El saber del narrador como objeto de búsqueda en Crónica de una muerte anunciada (1988) - Eduardo Serrano Orejuela

January 25, 2018 | Autor: E. Serrano Orejuela | Categoría: Narratology, Narratología, Semiótica
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EL SABER DEL NARRADOR COMO OBJETO DE BÚSQUEDA EN CRÓNICA DE UNA MUERTE ANUNCIADA1 Eduardo SERRANO OREJUELA

1. El narrador y su saber 1.1. El hecho de que el narrador de un texto narrativo literario tenga por función central relatar, por medio de un discurso verbal, una historia al narratario, su correlato en el plano de la narración, plantea, entre otros no menos importantes, el problema de la procedencia de su saber diegético (= relativo a la historia relatada). En efecto, ¿por qué y cómo sabe un narrador lo que relata? En muchos casos no se puede dar respuesta alguna a esta pregunta: el narrador se presenta desde el comienzo como un sujeto dotado de una competencia cognitiva acerca de cuya adquisición no se dice nada en el texto. Pero en otros, el narrador revela, directa o indirectamente, la procedencia de su saber: relata una historia vivida personalmente y que recuerda ahora de manera más o menos fiel; la historia le ha sido contada por alguien que la ha vivido o a quien se la han contado a su vez; la ha conocido gracias a ciertos documentos (memorias, cartas, diarios íntimos, testimonios) a los que ha podido tener acceso, son algunas posibilidades entre otras abundantemente atestiguadas por textos de épocas diversas. 1.2. El narrador anónimo (a quien llamaré Gabriel para facilitarme la tarea descriptiva) de Crónica de una muerte anunciada hace parte de estos últimos, ya que se presenta a sí mismo como un actor perteneciente al universo diegético de la novela y por tanto en relación espacial y temporal con los otros actores, agentes o pacientes, de la historia por él relatada. Según la terminología propuesta por Genette (1972, 1983), Gabriel es un narrador homodiegético (= narrador que participa como actor en la historia que relata), el cual se opone paradigmáticamente al narrador heterodiegético (= narrador que no participa como actor en dicha historia). En principio, pues, es este doble rol de actor y de narrador lo que explicaría su competencia cognitiva: Gabriel-actor ha vivido y memorizado los acontecimientos que años después relata como Gabriel-narrador. Las cosas, sin embargo, no son tan simples como parecen. Veamos por qué.

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Ponencia presentada en el XVI Congreso de Lingüística, Literatura y Semiótica, Pereira, octubre de 1988. Publicada en Metáfora, Vol. VI, Nº 11, Cali, mayo de 1997. El saber del narrador como objeto de búsqueda en Crónica de una muerte anunciada Eduardo Serrano Orejuela

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2. El no-saber del narrador 2.1. Greimas y Courtès se han referido a las relaciones estructurales existentes en el discurso entre las dimensiones pragmática y cognitiva en los siguientes términos: Jerárquicamente superior a la dimensión pragmática que le sirve de referente interno, la dimensión cognitiva del discurso se desarrolla paralelamente con el aumento del saber (como actividad cognitiva) atribuido a los sujetos instalados en el discurso. Si la dimensión pragmática —con los encadenamientos de acciones programadas que le son propios— no convoca necesariamente a la dimensión cognitiva, la recíproca no es verdadera: la dimensión cognitiva, definible como la toma a cargo, por el saber, de las acciones pragmáticas, las presupone (1979: 40).

Este pasaje nos permitirá comprender de manera cabal la situación cognitiva específica de Gabriel-actor. En efecto, uno de los rasgos estructurales que lo caracterizan es el hecho de no estar presente en los lugares apropiados en los momentos en que se producen los principales acontecimientos de la historia que, como narrador, habrá de relatar posteriormente. Esta disjunción espacial, situada sobre la dimensión pragmática, está, por consiguiente, en la base de su disjunción cognitiva, lo que lo obligará más adelante, cuando se disponga a relatar lo acontecido, a llevar a cabo la búsqueda del saber diegético que no posee. Esta constatación nos conduce a formular dos preguntas capitales: ¿Qué tipo de narrador homodiegético es Gabriel? ¿Cómo adquiere el saber diegético que le permite desempeñarse como narrador, comunicándoselo al narratario? Sabemos (cf. Serrano Orejuela, 1996) que un narrador homodiegético puede presentarse de dos modos: como autodiegético (es el caso del narrador-actor «protagonista» de la historia) o como paradiegético (es el caso del narrador-actor «testigo» u «observador» de la historia «protagonizada» por otros). De acuerdo con lo dicho anteriormente, Gabriel se inscribe en esta última clase, aunque con características muy particulares que lo diferencian del clásico narrador «testigo». Veamos esto con detenimiento. 2.2. Considero que el eje diegético de Crónica de una muerte anunciada está constituido por cuatro historias diferentes que se encadenan causalmente y con relación a las cuales se sitúan las otras historias que hacen parte del universo relatado: a) La historia de Bayardo San Román. La llegada de Bayardo San Román al pueblo, su matrimonio con Angela Vicario y el repudio de que la hace objeto provocan efectos específicos en él mismo, en la joven, en los hermanos Vicario y en Santiago Nasar.

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b) La historia de los hermanos Vicario. El repudio de su hermana por parte de Bayardo San Román y la acusación que ella hace a Santiago Nasar, los conduce al homicidio de éste último en nombre del honor familiar. c) La historia de Santiago Nasar. Ajeno por completo a las interacciones que han tenido lugar entre Bayardo San Román y la familia Vicario, se ve involucrado inopinadamente a raíz de la acusación de Angela Vicario, que lo conduce a la muerte. d) La historia de Angela Vicario. Repudiada por Bayardo San Román después de haber decidido no ocultarle su falta de virginidad, se da cuenta que lo ama y da comienzo a una apasionada relación epistolar que culmina, muchos años después, con el regreso de aquél. ¿Dónde se encuentra Gabriel-actor cuando estos hechos se producen? La respuesta dada a este interrogante nos pondrá en condiciones de examinar el modo como accede al saber diegético necesario para la constitución de la competencia cognitiva que le permitirá asumir el rol de narrador. Analicemos, en consecuencia, caso por caso. 2.2.1. Historia de Bayardo San Román. Gabriel-actor cursa estudios en un colegio situado en otra ciudad cuando Bayardo San Román llega por primera vez al pueblo: Bayardo San Román, el hombre que devolvió a la esposa, había venido por primera vez en agosto del año anterior: seis meses antes de la boda [...]. Mi madre me escribió al colegio a fines de agosto y me decía en una nota casual: "Ha venido un hombre muy raro". En la carta siguiente me decía: "El hombre raro se llama Bayardo San Román, y todo el mundo dice que es encantador, pero yo no lo he visto" (pp. 42 y 43).

Se ve claramente en este pasaje cómo la disjunción espacial de Gabriel-actor hace objetivamente inevitable su disjunción cognitiva. Lo que da paso a su conjunción con un cierto saber es la correspondencia que su madre (que asume el rol de informadora) le envía, la cual a su vez se apoya en lo que «todo el mundo dice» (se trata en este caso de un informador colectivo), pues ella misma se halla en una situación de disjunción espacial, y por tanto cognitiva, respecto de Bayardo San Román. Esta situación configura una relación con el saber mediatizada por el discurso de un informador que será la característica dominante en Gabriel-narrador. Durante varios meses, la única fuente de información de Gabriel-actor a propósito del recién llegado y de su integración a la vida del pueblo son las cartas que su madre le escribe. Así, por ejemplo, en lo que concierne a sus pequeñas hazañas de fin de semana y a su riqueza: Un domingo después de misa [Bayardo San Román] desafió a los nadadores más diestros, que eran muchos, y dejó rezagados a los mejores con veinte brazas de ida y vuelta a través del río. Mi madre me El saber del narrador como objeto de búsqueda en Crónica de una muerte anunciada Eduardo Serrano Orejuela

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lo contó en una carta, y al final me hizo un comentario muy suyo: "Parece que también está nadando en oro" (pp. 44-45).

Es también la madre quien comunica por carta a Gabriel-actor la aceptación de Bayardo San Román por parte del pueblo, así como su propia sanción positiva (lo que pone en evidencia el rol de evaluador asumido por el pueblo y por la madre): Mi madre le dio la bendición final en una carta de octubre. "La gente lo quiere mucho —me decía—, porque es honrado y de buen corazón, y el domingo pasado comulgó de rodillas y ayudó a la misa en latín" (p. 45).

No obstante, la madre, considerada hasta el momento como fuente de información, puede serlo igualmente de desinformación, lo que pone de relieve la dependencia del informado con respecto al informador en lo concerniente al saber sobre los acontecimientos, y por tanto la relatividad de éste último: Sin embargo, después de ese veredicto consagratorio me escribió dos cartas más en las que nada me decía sobre Bayardo San Román, ni siquiera cuando fue demasiado sabido que quería casarse con Angela Vicario (ibid.).

Finalmente, Gabriel-actor debe esperar hasta las vacaciones de Navidad para conocer a Bayardo San Román y hacerse de él una idea personal: Lo conocí poco después que ella [Angela Vicario], cuando vine a las vacaciones de Navidad, y no lo encontré tan raro como decían (p. 46).

Por consiguiente, la conjunción espacial, de orden pragmático, proporciona las condiciones objetivas para que se produzca una conjunción cognitiva no mediatizada por el discurso de un informador, sino realizada directamente por el observador (proceso de apropiación de saber), situación que, como veremos más adelante, será secundaria en la constitución de la competencia cognitiva de Gabriel-narrador. 2.2.2. Historia de los hermanos Vicario. Aunque en esta ocasión se encuentra en el pueblo, Gabriel-actor no está presente tampoco en los lugares apropiados durante la larga y convulsionada espera de los hermanos Vicario ni en el momento del crimen. Gabriel-narrador se apresura a decirlo en las primeras páginas de su relato: Yo estaba reponiéndome de la parranda de la boda en el regazo apostólico de María Alejandrina Cervantes, y apenas si desperté con el alboroto de las campanas tocando a rebato, porque pensé que las habían soltado en honor del obispo (p. 11).

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Nuevamente la disjunción espacial hace posible una disjunción cognitiva que el «mensaje» de las campanas, al ser equivocadamente interpretado por Gabriel-actor en el marco de una situación de enunciación supuesta (la llegada del obispo), no logra transformar. 2.2.3. Historia de Santiago Nasar. Gabriel-actor estuvo con Santiago Nasar durante la boda y la fiesta subsiguiente: «Yo estuve con él todo el tiempo, en la iglesia y en la fiesta, junto con Cristo Bedoya y mi hermano Luis Enrique [...]» (p. 68). Cuando la fiesta acabó, se fue con él y el resto de amigos donde María Alejandrina Cervantes: La parranda pública se dispersó en fragmentos hacia la media noche, y sólo quedó abierto el negocio de Clotilde Armenta a un costado de la plaza. Santiago Nasar y yo, con mi hermano Luis Enrique y Cristo Bedoya, nos fuimos para la casa de misericordias de María Alejandrina Cervantes (p. 74).

Allí estuvieron «hasta pasadas las tres, cuando ella misma despachó a los músicos y apagó las luces del patio de baile para que sus mulatas de placer se acostaran solas a descansar» (p. 104). Por iniciativa de Santiago Nasar, «casi a las cuatro», subieron a la colina del viudo de Xius para llevarles una serenata a los recién casados (pp. 107-108). Cuando bajaron la colina de regreso, el hermano de Gabriel los invitó «a desayunar con pescado frito en las fondas del mercado, pero Santiago Nasar se opuso porque quería dormir una hora hasta que llegara el obispo» (p. 109). Se despidieron de él, y fue la última vez que lo vieron. Gabriel volvió donde María Alejandrina Cervantes, de quien desde hacía algunos años era, durante el tiempo de las vacaciones, su amante secreto: María Alejandrina Cervantes había dejado sin tranca la puerta de la casa. Me despedí de mi hermano, atravesé el corredor donde dormían los gatos de las mulatas amontonados entre los tulipanes, y empujé sin tocar la puerta del dormitorio. Las luces estaban apagadas, pero tan pronto como entré percibí el olor de mujer tibia y vi los ojos de leoparda insomne en la oscuridad, y después no volví a saber de mí mismo hasta que empezaron a sonar las campanas (p. 111).

Por consiguiente, el recorrido de Santiago Nasar desde el momento en que se separan hasta cuando los hermanos Vicario lo matan escapa al conocimiento directo de Gabriel-actor. 2.2.4. Historia de Angela Vicario. Gabriel-actor tendrá la oportunidad de conocer la historia amorosa de Angela Vicario, anterior y posterior a su repudio, por boca de ella misma muchos años después del drama. Recordemos que Pura Vicario, la madre de Angela, abandonó el pueblo para siempre poco tiempo después de cometido el crimen. Gracias a dos de sus hermanas, que lo tenían al tanto de tiempo en tiempo, Gabriel-actor sabía que las dos mujeres vivían en un pueblo de El saber del narrador como objeto de búsqueda en Crónica de una muerte anunciada Eduardo Serrano Orejuela

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la Guajira. En cierta ocasión llega por azar a la casa donde vive Angela y durante la conversación que sostienen ella le relata (asumiendo el rol de informadora), además de las circunstancias de su noviazgo y su terrible noche de bodas, la historia de su ulterior pasión secreta por el mismo Bayardo San Román: La verdad es que hablaba de su desventura sin ningún pudor para disimular la otra desventura, la verdadera, que le abrasaba las entrañas. Nadie hubiera sospechado siquiera, hasta que ella se decidió a contármelo, que Bayardo San Román estaba en su vida para siempre desde que la llevó de regreso a su casa (pp. 146-147).

Finalmente, y para completar el cuadro, a esta fuente objetiva de no-saber que es la disjunción espacial, debe añadirse la del olvido de lo que Gabriel-actor ha vivido personalmente, aparentemente debido a los largos años que separan el tiempo de la historia y el tiempo de la narración, aunque a esto habría que agregar en un nivel más profundo y a título de conjetura interpretativa, la selección memorial impuesta por la represión de lo que desea no seguir sabiendo. 2.3. Es evidente que estos dos factores de ignorancia, la ausencia y el olvido, dan lugar en conjunto a una carencia cognitiva en el momento en que Gabriel se dispone a relatar la historia, es decir, en el momento en que se propone convertirse en narrador. Esto lo obliga, en consecuencia, a indagar entre los protagonistas y los testigos de la historia para tratar de colmar los vacíos de su saber, como lo manifiesta explícitamente él mismo en repetidas ocasiones: [...] volví a este pueblo olvidado tratando de recomponer con tantas astillas dispersas el espejo roto de la memoria (p. 14). Yo conservaba un recuerdo muy confuso de la fiesta antes de que hubiera decidido rescatarla a pedazos de la memoria ajena (p. 71). Años después, cuando volví a buscar los últimos testimonios para esta crónica [...] (p. 139).

Esta constatación relativa al carácter lacunar de la competencia cognitiva de Gabriel nos lleva, pues, a poner en evidencia que entre la historia y su narración es necesario intercalar la indagación, concebida como la búsqueda del saber diegético que Gabriel necesita para convertirse en narrador. Correlativamente, en consecuencia, aparece en el texto un tercer rol, de carácter cognitivo, el 2 de Gabriel-indagador , intercalado temporal y lógicamente entre los de Gabriel-actor y Gabriel-narrador.

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Fontanille (1984a; 1987; 1989) llama observador al sujeto cognitivo que se apropia de saber, oponiéndolo al informador, sujeto cognitivo que comunica saber.

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Denis Bertrand se ha referido de manera esclarecedora, desde la óptica de la semiótica discursiva, a la importancia que cobra en un texto la dimensión cognitiva de la narratividad cuando se produce en el orden del saber una situación de carencia como la que caracteriza a Gabriel: Si es claro [...] que la descripción de los actores y de sus acciones resulta de un cierto saber sobre los acontecimientos, basta con que el saber de un actor (del enunciado o de la enunciación) no coincida con el de otro para que se pongan en marcha, paralelamente a los recorridos pragmáticos relativos al «hacer», recorridos cognitivos relativos al «saber» cuyo desarrollo puede estructurar igualmente el conjunto de un relato: la disjunción con el saber basta para erigir dicho saber en valor para el sujeto y determina entonces su programa. La dimensión cognitiva constituye desde este punto de vista una dimensión autónoma que se articula también en proceso narrativo. Tales recorridos de saber forman a veces, sobre todo en los textos literarios modernos, una dimensión dominante, incluso hipertrofiada, del relato. Podemos pensar, ejemplo entre tantos otros, en esa novela de Italo Calvino, Si una noche de invierno un viajero, en la que la «historia» no es otra que la historia del conocimiento de una historia. Ahora bien, esta dimensión cognitiva nos conduce al centro de la problemática modal: el saber erigido en valor se inscribe en una búsqueda que es simplemente la de una competencia (1984: 18-19).

En concordancia con lo anterior, resulta claro que la indagación del saber diegético llevada a cabo por Gabriel debe ser entendida como un programa específico de apropiación de la competencia cognitiva que le es necesaria para poder llevar a cabo la narración de la historia.

3. El tiempo y el espacio de la indagación 3.1. Ahora bien, ¿cuándo empezó Gabriel la indagación en sentido estricto, es decir, su búsqueda programada de los protagonistas y testigos de la historia para obtener de ellos el saber diegético necesario? El texto no proporciona a este respecto indicaciones inequívocas. Sin embargo, si nos basamos en las indicaciones temporales explícitas contenidas en su discurso, podemos conjeturar que Gabriel comenzó en firme su búsqueda diecinueve años después del crimen con el interrogatorio de Victoria Guzmán y de su hija Divina Flor, poco tiempo antes de la muerte de la primera: Victoria Guzmán, la cocinera, estaba segura de que no había llovido aquel día, ni en todo el mes de febrero. "Al contrario", me dijo cuando vine a verla, poco antes de su muerte. "El sol calentó más temprano que en agosto" (pp. 17-18).

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En este pasaje, el sintagma «cuando vine a verla» utilizado por Gabriel-narrador significa claramente que Gabriel-indagador realizó una actividad específica de búsqueda de Victoria Guzmán, trasladándose deliberadamente al pueblo, razón por la cual su encuentro no puede imputarse al azar. El pasaje siguiente permite determinar con relativa precisión las coordenadas temporales de dicha búsqueda: [Victoria Guzmán] no pudo eludir una ráfaga de espanto al recordar el horror de Santiago Nasar cuando ella arrancó de cuajo las entrañas de un conejo y les tiró a los perros el tripajo humeante. —No seas bárbara —le dijo él—. Imagínate que fuera un ser humano. Victoria Guzmán necesitó casi 20 años para entender que un hombre acostumbrado a matar animales inermes expresara de pronto semejante horror. "¡Dios mío —exclamó asustada— de modo que todo aquello fue una revelación!" (p. 20).

El encuentro de Gabriel-indagador con Angela Vicario constituye otro momento temporalmente explícito de su recorrido cognitivo: En la ventana de una casa frente al mar, bordando a máquina en la hora de más calor, había una mujer de medio luto con antiparras de alambre y canas amarillas, y sobre su cabeza estaba colgada una jaula con un canario que no paraba de cantar. Al verla así, dentro del marco idílico de la ventana, no quise creer que aquella mujer fuera la que yo creía, porque me resistía a admitir que la vida terminara por parecerse tanto a la mala literatura. Pero era ella: Angela Vicario 23 años después del drama (p. 142).

El sumario de instrucción elaborado por el juez encargado de la encuesta judicial constituye otra de las fuentes de información utilizadas por Gabriel-narrador y su hallazgo permite fechar otro de los momentos cruciales de la indagación: Todo lo que sabemos de su carácter [del juez] es aprendido en el sumario, que numerosas personas me ayudaron a buscar 20 años después del crimen en el Palacio de Justicia de Riohacha [...]. Yo mismo exploré muchas veces con las aguas hasta los tobillos aquel estanque de causas perdidas, y sólo una casualidad me permitió rescatar al cabo de cinco años de búsqueda unos 322 pliegos salteados de los más de 500 que debió tener el sumario (pp. 158159).

El testimonio de Plácida Linero, la madre de Santiago Nasar, constituye el último jalón temporalmente localizable: “Siempre soñaba con árboles” me dijo Plácida Linero [...] evocando 27 años después los pormenores de aquel lunes ingrato (p. 9). El saber del narrador como objeto de búsqueda en Crónica de una muerte anunciada Eduardo Serrano Orejuela

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Este conjunto de citas nos permite concluir que la indagación llevada a cabo por Gabriel le tomó un poco más de siete años, aunque su preocupación acerca de la manera como los acontecimientos habían sucedido tenga su origen a partir del momento en que supo que Santiago Nasar había sido asesinado en un absurdo lance de honor. Pero es precisamente esta diferencia entre preocupación e indagación lo que es importante, pues si bien la primera puede dar cuenta de una motivación general, relativamente abstracta, es la segunda la que nos permite conjeturar la elaboración de un programa específico de búsqueda del saber diegético con la finalidad de darse la competencia cognitiva que le permita hacer, 3 como narrador, el relato de la historia . De otro lado, la terminación por parte de Gabriel de una indagación que le ha tomado varios años no se debe al hecho de que haya establecido la conjunción con la totalidad del saber buscado: es evidente que la competencia cognitiva obtenida al final de su recorrido adolece de muchos vacíos que él mismo trata en ocasiones de subsanar mediante conjeturas o actos de creencia basados en convicciones subjetivas. 3.2. Por su parte, el espacio de la indagación, es decir, el conjunto de lugares visitados por Gabriel durante su búsqueda del saber, es relativamente amplio y no muy bien precisado. El pueblo donde ocurrieron los hechos es, evidentemente, uno de ellos, tal vez el más importante, en la medida en que en él viven aún muchos de los actores (potenciales informadores) a quienes necesita interrogar. Se alude también a varios pueblos de la Guajira, así como al retiro de Calafell donde se encuentra el padre Amador. Estos pocos datos bastan, sin embargo, para reforzar la idea de que la indagación llevada a cabo por Gabriel responde a un programa particular de búsqueda cognitiva y confirma en consecuencia la especificidad del rol de indagador que decidió asumir. Por otra parte, permiten poner en evidencia una vez más la relación que hay entre junción espacial y junción cognitiva: el recorrido que conduce a Gabriel-indagador a los diferentes lugares de la historia está en la base del recorrido cognitivo que lo lleva a la conjunción con el saber diegético.

4. Conclusión Crónica de una muerte anunciada es, pues, el relato de un crimen de honor, de sus antecedentes y de sus consecuencias. Pero es al mismo tiempo, en filigrana, el relato de la indagación de un saber: vemos a Gabriel pasar de un estado inicial de disjunción respecto del saber considerado como objeto de valor a un estado final de conjunción (relativa) con dicho objeto. 3

Debe quedar claro que el análisis anterior se refiere a la duración del programa de indagación y no al número de actores indagados por Gabriel durante ese período, número que es, como resulta evidente al leer la novela, bastante alto.

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En consecuencia, antes de ser narrador, Gabriel ha sido, a lo largo de muchos años, el narratario-observador de los múltiples narradores-informadores que le han relatado sus versiones de lo sucedido. Al final de este proceso, se encuentra en posesión de un cierto saber diegético que, al dotarlo de una determinada competencia cognitiva, lo coloca en posición de asumir el rol de narrador.

Cali, X-88

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BIBLIOGRAFÍA BERTRAND, Denis 1984 «Narrativité et discursivité», Actes sémiotiques-Documents. VI,59. FONTANILLE, Jacques 1984 Les points de vue dans le discours. De l'épistémologie a l'identification. Thèse de Doctorat d'Etat (dir. A.J. Greimas), Université de Paris III. 1987 Le savoir partagé. Sémiotique et théorie de la connaissance chez Marcel Proust. Paris-Amsterdam: Hadès-Benjamins. 1989 Les espaces subjectifs. Introduction a la sémiotique de l'observateur. Paris: Hachette. GARCÍA MÁRQUEZ, Gabriel 1981 Crónica de una muerte anunciada. Barcelona: Bruguera, 1983. GENETTE, Gérard 1972 Figures III. Paris: Seuil. 1983 Nouveau discours du récit. Paris: Seuil. GREIMAS, A.J. y COURTÈS, Joseph 1979 Sémiotique. Dictionnaire raisonné de la théorie du langage. Paris: Hachette. SERRANO OREJUELA, Eduardo 1996 La narración literaria. Teoría y análisis. Cali: Biblioteca de Autores Vallecaucanos/Gobernación del Valle del Cauca.

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