El último conquistador y el primer rey: África como heterotopía literaria en la ficción de Ángel Ganivet y Pío Baroja

May 23, 2017 | Autor: Mahan Ellison | Categoría: Heterotopia, Pio Baroja, Castilla, ÁNgel Ganivet
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Descripción

  Mahan L. Ellison  Bridgewater College       

“El último conquistador y el primer rey:  África como heterotopía literaria en la  ficción de Ángel Ganivet y Pío Baroja”         

Castilla bajo mirada extraña: Hacia un imaginario cultural, ed. Jorge  González del Pozo. Editorial Páramo, 2016.  pp. 155‐174 

EL ÚLTIMO CONQUISTADO~ y EL P~IME~ ~EY ÁFRJCA COMO HETE~OTOPÍA LITE~A~IA EN LA CONQUISTA DEL REINO MAYA Y PARADOX, REY

Mahan L. Ellison Bridgewater College Antes del llamado "Reparto de África" en el siglo XIX!, África representaba al continente europeo un lugar de res nullius) según la ley internacional una "cosa de nadie" (pakenham xxi). África existía como tierras vírgenes y ricas para la exploración y la explotación de los imperialistas occidentales. La África pre-europea era un lienzo en blanco donde no había "una cuenta temporal, ni artes, ni cartas, ni sociedad" (Hodgkin 174-175). Bajo esta ideología imperialista, el continente de África sirvió como espacio de aventura, fortuna, y oportunidad para los países occidentales y los aventureros europeos. El orgullo nacional de los poderíos europeos se forjaba en el dominio del continente sureño. En España, esta cuestión de orgullo conllevaba una preocupación aguda por la cohesión nacional. Esapaña se enfrentaba con una crisis de identidad tras perder las colonias americanas en la guerra hispanoestadounidense. Varios autores e intelectuales participaban en los discursos europeos y nacionales de esta época, considerando las conexiones entre la colonización africana y la identidad nacional. Entre ellos, el granadino Ángel Ganivet y el vasco Pío Baroja se acercaban al tema a través de la ficción y la sátira. En sus novelas La conquista del Reino de Mqya por el último conquistador Pío Cid (1897) Y Paradox) Rry (1906), Ganivet y .Baroja emplean el África como una heterotopía literaria y esperpéntica donde examinan estos temas de identidad nacional y se apropian del continente sureño para considerar la cuestión de la identidad castellana. En su cosmovisión literaria representada en estos libros, el África juega un papel esencial en la creación del imaginario castellano. Aunque España llegó tarde al proyecto, también participaba en el reparto europeo de África. Debido a su proximidad geográfica y a los lazos culturales e históricos con el Magreb, España justificaba su extensión colonial con un argumento basado en la alteridad africana 1 En el inglés, se conoce como "the Scramblefor Africa" y en español también lo han traducido como "la disputa por África" o "la carrera por África" ("Reparto de África"). Véase también The S cramble for Afi-ica (1999) por Muriel Evelyn Chamberlain o Pakenham, The S cramble flr Afiica 1876~1912.

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paradójicamente fusionado con una referencia a las semejanzas e / fi hi' . ,. , g ogra"c~s ,e storlcas. ~J .polít1co)~se de Carvajal y Hué dice en 1884 que mttandonos en Afnca perClblmos nuestra imagen como en clarísUno espejo" (Flores Morales 117) refiriéndose a las similitudes entr 1 " d1 e e paisaje an a u: y el ma~rebf. Juan Donoso Cortés en 1847 explica al congreso espanol esta línea fina entre la alteridad y la semejanza así: Entre la civilización francesa y la civilización africana no hay punto de contacto alguno y hay todas las soluciones de continuidad posibles. Hay la soluci' d "d d , o n ,e contlnm a geográfica, porque entre Francia y Africa está España; hay la flSlca, porque e! sol español brilla entre e! sol francés y e! sol africano; hay la moral, porque entre las costumbres bárbaras y primitivas de! africano, están las costumbres de! español a un mismo tiempo primitivas y cultas; hay la militar porque entre e! general francés y e! caudillo africano, está la especie que sirve entre uno y otro de transición: está e! guerrillero de España; hay la religiosa, porque entre e! mahometismo fatalista de! africano y e! catolicismo filosófico francés está el catolicismo español, con sus tendencias fatalistas y con sus reflejos orientales. (Flores Morales 35-36)

Es de.cir 9u~ el accidente geográfico que posicionó a España entre FranCla y Afrlca le otorgó a España derechos de colonización a causa de la historia ~ ,geogr.a~ía que comparten. Según Donoso Cortés, España en su poslclOn penfenca europea debe explotar esta casualidad posicional para cumplir con un destino colonizador en el África. España es a la vez europea y africana; es un lugar intersticial entre Europa y África, por lo 9ue nunca abandona su aspiración europea de ser colonizadora del Africa. Sin embargo, emplea sus lazos geográficos e históricos como justificaciones de derecho entre las otras potencias europeas. Jo~q~n Costa y Martínez en 1883 da un discurso donde repite el sent1m1ento de Donoso Cortés pero enfatiza más el rol desarrollador africano en la creación de la civilización española: Cabalmente, la civilización española reconoce su inmediata antecesora a la civilización musulmana. [... ] Dada la base étnica de nuestra nacionalidad base de celtas y de iberos, dos son los pueblos que podemos considera; nuestros y fundadores de la gente española: Roma y Marruecos [... ] con su brillante cultura, en parte aprendida, en parte original, enlazaron los musulmanes por ministerio de España e! Oriente con el Occidente y la antlguedad con el Ren:cimiento .. Hicie~on de España el mediador por cuyo conducto se derramo en la ClvilizaclOn europea la ciencia y e! saber de los orlentales. (Flores Morales 155) 2 Este énfasis en la continuación geográfica entre Andalucía y e! norte de África se encuentra en vanas otras fuentes también. Entre ellos, Tomás García Figueras explica que "[e]l propio es;recho de ~Ibralt~r no es más que un accidente geográfico" (13). Más recientemente, Concha Lopez Sarasua consIdera estas semejanzas en su novela La llamada del almuédano (1990).

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Costa Y Martínez repite el argumento de Donoso Cortés y hace explicito la idea de España como país/cultura "mediador". España es un país limítrofe, no solo geográficamente sino culturalmente. En este contexto, España se beneficia de la idea de la "consanguinidad" entre los españoles y ciertos grupos africanos 3 . Los vínculos históricos y culturales que conectan España y África conllevan sugerencias de etnia compartida. Este argumento sirve para aumentar las declaraciones de derecho que favorecen el rol castellano en la colonización africana. Este hilo justificador adquiere bastante capital intelectual entre los discursos africanistas de la época; puede ser que estos argumentos conformaban simplemente justificaciones imperiales, pero tenían el efecto de incluir a África en los discursos de identidad nacional de la época. La pérdida de las colonias americanas en el siglo XIX, culminando con la derrota española en Cuba en 1898, forzaba una re evaluación en los discursos nacionales de los lazos castellano-africanos4 • Dentro de los discursos nacionales en España de esta época, África adquiere una importancia especial como lugar de gloria colonial potencial, pero también como extensión lógica del territorio peninsular. Estas consideraciones surgen en varias manifestaciones en la literatura castellana del fin del siglo XIX y a principios del XX, y autores como Benito Pérez Galdós (Aita Tettauen, 1905), Isaac Muñoz (Esmeralda de oriente, 1914), José Díaz Fernández (El blocao, 1928), Ramón J. Sender (Imán) 1930), y otros escriben obras que reflejan estas preocupaciones nacionales y coloniales 5 . Sirve conceder que, desde la época romana, exploradores y conquistadores intentaron extender el dominio europeo al otro lado del mar mediterráneo, con varios éxitos limitados. La exploración europea de 3 Susan Martin-Márquez examina el argumento español de! "hispanotropicalismo" que propone Manue! Iradier a finales de! siglo XIX (70-85). Este argumento enfatiza que España tiene más en común culturalmente y émicamente con las razas africanas que los otros países europeos y por esto son mejores colonizadores para e! continente africano. 4 En el libro AJrica a través delpemamiento espaHoz.. De Isabel la Católia a Franco (1949), Ángel Flores Morales recopila los discursos y documentos fundamentales que consideran estos lazos y sus posibilidades. 5 Estos nombres representan una selección destacada de los numerosos autores que tomaban e! tema africano en esta época. Para más información de estas obras y otros autores parecidos, recomiendo dos libros: Dis01ientatiol1s: Spanish Colol1ialism in AJrica al1d the Performance of Idel1tity (2008) por Susan Martin-Márquez y Hist01ia de la novela colol1ial hispal1oafrical1a (2009) por Antonio Carrasco González.

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África empezó con fuerza con la Ilustración en el siglo xvn p . ' ~o llegar el sIglo XIX, la mayoría del continente aún quedaba sin a pesar de los esfuerzos coloniales de Portugal, Holanda y Bélgica misiones exploradoras de Mungo Park, Henry Morton Stanley y.;} ·>.1··.· L"Iv~gstone, entre otros. Entre el siglo :Arv y :ArvIII, los esfuerzos ~ llnperlal~s de España se habían enfocado en las Américas, y aunq{¡e tenía poseslOnes en el Golfo de Guinea y el Magreb, hasta finales del si lo XIX estas sufrían del "fracaso, de la impotencia y del desinterés" (Cas~o 1). Sin embargo, no se puede olvidar el subterfugio de Domingo Badí y Leblich a principios del siglo XVIn cuando se circuncidó y adoptó e~ nombre de Alí Bey para infiltrarse en el reino marroquí bajo órdenes de Carlos IV La arrogancia y el paternalismo de Alí Bey llegaban a representar mucho del discurso oficial español del tema de África 6 . Aun con justificaciones de consanguinidad y similitud, en el acto de conquistar el continente de África, el territorio africano se caracterizaba como otro/un espacio de alteridad completa. Este discurso de alteridad también sirvió paradójicamente para justificar su conquista. Alí Bey reflexionó sobre su llegada a Tánger en 1803 así: ''Al pasar en tan breve espacio de tiempo a un mundo absolutamente nuevo y sin la más remota semejanza con el que acaba de dejar, se halla realmente como transportado a otro planeta" (147). En 1859, al llegar a la costa marroquí como soldado, Pedro Antonio de Alarcón exclamó: El África guarda en su corazón los caracteres de! misterio; la duda y la desesperación, la eternidad y lo infinito. Tal concibo y admiro yo la vasta región que empieza aquí y termina en e! cabo Tormentario; la tierra, cuyos lúnites eran desconocidos hace cuatrocientos años, a tal punto que los geógrafos la creían interminable. (11)

Para Alarcón, el África es un enigma que espera la llegada de los europeos para descubrir y apreciar sus riquezas naturales. Es un espacio de potencial tremendo, y sus palabras revelan una cierta subjetividad en el uso de verbos como "concebir" y "admirar" que admiten la idealización del continente. En 1923, Ernesto Giménez Caballero opina de su llegada a Marruecos que "una cosa así debió ser un prístino desembarco er; un nuevo mundo" (11). La alteridad que los europeos atribuían a Africa funcionaba para excusar el proceso sistemático de explotación del continente; el proyecto del imperialismo decimonónico 6 Publicado en 1816 por primera vez, la narración de sus viajes en e! mundo árabe, Viajes por Marruecos) recibió bastante atención no solo en España sino en toda Europa.

junto con la expanslOn masiva del capitalismo. (Mudim~e 2). Los "límites desconocidos" ofrecían oporturndad a~p.lia la acumulación primitiva y se puede entender el Reparto de Afrlca una "lucha por un territorio económico" (Lenin 75). En pocas África representaba la oportunidad económica para Europa. África desconocida e "interminable" existía como un espacio donde y los otros países europeos podrían explotar los recursos huy naturales del "Otro" african~ con el fin de desarrollar n~evas fuentes económicas. En esta época, Africa y el africano se conv1ert~n en antagonistas importantes en el imaginario europeo Y castellano. BaJO 1 aradigma colonial, se' puede entender el continente africano como ep . ' / l ,. un espacio heterotópico y "una espec1a de contestaclOn a ~ vez m1t1ca T real al espacio en el que vivimos" (poucault 15). Es declt que, para ) 11 'd l' . nuestro contexto, la idea de Castilla dependía de un desarro o 1 eo oglco que tenía lugar en el espacio :-fr~cano (~ag~ado o r~al). ~~ su rol corno antagonista, las ideas del Afrlca contr1bman a la re1ficaclOn de la idea de Castilla. Para España, esta oportunidad potencial que representaba una conquista africana se hizo aun más urgente después de la crisis de 1898. Con la pérdida de las colonias americanas, España se encontraba en una crisis de identidad. Los intelectuales Y los políticos de la época tenían que reconstituir una identidad que se había basado en la c~loni­ zación americana por varios siglos. En su correspondencia con Angel Ganivet, Miguel de Unamuno medita sobre el rol central de Castilla en la creación de España: La cuestión es esta: o España es, ante todo, un país central o periférico, o sigue la orientación castellana, desquiciada desde e! descubrimiento de América, debido a Castilla, o toma otra orientación. Castilla fue quien nos dio las colonias y obligó a orientarse a Europa, y si se rompen barreras prot~ccionistas, esas barreras que mantiene tanto e! espíritu triguero, Barce!ona poclra. v~lver a ~eillar en e! Mediterráneo, Bilbao florecerá orientándose al Norte, y aSllran creClendo otros núcleos nacionales ayudando al desarrollo total de España. No me cabe duda de que una vez que se derrumbe nuestro imperio colonial seguirá con ímpetu e! problema de la descentralización, que alienta en los movimientos regionalistas. (Unamuno en Ganivet [1898] 19)

Según U namuno, la Castilla es una construcción histórica, una idea cuya existencia es bastante arbitraria y tenue, y depende de un foco externo para mantener la cohesión interna. Para Unamuno y otros, la ide~tidad actual española dependía de la expansión castellana que empezo en la

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península ibérica con la reconquista, y que se extendió por el mar atlántico en el siglo xv: Sin el proceso de expansión, la idea de España _ forjada sobre la "orientación" de Castilla- pierde su poder uruficador y amenaza la integridad de la nación. El lema nacional, adoptado bajo el rey Carlos 1 en el siglo XVI, adquiere nueva resonancia en este contexto; "Plus Ultra" ('más allá') no solo representa las aspiraciones imperiales de la monarquía española sino también expone el rol esencial del Otro -sea americano o africano- en la creación de la nación unida. En su carta de respuesta, Ángel Ganivet le da la razón a Unamuno: "Nuestro pasado y nuestro presente nos ligan a la América española", pero le ofrece otra posibilidad: "Si se mira el porvenir, hay mil hechos que anuncian que África será el campo de nuestra expansión futura" ([1898] 24). Para Ganivet tanto como para Unamuno, el imperio es una necesidad que une la nación; Ganivet afirma que el "continente africano" es indispensable para "mantener ante Europa nuestra personalidad y nuestra independencia" ([1898] 14r. En el África, se esperaban no solo la oportunidad económica que traían las colonias, sino también la cohesión nacional bajo un proyecto conquistador que llevaba la bandera castellana. En sus cartas, Ganivet y Unamuno emplean el continente africano y la expansión imperial como el mortero que unifica los movimientos regionalistas bajo la bandera castellana. Ortega y Gasset repite esta noción de la nación al escribir en España invertebrada (1921) que "La 'España una' nace así en la mente de Castilla, no como una intuición de algo real -España no era, en realidad, una-, sino como un ideal esquema de algo realizable" (40) y aun sugiere la contribución africana en esta creación nacional: "la unidad española fue, ante todo y sobre todo, la unificación de las dos grandes políticas internacionales que a la sazón había en la península: la de Castilla, hacia África y el centro de Europa; la de Aragón, hacia el Mediterráneo. El resultado fue que, por la primera vez en la historia, se idea una Weltpolitik: la unidad española fue hecha para intentarla" (41). Ortega y Gasset, como Ganivet, vincula el continente africano con el proceso de la extensión ideológica de Castilla. Mientras que "Castilla ha hecho a España" (Ortega y Gasset 7 Se pueden trazar estas afirmaciones en el pensamiento español! castellano hasta llegar a Isabella Católica que incluyó en su testamento la frase "... e que no fesen de la conquista de Aflica e de pugnarpor laje contra losynfteles ... " (en Flores Morales 28).

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48), África ha tenido una parte también. El préstamo de la palabra "Weltpolitik" subraya la importancia de la política exterior para establecer y mantener el poder y prestigio naciona18 . Dentro de esta ideología nacionalista, África se convierte en lo que Foucault teoriza como la heterotopía que puede yuxtaponer "en un único lugar real más de un espacio" (17). Es decir, bajo este paradigma, África no existe como un ente independiente, sino como una extensión auxiliar, otro espacio, donde la identidad castellana se refleja, se cuaja, y a veces se distorsiona. Después de la pérdida de las colonias en 1898, África representa la posible recuperación de la honra nacional y el imperio colonial; es un espacio desemejante donde políticos, filósofos y autores castellanos encuentran inspiración fértil para idealizar las ambiciones nacionales de España. En este contexto, la teorización de la heterotopía de Foucault se abre a una combinación complementaria con el esperpento de Valle-Inclán. Mientras que las heterotopías son "una especie de contra-lugares, tipos de utopías realizadas en todos los sitios reales que se pueden encontrar dentro de la cultura, representadas de forma simultánea, disputada e invertida" (15), el esperpento contribuye "un nuevo modo de mirar ... desde la literatura" (Zamora Vicente 14). Las heterotopías ofrecen otros espacios en los que se puede ver y entender el espacio originario y el esperpento añade un espejo cóncavo como lente a la observación, una "deformación grotesca" que distorsiona la imagen para mostrar la realidad (Valle-Inclán 162). Es con este montaje teórico que propongo elaborar aquí un análisis de las novelas La conquista del reino Mqya por el último conquistador Pío Cid (1897), de Ángel Ganivet y Paradox, Rry (1906), de Pío Baroja. Este trabajo intenta analizar el uso del África como una heterotopía esperpéntica en estas novelas de Ganivet y Baroja donde emplean el espacio africano para considerar y criticar temas contemporáneos castellanos. Con la pérdida de las colonias americanas y pacíficas, Castilla deja de ser un imperio fuera de los confines de la Península ibérica. En este momento, la expansión africana presenta la oportunidad de recuperar y continuar una expansión castellana que se remontaba hasta el siglo VIII. África tiene una función auxiliar a la misión europea y castella-na; no tiene su propia agencia. África adquiriría valor con la 8 El weltpolitik fue una política alemana apoyada por Kaiser Wilhelm II entre 1890 y 1914. Se basaba en la expansión colonial y maritima y esperaba aumentar el nacionalismo alemán (Lee 15).

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llegada de colo~izad.ores e inmigra~tes euro~eos (cf. ~udimbe [1994] 9). En una parafrasIs de VY Mudlmbe, la Idea de Africa ofrece un espacio que explotan los europeos y que incorporan a la perspectiva occidental (2). Al reducir el argu~ento aún más, se puede entender que Castilla requiere la idea de Africa para materializar la idea d ' . e España. Africa no participa en este proceso como agente activo sino que es explotado como discurso narrativo que Castilla emplea como contestación a la cuestión de unidad nacional. La construcción de un Otro discursivo africano (como ya había hecho en las Américas) facilita la edificación y la consolidación, la reificación, de una identidad española. Es importante entender que África es un participante pasivo en este proceso; es un lugar ideado que Castilla subsume en su imaginario nacional para funcionar como Otro contestatario, y en el espacio delimitado por esta contestación idealizada, España establece su identidad cohesiva. Aunque casi una década separa su publicación, estas novelas de Ganivet y Baroja comparten mucho en cuanto a tema y tono. Las dos novelas emplean África como espacio en el cual los europeos buscan la aventura y la gloria y en el que intentan fundar sociedades ilustradas. Las dos también comparten una visión absurda de los resultados de aquella misión civilizadora. Estas obras de Ganivet y Baroja sirven como reflexiones de la colonización europea/ castellana y la pérdida de las colonias americanas en el siglo XIX. Sea con el último conquistador Pío Cid y su Reino Maya o el primer rey de Bu-Tata, Silvestre Paradox, Ganivet y Baroja critican la narrativa oficial y colonizadora de su época. Mientras que estas dos obras participan en la narrativa africanista, también subvierten el entusiasmo de la misma a través de la sátira y la l;ipérbole. Las visiones cuasi-absurdas de Ganivet y Baroja emplean Africa como una heterotopía metafórica para hacer críticas de España y de la imaginaria castellana de la época. A lo largo de la historia de la literatura europea, la idea de "África" ha servido como el "Otro" en varias capacidades (lugar de peligro, de amenaza, de aventura, de riqueza, etc.). Por esto, los reinos ficticios de Maya y U ganga situados en un lugar imaginado de África pueden funcionar como lugares simbólicos cargados de significado cultural. En este trabajo se analizan las utopías africanas que intentan crear Pío Cid y Silvestre Paradox en África, para mostrar cómo Ganivet y Baroja 162

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emplean la alteridad de África para reflexic:nar sobre el diálogo nacional en España en el umbral del siglo XX. Africa sirve como un lienzo en blanco donde europeos pueden superponer paradigmas ideológicos que reflejan, consideran y critican ideologías europeas. A la edad de 32 años, uno antes de su trágico suicidio, Ganivet publica La conquista del Reino de Mqya por e! último conquistador Pío Cid (1897). La escribe durante su estancia como cónsul en Bélgica, sede europea de uno de los imperios africanos más notables de la época. Ganivet observa con escepticismo que la misión belga no es "ni tal civilizadora [... ] solo una empresa comercial en grande, encubierta con rótulos filantrópicos [... ] se trata de un negocio en grande escala, en que el buen Leopoldo tienen metidos buenos millones" (Ganivet [1951] 834-35). También le afectan mucho las historias de otros exploradores como Henry Morton Stanley y su reacción de disgusto a estos relatos provocan su obra (Alberich Sotomayor 66). Desde su punto de vista consular en Bélgica, Ganivet responde a la cuestión del Reparto de África en forma de novela. Alberich Sotomayor nota que: Esta la concibe él como su contribución al debate colonial y como una expresión de su africanismo, es decir, de su fe en el potencial de los africanos para civilizarse e incluso contribuir a mejorar a los pueblos que ahora les dominan: "De aquí que, no pudiendo intervenir, como no podemos Oos españoles), materialmente, se me haya ocurrido a mí intervenir con la pluma". (66)

La conquista de! Reino de Mqya se elaboró como reacción a las inquietudes morales que la colonización europea de África le provocaba a Ganivet. Nueve años después de la publicación de La conquista del Reino de Mqya, Pío Baroja publica Paradox) Rey en 1906. Comparte el escenario africano y el género satírico con la obra de Ganivet, pero se distingue en ciertos aspectos importantes de narración y temática también. Baroja niega "haber leído más de quince o veinte páginas" de la novela de Ganivet porque "la encontró aburridísima" (Alberich Sotomayor 67). Pero Alberich Sotomayor sugiere que tal vez la obra de Ganivet le influya a escribir una sátira "sobre la colonización de África por los europeos" (67). Alberich Sotomayor también vincula la novela de Baroja con el antiimperialismo de los autores ingleses George Bernard Shaw y Robert Bontine Cunninghame Graham (cf. 67), situando la novela en un género de crítica social como la de Ganivet. Se publicó la novela de Ganivet en 1897 y la de Baroja en 1906; en los nueve años que las separan, España perdió sus colonias americanas 163

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y pacíficas. El año infame provocó una crisis intelectual en España pero también "el dolor del 98 produce el alumbramiento de Castilla" (Sánchez-Prieto 15). Con la pérdida de una identidad nacional vincula_ da con una gloria colonial americana, resultó necesario considerar nuevas opciones para la identidad y prestigio castellanos. Se resucita el orgullo nacional en "un nuevo cuño: el alma del Castilla como esencia del alma de España" (Sánchez-Prieto 16). Así nació la llamada Generación del 98, que intentaba responder a las percibidas decadencias castellanas para volver a un casticismo idealizado que aplacaba las ansias nacionales 9• Ganivet cavila sobre estas preocupaciones (aunque se murió solo meses después de la derrota española). En su correspondencia con Unamuno, enfatiza una vuelta a preocupaciones peninsulares: "yo decía también que convendría cerrar todas la puertas para que España no escape" ([1898] 13). Emplea la metáfora de las puertas, las cuales evocan la imagen de una Castilla también metafórica, y sugiere que se cierren estas puertas para retener la esencia de una identidad nacional. Pero poco después, "sin embargo, contra mi deseo" añade la necesidad de incluir a África en el nuevo paradigma ([1898] 13). Según Ganivet, es imprescindible que España considere el "continente africano para mantener ante Europa nuestra personalidad y nuestra independencia" ([1898] 14). El continente africano participa en la creación de la identidad literal y metafórica de Castilla. Más abajo, sigue Ganivet diciendo que: "El espíritu territorial independiente movió a las regiones espa-. ñolas a buscar auxilio fuera de España, y ese mismo espíritu indestructible, obligará a la nación unida a buscar un apoyo en su continente africano para mantener ante Europa nuestra personalidad y nuestra independencia". ([1898] 14) Aquí, Ganivet articula que la unidad castellana se basa en fuerzas externas (africanas) cuya contraposición afirma la identidad íntegra de la nación castellana. En este contexto, el África existe para el beneficio castellano y no como entidad propia. Baroja tiene la ventaja de escribir desde los principios del siglo XX, un siglo que Ganivet no llegó a ver. Susan Martin-Márquez describe la obra de Baroja como "algo derivado" (de la obra de Ganivet) (368), pero encuentro que esta es una simplificación que no reconoce la 9 Me refiero aquí a la obra unamuniana En torno al casticismo publicado en 1895.

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creatividad barojiana que ejemplifica el texto. El trama de Paradox, Rry se basa en la expedición de un grupo de europeos -sionistas y capitalistas 10- que viajan a África para establecer una nueva nación que atraerá a colonos de todo el mundo. El uso de la misión sionista como pretexto e impulso de la expedición africana se metaforiza como un peregrinaje nacional que se realiza en el lienzo en blanco de "una zona ecuatorial [africana] llamada Cananí y aún no colonizada por ninguna potencia europea" (Alberich Sotomayor 59)11. Para el equipo que busca un espacio para la creación de esta nación imaginada y potencial en el África ecuatorial, los impulsos son la aventura, la oportunidad y, también, el destino. Ya se han considerado los mensajes antiimperialistas de La conquista del Reino de Mqya y Paradox, Rry en las obras de Martin-Márquez, Nil Santiáñez-Tió, Alberich Sotomayor, y Jesús M. Lasagabaster. Quedan pocas dudas de que La conquista del Reino de Mqya es "una escritura satírica inmisericorde que pone en tela de juicio los grandes mitos, instituciones y creencias sociales de la civilización moderna vigentes a finales del siglo XIX" (Santiáñez-Tió 117) Y que Paradox, Rey refleja "una amarga y radical actitud crítica frente a la política imperialista y colonialista de los europeos, y frente a las formas convencionales y aceptadas de la civilización occidental" (Lasagabaster 32). Tanto Ganivet como Baroja emplean la sátíra como género y África como proscenio para hacer reflexiones sobre realidades castellanas. Con referencia a La conquista del Reino de Mqya, Santiáñez-Tió admite la dificultad de interpretar "la intención autorial escondida tras las palabras" (138). Santiáñez-Tió sugiere un proceso de "restauración" y 10 En su libro Organic Memory: History and Bo& in the Late Nineteenth and Eady Twentieth Centuries (1994), Laura Otis examína la preocupación barojiana con los judíos y la creación de identidad racial en general. En pocas palabras, "[aJt no time did Baraja like Jews" (Otis 78), sin embargo Silvestre Paradox acompaña a un grupo sionista en su proyecto fundador. Entiendo que el hecho de que se emprende el viaje a Cananí bajo pretextos sionistas no refleja sus propias dificultades con los judíos. Encuentro muy poco que apoya tal interpretación dentro de esta novela específicamente. El sionismo es una motivación principal para el viaje, pero no es un hilo que perdura dentro del trama. Sirve más como impulso metafísico que contribuye a la misión utópica de los aventureros. 11 El sionismo empezó como movimíento político a finales del siglo XIX y tenía como meta establecer un país judío donde la diáspora judía podría inmígrar y encontrar libertad e identidad nacional. Para más información sobre el movimíento y su contexto histórico, véase el libro Germany, Turkry, and Zionism: 1897-1918 por Isaiah Friedman (1998).

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una "~~s.codificaci~~~' de ~~ distorsión que caracteriza la sátira (139), El analisls de Santianez-TlO es extenso y completo, sin embargo . lifi 1 . ' yo pre fi. ~ro ~1tnp car e acerCamIento a estas obras. La hipérbole y la distorslOn . SIrven como recursos literarios para crear una caricatura .que cuestlOna la validez del foco satírico. Entenderlas no es tanto un tr _ bajo de descodificar y restaurar, sino apreciar la caricatura grotesc/ T estar consciente de que la sátíra sirve para poner en ridículo princiPio~ aceptados. Por esto, el esperpento de Valle-Inclán sirve como punto de observación de las escenas que escriben Ganivet y Baroja12 • ValleInclán propone que "el sentido trágico de la vida española solo puede darse con una estética sistemáticamente deformada" (162). Y Ganivet y Baroja producen este "espejo cóncavo ... absurdo" (163) con sus visiones africanas. Lasagabaster hace explícito la conexión entre Paradox ~ y Luces de Bohemia: "No es de extrañar, pues, que más de un estudioso de Baroja haya establecido analogías entre Paradox, Rry y el esperpento de Valle-Inclán" (44). Con Ganivet, tenemos que extender la conexión temporalmente, pero funciona el vínculo sin mucho esfuerzo. Santiáñez-Tió titula una sección de su estudio sobre la novela "Maya, o el reino de lo grotesco," y hace conexiones explícitas entre las descripciones del Reino de Maya y la península ibérica (169). Es decir, la U ganga de Paradox) Rry y el Reino de Maya de La conquista del Reino de Mqya funcionan no como ejemplos de sociedades africanas retratadas, sino como exageraciones de modelos europeos; así el espacio africano ofrece un lugar ficticio para el desarrollo libre de la imaginación autorial. Como teoriza Foucault, África funciona como una heterotopía que yuxtapone varios sitios incompatibles. Estas conexiones entre el Reino Maya y Europa que señala SantiáñezTió convierten el espacio africano en un constructo europeo (Mudimbe [1988] 1). Santiáñez-Tió las explica como "clara intencionalidad satírica," y las enumera: "la capital del reino es tan grande como Madrid, Maya tienen una figura alargada parecida a la de Portugal, el sistema judicial de los mayas evoca el europeo, la religión maya refracta motivos )

12 Valle-Inclán publicó Luces de Bohemia en 1920, así que las novelas de Ganivet y Baraja la antedatan por varios años. En ciertas interpretaciones, el p:royecto de Luces de Bohemia se parece mucho a los de La conquista de! Reino Maya y Paradox, Rey. Las tres novelas son sátiras que caricaturizan .realidades europ,eas; se diferencian en el marco. Valle-Inclán emplea las calles de Madnd; Garuvet y Baraja, el Africa central.

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de la cristiana y su escritura fue importada de Europa por un indígena llamado Lopo". (169) Ganivet traza un reflejo de la sociedad europea en su Reino de Maya, mientras que, con la misión sionista en Paradox) Rey) Baroja emplea el trOpO de la África desconocida y silvestre como el espacio "más práctico, más económico y más factible [para] fundar una nueva nación hebrea" ([1906] 68); en vez de retratarlo de una manera familiar, enfatiza la alteridad del espacio como el aspecto positivo para el proyecto. Don Avelino Diz y Silvestre Paradox elogian las posibilidades que ofrece África: DIZ.- ... ¡África! ¡Admirable país! ¡Verdadera cuna de la civilización!. .. Es el único lugar donde se puede vivir dignamente. PARADOX- ¿Cree usted? .. DIZ.- No lo ponga usted en duda. ¡África! ¡Tierra sublime no perturbada por la civilización!. .. Tocaremos en las Canarias, ¿eh? PARADOX- Es probable. DIZ.- ¿Luego en Cabo Verde? PARADOX.- Es casi seguro. DIZ.- y después, ya hacia el golfo de Guinea ... Derechos al misterio ... A lo desconocido ... A la esfinge .. , y, ¿dónde desembarcaremos? PARADOX- No lo sé todavía. DIZ.- ¿En el Senegal? ¿En el Camerún? .. ¿Quizá en el Congo? PARADOX- Ignoramus, ignorabimus, como dijo el ilustre fisiólogo Du BoysReymond en su célebre discurso de Berlín. DIZ.- ¡Qué admirable idea! Vaya realizar el sueño de toda mi vída. ([1906] 70-71)

Aunque saben muy poco de su ruta y de lo que les esperan en este "único lugar donde se puede vivir dignamente," las partes desconocidas de África representan la posibilidad, la aventura y la culminación de sueños europeos. En su conversación, "el país" africano es res nullius sin habitantes. Las palabras "no sabemos, no sabremos" de Paradox expresan el escepticismo barojiano del proyecto europeo (Lasagabaster 71), y mientras que Diz celebra el plan: "un proyecto así es nuestra gloria [... ] Escalaremos montañas inaccesibles" ([1906] 71-72), Paradox participa en las celebraciones con observaciones que subrayan la exageración dentro de la retórica hiperbólica: "Inaccesibles hasta el momento en que las subamos nosotros" ([1906] 72). Ganivet crea un reino africano familiar y Baroja exotiza el suyo pero las dos versiones manifiestan un eurocentrismo organizador; la metrópoli funciona como referente

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inescapable 13 • Para Ganivet, Madrid es el arquetipo que respalda sus observaciones, para B aroj a, África es una terra nullius que espera la conquista europea. Aunque se acercan al tema desde lados opuestos Europa/ Castilla mantiene un puesto de primacía en cualquier consid~ eración del Otro africano. El privilegio que otorgan a Europa/ Castilla vincula el espacio afiicano con la narrativa nacionalista de España a finales del siglo XIX y principio del XX. Ganivet efectivamente transforma "áreas no europeas en construcciones fundamentalmente europeas" (l'vfudimbe 1). y Baroja subraya el poder retórico de una aventura africana; participar en una de estas les dará capital cultural. Mudimbe extrapola una observación de Robert Thornton al explicar que "el descubrimiento de África fue también un descubrimiento para los periódicos. Desde los grandes viajeros victorianos no se había escrito nada acerca de lo descubierto" (16); es decir que las aventuras en sí tenían un valor insignificante comparado con la difusión de las narraciones del viaje en el metrópoli. Esta observación sostiene las aserciones de que 1) África ocupaba un rol auxiliar' la idea de África era más importante que la realidad, y 2) el consum~ europeo de narrativas de viajes africanos reflejaba una presencia africana en la imaginaria popular de la época. Con la circulación de estas narrativas dentro del público europeo, África funcionaba como una heterotopía en el sentido de que yuxtaponía varios sitios distintos (Castilla, Uganga, el Reino de Maya, etc.) dentro del espacio de la metrópoli. Esta con-fluencia de espacios (bajo el contexto de la lectura) funcionaba para introducir el Otro en los discursos nacionales de identidad. Este espacio Otro puede cumplir varias funciones: puede ser un espacio de crítica, de desviación, de creación, de crisis ... Lo importante es entender que la creación de la imaginaria nacional no se hace en aislamiento, lo africano (entre otras influencias) participa en el vaivén discursivo. Las sociedades africanas que inventan Ganivet y Baroja contribuyen a este discurso nacional. Elaboran sociedades complejas y en estas fabricaciones imaginadas se encuentra el espejo cóncavo que critica y deforma la versión castellana original. En La conquista del Reino de Mqya, Pío Cid llega a "una nación cuyos rudimentarios sistemas sociales, políticos y económicos evocan los de similares naciones con las 13 En su libro, White Mythologies (1990), Robert J. C. Young analiza el fenómeno del eurocentrismo dentro del proyecto colonizador europeo y el proceso pos colonial.

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que otros exploradores europeos del siglo XIX se habían topado en sus travesías por el África" y "casi de inmediato, Pío Cid se propone la transformación del sistema político y económico maya" (SantiáñezTia 149). Cid efectúa un proceso hacia el capitalismo: introduce la moneda, los muebles, el jabón, la propiedad individual, el alumbramiento y el alcohoP\ entre otras cosas. El poder del estado aumenta y simultáneamente ofrece más bienes a los ciudadanos de mayas, así controla la libertad de los mismos. Santiáñez-Tió sugiere que: Sin duda, Ganivet denuncia satiricamente, a través de esas cínicas observaciones de su narrador, las lacras y las contradicciones del modelo liberal que yace en la estructura del capitalismo [... ] En virtud de esa codificación y de la mecánica económica derivada del capitalismo, el hombre se convierte en esclavo de unas leyes y unos mecanismos abstractos[ ... ] Para el buen funcionamiento de la sociedad se exige, así, la alienación del individuo. (152)

La sociedad hiperbólica que gobierna Cid "da forma a su visión nihilista del hombre moderno y de la modernidad"15. Dentro del narrativo, una combinación de 1) la alteridad africana, 2) lo grotesco, y 3) el sistema político-económico europeo superpuesto establecen un espacio narrativo que ofrecen al lector la oportunidad de considerar ciertos elementos absurdos de las estructuras político-económicas europeas. Ganivet yuxtapone estos elementos familiares y extraños para subrayar el efecto dañino del capitalismo moderno tanto en Europa como en el Reino de Maya. Silvestre Paradox y sus compañeros crean una sociedad en la costa africana. Eligen a Paradox como rey, contra sus deseos iniciales e intentan desarrollar una utopía llamada la ciudad Bu-Tata dentro del reino Uganga. Escriben una constitución, eliminan el uso de dinero y los oficios profesionales. Lamentablemente, fracasan en su intento de establecer una utopía cuando los franceses atacan y destruyen su ciudad. Así que, la misión sionista de Abraham Wolf y el proyecto utópico de 14 En un párrafo del capítulo XV1II, Pío Cid considera los beneficios de la introducción del alcohol en el reino de Maya: "La raza negra es más robusta, y no solo podría resistir mejor la acción de este agente deletéreo, sino que, acaso, encontraría en él un estímulo para espiritualizarse; de suerte que, si el alcohol engendra el idiotismo en los seres civilizados, vendría a producir el desarrollo intelectual en estas razas prímitivas, que ya poseen el idiotismo por naturaleza" ([1897] 163). No intento justificar esta observación absurda de Pío Cid-en mi opinión creo que es un chiste que ya no funciona-pero desde cualquier punto de vista es un razonamiento ridiculo que se puede vincular con las otras justificaciones extensas que practicaban las potencias europeas en sus misiones colonizadoras. 15 Santiáñez-Tió 173

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Silvestre Paradox se acaban con una derrota contra las tropas france~ sas. Los franceses establecen su poder colonial, pero Baroja condu e elli~ro con las observaciones siguientes: primero, en el despacho !el m~dico francés d~ la nueva Bu-Tata (tres años después), entran más y mas enfermos afncanos hasta que temen que no haya más esp~cio: EL DOCTOR.- ... Uganga es un país muy sano. EL AYUDANTE.- Lo era. EL DOCTOR.- y, ¿cree usted que habrá variado? EL AYUDANTE.- Sí, señor. EL DOCTOR.- y ¿por qué? EL AYUDANTE.- Por la civilización. EL DOCTOR.- y ¿qué tiene que ver la civilización con eso? EL AYUDANTE.- Mucho. Antes no había aquí enfermedades, pero las hemos traído nosotros. Les hemos obsequiado a estos buenos negros con la viruela, la tuberculosis, la sífilis y el alcohol. Ellos no están, como nosotros, vacunados para todas estas enfermedades, y, claro, revientan. EL DOCTOR.- (Riendo.) Es muy posible que sea verdad lo que usted dice. EL AYUDANTE.- ¡Sí es verdad! El año pasado fui a un pueblo de al lado; y ¿sabe usted lo que pasó? EL DOCTOR.- ¿Qué? EL AYUDANTE.- Que les infecté con la viruela, y, sin embargo, yo no la tenía. ([1906] 216-217)

Y segundo, concluye el libro con "una noticia" del periódico francés de la nueva Bu-Tata. El lector encuentra una noticia pública que recuenta la visita recién del abate al reino de Uganga, ahora colonia francesa: "Tras de la misa, el abate Viret pronunció una elocuentísima arenga [... ] y terminó diciendo: Demos gracias a Dios, hermanos míos, porque la civilización verdadera, la civilización de paz y de concordia de Cristo, ha entrado definitivamente en el reino de Uganga" ([1906] 218). Se ve claramente el cinismo barojiano y el fracaso del proyecto utópico. También se evidencia una ignorancia tremenda. Los colonos franceses (y los otros europeos) han introducido varias enfermedades y vicios y o no entienden su parte ("yo no la tenía") o niegan el daño que han causado ("la civilización de paz [... ] ha entrado [... ] en el reino de Uganga"). En estas escenas finales, los conquistadores europeos se convierten en mentecatos; la misión civilizadora revela su propia ingenuidad. Sirve aquí considerar la observación del antropólogo Nigel Badey, cuando opina que cara a cara con la alteridad, Africa, "las diferencias entre un botánico francés y un inglés antropólogo parecen mínimas" (106); se puede extrapolar que la critica de estas páginas no se dirige solamente a los franceses, sino al proyecto colonizador de las potencias europeas.

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Es necesario considerar también la relación de la utopía del rey Silvestre Paradox y la heterotopía bajo examen aquí. Foucault describe las utopías como lugares sin espacio real, un espacio vacío de espacio. Baroja crea una utopía, pero también la destruye y en el vacío se convierte todo en una representación deformada de la sociedad. Baroja efectúa una utopía y heterotopía que tienen las funciones de 1) yuxtaponer "en un solo lugar real varios ~spacios, varios sitios que son en sí mismos incompatibles" (17) y (2), "lo que hace de este lugar tanto absolutamente real, conectado con todo el espacio que lo rodea, como absolutamente irreal" (15). Foucault describe la utopía como el reflejo visto en un espejo, pero Baroja deforma este espejo para que sea uno cóncavo. Critica tanto la ingenuidad de Silvestre Paradox y sus compañeros como la ignorancia de los franceses. Alberich Sotomayor sugiere que Baroja escribió la novela esperando una "gran aceptación entre el elemento radical [antiimperialista)" (71), pero no resultó. Los espacios europeos que crea en el Africa ficticia tenían el propósito de influir opinión en la península, pero no lograron el resultado esperado. Una última pbservación de la novela de Baroja, es que es una novela dialogada. Varios critico s ya han considerado la importancia de esta decisión y recurso literario en la obra de Baroja, pero quiero añadir una interpretación más apropiada para este estudio. En White A1ythologies, Robert Young considera la conceptualización del diálogo de Lévinas: El lenguaje debe tomar la forma del diálogo: mientras que la universalidad de la razón significa que debe necesariamente renunciar a toda singularidad, y que la función del lenguaje en la conceptualización del pensamiento es suprimir al otro y llevarlo dentro de la égida del mismo, en lenguaje dialogado se mantiene la distancia entre los dos; "Su comercio", como dice Lévinas, "es ético". El dialoguismo permite la "separación radical, la extrañeza de los interlocutores, la revelación del otro a mf'. La estructura del diálogo, por otra parte, no permite ocupar ninguna posición más allá de los interlocutores desde la cual puedan integrarse en una totalidad mayor. La relación entre ellos, por tanto, no es de oposición, ni de límite, sino de alteridad. (46)

El uso del diálogo como estructura básica de la narrativa mantiene esta distancia entre locutores, también la separación y la extrañeza. Prolube la inclusión de opinión fuera de las palabras de los protagonistas, y enfatiza la cuestión de la alteridad interpersonal (no solamente intercultural). Es decir, subraya la distinción individual entre los europeos tanto como entre interacciones europeo-africanas. El uso de narración dialogada hace hincapié la distancia interpersonal, la cual disminuye la

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importancia de diferencias interculturales. Es una estrategia organiza_ dora para Baroja aquí, pero el efecto es bastante sutil. Su sá&a intenta deformar y exagerar elementos familiares para subvertirlos.Paradox, ~ no sirve como una crítica de los habitantes de U ganga, 'sino una condenación de los protagonistas europeos. Es otra manerá de subrayar el rol de lo africano en el proceso de reificar (y criticar) el imaginario castellano. Las dos novelas concluyen de maneras distintas, pero con consideraciones parecidas. Como ya se examinó arriba, Baroja culpa a los europeos por la introducción del alcoholismo, la sífilis, la tuberculosis y la viruela en la sociedad de Uganga. Los europeos contaminan y corrompen a la gente indígena. La novela de Ganivet termina con "Sueño del Pío Cid" donde se revela que la narración anterior ha sido un sueño del protagonista y tiene una conversación con el conquistador Hernán Cortés. La conversación onírica se puede analizar de varias maneras, pero parece más destacada la conexión implícita entre Cid y Cortés. Se comparan los proyectos de los dos, y el libro sugiere que la conquista del Reino de Maya puede ser la manifestación contemporánea de la "Nueva España" de Cortés. Como se entiende de su correspondencia con Unamuno, Ganivet creía que la expansión castellana en el África sería el futuro y la gloria del país. Estas comparaciones con Cortés hacen explícitos estos lazos. Pero también, dentro de un estudio que incluye Paradox, Rey, se tiene que mencionar la contaminación de enfermedades que efectuaron los conquistadores en las Américas. Se puede extrapolar que, mientras que África representa el futuro de España, es posible, si no probable, que los errores y las atrocidades que cometieron en la conquista de las Américas se repetirán en la expansión africana. Por último, es necesario volver al título de este trabajo y considerar las descripciones de los protagonistas como "conquistador" y "rey". Por un lado, estos títulos enfatizan el control y la manipulación del Otro africano, tanto el espacio como el humano africano. También, niegan la agencia pública de los habitantes y replican sistemas políticos intransigentes dentro de otros espacios y culturas. Esto refleja el hecho de que los dos autores toman temas familiares para la imaginaria castellana y. los transponen a un lugar diferente. En este sentido, el espacio africano yuxtapone los sistemas políticos europeos imaginados dentro de sus fronteras geográficas. Al final, el poder absoluto del conquistador y 172

del rey se encuentra imponente; el último conquistador y el primer rey dejan o pierden sus puestos y son reemplazados con otros sistemas. En conclusión, el África participa en la creación de la imaginaria castellana como espacio heterotópico. Ángel Ganivet y Pío Baroja escogen la geografía africana como escenario por el contexto contemporáneo del Reparto de África europeo y la crisis del 98 y por el impacto cultural que estas realidades le confierep.. En su creación de sociedades en África, Ganivet y Baroja superponen ideales sociales occidentales sobre sociedades formativas africanas. África participa como un espacio donde estas idealizaciones son separadas de sus manifestaciones castellanas y son superpuestas sobre una cultura distinta. En este sentido, el África representada en estas novelas, no representa el África real, sino una creación literaria y cultural, una heterotopía donde se puede examinar y criticar el valor platónico de estas ideologías y prácticas culturales. Obras citadas: Alarcón, Pedro Antonio. Diario de un testigo de la Guerra de Africa. Madrid: Imprenta y Librería de Gáspar y Roig, 1859. Google Books. 26 de febrero 2015. AIberich Sotomayor, José María. "Baroja en África: En torno a Paradox, Rey." Boletín de la Real academia sevillana de buenas letras: Minervae Baeticae 29 (2001): 59-73. 15 de enero 2015. Barley, Nigel.Adventures in aMud Hut. New York: The Vanguard Press, 1984. Baroja, Pío. Paradox, Rey. 1906. Madrid: Espasa Calpe 1999. Bey, Alí. Viajes por Marruecos. 1816. Barcelona: Byblos, 2005. Carrasco González, Antonio. Historia de la novela colonial hispanoqfricana. Madrid: SIAL Ediciones, S.L., 2009. Castro, Mariano de y Donato Ndongo. España en Guinea Consfrncción del desencuentro: 1778-1968. Toledo: Ediciones Sequitur, 1998. Chamberlain, Muriel Evelyn. The Scramblefor Afoca. New York: Longman, 1999. Díaz Fernández,José. El blocao. Madrid: Imp. Argis, 1928. Flores Morales, Ángel, ed. Afoca a través delpensamiento español: De Isabel la Católica a Franco. Madrid: Instituto de Estudios Africanos, 1949. Foucault, Michel. ''Des espaces autres." Empan 2.54 (2004): 12-19. 4 de enero 2015. Friedman, Isaiah. Germa1!Jl, Turkry, and Zionism: 1897-1918. New Brunswick, NJ: Transaction Publishers, 1998. Ganivet, Ángel. La conquista del Reino de Mqya por el ultimo conquistador Pío Cid. 1897. Madrid: Ediciones Jaguar, 2001. ---o Obras completas. Vol. n. Madrid: Aguilar, 1951. Ganivet, Ángel y Miguel de Unamuno. Elporvenir de España. 1898. Madrid: Espasa Calpe, 1990.3 de febrero 2015. García Figueras, Tomás. Santa Cruz de Mar Pequeña-Ijni-Sahara (La acción de España en la costa occidental de Afoca). Madrid: Ediciones FE, 1941. Giménez Caballero, Ernesto. Notas marruecas de un soldado. Barcelona: Editorial Planeta, 1923. Hodgkin, Thomas. Nationalism in ColonialAfrica. New York: New York U P, 1957.

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