EL ULTIMO ADIÓS A CARLOS FUENTES UNA VOZ CRÍTICA

August 21, 2017 | Autor: F. Álvarez Simán | Categoría: Carlos Fuentes
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EL ULTIMO ADIÓS A CARLOS FUENTES UNA VOZ CRÍTICA

"Mi razón de ser es el lenguaje"
Carlos Fuentes

Fernando Álvarez Simán*

"Si güerita" fueron las últimas palabras que pronunció el escritor e intelectual Carlos Fuentes este 15 de mayo cuando su esposa la periodista Silvia Lemus le pidió que acatara la sugerencia médica de trasladarse a un hospital; momentos antes Carlos Fuentes se despertó con malestares que le provocaron nauseas, se dio un baño y algunas crónicas dicen que mientras se duchaba se desvaneció, otras que regresó a la cama a esperar a su médico de cabecera, el hecho es que, de pronto perdió el conocimiento, el cual ya no volvería a recuperar.

Más tarde la prensa nacional comunicó el lamentable deceso y a partir de ese momento curiosamente tratándose de un escritor e intelectual las redes sociales destacaron la noticia, incluso varios colegas suyos le dieron el último adiós por esa vía. Pero si la conmoción nacional por su repentino fallecimiento fue intensa; el pesar internacional no fue menor, presidentes, jefes de gobierno, connotados intelectuales y líderes de opinión expresaron sus condolencias al pueblo mexicano, recordaron al escritor e hicieron hincapié en su obra y el conocimiento que tenía sobre la sociedad y la historia latinoamericana. Por ejemplo; Francois Hollande el nuevo presidente de Francia dijo de Fuentes que era un hombre comprometido, rebelde a los dogmas y gran amigo de Francia. Mariano Rajoy el presidente del gobierno español lamentó la partida de quien "supo captar y describir los matices de la existencia hispanoamericana. Para Juan Manuel Santos el mandatario colombiano esta fue una pérdida para el mundo entero, José Miguel Insulza el secretario general de la Organización de Estados Americanos, comentó que Fuentes nunca fue indiferente al impacto de la pobreza y la desigualdad en México y Latinoamérica, destacando su valía como escritor y referente crítico.

Incluso la prensa internacional lamentó su deceso y no paró de llenar de elogios a su obra, en Francia el diario "Le Figaro" lo llamó el quijote mexicano, "Le Monde" dijo que había partido a otra vida un autor muy atento al mundo; The Washington Post, The New York Times y Los Ángeles Times, entre otros diarios americanos, publicaron imágenes del escritor, con notas biográficas y análisis de su legado en la literatura, lo mismo puede decirse de los periódicos españoles más importantes y los latinoamericanos.

El mismo tono de elogios y desasosiego fue utilizado por sus colegas en todas partes del mundo, por los estudiosos de su obra y por la gente de las letras mexicanas comulgaran o no con sus ideas, entre ellos Héctor Aguilar Camín, Álvaro Mutis, Jorge Volpi, Enrique Krauze y José Emilio Pacheco. Por eso, si existe un consenso sobre Carlos Fuentes y su obra es que es el gran autor literario de México y su sitio como figura intelectual será difícil de llenar; de hecho Carlos Fuentes hasta el momento de su fallecimiento era uno de los mexicanos vivos más conocidos en el mundo.

Entre los muchos premios que recibió destacan el Cervantes, el Príncipe de Asturias de las Letras, el de Biblioteca Breve y el Premio Nacional de Literatura de México. Además se hizo acreedor de distinciones tales como la Orden de la Independencia Cultural Rubén Darío, otorgada por el Gobierno sandinista; la Orden al Mérito en Chile y la española Gran Cruz de la Orden de Isabel la Católica, además de numerosos Honoris Causa de Universidades de todo el mundo.

Este unánime reconocimiento nacional e internacional a la persona y a la obra de Fuentes no es gratuito, pues el mundo literario le reconoce haber iniciado el movimiento literario conocido como el boom latinoamericano de los años 60s del siglo pasado; Carlos Fuentes con Julio Cortázar de Argentina, Mario Vargas Llosa de Perú y Gabriel García Márquez de Colombia fueron los iniciadores de este movimiento que puso a la literatura latinoamericana con la novela narrativa en boca de todo el mundo de manera exitosa, pero además y sobre todo a Carlos Fuentes se le reconoció también la generosidad con la que alentaba la carrera de escritores jóvenes; muchos son los testimonios de quienes afirman que devoraba con mucho interés y curiosidad las obras de los autores jóvenes.

Carlos Manuel Fuentes Macías fue un hombre con una vida singular que después reflejó en sus obras y en el amor que le profesó a muchas capitales latinoamericanas de las cuales conocía perfectamente la historia que las hacía únicas; El hijo de Doña Berta Macías y Don Rafael Fuentes Boettiger un diplomático del servicio de relaciones exteriores nació en la Ciudad de Panamá, el 11 de noviembre de 1928, debido al trabajo de su padre, Carlos Fuentes creció entre las ciudades de Montevideo, Río de Janeiro, Washington, D.C, Santiago de Chile, Quito y Buenos Aires.

Hasta que a los 16 años se establece en Ciudad de México para realizar sus estudios de nivel medio superior y poco después se matricula en la Universidad Nacional Autónoma de México para estudiar Derecho, posteriormente se traslada a Suiza, donde en el Instituto de Altos Estudios Internacionales se gradúa en Economía. Si bien nació en Panamá y fue un viajero incansable, Carlos Fuentes se sabia y sentía profundamente Mexicano, incluso señala que la nacionalización del petróleo ocurrida cuando solo tenía diez años de edad, fue el evento que le ayudó a entenderse a sí mismo como mexicano.

A los 21 años decide ser escritor y en 1958 con solo 29 años publica su primera novela titulada "La región más transparente" cuya aparición fue calificada como un acontecimiento inusual tratándose de una novela, recibiendo el calificativo de la "gran novela urbana de México", de inmediato su primera obra se convierte en un clásico y Carlos Fuentes en una celebridad; desde entonces no para; es en esta primera obra donde retrata magistralmente la vida de la ciudad de México en la década de los años 50s. La directora editorial de Alfaguara, Marisol Schultz, señala que en esta obra el cuestiono a las familias protegidas y a las clases poderosas lo que marcó "para Fuentes y para la cultura mexicana un antes y un después. Le siguen entre otras obras "Aura", una novela corta cuya trama se desencadena cuando su protagonista "Felipe" llega a una casona a solicitar trabajo y conoce precisamente a Aura. Después "la Muerte de Artemio Cruz" donde contando la historia de un personaje, desgrana la evolución del país y de sus protagonistas políticos emanados de la revolución de 1910, obra ampliamente considerada como fundamental de la moderna literatura en español.

"Terra Nostra" de 1975 considerada su novela más ambiciosa narra la identidad de la cultura ibérica enraizada en la sociedad latinoamericana; para 1985 aparece "Gringo Viejo" que se convierte en el primer best-seller en Estados Unidos escrito por un mexicano. Pudiera decirse que su primer amor fueron las letras y claro está la lectura, pero Carlos Fuentes también fue un apasionado del cine; llegando a escribir los guiones de numerosas películas, por ejemplo se recuerda el que escribió junto con Gabriel García Márquez para la celebrada cinta "el gallo de oro" del legendario director Roberto Gavaldón. Otra de sus pasiones fue la política, llegando a ser el embajador de México en Francia y España y dejando en claro su punto de vista sobre la realidad política y social de México en su numerosas colaboraciones periodísticas e incluso en sus relatos y obras. Renuncia a esa embajada en 1977 en protesta por el nombramiento de Gustavo Díaz Ordaz como embajador en España. Así dijo a Le Monde (8 de abril de 1977)

Por afinidad generacional, la formación política y social de Carlos Fuentes se acerca al grupo formado por el intelectual, antropólogo, ensayista, novelista, periodista cultural y promotor de cultura Fernando Benítez, quien invita al propio Carlos Fuentes, Elena Poniatowska, Vicente Rojo, José Emilio Pacheco y otros más a colaborar en el suplemento del periódico Novedades llamado "México en la Cultura". Pronto Fuentes destaca y forma parte de la corriente cultural más importante de México denominada liberal, que en muchos sentidos contrasta con los escritores, pintores y artistas emanados del triunfo de la revolución mexicana.

En ese sentido, si estos últimos exaltaban el espíritu revolucionario, nacionalista y en muchos casos rural de la idiosincrasia mexicana; el grupo alentado por Benítez y liderado por Carlos Fuentes, no negaba las aspiraciones de justicia social de la revolución, pero anhelaba la inserción de la cultura mexicana en escenarios internacionales y sobre todo puntualizaban sobre la influencia en la vida cotidiana de los cambios que se producían en una sociedad que se volvía cada vez más urbana. De hecho Carlos Fuentes fue el más cosmopolita de los escritores mexicanos, asiduo a fiestas del cuerpo diplomático acreditado en México, contaba entre sus amistades a políticos como Bill Clinton, escritores anglosajones como Norman Mailer, Susan Sontang y millonarios del jet-set internacional. Siempre impecablemente bien vestido llamaba la atención de propios y extraños divirtiéndose intensamente hasta que la vida de las letras lo atrapa definitivamente. Según sus propias memorias esto sucedió en Suiza cuando descubre cenando a su lado a Thomas Mann, el premio Nobel de Literatura de 1929. Fuera está de discusión la calidad de la obra literaria de Carlos Fuentes, para muchos el único premio que no le fue otorgado aunque lo merecía fue el Premio Nobel; aunque el solía decir que se lo habían dado a su generación el día que se lo entregaron a Gabriel García Márquez.

Hoy descansará como fue su deseo en el Cementerio de Montparnasse en París al lado de grandes personalidades internacionales como Charles Baudelaire, Maurice Leblanc, Pierre-Joseph Proudhon, Simone de Beauvoir, Samuel Beckett, Julio Cortázar, Marguerite Duras Jean-Paul Sartre y Cesar Vallejo, el mejor homenaje que podemos hacérle es leerlo para entender al país que tanto quiso y al que siempre puso en alto. En el día de su muerte nos damos cuenta de que Carlos Fuentes es un claro ejemplo de que la vejez del cuerpo, no se compagina con la juventud del espíritu.

* Profesor-Investigador. Universidad Autónoma de Chiapas







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