El Sacrificio Eucarístico

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Cf. CONCILIO VATICANO II, Sacrosanctum Concilium 10, Madrid. Editorial Biblioteca de Autores Cristianos.
Franco Montanari, Ivan Garofalo and Daniela Manetti, 'Guida All'Uso Del Vocabolario E Del Lessico Di Base.', Vocabolario Della Lingua Greca (Torino: Loescher, 2013).
S HURÉ, Dictionnaire universal de philologie sacrée: les différents significations de chaque mot de l'é. (France, 1846).
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S HURÉ, Dictionnaire universal de philologie sacrée: les différents significations de chaque mot de l'é. (France, 1846).
Gn 4, 2-5 (Biblia de Jerusalén 1975).
Gn 8, 20 (Biblia de Jerusalén 1975).
Ex 29, 16 (Biblia de Jerusalén 1975).
Cf. EX 12, 6 (Biblia de Jerusalén 1975).
Lc 2, 22-24 (Biblia de Jerusalén 1975).
Lc 22, 7-9 (Biblia de Jerusalén 1975).
Rm 12, 1 (Biblia de Jerusalén 1975).
Jn 10, 11-16 (Biblia de Jerusalén 1975).
Lc 22, 19-20 (Biblia de Jerusalén 1975).
Lc 23, 33-34 (Biblia de Jerusalén 1975).
Lc 23, 44-46 (Biblia de Jerusalén 1975).
Paolo Garuti, Apostolica Romana Quaedam (Paris: J. Gabalda, 2004).
Vatican.va, 'Catecismo De La Iglesia Católica, Segunda Parte, Segunda Sección, Capítulo Primero, Artículo 3, 1322-1419', 2015, http://www.vatican.va/archive/catechism_sp/p2s2c1a3_sp.html.
Enrique Denzinger, EL MAGISTERIO DE LA IGLESIA, 30th ed. (Barcelona: Herder, 1995).
Enrique Denzinger, EL MAGISTERIO DE LA IGLESIA, 30th ed. (Barcelona: Herder, 1995).
Cf. Lev 1, 5 (Biblia de Jerusalén 1975).
Cf. 1 Cor 10, 21 (Biblia de Jerusalén 1975).
Cf. Biblia de Jerusalén.
Cf. Hb 13, 10 (Biblia de Jerusalén 1975).
Cf. CONCILIO VATICANO II, Sacrosanctum Concilium 47, Madrid. Editorial Biblioteca de Autores Cristianos.
Joseph Ratzinger and Vittorio Messori, Informe Sobre La Fe, 6th ed. (Madrid: Biblioteca de Autores Cristianos, 1985).
Joseph Ratzinger, Dio E Il Mondo, 2nd ed. (Milano: Edizioni San Paolo, 2000).
Joseph Ratzinger, OBRAS COMPLETAS XI Teología De La Liturgia (Madrid: Biblioteca de Autores Cristianos, 2012).
Joseph Ratzinger. Introducción al Cristianismo; Cap. La fe bíblica en Dios. Pág.111. (Salamanca: Editorial Sígueme, 2007).
Benedicto XVI. Exhortación apostólica Postsinodal, Verbum Domini, Pág.18. (Santiago: Editorial San Pablo, 2010).
Benedicto XVI. Jesús de Nazaret: Primera parte, página 327. (Colombia: Editorial planeta, 2007).
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Benedicto XVI. Deus Caritas Est, Jesucristo, el Amor de Dios encarnado. N. 12, Pag. 34. (Buenos aires: Editorial San Pablo, 2006).
Vatican.va, 'Liturgia – Partecipazione Attiva, Benedetto XVI', 2015, http://www.vatican.va/news_services/liturgy/insegnamenti/documents/ns_lit_doc_liturgia-partecipazione_bxvi_it.html.



El Sacrificio Eucarístico.




Liturgia e Introducción a los Sacramentos.





















Profesor: P. Javier Barros B.
Carrera: Ped. Religión Católica.
Alumna: Isidora Suarez.
Fecha: 10 de Noviembre, 2015.

Introducción

El propósito de este trabajo es destacar la importancia de la Liturgia en la vida de la Iglesia, pues "La Liturgia es la cumbre a la que tiende la acción de la Iglesia y al mismo tiempo la fuente donde mana toda su fuerza".
Se tomará de la liturgia, la Eucaristía, que es la fuente de nuestra vida cristiana. En donde vamos a hacer una aproximación al Sacrificio que se celebra en el altar, su origen, evolución del término y acción, desde lo que se comprende en el Antiguo Testamento y su continuidad con el Nuevo Testamento que nos conducirán a comprender desde su dimensión celebrativa, que nos permite participar día a día. Además se analizará el desarrollo de otros conceptos claves que nos ayudarán a comprender el sacrificio eucarístico, desde el anuncio del mismo Jesús a sus discípulos en la última cena, hasta lo que es la conmemoración de su propio sacrificio en la Cruz hoy en la Santa Misa, desde una mirada según los vientos que sopla el Concilio Vaticano II.

El estudio se abordará desde dos perspectivas:
1. Importancia de algunos conceptos fundamentales presentes en la Sagrada Escritura sobre la Liturgia:
- Breve análisis de palabras significativas a partir de su traducción, destacando la íntima unión entre algunos conceptos que nos conducen a comprender el sacrificio de Jesús en el altar de la cruz, al sacrificio eucarístico actual en el altar de todas las Iglesia que hay en el mundo. Apoyado de algunas menciones que se destacan en las Sagradas Escrituras, como punto de partida el Antiguo Testamento y las tradiciones cultuales y su continuidad con el Nuevo Testamento desde la última cena, y la continuidad que le da la Tradición apostólica, especialmente san Pablo.


2. Una mirada desde las enseñanzas del Magisterio de la Iglesia:
- Definiciones previas: Concilios.
- A la luz del Concilio Vaticano II: Constitución dogmática Sacrosanctum Concilium, las menciones al misterio del sacrificio de la Eucaristía.

Finalmente, desarrollaremos la dimensión celebrativa de la Liturgia desde el aporte del pensamiento teológico de Joseph Ratzinger, hacia una comprensión más contemporánea, destacando el Sacrificio eucarístico que será nuestro tema central para comprender lo que hoy celebramos en la misa cada día, cómo Jesucristo se hace presente en el altar y se nos entrega cada día a través de la Eucaristía.













I. Liturgia
1.1. Breves aproximaciones a la palabra Liturgia
La palabra Liturgia viene del griego λειτουργία, que significa acción, servicio público. Ya en tiempos de los padres de la Iglesia se comienza a ocupar este término, llevó siglos para llegar hasta lo que hoy conocemos como liturgia. Surge desde una necesidad de dar culto a Dios, esta evolución nace desde las palabras: celebración, participación, rito.
Celebración: La acción de celebrar cualquier cosa, también de la celebración de juegos y asambleas mencionadas en la Escritura. Hace mención a su significado de solemnidad: "Tomó luego lo siete panes y los peces y, dando gracias, los partió e iba dando a los discípulos y sus discípulos a la gente".
Participación: Comunión, por la cual participan varios de una misa cosa, lo vemos en 1 Cor 10, 16: "La copa de bendición que bendecimos ¿no es acaso comunión con la sangre de Cristo? Y el pan que partimos ¿No es comunión con el cuerpo de Cristo?".
Rito: Esto es un ablativo de ritus, como se dice, impete para impetu, que significa, como es debido, según la ley, o la costumbre establecida. Ex 12, 48: "Si un forastero que habita contigo quiere celebrar la Pascua de Yahveh, que se circunciden todos sus varones y entonces podrá acercarse para celebrarla, pues será como los nativos; pero ningún incircunciso podrá comerla".
Si relacionamos estas tres palabras, todas contienen una manifestación "litúrgica": Podemos notar claramente que se habla de una asamblea convocada, la que comparte naturalmente cuestiones en común, como para estar reunidos en una celebración, un banquete o bien la copa. Estos tres ejemplos que nos regalan las Escrituras comparten elementos comunes, ya se iba desarrollando la liturgia en referencia a diferentes momentos en los cuales diferentes comunidades se reunían por diferentes motivos.
II. El Sacrificio en la Liturgia
Breves aproximaciones a la palabra
La palabra Sacrificio tiene su origen en el griego θυσία, esta palabra responde al hebreo Zabah, matar, inmolar, significa propiamente un sacrificio sangriento o la hostia que derrama su sangre sobre el altar: sin embargo, se refiere a todo tipo de sacrificios: sobre todo la Escritura en relación a varios tipos, hablaremos de los ya mencionados:
El holocausto: De acuerdo con el significado de esta palabra, que se deriva de la lengua griega, la víctima fue quemada y consumida por el fuego: este sacrificio se describe en Lev 1.
La Hostia: Es ofrecida a Dios y se reciben todas las gracias que de Él vengan. Se entiende como "Sacrificio de comunión".
Sacrificio: Que se ofrece a Dios por la expiación de los pecados de todo el mundo.
Sacrificio: Para la salvación de las almas. (Heb 5, 1)
Sacrificio: Sobre piedras (Ex 28,11) lo que es propio del Sacrificio del cuerpo y la sangre de Cristo en las especies del pan y el vino, sobre el altar.

1.2. Expresiones litúrgicas sobre el Sacrificio en el Antiguo Testamento
Sin dudas que en el antiguo testamento encontramos las primeras manifestaciones litúrgicas, expresadas en el culto a Dios en donde ofrecían a Él sacrificios, para comprender la Liturgia, haremos mención a algunos ejemplos que nos hablan del sacrificio:
Ofrendas de sacrificio de los hermanos Caín y Abel, en donde podemos ver como ofrecen lo mejor a Dios: "Volvió a dar a luz, y tuvo a Abel su hermano. Fue Abel pastor de ovejas y Caín labrador. Pasó algún tiempo, y Caín hizo a Yahveh una ofrenda de los frutos del suelo. También Abel hizo una ofrenda de los primogénitos de su rebaño, y de la grasa de los mismos. Yahveh miró propicio a Abel y su ofrenda mas no miró propicio a Caín y su ofrenda, por lo cual se irritó Caín en gran manera y se abatió su rostro".
En la ofrenda de Noé sobre un Altar después del diluvio hay una claridad sobre lo que significa ofrecer un sacrificio a YHWH en un altar "Noé construyó un altar a Yahveh, y tomando de todos las animales puros y de todas las aves puras, ofreció holocaustos en el altar".
En la presentación de ofrendas ya se nos habla de que se derramará sangre en el altar: "Una vez inmolado el carnero, tomarás su sangre y la derramarás en torno al altar".
Con la cena Pascual, tenemos momentos que anunciaban el sacrificio del cordero de Dios, como se vuelve real en Jesucristo lo que la tradición judía practicaba para la celebración de la pascua, nos desarrolla como Jesús luego tomará el lugar de ese cordero: "Y toda la asamblea de la comunidad de los israelitas lo inmolará".
En estos cuatro ejemplos presentes en el Antiguo Testamento (hay muchas otras menciones), podemos ver cómo ya había consciencia entre el pueblo de lo que era un sacrificio y que éstos eran ofrendas para YHWH, sobre todo para rendir una acción de gracias, en este acto se destaca. La Antigua Alianza y sus tradiciones nos abren un camino que nos permite comprender y además da continuidad para lo que después ocurre con el Cordero de Dios, es Jesucristo quien en su propia carne se ofrecerá en sacrificio para el perdón de los pecados al Padre por la humanidad completa, que derrama su sangre por todos los hombres. Ejemplo clarísimo de ello es la cena pascual, el anuncio de la inmolación del cordero, es lo que exactamente ocurre, vemos como el género apocalíptico nos hace anuncio de lo que posteriormente ocurriría, en el evangelio de Mateo se nos relata cómo la asamblea exige que se le crucifique a Jesús, es decir, que se le "sacrifique", claro ejemplo de ello es cuando la comunidad en uno de los juicios exclama que lo crucifiquen (Mt 27, 22-23).
No podemos olvidar las veces que también se menciona el Sacrificio en el libro del Levítico. Sólo se hicieron algunas menciones que quisimos destacar para lograr una mayor comprensión.

Expresiones litúrgicas sobre el Sacrificio en el Nuevo Testamento

La presentación de Jesús en el templo, para ofrecer un Sacrificio: "Cuando se cumplieron los días de la purificación de ellos, según la Ley de Moisés, llevaron a Jesús a Jerusalén para presentarle al Señor, como está escrito en la Ley del Señor: Todo varón primogénito será consagrado al Señor y para ofrecer en sacrificio un par de tórtolas o dos pichones, conforme a lo que se dice en la Ley del Señor.
Preparativos para la cena pascual, el sacrificio del cordero de Pascua: "Llegó el día de los Azimos, en el que se había de sacrificar el cordero de Pascua; y envió a Pedro y a Juan, diciendo: «Id y preparadnos la Pascua para que la comamos.»
El culto espiritual, ofrecerse a sí mismo para Dios: "Os exhorto, pues, hermanos, por la misericordia de Dios, que ofrezcáis vuestros cuerpos como una víctima viva, santa, agradable a Dios: tal será vuestro culto espiritual".
El buen Pastor, es otro anuncio de Jesús de su propio sacrificio, Él da la vida por sus ovejas: ""Yo soy el buen pastor. El buen pastor da su vida por las ovejas. Pero el asalariado, que no es pastor, a quien no le pertenecen las ovejas, ve venir al lobo, abandona las ovejas y huye, y el lobo hace presa en ellas y las dispersa, porque es asalariado y no le importan nada las ovejas. Yo soy el buen pastor y conozco a mis ovejas y las mías me conocen a mí, como me conoce el Padre y yo conozco a mi Padre y doy la vida por las ovejas. También tengo otras ovejas, que no son de este redil; también ésas las tengo que conducir y escucharán mi voz; y habrá un solo rebaño, un solo pastor. Por eso me ama el Padre, porque doy mi vida, para recobrarla de nuevo. Nadie me la quita; yo la doy voluntariamente. Tengo poder para darla y poder recobrarla de nuevo; esa es la orden que he recibido de mi Padre."
Institución de la Eucaristía, anuncio de Jesucristo de su propia entrega: "Tomó luego pan, y, dadas las gracias, lo partió y se lo dio diciendo: «Éste es mi cuerpo que es entregado por vosotros; haced esto en recuerdo mío.» De igual modo después de cenar, la copa diciendo: «Esta copa es la Nueva Alianza, en mi sangre que es derramada por vosotros.»
La Crucifixión, el sacrificio de Jesús en el altar de la Cruz: "Llegados al lugar llamado Calvario, le crucificaron allí a él y a los malhechores, uno a la derecha y otro a la izquierda. Jesús decía: «Padre, perdónales porque no saben lo que hacen.» Se repartieron sus vestidos, echando suertes".
Muerte de Jesús en el altar de la cruz: "Era ya cerca de la hora sexta cuando, al ecliparse el sol, hubo oscuridad sobre toda la tierra hasta la hora nona. El velo del Santuario se rasgó por medio y Jesús, dando un fuerte grito, dijo: «Padre, en tus manos pongo mi espíritu» y dicho esto expiró".
Expresiones litúrgicas en la tradición Paulina y la Cena: Sabemos cómo Pablo distingue cuidadosamente, en especial en 1 Corintios, en primer lugar transmite lo que él mismo recibió (1 Co 11,23: Porque yo recibí del Señor lo que os he transmitido: que el Señor Jesús, la noche en que fue entregado, tomó pan, y después de dar gracias lo partió y dijo: «Este es mi cuerpo que se da por vosotros; haced esto en recuerdo mío.» [Yo recibí del Señor lo que a la vez he transmitido] 15, 3: Porque os transmití, en primer lugar, lo que a mí vez recibí: que Cristo murió por nuestros pecados, según las Escrituras. [Yo transmito a ustedes en primer lugar lo que yo mismo recibí].
San Pablo, destaca también que lo que hizo por los hombres fue una entrega por amor Ef 5, 2: "Y vivid en el amor como Cristo os amó y se entregó por nosotros como oblación y víctima de suave aroma".
En estas menciones sobre los anuncios de la Eucaristía del Nuevo Testamento por medio del Sacrificio de Jesús, que paso a paso nos describe con los términos que son propios del Sacrificio, que ha sido enviado para servir y que nos da la vida para que nosotros la tengamos también. Nos muestra con mayor claridad el plan de Dios, como se sella la instauración de esta alianza nueva, con el sacrificio del derrame de su propia sangre. Especialmente san Pablo, que insiste en decir que él transmite lo que ha recibido. Pues el apóstol nos transmite una enseñanza eucarística, sobre todo a través de sus cartas a los hebreos, romanos y a los cristianos de corintios. La fuerza del apóstol en las diferentes comunidades cristianas, sin dudas ha impulsado a la celebración del Sacrificio de Jesús en la Cruz, a modo de conmemoración – tal como Jesús lo pide-, como una lluvia de gracias, que está en sintonía totalmente con la elección y las características del cordero sacrificado del que se nos habla en la cena pascual judía, que posteriormente, en la última cena Jesús lo especifica de esta manera: donación de sí mismo al Padre por los hombres y lo que hoy es la Eucaristía, como memorial de ese sacrificio. Tal como reza el catecismo: "La Eucaristía es, pues, un sacrificio porque representa (= hace presente) el sacrificio de la cruz, porque es su memorial y aplica su fruto". Al hacer este breve recorrido por algunas menciones que se hacen en el Antiguo Testamento y en el Nuevo Testamento, vemos como se necesitan el uno con el otro para sustentar la Institución de la Eucaristía por medio del Sacrificio de Jesucristo en el altar de la Cruz.

III. Definiciones del Magisterio:
Menciones al Sacrificio Eucarístico en algunos concilios.
Un concilio, es una reunión entre obispos para definir algún tema de gran relevancia para la Iglesia, sea un asunto dogmático, de disciplina, o pastoral. Busca esclarecer confusiones que se dan en determinadas situaciones, especialmente en los siglos del cristianismos primitivo, en donde no había más que la Tradición apostólica y no todo estaba tan claro como lo es en nuestros tiempos, lo cual generaba muchas confusiones y divisiones entre las comunidades, por ello la Iglesia ha convocado diferentes concilios a lo largo de su historia para definir la doctrina y ser fiel a las enseñanzas de Jesús contenidas en las Sagradas Escrituras.
Mencionaremos dos concilios, que formulan afirmaciones clarísimas sobre el sacrifico Eucarístico, desde lo que las Sagradas Escrituras nos dicen, cómo el memorial se mantiene y actualiza a la época, destacando su importancia con mucha claridad en algunos puntos claves acerca de lo que significa el memorial de la última cena de Jesús. Afirmaciones que posteriormente son las bases que en las que se apoya lo que busca transmitir el Concilio ecuménico Vaticano II.
Concilio de Letrán (1215): "El mismo sacerdote es sacrificio, Jesucristo, cuyo cuerpo y sangre se contiene verdaderamente en el sacramento del altar bajo las especies de pan y vino, después de transubstanciados por virtud divina, el pan en el cuerpo y el vino en la sangre a fin de que, para acabar el misterio de la unidad, recibamos nosotros de lo suyo lo Él recibió de lo nuestro"
Concilio de Trento (1545-1563): Definición de la doctrina del Sacrificio de la Eucaristía. "Así, pues, el Dios y Señor nuestro, aunque había de ofrecerse una sola vez a sí mismo a Dios Padre en el altar de la cruz, con la interposición de la muerte, a fin de realizar para ellos [v. l.: allí] la eterna redención; como, sin embargo, no había de extinguirse su sacerdocio por la muerte [Hebr. 7, 24 y 27], en la última Cena, la noche que era entregado, para dejar a su esposa amada, la Iglesia, un sacrificio visible, como exige la naturaleza de los hombres [Can. 1], por el que se representara aquel suyo sangriento que había una sola vez de consumarse en la cruz, y su memoria permaneciera hasta el fin de los siglos [1 Cor. 11, 23 ss], y su eficacia saludable se aplicara para la remisión de los pecados que diariamente cometemos, declarándose a sí mismo constituido para siempre sacerdote según el orden de Melquisedec [Ps. 109, 4], ofreció a Dios Padre su cuerpo y su sangre bajo las especies de pan y de vino y bajo los símbolos de esas mismas cosas, los entregó, para que los tomaran, a sus Apóstoles, a quienes entonces constituía sacerdotes del Nuevo Testamento, y a ellos y a sus sucesores en el sacerdocio, les mandó con estas palabras: Haced esto en memoria mía, etc. [Le. 22, 19; 1 Cor. 11, 24] que los ofrecieran. Así lo entendió y enseñó siempre la Iglesia [Can. 2]." "La misa se ofrece a Dios en un sacrificio verdadero, propio y propiciatorio por los vivos y por los difuntos, y que en el santísimo sacramento de la Eucaristía está verdadera, real y sustancialmente el cuerpo y la sangre".

El Altar
Es imposible no hacer algunas menciones al altar, pues al tener ya claridad sobre los sacrificios que se realizaban en el antiguo testamento, "ofrecerán la sangre derramándola sobre el altar" y la continuidad que se mantiene con tradición entre lo que es actualmente el rito y lo que antes era, podemos afirmar que el espacio sagrado para la práctica cultual en el Antiguo Testamento era muy importante, había un lugar destinado para ello. Como lo es hoy para nosotros en los altares de piedra que normalmente tenemos en todas las Iglesias que celebran el sacrifico Eucarístico. El altar, sin dudas es el lugar más importante que hay en la Iglesia, porque es la mesa en la que se celebre, se conmemora lo que hizo Jesucristo el jueves santo y ordenó a sus discípulos continuar: La Institución de la Eucaristía. Si bien es cierto, que durante los primeros siglos, existían altares "portátiles" y de madera, ya hacia el siglo III, el altar queda fijo y de piedra, para así evitar profanaciones que ocurrían, lo que posteriormente el movimiento litúrgico también destaca la importancia que tiene el altar para el sacrificio eucarístico, para así recuperar el valor cristológico que tiene el altar. El "participar de la mesa del Señor", como nos lo dice san Pablo, que busca por medio de esta frase comparar a la comunión eucarística con Cristo, con las comidas sacrificiales que se realizaban en el Antiguo Testamento, en la cual los fieles estaban en comunión con el altar, San Pablo sitúa la eucaristía desde una perspectiva sacrificial. San Pablo también nos dice de manera explícita: "Nosotros tenemos una mesa sagrada". Sin embargo, hoy, ya con la reflexión por siglos y de los padres de la Iglesia, la Tradición y reflexión del Magisterio, comprendemos que la Cruz, es el altar en el cual Jesucristo hace su sacrificio por nosotros.
Concilio Vaticano II.
El Concilio Vaticano II, fue convocado por el Papa Juan XXIII en 1959. Fue muy diferentes a los concilios anteriores, pues el Papa, convocó a todos los obispos del mundo a dialogar sobre la Iglesia, también se invitó a otras confesiones, por lo que se creó un diálogo ecuménico, en donde los hermanos cristianos también pudieron participar de este gran evento de la Iglesia Católica.
Durante la fase ante preparatoria se desarrollaron esquemas en los cuales cada país enviaba sus síntesis sobre temas de importancia dentro de la vida de la Iglesia, luego la fase preparatoria en la que se fijaron las comisiones para trabajar. La primera sesión se inaugura el 11 octubre de 1962. El Papa le llamó el aggiornamiento, el cual traería nuevos aires, pero como principal propósito custodiar el depósito de la fe. Surgieron grandes cambios, quizás el que más sorprendió al mundo y causó algunas divisiones, fueron los cambios y adaptaciones de la liturgia. Una de las primeras constituciones que se promulgó es la de nuestro interés, el 4 de diciembre de 1963, se votó sobre la constitución sobre la sagrada liturgia, es escrutaron 2152, de los cuales 4 fueron en contra, todos los demás fueron a favor.
Constitución sobre la Sagrada Liturgia: Sacrosanctum Concilium: Esta constitución está dedicada a la liturgia, la que busca hacer algunas adaptaciones según las necesidades de la época y promover la unión entre los fieles. Es necesario destacar que para que se constituyera este documento fue esencial el trabajo previo que venía haciendo el movimiento litúrgico y diferentes personajes que trabajaron para la realización de ello, durante años.
El segundo capítulo, está dedicado a "El sacrosanto misterio de la Eucaristía". En este capítulo se nombra 4 veces la palara "Sacrificio" y en la totalidad del documento 9 veces. Lo que transmite esta constitución es destacar lo que Jesucristo hizo por nosotros, por eso comienza hablando del Sacrificio Eucarístico y en el capítulo dedicado a la Eucaristía comienza así: "Nuestro Salvador, en la Última Cena, la noche que le traicionaban instituyó el Sacrificio Eucarístico de su Cuerpo y Sangre con el cual iba a perpetuar por los siglos, hasta su vuelta, el Sacrificio de la Cruz y a confiar así a su Esposa, la Iglesia, el Memorial de su Muerte y Resurrección". Que el capítulo que esté dedicado a la Eucaristía – aunque breve- comience con esta definición, nos permite darnos cuenta inmediatamente, que con estas palabras se define con claridad lo que la Escritura nos dice y lo que los Concilios también definen, y nos muestran una continuidad con la Tradición, el Magisterio y las Sagradas Escrituras. Aunque es una expresión breve la que quiere transmitir la importancia del sacrificio de Jesucristo, destaca lo esencial que es este sacrificio y la importancia que tiene para la vida de la Iglesia. Para que los fieles puedan ser partícipes de la manera más óptima posible y puedan comprender lo que ello significa, adapta la celebración a la lengua local, hace algunas modificaciones en el rito, entre otros lineamientos para seguir el santo sacrificio de la Eucaristía, de manera que se pueda comprender y recibir de la mejor forma posible para que ayude a los fieles a crecer en la fe en Jesucristo y acepten este misterio tremendo y fascinante: Jesús mismo presente en las especies del pan y el vino.

IV. El pensamiento teológico de Joseph Ratzinger, sobre la Liturgia.
Joseph Ratzinger, dentro de su reflexión teológica ha dedicado muchos escritos a la Liturgia, además de todos sus otros escritos teológicos, nos ha demostrado ser un teólogo, por excelencia, en su significado autentico, un hombre con una lucidez y una claridad para transmitir fielmente lo que es. Gracias a su notable dedicación a la teología, todos tenemos acceso a comprender lo que busca expresar íntegramente. Ha sido el gran intelectual de los últimos años, por destacar lo esencial, el aporte a la liturgia que ha hecho con sus escritos, son una manera accesible de comprender el centro de la vida cristiana: "Para el católico, la liturgia es el lugar común, la fuente misma de su identidad: también por esta razón debe estar "predeterminada" y ser "imperturbable, para que a través del rito se manifieste la Santidad de Dios".
El Concilio Vaticano II, en donde participó como perito conciliar y acompañante del Cardenal Frings, fue una razón importante para dedicar reflexión teológica la Liturgia, al ser la primera constitución en promulgarse – no intencionalmente- abrió un nuevo camino a su reflexión teológica, que en principio fue la teología dogmática.
Para llegar a una cierta comprensión de lo que es la liturgia, debemos comprender lo que en palabras del entonces Cardenal Ratzinger, nos dice de ella: "La liturgia no es la mera reunión de un grupo para celebrarse y después en realidad encontrarse en lo posible a sí mismos. En lugar de eso, la participación en la presentación en la presentación de Cristo ante el Padre nos permite entrar, tanto en comunión universal con toda la Iglesia, como en la communio sanctorum".
Es cierto que actualmente no hay consciencia entre los fieles y el Sacrificio Eucarístico, incluso muchos tienen dudas de si realmente la transustanciación es real, pero el problema es aún más básico, porque no hay consciencia sobre la esencia del Sacrificio, es por ello que hemos hecho un intento para explicar el sacrificio eucarístico de manera que se pueda adherir a nuestra fe y la misa, pueda ser realmente el alimento y sustento de la vida cristiana, porque todo se ha vuelto extremadamente ajeno al pensamiento actual (…) Lo que sucede, probablemente, en gran medida porque nuestra imagen de Dios se ha difuminado, se ha aproximado a la del deísmo. Ciertamente las concepciones actuales que tenemos no son las más adecuadas, pero por una cuestión muy simple: nosotros mismos hemos desacralizado lo esencial, minimizando cada vez más su importancia y centralidad en la vida cristiana.
Quisiera destacar la analogía que hace Benedicto XVI, de manera muy pedagógica y clara cómo explica con el texto del Buen Pastor, el sacrificio y el acto violento que se transforma en un acto lleno de amor y donación total; en el Evangelio de Juan, podemos ver la "última interpretación retrospectiva de la fe en Jesús", por esto, cuando Jesús dice: «Yo soy el buen pastor» (Jn. 10,11), "el Verbo, que desde el principio está junto a Dios y es Dios, nos revela al mismo Dios en el diálogo de amor de las Personas divinas y nos invita a participar en él" .
Como primer elemento, nos encontramos con la gran Promesa de Jesús: dar la vida en abundancia. Aquello que desean todos los hombres, pero, ¿Cómo es esto posible? Jesús, promete a las ovejas que mostrará los «pastos», de lo que viven las ovejas; lo que las conducirá a las fuentes de la vida. El Nuevo Testamento nos conduce al Antiguo Testamento, haciendo un recorrido, desde el Salmo 23, a las palabras de Ezequiel (34,14), llegando a San Juan, que nos muestra al Logos, al Jesús que nos da este ejemplo, pero "¿Qué nos quiere decir?, el alimento que da la vida es la Palabra de Dios, el hombre vive de la verdad y necesita ser amado por la Verdad. Dios es quien le da sentido a su vida, en lo más profundo necesita sobre todo la Palabra, el Amor, a Dios mismo. Quien le da todo esto, le da «Vida en abundancia»". Este es el verdadero Pastor. (cf. Jn. 1, 4; 3, 36; 11, 25)".
Como segundo elemento la Encarnación y la pasión del Hijo; «El buen Pastor de la vida por las ovejas» (cf. Jn.10, 11). Este es el paso más interesante, "se refiere a la Palabra que se ha hecho carne y don «para la vida en el mundo» (cf. Jn. 6, 51). Así en el sermón sobre el pastor es central la entrega de la vida por las «ovejas»" . Esta es una entrega totalmente libre de Jesús hacia el mundo, transformando todo el acto de violencia en la cruz, en una entrega amorosa por los demás, haciéndose vida en la Eucaristía. Así Jesús da la vida. Esto es "los verdes prados" donde Dios quiere llevar a las ovejas; la intimidad total con el hombre por medio de Jesucristo que se ha hecho hombre por nosotros y ha querido quedarse con nosotros para acompañarnos y conducirnos mediante la comunión y la radical unión con nuestra alma.
El tercer elemento esencial, es el conocimiento entre el pastor y el rebaño. Ellos se conocen: «Yo soy el buen Pastor, que conozco a las mías y las mías me conocen, igual que el Padre me conoce y yo conozco al Padre; yo doy mi vida por las ovejas» (Jn. 10, 14s). El buen Pastor, conoce a las ovejas, ellas le pertenecen, pero no hablamos de pertenencia en el sentido del que posee, sino que les pertenece de un modo más profundo y por eso las conoce; las ama y quiere que sean libres. Así como el buen Pastor conoce a las ovejas, así se conocen el Padre y el Hijo.
Finalmente, vemos como se presenta la unidad. La profecía de Ezequiel se cumple (Ez. 37, 15-17.21s). "El pastor Dios reúne de nuevo en un solo pueblo al Israel dividido y disperso". La misión de Jesús como pastor no sólo tiene que ver con las ovejas dispersas de la casa de Israel, sino que tiende, en general, «a reunir a todos los hijos que estaban dispersos» (Jn.11, 52). Acá podemos ver la misión universal; existe UN solo pastor, el Logos que se hace hombre y se entrega para dar vida en abundancia, con todo lo que esto conlleva. (cf. Jn.10, 10).
El buen pastor, se reconoce en Cristo, quien guía, conoce a estas ovejas que le pertenecen, es el verdadero «portador de la oveja». El que ha dado la vida por nosotros. Él mismo es la vida. "Jesucristo, el propio Dios va tras la "oveja perdida", la humanidad doliente y extraviada" .
Sin dudas que la teología de la liturgia de Joseph Ratzinger es realmente apasionante, nos abre al mundo de la ciencia litúrgica, pero sus breves aproximaciones, ciertamente nos ayudan a una mayor comprensión y sobre todo a amar más la liturgia, precisamente en su dimensión celebrativa: "En la Eucaristía recibimos algo que nosotros no podemos hacer, en donde entramos en algo más grande que se convierte en propio, precisamente cuando nos entregamos a esto que es más grande, es cuando realmente buscamos celebrar la liturgia como verdaderamente la liturgia de la Iglesia".



Conclusión

La finalidad de esta pequeña indagación, es destacar la importancia que tiene la liturgia y demostrar como la continuidad que hay entre Antiguo y Nuevo Testamento nos muestran los aspectos fundacionales del centro de la vida Cristiana que hoy para nosotros es la misa, es decir, el sacrificio de Jesús anunciado en la última cena, que luego hace en el altar de la Cruz. Creo que estamos en una época en la que cada vez más desacralizamos lo que es sagrado, a veces no hay espacio en nuestras vidas para poner al centro lo esencial, y rechazamos la presencia real de Jesús en el altar, a veces por una minimización de la fe y todo el sustento teológico que trae detrás la Eucaristía, la importancia que tiene cada parte de su rito y la necesidad que hay hoy de hacer una analogía en un vocabulario simple, de manera que todos puedan comprender lo que hay detrás de esta teología, puesto que es a través de la ciencia litúrgica que nos explica y enseña lo que la misa es hoy, lo que significó para los presentes en la última cena el día que Jesús mismo instituyó la Eucaristía, que posteriormente los apóstoles conmemoraban en las comunidades que iban formando y como este acto de conmemoración de la presencia real del sacrificio de Jesús se hace presente en todos los altares que hay en el mundo por medio de un sacerdote que cumple la función de ser otro Cristo y conmemora la celebración de este sacrificio en la actualidad, y así por los siglos de los siglos, ciertamente han existido ciertas modificaciones en el rito, pero lo que no ha cambiado a pesar de las controversias del rito, es la acción sacrificial que se desarrolla en la Eucaristía, esta conmemoración, en la cual se hace presente realmente Jesucristo en las especies del pan y del vino, los cuales después de las palabras consagratorias, por acción del Espíritu Santo se convierte en su cuerpo y su sangre, es decir, verdaderamente Jesús se hace presente está ahí y nos cumple la promesa de que está con nosotros todo los días. Ojalá pudiéramos ser conscientes de esta donación a diario que nos entrega Jesucristo y comprender que realmente Dios cumple sus promesas.



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