Ensayo 1 Jardines del Apogeo

June 7, 2017 | Autor: J. Cortes Chisino | Categoría: Sociology of Religion, Modern cementery, The Sociology of Death, Dying and Funerals, Cementerios
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Descripción

Javier Santiago Cortes Chisino
David Alonso Torres Rivas
Contexto Museos
23/02/16
Análisis Cementerio del Sur "Jardines del Apogeo"
El lugar se ubica en el sur de la ciudad de Bogotá en la salida hacia el municipio de Soacha, el lugar es de fácil acceso, ya que se puede llegar en Transmilenio, Buseta pública, Bus privado o carro particular, estos dos últimos pueden ingresar al lugar. En la entrada de lugar se encuentran puestos de venta de flores tanto reales como artificiales y puestos de venta de alimentos como mazorca, chorizos y demás. El día que nos dirigimos al lugar era sábado, a pesar de pensar que por ser ese día no iba a haber tanta afluencia de personas, si la hubo, rasgo que llamo nuestra atención ya que a diferencia de lo acostumbrado en los pueblos y zonas rurales la gente suele visitar a sus difuntos los domingos, mostrándonos que al parecer las dinámicas citadinas son diferentes, tal vez debido a diferentes tiempos y espacios de movimientos.
Se puede afirmar que es un lugar seguro ya que posee vigilancia humana y en la noche animal, aunque en una extensión de tierra tan grande como lo es este cementerio son muy variables las posibilidades de algún tipo de daño o agresión a los visitantes, por otra parte conociendo la simbología católica y tradición del lugar para ritos religiosos no creemos que pueda haber mayor riesgo. El lugar se puede dividir en dos partes una administrativa-comercial y otra simbólica.
La primera de estas, está compuesta por una edificación en la cual hay capilla, oficinas, baños, horno de cremación y cafeterías, es donde hay más concentración de gente. Esta parte podemos describirla como punto de mercadeo, ya que se ofrece la venta de todos los servicios de un lugar como este. Inicialmente observamos con David que hay una estructura piramidal diseñada para la exposición de lapidas, estas marcadas cada con un valor específico para su venta. Adentrándonos más en la edificación vimos las estrategias de mercadeo usadas por la institución como posters, pendones y asesores comerciales, atrajo mucho nuestra atención la oferta de servicios crediticios para el entierro de difuntos. Después de hablar con un asesor, nos enteramos que el lugar era de carácter privado y podría decirse que empezó a funcionar hace ya cuarenta y cinco años. Fue una sorpresa ya que en los pueblos ese terreno es propiedad de la casa cural. Recorriendo más afondo este parte del cementerio nos dirigimos a los hornos de cremación donde había también un punto de venta para estos servicios.

Ya entrando en el segundo espacio el que podríamos llamar simbólico por su carácter donde se desempeña el rito principal del lugar, el entierro, también habían puntos de mercadeo, pequeños toldos en los que asesoras también ofrecen los servicios del cementerio. Logramos hablar con una de ellas, nos comentos todos los costos y modalidades de inhumación de las personas. De las cuales hay velación y cremación desde dos millones trescientos mil pesos hasta la compra de un terreno propio en el lugar con un valor de entre siete y doce millones de pesos, con mi compañero pensamos que es una gran inversión o gasto la muerte de uno mismo o de un ser querido.
Caminando por los extensos campos de difuntos, observamos inicialmente dos tipos de sepulcros referentes a las modalidades que no explicó la señora, unos eran cenizas en bóvedas en carradas en torres de concreto y otras en el suelo. A toda el cementerio lo atraviesa un anillo vial, alrededor de este hay varias columnas planas, similares a paredes en la cuales hay mensajes de mercadeo de flores y normas del lugar. Hacia la parte derecha este lugar, colinda con el portal del sur y una industria a la cual no pudimos identificar su producción. Cerca de las primeras bóvedas que observamos hay unos tipos de grifos de agua, los cuales dispensas este líquido, hay varios en un sendero de árboles que las cubren. Un rasgo que destacamos de todo el cementerio es la gran cantidad de árboles que tiene en su mayoría eucaliptos, la población animal visible del lugar eran palomas y zuros.
Siguiendo con el recorrido también observamos que hay esculturas de figuras religiosas católicas como Cristo, La Virgen María y demás. En la parte central del cementerio visualizamos a una familia compuesta por una madre al parecer y su hijo visitando la tumba de un difunto, actividad a lo que la mayoría de gente se dirige al sitio, pero en esta vista viene incluida una oración en nombre del difunto, el aseo de su sepulcro y en ocasiones como la de una mujer que estaba en otra tumba la conversaciones con el fallecido. Lo que pudimos apreciar es que es una actividad generalmente familiar, adultos, ancianos y niños, la gente casi en todos los casos que vimos va en compañía de alguien, también observamos que al lugar llegan en su mayoría mujeres y adultas. Al ser un lugar ritual los visitantes tratan de respetar el entorno, evitando pisar otras tumbas y haciendo poco ruido.
Avanzando más hacia dentro del cementerio observamos una enorme bóveda que abarcaba todo un costado del cementerio, era realmente grande, además la estructura poseía piso y bóvedas delante y detrás. Caminando por el andén de esta estructura observamos que las tumbas varían mucho, primeramente por el carácter de poseer lapida o no, las que no poseen están marcadas con el nombre del difuntos en ocasiones con pintura y con pocos decoros, un caso llamo en especial nuestra atención, una tumba no poseía lapida, ni nombre, solo una rama atravesada que sostenía unas cuantas flores. Caso diferente era el de las tumbas con lapida las cuales contenían rasgos especiales y que en nuestro caso no habíamos observado antes, el decoro de estas con calcomanías, ringletes, cosas alusivas al difunto como colores o escudos alusivos a equipos de futbol y hasta la misma foto del finado. Llamo nuestra atención la importancia de este factor en las tumbas, por otra parte vimos muchas personas jóvenes muertas en esta zona, desde niños hasta personas de cuarenta o cincuenta años.
Un hecho en particular nos llamó la atención, fue la visita de una señorita, con una edad que le atribuimos no mayor de 23 años, acompañada de dos niños a una lápida por la cual pasábamos, el hecho importante es que uno de estos niños a petición de su madre saludo al difunto el cual era su padre. Este rasgo fue muy relevante ya que esta simbología de la muerte en un lugar como lo es el cementerio, alimenta en las personas vivas una concepción de los familiares muertos como próxima, evidencia la necesidad afectiva de tener aun en esta materialidad a ese ser querido que represente algo importante para nosotros. Factor que desde la infancia construye estos lasos afectivos tanto si se vivió con el fallecido, como si no lo hubiera conocido. Diría que es necesario ese lugar del lazo con los antepasados en la memoria de un colectivo con ideales y parentescos comunes como una familia.
Siguiendo nuestro recorrido llegamos a la última zona que recorreríamos la cual estaba había un foso, el cual contenía aguas pútridas y de la que creemos que nacían muchos mosquitos y los malos olores de esta zona del cementerio. Una capilla encontramos al aire libre, en esta misma estructura, había unos bellos jardines en terrazas, las cuales poseía una serie de tapas numeradas, estas en su interior contenían cenizas de difuntos. Al hablar con uno de los tantos trabajadores que se encargan de cuidar las plantas, arreglar el terreno, sacar los desechos y demás, nos contó que estos contenedores tenían nueve metros de profundidad y podrían contener o albergaban en ese momento nueve cenizas de difuntos. Esta parte colindaba con al parecer dos barrios a su alrededor, de los cuales uno tenía acceso al parecer sin límites al lugar, no había en ese pedazo ningún muro a diferencia del resto de esta misma parte la cual poseía un muros de unos seis metros aproximadamente que los separaba también con un terminal de buses regionales. En las casas de los barrios que eran vecinos al sector se pudo escuchar música estruendosa, sin ningún impedimento. Ya volviendo a la entrada pudimos ver que hay casa que están literalmente pegadas al cementerio, personas que alcanzan a extender su ropa encima entre los muros del cementerio.


A modo de conclusión podemos afirmar que al ser el cementerio un lugar de carácter privado, la venta de productos o servicios si afecta la simbología de las creencias y ritos en el lugar. Dando perspectivas diferentes de las personas que se relacionan directamente con el sitio. De un lado encontramos una parte más material, de las personas, encargada de la compra y venta de servicios, aspecto que varía según las dos caras de la moneda; el que ofrece los servicios, tiene como interés primordial, la búsqueda de ganancias, transformando la actividad en un medio de subsistencia de muchas personas; por otra parte, está el que compra estos servicios guiado principalmente por los ritos y tradiciones de su familia, el cual al adquirir estos servicios, lo hace con un sentimiento de afecto, diferente al de mercadeo. Así mismo en la parte simbólica también varían los comportamientos, especialmente el de los que podemos decir clientes del servicio. Estos ritos varían según las personas y su entorno. La decoración y tipo de sepulcros nos muestran –Principalmente- una sociedad de mediano o escasos recursos, esto no visible tanto en la estética de la decoración de las tumbas, sino en los tipos de personas que se encuentran dentro de ellas y sus familiares. Reflejo de la lucha actual de las clases más bajas por la subsistencia, el sur es una zona principalmente habitada por gente con escasos recursos, podemos decir que el cementerio también refleja las dinámicas de la realidad social actual.
No se puede omitir el carácter de la tradición del entierro y visita a los familiares, esto es la parte radical de ambas facciones. Ahora bien un problema que deducimos es cuando se encuentran estas dos facciones directamente, es el caso – y lo vimos varias veces- de la exhumación de los restos. Un aviso informa a alguna familia o persona que lo restos de su ser querido serán sacados, por diferentes motivos, pero especialmente por falta recursos para seguir arrendando o teniendo ese pedazo del cementerio. Ahí es donde radica el dilema, ¿Que puede hacer esta persona al no poseer recursos para seguir manteniendo a su familiar y difunto según la tradición cristiana en un lugar adecuado y cerca de esa persona? Del mismo modo nos preguntamos y ¿Qué puede hacer una entidad privada, cuya finalidad es recibir un capital por estos servicios, y que aun así consiga una ganancia, al ofrecer estos servicios, también responde a un medio de subsistencia de todas las personas implicadas en ese negocio? La respuesta radica en la misma acción, la sociedad se mueve actualmente por caracteres esencialmente económicos. Lo cual hace que según nuestro interés, tomemos las opciones más viables para nosotros, independientemente si son las más éticas o no, sin pensar en los otros del colectivo.



Javier Santiago Cortes Chisino
David Alonso Torres Rivas
Contexto Museos
23/02/16
Análisis Cementerio del Sur "Jardines del Apogeo"
El cementerio del sur es un lugar donde se depositan los cadáveres y/o cenizas de las personas de esta parte de la ciudad. Es un lugar de fácil acceso, colinda con los parqueaderos de Transmilenio del Portal del Sur, el río Tunjuelo, algunas vías principales y con algunas casas; los alrededores no dan la impresión de ser seguros por lo que se intenta estar prevenido y atento a las acciones de las personas que se encuentran cerca.
El cementerio está dividido en una parte administrativa, donde se gestiona todo el lugar y donde además se ofrecen créditos a las familias para costear los gastos funerarios; muy cerca de esta área se encuentran los sitios donde se hacen las ceremonias fúnebres y el servicio de cremación. El resto del cementerio son espacios verdes y descubiertos (cortados por un anillo vial) donde se encuentran los osarios, bóvedas y tumbas. Es importante señalar que los sitios más alejados de la entrada tienen un costo menor pero así mismo se debe hacer un recorrido bastante largo para llegar a esta parte, además allí hay una gran cantidad de mosquitos debido a la cercanía con el rio Tunjuelo.
Se puede encontrar en distintos puntos del cementerio unas carpas donde ofrecen lápidas y planes prepago para servicios exequiales además de diferente tipo de publicidad. En el cementerio confluyen personas de estrato social medio-bajo, y van personas de todas las edades: desde niños muy pequeños hasta ancianos y, gracias a las rampas, las personas discapacitadas pueden acceder a la mayor parte de las zonas del cementerio.
La señalización del lugar es adecuada, tanto para los carros que transitan por el anillo vial como para las personas que visitan el lugar a pie, además las reglas del lugar están expuestas en varios sitios para recordarles a los visitantes cómo deben comportarse en un lugar así. Es importante destacar que la mayoría de personas van en grupos, es raro encontrar personas solas, sin embargo en la parte trasera donde estaban las tumbas más recientes se veían personas solas y se veían bastante más afligidas que el resto de visitantes, allí el ambiente era más pesado como si parte del dolor de las familias que aún estaban haciendo el duelo quedara en el ambiente.
Los visitantes que observamos caminan despacio y cuidadosos de no pisar las tumbas que están en el camino para llegar a la que visitan, hablan en voz baja. Al llegar a la tumba a visitar, emprenden tareas de limpieza: quitan las flores marchitas puestas en la visita anterior, retiran las hojas, limpian la lápida, cortan el pasto y lo riegan trayendo agua de las llaves dispuestas a través de todo el cementerio; todo esto con una solemnidad y un respeto inmenso. Una vez puesta a punto la tumba, ponen las flores recién compradas y recitan oraciones y/o hablan con el difunto. Terminada la visita emprenden su regreso con la misma prudencia con la que llegaron.
Al ver la actitud de que adoptan todos los visitantes, uno automáticamente asume la misma actitud como muestra de respeto por el dolor de los presentes y se hace un esfuerzo por pasar desapercibido y no interferir con las visitas de las personas. Así, nuestro comportamiento se vio fuertemente influenciado por la presencia de los demás visitantes que con su tristeza y dolor hacían imponer respeto.
Las fotos de los difuntos, los stickers, los adornos y sobre todo las frases cargadas con un alto contenido emocional inscritas en la lápidas, activan el plano onírico y uno alcanza a ser permeado por la tristeza de esas pérdidas. Este ambiente provocó una mezcla especialmente extraña de sensaciones cuando en las casas que colindan con una parte del cementerio pusieron reggaetón a todo volumen, despertando en nosotros una mezcla de indignación y lástima hacia las personas que trataban de tener un momento privado con sus seres amados ya fallecidos.
Pronto se hizo evidente en la visita el "orden de la exposición" que seguía lineamientos puramente económicos, donde los lugares centrales y los más cercanos a la entrada eran por los que las familias más dinero habían pagado y los más alejados y que colindaban con el rio Tunjuelo o las casas eran los de precios más accesibles.
Nos llamaron la atención dos situaciones en particular: en primer lugar cómo eran quitadas las lápidas en caso de que las familias incumplieran con los pagos, dejando a varios fallecidos en el anonimato y sin un lugar donde las familias puedan visitarlos y llevar a cabo su duelo y; en segundo lugar nos causó gran impresión una visita de un niño no mayor de seis años a su padre muerto, donde le hablaba de una forma cotidiana, le daba besos a la lápida y le llevaba objetos que para él eran valiosos. Ver esta escena nos provocó un sentimiento de tristeza al ver que un niño tan pequeño tuvo que afrontar la muerte del padre a tan temprana edad y sin embargo nos sorprendió cómo había sido capaz de asimilar toda esa la situación.
A modo de conclusión podemos afirmar que al ser el cementerio un lugar de carácter privado, la venta de productos o servicios si afecta la simbología de las creencias y ritos en el lugar. Dando perspectivas diferentes de las personas que se relacionan directamente con el sitio. De un lado encontramos una parte más material, de las personas, encargada de la compra y venta de servicios, aspecto que varía según las dos caras de la moneda; el que ofrece los servicios, tiene como interés primordial, la búsqueda de ganancias, transformando la actividad en un medio de subsistencia de muchas personas; por otra parte, está el que compra estos servicios guiado principalmente por los ritos y tradiciones de su familia, el cual al adquirir estos servicios, lo hace con un sentimiento de afecto, diferente al de mercadeo. Así mismo en la parte simbólica también varían los comportamientos, especialmente el de los que podemos decir clientes del servicio. Estos ritos varían según las personas y su entorno. La decoración y tipo de sepulcros nos muestran –Principalmente- una sociedad de mediano o escasos recursos, esto no visible tanto en la estética de la decoración de las tumbas, sino en los tipos de personas que se encuentran dentro de ellas y sus familiares. Reflejo de la lucha actual de las clases más bajas por la subsistencia, el sur es una zona principalmente habitada por gente con escasos recursos, podemos decir que el cementerio también refleja las dinámicas de la realidad social actual.
No se puede omitir el carácter de la tradición del entierro y visita a los familiares, esto es la parte radical de ambas facciones. Ahora bien un problema que deducimos es cuando se encuentran estas dos facciones directamente, es el caso – y lo vimos varias veces- de la exhumación de los restos. Un aviso informa a alguna familia o persona que lo restos de su ser querido serán sacados, por diferentes motivos, pero especialmente por falta recursos para seguir arrendando o teniendo ese pedazo del cementerio. Ahí es donde radica el dilema, ¿Que puede hacer esta persona al no poseer recursos para seguir manteniendo a su familiar y difunto según la tradición cristiana en un lugar adecuado y cerca de esa persona? Del mismo modo nos preguntamos y ¿Qué puede hacer una entidad privada, cuya finalidad es recibir un capital por estos servicios, y que aun así consiga una ganancia, al ofrecer estos servicios, también responde a un medio de subsistencia de todas las personas implicadas en ese negocio? La respuesta radica en la misma acción, la sociedad se mueve actualmente por caracteres esencialmente económicos. Lo cual hace que según nuestro interés, tomemos las opciones más viables para nosotros, independientemente si son las más éticas o no, sin pensar en los otros del colectivo.








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