El Trato
Descripción
El trato INFORME FINAL
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Índice Resumen del informe .................................................................................................................... 4 Introducción .................................................................................................................................. 7 Marco teórico................................................................................................................................ 7 Tipos de experimentos.............................................................................................................. 7 Experimentos de campo y experimentos de laboratorio...................................................... 7 Experimentos de metodología económica y de metodología psicológica............................ 9 Experimentos de orientación empírica y experimentos de orientación teórica ................ 11 La validez interna y la validez externa..................................................................................... 13 El pluralismo motivacional de la especie humana .................................................................. 15 Principales tipos de motivaciones en términos cuantitativos ............................................ 16 El trato como un cuasi‐experimento natural .......................................................................... 20 El Trato y el problema de la confianza .................................................................................... 21 Análisis de los resultados ............................................................................................................ 23 La oferta .................................................................................................................................. 23 Los participantes ..................................................................................................................... 23 Resultados ............................................................................................................................... 26 Resultados generales .......................................................................................................... 26 Pagos absolutos................................................................................................................... 28 Pagos relativos .................................................................................................................... 29 Resultados según las características del producto ............................................................. 31 Efectos temporales.............................................................................................................. 36 Resultados según colectivos ............................................................................................... 38 Resultados según valoración de la experiencia .................................................................. 52 Interpretación de los resultados ................................................................................................. 56 ¿Cómo pueden interpretarse los resultados de El trato? ....................................................... 56 La interpretación de la experiencia como un “chollo”............................................................ 57 Materiales empleados en el análisis ................................................................................... 57 El “framing” de la experiencia............................................................................................. 58 El sistema de pago............................................................................................................... 59 La selección de participantes .............................................................................................. 61 Cómo se entendió el intercambio ........................................................................................... 65 Otros factores que pudieron influir en la determinación del precio “justo” .......................... 69 2
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Bibliografía .................................................................................................................................. 73 Índice de tablas ........................................................................................................................... 74
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Resumen del informe En la campaña “El trato”, Atrápalo ofreció un total de 486 productos. Se ofrecieron 158 escapadas, cuyo precio medio real era de 172 euros; 278 hoteles, cuyo precio medio real era de 238 euros; 36 viajes valorados en 1084 euros de media; y 14 vuelos de un precio medio de 336 euros. El precio real de los productos que forman parte de la campaña “El trato” oscilaba entre los 40 euros de una noche de hotel para dos personas, y los 2.938 euros de un viaje de 7 noches para dos personas a Egipto. En total, Atrápalo generó una oferta de productos valorados en un total de 137.066 euros. Los participantes, sin embargo, tan sólo realizaron pagos por un total de 7.011 euros, es decir, el 5,1% del total. El 51% de los tratos fueron firmados por hombres, y 49% por mujeres. “Cerraron” El trato personas de 14 Comunidades Autónomas (especialmente de Cataluña y Madrid) y 18 sectores profesionales distintos. Entre ellos, un 60% eran jóvenes (entre 21 y 30 años) y predominaban las personas con un nivel bajo de ingresos. De los 486 participantes, 93 no “cerraron” El trato y sí lo hicieron 393. Entre estos últimos, 89 no rellenaron la encuesta y 304 sí lo hicieron. Pagaron 0 euros 226 participantes (133 cerrando El trato y decidiendo pagar 0, y 93 sin siquiera cerrar El trato). Así, pagaron algo 260 (el 53,3%), y no pagaron nada 226 (el 46,5%). Un 41,8% del total de los participantes cerró El trato, rellenó la encuesta y realizó un pago superior a 0 euros. Entre los 260 participantes que realizaron un pago superior a 0 euros, la mayoría realizó pagos de 5, 10 o 20 euros. La media de los pagos realizados fue de 14,4 euros, y considerando sólo a los que realizaron algún pago, la media fue de 27 euros. En general, por tanto, predominan las aportaciones nulas o muy bajas en relación con el coste real del producto. Sólo el 13,3% de los participantes pagó una cantidad superior al 20% del precio real del producto. El pago más generoso es de 200 euros (en una ocasión, por un crucero de lujo durante 7 noches valorado en 2.460 euros, y en otra, por 4 noches de hotel valoradas en 412 euros). En términos proporcionales, el pago más generoso es el de un participante que abonó el 73% del precio real del producto (una escapada valorada en 75 euros, de los que pagó 55). En general, no existe ninguna relación significativa entre la frecuencia de impagos y las características del producto disfrutado. Cuanto más caro es el tipo de producto, menor es el esfuerzo proporcional realizado a la hora de realizar el pago. Los productos más caros (viajes y vuelos) prácticamente nunca generan un pago superior al 20% del precio real, e igualmente, aquellos productos con mayor número de noches prácticamente nunca obtienen un pago superior al 10% del precio real. En términos generales, no hay relación entre el precio real y el pagado. Ahora bien, los productos caros generan siempre un pago proporcional bajo, y sólo algunos productos baratos generan un pago generoso (entendiendo por “generoso” que aporte más del 40% del precio real del producto disfrutado). En definitiva, la presencia de impagos es igual entre todos los tipos de productos, y lo pagos realizados parecen tener un carácter meramente simbólico y concentrarse en los productos más baratos. A pesar de que las decisiones sobre cuánto pagar de algunos participantes se hicieron públicas en noticias de televisión, y fueron objeto de comentario en el Blog, los datos no apuntan que ello haya supuesto ningún cambio en el patrón posterior de decisiones. Un 23,4% de los residentes en Cataluña no pagaron, frente a un 33,3% de los residentes en Madrid. Además, la media de las aportaciones es más generosa entre los catalanes (22 4
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euros) que entre los madrileños (19 euros). En cualquier caso, si contemplamos sólo al subgrupo de los que realizaron un pago superior a 0 euros, las medias de las aportaciones de catalanes y madrileños son prácticamente iguales. La gran mayoría (el 80,9%) se sintió obligado a dedicar algún esfuerzo a cumplir, al menos formalmente, con El trato que habían firmado. El alcance de este esfuerzo fue variable: en un extremo tenemos a los participantes que cerraron El trato pero no rellenaron la encuesta y pagaron 0 euros, y en el extremo opuesto, a los que cerraron El trato, rellenaron la encuesta, y pagaron alguna cantidad superior a 0 euros. El resto (93 participantes, el 19,1%) simplemente disfrutó del viaje y no cerró El trato. Su decisión puede comprenderse como una decisión racional y maximizadora de utilidad. Que más de la mitad de los participantes (53,5%) realizara algún pago, aunque fuese de carácter simbólico, en lugar de no pagar nada, pueden interpretarse como una solución de compromiso entre la voluntad de beneficiarse de lo que se ha entendido como una ganga y la de no incumplir completamente lo acordado. Algunos elementos del planteamiento de El trato pueden haber contribuido involuntariamente a estimular la interpretación de la situación en términos de intercambio mercantil en el que una de las partes ofrece una ganga, lo que tiene como efecto el impago o un pago meramente simbólico. El sistema de pago, que exhortaba a un pago en función del valor de la experiencia, y no del producto en sí, como ocurre en condiciones de mercado, facilitó que los participantes que se sintieran en la necesidad de cumplir con El trato y al mismo tiempo quisieran maximizar sus beneficios pudieran encontrar una manera fácil de reducir la disonancia cognitiva: argumentando profusamente las razones por las cuales la experiencia no fue satisfactoria. El sistema establecido para formar parte de esta experiencia puede haber generado un “efecto llamada” de free‐riders (gorrones), lo que podría explicar en cierta medida la frecuencia de participantes que ni siquiera cerraron El trato rellenando el formulario tras sus vacaciones. De hecho, incluso entre los que pagaron alguna cantidad abundan los comentarios que apuntan a que se aprovechó la oportunidad para realizar una vacaciones que de otro modo no habrían podido realizar. También en relación con este sistema, el esfuerzo dedicado a tratar de “atrapar” el viaje puede haberse significado como un esfuerzo cuyo logro es un “premio”. Este procedimiento puede haber contribuido a la consideración del producto como una ganga que uno se ha ganado el derecho a disfrutar. El sistema de competición por un producto, unido a la importancia del factor “suerte” en la obtención del mismo, resulta extremadamente similar a la de un “concurso”. Esto fue motivo suficiente como para que muchos significaran El trato del mismo modo. En condiciones experimentales, los intercambios entre iguales suelen generar más frecuentemente decisiones caracterizadas por la confianza, la generosidad, el altruismo, etc. El hecho de que una de las partes del trato sea una empresa y la otra un particular no favorece, por tanto, que los pagos se realicen desde criterios de justicia. De hecho, algunos pueden haber entendido que lo “justo” en una relación entre una parte poderosa y otra no poderosa es tratar de restablecer mínimamente el equilibrio. Que la contraparte fuese una empresa generó en algunos participantes reflexiones sobre el posible beneficio que perseguía Atrápalo, más allá del legítimo y reconocido explícitamente. En primer lugar, algunos sospecharon que los precios reales habían sido sobrevalorados, de manera que se forzara al alza la decisión de cuánto pagar. En segundo lugar, algunos señalaron que los productos incluidos en esta promoción eran de muy baja calidad. Y en tercer lugar, se produjo un modo de entender el intercambio que consideramos especialmente importante: se trata de la interpretación según la cual El trato no era sino una campaña de marketing. La conclusión lógica para muchos 5
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participantes fue que si Atrápalo busca publicidad, entonces ya ha obtenido lo que busca, y por tanto, la justicia consistiría en que la otra parte del trato obtuviera también un beneficio (un viaje gratis o a precio simbólico). Otros factores que pueden haber influido en la mayoritaria tendencia a realizar impagos o pagos simbólicos son: a) que algunos entendieran El trato como una oportunidad para restablecer el equilibrio con compañías aéreas, hoteles, o con “la hostelería” en general; b) la sensación de algunos participantes de no haber recibido en el destino el mismo trato que el resto de los clientes; c) la creencia de que, si con quien hay que ser justos no es con Atrápalo sino con los proveedores del producto, parte del pago ya se ha realizado en servicios contratados en el destino y que habitualmente no se contratan; d) la relevancia atribuida a los costes de asumir las limitaciones propias de este tipo de reserva (incapacidad para elegir fechas, limitación de destinos, etc.); y e) la relevancia atribuida a los costes que resultaron los distintos problemas en la gestión de las reservas, confirmaciones, etc.
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Introducción La experiencia de El trato se fundamenta en la confianza y la expectativa de una conducta regida por normas de equidad, reciprocidad y justicia. La premisa básica en este caso es que los individuos albergan motivaciones diferentes al puro beneficio individual cuando se enfrentan a transacciones económicas. Esta misma premisa ha sido objeto de reflexiones teóricas y, sobre todo, de análisis experimentales en la ciencia social contemporánea. Es por ello que el análisis de las decisiones tomadas por los participantes de El trato resulta de gran interés. Aquello que se evidencia en esta experiencia contribuirá de manera relevante a enriquecer el debate existente entre los que sostienen la tesis del egoísmo universal y los que sostienen la existencia de un pluralismo motivacional. Por todo ello, comenzaremos realizando un breve repaso a los descubrimientos más relevantes de la ciencia social en este terreno. Presentaremos los distintos tipos de experimentación en ciencia social, y sus principales hallazgos en relación con la cuestión de la confianza y las motivaciones no‐económicas, para más adelante situar la experiencia de El trato en el marco de estos conocimientos producidos recientemente.
Marco teórico Tipos de experimentos En ciencias sociales, el adjetivo experimental se utiliza habitualmente para referirse a tipos de investigaciones muy diferentes entre sí. En este sentido, existen diferentes formas de clasificar los distintos tipos de experimentos. A continuación se repesan brevemente algunas de las formas más importantes. La lista no pretende ser exhaustiva y las distintas formas de clasificación no resultan excluyentes entre sí. Experimentos de campo y experimentos de laboratorio Una importante distinción es la que se efectúa entre experimentos de campo y experimentos de laboratorio. Los experimentos de laboratorio, como su nombre indica, se realizan en un laboratorio bajo condiciones cuidadosamente controladas por el investigador. Por el contrario, los experimentos de campo se llevan a cabo en algún escenario “real”. Un sencillo ejemplo de experimento de laboratorio vendría dado por las múltiples investigaciones en las que se emplean juegos del dictador bajo condiciones de doble anonimato. Se selecciona al azar a un determinado número de participantes y se los agrupa por parejas (un “proponente” con un “respondedor”). Entonces se le dice a los proponentes que disponen de una cierta cantidad de dinero (generalmente 10 euros) y se les pide que lo repartan con la otra persona de la forma que consideren oportuna, es decir, pueden escoger 7
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desde quedarse con 9 euros y darle uno a la otra persona hasta darle 9 euros a la otra persona y quedarse ellos sólo con uno (pasando, claro está, por cualquier opción intermedia). Como se ha mencionado, todo este proceso se realiza en condiciones de doble anonimato 1 . Por otra parte, un caso de experimento de campo sería, por ejemplo, uno de los referidos por C. Bicchieri en su The Grammar of Society. En este caso los investigadores estaban interesados por comprobar cómo afectaba el contexto al cumplimiento de normas sociales. Con este objetivo escogieron un parque público y durante la noche se dedicaron a arrojar al suelo el contenido de las papeleras hasta dejarlo completamente sucio. Al día siguiente observaron si los ciudadanos que iban a pasear al parque arroban su basura a las papeleras o si por el contrario la tiraban al suelo. A la semana siguiente realizaron el experimento contrario, es decir, se aseguraron de que por la mañana el parque estuviese impoluto. Tal y como los investigadores habían previsto, cuando el parque estaba limpio muy poca gente arrojaba papeles al suelo, en cambio la mayoría lo hacía cuando el parque se encontraba muy sucio. En numerosas ocasiones se plantea un debate acerca de la pertinencia del uso de uno u otro tipo de experimento. Suele argumentarse que mientras que los experimentos de laboratorio tienen a su favor el hecho de que permiten un control cuidadoso de las variables que pueden intervenir en el fenómeno estudiado, por el contrario resultan de escasa utilidad práctica dado el escaso realismo de los mismos. Por ejemplo, un experimento de laboratorio utilizando un juego del dictador del modo descrito más arriba crea un escenario artificial del que es dudoso que se pueda extraer demasiada información acerca de hasta qué punto la gente es cooperativa, altruista, solidaria, etc. en el mundo real. A la inversa, si bien los experimentos de campo presentan la ventaja de que son más realistas, tienen otros problemas como, por ejemplo, que el investigador no puede controlar el gran número de posibles variables en operación. En este sentido parecería existir un trade‐off entre, por un lado, el realismo del experimento (y, por tanto, la posibilidad de generalizar los resultados), y por el otro la posibilidad de identificar con precisión el mecanismo en operación 2 . No obstante, es dudoso que la cuestión del realismo sea el eje clave que diferencia ambos tipos de experimentos y, en cualquier caso, hasta cierto punto el debate parecería descuidar el problema realmente relevante en este punto, a saber, determinar cuál es la mejor forma de aislar el efecto causal de interés. No está claro que esto último sea siempre más fácil en los experimentos de laboratorio, ni que los experimentos de campo sean los únicos que permiten realizar inferencias sobre efectos universales. Al fin y al cabo, la elección de uno u otro tipo de experimento debe depender de cuál sea la pregunta de investigación. Por otra parte, ambos tipos de experimentos pueden resultar altamente complementarios (Falk y Heckman 2009: 536‐537). 1
El doble anonimato se refiere al hecho de que tanto los participantes como los experimentadores desconocen quién está jugando con quién, qué ofertas hace cada cuál, quiénes son los proponentes y quiénes los respondedores, etc. 2 Este debate nos conduce a otro más amplio, a saber, el que de la validez interna y la validez externa de los experimentos. Dicho debate se abordará más adelante.
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Experimentos de metodología económica y de metodología psicológica Otra importante distinción entre tipos de experimentos es la que se traza entre los experimentos que emplean metodología psicológica y los que emplean metodología económica. Las principales diferencias entre ambos consisten en la utilización o no de incentivos económicos, y la utilización o no del engaño. En la metodología económica se utilizan incentivos y se prohíbe el engaño, en la psicológica no se utilizan incentivos y se permite el engaño. Un incentivo económico no es lo mismo que el pago que se les efectúa a los participantes por tomar parte en el experimento. Si el experimento se realiza en un laboratorio, tanto si se trata de un experimento que emplea metodología económica como psicológica obviamente hay que ofrecer algún tipo de pago si queremos que alguien pierda algunas horas de su tiempo para tomar parte en el mismo. Los incentivos deben cumplir tres condiciones (Miller 2006): 1. Contingencia: La cantidad de incentivo recibido debe depender al menos de la decisión tomada por el propio sujeto. 2. Dominancia: Los cambios en la satisfacción del sujeto con el experimento se tienen que deber fundamentalmente a cambios en las cantidades de dinero recibido. 3. Monotonicidad: Un mayor pago del incentivo debe ser siempre preferido a un pago menor, y los sujetos no deben llegar a estar saciados. Por lo que se refiere al engaño, toda la información que se suministre a los sujetos experimentales debe ser verdadera y el experimento debe ajustarse completamente a ésta. Esto no implica, naturalmente, que haya que transmitirles a los participantes toda la información sobre los objetivos, hipótesis, etc. del experimento. Se trata simplemente de que no puede mentírseles. El caso mencionado más arriba sobre el uso de un juego del dictador en un experimento de laboratorio puede volver a servir de ejemplo en esta ocasión. Aquél es un caso típico de experimento en el que se emplea metodología económica. En primer lugar, el objetivo del mismo es testar el supuesto de egoísmo universal de la teoría económica convencional 3 . De este modo, el incentivo permite testar dicho supuesto ya que si los proponentes se preocupasen única y exclusivamente por su propio bienestar todas las ofertas serían de 9 a 1. Si no lo hacen quiere decir que el supuesto falla por algún motivo.
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Este supuesto sostiene que el egoísmo es la única motivación que debe emplearse para explicar los fenómenos sociales. Los autores apuntan hacia diferentes argumentos para sostener este supuesto. En primer lugar, podría sostenerse que el egoísmo es el único tipo de motivación humana. En segundo lugar, podría sostenerse que si bien existen otras motivaciones éstas tienen poco peso en la explicación de la conducta y que por tanto, en aras de respetar el desiderátum de parsimonia, éstas no deben ser incluidas en las explicaciones. Un tercer argumento, quizá asimilable al segundo, sería que si bien existen otras motivaciones, algunas de ellas son más “pro‐sociales” que el egoísmo mientras que otras son más “anti‐sociales” que éste, de modo que el resultado es que los efectos se anulan entre ellos y, una vez más, lo más adecuado es no tenerlas en cuenta en nuestras explicaciones.
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En segundo lugar, en el juego del ultimátum no se miente a los participantes. Cuando se les dice que están interactuando con otra persona de la sala, o que se les han otorgado 10 euros y que pueden repartirlos con esa persona como consideren conveniente, etc. se les está diciendo en todo momento la verdad, y ellos deben saberlo antes de empezar el experimento. Jon Elster (2007) hace referencia a un experimento que serviría como ejemplo de metodología psicológica. En este caso el experimentador (un profesor de ciencias sociales de una universidad americana) redacta un texto absolutamente ininteligible especialmente para la ocasión. En una sesión de clase les pasa el texto a sus alumnos diciéndoles que se trata de un trabajo importante para la materia de la asignatura y les pide que lo lean con atención. Finalmente les pregunta si lo han entendido o si alguien tiene alguna duda. Todos afirman haberlo entendido. Ninguno de los alumnos ha entendido absolutamente nada del texto, pero todos creen que si nadie dice nada debe ser porque los demás lo han entendido y nadie quiere quedar como el único tonto que no lo comprende (el contexto es el de una universidad americana altamente competitiva). Obsérvese como en este caso no se ofrece ningún incentivo a los participantes en función de las decisiones que tomen en el experimento y además se les engaña. Como en el caso anterior existe un debate entre los defensores de ambas metodologías. Los defensores de la metodología psicológica sostienen que el uso de incentivos económicos puede producir un efecto de framing que predisponga a los participantes hacia unas determinadas decisiones. En cambio, los defensores de la metodología económica suelen sostener que es precisamente el uso de incentivos lo que permite inferir que los participantes se toman en serio el experimento y que actúan de acuerdo con sus verdaderas preferencias. Siguiendo con el caso del juego del dictador, si por ejemplo les preguntamos a los individuos que responden una encuesta si son personas altruistas, egoístas, etc., es posible que mientan o que respondan de acuerdo con la imagen que se hayan construido sobre sí mismos y que no tiene por qué corresponderse con la realidad. En cambio ofrecer un pago económico permite reproducir una situación en la que precisamente existen incentivos para ser egoísta de modo que si en esa situación el sujeto se comporta de manera altruista será posible inferir una motivación altruista de manera mucho más fiable de lo que lo sería a partir de la respuesta a una encuesta. Por lo que se refiere al engaño, los defensores de la metodología económica ofrecen dos razones distintas (Miller 2006). En primer lugar, la validez de los experimentos económicos está basada fundamentalmente en la conexión entre el comportamiento de los sujetos experimentales y el pago esperado. Si el sujeto duda de que cuando el experimentador le dice que va a ganar 10 euros si toma tal o cual decisión le esté diciendo la verdad, el experimento pierde todo sentido. En segundo lugar, los centros de investigación en economía experimental generalmente cuentan con bases de datos compuestas de individuos que participan de manera habitual en sus experimentos. Dichos participantes acostumbran a ser, además, estudiantes de la universidad en que se encuentre el centro en cuestión y no es extraño que se conozcan entre ellos. Si alguno de los investigadores del centro comienza a mentir en sus experimentos es sencillo que corra la voz entre los individuos que conforman la base de datos y que eso acabe afectando también a los demás investigadores que reclutan de ella a los participantes en 10
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sus experimentos. Por esa razón, las revistas especializadas no publican artículos en los que exista la sospecha de que se ha mentido a los participantes. No obstante, pese a lo seria que pueda parecer la disputa, desde nuestro punto de vista la opción por uno u otro método debería depender de los objetivos de la investigación. Por lo que se refiere al uso de incentivos parece claro que si lo que se quiere es testar las motivaciones de los individuos en un problema de cooperación resulta muy pertinente utilizar algún tipo de pago material. En cambio, en otro tipo de experimentos esto no parece tan claro. Por ejemplo, en un conocido experimento de filosofía referido por Knobe (2004) se les dice a los participantes que imaginen que se encuentran en una estación de tren y que ven que el tren que está llegando a la estación tiene alguna avería en los frenos y no puede frenar, de manera que va a haber un accidente y todos los pasajeros que van montados en él van a morir. No obstante, existe una manera en la que ellos pueden evitar el accidente y salvar la vida de los pasajeros. Para hacerlo tendrían que tirar a la vía a una persona que se encuentra a su lado. Dicha persona es muy obesa y su cuerpo frenaría el tren evitando el accidente, aunque naturalmente dicha persona moriría. A su vez, a otro grupo de participantes se les dice que imaginen que se encuentran en una estación de tren y que ven que el tren que está llegando a la estación tiene alguna avería en los frenos y no puede frenar, de manera que va a haber un accidente y todos los pasajeros van a morir. No obstante, existe una manera en la que ellos pueden evitar el accidente y salvar la vida de los pasajeros. Para hacerlo tendrían que accionar una palanca que desviaría el tren a una vía de frenado de emergencia. El problema en este caso es que en esa vía se encuentra trabajando un operario que morirá atropellado por el tren. Como puede verse, ambas situaciones son equivalentes pero sin embargo los sujetos tienden a responder de manera diferente en cada una de ellas. En este caso, a diferencia del caso del juego del dictador, no parece tan claro que el uso de incentivos aporte algún valor añadido al diseño. Por lo que se refiere a la cuestión del engaño, cabe decir que los resultados de algunos estudios permiten argumentar que no está claro que la decepción necesariamente tenga efectos sobre la conducta de los sujetos en experimentos futuros. Experimentos de orientación empírica y experimentos de orientación teórica Una tercera distinción importante entre tipos de experimentos es la que se traza entre experimentos de orientación empírica y experimentos de orientación teórica. Los experimentos de orientación empírica vivieron su momento álgido entre los años 60 y 80 del pasado siglo, principalmente en Estados Unidos (Miller 2006). Este tipo de experimentos tienen por objetivo analizar una situación empírica concreta y proporcionan al investigador la oportunidad de descubrir nuevos datos así como relaciones entre los mismos. Un buen ejemplo de este tipo de experimentos podría ser el New Jersey‐Pennsylvania Negative Income Tax Experiment, que fue realizado entre 1968 y 1972 (Miller 2006). El objetivo de esa investigación era estudiar los efectos del impuesto negativo sobre la renta sobre los incentivos laborales. El procedimiento fue similar al de la mayoría de experimentos de este tipo. Se escogieron de forma aleatoria 1216 familias con ingresos bajos y se las distribuyó entre 8 11
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grupos de tratamiento y un grupo de control. A cada uno de los 8 primeros grupos se les aplicó un determinado tratamiento (por ejemplo, se les pagaba un impuesto negativo de la renta de una determinada cuantía) y entonces se observaba qué diferencias se daban entre ese grupo y el grupo de control (al que no se le aplicaba ningún tratamiento). Como se ha dicho, todos estos estudios tenían una estructura similar aunque algunos de ellos alcanzaron niveles bastante elevados de sofisticación en el diseño. Algunos estudios de este tipo tenían por objeto grupos muy específicos de población como los presidiarios. Por ejemplo, en algunas investigaciones se escogían al azar dos grupos de expresidiarios, y con uno (grupo de control) no se hacía nada especial mientras que al otro (tratamiento) se le aplicaban algún tipo de medidas especiales de reinserción. Pasado un cierto tiempo se comparaba el grado de reinserción de los reclusos de uno y otro grupo. La cuestión que pretendían responder este tipo de estudios era eminentemente empírica (Miller 2006). Por ejemplo, ¿hasta qué punto los presidiarios que siguen programas de reinserción tienen más posibilidades de reinsertarse efectivamente? O ¿cómo afecta un tipo de política de transferencia de renta como un impuesto negativo a la búsqueda de empleo de los miembros de familias de bajos recursos? El objetivo último de este tipo de estudios era por tanto descubrir las relaciones causales que daban lugar al fenómeno estudiado (por ejemplo, cuáles son las variables que influyen en la reinserción de los presos), y separar ese tipo de relaciones de los efectos espurios de las variables confundidoras. No obstante, este tipo de experimentos sucumbió ante el mismo tipo de problemas que el resto de la investigación empírica ateórica practicada durante aquellas décadas. En primer lugar, el peligro de espuridad no podía ser salvado por un simple modelo estadístico por muy sofisticado que fuese Éste. En segundo lugar, de manera más importante, existía un problema metodológico de fondo en el planteamiento: descubrir una regularidad de conducta no es explicarla, o dicho de otra manera, una regularidad no explica nada sino que es precisamente esa regularidad lo que debe ser explicado. Por poner un ejemplo, podemos diseñar una encuesta sobre los gustos de los ciudadanos y pasarla a individuos de diferentes países de manera periódica a lo largo de unas cuantas décadas. Es probable que esa encuesta nos revelase algunos patrones bastante estables a lo largo del tiempo y de los países. Por ejemplo, es probable que descubriésemos que a los hombres suele gustarles el fútbol más que a las mujeres. Podríamos encontrar que existe una relación significativa entre el hecho de ser hombre y el gusto por el fútbol. Muchos investigadores estarían de hecho tentados a decir que ser hombre “causa” el gusto por el fútbol o, de manera un poco más sofisticada, que causa un determinado porcentaje del gusto por el fútbol. No obstante, por haber identificado una correlación estadística no la hemos explicado. De hecho es esa correlación la que debe ser explicada, es decir, inmediatamente deberíamos preguntarnos por qué a los hombres les interesa más el fútbol que a las mujeres; y para responder a esa pregunta necesitamos modelos teóricos. A diferencia de los experimentos de orientación empírica, los experimentos de orientación teórica, según muchos de sus defensores, no analizan directamente una situación social sino 12
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que tienen por objetivo poner a prueba una teoría, una hipótesis o un mecanismo explicativo preexistentes (Miller 2006). Por ejemplo, imaginemos que pretendemos explicar el éxito de una determinada acción colectiva como la huelga de los conductores de autobuses de Barcelona del 2007‐2008. A través de un diseño experimental nunca podremos decir si el éxito de dicha movilización se debió a uno u otro factor. El diseño experimental sirve para testar los supuestos del modelo teórico con el que pretendamos explicar la movilización. Por ejemplo, imaginemos que construimos un modelo clásico de teoría económica y que concebimos a los agentes (en este caso a los conductores de autobús) como dotados de capacidad perfecta de procesamiento de información, maximizadores de utilidad esperada, preocupados única y exclusivamente por su propio bienestar, etc. El diseño experimental nos puede servir para testar esos supuestos. También por ejemplo, el juego del dictador al que se ha hecho referencia anteriormente nos podría servir para testar el supuesto de que los agentes se preocupan única y exclusivamente por su propio bienestar (son egoístas). Si esto fuese así deberíamos esperar que en dicho juego las ofertas fuesen siempre de 9 a 1. No obstante, como se verá más adelante, ese no suele ser el resultado más habitual y los individuos acostumbran a hacer ofertas mucho más generosas de lo que prevé la teoría. Imaginemos que, en cambio, hemos hecho el supuesto de que la mayoría de individuos son cooperadores condicionales. Podríamos diseñar algún experimento para testar este otro supuesto y, esta vez sí, es probable que encontremos que el resultado del mismo avala su plausibilidad. Este resultado, sin embargo, no nos permitiría decir que el mecanismo identificado en el laboratorio es el que ha operado en el caso que estamos estudiando y que la movilización de los conductores de autobuses tuvo éxito porque estos cooperaron de forma condicional. Para poder afirmar algo así necesitaríamos contrastar nuestro modelo con datos procedentes del caso de estudio. Esta cuestión nos conduce a un debate al que se ha hecho referencia puntual más arriba: el de la validez interna y la validez externa de los experimentos.
La validez interna y la validez externa La validez interna se refiere a la cuestión de hasta qué punto el investigador es capaz de identificar el mecanismo que está operando en el caso concreto. Por ejemplo, siguiendo con el ejemplo del juego del dictador, si observamos que todo el mundo realiza ofertas de 9 a 1 la validez interna tiene que ver con hasta qué punto podemos estar seguros de que el mecanismo en operación, la razón por la que los individuos han actuado así, ha sido el egoísmo. Dicho en términos de “sociología de variables”, la validez interna tiene que ver con hasta qué punto la relación que hemos identificado es de carácter causal y no espuria. Los experimentos, especialmente los de laboratorio de orientación teórica, son una herramienta muy fiable desde el punto de vista de la validez interna. Por su parte, la validez externa tiene que ver con hasta qué punto los resultados son generalizables a una población mayor o diferente de la estudiada. Por ejemplo, si estamos interesados en conocer las opiniones de los jóvenes españoles sobre un determinado tema podemos hacer una encuesta escogiendo al azar a una determinada cantidad de jóvenes 13
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españoles. Si hemos realizado el procedimiento de manera correcta podremos decir que la muestra era “representativa” de la juventud española y, por tanto, no sólo podremos afirmar con propiedad que “la mayoría de los encuestados opina X” sino que también podremos sostener que “la mayoría de los jóvenes españoles (con un determinado margen de error) opina X”. El problema es si se puede hacer eso con los experimentos. Los experimentos tienen algunas características que los hacen diferentes de una encuesta y que cuestionan la validez externa de los mismos. Entre otras cosas, normalmente estos se efectúan con unas pocas decenas de sujetos que no constituyen una muestra representativa de una población mayor. Según muchos autores que trabajan en el campo de la experimentación, plantearse la cuestión de la validez externa no tiene sentido cuando nos referimos a experimentos de orientación teórica (Miller 2006). En términos de Kanazawa (1999: 452) “una de las críticas más comunes a los experimentos de laboratorio es la ausencia de validez externa. Los críticos a menudo acusan a los experimentos de laboratorio de tener una validez externa débil. Esto es falso; los experimentos de laboratorio no tienen validez externa alguna.” Una vez más, para entender esta afirmación es necesario insistir en que los experimentos son un método para poner a prueba los supuestos de las teorías, hipótesis, modelos explicativos, etc. El experimento ni confirma ni refuta el modelo, son los datos procedentes del caso real los que pueden hacer eso. No obstante, desde nuestro punto de vista, esta postura parece ser una forma de dar un rodeo (sofisticado) para acabar en el mismo sitio. Volvamos al caso del experimento con el juego del dictador. Imaginemos que nosotros somos teóricos de la elección racional estándar y que hemos elaborado un modelo en el que los agentes son egoístas. Entonces hacemos un experimento con, digamos, 80 sujetos y encontramos que las predicciones del modelo (“todas las ofertas serán de 9 a 1”) no se cumplen. La pregunta que inmediatamente podríamos hacerle al experimentador al que hayamos encargado el experimento será, ¿y por qué deberíamos nosotros hacer caso de los resultados del experimento y cambiar el modelo si estos no tienen validez externa? Al fin y al cabo, podríamos continuar manteniendo que nosotros creemos que los seres humanos (o los franceses, los hombres, los jóvenes, o el grupo que sea) son egoístas y que el experimento no nos ofrece ninguna razón para dudar de ello ya que no constituye una muestra representativa de esa población mayor. Siendo esto así, sencillamente podríamos ignorar los resultados del experimento y mantener el supuesto de egoísmo en nuestro modelo. Si no lo hacemos es porque confiamos en que, con toda la prudencia y rigor metodológico que se quiera, los resultados del experimento nos están diciendo algo sobre el ser humano (o sobre los individuos del grupo que estemos estudiando). En este sentido, dependiendo de los objetivos de un determinado experimento quizá no importe si los sujetos experimentales tienen o no unas características representativas de una población mayor, pero en otros casos sería conveniente utilizar sujetos diferentes de los estudiantes universitarios que suelen conformar las bases de datos de los centros de investigación (Falk y Heckman 2009). Un caso especialmente importante en este sentido es el de los experimentos, como el del dictador, que 14
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tienen por objetivo capturar las motivaciones de los individuos. En este sentido resultan especialmente interesantes experiencias como las que se describen a continuación.
El pluralismo motivacional de la especie humana La teoría económica ha solido partir en sus explicaciones del supuesto de la racionalidad maximizadora de utilidad. Según este supuesto, los individuos tomarían decisiones económicas siempre en función de un cálculo de costes y beneficios, de tal modo que optarían siempre por aquella decisión que maximizara su utilidad, es decir, que maximizara beneficios y minimizara costes. Este supuesto del “egoísmo universal”, por el que los individuos siempre decidirían en función de su beneficio particular, ha sido puesto en tela de juicio por la economía y la sociología experimental. En distintos experimentos se ha mostrado que, en condiciones de total anonimato y ante la tarea de tomar decisiones económicas reales en las que ganan y pierden dinero, la mayoría de los individuos siguen un patrón de decisiones distinto al esperado, mostrando conductas que se han calificado de “prosociales”: de altruismo, reciprocidad, aversión a la desigualdad, etc. A principios de los años 80 algunos economistas empezaron a tratar de testar los supuestos de la teoría económica utilizando principalmente estudiantes universitarios. Para testar el supuesto del egoísmo universal se han utilizado muchos tipos diferentes de diseños, como los basados en juegos del dilema del prisionero o de bienes públicos, pero quizá los dos más recurrentes hayan sido el juego del ultimátum y el del dictador. A lo largo de las últimas tres décadas se han realizado centenares de experimentos de este tipo. El juego del dictador ya se ha explicado más arriba de modo que no se volverá sobre el mismo. El juego del ultimátum es similar pero algo más complejo. Se escoge un determinado número de sujetos y se los empareja de forma azarosa, de modo que en cada pareja hay un proponedor y un respondedor, y se le ofrecen 10 euros al proponedor. A partir de aquí el diseño es más complejo que el del juego del dictador. El proponedor tiene que hacerle una oferta de reparto de los 10 euros al respondedor (como antes, la oferta puede oscilar desde el 9 a 1 hasta el 1 a 9). Pero en esta ocasión el juego no termina aquí sino que el respondedor tiene la opción de aceptar o rechazar la oferta. Si la acepta el dinero se reparte según lo acordado, pero si la rechaza ambas partes lo pierden todo. El supuesto de egoísmo universal predeciría que, nuevamente, todas las ofertas serían de 9 a 1 y que todos los respondedores las aceptarían ya que es mejor (en términos de beneficio material) llevarse un euro que no llevarse nada. Sin embargo en este tipo de experimentos tan sólo una minoría se comporta según lo previsto por la teoría económica convencional. En general, los proponedores hacen ofertas mucho más altas de lo previsto y, de modo más importante, los respondedores rechazan las ofertas más bajas. Parece evidente que para explicar la conducta de los respondedores es necesario salirse de los supuestos del homo economicus, no obstante aún sería posible dar cuenta de la conducta de los proponedores a partir de dichos supuestos. Podría sostenerse que, dado que no tienen manera de saber si el receptor es racional‐egoísta y por tanto aceptará una oferta de 9 a 1, prefieren ser prudentes y hacer ofertas más altas para no perderlo todo. Para comprobar 15
El trato
esta posibilidad resulta especialmente útil el juego del dictador mencionado más arriba. Tampoco en este caso, en el que el diseño institucional ofrece unos incentivos aun más importantes para la conducta egoísta, la conducta prevista por la teoría económica es mayoritaria entre los proponedores. Puede descartarse también, por tanto, que en los juegos del ultimátum todos los proponedores que no ofrecen 9‐1 lo hagan simplemente para evitar que sus ofertas sean rechazadas (aunque sin duda algunos lo hacen por ese motivo). En el proyecto más ambicioso de este tipo realizado hasta el momento, un amplio grupo de investigadores procedentes de distintas disciplinas relacionadas con el estudio de la conducta humana (Henrich et al. 2004) realizaron experimentos de este tipo en 15 pequeñas sociedades de distintas partes del planeta y muy diferentes entre sí. Como se ha dicho más arriba, este tipo de proyectos a gran escala resulta muy interesante de cara a plantear si los resultados que se obtienen habitualmente con estudiantes universitarios son en algún sentido representativos de otras poblaciones. En este caso, pese a que los resultados fueron más variados de los que se producen habitualmente, ninguno de ellos confirmaba el supuesto de egoísmo universal. Principales tipos de motivaciones en términos cuantitativos Los resultados de este tipo de experimentos han llevado a los autores a sostener que el ser humano alberga motivaciones plurales y que, si bien el egoísmo es una importante motivación en nuestra especie, aún lo son más lo que ha venido a denominarse motivaciones pro‐sociales. Pese a que no existe un acuerdo definitivo acerca de cuántos tipos distintos de motivaciones hay, el siguiente cuadro resume las más recurrentes en la literatura experimental.
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El trato
Motivaciones no sociales: ¾ Egoísmo •
Cuando un individuo es egoísta sus preferencias se refieren únicamente a su propio bienestar y se muestra indiferente ante el bienestar de los demás.
Motivaciones sociales: ¾ Aversión a la inequidad •
Las personas motivadas de esta forma quieren alcanzar una distribución equitativa de los recursos. Agentes motivados de este modo serán altruistas con los más desfavorecidos pero también sentirán envidia por los más afortunados.
¾ Reciprocidad fuerte •
Propensión a cooperar y compartir con aquellos que tienen una predisposición similar y una voluntad de castigar a aquellos que violan la cooperación y otras normas sociales, aun cuando el hecho de compartir y el castigo conlleven costos personales.
¾ Altruismo incondicional •
El altruista incondicional trata de satisfacer las preferencias o los intereses de los demás. Se trata de una conducta incondicional y no recíproca en el sentido de que no se espera que los destinatarios de nuestro altruismo nos correspondan en un futuro más o menos cercano.
¾ Malicia y envidia •
Un agente motivado de esta forma siempre valora de manera negativa que los demás agentes obtengan pagos positivos y trata de perjudicarlos si es posible, aún a costa de asumir él mismo costes por hacerlo.
Cuadro 1. Cuadro 1: Principales formas de motivación humana en términos cuantitativos. Fuente: Tena (2010).
Antes de empezar a discutir cada uno de los tipos de motivaciones vale la pena apuntar que no sería adecuado suponer que existe una clase de individuos que siempre está motivado de una determinada forma (que siempre son egoístas, por ejemplo), mientras que existe otra clase de individuos que siempre lo está de una forma diferente (que siempre son altruistas, por ejemplo) y así sucesivamente. En primer lugar, las diferentes motivaciones pueden variar de intensidad. En segundo lugar, de modo más importante, todos nosotros albergamos diferentes tipos de motivaciones. 17
El trato
Podemos distinguir entre preferencias sociales y no sociales (Fehr y Fischbacher 2005). El caso paradigmático de preferencias no sociales es el de las preferencias egoístas. Cuando un agente es egoísta sus preferencias se refieren únicamente a su propio bienestar y se muestra indiferente ante el bienestar de los demás. El egoísmo goza de buena salud entre los seres humanos y es un tipo de motivación muy importante en términos cuantitativos. Las motivaciones sociales son aquellas que se dirigen hacia otras personas, no son, por tanto, indiferentes respecto de las preferencias o los intereses de los demás 4 . Según algunos autores, la forma de motivación cuantitativamente más importante es la reciprocidad fuerte (strong reciprocity). La reciprocidad fuerte es “una propensión a cooperar y compartir con aquellos que tienen una predisposición similar y una voluntad de castigar a aquellos que violan la cooperación y otras normas sociales, aun cuando el hecho de compartir y el castigo conlleven costos personales” (Bowles y Gintis 2001: 173). Esta la motivación cuantitativamente más importante que se identifica en condiciones experimentales y explica satisfactoriamente los resultados de los experimentos citados anteriormente. Por ejemplo, en el caso del juego del ultimátum, el rechazo de los receptores de ofertas consideradas injustas se explica fácilmente como la sanción que el receptor impone al proponedor (incluso incurriendo en costes personales) por haber violado una regla de equidad. El hecho de que una amplia mayoría de los proponedores efectúen ofertas más altas que las previstas por la teoría económica convencional incluso en juegos del dictador puede explicarse igual de fácilmente por la voluntad de estos de actuar conforme a dichas normas. En la reciprocidad fuerte la disposición a cooperar es condicional mientras que la predisposición a sancionar es altruista. Que la cooperación es condicional resulta bastante evidente, sólo se coopera con aquellos que también lo hacen. Pero el sancionar es incondicional y altruista. Se sanciona en todos los casos generando de este modo un beneficio colectivo aunque al hacerlo se incurra en costes individuales y no existan expectativas de ganancia futura. Un acto tan irracional (en el sentido técnico del término) como la venganza puede interpretarse fácilmente en clave de reciprocidad fuerte. Los agentes motivados por la reciprocidad fuerte sancionan principalmente las motivaciones no cooperativas independientemente de cuáles sean sus resultados, aunque los malos actos con buenas motivaciones también suelen ser sancionados, pero con menor intensidad (Gintis, Bowles, Boyd y Fehr 2005). Sí, por ejemplo, el agente A trata de ayudar al agente B de buena fe pero, debido a su torpeza, le termina causando un perjuicio, puede que B sancione a A aunque no en todos los casos y con una intensidad menor que si (B creyese que) A hubiese tenido realmente la intención de causar un perjuicio. Por el contrario, si el agente A trata de aprovecharse del agente B en el transcurso de una interacción pero es tan torpe que termina por generar un beneficio para B y un perjuicio para sí mismo, cabe esperar que A recibirá la represalia de B, no su gratitud. 4
Podría argumentarse que la conducta egoísta también se dirige en ocasiones hacia los demás. La diferencia radica en que cuando la conducta egoísta se dirige hacia los demás lo hace sólo instrumentalmente en aras de alcanzar el beneficio propio mientras que en las conductas sociales los demás son importantes por sí mismos (Jenks 1990).
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El trato
Un argumento adicional a favor de que los agentes motivados por la reciprocidad fuerte sancionan principalmente las motivaciones no cooperativas viene dado por el hecho de que, en los experimentos citados, cuando la oferta no equitativa en un juego del ultimátum no era hecha por un proponedor humano sino por un ordenador de forma aleatoria, los respondedores tendían a aceptar todas las ofertas fuese cual fuese su monto. Esta reacción por parte de los respondedores tiene sentido desde el punto de vista de la reciprocidad fuerte. En este caso, el receptor no puede atribuir al ordenador la intención de explotarlo o de aprovecharse de él, de modo que no se activan emociones como la indignación o el enfado y no se produce sanción alguna. Un agente motivado por la reciprocidad fuerte lo estará para seguir las reglas de la cooperación vigentes en una sociedad determinada. La reciprocidad fuerte ofrece por tanto un mecanismo para la aplicación descentralizada de normas sociales (Sethi y Somanathan 2005). De este modo, la presencia de agentes de este tipo sirve como elemento de disuasión para potenciales gorrones y convierte en estable la cooperación (Fehr y Fischbacher 2005; Sethi y Somanathan 2005). El agente motivado por la reciprocidad fuerte no es indiferente al bienestar de los otros ni a los procesos que determinan los resultados sociales. Esos procesos deben ser equitativos (Bowles y Gintis 2001). En tiempos pasados, cuando la sociedad estaba dividida en estamentos sociales que contaban con privilegios basados en concepciones religiosas o ideas por el estilo, una situación justa podía ser altamente desigual. Sin embargo, en las sociedades modernas, la justicia suele entenderse como equidad. Suele considerarse que todos los individuos deben contar con las mismas oportunidades y que los resultados del azar o de procesos fuera de nuestro control deberían también repartirse de forma igualitaria. No sucede lo mismo con los beneficios obtenidos a través del mérito y del esfuerzo (Bowles y Gintis 2001). Por ejemplo, en los experimentos referidos en este trabajo, los proponedores tendían a hacer ofertas más generosas cuando percibían que estaban en la posición de ofertantes por pura casualidad que cuando tenían que ganársela a través de algún proceso previo. Por tanto, la reciprocidad fuerte incorpora una clara concepción de la equidad y de la solidaridad como motores rectores de la vida social. Entre todos los iguales debe existir un balance ajustado de derechos y obligaciones capaz de regular el intercambio social. Un segundo tipo de preferencia social es la aversión a la inequidad (inequity aversion) (Fehr y Fischbacher 2005). Las personas motivadas de esta forma quieren alcanzar una distribución equitativa de los recursos. Agentes motivados de este modo serán altruistas con los más desfavorecidos pero también desearán un reparto más igualitario de los bienes de los más afortunados. En muchas ocasiones agentes motivados de este modo se comportarán en la misma forma que los motivados por la reciprocidad fuerte. Por ejemplo, ambos tipos de agentes desearán reducir los pagos obtenidos por otro agente si ese agente ha actuado de un modo tal que ha obtenido unos pagos mucho más altos que los logrados por el agente averso a la inequidad o motivado por la reciprocidad fuerte. Sin embargo, la reciprocidad fuerte es un motivo mucho más importante en términos cuantitativos (Fehr y Fischbacher Ibíd.).
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El trato
Otro tipo de preferencia social que podemos encontrar en la literatura especializada es el altruismo incondicional (Fehr y Fischbacher Ibíd.). El altruista incondicional trata de satisfacer las preferencias o los intereses de los demás. Se trata de una conducta incondicional y no recíproca en el sentido de que no se espera que los destinatarios de nuestro altruismo nos correspondan en un futuro más o menos cercano. El altruismo incondicional es diferente de la aversión a la inequidad debido a que el agente que es altruista lo será también con aquellos agentes socialmente más favorecidos mientras que el averso a la inequidad preferirá un reparto más equitativo de los recursos en un caso así. Por otra parte, el altruismo incondicional es diferente de la reciprocidad fuerte debido a que el agente motivado por la reciprocidad fuerte coopera sólo de forma condicional y, además, sanciona a aquellos otros agentes que no cooperan. La evidencia experimental también muestra que un importante tipo de preferencias sociales son de carácter malicioso (spiteful) y envidioso (Fehr y Fischbacher Ibíd.). Un agente motivado de esta forma siempre valora de manera negativa que los demás agentes obtengan pagos positivos y trata de perjudicarlos si es posible, aún a costa de asumir él mismo costes por hacerlo. En la literatura especializada pueden encontrarse algunos tipos de motivación más, así como un tratamiento más detallado de los tipos referidos. No obstante, las mencionadas son las formas cuantitativamente más importantes de motivación humana. Todas ellas (aisladamente o de forma conjunta) permiten explicar partes más o menos importantes de la conducta humana en situaciones relevantes. La reciprocidad fuerte juega un rol central de manera particular en la aplicación de sanciones a los gorrones que se abstienen de cumplir las reglas de cooperación. En cambio, por lo que se refiere a las conductas “positivas” como la aplicación de recompensas o la ayuda a los necesitados, pese a que la reciprocidad fuerte sigue siendo el motivo más importante, otros motivos como el altruismo o la aversión a la inequidad tienen también un importante poder explicativo (Fehr y Fischbacher Ibíd.).
El trato como un cuasiexperimento natural Desde un punto de vista metodológico, existen importantes diferencias entre los experimentos de laboratorio y la experiencia de El trato. Estas diferencias metodológicas son fundamentales para la interpretación de los resultados. Las características fundamentales de la experimentación de laboratorio son dos: el control de las condiciones y la aleatorización. El control de las condiciones se refiere a la capacidad del investigador de mantener todas las condiciones constantes, excepto una, de manera que los resultados observados puedan atribuirse al efecto de esa única variable que se modificó. La aleatorización se refiere al proceso de asignación aleatoria de los individuos bien al grupo experimental, bien al grupo de control. Esta asignación hace posible que no existan diferencias de partida significativas en los dos grupos, de modo que lo que se observa en el experimento pueda atribuirse al efecto de la variable modificada, y no al efecto de las posibles diferencias de partida entre los dos grupos.
20
El trato
Los llamados “experimentos naturales” no tienen lugar en el laboratorio, es decir, no son el resultado de un diseño planificado por el investigador. No existe en ellos, por tanto, control sobre las condiciones, pero sí aleatorización. Si, por ejemplo, queremos estudiar el efecto de un cambio repentino en los ingresos, podemos estudiar qué les sucede a los individuos tras ganar la lotería. No hay control sobre las condiciones, pues las condiciones no ocurren en el laboratorio sino en la vida real. Sin embargo, sí existe aleatorización, pues aquellas personas que no ganan el sorteo y aquellas a las que les toca la lotería no son esencialmente distintas, la “distribución” entre los dos grupos es aleatoria. En este tipo de experimentos, los resultados siempre son más precarios desde un punto de vista científico, pero tienen la ventaja de producirse en condiciones menos artificiales que las de un laboratorio. Cuando en un experimento no existe aleatorización no nos encontramos, en realidad, ante un experimento propiamente dicho, sino ante lo que suele llamarse un “cuasi‐experimento”. En el caso de la experiencia de El trato, podemos considerarla como un cuasi‐experimento natural. Sus participantes constituirían un grupo experimental, siendo los clientes habituales de Atrápalo el grupo de control. La experiencia no surge de una intervención diseñada por el investigador y no existe alteatorización. Como veremos más adelante, esta segunda característica de El trato es especialmente importante para el análisis de los resultados.
El Trato y el problema de la confianza La experiencia de El Trato planteaba lo que en ciencias sociales acostumbra a conocerse como un “problema de confianza”. Atrápalo depositaba confianza en los participantes y estos tenían la oportunidad de honrar dicha confianza o de no hacerlo. Un participante que honrase la confianza que se había depositado en él sería aquél que a la vuelta de sus vacaciones pagase lo que honestamente considerase que era el precio justo del viaje. Existen muchos experimentos de laboratorio destinados a estudiar la confianza aunque quizá el que más se aproxima a este caso es el que implementa el juego de la confianza. En el juego de la confianza dos jugadores (1 y 2) se emparejan aleatoriamente y bajo condiciones de anonimato. Al jugador 1 se le da una cierta cantidad de dinero (por ejemplo, dos euros). El jugador 1 tiene dos opciones: quedarse el dinero para él o pasárselo al jugador 2. Si se queda el dinero para él el juego termina así: el jugador 1 gana dos euros y el jugador 2 no gana nada. Si le pasa los dos euros al jugador 2, el dinero se multiplica por tres. O sea, el jugador 2 recibe seis euros. Entonces el jugador 2 tiene dos opciones: quedarse los seis euros para él o partirlos a partes iguales con el jugador 1. Una vez más, está claro que es lo que sucede si este juego lo juegan dos jugadores egoístas. En caso de tener la oportunidad, el jugador 2 se quedaría los seis euros para él. Sabiendo eso, el jugador 1 no confiará en él y optará por quedarse los dos uros iniciales. No obstante, los participantes en los experimentos como jugadores 1 acostumbran a depositar confianza en muchas ocasiones en los jugadores 2, y estos últimos acostumbran a honrar la confianza que se deposita en ellos. Como en el caso del juego del ultimátum, la conducta de los jugadores 1 aún podría interpretarse en términos de racionalidad egoísta, pero la conducta de los
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El trato
jugadores 2 no puede entenderse sin observar que estos desean honrar la confianza depositada en ellos. Aunque es cierto que El Trato no se corresponde exactamente con este tipo de diseño la experiencia puede tomarse como una oportunidad de observar el funcionamiento de la confianza interpersonal en un escenario “real”. Pese a que, como se discutirá más abajo, no es posible afirmar que la experiencia de El Trato constituya un experimento en ninguno de los sentidos presentados más arriba, es cierto que guarda algunas similitudes con los experimentos de campo y de orientación empírica que la convierten en una experiencia interesante desde el punto de vista de la ciencia social. Como vimos, problemas como el del “realismo” y la validez externa de los experimentos, aunque en algunas ocasiones puedan no estar planteados de la forma más pertinente, se encuentran en el centro de los debates sobre este tipo de metodologías. Así pues, experiencias como la de El Trato, adaptando el diseño a los objetivos de una investigación, podrían ayudar a superar este tipo de problemas y aportar información relevante sobre la conducta humana. A continuación se discuten las similitudes y diferencias entre El Trato y un diseño experimental convencional, así como las conclusiones que puede llegar a ser pertinente extraer de la experiencia.
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El trato
Análisis de los resultados La oferta En la campaña “El trato”, Atrápalo ofreció un total de 486 productos. Se ofrecieron 158 escapadas, cuyo precio medio real era de 172 euros; 278 hoteles, cuyo precio medio real era de 238 euros; 36 viajes valorados en 1084 euros de media; y 14 vuelos de un precio medio de 336 euros. Tabla 1: Número de ofertas y precio medio según tipo de producto Tipo de producto
Número de ofertas
Media del precio real
escapada
158
172€
hotel
278
238€
viaje
36
1084€
vuelo
14
336€
Total
486
281€
El precio real de los productos que forman parte de la campaña “El trato” oscilaban entre los 40 euros de una noche de hotel para dos personas, y los 2.938 euros de un viaje de 7 noches para dos personas a Egipto. En total, Atrápalo generó una oferta de productos valorados en un total de 137.066 euros.
Los participantes A la hora de explicar las decisiones tomadas por los participantes en El trato nos enfrentamos a dos tipos de limitaciones en los datos. En primer lugar, sólo disponemos de datos sociodemográficos de parte de los que cerraron el trato, es decir, de aquellos que a la vuelta de las vacaciones rellenaron el formulario indicando la cantidad que deseaban pagar (lo que incluía la posibilidad de pagar 0 euros). De los 393 tratos cerrados, sólo 304 rellenaron también la encuesta. Esta carencia de datos implica que ni podemos elaborar el perfil socioeconómico de los participantes en esta experiencia, ni el perfil específico de los que decidieron no cerrar El trato. En segundo lugar, los datos disponibles de aquellos que cerraron El trato han de tomarse con cautela también, pues la cantidad de respuestas a cada pregunta del cuestionario es muy variable. En algunas variables, como la Comunidad Autónoma o el estado civil, los casos sin respuesta son muy pocos, pero en otras variables, como los ingresos o la profesión, el elevado número de casos sin respuesta no nos permite obtener conclusiones firmes sobre la posible relación entre estas variables y la cantidad pagada.
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El trato
A continuación presentamos una serie de tablas que, con las limitaciones señaladas, nos permiten una aproximación al perfil de los participantes de El trato. Tabla 2: Titular del trato, según sexo
Sexo
n
%
Hombre
250
51,4
Mujer
236
48,6
Total
486
100,0
Tabla 3: Comunidad Autónoma de los participantes que cerraron el trato Comunidad Autónoma
n
%
País Vasco
% válido
9
1,9
3,2
18
3,7
6,5
107
22,0
38,4
2
,4
,7
Andalucía
26
5,3
9,3
Castilla y León
11
2,3
3,9
Castilla La Mancha
4
,8
1,4
Galicia
1
,2
,4
Canarias
13
2,7
4,7
Navarra
2
,4
,7
Comunidad Valenciana Cataluña Extremadura
Baleares
2
,4
,7
Madrid
78
16,0
28,0
Murcia
4
,8
1,4
Aragón
2
,4
,7
Total
279
57,4
100,0
Sin datos
207
42,6
486
100,0
Total
Tabla 4: Grupos de edad de los participantes que cerraron el trato Grupo de edad
n
%
Menos de 21 años
13
2,7
4,3
Entre 21 y 30 años
180
37,0
59,2
Entre 31 y 40 años
59
12,1
19,4
Entre 41 y 50 años
15
3,1
4,9 2,3
Más de 50 años
7
1,4
30
6,2
9,9
Total
304
62,6
100,0
Sin datos
182
37,4
486
100,0
No contesta
Total
24
% válido
El trato
Tabla 5: Estado civil de los participantes que cerraron el trato Estado civil
n
%
% válido
Casado o vive en pareja
132
27,2
27,2
No casado ni vive en pareja
142
29,2
29,2
30
6,2
6,2
Total
304
62,6
Sin datos
182
37,4
37,4
Total
486
100,0
100,0
No contesta
Tabla 6: Sector profesional de los participantes que cerraron el trato Sector profesional
n
% válido
Administración de empresas
22
4,5
7,2
Administración Pública
12
2,5
3,9
Atención a clientes
13
2,7
4,3
5
1,0
1,6
15
3,1
4,9
Compras, logística y almacén
7
1,4
2,3
Diseño y artes gráficas
6
1,2
2,0
Educación y formación
16
3,3
5,3
7
1,4
2,3
Informática y telecomunicaciones
47
9,7
15,5
Ingenieros y técnicos
20
4,1
6,6
Inmobiliario y construcción
1
,2
,3
Legal
2
,4
,7
Marketing y comunicación
13
2,7
4,3
Profesiones, artes y oficios
7
1,4
2,3
14
2,9
4,6
7
1,4
2,3
45
9,3
14,8
Calidad, producción e I+D Comercial y ventas
Finanzas y banca
Sanidad y salud Turismo y restauración Otros No contesta
45
9,3
14,8
Total
304
62,6
100,0
Sin datos
182
37,4
Total
486
100,0
25
%
El trato
Tabla 7: Nivel de ingresos de los participantes que cerraron el trato Ingresos
n
%
% válido
De 12.000 a 19.000
113
23,3
37,2
De 20.000 a 29.000
38
7,8
12,5
De 30.000 a 39.000
13
2,7
4,3
Más de 40.000
10
2,1
3,3
No contesta
130
26,7
42,8
Total
304
62,6
100,0
Sin datos
182
37,4
486
100,0
Total
El único dato sociodemográfico que tenemos del conjunto de los participantes es el sexo del titular del trato (ver Tabla 2), pero no existen diferencias significativas entre hombres y mujeres. Centrándonos en el colectivo de los que cerraron el trato y rellenaron la encuesta, la información más precaria es la de los ingresos, pues sólo 174 participantes respondieron la pregunta. Entre ellos, predominan las personas con un nivel de ingresos bajo. Cerraron el trato personas de 14 Comunidades Autónomas y 18 sectores profesionales distintos. Las Comunidades que más participantes han aportado han sido Cataluña (con un 38%) y Madrid (con un 28%). Resulta destacable que casi un 60% de los individuos que cerraron el trato tenían entre 20 y 30 años. En cuanto al estado civil, no hay diferencias significativas entre casados y no casados. Así, tomando con cautela los datos, podemos decir que aquellos que cerraron el trato eran principalmente jóvenes, de Cataluña y Madrid, y con un nivel de ingresos bajo.
Resultados Resultados generales Según las condiciones del trato, a la vuelta de las vacaciones los participantes tenían que “cerrar el trato” rellenando el formulario en el que indicaban qué cantidad deseaban pagar, y respondiendo a las preguntas de una encuesta. En realidad, el incumplimiento de esta demanda que Atrápalo hacía a los participantes no tenía consecuencias, de modo que se hizo posible escoger una de estas tres estrategias: a) no invertir tiempo en el proceso, b) invertirlo sólo para cerrar el trato indicándole a Atrápalo la cantidad que se desea pagar pero sin rellenar la encuesta, y c) invertir tiempo en cerrar el trato y rellenar la encuesta. En la Tabla 8 vemos cómo se distribuyen los participantes en estas tres categorías.
26
El trato
Tabla 8: Participantes según el grado en que completaron el proceso n
%
No cerró el trato
93
19,1
Cerró el trato pero no rellenó encuesta
89
18,3
Cerró el trato y rellenó encuesta
304
62,6
Total
486
100,0
Si pasamos a la cuestión de los pagos decididos, podemos ver que también podemos dividir a los participantes en tres categorías: los que no cerraron el trato y por tanto pagaron 0 euros, los que lo cerraron y decidieron pagar 0 euros, y los que lo cerraron y pagaron una cantidad superior a 0 euros. Tabla 9: Tratos cerrados Trato cerrado
n
No
% 93
Sí
19,1
393 -
Pagaron 0 euros
-
Pagaron algo
80,9 133 260
Total
486
100,0
Como ya se ha dicho, entendemos por tratos “cerrados” aquellos casos en que, tras la vuelta de las vacaciones, se rellenó el formulario indicado la cantidad que se deseaba pagar (lo que incluía la posibilidad de no pagar nada). Como vemos en esta tabla, 393 de los 486 participantes cerraron el trato. De ellos, sólo 304 rellenaron la encuesta y decidieron el pago, lo que significa, por tanto, que 89 participantes decidieron cuánto querían pagar pero no rellenaron la encuesta. De los 393 que cerraron el trato, 133 pagaron 0 euros, de modo que pagaron 0 euros 226 participantes (133 cerrando el trato y decidiendo pagar 0, y 93 sin siquiera cerrar el trato). Así, pagaron algo 260 (el 53,5%), y no pagaron 226 (el 46,5%). Resulta destacable el hecho de que un 41,8% del total de los participantes cerró el trato, rellenó la encuesta y realizó un pago superior a 0 euros, como puede verse en la siguiente tabla:
27
El trato
Tabla 10: Tratos cerrados, pagados y encuestas rellanadas Cierre de trato y encuesta Pago
No pagó Pagó Total
Cerró el trato Cerró el trato pero no y rellenó rellenó encuesta encuesta
No cerró el trato
n % total n % total n % total
Total
93
32
101
226
19,1%
6,6%
20,8%
46,5%
0
57
203
260
,0%
11,7%
41,8%
53,5%
93
89
304
486
19,1%
18,3%
62,6%
100,0%
Los participantes realizaron pagos por un total de 7.011 euros, es decir, el 5,1% de los 137.066 euros en que estaban valorados los productos ofrecidos. Pagos absolutos Ilustración 1: Cantidades absolutas pagadas
Como podemos ver en este gráfico, más allá de la abrumadora mayoría de pagos de 0 euros, los números redondos (10, 20, 30, etc.) actuaban como puntos focales alrededor de los cuales se concentraban las decisiones. Puede observarse también que los pagos de 10 y 20 euros son 28
El trato
los más frecuentes, mientras que los 50 euros parecen actuar como un último punto focal alrededor del cual se concentran decisiones, pues aunque 60 y 100 también las concentran, no lo hacen tan frecuentemente. En la Tabla 11 vemos que los participantes en El trato decidieron un pago medio de 14,4 euros.
Tabla 11: Media de los pagos realizados por todos los participantes n
486
Media
14,4 euros
Desv. típ.
26,0
Pago más alto
200 euros
Pago más bajo
0 euro
Tabla 12: Media de los pagos entre aquellos que cerraron el trato y realizaron un pago superior a 0 euros n
260
Cantidad media pagada Desv. típ.
27,0 euros 30,4
Pago más alto
200 euros
Pago más bajo
1 euro
Pagos relativos Aunque la comparación de los pagos económicos que los sujetos decidían puede aportarnos alguna información, hay que tener en cuenta que los productos de los que disfrutaron eran muy diversos en cuanto a características y precio. Obviamente, no es lo mismo pagar 40 euros de un producto valorado en 70 que de uno valorado en 1.000. Por ello, analizaremos también el porcentaje del precio real que los sujetos abonaron. Como podemos ver en el siguiente gráfico, las decisiones de los participantes siguen dos patrones bien definidos. Uno consiste en el impago, y el otro en un pago que, en relación con el precio real, puede considerarse “simbólico”.
29
El trato
Ilustración 2: Distribución de las aportaciones realizadas tomadas como porcentaje respecto del precio real
Para poder apreciar estas decisiones con mayor claridad, puede consultarse la Tabla 13. Tabla 13: Pagos realizados en proporción al precio real del producto Pago
n 226
46,5
Entre 0,1 y 10%
131
27,0
Entre 10,1 y 20%
64
13,2
Entre 20,1 y 30%
26
5,3
Entre 30,1 y 40%
23
4,7
Más del 40% Total
30
%
No pagó
16
3,3
486
100,0
El trato
Como vemos, sólo el 13,3% de los participantes pagó una cantidad superior al 20% del precio real del producto. La mayoría de los que realizaron algún pago no abonaron más del 10% de precio real. En la siguiente tabla puede observarse que la cantidad media aportada por los que realizaron algún pago fue de 26 euros. En términos absolutos (ver Tabla 11), los pagos más generosos fueron de 200 euros (en una ocasión, por un crucero de lujo durante 7 noches valorado en 2.460 euros, y en otra, por 4 noches de hotel valoradas en 412 euros). En términos proporcionales (ver Tabla 12), el pago más generoso es el de un participante que abonó el 73% del precio real del producto (por una escapada valorada en 75 euros, de los que pagó 55). Resultados según las características del producto En términos generales, podemos decir que no existe ninguna relación significativa entre el pago decidido por los participantes de El trato y las características del producto disfrutado. Tabla 14: Pagos realizados según tipo de producto Tipo de producto escapada No pagó Entre 0,1 y 10% Entre 10,1 y 20% Entre 20,1 y 30% Entre 30,1 y 40% Más del 40% Total
n % col. n % col. n % col. n % col. n % col. n % col. n % col.
hotel
viaje
vuelo
Total
60
144
16
6
226
38,0%
51,8%
44,4%
42,9%
46,5%
40
71
16
4
131
25,3%
25,5%
44,4%
28,6%
27,0%
28
31
1
4
64
17,7%
11,2%
2,8%
28,6%
13,2%
14
10
2
0
26
8,9%
3,6%
5,6%
,0%
5,3%
10
12
1
0
23
6,3%
4,3%
2,8%
,0%
4,7%
6
10
0
0
16
3,8%
3,6%
,0%
,0%
3,3%
158
278
36
14
486
100,0%
100,0%
100,0%
100,0%
100,0%
Como podemos ver en esta tabla, no es ni el producto más caro (los viajes) ni en el más barato (las escapadas) donde se concentran más impagos: éstos se producen en los productos consistentes en noches de hotel. Las escapadas, sin embargo, sí son el producto en el que se producen menos impagos. Podemos decir, en definitiva, que no existe ninguna relación entre el precio de cada tipo de producto y la presencia porcentual de impagos. Lo que si resulta remarcable es que los productos más caros (viajes y vuelos) prácticamente nunca generan un pago superior al 20% del precio real.
31
El trato
Tabla 15: Media del porcentaje pagado del precio real según tipo de producto Media escapada
n
Desv. típ.
10,4%
158
15,1
hotel
7,1%
278
12,5
viaje
4,0%
36
8,2
vuelo
5,6%
14
7,2
Total
7,9%
486
13,1
Esta tabla nos señala que cuanto más caro es el tipo de producto, menor es el esfuerzo proporcional realizado a la hora de realizar el pago: los productos más caros generaron pagos proporcionalmente menores, y los más baratos, pagos proporcionalmente mayores. Los datos de la Tabla 16 apuntan en la misma dirección. El número de noches disfrutadas no parece relacionarse de manera clara con la presencia porcentual de impagos. Lo que sí puede apreciarse en esta tabla es la misma tendencia que ya señalamos para la anterior: aquellos productos con mayor número de noches prácticamente nunca obtienen un pago superior al 10% del precio real. Tabla 16: Pagos realizados según número de noches del producto Noches
Pago No pagó Entre 0,1 y 10% Entre 10,1 y 20% Entre 20,1 y 30% Entre 30,1 y 40% Más del 40% Total
1 n % col. n % col. n % col. n % col. n % col. n % col. n % col.
2 91
3
128
20,8% 30,1% 29,6% 30,6% 22,2% 30,0% 42,4% 33,3%
26,8%
17
3
3
14
4
0
0
2
0
61
16,9% 11,1% 11,1% 11,1%
,0%
,0%
6,1%
,0%
12,8%
16
10
0
0
0
0
0
0
26
7,7%
6,5%
,0%
,0%
,0%
,0%
,0%
,0%
5,4%
13
8
1
0
1
0
0
0
23
6,3%
5,2%
3,7%
,0% 11,1%
,0%
,0%
,0%
4,8%
9
5
0
2
0
0
0
0
16
4,3%
3,3%
,0%
5,6%
,0%
,0%
,0%
,0%
3,3%
207
153
27
36
9
10
33
3
478
100,0% 100,0% 100,0% 100,0% 100,0% 100,0% 100,0% 100,0%
100,0%
Nota: en los 8 casos restantes, no disponemos de la información de las noches disfrutadas.
32
17
1
35
2
7
Total
8
224
11
6
7
46,9%
8
19
6
2
46
15
5
44,0% 43,8% 55,6% 52,8% 66,7% 70,0% 51,5% 66,7% 43
67
4
El trato
Tabla 17: Media del porcentaje pagado del precio real según número de noches disfrutadas Media
n
1
10,2%
207
Desv. típ. 15,0
2
7,9%
153
12,7
3
3,8%
27
7,4
4
5,6%
36
12,6
5
4,9%
9
11,4
6
1,3%
10
3,1
7
2,1%
33
4,1
8
2,5%
3
4,4
Total
7,9%
478
13,2
Los datos de la Tabla 14 y la Tabla 16 apuntan, por tanto, una doble tendencia. Por un lado, no existe ninguna relación entre el pago realizado y la generosidad de la oferta realizada por Atrápalo, al menos en lo que se refiere a la presencia de impagos. Por otro lado, existe una mayor presencia de pagos superiores al 10% en los productos más baratos. En lo que se refiere al esfuerzo relativo (el porcentaje pagado del precio real), los productos más caros generan pagos menores. Esto puede confirmarse directamente vinculando el precio real del producto y el porcentaje de ese precio que fue pagado por los participantes:
33
El trato
Ilustración 3: Relación entre el precio real y el precio pagado
Como puede verse en el gráfico, no hay relación entre el precio real y el pagado. Ahora bien, los productos caros generan siempre un pago proporcional bajo, y sólo algunos productos baratos generan un pago generoso (entendiendo por “generoso” que aporte más del 40% del precio real del producto disfrutado). En otras palabras, no hay ningún pago generoso en productos caros, y sí algunos (pocos) en productos baratos. Tabla 18: Media de los pagos absolutos según precio real del producto Media
Desv. típ.
Menos de 100
13,1€
86
15, 9
De 101 a 300 euros
17,5€
211
24,5
De 301 a 600 euros
21,3€
65
33,9
Más de 600
25,9€
31
50,7
Total
17,8€
393
8
34
n
El trato
Tabla 19: Pagos realizados en relación con el precio real del producto Precios reales agrupados Pago
Menos de 100 n
No pagó
% col.
Entre 0,1 y 10%
n
Entre 10,1 y 20%
n
Entre 20,1 y 30%
n
Entre 30,1 y 40%
n
% col.
Más del 40% Total
% col.
Total
56
106
44
20
226
49,1%
42,7%
52,4%
50,0%
46,5%
14
72
26
19
131
12,3%
29,0%
31,0%
47,5%
27,0%
16
35
12
1
64
14,0%
14,1%
14,3%
2,5%
13,2%
% col.
10
16
0
0
26
8,8%
6,5%
,0%
,0%
5,3%
8
14
1
0
23
7,0%
5,6%
1,2%
,0%
4,7%
10
5
1
0
16
8,8%
2,0%
1,2%
,0%
3,3%
114
248
84
40
486
100,0%
100,0%
100,0%
100,0%
100,0%
% col. n % col. n % col.
De 101 a 300 De 301 a 600 Más de 600 euros euros
Esta tabla representa de otro modo los mismos datos presentados en la Ilustración 3. Aquí puede apreciarse con claridad que no existen diferencias en la cantidad porcentual de impagos entre productos con precio real distinto. Además, la ausencia de casos en la parte inferior‐ derecha de la tabla vuelve a evidenciar que los productos más caros prácticamente nunca generan un pago suprior al 20% del precio real. La siguiente tabla muestra que los productos más caros generaban un pago porcentual menor.
Tabla 20: Media del porcentaje pagado del precio real según precio del producto Media
n
Desv. típ.
Menos de 100 euros
12,3%
114
18,2
De 101 a 300 euros
8,1%
248
12,0
De 301 a 600 euros
4,3%
84
8,0
Más de 600 euros
1,5%
40
3,1
Total
7,9%
486
13,2
En definitiva, puede afirmarse que el pago realizado por los participantes en El trato no se relaciona con el producto disfrutado, ni con sus características ni con su precio. En general, la presencia de impagos es igual entre todos los tipos de productos, y lo pagos realizados parecen tener un carácter meramente simbólico y concentrarse en los productos más baratos.
35
El trato
Efectos temporales En los experimentos de laboratorio, el control de la variable “tiempo” es fundamental, sobre todo en la medida en que el tiempo tenga alguna relación con el aprendizaje o con la obtención de información sobre decisiones ajenas y previas a la propia. En la experiencia de El trato, los tratos se realizaron entre el 7 y el 23 de julio, y las decisiones de cuánto se quería pagar se realizaron entre la segunda quincena de julio y la cuarta de septiembre. Durante ese proceso, y especialmente entre la firma del trato y el momento de la decisión de cuánto pagar, los participantes pudieron estar expuestos a los comentarios que usuarios e internautas en general realizaban en el Blog de Atrápalo, así como a las narraciones de los que ya habían vuelto de sus vacaciones. Estas narraciones se difundieron a través del Blog, pero también en noticias emitidas en televisión (por ejemplo, en la noticias de Antena3 el 20/07/2009). En algún caso, esa narración incluía la decisión del participante respecto a cuánto iba a pagar. Obviamente, estos comentarios pueden haber influido en decisiones posteriores, e igualmente pueden haber generado un “efecto llamada” de personas que no tuvieran ninguna intención de pagar. Para testar la primera posibilidad, presentamos las siguientes tablas. Tabla 21: Pagos realizados según día del trato Pago Fecha del trato
07-jul-2009 08-jul-2009 09-jul-2009 10-jul-2009 13-jul-2009 14-jul-2009 15-jul-2009 16-jul-2009 17-jul-2009 20-jul-2009 21-jul-2009 22-jul-2009 23-jul-2009 Total
n % fila n % fila n % fila n % fila n % fila n % fila n % fila n % fila n % fila n % fila n % fila n % fila n % fila n % fila
No pagó
Entre 0,1 Entre 10,1 Entre 20,1 Entre 30,1 y 10% y 20% y 30% y 40%
19
21
13
3
7
3
66
28,8%
31,8%
19,7%
4,5%
10,6%
4,5%
100,0%
29
20
9
5
5
2
70
41,4%
28,6%
12,9%
7,1%
7,1%
2,9%
100,0%
37
28
13
3
3
3
87
42,5%
32,2%
14,9%
3,4%
3,4%
3,4%
100,0%
31
14
8
2
1
1
57
54,4%
24,6%
14,0%
3,5%
1,8%
1,8%
100,0%
35
9
8
1
4
0
57
61,4%
15,8%
14,0%
1,8%
7,0%
,0%
100,0%
18
8
3
4
1
3
37
48,6%
21,6%
8,1%
10,8%
2,7%
8,1%
100,0%
26
15
4
5
1
3
54
48,1%
27,8%
7,4%
9,3%
1,9%
5,6%
100,0%
5
2
1
0
0
0
8
62,5%
25,0%
12,5%
,0%
,0%
,0%
100,0%
5
3
1
1
1
0
11
45,5%
27,3%
9,1%
9,1%
9,1%
,0%
100,0%
3
1
3
0
0
0
7
42,9%
14,3%
42,9%
,0%
,0%
,0%
100,0%
12
6
1
1
0
1
21
57,1%
28,6%
4,8%
4,8%
,0%
4,8%
100,0%
3
4
0
1
0
0
8
37,5%
50,0%
,0%
12,5%
,0%
,0%
100,0%
3
0
0
0
0
0
3
100,0%
,0%
,0%
,0%
,0%
,0%
100,0%
226
131
64
26
23
16
486
46,5%
27,0%
13,2%
5,3%
4,7%
3,3%
100,0%
36
Total
Más del 40%
El trato
Tabla 22: Pagos realizados según la quincena en que se decidió la cantidad a pagar Decisión de la cantidad a pagar Segunda quincena julio
Pago
No pagó
n % col.
Segunda quincena agosto
Primera quincena septiembre
Segunda quincena septiembre
Total
48
19
16
14
4
101
31,8%
33,9%
34,0%
31,8%
66,7%
33,2%
46
24
14
13
1
98
% col.
30,5%
42,9%
29,8%
29,5%
16,7%
32,2%
Entre 10,1 y n 20% % col.
29
7
4
8
0
48
19,2%
12,5%
8,5%
18,2%
,0%
15,8%
Entre 20,1 y n 30% % col.
10
3
4
5
1
23
6,6%
5,4%
8,5%
11,4%
16,7%
7,6%
Entre 30,1 y n 40% % col.
12
3
3
3
0
21
7,9%
5,4%
6,4%
6,8%
,0%
6,9%
Entre 0,1 y 10%
Más del 40% Total
n
Primera quincena agosto
n % col. n % col.
6
0
6
1
0
13
4,0%
,0%
12,8%
2,3%
,0%
4,3%
151
56
47
44
6
304
100,0%
100,0%
100,0%
100,0%
100,0%
100,0%
Tabla 23: Media en euros de los pagos realizados por los que cerraron el trato según quincena en que se toma la decisión (incluyendo los que pagaron 0 euros) Media
n
Desv. típ.
Segunda quincena julio
17,8€
151
25,7
Primera quincena agosto
14,1€
56
29,7
Segunda quincena agosto
26,1€
47
40,1
Primera quincena septiembre
20, 9€
44
26,8
Segunda quincena septiembre
30,0€
6
46,9
Total
19,1€
304
29,8
Tabla 24: Media en euros de los pagos realizados de los que cerraron el trato según quincena en que se toma la decisión (sin incluir a los que pagaron 0 euros) Media
Desv. típ.
Segunda quincena julio
26,0€
103
27,5
Primera quincena agosto
21,4€
37
34,5
Segunda quincena agosto
39,6€
31
43,7
Primera quincena septiembre
30,6€
30
27,4
Segunda quincena septiembre
90,0€
2
14,1
Total
28,6€
203
32,5
37
n
El trato
Tabla 25: Media del porcentaje pagado del precio real según quincena en que se decidió la cantidad a pagar Media
n
10,4%
151
Primera quincena agosto
6,2%
56
9,9
Segunda quincena agosto
15,1%
47
21,1
Primera quincena septiembre
10,8%
44
14,0
Segunda quincena septiembre
5,4%
6
10,7
10,3%
304
14,6
Segunda quincena julio
Total
Desv. típ. 13,6
Estas tablas apuntan que no parece que los sujetos hayan sido influidos en su decisión por las decisiones anteriores. La publicitación de algunas decisiones de pagos de cantidades bajas en medios de comunicación no generaron un cambio apreciable en la tendencia de los pagos. Resultados según colectivos En este apartado presentamos algunos datos sobre las diferencias en el pago decidido por distintos tipos de colectivos, como por ejemplo, residentes en Comunidades Autónomas distintas, o personas con diferentes niveles de ingresos.
38
El trato
Tabla 26: Pagos realizados según la Comunidad Autónoma del titular del trato Pago Comunidad
País Vasco Comunidad Valenciana Cataluña Extremadura Andalucía Castilla y León Castilla La Mancha Galicia Canarias Navarra Baleares Madrid Murcia Aragón Total
n % fila n % fila n % fila n % fila n % fila n % fila n % fila n % fila n % fila n % fila n % fila n % fila n % fila n % fila n % fila
No pagó
Entre 0,1 y 10%
Entre 10,1 y 20%
Entre 30,1 y 40%
Total
Más del 40%
3
3
0
2
0
1
9
33,3%
33,3%
,0%
22,2%
,0%
11,1%
100,0%
6
7
3
2
0
0
18
33,3%
38,9%
16,7%
11,1%
,0%
,0%
100,0%
25
32
18
12
12
8
107
23,4%
29,9%
16,8%
11,2%
11,2%
7,5%
100,0%
0
2
0
0
0
0
2
,0%
100,0%
,0%
,0%
,0%
,0%
100,0%
13
10
2
0
1
0
26
50,0%
38,5%
7,7%
,0%
3,8%
,0%
100,0%
3
3
4
1
0
0
11
27,3%
27,3%
36,4%
9,1%
,0%
,0%
100,0%
0
4
0
0
0
0
4
,0%
100,0%
,0%
,0%
,0%
,0%
100,0%
1
0
0
0
0
0
1
100,0%
,0%
,0%
,0%
,0%
,0%
100,0%
6
4
2
0
1
0
13
46,2%
30,8%
15,4%
,0%
7,7%
,0%
100,0%
0
1
1
0
0
0
2
,0%
50,0%
50,0%
,0%
,0%
,0%
100,0%
1
0
1
0
0
0
2
50,0%
,0%
50,0%
,0%
,0%
,0%
100,0%
26
24
14
4
6
4
78
33,3%
30,8%
17,9%
5,1%
7,7%
5,1%
100,0%
2
2
0
0
0
0
4
50,0%
50,0%
,0%
,0%
,0%
,0%
100,0%
1
1
0
0
0
0
2
50,0%
50,0%
,0%
,0%
,0%
,0%
100,0%
87
93
45
21
20
13
279
31,2%
33,3%
16,1%
7,5%
7,2%
4,7%
100,0%
39
Entre 20,1 y 30%
El trato
Tabla 27: Media en euros de los pagos realizados Comunidad
Media
País Vasco
27,6€
Comunidad Valenciana Cataluña Extremadura
n
Desv. típ. 9
65,4
11,2€
18
14,0
22,0€
107
26,0
101,5€
2
139,3
Andalucía
13,4€
26
25, 6
Castilla y León
31,9€
11
44,2
Castilla La Mancha
15,0€
4
16,8
Galicia
,0€
1.
Canarias
10,5€
13
17,5
Navarra
16,5€
2
19,1
Baleares
10,0€
2
14,1
Madrid
19,3€
78
27,9
Murcia
3,8€
4
4,8
Aragón
,5€
2
,7
19,6€
279
30, 1
Total
Tabla 28: Media en euros de los pagos realizados por los que pagaron una cantidad superior a 0 euros, según Comunidad Autónoma Comunidad
Media
n
Desv. típ.
País Vasco
41,3€
6
78,5
Comunidad Valenciana
16,8€
12
14,1
Cataluña
28,7€
82
26,3
Extremadura
101,5€
2
139,3
Andalucía
26,7€
13
31,2
Castilla y León
43,9€
8
46,8
Castilla La Mancha
15,0€
4
16,8
Canarias
19,6€
7
20,2
Navarra
16,5€
2
19,1
Baleares
20,0€
1
Madrid
28,9€
52
Murcia
7,5€
2
Aragón
1,0€
1
28,5€
192
Total
. 29,9 3,5 . 32,6
Como podemos ver en las tres tablas anteriores, un 23,4% de los residentes en Cataluña no pagaron, frente a un 33,3% de los residentes en Madrid. Además, la media de las aportaciones es más generosa entre los catalanes (22 euros) que entre los madrileños (19 euros). En cualquier caso, si contemplamos sólo al subgrupo de los que realizaron un pago superior a 0 euros, las medias de las aportaciones de catalanes y madrileños son prácticamente iguales. El reducido número de casos de participantes de otras comunidades impide una comparación entre ellas. 40
El trato
Tabla 29: Pagos realizados según la edad del titular del trato Grupos de edad Pago n
No pagó
% col.
Entre 0,1 y 10% Entre 10,1 y 20% Entre 20,1 y 30% Entre 30,1 y 40% Más del 40% Total
No contesta
Más de 40 años
Total
3
61
16
3
101
23,1%
33,9%
27,1%
13,6%
33,2%
5
6
62
19
6
98
16,7%
46,2%
34,4%
32,2%
27,3%
32,2%
4
2
23
14
5
48
13,3%
15,4%
12,8%
23,7%
22,7%
15,8%
n
2
1
14
4
2
23
6,7%
7,7%
7,8%
6,8%
9,1%
7,6%
1
0
13
5
2
21
3,3%
,0%
7,2%
8,5%
9,1%
6,9%
0
1
7
1
4
13
,0%
7,7%
3,9%
1,7%
18,2%
4,3%
30
13
180
59
22
304
100,0%
100,0%
100,0%
100,0%
100,0%
100,0%
% col. n % col. n % col. n % col.
Entre 31 y 40 años
18
n % col.
Entre 21 y 30 años
60,0%
n % col.
Menos de 21 años
Tabla 30: Media en euros de los pagos realizados por los distintos grupos de edad Grupos de edad
Media
n
Desv. típ.
No contesta
11,2€
30
23,5
Menos de 21 años
17,9€
13
18,7
Entre 21 y 30 años
16,7€
180
29,0
Entre 31 y 40 años
24,2€
59
30,4
Más de 40 años
36,6€
22
39,1
Total
19,1€
304
29,8
Tabla 31: Media en euros de los pagos realizados por los que pagaron una cantidad superior a 0 euros, según grupos de edad Grupos de edad
Media
No contesta
27,9€
Menos de 21 años Entre 21 y 30 años
Desv. típ. 12
30,8
23,2€
10
18,2
25,2€
119
32,6
Entre 31 y 40 años
33,2€
43
31,2
Más de 40 años
42,4€
19
39,0
Total
28,6€
203
32,5
41
n
El trato
Tabla 32: Media del porcentaje pagado del precio real según edad del titular del trato Media Menos de 21 años
n
Desv. típ.
12,3%
13
19’6
Entre 21 y 30 años
9,5%
180
13,7
Entre 31 y 40 años
10,8%
59
13,3
Más de 40 años
20,5%
22
22,2
5,9%
30
10,1
10,3%
304
14,6
No contesta Total
Tabla 33: Pagos realizados según el estado civil del titular del trato Estado civil
Pago
No contesta No casado n
No pagó
% col.
Entre 0,1 y 10% Entre 10,1 y 20% Entre 20,1 y 30% Entre 30,1 y 40%
17
50
34
101
35,2%
25,8%
33,2%
7
42
49
98
23,3%
29,6%
37,1%
32,2%
3
23
22
48
10,0%
16,2%
16,7%
15,8%
2
10
11
23
6,7%
7,0%
8,3%
7,6%
1
12
8
21
3,3%
8,5%
6,1%
6,9%
0
5
8
13
,0%
3,5%
6,1%
4,3%
30
142
132
304
100,0%
100,0%
100,0%
100,0%
n % col. n % col. n % col. n
Más del 40%
% col. n
Total
% col.
Total
56,7%
n % col.
Casado
Tabla 34: Media en euros de los pagos realizados según estado civil Media
Desv. típ.
No casado
19,1€
142
31,8
Casado
20,9€
132
28,6
No contesta
11,0€
30
23,6
Sin información
13,6€
89
19,2
Total
17,8€
393
27,8
42
n
El trato
Tabla 35: Media en euros de los pagos realizados por los que pagaron una cantidad superior a 0 euros, según estado civil Media
n
Desv. típ.
No casado
29,4€
92
35,5
Casado
28,2€
98
29,9
No contesta
25,3€
13
30,8
Sin información
21,3€
57
20,3
Total
27,0€
260
30,4
Tabla 36: Media del porcentaje pagado del precio real según estado civil Media
n
No casado
10,1%
142
13,7
Casado
11,6%
132
16,2
No contesta
5,4%
30
9,9
Sin información
3,8%
182
8,9
Total
7,9%
486
13,1
43
Desv. típ.
El trato
Tabla 37: Pagos realizados según el sector profesional del titular del trato Pago Sector profesional
Administración de empresas
n
Administración Pública
n
% fila % fila
Entre 0,1 y 10%
Entre 20,1 y 30%
Entre 30,1 y 40%
Más del 40%
Total
11
4
2
2
0
3
22
50,0%
18,2%
9,1%
9,1%
,0%
13,6%
100,0%
6
3
1
1
0
1
12
50,0%
25,0%
8,3%
8,3%
,0%
8,3%
100,0%
4
4
3
2
0
0
13
% fila
30,8%
30,8%
23,1%
15,4%
,0%
,0%
100,0%
Calidad, producción e n I+D % fila
1
3
1
0
0
0
5
20,0%
60,0%
20,0%
,0%
,0%
,0%
100,0%
Atención a clientes
n
No pagó
Entre 10,1 y 20%
5
4
3
1
1
1
15
% fila
33,3%
26,7%
20,0%
6,7%
6,7%
6,7%
100,0%
Compras, logística y n almacén % fila
2
3
0
0
1
1
7
28,6%
42,9%
,0%
,0%
14,3%
14,3%
100,0%
Comercial y ventas
n
Diseño y artes gráficas
n
Educación y formación
n
Finanzas y banca Informática y telecomunicaciones Ingenieros y técnicos Inmobiliario y construcción Legal
% fila % fila n % fila n % fila n % fila n % fila n % fila
Marketing y comunicación
n
Profesiones, artes y oficios
n
Sanidad y salud Turismo y restauración Otros No responde Total
% fila % fila n % fila n % fila n % fila n % fila n % fila
0
3
2
0
1
0
6
,0%
50,0%
33,3%
,0%
16,7%
,0%
100,0%
4
5
1
2
4
0
16
25,0%
31,3%
6,3%
12,5%
25,0%
,0%
100,0%
2
4
0
1
0
0
7
28,6%
57,1%
,0%
14,3%
,0%
,0%
100,0%
12
12
12
5
4
2
47
25,5%
25,5%
25,5%
10,6%
8,5%
4,3%
100,0%
6
8
1
1
3
1
20
30,0%
40,0%
5,0%
5,0%
15,0%
5,0%
100,0%
0
0
0
1
0
0
1
,0%
,0%
,0%
100,0%
,0%
,0%
100,0%
2
0
0
0
0
0
2
100,0%
,0%
,0%
,0%
,0%
,0%
100,0%
2
8
1
0
1
1
13
15,4%
61,5%
7,7%
,0%
7,7%
7,7%
100,0%
2
3
1
1
0
0
7
28,6%
42,9%
14,3%
14,3%
,0%
,0%
100,0%
4
4
2
0
4
0
14
28,6%
28,6%
14,3%
,0%
28,6%
,0%
100,0%
3
2
1
0
1
0
7
42,9%
28,6%
14,3%
,0%
14,3%
,0%
100,0%
11
18
10
3
0
3
45
24,4%
40,0%
22,2%
6,7%
,0%
6,7%
100,0%
24
10
7
3
1
0
45
53,3%
22,2%
15,6%
6,7%
2,2%
,0%
100,0%
101
98
48
23
21
13
304
33,2%
32,2%
15,8%
7,6%
6,9%
4,3%
100,0%
44
El trato
Tabla 38: Media en euros de los pagos realizados según sector profesional Media
N
Desv. típ.
Administración de empresas
18,6€
22
27,2
Administración Pública
16,3€
12
42,6
Atención a clientes
20,6€
13
28,2
Calidad, producción e I+D
16,2€
5
20,6
Comercial y ventas
15,1€
15
17, 5
Compras, logística y almacén
13,1€
7
19,6
Diseño y artes gráficas
22,0€
6
18,5
Educación y formación
24,6€
16
30,4
9,7€
7
13,9
Informática y telecomunicaciones
22,6€
47
35,0
Ingenieros y técnicos
24,4€
20
39,4
Inmobiliario y construcción
25,0€
Finanzas y banca
Legal
1 .
,0€
2
,0
Marketing y comunicación
17,4€
13
25, 6
Profesiones, artes y oficios
15,9€
7
15,8
Sanidad y salud
29,0€
14
34,4
Turismo y restauración
18,6€
7
36,7
Otros
20,4€
45
32,0
No contesta
12,8€
45
25,0
Sin información
13,6€
89
19,2
Total
17,8€
393
27,8
Tabla 39: Media en euros de los pagos realizados por los que pagaron una cantidad superior a 0 euros, según sector profesional Media Administración de empresas
Desv. típ. 11
28,1
Administración Pública
32,5€
6
57,9
Atención a clientes
29, 8€
9
29,7
Calidad, producción e I+D
20,3€
4
21,3
Comercial y ventas
22,6€
10
16,9
Compras, logística y almacén
18,4€
5
21,3
Diseño y artes gráficas
22,0€
6
18,5
Educación y formación
32,8€
12
31,0
Finanzas y banca
13,6€
5
14,9
Informática y telecomunicaciones
30,3€
35
37,6
34,8€
14
43,4
Ingenieros y técnicos Inmobiliario y construcción
25,00€
Marketing y comunicación
20,6€
11
26, 7
Profesiones, artes y oficios
22,2€
5
14,0
Sanidad y salud
40,6€
10
34,4
Turismo y restauración
32,5€
4
45,7
Otros
26,9€
34
34,4
No contesta
27,1€
21
31,0
Sin información
21,3€
57
20,3
Total
27,0€
260
30,4
45
N
37,3€
1.
El trato
Tabla 40: Media del porcentaje pagado del precio real según sector profesional Media Administración de empresas
n
Desv. típ.
12,4%
22
20,9
Administración Pública
9,0%
12
19,4
Atención a clientes
9,4%
13
8,8
Calidad, producción e I+D
6,9%
5
8,1
Comercial y ventas
11,7%
15
18,6
Compras, logística y almacén
14,7%
7
25,6
Diseño y artes gráficas
10,1%
6
11,3
Educación y formación
13,4%
16
14,6
7,2%
7
8,0
Informática y telecomunicaciones
12,3%
47
13,5
Ingenieros y técnicos
10,6%
20
Inmobiliario y construcción
27,8%
1
Finanzas y banca
Legal Marketing y comunicación Profesiones, artes y oficios Sanidad y salud Turismo y restauración Otros
15,5 .
,0%
2
,0
10,2%
13
16,4
9,0%
7
10,6
14,4%
14
15,3
8,4%
7
13,3
10,4%
45
14,9
No contesta
5,6%
45
9,4
Sin información
3,8%
182
8,9
Total
7,9%
486
13,1
Tabla 41: Pagos realizados según ingresos del titular del trato Ingresos Pago
De 20.000 a 29.000
Más de 40.000
No contesta
Total
12
4
3
43
101
% col.
34,5%
31,6%
30,8%
30,0%
33,1%
33,2%
Entre 0,1 y n 10% % col.
35
11
7
4
41
98
31,0%
28,9%
53,8%
40,0%
31,5%
32,2%
20
6
0
1
21
48
17,7%
15,8%
Entre 10,1 n y 20% % col.
15,8%
,0%
10,0%
16,2%
Entre 20,1 n y 30% % col.
6
3
0
0
14
23
5,3%
7,9%
,0%
,0%
10,8%
7,6%
Entre 30,1 n y 40% % col.
8
5
2
1
5
21
7,1%
13,2%
15,4%
10,0%
3,8%
6,9%
Más del 40% Total
n % col. n % col.
5
1
0
1
6
13
4,4%
2,6%
,0%
10,0%
4,6%
4,3%
113
38
13
10
130
304
100,0%
100,0%
100,0%
100,0%
100,0%
100,0%
46
De 30.000 a 39.000
39
No pagó
n
De 12.000 a 19.000
El trato
Tabla 42: Media en euros de los pagos realizados según grupo de ingresos Media
n
Desv. típ.
De 12.000 a 19.000
18,9€
113
30,9
De 20.000 a 29.000
22,3€
38
32,3
De 30.000 a 39.000
16,1€
13
28,2
Más de 40.000
15,6€
10
20,8
No contesta
18,9€
130
29,1
Total
19,1€
304
29,8
Tabla 43: Media en euros de los pagos realizados por los que pagaron una cantidad superior a 0 euros, según grupo de ingresos Media
n
Desv. típ.
De 12.000 a 19.000
28,9€
74
34,2
De 20.000 a 29.000
32,6€
26
34,6
De 30.000 a 39.000
23,2€
9
31,7
Más de 40.000
22,3€
7
21,8
No contesta
28,2€
87
31,6
Total
28,6€
203
32,5
Tabla 44: Media del porcentaje pagado del precio real según grupo de ingresos Media
n
De 12.000 a 19.000
10,4%
113
14,9
De 20.000 a 29.000
11,2%
38
13,8
De 30.000 a 39.000
Desv. típ.
7,0%
13
11,8
Más de 40.000
11,2%
10
18,8
No contesta
10,2%
130
14,6
Total
10,3%
304
14,6
Las tablas anteriores no nos permiten obtener ninguna conclusión clara acerca de la relación entre los pagos realizados y las distintas variables sociodemográficas de que disponemos. En relación con la edad, las aportaciones absolutas crecen cuanto mayor es la edad, pero no parece que exista un patrón claro de relación entre el pago porcentual y la edad. Tampoco el estado civil se relaciona con las decisiones. Aunque existe una menor presencia relativa de impagos ente los casados, la media de sus aportaciones absolutas es prácticamente idéntica. Los sectores profesionales de los participantes son tan numerosos que la dispersión de datos no nos permite obtener ninguna conclusión de las tablas expuestas. Y por último, los 47
El trato
individuos de distintos grupos de ingresos no parecen haber tomado decisiones significativamente distintas. Dado que la pregunta acerca de los ingresos contiene un elevado número de casos sin respuesta, y considerando que el contexto en el que se realiza esta pregunta puede haber influido en las respuestas, hemos tratado de captar el status económico por alguna otra vía indirecta. En ese sentido, la pregunta de cuántos viajes se realizan por año podría servir como un indicador indirecto (y algo precario) del nivel de ingresos del participante. Tabla 45: Pagos realizados según número de viajes realizados por año Viajes por año
Pago
Ninguno n
No pagó
% col.
Entre 0,1 y 10%
n
Entre 10,1 y 20%
n
Entre 20,1 y 30%
n
Entre 30,1 y 40%
n
% col.
Más del 40%
% col. % col. % col. n % col. n
Total
% col.
Entre 1 y 3
Total
Más de 3
22
48
31
101
46,8%
29,8%
32,3%
33,2%
11
54
33
98
23,4%
33,5%
34,4%
32,2%
7
30
11
48
14,9%
18,6%
11,5%
15,8%
4
10
9
23
8,5%
6,2%
9,4%
7,6%
2
9
10
21
4,3%
5,6%
10,4%
6,9%
1
10
2
13
2,1%
6,2%
2,1%
4,3%
47
161
96
304
100,0%
100,0%
100,0%
100,0%
Tabla 46: Media en euros de los pagos realizados según número de viajes realizados por año Media
n
Desv. típ.
Ninguno
14,6€
47
23,4
Entre 1 y 3
22,0€
161
34,3
Más de 3
16,4€
96
23,4
Total
19,1€
304
29,8
Tabla 47: Media en euros de los pagos realizados por los que pagaron una cantidad superior a 0 euros, según número de viajes realizados por año Media
Desv. típ.
27,5€
25
26,1
Entre 1 y 3
31,3€
113
37,2
Más de 3
24,3€
65
24,9
Total
28,6€
203
32,5
48
n
Ninguno
El trato
Tabla 48: Media del porcentaje pagado del precio real según número de viajes realizados por año Media Ninguno
n
Desv. típ.
7,8%
47
12,6
Entre 1 y 3
11, 1%
161
15,4
Más de 3
10,2%
96
14,2
Total
10,3%
304
14,6
Como podemos ver, aunque aquellos que no realizan ningún viaje tienen una presencia mayor de impagos, no parece que la media de las aportaciones crezca conforme crece el número de viajes, ni en términos absolutos, ni como porcentaje pagado del precio real.
Tabla 49: Pagos realizados según el sexo del titular del trato Sexo
Pago
Hombre n
No pagó
% col.
Entre 0,1 y 10% Entre 10,1 y 20% Entre 20,1 y 30% Entre 30,1 y 40% Más del 40%
119
107
226
47,6%
45,3%
46,5%
n % col.
63
68
131
25,2%
28,8%
27,0%
32
32
64
12,8%
13,6%
13,2%
13
13
26
5,2%
5,5%
5,3%
16
7
23
6,4%
3,0%
4,7%
7
9
16
2,8%
3,8%
3,3%
250
236
486
100,0%
100,0%
100,0%
n % col. n % col. n % col. n % col. n
Total
% col.
Total
Mujer
Tabla 50: Media en euros de los pagos realizados según sexo del titular del trato Media
n
Hombre
13,8€
250
25,0
Mujer
15,1€
236
27,0
Total
14,4€
486
26,0
49
Desv. típ.
El trato
Tabla 51: Media en euros de los pagos realizados por los que pagaron una cantidad superior a 0 euros, según sexo del titular del trato Media
n
Desv. típ.
Hombre
26,3€
131
29,4
Mujer
27, 7€
129
31,4
Total
27,0€
260
30,4
Tabla 52: Media del porcentaje pagado del precio real según sexo del titular del contrato Media
n
Desv. típ.
Hombre
7,8%
250
13,0
Mujer
8,0%
236
13,3
Total
7,9%
486
13,1
El sexo del titular no tiene ninguna influencia en la decisión del pago, ni en la cantidad absoluta ni en la relativa al precio del producto. Este resultado era previsible desde el momento en que los productos fueron pensados para parejas (con excepción de algunos paquetes pensados para una pareja y un niño). Independientemente de quien haya firmado el trato es muy probable que la cantidad decidida haya sido discutida en la mayoría de los casos entre los dos individuos que disfrutaron del producto. En principio, podríamos pensar que el grado en que el participante completó el proceso (ver Tabla 8) puede ser un indicador indirecto del compromiso con el cumplimiento no sólo de la letra, sino también del “espíritu” del trato. Por ello, comparamos en las siguientes tablas las diferencias en las cantidades pagadas por estos colectivos.
50
El trato
Tabla 53: Pagos realizados según el grado en que el participante completó el proceso Cierre de trato y encuesta Pago
No pagó Entre 0,1 y 10%
n % col. % col. n
Entre 20,1 y 30%
n
Entre 30,1 y 40%
n
% col. % col. % col.
93
32
101
226
36,0%
33,2%
46,5%
0
33
98
131
,0%
37,1%
32,2%
27,0%
0
16
48
64
,0%
18,0%
15,8%
13,2%
0
3
23
26
,0%
3,4%
7,6%
5,3%
0
2
21
23
,0%
2,2%
6,9%
4,7%
0
3
13
16
,0%
3,4%
4,3%
3,3%
93
89
304
486
100,0%
100,0%
100,0%
100,0%
n % col. n
Total
% col.
Total
100,0%
n
Entre 10,1 y 20%
Más del 40%
Cerró el trato Cerró el trato pero no y rellenó rellenó encuesta encuesta
No cerró el trato
Como vemos, la relación entre ambas variables es compleja: aunque aquellos que completaron el proceso tienen una menor presencia proporcional de impagos, tienen una menor presencia proporcional en pagos de entre el 0% y el 20% del precio del producto, y una mayor presencia proporcional en los pagos más generosos. El efecto conjunto de estas tendencias puede verse en la comparación de la media de las cantidades absolutas pagadas: aquellos que completaron el proceso realizaron pagos más elevados en términos absolutos.
Tabla 54: Media en euros de los pagos realizados según grado en que se completó el proceso Media No cerró el trato
Desv. típ. 93
,0
Cerró el trato pero no rellenó encuesta
13,6€
89
19,2
Cerró el trato y rellenó encuesta
19,1€
304
29,8
Total
14,4€
486
26,0
51
n
0,0€
El trato
Tabla 55: Media en euros de los pagos realizados por los que pagaron una cantidad superior a 0 euros, según el grado en que completaron el proceso Media
n
Desv. típ.
Cerró el trato pero no rellenó encuesta
21,3€
57
20,3
Cerró el trato y rellenó encuesta
28,6€
203
32,5
Total
27,0€
260
30,4
Tabla 56: Media del porcentaje pagado del precio real según el grado en que completaron el proceso Media No cerró el trato Cerró el trato pero no rellenó encuesta Cerró el trato y rellenó encuesta Total
n
Desv. típ.
,0%
93
,0
7,7%
89
11,5
10,3%
304
14,6
7,9%
486
13,1
Resultados según valoración de la experiencia Según las condiciones de El trato, los participantes debían decidir a la vuelta de sus vacaciones la cantidad a pagar en función de su experiencia. Por ello, es necesario comparar las decisiones de los participantes en función de la valoración que hicieron de su experiencia. Estos datos, sin embargo, han de interpretarse con prudencia, pues probablemente la valoración sea en sí misma, al menos en cierto grado, un efecto y no una causa de la decisión sobre lo que se quiere pagar. Dicho de otro modo, es probable que la decisión sobre la cantidad a pagar haya sido independiente de la evaluación de la experiencia, y que la respuesta a las preguntas sobre esta evaluación haya estado influenciada por la intención de no generar una disparidad excesiva entre el pago y la opinión de las vacaciones.
52
El trato
Tabla 57: Pagos realizados según la valoración del servicio recibido Valoración del servicio Pago
Bajo (de 0 a 4) n
No pagó
% col.
Entre 0,1 y 10% Entre 10,1 y 20% Entre 20,1 y 30% Entre 30,1 y 40% Más del 40%
n % col. n % col.
21
101
56,1%
22,9%
17,5%
33,2%
25
21
52
98
21,9%
30,0%
43,3%
32,2%
13
14
21
48
11,4%
20,0%
17,5%
15,8%
7
9
7
23
6,1%
12,9%
5,8%
7,6%
4
5
12
21
3,5%
7,1%
10,0%
6,9%
1
5
7
13
,9%
7,1%
5,8%
4,3%
n % col. n
Total
16
n % col.
% col.
Total
64
n % col.
Medio Alto (de 5 a 6) (de 7 a 10)
114
70
120
304
100,0%
100,0%
100,0%
100,0%
Tabla 58: Media en euros de los pagos realizados en euros según la valoración del servicio Media
n
Desv. típ.
Bajo (de 0 a 4)
11,1€
114
21,5
Medio (de 5 a 6)
22,0€
70
24,3
Alto (de 7 a 10)
25,0€
120
37,0
Total
19,1€
304
29,8
Tabla 59: Media del porcentaje pagado del precio real según valoración del servicio Media Bajo (de 0 a 4)
5,6%
Desv. típ. 114
10,6
Medio (de 5 a 6)
14,4%
70
16,8
Alto (de 7 a 10)
12,4%
120
15,4
Total
10,3%
304
14,6
53
n
El trato
Tabla 60: Pagos realizados según si repetiría la experiencia ¿Repetiría? Pago
No n
No pagó
% col.
Entre 0,1 y 10% Entre 10,1 y 20% Entre 20,1 y 30% Entre 30,1 y 40%
n % col. n % col. n % col. n % col. n
Más del 40%
% col. n
Total
% col.
No contesta
Si
Total
38
39
24
101
46,9%
21,1%
63,2%
33,2%
16
75
7
98
19,8%
40,5%
18,4%
32,2%
15
30
3
48
18,5%
16,2%
7,9%
15,8%
6
15
2
23
7,4%
8,1%
5,3%
7,6%
3
17
1
21
3,7%
9,2%
2,6%
6,9%
3
9
1
13
3,7%
4,9%
2,6%
4,3%
81
185
38
304
100,0%
100,0%
100,0%
100,0%
Tabla 61: Media de los pagos en euros según si repetirían o no la experiencia Media
n
Desv. típ.
Si
23,3€
185
33,8
No
13,7€
81
19,9
9,8€
38
21,9
6,7€
182
15,0
14,4€
486
26,0
No contesta Sin información Total
Tabla 62: Media del porcentaje pagado del precio real según si repetiría o no la experiencia Media
Desv. típ.
Si
11,9%
185
14,7
No
8,7%
81
14,7
No contesta
5,9%
38
12,9
Sin información
3,8%
182
8,9
Total
7,9%
486
13,1
54
n
El trato
Tabla 63: Pagos relación según si recomendaría o no la experiencia ¿Recomendaría? Pago
No n
No pagó
% col.
Entre 0,1 y 10% Entre 10,1 y 20% Entre 20,1 y 30% Entre 30,1 y 40% Más del 40%
37
24
101
53,3%
19,5%
61,5%
33,2%
15
77
6
98
20,0%
40,5%
15,4%
32,2%
9
35
4
48
12,0%
18,4%
10,3%
15,8%
5
16
2
23
6,7%
8,4%
5,1%
7,6%
3
16
2
21
4,0%
8,4%
5,1%
6,9%
3
9
1
13
4,0%
4,7%
2,6%
4,3%
n % col. n % col. n % col. n % col. n
Total
% col.
Total
40
n % col.
No contesta
Si
75
190
39
304
100,0%
100,0%
100,0%
100,0%
Tabla 64: Media de los pagos en euros según si recomendaría o no la experiencia Media
n
Desv. típ.
Si
23,2€
190
33,0
No
12,2€
75
20,5
No contesta
12,4€
39
24,3
6,7€
182
15,0
14,4€
486
26,0
Sin información Total
Tabla 65: Media del porcentaje pagado del precio real según si recomendaría o no la experiencia Media
Desv. típ.
12,1%
190
14,9
No
7,7%
75
13,9
No contesta
6,8%
39
13,4
Sin información
3,8%
182
8,9
Total
7,9%
486
13,1
55
n
Si
El trato
Interpretación de los resultados En este apartado presentamos algunas reflexiones para la interpretación de los resultados de El trato.
¿Cómo pueden interpretarse los resultados de El trato? Si observamos los datos, podemos comprobar que sólo el 19,1% de los participantes se ajusta a las predicciones de la teoría económica. Según el supuesto de la maximización de la utilidad, un participante racional y egoísta aceptaría el trato, disfrutaría de sus vacaciones, y a la vuelta no haría ninguna inversión de tiempo y dinero, es decir, no pagaría nada y ni siquiera rellenaría el formulario para indicar que prefiere pagar 0 euros, y por supuesto, tampoco rellenaría la encuesta. Dicho de otro modo: el 80,9% de los participantes se sintió obligado a dedicar algún esfuerzo a cumplir, al menos formalmente, con el trato que habían firmado. El alcance de este esfuerzo fue variable: en el extremo del cumplimiento mínimo tenemos a los participantes que cerraron el trato pero no rellenaron la encuesta y pagaron 0 euros, y en el extremo opuesto, a los que cerraron el trato, rellenaron la encuesta, y pagaron alguna cantidad superior a 0 euros. Este dato indica claramente que, incluso en condiciones de ausencia de sanciones, existe para muchos una tendencia a comportarse de modo no totalmente egoísta. No existía ninguna obligación “legal” de rellenar el formulario tras las vacaciones, y no se contemplaban sanciones por no hacerlo. Pero había una “obligación” adquirida con el “apretón de manos” simbólico con el que se aceptaba El trato. Así, el trato firmado generaba una serie de obligaciones que la mayoría sintió que debía respetar, al menos hasta cierto punto. La tendencia a corresponder a la confianza que se deposita en nosotros cuando firmamos un acuerdo puede en parte explicar por qué la mayoría “cerró” el trato, pero no nos dice nada acerca de por qué pagaron la cantidad que pagaron. Esto requiere una explicación distinta. Como puede observarse en los datos, de los 393 participantes que cerraron el trato, 133 pagó 0 euros y 195 pagaron entre 0,1 y 20% del precio real del producto. Sólo 65 participantes realizaron un pago mayor al 20% de precio real. ¿Cómo puede interpretarse este amplio incumplimiento del “espíritu” del trato, que consistía en comprometerse a pagar lo que se considerara justo en función de lo que se había disfrutado? En relación con los 93 participantes que no cerraron el trato, su decisión es interpretable como una decisión racional y maximizadora de utilidad. Una vez disfrutado el viaje, y sin sanciones por no asumir costes, la elección de no molestarse siquiera en rellenar el formulario para indicar que se desea pagar 0 euros es la decisión obvia para aquellos cuyo objetivo prioritario era obtener una maximización de los beneficios en relación con los costes. Los datos que hemos expuesto evidencian que un colectivo bien definido de participantes optó por un pago que no puede sino interpretarse como “simbólico”. Como ya se ha señalado, no existe ningún tipo de proporcionalidad entre el pago realizado y las características del producto (ni el precio real, ni el tipo de viaje, ni la cantidad de noches, etc.). Esto evidencia que, al menos para una porción considerable de los participantes, el pago no fue el resultado 56
El trato
de una evaluación del valor real de la experiencia a la que posteriormente se le aplicaran descuentos en función de distintos criterios (voluntad de minimizar el coste, valor de la experiencia o del servicio recibido, etc.). El pago es, simplemente, un acto simbólico. Pero, ¿por qué se realiza este pago si el sujeto podría simplemente no pagar nada? Es posible que aquí esté operando algún tipo de trade‐off entre racionalidad y cumplimiento de normas. En la medida en que los sujetos puedan sentir la obligación de cumplir el compromiso que adquirieron, el pago simbólico puede representar la solución de compromiso ideal entre, por un lado, el aprovechamiento de lo que se ha concebido como el ofrecimiento de una ganga, y por otro lado, el respeto a un pacto firmado en que el sujeto se había comprometido a realizar algún pago. Si el individuo tiene, por un lado, la voluntad de aprovechar lo que ha entendido como una ganga, y por otro lado, la voluntad de ser “honrado” y cumplir los términos del pacto, se enfrenta a una disonancia cognitiva que se resuelve perfectamente mediante el recurso del pago de una cantidad simbólica: las tendencias contradictorias se reconcilian así, de modo que el sujeto puede decirse a sí mismo, al mismo tiempo, que aprovechó la ganga y que cumplió con lo acordado.
La interpretación de la experiencia como un “chollo” Materiales empleados en el análisis Para una interpretación más detallada de las decisiones de aquellos que decidieron en cierto grado “cerrar el trato” analizaremos el modo en que significaron la experiencia, es decir, el sentido que le dieron a esta experiencia, cómo la entendieron e interpretaron. Para el análisis de estas decisiones tomaremos como referencia: a) Los conocimientos producidos en la economía y sociología experimental sobre el modo en que los individuos toman decisiones económicas. b) Los datos cuantitativos de la primera parte del informe. c) Los textos que formaban parte de la campaña publicitaria de El trato. d) Las respuestas a las preguntas abiertas del cuestionario. e) Los comentarios de administradores y participantes del Blog de Atrápalo. En relación con los dos últimos apartados es necesario señalar que los textos analizados no pueden emplearse como indicadores directos de las causas de la decisión. Especialmente en el caso de las respuestas a preguntas abiertas del cuestionario, los textos no pueden tomarse como descripciones que el sujeto ofrece de lo que fue su verdadero proceso de decisión, pues no tenemos modo de distinguir qué hay en ellas de descripción de las razones de la decisión y qué hay de racionalización o justificación de la misma. Sin embargo, tanto estas respuestas como los textos del Blog pueden ofrecer algunos elementos útiles para la comprensión del modo o los modos en que se entendió la situación, es decir, cómo se concibió, interpretó, entendió, etc. lo que Atrápalo ofrecía. En el análisis que sigue reproducimos algunos fragmentos de texto que no pretenden ser representativos de la opinión general, sino simplemente fundamentar y ejemplificar las
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El trato
distintas interpretaciones de la situación que se produjeron. En relación a estos textos es necesario señalar: a) Los textos del Blog están precedidos del nombre del autor y la fecha de la intervención. El nombre es el “nick” que el propio participante empleaba en sus intervenciones. No especificamos en qué foro se produjo la intervención (se abrieron 10 foros en el Blog). En el caso de intervenciones realizadas por los distintas administradores del Blog, precedemos el texto por la palabra “administrador” y la fecha de la intervención. b) En el cuestionario se realizaron cuatro preguntas abiertas. Los textos que forman parte de respuestas a la pregunta “¿cómo lo describirías [el servicio]?” están precedidos por las siglas “DS”, los que responden a la pregunta “Escribe aquí lo que te gustó”, están precedidas por “LG”, los que responden a la pregunta “Escribe aquí lo que no te gustó”, están precedidas por “NG”, y las que responden a la pregunta de por qué se ha decidido pagar la cantidad escogida, están precedidas por “PQ”. En todos los casos, estas siglas están seguidas por el código que Atrápalo asignaba a cada trato. Algunos número son superiores a 486 porque no se trata de números consecutivos. Así, cada cita va precedida de un código como, por ejemplo, “SR_Trato 58”, que significaría que el texto forma parte de la respuesta que realizó el trato 58 a la pregunta de descripción del servicio. El “framing” de la experiencia En primer lugar, es muy posible que el “framing” de la experiencia haya sesgado las decisiones hacia el incumplimiento (hacia los impagos o hacia los pagos de cantidades simbólicas). En la ciencia social experimental, y en la sociología en general, se conocen como efectos de “framing” todos aquellos efectos que la definición del contexto o de la situación tiene sobre la conducta. En general, los individuos no nos comportamos de una misma manera en todos los contextos. Antes de actuar, clasificamos la situación en la que estamos como de un tipo u otro, y en función de esta clasificación, activamos “estilos” de comportamiento que consideramos apropiados para ese tipo de situaciones. En algunas ocasiones, son pequeñas “pistas” o elementos en apariencia poco importantes los que “disparan” un tipo de interpretación de la situación en lugar de otro. Por ello, en los experimentos se tiene especial cuidado con la situación que se presenta a los sujetos, pues la información o la descripción del propio experimento puede estimular determinados tipos de clasificación de la situación, y por tanto, activar determinados tipos de comportamiento. En el caso de El trato, es posible que el planteamiento de la experiencia en términos de “pacto basado en la honradez”, que pretendía activar el tipo de comportamiento propio del pacto honorable, haya sido contrarrestado por otros elementos de la publicidad que, aunque en principio insignificantes, pueden haber estimulado la interpretación de la situación en términos de intercambio mercantil en el que una de las partes ofrece una ganga. La conducta “apropiada” cuando a uno se le ofrece una ganga en un intercambio mercantil es aceptarla. Es posible que esto explique en parte por qué un porcentaje tan elevado de participantes cerró el trato y decidió pagar 0 euros. Desde esta interpretación de la situación, uno estaría simplemente aceptando una ganga que se le ha ofrecido. Mientras que los que no cerraron el trato no cumplieron con el compromiso que habían adquirido, estos 133 participantes pueden 58
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haber interpretado su decisión como una decisión tan legítima como la que toma cualquiera cuando un vendedor le ofrece una ganga. ¿Cuáles fueron los elementos de la publicidad que, involuntaria e inesperadamente, estimularon esta interpretación de la situación? Veamos, por ejemplo, estas frases extraídas de la campaña publicitaria: “¿Te imaginas reservar unas vacaciones, disfrutarlas y, a la vuelta, decidir cuánto quieres pagar?". “…tú te vas y cuando vuelvas, nos dices cuánto crees justo pagar.”. “Todo el mundo se merece pasar unas buenas vacaciones o al menos, escaparse un par de días.”.
La primera frase era el “gancho” de una de las campañas, y la segunda le seguía en letra más pequeña. En realidad, son maneras distintas de expresar lo mismo, pero se presentan de manera separada, lo que pudo tener el efecto de generar tensión entre ellos. La primera frase apela a la libertad en la elección, la segunda al carácter justo de la decisión, y la última, al derecho a disfrutar de unas vacaciones. El gancho, por tanto, apela a la libertad, y sólo posteriormente se introduce la dimensión de “justicia”. La situación, por tanto, se ha planteado en términos de precio libre, no de precio justo, o al menos la publicidad puede haber transmitido de manera involuntaria que una cosa tiene más relevancia que la otra. La tercera frase también puede haber reforzado la idea de que se trata de un intercambio mercantil caracterizado por el precio libre, y por tanto, por ser una ganga. En primer lugar, la frase puede ser interpretada como una afirmación del derecho a las vacaciones de aquellos con unos ingresos más bajos. Si la campaña se presenta como un medio de satisfacer el derecho de aquellos que menos disponibilidad económica tienen, parece claro que el precio libre puede satisfacer ese derecho, y el precio justo no tiene por qué hacerlo. En segundo lugar, el mensaje “descodificado” por los que leyeron la publicidad puede haber sido el de que Atrápalo reconoce implícitamente que lo que espera obtener son pagos muy alejados del precio real del producto, pues de lo contrario no se realizaría esta referencia a los que no tienen condiciones económicas suficientes como para pagar el precio real de mercado. Y en tercer lugar, por todo lo anterior, podemos pensar que esta frase puede haber contribuido a un “efecto llamada” de incumplidores, como comentaremos más adelante. Así, en definitiva, es posible que estas frases hayan introducido tres elementos en tensión en la interpretación de la situación. En realidad, si se ha de satisfacer el derecho de los más pobres, un precio libre puede hacerlo pero uno justo no necesariamente puede; si el precio ha de ser justo, se están dando criterios que restringen la libertad de la elección y que dificultan el derecho de todos a unas vacaciones; y si se trata de un precio libre, entonces la justicia no tiene por qué estar necesariamente entre los criterios a emplear en la determinación del pago. El sistema de pago El modo en que se planteó el pago también puede haber contribuido a estimular una interpretación cuyo resultado son los impagos o los pagos de pequeñas cantidades.
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La publicidad había señalado que el cliente podía decidir el precio que le pareciera justo pagar, pero un precio puede ser justo en relación con distintos criterios. Puede ser justo en relación al producto ofrecido, o justo en relación a la propia situación económica, o justo en relación con la experiencia vivida, etc. Si analizamos las intervenciones que se produjeron en el Blog de Atrápalo, podemos ver que varias intervenciones “oficiales”, es decir, de los administradores del Blog, apuntaban a la justicia en el último de los sentidos: como pago justo en relación a la experiencia vivida. Por ejemplo: Administrador (7.7.09): “El cliente al final decide cuanto ha valido su experiencia y paga de acuerdo con su criterio.”. Administrador (8.7.09): “…no existe ni existirá ningún tipo de lista negra, así que decide el precio a pagar según tu satisfacción.”. Administrador (8.7.09): “…en efecto ese es el objetivo de la oferta, que los usuarios paguen en función de su satisfacción.”. Administrador (10.7.09): “Si crees que el viaje no ha valido nada, no tienes que pagar nada.”. Administrador (12.7.09): “Si no te gusta el viaje puedes pagar lo que te parezca correcto.”.
Es decir, de las distintas modalidades de pago posibles, se escogió el pago a la vuelta y basado en una evaluación de la experiencia. Además, en la encuesta que habían de rellenar a la vuelta de las vacaciones, se realizaban tres preguntas relacionadas con la experiencia (cómo se valoraba el servicio, si se recomendaría la experiencia y si se repetiría). Esto también puede haber contribuido a reforzar esta misma idea. Por tanto, no se está pidiendo a los participantes que determinen un precio por lo que se les ha ofrecido, sino que lo determinen en función de su experiencia. Se animaba, por tanto, a que la decisión no tuviera como referencia el producto, sino el disfrute del mismo. Y, al menos una parte de los participantes, puede haberlo interpretado de este modo. Por ejemplo, así se expresaba un participante en el Blog: Eva (9.7.09): “Me voy de fin de semana!!! a ver cómo me tratan, pues según me traten pagaremos…”.
Este énfasis en el pago en función de la experiencia, y no en función del valor del producto, explica en parte el muy abundante listado de razones con las que los participantes argumentaron, como respuesta a una pregunta abierta de la encuesta, que el viaje no mereció la pena. Lo importante aquí no es el estatuto real de estas razones (si son razones que explican la decisión o racionalizaciones de la misma que sólo quieren justificarla). Lo fundamental es que, tal como se planteó el sistema de pago, uno puede tener la impresión de que si da las razones pertinentes, su pago es justo, y por tanto, no se está incumpliendo ni la letra ni el espíritu del trato. Dicho de otro modo, la significación del pago como un pago por la experiencia, en lugar de por el producto, facilitó resolver la disonancia cognitiva que puede haberse producido en aquellos que querían respetar el trato y al mismo tiempo maximizar beneficios y minimizar costes.
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Si analizamos las respuestas a las preguntas abiertas, podemos encontrar una infinidad de razones con las que se trataba de argumentar el pago que se había decidido. Por ejemplo, este participante, tras exponer todos los defectos del hotel que había visitado, afirmaba: PQ_Trato 32: “No creemos que lo ofrecido valga lo indicado (cuesta eso pero no lo vale).”.
Es decir, el valor del producto se determinaría, en todo caso, por la satisfacción que produce, no por sus las características que tiene a priori, que es lo que ocurre en condiciones de mercado. Es más, en ocasiones el pago se argumentaba con referencias a situaciones personales que permitieron disfrutar más o menos el producto, y no a carencias propias del mismo: PQ_Trato 328: “…al día siguiente tanto yo como mi novio trabajábamos así; que el check‐in lo hicimos a las 11 y el check‐out a las 7:30. considero que es un precio justo para las pocas horas que pudimos disfrutarlo”. PQ_Trato 194: “…ya que solo hemos utilizado el dormitorio y nada más, considero un precio razonable acorde al uso que le hemos hecho.”.
La selección de participantes El sistema empleado para determinar el grupo de personas que entrarían a formar parte de la experiencia de El trato también puede haber tenido un impacto en la configuración final de las decisiones. En primer lugar, como hemos dicho en el apartado anterior, El trato se caracteriza por la falta de aleatorización. Los sujetos que han formado parte de esta experiencia no han sido seleccionados aleatoriamente. Esto es fundamental para la interpretación de los resultados. La situación ideal sería aquella en la que no hubiese diferencias significativas entre el cliente habitual de Atrápalo y el participante de El trato, lo que tan sólo podría lograrse si se ofrecieran aleatoriamente los tratos a los clientes. En la medida en que los participantes no han sido seleccionados aleatoriamente, podemos pensar en la posible existencia de sesgos de selección. Esto significa que, dado que existió una importante campaña publicitaria anunciando El trato, es posible que se haya producido un “efecto llamada” especial, en el que determinado tipo de personas hayan estado especialmente entregadas a la tarea de “atrapar” uno de los tratos. Si esto ha sido así (y no podemos saber si lo ha sido, aunque es altamente probable), los resultados son menos concluyentes de lo que habrían sido en condiciones de aleatorización. En ciencias sociales, suelen llamarse free‐riders o “gorrones” a aquellos que obtienen beneficio de un esfuerzo colectivo sin aportar ellos mismos nada a la producción de ese beneficio. Es posible que la campaña publicitaria de El trato haya generado un “efecto llamada” de gorrones. Esto, si ha tenido lugar, puede haber sesgado considerablemente los datos, pues una proporción de gorrones mayor de la habitual tratando de “atrapar” un trato puede haber generado una proporción mayor de gorrones entre los que lo atraparon. Así, el nivel de incumplimiento de los tratos sería mayor del que se hubiese producido si los participantes se hubiesen seleccionado aleatoriamente. Por ello, hay que ser muy cautelosos a la hora de interpretar los resultados: no sólo no es legítimo generalizar estos resultados al conjunto de la población española, sino que ni siquiera es posible generalizarlos a los clientes de Atrápalo. En 61
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otras palabras: los resultados sólo explican lo que hicieron los participantes de El trato, y no pueden atribuirse a “los españoles” o “los clientes de Atrápalo”. ¿Se ha producido este “efecto llamada” de gorrones? Realmente, no podemos saberlo. Sin embargo, algunos datos sugieren que así ha sido. Si observamos el perfil de los que cerraron el trato (aquellos que no son especialmente gorrones, pues al menos rellenaron el formulario tras la vacaciones, lo que constituye un coste en tiempo sin beneficio económico), observamos que predominan los jóvenes de entre 20 y 30 años y de un nivel de ingresos bajo. Es precisamente el colectivo que, en términos estadísticos, tiene condiciones económicas y laborales más precarias. Es posible que una buena porción de ellos haya interpretado El trato, desde un primer momento, como una oportunidad para unas vacaciones que de otro modo no podrían permitirse. Algunas opiniones que expresaron los encuestados parecen apuntar en esa dirección: PQ_Trato 19: “…no siempre disponemos del tiempo y el dinero para poder viajar, así que esta oferta nos ha ido como anillo al dedo..”. PQ_Trato 31: “…si no hubiese sido de esta manera no hubiese podido disfrutarlo nunca…”. LG_Trato 49: “…podernos ir de vacaciones a Brasil este año que estamos en crisis y sin trabajo”. PQ_Trato 124: “Si realmente hubiera tenido que pagar su precio real, ni me hubiera planteado realizar el viaje.”. PQ_Trato 127: “Sinceramente si hubiese tenido que pagar el total del importe no hubiera ido, así que he decidido pagar 1/3 parte del viaje.”. PQ_Trato 194: “…de otra manera tal vez no habríamos podido permitirnos el visitar Madrid de esa forma.”. LG_Trato 166: “…me habéis permitido pasar un día fuera q mi condición de jubilado no me lo suele permitir.”. PQ_Trato 217: “Gracias a ustedes he podido tener las vacaciones que este año creía que no podría tener, ya que actualmente me encuentro en paro y no podrías costeármela…”. PQ_Trato 247: “Porque si no hubiera habido esta promoción no me habría marchado de fin de semana ya que la economía no está como para tirar cohetes...”. PQ_Trato 353: “…agradecemos a Atrápalo la oportunidad de haber tenido unas vacaciones que de otra forma no hubiéramos tenido.”. PQ_Trato 451: “…gracias a esta oferta he disfrutado de un lugar que no podría permitirme circunstancias normales actualmente.”. PQ_Trato 513: “La verdad es que si no hubiera sido por esta promoción no hubiéramos podido hacer nada este verano dado la mala situación económica por la que pasamos, así que agradecemos esta oportunidad.”. LG_Trato 519: “Me ha parecido una oportunidad de viajar única, ya que muchos de nosotros no nos lo podemos permitir, por eso quiero agradeceros esta oportunidad”. PQ_Trato 616: “La idea desde luego está genial porque permite hacer escapadas a aquella gente que igual normalmente no puede.”.
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PQ_Trato 635: “…a mi me interesó esta oferta porque de no ser por ella no podría haber realizado el viaje, ya que actualmente no está en mis posibilidades pagarlo a su precio.”.
Como puede verse, en todos estos casos la decisión de la cantidad a pagar estaba ya decidida antes de las vacaciones, al menos a grandes rasgos. Es decir, para todos estos participantes ni el tipo de producto ni la experiencia vivida podían tener un impacto en la decisión sobre cuánto pagar, pues el viaje ya se entendía, desde antes de realizarse, como una oportunidad de viajar gratis o con un precio simbólico. En segundo lugar, es posible que el procedimiento mediante la cual se lograba acceder a una de las vacaciones que formaban parte de El trato haya incentivado involuntariamente los impagos y los pagos de bajas cantidades. En la medida en que los tratos se “lanzaban” en días y horas señaladas, y su logro se concebía en términos de competencia con otros para “atrapar” un bien escaso, el esfuerzo dedicado a tratar de atrapar el viaje puede haberse significado como un esfuerzo cuyo logro es un “premio”. En otras palabras, este procedimiento puede haber contribuido a la consideración del producto como una ganga que uno se ha ganado el derecho a disfrutar. Ese derecho se sostendría en el esfuerzo y la dedicación empleada para “atrapar” el viaje y en la idea de que se ha obtenido en una competencia limpia con otros interesados. De hecho, algunas opiniones expresadas en el Blog nos informan de la considerable inversión de tiempo y atención necesaria para “atrapar” un producto: Inés. 7.7.09: “…soy una usuaria de atrapalo que lleva desde las 14 hasta las 16,30 actualizando la pagina del trato cada 5 segundos.”. Javi 7.7.09: “…llevo actualizando la pagina cada 5 minutos desde las 9 de la mañana y son las 18:24…”. Macoseta 13.7.09: “…casi me quedo sin dedo de tanto refrescar la web…”. Carolina 13.7.09: “…me he levantado a las 7:30 de la mañana estando de vacaciones y he pasado todo el día conectada al ordenador…”. Aida 15.7.09: “…me he levantado exclusivamente para conseguir el crucero a las 7:30, llevo desde esa hora dándole a actualizar…”.
Obviamente, la enorme competencia por “atrapar” un producto suponía que en cuestión de fracciones de segundo las ofertas desaparecían, con la consiguiente frustración de aquellos que había invertido tanto en el mismo propósito: Mercè 9.7.09: “La verdad es que me siento… quizás timada. Ayer estuve todo el día actualizando cada 30 segundos de reloj esperando una de vuestras ofertas, al final no se abrió en todo el día de ayer. Esta mañana me he levantado a las 7 y media de la mañana esperando que ya estuviera abierta a primera hora de la mañana, sin resultado. Llevo toda la mañana actualizando cada 15 segundos, por fin se activa, y cuando le doy para hacer la reserva se rompe el enlace de la página y me “quitan” la oferta.”. Nereida 13.7.09: “Ya es la quinta vez que me pasa!!!! Estoy aquí pendiente, actualizando la página a cada segundo… y cuando llega el momento, lo que iba a coger desaparece!!!!! Esto es desesperante… y muy frustrante!”.
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En general, puede decirse que el propio sistema favorecía que se considerara el producto como un premio al esfuerzo. En tercer lugar, hay que señalar que esta consideración del producto como un premio al esfuerzo favorecía también que procedimiento establecido para “atrapar” un producto se significara como un concurso o una lotería. Así se expresaban algunos usuarios en el Blog: Ángeles 8.7.09: “Llevo casi todo el día apretando el F5 de mi ordenador a la espera del milagro […]. Nunca me ha “tocado” nada. Espero tener suerte.[…]. A ver si para ese momento suena mi flauta.”. Neneh 13.7.09: “estoy hablando del funcionamiento de concurso…”. Kris 14.7.09: “Otra vez será…seguiré rascando…”. Macoseta 14.07.09: “Ayer tuve la suerte de poder “cazar” el viaje a Mallorca…”.
Esta interpretación estuvo también presente en la decisión de aquellos que pudieron finalmente participar en la experiencia: PQ_Trato 467: “Realmente yo lo veo como un juego, el que lo pilla el primero gana, es la recompensa por haber estado pendiente minuto a minuto actualizando la pagina y levantándose varios días a las 7 de la mañana.”. DS_Trato 31: “…no sé si por la emoción de que es un premio, lo he encontrado todo perfecto”.
Durante los días en que se lanzaron los productos, los administradores del foro trataron de contrarrestar la difusión de esta interpretación de la promoción: Administrador 13.7.09: “El trato no es un concurso ni un sorteo. Es una manera diferente de aprovechar destinos que quedarían desocupados…”. Administrador 13.7.09: “El trato no es un concurso, ni sorteo. […]. No se regala nada…”.
Sin embargo, la tarea de “desmontar” esta interpretación era titánica y tenía pocas posibilidades de éxito, pues la dinámica establecida para “atrapar” los productos era en sí misma extremadamente similar a la de un concurso, lo que era motivo suficiente como para que el trato se significara del mismo modo. Además, algunas intervenciones de los administradores del Blog, de modo involuntario, pueden haber contribuido a reforzar esta misma interpretación, pues era constante la referencia a la “suerte”: Administrador 8.7.09: “…ahí también está la esencia de la promoción, que ¡tienes que atrapar el destino si tienes suerte!”. Administrador 10.7.09: “…entre muchos clicks, la reserva se la queda para el usuario con más suerte…”. Administrador 10.7.09: “…recordamos que gente de toda España se conecta a la vez, y por eso tendrás que ser el más rápido y contar con una dosis de suerte para ser el gran afortunado.”. Administrador 13.7.09: “…toda España intenta conectarse a la vez y, si solo hay un producto disponible, las demás personas, que son muchas, se quedarán sin ello. ¡Hay que tener suerte!”.
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Administrador 15.7.09: “…el cupo de destinos es limitado y hay que tener suerte para atraparlo lo antes posible.”.
Los administradores podrían tener la intención de transmitir la idea de que poder participar en El trato, teniendo el derecho a fijar un precio desde criterios de justicia, es en sí mismo una suerte: Administrador 20.7.09: “Ya sería todo un lujo aprovechar de 8 noches de hotel en Tenerife pagando lo que te parezca justo.”.
Sin embargo, que esa sea la intención de los administradores no significa que los lectores hayan interpretado estas afirmaciones del mismo modo. De hecho, parece más probable que la interpretación de El trato como un concurso se haya visto reforzada con la significación del “atrapar” un trato como una “suerte”. Es más, la consideración de la participación como una “suerte” puede también haber transmitido implícitamente que Atrápalo también entendía lo que ofrecía como un “chollo”, y que por tanto no esperaba pagos cuantiosos. Es decir, aunque la intención y el sentido que le daban los administradores a sus intervenciones fuese otro, los participantes pueden haber pensado que si es una “suerte” el poder establecer un trato es porque la ausencia de trato genera peores condiciones que su presencia. Dicho de otro modo, si es una suerte salirse de las condiciones y reglas del mercado es porque fuera de él se estará mejor que dentro: considerar el trato como una suerte implica transmitir implícitamente que se reconoce que el producto va a ser disfrutado a un precio muy menor que el real. Así, la consideración del trato como un chollo puede haber influido en las decisiones finales sobre cuánto pagar mucho más que las características del producto o la experiencia: PQ_Trato 438: “Hemos considerado poner este precio no porque el producto fuese malo (al contrario), sino porque así es un auténtico chollo de oferta y nunca antes hemos podido conseguir ninguno.”.
Cómo se entendió el intercambio Si en el anterior apartado nos hemos centrado en las razones por las cuales El trato se significó por muchos como un intercambio mercantil caracterizado por ser un chollo, y no como un trato sobre bases de justicia y honorabilidad, en este apartado nos centraremos en concreto en cómo se significó la relación con Atrápalo en el marco de esta experiencia. Uno de los resultados claros de la experimentación en ciencias sociales es que los sujetos de un experimento no toman una misma decisión independientemente de con quién estén interactuando. Los intercambios entre iguales, en general, generan más frecuentemente decisiones caracterizadas por la confianza, la generosidad, el altruismo, etc. El hecho de que una de las partes del trato sea una empresa y la otra un particular no favorece, por tanto, que los pagos se realicen realmente desde criterios de justicia. De hecho, algunos pueden haber entendido que lo “justo” en una relación entre una parte poderosa y otra no poderosa es tratar de restablecer mínimamente el equilibrio.
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Una vez que la experiencia se entendió como un intercambio mercantil en el que una de las partes ofrece un “chollo”, era inevitable que se dispararan todo tipo de especulaciones sobre cuál era el posible beneficio para Atrápalo (más allá del reconocido oficialmente por Atrápalo en la publicidad y las intervenciones de los administradores en el Blog), pues se entendía que ninguna parte entra en un intercambio mercantil si no espera obtener nada a cambio. Una primera posibilidad es que Atrápalo estuviera tratando de obtener mayores ingresos por la vía de sobrevalorar los viajes cuando se informaba a los participantes del precio real del producto que iban a disfrutar, de manera que se forzara al alza la decisión de cuánto pagar. Así parecen haberlo creído algunos de los que intervinieron en el Blog: Anónimo 7.7.09: “El precio del valor real no se lo creen ni ellos, por lo menos en vuelos”. Alex 7.7.09: “¿Por qué estimáis que su valor es más del doble de lo que cuesta realmente?”. Antonia 8.7.09: “…el precio orientativo, que veo un poco hinchado la verdad…”. Dena 20.7.09: “…el hotel tiene un descuento propio sobre sus tarifas habituales que dan un precio muchísimo más barato de lo que estimaba Atrápalo ¡y además con desayuno!, esa, supongo, será nuestra referencia a la hora de pagar teniendo en cuenta que nosotros ¡no tenemos desayuno! y que nosotros valoramos muchísimo el desayuno, ejem, ejem…”.
E igualmente, algunos de los que finalmente “atraparon” un producto: PQ_Trato 27: “Considero que el precio real que vosotros proponéis, sin embargo, es un poco excesivo.”. PQ_Trato 99: “…creo que los precios reales se exageran un poco…”. PQ_Trato 129: “El único pero es que el viaje no vale los 95 euros reales que sugerís.”. PQ_Trato 157: “El precio real es algo estirado a la alza…”.
Lo importante de estas afirmaciones no es tanto si efectivamente se redujo mentalmente el precio de referencia sobre el que tomar una decisión, sino el hecho de que evidencian que algunos participantes entendían que, aunque el trato estaba enmarcado en una relación basada en la confianza y la honestidad, en realidad se estaba interactuando con una empresa que podía estar tratando de asegurarse un beneficio de manera deshonesta. Una segunda interpretación del beneficio “encubierto” que pretendidamente estaría buscando Atrápalo era la que apuntaba que, en realidad, los productos que se ofrecían eran de muy baja calidad, con excepción de algunos productos destacados que tendrían la función de generar interés por El trato. Algunos textos publicitarios de El trato pudieron contribuir de manera involuntaria a esta interpretación: “Posiblemente este verano queden muchos destinos turísticos vacíos o sin disfrutar y nos parece que eso no tiene mucho sentido.”.
Esta frase, que forma parte de la campaña publicitaria de El trato, puede haber generado en los clientes la impresión de que lo que se ofrece en El trato son productos sin valor suficiente como para funcionar en el mercado a su precio real, al menos en un contexto en el que las condiciones económicas son difíciles para el conjunto de la población. Así lo expresaron algunos de los clientes que participaron en el Blog: 66
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Pepe 8.7.09: “Esto no es más que una iniciativa promocional donde aparecen muchas noches de hotel y vuelos en días infumables y escasos viajes que no habrán tenido ningún éxito. El precio de todo eso es cero porque no tiene salida ninguna. […]. Las dos o tres cosas que puedan valer la pena, de haberlas, no son más que el precio de la promoción y a matarse por ellas.”.
La idea, además, pudo quedar reforzada con alguna intervención de los administradores del foro: Administrador 8.7.09: “Efectivamente, con esta oferta promocionamos destinos que pueden quedarse sin utilizar y permitimos que cada usuario pague el precio que considere justo.”. Administrador 8.7.09: “…el objetivo es aprovechar los destinos que no han sido comprados aún por los clientes en general.”. Administrador 20.7.09: “[El trato] Es una manera ingeniosa de aprovechar destinos que quedarían desocupados a fechas próximas.”.
Algunos participantes pueden haber considerado que, si lo que se les ofrece no es suficientemente interesante para el mercado, es que no hay nadie dispuesto a pagar su precio real, de modo que Atrápalo ya esperaría ingresos sustancialmente menores por estos productos de los que obtendría en condiciones de mercado. Por último, existe un modo de entender el intercambio cliente‐Atrápalo que consideramos especialmente importante, sobre todo porque parece muy extendida entre los participantes. Se trata de la interpretación según la cual El trato no era sino una campaña de marketing. Así lo afirman estas intervenciones en el Blog: Sergio 7.7.09: “Atrápalo ya tiene lo que quería que es publicidad y un boca a boca enorme, si pensáis lo que cuesta un anuncio en la tele.. y ellos solo han puesto 300 viajes, aun pagándolos ellos todos siguen ganando ya que a salido en todos los medio a coste 0!”. Alex 7.7.09: “…creo que a nivel de marketing ya ganáis.”. Jaime con i 8.7.09: “Este mensaje va dirigido a los directivos de Atrápalo: por favor, ni se os ocurra despedir a vuestro delegado de marketing, porque a expensas de las volubles (y en parte ignorantes un 80%) opiniones de las personas, está consiguiendo su propósito: publicitar la marca, así que felicidades delegado!”. Aroa 8.7.09: “Felicito a Atrápalo por esta inteligente idea empresarial, está claro que aunque la promoción de los 300 viajes gratis sea cierta, solo por los beneficios de publicidad y marketing que esto conlleva, el negocio les sigue saliendo rentable. Para ellos regalar 300 viajes supone una miseria en comparación con todo lo obtienen a costa de que miles de personas clikeen como locos en la pagina, pendientes día y noche de que los destinos aparezcan fugazmente activos…”. Mimatehoy.com 8.7.09: “La idea es original, el objetivo mediático esta conseguido….”. Ingrid 8.7.09: “Desde luego si tuvieseis que pagar el equivalente en publicidad en la TV os gastaríais el doble de lo que os puede costar aunque nadie pague! El boca oreja no tiene precio!”.
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Javi 24.7.09: “…todo esto lo tenéis calculado vosotros y lo planteáis como una inversión en marketing/publicidad. Más lo que os paguen por los tratos para no perder mucho o cubrir gastos, os sale más que rentable.”.
Esta interpretación de la situación no fue exclusiva de algunos de los que intervinieron en el Blog. Algunos participantes de El trato también señalaron la misma idea en la encuesta que rellenaron: PQ_Trato 133: “…creo que el objetivo de esta campaña de marketing no es que los clientes paguen lo que crean justo sino tener un record de visitas y que se corra la voz, eso estoy seguro que lo habéis logrado.”. PQ_Trato 99: “…vais a tener suficientes ganancias en publi que al fin y al cabo es lo que era.”. PQ_Trato 129: “Y puesto que esto ha sido una gran campaña de marketing, voy a permitirme aprovecharme un poquito.”. PQ_Trato 247: “…imagino que vuestro objetivo era hacer publicidad y de esta forma se ha conseguido.”. PQ_Trato 202: “Enhorabuena por la promoción y publicidad conseguida.”. PQ_Trato 621: “…seamos sinceros, esto es una promoción por vuestra parte, por lo que estamos muy agradecidos, pero la vamos a aprovechar, por lo que, ya que dais la oportunidad de ir gratis...”. DS_Trato 19: “Creo que se trata de una magnífica campaña de MKT! Teniendo en cuenta que os debéis dirigir […] imagino que ya os esperabais que estos clientes no os iban a pagar ni de lejos el valor real de los packs que habían cogido. Pero estoy segura de que antes de lanzar esta campaña, calculasteis muy bien el retorno de esta inversión, y por lo tanto, aun suponiendo que los 300 clientes que adquirieran una de estas ofertas pagaran 0€, recuperaríais con creces esta inversión…”.
También en este caso, los mensajes que provenían de Atrápalo puede haber reforzado involuntariamente este modo de interpretar la situación: Administrador 13.7.09: “Atrápalo gana en notoriedad de marca, el proveedor gana porque vende destinos que podrían quedarse vacíos, y el usuario puede disfrutarlo por un precio más que especial.”. Administrador 13.7.09: “El trato es una campaña de marketing, de las que hacemos cada año.”.
Este tipo de afirmaciones puede haber chocado con la insistencia con la que, por otra parte, se trataba de reforzar la idea de que El trato no era ni un concurso ni una oferta, sino una nueva forma de reservar: Administrador 7.7.09: “Simplemente comentar que no es una oferta, se trata de una nueva forma de reservar, y que lo vamos a probar durante una semana.”
La conclusión lógica para muchos participantes, que en parte ya está expresada en las citas anteriores es que si Atrápalo busca publicidad, entonces ya ha obtenido lo que busca, y por tanto, la justicia consistiría en que la otra parte del trato obtenga también un beneficio (un viaje gratis o a precio simbólico): 68
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Xavi 14.7.09: “…ellos ya han conseguido la publicidad que querían y yo el viaje, así que todos contentos.” Trato 17: “Pagamos un precio simbólico ya que consideramos que este trato era una campaña de marketing. Nosotros hemos cumplido con nuestra parte hablando de vosotros, y vosotros habéis conseguido la publicidad buscada apareciendo en los medios de comunicación y con el boca a boca de los participantes del concurso.”
De este modo, algunos participantes pueden estar diciéndose a sí mismos que, en realidad, están cumpliendo el “espíritu” del trato, pues su decisión sería, desde este punto de vista, una decisión “justa” y que equilibra beneficios entre las dos partes del acuerdo.
Otros factores que pudieron influir en la determinación del precio “justo” Basándonos en los fragmentos de texto de las respuestas a las distintas preguntas abiertas del cuestionario, podemos señalar la existencia de otros factores que pueden haber influido en la decisión final. Con los datos disponibles, no tenemos capacidad para evaluar el impacto real de estos factores sobre las decisiones, pero parece sensato pensar que, al menos en algunos casos, estas consideraciones pueden haberse tenido en cuenta a la hora de decidir cuánto pagar. En primer lugar, El trato puede haberse entendido por algunos como una oportunidad perfecta para restablecer el equilibrio con compañías aéreas, hoteles, o con “la hostelería” en general, tras una serie de malas experiencias personales y previas a El trato. PQ_Trato 31: “Mi aportación es simbólica ya que sé que esto vale más, pero los precios que hay en el mercado del ocio son desorbitados…”. PQ_Trato 109: “…sinceramente por una vez que se puede puntuar a la aerolínea…”.
En segundo lugar, algunos participantes parecen haber sentido que el trato que se les dispensaba en los lugares de destino no era el que recibía el resto de los clientes. En la medida en que se entiende que el intercambio es mercantil y que todas las partes buscan un beneficio, aunque no esté claro cuál es, se desataron toda una serie de sospechas sobre la reducción artificial de los servicios que se ofrecían en el destino a los participantes de El trato. El análisis de las respuestas a preguntas abiertas del cuestionario revela un listado sorprendentemente largo de “defectos” del servicio: limpieza, trato recibido, servicios, etc. Obviamente, la enumeración de los defectos del servicio puede ser parte de un ejercicio de racionalización y justificación del precio que se va a pagar, pero también existe la posibilidad de que realmente algunos usuarios hayan experimentado un trato diferencial: PQ_Trato 212: “La verdad nos sentimos mal porque los trabajadores del hotel, cada vez que llegabamos al hotel nos miraban mal por venir de El trato de Atrápalo, esto nos dimos cuenta desde el primer día que llegamos y posteriormente uno de los recepcionistas que nos hicimos amigos fuera del hotel nos explico el por qué cada vez que llegábamos nos miraban mal y las decisiones que había tomado dirección sobre la gente que vendría de El trato, estas decisiones consistían en no servir en nada y hacer el mínimo esfuerzo para que las estancias fueran agradables.
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NG_Trato 342: “…el trato y las "miradas" de los empleados del hotel”. PQ_Trato 616: “El trato por parte de los empleados del hotel no fue el mismo que a las demás personas con las cuales se tenía un trato preferencial, suponemos porque sabían que nuestra estancia se produciría gracias a lo de Atrápalo.”
De hecho, se alude en más de una ocasión a que la incredulidad respecto a las condiciones de El trato no se disipó hasta la vuelta, lo que supuso una sensación de “artificialidad” y un miedo al engaño que pudo invadir la propia experiencia de las vacaciones y distorsionar la precepción del trato que se recibía en el destino. Hayan recibido realmente un trato diferente o no, lo importante es que algunos parecen haberlo sentido así, y eso es lo que efectivamente puede haber tenido una influencia sobre su decisión final. En tercer lugar, algunos participantes parecen haber pensado que con quien tienen que establecer un equilibrio no es sólo con Atrápalo, sino también con el hotel, la compañía aérea, el balneario, etc. Desde este punto de vista, algunos parecen haber considerado que parte de su pago ya se había realizado por la vía de haber pagado servicios en el destino que habitualmente no se plantean tener: PQ_Trato 33: “…decidí gastar todo el presupuesto en otros servicios del hotel.”. PQ_Trato 19: “…como no pudimos resistirnos a algunas de estas tentaciones que ofrecía el balneario, ya nos dejamos allí el presupuesto que pensábamos pagar por este fin de semana.”. LG_Trato 422: “…nos trataron muy bien en todo momento, motivo por el que decidimos, cosa que nunca hacemos, comer y cenar allí, gasto que nunca cuando viajamos hacemos en el mismo hotel […] …seguramente entre comidas, copas por la noche, cenas y demás, llegáramos al coste real de la oferta.”. NG_Trato 620: “…he valorado todo el dinero que he pagado en el hotel y supera el 50 % del valor real de esta oferta y por ello hemos pagado un poco menos de lo que en principio queríamos.”.
En cuarto lugar, algunos participantes apuntan que el sistema mediante el cual se “atrapaban” los productos generaba en sí mismo una serie de costes, no en términos de inversión de tiempo y esfuerzo como ya se ha comentado más arriba, sino en términos de limitaciones y restricciones a la hora de planificar las vacaciones. PQ_Trato 34: “…cuando uno hace una reserva de un viaje o de una estancia, lo planea y se lo piensa muy bien antes de decidir. Pero con vuestro sistema, uno elige por impulso y sin ni pensar, antes que otro se adelante y la oferta desaparezca. Esa precipitación hizo que yo eligiera nuestro hotel sin casi ni fijarme ni dónde estaba, y resultó estar muy lejos de los lugares que queríamos visitar.”. PQ_Trato 35: “No es el destino, ni la fecha elegida por mi…”. PQ_Trato 94: “Nunca hubiera ido allí si no llega a ser por este trato.”. PQ_Trato 109: “…tenéis que entender que es una oferta de última hora sin escoger horarios ni destino.”. PQ_Trato 390: “…si no hubiese pertenecido a un hotel de El trato, posiblemente no hubiera indicado mis vacaciones hacia La Rioja.”.
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PQ_Trato 444: “…de no ser un viaje gratis no lo hubiera hecho de ninguna manera, puesto que la incomodidad de las distancias, más los gastos añadidos al mismo…”.
Poder hacerse con uno de los productos era en sí mismo atractivo por las condiciones mismas del trato, pero también suponía una serie de limitaciones e inconvenientes que no se experimentan nunca cuando la planificación de las vacaciones se hace en las condiciones habituales. Esas molestias pueden haber generado gastos extras, y sobre todo, haber restado valor a la experiencia, que al fin y al cabo es lo que se proponía evaluar. Por último, hay que señalar que la novedad de la experiencia supuso inevitablemente algunos desajustes, imprevistos y problemas en la gestión de las reservas, confirmaciones, etc. Un número considerable de participantes apuntan a los costes (no necesariamente económicos) que tuvieron que asumir como consecuencia de estos problemas: PQ_Trato 43: “No llego la documentación a tiempo y tuvimos que retrasar nuestro viaje.”. DS_Trato 71: “…el no informar a última hora no da tiempo a reaccionar al viajero.”. PQ_Trato 88: “Se equivocaron en la reserva del primer hotel, no la confirmaron. Luego, tras disfrutar de la estancia en el segundo hotel, el alojamiento nos lo estaban cobrando y no nos querían dejar salir a menos que pagásemos, al final se arregló pero..”. PQ_Trato 117: “…me está costando pagar mucho porque no funciona algo, estoy bajando cada vez más el precio....no puedo estar toda la tarde intentando pagar...”. NG_Trato 116: “Hasta pocas horas antes del vuelo no tenía ninguna confirmación ni tampoco sabia en concreto los horarios de los vuelos.”. DS_Trato 115: “…mal el que te confirmen la hora tan solo 2 días antes, necesitas total disponibilidad laboral.”. NG_Trato 161: “El error cometido (probablemente por un sistema automático) en la tramitación de mi reserva por parte de Atrápalo.”. NG_Trato 170: “La incertidumbre con los correos de confirmación y en general con la veracidad de El trato, debido a los comentarios del blog.”. PQ_Trato 179: “…tuve que llamar yo mismo tres veces a la central de reservas del hotel hasta que pude confirmar si la reserva estaba hecha.”. PQ_Trato 228: “…en ningún momento recibimos el segundo mail de confirmación de la reserva, inclusive llamamos al hotel, el cual nos comunicó que no había ninguna reserva a mi nombre. Por tanto creo que son motivos suficientes y de peso para entender que no vamos a realizar ningún desembolso.”. PQ_Trato 456: “…pero tanto en el hotel como en Caldea no tenían constancia de nuestra reserva.” NG_Trato 516: “…faltaría que se mandara un e‐mail uno o dos días antes de hacer el viaje para que la persona sepa que es correcto todo lo que ha reservado.”. NG_Trato 640: “…las esperas para recibir el e‐mail con los datos de la reserva”.
Todas estas consideraciones, de nuevo, pueden ser parte de una racionalización y justificación del pago decidido, pero también pueden tener entidad real en algunos casos, es decir, que al menos un grupo de los participantes haya considerado que las molestias asumidas como 71
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resultado de estos problemas de organización sean suficientemente importantes como para presionar muy a la baja el precio final que se decidió. Uno de los participantes en el Blog lo expresó como sigue: Javi 8.7.09: “…si el trato es pagar lo que crees que vale el viaje si la forma de contratación es esta con continuos errores en la pagina lo que hace imposible conseguir nada, el precio del viaje en mi opinión es 0. […] …creo que tanto tu como yo haríamos lo mismo y es decir la opinión que te merece el servicio y ese servicio merece una opinión de 0.”.
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Índice de tablas Tabla 1: Número de ofertas y precio medio según tipo de producto......................................... 23 Tabla 2: Titular del trato, según sexo .......................................................................................... 24 Tabla 3: Comunidad Autónoma de los participantes que cerraron el trato ............................... 24 Tabla 4: Grupos de edad de los participantes que cerraron el trato .......................................... 24 Tabla 5: Estado civil de los participantes que cerraron el trato.................................................. 25 Tabla 6: Sector profesional de los participantes que cerraron el trato ...................................... 25 Tabla 7: Nivel de ingresos de los participantes que cerraron el trato ........................................ 26 Tabla 8: Participantes según el grado en que completaron el proceso ...................................... 27 Tabla 9: Tratos cerrados.............................................................................................................. 27 Tabla 10: Tratos cerrados, pagados y encuestas rellanadas ....................................................... 28 Tabla 11: Media de los pagos realizados por todos los participantes ........................................ 29 Tabla 12: Media de los pagos entre aquellos que cerraron el trato y realizaron un pago superior a 0 euros...................................................................................................................................... 29 Tabla 13: Pagos realizados en proporción al precio real del producto....................................... 30 Tabla 14: Pagos realizados según tipo de producto.................................................................... 31 Tabla 15: Media del porcentaje pagado del precio real según tipo de producto....................... 32 Tabla 16: Pagos realizados según número de noches del producto ........................................... 32 Tabla 17: Media del porcentaje pagado del precio real según número de noches disfrutadas. 33 Tabla 18: Media de los pagos absolutos según precio real del producto ................................... 34 Tabla 19: Pagos realizados en relación con el precio real del producto ..................................... 35 Tabla 20: Media del porcentaje pagado del precio real según precio del producto .................. 35 Tabla 21: Pagos realizados según día del trato ........................................................................... 36 Tabla 22: Pagos realizados según la quincena en que se decidió la cantidad a pagar................ 37 Tabla 23: Media en euros de los pagos realizados por los que cerraron el trato según quincena en que se toma la decisión (incluyendo los que pagaron 0 euros)............................................. 37 Tabla 24: Media en euros de los pagos realizados de los que cerraron el trato según quincena en que se toma la decisión (sin incluir a los que pagaron 0 euros) ............................................ 37 Tabla 25: Media del porcentaje pagado del precio real según quincena en que se decidió la cantidad a pagar.......................................................................................................................... 38 Tabla 26: Pagos realizados según la Comunidad Autónoma del titular del trato ....................... 39 Tabla 27: Media en euros de los pagos realizados...................................................................... 40 Tabla 28: Media en euros de los pagos realizados por los que pagaron una cantidad superior a 0 euros, según Comunidad Autónoma........................................................................................ 40 Tabla 29: Pagos realizados según la edad del titular del trato ................................................... 41 Tabla 30: Media en euros de los pagos realizados por los distintos grupos de edad................. 41 Tabla 31: Media en euros de los pagos realizados por los que pagaron una cantidad superior a 0 euros, según grupos de edad ................................................................................................... 41 Tabla 32: Media del porcentaje pagado del precio real según edad del titular del trato .......... 42 Tabla 33: Pagos realizados según el estado civil del titular del trato ......................................... 42 Tabla 34: Media en euros de los pagos realizados según estado civil ........................................ 42 Tabla 35: Media en euros de los pagos realizados por los que pagaron una cantidad superior a 0 euros, según estado civil .......................................................................................................... 43 74
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Tabla 36: Media del porcentaje pagado del precio real según estado civil ................................ 43 Tabla 37: Pagos realizados según el sector profesional del titular del trato .............................. 44 Tabla 38: Media en euros de los pagos realizados según sector profesional ............................. 45 Tabla 39: Media en euros de los pagos realizados por los que pagaron una cantidad superior a 0 euros, según sector profesional ............................................................................................... 45 Tabla 40: Media del porcentaje pagado del precio real según sector profesional..................... 46 Tabla 41: Pagos realizados según ingresos del titular del trato.................................................. 46 Tabla 42: Media en euros de los pagos realizados según grupo de ingresos ............................. 47 Tabla 43: Media en euros de los pagos realizados por los que pagaron una cantidad superior a 0 euros, según grupo de ingresos ............................................................................................... 47 Tabla 44: Media del porcentaje pagado del precio real según grupo de ingresos ..................... 47 Tabla 45: Pagos realizados según número de viajes realizados por año .................................... 48 Tabla 46: Media en euros de los pagos realizados según número de viajes realizados por año 48 Tabla 47: Media en euros de los pagos realizados por los que pagaron una cantidad superior a 0 euros, según número de viajes realizados por año.................................................................. 48 Tabla 48: Media del porcentaje pagado del precio real según número de viajes realizados por año............................................................................................................................................... 49 Tabla 49: Pagos realizados según el sexo del titular del trato .................................................... 49 Tabla 50: Media en euros de los pagos realizados según sexo del titular del trato ................... 49 Tabla 51: Media en euros de los pagos realizados por los que pagaron una cantidad superior a 0 euros, según sexo del titular del trato ..................................................................................... 50 Tabla 52: Media del porcentaje pagado del precio real según sexo del titular del contrato ..... 50 Tabla 53: Pagos realizados según el grado en que el participante completó el proceso ........... 51 Tabla 54: Media en euros de los pagos realizados según grado en que se completó el proceso ..................................................................................................................................................... 51 Tabla 55: Media en euros de los pagos realizados por los que pagaron una cantidad superior a 0 euros, según el grado en que completaron el proceso............................................................ 52 Tabla 56: Media del porcentaje pagado del precio real según el grado en que completaron el proceso........................................................................................................................................ 52 Tabla 57: Pagos realizados según la valoración del servicio recibido ......................................... 53 Tabla 58: Media en euros de los pagos realizados en euros según la valoración del servicio ... 53 Tabla 59: Media del porcentaje pagado del precio real según valoración del servicio .............. 53 Tabla 60: Pagos realizados según si repetiría la experiencia ...................................................... 54 Tabla 61: Media de los pagos en euros según si repetirían o no la experiencia......................... 54 Tabla 62: Media del porcentaje pagado del precio real según si repetiría o no la experiencia . 54 Tabla 63: Pagos relación según si recomendaría o no la experiencia......................................... 55 Tabla 64: Media de los pagos en euros según si recomendaría o no la experiencia .................. 55 Tabla 65: Media del porcentaje pagado del precio real según si recomendaría o no la experiencia .................................................................................................................................. 55
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