Elogio de la mediocridad

Elogio de la mediocridad Batalla de las Termópilas, año 480 antes de nuestra era. Leónidas: “Efialtes, ojalá vivas eternamente”. 300.

Hoy vivir de rodillas tiene enormes ventajas, y aunque parece que hay inconvenientes, no son nada puestos en la balanza de la supervivencia consumista. Vivir de rodillas es la consigna. Vivir de rodillas demuestra respeto hacia los seres superiores. Vivir de rodillas es tremendamente rentable cuando llegan las crisis. ¡Viva la hipocresía, viva la mediocridad! Arrodillado todo es más asequible. Es más fácil hipotecarse, más fácil endeudarse, más fácil venderse, más fácil apadrinar, más fácil votar en las elecciones, más fácil invertir en armas, más fácil comprar injusticias, más fácil creerse bueno… En suma, es más fácil adorar al capital. ¡Bendito sea San Capitalismo Bueno Mártir! Para un buen arrodillado es intolerable el orgullo de los pobres, capaces de rechazar la limosna y agredirte, capaces de alzar su propia voz y ahogar la de los mismísimos expertos en la verdad absoluta de los mercados, clérigos de la Banca Diosa y acólitos de los altares sacrificiales monetarios. Los pobres no respetan ni la propiedad, ¡hasta dónde vamos a llegar! Para un buen arrodillado es inadmisible que un pobre pida dinero para comer y no acepte un bocadillo. Es inadmisible que un pobre pida un techo y aborrezca una cama en un albergue. Es inadmisible que un pobre quiera vivir dignamente y no abrace un “trabajo” indigno. Es inadmisible que reivindique la renta básica y no acepte la caridad de las oenegés. Es inadmisible su rechazo a venderse a cualquier precio, ¡maldita cigarra! ¡Bendita sea la hormiga capitalista! Sobre todo, un buen arrodillado sabe justificar y defender abierta y ardientemente el discurso del pensamiento único. Sabe por qué hay gente subprime, gente sin rating, sin aval, sin crédito, y por ello sabe cómo esquivarla, cómo no mezclarse con ella, sabe estar cerca de los púlpitos y las imágenes sagradas. ¡Bendito capitalismo bueno! Vivir arrodillado es por definición un estilo de vida, un estilo piadoso y agradecido. Piadoso con la debilidad de los demás, especialmen-

te de los poderosos. Agradecido por la suerte que ha tenido de no nacer en un barrio marginal, rodeado de escoria, drogas, prostitución, delincuencia, minorías étnicas… ¡Bendito sea San Capitalismo Bueno Mártir! Piadoso con la ignorancia del prójimo, especialmente de los expertos, que a veces son tan duramente criticados por no haber predicho a tiempo la caída del PIB o el aumento del paro. Piadoso con los perseguidos por causa de la justicia, especialmente de los defraudadores de millones al fisco, pobres mártires de las finanzas marcados por los estigmas de los impuestos. Agradecido por la suerte de no nacer con predisposición genética al socialismo, la utopía y otras taras marxistoides… Agradecido por la suerte de vivir seguro en un mundo amenazado por terroristas, piratas, inmigrantes ilegales, radicales, ecologistas, feministas… ¡Bendito capitalismo! Vivir arrodillado es vivir bienaventurado. Vivir arrodillado y burgués es el nuevo sueño de este milenio con tantos problemas. Vivir arrodillado es el paraíso. Vivir arrodillado es vivir soñando con que te toque la lotería (¡y a los demás que les den!), soñando con asesinar a los hinchas del equipo rival, soñando con aplastar a los débiles por improductivos y morosos, soñando…, soñando que viven de pie, soñando que son libres, solidarios y justos, soñando que viven el mejor presente. Soñando que realmente son su propio avatar. ¡Viva la hipocresía, viva la mediocridad! Vivir arrodillado es vivir bienaventurado, gozoso, pletórico de felicidad neoliberal. Soñando que vives de pie, soñando que eres libre, soñando que vuelas y surcas los mares… Vivir arrodillado es vivir conectado, enlazado a la red social, navegando hasta los confines de tu irrealidad más real. Fusilando a golpe de tecla la cruenta realidad y asqueroso hedor humano. ¡Bendito capitalismo! Vivir arrodillado es el elixir de eterna juventud que se derrama en los labios tridimensionales de tu avatar. Pero no lo olvides, protégete, los pobres siempre están amenazando, luchando incansablemente por la renta básica, delincuentes interactivos de la tragedia nómada de tu blog. J. Agustín Franco M.

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