Emprendimiento Femenino desde la Investigación Acción Participativa: Principales Resultados

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Descripción

Emprendimiento Femenino desde la Investigación Acción Participativa:

C

omo se generaron los Resultados de este Estudio

Enfoque de trabajo e investigación: IAP, “Investigación Acción Participativa”, método que se enfoca en el aprendizaje de los grupos o comunidades a través de un proceso de discusión grupal reflexiva, en el cual participa la población involucrada, el grupo cuya realidad se aborda. Tabla 1: Características de quienes participaron

Fuente: Elaboración propia.

¿Qué instrumentos se usaron?: Entrevistas grupales, sesiónes de conversación grupal respecto a ser mujer y emprendedora. Fueron cuatro sesiones de trabajo las cuales fueron grabadas y luego transcritas para ser analizadas mediante un software llamado ATLAS- TI. Estos datos se analizaron bajo el enfoque de Teoría Fundamentada, que básicamente es crear teoría a partir de la información y no basarse en verdades preestablecidas.

Emprendimiento Femenino desde la Investigación Acción Participativa:

Principales Resultados A través del trabajo colaborativo que tuvo como eje central el aprendizaje y compartir de saberes del grupo, encontramos diferentes elementos que son interesantes de mostrar 1.El éxito no es una meta individualista. Generalmente se piensa que el éxito es algo que se logra solo o sola y que depende de logros principalmente materiales y económicos. Los resultados nos dicen que para las mujeres, el éxito es algo más amplio conceptualizado como “éxito familiar”, donde la meta es el bienestar del núcleo cercano y su felicidad. “bueno, yo en mi caso. Con mi creencia de que mis hijos van a ser capaces de mantenerse y vivir por ellos mismos y siendo felices con eso yo creo que es mi éxito”(M1). 2.El carácter performativo del género en el emprendimiento A lo largo del tiempo se ha podido reconocer el carácter “performativo” que tiene el género en el emprendimiento, es decir, moverse como emprendedor o emprendedora a través de acciones asociadas más a lo masculino, que ha sido lo tradicional a lo largo de la historia. En este sentido hay dos posiciones que se contraponen: por un lado, mujeres que ven cómo el rol construido socialmente del emprendedor en su imagen de hombre, repercute en las

experiencias, creencias y acciones en el emprendimiento que ellas mismas realizan: “Uno misma a veces se siente tomando el rol del hombre ¿Por qué va a ser el rol del hombre ser emprendedora?, por que si uno no se pone firme, no ser como quien dice “pone los pantalones” no la toman en serio, te pasan a llevar…”(M6). Y por otra parte, quienes consideran esencial la resistencia femenina a través de incorporar y sacar conductas y creencias que actualmente no aparecen como propias de un “buen emprendedor” . Dejar fuera la competitividad y el trinfo personal y añadile importancia al éxito grupal, la solidaridad, etc: “Yo no masculinizo las cosas porque yo soy una mujer, me gustan mis cosas y no por eso significa que me estoy masculinizando”(M5). 3. Efectos de una sociedad patriarcal en emprendimiento femenino. En una socidad patriarcal, el “machismo”, entendido como el conjunto de actitudes, conductas, prácticas y creencias destinadas a promover la negación de la mujer como sujeto de derecho, se ha mantenido a través de diversas formas en nuestra sociedad. En los resultados aparece como un elemento con dos caras: Empuja al emprendimiento: El emprendimiento aparece como una buena alternativa para

combinar maternidad/familia/pareja y poder trabajar a la vez: Compatibilizas mejor los horarios y no sacrifican a los hijos y no te pasa la cuenta con el marido. Porque en mi caso el varón es un obstáculo. Porque él quiere su tiempo y que tú te dediques a sus pollos, a sus hijos”(M2). Desacelera el emprendimiento: Muchas señalan que no crecen más en sus emprendimientos para no “opacar” al marido y mantener así el status cuo social. “Por llevarme bien con él. Para que no se me enoje no hago tantas cosas como yo debiera. Por mantener la paz y la armonía”.(M2) A pesar de lo anterior, hay experiencias escepcionales donde el machismo no se hace presente: mujeres apoyadas por su pareja, que reconocen públicamente el valor del trabajo de la mujer y lo motivan; y mujeres con un antepasado familiar con mujeres emprendedoras que han marcado una nueva concepción. Aparece dos elementos manteniendo esta estructura patriarcal

a.

La religión manteniendo los modelos patriarcales: En los relatos de las emprendedoras surge la metáfora de la virgen María, que para aquellas que han sido educadas más cercanas a la religión católica, es fiel reflejo de la fuerte influencia de las tradiciones incrustadas en las verdades y roles

que la sociedad atribuye a hombres y mujeres. Esta visión a la vez, es respaldada por quienes se consideran lejana a las creencias religiosas y cuya historia familiar se inserta distante a estos modelos: “La virgen María po’! Ese es el modelo, así se nos ve a la mujer que tenemos que ser”(M2).

b.

Estructuras legales asociadas a lo patriarcal: Las estructurales legales aparecen como un elemento que establece relaciones de poder y jerarquías sociales. El principal aspecto que surge en los relatos tiene relación con la institución del matrimonio. Se reconoce la importancia que la estructura del matrimonio ha generado en cuanto a desigualdades en el acceso a capital económico y créditos, invisibilizando en algunos casos el trabajo y aporte que generan las mujeres por su propia cuenta. “De hecho la patente esta a nombre suyo porque como él tiene el sueldo, el banco le hace préstamos a él y a mi no!”(M2). 4. La solidaridad y el rol de la amistad como fuentes protectoras del emprendimiento. Si bien los medios de comunicación, han

Barreras desde lo Patriarcal, Formas de Afrontamiento y el Poder de la Asociatividad

Emprendimiento Femenino desde la Investigación Acción Participativa:

construido una imagen única del emprendedor ligado al éxito individual, la competitividad y con una orientación principalmente hacia lo económico, los relatos compartidos nos hacen evidenciar las características solidarias, de trabajo en comunidad y en red que generan las mujeres como parte de este proceso. Las mujeres colaboradoras en la investigación tienden a generar lazos de amistad y solidaridad que a su juicio fortalecen, impulsan y previenen fracasos en sus negocios. Muchas señalan que han mantenido sus emprendimientos en pie a pesar de las barreras, gracias al aliento y entusiasmo que les genera pertenecer a una asociación gremial, y que pese a las diferencias que puedan tener, el sentido de pertenencia y acompañamiento constante, sumado a un aprendizaje de las experiencias de otras, han enriquecido su carrera y sus vidas. “¿Por qué?, ¿qué pasa? A mí me mantiene la amistad (en el emprendimiento). Yo he amenazado tantas veces a la María y me dice no! Aguanta! Y la Ana y Catalina me dicen y me sostienen y me dicen no! Tú te vas a quedar de socia honoraria!”(M5). Se genera además una visión solidaria de género, que trasciende los límites inter grupo, y los beneficios internos del aprendizaje del equipo, generando intensiones de cooperación y ayuda a mujeres emprendedoras (y no emprendedoras) que se encuentran en otras circunstancias menos favorables.

“…pero si nosotras hacemos cadena a través de ustedes, porque nosotras vamos a salir adelante sí o sí, lo que a mí me importa es que salga esa que está en el fondo! Que fue mamá adolescente, que no tiene educación. Y si este trabajo sirviera para eso, yo me doy por pagada!”(M2). 5. Familia. La posibilidad de la mujer de dedicarse al rol maternal de crianza, o a la mantención de la armonía dentro del hogar, se reconoce como una recompensa clave del emprendimiento y a la vez como unidad de medición para el éxito propio alcanzado. “Dediqué mi vida a mis hijas y eso yo creo que tiene un premio muy valioso porque lo que son hoy mis hijas es porque se lo dediqué 100%. Cuando me asfixió la casa, mi hija mayor tenía 15 años. Mi hija menor tenía cinco. Me dije empiezo a trabajar” (M6). 6. Características personales. La capacidad de ahorro, el carácter decidido, la perseverancia y la resiliencia, entendida como la capacidad de enfrentar y sobreponerse a situaciones adversas, se consideran como virtudes propias del género femenino que ayudan a afrontar las barreras que se encuentran a lo largo del desarrollo del emprendimiento, y al mismo tiempo son características que se van fortaleciendo en el desafío constante de ser emprendedor.

“generalmente la mujer sabe administrar. Es la administradora. Si la mujer administra obviamente la cuestión funciona mejor. El hombre no sabe” (M5). “¡Yo soy de garra!, si algo me sale mal, soy porfiada, lo vuelvo a intentar. Cada día salgo de mi casa y sin importar lo que pasó el día anterior, digo ¡hoy va a ser mi mejor día!”(M4). “¡Es la perseverancia! ¡No! ¡Porque si una emprendedora no es perseverante, muere! Porque si uno se cae y ahí́ se queda no crece nunca. Yo creo que todas nosotras somos porfiadas” (M3). “Me da igual si el negocio va, si se termina, porque puede pasar…yo sé que tengo las herramientas para hacer más cosas y eso está en mí” (M2). 7. Conocimiento Se reconoce la relevancia del rol de la formación en los temas asociados a los negocios y el impacto positivo de integrarse a programas de capacitación. La enseñanza y el perfeccionamiento en temas de tecnología y herramientas computacionales, se valoran como generadores de autoconfianza y autonomía.

“Y apoyarlas en términos de aporte. Por ejemplo, yo analizaba la educación de nosotras, que tiene mucho que ver. Acá́ tienes una universitaria, otra universitaria. Otras de enseñanza media completa. La educación es fundamental. Porque si a nosotros nos cuesta la tecnología, ¡imagínate una mujer que no ha terminado cuarto medio! Una adolescente que a los 15 o 16 años, se quedó́ con un tipo que es jornalero y que después la dejó con un montón de hijos, ¿Dónde va a aprender esa mujer? ¿Cómo va a salir en su desarrollo?”(M2). 8. Pasión por el trabajo. El compromiso, la dedicación y la meta de la perfección, son aspectos que las mujeres consideran esenciales para el desarrollo de sus trabajos, muy por encima de elementos netamente económicos asociados naturalmente al rol del emprendedor en la sociedad, como la rentabilidad o la competitividad. En este sentido, la meta económica no es un elemento central en el quehacer de la emprendedora. “Porque a lo mejor yo no soy comercial, porque a mí me tiene que gustar algo para yo venderlo. Si no pasa mi visto no se vende. ¡Tengo guardado ahí́, arrumbado muchas cosas! y muchas cosas que están guardadas porque a mí no me agradaron” (M5).

Barreras desde lo Patriarcal, Formas de Afrontamiento y el Poder de la Asociatividad

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