EN BUSCA DEL RESPONSABLE DE LA ENUNCIACIÓN

September 14, 2017 | Autor: Graciela Baum | Categoría: Applied Linguistics
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Descripción

ENUNCIACIÓN, POLIFONÍA Y ARGUMENTACIÓN
Maestría en Lingüística. UNLP.
Seminario dictado por la Dra. María Marta García Negroni
Autor: Graciela Baum









En busca del responsable de la enunciación
La negación de la responsabilidad enunciativa


Introducción

El propósito del presente trabajo es ilustrar una de las funciones de la negación –específicamente de la negación metalingüística- en la columna en tanto género periodístico de opinión. Intentaremos mostrar brevemente cómo a medida que el texto construye semánticamente -fáctica y evaluativamente- su trama conceptual, el uso de la negación permite generar un "juego" discursivo respecto de la atribución de la responsabilidad enunciativa.

Marco teórico
Según Ducrot (1984: 187) el objeto de una concepción polifónica del sentido es mostrar cómo el enunciado señala, en su enunciación, la superposición de varias voces. En su teoría distingue tres tipos de negación: metalingüística, polémica, y descriptiva. Esta última se define como un derivado delocutivo de la segunda que "permite representar un estado de cosas sin que su autor presente su palabra como oponiéndose a un discurso adverso" (Ducrot, 1984: 217). En el segundo tipo de negación –la polémica- el locutor se asimila a un enunciado E2 oponiéndose no a un locutor sino a un enunciador E1 al que pone en escena en su mismo discurso. La actitud positiva a la que se opone el locutor es interna al discurso. Este tipo de negación tiene siempre un efecto reductor y mantiene los presupuestos del enunciado positivo subyacente. La negación metalingüística –siguiendo a García Negroni (1998)- contradice una palabra efectiva a la que pretende refutar, oponiendo dos locutores diferentes o un mismo locutor en momentos diferentes. En este sentido, puede anular las presuposiciones del enunciado positivo subyacente, y puede tener un valor amplificador o "ascendente". Según Anscombre (1990) la diferencia entre negación metalingüística y polémica puede describirse como una diferencia entre los espacios discursivos que cada una pone en juego: en el primer caso, el rechazo a ubicarse en el marco discursivo evocado por una palabra anterior; en el segundo, el rechazo a inscribirse en el espacio del discurso mismo en el que esta negación aparece. Así, la negación metalingüística tiene el efecto de contradecir un espacio discursivo para situarse en otro que será ya el complementario, ya el extraordinario.; en cambio, la negación polémica tendrá siempre un efecto reductor y se situará en el espacio complementario.
Según García Negroni (1998), cuando se trata de predicados escalares, la negación metalingüística, al rechazar un marco de discurso evocado por la enunciación, que –en palabras de Horn (1985, 1989) "puede ser en cualquier terreno, incluyendo las implicaturas convencionales o conversacionales que pueda inducir (…)"-, podrá producir un efecto contrastivo (escala antonímica), ascendente (escala extrema), u otro totalmente distinto. Además, este tipo de negación suele estar seguida de un enunciado correctivo que opera como rectificación por parte del locutor, y permite anular los presupuestos en tanto comportan un espacio relativamente compartido por un punto de vista colectivo dentro del cual se inscribe el locutor. En el mismo marco, G. Negroni (1998) hace referencia a la capacidad de la negación metalingüística de descalificar el principio argumentativo de un enunciado positivo anterior, habilitando otro topos -de naturaleza distinta. En el ámbito de los predicados escalares ya mencionados la negación metalingüística –mediante el enunciado correctivo que la sucede- podrá invertir o conservar el topos u orientación argumentativa del enunciado positivo correspondiente, e incluso amplificar el valor del término negado (e.g. "La película no es mala. Es pésima").

Análisis
En la columna que utilizaremos como corpus para el análisis (Anexo 1) nos focalizaremos en los pasajes textuales donde la negación metalingüística, en la voz del periodista o en las otras voces referidas directa o indirectamente por él, construye discursivamente la percepción de vacío en la atribución de la responsabilidad enunciativa. Reproducimos aquí el título y el primero de los párrafos que componen la columna, subrayamos los sintagmas negativos, y numeramos los enunciados secuencialmente a los fines prácticos del análisis que realizamos a continuación.
E0 [Un creciente y temible vacío]

E1 [No es la palabra de los enemigos, ni siquiera de los adversarios.] E2 [No provienen de la oposición], E3 [ni forman parte de una "operación basura" montada en los Estados Unidos.] E4 [Conviene tenerlas en cuenta, aunque en la Casa Rosada juran que a ellos nadie los va a correr "por izquierda".] E5 [Se sabe que no les importa que los corran "por derecha".]
E0 –y por lo que se lee a continuación- es una instancia de discurso indirecto encubierto a través de la cual el locutor/periodista se des-atribuye la responsabilidad enunciativa de E0. Si bien la mención de la fuente es normativa del discurso periodístico puramente informativo, en este caso, por tratarse de una columna mixta, que combina información y comentarios, la opción de la no mención de la fuente responde, por un lado, a una de las libertades del columnista que se aproxima o se distancia relativamente de lo escrito, y por el otro, a una estrategia de estructuración textual funcional al "juego" discursivo propuesto por el periodista de aquí en adelante y a lo largo de los tres párrafos siguientes.
En E1 [No es la palabra de los enemigos, (no es) ni siquiera (la palabra) de los adversarios.] "la palabra" (explícita y elípticamente mencionada) negada (explícita y enfáticamente –"ni siquiera") refiere a E0, e instruye al destinatario/lector para la interpretación de que E0 es un enunciado evaluativo cuya responsabilidad enunciativa –como hemos dicho- excede a la voz del periodista. Aparece ya una heterogeneidad enunciativa –la voz de otro u otros repuesta por el columnista- que la negación en E1 evidencia al tiempo que niega. Se trata de una negación metalingüística ya que refuta el marco de discurso en el que la enunciación de E0 tuvo lugar. No contradice su contenido proposicional o semántico –no niega la existencia de un creciente y temible vacío- sino la atribución de la responsabilidad enunciativa de E0 a un locutor empírico ("los enemigos", "los adversarios") según el presupuesto decir -reponible contextual/situacionalmente- de un SE asimilable a la doxa: "no se critica públicamente a los amigos/co-partidarios/aliados, etc.", o según el decir del Gobierno como estrategia de auto-desagencialización enunciativa. Así, E1 podría leerse: "No es (como dicen) la palabra de los enemigos, (…) adversarios" o "No es (como sostiene el Gobierno) la palabra de los enemigos, (…) adversarios). Lo que la negación metalingüística aquí presente niega es su marco de discurso positivo previo implícito e implicado ("es la palabra de los enemigos, (…) adversarios") que atribuiría claramente la responsabilidad enunciativa de E0 a unas voces dadas. En cambio, estas negaciones proponen una responsabilidad enunciativa vaciada –al menos hasta aquí- y sólo nos permiten descartar ciertas voces mediante la negación de predicados escalares (enemigos, adversarios) ubicados en la escala de las relaciones interpersonales/intergrupales conflictivas. De todos modos, la responsabilidad enunciativa de E0 sigue comportando un vacío discursivo –análogo al político. Éste último tampoco se explicita como tal en E0 pero se configura rápida y deductivamente al abordar la lectura.
E2 [(estas palabras) no provienen de la oposición] refiere también a E0 y la negación metalingüística continúa el efecto refutativo de un marco discursivo previo –presentado como tal- en el que una voz ha pronunciado E0. Ésta no es la voz de los enemigos, ni de los adversarios. Tampoco es la voz de la oposición, ya que E2 niega "(estas palabras) provienen de la oposición" retomando el fallo inferencial de un interpretante colectivo o del Gobierno que atribuiría –aunque por razones distintas- E0 a una voz opuesta a la de la gestión oficial.
E3 "(estas palabras no) ni forman parte de una "operación basura" montada en los Estados Unidos" alude a un escandaloso incidente político de público conocimiento en ocasión del cual el Gobierno atribuyó la responsabilidad de los hechos a un enemigo extranjero (de entidad poco conocida) acuñando para ello la metáfora "operación basura". Ésta, y sus ecos, es repuesta literalmente mediante comillas que cuestionan el uso apropiado de la frase y que no comprometen ni el aval ni el rechazo del periodista en tanto locutor responsable. Dado que se niega metalingüísticamente el enunciado positivo subyacente ("forman parte de una 'operación basura' "), se clausura la posible atribución de la responsabilidad enunciativa a este enemigo foráneo.
¿Quién ha dicho estas palabras? Sabemos hasta aquí quién no las ha dicho. Sabemos que quien las ha dicho tendría unos rasgos tales como . Sospechamos que quien las ha dicho podría ser más cercano que lejano al Gobierno. Pero el vacío de responsabilidad enunciativa tanto como el político se mantienen: el primero es un vacío creado ad hoc por el periodista que si bien deja ver su subjetividad en las opciones léxico-sintácticas que realiza para construir el segundo –un vacío que refiere a un así presentado estado de cosas-, no se atribuye la responsabilidad enunciativa de E0.
E4 ofrece una nueva pista: [Conviene tenerlas en cuenta aunque en la Casa Rosada juran que nadie los va a correr "por izquierda"]. El gobierno aserta ante E0 "(no nos van) nadie nos va a correr 'por izquierda'.", donde "nadie" niega metalingüísticamente en el grado extremo de la escala negativa de existencia "(alguien) nos corren por izquierda" cancelando el presupuesto del enunciado positivo subyacente. Al decir "por izquierda" el Gobierno atribuiría la responsabilidad enunciativa de E0 a una izquierda política, y al interpretar E0 como "nos quieren correr por izquierda" aparecería en E0 una fuerza perlocutiva de persuadir (al destinatario colectivo) de la verdad de E0, y una posible implicatura débil de intención desestabilizadora/destituyente.
E5 [Se sabe que no les importa que los corran "por derecha"] no niega "los corren por derecha". Lo que este enunciado niega polémicamente mediante la puesta en escena de un enunciador SE ("se sabe")– con el que el periodista se homologa- es la actitud del Gobierno frente a este hecho ("no les importa"). La incorporación de la derecha política al escenario discursivo puede interpretarse como otra instrucción al lector para la atribución de la responsabilidad enunciativa de E0: E0= palabras de la izquierda (según E4) /palabras de la derecha (según E5). La emergencia de estos espacios antonímicos –izquierda y derecha- refuerza la adjudicación (implicada en la voz del Gobierno) de la responsabilidad enunciativa de E0 a los tres predicados escalares antes negados: "los enemigos", "los adversarios", "la oposición" –y entre ellos- tanto los de la izquierda como los de la derecha. Dado que efectivamente fueron negados y no se ha producido un enunciado correctivo del tipo: "(…) sino de los amigos"; "(…) sino de los pro-kirchneristas", que inauguren un espacio complementario; o del tipo "es más bien la palabra de los archi-enemigos", que inaugure un espacio extra-ordinario; o del tipo "(…) sino que se trata de una "pulseada" entre pro-kirchneristas y anti-kirchneristas, que inaugure un espacio con un efecto argumentativo distinto, la de responsabilidad enunciativa sigue siendo una "categoría" vacía o, en todo caso, una débilmente delineada.
Vale destacar la abundancia de heterogeneidad enunciativa mostrada marcada –propia del estilo periodístico- tanto en el uso de comillas sin ruptura sintáctica(1) (connotación autonímica con uso y mención), en el recurso al discurso directo (2)(autonimia simple), en el empleo de discurso indirecto(3), como en la aparición de la voz del SE(4). Entre estas subjetividades se encuentra –como hemos dicho- la del periodista que establece con el lector una suerte de "juego" de co-construcción de la responsabilidad enunciativa proponiendo para ella una clase vacía que se va llenando al tiempo que la lectura instruye y orienta al lector, y que en alguna medida lo vuelve –en tanto interpretante- co-responsable de esta atribución.
El segundo párrafo [En las últimas semanas, a la gestión de Cristina Kirchner la vienen destituyendo desde espacios de izquierda o militantes que solían identificarse con el Gobierno y con el "modelo".] avanza en la dirección del primero de los enunciados correctivos planteados arriba aunque no asigna más que vagamente la responsabilidad enunciativa de E0.
El tercer párrafo [Primer diagnóstico lúgubre: "el proyecto que llevamos adelante en estos años desde el kirchnerismo está en problemas, tanto en el terreno económico como en el social y el político". ¿Las razones? La respuesta neurotiza a un gobierno que demolió los índices estadísticos del costo de vida: "a pesar del crecimiento de estos años y de que las cuentas de la macroeconomía están en orden, la inflación no se detiene, y peor aún- aumenta. Se deterioran con ello los ingresos de amplios sectores y en particular de los más humildes, crece poco a poco de nuevo la pobreza, se devalúa también el peso y se afectan con ello sectores expuestos a las importaciones, etc.".], mediante una cita en estilo directo, comienza a desarrollar y dar cuenta del contenido proposicional que E0 condensa en tanto título de la columna. A quien no se menciona es al responsable de las palabras citadas.
En el cuarto párrafo [No lo dice Gerardo Morales, ni Elisa Carrió, ni Luciano Miguens, ni Mauricio Macri. Son palabras de Humberto Tumini, jefe del Movimiento Libres del Sur, puntualizando el vacío político que empieza a confrontar el oficialismo: "disminuye el consenso político hacia la administración de Cristina Kirchner, en particular en las clases medias; y se hace más pasivo el apoyo en los trabajadores y los humildes. No andan bien las cosas".] el periodista vuelve a hacer uso de la misma estrategia empleada en el párrafo inicial "No es la palabra de los enemigos, ni (…) adversarios, no (…) oposición, ni (…) "operación basura" , (…)nadie (…) "por izquierda".] no les importa (…) 'por derecha'." = "No lo dice Gerardo

Ejemplos de uso de comillas sin ruptura sintáctica: "por izquierda", "por derecha", "modelo", "operación basura"
Ejemplo de discurso directo: Son palabras de Humberto Tumini (…): "disminuye el consenso político hacia la administración (…)"
Ejemplo de discurso indirecto: "(…) en la Casa Rosada juran que a ellos nadie los va a correr 'por izquierda'"
Ejemplo de aparición de la voz del SE: "Se sabe que no les importa (…)"
Morales, ni Elisa Carrió, ni Luciano Miguens, ni Mauricio Macri." Así, al construir el vacío de
responsabilidad enunciativa, construye por defecto una responsabilidad enunciativa aún –aunque en menor medida- débilmente inferible, y lo hace mediante negaciones metalingüísticas que refutan un marco de discurso previo implicado. En este caso lo que se niega es el decir de personas públicas (Morales, Carió, Miguens, Macri) cuya procedencia política y no adhesión al Gobierno ampliamente conocidas los vuelve automáticamente asimilables a "los enemigos", "los adversarios", "la oposición", de izquierda y de derecha. Puede entonces observarse un movimiento en el texto que va de una no-responsabilidad enunciativa vaga o genérica a una no-responsabilidad enunciativa específica que precisa –si bien parcialmente- esa vaguedad o genericidad.
Así, las instrucciones al lector se vuelven más concretas: la no-responsabilidad enunciativa configura una responsbilidad enunciativa que el lector podría construir mediante un enunciado correctivo aproximado ubicado en un espacio antonímico dadas las "tachaduras" en la lista de posibles locutores empíricos responsables de E0 y de su primer desarrollo en la cita del párrafo 3. Pero, dado que la lista de posibles nombres de personas públicas puede ser harto extensa y las palabras en cuestión –al menos en la expectativa creada en el lector- tienen un responsable discursivo concreto, el periodista decreta el final del "juego". El enunciado asertivo que sigue [Son palabras de Humberto Tumini, jefe del Movimiento Libres del Sur, puntualizando el vacío político que empieza a confrontar el oficialismo (…)] devela el misterio -o confirma la sospecha- y funciona como enunciado correctivo en tanto "Humberto Tumini, jefe del Movimiento Libres del Sur" debe leerse como "son palabras de un (antiguo/otrora) amigo/aliado/partidario del Gobierno", situándose en el espacio complementario –los enemigos, los adversarios, la oposición, la izquierda anti-kirchnerista, la derecha anti-kirchnerista. La atribución concreta de la responsabilidad enunciativa de E0 y de su primer expansión semántica en la cita del párrafo 3 a un dirigente antes partidario del Gobierno ahora abiertamente crítico del mismo co-participa en la construcción del vacío político que la columna periodística se propone evidenciar argumentativamente.

Conclusión
Este trabajo ha pretendido mostrar brevemente cómo el uso de la negación metalingüística puede comportar una estrategia de interés para la co-construcción (periodista/lector/otras voces) progresiva de la atribución de la responsabilidad enunciativa en el género periodístico de opinión. Suspender la atribución de esta responsabilidad mediante el empleo sucesivo de negaciones que refutan un marco discursivo previo –dilatando la inauguración de un espacio alternativo- agrega un crescendo dramático y una intención lúdica al discurso así generado. Creemos que este heurístico es tributario de una concepción polifónica del sentido y de una postura interaccional-constructivista de la lectura y la escritura.


Bibliografía
Authier, J. (1980) "Paroles tenues à distance", en Conein, B. et al., Máterialités discursives. Lille: PUL, 1981.
Ducrot, O. (1984), El decir y lo dicho. Buenos Aires: Paidós, 1986. García Negroni, M. M. (1998) "La negación metalingüística, argumentación y escalaridad" en Signo y Seña, 9, pp. 227-252.
Maingueneau, D. (1987), Nuevas Tendencias en análisis del discurso. Paris:Hachette.
Reyes, G. (1993) Los procedimientos de cita: estilo directo y estilo indirecto. Madrid: Arco Libros.

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ANEXO 1


ESTO QUE PASA
Un creciente y temible vacío

Por PEPE ELIASCHEV


No es la palabra de los enemigos, ni siquiera de los adversarios. No provienen de la oposición, ni forman parte de una "operación basura" montada en los Estados Unidos. Conviene tenerlas en cuenta, aunque en la Casa Rosada juran que a ellos nadie los va a correr "por izquierda". Se sabe que no les importa que los corran "por derecha".

En las últimas semanas, a la gestión de Cristina Kirchner la vienen destituyendo desde espacios de izquierda o militantes que solían identificarse con el Gobierno y con el "modelo".

Primer diagnóstico lúgubre: "el proyecto que llevamos adelante en estos años desde el kirchnerismo está en problemas, tanto en el terreno económico como en el social y el político". ¿Las razones? La respuesta neurotiza a un gobierno que demolió los índices estadísticos del costo de vida: "a pesar del crecimiento de estos años y de que las cuentas de la macroeconomía están en orden, la inflación no se detiene, y -peor aun- aumenta. Se deterioran con ello los ingresos de amplios sectores y en particular de los más humildes, crece poco a poco de nuevo la pobreza, se revalúa también el peso y se afectan con ello sectores expuestos a las importaciones, etc.".

No lo dice Gerardo Morales, ni Elisa Carrió, ni Luciano Miguens, ni Mauricio Macri. Son palabras de Humberto Tumini, jefe del Movimiento Libres del Sur, puntualizando el vacío político que empieza a confrontar el oficialismo: "disminuye el consenso político hacia la administración de Cristina Kirchner, en particular en las clases medias; y se hace más pasivo el apoyo en los trabajadores y los humildes. No andan bien las cosas".

Socia activa y reconocida beneficiaria de la generosidad de los Kirchner, hasta Hebe de Bonafini anduvo escupiéndole el asado al Gobierno. Este jueves denunció desde la Plaza de Mayo que Alfredo De Angeli, uno de los dirigentes de la Federación Agraria, es el actual dueño de las tierras del fallecido Alfredo Yabrán. "Las siembra, las hace producir, se agarra (sic) la plata, la reparte, nadie sabe muy bien".

Continúa Madre Hebe: "o sea que nos queda bien claro quienes son estos hijos de mil putas (sic), que nos quieren hacer creer que son los dueños del país. Son los fachos (sic), son la derecha, son la última ralea". Sin embargo, después de estas moderadas y prudentes palabras, Bonafini enfiló contra espacios kirchneristas: "todos los que se juntan con ellos son igual que ellos, no están equivocados. No vengan a decir que después se confundieron. Nos da vergüenza que haya gente que se dice de izquierda que se junte con esa basura (sic). Desde la Secretaría de Agricultura, ahí donde está Javier de Urquiza (...), desde ahí les pasan a los grandes señores, no les dan a los pequeños productores. (...) Parece que un toco (sic) grande de plata les dan a estos, no a la Rural, pero más o menos los que están ahí, y esa plata hay que dársela a los pequeños productores, al hombre que siembra, al hombre que labura, al hombre que pone el cuerpo".


Para Tumini, de todos modos, no hay vuelta que darle, "la inflación va afectando los ingresos de los sectores populares y también el tipo de cambio, corazón del modelo de reindustrialización en marcha".

Pero, si Tumini y Bonafini tienen cuentas pendientes contra el gobierno de Cristina Kirchner, las organizaciones de base que funcionan al margen de los partidos políticos más estructurados y permanecen ajenas a las prebendas oficiales, incrementaron en los últimos días su disgusto contra el Gobierno, a medida que asumen como propia la cuestión de la carestía de la vida. No se trata de gente que viva cerca de Callao y Santa Fe y sus dirigentes no tienen casas en Cariló o Punta del Este.

Así, lanzaron una campaña nacional "contra el hambre, la inflación, por la socialización de la riqueza y la soberanía alimentaria", desde un espacio orientado por el Frente Popular Darío Santillán, el Frente de Organizaciones en Lucha, el MTD Aníbal Verón Nueva Fuerza, la Federación de Organizaciones de Base y la Coordinadora de Trabajadores Precarizados. No son, como se advierte, la "oligarquía sojera" que suele denunciar la prensa oficial. Subrayan que "los grandes ganadores de las políticas neoliberales aplicadas para el agro por el gobierno de los Kirchner, se disputan parte de la extraordinaria renta de la tierra y los cuantiosos dividendos que deja la exportación de alimentos".

Esa inflación que la sociedad padece, la oposición denuncia y el Gobierno viene negando, descuidando (¿o en parte alentando?) desde mucho antes que asumiera Cristina, es para Tumini, en cambio, "una consecuencia generada por la concentración de la ganancias y viene golpeando desde antes del conflicto agrario".

Para los radicalizados militantes del Frente Darío Santillán, a su vez, "mientras en las alturas del poder económico se desenvuelve esta feroz disputa por un botín que representa mas de 2500 millones de dólares, la consecuencia más directa para los millones de mortales que vivimos de un ingreso fijo mensual es, una vez más, la exasperante aceleración del aumento de los precios".

Es impresionante la coincidencia de pareceres dentro del espectro de quienes confrontan con el discurso y la práctica oficiales. En esa gama se incluyen desde las miradas de aquellos a quienes antes se llamaba "de izquierda", como las de quienes eran descriptos como "de derecha.

Los militantes del Frente Santillán aseguran que "aunque el Gobierno dibuje descaradamente los índices, todos constatamos al momento de comprar cualquier producto que los precios han aumentado cerca del 30 por ciento en el último año".

El dirigente de Libres del Sur recuerda que "en los últimos meses, la carestía de la vida ha determinado que vuelva a aumentar, en número de otros dos millones, la cantidad de personas por debajo de la línea de pobreza. Con esto, la cantidad de argentinos que no alcanzan a cubrir el costo de la canasta básica de alimentos supera ya los 11 millones".

El escenario de casi ingobernable conflictividad social de comienzos de siglo ha mutado ahora de aspecto, pero está lejos de haber menguado. Según un seguimiento del siempre minucioso y sólido Centro de Estudios de la Nueva Mayoría, los cortes de ruta por protestas desde el 1° de enero hasta el momento, ya superan los de 2001 y 2002, pese a las diferencias económicas y políticas con la crisis que marcó la caída del presidente Fernando de la Rúa. Hasta el domingo pasado, 18 de mayo, este año hubo en la Argentina nada menos que 2539 cortes de rutas y caminos, contra 1383 en todo 2001 y 2336 en todo 2002. La explicación que surge de la izquierda kirchnerista es que, según Tumini, "en lo social la base del problema reside en que el Gobierno ha ido girando en sus acuerdos fundamentales hacia los sectores más concentrados de la economía y a la dirigencia sindical tradicional".

Hay creciente coincidencia en varios sectores que veían en los Kirchner una promesa seria de transformación de la política. Ahora no quedan dudas de que se abandonó, por diversas razones, el proyecto de desarrollo de la fuerza política nueva que habría de ser paraguas partidario y doctrinario del "proyecto" que creían corporizar hace pocos años.

"Con la asunción de Kirchner a la presidencia del Partido Justicialista vamos a que este partido, desgastado ante gran parte de la sociedad, sea la columna vertebral de la construcción política del Gobierno" se lamenta Tumini.

Hasta las mismas vísperas del acto programado paras este domingo en Salta el Gobierno parecía regocijarse con la idea de darle una lección inolvidable a la oposición y al campo. Lo que la Casa Rosada no puede (¿no quiere?)

advertir es que ha ido vaciando de representatividad transformadora y civil a su gestión. Por eso, el dedo levantado, el tono agudo y los reproches cotidianos de la Presidente son cada vez más indigeribles para cada vez más gente.

www.pepeeliaschev.com 

























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