El triunfo de Angela Merkel en Alemania

August 22, 2017 | Autor: F. Álvarez Simán | Categoría: Europa
Share Embed


Descripción

El triunfo de Angela Merkel en Alemania

"Tenemos la fuerza para una responsabilidad mundial"
Angela Merkel

Fernando Álvarez Simán*

"Veo los próximos cuatro años frente a mí y puedo prometer que enfrentaremos muchas tareas en casa, en Europa y en el mundo", fueron las primeras palabras de Angela Merkel al conocer los resultados extraoficiales que la hacían virtual ganadora de las elecciones de hace ocho días en Alemania. No le falta razón; porque de casi ingresar por accidente a la política, en sus manos está el destino no solo de Alemania, su país, sino también de Europa y buena parte del mundo. Merkel con este resultado casi iguala el récord de votos obtenidos por su mentor político Helmut Kohl en las primeras elecciones después de la reunificación 1990 que fueron contagiadas por la euforia nacional de la caída del Muro de Berlín y claro está por la reunificación.

Lejos están esos tiempos del 2005 cuando Merkel derrotó con apenas un punto de ventaja a Gerhard Schröder y para sostenerse en el cargo tuvo que realizar una coalición de gobierno. Los pasados comicios dejaron ver con claridad para los expertos en temas teutones y europeos una canciller con gran capacidad para convocar al electorado, el cual está convencido de que con su guía está garantizado para el futuro un país fuerte y blindado ante los vaivenes económicos y políticos del mundo y sus vecinos europeos. Precisamente Merkel después de su complicada primera elección tuvo todavía que pasar por un grave e inesperado filtro que 20 de los mandatarios contemporáneos de la canciller alemana no resistieron: la crisis financiera internacional y la posterior crisis de las deudas soberanas europeas. Silvio Berlusconi en Italia y José Luis Rodríguez Zapatero en España fueron las Figuras más mediáticas que se hundieron con la crisis, pero también los mandatarios y las coaliciones gubernamentales de Islandia, Reino Unido, Dinamarca, Portugal, Bélgica, Grecia entre otros. Ante la crisis mundial, Alemania hoy es un oasis; tanto que le permitió a Merkel aplicar durante las elecciones un programa de 30 mil millones de euros para fortalecer el gasto de desarrollo social y apoyar a las familias alemanas. Lo anterior amainó el embate de sus opositores que centraron el debate electoral en las revelaciones que se han hecho públicas sobre el apoyo a los Estados Unidos en materia de espionaje internacional y en el aumento de precios en materia de energéticos.

La victoria de Merkel fue con el 41.5 por ciento de los votos, que le dio la mayoría, pero no la absoluta; y aunque es una de las votaciones históricas del pueblo alemán, para gobernar tendrá que formar una nueva coalición de gobierno porque sus aliados del Partido Democrático Liberal no lograron el cinco por ciento mínimo necesario para mantenerse en el parlamento. La coalición de gobierno seguramente se concretará en los próximos días con el partido socialdemócrata. Merkel y su equipo contraatacaron machacando que el gobierno Alemán a diferencia de sus pares en otros países no ha trasladado el costo de la crisis financiera internacional y del euro a los bolsillos de los contribuyentes, en ese sentido; en Alemania no ha habido recortes presupuestales, ascenso del desempleo ni aumento en los impuestos.

Las particularidades del sistema político teutón harán que la "temperatura" del ambiente oficial y de los partidos se incremente. Vendrán reuniones, mensajes privados y oficiales, a través de los medios y por cualquier otra vía posible para que los políticos de los partidos se pongan de acuerdo para cogobernar con Merkel. Lo esencial que se buscará no es la coalición en sí, sino la búsqueda del mejor posicionamiento para las elecciones del 2017. En Alemania, los partidos políticos; así sea que firmen convenios con sus pares para formar una coalición, siempre mantienen alguna independencia entre ellos de acuerdo a su perfil y a lo que los diferencia de los demás. Merkel con su victoria lo que buscará será un instituto político que le asegure el apoyo para sus políticas en las cuestiones domésticas como los impuestos, las leyes laborales y de salario, la seguridad social, la política educativa, las cuestiones y su plan de sustitución de la energía nuclear.

Lo único que parece cierto es que a pesar de que la necesita; Merkel no parece ser la canciller urgida de una coalición, que de concretarse puede tomar semanas o meses; a quienes les apremia es a los partidos políticos, incluso Merkel puede arriesgarse gobernar como la primera minoría, ya que con 296 diputados en el "Bundestag", a su partido, la Unión Demócrata Cristiana solo le faltaron tres escaños para alcanzar la mayoría absoluta. Por eso, la "emperatriz de la austeridad", o "Mamá Merkel" como se le conoce también en Alemania y Europa, consiente de sus posibilidades; la noche de las elecciones al conocer las tendencias exclamó "es un súper resultado".

También "Der Tagesspiegel" un prestigiado rotativo liberal reflexionó en la nota de ocho columnas: ¿Para qué necesitamos partidos políticos si tenemos a Merkel? En política interna los analistas ven una gran fortaleza en las políticas públicas de la canciller que al menos en el corto plazo no ven que pudiera existir un sobresalto, aún con el entorno continental y mundial deprimido; más bien la pregunta que se hacen es ¿cuál será la política que seguirá Merkel con sus socios europeos en franca recesión? En ese sentido, su próximo accionar como canciller de un nuevo periodo deberá verse en dos sentidos: la política doméstica y la política exterior.

En lo domestico, a partir de la lozanía de los indicadores macroeconómicos alemanes que en contraparte provocaron salarios bajos y demasiada flexibilidad en el mercado laboral quitándole poder a la defensa de los asalariados y los sindicatos; la inmensa mayoría de los alemanes ha manifestado incluso vía encuestas que rondan el 85 por ciento de aprobación, que lo más importante ahora es concretar los planes gubernamentales de la "Energiewende" o transición energética. Esto pareciera increíble en cualquier otro país del orbe, pero Alemania una potencia industrial orden especializada en la producción de bienes de capital (aquellos que se utilizan para fabricar otros bienes), puede darse el lujo de correr su economía a la búsqueda de energías renovables en el futuro inmediato. Hoy Alemania es testigo de los más tenaces movimientos ambientales del mundo desde el desastre de Chernobyl en Ucrania, Merkel lo sabe, por su experiencia como Ministra del Medio Ambiente con Helmut Kohl por ello no vaciló en cambiar de parecer con el desastre de la planta nuclear de Fukushima en Japón.

Los planes ambientales de Merkel en concreto son: Alemania libre de armas nucleares en 2022, obtener el 80 por ciento de su electricidad de origen ecológico en 2050, y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero 55 por ciento en 2030 y hasta el 95 por ciento en 2050. Pero hoy Alemania camina hacia lograr esas metas; la vía son agresivos incentivos fiscales a quienes utilizan en sus casas, campos agrícolas, empresas e industrias energías renovables, así en doce años pasaron de producir seis por ciento de electricidad a partir de energías verdes a un 25 por ciento hoy. Ahora Alemania tiene más de cuatro millones de pequeños productores de energía a partir de energía eólica y energía solar fotovoltaica, siendo un sector que genera empleo a 380 mil personas, la mitad de los empleos generados por la industria automotriz teutona. Un sector que también ya empieza a exportar de manera significativa tecnología, prácticas y materiales al resto del mundo.

En el corto plazo, a pesar del optimismo global en su país, Merkel tendrá que librar batallas con el sector de la industria pesada que la acusa que con esta política pone en riesgo a toda la histórica base industrial alemana que consume energía fósil, cuando se han roto los paradigmas productivos mundiales en este sector. En política exterior, a partir de que los análisis económicos del continente europeo demuestran que Grecia necesitará un tercer rescate, por eso de entrada la reelección de Merkel es una buena noticia para la unión europea y la zona euro; además el hecho que los partidos de izquierda alemanes, más proclives a los asuntos domésticos hayan quedado bastante rezagados en el Bundestag implica más apoyo alemán a los asuntos europeos. Por eso, cualquiera que sea la composición de las coaliciones que busque Merkel, su bono electoral probablemente haga que no cambie en nada su política de austeridad hacia el continente; en ese sentido, si no le ha cargado la mano a los contribuyentes alemanes con los saldos de la crisis mundial, de las deudas soberanas y del euro, es probable que la austeridad impuesta por los alemanes ronde en el viejo continente, sencillamente porque los contribuyentes alemanes no cargaran con las pérdidas de sus vecinos.

Para Merkel y los alemanes no es inquietante un nuevo rescate a Grecia por el tamaño de su economía; el reto y el riesgo verdadero es que sigan financieramente inestables economías europeas más grandes como Italia, Francia o España. Hoy todavía no está claro lo que quieren Merkel y Alemania, que ha ahondado en la austeridad de estos países, pero muchas de estas naciones han comenzado a sugerir que las deudas se colectivicen entre todos los países vía eurobonos, asunto nada del agrado de Merkel, sabedora de los deseos del pueblo alemán. A contracorriente de lo que piensa Berlín, los gobiernos que no están en la posición alemana prefieren el apoyo germano para regímenes fiscales menos rígidos y más apoyo de la unión europea para est mulos y creación de empleo.

De esta manera, las principales prioridades de Merkel son las nacionales en materia de energías limpias y sentar las bases para una economía alemana que genere nuevas tecnologías, en materia continental seguramente seguirá apoyando a los demás países si estos siguen el camino de la austeridad y la disciplina fiscal.
Un nuevo terremoto financiero pondría a prueba su política europea y ese puede suceder en Italia, Francia, Portugal o España porque son economías más grandes que Grecia o Islandia. Merkel ha dicho que si el euro fracasa, entonces Europa entera fracasará.

En lo global no parecen interesarle a Merkel los conflictos del Medio Oriente y en específico de Siria e Irán, seguramente seguirán en segundo plano considerando que su prioridad es fortalecer su liderazgo en Europa. Para Washington, sabedor del liderazgo regional y la influencia mundial de Merkel y Alemania, la victoria de la canciller es visto como uno un vaso de agua medio lleno o medio vacío. Espera más protagonismo de Merkel en materia de seguridad mundial, asunto que no parece que suceda por lo menos en el corto plazo, pero aprueba los resultados de estabilidad y continuidad en la Unión Europea y espera que el viejo continente siga por la ruta de la estabilidad y la continuidad.

Contra los pronósticos que no veían cabida en la política a una científica y académica nacida en Alemania occidental, pero criada en el Oriente comunista, Merkel ha demostrado que es una persona pragmática a la que no la condicionan los aspectos ideológicos ni políticos ni económicos. Pero que es clara en cuanto a identidad europea ya que dice: "La Unión Europea es nuestra respuesta a la globalización. Solo juntos podemos garantizar seguridad, bienestar y paz en Europa". Si el viejo continente logra sortear la crisis que lo mantiene hundido, inmediatamente se reconocerá el valor de Merkel como estadista y ese será su mayor y mejor legado político; una Europa fuerte y unida.

* Profesor investigador de la Universidad Autónoma de Chiapas.






Lihat lebih banyak...

Comentarios

Copyright © 2017 DATOSPDF Inc.