En la Guatemala \"Profunda\": Crónica de 22 días.

12/10/2015

4 hours ago

En la Guatemala "Profunda": Crónica de 22 días. | Analistas Independientes de Guatemala (AIG)

En la Guatemala "Profunda": Crónica de 22 días. Carolina López Socióloga guatemalteca

Imposible conocer las necesidades y realidades de un país, y menos en un abrir y cerrar de ojos. Sin embargo  22  días  bastaron  para  despertar  aún  más  a  la  sensibilidad  de  una  realidad,  que  precisa  y necesita de una atención e intervención multisectorial. Hace unos días, al momento de comprar material para aprender a tejer güipiles, además del material, una lección me llevé conmigo, la sensación de impotencia al sentirme discriminada al momento de ser atendida por la vendedora. Fui recibida con un rostro de desconfianza por ser ladina. Luego del gesto, la joven mujer me dice: ¿Y vos para que querés los palitos pues? le respondí: para aprender y valorar aún  más  las  costumbres  de  Guatemala  y  valorar  mejor  el  esfuerzo  y  necesidades  detrás  del  lienzo. Finalmente la joven me dijo: es que sos tan ladina que me sorprendí. Nadie que no sea natural compra estas cosas, o menos se interesa en querer aprender, sólo en comprar. Pero  su  reacción  no  fue  muy  diferente  a  la  observada  durante  mi  proceso  de  entrevistas  en  varios hogares en comunidades cuyo idioma materno era el Kakchiquel. La desconfianza, la distancia con las palabras y mi gran tarea de transmitirles que mi intención era aprender de ellos, de su realidad y poder tener mejores elementos de juicio antes de emitir opiniones. Como resultado, luego de unos minutos, la confianza  se  estableció,  aunque  no  en  todos  los  hogares,  pero  muchos  de  ellos,  me  permitieron acercarme un poquito más a conocer sus vivencias y sus realidades. No  es  mucha  la  distancia  física  entre  estas  comunidades  y  las  cabeceras  municipales  que  visité,  sin embargo la brecha en cuanto a atención, servicios y acceso a educación es muy grande; y es que las condiciones  precarias  de  esa  Guatemala  profunda  que  OPM  mencionó,  no  están  muy  distantes  de nuestra  realidad.  No  se  necesita  ir  muy  lejos  para  comprobarlo,  sólo  que  a  veces  preferimos simplemente no mirar. Pero así como hay grandes necesidades y ausencias del Estado, también hay malas prácticas por parte de las personas por su falta de educación y atención, por ejemplo el poco cuidado en la salubridad. La higiene,  los  bichos  y  las  moscas  fueron  un  espectáculo  cotidiano:  las  moscas  rondando  los  alimentos mientras se preparan. Considero que cuidando la salubridad muchas enfermedades podrían prevenirse. Otra experiencia que marcó mi viaje fue el descubrir cómo en algunos departamentos de Guatemala, no hay suficiente vivienda o espacio para construir nuevas viviendas, por lo que era muy común ver varios núcleos  familiares  compartiendo  el  mismo  espacio.  En  algunos  casos  había  hacinamiento.  En  un espacio llamado por ellos mismos como ‘’multifamiliar” se observaba cómo en un cuarto de dos por dos, vivía una familia completa, padres e hijos compartiendo la misma cama, cocinando en el mismo espacio donde  dormían  y  sin  salir  con  frecuencia  a  recibir  aire.  Conocer  esa  experiencia  me  marcó,  no  sólo haciéndome valorar lo que tengo, sino que haciéndome reflexionar sobre la negligencia de autoridades que prefieren no ver estas realidades alternas, no ofrecer alternativas y preferir cumplir con estadísticas nada más. Los médicos que atienen a estos niños en los puestos de salud, no quieren enterarse de la forma cómo viven,  pues  implicaría,  considero,  una  obligación  el  velar  por  el  óptimo  desarrollo  de  los  niños.  Pero sería  en  mi  país  ideal,  no  este,  en  donde  las  personas  esperan  siempre  algo  a  cambio  de  hacer  su trabajo  o  cumplir  con  sus  deberes  ciudadanos,  como  por  ejemplo  empadronarse,  pues  fue  una respuesta  recurrente,  que  las  personas  se  empadronan  esperando  que  con  ello  puedan  recibir  una ayuda del gobierno. Sin embargo, no todas las lecciones pasan por la crítica, pues muchas cosas he aprendido para mejorar mi  propio  desarrollo.  Por  ejemplo,  es  sorprendente  observar  cómo  la  solidaridad  y  la  cortesía  se  fue perdiendo mientras más me acercaba a los cascos urbanos. La gente más accesible para trabajar era quien menos recursos y oportunidades tenía; parecía que mientras más cosas físicas se tienen, menos interesa  apoyar  y  quienes  menos  tienen,  participan  porque  a  lo  mejor  esperan  recibir  algo  a  cambio. Pocas  personas  participan  porque  realmente  consideran  que  participar  y  colaborar  es  necesario  para que otros conozcan su realidad. http://www.analistasindependientes.org/2015/10/en-la-guatemala-profunda-cronica-de-22.html

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Otro aprendizaje fue el conocer el sistema de organización comunal y el papel de los cocodes; además de  ser  un  servicio  a  la  comunidad  gratuito  y  operar  bajo  elección  individual,  la  confianza  a  las autoridades  deriva  en  lo  cercanas  que  las  las  personas  las  sientan,  mientras  saben  quién  es  y  que reside en la misma comunidad, más probabilidad de confianza existe, y así, elevando de jerarquía hasta llegar  a  la  idea  de  un  nombre,  de  quien  sólo  le  conocen  durante  el  tiempo  de  campaña  electoral  y  a quién poco o ninguno llega a volver a ver. Finalmente, mi viaje no contaba con tener la oportunidad de conversar con una de las autoridades locales en uno de los  sitios  visitados,  quien  al  conversar  de  varios  temas,  comento  que  durante  su  servicio  militar  en  la  década  de  los ochenta en Guatemala tuvo como misión la de “sobrevivir”, aun si esto implicaba prescindir de la vida de otros “en esa época no se estaba averiguando quien era quien, eran ellos o nosotros”. Luego de escuchar su testimonio y recordar las  palabras  de  otros  sobrevivientes,  quienes  perdieron  a  sus  familiares  simplemente  por  estar  allí,  por  que  podrían llegar a dar alimentos, o porque estaban en el lugar y momento equivocado. Ambos testimonios me hacen confirmar que la historia de Guatemala, en materia de memoria histórica no esta concluida. Como investigadores nos hace falta dejar los prejuicios y escuchar objetivamente las historias detrás de los fusiles, desde la experiencia de las personas de carne y hueso que en unos casos, por buscar un techo y una comida segura se unieron a las fuerzas de seguridad, y en otros en consecuencia de su servicio militar, como ocurrió en el caso que comento aquí. Y aunque no comparta lo que hizo, debo escucharlo, intentar comprender y no olvidar en que contexto ocurrió.

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Publicado 4 hours ago por Colectivo AIG Etiquetas: Análisis de la Realidad, Ciudadanía Multicultural, Discontinuidad de las Políticas Públicas, La integralidad de las Políticas Sociales 1

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