El Unicornio en la Heráldica Española

June 9, 2017 | Autor: L. Valero de Bernabe | Categoría: Heraldry, Animali Simbolismo, Medieval Heraldry, HERÁLDICA PORTUGUESA E ESPANHOLA, Heráldica española
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Descripción

El Unicornio en la Heráldica Española Dr. Luis Valero de Bernabé y Martín de Eugenio, Marqués de Casa Real Director del Colegio Heráldico de España y de las Indias

El Unicornio es un animal quimérico que debe su existencia a la imaginación de los poetas medievales. Su figura fue idealmente reconstruida a partir de los relatos del médico e historiador griego Ctesias (416-398 a.C.) que fue médico personal del rey persa Artaxerjes II, en los que basándose en rumores se refiere a un extraño cuerno del que en la India obtenían grandes beneficios y que pertenecía a un caballo de gran envergadura con un solo cuerno en la cabeza. Nunca llegó a ver tal animal, por lo que no pudo describirlo mejor, pero del que dijo que tal era su fuerza que podía luchar con éxito contra los propios elefantes. Sin duda se refería al rinoceronte, animal desconocido en Europa, pero cuyo cuerno era muy apreciado por atribuírsele virtudes afrodisiacas y curativas en todo el Oriente. Siglos más tarde el naturalista romano Plinio el Viejo (23-79 d. C.), en su Historia Natural se refería al monocerote que era una especie de caballo de gran valor y osadía, dotado de un solo cuerno del que se consideraba que su ingesta molido preservaba de las enfermedades y de los venenos.

En la Europa Medieval no se había recibido ningún cuerno de rinoceronte, pero si a través de los vikingos habían llegado cuernos de narval (monodon monoceros). Se trata de una especie de cetáceo de cuya mandíbula izquierda surge un colmillo retorcido en espiral de casi tres metros de longitud.

En la Europa medieval no se conocían los cuernos de rinoceronte pero si los de narval, por lo que se considero pertenecían a ese extraño caballo hindú. En la biblia se refiere en varias ocasiones al unicornio, debido a una mala traducción de la palabra hebrea re’em, una especie de búfalo salvaje, que en la Biblia Vulgata fue traducida por “unicornis”, al decir: “Dios es para su pueblo como el cuerno del unicornio..” (Nm 23,22). A través de los

escritos de los Padres de la Iglesia entró en el simbolismo cristiano, así Orígenes comparó al unicornio con el poder universal de Cristo.

Tal fue su influencia en el imaginario popular que el unicornio llegó a convertirse en un animal que todo el mundo creía que existía en la realidad, aunque nadie hubiera llegado a conocerlo. Así en el tapiz de la Creación del siglo XII, que se conserva en la sala capitular de la catedral de Gerona, se representa a Adán poniendo nombre a los animales y entre ellos aparece representado un unicornio con un largo cuerno rojo.

En el año 318 se escribió el Codex Borgarsianus, en el que se recogía el Fisiologus que era la traducción latina de un conjunto de relatos, en su mayor parte sobre animales, escrito tal vez en Alejandría, en lengua griega, aproximadamente hacia el siglo II. En él se trata del Unicornio, animal salvaje e indómito que no puede ser capturado con vida, pero si una virgen pura se quedara sola en el bosque en el que él habitara se acercaría a ella y dormiría en su regazo. Así se consideró era el símbolo de la pureza y la castidad, convirtiéndose en el símbolo de la Virgen María.

Además se dice que el unicornio purifica con su cuerno el agua envenenada por la serpiente y por ello fue una referencia al poder de Cristo que redimió al mundo de los pecados.

En las Cortes Galantes del Medioevo, en las que los trovadores ensalzaban al amor cortés del caballero por su dama. En cuyo honor al tiempo que guarda su castidad lucha bravamente contra los enemigos de la Caballería y de la Iglesia, a fin de hacerse digno de su amor. Así este quimérico animal se fue convirtiendo en un hermoso caballo blanco con largas crines y dotado de un gran cuerno en espiral, cuya figura era frecuente en los diversos bestiarios medievales o en numerosos tapices, como lo demuestra la serie de tapices flamencos del siglo XV referidos a los cinco sentidos, cuyo conjunto permitía gozar del buen placer.

Entre sus grandes cualidades se encontraba la rara habilidad de saber distinguir la pureza de la corrupción y una vez que encontraba a una virgen se convertía en su más sumiso servidor. Más si ésta trataba de engañarlo, faltando a su pureza, el castigo que le infligía era terrible; pues el unicornio indignado atravesaba a la mujer caída con la aguda asta de su cuerno. Ello influiría grandemente en el espíritu cortesano que imprimió a la caballería las leyendas de un Lancelot y el ciclo artúrico, con su exaltación del amor platónico que impulsaba al caballero a buscar una doncella a la que entregar su corazón. La leyenda del unicornio tomó nueva vitalidad, especialmente en el poema caballeresco Orlando Enamorado, escrito por Matheo Boiardo en 1490. En este poema el fiero Orlando rinde toda su fiereza a la gracia y candor de Angélica y tras arduas e interminables batallas conseguirá el amor de la doncella de sus sueños gracias a la intercesión de un unicornio, el cual se convertiría así en el símbolo del caballero andante. En los ideales de la caballería el unicornio representa el valor unido a la noble altivez, por lo que en la heráldica europea medieval, tan inspirada en todo lo concerniente al mundo caballeresco, no tardaría en tener entrada la figura del unicornio aunque con un diseño que se diferenciaba del artístico

y estilizado seguido en los tapices. Pues si bien su figura recuerda a la del caballo, su cabeza es de un ciervo provisto de largas barbas como de una cabra y rematada en un solo cuerno, largo y agudo, situado en medio de su frente, como símbolo de la fertilidad. Sus pelos y crines son mucho más largos que los del caballo y sus pezuñas mucho más anchas y están hendidas como las de un antílope. Si bien el resto de su cuerpo y extremidades son las de este noble animal equino, su rabo alzado y con borlas recuerda al del león heráldico.

Su posición puede ser enfurecida o saltante, aunque a veces aparece en pasante o bien apaciguado o descansando sobre sus cuatro patas. Mientras que otras veces está echado en actitud de reposar. Aunque siempre con la cabeza bien erguida y su largo cuerno apuntando hacia lo alto, aunque también se le puede dibujar parado y con la cabeza inclinada en actitud de beber de un manantial de cristalinas aguas.

Otras veces se representa solo su cabeza, bien dentro del cuerpo del escudo o como cimera del mismo, especialmente en la heráldica

anglosajona. En la que también lo encontramos como soporte de un escudo, como sucede con las armas reales británicas En heráldica simboliza la fuerza y el valor indómito de los grandes guerreros que prefieren morir antes que ser prisioneros, como hace el unicornio, despeñándose gustoso antes de perder su libertad en las manos de los cazadores. En la heráldica gentilicia española lo encontramos blasonando 19 escudos, de los que en 18 aparece dentro del campo del escudo y en uno como adornos externos del mismo. ◄

Andalucía (1): Gómez del Mercado;



Aragón (6): Rutinel (2 variantes), Salvaje (2variantes), Salvare, Zafont,



Castilla (3): Esteban, Olarte, Texeira.



Cataluña (2): Fontcuberta (2variantes).



Galicia (1):Marquesado de Iria Flavia (2 unicornios sosteniendo)



Navarra (1): unicornio: Marco.



Valencia (4): unicornio: Bergadá, Shelly, Zafónt. Cabeza de Unicornio: Castells.



Vascongadas (1): unicornio: Garro.

Armas el del Marquesado de Iria Flavia

Bibliografía: -

FEDORKOW, Alain-Alexandre: Les animaux fabuleux dans l’art Héraldique, Coudray (France), Cheminements 2001

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FOX-DAVIES, Arthur: A Complete Guide to Heraldry, Londres, Wordsworth, 1996

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GWYNN-JONES, Peter: Heraldic Monster, Leicester (Great Britain), Bison Books Ltd, 1993,

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VIEL, Robert: Les Origines Symboliques du Blasón, Berg International Editeurs, París (Francia), 1972,

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VULSON, Marc de : La Science Hëroique, Paris 1644 )Biblioteca Virtual)

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