Ensayo de los métodos proyectuales. El modelo ontomimético. Azael Pérez Peláez. El modelo ontomimético ante los métodos de diseño

May 23, 2017 | Autor: Azael Pérez | Categoría: Autopoiesis, Métodos De Diseño, Filosofia Del Diseño, ontomímesis
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Descripción

El modelo ontomimético ante los métodos de diseño Mtro. Azael Pérez Peláez Programa de Doctorado en Diseño Facultad de Arquitectura y Diseño Universidad Autónoma del Estado de México

Introducción El método del diseño se mueve hacia la duda sobre la legitimidad de la racionalidad como una explicación autentica del mundo. Se habla cada vez más de la forma en que los aspectos vocacionales de la ciencia, que corresponden a los principios de acción y conducta tienen como consecuencia a los preceptos metodológicos de las disciplinas por lo que la teoría y el método no pueden ser separados nunca. Es por ello que para comprender al método de la disciplina hace falta profundizar en su teoría fundamental y las posturas que le sustentan para encaminar al diseño hacia una autocomprensión que a modo de camino introspectivo ayude a describir el propio método proyectual del diseño. Eduardo Nicol (1965) propone al método fenomenológico de forma que incluya los dos factores analizados, el interno o teórico y el externo o vital para construir una verdadera investigación sobre los problemas de la crisis que plantea para así lograr un abordaje sistémico. Nicol Propone un esquema que nivela las categorías teóricas (Lógica y epistemológica) con las dos categorías vitales (Histórica y dialógica) porque a decir de su propuesta todas ellas están comprometidas en la crisis de la ciencia. Es a partir de estas cuatro relaciones del conocimiento que el hombre puede establecer en un solo momento una relación objetiva con el mundo y dialógica con sus coetáneos. Es así que la ciencia es fundamentalemente una forma de relación entre el hombre y su entorno, pero al mismo tiempo con una relacionalidad explícita con el hombre mismo. (Nicol, 1965). Como objetivo de este texto se tiene que dada la problemática contextual derivada de la encrucijada proyectual, la decadencia del reduccionismo como paradigma El modelo ontomimético. Azael Pérez Peláez.

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cientifizador del conocimiento en el campo del diseño, la frustración derivada de las perspectivas proyectuales de las esferas de la sustentabilidad; se pretende desarrollar una propuesta de modelo autopoiético que responda de forma auto organizada a la tarea de dar sentido a la creación antrópica y su proceso creador. Se sugiere admitir que el diseño en el universo contemporáneo se comporta como un ente creador y dador de sentido, responde a las problemáticas complejas como un creador organizador que se dedica a ser a través de su relación proxémica con el entorno. Es decir que el diseño es capaz de autodetonarse al momento de crear el mundo posible en el que el diseñador configura su propia existencia. Conviene realizar una breve exploración introductiva a cerca del método proyectual en el proceso de diseño antes de expresar la pertinencia de una propuesta personal sobre el modelo de acción biomimética para aplicarse en el proceso de diseño desde una postura sistémica que admite el contexto de la crisis epistemológica contemporánea. En virtud de conseguir el objetivo planteado se vuelve necesario revisar la postura de varios autores, por ejemplo Edgar Morin, quien desde una visión sistémica aborda al método como concepto general que atañe al hacer antrópico y su naturaleza. El libro de Luis Rodríguez sobre la transición de los métodos proyectuales al pensamiento de diseño es un buen punto de partida para lograr la comprensión de la importancia del paradigma como instrumento de aproximación a los fenómenos, así como una guía sobre el comportamiento histórico y contextual contemporáneo del método en el proceso de diseño (Rodríguez Morales, 2015). Es por ello que la revisión introductoria que se presenta se llevará a cabo de manera no lineal, más bien rizomática, explorando los conceptos constituyentes de estos dos autores (Morín y Rodríguez-Morales) en combinación con algunas matrices pertinentes de aporte personal y de posturas tangenciales haca el objeto del proceso de diseño (Morin, 2001).

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La investigación como medio de comprensión de la época y su devenir se está viendo excedida en las exigencias que le solicitan los problemas complejos a los que se enfrenta, en palabras de Fritjof Capra “Cuanto más estudiamos los principales problemas de nuestro tiempo, más nos percatamos de que no pueden ser entendidos aisladamente.” (Capra, 1998: 35) Para Rodríguez-Morales la crisis del devenir paradigmático actual es un momento esperado en un ciclo iterativo de acumulación de anomalías que la ciencia normal se vuelve incapaz de sostener, explicar o incluso concebir en su existencia dada la rigidez de su paradigma matriz. Se puede advertir en este aspecto que Morín describe un comportamiento iterativo similar en mayor profundidad cuando explica que es la conciencia de la insuficiencia del paradigma hegemónico lo que detona la exploración neocientífica sistémica en la cual se rechaza a la desusada reducción como fuente de las anomalías que no alcanzan a definir los nuevos campos de acción del método (Morin, 2001). Para precisar la pertinencia del método como ente permanente aunque evolucionante en la historia del proceso creativo, Rodríguez Morales atañe su existencia a dos tipos generales de factores: Endógenos y Exógenos. Las causas endógenas responden a circunstancias externas al sistema pero que impactan en el comportamiento del mismo, por ejemplo, las de orden tecnológico y económico; por otro lado, las de orden endógeno se refieren a circunstancias directamente relacionadas con la disciplina del diseño y su hacer, por ejemplo la búsqueda de la respetabilidad académica, el miedo al salto al vacío, es decir, circunstancias que se acercan a orígenes psicológicos, académicos y pedagógicos (Rodríguez Morales, 2015). Los movimientos actuales están dando cada vez más importancia a la eficiencia y menos al comportamiento lineal. Esta situación ha ocasionado, en la óptica de Rodríguez Morales (2015) que la optimización sea una clave crucial en los métodos y procesos del diseño contemporáneo.

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Este camino del método se encuentra con lo que Melich llamaría un desencantamiento derivado de la prioridad asignada en los campos pedagógicos a la ciencia y la tecnología debilitando lo sagrado. Las humanidades se presentan generalmente soslayadas por las materias prácticas y científicas y la ciencia a su vez se encuentra en crisis y perdiendo cada vez más la certeza que la sostenía (Melich, 1998). Para la perspectiva sistémica, la sostenibilidad se ha convertido en un elemento esencial, detonante y configurador de muchos de los movimientos encaminados a describir, comprender, regular o caracterizar al acto creativo del hombre y sus diseños (Capra, 1998).

El Camino del método en el diseño Para Rodríguez Morales, el método del diseño tiene un recorrido histórico emparejado con el acontecer de la ciencia como proceso de comprensión de la naturaleza. El concepto central de la nueva etapa posmoderna es, según Octavi Fullat (2002) la existencia. Es el resultado de apercibirse a sí mismo, la auto afirmación y la autonegación humana son la evidencia de que la conciencia es la forma en que la posmodernidad encuentra la diferencia entre el estar y el darse cuenta de estar. Esto es a lo que Fullat llama la diferencia existencial. Darse cuenta de la condición humana es una enajenación de la propia existencia porque el hombre solo se puede superar a si mismo cuando se reconoce definido por su naturaleza. Cabe destacar la clasificación que Fullat hace de los pensadores en su taxonomía de la postmodernidad, dónde ubica tres grupos principales; los instalados en el presente, los supervivientes del pasado y los nostálgicos, todo dentro de una visión diacrónica (Fullat, 2002). La ciencia del diseño requiere de formulaciones sustentadoras desde su propia reflexión, el hacer disciplinario necesita encontrar sus motivos filosóficos fundamentales. En las razones específicas del diseño, Irigoyen (1998) conjetura una El modelo ontomimético. Azael Pérez Peláez.

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epistemología anunciada, según la cual el conocimiento científico resuelve la falta de congruencia en el proceso de diseño. Pero esto sólo ocurre cuando se llega a comprender las leyes que ocurren detrás de los hechos o fenómenos. Esta postura admite una multiplicidad de significados en respuesta a los diferentes niveles en los que ocurren o se configuran los datos. En tanto a los órdenes de aproximación del diseño Irigoyen nos habla de una filosofía de lo inexacto que boga entre lo concreto y lo abstracto. Gracias a esta forma de aproximación se puede establecer una tipología de conceptos heterogéneos que se ordenan de acuerdo a los procedimientos, conceptos y medios técnicos de cada orden. (Irigoyen, 1998).

La biología del paradigma Contribuir a la comprensión de los procesos de autoorganización que ocurren en un ente vivo sería la mejor perspectiva para no cegarse ante la autonomía natural de las dinámicas complejas que se involucran en las visiones que determinan los modelos generales de concepción y que dan sentido al universo vivido. La descripción es la parte fundamental del fenómeno de conocer en el proceso del diseño. Definir los objetos en órdenes y sus correspondientes categorías elimina el riesgo de la contradicción. La capacidad de describir al objeto se desarrolla como una condición metodológica que concibe un objeto complejo en función de sus partes individualizadas de forma analítica y así cubrir la necesidad de configurar esquemas propios (Irigoyen, 1998). Es por ello que la comprensión del paradigma como concepto detonante del sentido universal requiere de su exploración en un nivel biológico que permita definir las generalidades comportamentales del mismo y deducir su camino entendido como un sistema eco-biológico de gerencia antrópica. Los dramáticos cambios de pensamiento que tuvieron lugar en la física a principios de siglo han sido ampliamente discutidos por físicos y filósofos a lo largo de más de cincuenta años. Llevaron a Thomas Kuhn a la noción de «paradigma» científico, definido como «una constelación de logros El modelo ontomimético. Azael Pérez Peláez.

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conceptos, valores, técnicas, etc.- compartidos por una comunidad científica y usados por ésta para definir problemas y soluciones legítimos».4 Los distintos paradigmas, según Kuhn, se suceden tras rupturas discontinuas y revolucionarias llamadas «cambios de paradigma» (Capra, 1998: 27) El paradigma como este ente viviente que le permite al hombre consciente darle sentido al contexto global permite estructurar y jerarquizar con el objetivo de dar solución a las cuestiones del hombre que se formula preguntas. Algunos autores autores como Luis Rodríguez (2015) conciben al paradigma como la manera que tiene una sociedad para definir los atributos observables que orientan la consecusión de objetivos, para ubicarse en la indagación de cuestiones específicas y el modelo que sirve para interpretar y dar sentido a las respuestas encontradas. Este modo de ver al paradigma resalta su importancia y pertinencia lógica, es entonces una consecuencia veráz de la duda natural del hombre, y es por tanto un marco antrópico que permite comprender lo biológico aportando las matrices generales de coherencia sobre los fenómenos que se observan. En efecto, la asimilación coherente de un nuevo paradigma que surge ante esta acumulación de anomalías debe reiterar en su carácter organizacional, pero considerando a los factores organizantes como funciones sistémicas de un objetosujeto. En otras palabras, para comprender al nuevo proceder metódico de la creación antrópica es necesario admitir que este sujeto está vivo, y como tal responde a teorías de organización de carácter biológico. Este nuevo paradigma autoorganizativo, autodetonante, en el que las partes de un sistema complejo, responde a matrices de patrón natural que poco a poco se van deduciendo en todo lo vivo y lo creado a semejanza de ello. “El orden físico se prolonga en el orden viviente, regido él mismo por «programas genéticos», fabricadores de invarianza y de repetición; de este modo, la naturaleza aparece como permanencia, regularidad, y ciclos.” (Morin, 2002)

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Po esta razón, la ontomímesis llevada como modelo de procesos creativos exige ser entendida como una suerte de autocomprensión de la propia existencia biológica. Esta perspectiva no es nueva, Capra (1998) lo describe cuando habla del recorrido histórico que se ha sucedido desde la obsolescencia de la mesurabilidad del viejo paradigma hacia la comprensión del patrón como descriptor del comportamiento de lo vivo a todas las escalas. “a lo largo de la misma historia de la filosofía y de la ciencia, el estudio del patrón siempre estuvo presente. Empezó con los pitagóricos en Grecia y continuó con los alquimistas, los poetas románticos y otros movimientos intelectuales. En la mayor parte del tiempo, sin embargo, el estudio del patrón fue eclipsado por el estudio de la substancia hasta resurgir con fuerza en nuestro siglo, en el que fue reconocido por los pensadores sistémicos como esencial para la comprensión de la vida.” (Capra, 1998: 99) Capra nos brinda una panorámica de la evolución del pensamiento desde la perspectiva de lo complejo con una postura sistémica. Los aportes de estos nuevos enfoques a la ciencia y al conocimiento se han vuelto cada vez más evidentes, como las teorías derivadas de la comprensión de la luz y la radiación autoorganizada en la invención de los laser y muchas otras aplicaciones (ibídem). Asi como también los aportes de la teoría de autosimilitud de Mandelbrot (1993) y los aportes de la teoría de fractales a la medicina, física y matemáticas; y del mismo modo los nuevos modelos derivados de los hiperciclos estudiados por Elgen y sus aportes en la comprensión profunda de lo vivo (Capra, 1998). Es gracias a estas perspectivas que la neurociencia y la biología con Humberto Maturana y Francisco Varela en los años setenta encontraron rumbo de abordaje. La clara influencia de la cibernética y las teorías de la información muestra que, mientras los biólogos de la vieja escuela cartesiana buscaban la respuesta a la El modelo ontomimético. Azael Pérez Peláez.

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sustancia de lo vivo, los cibernéticos intentaban comprender la naturaleza de la mente y Maturana logró unificar las dos tradiciones para presentar las bases de su teoría de la autopoiésis que explica de forma transmutable y evolucionante la organización de lo vivo (ibídem).

Lo vivo del método El método como todo objeto antrópico es, desde esta nueva visión paradigmática, un objeto-sujeto. En este orden de ideas se puede plantear que el método está vivo en tanto que presenta un comportamiento análogo autosimil al comportamiento de su creador el hombre. El método ontomimético es entonces una suerte de biomímesis procesual que tiene por objetivo caracterizar las matrices constitutivas generales de lo vivo intrínseco en su propia existencia para poder trasladarlas a las creaciones que resulten de su aplicación en un ciclo autodetonente, es decir que el método es autopoiético. Aunque Maturana sentó las bases para la comprensión de lo vivo desde sus investigaciones sobre los procesos cognitivos como sucesos biológicos y los sistemas cíclicos aplicables a la comprensión de todos los niveles de comportamiento biológico, es pertinente mencionar que ha habido muchas otras perspectivas que han procurado una mayor asimilación del asunto. Para Maturana, la pieza que detuvo el avance de sus teorías fue la circularidad cerrada de su modelo, es decir que no admitía la pérdida o el desequilibrio como eventos intrínsecos de lo vivo y por tanto la evolución dependía de explicaciones basadas en modelos cerrados o no relacionales (Capra, 1998). En Estados Unidos, Heinz Von-Forester y en Alemania Haken partieron de los aportes de Maturana para proponer modelos de sistemas autoorganizados que escapaban a la circularidad cerrada mediante la teoría de laser no lineal y los ciclos catalíticos. Mientras tanto Maturana seguía su camino en la biología y la comprensión profunda de los sistemas vivos (ibídem).

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Partiendo de estas observaciones se puede deducir un cambio radical en los métodos de creación antrópica, y por tanto en el campo del diseño y su ciencia. Esta nueva forma de ver al entorno como un complejo campo de sistemas interrelacionados y vivos, que tampoco excluye al propio hombre como parte viva del sistema, supone la indagación sobre los principios que permiten la creación.

El método Ontomimético El diseño surge de un proceso de aproximación ambiental, es decir que trabaja con aquellos objetos que rodean al hombre provocando una complejidad de imágenes que en el acto de conocer se categorizan para resurgir de forma analógica en la configuración de nuevos objetos de diseño. El diseño es una ciencia en tanto construye conocimiento a partir de la comprensión y creación de los conceptos; y es disciplina en tanto que responde a una temporalidad particular ensamblando el conocimiento generado en el espacio de lo real. La historicidad personal y disciplinar del diseño nutre cada vez más esta capacidad

sistémica

de

construcción

del

conocimiento,

posibilitando

la

autodescripción del diseño, así como su estructuración constitutiva para argumentar el valor concreto de la multiplicidad abstracta. Existen varios principios constituyentes de lo vivo que se pueden caracterizar de forma que sirvan estos para comprender el acto creativo como un proceso biológico y luego describir el proceso que se autodetona para la creación antrópica. En el universo de las numerosas investigaciones que sugieren, cada una desde su perspectiva, sus propias características dignas de ser mencionadas y estudiadas como esencias de lo vivo y partes fundamentales del proceso que se autoorganiza en su propia existencia, aquí se presentan algunas de ellas desde la óptica de la ciencia del diseño. El presente documento agrupa algunos de los conceptos esenciales de lo que se sugiere llamar el método ontomimético en grupos organizados para fines descriptivos y propone definiciones cercanas a la disciplina del diseño y su ciencia. El modelo ontomimético. Azael Pérez Peláez.

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Partiendo de estos conceptos se proponen los medios pragmáticos para reproducirlos en actos ontomiméticos hacia proyectos de diseño factibles y de comportamiento análogo al principio al que responde cada uno o varios en su interrelación sistémica.

Figura 1 Constituyentes generales y específicos de lo vivo hacia un modelo ontomimético. Elaborado por Azael Pérez.

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En la figura 1 se muestra la propuesta de cuatro matrices generales que caracterizan a los sistemas vivos y su comportamiento biológico definido en 4 grupos de características constituyentes que responden a cada una de las generalidades expuestas. La ordenación de estos constituyentes en el modelo presentado responde a una función descriptiva, pero se reconoce que la organización de las mismas es un proceso dinámico que depende del sistema el momento y la problemática contextual y podría representarse de muchas otras formas diversas. Para la formulación del modelo ontomimético se toma como base 4 matrices generales de constituyentes; La autoorganización, como esencia autopoiética con todos los rasgos característicos que intervienen en su comportamiento biológico; la disipación como fuente de apertura en el sistema, aporta el orden a partir del caos y utiliza las fuerzas de divergencia y desintegración como elementos autodetonantes de los sistemas en los que se aplica; La sinergética como el campo de estudio que dedica esfuerzo de reflexión sobre la comprensión relacional de los sistemas y su comportamiento en coexistencia funcional, define la eficiencia como el movimiento relacional continuo de índole dialógico entre el objeto y su entorno; y finalmente la incertidumbre como origen de la identificación del propio objeto como ente viviente que duda y en su observación se autoconstruye. Aplicando estas matrices a un modelo que responde al patrón esencial de lo vivo como fuente de comprensión del proceso de creación se tiene que la representación de dicho sistema complejo requiere de multiples perspectivas. A continuación se presenta una propuesta de modelo aplicado a dicha tarea, y se describe su comportamiento en virtud de su carácter biológico.

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Figura 2 El modelo ontomimético. Organización autopoiética de las matrices constituyentes alrededor de los elementos generativos del ser-diseño.

En la figura 2 se muestra una propuesta del modelo ontomimético en el cual los polígonos exteriores en blanco representan a la posibilidad de ubicación de las cuatro matrices constituyentes y alguna de sus características específicas ubicadas como determinantes relacionales del patrón que sigue el proceso de creación del objeto vivo.

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Para la misma figura las líneas de color representan ejemplos de recorrido transrrelacional del proceso creador, pasando por diferentes fases fundamentales sin la necesidad de cumplir con pronósticos o secuencias aisladas. En el primer ejemplo, la línea azul, representa un camino que comienza en alguna de las características específicas definidoras de lo vivo, para este recorrido planteamos hipotéticamente un origen en la característica de la autoconstrucción, en este momento del proceso el hexágono blanco ocuparía el nombre de autoconstrucción haciendo frontera con su matriz constitutiva la autoorganización, esta primera etapa del proceso llevaría al reconocimiento de un comportamiento autodetonante en el objeto imaginado o buscado, ya sea que el diseñador pretenda imprimir esta característica en su diseño o que se vea a si mismo envuelto en la dinámica autoconstructiva de algún evento natural que le sugiere tomar ese camino; la línea se prolonga luego hacia el hexágono del bucle autopoiético, en este estadio el proceso se enfrenta a un efecto de iteración cíclica que le obliga a comprenderse a sí mismo y en su descripción el diseñador encuentra que su objeto cumple con un ciclo semicerrado en el que la parte iterativa perfecta le proporciona la capacidad de autodetonarse, y la parte iterativa imperfecta le imprime el flujo energético que deriva en una finalidad específica; este siguiente polígono de finalidad proporciona al objeto un comportamiento funcional que responde a la problemática detonante; el camino de la línea continua en el espacio del ser-diseño, en este momento el diseñador y el objeto diseñado establecen una relación proxémica a nivel eco-sistémico, en esta relación ambos entes, diseñador y objeto son vistos como seres vivos con comportamientos y características biológicas observables, en su relación el diseñador se vuelve capaz de describir al objeto, su función, su carácter autoconstructivo y define las potencialidades biológicas de su creación; Es por ello que la línea desemboca en el espacio denominado creadororganizador en el cual el diseñador se reconoce como ente dador de sentido al mundo posibilitado mediante su existir creativo, este momento es en el que el objeto se ve imprimado por las historia poiética del diseñador y se organiza de acuerdo a los patrones desarrollados a lo largo de la experiencia biológica del diseñador como el configurador del universo en el que existe; a continuación la línea azul prosigue El modelo ontomimético. Azael Pérez Peláez.

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por el espacio llamado lo vivo del diseño, en esta fase del proceso el diseñador y el objeto se comprenden a un grado en el que son capaces de responder a un análisis biológico en el que se definirán las características específicas definidoras que configuran su forma, función, relacionalidad, ciclo de vida y por último el espacio en blanco será ocupado por la nominación o definición específica del objeto creado respondiendo a todo su proceso. Así mismo, la línea rosa persigue un proceso similar pero que parte de orígenes distintos, y al tener detonantes diferentes, tiene la posibilidad de configurar su proceso específico separado del primer ejemplo pasando por diferentes fases aunque con algunas coincidencias sobre todo en el comportamiento estructural que se ciñe al patrón relacional esencial. Por otro lado, existen posibilidades de desórdenes creadores, el caso de la línea amarilla es un ejemplo que no responde al patrón esencial del modelo, pero que continua respondiendo a un camino que toca varias áreas o espacios en los que se autodefine desde la característica detonante que pudiera ser cualquiera de las matrices constitutivas de lo vivo, pasando los el campo de la práxis en donde la disciplina le imprime un perfil que le lleva hacia la búsqueda funcional de la finalidad y luego se encamina por un recorrido de descripción y definición similar a los otros ejemplos aunque de forma más dinámica casi intuitiva. Los tres caminos ejemplificados convergen en algún momento de su proceso creador en el momento epifánico, y es en este punto en el que a diferencia de los métodos tradicionales en el que el objeto y el sujeto se relacionan en una revelación profunda que en su comprensión mutua lleva al objeto hacia el campo de lo ontomimético, es decir que genera un autosímil que refleja la potencia creadora del momento poiético en el que surge el objeto como ente análogo a aquello que lo creó.

Anticonclusión

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Los caminos del modelo ontomimético son múltiples tanto por su patrón esencial como por su capacidad multidireccional y comportamental. Así mismo, cada uno de los proyectos que se inscriban en el modelo tiene la posibilidad de elegir mientras comprenden sus propias características constituyentes lo que determina el inicio del proceso. La Ausencia de contacto con determinadas áreas o fases del modelo no condena al objeto a una exclusión del modelo, es decir que este modelo escapa a la frustración derivada de la idealización de las expectativas de eficiencia y optimización, ya que incluso la tendencia a dispersarse, o la fuerza derivada de la disipación del objeto le imprimen una cualidad ontomimética que le permite se planeada y diseñada de acuerdo a ese perfil y aprovechar ese flujo energético en la comprensión y generación del propio objeto. Hace falta plantear multitud de caminos y ejemplos de aplicación del modelo para lograr a fuerza de iteración una mayor comprensión del modelo y su potencial de aprovechamiento, sin embargo, existe también el peligro de que la clarificación por este medio descriptivo explicito desencadene una serie de recorridos “eficientes” que sean guardados a manera de recetas lo que ocasionaría un retroceso al antiguo comportamiento determinista y simplificado de los métodos tradicionales. Se sugiere la interpretación libre mediante una hermenéutica intuitiva que permita a cada diseñador configurar sus propias aplicaciones del modelo con la confianza de que cualquier camino que se halle en contacto profundo con cada una de las fases en las que se encuentre necesariamente desembocará en un ejercicio de autocomprensión oracular que guiará al diseñador y sus epifanías hacia la organización de sus universos internos que una vez comprendidos serán reflejados en sus creaciones objetuales-vivas.

Bibliografía Capra, F. (1998) La Trama de la Vida, Barcelona: Anagrama. Fullat, O. (2002) El siglo postmoderno, Barcelona, España: Crítica. El modelo ontomimético. Azael Pérez Peláez.

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Irigoyen, F. (1998) Filosofía y diseño. Una aproximación epistemológica., México: Universidad Autónoma Metropolitana, unidad Xochimilco. Mandelbrot, B. (1993) Los objetos fractales. Forma, azar y dimensión., Tusquets Editores, S.A. Melich, J.C. (1998) Antropología simbólica y acción educativa, Barcelona: Paidos. Morin, E. (2001) El Método I. La naturaleza de la Naturaleza, Madrid, españa: Sexta edición. Catedra Teorema. Morin, E. (2002) El método 2. La vida de la vida, 5th edition, Madrid: Cátedra. Nicol, E. (1965) Los principios de la ciencia, Fondo de cultura Económica. Sección de Obras de Filosofía. Rodríguez Morales, L. (2015) De los métodos proyectuales al pensamiento de diseño, 1st edition, Toluca: Universidad Autónoma Metropolitana.

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