia, y es el hecho de no aplicar criticidad en los eventos que se enseñan. Se cree que con remitirse a un evento y hablar del suceso sin tomar en cuenta el análisis y criticar dicho evento se está enseñando Historia, lo cual no es correcto. Sin embargo ¿Qué tipo de eventos estamos enseñando? ¿Tienen relación con nuestra realidad social? El docente es un sujeto el cual tiene el deber de formar conciencia y espíritu crítico en sus estudiantes. Profesor que no inspire está destinado a fracasar en su labor. Otro problema que se comete al momento de enseñar Historia es el hecho de no tomar partido en los eventos que se están explicando, creyendo que al no hacerlo están haciendo una “historia objetiva”. A partir de los argumentos propuestos por el posmodernismo, los estudiosos de las Ciencias Sociales y la Historia nos dimos cuenta que era momento para reflexionar sobre el quehacer de estas disciplinas en el universo social. Nos hemos dado cuenta que como sujetos históricos somos parte de la Historia misma y como tales –sin perder la rigurosidad académica- podemos emitir una posición respecto a los eventos que estamos enseñando. Enseñar Historia: Lo que se debe enseñar Para adquirir conocimiento hay que recrearlo, y en el caso de la Historia se pueden recrear los eventos históricos con los estudiantes desarrollando sus capacidades cognitivas sobre la Historia, y fortaleciendo sus habilidades y destrezas. Se puede adquirir un espíritu crítico en donde al llegar a un grado de competencia mayor se complemente su aprendizaje a través de la investigación. Es interesante observar que en ciertas ocasiones exista la dificultad en relacionar eventos y ubicarse en tiempo y espacio, y el no indagar del porque dichos eventos marcaron hitos dentro de nuestra Historia y tradición. Se debe hacer énfasis en la relación de los eventos, no ver los hechos como sucesos aislados de nuestra realidad social, que cada situación conlleva un enlace sistemático de eventualidades que nos permite conocer las causas de nuestro presente. Se debe tomar en cuenta también que en la Historia han existido diversos sujetos históricos que anteriormente no se tomaban en cuenta producto de las tradicionales formas de enseñanza positivista, (en donde los varones que ejercieron puestos de poder eran los únicos sujetos históricos para el análisis historiográfico) es necesario hoy en día estudiar y analizar el papel de la mujer, los jóvenes, los grupos indígenas, los 3

movimientos obreros, y todo grupo social que la historia clásica tradicional ha omitido, pues de esta manera estaremos fomentando de manera más amplia e interesante el análisis historiográfico. De igual forma hay que tomar en cuenta la importancia y el valor de la memoria histórica para que el estudiante tome conciencia de su pasado y de su rol histórico, para así convertirse en sujetos de cambio y no en meros espectadores de los cambios histórico-sociales. Es por ello necesario hacer énfasis en orientar al estudiante a relacionar la información que se transmite, el porqué de un evento, las causas y sus consecuencias a corto, mediano y largo plazo, y darles a entender que la Historia es una disciplina viva y que nosotros la hacemos –consciente o inconscientemente-, y no solamente remitirlos a fechas y acontecimientos, -que si bien sirve de base a los estudiadores de la Historia para ubicarse en tiempo y espacio- pero que no ayudan a un aprendizaje significativo. En otras palabras, en la enseñanza de la Historia, memorizar no produce un conocimiento de calidad. Pero esto requiere un compromiso y un arduo trabajo docente. Memorizar no produce un conocimiento de calidad.

Recordemos que la educación es un proceso sistemático y constante, por ello los docentes del área de Historia debemos tomar en cuenta los siguientes aspectos: Los conocimientos previos: No podemos empezar de la nada. Debemos sabe hasta qué punto y nivel los alumnos tienen. El detenerse a indagar lo que los alumnos saben, al principio de la labor educativa será un momento importante para saber desde qué punto se puede partir y comenzar a desarrollar en los alumnos. Fijar a los alumnos los objetivos: Es importante dar a conocer los objetivos que pretende el profesor al desarrollar su materia. Y es ahí donde el docente tiene que fijar exactamente cuáles son los propósitos significativos que desea desarrollar en el transcurso de la misma. Si realmente esos objetivos se pueden cumplir o están de acuerdo a la realidad cultural y social de los alumnos. Organizar pruebas de evaluación: La evaluación debe ser sistemática, y de una manera innovadora que haga pensar a los estudiantes, que realicen trabajos e investigaciones de campo, entrevistas, entre otras. Y así determinar hasta qué punto los alumnos han desarrollado habilidades y destrezas en comparación con el inicio del curso. Corregir los errores en el aprendizaje: Para que exista un verdadero aprendizaje se deben cometer errores. Esto es para detectar las carencias y corregirlos, y así de nuevo cometer nuevos errores para seguir evolucionando en la dialéctica del pensamiento y en el desarrollo del conocimiento. Los errores le sirven no solo al alumno, sino también al docente para que este sepa en que los alumnos fallan, y servirá para revisar de nuevo los objetivos y los planes de estudio, la metodología, la forma de enseñanza, los instrumentos y criterios de evaluación, entre otros. 4

Para que exista un verdadero aprendizaje se deben cometer errores.

Fomentar ejercicios de iniciativa personal: El enseñar a investigar es clave en los procesos de enseñanza de la Historia. Debe crearse el espacio para crear interés en el alumno, y así estos puedan crear un espíritu crítico en la investigación historiográfica. Hay que llevar a los alumnos a ejercicios autónomos, ejercitando así la reflexión y la inteligencia. Hacer periódicamente síntesis de los contenidos: El conocimiento y el saber es constante, y en la Historia los contenidos son prolijos y extensos; por ello es necesario sintetizar los conocimientos hasta ese momento visto. No importa la cantidad de contenidos vistos, sino la calidad con la que se procesan dichos contenidos. La utilización de recursos como medios de innovación Vivimos en un mundo globalizado y en una etapa de la Historia en donde los medios de información asumen un rol importante en las dinámicas sociales. Es por ello que en los procesos de enseñanza-aprendizaje debemos estar al tanto de cómo saber utilizar dichas herramientas tecnológicas para hacer más aprehensible el conocimiento. La aparición de las redes sociales (facebook, twitter, google+, etc.) y las tecnologías de la información y la comunicación social (TICS), han creado una coyuntura favorable a los procesos de enseñanza e investigación, pues sabiéndolos utilizar podremos decir que estamos a las puertas de la popularización del conocimiento, lo cual hace más interactiva la enseñanza de la Historia. Se puede orientar al estudiante a formar parte de círculos de estudio ya sea a través de un grupo, o bien a través de un blog en donde se pueda dar espacio a la reflexión histórica haciendo de esta un espacio educativo innovador donde participe no solamente el profesor y el grupo de estudiantes, sino también otros colegas del mundo para compartir experiencias. La utilización de imágenes en la enseñanza es vital para mejorar la calidad de los aprendizajes. El uso de fotografías, caricaturas, documentales, música, películas y hasta videojuegos relacionados con eventos históricos, son vitales para que las situaciones históricas sean mejor aceptadas por la comunidad estudiantil.

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La caricatura es un ejemplo claro para fomentar el análisis crítico en los estudiantes3.

Conclusión La Historia debe suscitar la curiosidad y a partir de allí recurrir a razonamientos brillantes o prácticas de investigación. Recordemos que los resultados dependerán de la variedad de los estilos y enfoques de enseñanza, y que el conocimiento comienza con la admiración y se despierta a través de la curiosidad. Una etapa en el desarrollo de habilidades de los educandos, es organizar los eventos históricos de manera tal que el alumno se ubique en tiempo y espacio, asociando eventos, causas y consecuencias y su influencia en la humanidad. Una de las tantas herramientas con las que puede contar el docente al momento de aplicar su estilo de enseñanza es el uso de las tecnologías de la información (imágenes, videos multimedia entre otros), ya que esto resultará eficaz para mantener el interés de los alumnos. Por último, hay que estructurar y procesar las informaciones, de tal manera que en el alumno se despierte un espíritu crítico y pueda ser capaz de crear un nuevo conocimiento. El alumno debe ser dirigido a la construcción de su propio saber. Para la enseñanza de la Historia hay que hacer de lo complejo algo sencillo. Es decir, hay que pensar en el alumno, como asimila la Historia, que concepción tiene de ella, para que le sirve, etc. Y a partir de esta perspectiva al docente se le facilitará la metodología de la enseñanza. Por eso, hay que analizar las ayudas de enseñanza, hasta lo momentos utilizados. La enseñanza de la Historia despierta interés que la misma materia. Debemos orientar su tratamiento y verificar la estructura de los conocimientos para que los docentes tengamos los resultados deseados.

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Caricatura elaborada por Allan MacDonald elaborada el 20 de Agosto 2009.

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Bibliografía: Aguirre Rojas, Carlos Antonio “Antimanual del mal historiador, o ¿Cómo hacer hoy una buena historia crítica?” Magna Terra editores, cuarta edición, México, 2003. Amézola, Gonzálo “Esquizohistoria: La Historia que se enseña en la escuela, la que preocupa a los historiadores, y una renovación posible de la historia escolar” libros del Zorzal, primera edición, Buenos Aires, 2008. Develay, M. “Del aprendizaje a la enseñanza: por una epistemología escolar” Ediciones mensajero S.A, Aldecoa S.L, 1997. Kaufmann, Carolina “El fuego, el agua y la Historia: la dictadura en los escenarios educativos: memorias y desmemorias” libros del Zorzal, primera edición, Buenos Aires, 2008. Saint-Oge, Michel “Yo explico, pero ellos… ¿aprenden?” Biblioteca Pedagogía, Editorial ESF, Barcelona, 1992. Valls, Rafael “La enseñanza de la Historia y textos escolares” libros del Zorzal, primera edición, Buenos Aires, 2008.

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