ENSEÑANDO LA REVOLUCIÓN: UNA CARRERA ALTERNATIVA EN CULTURA BOLIVARIANA

May 24, 2017 | Autor: Michelle Farrell | Categoría: Cultural Studies, Film Studies, Venezuela, Venezuelan literature, Políticas culturales, Hugo Chávez
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Descripción

ï ENSEÑANDO LA REVOLUCIÓN: UNA CARRERA ALTERNATIVA EN CULTURA BOLIVARIANA Michelle Leigh Farrell Georgetown University

Esta investigación se enfoca en la Plataforma Nacional de Cine en Venezuela, parte de una de las misiones sociales del gobierno del presidente Hugo Chávez. Las misiones provocan, como Chávez mismo, una cierta cantidad de controversia, y forman parte de su revolución socialista del siglo XXI que se ha convertido en modelo para algunos países y molestia para otros. Aunque se sabe poco sobre estas misiones, atraen grandes elogios y menosprecio internacional, y tanto chavistas como oposición hacen referencias constantes a ellas. En la disertación, el objetivo es dar un análisis detallado de la plataforma nacional de cine que cae bajo el objetivo general de la Misión Cultura. Pero en esta presentación, me interesa hablar sobre algo diferente: la Misión Cultura en sí. Se creó la Misión en el año 2004 como una “revolución de la conciencia” para promover las oportunidades de que los venezolanos se representaran a través de la cultura. De acuerdo con la visión de la Misión Cultura explicada en su sitio de Internet: La Fundación Misión Cultura pretende conformar un modelo de activación cultural inserto en el seno de las comunidades centrado en los valores socialistas para impulsar las fortalezas de las comunidades a través de los saberes y las manifestaciones culturales del pueblo con las formas tradicional-

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mente reconocidas como cultura, con la finalidad de abrir y acrecentar los límites de la apreciación de nuestro patrimonio además de valorar la historia personal y colectiva de nuestra nación.

Este programa no sólo coincide con el cambio cultural en Venezuela, sino también con el enfoque en el bicentenario para celebrar la historia venezolana y a los que han contribuido a esa historia. Durante mi investigación en Venezuela para la disertación, me di cuenta de que mientras la plataforma de cine cae bajo el objetivo general de la Misión Cultura, también hay otro programa con el mismo nombre que ofrece un foro único de representación cultural. Entonces, la Misión Cultura tiene dos partes: la primera es la iniciativa general del Gobierno venezolano de promover, cultivar y expandir la creación y acceso cultural para todos los venezolanos; y la segunda parte es una carrera universitaria alternativa para activadores culturales al nivel comunitario. Esta carrera fue establecida en el año 2005 para educar y entrenar a activadores culturales en el lenguaje de la revolución bolivariana y cultivar manifestaciones contemporáneas de cultura venezolana en las comunidades para lograr el objetivo general de la primera parte de la misión. En este trabajo me interesa investigar y entender esta segunda parte de la Misión: la carrera universitaria alternativa para activadores culturales al nivel comunitario, a fin de crear lo que la Misión llama “[un] ejército de activadores y activadoras” (Misión Cultura PDF 10). Se ha escrito poco sobre esta misión en comparación con la misión cubanavenezolana de clínicas de salud Barrio Adentro. El hecho de que sea una de las misiones menos estudiada es interesante, considerando la cita siguiente de una entrevista con la profesora Antonieta Di Stefano, en la revista estatal de arte EnCONtrarTE. Desde el punto de vista de la profesora, “la Misión Cultura quizás es la que está más vinculada ideológicamente al Proceso Bolivariano, se trata de la democratización de la Cultura... Sirve para recomponer las comunidades, para encontrarse, para desarrollar el espíritu colectivo y la solidaridad. En fin, para dar verdaderamente un cambio cultural” (Di Stefano).

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Mientras intentamos entender los objetivos y la función de la Misión para ver cómo trata de llegar a un nivel de representación e inclusión de otras historias en la historia oficial a través de talleres comunitarios y entrenamiento de activadores, reconozco el plan político y las limitaciones de la Misión. Este proyecto que se origina desde el Estado, o sea, el núcleo de poder, enfrenta los desafíos y limitaciones sobre los que escribe Spivak en su ensayo fundamental “Can the Subaltern speak?” Yo diría que aunque esas dificultades son imposibles de evitar en un proyecto de incluir o representar al otro en un proyecto de poder, la Misión sigue ofreciendo algo de valor. Es un paso importante hacia la autorrepresentación y contribuye a la historia oficial del país. No soy ingenua sobre el juego del poder del Gobierno en este proyecto iniciado por el Estado, pero al intentar incluir otras culturas hay un esfuerzo por expandir la historia oficial y el concepto de alta cultura de gente antes excluida de esa historia. Hablaré sobre las limitaciones de este programa al final de este trabajo. Esta carrera alternativa para formar activadores culturales al nivel comunitario forma parte de la Universidad Nacional Experimental Simón Rodríguez. Se ofrecen los créditos de esta carrera no a través de clases, sino por actividades y talleres fuera del ambiente tradicional de la clase. Se personaliza el plan de estudio para cada activador, pero con un marco de talleres o cursos obligatorios, tres proyectos escritos que terminarán siendo parte del Archivo Nacional en Caracas y el proyecto final en conjunto con la comunidad. Al incluir estos proyectos escritos en el Archivo Nacional, las comunidades podrían contribuir a la historia oficial de Venezuela grabando y contando sus historias. Cada comunidad tiene que nominar a una persona para participar en este programa y, con la ayuda de la comunidad, la persona nominada presentará un proyecto cultural que corresponde a las necesidades culturales de la comunidad. Al aceptar la nominación, el activador trabaja en el primer proyecto escrito escribiendo su autobiografía. Con la autobiografía aprobada por el tutor, el participante entrega su autobiografía a la oficina principal de la Misión Cultura en la Biblioteca Nacional en Caracas. Después se asigna al activador un tutor que, en general, es un profesor universitario o experto en el proyecto decidido por la

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comunidad. El tutor trabaja con el activador y con otros activadores en talleres colectivos. Son talleres participativos de aprendizaje en el que el papel del tutor es de guiar en vez de enseñar, dado que el proyecto debe responder a las necesidades de la comunidad propia del activador y el activador es el experto en su propia comunidad, no el tutor. Como las otras misiones, la Misión Cultura trabaja con el Plan Simón Bolívar, que exige que las misiones creen una nueva ética para los venezolanos fomentando la participación de todos en la sociedad. Se nota el esfuerzo bolivariano y el enfoque bicentenario en la pedagogía de la Misión Cultura. “Filosóficamente se sustenta en las ideas revolucionarias de Simón Rodríguez [el tutor de Simón Bolívar] y Paulo Freire, en cuanto a la Educación Popular Liberadora como vía para la transformación” (Misión Cultura PDF). En este programa semiabierto de talleres, hay “cursos” obligatorios para asegurar que el activador cumpla una serie de estudios –pero por ser un programa alternativo hay la posibilidad de obtener créditos por experiencia práctica en ciertas áreas o entrenamiento previo del activador. En este modelo educativo hay varios componentes que forman los talleres obligatorios en que se participa antes de empezar el proyecto específico comunitario. Algunos de los cursos obligatorios explicados en la publicación “¿Qué es la Misión Cultura?” incluyen “Liderazgo, desarrollo y movimientos sociales”, “Bolivarianismo e integración latinoamericana”, “Manifestaciones culturales” y “Pensamiento educativo de Simón Rodríguez”. En estos cursos los activadores son los estudiantes del programa, los facilitadores sirven como profesores para los activadores, y los tutores son los profesores de los facilitadores. En esta cadena donde el tutor da clase al facilitador y, a su vez, el facilitador al activador, los cursos se basan en la participación, el diálogo y la práctica. Los participantes en este proyecto en teoría no se limitan a los chavistas ni al partido PSUV. Entre los activadores hay también miembros de la oposición y del “ni-ni” (lo cual se usa para referir a los venezolanos que no se identifican ni con los chavistas ni con la oposición).

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Cuando se termina con los talleres, el activador trabaja con su comunidad a fin de determinar el proyecto final y poner en práctica su aprendizaje y preparación para contribuir al patrimonio cultural. Después de entregar la autobiografía y un censo del patrimonio cultural de la comunidad a la Misión Cultura, el activador pasa a entrevistar a los de la comunidad para escribir la historia local de su comunidad. El activador, entonces, compila las historias de su comunidad con fotos, anécdotas, fechas, periódicos y expresiones culturales para formar una historia local. Esta parte obligatoria de escribir la historia local para cumplir la carrera de la Misión Cultura es lo que me interesa. Como la autobiografía, la historia local de cada activador terminará siendo parte del nuevo archivo nacional en la Biblioteca Nacional en Caracas. Al entregarla a la Misión Cultura se incluirá las historias en el sitio oficial de Internet, haciendo que esas historias sean accesibles a un mayor público. Dado que muchas de estas comunidades son comunidades periféricas en un país cuya historia está bien centralizada en la clase media de Caracas, no siempre hay una historia representada previa de estos lugares en la historia oficial y de esta manera dicha tarea ayuda a llenar este vacío. O como la profesora Di Stefano explica en su entrevista, titulada “La Misión Cultura es una misión contra el olvido”, donde dice: “Cada activador se responsabiliza por recoger la historia local entrevistando a los miembros de las familias que le corresponden, eso a fin de recuperar la herencia de cada localidad y para desarrollar los proyectos culturales y fortalecer los que ya existen.” En mi investigación después de entrevistar y estar en contacto con dos directores de la Misión Cultura por un tiempo de dos años, pregunté si podía por fin ver unos ejemplos de esas historias locales tan apreciadas. Y encontré un problema que había encontrado antes en otras etapas de mi investigación en Venezuela: no había acceso al público. La oficina de la Misión Cultura en el sótano perdido de la Biblioteca Nacional en Caracas es un espacio lleno de cajas, y más cajas de todos los activadores culturales del país y se quedan ahí con el objetivo de eventualmente subir cada historia local a la página de la Misión con una copia impresa en la Biblioteca Nacional. Pero después de dos años y varios

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viajes de investigación de la tesis, las historias locales seguían en las cajas. Al final me dieron una copia de una de las historias locales hecha por la activadora Luisa Velazco, de la Misión. Es una historia grabada en formato de DVD de 23 minutos que combina fotos, música, artículos de periódicos, voces, documentos oficiales y cuadros pintados para dar una idea de la historia local del sector 23 de Enero del municipio de Carirubana, del Estado Falcón, en el oeste de Venezuela, en la península de Paraguaná. Se narra con una voz masculina en off, que empieza con un plano aéreo de la zona y se acerca al plano general empezando con una banda sonora de la canción de Alí Primera, “Canción paraguaná”. Primera, conocido como “El cantor del pueblo”, era también del Estado Falcón. La canción acompaña todo el video y así comienza un registro de los fundadores del barrio 23 de Enero, empezando con una pantalla agradeciendo al barrio. La cámara pasa a mostrar las fotos de los residentes del barrio: la voz en off nombra a cada persona, sus apodos, trabajos y cuándo llegó al barrio: “Ángel... vivía en Coro y vino al barrio en 1959”. Rápidamente pasa a la siguiente foto de una señora: “Miguelina... vivía en Macuquita, en la sierra del Coro, y vino al barrio en el año 1958... Carmen... vivía alquilada en la calle Igarote y llegó al barrio en el año 1959... Simón... fue el primer peluquero del barrio en los años 60” (Velazco, Historia local…). A veces cómico y a veces triste, este registro sigue con fotos actuales para los que todavía viven en el barrio y fotos antiguas de los que ya no están vivos, pero ayudaron a fundar el barrio. Después la voz en off crea una forma de capítulos para organizar los temas de mayor interés en la fundación del barrio. La voz masculina explica: “A continuación mostraré algunos luchadores sociales que han logrado muchos beneficios para el barrio 23 de Enero de Punto Fijo 1”. Bajo el título de luchadores sociales, empieza con una foto y narra: “Ernesto... llegó en el año 1958. Fue el primer líder del barrio. Él con otros fundadores formaron la primera junta de mejora y lograron los servicios de agua [y] luz”. Y en la próxima foto mucho más antigua del mismo señor mucho más joven esta vez en la cárcel: “El señor Ernesto... en la cárcel de Coro, víctima de la represión política, fue preso 17 veces

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por su lucha”. Después de presentar y explicar las historias de los otros luchadores sociales de la época de fundación del barrio, muestra la imagen de una carta oficial, y la voz en off explica que “ésta es una fotocopia del documento del Estado comunicado de 5 de septiembre de 1958. En éste se comunica a las personas del barrio las amenazas de desalojo a las cuales fueron expuestas. Invitan al pueblo a no dejarse intimidar y unirse para la defensa de sus derechos.” De aquí la voz en off pasa a hablar sobre los otros capítulos de la historia local, empezando con los músicos del barrio, pintores y artesanos, rezanderas, después los personajes queridos por la comunidad, viejas edificaciones del sector, nuevas edificaciones, escuelas, iglesias, bodegas, antiguos bares, calles del 23 de Enero de este a oeste, calles de norte a sur, memoria de los fundadores que ya no están con nosotros, y termina recordando aquellos años sesenta con fotos. Esta historia local junta varias piezas que ayudan a formar una historia de este barrio. Subraya la importancia de la derrota cívica de la dictadura y cómo las personas usaron esa fecha para construir una nueva comunidad: empezando por el nombre del barrio. Casi todos provienen de otras partes del Estado Falcón y llegan a fundar el barrio en el año 1958, la fecha clave del movimiento cívicomilitar que puso fin al gobierno del dictador Marcos Pérez Jiménez. Este mosaico da una cara humana al barrio en vez de seguir como invisibles, con la semilla de la violencia, la droga, el olvido; o peor, como si fuera un producto reciente del chavismo. Este proyecto también muestra el hilo conductor entre el barrio de aquel entonces y ahora (el subtexto diría: la lucha continua). Es inscribirse en la historia y mostrar las raíces profundas de esa historia popular al dar nombre a sus calles, construir sus escuelas, elogiar a sus héroes y negar la lectura contemporánea de los barrios como espacios pasivos que sólo reciben dádivas del Estado populista. Después de cumplir la historia local y los talleres obligatorios, bajo la dirección del tutor, los activadores trabajan en sus proyectos comunitarios con su propia comunidad. En términos de los proyectos comunitarios de los activadores, la mayoría tiene que ver con proyectos de música, teatro y danza. Con los proyectos cumplidos después del programa de dos años, los activadores terminan

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sus programas con el título de activador cultural de la universidad alternativa y empiezan a formar parte del sistema de la Misión Cultura, trabajando con futuros participantes. Mientras por una parte es un programa innovador para expandir la historia nacional y cultivar las culturas locales, por otra, tiene sus debilidades. Durante mi investigación para la disertación en varios barrios, por ejemplo, en el barrio de La Vega de Caracas en noviembre de 2008, pregunté sobre los activadores de la Misión Cultura y la mayoría no sabía del programa. Esto sólo subraya una dificultad constante para muchos programas actuales e históricos en Venezuela: la falta de comunicación y de control de la publicidad. Pero a la vez, en un programa que se podría leer como propaganda (como todos los programas de cultura e historia), esta falta de control también puede mostrar una lectura positiva de la burocracia: subraya la falta de un control completo de ésta y muchas otras iniciativas. Otra debilidad posible es el hecho de que no haya tanta participación de la oposición en esta iniciativa. Y al exigir esta carrera alternativa una gran inversión por parte del activador y la comunidad, me pregunto si habrá posibilidades de trabajo para los graduados con futuros presidentes. Mi última preocupación es sobre el acceso público a estos trabajos. Espero que estas autobiografías, como historias locales y proyectos culturales, no sigan en las cajas en el sótano de la Biblioteca Nacional y que por lo menos haya acceso público a copias impresas de estos proyectos o, si no, versiones electrónicas en la página de la Misión. Mientras el objetivo principal de este programa es representar las voces auténticas, expresiones culturales e historias locales, reconozco lo que definiría la crítica cultural de Spivak como una historia que viene desde dentro de un sistema de poder, dirigido a un público específico y consciente de ese público. Mientras los participantes se convierten en activadores culturales, también terminan siendo parte del Estado y su sistema de poder. Deja de ser una representación inocente y una historia completamente auténtica, pero me pregunto si todo existe dentro de un sistema de poder, y si se puede producir algo puro y auténtico en el mundo en que vivimos. Creo que la Misión Cultura, a pesar del sistema de poder, sigue siendo una contribución a la historia oficial, de la cual antes no formaba parte.

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Por el proceso de aprendizaje a través de las historias locales y las autobiografías basadas en la pedagogía de Freire, el proceso educativo en sí ya merece la pena, al poner a los activadores en el centro de su propia educación. En el futuro espero enfocarme en los talleres dados por los facilitadores para guiar la escritura de las autobiografías y las historias locales con el fin de continuar analizando la Misión Cultura. Obras citadas Acosta, José Miguel, et al. Panorama histórico del cine en Venezuela 18961993. Fundación Cinemateca Nacional: Caracas, 1997. Beverley, John. "Sobre el performance de Mujeres Creando: Marginalidad, visibilidad, y Estado." Miradas al Margen: Cine y subalternidad en América Latina y el Caribe. Luis Duno-Gottberg (ed). Caracas: Fundación Cinemateca Nacional, 2008. 435-440. ---. “The Real Thing.” The Real Thing: Testimonial Discourse and Latin America. Georg M. Gugelherger (ed). Durham: Duke University Press, 1996. 266287. Casique, Teresa, ed. Elogio del Ícono: Fundacion Cinemateca Nacional de Venezuela. Caracas: Fundación Cinemateca Nacional. 2000. Coronil, Fernando. The Magical State: Nature, Money, and Modernity in Venezuela. Chicago: University of Chicago Press, 1997. Di Stefano, Antonieta. “Hablando con Antonieta Di Stefano: ‘La Misión Cultura es una misión contra el olvido’.” ENcontrARTE. 15 julio 2005. Web. 20 mayo 2010. . Fernandes, Sujatha. Cuba Represent! Cuban Arts, State Power and the Making of New Revolutionary Cultures. Durham: Duke University Press, 2006. ---. Who Can Stop the Drums? Urban Social Movements in Chávez's Venezuela. Durham, NC: Duke University Press, 2010. Freire, Paulo. Pedagogy of the Oppressed. Trans Myra Bergman Ramos. Continuum: New York, 1999. Historia Local: Municipio Carirubana: Estado Falcón:

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Sector 23 de Enero: Equipo de Sistematización Comandante Macario. Dir. Luisa Velazco. n.d. Filme. (Disponible contactando a La Misión Cultura: Oficina Académica-sótano de La Biblioteca Nacional, Caracas, Venezuela). King, John. Magical Reels: A History of Cinema in Latin America. London/ New York: Verso in association with the Latin American Bureau, 1990. Martinez, Carlos, Michael Fox, and JoJo Farrell. Venezuela Speaks! Voices from the Grassroots. Oakland: PM Press, 2010. Nichols, Bill. Introduction to Documentary. Bloomington: Indiana University Press, 2001. República Bolivariana de Venezuela. Fundación Misión Cultura. Manual de Diagnóstico Participativo Comunitario. Caracas: Fundación Imprenta Ministerio de la Cultura, 2008. ---. Fundación Misión Cultura. Manual de Historia Local: aproximación metodológica a las historias locales: teoría, método y técnicas de investigación. Caracas: Fundación Imprenta Ministerio de la Cultura, 2007. ---. Fundación Misión Cultura. Manual sobre Proyectos de Aprendizaje. Caracas: Fundación Imprenta Ministerio de la Cultura, 2008. ---. Fundación Misión Cultura. Misión Cultura. Caracas: Universidad Nacional Experimental Simón Rodríguez, 2008. PDF. ---. Fundación Misión Cultura. ¿Qué es la Misión Cultura? Caracas, Ministerio de la Cultura, n.d. ---. Fundación Misión Cultura. Visión de la Misión. Ministerio del Poder Popular

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