Encuadres noticiosos e inmigración: del análisis de los contenidos al estudio de los efectos mediáticos

July 6, 2017 | Autor: Carlos Muñiz | Categoría: Communication, Immigration, Media Framing
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Descripción

Universidad de Salamanca FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES DEPARTAMENTO DE SOCIOLOGÍA Y COMUNICACIÓN

TESIS DOCTORAL Encuadres noticiosos e inmigración: del análisis de los contenidos al estudio de los efectos mediáticos CARLOS MUÑIZ MURIEL

Director: Dr. Juan José Igartua Perosanz Salamanca, 2007

Universidad de Salamanca Facultad de Ciencias Sociales Departamento de Sociología y Comunicación

Tesis Doctoral 

Encuadres noticiosos e inmigración: del análisis de los contenidos al estudio de los efectos mediáticos

Tesis de doctorado presentada por: Carlos Muñiz Muriel

Dirigida por: Dr. Juan José Igartua Perosanz Salamanca, 2007

Esta Tesis Doctoral se ha podido realizar gracias a la concesión por parte del Ministerio de Educación y Ciencia de una Beca de Investigación, dentro del Programa de Formación de Profesorado Universitario (F.P.U.), disfrutada por el doctorando durante el período 2003-2007 (Referencia: AP2002-289). Asimismo, la presente Tesis se ha desarrollado, parcialmente, en el marco de los proyectos de investigación: “Análisis de los encuadres noticiosos de la información sobre inmigración en la prensa española”, financiado por el Ministerio de Ciencia y Tecnología (disfrutado durante el período 2001-2004; nº de referencia BSO20011236-C07-03) y “Efectos socio-cognitivos de los encuadres noticiosos de la inmigración en los medios de comunicación”, financiado por la Universidad de Salamanca (disfrutado durante el período 2006-2007; nº de referencia: USAL2005B1-12). Ambos han sido dirigidos por el Dr. Juan José Igartua Perosanz y se han realizado en el Departamento de Sociología y Comunicación de la Universidad de Salamanca.

A mi padre

Agradecimientos: En primer lugar, me gustaría que quedara patente un particular agradecimiento a todas las personas que me han ayudado en la realización de este trabajo y, en concreto, al desarrollo de los dos estudios empíricos de que se compone la tesis doctoral. Sirvan estas líneas para agradecer a José Antonio Otero, a Juan Merchán y a Pablo Calvo por su ayuda en la recogida de la muestra del análisis de contenido, así como por su colaboración en la tarea de codificación y grabación de los datos. Por otra parte y con respecto a la investigación experimental, a Montse de la Fuente, Lifen Cheng, José Gómez, Milagros García y Francisco Javier Frutos por su ayuda en la grabación de datos y análisis de fiabilidad del estudio. También quiero agradecer la colaboración de los profesores Lourdes Santos, Ana María Carabias, Juan Carro y Carlos Navarro, quienes cedieron sus clases para desarrollar el trabajo de campo del experimento. Y, muy especialmente, a Natalia Aruguete por su importante ayuda con la revisión de este trabajo. Muchas horas empleadas en una lectura cuidadosa para intentar mejorar la redacción y que sin duda han tenido su fruto. Por otra parte, debo expresar un agradecimiento a toda mi familia, por su apoyo durante los años en que he trabajado en esta tesis doctoral. En especial, quiero recordar en estas líneas a mi padre, quien desde el primer momento me alentó para trabajar en este proyecto. A él se lo dedico con la esperanza de que, aunque ya no me pueda acompañar el día de su defensa, desde donde está me dará su cariño y compañía. Pero también me gustaría recordar a mis sobrinas Lucía y Sara, pues ellas se han incorporado a mi vida durante el tiempo en que yo estaba trabajando en mi tesis. Pensar en ellas en los momentos difíciles me ha permitido seguir adelante en mi empeño. A mis amigos, en especial a José Antonio Sendín, Patricia Aguado y Juan Antonio Rodríguez, que con resignación se han acostumbrado a tenerme que ver poco, pero que aún así siempre me han dado ánimos para mi trabajo. A Berna Benito, Noelia Morales y Fernando Esteban, que más allá de compañeros de despacho han sido verdaderos amigos que han estado conmigo durante todos estos años. Y, cómo no, un recuerdo muy especial a José por su cariño recibido. Asimismo, quiero dejar constancia de mi reconocimiento a los profesores Dr. José Carlos Lozano, Dra. Marilú Casas y al maestro José Francisco Martínez, así como a todos los compañeros del Centro de Investigación en Comunicación e Información (CINCO) del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey (México). A todos ellos quiero expresar de mi gratitud por su acogida y cariño demostrado durante mi estancia con ellos. Por otra parte, mi agradecimiento para los Drs. Stephen D. Reese y Maxwell McCombs, de la University of Texas at Austin (Estados Unidos), que me recibieron en su centro y me ayudaron, con sus consejos, a mejorar esta tesis. En último lugar, aunque muy especialmente, quiero dejar patente mi agradecimiento a mi Director de Tesis, el Dr. Juan José Igartua. Él no sólo ha dirigido este trabajo, sino que me ha ayudado a incorporarme a este difícil pero también apasionante mundo que es la investigación. Por las horas dedicadas a mi formación, por todas sus enseñanzas, por su constante apoyo durante estos años, por incorporarme a sus proyectos y grupo de investigación, por tantas cosas, simplemente gracias.

Por tierra y por agua, marchan las inmensas caravanas. Viajan desde el sur hacia el norte y desde el sol naciente hacia el poniente. Este es el éxodo de los fugitivos del hambre y de la desesperanza. Vienen desde el sur del río Bravo, desde las orillas africanas del mar Mediterráneo y desde las tierras de Oriente. Les han robado su lugar en el mundo, han sido despojados de sus trabajos y sus tierras. Precios de ruina, salarios de hambre, suelos extenuados, bosques arrasados, ríos envenenados: los desterrados de la globalización peregrinan inventando caminos, golpeando puertas, queriendo casa. Expulsados, rechazados, prohibidos: no tienen para ofrecer nada más que sus brazos. Están cerradas para ellos las fronteras que mágicamente se abren al paso del dinero y de las cosas. Eduardo Galeano (La Jornada, 2001).

ÍNDICE GENERAL

INTRODUCCIÓN .............................................................................................

1

PARTE I: MARCO TEÓRICO

Capítulo 1. Estudios contextuales del movimiento inmigratorio actual.............. 1.1. Evolución de la inmigración en España y la Unión Europea ........... 1.2. Procedencia y motivos de su llegada................................................ 1.2.1. Distribución por países de origen ...................................... 1.2.2. Distribución por sexo y edades.......................................... 1.3. Distribución geográfica de la inmigración en España ...................... 1.4. Aportaciones de la población inmigrante al país.............................. 1.4.1. Trabajadores extranjeros en el mercado laboral ................ 1.4.2. Sistema educativo español e inmigración.......................... 1.4.3. Aportaciones sociales de la inmigración ........................... 1.5. Marco legal de la inmigración en España......................................... 1.5.1. Etapa preliminar: (1968-1985) .......................................... 1.5.2. Primera Ley Orgánica de Extranjería: (1985-2000) .......... 1.5.3. Segunda Ley de Extranjería (2000-2005).......................... 1.6. La opinión pública española ante la inmigración ............................. 1.6.1. Cuestiones previas ............................................................. 1.6.2. Evolución de las dimensiones definitorias de las actitudes ....................................................................................... 1.6.2.1. La inmigración percibida como problema.......... 1.6.2.2. Concesión de derechos sociales y políticos........ 1.6.2.3. Política inmigratoria ........................................... 1.6.2.4. Sociabilidad con los inmigrantes........................ 1.6.2.5. Imagen tópica de la inmigración ........................ 1.6.2.6. Aceptación de la población inmigrante .............. 1.6.3. Tipología de actitudes ante la inmigración........................

9 9 15 16 19 23 27 28 35 41 47 48 50 53 57 57

Capítulo 2. Teoría de la Agenda Setting: el establecimiento de la agenda.......... 2.1. Orígenes y planteamiento de la teoría .............................................. 2.2. Elementos que componen las agendas.............................................. 2.2.1. Temas (issues) y objetos (objects) .................................... 2.2.2. Tipología de agendas temáticas......................................... 2.3. Acercamientos metodológicos al estudio de las agendas ................. 2.4. Dimensiones del estudio de la Agenda Setting................................. 2.4.1. Creación de la agenda mediática ....................................... 2.4.2. Influencia de la agenda de los medios en la pública ......... 2.4.3. Efectos del establecimiento de la agenda temática............ 2.5. El segundo nivel: agenda de los atributos ........................................

91 91 104 104 107 109 115 116 125 129 132

62 62 65 69 76 79 83 86

Encuadres noticiosos e inmigración: del análisis de los contenidos al estudio de los efectos mediáticos

Capítulo 3. La Teoría del Framing: encuadre de la información ........................ 3.1. Antecedentes teóricos de la teoría del encuadre............................... 3.2. Definición del concepto de frame y del framing .............................. 3.3. Framing: dimensiones de estudio ..................................................... 3.3.1. Construcción de los encuadres (frame building) ............... 3.3.2. Establecimiento de los encuadres (frame setting) ............. 3.3.3. Consecuencias cognitivas .................................................. 3.4. Abordajes metodológicos para la identificación y análisis de los encuadres noticiosos ................................................................................ 3.4.1. Acercamiento inductivo..................................................... 3.4.2. Acercamiento deductivo .................................................... 3.5. Tipología de encuadres noticiosos.................................................... 3.5.1. Encuadres genéricos (generic news frames)...................... 3.5.2. Encuadres temáticos (issue-specific news frames) ............ 3.6. Encuadres noticiosos: aspectos textuales y visuales......................... 3.7. Framing effect: efectos socio-cognitivos de los encuadres .............. 3.7.1. Procesos explicativos de los efectos de los encuadres ...... 3.7.1.1. Proceso de aplicabilidad (applicability effect).... 3.7.1.2. Proceso de accesibilidad (accessibility effect).... 3.7.2. Tipologías de efectos de los encuadres.............................. 3.7.2.1. Efectos cognitivos .............................................. 3.7.2.2. Efectos afectivos y actitudinales......................... 3.7.2.3. Efectos sobre el comportamiento ....................... 3.8. Investigación empírica sobre el efecto framing................................ 3.8.1. Efectos de los encuadres genéricos ................................... 3.8.2. Efectos de los encuadres temáticos ................................... 3.8.3. Principales conclusiones sobre los estudios ...................... 3.9. Debate entre segundo nivel de la agenda y teoría del encuadre ....... Capítulo 4. Minorías étnicas, inmigración y medios de comunicación............... 4.1. Medios de comunicación y formación de estereotipos..................... 4.1.1. Aproximaciones a la definición de estereotipo ................. 4.1.2. De la estereotipación al racismo simbólico....................... 4.1.3. Los medios como factores del cambio cognitivo-social ... 4.2. Estudios sobre la cobertura de los grupos minoritarios .................... 4.2.1. Planteamientos metodológicos........................................... 4.2.2. Las minorías étnicas en los programas de ficción ............. 4.2.3. Las minorías étnicas en la publicidad ................................ 4.2.4. Las minorías étnicas en la programación infantil .............. 4.2.5. Las minorías étnicas en los espacios de noticias ............... 4.3. Efectos de la cobertura mediática de las minorías............................ 4.3.1. Percepción y recuerdo del grupo minoritario .................... 4.3.2. Actitudes hacia las medidas étnicas o raciales .................. 4.4. Inmigración y medios de comunicación ........................................... 4.4.1. La inmigración desde el Análisis Crítico del Discurso ..... 4.4.2. La inmigración desde el Análisis de Contenido................ 4.4.3. Efectos socio-cognitivos del tratamiento informativo de la inmigración..............................................................................

XIV

149 149 151 156 158 161 163 163 164 166 167 169 174 180 184 187 187 188 190 191 194 196 197 200 206 216 217 231 231 231 237 241 248 248 251 255 258 259 264 265 268 270 270 277 288

Índice general

PARTE II: INVESTIGACIONES EMPÍRICAS Capítulo 5. Estudio I: Tratamiento informativo de la inmigración ..................... 5.1. Objetivos, hipótesis y preguntas de investigación............................ 5.2. Método.............................................................................................. 5.2.1. Muestra de contenidos ....................................................... 5.2.2. Medios de comunicación analizados ................................. 5.2.3. Libro de códigos ................................................................ 5.2.4. Codificación y fiabilidad ................................................... 5.3. Resultados......................................................................................... 5.3.1. Perfil general de la información analizada......................... 5.3.2. Importancia dada a las noticias sobre inmigración ............ 5.3.3. Encuadres noticiosos de la información sobre inmigración.................................................................................. 5.3.4. Origen geográfico de los inmigrantes protagonistas.......... 5.3.5. Análisis de las imágenes .................................................... 5.3.6. Encuadres visuales de la inmigración y el inmigrante....... 5.4. Discusión .......................................................................................... Capítulo 6. Estudio II: Efectos socio-cognitivos de los encuadres noticiosos de la inmigración ...................................................................................................... 6.1. Objetivos e hipótesis......................................................................... 6.2. Método.............................................................................................. 6.2.1. Participantes....................................................................... 6.2.2. Diseño y procedimiento ..................................................... 6.2.3. Instrumentos y variables .................................................... 6.2.4. Materiales: noticia experimental........................................ 6.3. Resultados......................................................................................... 6.3.1. Comprobación de la homogeneidad de los grupos experimentales ............................................................................. 6.3.2. Comprobación de la manipulación experimental .............. 6.3.3. Hipótesis 1, 2, 3 y 4: Efectos cognitivos............................ 6.3.4. Hipótesis 5 y 6: Efectos actitudinales ................................ 6.4. Discusión ..........................................................................................

299 299 303 303 306 314 322 324 324 328 333 339 343 348 353

361 361 369 369 369 374 382 387 387 390 394 399 403

Capítulo 7. Discusión general y conclusiones .....................................................

409

REFERENCIAS ................................................................................................

429

ANEXOS Anexo 1. Libro de códigos para el análisis de contenido en prensa........ Anexo 2. Libro de códigos para el análisis de contenido en televisión... Anexo 3. Noticias recogidas como muestra ............................................ Anexo 4. Chequeo de la fiabilidad del proceso de codificación ............. Anexo 5. Noticias experimentales ........................................................... Anexo 6. Cuestionario del experimento .................................................. Anexo 7. Plantilla de codificación de las respuestas cognitivas.............

459 471 485 515 515 507 513

XV

ÍNDICE DE TABLAS

Tabla 1.1.

Tabla 1.2.

Tabla 1.3.

Tabla 1.4.

Tabla 1.5. Tabla 1.6.

Tabla 1.7. Tabla 1.8.

Tabla 1.9.

Tabla 1.10.

Tabla 1.11. Tabla 1.12.

Tabla 1.13. Tabla 2.1. Tabla 2.2.

Principales asuntos que son considerados por los encuestados como un problema para España y para ellos mismos (en porcentaje) ...................................................................................... Porcentaje de encuestados que están de acuerdo con la pregunta: ¿Cree usted que a los inmigrantes, en general, se les debería dar o no facilidades para…? ................................................................. Porcentaje de encuestados que están de acuerdo con la pregunta: ¿Cree usted que toda persona extranjera que trabaje habitualmente en España debería tener derecho a…? .................... Porcentaje de encuestados que están de acuerdo con la pregunta: ¿Qué le parece el número de personas procedentes de otros países que viven en España?........................................................... Porcentaje de encuestados que están de acuerdo con la pregunta: ¿Cree Ud. que, en términos generales, la inmigración es…? ......... Porcentaje de encuestados que están de acuerdo con la pregunta: ¿Qué política cree Vd. que sería la más adecuada con respecto a los trabajadores inmigrantes? ........................................................ Simpatía hacia los inmigrantes, atendiendo a su distribución geográfica de procedencia .............................................................. Porcentaje de encuestados que no les importaría nada tener a un inmigrante como compañero de trabajo, vecino o casado con un hijo suyo ......................................................................................... Porcentaje de encuestados que están de acuerdo con la pregunta: Pensando en los trabajadores extranjeros en España que proceden de países menos desarrollados, dígame si está Ud. de acuerdo con .................................................................................................. Porcentaje de encuestados que están de acuerdo con la pregunta: ¿Está Ud. muy de acuerdo, bastante, poco o nada de acuerdo con que hoy en día, en España, existe una relación entre inseguridad ciudadana e inmigración? ............................................................... Relación de los españoles con inmigrantes y tipo de esta relación Porcentaje de encuestados que están de acuerdo con la pregunta: ¿Cree Ud. que en los próximos años el número de extranjeros en España…?....................................................................................... Tipología de actitudes de los españoles ante la inmigración.......... Temas más importantes en los medios y la opinión pública .......... Principales temas abordados en la información de los medios de comunicación, por cobertura dada a cada partido político .............

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77

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82 84

85 87 95 97

Encuadres noticiosos e inmigración: del análisis de los contenidos al estudio de los efectos mediáticos

Tabla 2.3.

Tabla 2.4. Tabla 2.5. Tabla 2.6. Tabla 3.1. Tabla 3.2. Tabla 3.3. Tabla 3.4. Tabla 5.1. Tabla 5.2. Tabla 5.3. Tabla 5.4. Tabla 5.5. Tabla 5.6. Tabla 5.7. Tabla 5.8. Tabla 5.9. Tabla 5.10. Tabla 5.11.

Tabla 5.12. Tabla 5.13. Tabla 5.14. Tabla 5.15. Tabla 5.16. Tabla 5.17.

XVIII

Correlaciones entre el énfasis dado por los votantes a los asuntos, bien en las noticias relacionadas con su partido o en conjunto total, y su cobertura mediática en los medios seleccionados.......... Tipología de Acapulco.................................................................... Tipología de los procesos de la Agenda Setting ............................. Relaciones entre las agendas de atributos mediática y pública ...... Autores de estudios sobre encuadres noticiosos, atendiendo a su tipología .......................................................................................... Encuadres noticiosos de la inmigración en la prensa española ...... Experimentos realizados, en función de la tipología de los encuadres noticiosos manipulados.................................................. Estudios experimentales sobre el efecto framing ........................... Semanas construidas para cada mes del año (la cifra representa la fecha entre paréntesis analizada) .................................................... Afirmaciones delimitadoras y Alfas de Cronbach de cada encuadre.......................................................................................... Noticias recogidas, por medio de comunicación y soporte (Porcentaje columna)...................................................................... Sección en la que aparecía la noticia, por medio de comunicación (Porcentaje columna)...................................................................... Carácter evaluativo de la información, por medio de comunicación (Porcentaje columna) .............................................. Análisis factorial de componentes principales (con rotación ortogonal) en prensa ....................................................................... Análisis factorial de componentes principales (con rotación ortogonal) en televisión .................................................................. Importancia media atendiendo al carácter evaluativo de la noticia (ANOVA) ....................................................................................... Puntuación media de cada encuadre noticioso y consistencia interna ............................................................................................. Diferencias en las dimensiones de los encuadres noticiosos, por medio de comunicación (Prueba t de Student) ............................... Relaciones entre los encuadres noticiosos y el índice de importancia, por muestra total y medio de comunicación (Correlación de Pearson) ................................................................ Relaciones entre los encuadres noticiosos y el índice de importancia, por carácter evaluativo (Correlación de Pearson) ..... Origen geográfico de los inmigrantes, por medio de comunicación (Porcentaje columna) .............................................. Carácter evaluativo de la información, por origen geográfico del inmigrante (Porcentaje fila) ............................................................ Diferencias en las dimensiones de los encuadres noticiosos, por origen geográfico del inmigrante (ANOVA).................................. Actores presentes en las imágenes de las noticias, por medio de comunicación (Porcentaje columna) .............................................. Lugares geográficos y espacios físicos presentes en las imágenes de las noticias, por medio de comunicación (Porcentaje columna)

98 111 117 139 168 179 201 225 304 318 324 326 327 329 330 332 335 337

338 339 340 341 342 344 345

Índice de tablas

Tabla 5.18. Relaciones entre el Índice de importancia y los actores presentes en las imágenes (Correlación de Pearson)...................................... Tabla 5.19. Relaciones entre el Índice de importancia y los lugares geográficos y espacios físicos presentes en las imágenes (Correlación de Pearson) ................................................................ Tabla 5.20. Análisis factorial de componentes principales (con rotación ortogonal) de los actores y lugares y espacios presentes en las imágenes de las noticias ................................................................. Tabla 5.21. Encuadres visuales de la inmigración y alfas de Cronbach............ Tabla 5.22. Relaciones entre los encuadres noticiosos textuales y los visuales (Correlación de Pearson) ................................................................ Tabla 6.1. Ejemplos de respuestas cognitivas escritas por los sujetos en la tarea de listado de pensamientos .................................................... Tabla 6.2. Comprobación de la homogeneidad de los grupos experimentales: Sexo (porcentaje columna)................................... Tabla 6.3. Comprobación de la homogeneidad de los grupos experimentales: media (desviación típica) de edad y autoposicionamiento político.......................................................... Tabla 6.4. Comprobación de la homogeneidad de los grupos experimentales: media (desviación típica) de consumo de los medios y seguimiento de las noticias ............................................. Tabla 6.5. Comprobación de la homogeneidad de los grupos experimentales: contacto con inmigrantes y tipo de relación......... Tabla 6.6. Comprobación de la manipulación experimental: recuerdo de la información de la noticia ................................................................ Tabla 6.7. Comprobación de la manipulación experimental: evaluación de la noticia ......................................................................................... Tabla 6.8. Porcentaje de respuestas cognitivas centradas en la contribución económica, por encuadre noticioso, grupo nacional e interacción entre ambas variables independientes (UNIANOVA) ................... Tabla 6.9. Porcentaje de respuestas cognitivas centradas en la vinculación inmigración-delincuencia, por encuadre noticioso, grupo nacional e interacción entre ambas variables independientes (UNIANOVA) ................................................................................ Tabla 6.10. Polaridad de las respuestas cognitivas sobre inmigración, por encuadre noticioso, grupo nacional e interacción entre ambas variables independientes (UNIANOVA)........................................ Tabla 6.11. Percepción de la inmigración como problema, por encuadre noticioso, grupo nacional e interacción entre ambas variables independientes ................................................................................ Tabla 6.12. Actitud hacia la inmigración, por encuadre noticioso, grupo nacional e interacción entre ambas variables independientes (UNIANOVA) ................................................................................ Tabla 6.12. Resumen de los efectos principales y de interacción estadísticamente significativos provocados en las variables dependientes ...................................................................................

346

348

349 351 352 377 388

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389 390 392 393

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401

401

404

XIX

ÍNDICE DE GRÁFICOS

Gráfico 1.1. Gráfico 1.2. Gráfico 1.3. Gráfico 1.4. Gráfico 1.5. Gráfico 1.6. Gráfico 1.7. Gráfico 1.8. Gráfico 1.9. Gráfico 1.10. Gráfico 1.11. Gráfico 1.12. Gráfico 1.13. Gráfico 1.14. Gráfico 1.15. Gráfico 1.16. Gráfico 2.1. Gráfico 2.2. Gráfico 2.3. Gráfico 3.1. Gráfico 3.2. Gráfico 3.3. Gráfico 4.1. Gráfico 5.1.

Residentes extranjeros entre 1996 y 2006 (en números absolutos)..................................................................................... Población extranjera en los diversos países de la UE en 2004 (en miles de personas) ................................................................. Inmigración recibida, por procedencia continental (1996 a 2005)............................................................................................ Inmigración recibida, por país de procedencia (1996 a 2005) ... Distribución de hombres y mujeres por continentes (en miles de personas) ................................................................................. Densidad de población extranjera por provincias (en porcentaje sobre el total de la población de cada provincia)......................... Población extranjera en Madrid (en porcentaje).......................... Evolución de la población inmigrante en España con permiso de trabajo 1998-2006 (en miles de personas) .............................. Porcentajes de trabajadores inmigrantes por procedencia geográfica (2001 frente a 2005)................................................... Porcentajes de trabajadores inmigrantes por procedencia geográfica durante el año 2006.................................................... Evolución de cotizantes en cada régimen de la Seguridad Social ........................................................................................... Alumnos españoles y extranjeros en el sistema educativo no universitario (en miles de personas) ............................................ Procedencia de los escolares extranjeros (datos absolutos)......... Grupos geográficos de procedencia de los alumnos, por sexo .... Porcentaje de reclusos por procedencia geográfica..................... Evolución de la valoración de la inmigración como problema (enero de 2004 a septiembre de 2006)......................................... Relaciones entre las agendas en el proceso de la Agenda Setting Etapas del estudio del establecimiento de la agenda ................... Niveles del establecimiento de la agenda .................................... Etapas del estudio del proceso de encuadre de las noticias......... Modelo del Framing.................................................................... Árbol con las definiciones de frame y del proceso del framing .. Rutas del cultivo (1) y la cognición social (2) para el establecimiento de los estereotipos mediáticos ........................... Evolución de la penetración de cada periódico de ámbito nacional durante los últimos 4 años (En miles de lectores por día) ...............................................................................................

11 14 16 18 20 24 25 29 31 32 33 36 38 39 45 64 108 116 144 158 159 221 238

308

Encuadres noticiosos e inmigración: del análisis de los contenidos al estudio de los efectos mediáticos

Gráfico 5.2.

Gráfico 5.3. Gráfico 5.4. Gráfico 5.5. Gráfico 5.6. Gráfico 5.7. Gráfico 5.8. Gráfico 6.1. Gráfico 6.2. Gráfico 6.3.

Gráfico 6.4. Gráfico 6.5. Gráfico 6.6.

XXII

Evolución de la penetración de cada televisión de ámbito nacional durante los últimos 4 años (En porcentaje de espectadores por día) ................................................................... Cuota de pantalla de las diferentes televisiones utilizadas en el estudio (En porcentaje)................................................................ Frecuencia de noticias por mes del año ....................................... Evolución del carácter evaluativo positivo y negativo de las noticias durante los meses del año............................................... Evolución de la media de importancia de las noticias durante los diferentes meses del año ........................................................ Porcentaje de noticias por número de encuadres utilizado.......... Evolución anual de los 3 principales encuadres noticiosos......... Estructura de la noticia experimental utilizada en el estudio ...... Efecto del tipo de encuadre noticioso en el porcentaje de respuestas cognitivas centradas en la contribución económica ... Efecto del tipo de encuadre noticioso en el porcentaje de respuestas cognitivas centradas en la vinculación inmigracióndelincuencia ................................................................................. Efecto del tipo de encuadre noticioso en la polaridad de las respuestas cognitivas hacia la inmigración o los inmigrantes ..... Efecto del tipo de encuadre noticioso en la percepción de la inmigración como problema para el país..................................... Efecto del tipo de encuadre noticioso en la actitud hacia la inmigración..................................................................................

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397 398 400 402

INTRODUCCIÓN

Los movimientos migratorios han marcado la historia de la humanidad, convirtiendo a la inmigración en un proceso social que central para cada una de las diferentes sociedades existentes, como la española. Nuestro país, como el resto de los europeos, está recibiendo desde hace varias décadas un flujo constante de extranjeros que deciden instalarse dentro de nuestras fronteras para comenzar una nueva vida. Los datos oficiales revelan que en la última década España se ha convertido en un verdadero país de inmigración, dejando en el pasado nuestra característica como país de emigración. En la actualidad, existen muchos más extranjeros que residen dentro del territorio español, que nacionales viviendo fuera de las fronteras de nuestro país. Los datos más recientes del padrón municipal cifran en un 8.7% el porcentaje de población española que a finales de 2005 estaba constituida por personas de procedencia extranjera. Un dato que, unido al de aquellos inmigrantes que a pesar de residir en España no están empadronados, arroja un porcentaje cercano al 9% del total de la población española.

Si se compara estos datos con el resto de países miembros de la Unión Europea, España se sitúa en un lugar intermedio en cuanto a la densidad de población inmigrante, si bien es cierto que en el último año ha sido el que mayor incremento ha tenido. Hay que mencionar, igualmente, la variedad del colectivo inmigrante que reside en el país. En él se mezclan personas en situación regular que están dados de alta en la Seguridad Social al desempeñar puestos de trabajo concretos, extranjeros con residencia en nuestro país disfrutando de su retiro por jubilación o hijos de inmigrantes que cada día se incorporan en mayor medida al sistema educativo nacional, por mencionar algunos de los posibles ejemplos. En cuanto a sus características socio-demográficas, el colectivo de origen marroquí ha sido siempre dominante entre los distintos grupos nacionales

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residentes en España. Con todo, desde hace varios años el conjunto de inmigrantes latinoamericanos ha pasado a ocupar el primer lugar de los actualmente existentes.

Este aumento de población inmigrante puede llevar a que se genere una idea de dos grupos diferenciados: “nosotros” los españoles y los “otros”, como grupo diferenciado (Rizo, 2001). Al mismo tiempo que tuvo lugar este proceso demográfico, se han ido modificando las distintas opiniones y actitudes que los españoles tienen hacia la inmigración, que en unos casos pueden ser de aceptación, pero en otros puede llevar al rechazo, un claro precursor del racismo y de la xenofobia (Cea D’Ancona, 2004; Gimeno, 2001). Las sucesivas encuestas realizadas por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) muestran que las creencias y opiniones de los españoles sobre la inmigración han evolucionado de forma negativa durante los últimos diez años. Si en 1996 la postura mayoritaria era favorable hacia la inmigración (CIS, 1996), en la actualidad se aprecian actitudes más desfavorables, en tanto los encuestados consideran que los inmigrantes “son demasiados” (59.6%) y que sólo se debería “permitir la entrada a aquellos que tengan un contrato de trabajo” (84.7%) (CIS, 2005).

Un dato altamente preocupante es el referido a la percepción de la inmigración como problema para el país. En el período de tiempo referido, el porcentaje de encuestados con esta apreciación ha aumentado de forma considerable. Si hace pocos años la inmigración ocupaba el sexto lugar entre los asuntos más problemáticos, en los últimos barómetros mensuales del CIS ya se sitúa en el primer lugar, de forma muy destacada sobre otros tópicos tradicionalmente preocupantes como el paro o el terrorismo. Asimismo, se puede ver cómo la diferente procedencia geográfica de los inmigrantes influye en las expectativas de los españoles frente a la inmigración. Las diferentes encuestas realizadas muestran que son los inmigrantes procedentes de Latinoamérica los que mayor simpatía producen de entre todos los colectivos de extranjeros presentes en España. Por el contrario, los extranjeros procedentes de países africanos, en especial de Marruecos, son los que disfrutan de menor simpatía entre los españoles.

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Introducción

A pesar de que la población inmigrante ha aumentado en el país, todavía son muchos los españoles que reconocen no tener un contacto directo con personas extranjeras. Se platea así una duda sobre la manera en la que esta parte de la sociedad autóctona aprende y conoce las costumbres y características que tienen sus nuevos vecinos. En este contexto, el papel que los medios de comunicación juegan en la generación de este tipo de opiniones y actitudes es claro pues, en gran parte, la imagen que la sociedad tiene sobre los inmigrantes viene definida por la información que transmiten los espacios informativos. Los medios no sólo definen las agendas públicas (sobre qué asuntos pensar o preocuparse, en este caso la inmigración) sino también el modo de atender y definir el objeto social aludido (cómo pensar sobre la inmigración). Se podría decir en este sentido que los medios favorecen un contacto vicario entre una gran parte de los españoles y el grupo minoritario constituido por los inmigrantes, aprendiendo de ellos a través de lo que ven en sus contenidos, entre otros, las noticias.

Recientemente se publicó en un periódico español de tirada nacional el siguiente titular: “La mitad del crecimiento del PIB de los últimos cincos años se debe a la inmigración” (El Mundo, 17 de noviembre de 2006). Los datos provenían de un informe elaborado por la Oficina Económica de la Presidencia, perteneciente al Gobierno de España, que pone de manifiesto la especial importancia que el aumento de la inmigración ha tenido para el país en todos los aspectos. Si en su momento la incorporación a la Unión Europea y la adopción del Euro como moneda única europea fueron dos fenómenos altamente beneficiosos para España, la aportación que está realizando la inmigración en la actualidad la sitúa como el tercer factor más importante para el crecimiento económico del país en las últimas décadas. Así lo destacaba el diario El País, que en su titular del día posterior a la presentación del informe (gráficamente titulado “Impacto positivo”) permitía leer que “el balance entre lo que esos trabajadores aportan a las cuentas del Estado en impuestos y cuotas a la Seguridad Social y lo que reciben en servicios públicos es netamente positivo, y uno de los factores del superávit presupuestario actual” (El País, 17 de noviembre de 2006).

Sin embargo, esta visión mediática positiva sigue siendo notoriamente minoritaria. Aún son muchas las noticias que cualquier lector de prensa o televidente

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Encuadres noticiosos e inmigración: del análisis de los contenidos al estudio de los efectos mediáticos

puede encontrar en los espacios informativos diariamente, donde se ponen de manifiesto los aspectos más perjudiciales generados por la inmigración o, simplemente, se enfocan desde un punto de vista negativo. Los temas que vinculan la inmigración con la delincuencia, los que informan sobre la llegada de pateras a las costas españolas, la implicación de inmigrantes en mafias internacionales dedicadas al tráfico de personas, grupos de extranjeros organizados para robar en nuestras ciudades o problemas de convivencia con personas de culturas diferentes son, por desgracia, seleccionados y enfatizados en las noticias de los medios españoles. Este tipo de informaciones puede fomentar una “correlación ilusoria”, que lleva a relacionar a los inmigrantes con determinadas situaciones negativas, como la delincuencia, marginalidad o los conflictos (van Dijk, 1997). En este contexto, no sería raro aventurar que gran parte de las opiniones y actitudes prejuiciosas que constantemente reflejan las encuestas sobre la opinión pública española hacia la inmigración se deban a la actuación informativa de los medios de comunicación (Cea D’Ancona, 2004). Por ello, es importante estudiar el tratamiento mediático de la inmigración y los inmigrantes. Éste es el principal objetivo de esta tesis doctoral, que parte de la idea de que los medios proporcionan una serie de encuadres noticiosos que sirven como referencia a la opinión pública para interpretar y discutir sobre los asuntos públicos. Éstos son utilizados en las noticias para retratar determinados objetos sociales, pero también influyen en las creencias y opiniones que el público mantiene sobre los aspectos informados. Más aún cuando el aprendizaje de la inmigración se realiza gracias al contacto facilitado por los medios de comunicación, cuya información es valorada por la sociedad como fiable y representativa de la realidad que en ellos se presenta.

El presente trabajo se estructura en dos bloques: uno primero destinado al estudio del marco contextual de la inmigración y las teorías de la comunicación que sirven como base del estudio, y una segunda parte donde se plasman los resultados de las investigaciones realizadas. En el capítulo primero se estudian los aspectos referidos al movimiento inmigratorio actual en España, a fin de aportar una base de conocimiento sobre el objeto social que es abordado en la tesis. En primer lugar, se revisan los datos socio-demográficos de la población inmigrante que vive en la actualidad en España. Asimismo, se abordan las aportaciones hechas por la inmigración en el país, explicando

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Introducción

el impacto de los trabajadores extranjeros en el mercado laboral, la presencia de estudiantes inmigrantes en el sistema educativo y, finalmente, las aportaciones sociales de la inmigración. Se hace una breve referencia al marco legal que regula la presencia de extranjeros y se repasan los resultados obtenidos en las diferentes encuestas que durante los últimos diez años ha realizado el CIS preguntando a los españoles sobre sus opiniones acerca de la inmigración. El segundo y tercer capítulo realizan una revisión de los planteamientos teóricos que estudian la función informativa de los medios de comunicación y su impacto sobre la opinión pública. En primer lugar, se estudia la función de establecer la agenda temática (Agenda Setting), desde el estudio seminal de McCombs y Shaw (1972) que estableció los postulados de la teoría, hasta las más recientes aportaciones sobre el segundo nivel o establecimiento de la agenda de los atributos. En segundo lugar, se desarrollan los postulados de la más reciente teoría del encuadre (Framing), partiendo de la diferencia existente entre ambos acercamientos teóricos. En este sentido, en el capítulo tercero se plasman las dimensiones de su estudio, con una especial revisión de los efectos de los encuadres noticiosos. El capítulo cuarto se dedica al examen de los estudios sobre minorías y medios de comunicación, con una especial mirada hacia la investigación desarrollada a nivel internacional y nacional sobre la cobertura y tratamiento informativo de la inmigración.

El apartado segundo de la presente tesis doctoral se compone de los capítulos destinados a las dos investigaciones empíricas realizadas. En el capítulo quinto se plasman los resultados del análisis de contenido de los mensajes informativos publicados y emitidos en la prensa y televisión españolas, apoyado en el trabajo previo de Igartua, Muñiz y Cheng (2005). Su desarrollo permite observar que, en general, los medios españoles realizan una cobertura de la inmigración mediante noticias más bien negativas. Un tratamiento que es apoyado por ciertos encuadres visuales que enfatizan esta imagen negativa de este objeto social. Así, los principales encuadres noticiosos que se localizan en los mensajes informativos analizados son los que vinculan a la inmigración con la delincuencia y el que enfoca la llegada irregular de inmigrantes en pateras. Con todo, se observa un repunte del encuadre que presenta la contribución económica que supone la inmigración para el país. Además, existe una cobertura polarizada de dos nacionalidades concretas: los latinoamericanos, que son más bien

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Encuadres noticiosos e inmigración: del análisis de los contenidos al estudio de los efectos mediáticos

ensalzados mediáticamente, y los africanos y marroquíes, que por el contrario sufren un desprestigio en las noticias. En el capítulo sexto se presentan los resultados de la investigación experimental que mide las opiniones y actitudes respecto a la inmigración tras la lectura de una noticia de prensa. Para ello, se toma como referencia el estudio realizado previamente en nuestro contexto nacional por Igartua, Otero, Muñiz, Cheng y Gómez (2006, 2007). Los sujetos son expuestos a una noticia con cuatro versiones diferentes, dependiendo del encuadre noticioso (conflicto versus contribución económica) y el origen geográfico de los inmigrantes protagonistas (latinoamericano versus marroquí) enfatizados en su texto. Los resultados confirman que los encuadres tienen la capacidad de canalizar las respuestas cognitivas elaboradas por el público, haciendo que varíe la polaridad de las mismas en función del enfoque utilizado en la noticia. Asimismo, se comprueba que el encuadre de conflicto afecta positivamente a la percepción de la inmigración como problema, así como en la actitud que tienen los sujetos hacia este hecho informativo que es más favorable.

En el último capítulo de esta tesis doctoral se plasman las conclusiones a las que llegamos a partir de los resultados obtenidos en las investigaciones efectuadas. Los datos ponen de manifiesto la importante labor que los medios de comunicación tienen en el conocimiento público de un hecho social tan actual como es la inmigración en nuestro país. El tratamiento informativo que los periódicos y las televisiones españoles están realizando de este objeto social tiene importantes efectos sobre las opiniones, percepción y actitud que la opinión pública tiene con respecto a la inmigración. Y, con ello, en la necesaria incorporación de los inmigrantes en nuestra sociedad, que cada día es más diversa y multicultural. Conseguir que esta integración sea plena requiere de un trabajo a través de múltiples vías. Los medios de comunicación deben favorecer una mayor variedad étnica entre sus periodistas y ser más cuidadosos con su tratamiento informativo de la inmigración. Pero también el público debe esforzarse por ser más crítico y desafiante con las noticias que consume, en especial aquellas que continuamente tienden a asociar a la inmigración con los problemas sociales. De esta manera, y como apunta Dixon (2004), quizá “podamos comenzar a romper con los estereotipos y la ignorancia que nos divide” (p. 138).

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PARTE I: MARCO TEÓRICO

CAPÍTULO 1: ESTUDIOS CONTEXTUALES DEL MOVIMIENTO INMIGRATORIO ACTUAL

1.1. Evolución de la inmigración en España y la Unión Europea. El fenómeno migratorio en España tiene una doble vertiente. Por una parte, hay que tener en cuenta que desde finales del Siglo XIX España es un país emigratorio. Una gran parte de los españoles emprendieron, y lo siguen haciendo, un viaje a otras tierras donde buscar una nueva vida. En torno a 10 millones de ciudadanos han emigrado hacia Europa y, principalmente, hacia Iberoamérica en busca de este sueño (Aja, Carbonell, Colectivo IOÉ, Funes y Vila, 2000). Una tendencia que se inició a finales del Siglo XIX cuando muchos españoles comenzaron a emigrar principalmente a países de América, como Venezuela, Chile o Argentina, que se prolongó hasta principios del Siglo XX y se acentuó a partir de la mitad de esta centuria, debido a motivos como la expansión económica del capitalismo a nivel mundial o a los efectos de la posguerra, si se analiza el movimiento emigratorio en clave interna española. Hoy en día, la presencia española en el extranjero sigue siendo destacable, si bien es cierto que progresivamente ha ido disminuyendo. No en vano, en los últimos años gran parte de esta emigración está empezando a regresar a España, siendo cada año menos los ciudadanos nacionales que residen en el extranjero. Si en 1999 eran 1.517.941 los españoles emigrados, a finales de 2002 eran pocos más de 1.370.000 los nacionales que residían fuera de España, según datos del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales (2002). El Anuario de Migraciones 2002 del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales apunta que la mayor presencia de españoles se encuentra en el Continente Americano, con 734.925 personas, seguido de Europa, donde residen 638.419 españoles. El resto se distribuyen entre África, Asia y

Encuadres noticiosos e inmigración: del análisis de los contenidos al estudio de los efectos mediáticos

Oceanía, con un número bastante similar. Los datos más recientes sobre población española en el extranjero se encuentran en el censo de electores españoles fuera del país, que para el año 2006 se cifra en 1.151.000 personas, lo que da una idea clara de que el número sigue disminuyendo (Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, 2006a). Por otra parte, el proceso migratorio en España cuenta con una segunda cara o vertiente, que viene marcada por el fenómeno de la inmigración extranjera, es decir, por aquellos ciudadanos nacionales de otros países que han decidido establecerse en España para trabajar o simplemente vivir. En la evolución de la presencia inmigratoria en nuestro país se pueden citar hasta cuatro fases claramente diferenciadas en cuanto a la evolución de los flujos de llegada de inmigrantes. La primera etapa estaría representada por una escasa presencia de inmigrantes y se desarrolló hasta inicios de la década de los años 60, etapa en la que el crecimiento anual de la población extranjera no llegó a suponer más que un 2%. A partir del año 1962 y hasta 1967 se sitúa la segunda etapa, marcada por un mayor crecimiento anual de la inmigración, pero sin llegar a suponer realmente una aportación notable para el total de la población española. Esta etapa está marcada por la llegada de inmigración del sur, Marruecos principalmente, para el desarrollo de trabajos en la construcción, junto al inicio de la inmigración del Norte de Europa, en su mayoría parejas de jubilados que venían a pasar sus últimos años en las costas españolas. En términos absolutos, el aumento demográfico fue escaso, pues sólo se contaba con 150.000 inmigrantes en España en el año 1970. Es en la década de los 70 cuando España comienza a recibir un mayor porcentaje de inmigrantes, situándose en el año 1972 el inicio de la recepción de mayores contingentes inmigratorios (Cea D’Ancona, 2004). A partir del año 1980, España comienza a ser vista como un país de inmigración, algo que aparece más marcado a partir de 1985, con la entrada en vigor de la primera Ley de Extranjería. En esta etapa, el predominio siguió siendo de los extranjeros provenientes de los denominados “países ricos”, principalmente del norte de Europa, frente a la inmigración del sur. Y no es hasta inicios de los años 90 cuando el número de ciudadanos procedentes de los “países pobres” comienza a crecer, en gran parte debido al primer proceso de regularización acometido en 1991, hasta conseguir en 1997

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Estudios contextuales del movimiento inmigratorio actual

sobrepasar a los procedentes de los “países ricos”. Por tanto, esta última etapa comienza de una manera muy marcada en el año 1996, verdadero punto de inflexión en la llegada de extranjeros en calidad de inmigrante. Desde ese momento, y con un incremento muy alto a partir del inicio del nuevo Siglo, la población inmigrante ha aumentado anualmente en tasas cercanas a un 22% de incremento con respecto al año anterior. Como se puede observar en el gráfico 1.1, relativo a los números absolutos de inmigrantes empadronados en España, si en 1996 estaban registradas 542.314 personas procedentes de otros países, en el último censo relativo al año 2005 la población inmigrante ya se sitúa en 3.730.610 personas. Es decir, en tan sólo diez años el aumento del contingente inmigrante ha sido de más de tres millones de personas, con los consiguientes efectos que ello ha producido en la sociedad española1. Gráfico 1.1. Residentes extranjeros entre 1996 y 2006 (en números absolutos). 4000000

Número de inmigrantes

3500000

3000000

2500000

2000000

1500000

1000000

500000 1996

1998

1999

2000

2001

2002

2003

2004

2005

Elaboración propia, a partir de los datos del Padrón municipal del INE.

Por tanto, a partir de los datos aportados, ¿se puede considerar a España un país de inmigración o de emigración? Parece que las estadísticas oficiales finalmente 1

Datos obtenidos de los sucesivos padrones municipales disponibles en el Instituto Nacional de Estadística español (http://www.ine.es). 11

Encuadres noticiosos e inmigración: del análisis de los contenidos al estudio de los efectos mediáticos

permiten situar a nuestro país dentro del grupo de los que son netamente receptores de inmigración, ello sin olvidar que aún existe un gran colectivo de españoles que residen en el extranjero y un considerable grupo de nacionales que por diversos motivos se desplazan y desplazarán fuera de nuestras fronteras para desarrollar su vida. Ésta idea de país receptor de inmigrantes puede ser claramente detectada a través de las estadísticas que nos recuerdan que, frente a los 1.151.000 españoles residentes en otros países, España contiene dentro de sus fronteras a 3.730.610 inmigrantes, un 8.7% del total de la población española. Una imagen también transmitida a través de los medios de comunicación, que constantemente dan cobertura a la llegada de inmigrantes, sobre todo a través de pateras o cayucos atravesando las aguas del Estrecho de Gibraltar o el Océano Atlántico hasta Canarias. Sin embargo, frente a esta imagen de “avalancha” u “oleada” de este tipo de llegadas, pocas veces se informa sobre otro tipo de entradas en nuestro país, como es la frontera norte con Francia o la llegada de inmigrantes a través de aviones a los aeropuertos españoles. Cobertura informativa que presenta a un país “invadido” por inmigrantes, lo que se pretende presentar como uno de los mayores problemas para España. Sin embargo, un rápido vistazo a los datos de otros países europeos hace ver que aún es poco el impacto que en realidad tienen los inmigrantes para España, teniendo en cuenta que en países como Luxemburgo o Suiza la inmigración suponía en 1999 un 36% y 19% respectivamente de su población (Colectivo IOE, 2002). Pero, ¿cuántos inmigrantes viven en la actualidad en España? Ésta es una pregunta difícil de responder con la precisión que sería necesaria. No en vano, al flujo de residentes extranjeros con permiso de residencia en regla hay que unir otros contingentes no siempre bien definidos. Así, se encuentran los residentes en España con motivo de la realización de estudios, los que han obtenido la nacionalidad española, los que han entrado a través de matrimonios con españoles o, incluso, mediante la solicitud de asilo. En definitiva, es un colectivo difícil de determinar, sobre todo si se tiene en cuenta al contingente de inmigrantes que se encuentra en situación irregular dentro de España, personas que también han de ser contabilizadas. Las últimas estadísticas nos acercan a una cifra global y aproximada donde a finales de 2005 existían 3.730.610 personas extranjeras registradas en los censos provinciales de España (INE, 2006a). Sin

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Estudios contextuales del movimiento inmigratorio actual

embargo, al tener en cuenta las cifras dadas por la Secretaría de Estado de Inmigración y Emigración, encargada de la tramitación de todo lo relativo con los inmigrantes en nuestro país, a 30 de junio de 2006 eran 2.804.303 los inmigrantes que disponían de tarjeta o autorización de residencia en vigor en España (Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, 2006b). Unos datos que, como se puede observar, no concuerdan, pero que pueden venir determinados por el fenómeno de la inmigración en situación irregular, que normalmente sí está registrada en los censos provinciales. Por otra parte, y si se habla en términos de porcentaje y no absolutos, la inmigración estaría representando en la actualidad por cerca de un 9% del total de la población española, teniendo en cuenta tanto a los inmigrantes en situación regular como irregular. Un dato que comienza a ser importante, pero que todavía está lejos de los de otros países de nuestro entorno continental. Aún con todo, no hay que dejar de señalar que el aumento de la población extranjera en España ha sido vertiginoso en los últimos años, pues sólo en la última década ésta se ha visto incrementada en cerca de un 900%. Sin embargo, esta cifra es aún muy baja en comparación con la de otros países desarrollados de nuestro entorno. Los datos relativos a 1999 señalan que España ocupaba un puesto intermedio entre los países de la OCDE por porcentaje de inmigrantes acogidos (Comisión de las Comunidades Europeas, 2003; Colectivo IOE, 2002). Así, mientras que en nuestro país a esas alturas se cifraba en un 2.5% la población inmigrante, Estados Unidos contaba con un 10%, Suiza un 19% y Luxemburgo un 36%. En términos absolutos, Alemania era el país con mayor número de inmigrantes –7 millones– seguida de Francia –3.6 millones– y Reino Unido –algo más de 2 millones de extranjeros–. A la vista de los datos, en aquel momento España tenía claramente un bajo índice de inmigración, tanto en población real como en porcentaje, situándose entre los países con menor incidencia del fenómeno inmigratorio. Con todo, ya entonces se observaba y preveía que esta tendencia estaba cambiando y que los hasta entonces “países pobres” de Europa, entre otros España, iban a empezar a ver crecer más que el resto su tasa de inmigración (Aja et al., 2000). Y así se ha corroborado cuando en fechas recientes la Oficina Europea de Estadísticas (Eurostat, 2006) confirmó que el país de la Unión Europea con mayor tasa de recepción de inmigrantes durante el año 2005 fue España, con 652.300 personas, seguida de Italia,

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Encuadres noticiosos e inmigración: del análisis de los contenidos al estudio de los efectos mediáticos

que recibió a 338.100 inmigrantes. Las estadísticas más recientes a nivel europeo situaban en 2004 a España en la décima posición de entre los países de a UE con mayor tasa de población extranjera, teniendo en cuenta el porcentaje que ésta representaba para la población total (Véase gráfico 1.2). Frente a porcentajes de 38.6% en Luxemburgo, 22.2% en Estonia o 20% en Letonia, España contaba con un 6.6% de población procedente de otros países. Sin embargo, en términos absolutos, España ya se situaba en tercer lugar, pues sus 2.772.000 inmigrantes sólo eran superados por los datos de Francia (3.263.000 personas) y Alemania (7.342.000 inmigrantes) (Eurostat, 2006). Gráfico 1.2. Población extranjera en los diversos países de la UE en 2004 (en miles de personas). Alemania Francia España

Población por país de la UE

Reino Unido Italia Grecia Bélgica Austria Holanda Polonia Letonia Suecia Irlanda Estonia Dinamarca Portugal República Checa Luxemburgo Hungría Finlandia Chipre Eslovenia Lituania Eslovaquia Malta

0

2000

4000

6000

8000

Elaboración propia, a partir de los datos de Eurostat (2006)2.

A pesar de estos datos, la inmigración sigue suponiendo hoy en día un bajo porcentaje de la población de la Unión Europea. En este sentido, en el año 2004 se calculaba que en torno al 5.5% de los ciudadanos de la Unión procedían de países no comunitarios, es decir, dentro de las fronteras de la Unión Europea residían cerca de 25 2

Si bien los datos ofrecidos están, en general, referidos al año 2004, no en todos los países de la Unión Europea se pudieron recabar los datos relativos a ese año. Así, los datos relativos a Francia son de 1999, los de Estonia pertenecen al 2000, los de Lituania al 2001, los de Irlanda, Chipre y Polonia al 2002 y los de Portugal y el Reino Unido son relativos al 2003. 14

Estudios contextuales del movimiento inmigratorio actual

millones de inmigrantes (Eurostat, 2006). Unos porcentajes de población que, sin embargo, no se han visto variados de forma sustancial en la mayoría de los países desde los años 90 hasta la actualidad. Las excepciones fueron las de países como Luxemburgo, España, Grecia, Chipre, Irlanda y Austria, donde los porcentajes de población inmigrante han aumentado de forma sustancial. Sin embargo, no en todos estos países la explicación es similar, puesto que mientras en Luxemburgo mucha población inmigrante procede de otros países de la Unión, en el resto la mayoría procede de países ajenos a la Unión. Además, las autoridades comunitarias citan la especial situación de los países mediterráneos, donde se han producido procesos de regularización que pueden haber influido en casos como España (Eurostat, 2006). Además, el reparto de la población inmigrantes entre los estados no ha sido equitativo, destacando por otra parte ciertas nacionalidades en cada uno de estos países. Así, los datos estadísticos permiten observar cómo en Alemania, Dinamarca y Holanda predominan los inmigrantes turcos, los procedentes de sus antiguas colonias africanas en Portugal, Albaneses en Grecia, rusos en los países bálticos (Estonia, Letonia y Lituania) y, finalmente, el caso de los marroquíes y ecuatorianos (además de otros latinoamericanos) en España (Eurostat, 2006).

1.2. Procedencia y motivos de su llegada. Como se ha indicado anteriormente, en el caso de España la principal procedencia de los inmigrantes que residen dentro de nuestras fronteras es Marruecos y Latinoamérica (sobre todo Ecuador). Sin embargo, parece conveniente hacer un estudio más detallado sobre la procedencia del colectivo general. Ello, teniendo en cuenta las dificultades que existen a la hora de realizar las estadísticas de esta población, como se ha expuesto con anterioridad, pues no siempre se conocen los datos generales de población ni es fácil determinar el país de procedencia o la edad del inmigrante. Por este hecho, tomaremos como referencia los datos ofrecidos por el Instituto Nacional de Estadística (INE), que anualmente proporciona información sobre población a través del padrón municipal de España. Siempre teniendo en cuenta que estos datos pueden no ser definitivos, pues es corriente que haya una parte del colectivo inmigrante que no aparezca reflejado en ésta ni en otras estadísticas oficiales.

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Encuadres noticiosos e inmigración: del análisis de los contenidos al estudio de los efectos mediáticos

Gráfico 1.3. Inmigración recibida, por procedencia continental (1996 a 2005).

Número de inmigrantes

1400000

1200000

Procedencia Europa África América Asia Oceanía

1000000

800000

600000

400000

200000

0 1996

1998

1999

2000

2001

2002

2003

2004

2005

Elaboración propia, a partir de los datos del INE (http://www.ine.es).

1.2.1. Distribución por países de origen. La distribución geográfica de la inmigración existente en España se circunscribe a dos etapas históricas predominantes. Hasta 1996, el mayor contingente era el procedente de los países denominados “ricos”; la mayoría de los inmigrantes que llegaban al país procedían de los países del resto de Europa, en especial del norte del continente, tales como Suecia, Alemania o, sobre todo, el Reino Unido. Estos extranjeros eran en su mayor parte personas de una edad media alta que venían para instalarse en la costa, principalmente la mediterránea, de cara a pasar en territorio español el resto de su vida una vez jubilados de sus trabajos en sus respectivos países. Hasta 1996, el total de inmigrantes no era muy superior a las 540.000 personas, una cifra que en la actualidad, como se ha estudiado, está de sobra superada. Y es a partir de ese año cuando se dispara la llegada de nuevos inmigrantes, principalmente de los países denominados “pobres”, es decir, aquellos situados fuera de la Europa Comunitaria y el norte de América, tales como los latinoamericanos, africanos y países del Este europeo. En total, durante estos últimos diez años han sido cerca de 3.200.000 personas las que se han sumado al colectivo de inmigrantes que mantiene España. De 16

Estudios contextuales del movimiento inmigratorio actual

ellas, cerca del 70% pertenece a zonas geográficas donde se sitúan los países denominados “pobres”, es decir aquellos que se encuentran subdesarrollados económicamente o que están en vías de desarrollo. Así pues, en estos últimos años el giro ha sido radical en cuanto de la procedencia de la inmigración española, un hecho que se puede contemplar fácilmente al observar cómo desde el año 2002 la población procedente de Latinoamérica superó, manteniéndose hasta la actualidad este ritmo, a la población inmigrante procedente de Europa (Véase gráfico 1.3). Pasando de los datos globales a una división por continentes y áreas geográficas claves, el predominio se sitúa en la actualidad en los nacionales procedentes de países de América. Según los datos del último censo (INE, 2006a), en la actualidad viven en nuestro país 1.474.493 inmigrantes de procedencia americana, que representan en conjunto el 39.52% del total del colectivo de personas extranjeras residentes en España. Si bien este es el dato global, hay que tener en cuenta la diferencia entre las procedencias, pues de ese grupo 1.450.506 personas (38.87% del total de inmigrantes) proceden de países del área Latinoamericana (Norte, Centro y Sudamérica), siendo un escaso 0.65% (23.987 personas) los inmigrantes que proceden de Estados Unidos o Canadá. Una presencia mayoritaria de este colectivo que se ha visto incrementada sobre todo a partir del año 2000, llegando a ser la más numerosa en 2002, posición que desde entonces no ha abandonado (Véase gráfico 1.3). Ello a costa del grupo de inmigrantes europeos que, en estos años, a pesar de aumentar considerablemente su número, han descendido hasta ocupar una segunda posición. En la actualidad, en España residen 1.352.253 inmigrantes de procedencia europea, que representan el 36.24% del conjunto del colectivo inmigrante del país. Sin embargo, tal y como ocurriera con respecto a América, conviene hacer una distinción entre los países de la Comunidad Europea con respecto del resto que, como es sabido, no poseen derecho de libre tránsito y por tanto necesitan de la realización de trámites de regularización para poder establecerse en nuestro país. Los datos reflejan que los inmigrantes procedentes de la Unión Europea constituyen un grupo de 774.953 personas (20.77% del total), mientras que los nacionales que llegan a España desde países que están fuera de la Comunidad son ya 577.300 inmigrantes (15.47% del total). Se observa por tanto un aumento de la inmigración de la zona del Este de Europa, que está poco a poco alcanzando a la de

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Encuadres noticiosos e inmigración: del análisis de los contenidos al estudio de los efectos mediáticos

aquellos europeos que, en épocas pasadas, llegaban a España de forma generalizada con intención de pasar su jubilación y no de desarrollar un trabajo dentro del país. El tercer contingente viene representado por los inmigrantes africanos, que supone un apreciable 19.14% del total de inmigrantes que vive en España (713.974 personas), seguido a gran distancia por los inmigrantes de procedencia asiática (186.848 personas que representan el 5.1% del total) y la casi testimonial presencia de inmigrantes de Oceanía (escasas 3.042 personas que suponen el 0.08% del total). Gráfico 1.4. Inmigración recibida, por país de procedencia (1996 a 2005).

Marruecos Ecuador

País de procedencia

Rumania Colombia Reino Unido Argentina Alemania Bolivía Italia Bulgaria

0

100000

200000

300000

400000

500000

600000

Elaboración propia, a partir de los datos del INE (http://www.ine.es). Sólo se han tenido en cuenta los primeros 10 países de los aportados en los datos del padrón municipal de España de 2005.

En cuanto a la distribución de los inmigrantes según los países de origen, desde 1996 el primer país de procedencia sigue siendo Marruecos, incrementándose sustancialmente su presencia a través de los años. Según los datos más recientes del censo español a fecha 1 de enero de 2005, el colectivo protagonizado por los inmigrantes procedentes de Marruecos se sitúa a la cabeza de los distintos grupos nacionales que residen en España (INE, 2006a). Como puede observarse en el gráfico 1.4, el número de inmigrantes marroquíes se cifra actualmente en 511.294 personas, es

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Estudios contextuales del movimiento inmigratorio actual

decir, un 13.71% del total de inmigrantes que residen en España. Muy cercano, aunque en número inferior, se sitúan los inmigrantes ecuatorianos, de los que en 2005 ya residían en España 497.799 personas, constituyendo el 13.34% de la población extranjera, lo que supone un notable incremento de este colectivo. En el tercer puesto, se encuentra el colectivo de inmigrantes rumanos –compuesto por 317.366 personas, que representan el 8.51% del total–, grupo que ha aumentado fuertemente durante los últimos años hasta convertirse en el primero de los de origen europeo. Dentro del resto de grupos nacionales, hasta completar los diez más numerosos que suponen en conjunto más del 50% del total de inmigrantes, podemos encontrar una alta presencia de países latinoamericanos, en concreto del Sur del Continente. Así, el cuarto grupo más numeroso es el colombiano, que cuanta con 271.239 personas, mientras que los argentinos han aumentado en los últimos años hasta situarse en el puesto sexto entre los más numerosos, con 152.975 personas. También numerosos son los inmigrantes procedentes de Bolivia, con 97.947 nacionales, que ocupa el octavo lugar. El resto de los colectivos hasta completar el listado de los diez más numerosos son europeos. Y es que no hay que olvidar la importante presencia que siempre han tenido los inmigrantes de otros países de la Unión Europea. Así, el Reino Unido es el quinto país con mayor número de inmigrantes, con 227.187 de sus nacionales viviendo en España. En séptimo lugar se sitúa Alemania, aportando a nuestro país 133.588 inmigrantes, mientras que Bulgaria, que en fechas recientes pasará a formar parte de la Unión Europea, mantiene en nuestro país ya 93.037 personas, siendo así el noveno país con mayor tasa de inmigración (INE, 2006a).

1.2.2. Distribución por sexo y edades. Al adentrarse en el estudio de la población inmigrante en España según el sexo, los datos estadísticos muestran un predominio de hombres, que en conjunto representan el 53.4% de la población extranjera frente a un 46.6% de mujeres. Así pues, aunque en términos absolutos la población inmigrante ha aumentado para ambos sexos, existen diferencias en el crecimiento de cada uno de los géneros. En el caso de las mujeres, su presencia se ha visto incrementada en un 546%, pasando de 269 mil personas en 1996 a más de 1.738 mil personas en 2006. Con todo, su porcentaje con respecto al total de

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Encuadres noticiosos e inmigración: del análisis de los contenidos al estudio de los efectos mediáticos

población extranjera ha disminuido ligeramente, pues en 1996 las inmigrantes constituían el 49.61% del total, es decir, tres puntos porcentuales más que en la actualidad. Por su parte, el grupo de inmigrantes hombres se ha visto incrementado tanto en términos absolutos como relativos. Este grupo ha crecido en un 629%, pasando de los 273 mil personas de 1996 a más de 1.990 mil actuales. En términos porcentuales, se ha visto incrementado en tres puntos, los mismos perdidos por parte de las mujeres con respecto al conjunto global del colectivo inmigrante. Gráfico 1.5. Distribución de hombres y mujeres por continentes (en miles de personas).

Número de inmigrantes

800

600

Hombre Mujer

400

200

0 Europa

África

América

Asia

Elaboración propia, a partir de los datos del INE (http://www.ine.es). Los datos de Oceanía no se han incorporado, al ser muy bajos: 1.121 mujeres frente a 1.306 hombres.

Pero, si bien éstos son datos absolutos del conjunto del colectivo, hay que señalar que esta distribución no se presenta por igual en cada uno de los grupos geográficos de los que se compone la inmigración en España (Véase gráfico 1.5). Así, en el colectivo de nacionales de países “ricos”, principalmente de la Europa occidental y Norteamérica, la proporción es similar entre hombres y mujeres; en el caso de los latinoamericanos, la mayor parte suelen ser mujeres, mientras que en el proveniente de África, Asia y Europa del Este, el predominio suele ser masculino, si bien con diferencias de porcentaje en cada uno de los tres grupos. La mayor presencia de mujeres en algunos colectivos, tales como los procedentes de Latinoamérica y algunos países de 20

Estudios contextuales del movimiento inmigratorio actual

Asia, como Filipinas, se explica por la mayor colocación que estas personas tienen en el servicio doméstico de los grandes núcleos urbanos españoles. Asimismo, si se hace una relación de los países con mayor incidencia de cada sexo en su colectivo de inmigrantes, podremos observar cómo entre las mujeres hay un claro predominio de países de sur y centro de América, con Brasil y la República Dominicana a la cabeza. En cuanto a los hombres, la mayor parte viene marcada por países del continente africano y asiático, con Pakistán y Senegal como primeros exponentes. Finalmente, los datos revelan que en todos los continentes la presencia de los hombres es mayoritaria, con la única excepción de América, donde las mujeres inmigrantes, en especial los procedentes de Sudamérica. Al analizar el colectivo inmigrante residente en España atendiendo a los diferentes grupos de edad, se puede observar que el contingente predominante es el de la edad comprendida entre los 25 y los 45 años, con un 50.39% del total. Si se hace un mapa de edades, existen seis conjuntos claramente diferenciados por edades. Así, la población infantil (hasta los 15 años) que representa un 14.17% del total, en segundo lugar está el grupo juvenil (16-25 años) con un 15.19% de los inmigrantes, le siguen los adultos (25-45 años) ya mencionados, el grupo de edad madura (45-65 años) con un 15.45% del colectivo total y lo cierran los ancianos, que suponen un escaso 4.81%. Los datos reflejan, por tanto, que la población inmigrante española está claramente formada por un gran grupo de personas de edad adulta y madura, con un cada vez más importante segmento de población joven. No en vano, en los últimos años este grupo ha ido incrementándose notablemente, sin duda debido a los nuevos nacimientos de hijos de inmigrantes residentes en España desde hace ya algunos años. Pero, como siempre, estos son datos generales, por lo que convendrá analizar la distribución de edades entre los inmigrantes de cada sexo, a fin de poder obtener una clara visión de la influencia que cada colectivo tiene dentro de la pirámide poblacional española. Los datos del Instituto Nacional de Estadística (2006a) permiten señalar que los hombres dominan en todos los grupos de edad, salvo entre los inmigrantes de mayor edad o ancianos, donde el porcentaje de mujeres (50.11%) es mayor que el de los hombres (49.89%). En el resto de los casos, los hombres son claramente mayoritarios, sobre todo entre los inmigrantes adultos, quienes representan el 55.81%, frente a un 44.19% que suponen las mujeres. El grupo donde la relación de ambos sexos es más similar es el relativo a las personas de

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edad madura, donde la diferencia de los hombres (50.16%) frente a las mujeres (49.84%) es muy baja (INE, 2006a). Además del sexo, también conviene conocer la procedencia geográfica de los inmigrantes de cara a analizar la aportación de los distintos grupos al conjunto del colectivo que reside en España. Las estadísticas oficiales (INE, 2006a) apuntan que el mayor contingente de inmigrantes en edad menor y joven procede mayoritariamente de países de América (5.5 y 6.78% respectivamente) y de Europa (6.65 y 4.41% para cada grupo). Si el grupo de edad que se toma es el de adultos, la procedencia mayoritaria se sitúa en países de América (21.66% del total), si bien también es importante la aportación de los europeos (15.07%), africanos (10.79%) y asiáticos (2.82%) que es en este grupo donde destacan. En cuanto a los inmigrantes en edad madura, la procedencia mayoritaria se sitúa en países de Europa (7.87% del total) y de América (5.1% del colectivo general de inmigrantes). Finalmente, el colectivo de inmigrantes de edad avanzada y ancianos se sitúa en los países del primer mundo, sobre todo de Europa –que aporta en esta franja de edad el 3.52% del total de inmigrantes–, y América –con el 0.86% de los cuales la mayoría pertenece a países del Norte del continente como Estados Unidos o Canadá–. Conviene hacer una puntualización respecto de la inmigración procedente de los países ricos. Ésta tradicionalmente ha estado constituida por matrimonios jubilados o en edad avanzada que han decidido disfrutar de sus rentas en la costa española, formando auténticos núcleos urbanos donde conviven nacionales del mismo país. Si bien esto ha sido un aspecto característico de este tipo de inmigración, cada vez son más los extranjeros de países “ricos” que vienen a España en edad laboral para desempeñar puestos de trabajo en empresas nacionales o multinacionales con sedes en el país. Todo ello ha llevado a que en determinadas zonas el predominio de esta población sea abrumador, como el caso de Baleares, donde la mayor parte de la población extranjera procede de los países de la Europa occidental (Cea D’Ancona, 2004). La evolución de esta población, además, deriva en la creación de auténticos guetos, algo de lo que se acusa tradicionalmente a la inmigración del Sur y que, sin embargo, es práctica más utilizada por los procedentes de las zonas del norte de Europa (Colectivo IOÉ, 2002).

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Estudios contextuales del movimiento inmigratorio actual

1.3. Distribución geográfica de la inmigración en España. Abordamos a continuación el estudio de la inmigración desde el punto de vista de la distribución por zonas geográficas que dentro de España mantienen los colectivos de extranjeros. Así, se detecta que existen dos principales focos de concentración de esta población situados en las dos principales ciudades del país, Madrid y Barcelona. Pero de cara al análisis, conviene hacer una distinción entre comunidades autónomas y provincias. En lo relativo a las Comunidades, se observa una fuerte concentración de inmigración en Cataluña, la comunidad con mayor tasa, pues ya son 798.904 inmigrantes los que viven en sus provincias que representan el 21.41% del total de España. Por su parte, la Comunidad de Madrid acoge a 780.752 extranjeros residiendo en su territorio (20.93%), lo que debido a su carácter de comunidad uniprovincial hace que en ella se ubique la mayor concentración de población inmigrante que se encuentra actualmente en España. Asimismo, los datos del INE (2006a) revelan que la Comunidad Valenciana ha incrementado mucho su población inmigrante, con 581.985 personas residiendo en este momento en sus provincias (15.60% del total), algo similar a Andalucía, donde a finales de 2005 residían 420.207 inmigrantes (11.26% del conjunto español). El resto de las comunidades autónomas españolas no llegaban a superar en ningún caso el 6%, siendo la más destacada Canarias con un 5.96% de la población inmigrante total de España, lo que supone que residen 222.260 extranjeros en sus islas. Por lo que se refiere a las provincias, como era de esperar, Madrid es la provincia que mayor tasa de inmigración recibe, con el 20.93% del total, seguida de Barcelona, en cuya provincia viven ya 569.305 inmigrantes (15.26% del total de España). Junto a estas tradicionales provincias para el asentamiento de la población extranjera, debido al tejido económico que en cada una de ellas existe y que facilita su incorporación al trabajo, es notable la presencia de inmigrantes en otras provincias de la geografía española. Los datos revelan que las siguientes en aportar un mayor número de inmigrantes son las presentes en la costa mediterránea, pues Alicante (8.62%), Valencia (5.22%), Málaga (4.87%), Murcia (4.42%), Girona (2.69%) y Almería (2.49%) también están entre las diez con mayor presencia. A las grandes capitales y la costa

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mediterránea, se unen las Islas Canarias (con un 3.04% en Tenerife y el 2.92% en Las Palmas) que completan los tres puntos geográficos de mayor asentamiento extranjero. Gráfico 1.6. Densidad de población extranjera por provincias (en porcentaje sobre el total de la población de cada provincia).

Elaboración propia, a partir de los datos del INE (http://www.ine.es).

Pero, como se observa en otros apartados, los datos absolutos de la inmigración por zonas geográficas explican poco de la incidencia real de ésta en la población de cada región. Poniendo en relación la población nacional con la extranjera obtenemos la densidad en cada provincia, lo que muestra que la localidad con mayor incidencia es Madrid, si bien ya son muchas las provincias que mantienen un porcentaje de población inmigrante interna superior a la media de la propia Unión Europea. Si bien en 2002 tan sólo Madrid y Barcelona superaban, del total de provincias españolas, la barrera del 6% de población interna extranjera (Colectivo IOE, 2002), en la actualidad y tomando en cuenta los datos del INE (2006a), ya son 23 las provincias que superan la media europea, es decir, casi la mitad de todas las existentes (Véase gráfico 1.6). Aunque las

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provincias que mayor tasa interna tienen son Madrid y Barcelona, cada vez es mayor la de otras zonas de España, sobre todo las situadas en los alrededores de los principales focos de inmigración (Madrid, Barcelona y Valencia), así como en ambos archipiélagos (Baleares y Canarias) y el Este de Andalucía.

Gráfico 1.7. Población extranjera en Madrid (en porcentaje).

5,32

10,10

0,14

16,54

55,57

Zonas geográficas Unión Europea Resto de Europa África América Asia Oceanía

12,45

Elaboración propia, a partir de los datos del INE (http://www.ine.es).

Evidentemente, la explicación de la presencia inmigratoria en cada zona no es homogénea, pues varios pueden ser los motivos que la expliquen. Así, en varias provincias el mayor factor que afecta el asentamiento de es el desarrollo laboral existente en su ámbito geográfico, como puede ser el caso de Madrid, Barcelona, Valencia, Murcia, Navarra o Baleares. Sin embargo, el hecho de que Aragón, CastillaLa Mancha, La Rioja y el resto de Cataluña y la Comunidad Valenciana tengan tan altos porcentajes de densidad poblacional se puede deber a la cercanía con los centros importantes de trabajo, a los que se desplaza una gran parte de inmigrantes a trabajar y en cuyas núcleos urbanos no puede vivir por cuestiones económicas. Junto a ello, en el caso de Andalucía y Canarias, no hay que dejar pasar por alto el hecho de que sean comunidades fronterizas hacia donde ha ido llegando en los últimos años mucha

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inmigración africana, e incluso latinoamericana en el caso de Canarias debido a los especiales lazos de esta comunidad con las antiguas colonias españolas en América. En lo relativo a la distribución de la población extranjera en España atendiendo a su origen geográfico, se puede observar que hay un reparto desigual de los diferentes grupos a lo largo de la geografía española. Para esta parte del estudio, se toman en cuenta las provincias con una mayor tasa de inmigración, anteriormente mencionadas, pues en ellas se localiza más de la mitad del total de inmigrantes de España3. En la provincia de Madrid, donde como ya se ha indicado se concentra el mayor número de inmigrantes, destaca la presencia de la población procedente de países de América, que como sabemos en su mayor parte son Latinoamericanos, representando el 55.57% del total de la provincia. También acentuada, aunque en menor medida, es la presencia de inmigrantes de la Europa no comunitaria (12.45%), mientras que la presencia de africanos (12.45%) y europeos comunitarios (10.1%) es minoritaria (Véase gráfico 1.7). En Barcelona es predominante el grupo americano (48.37%), aunque en menor porcentaje, puesto que en esta provincia la presencia de la inmigración africana es muy fuerte, constituyendo el 21.48% del total. Un reparto similar al encontrado en Murcia, donde el 44.05% de los inmigrantes tiene procedencia americana, mientras que el segundo grupo mayoritario viene representado por los africanos, con el 29.02% del total de la población extranjera. Por su parte, en ambos archipiélagos predomina también la población inmigrante procedente de América, constituyendo los europeos comunitarios el segundo grupo en ambos lugares. En el caso de las Islas Baleares, frente al 40.11% de americanos, se localiza un 35.33% de inmigración comunitaria. En Canarias el reparto no es tan similar, y así en Las Palmas se encuentra un 43.31% de americanos por un 27.29% de comunitarios, mientas que en Tenerife la proporción es de 49.8% frente a 37.47% respectivamente. Finalmente, también es mayoritario el grupo americano en Valencia (40.56%), situándose en segundo y tercer lugar los inmigrantes procedentes de la Europa comunitaria (20.82%) y extracomunitaria (20.05%). Por su parte, los 3

En concreto, se analiza la presencia de los diferentes grupos de origen geográfico de los inmigrantes en Madrid, Barcelona, Baleares, Valencia, Alicante, Murcia, Girona, Las Palmas de Gran Canaria y Santa Cruz de Tenerife, a partir de los datos ofrecidos por el INE (2006a). 26

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inmigrantes africanos tan sólo constituyen el grupo mayoritario en el caso de la provincia de Girona, donde representaban el 35.39%, mientras que allí los americanos son el segundo colectivo con el 27.15% del total. Los europeos comunitarios predominan en Alicante y Málaga, seguidos en ambos lugares por los inmigrantes americanos. En Alicante, frente a un 47.18% de comunitarios, hay un 25.03% de americanos, mientras que en Málaga los porcentajes son 43.77% y 25.82% respectivamente.

1.4. Aportaciones de la población inmigrante al país. La llegada de inmigrantes a la Unión Europea y a nuestro país no supone únicamente una aportación demográfica, sino que también genera una serie de efectos para la sociedad de acogida, de tipo económico, cultural y/o social. Evidentemente, el primer aporte de la gran mayoría de la inmigración se localiza en el mercado laboral español, pues muchos inmigrantes recalan en España para emprender una nueva vida laboral, con los efectos sobre la economía del país que ello conlleva. Pero ése no es el único efecto sobre la sociedad española, puesto que la llegada de personas de otros países, en muchos casos con sus familias, tiene influencia en la escuela, donde se está produciendo una incorporación de nuevos alumnos al sistema educativo, así como, por ejemplo, en las aportaciones culturales que esta nueva población genera al relacionarse con la sociedad española. En todo caso, la influencia de este flujo de personas que llega a España, así como al resto de la Unión Europea, desde otros países no debe dejarse de tener en cuenta, reconociendo en todo caso el papel de “fuente de enriquecimiento cultural y social de la inmigración, sobre todo porque contribuye al espíritu emprendedor, la diversidad y la innovación” (Comisión de las Comunidades Europeas, 2003, p. 11). Sin embargo, de cara al análisis de las aportaciones de la inmigración al país hay que tener en cuenta dos aspectos que inciden en estos dos ámbitos de estudio. En primer lugar, la inmigración ha sido tradicionalmente asimilada a flujos migratorios en búsqueda de trabajo en un nuevo país. Antes bien, no todo el colectivo de extranjeros en España tiene el mismo objetivo, sino que existen inmigrantes que llegan en busca de una zona de residencia o por motivos turísticos, unido a la siempre existente economía sumergida. Igualmente, es difícil la cuantificación de los inmigrantes incorporados al

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sistema laboral, pues, por ejemplo, se puede estar en varios regímenes de la seguridad social. Junto a ello, no todos los menores extranjeros en edad escolar se incorporan al sistema educativo, por lo que los datos no son exactos.

1.4.1. Trabajadores extranjeros en el mercado laboral. La incorporación de extranjeros al mercado laboral español ha sido muy elevada en los recientes años, en especial durante la última década, momento en el que se ha dado de alta a la Seguridad Social un importante número de inmigrantes. Una incorporación que ha tenido efectos positivos, como el de aumentar el nivel de empleo. Aunque, como señala la Comisión de las Comunidades Europeas (2000), su “impacto positivo depende de la medida en que los inmigrantes puedan estar suficientemente integrados en el mercado de trabajo” (p. 6). Sin duda, parte del crecimiento que durante los últimos años ha tenido España se debe a la incorporación de inmigrantes al mercado laboral a través de su alta en la Seguridad Social, que durante los últimos diez años ha supuesto cerca del 50% del crecimiento del empleo. Y es que, si en 1998 estaban dados de alta a la Seguridad Social como trabajadores 262.771 inmigrantes, los últimos datos reflejan que a 30 de junio de 2006 ya son 1.869.537 inmigrantes, lo que supone un 17.49% del total de trabajadores en España (Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, 2006c). Es decir, un crecimiento del 711% de las afiliaciones extranjeras en tan sólo ocho años, mientras que para el mismo período el crecimiento de la afiliación de trabajadores de procedencia española fue tan sólo del 124%. Evidentemente, estas tasas de crecimiento implican una mayor importancia relativa de este colectivo frente al de nacionales españoles, teniendo en cuenta que su peso en la población total española es de un 9%. Con todo, es necesario recordar que esta aportación beneficiosa se realiza a costa de que los inmigrantes deban realizar los trabajos más duros, más inestables y para los que se solicita una menor cualificación en todos los sectores laborales, ello con independencia de su formación educativa o profesional (Aparicio, 2007). Si bien el aumento de trabajadores inmigrantes ha sido constante, se puede observar que la población afiliada creció de una forma más acentuada durante el año 2005, sin duda debido a la influencia del proceso de regularización emprendido por el gobierno socialista (Véase gráfico 1.8). Por otra parte, si se habla de la importancia

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Estudios contextuales del movimiento inmigratorio actual

relativa de las altas laborales de inmigrantes respecto a las de españoles, ésta se sitúa en un 9.9% según los datos de julio (Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, 2006c), es decir, supera incluso los datos de población lo que hace patente la importancia que la inmigración tiene para el mercado laboral español. En lo relativo a los datos generales y al referirse a la tasa de empleo, la concerniente a los extranjeros es claramente superior a la de los nacionales. Si entre los españoles la tasa de empleo se sitúa en torno al 53%, es ya cerca del 83% de los extranjeros en edad laboral que se encuentran trabajando (Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, 2006b). Finalmente, y en cuanto a la configuración del grupo de inmigrantes trabajadores en España, las estadísticas informan que los extranjeros que se encuentran trabajando en nuestro país siguen siendo mayoritariamente hombre. Así, frente a los 1.138.655 inmigrantes de sexo masculino que se hallan trabajando en España (60.91% del total), sólo son 730.882 las mujeres inmigrantes que se encuentran en la misma situación (39.09% de todos los trabajadores extranjeros) (Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, 2006c). Gráfico 1.8. Evolución de la población inmigrante en España con permiso de trabajo 1998-2006 (en miles de personas).

Inmigrantes afiliados a la SS

2000

1500

1000

500

0 1998

1999

2000

2001

2002

2003

2004

2005

2006

Elaboración propia, a partir de los datos del MTAS (http://www.mtas.es). Los datos de 2006 son una estimación del Ministerio realizada en junio.

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La procedencia geográfica de los inmigrantes que se encuentran trabajando en España aporta una visión importante con respecto a la organización del colectivo general, debido a que, como se señaló con anterioridad, no todos los inmigrantes se encuentran desarrollando trabajos en el país, sino que también pueden haber elegido España como lugar de retiro precisamente tras finalizar con su edad laboral. Los últimos datos publicados por el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales (2006c) no permiten realizar un estudio detallado sobre los diferentes grupos continentales de procedencia, pues tan sólo aporta los datos relativos a los nacionales de la Unión Europea y a los del resto de Europa y otros continentes, en este caso englobados en un mismo grupo. Una rápida visión permite comprobar que en junio de 2006 un 18.09% del total de los trabajadores inmigrantes procedía de alguno de los 24 países restantes de la UE, mientras que la gran mayoría (81.91%) tenía su procedencia en algún otro país del mundo. Para realizar un estudio más preciso nos centraremos en el último Anuario del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales correspondiente (2005), que ofrece datos detallados de los diferentes continentes y países con presencia en España, comparándolos con los más lejanos de los disponibles, relativos al año 2001 (Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, 2001). A la vista de las estadísticas, el colectivo de trabajadores latinoamericanos sigue siendo mayoritario, si bien con un mayor predominio, puesto que si en 2001 éste representaba cerca del 30%, en la actualidad constituye el 40.51% del colectivo de trabajadores inmigrantes. El resto de los grupos también se mantienen en las mismas posiciones, si bien con la reducción de los trabajadores de varias procedencias (Véase gráfico 1.9). En este sentido, el colectivo de trabajadores africanos sigue siendo el segundo más numeroso, aunque con un fuerte descenso, pasando de suponer el 27.75% del total en el año 2001 a algo menos del 20% en 2005. Algo similar a lo ocurrido con los nacionales de otros países de la Unión Europea, que han sufrido el mayor descenso de todos los grupos, pasando de representar en 2001 un 26.05% del total a no llegar en la actualidad al 17%. Un caso totalmente contrario al de los trabajadores inmigrantes del resto de Europa que, al igual que ocurriera con los latinoamericanos, han aumentado exponencialmente su presencia en el sector laboral español, siendo los dos únicos grupos geográficos que lo han hecho en los años transcurridos desde 2001 hasta 2005.

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Estudios contextuales del movimiento inmigratorio actual

Frente a un escaso 8.64% hace 4 años, los datos más recientes indican que los europeos no comunitarios, principalmente rumanos y búlgaros como se indicó en otro apartado de este capítulo, ya representan un 15.66% del total. Es decir, se sitúan en una tasa similar a la de los europeos comunitarios, que sólo se ubican un punto porcentual sobre el total de inmigrantes. Por su parte, los inmigrantes asiáticos también han disminuido en su presencia en España, pasando de un 7.81% en 2001 a un 6.55% en la actualidad, por tanto, con ellos ha ocurrido el mismo proceso que con los europeos comunitarios y africanos, puesto que, a pesar de aumentar en términos absolutos su población en España como se indicó anteriormente, su porcentaje o peso dentro del conjunto de inmigrantes se ha visto disminuido. Finalmente, en un grupo como en otros se encuentran los inmigrantes procedentes de Oceanía o sin nacionalidad concreta, que en todo caso representan un escaso 0.52% del total de trabajadores inmigrantes residentes en España. Gráfico 1.9. Porcentajes de trabajadores inmigrantes por procedencia geográfica (2001 frente a 2005).

Latinoamérica

28,47

40,51

1,29

Otros

7,81

Asia

19,88

8,64

15,66

26,05

Unión Europea

0,0%

6,55

27,75

África

Resto de Europa

0,52

20,0%

16,88

40,0%

2001

60,0%

80,0%

100,0%

2005

Elaboración propia, a partir de los datos del MTAS de junio de 2005.

Pero, si estos son los datos por continentes o zonas geográficas, no hay que dejar de estudiar el volumen de trabajadores aportado por los distintos países, en especial, por

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aquellos que se encuentran en las primeras posiciones del listado, pues como se indicara anteriormente, tan sólo los diez con mayor tasa representan a más del 60% del total de inmigrantes (Véase gráfico 1.10). Los datos del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales (2006c) relativos a junio de 2006 permiten comprobar que en la actualidad es Ecuador el país que mayor número de trabajadores inmigrantes aporta (281.918 que suponen el 15.08% del total), superando por tanto a Marruecos que siempre fue la procedencia del grupo mayoritario (268.610 inmigrantes que representan el 14.37% del total). Se ha producido, por tanto, una modificación del listado, con la inversión en las dos primeras posiciones, así como con la incorporación de Rumania en el tercer puesto, suponiendo sus 169.167 trabajadores ya el 9.05% del total de los inmigrantes. En posiciones de cabeza también se encuentran Colombia (7.77%), Perú (3.59%) y Argentina (3.08%), destacando así el dominio latinoamericano del mercado laboral extranjero en España. No es hasta la sexta posición cuando se comienzan a encontrar a los trabajadores de procedencia comunitaria, que son sobre todo de Portugal (3.19%), Italia (3.15%) y Reino Unido (3.09).

Gráfico 1.10.

Porcentajes de trabajadores inmigrantes por procedencia geográfica durante el año 2006.

15,08

Ecuador

14,37

Marruecos

9,05

País de procedencia

Rumania

7,77

Colombia Perú

3,59

Portugal

3,19

Italia

3,15

China

3,09

Reino Unido

3,09

Argentina

3,08

0,00

5,00

10,00

Elaboración propia, a partir de los datos del MTAS (2006c).

32

15,00

Estudios contextuales del movimiento inmigratorio actual

Sin duda, la presencia de un importante número de comunitarios, en especial de países del norte de Europa, que eligen España para retirarse tras su período laboral puede hacer que países como el Reino Unido –con una fuerte tasa de inmigración en España–, sin embargo aparezca situado en una posición alejada a la hora de contabilizar el número de trabajadores procedentes de ese país. Cabe destacar, en último lugar, el especial caso de China, puesto que aunque Asia no aporta mucha inmigración, ni en términos absolutos ni laboralmente, este país ya ocupa el octavo lugar en cuanto a trabajadores dentro del país. Ello supone que la mayoría de sus nacionales vienen a trabajar, convirtiéndole en uno de los grupos con mayor presencia actualmente, la que sin duda aumentará en el futuro (MTAS, 2006c). Evolución de cotizantes en cada régimen de la Seguridad Social.

Gráfico 1.11.

Número de afiliados SS

1250000

Año 2001 2002 2003 2004 2005 2006

1000000

750000

500000

250000

0 General

Agrario

Hogar

Autónomos

Elaboración propia, a partir de los datos del MTAS. Los datos de 2006 son una estimación del Ministerio realizada en junio. En los datos del Régimen General también se incluyen los del Régimen Especial de la minería del carbón del mar.

Finalizamos el estudio de la presencia de los extranjeros en el mercado laboral español analizando la adscripción de éstos a los diferentes regímenes de la seguridad social. Los datos facilitados por el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales (http://www.mtas.es) permiten realizar un estudio comparativo entre los datos de afiliación a los diferentes regímenes en 2001 y junio de este año (Véase gráfico 1.11).

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Aunque a simple vista se observa que en todos los sectores se ha incrementado el número total de trabajadores inmigrantes, un análisis detallado de cada sector atendiendo a su porcentaje sobre el total permite observar que el incremento no se ha producido en la misma dirección. En este sentido, destaca claramente la presencia en el Régimen General de la Seguridad Social donde, según los datos relativos a junio de 2006, desarrollaban su trabajo 1.320.824 trabajadores inmigrantes. Hay que advertir que dentro de este sector se incluyen los datos del Régimen Especial de la Minería del Carbón, al ser así como se suministran por parte del Ministerio en la estadística de junio de 2006. Si se compara este dato con los de 2001, se puede observar un aumento considerable, pues se ha pasado de un 64.01% de trabajadores inmigrantes afiliados a ese Régimen (388.603 personas) al 70.39% actual, lo que supone un incremento de cerca de 6 puntos porcentuales. Este incremento porcentual también se observa en el Régimen Especial de Empleados del Hogar, que ocupaba en 2001 el 8.98% de la población inmigrante (54.496 personas), pero que en la actualidad ha crecido hasta el 12.53% de la población activa extranjera o, lo que es lo mismo, 232.632 personas. Mientras que estos dos sectores han aumentado su peso en el mercado laboral inmigrante, el resto ha disminuido, pasando el Régimen Especial Agrario del 13.27% del 2001 (80.578 personas) al actual 8.36% (151.832 trabajadores).

En la misma dirección se ha movido el Régimen Especial de Trabajadores Autónomos, que representa en junio de 2006 el 8.45% (159.403 personas), mientras que en 2001 llegó a ocupar el 13.37% de los trabajadores inmigrantes (81.167 personas). En cuanto al sector del Régimen Especial del Mar, su presencia es ínfima entre el colectivo de inmigrantes, y en términos porcentuales, su incidencia en el total del colectivo ha disminuido, pasando del 0.37% del 2001 (2.230 trabajadores) al 0.26% actual, lo que significa que 4.846 inmigrantes desarrollan actualmente actividades relativas a este sector. Junto a este análisis general de la presencia en cada sector laboral español, parece interesante aportar los datos de la incidencia de cada grupo regional o nacional en los diferentes sectores agrarios, atendiendo a los últimos datos disponibles (MTAS, 2006c). Las estadísticas revelan que, como era de esperar, la presencia de trabajadores de todos los grupos domina principalmente en el Régimen General, al ser el que mayor porcentaje aporta en términos generales. Esta presencia es muy elevada en el caso de los

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Estudios contextuales del movimiento inmigratorio actual

inmigrantes procedentes de países de la Unión Europea, pues hasta el 70.56% de sus nacionales trabaja en sectores de este grupo, siendo también importante el porcentaje de aquellos comunitarios que desempeñan trabajos como autónomos (24.67% del total de comunitarios). Pero, si se entra en un análisis por países, las aportaciones cambian sustancialmente. En el caso de los ecuatorianos, éstos suelen trabajar en el Régimen General (68.26%), aunque también tienen una alta presencia en los trabajos del hogar (22.13%), una situación que se repite en el caso de los rumanos que emplean en ambos sectores un 69.59% y 17.77% respectivamente. También tienen una alta presencia en el sector del hogar los inmigrantes peruanos, colombianos, bolivianos, búlgaros y ucranianos. Finalmente, los inmigrantes procedentes de África y en especial de Marruecos, desempeñan nuevamente muchos trabajos del sector General (65.94% de los marroquíes), pero sobre destacan por su dedicación al sector agrario, en dónde se emplean el 23.69% de los marroquíes con permiso de trabajo.

1.4.2. Sistema educativo español e inmigración. Como se puede esperar, el aumento de la población extranjera en España no sólo tiene efectos evidentes sobre el mercado laboral, como ya se ha estudiado, sino también en otros ámbitos como el educativo. El hecho de que el 17% de los inmigrantes no estén en edad laboral, hace posible que pueda y deba existir una importante incorporación de inmigrantes al sistema educativo. De ese conjunto de extranjeros, hay un sector que se encuentra en España disfrutando de su jubilación, pero también hay una importante parte que está en edad de escolarización obligatoria o voluntaria en una etapa preuniversitaria (5-18 años), que según los datos del censo de 2005 se cifraban en 552.065 inmigrantes. Ello no deja de producir un efecto sobre el sistema educativo español, puesto que cada vez son más los escolares que se integran en él, procediendo de diversas zonas geográficas, con diferentes idiomas e incluso culturas. Por ello, parece conveniente hacer una revisión de la influencia de la inmigración en este sector, apoyándose para ello en las diversas estadísticas sobre educación del INE. El colectivo de los inmigrantes escolares está constituido por aquellos que anualmente llegan a España junto al resto de sus familias, así como por los hijos de los extranjeros que ya llevan un tiempo residiendo en España. Todos ellos deben, por ley, acceder de forma

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Encuadres noticiosos e inmigración: del análisis de los contenidos al estudio de los efectos mediáticos

obligatoria al sistema educativo, bien en los centros Enseñanza Primaria o de Enseñanza Secundaria. Pero junto a estos ciclos de escolaridad obligatoria, existen otras posibles enseñanzas no universitarias de carácter voluntario, como Enseñanza Infantil, Bachillerato, Formación Profesional de Grado Medio y Superior, u otros ciclos especiales, tales como la Enseñanza de Régimen Especial, Educación Especial, Programas de Garantía Social o Enseñanzas Plásticas de Música o Danza. Junto a estos grados encontramos la Enseñanza Universitaria, a la que se accede a partir de los 18 años, pero que no se incorpora a este estudio debido a la ausencia de datos estadísticos nacionales para hacer un estudio apropiado.

Gráfico 1.12.

Alumnos españoles y extranjeros universitario (en miles de personas).

en

el

sistema

educativo

no

10000

8000

6000

4000

2000

0 91-92

92-93

Alumnos españoles Alumnos extranjeros

93-94

94-95

95-96

96-97

97-98

98-99

99-00

00-01

01-02

02-03

03-04

Curso académico

Elaboración propia, a partir de los datos del INE (www.ine.es)

Un rápido vistazo a las cifras de escolaridad durante los últimos cursos académicos arroja una conclusión clara: la escolaridad de alumnos españoles ha disminuido, mientras que la de los extranjeros ha aumentado significativamente. En 12 años se ha pasado de 36.600 alumnos extranjeros hasta 402.116 en el curso 2003-2004, lo que implica un aumento del 1.117% con respecto a la primera cifra. Esto, teniendo en cuenta que para el mismo período el total de alumnos escolarizados ha descendido en casi un 6% (de 8.238.000 alumnos en el curso 1991-1992 a 7.7600.00 en el 2003-2004).

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Estudios contextuales del movimiento inmigratorio actual

Una bajada que se ha moderado en los últimos años, pero que fue muy fuerte hasta el curso 2001-2002, debido a la sucesiva disminución del número de escolares de procedencia española y al constante aumento anual de los estudiantes extranjeros (Véase gráfico 1.12). Según los últimos datos del INE relativos al curso 2003-2004, la escolaridad entre los inmigrantes menores de 18 años en España es del 91%, pudiéndose por tanto señalar que su incorporación al sistema educativo es buena, pero no plena. Con todo, no hay que olvidar que el mercado laboral se nutre de trabajadores ya desde los 16 años, lo que puede hacer que haya inmigrantes desde esa edad trabajando y no estudiando. Adentrándonos en los datos de los propios estudiantes inmigrantes, sorprende en primer lugar la casi pareja presencia de alumnas extranjeras mujeres (203.099 personas) que representan el 51.83% del total, que de alumnos varones, que son el restante 48.17% (199.017 inmigrantes). Estos datos contrastan con los ya aportados anteriormente en cuanto a la distribución por sexos de los inmigrantes en otros sectores. Así, se comprueba que hay un porcentaje mayor de alumnas inmigrantes que de mujeres inmigrantes totales en España, pues este grupo representa el 46.6% del total, es decir, cinco puntos porcentuales menos. También contrasta con el dato de actividad laboral, pues las mujeres inmigrantes en España actualmente sólo representan el 39.09% del total, según datos del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales. Ello sugiere un estudio diferente para cada sexo. Mientras que los inmigrantes varones en su totalidad están escolarizados o trabajando, dependiendo de los grupos de edad de que se trate, las mujeres no. Son muchas las que, estando en edad para ello, se encuentran escolarizadas, pero no todas las que están en edad de trabajar se han incorporado al mercado laboral, quizá porque no hayan encontrado empleo, porque estén sin su situación laboral regularizada o porque se dediquen a tareas domésticas. Pasemos a determinar la procedencia geográfica del colectivo educativo extranjero antes expresado. Por zonas, existe un claro predominio de los escolares procedentes de América, con un 50.93% del total (141.079 alumnos), si bien debemos dividir este porcentaje entre las dos áreas que tradicionalmente se estudian: los países de Norteamérica, que vienen constituidos por Estados Unidos y Canadá, y Latinoamérica, que representa a los demás. Así, podemos observar que existe un claro predominio de los escolares procedentes de Latinoamérica, con un 50.25% del total, frente a un escaso

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Encuadres noticiosos e inmigración: del análisis de los contenidos al estudio de los efectos mediáticos

0.68% de norteamericanos. Los datos revelan que el grupo de alumnos latinoamericanos ha aumentado durante los últimos años, pues los datos de 2001 señalaban un porcentaje del 45%, más de cinco puntos por debajo del actual (INE, 2004). En segundo lugar encontramos a los alumnos procedentes de Europa, con un total de 100.263 individuos, que representan el 24.69% del total. Pero este dato se obtiene al unir en un solo grupo a los procedentes de la Europa Comunitaria y a los del resto de países europeos. Al atender a cada uno de los grupos se observa una clara igualdad, aunque con un escaso predominio de los alumnos del resto de Europa (12.39%) frente a los comunitarios (12.30%). En tercer lugar se encuentra el colectivo de alumnos procedentes de países africanos, aunque en segundo si se analizan los grupos europeos por separado (Véase gráfico 1.13). Este conjunto del alumnado representa ya el 18.70% del total (75.923 personas), muy inferior sin embargo al casi cuarto del total que llegaron a tener en 2001 (24%). Otros grupos minoritarios son los procedentes de Asia (4.49% del total), Oceanía (0.06%) y el de los que no consta el país (0.17%).

Gráfico 1.13.

Procedencia de los escolares extranjeros (datos absolutos).

Latinoamérica

Lugar geográfico

África

Resto de Europa

Unión Europea

Asia

América del Norte

0

50000

100000

150000

200000

250000

Elaboración propia, a partir de los datos del INE de 2004 (www.ine.es) En el gráfico no se han incluido los alumnos procedentes de Oceanía (231 personas) o de los que no constara el país (670 personas).

Sin abandonar el estudio por zonas geográficas, parece conveniente analizar la escolaridad de los inmigrantes atendiendo a las diferencias entre sexos (Véase gráfico 1.14). Un primer dato que arrojan las cifras es que en la mayoría de los grupos 38

Estudios contextuales del movimiento inmigratorio actual

geográficos de inmigrantes el colectivo de alumnos es mayoritariamente femenino, encontrándose en tan sólo dos grupos mayoría de hombres. Se observa un dominio de las mujeres entre los europeos, siendo el 50.47% en el caso de los comunitarios y el 50.96% en el resto de países europeos. Una preponderancia similar a la de los países de origen latinoamericano (50.11%) y estadounidense o canadiense (50.69%). También hay una clara superioridad de las mujeres dentro de los inmigrantes alumnos de enseñanzas no universitarias y que proceden de Oceanía (53.68%) y de los que no se conoce el país (63.13%), si bien en este caso hay que recordar el escaso peso que tienen estos grupos para el conjunto de la inmigración en situación escolar. Sin embargo, como ya se apuntó antes, en dos de los grupos los alumnos varones son mayoritarios. En concreto, son un 53.98% de niños africanos los que están escolarizados, mientras que las alumnas sólo representan el 46.02%, el más bajo de todos los existentes.

Procedencia geográfica

Gráfico 1.14.

Grupos geográficos de procedencia de los alumnos, por sexo.

Latinoamérica

50,11

49,89

Norteamérica

50,69

49,31

63,13

No consta

36,87

53,68

Oceanía

46,32

49,59

Asia

50,41

46,02

África

53,98

Resto de Europa

50,96

49,04

Unión Europea

50,47

49,53

0

20

40

Mujeres

60

80

100

Hombres

Elaboración propia, a partir de los datos del INE de 2004 (www.ine.es)

En cuanto al caso de los alumnos asiáticos, éstos son mayoritariamente varones (50.41%), si bien se puede observar que la diferencia con respecto a las mujeres es pequeña (49.59%). Parece oportuno cerrar el análisis de la incidencia de la inmigración sobre el sector educativo en virtud de su procedencia geográfica haciendo un repaso por

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Encuadres noticiosos e inmigración: del análisis de los contenidos al estudio de los efectos mediáticos

la aportación que cada grupo nacional hace a este sistema. Los datos revelan que nuevamente es Ecuador el país que más alumnos inmigrantes mantiene, con un total de 88.544 que representa un elevado 21.80% del total. También Marruecos mantiene un alto número de alumnos en nuestro país, llegando hasta los 59.658 (14.69%). El resto de los grupos nacionales se mueve en porcentajes lejanos a los de estos países, pero es de destacar que entre los primeros países haya hasta 5 latinoamericanos; además del citado, Colombia (9.35%), Argentina (5.67%) y República Dominicana (2.23%) y Perú (2.18%). Los europeos se circunscriben a los tres siguientes: Rumania (5.29%), Reino Unido (4.25%) y Alemania (2.19%), mientras que nuevamente vuelve a aparecer entre los primeros países China (2.21%) que también en este ámbito de la educación cada vez tiene un mayor peso. Finalizamos esta revisión de las estadísticas sobre inserción educativa de los inmigrantes ofreciendo los datos sobre la presencia de alumnos extranjeros en cada uno de los ciclos educativos existentes durante el curso 2003-2004. Como primer dato, se observa claramente que el grueso del alumnado extranjero cursa Estudios Primarios, a los que asisten 174.722 inmigrantes (43.03% del total de extranjeros matriculados). También es importante, aunque en menor medida, la presencia en los estudios de la Enseñanza Secundaria Obligatoria (ESO), donde hasta 107.533 alumnos inmigrantes estaban matriculados durante el curso académico estudiado (26.48%). Asimismo, cabe reseñar el grupo de alumnos extranjeros existente en la Educación Infantil, constituido por 78.986 individuos, que representan el 19.45% del total de extranjeros en el sistema educativo. Como puede observarse, casi nueve de cada diez alumnos inmigrantes estudian en una de estas tres enseñanzas, siendo menor la presencia en el resto de sectores de la educación, tales como el Bachillerato (3.82%) o la Formación Profesional (2.84). Estos datos dejan entrever que la presencia de la población extranjera en la educación obligatoria es claramente superior que en las enseñanzas que son voluntarias, lo que podría llevar a pensar en que muchos jóvenes inmigrantes tienden a abandonar el colegio, una vez concluidos los estudios de carácter obligatorio (Infantil, Primaria y Secundaria). Una circunstancia que también se produce entre la población “autóctona”, pero en un nivel inferior, si observamos los datos de proporción del alumnado extranjero en relación al autóctono (Aparicio, 2007). Son diversos los motivos que

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Estudios contextuales del movimiento inmigratorio actual

pueden estar detrás de este fracaso escolar, tales como la necesidad de incorporación al mercado laboral por las condiciones familiares, la variable del sexo del inmigrante o el momento de su incorporación al sistema educativo (Colectivo IOE, 2003). Con todo, la mayoría de estos alumnos parecen preferir seguir estudiando en la educación superior o, incluso, algún tipo de enseñanza profesional antes que trabajar (Aparicio, 2007).

1.4.3. Aportaciones sociales de la inmigración. Junto a la incidencia de la inmigración en el mercado laboral y en el sistema educativo, no debemos olvidar que la llegada de un contingente cada vez mayor a nuestro país también genera otra serie de efectos de tipo económico y social. Analizaremos a continuación estas aportaciones, si bien advirtiendo la dificultad que en algunos aspectos conlleva la no posesión de estadísticas o herramientas de medida para determinar todos esos efectos. Es previsible que la llegada de inmigración durante los próximo años continúe a un ritmo similar o superior al actual, lo que, unido al contingente ya existente en España, va a generar una transformación social, que para algunos autores “puede competir en profundidad e implicaciones con cualquier otra que se haya producido en nuestra historia contemporánea” (Arango, 2004, p. 39). Ya se vieron con anterioridad las principales incidencias de tipo demográfico, en cuanto al aumento de la población, pero no hay que olvidar que la inmigración es más que una causa del cambio demográfico, sino que es un cambio demográfico en sí misma. Los inmigrantes, como se estudiará, no sólo aportan un número de personas, sino que interactúan con la sociedad de acogida, se convierten en parte de ella, y generan otro tipo de efectos más profundos que los censales. Pero, tal y como afirma Arango (2004), no hay que pensar que la llegada de la inmigración a nuestro país es la respuesta ante la baja fecundidad o el envejecimiento de la población española. Otros motivos, como la situación económica del país, la posibilidad de obtener puestos de trabajo, la búsqueda de una zona de retiro climatológicamente agradable o simplemente la cercanía cultural, pueden y son motivos del aumento de la inmigración. Como se ha indicado, un importante efecto del aumento de la inmigración está en el “cambio demográfico”, producido por el incremento de la población española

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Encuadres noticiosos e inmigración: del análisis de los contenidos al estudio de los efectos mediáticos

debida, en gran medida, a los nuevos ciudadanos que provienen de otros países extranjeros. Pero, junto a este aumento lógico del tamaño de la población, otros efectos demográficos se pueden ver producidos por el colectivo extranjero. En primer lugar, es de esperar un rejuvenecimiento de la población española, pues no en vano una gran parte de los nuevos habitantes españoles provenientes del extranjero pertenecen a sectores poblacionales de edad media o joven, debido sobre todo a que llegan a nuestro país con la intención de incorporarse al mercado laboral. Los estudios previos permiten observar cómo la incorporación de inmigrantes al mercado laboral y sistema educativo, mientras que es menor la presencia de inmigrantes en la edad de la jubilación. De la misma manera, se ha demostrado que la llegada de inmigración eleva la fecundidad de los países receptores, produciéndose por tanto otro tipo de efecto demográfico por la variación en los nacimientos a cargo de madres inmigrantes. Los datos revelan que la inmigración, a través de las diferentes vías antes indicadas, durante el decenio de 1991 a 2001 supuso el 60% del crecimiento de la población española, lo que muestra su importante incidencia (Arango, 2004). Los datos más actuales (Caixa Cataluña, 2006) señalan que en toda la Unión Europea en los últimos diez años –período comprendido entre 1996 y 2006–, se han incorporado a la población doce millones de personas extranjeras, que ha supuesto un crecimiento demográfico medio en la zona de la Unión del 79.4%. Un avance muy significativo en países como Alemania (191.2%) o Italia (117.5%), pero que también se ha dejado ver muy claramente en España, donde la llegada de nuevos inmigrantes y el nacimiento de sus hijos en el período estudiado ha explicado el 78.6% del crecimiento de la población española. Además del aumento de población que supone la incorporación de nuevas personas llegadas de otros países a nuestra sociedad, también hay que anotar otro efecto que la inmigración parece estar generando en España y en el resto de los países receptores de flujos migratorios. Éste es el aumento de natalidad, es decir, la influencia que tienen los inmigrantes sobre la tasa de natalidad nacional, lo que supone por tanto un efecto demográfico con un crecimiento de la población, pero ya no sólo a través de la llegada tras un viaje migratorio. Esta influencia sobre las tasas de natalidad se suelen incrementar en las etapas iniciales de los flujos migratorios, es decir, en los países que tienen una corta trayectoria como países receptores e inmigración. Ello es debido a que

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Estudios contextuales del movimiento inmigratorio actual

los inmigrantes “recién llegados” a la nueva sociedad, suelen traer consigo las pautas culturales sobre fecundidad y nupcialidad de sus respectivos países y que, además, en una gran proporción son personas en edad joven o adulta y por tanto en edad reproductiva (Arango, 2004). Sin embargo, los datos indican que esta pauta de fecundidad no se mantiene a lo largo de los años, puesto que los inmigrantes, al mismo tiempo que se van integrando en el nuevo país, adoptan las pautas de natalidad de la sociedad de acogida. Atendiendo a informes como por ejemplo el realizado por la OCDE (1991), esta reducción en la tasa de natalidad se ha de producir durante los próximos años, momento en el que España se consolidará como verdadero país de inmigración. Pero este tipo de amoldamientos a la cultura del país receptor nunca llega a ser plena, debido a que se “estabiliza a un nivel más elevado que el de las nativas” (Arango, 2004, p. 35). De hecho, en países como Estados Unidos, con una tasa inmigratoria alta y donde las minorías representan más del 30% de la población, el 42% de la tasa de natalidad sigue estando generada por las mujeres de las minorías, según datos de 2001. En España, los datos aportados por el INE (2006b) cifran en el 15% los nacimientos producidos 2006 de madre extranjera en el conjunto de España, con un aumento significativo a fechas anteriores, suponiendo por ejemplo en 2003 el 12.3%. Un impulso de la natalidad por parte de la inmigración conseguido debido a que el índice de fecundidad de las mujeres extranjeras durante el año 2001 se cifró en 1.92, algo superior al de las mujeres de nacionalidad española, cifrado en 1.21 hijos por mujer (Delgado y Zamora, 2004, citados en Arango, 2004). Evidentemente, este aumento de la natalidad por parte de los inmigrantes puede traer a su vez otro efecto demográfico al incidir en el resto de grupos de edad. Es de esperar que un aumento de la población española debido a la inmigración, que en general se produce en estratos de edad juvenil o adulta, tenga un efecto demográfico sobre el rejuvenecimiento de la población y, por tanto, fomente la disminución de las personas en edad de jubilación. Todo ello está haciendo que la población española, una de las más envejecidas y con menor natalidad el mundo, esté cambiando poco a poco sus estadísticas, con los efectos que ello tiene en el resto de los sectores de la sociedad. La llegada de inmigrantes en edades más jóvenes influye en la economía, como se estudiará posteriormente, pero también en otros

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aspectos sociales. El hecho de que haya pueblos que reclaman la instalación de familias extranjeras en sus casas para desarrollar un trabajo en esa población, y que posibilita en algunos casos mantener abiertas escuelas o en otros incluso la no desaparición de la población son ejemplos de una aportación a tener en cuenta. Incluso gran parte de los actuales puestos de trabajo en los centros educativos pre-universitarios se deben a la llegada de nuevos escolares de procedencia inmigrante. Además de los efectos demográficos, no se debe dejar pasar por alto el efecto que el aumento de extranjeros está teniendo en la población penitenciaria española, es decir, el efecto de la inmigración sobre la delincuencia soportada en el país. Los datos estadísticos ofrecidos por el INE permiten observar cómo hasta el año 1999 la relación entre reclusos extranjeros y nacionales se mantuvo casi sin variación, donde los reclusos extranjeros suponían casi el 18% del total (7.900 personas en 1999), frente a un 82% de reclusos nacionales (36.297 personas en 1999). En la actualidad, la tendencia se mueve hacia la igualación de ambos contingentes, puesto que si bien los nacionales siguen siendo superiores (42.073 personas en 2004, que representaban el 71% del total), la población extranjera ha aumentado hasta un 29% del total (17.302 personas en 2004) (Véase la tendencia en el gráfico 1.15). Estos datos apuntan, por tanto, a un aumento de presos de origen extranjero, lo que podría llevar a una rápida vinculación del aumento de la delincuencia con el aumento de la inmigración. Sin embargo, hay que hacer varias puntualizaciones al respecto. En primer lugar, y como es evidente, no todos los extranjeros que se encuentran en las cárceles españolas tienen por qué ser inmigrantes, que son aquellos que se encuentran en España con permiso de residencia. Ello hace que pueda haber extranjeros reclusos que no tienen permiso de residencia o trabajo y que, durante su estancia en España, han producido un acto delictivo. Junto a ello, en los datos se tienen en cuenta tanto a los reclusos condenados como a los preventivos. Asimismo, no hay que olvidar, tal como apunta Cea D’Ancona (2004), que está demostrado que los jueces en España tienden a encarcelar de forma preventiva, y a conceder menos libertades provisionales a los extranjeros que a los reclusos nacionales. Ello se debe, aparentemente, al “mayor riesgo de eludir la acción de la justicia que supone el carecer de un domicilio regular” (p. 195). Es por ello que hay que tomar los datos con cautela, aunque con todo, sí señalan un incremento de los reclusos de origen

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extranjero. Sin embargo, no todos ellos lo son debido a los mismos motivos. En su trabajo, Cea D’Ancona (2004) indica que en 1999, el mayor delito cometido por extranjeros era en contra del patrimonio (37%), donde dominaban sobre todo los africanos no marroquíes. En segundo lugar estaba presente el delito contra la salud pública (24%), cometido por latinoamericanos y marroquíes, mientras que los delitos contra la seguridad del tráfico (15%) llevaban en su mayoría a inmigrantes europeos a la cárcel. Por desgracia, los datos del 2004 no permiten analizar el reparto actual de delitos entre los diferentes grupos de procedencia geográfica de los reclusos extranjeros, lo que impide hacer un análisis de su evolución. Gráfico 1.15.

Porcentaje de reclusos por procedencia geográfica.

Porcentaje de reclusos

80

60

40

20

1996

1997

1998

1999

Nacionales

2000

2001

2002

2003

2004

Extranjeros

Elaboración propia, a partir de los datos del INE (www.ine.es)

Pero, no todos los efectos sociales de la inmigración tienen una visión tan negativa. Tan sólo un ligero vistazo a las implicaciones que para la economía del país receptor tiene la llegada de este nuevo contingente, compuesto en su mayor parte por trabajadores, permite observar los efectos positivos consiguientes. En el caso español, los estudios señalan que la aportación de la inmigración a la economía del país ha supuesto que ésta crezca en 10 años un 3.2% anual, mientras que sin la aportación de la inmigración el Producto Interior Bruto (PIB) habría llegado a caer hasta un 0.6% (Caixa 45

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Cataluña, 2006). Ello es debido a que, como se puede imaginar, los efectos económicos de la inmigración no se circunscriben solamente al aumento de las afiliaciones a la Seguridad Social. La incorporación a la sociedad española de un importante número de nuevas familias tiene repercusión en muchos más ámbitos que finalmente influyen en los índices de la economía nacional. Por ejemplo, cerca del 50% de los nuevos hogares creados en España entre 2002 y 2005 tenía como principal sustentador económico a un extranjero residente en el país (Caixa Cataluña, 2006). Familias que emigran o se forman en nuestro país y que necesitan aspectos básicos para su vida diaria, tales como casa, vehículo, alimentación, etc. Es decir, es de esperar que se genere un efecto de la inmigración sobre el consumo del país receptor, más cuando en un país como España este colectivo representa un considerable grupo de casi 4 millones de personas. Además, como señala Arango (2004), no hay que olvidar que los motores del crecimiento económico de España son el consumo doméstico, el aumento del empleo y la construcción. Como sabemos, todos ellos son sectores donde la inmigración tiene un peso importante, incluso en el último, “como trabajadores de la misma y como consumidores de viviendas” (p. 39). Los datos del informe sobre la economía española de Caixa Cataluña (2006) señalan que “cerca del 50% del aumento del consumo y aproximadamente un tercio del crecimiento de la demanda de viviendas está vinculada, directa o indirectamente, a la entrada de inmigrantes” (p. 120). Esta situación ha llevado a que no pocas instituciones financieras se hayan fijado en este especial sector de la sociedad española, para tenerlos como clientes potenciales, sabiendo que muchos de ellos utilizarán estas instituciones para hacer llegar divisas a sus países originarios o, simplemente, para depositar sus ahorros en la entidad financiera respectiva. Finalmente, no hay que olvidar los efectos del incremento de la inmigración a nivel social. La llegada de un numeroso grupo de nuevos ciudadanos plantea retos y preguntas dentro de la sociedad de acogida como, por ejemplo, saber qué condiciones de vida mantienen o el impacto cultural que tienen para la sociedad en la que se instalan. Son cuestiones que, sin embargo, han recibido poco interés por parte de los investigadores, y son escasos los estudios que se centran en estos aspectos (Arango, 2004). Las estadísticas ofrecidas por diversos organismos, tales como las encuestas de Presupuestos Familiares, la de población activa o el Panel de Hogares Europeos,

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claramente subestiman a la población inmigrante y la representan de forma sesgada, sin aportar todos los datos necesarios para un estudio a fondo del asunto. En su trabajo, Arango (2004) plantea su sospecha de que es un número elevado el de los inmigrantes que viven en condiciones de vida difíciles, llegando hasta la pobreza. Y que, además, este tipo de condiciones se agravan en zonas rurales, donde muchos inmigrantes trabajan como jornaleros en el campo en condiciones de vida duras. Sin embargo, no hay que olvidar la también baja calidad de vida de muchos inmigrantes residentes en grandes ciudades, como Madrid o Barcelona, que incluso se ven obligados a compartir casas pequeñas entre varias familias para poder subsistir. Pero, junto a este aspecto problemático, también se tiene que tener en cuenta otro efecto de carácter más positivo, como es el impacto en la diversidad cultural del país de acogida. Si bien este aspecto tampoco ha sido estudiado, cabe señalar que la llegada a España de cerca de cuatro millones de personas venidas de muy diversas partes del mundo, tiene que tener un impacto cultural en la sociedad española. La diversidad es clara en otros países donde la inmigración constituye, no un fenómeno sino una realidad, tales como el Reino Unido o Estados Unidos. Además, como menciona van Dijk (2007), es de esperar que el aumento de la inmigración en el país haga “que la sociedad sea más diversa y, por tanto, verdaderamente democrática” (p. 16).

1.5. Marco legal de la inmigración en España. La regulación legal de la política inmigratoria en España ha pasado por diversas etapas, dependiendo de la visión que los gobernantes de cada época han tenido hacia este fenómeno, lo que ha hecho que ésta sea altamente provisional e inestable, en especial durante los últimos años (Santolaya, 2005). Así, hasta tres fases pueden establecerse en este proceso normativo, partiendo de un país con una escasa presencia de inmigrantes, hasta el presente momento, en que los flujos migratorios son algo habitual y, creemos, muy necesarios para la estabilidad del sistema social imperante. A continuación describiremos sucintamente cada una de estas fases, detallando las normas que en cada una afectaron a los inmigrantes en España, y con una especial mirada a los últimos años.

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1.5.1. Etapa preliminar (1968-1985). España en 1968 era un país que comenzaba a abrirse hacia el resto del mundo, después de décadas de autarquía. Durante los años anteriores, muchos fueron los españoles que emigraron a otras zonas del país o a diferentes naciones de Europa y América, buscando un porvenir mejor. Por tanto, España se había configurado como un país de emigrantes, algo que queda demostrado con el hecho de que entre ocho y diez millones de españoles se instalaran en América Latina y otros dos en Europa como inmigrantes durante la posguerra española (Aja et al., 2000). A lo largo de los últimos años de la década de los 60 y principios de los 70, con la recuperación económica y mayor apertura política, muchos españoles retornaron al país desde sus lugares de acogida, principalmente desde los países de Europa. A este hecho, que hizo subir el número de personas provenientes del extranjero, hay que unir la desaparición de las últimas colonias españolas, lo que produjo un incremento del flujo de sus habitantes hacia la antigua metrópoli. A éstos se unían los provenientes de los países con una larga relación con España, como los del entorno Iberoamericano, Filipinas y Portugal. Este hecho no pasó desapercibido para las autoridades del momento, que comenzaron a regular, aunque de forma dispersa y menor, la situación de los inmigrantes en España. Así, el 30 de diciembre de 1969 se dicta una ley que viene a regular la situación de los ciudadanos hispanoamericanos, filipinos, guineanos, andorranos, portugueses y brasileños en España, los que no necesitaban más que un permiso de residencia para encontrarse en situación legal en el país. Algo que después cambiaría, como es sabido. A esta primera norma hay que unir otra serie de decretos-ley y reales decretos que venían a regularizar la situación de los inmigrantes en España, que a mediados de los años 70 se situaban en torno a los 211.000 ciudadanos, principalmente provenientes de Europa y países del primer mundo (Foro para la Integración Social de los Inmigrantes, 1997). Esta situación comienza a normalizarse con la entrada en vigor de la Constitución Española de 1978. Ésta aborda la situación de la inmigración, determinando en su artículo 13 que “los extranjeros gozarán de las libertades públicas

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que garantizan el presente título en los términos que establezcan los tratados y las leyes”. La Constitución no reguló de una manera general los derechos de los extranjeros, sino que se los concedió tan sólo dentro de los límites de los tratados y las leyes, lo que viene a significar que los extranjeros no son jurídicamente iguales a los españoles. Sólo lo serán cuando las normas así lo establezcan, por lo que se pueden distinguir hasta tres tipos de derechos que les son reconocidos, dependiendo del grado de concesión. Así, existen los derechos reconocidos de forma plena o “naturales”, debido a que les pertenecen por su carácter de persona, tales como el derecho a la vida, la seguridad, protección de los derechos y otros reconocidos a todos los hombres. Junto a ellos, existen otros que les son reconocidos de forma no plena, es decir, con alguna limitación, tales como la libertad de circulación, acceso al territorio o la elección de su residencia. Éstos variarán con la legislación de que en cada momento el Estado se dote. Finalmente, existen los derechos que les son excluidos a los inmigrantes, si bien en cualquier momento les pueden volver a ser concedidos mediante una reforma legal. Así encontramos determinados derechos políticos. Sin embargo, la fundamentación para la concesión de estos derechos vendrá dada por la condición de legalidad o ilegalidad del inmigrante en el país. Y es que, no todos los inmigrantes que estén residiendo en España son iguales. Así, en España hay diversas modalidades de situación del “extranjero”, dependiendo del estatuto jurídico al que se acoja cada uno. Pero, en primer lugar, se deben diferenciar a los inmigrantes en situación legal, frente a los que se encuentran en situación ilegal, los que no aparecerán reflejados en ciertos datos de inmigración, pues no constan como residentes en España. Y, dentro de los legalmente residentes, existen hasta tres tipos de inmigrantes. En primer lugar, los que se acojan al marco legal establecido por las leyes, en concreto la que regule la extranjería. Junto a ello, se encuentran los que se acogen al estatuto de refugiado o que sean ciudadanos de los estados miembros de la U.E., debido a los acuerdos internacionales que España ha firmado. En este marco se dictó en 1984 la Ley 5/1984, de 26 de marzo, reguladora del asilo. Dicha norma estableció dos figuras de asilo, tanto el refugio, concedido a los que por acuerdos internacionales tenían derecho, y el asilo, dado por España a las personas que considerara oportuno, debido a los motivos establecidos por el Gobierno. Finalmente, encontramos a los extranjeros

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miembros de los cuerpos diplomáticos o de organizaciones internacionales, numéricamente poco significativos.

1.5.2. Primera Ley Orgánica de Extranjería (1985-2000). La aprobación de la norma fundamental encuentra un panorama complejo en cuanto a la inmigración en España. Había un importante porcentaje de extranjeros que se encontraban en situación ilegal en el país, cerca de un 70% del total, como consecuencia de la falta de una regulación clara de este fenómeno. Además, la administración no consideraba a la inmigración como un asunto de trascendencia social, sin tener en cuenta los aspectos humanos y laborales de los extranjeros, sino simplemente como una materia de orden público. Este déficit normativo hacía que los pocos derechos de los que podían gozar no contuvieran ningún mecanismo de salvaguardia, como sí se contemplaban en las leyes para los españoles. Todo ello viene a intentar arreglarse con la aprobación de la Ley orgánica 7/1985, de 1 de julio, de los derechos y libertades de los extranjeros en España, muy pronto conocida como “Ley de Extranjería”. El fenómeno inmigratorio era una realidad en España, muchos eran los inmigrantes que cada año llegaban al país, procedentes de muchas zonas del mundo, principalmente de países subdesarrollados, y se debía dar una solución a su forma de llegada, permanencia; con la regulación de sus derechos y deberes, y salida de la nación española. Sin embargo, la norma no debió contemplar todos los aspectos de una forma consecuente, pues fue recurrida por el Defensor del Pueblo ante el Tribunal Constitucional, el cual dicta sentencia anulando varios de sus artículos por considerarlos inconstitucionales. Con las consiguientes modificaciones, la ley fue desarrollada a través de la aprobación del Real Decreto 1119/1986, de 19 de mayo. Como datos básicos de esta primera regulación específica de la Democracia sobre el asunto de la inmigración en España, puede aportarse una serie de consideraciones, suficientemente consensuadas por los estudios legislativos de esta época. En primer lugar, cabe indicar que en la Ley y Real Decreto no se implementó una verdadera política de inmigración activa, pues no se contemplaron una gran cantidad de derechos que hoy sí son reconocidos, tales como la falta de una

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proclamación del derecho al trabajo, pudiéndose revocar las renovaciones de los permisos de trabajo. No se garantizó una estabilidad legal, pues era difícil la renovación de los permisos, lo que hacía a muchos inmigrantes caer en una situación de ilegalidad. Tampoco se contempló el derecho de residencia estable ni una verdadera reagrupación familiar. Por ello, se indica que la primera Ley de Extranjería planteaba más bien una política de extranjería y de orden público, sin abordar una verdadera integración social de los inmigrantes (Foro para la Integración Social de los Inmigrantes, 1997). Las deficiencias mayores se pudieron ver a la hora de la realización del primer proceso de regularización de inmigrantes en territorio español, previsto en la disposición transitoria 21 de la ley. El escaso plazo de tiempo dado, unido a la falta de una estructura administrativa adecuada, hizo que el proceso tuviera que ser ampliado mediante decretos, sin conseguir que un gran número de extranjeros presentaran su solicitud. En 1990 se abre una nueva puerta en la configuración de una verdadera política de inmigración española, a través de la aprobación de la Proposición No de Ley de 9 de abril del año citado. El propio partido en el Gobierno, el PSOE, impulsó su aprobación, con la que se pretendía hacer ver al Ejecutivo la necesidad de dotar de una más amplia igualdad de derechos a los extranjeros en comparación con los españoles. El texto encargaba al gobierno desarrollar una política activa de inmigración, reconociendo así definitivamente a España como un país de inmigración. Para ello, la proposición exigía que se asegurara una verdadera “integración social de los extranjeros en la comunidad nacional”. Como primera medida, se propuso la terminación del proceso de regularización, a fin de hacer desaparecer el gran número de inmigrantes ilegales, lo que se uniría a una modernización de la infraestructura administrativa que debería cumplir este objetivo. Se crearon diversas Oficinas de Extranjeros, encargadas de la tramitación y asesoramiento a los inmigrantes. Junto a ello, una comisión interministerial fue creada en 1992, con objeto de coordinar la actividad gubernativa en este sentido. Un Ejecutivo que definitivamente se organizó internamente en cuanto a lo que esta materia se refiere. Durante los últimos gobiernos del Partido Socialista, la competencia de inmigración pasó a depender del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social y, más concretamente, de la Dirección General de Migraciones.

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Con la entrada del Gobierno del Partido Popular, esta organización cambió, y, si bien la competencia siguió dependiendo del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, la gestión directa era desarrollada por la Dirección General de Ordenación de Migraciones y el IMSERSO (Instituto Nacional de Migraciones y Servicios Sociales). Junto a ello, también se creó en el Ministerio del Interior una Delegación del Gobierno para la Extranjería y la Inmigración, encargada de gestionar las competencias en materia de ingreso, permanencia y salidas de los inmigrantes. Aunque, quizá, el más importante punto de la Proposición No de Ley fue el mandato dado al Gobierno de impulsar una política de integración, a través del desarrollo de un “amplio programa de acciones de promoción e integración social de los emigrantes”, especialmente en materia de empleo, formación, vivienda, sanidad y protección social. Con este mandato, el Ejecutivo aprobó en 1994 el Plan de Integración Social de los Inmigrantes, a propuesta del Ministerio de Asuntos Sociales, con el que se pretendía obtener medidas para controlar la inmigración ilegal, impulsando la inmigración regular a través de diversas medidas de formación, participación y promoción. Junto a este plan, también se abordó la creación en 1995 del Foro para la Integración Social de los Inmigrantes, compuesto por representantes de la Administración y las organizaciones empresariales, sindicales y de los propios inmigrantes. Fruto de este Plan es la aprobación en febrero de 1996, poco antes de la celebración de las elecciones generales, del Real Decreto 155/1996, que venía a sustituir a la antigua norma desarrolladora de la Ley de Extranjería. Sus medidas principales fueron encaminadas a dotar de un mayor número de derechos y libertades a los extranjeros, garantizando además eficazmente su protección y promoción. Se estableció el permiso de residencia permanente, dejando atrás la temporalidad en esta situación, tomó medidas encaminadas a la protección de los derechos de los menores extranjeros, tales como la sanidad o la educación y se normalizó la figura del contingente anual de inmigrantes que podrían venir a España a trabajar. Pero, sin duda alguna, la mayor aportación del Real Decreto fue lo referente al derecho del extranjero legal a vivir en familia en España. Así, en primer lugar se reconoció el derecho del arraigo para los inmigrantes, y, por otra parte, se reguló más ampliamente el derecho a la reagrupación

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familiar, dotando a los familiares del inmigrante de permisos de residencia independientes en determinados casos.

1.5.3. Segunda Ley de Extranjería (2000-2006). En 1996 el Gobierno Español cambia de partido, el Partido Socialista abandona el poder después de 13 años a favor del Partido Popular, quien había ganado las elecciones, aunque sin una mayoría absoluta que le permitiera gobernar con estabilidad, debiendo así consensuar permanentemente con otras fuerzas parlamentarias sus propuestas legislativas. En este marco se desarrolló la primera reforma de la Ley de Extranjería, vigente desde 1985, y claramente sobrepasada por la realidad imperante. Aparte de propuestas realizadas al inicio de la legislatura, el verdadero inicio de la reforma nace en 1998, con la presentación de tres proposiciones de Ley Orgánica, por parte de CIU, IU y el Grupo Mixto. Las tres fueron finalmente refundidas en un único texto, que comenzó a debatirse a partir de noviembre de 1999 como propuesta conjunta de elaboración de una nueva Ley de Extranjería. Esta propuesta planteaba en su exposición de motivos la necesidad de pasar de una política meramente policial, o de control de flujos, fruto de la anterior Ley de Extranjería, hacia una política que permitiese la integración social, evitando la discriminación social de los inmigrantes, algo que aún vemos que falta desarrollar. El debate parlamentario generado fue intenso, con la presentación de numerosas enmiendas por parte del PSOE en el Congreso, conjuntamente con un texto alternativo, y otras del PP, principalmente en el Senado, cámara en la cual sí disponía de una mayoría absoluta, frente al Congreso de los Diputados, donde disponía de una mayoría simple. Todas estas enmiendas presentadas por el partido del Gobierno fueron rechazadas, aprobándose definitivamente en enero el nuevo texto de la Ley de Extranjería, la Ley Orgánica 4/2000, de 11 de enero, bajo el título de “derechos y libertades de los extranjeros en España y su integración social”. Sin embargo, la vida del articulado de esta nueva Ley fue corta, pues tras la celebración de las elecciones de 2000, en la que el PP obtuvo una sólida mayoría absoluta en ambas cámaras, se planteó una reforma urgente de la misma, aprovechando para ello las enmiendas que le habían sido rechazadas en el Congreso al partido en el

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Gobierno. El texto salió adelante con el apoyo de PP, CIU y Colación Canaria, ambos grupos nacionalistas que consiguieron introducir una presencia mayor del papel de las comunidades autónomas en los procesos relacionados con la inmigración y fue publicado con el número LO 8/2000, de 22 de diciembre (Pérez-Díaz Álvarez-Miranda y González-Enríquez, 2001). Esta ley, que aparentemente era tan sólo una reforma de la anterior, fue en realidad una nueva Ley Orgánica, aprobada nuevamente sin el concurso de los dos principales partidos políticos españoles (Santolaya, 2005). La fundamentación de esta reforma vino dada en su exposición de motivos, según la que el fenómeno de la inmigración en España había superado las previsiones que establecía la anterior Ley de Extranjería, por lo que era necesario encauzarlo para incentivar la entrada y permanencia de los inmigrantes dentro de un marco regular. Además, también indicaba la Ley que era necesario adaptarse a los compromisos europeos, articulados en los acuerdos de Schengen y Tampere, que establecen el libre tránsito de ciudadanos por la Unión Europea, eliminando todas las fronteras interiores. Con estas premisas, la nueva ley volvió a regular la política de extranjería del Estado, determinando los aspectos que afectan a los inmigrantes presentes o que pretendan estarlo en España. Sin duda alguna, el mayor debate que suscitó la nueva regulación se produjo a raíz de la regulación de los derechos y libertades, donde se excluye a los inmigrantes ilegales del ejercicio de algunos de ellos, frente a la primera versión que los concedía a todos, sin distinción por la naturaleza de su estatus jurídico en el país. Así, los derechos de reunión, asociación y sindicación sólo los tendrán aquellos inmigrantes con autorización de estancia o residencia, el derecho de huelga sólo lo podrán ejercer los autorizados para trabajar y podrán disponer del derecho a la ayuda para la vivienda los residentes, pero no los demás inmigrantes. En cuanto al otro derecho considerado fundamental por los inmigrantes y las organizaciones sociales relacionadas con ellos, el derecho a la reagrupación familiar, la ley se lo concede al extranjero residente en España siempre que lleve al menos un año viviendo en el país legalmente, pero no a su familia. Junto a ello, se regula de una manera diferente el procedimiento de entrada de los inmigrantes en el país. Así, el sistema de obtención de visados se reforma, permitiéndose al Gobierno orientar la concesión de éstos hacia los fines de la política exterior mantenida por España en cada momento, eliminando la medida que excluía de

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la necesidad de visado en los casos en que hubiera motivos humanitarios, sanitarios, en la colaboración con la justicia o los casos de reagrupación familiar. En cuanto a la salida de España, la Ley Orgánica marcó dos motivos claros de partida: salida normal por propia voluntad o expulsión para los inmigrantes legales o en situación irregular. Se puede proceder a la expulsión por razones de salud pública o seguridad nacional, medidas extraordinarias y por orden judicial o administrativa. Finalmente, el proceso de regularización permanente se mantuvo, aunque con un procedimiento endurecido en cuanto a los requisitos a acreditar para acogerse a él. La reacción a la aprobación de esta reforma de la Ley de Extranjería no se hizo esperar. Numerosas fueron las contestaciones a la medida por parte de muchas organizaciones de inmigrantes, partidos políticos, grupos de la judicatura e incluso la iglesia. En cuanto a las diferentes posturas, dos fueron los grandes grupos generados. Por una parte los partidarios a la reforma, encarnados en el partido en el Gobierno, el PP, y sus socios parlamentarios, CIU y CC, que apoyaron la ley en el Parlamento a cambio de la incorporación del papel de las comunidades autónomas en los procesos de establecimiento de cupos de trabajadores extranjeros, por el que el Gobierno debería atender a las propuestas hechas por las autonomías previamente a la convocatoria. En la oposición a la Ley se enmarcaron diversos partidos, entre ellos el principal de la oposición, el PSOE, y otros como IU, PNV o los del Grupo Mixto. El partido socialista se opuso a la reforma por entender que el endurecimiento del control de la inmigración solamente favorecería la clandestinidad y la marginación de gran parte de los inmigrantes en el país y que generaría, con el paso del tiempo, una mayor exclusión de éstos por parte de los españoles. A esta postura se unieron además otros grupos, como asociaciones de jueces, los principales sindicatos y la mayoría de asociaciones de inmigrantes. Pero, sin duda alguna, la principal oposición a la nueva Ley vino por parte de los propios inmigrantes, en especial aquellos en situación irregular, que a partir de la entrada en vigor en enero de 2001 de la Ley, realizaron diferentes movilizaciones, manifestaciones y huelgas (Pérez-Díaz et al., 2001). Este escenario llevó a la promesa gubernamental de una regularización masiva para aquellos residentes anteriormente a la entrada en vigor de la Ley Orgánica.

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En cuanto a la actividad desarrollada por el Gobierno con posterioridad a la entrada en vigor de la Ley, éste aprobó el Plan Nacional de acción para la inclusión social (2001-2003), en coordinación con las diferentes Administraciones Públicas, el sector público y la iniciativa privada. Como principales objetivos del acuerdo se encontraron el fomento del acceso al empleo, la vivienda, salud, educación y los servicios sociales por parte de los inmigrantes. Asimismo, se pretendía prevenir los riesgos de exclusión de los extranjeros, planteando una actuación en favor de los más vulnerables y la movilización de todos los agentes y efectivos. Junto a esta medida, en los primeros meses del año 2001 se desarrollan conversaciones entre los partidos con objeto de la regulación del Reglamento de desarrollo de la Ley de Extranjería, aprobado finalmente por acuerdo del Consejo de Ministros de 20 de julio. También dentro del desarrollo legislativo posterior a la última Ley Orgánica están las reformas producidas por la LO 11/2003, de 29 de septiembre, y la LO 14/2003, de 20 de noviembre, en buena medida debido a la necesidad de adaptar la Ley de Extranjería a las sentencias del Tribunal Constitucional sobre inconstitucionalidad de algunos preceptos de la Ley, y la del Tribunal Supremo sobre el articulado del Reglamento. Con estas dos leyes, el Gobierno del PP pretendía endurecer la respuesta final frente a la llegada de extranjeros, así como facilitar los mecanismos de expulsión (Santolaya, 2005). Ello se buscó incluso con la segunda reforma de Ley, donde se modificó cerca de la mitad del articulado de la Ley de Extranjería, debido a que la sentencia del Tribunal Supremo declaró ilegales muchos de los preceptos del Reglamento de Desarrollo. Parece curioso que esta Ley se tuviera que producir después de que el Reglamento fuera aprobado con el consenso de los dos principales partidos políticos españoles. La llegada al poder del PSOE en marzo de 2004 trajo a su vez una nueva modificación, mediante la aprobación de un nuevo Reglamento de Extranjería, mediante el Real Decreto 2393/2004, de 30 de diciembre. Si bien este Reglamento vuelve a adolecer del problema de casi todos los anteriores, marcado por la falta de acuerdo político, sí buscó el concurso de los principales agentes que están relacionados con la realidad de la inmigración: sindicatos y empresarios, un hecho en el que Santolaya (2005) observa una gran apuesta de esta nueva normativa. Una de las principales y, a la vez, controvertidas medidas del nuevo Reglamento fue la apertura de un nuevo proceso

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de normalización, que abrió la puerta a la regularización de un gran número de inmigrantes que se encontraban hasta entonces en situación irregular dentro del país. La medida tomó como referencia el empadronamiento de los solicitantes anteriormente a agosto de 2004, y la existencia de un contrato de trabajo en el momento de realizar la solicitud. Los efectos, como se ha podido comprobar anteriormente, han sido muy importantes a nivel demográfico, económico, laboral y social, debido al incremento de la población, que ya estaban residiendo, aunque de forma irregular. El debate posterior al proceso sobre las ventajas e inconvenientes generados, tales como el incremento del Producto Interior Bruto, pero también un posible “efecto llamada” en terceros países, ha llevado a que Gobierno y Oposición coincidan en la falta de necesidad de nuevos procesos de normalización (El País, 12/09/2006). Pero, al mismo tiempo, ya se vuelve a plantear la posibilidad de una nueva reforma de la Ley de Extranjería, aunque intentando que esta vez se produzca con un consenso de los principales partidos nacionales (El País, 16/09/2006)4.

1.6. La opinión pública española ante la inmigración.

1.6.1. Cuestiones previas. La inmigración comienza a ser uno de los aspectos cruciales de cualquier política social, económica, laboral y cultural que los gobiernos españoles han afrontado y, sin duda, deberán encarar en los próximos años, habida cuenta de la importancia que ésta ha venido teniendo desde 1996 y sobre todo, como se ha podido comprobar a partir de 2000. Esta mayor presencia influye de una manera importante en la percepción que los españoles tienen de este colectivo. Ha pasado de ser visto como algo poco más que coyuntural, compuesto en su mayor parte por jubilados procedentes del primer mundo en busca de playas y sol, a algo más cercano al estar constituido el grupo inmigrante mayoritariamente por personas que llegan para incorporarse al mercado laboral y sistema educativo. Evidentemente, esta presencia tiene su influencia en la imágenes o percepción que los españoles mantienen sobre la inmigración, la cual puede generar una 4

Para una mayor información sobre la situación social y legal de la inmigración se puede ver lo indicado en el Estudio de la Fundación CIPIE, sobre “Inmigración y racismo” de abril, mayo y junio de 2001, publicado por el IMSERSO, así como el estudio de Santolaya (2002), dentro del libro sobre “La regulación de la inmigración en Europa” editado por Aja y Díez y publicado por la Fundación La Caixa. 57

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determinada actitud hacia ella. Por ello, es de sumo interés saber cómo está encarando la población “autóctona” esta llegada, así como la necesaria reforma de las instituciones para afrontar una mayor diversidad cultural y étnica. Estamos asistiendo al encuentro de una población “autóctona”, que ya antes de la llegada de la actual inmigración era una sociedad multicultural, con otra externa y heterogénea debido a sus múltiples orígenes geográficos. Este encuentro, que por otra parte siempre ha existido pues la inmigración es un proceso social tan antiguo como la humanidad, parece estar teniendo una gran repercusión en el final del siglo XX y principio del XXI en la Europa desarrollada, incluida España. Éste es un país conformado por diferentes grupos sociales que, en general, han compartido una serie de rasgos similares, como costumbres, lenguajes, religión y otros, los que han conformado una comunidad con un sentimiento de unidad. Frente a él, la población inmigrante representa un grupo ajeno, como lenguas ajenas a nuestro país o diferentes rasgos, que en parte pueden diferir con lo que hasta ahora era propio. Este encuentro ha generado, como no podía ser de otra forma, una reflexión que ha llevado a la generación de los dos grupos que nos acompañarán a partir de ahora (Rizo, 2000). Frente a la noción de los “otros” como grupo diferenciado, nace la noción de “nosotros”, que agrupa a colectivos con diferencias (como es el caso de España) en un único grupo social autóctono, con sus rasgos característicos diferentes de las personas que no los comparten (van Dijk, 2007). Un proceso de encuentro regido por esas actitudes hacia la inmigración que, en algunos casos, pueden ser de aceptación y, en otros, de rechazo, claro precursor del racismo y la xenofobia (Gimeno, 2001). Para realizar este estudio se parte de los datos que aportan los diversos estudios de tipo cuantitativo realizados a lo largo de los últimos años por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) y otros organismos5, expuestos en varios trabajos realizados a raíz del estudio de la inmigración y la posición de los españoles al respecto (Aja et al., 2000; Cea D’Ancona 2004; Colectivo IOÉ, 2002, 2005; Díez Nicolás, 1998, 1999; Gimeno, 2001 y Pérez-Díaz et al., 2001). Aunque tradicionalmente se haya utilizado este tipo de datos para obtener una idea sobre las actitudes de la sociedad hacia 5

Además de los estudios y barómetros del CIS, también existen estudios del Instituto de la Juventud, como el desarrollado en 1999, del CIRES y ASEP. 58

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determinados aspectos, no hay que olvidar que este tipo de herramientas comporta diversos riesgos. Uno de los principales es el que no siempre se van a detectar las verdaderas actitudes, pues en muchas ocasiones no es lo mismo lo que se piensa que lo que el entrevistado finalmente contesta. La sociedad está sometida a un gran número de predisposiciones, que oscilan desde qué pensar hasta cómo actuar ante un tema, más aún cuando se trata de uno con tanta trascendencia como es la inmigración, donde existe una clara prescripción social hacia la aceptación, reprobando las actitudes prohibitivas y, como no puede ser de otra forma, discriminatorias. Sin embargo, esta actitud es más difícil de ocultar cuando el tema se plantea en un grupo de discusión, donde la interacción entre los participantes hace aflorar concepciones que ante un cuestionario se podrían ocultar (Cea D’Ancona 2004; Gimeno, 2001 y Pérez-Díaz et al., 2001). El uso conjunto de ambos tipos de estudio, cuantitativos y cualitativos, podrá ofrecer una idea oportuna de las actitudes de la población hacia la inmigración, al comparar unas y otras conclusiones. Pero, ¿qué se entiende por actitud? Se ha planteado la existencia de dos perspectivas para definir las actitudes (Gimeno, 2001): una individualista, centrada en el proceso individual de su formación y mantenimiento, y otra interaccionista, que entiende que ésta se construye de forma social. Atendiendo a la primera perspectiva, una actitud “es cualquier representación cognitiva que resume nuestra evaluación de un objeto actitudinal, el yo, los demás, cosas, acciones, sucesos o ideas” (Gimeno, 2001, p. 13). Basándonos en la segunda perspectiva, “las actitudes son compartidas con un objeto actitudinal común a varias personas, más allá de la forma particular en que esas personas pongan en práctica o les afecte el objeto en sí” (Gimeno, 2001, p. 17). Por tanto, las actitudes generadas serán fruto y parte del proceso de construcción intersubjetiva de la realidad social, que actúa sobre las personas que participan en el proceso. Ésta será la visión que se utilizará para el presente trabajo, al ser más adecuada para intentar comprender el efecto de los contextos sociales en la producción, mantenimiento y/o eliminación de las actitudes hacia la inmigración. Ubillos, Mayordomo y Páez (2004) señalan que las actitudes mantienen varias características definitorias: a) son variables que no se pueden observar directamente; b) necesitan de una relación entre aspectos de tipo cognitivo, afectivo y conativo; c) puede orientar la

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percepción, pensamiento e, incluso, la acción; d) debe ser aprendida por el individuo; f) suele perdurar en el tiempo; g) pues son juicios accesibles y archivados en la memoria a largo plazo; g) implican una evaluación simple de agrado-desagrado y h) dependen en gran medida del carácter definitorio del individuo. Son diversos los acercamientos que han pretendiendo explicar la estructura de las actitudes (Ubillos et al., 2004), dependiendo de si consideran que su composición es unidimensional, bidimensional o tridimensional. Una tradicional visión de las actitudes marca que éstas incluyen tres componentes: a) el cognitivo, b) la parte afectiva y, finalmente, c) el conativo-conductual. El componente cognitivo se refiere al conjunto de creencias y opiniones que el individuo mantiene con respecto al objeto actitudinal, mientras que el afectivo se refiere al sentimiento de agrado o desagrado hacia ese objeto. Finalmente, el componente conativo está referido a las tendencias, disposiciones o intenciones conductuales ante el objeto (Ubillos et al., 2004). Desde la visión tridimensional, se plantea que estos tres componentes actúan conjuntamente en las actitudes, mientras que desde una postura bidimensional se presenta la idea de que la actitud sólo consta de un componente cognitivo y otro afectivo, debido a que el conativo es más bien un objeto actitudinal en sí mismo. Finalmente, y frente a estas posturas complejas, se plantean las visiones unidimensionales, que consideran a los componentes entidades separadas, que se pueden presentar y relacionar o no entre sí dependiendo del objeto actitudinal en cuestión. Desde esta postura, sus autores defienden el carácter evaluativo de la actitud, es decir, viene constituida por sentimientos de simpatíaantipatía o aceptación y rechazo hacia el objeto (Igartua, 1996). Con todo, en la actualidad se está generando un nuevo modelo, inspirado en una unificación entre los acercamientos unidimensionales y tridimensionales que plantea que las actitudes son disposiciones evaluativas globales pero que al mismo tiempo pueden influir de manera individual en las cogniciones, respuestas afectivas, intencionalidad conductual y conducta del individuo (Ubillos et al., 2004). Surge en este momento la duda de cómo se generan las actitudes en los individuos, pregunta a la que han tratado de dar respuesta diversos paradigmas. Desde las teorías clásicas de la formación de actitudes se considera que éstas se pueden

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aprender de la misma manera que se aprenden otras respuestas. Ubillos et al. (2004) relatan cómo desde los postulados clásicos se considera que las actitudes “pueden ser teñidas sin querer por el contexto en que un objeto se ha experimentado” (p. 303). Por su parte, desde el paradigma instrumental se considera que un refuerzo verbal puede suscitar un cambio de actitud, reforzando las mantenidas previamente por el individuo. Por su parte, Gimeno (2001) en su trabajo habla de la visión interaccionista de las actitudes, según la cual existen tres niveles que conforman el proceso de establecimiento de las actitudes. En primer lugar se encuentran las a) actitudes sociales generalizadas, en el caso de este estudio una muy concreta hacia la inmigración. Los relativos hacia la inmigración se componen de b) discursos actitudinales, que vienen definidos por c) aquellas explicaciones que se construyen para dar respuesta a las contradicciones que surgen en la convivencia con una población inmigrante. Gimeno (2001) establece siete grandes discursos actitudinales en relación a la inmigración: el “hecho migratorio”; las “políticas de fronteras y control de flujos”; la “convivencia con la diferencia cultural y de costumbres”; los “estereotipos sobre los grupos inmigrados”; la “xenofobia, el racismo y las agresiones hacia la inmigración”; la “percepción del contexto social” y la “percepción de competencia por recursos escasos”. Por su parte, Cea D’Ancona (2004) estableció en su trabajo un listado de posibles dimensiones explicativas de las actitudes de los españoles ante el fenómeno de la inmigración. Para ello, utilizó las 41 variables incluidas en la encuesta del CIS de 1996, una de las más completas en el estudio de este asunto hasta a fecha, extrayendo mediante análisis factorial de componentes principales las diferentes dimensiones que están relacionadas con las actitudes que los españoles mantienen hacia la inmigración. El resultado arrojó la presencia de 10 dimensiones diferentes, que en conjunto explicaban el 53.96% del total de la varianza. En concreto, las dimensiones latentes en la encuesta del CIS venían constituidas por las siguientes: a) “derechos sociales”; b) “derechos de ciudadanía”; c) “sociabilidad con marroquíes”; d) la “política inmigratoria”; e) la “imagen tópica negativa del inmigrante”; f) la “discriminación étnica o de la alteridad”; g) “postura ante los partidos racistas”; h) la “aceptación del inmigrante”; i) la “violencia contra inmigrantes” y, finalmente, j) el “temor al asentamiento de inmigrantes”. Debido a la novedad que este trabajo metodológico

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supone para el estudio de las actitudes ante la inmigración en nuestro país, se utilizará como base para el desarrollo del presente capítulo, tratando de actualizar en lo posible con los datos recientes de las encuestas del CIS (2004 y 2005b).

1.6.2. Evolución de las dimensiones definitorias de las actitudes. Tomando como referencia el trabajo de Cea D’Ancona (2004), se realizará a continuación un estudio de las diferentes variables utilizadas por el CIS para medir las opiniones y actitudes de los españoles con respecto a la inmigración a lo largo de los años. Debido a la cantidad de estudios realizados por este organismo en relación al tópico de la inmigración, sólo nos basaremos en los posteriores al estudio nº 2.214, el monográfico sobre las “Actitudes ante la inmigración” de junio de 1996. Junto a él, el resto de trabajos se circunscriben a diferentes preguntas incluidas en barómetros que el CIS ha realizado en diferentes años: enero de 1998 (estudio 2.274), febrero de 2000 (estudio 2.383), febrero de 2001 (estudio 2.409), junio de 2002 (estudio 2.459), mayo de 2003 (estudio 2.511), mayo de 2004 (estudio 2.565) y noviembre de 2005 (estudio 2.625). Si bien hay que advertir que no en todos estos trabajos el CIS ha utilizado el mismo cuestionario, ni siquiera la misma redacción para variables similares. Desde el estudio de 1996, el más completo al ser un monográfico, el CIS ha ido reduciendo el número de preguntas sobre inmigración en sus barómetros, siendo muy pocas las permanentes a lo largo de estos años, hasta 2005 en que se amplió el conjunto de ítems, aunque sin llegar al volumen de 1996. Ello hace imposible un estudio de la evolución de la opinión pública española con respecto a este tema, más aún cuando sabemos, como se ha indicado en apartados anteriores, que desde 1996 y, sobre todo, desde 2000 el volumen de inmigración presente en nuestro país ha crecido de forma notable, dejando atrás la típica visión de la España emigrante. 1.6.2.1. La inmigración percibida como problema. Pero, antes de pasar a cada una de esas dimensiones planteadas por Cea D’Ancona (2004), parece oportuno hacer un breve análisis sobre la evolución de la valoración de los españoles de la inmigración como problema, frente a otros posibles

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Estudios contextuales del movimiento inmigratorio actual

asuntos de trascendencia. Desde hace ya largo tiempo el CIS viene elaborando una tabla mensual con los principales problemas que, en opinión de los encuestados, más afectan a España y a ellos personalmente. Con un máximo de tres respuestas ante la pregunta, se observa como la inmigración ha ido escalando posiciones dentro de los problemas que los españoles detectan como más preocupantes a lo largo de estos años. Así, frente al año 1996 en que la inmigración aparecía normalmente como el sexto problema más importante para España y séptimo para los propios entrevistados (Colectivo IOÉ, 2001), en la actualidad ya se sitúa como primer problema para los españoles, incluso superando al paro, que durante los últimos diez años ha tenido la calificación de problema más importante para los españoles. En el barómetro del CIS (2006), relativo al mes de septiembre de 2006, la inmigración ya era el principal problema de España para el 59.2% de los encuestados, superado en percepción de problema social al paro, que era así considerado por el 42.1%. También se situaron cerca los problemas de la vivienda (20.9%) y del terrorismo, en especial de ETA (18%). Por su parte, el 37.7% de los encuestados consideraron a la inmigración como un problema que les afectaba a ellos mismos, situándose también en primer lugar, con un crecimiento exponencial frente a resultados de barómetros anteriores, donde se situaba en torno al quinto problema. Por debajo quedan otro temas como el paro (18%) o la vivienda (6.8%) (Ver tabla 1.1).

Tabla 1.1.

Principales asuntos que son considerados por los encuestados como un problema para España y para ellos mismos (en porcentaje).

Principales problemas

Para España

Principales problemas

Para uno mismo

La inmigración

59.2%

La inmigración

37.7%

El paro

42.1%

El paro

18%

La vivienda

20.9%

La vivienda

6.8%

El terrorismo, ETA

18%

El terrorismo, ETA

5.3%

La inseguridad ciudadana

16%

Los problemas económicos

5.2%

Base muestral

2.487

Elaboración propia, a partir de CIS (2006). Al ser una pregunta con mutirespuesta (un máximo de 3 posibles asuntos podían ser apuntados por el encuestado, la suma de los porcentajes no es igual al 100%)

A la luz de estos datos se observa que la inmigración, entendida como cuestión de especial interés en nuestra sociedad, está comenzando a ser vista cada vez por un 63

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mayor porcentaje de españoles como un problema, tanto considerándolo altamente problemático, para ellos personalmente y para la sociedad en su conjunto. Un estudio de los diferentes barómetros permite comprobar cómo el peso de la inmigración ha aumentado desde 1996 hasta la actualidad, si bien con momentos de relativo descenso. Si en ese año la inmigración era percibida como un problema por el 4% de la población, en 2001 ya lo era por cerca del 10% (Gimeno, 2001). A la vista del gráfico 1.16 se observa que esta tendencia no ha hecho sino aumentar, y de un 15% del 2004, en la actualidad se ha llegado a tasas de casi el 60% de la población que consideraba a la inmigración, y por tanto a los inmigrantes, como un serio problema para el país. En cuanto a la evolución de la percepción de la inmigración como problema para sí mismos, se observa una tendencia similar. Los datos del CIS de 2004 situaban en torno al 7% el porcentaje de personas que declaraban que la inmigración era un problema que les afectaba personalmente. Sin embargo, los últimos barómetros publicados apuntan a tasas medias que rondan el 10% durante 2006, llegando incluso al 35.9% los encuestados que en septiembre situaban este asunto como principal problema personal. Gráfico 1.16. Evolución de la valoración de la inmigración como problema (enero 2004 a septiembre de 2006). 60

50

40

30

20

10

0

06 20 p Se 06 0 l2 Ju 006 2 ay M 006 2 ar M 006 2 e En 05 20 ic 5 D 0 20 ct O 05 0 l2 Ju 005 2 ay M 005 2 ar M 005 2 e En 04 20 ic 4 D 0 20 ct O 04 0 l2 Ju 004 2 ay M 004 2 ar M 004 2 e En

Elaboración propia, a partir de los barómetros del CIS (http://www.cis.es)

Esta evolución negativa en cuanto a la percepción de la inmigración como problema, que ha llegado a cotas nunca imaginadas en los últimos años, ya fue sin 64

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embargo apuntada hace años por autores como el Colectivo IOE (2002). A partir del trabajo cualitativo con grupos de discusión los autores observaron cómo la idea problemática de la inmigración presentada por los participantes en sus conversaciones era mucho mayor a la publicada en las encuestas, de lo que se intuía que esos bajos porcentajes mantenidos por los españoles al clasificar la inmigración como problema no eran reales. Quizá tampoco los actuales lo sean, pues no hay que olvidar nunca el problema que conlleva la realización de una encuesta de este tipo, donde el entrevistado debe contestar de forma abierta sobre temas que son considerados “complicados” por la sociedad, lo que puede llevarle a optar por la respuesta que se considera normal o aceptable socialmente (Cea D’Ancona, 2004). Con todo, no deja de ser preocupante que en el 2006 se hayan llegado a datos del 43.6% o el 60%, puesto que si se considera que no todos los encuestados responden de forma abierta lo que piensan en preguntas como éstas, podemos estar hablando de porcentajes mayores de idea problematizadora de la inmigración. Un resultado que sin duda tiene diferentes motivos, aunque uno de los que en mayor medida ha sido aludido es la influencia de los medios de comunicación, debido a su presentación problematizadora de la inmigración en sus informaciones (Cea D’Ancona, 2004; Colectivo IOE, 2005). En un estudio reciente, Igartua, Humanes, Muñiz et al. (2004) encontraron una relación significativa y positiva (rho=.63, p
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