El Siglo XIX: Legados y contra posturas. Orígenes del Urbanismo Moderno. Artículo de Opinión. Ana Pueblita. 2001.

July 13, 2017 | Autor: Ana Pueblita | Categoría: Urbanismo, Siglo XIX, Modernidad, Arquitectura y urbanismo, Posmodernidad
Share Embed


Descripción

EL SIGLO XIX: Legados y contra posturas. Un ensayo sobre los orígenes del Urbanismo. (Londres – Francia). ANA PUEBLITA 21 DICIEMBRE 2000 Desde mi particular punto de vista deseo abordar el tema del s. XIX desde dos perspectivas: La primera; hago una observación objetiva y de manera general de lo que fue hace ya dos siglos, la aportación extrema y absoluta del cambio histórico – político, lo cual propició el desarrollo y el progreso de la ciencia y la tecnología. Como reacción en cadena, dio curso también al impulso cultural en toda la parte occidental del mapamundi. El desarrollo del nuevo pensamiento artístico y creativo se gesto a partir de los movimientos políticos que abrieron las puertas para la libertad de los hombres y la libertad de expresión. La segunda perspectiva sobre el decimonónico que planteo; hago énfasis sobre la creación de las ciudades y su consecuencia. El hombre del siglo XIX, no comprendía aquella modernidad, que se abría paso en un proceso evolutivo. Lo cual considero como uno de los mas valiosos legados que dejaron nuestros antecesores. Pues se cubrieron aspectos de desarrollo científico, tecnológico, político, social, cultural, intelectual y artístico. El mundo abrió los ojos ante las múltiples posibilidades que ofrecieron los cambios e implementos novedosos para el nuevo acontecer de los habitantes de las principales ciudades de Europa Occidental y el continente Americano en sus países más desarrollados. Tendría que hacerse una evaluación sobre lo que dice Leonardo Benévolo en sus orígenes del Urbanismo Moderno (1963) para sustentarse dentro de la contemporaneidad cualquier tipo de tesis teórica que nos hable sobre los efectos que se viven hoy a raíz de los planteamientos iniciales. En el ámbito cultural surgen los grandes pensadores y filósofos que marcaron la pauta para la formación de las siguientes generaciones. Artísticamente, la libertad de expresión permitió a los literatos, músicos, arquitectos, urbanistas, pintores y escultores entre otros; la participación activa en un mundo de todos y para todos. Expresan sus inquietudes, sus visiones personales, y su mundo interior para mostrar la búsqueda constante para superar sus ideas de la modernidad. A partir del siglo XIX, la Revolución Industrial cambia el curso de los acontecimientos en Inglaterra y posteriormente en el resto del mundo. Lo cual da lugar a una serie de invenciones que ofrecen al hombre cierto modus – vivendi, que lo aparta absoluta y radicalmente del ostentoso y absolutista siglo XVIII. El hombre deja el campo para vivir en la ciudad, cosa que aparentemente le parece atractiva en un principio, lo que implica el comienzo del hombre moderno. Históricamente, al dejar la agricultura por el trabajo constructivo o de producción fabril, el individuo se automatiza dando lugar a que surjan fenómenos relacionados con el ámbito social y económico en donde interviene el sistema político precisamente para ordenar y controlar esta nueva situación que implica la modernidad en las ciudades de mayor poder en Inglaterra, Francia, Alemania y en los Estados Unidos.

Ciudades que cambian radicalmente al ser desarrolladas en un crecimiento extremo en cuanto a su población y territorio, lo que genera nuevos empleos relacionados con la fabrica y la industria, e incluye un planteamiento urbano para la gran ciudad que habrá de albergar a tanta gente que requiere de transportación y de otros elementos de movilización entre los cuales figuran la traza urbana que redefinirá la circulación, la vialidad, los espacios públicos, las áreas laborales, y sobretodo la vivienda para toda la ciudadanía. A partir de entonces se construyeron casas más pequeñas y unidas una con otra. El privilegio de contar con un espacio jardinado era todo un lujo, se deja el campo por la gran ciudad urbanizada. El verdor consistía en los novedosos parques conocidos como los “pulmones de la ciudad”, analogía sugerida por el urbanista contemporáneo Bruno Fortier donde dice simple y claramente que la gente cuando recorre las arterias urbanas respira el aire fresco, al igual que sus pulmones renuevan sangre nueva. Frase, a la que personalmente añadiría de una manera contemporánea y desde un punto de vista ecológico, que no solo beneficia al individuo que pasa cerca de estos parques, sino que el oxigeno que desprenden los arboles de estas ciudades contrarrestan la contaminación desmesurada que emerge también, de esta Revolución Industrial con los vapores y humos tóxicos que desprenden los adelantos de fabricas, vehículos incluyendo a los trenes entre otros. Esto nos hace observar, que las maravillas que trajo el progreso tecnológico no solo fue positivo sino que desafortunadamente surgieron fenómenos destructivos a la vez. Con el Diseño Urbano que surge a partir de la experiencia que se tuvo con las revoluciones anteriores en Francia, sobretodo con la de 1789 en la que el pueblo se movía como una gran masa destructora y apabullante, que revolucionaba sobre la ciudad de Paris. Había que pensar en desplazar al individuo en forma rápida y efectiva para que recorriera las distancias que exigía la nueva traza urbana para trasladarse de su casa al trabajo y viceversa. A lo largo del siglo XIX tres grandes proyectos marcan el cambio y dan la pauta para la ciudad. En Londres, Regent´s Park y Regent´s Street mismos que fueron elaborados por el arquitecto londinense John Nash. El tercer proyecto en la ciudad de Paris, consistía en la nueva traza urbana encargada por Napoleón III, la cual, fue desarrollada por el Barón Haussmann. Donde se le atribuye el diseño magnánimo de l´Etoile, Rue Rivoli, Avenue l´Opera, el rediseño de parques y jardines entre los que figuran los de Tuilleries, y como gran solución para despejar congestionamientos de los comerciantes, el trazo del Boulevard Sebastopol dirigido hacia el norte de la ciudad. Con ello, Haussmann separó y dividió las comunidades de los pobres. Fenómeno que se dio por igual con la separación clasista de Nash en Londres al mandar la vivienda de los pobres hacia el norte de la ciudad en Candem Town y Chalk Farm, incluyendo el East End y South Bank. Para entender precisamente este cambio de vida global me baso en algunos capítulos del libro de Forster, “Howards End”, donde se describe la vida laboral, social y psicológica de los personajes que experimentan en carne propia el manifiesto que deja como huella indeleble la Revolución Industrial del siglo XIX. En el libro compara una casa en el campo con la habitación de la gran urbe.

De esta manera es como la arquitectura da un giro por completo a su diseño total, estético y funcional. Se utiliza el hierro y el cristal como materiales de primer orden. La estructura constructiva cambia también surgen los edificios y se le añaden elementos no tanto decorativos, sino más bien de funciones necesarias para la comodidad del hombre, que más tarde se convierten en indispensables. Cuando estos edificios son provistos de energía eléctrica, gracias a la cual contaron con la iluminación eléctrica, se añadió calefacción central de vapor, y ascensores que en un principio eran tirados por hombres y poleas, y más tarde fueron sustituidos por maquinas de vapor, mismos que dentro del proceso de evolución se reemplazaron por los ascensores eléctricos. Los espacios se redujeron y se convirtieron en espacios cerrados. Privilegiados eran aquellos que contaban con una pequeña terraza o una ventana que ofreciera luz y ventilación de manera natural. Si me refiero a la Era del Individualismo, como fue descrito el siglo XIX sobretodo la ciudad de Londres, y me remito al décimo capitulo del Libro “Carne y Piedra” de Richard Senett. Los habitantes de Londres y Paris, hacen uso de comodidades urbanas, o más bien, soluciones a los congestionamientos que surgen a partir del tráfico peatonal y vehicular, que provocan los nuevos comercios sobre las grandes avenidas llamadas arterias y las calles secundarias conocidas como venas dentro del diseño urbano que movilizaron a las personas de manera individual. Lugar propicio para que se dé el fenómeno del “Individualismo” de Tocqueville, el cual afecta de tal manera a las personas que cambia su actitud personal, cada vez que tomaban y toman un transporte público en la ciudad de Londres y en otras ciudades, aún en pleno siglo veinte y con todos los adelantos tecnológicos y científicos, desarrollados a partir del XIX, persiste aquel fenómeno social y hasta psicológico. Concretamente los individuos experimentan el fenómeno de estar ensimismado y cerrado al mundo exterior que les rodea en aquellos momentos en que se transportan, no solo de un lugar a otro, sino que los transportaba hacia su mundo interior. Como se observa en el grabado de Honoré Daumier, “Vagón de tercera clase”. Dicho fenómeno que surgió con la movilización individual, cuando la gente salía cansada del trabajo, se ensimismaba de tal manera, que no tenía ningún contacto verbal y mucho menos físico, con las personas que viajaban en el mismo vagón del metro o tren. Lo cual se sigue dando en la actualidad, el individuo se separa de la comunidad citadina para encerrarse en su privacidad y desde aquel entonces descansar o leer. La búsqueda de la velocidad en la ciudad, eficacia en producción y “comodidad”, tras un proceso evolutivo en favor de la economía de todas esas naciones. Reflejan el cambio social de acuerdo a las nuevas clases sociales y a la nueva actitud social descrita en el manifiesto de Tocqueville al nombrar el individualismo, donde se provoca el aislamiento del hombre como individuo por estar ensimismados, el enagenamiento industrial. El crecimiento era y sigue siendo cada vez mayor, la vida se encarece a raíz de todos estos adelantos revolucionarios. Mismos que nos han traído a los hombres de principios de siglo XXI tanto beneficios, como otras problemáticas a resolver en pro del planeta y de la humanidad. Este tipo de fenómenos, que absorbían al hombre y lo modifican desde su esencia, fueron algunas de las causas para que los hombres sensibles no entendieran la nueva vida dentro de esta Modernidad y decidieran abandonar la vida por una autodeterminación destructiva, tal es el caso de muchos personajes históricos,

polémicos, sensibles, creadores y sobre todo algunos de los grandes maestros, o artistas por ejemplo. Considero de suma importancia, el conocer parte de la historia que nos muestra claramente el antecedente humano en los aspectos: político, social, económico, psicológico, y artístico-cultural; que hace que entendamos mejor la ciudad y el momento en que vivimos. Personalmente pienso que el s. XIX trajo grandes tesoros para el desarrollo de la humanidad, aunque a la generación del siglo XXI le toca la enorme tarea de dar solución a otras deficiencias globales, que a raíz, del crecimiento de la población surgen en la historia de cada uno de los países que conforman la tierra que sigue y seguirá dando curso a este incesante proceso evolutivo o destructivo?

Lihat lebih banyak...

Comentarios

Copyright © 2017 DATOSPDF Inc.