Empresarios, empresa y grupos económicos en el norte de México: Monterrey, del estado oligárquico a la globalización

June 20, 2017 | Autor: I. Ortega Ridaura | Categoría: Historia Economica
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Descripción

empresarios, empresa y grupos económicos en el norte de méxico: monterrey, del estado oligárquico a la globalización 1

Mario Cerutti, Isabel Ortega y Lylia Palacios Universidad Autónoma de Nuevo León (Monterrey, México)

Comentarios Introductorios P u e d e n haber surgido durante el siglo X I X o principios del X X , en sociedades periféricas, g r u p o s empresariales regionales de cierta importancia, perdurabilidad, alta capacidad de adaptación y c o n c o n diciones de liderazgo a escala del Estado-nación? D o n d e operaban? P u d i e r o n hacerlo, además, i m p u l s a n d o procesos d e desarrollo i n dustrial? Y, lo más importante: existen todavía? Y, si existen, están en condiciones de sobrellevar la feroz reconversión planteada durante los años ochenta e insertarse con relativo éxito en un m u n d o globalizado? A u n q u e de manera somera, el caso que se estudia en esta p o n e n c i a procura describir un ejemplo latinoamericano — Monterrey, en el n o r t e de M é x i c o — q u e hasta el año 2000, al m e n o s , habría logrado salvar tales requisitos. Sus orígenes p u e d e n remontarse a los tiempos más convulsivos de la historia mexicana, a mediados del siglo X I X — cuando los Estados U n i d o s , en plena expansión territorial y en vísperas de su revolución industrial, se apropiarón de más de la mitad de la geografía de su inestable vecino del sur. Fue precisamente en aquellos tumultuosos años, cuando se c o m e n z ó a perfilar en M o n t e r r e y una burguesía comercial alimentada p o r las 2

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Los a u t o r e s a g r a d e c e n el apoyo del C o n s e j o N a c i o n a l de C i e n c i a y T e c n o l o g í a en M é x i c o ( C O N A C Y T ) b r i n d a d o a l proyecto " M o n t e r r e y , 1 9 4 0 - 1 9 9 8 : D e s a r r o l l o industrial y f o r m a c i ó n de g r u p o s empresariales", a p a r t i r del cual se e l a b o r ó el p r e s e n t e trabajo.

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Es decir, en sociedades q u e no c o n s u m a r o n su r e v o l u c i ó n industrial d u r a n t e el siglo X I X o en vísperas de la P r i m e r a G u e r r a M u n d i a l .

história econômica & história de empresas II. 2 (1999), 103-137 I 103

oportunidades q u e gestaban la tosca frontera del Bravo, las guerras y ejércitos dedicados ya a las luchas civiles, ya a combatir apaches y c o manches, ya a repeler invasiones externas. Desde aquellos tiempos se conocieron en M o n t e r r e y apellidos y familias que — durante décadas — prosiguieron mencionándose en el escenario regional de los n e g o cios: Z a m b r a n o , Madero, Garza, Calderón, Belden, M i l m o , H e r n á n d e z , R i v e r o . Entre 1860 y la R e v o l u c i ó n se sumaron nuevos apellidos: Sada, Armendaiz, M u g u e r z a , Ferrara, Maiz. Este conjunto de apellidos — q u e agrupaba comerciantes a u t ó c t o n o s e inmigrantes — alentó la primera fase de crecimiento industrial en la ciudad, entre 1890 y 1910. La ponencia sugiere que una de las posibles bases de la perdurabilidad de este empresariado habría sido la continuidad histórica de m u c h o s de esos apellidos en el siempre incierto m u n d o del capital. Las redes familiares — apenas discutidas en el trabajo p o r falta de espacio — parecen haberse t o r n a d o un elemento decisivo para el desenvolvimiento y la sobrevivencia de esta burguesía c o n cimientos regionales. O t r o aspecto estratégico — claramente perceptible desde la historia e c o n ó m i c a — es el usufructo de la estrecha relación q u e desde el p r i n cipio mantuvieron estas familias con la economía de los Estados Unidos y, en particular, c o n Texas. Se trata de u n a constante que funcionó desde los primeros mecanismos de acumulación — gracias al intercambio propiciado p o r el río Bravo — hasta el Tratado de Libre C o m e r c i o ( T L C ) . Si en los años sesenta del siglo pasado la G u e r r a de Secesión p u s o al noreste de M é x i c o en el corazón de la e c o n o m í a atlántica, el T L C (o N A F T A ) ha disparado las ventas hacia Estados U n i d o s a cien mil millones de dólares anuales. A las bases familiares y los vínculos c o n Estados U n i d o s — ambos elementos propiciatorios del m i s m o proceso de industrialización — d e b e sumarse una dinámica regional q u e es propia del n o r t e de México, y cuya explicación se encuentra en un dato geográfico: el n o r t e m e x i cano es un área adherida territorial y e c o n ó m i c a m e n t e al más grande mercado gestado p o r el capitalismo. Los lazos y la posición del n o r t e m e x i c a n o frente a los Estados U n i d o s hacen recordar — p o r más de un m o t i v o — las intensas vinculaciones q u e espacios regionales de otras sociedades periféricas (dotados t a m b i é n de un elevado d i n a m i s m o económico) mantuvieron desde la segunda fracción del siglo X I X con sociedades q u e estaban protagonizando la R e v o l u c i ó n Industrial: el País Vasco, en España, y el n o r t e italiano podrían sobresalir en esa comparación. El cuarto c o m p o n e n t e que procura insinuar la p o n e n c i a es la alta 104

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capacidad de adaptación q u e habría presentado este empresariado de bases regionales y densas articulaciones familiares. Si se recuerda q u e sus orígenes r e m o n t a n al ciclo de guerras q u e trastornó la frontera m e xo-estadounidense entre 1847 y 1867, q u e tras la consolidación del Estado oligárquico M é x i c o vivió — entre 1911 y 1920 — u n a profunda experiencia revolucionaria, q u e luego se manifestó la crisis de 1929, que tras los convulsionados años de Lázaro Cárdenas se m o n t ó el m o delo de industrialización protegida, que este proyecto t e r m i n ó de estallar en los ochenta y que — finalmente — la reconversión mexicana, s u p o n e adecuarse al más desigual tratado de integración comercial q u e se conozca (el N A F T A ) —, si se recuerda t o d o esto y se verifica, a la vez, que el empresariado con base en M o n t e r r e y sigue funcionando y (algo que parece evidente) continúa realizando b u e n o s negocios, las c o n a) que a este empresariado — c o m o c o n j u n t o de agentes sociales dedicados a la reproducción ampliada y rentable del capital — no le ha faltado capacidad de adaptación a tan azaroso devenir; b) que es posible encontrar en sociedades periféricas — es decir: en sociedades que no llevaron adelante su revolución industrial en el siglo X I X — empresariados c o n las características q u e se m e n c i o n a b a n al comenzar estos comentarios introductorios.

Geografia, Historia y Oportunidades (1850-1910) Monterrey y el norte mexicano Ciudad ubicada a m e n o s de 200 kilómetros de Texas, M o n t e r r e y ha logrado sobresalir en el c o n t e x t o m e x i c a n o c o n t e m p o r á n e o p o r tres razones: a) su desenvolvimiento industrial; b) su empresariado; c) la formación local de sus cuadros gerenciales. Las características de su inicial brote industrial (1890-1910, sustentado en sectores de la industria pesada) la ha diferenciado de manera parcial a escala latinoamericana. P u n t o de partida fundamental para la interpretación de la historia económico/empresarial de M o n t e r r e y es ubicar la ciudad en el c o n texto más general del n o r t e de M é x i c o , en particular de su p o r c i ó n centro-oriental (situada en su totalidad debajo del Estado de Texas). Al n o r t e m e x i c a n o — un e n o r m e espacio geográfico q u e ocupa más de 3

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P u n t o q u e no se considerará en este trabajo, p e r o q u e alude a la creación — en 1943 — del Instituto T e c n o l ó g i c o y de Estudios S u p e r i o r e s de M o n t e r r e y ( I T E S M ) , gestado e x p r e s a m e n t e para p r e p a r a r cuadros gerenciales.

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un millón de kilómetros cuadrados — conviene reconocerle además una especie de peculiaridad estratégica: desde mediados del siglo X I X se convirtió en prolongación territorial del mercado de los Estados U n i d o s . Sólo existe otro espacio a escala planetaria q u e c o m p a r t e esa peculiaridad: el sur de Canadá. Esta c o n d i c i ó n significó la posibilidad de un contacto directo c o n una e c o n o m í a que, desde 1870, ingresó c o n plenitud en la Segunda R e v o l u c i ó n Industrial. La posición central de M o n t e r r e y dentro de un área de frontera que se abrió con celeridad al capitalismo le ha conferido a la capital de N u e v o León — p o r lo tanto — cierta significación en el escenario más global de las sociedades periféricas. 4

Tras la guerra con Estados Unidos Apenas formalizada la nueva línea divisoria que resultó de la guerra contra los Estados U n i d o s (1846-1847), las poblaciones del flamante noreste de M é x i c o — Coahuila, N u e v o León, Tamaulipas (ver mapa) — debieron readecuar sus funciones de manera profunda. El i n m e n s o desierto q u e las separaba del expansivo m e r c a d o estadounidense q u e d ó suprimido. La transformación de Texas en un estado fronterizo abrió para aquellas poblaciones posibilidades novedosas de c o n e x i ó n c o n el mercado atlántico. M o n t e r r e y sería la ciudad más beneficiada con tan dramático c a m b i o . Lo q u e para M é x i c o representó u n a histórica tragedia, gestó inéditas posibilidades para la capital de N u e v o León. F u e r o n razones políticas y militares — derivadas del ciclo de guerras civiles abierto en 1854 — las q u e obligaron a un reordenamiento del flamante noreste m e x i c a n o y convirtieron a M o n t e r r e y en eje de un sistema regional de p o d e r q u e incluyó Coahuila y la marítima Tamaulipas. Las políticas aduanales, arancelarias y de reglamentación en la circulación/exportación del metálico, impulsadas p o r el p r o p i o p o d e r regional, así c o m o su amplia vinculación c o n los grupos de comerciantes locales y del sur de Texas, tuvieron un impacto considerable sobre el funcionamiento m e r cantil y colocaron a M o n t e r r e y c o m o eje del sistema. Las necesidades militares generaron un riesgoso pero fructífero tráfico, siempre estimulado p o r la proximidad del río Bravo. C u a n d o se desató la Guerra de Secesión estadounidense, en 1 8 6 1 , la experiencia previa en u n o y otro lado del Bravo, las gigantescas y 4

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Los siguientes apartados están basados en C e r u t t i ( 1 9 8 3 , 1 9 9 2 , 1 9 9 4 , 1 9 9 5 , 1 9 9 7 ) ; B a r r a g á n y C e r u t t i (1993); y C e r u t t i y G o n z á l e z (1990 y 1993).

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Mapa. El n o r t e m e x i c a n o a fines del X I X

Ferrocarriles Límites e n t r e estados

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urgentes necesidades del Sur confederado y el aparato militar y administrativo regional q u e funcionaba desde 1855 se entrelazaron para c o n figurar una coyuntura comercial de signos espectaculares. La dimensión que alcanzó el tráfico mercantil en el á m b i t o binacional que rodeaba al Bravo — a b r u p t a m e n t e instalado en el corazón de la economía atlántica debido a las exportaciones de algodón s u r e ñ o — facilitó la formación de grandes fortunas y propició la adquisición de una experiencia e m presarial apta para operar con éxito con los principales nudos económicos de E u r o p a y los Estados U n i d o s . Un g r u p o burgués de visible importancia habría de estructurarse desde esos años en M o n t e r r e y Su capacidad de acción, su dinámica y los mecanismos q u e utilizaban no eran m u y diferentes a los que m o s traban sus colegas del sur texano. El tráfico mercantil a través del Bravo fue u n o de los pilares fundamentales para la configuración de este segm e n t o social y — j u n t o c o n el préstamo — lo continuaría siendo hasta 1890, c u a n d o m u c h o s de estos mercaderes, o sus descendientes, e m prendieron el b r o t e industrializador, se reunieron en múltiples sociedades anónimas y delinearon la p r i m e r a fase de articulación de un empresariado local. 3

Porfiriato e industria pesada Desde los años 1890 — agotado ya el ciclo de reformas liberales y consolidado el o r d e n porfiriano — M o n t e r r e y se convirtió en una de las más dinámicas urbes del n o r t e mexicano. Perfilada c o m o un n u d o ferroviario de p r i m e r orden, su empresariado en formación a c u n ó un significativo proceso de desenvolvimiento fabril, utilizó en la p r o d u c c i ó n y bifurcó territorialmente los importantes capitales acumulados antes de 1890, usufructuó con firmeza un mercado nacional en plena construcción, y aprovechó su cercanía relativa de u n o de los escenarios fundamentales de la Segunda R e v o l u c i ó n Industrial: el Este y M e d i o Oeste de los Estados U n i d o s . A u n q u e el b r o t e fabril que e m e r g i ó en la ciudad incluyó la industria liviana — de m a n e r a análoga a lo q u e acaecía en Sao Paulo, Buenos Aires, Santiago de Chile y en el centro de M é x i c o — su matiz p r i n c i pal fue la gran metalurgia básica. En los primeros años de la década de 1890 fueron instaladas tres plantas de fundición: la N u e v o León Smelting, la C o m p a ñ í a M i n e r a , Fundidora y Afinadora " M o n t e r r e y SA", y la

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C o w l i n g (1926); D e l a n e y (1955); D i a m o n d (1940); G r a f (1942); M a y e r (1976); O w s l e y ( 1 9 3 1 ) ; T y l e r (1973); C e r u t t i y G o n z á l e z (1990, 1993 y 1999).

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G r a n Fundición Nacional Mexicana (luego A m e r i c a n Smelting and R e f i n i n g C o . , A S A R C O ) . Su objetivo era abastecer la creciente d e m a n d a de metales industriales — sobre t o d o p l o m o — del noreste de los Estados U n i d o s . La experiencia empresarial adquirida, la centralización de capitales q u e facilitó el flamante r é g i m e n de sociedades anónimas, las solicitudes del sistema ferroviario y la integración de un m e r c a d o de rasgos nacionales llevó a la puesta en marcha — en 1903 — de un cuarto establecimiento: la C o m p a ñ í a Fundidora de Fierro y Acero de M o n t e r r e y SA, primera siderurgia integrada de A m é r i c a Latina, q u e supuso una inversión inicial de cinco millones de dólares. De las cuatro plantas de metalurgia básica fundadas a partir de 1890 sólo la A m e r i c a n Smelting se sustentó en capitales procedentes del extranjero. Las restantes mostraron una clara influencia regional. Pero todas estas plantas utilizaron una avanzada tecnología, emplearon una significativa cantidad de trabajadores, y contribuyeron a perfilar un empresariado que, desde entonces, ha j u g a d o un papel p r e p o n d e r a n t e en el desarrollo industrial y capitalista de México. Sociedad anónima y redes matrimoniales U n a rápida revisión de las sociedades fundadas entre 1890 y 1910 p o r el empresariado que se articulaba en M o n t e r r e y p e r m i t e destacar otros dos matices: a) la m u y marcada diversificación de las inversiones; b) el fuerte entrelazamiento familiar en muchas de estas sociedades. Las inversiones de los años previos a la R e v o l u c i ó n pusieron en marcha tanto industrias dedicadas a abastecer el c o n s u m o productivo (grandes fundiciones, c e m e n t o , vidrio, alguna maquinaria) c o m o al c o n s u m o personal (cerveza y otras bebidas, textiles, artículos para h i giene, materiales para la construcción, alimentos elaborados). Pero, a la vez, la diversificación alcanzó con vigor al r a m o m i n e r o y se p r o l o n g ó al crédito y los bancos, la propiedad y explotación de la tierra, los servicios y el transporte. Si se adopta c o m o referencia el conjunto de familias que fue objeto especial de estudio, se detecta que p o c o más de cuarenta personas c o n 6

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La i n f o r m a c i ó n básica fue extraída de libros de n o t a r i o s del A r c h i v o G e n e r a l del E s t a d o d e N u e v o L e ó n ( A G E N L ) , y c o m p l e m e n t a d a c o n datos d e otros archivos regionales y nacionales. La c o n s t i t u c i ó n de sociedades a n ó n i m a s y las v i n c u l a c i o n e s m a t r i m o n i a l e s no sólo c o n s t i t u y e r o n ejes centrales en el ciclo f o r m a t i v o de este e m p r e s a r i a d o sino q u e , e n perspectiva, s e h a n definido c o m o u n c o m p o r t a m i e n t o de m á s larga d u r a c i ó n . E n t r e los g r u p o s familiares s e l e c c i o n a d o s se e s t u d i a r o n

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apellidos A r m e n d a i z , Belden, C a l d e r ó n / M u g u e r z a , Ferrara, H e r n á n d e z / M e n d i r i c h a g a , Madero, M i l m o , Rivera, Sada M u g u e r z a / G a r z a y Z a m b r a n o estaban vinculados de una u otra manera (anexo 1) a más de 260 sociedades (entre ellas, 170 dedicadas a la minería, 40 a la industria fabril y 19 al sector agropecuario). Estos diez grupos parentales ofrecen u n a excelente evidencia sobre las características de las familias más p r o m i n e n t e s del período, de las cuales más del 50 p o r ciento había destacado en la fase previa a 1890. En algunas de las familias los cuadros empresariales eran visiblemente numerosos. Resaltaban los Z a m b r a n o , herederos y multiplicadores de la fortuna q u e en 1873 dejó Gregorio Z a m b r a n o , u n o de los grandes comerciantes de las dos décadas que siguieron al cambio de frontera. Grueso fue también el caudal de los M a d e r o , a u n q u e no todos residían en M o n t e r r e y de manera p e r m a nente. La modernización que se implementaba d e m a n d ó la instrumentación de m é t o d o s nuevos, tanto en la esfera de la p r o d u c c i ó n c o m o en la u n i ó n de capitales. La sociedad anónima, que distribuía los riesgos y canalizaba la centralización de capitales individuales o familiares, emergió c o m o un arma excelente. El anexo 2 brinda una síntesis del m o v i m i e n to operado desde 1890 y que derivó en la fusión de capitales, en la asociación de diferentes apellidos. La lista se ha confeccionado desde el p u n t o de vista de la cantidad de familias q u e participaban en diferentes empresas, c o m o evidencia de la asociación-articulación de esos grupos en el plano e c o n ó m i c o . Se e n u m e r a n allí casi cincuenta sociedades conformadas antes de 1905 con la característica c o m ú n de q u e en t o das había representantes de p o r lo m e n o s tres de las familias indagadas. En ocasiones frecuentes, cada g r u p o incorporaba más de u n o de sus integrantes. Si el anexo 2 m e n c i o n a tan sólo asociaciones directas entre e m p r e sarios p r o m i n e n t e s , las articulaciones se ampliaban también p o r vía matrimonial. No debe exagerarse esta arista, pero si resulta indispensable registrarla p o r dos razones: a) c o m o un mecanismo c o m p l e m e n t a r i o de imbricación socioeconómica que a c o m p a ñ ó la centralización del capi-

q u i e n e s m á s sobresalían en los d o c u m e n t o s posteriores a 1 8 8 0 , lo q u e o b l i g ó a p o n e r a t e n c i ó n e n l a labor empresarial d e 4 2 individuos, todas f i g u r a s relevantes en la industria fabril, la minería, el c o m e r c i o , l a s finanzas,la p r o d u c c i ó n a g r o p e c u a r i a y / o los servicios. U n a m u e s t r a de cuarenta y dos personas p a r e c e suficiente para o b s e r v a r el q u e h a c e r de un e m p r e s a r i a d o de bases regionales a c o m i e n z o s d e l siglo X X y e n u n a sociedad l a t i n o a m e r i c a n a .

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tal durante la fase formativa de este empresariado; y b) p o r q u e será un i n s t r u m e n t o que perdurará c o m o c o m p o n e n t e estratégico de consistencia interna y fortaleza a largo plazo. Diversificación: antigua práctica Los anexos 1 y 2 sugieren otras características del m o m e n t o formativo de este empresariado: la diversificación de actividades, la ramificación de sus inversiones. Un dinamismo y u n a capacidad de ramificación/ expansión que encontraremos hasta la actualidad. En las firmas allí a g r u padas se detectan inversiones en la industria de bienes de c o n s u m o personal, en industrias de bienes para el c o n s u m o productivo, en minería, transportes de pasajero y carga, en bancos, en comercio, en el r a m o agropecuario y en servicios c o m p l e m e n t a r i o s . El anexó 1 enumera p o r áreas fundamentales todas las firmas en q u e fue constatada la participación de u n o o más miembros de los grupos parentales seleccionados. El total de empresas fichadas alcanzó las 262 entre 1890 y 1905, teniendo presente que varias laboraban en actividades dobles (mineras e industriales, o comerciales y agropecuarias, a la vez). A u n q u e se estaba constituyendo un empresariado de base fabril, en términos cuantitativos se percibe cierto p r e d o m i n i o del rubro minero: los c o m p o n e n t e s de esta burguesía en configuración sostenían vínculos con unas 170 compañías del ramo, lo q u e no deja de ser impresionante. La diversificación de actividades se verifica también si se analiza una familia o un empresario en particular.

Revolución, Crisis y Proteccionismo Un eje empresarial al sur del Bravo La vivacidad que el n o r t e de M é x i c o m o s t r ó durante el p e r í o d o 1890-1911 fue abruptamente i n t e r r u m p i d a p o r la R e v o l u c i ó n . Su estallido golpeó con severidad áreas productivas de importancia y precipitó la desintegración del mercado interior. Los ritmos de ese N o r t e — adherido umbilicalmente al pujante Estado de Texas y frontera territorial c o n la Segunda R e v o l u c i ó n I n dustrial — se p u e d e n palpar en forma más concreta si se sigue el c o m p o r t a m i e n t o de un eje empresarial y de m o v i m i e n t o de capitales que atravesaba su vasta geografía. D i c h o eje estaba definido, en vísperas de la R e v o l u c i ó n , p o r tres eslabones clave: la ciudad de C h i h u a h u a y su e n t o r n o , la comarca algodonera de La Laguna y M o n t e r r e y (ver mapa). Mientras en C h i h u a h u a — en m e d i o de un desierto recién a b a n d o Empresarios, empresa y grupos económicos en el norte de México 111

nado p o r apaches y comanches — surgían destacadas instituciones y proyectos financieros, y empresarios c o m o E n r i q u e C. Creel, la comarca que t e r m i n ó definiéndose c o m o La Laguna presentaba a fines del X I X un desarrollo espectacular. Si en C h i h u a h u a sobresalían bancos, m i nería y ganadería, y surgían fábricas dedicadas a abastecer el consumo liviano (textiles, cerveceras, harineras), La Laguna se convirtió en el reino del algodón: las aguas de los ríos Nazas y Aguanaval, controladas y bifurcadas p o c o a p o c o desde la década de 1870, j u n t o c o n los capitales de origen mercantil q u e fluyeron para este espacio regional — y que financiaron inicialmente su veloz transformación — habrían de g e n e rar u n o de los más sobresalientes nichos de especialización agrícola del México finisecular. La firmeza adquirida p o r el b r o t e fabril de Monterrey, p o r otro lado, podría comprobarse p o r tres datos: a) p o r la perdurabilidad que asumió, dada la importancia y plasticidad q u e adquirió con el devenir del siglo XX (uno de los temas principales de esta ponencia) ;b) p o r la aparición, desde el c o m i e n z o , de sectores de base: metalurgia pesada/siderurgia, cemento, vidrio; c) p o r la calidad del empresariado q u e emergió, que p u d o prolongar sus labores a la minería, los bancos, los servicios y la explotación de la tierra. El eje C h i h u a h u a - L a L a g u n a - M o n t e r r e y q u e d ó entrelazado p o r la fusión de capitales: la sociedad a n ó n i m a , precisamente, facilitó la articulación de recursos, propiedades, accionistas y familias del n o r t e centro oriental y gestó resultados tan llamativos c o m o la Compañía Industrial Jabonera de la Laguna (1898), C e m e n t o s Hidalgo (1906), el Banco de La Laguna (1908), y en 1909, la Vidriera Monterrey (Barragán y Cerutti, 1993). El impacto de la revolución Este ágil conjunto de actividades, sin embargo, fue d u r a m e n t e t r u n cado p o r la R e v o l u c i ó n . Su estallido golpeó con severidad las áreas productivas bajo el d o m i n i o del capital y precipitó la desintegración de un mercado en pleno proceso de definición c o m o mercado nacional: un f e n ó m e n o en el q u e m u c h o influyeron el uso militar de los ferrocarriles, la caída de las creciente demanda de bienes y servicios, y la impotencia para cubrir el abastecimiento de materias primas estratégicas — c o m o los combustibles — ante el desmantelamiento de las redes de circulación gestadas desde la década de 1880. Esta es al m e n o s la imagen q u e presentan los d o c u m e n t o s empresariales, los papeles privados de quienes actuaban cotidianamente frente 112

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al mercado. C u a n d o los ferrocarriles quedaron desquiciados, c u a n d o se t o r n a r o n inalcanzables muchas de las franjas del mercado interior, q u e hasta 1912 eran áreas normales de competencia y venta, cuando debieron detenerse las fábricas p o r q u e no llegaban el carbón, el petróleo, el m i neral de hierro y otros insumos fundamentales, cuando — c o m o en el caso de C e m e n t o s Hidalgo — la baja del c o n s u m o fue tan pronunciada q u e ya no tenía sentido p o n e r en marcha otra vez la p r o d u c c i ó n , la conclusión de los industriales fue t e r m i n a n t e : el m e r c a d o se había derrumbado. Tan n o t o r i a era esa evidencia que no pocos de los siempre atentos empresarios del N o r t e solo sobrevivieron gracias a una vieja costumbre regional: utilizaron la frontera, el Estado de Texas y los puertos estadounidenses del Golfo de M é x i c o para buscar alternativas en el m e r c a do e x t e r n a Fábricas c o m o Fundidora de Fierro de Monterrey, o Jabonera de la Laguna lograron aprovechar esa opción y, así, p u d i e r o n continuar operando. En el plano sociopolítico y militar, la R e v o l u c i ó n atacó, en el N o r t e , de forma diversa, no h o m o g é n e a , a los propietarios y grupos e m p r e sariales de raíz porfiriana. Los más ligados a la tierra y los involucrados de m a n e r a más abierta con el aparato oligárquico de p o d e r soportaron las mayores agresiones. De los tres casos señalados — C h i h u a h u a , La Laguna y M o n t e r r e y — el más afectado fue el q u e había crecido a la sombra del general Luis Terrazas. El apellido Terrazas — perfilado c o m o símbolo de la opresión porfiriana y del despotismo terrateniente — resultó tenazmente golpeado. La dinámica económica del g r u p o q u e lo rodeaba — c o n el b a n q u e r o E n r i q u e C. Creel a la cabeza — jamás p u d o ser restablecida en el siglo X X . En La Laguna también se protagonizaron acontecimientos de extrema gravedad, principalmente con el avance de las tropas de Francisco Villa y las batallas desatadas en t o r n o a al ciudad de Torreón, en 1913 y 1914. Pero el vendaval pasó y h u b o que esperar hasta los tiempos de Lázaro Cárdenas — c o n su radical reforma agraria — para q u e se terminara de desgajar el p o d e r de los antiguos agricultores del algodón. De los tres grandes nudos de desarrollo empresarial surgidos en el N o r t e desde 1870, el m e n o s afectado resultó el asentado en la capital de N u e v o León. Por su condición esencialmente urbana e industrial — y p o r no ser responsable directo del ejercicio del p o d e r político —, el empresariado de M o n t e r r e y fue el m e n o s lastimado p o r esta t o r m e n t a sociopolítica y militar. Su próspero devenir en el m e d i o siglo posterior a 1930 fue, en b u e n a medida, enmarcado tanto p o r ese antecedente Empresarios, empresa y grupos económicos en el norte de México

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c o m o p o r la amplia capacidad de adaptación a las nuevas condiciones q u e se configuraron en los años veinte. Los difíciles años veinte La década de 1920 metió de lleno a este empresariado regional en lo q u e entonces se llamaba la reconstrucción. E n r i q u e Krause (1981) ha sintetizado el fervor q u e se desplegó en esos años en la edificación del nuevo orden. En el plano económico, esta política fue particularmente visible desde que asumió Plutarco Elias Calles, en 1924. El reordenam i e n t o global del aparato productivo, financiero y de servicios incluía la i m p l e m e n t a c i ó n de programas carreteros, obras de irrigación e i n tentos de reestructuración ferroviaria y bancaria. Pero en el plano sociopolítico, la R e v o l u c i ó n aún arrojaba coletazos. El asesinato de Venustiano Carranza (mayo de 1920), el alzamiento Delahuertista de fines de 1923, el asesinato de FranciscoVilla ese m i s m o año, las guerras cristeras del período callista y el asesinato del candidato presidencial Alvaro O b r e g ó n — julio de 1928 — generaron un clima de inestabilidad y desorden social q u e afectaba — a veces de manera m u y directa — al m u n d o empresarial. H a y que sumar a t o d o esto al m e n o s tres datos más: a) la creciente movilización de los trabajadores urbanos y mineros, alentados p o r u n a reglamentación q u e permitía negociar salarios, contratos colectivos e intervenir al Estado en los diferendos profesionales; b) la incautación de buena parte del sistema bancario desde los tiempos de Carranza (1916 a 1925); c) las difíciles negociaciones que se manejaban con los Estados U n i d o s , cuyos gobiernos d u daban en restablecer relaciones normales c o n tan convulsionado país. H a b e r (1989) ha mencionado c ó m o el clima de relativa inestabilidad, derivado de la R e v o l u c i ó n , influyó negativamente en la actividad e m presarial, especialmente en el sector fabril. La crisis de confianza entre los inversionistas fue u n o de los resultados del t e m o r q u e despertó tan excepcional h e c h o histórico, del "significativo efecto psicológico que t u v o sobre los industriales de M é x i c o " , pese a que las plantas manufactureras habían soportado escasos daños físicos durante la guerra civil. La reconstrucción económica procuraba desenvolverse mientras los grupos de p o d e r gestados p o r la revolución proseguían su lucha p o r el c o n t r o l del Estado, c u a n d o arreciaba la caída de la p r o d u c c i ó n y exportación del petróleo, y — para agravar el paisaje — c u a n d o M é xico e m p e z ó a resentir desde 1926 un nuevo descenso en los precios de la plata. La década de los veinte c o m e n z ó y t e r m i n ó , pues, en m e d i o de severas dificultades económicas: las derivadas del proceso revolu114

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cionario, al inicio; una recesión virulenta, q u e hacia 1930 engarzaría c o n la crisis mundial, al final (Krause, 1981). Pese a todo, M o n t e r r e y logró restablecer su r i t m o a mediados de la década. Calles instauró una mayor precisión en la políticas económicas y de reconstrucción, y muchas empresas locales — Fundidora de Fierro y Acero, p o r ejemplo — c o m e n z a r o n a salir del túnel al que habían entrado en 1913. La recuperación de mediados de los años veinte sugiere que los empresarios de M o n t e r r e y arribaron a la gran depresión con fuerza parcial. U n a referencia m u y viva la suscribió en tal sentido el acucioso visitador del Banco N a c i o n a l de M é x i c o , Atanasio Saravia. Tras recorrer el centro y el sur del país, llegó a M o n t e r r e y en 1926 y su i n f o r m e a la casa central incluía párrafos tan ilustrativos c o m o los siguientes: La ciudad de M o n t e r r e y es una de las plazas de la República que, no obstante el generalizado decaimiento de los negocios, se m a n t i e ne en plena actividad, sin q u e se n o t e n i n g ú n decaimiento... p o r el contrario, parece encontrarse prosperando de una manera franca. Sus grandes industrias c o n t i n ú a n proporcionándole m u y buenos elem e n t o s de vida, y, al m i s m o t i e m p o q u e favorecen de manera constante el excedente entre sus exportaciones e importaciones, dan b u e n m o v i m i e n t o al comercio p o r las grandes sumas de dinero que d e m a n d a la ciudad... Esta vida comercial activa, p o c o frecuente en la actualidad en muchas plazas del país, ha h e c h o que en M o n t e r r e y tengan más alicientes los capitales bancarios q u e se encuentran aquí en mayor p r o p o r c i ó n q u e en otras plazas. 7

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Los años treinta: las empresas-grupo Tras los años de la reconstrucción post-revolucionaria, la formación de un nuevo Estado obligó a este empresariado de raíces porfirianas a aceptar una más resuelta intervención g u b e r n a m e n t a l en la esfera — socioeconómica. Entre las respuestas del empresariado deben recordarse: a) el desenvolvimiento de un sindicalismo local dependiente de las propias empresas (sindicalismo blanco), lo q u e en tiempos de Lázaro Cárdenas serviría para limitar la influencia regional de la Confedera-

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A r c h i v o H i s t ó r i c o del B a n c o N a c i o n a l d e M é x i c o ( A H B M X ) , I n f o r m e d e S u c u r sales, de Atanasio Saravia, 25 de m a r z o de 1 9 2 6 .

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Los siguientes apartados están basados en C e r u t t i y O r t e g a (1997) y O r t e g a (1998a y 1998b).

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ción de Trabajadores de M é x i c o ( C T M ) ; b ) la organización de la C o n federación Patronal de la República Mexicana ( C O P A R M E X ) , en 1929, que serviría de contrapeso a organizaciones empresariales más p r ó x i mas al p o d e r federal y más propensas a subordinarse al nuevo orden. Ni el nuevo Estado y sus políticas sociales ni la gran depresión, empero, modificaron algunas antiguas costumbres: a) la capacidad de negociar — en diversos t é r m i n o s — c o n el p o d e r público (Flores, 1991); b) el aprovechamiento de la condición semifronteriza de M o n t e r r e y con una de las más grandes potencias industriales del m u n d o ; c) la afirmación de las redes familiares y la diversificación de la inversión que — desde mediados de los treinta — c o m e n z ó a engendrar auténticos grupos empresariales. Lo p r i m e r o se reflejó en 1927, c u a n d o el gobierno del estado de N u e v o León amplió o profundizó una legislación — existente desde 1888 — favorable al capital y al específico desarrollo industrial, ley q u e se anticipó con claridad a las q u e a escala nacional se sancionarían en los treinta y los cuarenta. El segundo aspecto se tradujo en la utilización del gas natural c o m o combustible industrial, gracias al gasoducto tendido en 1929 entre M o n t e r r e y y el sur de Texas.Esta iniciativa brindaría claras o p o r t u n i d a des de renovación tecnológica, descenso en los costos y otras ventajas que, desde los años treinta, p e r m i t i e r o n competir en un mercado n a cional cada vez más protegido. En cuanto a familias, entre la R e v o l u c i ó n y los años treinta habían quedado lastimados algunos apellidos y — a la vez — se había estim u l a d o la emergencia de otros, nuevos: Santos (alimentos), Benavides (comercio), M a l d o n a d o (papel), C l a r i o n d (productos metálicos) se contaban entre estos últimos. Todos estos apellidos — c o m o los que surgieron en los años cuarenta (Lobo, R a m í r e z ) — estaban destinados a integrarse, p o r una u otra vía, con las familias fundadoras de la industria y, así, renovar y fortalecer el sistema de redes familiares que se manejaba en el m u n d o de los negocios desde 1890. La expansión q u e se manifestó a partir de mediados de los años 9

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Periódico Oficial del Estado de Nuevo León, Ley sobre P r o t e c c i ó n a la Industria, 3 de d i c i e m b r e d e 1 9 2 7 . Este o r d e n a m i e n t o d e c l a r a e l f o m e n t o industrial c o m o d e "utilidad p ú b l i c a " . A diferencia de los d e c r e t o s anteriores, las franquicias se o t o r g a b a n no sólo a industrias nuevas sino t a m b i é n a aquellas q u e ampliaban su t a m a ñ o , c a pital o n ú m e r o de trabajadores. Se c o n c e d í a n hasta p o r 20 años, e x i m i e n d o hasta el 7 5 % de los i m p u e s t o s estatales y m u n i c i p a l e s .

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treinta, p o r su lado, incluyó modalidades que se acentuarían en la d é c a da de 1940. U n a de ellas fue la tendencia a la integración industrial, c a m i n o abierto en b u e n a medida p o r Cervecería C u a u h t é m o c (fundada en 1890), Vidriera M o n t e r r e y (1909) y sus directivos, las familias Garza Sada y Sada. T a m b i é n la C o m p a ñ í a Fundidora de Fierro y Acero de M o n t e r r e y (1900) se volcó a u n a política de integración vertical q u e c o m p r e n d í a desde operar yacimientos de hierro hasta la elaboración de u n a gran diversidad de productos siderúrgicos. U n a característica a d i cional fue la puesta en marcha de plantas productivas en diferentes lugares del País: estrategia que haría ganar espacios importantes d e n t r o de un m e r c a d o nacional que, en vísperas de la Segunda Guerra, se encontraba en plena expansión. El caso más c o n o c i d o y popular fue Cervecería C u a u h t é m o c , q u e desde 1936 — y favorecida p o r una nueva legislación — c o m e n z ó a transformar sus departamentos internos en empresas autónomas. En m e n o s de diez años estableció Malta SA, para proveerla de materia prima; E m p a q u e s de C a r t ó n Titán, destinada a producir las cajas para embalar cerveza; Almacenes y Silos, bodegas requeridas para el almacenaje de sus productos: y finalmente fundó Productores de Lúpulo, q u e elaboraba insumos para su utilización final. I g u a l m e n t e r e c o n o c i d o fue el caso de Vidriera M o n t e r r e y SA, refundada en 1909 tras la amarga experiencia vivida entre 1899 y 1903 (cuando se d e n o m i n ó Fábrica de Vidrios y Cristales de M o n t e r r e y ) . En los años treinta y cuarenta gestó Vidrio Plano, productora de láminas de este material; Cristalería, elaboradora de manufacturas de mayor c o m plejidad; F o m e n t o de Industria y C o m e r c i o (FIC) — c o n g l o m e r a d o en ciernes —;Vidrios y Cristales, productora de ampolletas; Industrias del Alcali — elaboradora de silicatos, u n o de sus insumos fundamentales —; y Fabricación de Maquinarias, para producir y reparar maquinaria para la industria del vidrio. F u n d i d o r a de Fierro y Acero — p r o d u c t o r a de acero y h i e r r o , abastecedora de los ferrocarriles, fabricante de estructuras metálicas y gran empresa minera — siguió un proceso similar que, c o m o en los dos 10

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Periódico Oficial, Ley sobre Franquicias a la C o n s t i t u c i ó n de N u e v a s S o c i e d a d e s A n ó n i m a s , 16 de m a y o de 1 9 3 4 . Beneficiaba e x c l u s i v a m e n t e a las sociedades i n dustriales o las q u e f o m e n t a r a n la industria en N u e v o L e ó n y eximía del p a g o del 7 5 p o r c i e n t o d e los d e r e c h o s d e i n s c r i p c i ó n (en e l R e g i s t r o P ú b l i c o d e l a P r o p i e dad) a los i n m u e b l e s en q u e se m o n t a r a la fábrica o el o r g a n i s m o de f o m e n t o i n dustrial.

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casos anteriores, podría resumirse así: a) integración vertical a través de empresas j u r í d i c a m e n t e i n d e p e n d i e n t e s ; b) c o b e r t u r a del m e r c a d o nacional en t é r m i n o s crecientemente oligopólicos, c) instalación de plantas en otros lugares del territorio mexicano. En realidad, estas empresas-grupo (o grupos nacidos de empresas madre) intensificaban su ciclo de adaptación al nuevo régimen político, superaban la crisis de 1929 y c o m e n z a b a n — con evidente plasticidad — a usufructuar el aparato de protección, subsidios, concesiones, créditos y c o n s u m o dirigido q u e m o n t a b a un Estado dedicado, c o n el mayor énfasis, a estimular la industrialización en México.

De la Segunda Guerra al Auge Petrolero Guerra y crecimiento acelerado En el desarrollo más contemporáneo de los grupos industriales regionales — a partir de 1940 — se p u e d e n entrever dos grandes m o m e n t o s de expansión: a) después de la Segunda G u e r r a M u n d i a l (finales de los años cuarenta y década de 1950); b) los años del boom petrolero m e x i cano. La coyuntura de guerra, la escasez de manufacturas y la ampliación del mercado i n t e r n o tornaron cada vez más necesaria, en M é x i c o , la p r o d u c c i ó n interna de bienes transformados. Las políticas económicas fueron deliberadamente diseñadas para proteger e impulsar la industria manufacturera (incentivos, subsidios, exenciones de impuestos, crédito público). Si la protección del Estado iba a p e r m a n e c e r vigente durante m e d i o siglo, los equipos empresariales c o n mayor experiencia para aprovechar tales circunstancias eran los de Monterrey. Surgieron o se desenvolvieron, así, numerosas empresas ligadas a la rama metálica básica, los minerales no metálicos, la fabricación de productos metálicos y eléctricos, entre otros ramos: Hojalata y Lámina ( H Y L S A , 1943, productora de acero); Trailers M o n t e r r e y (1946, fabricante de remolques y vehículos de transporte); Protexa (1947, inicia c o n impermeabilizantes y continuó c o n tuberías, para rematar c o n plataformas submarinas);Manufacturas Metálicas Monterrey y Conductores M o n t e r r e y (1956) se contaron entre ellas. M u c h a s de estas empresas prosiguieron su expansión — tanto vertical (desde la obtención de materia p r i m a hasta el bien terminado) c o m o geográfica — hasta reforzar su presencia nacional. Hacia finales de la década y principios de la siguiente se profundizó el desenvolvimiento de ramas dedicadas a bienes de capital. En los años sesenta i r r u m p i e r o n 118

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los productos electrónicos y se amplió la industria a u t o m o t r i z y de transporte. Es evidente y verificable q u e durante el p e r i o d o sustitutivo de importaciones la industria en M o n t e r r e y presentó un rápido crecimiento, m u y p o r encima de la media nacional. El proteccionismo, acentuado tras la Segunda Guerra Mundial, a u n a d o a una impresionante cantidad de acciones gubernamentales — tanto a escala federal c o m o estadual: i n cluía desde inversiones en infraestructura hasta participación pública en industria estratégicas, y desde estímulos fiscales hasta una agresiva política arancelaria — brindaron un ambiente propicio para el desarrollo de la industria urbana. 11

El esquema de Myrdal en operación E n t r e 1940 y 1960 se manifestó el s e g u n d o auge industrial de M o n t e r r e y y su área metropolitana. El crecimiento del sector fabril se caracterizó p o r una decidida concentración del capital en un n ú m e r o reducido de empresas y p o r una mayor especialización productiva o sectorización dirigida a la p r o d u c c i ó n de bienes intermedios, de capital y de c o n s u m o duradero (Ortega, 1998). El esquema de G u n n a r Myrdal (1974) parece aplicable al caso M o n terrey. Al describir un panorama de ascendente desequilibrio entre d i ferentes espacios regionales de un Estado-nación, Myrdal sugería q u e la región que dispone de ciertas ventajas iniciales tiende a aumentar esas ventajas en un proceso de causación acumulativa al atraer de otros espacios tanto inmigrantes altamente entrenados c o m o capitales, generar economías de escala y mayores niveles de ingreso con el correspondiente ahorro interior. Sería durante las primeras etapas del desarrollo c u a n d o las ventajas acumulativas tienden a concentrarse en regiones capaces de inaugurar altas tasas de crecimiento e c o n ó m i c o . Este tipo de f e n ó m e n o imbrica también acumulación c o n concentración de la población y de las actividades productivas en las áreas urbanas, de energéticos, de infraestructura y de comunicaciones.

Los empresarios d e M o n t e r r e y t u v i e r o n u n a i m p o r t a n t e p a r t i c i p a c i ó n e n l a p r o c u r a c i ó n d e los e n e r g é t i c o s r e q u e r i d o s para sus p r o c e s o s p r o d u c t i v o s . E n 1 9 4 3 , d o c e empresas del g r u p o o r i e n t a d o p o r C e r v e c e r í a C u a u h t é m o c instalaron u n a planta g e n e r a d o r a d e electricidad. L u e g o , a n t e los p r o b l e m a s d e a b a s t e c i m i e n t o d e gas ocasionados p o r la S e g u n d a G u e r r a , d e c i d i e r o n t e n d e r o t r o g a s o d u c t o desde la línea del Bravo a M o n t e r r e y , q u e c o m e n z ó a o p e r a r en 1 9 4 7 . I n t e r v i n i e r o n en este p r o y e c t o firmas vinculadas a C e r v e c e r í a C u a u h t é m o c , F u n d i d o r a de F i e r r o y Acero y Cementos Mexicanos.

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Entre 1940 y 1960, el crecimiento demográfico de M o n t e r r e y y lo q u e c o m e n z ó a perfilarse ya c o m o su Área Metropolitana fue de un 337 p o r ciento. Destacaba ya lo q u e algunos especialistas han d e n o m i nado "primera fase del f e n ó m e n o de metropolización de las grandes ciudades latinoamericanas" (García O r t e g a , 1988). U r b e q u e sobresalía desde principios de siglo, M o n t e r r e y g e n e r ó en 1940 el 7 - 2 % del p r o d u c t o B r u t o I n t e r n o B r u t o industrial del País (con el 3 . 4 % de los establecimientos fabriles y el 4.9% del personal ocupado). H a c i a 1950 su participación había pasado al 7.8%, mientras que en 1960 se acercaba al 10% (Sobrino, 1995:125). Los sectores de vanguardia El p e r í o d o fue d o m i n a d o de manera sensible p o r grandes plantas q u e ya habían vivido procesos de expansión vertical y geográfica, con presencia nacional. F u e en esta década de los sesenta, cuando el proceso de crecimiento impulsado p o r el sector manufacturero asumió, según M e n n o Vellinga (1988), las siguientes características: a) c a m b i o c o n t i n u o hacia ramas m o d e r n a s , intensivas en capital, para la p r o d u c c i ó n de bienes intermedios y de capital; b) acentuación de la concentración y centralización de capital, m u y superior a la que se perfilaba en otras áreas fabriles de M é x i c o ; c) la industria encauzaba su organización c o m o g r u p o , anticipando las grandes transformaciones que en los años setenta desembocarían en los conglomerados estilo estadounidense. H a c i a 1950, la presencia de p r o d u c t o s livianos o de c o n s u m o inmediato había caído en t é r m i n o s relativos frente a los intermedios o de capital. Estos últimos representaban más del 50 por ciento del valor p r o d u c i d o y del P I B industrial de la ciudad. Textiles, vestido, cuero y calzado, artículos de madera, habían descendido n o t o r i a m e n t e . Novedades llamativas resultaron la industria del papel, cuyos capitales aumentaron 35 veces entre 1940 y 1960, y la del tabaco — sus inversiones se quintuplicaron y llegó a aportar el 21 p o r ciento del PIB Industrial de M o n t e r r e y a fines de los años c i n q u e n t a . Los bienes intermedios y de capital — a la par que incrementaban su peso — concentraban-se en ramas c o n una prolongada historia local o, también, en otras q u e habrían de tornarse decisivas tras la crisis de 12

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La relevancia de estas dos ramas radica en la i m p o r t a n c i a de su p o s t e r i o r desarrollo: fueron respectivamente el o r i g e n de Cigarrera La M o d e r n a y del G r u p o M a l d o n a d o (que derivó en C O P A M E X , en la actualidad el segundo consorcio papelero privado de México).

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1982: sobresalían minerales no-metálicos, metálica básica y a u t o m o t r i z . El desenvolvimiento de los minerales no metálicos se sustentaba en c e m e n t o y vidrio, apoyándose en empresas-madre surgidas a principios de siglo ( C e m e n t o s Hidalgo — fusionada en 1931 c o n C e m e n t o s M o n t e r r e y — y Vidriera M o n t e r r e y ) , y en respuesta a la d e m a n d a v i gorosa provocada p o r la acelerada urbanización de la sociedad m e x i c a na. Si bien la cantidad de establecimientos de este tipo no se modificó en forma sustancial, el capital invertido entre 1940 y comienzos de los años sesenta se multiplicó en un 1 5 0 0 % . La metálica básica era la más significativa. C o n orígenes en tres p l a n tas inauguradas a fines del X I X para proveer al mercado estadounidense, robustecido a comienzos del siglo actual con la aparición de la p r i m e r a siderurgia integrada de América Latina (Fundidora de Fierro y Acero de Monterrey, 1903), este sector enfrentó en los años cuarenta un i m presionante tirón p o r la demanda de acero propiciada p o r la coyuntura bélica. M o n t e r r e y vio emerger una segunda siderúrgica privada en 1943: Hojalata y Lámina S.A. Mientras, en el vecino estado de Coahuila, se fundaba — c o m o en otros países latinoamericanos — una empresa estatal: Altos H o r n o s de M é x i c o . En esos veinte años, la metálica básica i n c r e m e n t ó en cuarenta veces sus inversiones, y hacia 1960 concentraba más del 4 0 % de las inversiones fabriles en el Area Metropolitana de Monterrey. Por su lado, la industria a u t o m o t r i z c o m e n z ó a cobrar fuerza en estas dos décadas: se pasó de la comercialización de automotores, la elaboración de accesorios y la reparación al a r m a d o y p r o d u c c i ó n de automóviles, camiones y carrocerías. Se cuadriplicaron los establecimientos dedicados a este sector, la inversión a u m e n t ó dieciocho veces y surgieron empresas c o m o Trailers M o n t e r r e y (1946), Industrias Metálicas M o n terrey (1950), e Industria A u t o m o t r i z (1957), todas pertenecientes al g r u p o familiar R a m í r e z , parido en estos años y cuya proyección habría de ser m u y significativa. Además, y ya en los años sesenta, los artículos eléctricos empezaron a tomar importancia, en especial, electrodomésticos y conductores. 13

Los años sesenta y las vísperas™ Tan largo proceso de maduración industrial se expresó c o n plenitud 13

E s t i m a c i o n e s basadas e n S o b r i n o , 1 9 9 5 .

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L o s siguientes a p a r t a d o s están basados en Palacios (1997) y Palacios y C e r u t t i (1998).

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en la década de 1960, en concordancia c o n el último t r a m o del milagro mexicano. Si en 1960 M o n t e r r e y a p o r t ó casi el 10 p o r ciento del P I B Industrial del País, en 1970 alcanzó su m á x i m o histórico: el 10.4 p o r ciento. La tasa anual de crecimiento en M o n t e r r e y era del 8.5 p o r ciento, mientras q u e a escala nacional fue del 8.1 p o r ciento (Garza, 1995:132). La modalidad específica de aquellos años — reiterando un f e n ó m e n o verificable en el contexto latinoamericano — se sintetizó en la r e p r o d u c c i ó n ampliada intensiva, una marcada inversión en el c a m b i o o reconversión tecnológicos, una mayor c o n c e n t r a c i ó n del capital, el surgimiento de lazos — hasta entonces no necesarios — c o n empresas extranjeras, y cierta tendencia a la expulsión de fuerza de trabajo. O p e r a n d o en un escenario de alta salud proteccionista y extrema intervención estatal, las industrias que más contribuían al valor agregado hacia 1970 respondían a siete actividades: metálica básica (20% del total); productos minerales no metálicos (12.2%); productos q u í m i cos (11%); tabaco (9.2%); alimentos (8.8%);productos metálicos e x c e p to maquinaria y equipos de transporte (7%); y maquinaria, aparatos, accesorios y artículos eléctricos y electrónicos (6.8%). Este g r u p o de sectores representaba el 75 p o r ciento del p r o d u c t o PIB industrial en 1970, y concentraba el 64.2 por ciento de la fuerza de trabajo ocupada en la industria de transformación. La antigua y siempre renovada industria metálica básica absorbía más de 15 mil trabajadores, y durante el lapso 1960-1970 había operado a u n a tasa media anual de crecimiento de casi el 12 p o r ciento. Minerales no metálicos ocupaban casi 19 mil asalariados, con tasas anuales de crecimiento p r o m e d i o entre 1965 y 1970 p o c o m e n o r al 13 p o r ciento. B u e n o es reiterar que cinco de las siete actividades indicadas se dedicaban sobre t o d o a la fabricación de insumos y bienes intermedios. Es decir, abastecían el propio proceso productivo. Las siete ramas, además, eran encabezadas p o r grandes empresas que se habían fundado entre finales del siglo X I X y los primeros cuarenta años del siglo X X . En resumen: en vísperas de la fase crítica del período sustitutivo (y 15

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Boletín Bimestral, C e n t r o de Investigaciones E c o n ó m i c a s , U n i v e r s i d a d A u t ó n o m a d e N u e v o L e ó n , 7 3 , febrero d e 1 9 7 5 .

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F u n d i d o r a de F i e r r o y. A c e r o , V i d r i e r a , V i d r i o s y Cristales, Galletera M e x i c a n a , C e m e n t o s M e x i c a n o s , Cigarrera La M o d e r n a , Hojalata y Lámina (HYLSA), Industrias Metálicas Monterrey, Protexa, Manufacturas Metálicas Monterrey, C o n d u c t o r e s M o n t e r r e y , Celulosa y D e r i v a d o s y Papelera M a l d o n a d o , e n t r e las principales.

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de la m u y específica respuesta q u e p r o t a g o n i z ó M é x i c o , c o n u n a formidable expansión de la p r o d u c c i ó n petrolera), M o n t e r r e y había logrado consolidarse c o m o p o l o fabril aplicado a la producción de insumos industriales y bienes de c o n s u m o duradero. Las empresas-madre y sus grupos c o m e n z a b a n a cerrar un proceso de acumulación sustentado en una alta especialización productiva, c o n claros signos de madurez en cuanto a integración vertical. Además, el devenir empresarial empezaba a insinuar la necesidad de u n a profunda reorganización: los corporativos de los años setenta y de principios de los años ochenta serían la respuesta. Crisis en ciernes y conglomerados

Entre 1970 y la crisis de 1982 se constituyó en Monterrey, en t é r m i nos formales, un i m p o r t a n t e n ú m e r o de conglomerados o corporativos. En su e n o r m e mayoría, sus raíces se r e m o n t a b a n a las empresas pioneras de principios de siglo o a las empresas-madre q u e aparecieron entre 1930 y 1950. Los mecanismos organizativos previos — q u e se venían e x p e r i m e n tando desde los años treinta — y una densa capacidad financiera favorecieron este f e n ó m e n o , acelerado además p o r los signos evidentes de agotamiento q u e presentaba el m o d e l o proteccionista o sustitutivo de importaciones. De la integración esencialmente vertical se pasó a la inversión diversificada (antigua experiencia, p o r otro lado), p o n i e n d o en marcha un ciclo q u e tendía a compensar las limitaciones sectoriales del propio mercado interior. El Estado, en M é x i c o , c o n t r i b u y ó a fomentar la reestructuración empresarial. H u b o incentivos fiscales q u e alentaron el estatuto formal de los corporativos, c o m o la Ley de Sociedades de F o m e n t o , p r o m u l gada en j u n i o de 1973, q u e concedía subsidios fiscales para auspiciar "la integración de empresas en g r u p o s d e n o m i n a d o s unidades de f o m e n t o " . E s decir, " e m p r e s a s c o n t r o l a d o r a s q u e c o n s o l i d a n resultados económicos, financieros y fiscales" (Basave K u n h a r d t , 1996:85). D e s de mediados de los años setenta, entonces, la legislación favoreció la aparición de conglomerados sustentados en grandes empresas y de g r u pos financieros-industriales. Algunos de los más famosos grupos locales (ALFA, VISA, Protexa) diversificaron de manera ostensible su base de operaciones e incursionaron c o n vigor — durante los años setenta — en ramos c o m o alimentos, banca, turismo y bienes raíces. U n o de los rasgos típicos de estos corporativos — siguiendo el c a m i n o de las empresas-madre y sus g r u Empresarios, empresa y grupos económicos en el norte de México 123

pos e c o n ó m i c o s — fue el fuerte p r e d o m i n i o unifamiliar o de unas pocas familias. Y en casi todos los casos, hasta la actualidad, descendientes de las familias fundadoras m a n t i e n e n su dirección o siguen influyendo en su liderazgo. Esto ocurría, curiosamente, mientras se cernía la crisis internacional del petróleo, que se profundizó c o n la desaceleración económica en los principales países industrializados (1974-1975). Si se detiene la mirada en los años 1 9 7 0 - 1 9 7 6 , M é x i c o manifestaba c o n claridad los signos de agotamiento del m o d e l o sustituitivo q u e , a su vez, golpeaba sobre el sistema político y las relaciones entre el Estado y los empresarios de Monterrey. Espiral inflacionaria, endeudamiento externo, incertidumbre, falta de confianza empresarial y conflictos sociales remataron con una formidable devaluación, en 1976, la p r i m e r a en el país en décadas. El debilitamiento del r i t m o e c o n ó m i c o arrastró a una virtual paralización, en coincidencia c o n la salida de u n o de los presidentes m e n o s simpáticos al sector empresarial de M o n t e r r e y ; Luis Echeverría Alvarez. 17

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El auge petrolero Pero, entre 1977 y fines de 1 9 8 1 , M é x i c o se lanzó a la explotación y exportación de petróleo y — a diferencia de Brasil o Argentina — atenuó o postergó la crisis de mediados de los años setenta. Los efectos de la devaluación de 1976 fueron superados c o n rapidez, las relaciones entre el Estado y los empresarios del N o r t e mejoraron, y una e n o r m e i n y e c c i ó n de r e c u r s o s p ú b l i c o s y de c r é d i t o s extranjeros b r i n d ó extraordinaria liquidez al m e r c a d o i n t e r i o r . 19

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La desaceleración de la e c o n o m í a y el fantasma de la inflación desataron en los setenta u n p e r i o d o d e i n n u m e r a b l e s luchas o b r e r a s p o r frenar e l d e t e r i o r o salarial, eventos q u e t a m b i é n c u e s t i o n a r o n el c o r p o r a t i v i s m o y las dirigencias a n t i d e m o cráticas (el enanismo sindicall. Los m o v i m i e n t o s m á s beligerantes se desarrollaron en los sindicatos n a c i o n a l e s de empresas paraestatales (electricistas, m i n e r o s , f e r r o carrileros, telefonistas) q u e p o s e í a n i m p o r t a n t e s c o n t r a t o s colectivos y experiencias m á s desarrolladas, e n c o n t r a s t e c o n l a g r a n e m p r e s a privada c o n a s e n t a m i e n t o e n M o n t e r r e y d o t a d a d e u n sistema sindical b a s a d o e n u n a regulación del trabajo a l t a m e n t e flexible (el sindicalismo blanco).

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E n s e p t i e m b r e d e 1 9 7 3 fue asesinado e l e m p r e s a r i o E u g e n i o Garza Sada d u r a n t e u n frustrado i n t e n t o d e secuestro p o r l a g u e r r i l l a u r b a n a . L a virulencia del conflicto e n t r e los empresarios regionales y el P r e s i d e n t e de la N a c i ó n llevó a q u e los p r i m e r o s responsabilizaran d e l suceso a l g o b i e r n o d e Luis Echeverría. E u g e n i o Garza Sada había sido el f u n d a d o r del I n s t i t u t o T e c n o l ó g i c o de M o n t e r r e y , en 1 9 4 3 . L a oferta d e c r é d i t o e x t e r n o parecía ilimitada. U n e j e m p l o fueron las "líneas d e c r é d i t o a b i e r t a s " para las g r a n d e s empresas. La presencia de b a n c o s extranjeros en

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Hacia 1978, la recuperación de la industria de M o n t e r r e y era visible, h a b i e n d o crecido más de 14 p o r ciento respecto al año anterior. En o r d e n de i m p o r t a n c i a las ramas que mejores resultados o b t u v i e r o n fueron la fabricación de maquinaria; aparatos, accesorios y artículos eléctricos; j u n t o c o n autopartes y metálica básica. Y, sobre t o d o , c o n el auge petrolero se desarrolló con énfasis la petroquímica secundaria, cuyas raíces habían sido sembradas en los años cuarenta. Grupos c o n base en M o n t e r r e y — ALFA, Protexa y C Y D S A — elaboradores de p r o d u c t o s (poliuteranos, impermeabilizantes, f i b r a s químicas) q u e requieren derivados del petróleo, se vieron ampliamente beneficiados. Protexa, estrechamente vinculada a Petróleos Mexicanos ( P E M E X ) — y dedicada a la construcción de plataformas submarinas de exploración, tuberías subterráneas y submarinas, y bienes conexos — resultó un caso espectacular. 20

Para la mayoría de los grandes corporativos fueron los años de mayor crecimiento y expansión. El auge e c o n ó m i c o y la sólida posición de los g r u p o s más fuertes sirvieron para modernizar en algunos casos los sistemas productivos y ampliar la capacidad instalada. C e m e n t o s M e x i c a nos ( C E M E X ) — siempre bajo el liderazgo de la secular familia Z a m b r a n o — creció bajo el estímulo del auge petrolero y los programas de edificación habitacional. Entre 1977 y 1981, C E M E X duplicó su p r o d u c c i ó n (desbordando los siete millones de toneladas anuales), cuadruplicó sus ventas y multiplicó o n c e veces sus utilidades. En 1980,la producción industrial de Monterrey subió 10.6% respecto a 1979. Para 1980, además, M o n t e r r e y era la segunda ciudad fabril del País: representaba un 2 5 % de la industria asentada en la e n o r m e ciudad capital y sus prolongaciones hacia el Valle de M é x i c o , y equivalía al valor c o n j u n t o generado p o r Guadalajara,Toluca y Puebla. La fácil disponibilidad de recursos, los notorios estímulos g u b e r namentales y el acceso a créditos externos en dólares, habían p e r m i t i d o crecer c o n rapidez — bajo el paraguas del auge petrolero — a fines de los años setenta. Pero, también, endeudarse. El d e r r u m b e de los precios del petróleo y la devaluación de 1982 abrieron paso a una de las peores crisis de la e c o n o m í a mexicana en el siglo veinte. 21

el País casi se d u p l i c ó en p o c o s a ñ o s : en 1972 eran 5 5 4 b a n c o s c o n registro legal para o p e r a r en M é x i c o y para 1 9 7 9 la cifra rebasaba los 9 4 0 (Basave K u n h a r d t , 1996:76). 20

Boletín Bimestral, 9 7 , febrero de 1 9 7 9 .

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El Norte, 2 de abril y 15 de m a y o de 1 9 8 2 .

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1982: El Fin del Proteccionismo La gran crisis 1982 fue el colofón de una crisis larvada, contenida durante una década. Definida p o r algunos c o m o crisis de transición hacia un nuevo p a t r ó n o r é g i m e n de acumulación (Valenzuela, 1986; Guillen, 1990; Dussel, 1997), t e r m i n ó de demoler el m o d e l o de desarrollo forjado en los años treinta y cuarenta, del cual tan representativo es el caso m e x i cano. El carácter estructural del f e n ó m e n o se extendió hacia todas las sociedades latinoamericanas que se habían impuesto c o m o meta la industrialización protegida c o n amplia intervención estatal (Carlota Pérez, 1996;Wilson Peres, 1998). En M é x i c o , la marcada subordinación de su crecimiento más reciente a la p r o d u c c i ó n y exportación petrolera propició que la crisis se d e m o rara p r i m e r o , y que aterrizara — luego — c o n la caída de los precios del petróleo, a partir del segundo semestre de 1981, rematando c o n otra impresionante devaluación y la moratoria en el pago de la deuda, en febrero de 1982 (Lustig, 1994; Guillen, 1990). La crisis más aguda desde 1929 resultó p o r otro lado el p r o l e g ó m e n o a un profundo proceso de reestructuración tanto del aparato productivo c o m o de los mecanismos de organización empresarial, reconversión orientada a operar en un nuevo escenario e c o n ó m i c o internacional. B u e n a parte de las empresas manufactureras no solo debieron recuperarse en términos financieros: tuvieron también q u e emprender, a la vez, una serie de cambios, un proceso de adaptación acelerado a tendencias más generales q u e tornaban prioritario el m e r c a d o mundial, la integración e c o n ó m i c a de espacios plurinacionales y lo q u e luego se llamaría globalización. 1982 en Monterrey ¿Cuál era el panorama general de la gran industria y de los más poderosos conglomerados en M o n t e r r e y en 1982? ¿En qué condiciones t o m ó la crisis a los grandes corporativos? La industria regional se contó entre las más afectadas en M é x i c o . Según organismos empresariales, al finalizar 1982 presentaba un 40 p o r ciento de capacidad ociosa, y la inversión había caído en una proporción similar. La contracción se manifestó asimismo en la reducción de sus importaciones: un 60 p o r ciento m e n o s que en 1981 (de 1.333 millones de dólares a 547), lo q u e era casi el doble del p r o m e d i o nacional (35 p o r ciento) (Mendirichaga, 1989:148-149). 126

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Y la deuda del conjunto empresarial — que había obtenido préstamos externos sumamente baratos durante los años setenta — se cuadruplicó en términos de pesos nacionales p o r las sucesivas devaluaciones registradas en 1982. Si el empleo descendió de forma inmediata en términos globales entre 10 y 15 p o r ciento, fué en las abultadas nóminas de empleados de alto nivel, ejecutivos y gerentes d o n d e se registró un explosivo n ú m e r o de despidos. Dedicada desde décadas atrás a una especialización productiva o r i e n tada a bienes intermedios, duraderos y — parcialmente — de capital, la industria local fue sacudida de manera m u c h o más aguda q u e otras regiones fabriles del País. Las actividades más deprimidas resultaron material para transporte (-276 p o r ciento respecto a 1981); productos minerales no metálicos (-37 p o r ciento); metálica básica (-31.4%), m a quinaria (-30.5 p o r c i e n t o ) . Las dos empresas más importantes en metálica básica (HYLSA y Fundidora de Fierro y Acero) debieron c a n celar planes de expansión. 22

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Recesión, deuda e intervención estatal La década de los ochenta tuvo c o m p o n e n t e s profundamente recesivos para la industria de M o n t e r r e y : entre 1980 y 1988 presentó un c o m p o r t a m i e n t o negativo (-1.1 p o r ciento anual) frente al levemente positivo que mostraba el p r o m e d i o nacional (0.8 p o r ciento anual). La participación global en el PIB Industrial disminuyó del 10.2 p o r ciento (1980) al 8.8% en 1988. El inicio de la liberalización comercial y el ingreso de M é x i c o al G A T T (1986) puso fin al mercado cautivo y, con ello, a las numerosas ventajas que usufructuaban estos g r u p o s e c o n ó m i c o s dentro de las fronteras nacionales. Los grandes conglomerados se vieron obligados a enfrentar el m u y serio problema de la deuda externa. ALFA, u n o de los más comprometidos c o n el auge petrolero, declaró la imposibilidad de pagar a sus acreedores 2.300 millones de dólares y — c o m o harían

Un diario local d e s c r i b i ó así la situación: " e l o b r e r o q u e oye quejarse a sus hijos p o r enésima vez del m e n ú c o n papas y m á s papas, sabe q u e n o p u e d e c o m p r a r u n kilo de bistecs (carne), sabe lo q u e es la inflación. (Pero) el j o v e n profesionista p r e s u m i d o q u e saludaba c o n u n a tarjeta del c o r p o r a t i v o e n t r e los d e d o s , e l q u e p e r n o c t a b a en N u e v a Y o r k y pagaba c o n d o m i n i o en la Isla del Padre (playa de Texas), él m i s m o h o y busca c h a m b a ( e m p l e o ) , c u a l q u i e r c h a m b a : él sí p u e d e dar t e s t i m o n i o de lo q u e es el d e s e m p l e o o de si (le) afecta o no la r e c e s i ó n " . El Diario de Monterrey, 28 de j u l i o de 1 9 8 1 . Boletín Bimestral, 1 2 3 , m a y o de 1 9 8 3 .

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varios conglomerados — se apresuró a abandonar sectores c o m o turism o , bienes raíces y otros servicios. En 1986 debió cerrar la legendaria Fundidora de Fierro y Acero de M o n t e r r e y (estatizada en los años setenta) que había c o m e n z a d o a operar casi cuarenta años antes que otra siderurgia de leyenda — Volta R e d o n d a . A u n q u e anunciaba su retirada — cumplida sobre t o d o desde 1985 — (Lustig, 1994) el Estado se vió obligado a intervenir en defensa de no pocas de estas grandes empresas. Es que, de cierta forma, continuaba presionado p o r una inercia q u e llevaba décadas, y que se había acentuado en los años setenta, c u a n d o p r e t e n d i ó alargar el ciclo de vida del m o d e l o sustitutivo (al q u e había agregado un claro accionar, también en los años setenta, en favor de la e x p o r t a c i ó n de manufacturas). E n tre 1982 y 1985 se aplicaron medidas destinadas a atenuar la deuda de los grupos privados, refinanciar sus pasivos, facilitar la entrada de capitales externos para aliviarlos, c o n d o n a r intereses moratorios, disminuir la presión fiscal, absorber porciones de la deuda privada y garantizar su reestructuración ante organismos internacionales. Todos estos instrum e n t o s fueron ampliamente usados p o r los empresarios de Monterrey, cuya deuda externa representaba la tercera parte del total de la deuda privada m e x i c a n a . La crisis de 1982 — que desnudó la tendencia a reconvertir el m o d e lo de industrialización en América Latina — arrastró otro importante efecto: la necesidad de t o m a r distancia del frágil mercado interno y orientar buena parte del esfuerzo productivo hacia los mercados e x ternos. En ese sentido, la cúpula empresarial de M o n t e r r e y habría de mostrar una alta capacidad de adecuación — ya manifestada en épocas previas — y se anticipó tanto a la política propugnada p o r el Estado en M é x i c o desde 1988 c o m o a las negociaciones que desembocaron en el Tratado de Libre C o m e r c i o para la A m é r i c a del N o r t e . 24

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" L a e x p o r t a c i ó n masiva d e m a n u f a c t u r a s c o m e n z ó a c o n t e m p l a r s e c o m o u n a o p c i ó n para d i n a m i z a r y s u p e r a r la b r e c h a d e l s e c t o r e x t e r n o . En este sentido, se e m p e z ó a dar u n a serie de estímulos para a l e n t a r las e x p o r t a c i o n e s m a n u f a c t u r e r a s " . Las e x p o r t a c i o n e s m a n u f a c t u r e r a s , hacia 1 9 7 4 , representaban cerca de la m i t a d de las ventas totales al e x t e r i o r en escala n a c i o n a l (Guillen, 1990: 10). La efectividad de las m e d i d a s g u b e r n a m e n t a l e s fue notable: el sexenio presidencial a b i e r t o e n 1 9 8 2 a r r a n c ó c o n u n a d e u d a e x t e r n a del sector p r i v a d o q u e ascendía a 23 m i l 9 0 7 m i l l o n e s de dólares; en sus p o s t r i m e r í a s se había r e d u c i d o a 7 mil 114 millones d e dólares (Alvarez U r i a r t e , 1 9 9 1 : 8 2 7 - 8 3 7 ) . Estrategia, 6 7 , e n e r o - f e b r e r o de 1986: 4 8 .

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TLC y Globalización: La Respuesta Empresarial Gran empresa y reestructuración S e g ú n W i l s o n Peres (1998), los grandes grupos y empresas de capital nacional fueron"el resultado más avanzado" que dejó en Latinoamérica la sustitución de importaciones " e n el universo de las empresas privadas nacionales". Tras quince años de reformas estructurales — derivadas en general de la crisis de 1982 a u n q u e anticipadas en Chile durante la segunda p o r c i ó n de los años setenta — esos grandes grupos empresariales " c o n t i n ú a n siendo actores decisivos en la economía de los países de la región". Esta inferencia parece ampliamente aplicable a Monterrey, a u n q u e habría q u e efectuar dos precisiones: a) M o n t e r r e y y su empresariado contaban c o n m e d i o siglo de experiencias cuando apareció la sustitución de importaciones, así c o m o habían surgido los parques fabriles de Sao Paulo, B u e n o s Aires o el valle de M é x i c o . En t o d o caso, la sustitución de importaciones les facilitó un crecimiento sin precedentes; b) el a p r o v e c h a m i e n t o del m o d e l o i m p l e m e n t a d o durante los años treinta y cuarenta fue factible, en Monterrey, p o r motivos derivados de u n a ya antigua dinámica regional q u e — p o r ello — p u d o usufructuar la más j o v e n dinámica nacional. Los años ochenta y las nuevas políticas del Estado en México obligaron a una readecuación de los sectores empresariales — transformaciones que parecen haber sido satisfechas c o n suficiente rapidez entre los g r u pos y grandes empresas asentadas en Monterrey. C o n la modificación de la Ley sobre Inversiones Extranjeras, en 1984, se eliminaron las barreras para el ingreso del capital e x t e r n o . Ante las necesidades generadas p o r la más reciente crisis, se t o r n ó frecuente la venta de porciones de los paquetes accionarios, se intensificaron las coinversiones con capitales externos y la gestación de alianzas estratégicas c o n estadounidenses, europeos o asiáticos. 27

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E x p e r i e n c i a s t e m p r a n a s de industrialización en A m é r i c a Latina, España e Italia s o n estudiadas en C e r u t t i y Vellinga, 1 9 8 9 .

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E n m a y o d e 1 9 8 9 s e e x p i d i ó e l R e g l a m e n t o d e l a Ley para P r o m o v e r l a I n v e r s i ó n M e x i c a n a y R e g u l a r la Extranjera, q u e dejaba en desuso la l i m i t a n t e del 4 9 % en los p a q u e t e s a c c i o n a r i o s para los extranjeros, y p e r m i t í a la entrada hasta del 1 0 0 % en ramas manufactureras y de servicios (Estrategia, 8 9 , s e p t i e m b r e - o c t u b r e de 1 9 8 9 : 8)

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Ya d e s d e los años sesenta, fracciones del e m p r e s a r i a d o local v e n í a n estableciendo

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R e c o n v e r s i ó n tecnológica, aceptación de la apertura comercial, usufructo abierto de los procesos de privatización, actitud para ocupar nichos en el m e r c a d o internacional, inversiones en el exterior, r e c o n o c i m i e n t o de las nuevas c o n d i c i o n e s dibujadas en el escenario mundial, alianzas diversas con empresas líderes a escala internacional, integración a / e n la fábrica global y — en especial — aprovechamiento sistemático de la e c o n o m í a estadounidense (en m u y diversos sentidos) s o n algunas d e las e x p r e s i o n e s c o n q u e o p e r a r o n estos g r u p o s empresariales. La política de penetración en los mercados externos se imbricó con la decisión de invertir en el exterior, planteamiento q u e desenvolvieron, entre otros grupos, C e m e n t o s M e x i c a n o s (hoy la tercera productora del m u n d o ) ,Vitro, I M S A , Pulsar, Protexa y ALFA. Esta salida hacia los mercados externos — y la alternativa de dejar de d e p e n d e r del i n c o n sistente mercado interior — hizo posible a estos núcleos empresariales sobrellevar un nuevo y feroz coletazo: la crisis de 1 9 9 4 - 1 9 9 5 , que con tanta dureza golpeó la economía mexicana. Monterrey: la última respuesta María de los Angeles Pozas (1999) ha efectuado un sucinto análisis de las "estrategias de globalización" de siete consorcios regionales, muchos de los cuales se encuentran repetidamente citados en este trabajo, son descendientes de algunas de las empresas-madre mencionadas, o continúan teniendo c o m o base articuladora alguna de las familias fundadoras de la industria en Monterrey. D i c h o s conglomerados — señala la Autora, "presentan un alto nivel de globalización en sus actividades productivas" y han anudado en tiempos recientes un elevado n ú m e r o de alianzas estratégicas c o n empresas extranjeras. O t r o s elementos comunes que muestran estos c o n g l o m e r a d o s : " su gran tamaño, su a m plia participación en el mercado nacional y sus experiencias previas de alianzas y convenios estratégicos c o n socios extranjeros". Esto último, remata la citada autora, explicaría "su rápida respuesta al cambio en el e n t o r n o después de la apertura e c o n ó m i c a de 1 9 8 6 " . La mayoría de las empresas adoptadas c o m o objeto de estudio para esta fase en esta ponencia suponen corporativos claramente diversifica-

asociaciones t e c n o l ó g i c a s y financieras c o n firmas extranjeras ( m u c h a s de las cuales subsisten hasta la fecha). Los c o n g l o m e r a d o s q u e m á s se destacaron en esta práctica fueron A L F A , V I S A , I M S A , P r o t e x a , V i t r o y A x a . M á s del 5 0 % de las coinversiones se realizaron c o n empresas de o r i g e n e s t a d o u n i d e n s e .

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dos, ya en p r o d u c c i ó n ya en términos geográficos. R e s u m i m o s aquí cuatro ejemplos: * ALFA. P r o d u c e u opera en aceros, alimentos, p e t r o q u í m i c o s , telecomunicaciones, electricidad y automotores de aluminio. F u e el c o n g l o m e r a d o más golpeado p o r la crisis del 1982, y su capacidad de respuesta p u e d e verificarse p o r su dinámica actual. * I M S A . P r o d u c e acero, acumuladores eléctricos, derivados del aluminio y estructuras metálicas para la construcción. Cuenta con plantas en México, Argentina, Brasil, Chile,Venezuela, Colombia, Estados Unidos y Costa R i c a . * C E M E X . A c o m p a ñ a su ultraespecialización en c e m e n t o c o n una n o t o r i a dispersión geográfica: plantas de España, Estados U n i d o s , Venezuela, C o l o m b i a , P a n a m á , R e p ú b l i c a D o m i n i c a n a , Filipinas e Indonesia. * P U L S A R . Tras desprenderse de la elaboración del tabaco (Cigarrera La M o d e r n a ) se ha lanzado a la agrobiotecnología, e incursiona asimismo en seguros, servicios financieros, servicios médicos y empaques de cartón. En agrobiotecnología, su subsidiaria Seminis (California) p r o d u c e la cuarta parte de las semillas q u e se c o n s u m e n a escala mundial. Absorbe en la actualidad cerca del 40 p o r ciento del mercado estadounidense de legumbres, y suma centros de investigación y producción en más de cincuenta países.

Principales Conclusiones En los " c o m e n t a r i o s i n t r o d u c t o r i o s " ya se adelantaron algunas c o n clusiones. La c o m b i n a c i ó n de factores familiares, el carácter y la e x p e riencia derivadas de los vínculos c o n Estados U n i d o s y cierta dinámica regional explicarían la perdurabilidad — o capacidad de adecuación — del e m p r e s a r i a d o c o n base en M o n t e r r e y desde antes del E s t a d o oligárquico hasta los t i e m p o s de la globalización. La i n f o r m a c i ó n suministrada, empero, p e r m i t e matizar o ampliar algunos de estos c o m ponentes explicatorios: * Familia y redes familiares: 1) no todas las familias fundadoras perduraron; 2) cada situación de crisis (guerras civiles, revolución, 1929, 1982) o cada m o m e n t o de prosperidad (porfiriato maduro, segunda posguerra, auge petrolero) abrieron cauces para la incorporación de grupos familiares distintos, que se sumaron a los sobrevivientes de las etapas anteriores; 3) las nuevas familias terminaron integrándose, c o n suma frecuencia, a las más antiguas; 4) el m a t r i m o n i o y la sociedades Empresarios, empresa y grupos económicos en el norte de México 131

p o r acciones estuvieron en el o r i g e n de estos procesos de articulación; 5) la empresa de c o n d u c c i ó n familiar — transformada en conglomerado — sigue viva, y no parece ser m e n o s eficaz q u e la de conducción exclusivamente profesional. * El Norte y Los Estados Unidos: 1) aún en los tiempos del mercado i n t e r n o protegido, la vinculación c o n los Estados U n i d o s diferenció al empresariado de M o n t e r r e y en M é x i c o ; 2) en realidad es el N o r t e mexicano — en su conjunto — el q u e presenta u n a dinámica propia, alimentada p o r dos vertientes: p u d o h i s t ó r i c a m e n t e y p u e d e , hoy, operar con el m e r c a d o i n t e r n o y — a la vez o c o m o alternativa — con el m e r c a d o estadounidense; 3) M o n t e r r e y habría sido el n u d o de operaciones más propicio — en el largo plazo — para el desenvolvimiento empresarial dentro del escenario n o r t e ñ o . * Dinámica regional y políticas del Estado: 1) esto significaría, en el contexto m e x i c a n o , que el N o r t e es el área con mayor capacidad de adaptación a las actuales desafíos de la e c o n o m í a internacional; 2) en el marco más general de las sociedades periféricas, podría incluirse entre los espacios multirregionales c o n mejores condiciones para responder a la globalización (como sucede en España c o n Cataluña y en Portugal c o n el área q u e rodea a Porto); 3) las políticas a implementar p o r el Estado en M é x i c o deberían tener en cuenta esta cada vez más nítida diferenciación regional: de no h a c e r l o p o d r í a n plantearse severos conflictos, ya entre el p o d e r central y los grupos dirigentes de las regiones más propensas a la globalización, ya entre estos últimos y las regiones menos aptas para enfrentar los dramáticos cambios del fin de siglo.

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Empresarios, empresa y grupos económicos en el norte de México

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Mario Cerutti, Isabel Ortega y Lylia Palacios

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Anexo 1 E m p r e s a s p o r área de actividad en las q u e se verificó la participación de m i e m b r o s de las familias seleccionadas ( 1 8 9 0 - 1 9 0 5 ) Rubro

Cantidad de empresas

Minería Industria Agropecuario Varios (finanzas, comercio, transportes, servicios)

168 40 19 43

Total por actividades Total de empresas

270* 260*

Fuente principal: Libros de notarios de Archivo General del Estado de Nuevo León. * Observación: La diferencia entre ambas cifras deriva de que en algunos casos ciertas compañías actuaban en actividades diferentes (minería e industria, por ejemplo).

Empresarios, empresa y grupos económicos en el norte de México

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Anexo 2 Asociaciones empresariales seleccionadas, 1890-1905 Años

Empresas

Familias representadas

Negociación Minera San Francisco Compañía del Ferrocarril Urbano y Local de Monterrey a Santa Catarina Banco de Nuevo León, S.A. Compañía Minera de la Fe y Anexas, S.A.

3(Ar-Fer-Zb)

1890

3(Bd-HM-Rv) 3 ( A r - M d -Zb) 4(Ar- Bd- H M - Rv) 4(Bd- CM-Fer- Rv) 6 ( B d - F e r - H M - M d - R v - Zb)

1891 1892 1893 1897 1894

3(CM-HM-Rv) 3(Ar-Bd-Mm) 4 ( F e r - H M - M m - Zb) 4(Bd-CM-HM-Mm) 3(Fer-Mm- Zb) 7(Ar-Bd-Fer-HM-Md-Rv-Zb-) 7(Ar-Bd-Fer-HM-Md-Rv-Zb) 7(Ar-Bd-CM-Fer-HM-Md-Rv) 4(Ar-Bd-Fer-Zb) 5(Ar-Bd-Fer-Rv-Zb) 3(Md-SMG-Zb) 4(Bd-CM-Fer-Mm) 3(Fer-Md-Zb) 3(Fer-SMG-Zb) 5(Ar-CM-Fer-Md-SMG)

1895 1895 1895 1895 1896 1897 1897 1897 1897 1897 1897 1897 1897 1900 1898

Compañía Minera de San Pablo, S.A. Fábrica de Hilados y Tejidos La Fama Nuevo León, S.A. Club Atlético Monterrey, S.A. Negociación Minera La Fortuna, S.A. La Esperanza, S.A. Compañía Minera el Refugio, S.A. Compañía Minera Azteca, S.A. Compañía Minera Carbonato, S.A. Compañía de Baños de Monterrey, S A . Compañía Minera La Equitativa y Anexas, S.A. Compañía Minera Maravillas y Anexas, S.A. Compañía Minera de Dolores, S.A. Compañía Industrial de Monterrey, S.A. Compañía Minera Norias de Bajan, S.A.

a

Compañía Minera El Carmen, S.A. Compañía Industrial de Artefactos 1898 de Metal Laminado El Barco, S.A. 7(Ar-Bd-CM-Fer-HM-Rv-SMG) 1898/1899 Compañía Industrial Jabonera de La Laguna, S.A. 5 ( B d - C M - H M - M d - M m ) Compañía del Panteón del Carmen, S.A. 1899 5(Bd-CM-Fer-HM-Rv) 1899 Compañía Minera Mala Noche 3(Bd-Fer-Rv) Compañía de Tranvías al Oriente 1899 y Sur de Monterrey, S.A. 4(Ar-HM-Rv-Zb) 1899 Compañía Minera La Luz, S.A. 3(Fer-HM-Rv) 1899 Compañía Minera, Fundidora 6(Ar-Bd-Fer-HM-Mm-Zb) 1900 y Afinadora de Monterrey, S.A. 6(Ar-Bd-Fer-Md-Mm-Zb) Banco Mercantil de Monterrey, S.A. 7(Fer-HM-Md-Mm-Rv-SMG-Zb) 1899 7(Bd-CM-Fer-HM-Mm-Rv-SMG) 1905 1900 Teatro Circo de Monterrey, S.A. 4(CM-Md-Rv-Zb) 1900 Compañía Minera del N o r t e 3(Md-SMG-Zb) Compañía Fundidora de Fierro 1900 y Acero de Monterrey, S.A. Todas las familias 1900 Fábrica de Cartón de Monterrey, S.A. 4(CM-HM-Md-Zb) Compañía Ladrillera Unión, S.A. 8(Bd-CM-Fer-HM-Md-Rv-SMG-Zb) 1900 Compañía de Ferrocarriles Urbanos 1900 de Monterrey, S.A. 4(Bd-CM-HM-Rv) Compañía Industrial Tipográfica de Monterrey, S.A. 1900 4(Bd-HM-Rv-SMG) Negociación Minera de Santo Tomás 1900 de Villanueva, S.A. 3(Ar-Fer-Zb)

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b

C o n t . anexo 2 a

Empresas

Familias representadas

Asociación Industrial Reinera, S.A. Empresa Editorial de Monterrey, S.A. Compañía Minera El Porvenir, S.A. Compañía Minera La Salvadora, S.A. Compañía Minera Providencia y Juárez Compañía Carbonífera de Monterrey, S.A. Compañía Minera La Paz, S.A. Compañía Minera San Rafael de Bajan, S.A. Compañía Ferrocarriles de Matehuala, S.A. Compañía Minera Gran Cuadra Prodigio y Anexas de Zacatecas, S.A. Compañía Minera de San Francisco de la Soledad, S.A. Compañía Minera La Palmilla, S.A. Compañía Minera Tuxtepec, S.A. Fábrica de Vidrios y Cristales de Monterrey, S.A.

4(Fer-HM-Md-Rv) 8 (Bd-CM-Fer-HM-Md-Rv-SMG-Zb) 4(CM-Fer-Rv-SMG) 3(Bd-Fer-SMG) 5(CM-Fer-HM-Rv-SMG) Todas las familias 4(Ar-Fer-Rv-Zb) 4(CM-Fer-Rv-SMG) 3(Bd-HM-Mm)

1901 1901 1901 1901 1901 1902 1902 1903 1903

5(Bd-CM-Fer-Rv-SMG)

1903

3(Fer-Rv-SMG) 5(Ar-Bd-Fer-Md-Rv) 3(Fer-Md-Zb) Todas las familias

1903 1903 1903 1904

Años

b

Fuente principal: Libros de Notarios del Archivo General del Estado de Nuevo León. Observaciones: (a) En orden alfabético, las familias Armendaiz (Ar), Belden (Bd), Calderón-Muguerza (CM), Ferrara (Fer), Hernández-Mendirichaga (HM), Madero (Md), Milmo (Mm), Rivero (Rv), Sada Muguerza-Garza (SMG) y Zambrano (Zb). (b) Indica el año en que fue verificada la asociación entre miembros de las familias mencionadas.

Empresarios, empresa y grupos económicos en el norte de México

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