El tremis de los últimos años del Reino Visigodo (702-714)

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Descripción

VillaS

" Monnaies du haut Moyen Age :

his to ire et archeologie (peninsule IMrique - Maghreb, VIIe_XI e siecle)

Philippe Senae et Sebastien Gase eds.

Presses universitaires du Midi Meridiennes « Etudes Medievales Jberiques »

Serie « Etudes Medievales Ib eriques » Sous la direction de Daniel Baloup Responsable scientifique : Luis Gonzalez Fernandez

Mise en pages: Nathalie Vitse. Collection Meridiennes, 20 I 5 ISBN: 978-2-8107-0398-2 ISSN : 1950-0130

© Presses universitaires du Midi Universite TouJouse - Jean Jaures 5, allees Antonio Machado F-31058 Toulouse Cedex 9 Te!. : OS 61 SO 38 10 Fax: OS 61 SO 38 00 http://w3.pum.univ-tise2.fr courriel : [email protected]

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SUiV31ltS

El tremis de los ultimos alios del Reino Visigodo (702-714)

Ruth PLIEGO VAzQUEZ'

La escasa documentacio n que sabre el epilogo del reine visigodo se conserva es inversamente proporcional a la fascinaci6n que despiel1a, y buena prueba de ello es la ingente produccion desarro llada sabre este asunto en 105 ultimos aftos, a la que la cOlmlemoracion del 7 11 diD un impulso decisivo J. En ese momento ya tuvimos la oportunidad de adentrarnos en este tema si bien nos remontamos varias decadas atnls, en concreto a tiempos de Wamba (672-680), dedicandol1os, fundamentalmente, al analisis tipologico de las monedas (Pliego 20 11). En esta ocasion pretendemos acercamos al papel jugado por la moneda en el relativamente breve periodo de tiempo que va desde el rein.do de Witiza (702) en solitario, a la conquista omeya de 711 . El material numism:ltico visigodo (702-714) Tal coma se acaba de comentar, la informacion que tenemos sabre el periodo final del Teino visigodo es muy reducida y no unicamente en 10 que atafte a la moneda. La ultima reunion episcopal, el XVII Concilio de Toledo, fue celebrada en el afio 694, por 10 que ni siquiera se ha co nservado la rica informaci6n conciliar con la que se cuenta para los re inados anteriores a Witiza. En este panorama resalta fundamental la Cr6nica de 754 -Cr6nica Mozarabe 0 Confinua fio Hispanica- que se convierte en el lllas precioso documento sobre este period0 2 • En 10 que respecta al material numismatico, resulta muy complicado abordar el asunto de los hallazgos monetales visigodo de estos momentos puesto que se es consciente de que estos representan tan solo una minima parte de 10 que deben suponer en realidad. Tanto 105 tesaros coma. sabre todo, los hal1azgos esparadicos, ofrecen un panorama sesgado debido a que son muchos los datos que escapan a nuestro anaIisis. Miembro del grupo de investigaci6n 'De la Turdetania a la Betica' (HUM -I 52). Proyecto " La producci6n metalica de las sociedades med itern'meas (ss. VU a.C. -ll d.e.): valor, circulaci6n y cambio tecnol6gico" (HAR-2012-33002), Ministerio de Economia y Competitividad. Ver por ejemplo Garcia Moreno 2011; Baquedano, Garcia Moreno & Vigil 20 11 ; Garcia Moreno 2013. Sobre las nlentcs de este periodo ver Garcia Moreno 2011 y 2013, 135-175.

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EI,,.emis de los zillimos alIOs del Reino Visigodo

Es por este motivo que alguIl3s interpretaciones basadas en estos escasos ejempJares aislados deben ser tomadas con suma cautela. Aun asi podemos dar una justa lectura tratando de acercamos a este tema utilizando el repertorio conservado, 0 en su defecto, la documentacion conservada sobre el mismo, prescindiendo de sobrevalorar el argumento ex silentio que lIeva a proponer interpretaciones inverosimiles. Antes de adentramos en este asunto conviene traer a colacion varios aspectos relacionados con la naturaleza de los haJlazgos. En primer lugar la terminologia sobre 10s mismos es una cuesti6n que ha sido afrontada por la investigaci6n numismatica en diversas lenguas europeas debido a la ambigliedad que presentan algunos terminos, en nuestro caso 'tesaro', 'tesorillo', 'balsa', etc. Todas ell as son expresiones igualmente validas que responden a 10 que el investigador italiano E. Arslan (2014 e. p.) considera un 'complesso associato di mone/e' -para nosotros simplemente. conjunto monetal- , expresi6n por la que el autor entiende, y quien escribe comparte, que se trataria de un conjunto fannada unicamente por monedas. ocultado intencionadamente con la finalidad de ser recuperado. El mismo autor describe ademos las diferentes modalidades que esta definicion puede encerrar y que en definitiva resulta muy dificil o imposible de determinar3, si bien concluye que normalmente "su formacion responde a un retiro de monedas de la masa circulante disponible, con ocasi6n de eventos peligrosos". Por otro lado tambien compartimos con Arslan (2014 e. p.) la consideracion, igualmente coma ocultaciones intencionadas, de 105 denominados hallazgos aislados 0 esporadicos. Es, en nuestra opini6n, bastante simplista considerar que todos 105 tremises hallados aisladamente debieron seT extraviados de manera invoiuntaria, asi coma que todo patrimonia monetaria ha de estar invariablernente farmada par un numero considerable de piezas. Tenienda en cuenta que el trends tiene un relativamente elevado valor intrinseco, estas 'monedas pudieron asimismo ser ocultadas en momentos de peligro con la intencion de ser recuperadas pasado el trance. Esta presunci6n nos lIeva a hacer un analisis similar tanto de los conjuntos monetarios, como de los hallazgos aislados. El material numismatico conservado para este periodo resulta especialmente rica debido a que la mayor parte de ellos han sido hallados en excavaciones arqueol6gicas ernprendidas ya en el nuevo milenio, 10 que ha supuesto un mayor cuidado en la recuperaci6n, estudio y publicaci6n de las piezas. Pero ademas presenta una diversidad que nos va a permitir contemplar un escenario alga menos estatico de 10 que viene siendo habitual en el panorama monetario visigodo. En este sentido, tan solo dos de los repertorios pueden ser considerados tesoros propiamente dichos, el tesoro del Abusejo y el de La Condenada, muy diferentes, como veremos, a los haUazgos del Tohno de Minateda, de El Bovalar y de Ruscino que muestran, como veremos, otras peculiaridades. En 10 que respecta al ana lisis de los hallazgos esporadicos se ha tomado como punto de partida las piezas del reinado de Witiza a pesar de que esta decisi6n no solo reduce de manera significativa el material considerado, sino que, As! 'rescrva de ahorro', 'pago oblenido por una transacci6n econ6mica', 'estipendio', 'reserva de circulante', etc.

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coma se vera, en estas lineas venimos defendiendo que la l110neda de monarcas anteriores no sali6 de la 'circulaci6n', coma demuestran 105 tesaros y conjuntos ballados en excavaci6n. No obstante resulta complcjo decidir cl momento en el que paner el limite y par atro lada el periada establecida nos permite, en parte, abtener las propositas marcadas. Para las haIlazgas que seran camentadas a cantinuacion, ver el Anexa al fmal de este trabaja.

Los Tesol'os: El Abusejo y La Condenada El Tesoro del Abllsejo

Le da nambre el municipia en el que fue hallada, en el ana 1932, que esta lacahzado en Campa del Yeltes, una subcamarca de la camarca de Ciudad Radriga en la provincia de Salamanca. El canjunta fue dividida entre el Museo Arquea10gica Nacional y el Instituto de Valencia de Don Juan, conservandose unicamente las monedas de esta ultima instituci6n tras cl saqueo del primero durante la Guerra Civil 4 . Este hecha es impartante puesta que algunas de esas manedas perdidas eran variantes de leyendas (micas hasta la fecha, coma es el casa de las que se recage en la Fig. 1. Esta farmada por 110 piezas que se encontraron en cl interior de una vasija de barro sienda las manedas de cronalagia mas reciente (20 ejemplares) de epaca de Witiza (702-710). El del Abusejo cs uno de 105 tesaros visigodos mas importantes de 10s conservados en cuanto a cantidad, puesto que solo es superado par Los grandes conjuntos - La Capilla (Carmana, Sevilla), Fuentes de Andalucia (Sevilla) y La Grassa (Canstanti, Tarragana). A ella se anade que, aunque a algunas piezas se les ha perdida la pista', ha padida sel' recanstruida en su tatalidad, alga que no es habitual en este tipa de hallazgas fartuitas. La fecha de acultamienta debio producirse en epaca de Witiza 0 mas probablemente despues de su rnuerte, durante la desconcertante situaci6n que debi6 tener lugar tras ese acontecimiento. El tesoro cuenta, tal como se ha comentado, con 20 monedas de Witiza, el mismo numero que las registradas a nombre de su padre Egica en salitaria (687-695), sienda sin embargo mas abundantes las ejemplares acunadas durante eI reinada canjunta de ambos (Egica & Witiza 695-702) (50 ejemplares), presentanda piezas tambien a nambre de Ervigia (680-687) (12), Wamba (672-680) (5), Recesvinta (653-672) (2) Y la aislada y muy lejana en eI tiempa de Recareda I (589-601) (ver Anexa).

En otro lugar planteamos que alguna pieza pudo lIegar a traves de la colecci6n Reinhart a la de Pinto de Maglhacs y posteriormente a la colecci6n del Banco Millenium de Porto (Pliego 2009, 1, 250). Para la reconstrucci6n del tesoro a partir de los datos conservados ver Pliego (2009, 250~252).

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Ellremis de los ItlfilnoS anos del Reino Visigodo

Fig. 1. El tesoro del Abusejo: aIgunos tremises perdido durante la Guerra Civil Espafiola La composicion provincial de este conjunto nos muestra la existencia de varios

talleres que concentran el mayor numero de piezas. To/eta destaca frente al resta con 22 manedas de tados las reinados presentes a excepci6n del de Recesvinto, Unicamente registrado en los talleres beticos de l spa/i (12) y Cordoba (12). De hecho aunque tanto de Emerita, con 17 piezas, como de Cesaragusla, con 13 , se han registrado mas ejemplares que de esas ciudades, 10 cierto es que la Betiea es la provineia mas representada, ya que alas 24 de Ispa/i y Cordoba habria que sumarles las de Eliberri (4) y Tueci (I). Mientras la preseneia de talleres eartaginenses (23,64%), beticos (26,36%) y lusitanos (21,82%) - particularmente de Emerita- es alga habitual, destaca la elevada muestra de piezas de la Tarraconense con 10 ejemplares de tiempos de Egiea & Witiza y acho de este ultimo en solitario (20,91%),

por atro Jade 108 mas abundantes de este reinado. Contamos asimismo con piezas de Narbona (5 : 4,55%), que eontrasta con Gal/aecia, la cual, a pesar de la relativa cercania al punto de ocultamiento, solo esta representada par dos monedas (2,73%). La propia existeneia del nombre de la eiudad emisara data de un earaeter particular a la amonedaci6n visigoda que no siempre es comparable co n 108 sistemas de otros reinos contemporaneos 6, y su abundancia muestra, en parte, la relevancia del nucleo urbano de la Hispania del momento. La presencia de las diferentes cecas en un tesoro

coma el del Abusejo indican la mavilidad de las piezas y de su estimable valor intrinseco independientemente del lugar de acuftaci6n y de su crono iogia, como muestra la presencia de piezas de monarcas pasados 7, incluso tan alejados para la



Ver Grierson & Blackbum 1986; Naismith 2014, 302. Para Metcalf (2000, 190) eslO serla una caracterlstica prop ia de esta moneda. Ver tambien Retmncro 2011 , 196.

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feehas de oeultaeion del tesoro coma pudiera ser Reearedo I en este easo 0 Leavigildo como veremos en el tesoro siguienle de La Condenada. En nuestra opinion, de la unico que podemos estar seguros es que estamos ante un conjunto escondido intencionadamente, conformado en momentos no muy alejados del momento de oeultamiento y si estuvieramos ante un modelo de tesaurizaeion, pareee claro que en estos tesoros se incluyen todo tipo de monedas, sin discriminacion de cecas. En este selltido, la variedad de talleres que encontramos en su composicion no debe implicar forzosamente un movimiento del propietario, tal coma suele interpretarse en estos casos, sino que es la l110neda la que se mueve dependiendo de facto res imposibles de determinar. La eronologia de los monareas probablemente sea mas una euesti6n de probabilidades y abviamente euanto mas eereanos a la feeha de retirada de la eireulacion, mas probabilidades de formar parte del eonjunto.

El tesoro de La Condenada

Las monedas que eomponen este eonjunto fueron halladas durante los trabajos de prospeeeion y topografia de la Mina romana de "La Condenada", situada a unas dos kil6metros al sudeste de Osa de la Vega (Cuenea). Aunque se trata de un tesorillo, puesto que se enconlraron tambien 105 restos en descomposici6n de una caja de madera que se relacion6 con el contenedor del lote, curiosamente las monedas no apareeieron juntas, sino que el paso del tiempo y los aportes de agua filtrada desde el exterior habian produeido una paulatina erosi6n que destap6 la galeria donde se eseondieron las monedas a pesar de que mostraba huellas de haber sido sellada (Berm\rdez & Guisado 2005, 1135) (Fig. 2).

1-

Fig. 2. El Tesoro de La Condenada (Fotografia cortesia de j. C. Guisado di Monti)

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El tremis de Los zlltimos anos del Reino Visigodo

Estamos ante un interes3nte conjunto farmada a finales del reino visigodo y muy probablemente SU ocultacion estuVQ relacionada con 108 Sllcesos que se produjeron tras el desembarco de las primeras tropas omeyas. Los arqueologos vieron que la produccion de la mina habia cesado siendo reutilizada como lugar de enterramiento como se ha visto que habrfa sucedido en otros Iugares de la Hispania visigoda (ver infra). En 10 que respecta a su composicion se esta_ante un conjunto muy homogeneo si se excluye el h'emis pseudo-imperial acufiado por Leovigildo- puesto que esta formado por piezas de Ervigio (2), Egica & Witiza (8) y Witiza (4)', a pesar de que entre la fecha de inicio del rein ado de Ervigio hasta el final del de Witiza van 23 afios. Si consideramos que eI grueso debio conformarse en tiempos de Egica & Witiza (695702), no debia ser nada extrafio que se incluyeran piezas de monarcas anteriores, en este caso de Ervigio (680-687) y Leovigildo (c. 568-586). Llama la atenci6n que los talleres representados son una muestra de las ciudades mas destacadas del Reino visigodo, y aunque solo cuenta con un ejemplar de ToletD, bay seis monedas de la Betica -euatro de Ispa/i y dos de Cardaba- y eI mismo numero de Lusitania -tres de Elvora, dos de Emerila y una de Egitania- , que suponen entre ambas un 80% del total. Podriamos estar, en efecto, ante una caja-monedero que procedente de Lusitania habria pasado a la Betica y posteriOlmente a la zona levantina (Bemardez & Guisado 2005, 1138), donde los acontecimientos se habrian precipitado de manera que el propietario del mismo solo tuvo tiernpo de ocultar 105 h'emises en un lugar abandonado coma debia ser la mina de La Condenada. Pero nada nos impide pensar que el conjunto se formara en la misma zona de la actual Cuenca y que las diferentes cecas presentes en el conjunto solo esten hablando de contactos, en el amplio terminc de la paiabra, que ni siquiera tuvieron que ser directamente con los talleres aludidos. Los ballazgos rescatados en excavacion: El Tolmo de Minateda, El Bovalar y Ruscino El Talma de Minateda El Tolmo de Minateda se encuentra ubicado en Hellin (Albacete) habiendo sido identificada con la Ela visigoda y la posterior Madfnat Yyuh islamica. Este sitio estuvo ocupado desde epoca iberica si bien entre los siglos VI y VII se produce la refundacion urbana, 10 que la arqueologa Sonia Gutierrez Lloret (2011 , 357) ha defmido como un proyecto de urbanizaci6n ex nuovo. Dicho proyecto se ha relacionado con la fOlmaci6n de la provincia imperial de Spania entre la segunda mitad del siglo VI y eI afio 620 cuando los bizantinos fueron expulsados definitivamente en tiempos de Sisebuto. La fonnaci6n de esta provincia lIev6 a que parte de los territorios de la di6cesis ilicitana quedaran sin metr6poli par 10 que se ha

Aunque este conjunto esta rccogido en Pliego (2009, 250, 253), exislia un error que hemos solventado recientemente junto a 1. Carlos Guisado Di Monti, a quicn agradeccmos el envio de nuevas fotografias.

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interpretado este lugar coma un centra episcopal destinado a administrar esos

territorios ilicitanos. El yacimiento, que cuenta con un paiacio episcopal y una basilica, ha proporcionado una relativamente amplia muestra numismatica entre la que se eneuentra un pequefto grupo formado por seis Irem;ses datados en los momenlos finales del reino yisigodo de Toledo. El materialmonelario 10 compone un ejemplar de Ervigio acufiado en [spali, una moneda de Egica & Witiza acufiada en Cesaragusta que aparecio en un sector proximo al baptisterio (Domenech & Gulierrez 2005, 1569), Y euatra piezas de Wiliza: dos de Tueci y las otras de las cecas de Toleto y Cordoba (Fig. 3). Tanto eslas ultimas piezas asociadas como la de Egica & Witiza aparecieran en niveles de abandono y destrucci6n de los edificios del yacimiento. en contextos estralignificos cOlTespondientes claramente al siglo VIII: las primeras en la parte alIa de la Ela visigoda, en concreto "en 10s niveles ... correspondientes a1 espacio abierto situado enlre la basilica y el palatium, en pleno centra episcopal de la ciudad", mientras que la de Egica & Wiliza fue hallada en un sector proximo al baptisterio (Domenech & Gutierrez 2005, 1570). Por su parte la moneda de Ervigio se encontro en un momento posterior y se recogio de un nivel de repavimentacion del portico monumental situado entre la basilica y el palacio (Domenech & Gutierrez, 20 11 , 358, n. 5)9. Como se observa, de nuevo las monedas de la B6tica destacan frente al resta

con un 66,67%.

Fig. 3. Tremis de Witiza de Cordoba hall ado en El Tolmo de Minateda (Fotografia cortesia de C. Domenech, 2003)

Debido a la cerca111a en el tiempo entre el hallazgo y la redaccion de nuestra tesis, en un principio estas piezas fueron registradas como un tesoro, cuando se trata en realidad de pequefias ocultaciones: las monedas de \Vitiza formando un tesorillo bolsa monetal y las otras de manera aisladas.

°

El Sova/ar

El Boyalar (Seres, Segria, Lerida) es un poblado rural que cuenta con una basilica con baptisterio y una necropolis asociada que ha lleyado a Gur! (2007) a plantear que pudiera tratarse de un establecimiento monastico. El sitio fue destruido por un incendio que Palol (1986, 514) defmio como 'intenso y tOlal', y que por este motiyo qued6 sellado en un momento impreciso entre los afios 713 y 720. La cronologia fue

,

Para una vision de conj unto sobre la scde episcopal de Elo y la nueva propuesta de localizacion en cl Tolmo de Minateda ver Guticrrcz (2000).

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El fremis de los illlimos anos del Reino Visigodo

proporcionada por el grupo de monedas que en ei se encontraron y que, coma veremos, es un material diferente a1 vista anteriormente. Las piezas aparecieron

durante las excavaciones llevadas a cabo en este yacirniento a 10 largo de varias campanas, en los anos 1980, 1983 Y 1984. En total fueron hallados 20 ejemplares visigodos distribuidos en tres casas -ambitos- diferentes. La mayor parte de ell os, un total de 10 tremises, se recogieron en la primera eampana (1980); en el ambito VII, I (eampafta de 1983) se eneontraron olros cineo; euatro mas en el ambito VIII, 10, Y otros euatro asoeiados mas una moneda aislada en el ambito 42 (eampafia de 1984) (PaloI1999, 344). En 10 que respecta a su composicion, es sin duda ellmls interesante de todos 105 aqui recogidos porque muestra los ultimos momentos del regnum, en concreto de los Teinados que van de Egiea (687-695) a Agila II (711-714), habiendo proporcionado una buena muestra de este ultimo monarca, conocido casi exclusivamente por hallazgos franceses antes de la excavacion de este yacimiento 10. En concreto contamos con cuatro ejemplares de Egiea, seis de Egica & Witiza, siete de Witiza y tres de Agila II (Fig. 4). En la composicion par provincias vemos coma sobresale de manera importante las piezas de la Tarraconensis (70%), seguidas muy de lejos par la Betica (15%), siendo casi testnnonial coma la presencia de Emerita y Toleto.

Fig. 4. Tremises a nombre de Agila 11 recuperados en el yacimiento de El Bovalar

Estas piezas nunca anteriormente han sido estudiadas monognificamente por 10 que aunque contamos con interesantes datos de los que hablaremos en seguida, tambien nos despierta numerosos interrogantes. Entre la valiosa documentaci6n aportada se encuentra el hecho de que todas ellas aparecieron asociadas a hebillas de cintur6n, y el hecho de que se encontraran situadas cerea de un muro dentro de un nivel de incendio 1()

Si exceptuamos un ejemplar aparecido en Roses (ver Anexo).

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y de destruccion "sugiere que probablemente estaban dispuestas dentro de pequefias balsas sujetas a cinturones" que estarian suspendidas de alguno de los muros

destruidos (PaloI1999, 343). Si esto es asf probablemente estemos ante un conjunto de tesorillos 0 de bolsas individuales y se nos escapa la diferente formacion de las mismas. No estamos por tanto ante una ocultaci6n intencionada sino a una muestra vivida del usa monetario de estos tremises, que en este casa consideramos excepcionai

debido alas circunstancias politicas del momento en el que se produjeron, y que retomaremos mas adelante.

Ruscino El oppidum de Ruscino se encuentra al este de la actual Perpignan ocupando un promontorio, Castell Rossello, que domina los llanos del Rosellon. Presenta una ocupaci6n que se extiende desde el Bronce Final hasta epoca isiamica, fase que esta proporcionando importante docwnentaci6n en 10s ultimos arros (Marichal & Senac

2007). Ha resultado harto complejo individualizar los diferelltes hallazgos recuperados en el yacimiento de Ruscmo . Los descubrimientos en este potente yacimiento se vienen produciendo desde el sig10 XIX por 10 que los ejemplares fueron incluidos en obras sllcesivas, en las que 105 datos no se acompafiaban, por motivDS obvios, de imagenes y la reproduccion, en grabado 0 dibujo, no siempre era todo 10 fiel que se desearfa. En ocasiones las referencias se duplican -0 triplican- y a veces esta confusi6n ha trascendido a la investigaci6n modema. Por este motivo, en el Anexo

adjunto se ha prescindido de aquellas referencias bibliograficas que 110 se han podido comprobar personalmente. Los ejemplares recuperados de Witiza se corresponden con hallazgos relativamente recientes por 10 que no presentan mayores problemas: se trata de dos Iremises -de Emerila y Nw'bona, respectivamente- que aparecieron asociados en una fosa en 1976

(Anexo, n" 154-155), ademas de otro tambien de Nw-bona recogido a110s despues en un silo (n° 156). Mayores comp1icaciones presentan, como veremos, los ejemplares de Agila H. Intentando desgranar la documentaci6n al respecto, parece c1aro que

procedente de Rusci110 son los ejemplares encontrados a fines del siglo XJX acunados a nombre de este monarca en Narbona, que se encuentran conservados en el Musee de

Narbonne (n" 157) (Fig. 5a) y en el Musee du Bilerrois (n" 158) (Fig. 5b)", respectivamente, ambos con busto de pertH en anverso . Asimismo una noticia antigua

advierte de un hallazgo en este mismo yacimiento de una pieza con tipologia de busto de frente, inedita hasta entonces para Agila (Amarde1 1916) (n" 159). Ese ejemplar, hoy en paradero desconocido, fue recogido por Barral (1976, n" 168) que incluye una imagen de muy mala calidad, si bien es similar a la descubierta en las Grottes de

Montou que recogemos mas ade1ante (Fig. 5c) 12. A pesar de que, como se ha

" [2

Esta pieza se encuentra partida en tres fragmentos por 10 que su disposid6n enonea llevo a que se duplicara la referenda de este ejernplar (vcr Pliego 2012,215). Este ejemplar [ue elT6neamente identificado con el del Museo de Narbollne (Lafaurie & Pilet-Lemiere 2003, 66.136.4, que duplican en 11.262.10), cuya descripci6n no aparece clara en Barral, aunque

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El tremis de los ultimos afios del Reino Visigodo

comentado, desconocemos ad6nde fue a parar esa moneda con tipologia de busto de frente, en 1990 fueron encontradas dos piezas similares en un nivel de abandono de una fosa del mismo yacimiento de Ruscino que se conservan en la actualidad en el MlIsee Archioiogique de Ruscino (n' 160-161)13.

a

b

c Fig. 5. Tremises de Agila II de Nw'bona: a) Musee de Narbonne; b) Musee du Biterrois; c) col. particular

Aunque no es comparable con los hallazgos de El Bovalar puesto que en Ruscino no se produjo un abandono, resulta muy interesante resenar varios aspectos. En este sentido, mientras en el yacimiento catalfm tadas Ias piezas de Agila IT eran de cecas hispanas, no encontnindose ninguna de Nw"bona, en este sin embargo sucede todo 10 contrario. Algo que es significativo puesto que si existen ejemplares de reinados anteriores de talleres hispanicos -caso de Witiza de Emel'ita (n' 154)-. Las monedas por tanto parecen mostrar nitidamente que este repliegue a la zona gala por parte de Agila [] y sus seguidores dejaba atras un territorio perdido.

Los hallazgos esporadicos Como ya se coment6 lineas atnis no se han considerado aqui monedas de reinados anteriores a Witiza a pesar de que si, tal coma se ha visto en los conjuntos, los ejemplares de reinados anteriores continuan siendo incluidos junto alas piezas mas recientes, no cs posible negar que en el periodo final del regnu111 tambien se poseyeran en exclusiva y, por tanto, que se ocultaran monedas aisladas de periodos precedentes. El tema de los hallazgos ais lados encontrados esporadicamente merece una atenci6n que sobrepasa los Iimites de este trabajo puesto que la obra de referencia tiene casi 40 afios (BarraI 1976). Aunque se trata de un trabajo en preparacion, nos interesa traer a

"

probablemente se c_orresponda con su n° 172. Hemos desistido de identificar los ejemplares de Barral 1976, 171-173, ya que se inluye una mistificaci6n, aunque no intencionada, de fucntes y datos. Agradecemos a Sebastien Gasc esta infonnaci6n.

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colaci6n los ejemplares que atafien al periodo que ahora nos ocupa. Si tanto 105 tesoros coma el material registrado en excavaci6n son, coma helTIos vista, muy escasos, los ballazgos espon\dicos atm 10 son mas. Contamos con nueve ejemplares de Witiza documentados coma hallazgos, de 105 cuales tres son de la ceca de Gerllnda registrados en el noreste, en concreto en la

Cueva Foradada (Surta, Huesca), Paiils (Xerta, Tarragona) y Torroella de Montgri (Girona). En la antigua Lusitania, al norte y al sur de la misma, se hallaron sendas monedas de este monarca de las cecas de Toleto y Cordoba en Castro Daire (Alva, Yiseu) y Herdade da Pipa (Serpa), respectivamente, y muy cerca de la antigua Elvora, en concreto en Saucedo (Talavera la Nueva, Toledo), olra de Emerita. Cerca de la iglesia de San Juan de Banos (Banos de Cerrato, Palencia) se hallo otro tre/nis de Witiza aunque no se documento el taller. El resto de los hallazgos de este reinado se produjeron fuera de nuestras fronteras principalmente en el sur de Francia. Aparte de los analizados de Ruscino, mas al norte, en Rognonas (Bouches-du-RhDne), tuvo lugar un hallazgo de Witiza documentado en 1772 si bien no se detallo la ceca. Sin embargo cl descubrimiento mas impactante tuvo lugar en Skune (Suiza) donde en 1938 se recogi6 un ejemplar de Witiza de la ceca galaica de Bracara . Muy interesante resultan los hallazgos de Agila 11 puesto que se concentran todos ellos en el noreste. Aparte de los tres ejemplares de El Bovalar, solo se ha documentado otra pieza, de la ceca de Gerunda, en el territorio de la actual Espafia, en concreto en el poblado de Puig Rom (Fig. 6a). El resto de monedas de Agila II han sido halladas en territorio frances, y de sur a norte las encontramos en Maureillas-IasIIIas (Ceret) (Fig. 6b), en las Grottes de Montou (Corbere, Perpignan) (ver Fig. Se). AI igual que se via en los hallazgos de Ruseino y a difereneia de 10 que sueedia con respecto a reinados anteriores, todas estas mOlledas son de la ceca de Narbona. Par otro lado solo se eonserva el data de una pieza de Sunifredo (Fig. 7a), en el pueblo serrano de Constaotina (Sevilla), si bien la existeneia de olro ejemplar en una colecci6n particular habla de esos hallazgos que se nos escapan pero que, afortunadamente, entran a fonnar parte del corpus. Tampoco son muy espectaculares los ejemplares registrados de Roderico puesto que se conoee el hallazgo del yacimiento de Conimbriga (Fig. 7b), otro en Braga, y uno mas en Evora. Aunque no se detalla la ceca de esta ultima, hasta el momento solo se conocen ejemplares de Egitania (ver Fig. 7e). Yer todos estos hallazgos en el mapa que se incluye (Fig. 8).

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b

Fig. 6. Tremises de Agila IT: a) Puig Rom; b) Ceret

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El tremis de los u/fimos alios del Reino Visigodo



b

c

Fig. 7. Tremises de Agila II: a) Tremis de Sunifredo; b) Tremis de Roderico hallado en Conimbriga; c) Tremis de Roderico hall ado en Castro Daire

L. maned. visigod. en el contexto politico del fin del reino visigodo

Elreinado de Witiza

Ya se ha mencionado anterionnentc que para el reinado de Witiza practicamente la ume. fuenle con la que eanlamas es I. Craniea de 754. Segun la mism., en el afia 702 tuvo Jugar cl ascenso a1trano de Witiza en solitario, tras un carto periodo que se inici6 en 695 en el que cl nueYa manarca esluYa asaeiada al de su padre, el rey Egica (Gareia Marena 2013, 64, n. 151). Segun dieha Craniea (VI, 44), Wiliza fue un buen rey que libra al puebla de la ' erueldad exlrema' de Egieh, perdananda a las que habian sida eandenadas al exilia, y entre alras casas quema las cOdulas de abligaeian elahoradas par su padre con el abjeliYa de lener regislradas las danaeianes debidas 14 . Esla magnanima imagen del monarca contrasta, sin embargo, con la definicion del fey coma petulanter (Iujuriasa), y que inaugura la Iradician hisloriagnifica de " la ineulpaci6n de la deshanra de la hija de Don Julian al camparlamienla lujuriasa de Wiliza" (Garcia Marona 2014, 88). Paca mas se sabe de esle manorea aunque padria deducirse que la nableza habia adquirida "un definiliYa predaminia sabre la manarquia" (Gareia Marena 1989, 188)1'.

14

IS

Trad. L6pcz Pcrcira 2009, 2 17. Vcr la interesante interprctaci6n de estas Iineas que haec Garcia Moreno (2014,73, n. (82). Ver tambien Garcia Moreno 20 14, 72-73.

po

Ruth PLIEGO VAzQUEZ

29

,

Fig. 8. Mapa de tesoros y hallazgos de los uitill10S aiios del Reino Visigodo

La moneda llega al reinado de Witi za (702-710) con las transformacianes introducidas desde tiempos del reinado conjunto de Chindasvinto & Recesvinto (649 653) y que han sida ana lizadas en alro lu gar (Pliega 2009). En este senlida, la reorganizaci6n y concentraci6n de las cecas en las ciudades principaies Uevada a caba entonces, que cs evidente sabre todo en los reinados de Recesvinto y Wamba (ver Pliego 2009, U, 39, fig. 4), apenas se mantiene en el periodo que nas aeupa si exceptuamos la provincia de Gllllaecia. cuyos ejemplares conocidos nos remiten a 105 talleres de Bracara y Luco. A pesar de 10 dicho. algunos a uto res han planteado que este monarca pudo Ilevar a cabo un intento de adecuac_i6n metro16gica del tremis y que esta actuaci6n estuvo acompafiada de un cambia en la tipologia del reverse (n° 165) (Fig. 9) '6 El numero de piezas conocidas de Witiza es de 219 ejemplares, constituyendo el 2,90% del tata l de las monedas del carpus visigada, la que, en el eo njunto de las 24 reinados visigodos - inclu yendo los mandatos conju ntos de Chindasvinto & Recesvinto y de Egica & Witi za- situa a este monarca hacia la mitad de la labIa, alejado tanto del 23% de la moneda de SuintiJa, co mo del 0,03% de Sunifreda, persa naje de l que

"

Los ajustcs mctro16gicos realizados bajo el gobierno de Chindasvinto & Rcccsvinto, cncaminados a ajustar eJ peso del/rem;s al te6rico de 1,516 g, babfan dejado en estos momenlos de tener efecto (ver Plicgo 2009, I, 202). No obstante algunos autores hall planteado un nucvo intenlo de ajustc realizado par Witiza que se habrfa malerializado en las emisiones de la capital del regl1/fll1, To /elo, a las que la trudicional cruz sobre gradas, convertida en cl tipo exclusivo del rcverso dcsde cpoca de Rccesvinto call la casi unica excepci6n del reinado conju nto de Egica & Witiza (695-702)- hahrfa sido sustituida por una tipulogfa diferente (Marques, Cabral & Marinho 1995, 83-84) para rcvcrso en los que se gruba lIna cruz central rodcada por una cspccic de guirna1da (Plicgo, 774 a-e) 0 bien una cmz rematada par estrcllas (Pliego, 775) se aprecia un peso mas ajuslado al can6nico.

30

El/rem;s de los llllilllOS alios del Reillo Visigodo

habJaremos ITIas adelante 17 (Fig. 14). A pesar del relativamcnte escaSD nurnero de piezas conocidas este material conservado cs cl unico del pcriodo tralado que pennile realizar un amHis is numismatico propiamente dicho. Por tanto 10 utilizaremos para traer a colaci6n varios aspectos sabre 108 que queremos inc idir.

U.''''

Fig. 9. Porcentaje de las monedas conocidas por rcinados

En primer Ju gar deseamos retornar la idea exprcsada Iineus atras sabre 10 parciales resuilan los eSludios de dispersi6n, Icase tambien circulaci6n, puesto que Jas piezas registradas a nombre de Witiza -entre tesaros, conjuntos de excavaci6n y hallazgos aislados- suponcn tan solo un 20% del material conservado. que a su vez es un porcentaje de una cifra desconocida que supondrf1 el total de las monedas visigodas que deben existir. La prueba mas evidente la refIcja el mapa de dichos hallazgos en donde llama poderosamente la atenci6n que ninguno de los hallazgos mencionados procedan del terrilorio de la anligua Belica, inaudito dada la frenetica actividad ' excavadora' de la region. Si nos remitimos al corpus de Miles (1952, nO 491-510) ", 10s ejemplares registrados de Witiza apenas sobrepasaba la cifra de 80 - frente alas 219 actuales(Fig. 10), Y eso a pesar de contar en esos momentos con la fundamental documentaci6n del tesora del Abusejo, hallado en 1932 y qu e ya ha sido tralado. Pero ademas s i, segun el material conservado, en tiempos de Wiliza se acuno en todas las capitales de provincia - ast Narbona, Tarracona, Toleta, Ispa/i y Bracara-, junta a

" "

A partir de 105 extrafdos de Pliego (2009, t. 11 , 45), Y actualizudos en PJiego 2012,230, nU762 (11) Y 77 lA. No obstante nuevos datos elevan cl numero a 221. La prcsentaci6n del pr6x.imo Anexo al corpus esla en preparaci6n yen ei se uctuali zara cl numero de piezas del corpus. Existe una obm sabre moneda visigoda de epoca mas reciente que Miles (1 952), realizado por Vieo, Cores & Cores (2006). si bien a pesar de que en el titulo aparece cl nombre de Corpus, el libro cs un catalogo de lipos en cl que, aunque se prcscnlan de manera excelenle Ius novcdadcs numismalieas habidas desde la publicaci6n de Miles no se recogen todos 105 ejemplares conocidos por 10 que no pueden ser Ulilil'..ados para reali7..ar estadfslicas.

31

Ruth PLIEGO V AzQUEZ

otras ciudades relevantes de cada una de las provincias peninsuiares, desde tiempos de Miles se han anadido hasta ocho cecas al conjunto de talleres emisores, siendo la mas destacado que segim 105 datos del investigador americano en Lusitania bajo este reinado solo habria acuiiado Emerila y ningun ta ller en Gallaecia (ver cecas con

asterisco en Fig. 10). Fig. 10. Numero de ejemplares conocidos del reinado de Witiza

(702~ 710)

por provincias y cecas

Provincia Narbonensis

N° ejemplares conocidos Miles 1952

Pliego 2009-2012

8

12

Ceca

Recopoli fspa/i

6

Cordoba

7 0 12 0 0 0 0 81

Barcinona*

25

50

Cesaragusta Gerullda

Rodas· To/eto

Carthaginensis

Baetiea

23

13

42

67

Acci Menlesa

Tllcci Emerila LusilOllia

12

43

Egitania* Elvora*

Gallaecia

0

3

Total

81

219

M iles 1952

8 4 0 9 12 0 18 0 4 1

NarbollG TarraconQ

Tarraconensis

N° ejem lares conocidos

Bracara* Lueo*

ota!

Pliego 2009-2012 12 6

2 24 19 1 31 1 10 2 20 42 5 33 5 5

2 1 219

* Cecas conocidas tras la publicacion del corpus de Miles Relacionado con este asunto ya se ha scfialado en otras ocasiones que debe mostrarse prudencia a la hora de enumerar los talleres en activo bajo un determinado reinado, y por ende, con las interpretaciones extraidas de los mismos, puesto que se trata de un asunto en constante transformaci6n 19 . Lo mismo puede decirsc de las observaciones sobre circulaci6n monetaria. Ya comentamos en otro Jugar que extrapolar la metodalogia usada para atros periados a la relativamente escueta serie visigoda, y por tanto, tan sensible a experimentar bruscas transformaciones. asi coma

"

Un ejemp!o de ello seria un ejemp!ar de Egica & Wiliza al que hero os tenido acceso muy recientemenlc cuyo taller, Aeei, era desconocido hasta cl momento para dicho reinado

32

El !remis de {os itlfimos anas del Reino Visigodo

extraer conclusiones sabre temas coma la circulaci6n monetaria, 0 fundamentalmente, sabre volurnen de producci6n basado en 105 especimenes conocidos, lleva a

conclusiones engaf'iosas. Aunque referido a un periodo distinto al que agui nos ocupa, una muestra de 10 que venimos diciendo la encontramos en un trabajo reciente donde

se utilizan expresiones como "estancamiento y reduccion de emisiones", para el periodo que se extiende hasta tiempos de Gundemaro (610-612), a partir del cual se observa "un aumento de acufiaciones ... hasta epoea de Sisenando (631-636), momento de maxima expansion 0 fabricacion de especimenes" (Castro 2011, 226). El aulor continua diciendo que "las razones que impulsaron el incremento de piezas en circulaci6n en el primer tercio del siglo VII, no han sido todavia suficientemente resueltas". 0 que "el grueso de la producci6n se concentr6 en las cecas meridionales"

(Castro 2011, 230)20. No hace falta buscar grandes respueslas a esos datos que no son mas que el resu ltado de la distorsion que producen los tesoros de La Cap ilia (Carmona, Sevilla) y de Fuentes de Andaluda (Sevilla), las mayores ocultaciones de epoca visigoda que son precisamente de epoca de Sisenando y procedentes del sur peninsular, con miles de piezas cada uno de ellos que, obviamente, han influido enormemente en el panorama monetario de este periodo. Abundando en estc asunto, coma cs posiblc observar en la Fig. 10 la provincia mas numerosa en cuanto a ejemplares conocidos bajo cl reinado de Witiza es en la

actualidad la Betica, con 67 piezas que suponen un 30,59% sobre el total, siendo Cordoba el taller mas numeroso en cuanta a ejemplares registrados (42 ejemplares; 19,18%), seguido de Emerita (33 ejemplares; 15,07%) y To/eta (31 ejemplares; 14,16%). Sin embargo los datos conocidos en 1952 mostraban un panorama totalmente diferente. Entonces la Tarraconensis destacaba sobre el resto de las

provincias (25 ejemplares; 30,86%), si bien la ceca mas representada era To/eta (18

ejemplares; 22,22%), seguida de Gerunda y En~erifa, curiosamente, las dos con el mismo numero de ejemplares (12; 14,81%). Por contraposici6n la Betica solo suponia

un 16,05% (13 ejemplares) y Cordoba un 8,64% (7 ejemplares). Pudiera piantearse que cuantas mas monedas conocidas de un determinado monarca mas se asemeja su comportamiento a los datos generales del Reino visigodo,

y algo asi podemos observar si comparamos el grafico de la Fig. 11 a, sobre la distribuci6n por provincias y cecas del total de las monedas visigodas conocidas con la

de los ejempJares conocidos de Witiza Fig. 11 b21 . No obstante lIamamos la atencion sobre cl efecto que produce cl Tesoro del Abusejo en la provincia Tarraconensis en este ultimo con respecto a los datos genera les, 10 que nos lleva a incidir en que la informaci6n numismatica debe tomarse con suma prudencia puesto que nada impide que en unos anos sea diametralmente opuesto puesto que. reiteramos, las continuas incorporaciones al corpus visigodo pueden invalidar las aseveraciones mas rotundas.

20

"

Por otro lado Castro olvida mencionar las fuentes de donde extrae sus datos para las gnlficas, as! como cl original del mapa de las cecas visigodas que incluye en su fig. 6 (vcr cl original en Pliego 2009). Datos extraidos de Pliego 2009 y actualizados en Pliego 2012.

.. Ruth PLIEGO V AzQUEZ

33

37,10%

40,00% 35,00%

30,00% 25,00% 20,00%

15,00% 10,00%

5,00%

1,92%

0,00% +----'-~-

35,00 %

30,59%

30,00%

25,00% 20,00% 15,00%

10,00% 5,00%

1,37%

0,00%

Fig. 11 ay b. Porcc ntaje de ejempl ares conoc idos pa r provincias del rcinado visigodo y del rcinado de Witiza

Retomando 10 dic ho. la masa monetari a de Witiza no regis lra au n cl colapso que sucedera a su mu erte y que se hara evidente en cl escaso repertorio de ejcmplares conocidos de 105 monarcas siguie ntcs. No obstante, los tesoros y hallazgos esporadicos sf parecen mostrar ese escenario de inseguridad al menos en las Fee has final es 0 tras la mucrtc de este monarca.

La guerra civil: Roderico (7 1 I), Suniji-edo (7 11 ?) yAg iLa (7 11 -714) A la muertc de Witi za debi6 suceder la situaci6n ca6tica que parece refl ejar la Cr6 nica de 754. Segun Garcfa Mo reno, la muerte de Witiza debi6 acontecer muy a

34

El tremis de los LUtimos WlOS del Reino Visigoclo

principios del 710, a la que siguio al parecer un interregna de entre 9 y 10 meses. No obstante tal vez la monarqufa pudo habeT continuado sin intcrrupci6n en aJguna parte

de la peninsula (Gareia MOI'ena 2013, 156 ss). Tras ese interregna aceedi6 al trano, Roderico, dato que tambien cs recogido en atro do cumento, cl La/ercu[us regUl1'l. lIisigorhorum, doeumento que meneionaremos algo mas adelante. No obstante ,egun parecc indicar el autor de esa Cr6nica22 , Roderico debi6 alzarse a traves de un procedimiento ilegal (Thompson 1990, 284) -Rttdericus tumlllluose regnwn orlante senatu invaciit-, 0 al menas dic ho ascenso debi6 producirse en circunstancias que pudieran parecerse "a las de UIl compiot 0 conjura faccional" (Garcia Morcno 1989, 189; ver tambien 1992,440 ss) , 10 que explicarfa la existencia del mencionado periodo de vacfo en el trano 23 . Sea coma fuere 10 cierto es que con casi total seg uridad Roderico no pudo hacerse con todo el territorio visigodo. Sobre el mandato de este monarca la numismulica proporciona una informaci6n muy limitada puesto que se conocen mu y pocos ejemplares y no contamos con tesoros que co ntengan monedas a su nombre. No existen moncdas conocidas hasta la feeha que aludan a una ceca diferente a la lusitana de Egitania, de heebo, de Ias 13 referencias registradas de piezas de Roderic0 24 , la mayorfa esta vinculada a Portugal. En este sentido, aparte de un ejempJar de colecci6n privada y la perteneciente a la colecci6n del Museo Arqueol6gico Nacional (Pliego 794 c), desparecida durante la Guerra Civil espafio]a, tjenen ejemplares de Roderico el Museu de Conimhriga - hallada en el propio yacimienlo-. tambi cn la American Numismatic of America -procedente de la co lecci6n portuguesa de Ferreira-, el Museu Nwnism6tico Portuglles y el Milleniwn Ban.co COInercial Portugues (ver Pliego 794 ad).

Probablemente este monarea aeuno en otras eiudades aunque la eierto es que esas p iezas debieran ser las primeras e n caef e n manos tte los conquistadores. Por otra lado aunque pudiera parecer clara que Roderico fue dux de la Be tica (Garcfa Moreno 2013, 153-1.55) resulta, sin embargo, cuanto me nDS extrafio que las unicas emisiones conocidas a su nombre procedan de un lugar tan alejado del mkleo donde debieran desarrollarse los acontecimientos 'tumu!tuosos', es decir Tale/a y la Betica, illcluso si se co ntempla la posibilidad de una abundante acufiaci6n par parte de Rodrigo en otras ciudades. Aunque parece claro que tras su ascenso al trono cl territorio hispano se

"

"

" .. . enla era 749 (710) .. a ruegos del Senado

OCllpa

Rndrigo el/rono en 1/;'-lIId de /Ilia revile/la. Rei/Ill

111/ aila plies en .. 750 (711) de la era. lras reI/nil' 1111 gran ejiircito contra 10.'1 arabes y 10.'1 moras enviados por }v/uza, -eslo es, Taric Abuzara y uh·us- qlle eslaban realizando incursiones a la provincia que "ado (iempo le esraIJa ellcomcndada y devastaball /IIucha.\' ciudQdes, se file alas mollfaila.'> 'framdllClillos para /II(:/w" conlra el/os )' co)'o ell esa batalla 01 jugarse lodo el ejircito godo qlle por rivalidcu/ )' d%samellfe habfa fda call if solo por la ambici6n del reillO. Asf. igllomillio.mmellle, perdia:>'II frollo Y SII "atria. 1II11riendo /ambien SIIS rivales ... ". Cr6nica 754, 52 (tfad.

E. L6pcz Pcrcira). Por O\ro lado existe una tradici6n hisloriogn1fica que considem a Rodcrico dux de la Bctica basandose en cste pasaje de la Cr6nica de 754. ESll vinculaci6n entre Rodcrico y la provincia Ulterior ha sido ademas rccogida por la tradici6n mozarabe, asumida asimismo en las fu entes hispanoarabes, algo que tambien parece reflejarse en la exi!'\tcncia de un supuesto paiafiul/1 Rodnici citado ell la Cr6nica aslurillna de Alfonso III (Ch roll . Adef.. 6) (vcr Garcfa Morcno 1992, 435 ss). Debemos contemplar la posibilidad de que algu nas de estas referencias aludan a un mismo ejcmplar.

p

Ruth PLIEGO VAzQUEZ

35

consumi6 en luchas intestinas, y si, coma se ha sefiaiado, existe una solida tradici6n historiografica que situa a este manarea combatiendo en cl norte clIando se produjo la invas i6n musulmana (Garda Moreno 1992, 447), estas monedas de Egitan.ia tal vcz esh~n anadi_ c ndo zo nas de tj"icci6n al escenario beli eD peninsular. Sin embargo podrfa ser igualmente que haya que ver estas emisiones dentro de una acci6n polfticodiplomatica emprendida por Rodrigo para ganar adeptos a su causa. Par otro Jado, si se acepta la noticia proporcionada por la Cr6nica sarracina sabre cl enterramiento en Viseu del monarea vencido (Gat'cfa Moreno 1992,443), se podrfa pensar, aunque con 25 grandes reservas, en un posible origen IU5itano de Roderico . La tipologfa monetaria de Roderico es una de las mas originales del reino visigodo. Como vemos debe representar un retrato de Rodrigo de frente y probablemente barbado y cuya cabeza aparece cubierta par un tocado que podrfa ser un yelmo 0 mas bien una corona con dos cuernos (ver Fig. 7b). Coma ya mencionamos en otro lugar (Pl.iego 2011, 332) existe otra imagen contemporanea de este rey en la que se le rcpresenta del mismo modo, en un lugar tan a\ejado como Qusayr 'Amra . En ese Jugar del desierto de Jordania, ex islen linos banos omeyas fechados en tiempos del gobernador Yazid ibn Abdal Malik (720-724), en cuyos frescos se represent6 a pcrsonalidades imporlanles ----{:omo cl emperador bizantino, el Ncgus de Abisinia y Cosroes, rey de los sasanidas- entre los quc se encuentra Roderikos, el ultimo de los reyes visigodos (AJmagro, Caballero & Zozaya, 2002; Fowden, 2004) (Fig. 12). Parece evidcnte que la inclusi6n de este monarca en la decoraci6n de esos banos posee la clara intencionalidad de mostrar un rey poderoso vencido en el extremo mas occidental del mundo. Pero el hecho de que sea el unico de los gobernantes al que se represcnta de este modo indicarfa que cl bicornio debi6 tener cierta relaci6n real con Rodrigo 26 • Resulta muy curioso comprobar que en un testimonio alga posterior, en concreto el C6dice Vigiliano 0 Albeldense, conservado en la Biblioteca del Escorial y fechado hacia cl sigJo X, donde se represent an a varios monarcas visigodos (C hindasvinto, Recesvinto y Egica) con un tocado muy similar al que muestra Roderico en sus acufiaciones.

26

Basado en los mismos argumentos existe coincidcncia en Garcfa Morcno 2011 , vcr Plicgo 2011. 336, n. 10. Ver tambien Garcfa Moreno 2013 , 159. Sabre este asunla ver Pliego (2011, 332).

36

El tremis de las lillimos arias del Reillo Visigodo

Fig 12. Representacion de Roderikos. Pilllura de 10s se is rcycs. palacio emiral de Qusayl' 'A mra (Jordani a) . Rcproducci6n de Alois Mu sil. Kusejr 'Amra und Sch/6sser 6stlich van Moab , vel. 2, pI. XXVI. Vienna (1907) (Fuente: Th e Metropolitan Mu seum)

Segun la Cr6nica de 754 Roderi co muria en 71 I en la batalla que cnfrento el reducto visigodo con los nuc vos conquistadores. No obstante esta visi6n lineal de los acontccimicntos no casa con la documentacion con la que contamos. Anleriormentc ya se ha hecho alusi6n al Laterculus reg um visigofhorufI1. (Mommsen 1961 ; ver Garda Moreno 1974) con respecto a la lIegada al trono de Roderico. Allnque de este documento se han cODservado varias versiones \-algunas de clIas incompletas, que Jlegan solo a Tulga 0 Ervigio 0 Witi za-, al menos en dos de ellas Witiza es sucedido par Roderico 27 . No obstante en el documento denominado Paris;nllS 4667, procedente del manasterio de Ripon, el nombre Roderico no es mencionado mientras que Wiliza es seguido por cl de Agila, quien habrfa sido sucedido por un tal Ardo. La interesa nte es que la evidencia numisITI,hica, tanto 105 fundamentales co nj unlos monetales de El Bovalar. tratados anteriarmente, coma 105 hallazgos esponldicos espanoles y franceses (ver Anexo) co nfirman sin Jugar a dudas la presencia de cste Agila en el noreste peninsular y sur galo. Par su parte las cr6nicas arabes corroboran iguaJmenle esle data puesto que la lama de Zaragoza por MlIsa tuvo Ju gar en 7 14 (Vigueras 1997,36-38) Y posteriormente una primera ocupaci6n de Nw·bollo por su hijo 'Abd al-'Aziz fue conseguida en cl ano 7 15 (ver Gasparino 2007, ano 714 y 715). Si Witiza muri6 muy a principio de 7 10 y al parecer hubo un interregna de casi media ano (Garcfa Moreno 1992,43 1; 2013, L35 ss), Agila IJ pudo reinar los tres anos que le atribuyen el Larerculus e incluso ser sucedido por Ardo hasta la mellcionada ocupaci6n isillmica de la ciudad gala.

27 Aunque solo en una entronearfa eon los rcyes asturleonescs ya que en la otra 10 haec con los reyes francos (vc r Huctc 1994).

Ruth PLI EGO VAzQUEZ

37

Si el panorama que acabamos de trazar 110S presenta una peninsula iberica dividida tras la muerte de Wit iza, existe un personaje de nombre Suniftedo del que se conaeen al menos dos monedas que ya han sido mencionadas (vel' Fig. 7a). La referencia mas antigua la debemos a EngeI (1898), quien a fmes del XIX menciono eI hallazgo de dicho ejemplar en la Iocalidad sevillana de Constantina; eI otro ejemplar se encuentra en una co lecci6n particular de Sevilla. Aunque por nuestra parte situamos este

' usurpador' en tiempos de Egiea, recientemente Gareia Moreno (2013 , 155 ss) ha plante.do una sugerente hipotesis segim la cuaI presenta e I final del reino visigodo coma un conflicto a tres bandas, utilizando para eUo la evidencia numisnu'itica en la que incluye la moneda a nombre de este desconocido monarca cuya t'mica acunaci6n es de la ceca de Tolelo, taller desconocido tanto para Roderico como para Agila. Aunque ese autor plantea que tanto Agila n como Sunifredo Iideraron Ios dos bandos que se alzaron aI pronunciamiento de Roderico (Gareia Moreno 2013, 156), pudiera ser que Ios acontecimientos se hubieran desarroHado de otro modo. En este sentido, y utilizando asimismo el argumento numismatico, podria sugerirse que a la muerte de Witiza no hubiese habido consenso sobre eI rey electo, de ahi la existencia de casi un ano de vacfo en el trona, y que en la atejada Narbona se hubiese elegido un monarea sin la aprobaei6n de l resto de la nobleza hispana, incapaz de impedirlo. La revuelta a la que se alude en la Cronica de 754 tal vez se refiera a luchas entre Ias facciones de Roderico y Sunifredo, que reeordemos, es el unico del que hay seguridad de que aeuno en la capital. La figura de Roderico, sin duda, ha transcendido de manera mas relevante probablernente por su directo enfrentarniento con el ejercito conquistador traspasanda al ambito Jegendario en las cr6nicas siguientes. El contexto social y econ6mico del tremis visigodo: De nuevo sobre su funcion

La funcion de la moneda de oro de la AntigUedad Tardia -0, ut ilizando eI temlino anglosajon, la Early Medieval Age- , ha sido ampliamente tratada en varios trabajos recientes sin haber Hegado la investigacion a consenso hasta la fecha. En los ultimos se abserva una idea carnun sabre la fa lta de homogeneidad en estos procesos, destacando eI caracter fuertemente regionalizado del periodo". Por nuestra parte ya expusimos en su lugar que la circulaci6n del tremis visigodo habria estada en cierta medida restringido y Iimitado a Ios potentes, en el marco de 10 que se denomina la economia del don 0 del regalo. En nuestra opinion, la principal funcion de la moneda fue la de servir a los pagos en el ambito estataI por detenninados servicios, en concepto de pactos entre los diferentes poderes - tambien extranjeros-, regalos en calidad de dotes entre miembros de Ias nobleza, etc., si bien no deseartamos la posibilidad de otros usos, que tal vez no debieron ser tan puntuales (P liego 2009, 227 ss). En aquel trabajo la idea principal sobre la [uncion de la moneda visigoda inserta en una econornia de prestigio difuminaba en gran medida otros posibles usos. El material con eI que contamos de este efimero periodo nos brinda la oportunidad de

21

Ver por ejemplo Naismith 2014, 273 ss; Martin Viso (e. p.).

38

El h"emis de los zlltimos alios del Reino Visigodo

analizar estos posibles otros usos del tremis visigodo puesto que, coma se vera, en ei es posible ver esta diversidad de funciones de la moneda de oro. AI hablar de pagos estatales por servieios inmediatamente pensamos en el ejercito puesto que existe acuerdo general entre los investigadores de la AntigUedad Tardia con relacion al hecho de que mientras que la primera fuente de ingresos del estado durante el Bajo Imperio fue la recaudacion de impuestos sobre la tierra, la principal partida del

presupuesto estuvo destinada al mantenimiento del ejercito, ambas actividades rnaterializadas en la figura de la annona 29. No obstante, ya analizamos en otro lugar (Pliego 2009, 216 ss) que los cambios introducidos en la organizacion militar durante

ese periodo tuvieron coma consecuencia mas importante la paulatina sustituci6n del ejercito de estado por las tropas privadas. Esta ausencia de pago estatal al ejercito influy6 de manera decisiva en tado el sistema monetario del momento. No obstante la inexistencia de pagos de annonae al ejercito por parte del estado no elimina autornaticamente a la moneda del ambito militar. Es mas, en nuestra opinion, el/remis debio estar presente tambien en las campafias militares que se sucedieron a 10 largo del periodo visigodo'O, aunque probablemente tanto su uso, como el papel del soldado como instrumento distribuidor de numerario, fueran infinitamente mas limitado que en epocas precedentes. Este asunto nos lleva al de la captacion de inlpuestos y el papel del Iremis como moneda fiscal, hipotesis que en los ultimos afios un grupo de investigadores ha venido desarrollando de manera importante31 . En lineas generales podria decirse que la base principal de su hipotesis es que la finalidad del Iremis habda sido su uso como moneda fiscal, afirmandose que el origen y la principal funcion de la moneda fue de tipo tributario (Martin Viso 2008, 3; Retamcro 2011,203; Martin Viso e. p.). De manera general compartimos muchas de las ideas y Siugerencias de esos trabajos, y no dudamos que la fmalidad de un monarca al poner una emision en circulacion sea la captacion de tributos. No obstante disentimos en que eso sea 10 que nos muestre el material numismatico. En primer lugar cabria preguntarse como de efectivo era este sistema tributario. Race unos afios debimos analizar la documentacion existente sobre los impuestos por 10 que no vamos a extendernos en el tema. Sin embargo conviene recordar que aunque existen testimonios literarios que aluden a distintos tipos de impuestos en epoca visigoda, la realidad seria no solo que la imposicion debi6 ser 32 minima sine que hay acuerdo general en que la exencion debi6 ser la norma habitual . El problema es que existe un interesante documento que puede distorsionar la realidad y que seda el Defisco barcinonensis (de epoca de Recaredo I, 586-601). En el se describe la practica de la adaeratio, es decir, la conversi6n de los impuestos en moneda. Aparte del hecho, sefialado por la mayoria de los autores que se han acercado a su analisis, sobre que el posible uso de esta herramienta fiscal en una ciudad no la hace extensiva a toda la peninsula, la realidad es que la moneda de cuenta utilizada es 29 30

"32

Ver por ejemp10 Hendy 1988.29 ss; Cameron 2001, 108. Ver sobre este tema Garcia Moreno 1982, 340; L6pez-Sanchez 2009. Principa1rnente Retamero 1999, 1999b Y 2001; Castellanos & Martin Viso 2005; Martin Viso 2008. Principalrnente Garcfa Moreno 1975, 138; Id. 1982,336; Id. 1993b, 294. Castellanos 2003, 218; Ver todo cl amllisis en Pliego (2009, T, 220 ss).

Ruth PLIEGO V AzQUEZ

39

la siliquQ, es decir una moneda de plata rara vez acunada pa r 105 visigodos, 10 que automaticamente elimina el usa de la moneda 'circulante', es decir, ellremis, de dicha pnictica. Sin adentrarnos mas en este asunto que ya se ana liz6 lTIas detenidamente, queremos traer a colac ion que la antigua funci6n fiscal ro mana en esta epoea si no habrfa desaparecido como tal, sf habrfa sufrido una transfonnaci6n sensu stricto en 10 que respecta a las agentes y las impuestas, quedanda las indirectas as imiladas alas rentas selia riales (Pliega 2009, 1,224), cama tambien es recogida par Martin Viso (e. p.) .

Pero ademas la utilizacion de las monedas vis igodas conservadas para apoyar esta tesis, tanto los ami lis is de circulaci6n y vo lumen de produccion co ma 105 de distribucion geografica de la moneda muestra, coma ya se ha comentado anterionnen te, un escenario engafio s0 33 . Muy sugerente resulta, por parte de Martin Visa (2008), la busqueda de un patron sobre las lugares dande se han producido d ichas descubrimienlas. El autar, tamanda coma madela e l territaria de la antigua Lusitania", llega a la conclusion de que el hallazga de rrelll ;ses visigadas tiene lugar principalmente en civitates, cenlros religiosos y ciertos lugares elevados, es decir, un ambito que abarca muchas posibilidades de ocuhac ion, aunque co mo veremos, no todas. En alro arden de casas, a pesar de que desde las ultimos tiempas del Imperia se observa una co nstriccion importante de los mercados para le la a la disminuci6n de la monetizaci6 n, se ha considerad o que en epoca visigoda se habria mantenido W1a cierta estructura comercial. S in duda el co mercio de bienes de lujo subsisti6 en este periodo, descansando mayoritariamente en manos de age ntes orienta.les (Garcia Moreno 1975, 5 • Contamos con documentaci6n directa como son la de ciertos impuestos que 1 evidenciarian la pnktica pro fesionaJ del comercio (vec figalia, solulio auraria), 10s nombres de algunas recintos relacianados con dichas actividades co mo el carap/us y el feloneul11, asi co mo la prcsencia de jueces en estos ultimos (telonarii) cuya funci6n seria la de cobrar derechos portuarios y mediar en las disputas entre los comerciantes extranjeros 0 entre estos y 10s subditos del regnum 36 • Pero ademas existe una docume ntacion indirecta como seria los motivos decorat ivos uti lizados en Jas artes mena res que no puede entenderse sin la infIuencia de abjetas y tej idos arienta les (Ripa ll 1999, 414 cit. Garcia Vargas 20 12, 247). Si bien es cierta que este tipo de comercio pudo producirse si n necesidad de moneda tambien 10 es que el fremis

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33

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Sin abundar en el terna en la mayoria de los casos se ulilizan unos poco ejcmplares cuyos hallazgos no refiejan, 0 al menos por nuestra parte no percibimos. la existencia real de un rigido sistema tributario. Aunque la cifra proporcionada por el autor cs de 22, entre ellos se encuentra un J-Iermenegildo falso, y dos ejernplares suevos, ademas de una alusi6n general al hallazgo de moncdas en Codeceiro y Jarrn elo, en cl concelho dc Guarda (Martin Viso 2008, 10). F. Relamero ( 1999. 277) sc cuestiona si estos fral1SlIIaril1; l1egotiafores habrian tenido como (m ica funci6n cl comcrcio a larga distancia 0 habria que vcr en ell os a una especie de legafi con atribuciones mas de tipo social que econ6mi co. En este sentido senala que aunque hay evidencias sobre la existencia del cafaplus eJ10 no indicaria que en este lugar loo intercambios fuera n una actividad constante sino que habrfa que relacionar el comercio propiamente dicho con las epocas del ano en las que es posible la navegacion a distancia. Garcia Moreno 1971,240 ss; Id. 1972, 149 ss; Id. 1989,273. Yer tambien Garcia Vargas 2012, 247.

40

El fremis de [os ziltimos ai'1os del Reino Visigodo

visigodo no dejaba de ser un lingote garantizado par el estado, par 10 que con total seguridad tarde 0 temprano habria alcanzado 108 arnbitos comerciales, siendo utilizada -ocasionahnente 0 110 tanto- para transacciones mercantiles de cierta importancia (Pliego 2009, I, 225). Sea coma fuere, el acceso a la moneda par parte de los comerciantes no debi6 de ser infrecuente 37 . Mas complejo de admitir es cl usa del /remis visigodo con respecto al pequeno comercio puesto que debido a su relativo alto valor no resultaria practico en 108 pequenos intercambios. Ya senalamos en su lugar (Pliego 2009, I, 225) que muy probablernente este tipo de comercio habria seguido realizandose con moneda romana de bronce principaimente romana aunque, en las zonas en las que se acuno, tambien circularfan 108 denominados cobres de acufiaci6n peninsular 0 'monedas de bronce tardoantiguas de Hispania' -mmo recientemente las denomina Mara (2012). Los cada vez mas abundantes hallazgos arqueol6gicos hablan en este sentido puesto que en niveles del siglo VI se encuentra moneda bajoimperial, principalmente imitaciones del siglo IV, aunque tambieTI se observa cierta provision, aunque pequefia, de moneda del V y VI, que habrfa circulado junta alas bronces vandalos y las peninsulares (Marot 2000-2001, 133 ss; Mora 2012; Fernandez, Pliego & Carvajal 2013). El usa de estas denominaciones para las transacciones domesticas se mantuvo tambien en epoca posterior encontrandose una amplia gama de las monedas mencionadas junto a feluses musulmanes. Ahora bien, la distincion mecanica que nos lleva a distinguir entre el usa del ora para el camercio de lujo y el bronce para las transacciones cotidianas deja ambitos al descubiertos. Es decir, una transaccion comercial en epoca visigoda que implicara la venta de, par ejempio, un animal de acarreo, pudo hacerse por diferentes vias pero habria que contemplar la posibilidad de que en algunos casos se utilizara oro. No se trata de bienes de lujo al usa ill los agentes implicados tendrfan que ser forzosamente magnates. De rnanera similar, consideramos que se ha dado excesiva importancia al hecho de la distinci6n de los hallazgos entre nuc1eos urbanos 0 rurales teniendo en cuenta que dicha distincion no siempre es clara. En este sentido se observa como a partir del siglo VII se produce una revitalizaci6n de las ciudades que habrfan mantenido su papel tradicional como residencia de las elites y como centros de gestion del territario. De hecho desde tiempos anteriores se observa que la producci6n agrfcola y ganadera pudo lIevarse a cabo tanto desde las civitates coma desde las aglomeraciones rurales (Garcfa Vargas 2012, 243). En no pocas ocasiones el tremis debio alcanzar a los estratos menos pudientes coma dejan entrever algunos textos. En este sentido contamos con dos testimonios 37

Una cuesti6n diferente es si los comercianles extranjeros aceptaban el tremis visigodo, 10 que parece improbable ya que, aunque existen (vcr Anexo), apenas se conocen haUazgos fuera de nuestras fronteras. Doehaerd (1974, 216) plante6 para cl casu bizantino que estas piezas barbaras se fundirian siguiendo la pnl.ctica "de un Estado que aplicaba con severidad la regalfa". Sea como fuere y teniendo en cucnta que [os testimonios literarios nos hablas de pagos en Iremises visigodos no solo al poder bizantino - por parte de Leovigildo contra la rebeli6n de Hennenegi[do-, sino tambien a otras rein os Sisenando y el famoso missorium sustituido por monedas- , es muy posible que tanto ese autor como

Hendy (1988), esten en

[0

cierto.

Ruth PLIEGO V AzQUEZ

41

nalTados en La Vida de los Padres emeritenses muy ilustrativos sabre este asunto . En

el primero se se nos habla de la existellcia del Banco del diacono Redempto, destinado 105 necesitados y entre cuyas actividades se encontraban los prestamos a bajo interes contando con un fondo de 2.000 solidos (Garcia Moreno 2009,301). Exislen olras informaciones como el episodio en las que un prelado incila

a realizar obras de car id ad a

~mejor,

obliga- a su ayudante a dar una limosna a una viuda de un solido "pero a1 momento corri6 tras la misma y le rogo con suplicas que, pues nada le quedaba con que comprar comidas, le devolviera al menos del solido que le habia enlregado, un h'emis con el que rernediar su necesidad. Ella sin contrariarse le deja uno; y se llevo las atras dos con gran contento u38 . Ambos episodios estan localizados en la ciudad de Emerifa que debfa ser una de las ffias florecientes del reino visigodo por 10 que alga asi seria po sib le observarlo en ciudades coma Ispali, Cordoba, Toleto, tal vez Cesaraugusla, pero de nmgim modo es extensible a la lotalidad de la Peninsula. No obstante puede servir coma un indicador de este mavimienta deltremis en la sociedad. Queremos hacer hincapie en que este panorama que tratamos de mostrar esta muy alejado de la propuesla, planteada por Metcalf(l988, 21), sobre que el Iremis habria sido acufiada en gran cantidad siendo la moneda basica extendida a todos los niveles tanto sociales coma geograficos, sustentado tanto las actividades mercantiles del regnum coma tambien las administrativas y fiscales. Para todo ellos pudo servir pere desde luego la escasa documentacion no permile una interpretacion optimista en nioguno de los sentidos apuntados. La moneda de oro fue sin duda deseada por los miembros de todas las clases sociales y teniendo en cuenta que no hay Jeyes fijas sobre como una persona accede a la misma, el Iremis debi6 usarse en la medida en que a cada cual le fue posible 39 . Los hallazgos de esle periodo si bicn no permilen identificar las diferentes vias por las que sus duenos accedieron a Jas monedas, la diferente naturaleza de las ocultaciones admite distinguir otros aspectos como el distinto nivel socio-economico de los propietarios, diversos funbitos de usos, y un patron en los lugares de ocultacion que analizaremos a continuacion. Una lectura del repertOlio numismatico Tomando coma premisa 10 expuesto en las lineas anteriores, es clare que un conjunto como el del Abusejo nos proporciona una interesante i.11fonnaci6n aunque en gran parte limitada. Se trata sin duda de una ocultacion intencionada, introducida en un recipiente ceramico para evitar su dispersi6n y depositada en un lugar, al parecer, alejado de nucleos de poblacion. Con tOlal seguridad el propietario debio ser una persona pudiente y la cronologia de las liltimas monedas, de tiernpos de Witiza, nos situa en un clin1a de inseguridad como el que debi6 suceder tras la muerte de este monarca, puesto que recordemos que tras el deceso sigui6 un periodo no corto de intenegno. Pero si adernas observamos el mapa de los hallazgos (ver Fig. 8), vemos que el tesaro se encontraria en una de las zonas candentes si en efecto, tal coma se ha 38

Traducci6n de Camacho 1988, 110.

39

La misma idea en Naismith 2014, 278; 306.

42

El tremis de los 1lllf1110S alios del Reino Visigodo

comentado anteriormente, la Lusitania fue uno de los lugares donde Roderico busc6 sus adeptos en dicho periodo. Poca infonnaci6n podemos extraer mas del conjunto a no ser las mas puramente numismaticas que senalamos en su lugar sabre la composici6n del mismo, y la preerninencia de unas cecas frente a otras. La lectura del tesoro del Abusejo es muy diferente al de La Condenada, mucho mas pequefio en cantidad de piezas 10 que nos lIeva a un propietario algo mas modesto. El hallazgo de los restos de una caja de madera, asi como de la posible asa de bronce de la misma, indicarfan asimismo su ocultaci6n intencionada y las fechas de las monedas lIevan igualmente al periodo convulso probablemente tras la muerte de Witiza. No obstante su ocultaci6n se produce en una cueva de dificil acceso, en un lugar apartado de ntideos habitados. Es el mismo patron que presentan otros hallazgos aislados asi los de la Cueva Foradada (Surta, Huesca) (Barandarian 1973,20, fig. 3), si bien en este caso la moneda se encontr6 junta a esqueletos de mujeres y niiios que debieron esconderse, junta a sus pertenencias, y cuyo desenlace fue la muerte violenta de todos ellos (Paz Peralta 2004, 20). Tambien son hallazgos en cuevas los de Grottes de Montou (Corbere, Perpignan), y tal vez tambi"n los de Maureillas-las-IIIas (Ceret) y el de Torroella de Montgri, si los hallazgos se produjeron en el dolmen de Siureda y la cueva-dolmen del Tossal Gross (Pericot & Esteva 1972, 65), respectivamente. Tambien se tiene noticia de otras ocultaciones en minas inactivas, como la del tesoro de "poca de Wamba de Sotiel Coronado (Calanas, Huelva) (Diaz y Diaz 1970,272, n. 35; Pliego 2009, I, 257). La utilizacion de edificios y lugares abandonados como zona de enterramiento de monedas tampoco debi6 ser algo extrafio como ya vimos con el tesoro de M"rida (Mateos, Pizzo & Pliego 2005), y en este mismo sentido pudieran ser interpretadas las seis monedas halladas en el To~no de Minateda que, como describen las arqueologas, aparecieron en niveles de abando~04o. Un contexto diferente ofrecen los hallazgos de El Bovalar que como ya comentamos ha sido considerado un poblado agricola que pudo haber sido un centro eclesiastico (Gurt 2007). Se trataria de un nucleo destacado en la region al que los acontecimientos de los ultimos tiempos del /'egnulI7 pudieran haber dado algo de protagonismo. Las monedas alii rescatadas podrian haber servido a cualquiera de las aclividades propuestas Iineas atnis, incluida la de la exislencia de una pequel1a guamici6n destinada a la defensa del territorio, sobre todo teniendo en cuenta la inestable circunstancia politica del momento. No es posible confIrmar que el incendio de El Bova lar fuera provocado por los conquistadores pero si pudiera relacionarse con las convulsiones del periodo (Manzano 2006, 44, cit. Marti 20 11, 12). Muy interesantes son tambi"n los hallazgos en civitates asi tanto el de la propia ciudad de Conimb/'iga donde se hall6 un ejemplar de Roderico (Pereira, Bost & Hienard 1974), como el de Saucedo (Talavera la Nueva, Toledo), como los nucleos localizados en la parte mas noreste del territorio de la antigua Hispania visigoda de Puig Rom (Roses, Girona) y Castell Rosello (Perpignan). En este sentido el de Saucedo es un yacimiento de enorme potencia arqueol6gica cuya ultima fase de ocupacion - iniciada a fines del siglo V 0 principio s del VI- termina con un importante .. 0

Vcr por ejemplo el Tesoro de Merida (Matcos, Pi zzo & Pliego 2005).

Ruth PLIEGO VAzQUEZ

43

incendio a principios del VITl. Puig Rom es un asentamiento fortificado ubicado en un ceno y rodeado de una potente muralla (PaloI 1952; Roig 2011, 131). Aunque su abandono se ha datado en tiempos de la conquista, especialmente por la presencia de la moneda de Agila Il, no parece haber niveles de incendio ni huellas de abandono violento. Par su parte, en la antigua Ruscino han aparecido mas piezas, tanto de Witiza coma de Agila 11, probablemente par Ias intensas campafias de excavaci6n que estan arrojando tambien interesantes datos del periodo inmediatamente posterior (Marichai & Sonac 2007). Curiosamente aJgunos de estos hallazgos se encontraron en lugares de culta 0 relacionados con ambientes eclesiasticos. Si el Bovalar y el Tolmo son casos evidentes, existen otros coma eI del Saucedo (Talavera la Nueva) y eI de Bafios de Cenato (Palencia) asociados a una basilica, eI ultimo a la destacada iglesia de San Juan de BanDs. Otro caso seria el de 108 h"emises hallados en tumbas que a pesar de no ser muy numerosos. dadas las peculiaridades de este tipo de noticias, merece ser tornado en consideraci6n. El ejemplar de Serpa (Herdade da Pipa) se ha1l6 en una sepultura y recientemente hemos accedido a la noticia de una pieza de Egica, de la ceca de Cordoba, encontrada en la necropolis de El Soto (Illana, Guadalajara)'I Retamero (2011, 207) considera que Ios escasos hallazgos conocidos de este tipo estarian hablando de la inclusion de las piezas en manejos monetarios y no su uso exclusivamente por su valor intrinseco. Para el autor la extension de esta pnlctica certificaria Hel fracaso 0 la ausencia de la autoridad que la puso en circulacion", puesto que revelaria "una situacion en la que el dominio politico vehiculado a traves de la maneda es extremadamente debil, a inexistente", idea que carnpartimos. De hecho consideramos que la existencia de estas piezas en necropolis en tiempos tan cercanos aI final del /'egnum, unido a olros indicios -entre Ias que destaca la reducci6n del peso de las piezas asi coma de la pureza del melal- seria una muestra de que la intencion de la monarquia no llegaria siempre a buen puerto y parte, gran parte, de estas monedas acabadan atesoradas. Par olro Iado, la debilidad de la monarqufa visigoda frente a la nobleza, salvo excepciones como seria la del reinado de Chindasvinto y probablemente Egica, es mas que evidenle. No es posible Iocalizar todos Ios hallazgos en lugares destacados, principalmente parque no se cuenta siempre con todos los datos del mismo yen ocasiones se alude al nombre del nucleo habitado mas cercano (I':vora, Braga). Sabemos que Castro Daire (Alva) esta situado en un Iugar alto (Martin Visa 2008, 10) asf coma PaUls (Xerta, Tarragona) pero poco mas podemos decir de la localizacion exacta de estos ejemplares. Par tanto, retomando todo la dicho la fmalidad del fremis visigodo no fue otra que su usa como moneda, pieza garantizada par una autaridad que en este casa, y a diferencia de 10 que sucede en atras reinas, fue exclusivamente la monarquia. Su usa debio ser amplio, usado en grandes cantidades para comprar fidelidad, apoyos

"

Procedente de la actuaci6n arqueol6gica realizada en la necr6polis de El Soto (IIIana, Guadalajara) bajo la direcci6n de Consuelo Vara lzquicrdo y Jose Martincz PcnalToya (CASTRVM patrimonio hist6rico S.L.). Agradecemos a los arque6logos, en especial de este ultimo, el envio de los datos y las fotografias de esta interesanlc moneda que se encuentra ya expuesta en el Museo de Guadalajara.

44

El tremis de Los ill/lmos alios del Reino Visigodo

puntuales y otros pagos por servlclOS. Obviamente las circunstancias sociales y econ6micas del periodo restringieron su circulaci6n a 105 patentes pero aunque su acceso debi6 ser dificil para 108 estratos inferiores, el (remts fue deseado y, en cierta medida, pudo ser adquirido por todas las clases sociales. AIgo que sin embargo esta muy alejado de la idea de una circulaci6n abundante y extendida. COllclusiones En paginas anteriores se ha ana lizado los hallazgos monetarios visigodos del periodo final del regnum, tratando de insertarlos tanto en su contexto historica, desde la perspectiva de los acontecimientos politicos, coma en el socio-economico, planteando las posibles funciones que pudo haber tenido el fremis. Conscientes de las limitaciones que supone extraer datos flab les de una muestra formada por un total de 175 ejemplares, se ha analizado el material del modo mas aseptico posible huyendo de interpretaciones basadas en tesis te6ricas que mas que aclarar confunden el discurso. A pesar de la relativamente exigua muestra, sin embargo, los datos numismcHicos conservados de este periodo son de los mas flables en el conjunto del reino visigodo puesto que muchos de 108 hallazgos proceden de excavaciones recientes, e incluso se han podido individualizar todas las piezas que conformaron el tesoro del Abusejo, el repertorio mas numeroso de cuantos aqu{ se han estudiado. Por otro lado tambicn muestran una enorme varied ad en 10 que respecta a su composici6n ya que, mientras que solo pueden ser considerados tesoros propiamente dichos este del Abusejo y el de La Condenada, aunque muy diferentes en cuanto a volumen, contamos ademas con hallazgos aislados 0 esporadicos recuperados en una amplia ga ma de sitios. En este sentido se half registrado ejemplares en oppida (Conirnbriga, Puig Rom, Ruscino), centros episcopales (Tolmo de Minateda), centros agricolas religiosos (El Bovalar), asi como en otros lugares sagrados coma iglesias (Saucedo, San Juan de Bafios) 0 enterramientos (Serpa). Recordemos que aqui se ha considerado que los hallazgos esporMicos debian ser considerados igualmente C0l110 ocultamientos de bienes patrimoniaies, de ahi que muchos de los mencionados se hayan encontrado en niveies de abandono y en fosas, par no mencionar 10s recuperados en cuevas, siendo el mas destacado el de La Condenada pero existen otras como el de la Cueva Foradada y las Grottes de Montou, entre otras posibilidades. Distinto a todos ellos es la muestra de El Bovalar que nos ofrece una imagen fija de los que debi6 ser el uso monetario en un establecimiento de sus caracteristicas. La composici6n provincial, es decir las cecas presentes en las piezas esporadicas 0 en 105 conjuntos, no siempre deben ser explicados en un escenario en el que el propietario viaja mientras conforma -0 co mpl eta~ el tesoro para despues ocu ltarlo. Estos haUazgos mas bien parecen mostrar la mo vilidad de la moneda, en la que las probabilidades de incluir unas cecas frente a otras escapan en gran parte a unos panimetros establecidos. Una prueba de que las posibilidades de acceso a la moneda son impredecibles seria la alta presencia de piezas tarraconenses en el conjunto del Abusejo. No obstante, a pesar de 10 dicho, se observa como los talleres principales tienden a destacar, perfLlandose y acercandose a los resultados que muestran los datos

Ruth PLIEGO VAzQUEZ

45

del per iodo comp leto. Asimismo, si bien es cierto que 105 monarcas cercanos al momento de ocultaci6n tienen mas probabilidades de aparecer, las monedas de monarcas anteriores siguieron incorporandose a los patrimonies privados y asi 10

vemos en los conjuntos con piezas tan alejadas a los tiempos de Witiza coma es el ejemplar de Leovigildo en La Condenada. Obviamente todos estos oeultamientos pueden ser entendidos en un elima de inestabilidad, como debi6 ser el que sigui6 a la muerte de Witiza (7 10) y nos ofrece una funci6n y un usa del tremis versatii, Illostrando no solo una gama diversa en 10 que respecta a la capacidad econ6m ica del propietario, sino que nos permite imaginarlo en escenarios diferentes y todos eJlos igualmente v"lidos.

Significativamente, solo hay un conjunto con mas de un centenar de piezas frente a un numero destacado de pertenencias limitadas a una moneda, pasando por un conjunto de 15 ejemplares, en La Condenada, varios pequeilos lotes en El Bovalar, euatro en el Tolmo y dos al menos en uno de los haJlazgos de Ruscino. Todo eUo reflejaria en nuestra opini6n 10 que venimos defendiendo en este trabajo: un uso relativamente extendido del tremis en un contexto en el que todas las clases sociales desean y en alg6n momento pueden acceder al mismo, aunque su circulaci6n debi6 estar ligada

principalmente alas elites.

ANEXO Tesoros, conjuntos monetalios y hallazgos aislados visigodos (702-714)42 A

Tesoros

Tesoro del Abusejo 1-110

Cron%gia: Lugar de hallazgolFecha: Luga,. de consel'VGcion:

Witiza (702~ 7 10). Probab lemente tras su muerte

El Abusejo, Campo del Yeltes, Salama ncal l932 Instituto de Valencia de Don Juan; l.Banco Centra l de Portugal (Millenium,Op0l1o)?

Numel'o de piezas: 11 0 Bibliogrofia: Belt ran (1948 ~ 1972 : 110); Mateu ( 1933; Id. 1936, 31-38; Id. 1974); Barr.1 (1976, 132 ss); Pliego (2009, 1,250-252). Composici6n:

42

Los trabajos mencionados en este Anexo que van abrev iados estan mencionados en ellexlo y aparecen rccogidos en la bibliografia final. donde no se encuentran las obras que aqui se referendan en su forma completa.

46

El tremis de Los ll/Iimos alios del Reino Visigodo

N° eje.

Reinado

Cccas

I

Recaredo I (589-601)

To/eta

2 5

RecesvintoI65 3-672)

lsoali, Cordoba

Wamba (672-6801

Toleto: I; IS/Joli: 2; Cordoba: 2

12

Ervigio (680-687)

20

Egica (687-695)

Narbona: 1; Tarracona: I; To/eta: 2; Ispali: I; Cordoba: l;Eliberri: 1; Emerita: 5; Nw"bona: I-, Barcinona: I-, Cesaragusfa: 2-, To/eto: 8-,

50

Egica & Wit iza (695702)

20

Witiza (702-710)

Mentesa: 1; [spali: 1; Eliberri: 1; Emerita: 3; Egitania: 1 ; Tude: I Narbona: 3; Barcinona: 1; Cesaragusta: 6; Gerunda: 3; To/eto: 9; Mentesa: J; [spali: 6; Cordoba: 6; Eliberri: 2; Tued: 1; Emerita: 5; Egitonio: 2; Elvora: 3; Salmanttea: I ,Luea: 1 Tarracona: 3-, Cesaragusta: 5; Genmda: I-, To/eto: I-, Mentesa: 2; /soali: 1; Cordoba: 2; Emerita: 4; Luea: 1

110

Tesoro de la Condenada 111-125 Cronalagla: Lugar de hallozgolFecha:

Luga,. de conservacion:

Witiza (702-710)

Mina romana de La Condenada, Osa de la Vega (Cuenca)/2003 I Museo de Cuenca

Numero de piezas: 15 Bibliograjia: Bermlrdez & Guisado (2005); Pliego (2009, I, 250, 253) Composicion: N° eje.

Rcinado

Cccas

1 2

Leovi.ildo (c_ 568-589)

Sin ceca

Ervigio (680-687)

8

Egica & Witiza (695-702)

Toleta; ispali lspali: 3-, Cordoba:

I-, Emerita: 1,- Elvora: 2-,

Incierta: 1 4

15

Witiza (702-710)

Cordoba: I ; Emerita: I ; Eeifania: 1; Elvora: I

Ruth PLIEGO V AzQUEZ

B

47

Conjuotos monetarios

El Tolmo de Minateda 126-132

Cronologia: Witiza (702 -710) Luga,. de hallazgolFecha: Tolmo de Minateda, Hellin, Albacetel2000 Lugal' de conservaci6n: Museo de Albacete Numero de piezas: 6 Bibliografia: Domenech & Gutierrez (2005); Pl iego (2009, I, 253 -254) Composicion: N" cje. 1

Reinado Ervigio (680-687)

Cecas !spali

1

Egica & Witiza (695-702)

Cesaragusta

4

Witiza (702-710)

Toleta: I; Cordoba: 1; Tueci: 2

6

El Bovalar 133-153

Cronologia : Lugal' de hal/azgolFecha: Lugar de conservacion:

Agila II (711-7 14) Yacimiento de El Bovalar (Ser6s. Segria, Girona)/ 1980-1984 Musea de La Noguera de 8alaguer, Gh'ona

Numero de piezas: 20 Bibliografia: Palol (1965, 1986, 1989, 1999); Benages ( 1994, 2008); Pliego (2009, I, 254255)

Composicion: NO} eje. 4

Reinado Egica (687 -695)

6

E gica & W itiza (695-702)

7

Witiza (702-710)

3

Agila II (7 11-714)

20

Cecas

Gerunda: 3; !spali: I Tarracona: 2; Cesaragusla: 1; Gerunda: 1; To/eta: 1; EKilania: I Cesaragusfa: 3; Gerunda: 1; lspa!i: I; Emerita: I ; Cordoba: 1 Tarracona: 1; Cesaragusta: 2

48

El fremis de Los lllflmos al10s del Reino Visigodo

Ruscino A diferencia de los conjuntos anteriores y debido a la dificultad que encierra la bibl iografia. cada ejemplar ha sido tratado de manera indi vidual, si bie n incluimos a continuac ion un cuadro

resumen de las piezas. NO) ejc.

J{cinado

('CC:IS

1

Egica & Witiza (695-702)

3 5 9

Witiza (702-710)

Barcinona: 1 Narbona: 2; Emerila: I No/'bona: 5

Agila

n (711-714)

I tremis de Witiza de Emeri(u Lugar de hallazgolFecha: Yacimiento de Ruscino Ruscino, Castell Rosello, Perpignanl l 976 Lugar de conservacion: Musee Archeologique de Ruscino (Perpignan) (RUS 1976 I F2) DatoslCatalogacion: ( I, 109) Miles 5 10 b ~ [Pliego 788 c.7] Observaciones: Apareci6 en una fosa a l este del foro junta a la siguiente monerla. Lugar de conservacion: Musee Archeologique de Ruscino (perpignan) Bibliografia: Barruol, G. (1978) "Circonscri ption de Languedoc-Roussillon", Gallia 36, 2,431-459: 432, fig. 4; Lafaurie & Pilet-Lemiere (2003) 262 -263, nO66.136.6.3; Genevieve, V. (20 13) "Decouvelte de deux 'fremissis' vis igot iq ues", en Barraud, D. & Rech in, Fr. (dir.) Acres du colloque: d 'Iluro cl Olol'On-Sainte-Marie: un milienaire d'hisfoire, Aqllitania, supp lement 29, Oloron-Sainte-Marie, 383-396: 394. 154

155 1 tremis de Witiza de Narbolla Lugar de hallazgolFecha: Ruscino, Yacimiento de Castell Rosello, Perpignanll976. DatoslCatalogacion: (1,17 g) Mi les 49 1 a ~ [Pl iego 760 b.5] Observaciones: Apareci6 en una fosa al este del foro junto a la a nterior moneda. Lugar de conservacion: Musee Archeologique de Ruscino (perpignan) (RUS 1976 I F2) Bibliograjia: Barruol, G. ( 1978) "Circonscription de Languedoc-Roussillon", Gal/ia 36, 2,431-459: 432 , fig. 4; Lafaurie & Pilet-Lemiere (2003) 262, nO 66.136.6.2; Genevieve, V. (2013) " DecQllverte de deux 'fremiss is' visigotiques", en Barraud, D. & Rechin, Fr. (d ir.) Acres du colloque: d'l/uro a Oloron-Sainte-Marie: un millenaire d'histoire, Aquilania, supplement 29, O loron-Sainte-Marie, 383 -396: 394. l56 1 tremis de Witiza de Narbolla Luga,. de hallazgolFecha: Ruscino, Yacimiento de Castell Rosel1o, Perpignan/1984 DaroslCatalogaci6n: (1,40 g) Ined ita Observaciones: Apareci6 en una fosa. Musee Archeologique de Ruscino (Perp ignan) (RUS 1984 L20 Lugar de conservacion: 012)

Ruth PLIEGO V AzQUEZ

Bibliografia:

Le premier Moyen Age

49

a

Ruscino (Chdteau -Roussi//on, Perpignan, Pyrenees-Orientates) . Entre Septimanie et al-Andalus (Vlf-lxe s.), e. p.; Gase, e. p. 157 I fremis de Agila 11 de Narbollu Lugar de hailazgolFecha: Ruseino, Yaeimiento de Castell Rosello, Perpignanianf, 1890 Da/osICa/alogacion: (1,46) Mi les 513 a ~ Pliego 795 b.1 Lugar de conservacion: Musee de Narbonne Amardel, G. ( 1890) "Monnaie d'un rai Wisigoth inconnu frappee a Bib/iografia: Narbonne", Bulletin de la Commission archeologique el litferaire de l'arrondissement de Narbonne, 19-23 ; Belfort, A. de (1892) Description generate des mOl1noies merovingiennes par

ordre alphabetique des ateliers, pub/iee d 'apres les notes manuscrifes de M le Vicomte de Ponfon d'Amecourt, vol. n, Paris, n° 3160 = Amardel, G. (1892-93) " Le roi Achila", Bulletin de la Commission arche%gique el litteraire de /'arrondissement de Narbonne, 425-445, nO 3 ; Amardel, G. ( 1901 ) "Numismatique de Narbonne au VUl e siecie", Revue Numismatique, 210 -

a

224,348 -362: 4; Massot, J. (1912) "Note sur des monnaies trouvees Castell-Rosse1l6 (Castell Rosello) ", Ruscino. Revue d 'histoire et d'archeIogie du Roussillon IT, 151-206 : 141 ; Lafaurie, 1. (1971) "Les trouvai lles de monnaies des Visigots en Gaule", Actes du 94 e Congres National des Soch!tes Savan/es (pau 1969), Paris 197 1, 11-1 28: 121; Lafon!, V. ( 1975) His/oire l1umismatique du Roussillon, des origines au IX siecie, La Pall ofe : 21 ; Barral (1976) 172; Richard, J.-Cl. (2005) " Les monnaies d'or du Musee de Narbonne (Aude)", Bulletin de la Societe d 'Etudes Scientifiques de l 'Aude CV, 43-62 : 57; Lafaurie & Pil et-Lemiere (2003) nO 66.136.4 ; Pliego 2012, 215. 158

I h'emis de Agila 11 de NlIrbollll

Lugar de hallazgol Fecha: Da/os/Ca/alogacion:

Ruseino, Yaeim iento de Castell Rosello, Perpignaniant. 1855 (1,48) Miles 5 13 d.l; Pli ego 795 d.1

Lugal' de conservacion: Musee de Bhiers Bibliografia: Boudard, P. B. (1855) "Lettre a M. le Baron C. de Crazannes, correspondant de l'Institut, sur le monnayage Wisigothique de Narbonne", Revue Numismatique, 34 1-350: 342, pI. IX; Campaner y Fuertes, A. (1866) "Descr ipci6n de algunas monedas godas no conocidas por cl P. M. F. Enrique Florez", Memorial Numismatico Espai101 I, 111-1 59: 153, I; Heiss, A. ( 1872) Description generale des monnaies des rois wisigofhs d'Espagne, Paris: Achila, nO 1; Robert, P. Ch. (1879) Numismatique de la Province de Langlledoc:, 11, Periode Wisigothique et Franque, Toulouse: 35, nO 32 ; Fernandez y Gonzalez, F. (1889) " Los reyes Acosta y El ier (Agila JI) de la Cr6ni ca del Moro Rasis ", Espana Moderna XI, 83-103: 94 j Belfort, A. de (1892) Description generale des monnaies merovingiennes par ordre

alphabelique des ateliers, publiee d 'apres les notes manuscriles de M le Vicomle de Pan/on d 'Amecourt, vol. 11, Paris, nO 3155 y 3 158; Amardel, G. (1892-93) "Le rai Achila", Bulletin de la Commission archeologique e/lifferaire de l'arrondissement de Narbonne, 425 -44 5, nO I ; Amardel, G. (1901) "Numismatique de Narbonne au VIn e siecle", Revue Numismatique, 210 224,348-362: nO 3; Lafaurie, J. ( 197 1) " Les trouva ill es de monnaies des Vis igots en Gaule", ACles du 94 c ConfJI'es National des Soc;etes Savantes (Pau, 1969), Paris, 111-1 28 : 120 ; Barral (1976) 167 ; Lafaurie & Pilet-Lemi"re (2003) nO 66.136.5; Pliego 20 12, 215.

so

El lremis de los liltimos aRas del Reino Visigodo

I Il'cmis de Agila 11 de Nurbolla Lugar de hallazgolFecha: Ruscino. Yacimiento de Castell Rosello, Perpignanlc. 19 10 DatoslCatalogacion: ( 1,30) Miles 514; Pliego 796 a. 1 Lugar de conservacion: Paradero desconocido. Bibliografia: Amardel, G. (1916) .. Un triens inedit d'Achila rai wisigoth ", Revue Numismatique 20, 125-134: 128, f. I ; Lafont, V. (1975) " Histoire numismatique du Rouss illon des origines au IXe siecle", La Polio/e. Bulletin de I 'association Numismafique du ROlIssillon 1, 1" trimestre, 10-24 : 21 ; Barral (1976) 168. 159

I tremis de Agila 11 de NarbollQ Lugar de hallazgolFecha: Ruscino, Yaci miento de Castell Rosello, Perpignanl1990 DatoslCatalogacion: (1,40) Miles 5 14; Pliego 796 a.1 Lugar de conservacion: Musee Archeologique de Ruscino (Perpignan) Bibliograjia : Lafaurie & Pil et-Lemiere (2003) n' 66.136.4; Genevieve, v. (2013) "Decouverte de deux 'tremiss is' visigotiques", en Barraud. D. & Rechin. Fr. (dir.) Acfes du colloque: d'Iluro Cl Oloron-Sainle-Mal'ie: un miltenail'e d'hisloil'e, Aquitania. supplement 29, Oloron-Sainte-Mari e, 383-396: 394. 160

161 1 tremis de Agila 11 de Narbolla Lugar de hallazgolFecha: Ruscino. Yacimienlo de Castell Rose llo. Perpignan/1990 DatoslCatalogacion: (1,30) Miles 514; Pliego 796 a.1 Lugar de conservaci6n: Musee Arc/uiologique de Ruscino (Perpignan) Bibliografia: Lafaur ie & Pil et- Lemiere (2003) n' 66.136.5; Genevieve, v. (2013) " Decouverte de deux '(remis sis' visigotiques", en Barraud, D , & Rechin. Fr. (d ir.) Actes du colloque: d'llura Oloron-Sainte-Marie: un millenaire d'Ms/oire, Aqui/ania, supplement 29, Oloron-Sainte-Marie, 383-396: 394. \

a

C

HaUazgos csponidicos

162 I fremis W itiza de Gerulltltl Lugar de hallazgol Fecha: Pals, Cherta, Tarragona; 186 1 DatoslCatalogacion: Heiss, Witiza, 4a = Miles 494 c (4/5) = Pli ego 764 c.4 L ugar de conservacion : Desconocido. Tal vez pudo haber pasado a formar parte de la Colecci6n Vidal Quadras --que cont6 con dos ejemplares de Witiza de Gerunda (Pliego 764 a.2 y 764 c.3), pero no existe ni ngun argumento en este sent ido. Bibliografia: Balaguer. V. ( 1860-1 864) Historia de Calaluna y de la Corona de Al'agon, t. T, Barcelona, 135, n, 1; = Pujoi y Camps, C. (1 866) "Apuntes acerca de las monedas que ha batido la c iudad de Gerona", Memorial l1umismalico espai1ol, vol. T, 192, 11; Mateu y L1 opis, F. (1947) "Las monedas visigodas de Gerona", Homenaje a Julio Marlinez Santa-Olalla, Aetas y Memorias de la Sociedad Espai10la de Anll'op%gia, Etnografia y Pl'ehistoria, XXII, vol. 11,28 ~ Barral (1976) 160.

Ruth PLlEGO V AzQUEZ

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163 1 tremis de Witiza de Gel'Wu/tl Lugar de hallazgol Fecha: Cueva Foradada. Sarsa de Surta, Huesca; 1968 - 1969 DatoslCatalagacion: (1, 10) P1iego 764 c.6 Lugar de conservacion: Museo de Huesca Bibliografla: Barandarian, l. (1973) "Restos visigodos en la Cueva Foradada (Sarsa de Surta, Huesca), en £Studios de la Corona de Arag6n, 1. IX, Zaragoza, 9-48, nO 12, Fig. 8 = Barral (1976) 159 = Paz Peraita, J. A. (2004) "Contribucion a la historia de la numismatica de epoca visigoda e hispano-v isigoda: el contexto hist6rico-arqueol6gico de 105 ha llazgos en Aragon", Aetas del XVII Congreso Nacional de Arqueologia (Mayo 2002), Bolskan 2 1, Huesca, 11-26. 164 I Iremis de Witiza de Gerullda Lugar de hallazgol Fecha: Torroella de Montgri, Gerona; ant. 1866 DatoslCatalogacion: Miles 494 f( ll2) = Pliego 764 g.1 LlIga,. de conservacion: Ex col. Ram6n Boy; Paradero desconocido Bibliografla: Blanch e IlIa, N. ( 1866) Cronica general de Espaila, Madrid, 67; Puj ol y Camps, C. (\866) "Apuntes acerca de las monedas que ha batido la ciudad de Gerona", Memorial nllmismalico espafiol, vol. I, 192, 10; Mateu y Llopis, F. ( 1947) " Las monedas vis igodas de Gerona", Homenaje a Julio Martinez Santa-Olalla, Aelas y Memorias de la Sociedad Espaiiola de Antropologia, Etnografia y Prehistoria, XXll, vo l. II, 167-1 78. 165 1 tremis de Witiza de To{eto Lugar de hallazgolFeeha: Alva. Castro Daire, Viseu, P0I1ugal /fines anos 80 DatoslCatalogacion: ( 1,5 J3 g; 19,4 mm) Miles 500 d; [Pliego 774 e.3] Lugar de conservacion: Coleccion particular Bibliografia: Barroca (2004) "Urn triente de Vitiza procedente de Alva (Castro Daire), Nummus, 2a s., XXV II , 201-206. 166 \ tremis de Witiza de Cordoba Lugal'de hallazgolFecha: Herdade da Pipa, Serpa. Portugal/c. 1950 DatoslCatalagacion: (0,90) Pliego 777 c.2 Lugar de conservaci6n: Museu Nac ional de Arqueologia, Belem, Lisboa Bibliografia: Almeida, F. de (1971) "Notas sob re moedas visig6ticas", 0 arque%go partllglles, vol. V, 215-225: 218'; Barral (1976) p. 199; Marques, Cabral & Marinho 1995, 236. 167 1 fremis de W itiza de Emerita Lugar de hallazgolFecha: Saucedo, Talavera la Nueva, Toledo/ 1988 DataslCatalogacion: (1,00) Pliego 788 h.2 Lugar de conservacion: Museo de los Concilios y la Cultura vis igoda. Toledo Bibliografia: Castelo. R., Lopez, A., Panizo, I. & Rodriguez, 1. ( \ 999) "Aproximacion a la y desarl'ollo de la Villa de El Saucedo (Talavera, La Nueva, Toledo) a traves de las cronologfa estructuras arquitect6nicas y 10s hallazgos numisrnaticos". /J Congreso de Arqueologfa Peninsular (Zamora, septiembl'e de 1996), vc l. 4, 267-282.

52

Ellremis de los lit/lmos ai70s del Reino Visigodo

168 I 'remis de \\'itiza de Brocara Lugar de hallazgol Fecha: Skane, Sueciaiant. 1936 DatoslCatalogaci6n: Pli ego 797. 1 Lugar de conservacion: Desconocido Bibliografia: Rasmusson, N. L. (1938) "Foreign Coins in Swedish Coin-finds", Transactions a/the International Numismatic Congress (London, 1936), Londres, 324 -333: 325; Le Gentilhomme, P. (1 945) "Le monnayage et la circulatio n monetaire dans les royaumes barbares en Occident (Ve-VIIIe siecle) Il", Revue Numismatique, ser. sa, t. VIII, 13 -64: 20 ; Barral (1976) 163. I tremis de Witiza de ceca desconocida Lugar de hallazgolPecha: Banos de Cerrato, Palencialant. Septiembre de 1898 No se conocenINo recogida en ningun corpus DatoslCatalogaci6n: Lugar de conservacion: Desconocido Bibliografia: Fita Colome, F. & Rodriguez Villa, A. (1898) "Noticias", Boletin de la Real Academia de la Historia 33 (1898), 350-35 1; Mateu y L1opis, F. (1936) CaM/ago de [as Monedas Previsigodas y Visigodas del Gabinete Numisnuitico del Museo Arqueologico Nacional, Madrid, 52, n. 56; Barral ( 1976) 161. 169

I tremis de Witiza de ceca desco noc ida Lugar de haltazgolFecha: Rognonas, Souches-du-Rhone, Francel1772 170

DatoslCatalogaci6n: N o recog ida en ni ngun corpus Lugar de conservacion: Desconocido Bibliogl'afta: Benoit. F. ( 1936) Carte archeologique de la Gaule Romaine : departement des Bouches-du-Rh6ne. Paris, 217, nO55 1 ; Lafaurie, J. (1971) "Les trouvailles de monnaies des Visigots en Gaule", Acres du 94 e Congres National dies Societf!s Savantes (Pou, 1969), Paris, 111 -1 28: 122; Barral (1976) 162 ; Lafaurie & Pilet-Lemiere (2003) 82, nO 13.83.3; Genevieve, V. (20 13) "Decouverte de deux 'tremiss is' visigotiques", en Barraud, D. & Rechin, Fr. (dir.) Actes du colloque: d 'I/uro

a

Oloron-Sainte-Marie: un millenaire d'histoire, Aquitania,

s upplement 29, Oloron-Sainte-Marie, 383 -396: 392. I tremis de Roderico de Egitallia LlIgar de hallazgolFecha: Conimbrigal1934 17 1

DatoS/Catalogacioll: (1,31) Mi les 512 a [~Miles 512 c (517)] ~ Pliego 794 a.1 Lugar de conservacion: Museu de Con imbriga Bibliografla: E. Elias Garcia (1950) "As moedas vis igodas da Lusitania", Revista de Guimaraes LX, 1-85: 140*; Pereira, I., Bost & J- P, Hienard, J. ( 1974) "Les monnaies, Fouilles de COllimbriga Ill , Paris; Barral (1976) 164 [~ Barral ( 1976) 166]. 172

1 Iremis de Roderico de ceca desconocida

Lugar de hallazgolFecha: Datos/Catalogacion: Lugar de conservacion:

Evoralant.1655 No recogida en ningun corpus Desconoc ido

Ruth PLIEGO V AzQUEZ

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Bibliografia: Faria, M. S. de (1655) Noticias de Portugal offerecidas a el fey N. S. dam Joao 0 IV, Lisboa; Ban'al (1976) 165.

173 I fremis de Agila 11 de Gerlllu/ll Lugar de hallazgol Fecha: Puig Rom, Roses, Girona/1947 DatoslCatalogacion: (1,25) Miles 515; Pliego 798.1 Lugal' de conservacion: Museu d ' Arqueologia de Catalunya, Girona Bibliografia: Pericot, M. & Oliva, M. (1947) "Actividades de la Comisarfa provincial de excavaciones arqueologicas en 1947", Anales de/Instiluto de Estudios Gerundenses, vol. 2, 272-274: 273; Mateu y Liopis, F. (1948) "HaUazgos mo netarios V", Ampurias IX-X, 55-95: 82, nO 307; Palol, P. (1949) "Ponderales y exagia romanobizant inos en Espaiia", Ampurias XI, 127150: 148- 149; Palal, P. (1954) "Westgotische liturgische Bonzen In Spanien Palo! Salellas, Neue Beitriige zur Kunstgeschichte des 1. Jahrtausends. 2. Friihl17ittelalterliche Kunst, Baden-Baden, 4 1-59; Mateu y Llopis, F. (1958) " Hallazgos XV", Numario Hispimico VII, 67-78: 73, nO920; Palol, P (1965) "Rosas de la AntigUedad a la Edad Media", Revista de Gerona XI, 3 1,24-33: 30-33' ~ ALBERT I CORP, E. (1970) L'Emporda al temps visigotic i I'Alta Edat Mitjana, Barcelona, 25' ~ Ban'al ( 1976) 174 ~ Call i Alentorn, M. (1971) Eis successors de Vitiza en la zona nord-est del domini visigotic, Barcelona, 281-307: 30; CNV 638. 174 1 tremis de Agila U de N arbolUl Lugar de hallazgolFecha: Maureillas- Ias-Il las, Ceret, Pyrenees -Orientales, Francialc. 1880 Datos/Catalogacion: (1,41) Miles 513 b' ~ Pliego 795 a.1 Luga,. de conservacion: Colecci6n Cores, Madrid Bibliografia: Amardel, G. ( 1890) "Un nouveau triens d'Achila, Bulletin de la commission arclu,ologique etlilleraire de I 'arrondissement, 140-143 : 140; = Belfol1, A. de (! 892) Description generale des monnaies merovingiennes par ordre alphabetique des ateliers, publiee d 'apres les notes manuscrites de M. le Vicomle de Ponton d'Amecourt, vol. 11, Paris, 420, nO 316 1 = Amarde l, G. (1892-1893) "Le roi Achila", Bulletin de la commission arche%gique de Narbonne, 435 -445 : 442, nO 4 ; Amardel, O. ( 1901) "Numismatique de Narbonne au VIle siecle", Revue Numismatiqlle, 214, nO 6*; Lafont, V. (\958) "Monnaies catalanes et roussillonna ises", Tramol1tane XLLI, 178, nO 413 ; Claus tres, O. (1963) " Essai d'un reperto ire numismatique du Roussillon", Societe agricole, scientifique et lilteraire des PyreneesOrientales 78, 1,25-56: 37; Lafont, V. (1975) " Histoire numismatique du Roussillon des origines au IX siecle", La Pallo/e. Bulletin de I 'association Numismatique du ROllssillol1 I, 1er trimestre, 10-24: 2 1 ; Lafaurie, J. (1971) "Les trouvailles de monnaies des Visigots en Gaule", e Acres du 94 Congres National des Societes Savantes (Pau, 1969), Paris, 11 1- 128 : 120 ; Barral (1976) 170'; Lafaurie & Pilet-Lemiere (2003) 262, nO 66.106.1; CNV 634'; Genevi"ve, V. (2013) "Decouvel1e de deux 'tremissis' visigotiques", en Barraud, D. & Rechi n, Fr. (d ir.) Actes du colloque: d 'llt/I'o Olo,.on~Sainte-Marie: un millenaire d 'histoire, Aquitania, supplement 29, Oloron-Saime-Marie, 383-396: 394.

a

175 1 tremis de Agila 11 de Nal'bolla Lugar de hallazgolFecha: Grottes de Montou, Corbiere, Perpignan, Pyn!nees-Orientales, Francia/ 1963

54

El tremis de los ultimos allos del Reino Visigodo

DatoS/Catalogocio,,:

(1,26) Pliego 796 b. t Lugar de conservacion: Co leccion Chwal1z Bibliografia: Claustres, G . (1963) "Essai d'un repertoire numismatique du Roussillon", Societe agrico/e, scientifique et litteraire des Py1'€?nees-Orientales 78, 1, 25-56: 35; Lafaurie, 1. (1 971) "Les trollva illes de monnaies des Visigots en Gallle", Actes du 94' Congres National des Socierh Savantes (Pau, 1969), Paris, 11 1- 128: 120 Lafont, V. (1975) "Histoire numismatique du Roussi ll on des origines au IX c siecle", La Pallo/e, Bulletin de I 'association Numismatique du Rousillon 1, 1" trimestre, 10-24: 2 1 Nllmismatiq ue ( 17 y 18- 12-1 996) 267; BarraI (1976) 169; Lafaurie & Pi let-Lemi"re (2003) 26 1, nO 66.55. 1; CNV 636'; Genevi"ve, V. (20 13) "Decouverte de deux 'tremiss is' visigotiques", en Barraud, D . & Rechi n, Fr. (dir.) Actes du colloque: d'/Iuro a Oloron-Sainte-Marie: un millenaire d'histoire, Aquilania, supplement 29, Oloron-Sa inte-Marie, 383 -396: 394 .

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Table des matieres

Philippe SENAC, Monnaies du haut Moyen Age (VII'-XI' siecle). De la Narbonnaise au Maghreb al-Aqsa .... ......... .. ....... ........ ....... .... ..... ........................ ...

5

Ruth PLIEGO VAzQUEZ, El fremis de los ultimos afios del Reino Visigodo (702-714)... ..... ..... ................................................................................................

17

Vivien PRIGENT, Production et circulation monetaire dans le bassin central de la Mediterranee au VII' siecle .. ............... ............ .... .... ......... ............ ...... ...... ............

59

Mohamed GHODHBANE, Le monnayage des dirhams du Maghreb islamique (Aji-iqiyah et al-Andalus) et son rapport avec le monnayage califal a I'epoque umayyade jusqu'a 132 H. : la convergence et la divergence ................... ...............

85

Tawfiq IBRAHIM, Additions to the lead seals of the Umayyad conquest of the Iberian Peninsula ..... ...... ....... ....... .. ...... ..... ... ... .... .. ... ... .. .... .......... ...... ....... ........ .....

115

Eduardo MANZANO, Moneda y articulaci6n social en al-Andalus en epoca omeya ... ... .. ... ..... ..................................................................................................

133

Mohamed EL HADRl, Des monnaies trouvees

aproximite du site archeologique

du Monte Mollet (Villafames, Castell6n) ....... ............................................ .. .... .....

157

Sobastien GASC, Les decouvertes de fill!;s des fouilles archeologiques de Saragosse..... .... ... ........... ................................................................................. .....

163

Fatima MARTiN ESCUDERO, Tesoros numismaticos. Mucho mas que monedas acumuladas. Hallazgos monetarios de los Emiratos Dependiente e Independiente .

173

Carolina DOMENECH et Pierre GUICHARD, Monnaies "mises par des « rebelles », Quelques remarques sur des fi'appes monetaires « non officielles )} en Ifrlqiya et en al-Andalus au IX' siccle ...... .... ......... ... ..... .... ... .... .... .............. ........ ...

211

Pedro CHALMETA, La moneda en sociedades tributarias....................................

233

AJuned Saleh ErrAHJRI et Noureddine MEFTAH, Quelques emissions monetaires de I'atelier d'al-Basra (al-Maghrib al-Aqsa) ................... ...... ..............

265

Abdelhamid FENINA, Note sur la signification de la mention du nom d'alMa'mun, l'heritier presomptif en second du calife 'abbaside Hariin al-Rasid, sur les monnaies d'Ibrahlm b. al-Aglab .... .. .......... ......... ....................... ......................

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