Ensayo crítico del libro “De los métodos proyectuales al pensamiento del diseño”

UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DEL ESTADO DE MÉXICO FACULTAD DE ARQUITECTURA Y DISEÑO DOCTORADO EN DISEÑO METODOLOGÍA DE LA INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA EN EL DISEÑO M. EN DIS. DANIEL ABNER HERNÁNDEZ GARCÍA

Ensayo crítico sobre la lectura “De los métodos proyectuales al pensamiento del diseño” de Luis Rodríguez Morales

Síntesis Para Marc Augé (1992) el tiempo actual es acelerado, caótico. Una actualidad en donde la historia nos pisa los talones. La gran velocidad en la cual el ser humano está viviendo, conlleva a una aceleración en las demás esferas de la existencia. Es posible afirmar que no existen verdades eternas, y desde una postura spinozista1, el ser humano está en constante movimiento. No es de extrañar que las formas en que se desarrollan las actividades, tanto intelectuales como cotidianas, también se modifiquen. Algunas ocasiones resulta complicado dicho cambio, pero eventualmente ocurre. A pesar de que en los últimos años de su vida se alejara del término paradigma, Thomas Kuhn menciona que un paradigma siempre se resiste a dejar el lugar a uno nuevo. Durante la época moderna, la etapa en la cual se encontraba el desarrollo del ser humano necesitaba certezas, verdades absolutas para poder obedecer. En la posmodernidad se observa una toma de conciencia por parte de la sociedad y, junto con ella, la incertidumbre. Luis Rodríguez (2015) realiza una investigación suficiente para dar a conocer las metodologías más usadas a través de la historia, su origen y ocaso, así como la actual tendencia de pensamiento que permea el quehacer

1

En referencia al filósofo holandés Baruch Spinoza

diseñístico. El presente documento plantea un análisis crítico al libro “De los métodos proyectuales al pensamiento del diseño” del autor antes mencionado.

Crítica Considerando al paradigma como una guía para los objetivos de la formación profesional, Luis Rodríguez afirma que, desde la etapa de la Ilustración y el Enciclopedismo, se sentaron las bases para nuestra actual comprensión del diseño. No sorprende en absoluto el hecho de que tales acontecimientos en la historia de la humanidad sean considerados como los inicios de la modernidad, es decir, en la era de la “razón”. La idea de paradigma establecida como una verdad absoluta, se mantuvo desde el siglo XVIII hasta la segunda mitad del siglo XX. Si se concibe el ciclo de vida de un paradigma como una campana de Gauss, se observa que al final de la campana se encuentran etapas cruciales en ese desarrollo. Y es que en ese punto ocurre un punto de quiebre denominado como crisis. Aquí todo lo que se pretendía como verdadero deja de serlo, la incertidumbre aparece y trae consigo una etapa que Rodríguez llama revolución científica, la cual a través de un proceso de intersubjetividad da pie a un nuevo paradigma. Dentro de las vertientes que originan la idea de diseño actual, encontramos al Sistema Americano de Producción (SAP) y su contraparte europea con Pugin, antecesor del movimiento Arts & Crafts. El primero de ellos entraña el germen inquietante del capitalismo: la producción industrial en serie, el costo y el crédito, así como la falta de atención al aspecto formal y estético. Pugin y posteriormente W. Morris abogan por el aspecto artesanal del oficio, el uso de las mismas manos del diseñador para producir el diseño. Como se observa, esta etapa resulta crucial para el diseño, pues a pesar de ser opuestas ambas posturas, años más tarde la escuela de la Bauhaus, fundada en la ciudad de Dessau, Alemania, logra combinar ambas posturas en la mayoría de sus principios.

2

Tan importante resultó esta postura alemana, que su influencia aún se siente en la actualidad. La Bauhaus se convirtió en el semillero de nuevas escuelas de diseño en varias partes del orbe, gracias en parte a la diáspora producida por el nazismo. El México posrevolucionario acogió a algunos maestros y alumnos de la Bauhaus, entre ellos Mathias Goertiz. Dicha influencia se debió a que el centro del diseño de la Bauhaus fue la forma, alrededor de la cual orbita la tecnología, la función, la expresividad y, un punto importante que no tomó en cuenta la escuela victoriana Arts&Crafts, la economía. Y es que Arts&Crafts, como se mencionaba, promocionaba la artesanía, el trabajo a mano por encima de la maquinaria, lo cual hasta cierto punto es correcto, pero olvidó que a mayor trabajo artesanal y menor uso de maquinaria, los costos de producción se incrementarían, por lo que para la mayoría de la población resultaba impagable dichos diseños.

Ilustración 1 - El Diseño en la Bauhaus (Rodríguez Morales, 2015, p.27)

En 1959 se formó el Consejo Internacional de Sociedades de Diseño Industrial (ICSID), situación importante para los diseñadores industriales que reafirmó su identidad, sin embargo, en el aspecto arquitectónico el mundo se hallaba inmerso en pleno funcionalismo. En México, aún quedaban resabios de los estándares neoclásicos en arquitectos como Mario Pani o Manuel Ortíz Monasterio, a pesar de

3

que hubo una fuerte influencia funcionalista con Juan Legarreta o el mismo Juan O’Gorman, de sólidas bases socialistas. En este punto, el autor hace un corte y presenta una visión histórica de los diversos métodos de diseño, sin desatender a las causas exógenas y endógenas que influyen en el desarrollo de la metodología. Se observa entonces el giro que fue dando el paradigma de las ciencias denominadas duras, a las ciencias sociales. Debido a ello, el diseño como disciplina ha buscado tener validez ante la comunidad científica, intentando nuevamente regresar a la metodología dura, lo cual evidentemente es un error. Dentro de los métodos de diseño encontramos una analogía hecha por Christopher Jones en el que se ubican las clásicas posturas de la caja negra y la caja transparente. En la caja negra el diseñador no menciona su proceso, únicamente se observan los resultados. En cambio, en la caja transparente se aprecia todo el proceso de diseño, sin embargo, se manifiesta una linealidad en dicha metodología, resultando hasta cierto punto poco flexible. Al ser de formación diseñador industrial, probablemente la visión de Luis Rodríguez tenga un sesgo hacia ese apartado del diseño, desatendiendo un poco la visión de la arquitectura, la cual, es en cierta forma independiente del resto de los diseños debido a sus propias características. Así, algunos de los métodos analizados son solo aplicables a elementos de diseño industrial y forzados en cierto sentido al ámbito de la arquitectura. A pesar de ello, Rodríguez concluye mencionando que los problemas de diseño y también los problemas de planeación urbana, son problemas perversos, que conllevan una imposibilidad de ser resueltos por los métodos proyectuales tradicionales centrados únicamente en la forma. Debido a lo anterior, expone una línea metodológica actual denominada pensamiento del diseño, la cual contiene siete fases, mismas que son flexibles, y en cada una de ellas es posible retornar a puntos precedentes, a fin de evaluar y corregir problemas surgidos en el camino. 4

Entender

Observar

Punto de Vista

Generación de ideas

Pruebaerror

Evaluación

Solución Final

Ilustración 2 – Fases del pensamiento del Diseño (Rodríguez Morales, 2015, p.109)

Conclusiones Considero que, bajo la idea posmoderna del cambio y la inexistencia de la permanencia, resulta falaz la concepción de un método ideal que funcione perpetuamente. A pesar de ello, en las escuelas de diseño se sigue instruyendo empeñosamente en metodologías pasadas, inclusive de casi 80 años de antigüedad. Generaciones de egresados fuimos educados en términos de la modernidad anacrónica de la primera mitad del siglo XX, en donde, como menciona el autor, se daba más importancia al medio que al fin, es decir, al método que al diseño como tal. Si a esto aunamos las condicionantes inestables del mundo global de hoy, resulta que los egresados no responden a la realidad de una sociedad cambiante.

5

El trabajo de Luis Rodríguez es sumamente responsable, pues señala la tendencia actual del pensamiento de diseño, pero menciona que, a pesar de ser reciente, existen ya detractores, confirmando con ello la inexistencia de una metodología única en el tiempo. El autor no se compromete con metodología alguna, abonando al ámbito posmoderno. Es necesario comprender que el método es una herramienta, y como tal, es necesario saber usarlo, sin permitir que se convierta en el fin de la actividad del diseñador. El diseño es necesariamente humano, subjetivo y humano, por lo que el ser humano siempre diseñará desde el punto de vista del humano. Por ello, el apego a una metodología implica despojar al mismo diseño de ese carácter, obteniendo resultados ajenos a toda realidad. El pensamiento de diseño actualmente deriva de la idea de la inter y trans disciplina, el diseñador no trabaja solo. Aquella idealización del arquitecto todólogo de Vitrubio, que tenía conocimientos de medicina, música, oratoria, derecho, entre otras más, ha sido superada, y esa figura no tiene lugar en la actualidad, en donde es necesario un equipo de trabajo interdisciplinar, trayendo a escena el término “habilidades del diseño” de Nigel Cross (Rodríguez Morales, 2015, p.100). Es necesario subrayar que el diseño no es solamente una solución, pues va mucho más allá. Le Corbusier mencionaba que la verdadera arquitectura conmueve, a diferencia de las construcciones en general, las cuales ofrecen una “solución”, pero quedan a deber en la parte simbólica y emocional. Y es que el diseño no es un problema en realidad, sino una serie de oportunidades que se valen de la lectura del entorno, del usuario, de la economía y la tecnología en boga, tomando en cuenta que todo diseño nunca será el definitivo, pues existen varias opciones de diseño para cada cuestión planteada.

6

Referencias Augé, M., 1992. Los "no lugares" espacios del anonimato. Una antropologpia de la sobremodernidad. Barcelona, España. Rodríguez Morales, L., 2015. De los métodos proyectuales al pensamiento del diseño. Primera ed. México, DF: Universidad Autónoma Metropolitana.

7