El rol de las exposiciones en la escritura de la historia. Mitominas y el origen de la relación arte-feminismo en Buenos Aires

June 6, 2017 | Autor: María Laura Rosa | Categoría: Women Artists, Feminist Exhibitions
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Descripción

El rol de las exposiciones en la escritura de la historia. Mitominas y el origen de la relación arte-feminismo en Buenos Aires*. Lic. María Laura Rosa (Univ.Complutense-UBA) A partir de los últimos años de la década del „60 se inicia una revisión de los discursos de la Historia del Arte tradicional. De la mano de teorías psicoanalíticas, semiológicas y estructuralistas, los estudios sobre el arte desde la perspectiva de género han planteado un análisis de los relatos de la disciplina desvelando la trama en la que se articulan los discursos de poder dentro del campo artístico. A lo largo de tres décadas -„70; „80 y „90- la Historia del Arte desde la perspectiva de género se ha revelado como una de las líneas teóricas más cuestionadoras de los discursos canónicos, no limitándose a un registro de artistas mujeres a lo largo de la historia, sino proponiendo algo más osado: revisar el concepto mismo de subjetividad. Las imágenes y los símbolos culturales son formas en las que las prácticas y discursos sociales construyen las nociones de mujer, sexualidad femenina y femineidad: aspectos todos relativos a la subjetividad. Imágenes y símbolos también participan en la construcción de grupos étnicos, de clase, de orientación sexual, etc. El feminismo, en cierta forma, introdujo la problemática de las minorías al debate de la postmodernidad, en general y en particular al debate del arte contemporáneo. En relación a esto, Andreas Huyssen señala que las formas en que hoy planteamos cuestiones relativas al género y la opción sexual, la lectura y la escritura, la subjetividad y enunciación, voz y representación son impensables sin el impacto del feminismo, aún cuando muchas de estas actividades puedan tener lugar en el margen o fuera de este movimiento.1

* Trabajo presentado en las Primeras Jornadas sobre exposiciones de arte argentino 1960-2006 tuvieron lugar el 18 y 19 de mayo de 2006 en el auditorio del Museo Nacional de Bellas Artes. Estas inauguraron un espacio de reflexión acerca de las exposiciones y su rol como factor fundamental para la escritura de la historia del arte en las últimas décadas. Tomando como eje del debate al museo y otros espacios de intercambio cultural, en estas Primeras Jornadas se discutió sobre políticas y estrategias tanto curatoriales como museográficas que intervienen en el discurso museológico. Como resultado de estas Primeras Jornadas se encuentra en prensa el libro Exposiciones de arte argentino 1956-2006. La confluencia de historiadores, curadores e instituciones en la escritura de la historia del arte (MNBA, 2009). 1 Huyssen, Andreas, “Cartografía del Postmodernismo”, en Josep Picó (ed.), Modernidad y Postmodernidad, Madrid, Alianza, 1988, pp. 213-214. 1

En el proceso de rescate y análisis de las artistas y sus obras es de vital importancia el papel que jugaron las exposiciones puesto que auspiciaron también de difusoras de una nueva mirada hacia la historia del arte. En este sentido la exposición Women Artists: 1550-1950 curada por las historiadoras del arte Ann Sutherland Harris y Linda Nochlin, llevada a cabo en el County Museum of Art de Los Ángeles, inaugura toda una época –aunque a pesar de las curadoras, como explicaré más adelante- de exposiciones de artistas mujeres. La teórica Nancy Heller recuerda emocionada la visita a esta mítica exposición que permite, por primera vez en Estados Unidos, la posibilidad de hacer preguntas a la disciplina de la historia del arte. “El 21 de diciembre de 1976, Los Angeles County Museum of Art inauguró una exposición de importancia capital, Women Artists: 1550-1950, comisariada por Ann Sutherland Harris y Linda Nochlin. Dos meses después, la visité con mi padre, un grabador (...) que había publicado su propio libro sobre mujeres artistas unos años antes. Todavía recuerdo lo emocionante que resultó ver reunidas por primera vez más de ciento cincuenta obras de ochenta y seis artistas de diferentes épocas y nacionalidades, todas ellas pintoras profesionales. La exposición cosechó un gran éxito y recibió mucha publicidad al trasladarse de Los Ángeles a Brooklyn, Pittsburg y Austin. Los visitantes se sintieron sorprendidos por la impresionante cantidad y la gran calidad de los cuadros expuestos y por las carreras de las artistas laboriosamente documentadas en el catálogo de la muestra.” 2

Lo que plantearon las curadoras en el catálogo es la necesidad de investigar el por qué de las ausencias en el discurso histórico artístico y no la simple demanda por más exposiciones de artistas mujeres. Reconocen que, sin la aparición de nuevas perspectivas de análisis del discurso artístico, difícilmente se puede atravesar el velo que cubre a la presencia femenina en el arte. Influidas por la relación que en ese momento histórico tenía el feminismo con el marxismo, Harris y Nohlin piensan entonces que una historia de las condiciones sociales de la producción artística de las mujeres puede generar algunas respuestas a estas ausencias.

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Es importante resaltar que Women Artists ... inicia una intervención activa en los discursos dominantes de la disciplina, y esta es una cualidad que presentan las exposiciones: el poder de proponer y difundir otras miradas de lo establecido. La vinculación entre feminismo y arte en Argentina plantea procesos diferentes a los que se dieron en los centros de poder del arte y a los lugares originarios del feminismo: Europa y Estados Unidos. La primera ola del feminismo en Argentina se inicia a principios del Siglo XX al calor de las luchas de socialistas y anarquistas por conseguir mejoras en las condiciones de trabajo. Ya a fines de la segunda década del siglo, el debate se extiende a los derechos políticos y civiles de la mujer. Mientras que la década del ‟50 se caracteriza en Europa Occidental y Estados Unidos por el repliegue doméstico y el baby boom, en Argentina se da la coexistencia de la obtención del derecho a votar con esta “vuelta al hogar”, situación que se va ir sorteando recién con el feminismo de la segunda ola. En la década del ‟60 aumenta el ingreso y egreso de las mujeres a la universidad, así como también su inserción en el mercado laboral3. Este hecho trae consecuencias notables en la década siguiente, y con respecto al campo del arte, es más amplia la presencia de estudiantes mujeres en la carrera de Bellas Artes, por tanto serán más las 2

Mayayo, Patricia, Historia de mujeres, historias del arte, Madrid, Cátedra, 2003, pp. 45. Belluci, Mabel, “La lucha de las mujeres por los derechos sexuales”, en Forastelli, Fabricio; Triquell, Ximena: Las marcas del género. Configuraciones de la diferencia, Córdoba, Universidad Nacional, 1999, p.106. Citamos de este artículo el cuadro en porcentajes sobre el nivel de educación de la población activa femenina en 1970 y 1980 con el fin de ilustrar las consecuencias que trajeron durante los „70 los cambios acaecidos en el comportamiento de la mujer durante la década del „60. Fuente obtenida del Censo Nacional de Población y Vivienda, Ministerio de Economía, Buenos Aires, 1980. 1970 1980  Nunca asistió y primario incompleto 35 22  Primario completo y secundario incompleto 41 44  Secundario completo y superior universitario incompleto 20 26  Superior o universitario completo 4 8 3

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que busquen mejorar su situación dentro de las aulas y fuera, en el incipiente sistema de exposiciones y becas que se está generando en el país, tras la caída del peronismo (ver formación de CONICET, Fondo Nacional de las Artes, entre otras). Esto va unido a la aparición de “un nuevo público, mucho más amplio y ávido de novedad”4. Las mujeres comienzan a aparecer en posiciones relevantes dentro de la vanguardia local. Aunque el número es inferior al masculino, sí se establecen diferencias con las décadas anteriores, por ejemplo Sarah Grilo y Lidy Praty participan de la formación del Grupo de Artistas Modernos creado por Aldo Pellegrini en 1952, Silvia Torras forma parte de la exposición de Arte Destructivo (Gal. Lirolay, 1961), Marta Minujín, Delia Cancela, Dalila Puzzovio, Lea Lublin intervienen activamente en los happenings y ambientaciones que se dan en torno al Centro de Artes Visuales del Instituto Di Tella.5. Pese a su impacto, ninguna de estas artistas están relacionadas con los grupos feministas de entonces. Las acciones de finales de la década del '60 y principios de los '70 en Argentina -happenings, arte de los medios- no tienen reivindicaciones feministas, ni plantean críticas al orden patriarcal. Entendemos que esta situación se da por el propio desarrollo que tiene el feminismo argentino durante estos años y por la situación política del país. Estos hechos, entre otros, determinan urgencias que eclipsan los reclamos feministas. Durante

los años setenta se forman los primeros grupos feministas “autónomos”

del país, desarrollando reuniones de reflexión y discusión sobre problemáticas comunes

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Longoni, Ana, “Investigaciones Visuales en el Salón Nacional (1968-1971): la historia de un atisbo de modernización que terminó en clausura”, en Penhos, Marta; Wechsler, Diana (coord.): Tras los pasos de la Norma. Salones Nacionales de Bellas Artes (1911-1989), Buenos Aires, del Jilguero, 1999, pp.192. 4

a todas las mujeres. En esta década se organiza en los salones del café Tortoni Unión Feminista Argentina (Ufa), de cuyos orígenes participa la cineasta María Luisa Bemberg6. En 1971 se constituye también el Movimiento de Liberación Femenina (Mlf), institución que instala con fuerza el debate sobre el aborto. Todo el desarrollo del feminismo alcanzado en la primera mitad de la década del '70 se ve truncado por el golpe militar del 24 de marzo de 1976. Las circunstancias adversas determinaron que muchas mujeres se exilien con sus familias y que otras inicien un auténtico exilio interno. Recién, con la restauración de la democracia, el trabajo subterráneo del feminismo de la segunda mitad de los '70 emerge con fuerza. Las reivindicaciones cobran un nuevo impulso por el retorno de las mujeres exiliadas. El campo artístico no es ajeno a esta situación ya que las artistas mujeres recobran una participación activa en el medio, comenzando a exponer problemas propios del género. Una artista ineludible a la hora de hablar estas problemáticas es Liliana Maresca (1951-1994). La muestra de la dupla Liliana Maresca- Ezequiel Furginele en Adriana Indik, en 1985, es un antecedente a los cuestionamientos que, en lo concerniente a mitos y construcciones sociales, realizarán otros artistas plásticos. “Cierta ceguera mental hace que los habitantes de estas tierras sigamos aferrados a ciertos hábitos que no nos dan hálitos para vivir, sino sólo para sobrevivir”7, señalan los artistas. A partir de objetos,

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Como referente para estudiar a las citadas artistas que trabajaron en torno al Di Tella empleamos: King, Jonh, El Di Tella y el desarrollo cultural argentino en la década del sesenta, Buenos Aires, Ediciones de Arte Gaglione, 1985. 6 Para más información sobre el feminismo y el arte argentino ver Rosa, María Laura, “Caminando por los pliegues y las sombras”, en La batalla de los géneros (cat. exp.), 13 de septiembre al 9 de diciembre, Santiago de Compostela, Centro Galego de Arte Contemporánea, 2007, pp.67-81 7 “Maresca-Furginele. Un grito de vida”, Artinf, Buenos Aires, Oct., Nov., Dic. 1995, nº54/55, p. 48. 5

Maresca-Furginele, dan sepultura a viejos mitos para vencer el cansancio e intentar comenzar una vez más. En noviembre de 1986 el público porteño se ve sorprendido por una gran exposición que abarca todo el espacio del Centro Cultural Ciudad de Buenos Aires (hoy Centro Cultural Recoleta): Mitominas I, bajo la coordinación general de Monique Altschul (Buenos Aires 1938). La muestra presenta -a través de instalaciones, performances, pinturas, esculturas, poesía, en acompañamiento con talleres y mesas redondas- una revisión de los mitos, tanto europeos como americanos, que pesan sobre la imagen de la mujer. Aquellas construcciones mitológicas que quisieron sepultar Maresca-Furginele un año antes, esta vez son interpeladas por un grupo de artistas mujeres, desde el campo específico del género. La carrera de Altschul tiene un desarrollo anterior al proyecto Mitominas. Tras licenciarse en Letras por la Universidad de Buenos Aires, Altschul vive en los Estados Unidos entre1964 y 1971. En la Universidad de Iowa da comienzo su carrera de artista plástica a la vez que toma contacto con las reivindicaciones del movimiento feminista8. En 1970 Altschul participa de la comisión organizadora del congreso interdisciplinario What's on in Latin America, Iowa State University. Al año siguiente Altschul regresa a la Argentina, entonces comienza un camino de investigación y búsquedas en solitario. Así comenta la artista sobre su vuelta: “Cuando llegué a la Argentina me di cuenta de que era muy difícil conectarse con grupos feministas. Si los había yo no los ubicaba. De todas maneras fui a alguna reunión, pero no me enganché, entonces seguí mi camino sola, a través de lecturas. Después del último

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Cabe destacar que en esa misma Universidad estudió la artista feminista, de origen cubano, Ana Mendieta. 6

año de la dictadura, o quizás antes, comencé a buscar lo grupal porque desde lo individual veía que había cosas que no podía hacer”.9 La artista inicia entonces una investigación sobre la dinámica de grupo en la transformación de un ámbito y el papel que juega el espectador como activo gestor en la obra de arte. Estas cuestiones la llevan en 1985 a crear “un espacio plástico en el cual pudieran participar grupos de personas”.10 Como resultado surge “Transformaciones”, presentada en la Fundación San Telmo en 1985 y en el Consulado Argentino en Nueva York en marzo del „86. La experiencia consiste en agrupar a personas según características comunes. Luego se les da un espacio con diferentes objetos. Deben reorganizar este espacio en función de sus relaciones entre sí y con los objetos. Se filman y se fotografían las experiencias. El resultado fueron seis horas de video y 80 fotografías de Marcos López, que luego se exhibieron en las citadas salas. En aquellas experiencias participan las artista plástica Liliana Maresca, Marcelo Pombo y la escritora Angélica Gorodischer, entre otros convocados. En el grupo que ellas integran aparecen problemáticas referidas a la mujer en sus distintos roles y transgresiones11. Es entonces cuando en charlas posteriores Gorodischer propone aplicar esta experiencia para la transformación de los mitos de la mujer.12 Este es el origen del proyecto que se concreta en tres exposiciones - dos en la década del „80 y una en los „90- llamadas Mitominas.

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Entrevista a la artista Monique Altschul, Buenos Aires, 6/XII/2004. Altschul, Monique, “Una exploración sobre creatividad”, Consulado Argentino de Nueva York, Nueva York, Viernes 7 de marzo, 1985, p. 5 11 Altschul, Monique, Transformaciones. Diario de una aventura creativa, Buenos Aires, Grupo Editor Latinoamericano, 1993, p. 128. 12 “Las mujeres con humor”, Clarín, viernes 14 de noviembre, 1986, p. 41 10

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Mitominas I tiene como objetivo la reflexión crítica del lugar que ocupa la mujer en la construcción histórica del mito. La exposición cuenta con el auspicio de la Secretaría de Cultura de la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires y de la Dirección de Artes Visuales de la Secretaría de Cultura de la Nación y se extiende desde el 7 al 30 de noviembre de 1986 Las artistas redactan un manifiesto donde se puede leer: ”Mito es todo lo que congela. ¿Congela qué?. Creencias, actitudes, y sobre todo conductas. Entonces: hay que ser fiel como Penélope, pecadora como Eva, madre ejemplar como Andrómaca, enamorada (silenciosa) hasta la muerte como Eco, santa como María, arrepentida como Magdalena, diabólica como Lilith, imprudente como Pandora, y así hasta el infinito, siempre. Pero el mito “no existe ni persiste si no es por la palabra”. Lo dijo Paul Valery, que algo sabía al respecto. Y sin embargo, ah, sin embargo la palabra sirve para descongelar. Quien dice palabra, por supuesto, dice todo lo que habla. ¿No hablan acaso el color y las formas, no habla la danza? Quien dice palabra dice color, forma, danza; dice luz, canto, movimiento; dice teatro, imágenes, sombras chinescas. La palabra bajo todas su formas, es la gran descongeladora. Para eso trabajamos. Nos hemos agarrado de la palabra y sus formas para descongelar Mitos y por lo tanto creencias, actitudes, y sobre todo conductas. Hemos trabajado en eso por espacio de un año. Aquí están nuestras conclusiones”. 13

El entonces director del Centro Cultural Ciudad de Buenos Aires, Arq. Osvaldo J. Giesso, argumenta en el catálogo el por qué de dar espacio a una exposición con esta temática: “Característica de nuestra época es una obsesiva insistencia de sacar afuera esa íntima estructura falsamente pueril de los grandes mitos (...). Pero sucede que toda esta historia de los hombres y de los mitos sufre desde el comienzo de una parcialidad intrínseca: una y otra, aunque pretenden interpretar al

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hombre en general, proviene y van tomando forma desde una perspectiva netamente machista, por lo que no reflejan una realidad total sino que son un reflejo -o espejismo- de los instintos y de los intereses de los varones. Otra de las caracterizaciones que definen a nuestra época es su tendencia obstinada a transformarse en un tiempo de reivindicaciones femeninas y feministas. Dicho de otra manera: el machismo está en franco tren de retroceso, siendo de prever que su derrota total no está demasiado lejana. (...) Es tal vez por esta razón que hemos brindado las salas del Centro Cultural Ciudad de Buenos Aires a este grupo de mujeres que se han propuesto ahondar en los mitos tradicionales y, si es posible, reformularlos, esta vez desde el lado hasta ahora débil de la especie humana”.14

Esta cita, aunque larga, se justifica por la situación que plantea una muestra de mujeres que buscan ocupar todo el espacio del Centro Cultural. Giesso debe justificar dichos motivos y para ello desvela viejas reivindicaciones del feminismo que -por estos primeros años en democracia, y como tal, de la defensa de la libertad vedada tras años de régimen- exigían defender. Pero la postura de Giesso también refleja una situación que se viene dando como natural en el circuito institucional y de exhibición del arte argentino: nos referimos a la presencia femenina en relación a muestras individuales y colectivas y a la distribución de premios y becas que, si bien ya hemos señalado su incremento desde los años '50, no era lo suficientemente igualitaria con respecto a la masculina. Sobre este tema señala Altschul: “Cuando regresé de Estados Unidos intenté insertarme en el medio del arte plástico, que en ese momento era muy machista ya que había mujeres que hacían plástica pero que generalmente no llegaban al escalón superior, nunca llegaban a los premios. Y además en el Centro Cultural Ciudad de Buenos Aires, en ese momento [se refiere a 1986 año de la muestra] el 90% de los expositores eran hombres. Cuando Conseguimos todo el Centro Cultural para las mujeres, hay una gran tensión entre los varones. Nosotras dejamos cuadernos para comentarios. Vimos llegar a la exposición muy buenos amigos artistas

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Mitominas I. Un paseo a través de los mitos (cat. exp.), 7 al 30 de noviembre, Centro Cultural Ciudad de Buenos Aires, 1986, p.1. 9

plásticos que nos decían „¡Qué bárbaro, qué bueno!‟, y después escribían comentarios, en aquellos cuadernos, que no se pueden reproducir”.15

La exposición obtiene gran difusión en la prensa de entonces. Diarios como Clarín, La Nación, Tiempo Argentino y La Razón recomiendan visitar la muestra, revistas sensacionalistas como Libre16 y los suplementos dominicales de La Razón y La Nación, desarrollan entrevistas a las artistas y descripciones de las obras.17 La muestra cuenta con un ámbito de reflexión desarrollado a través de talleres y mesas redondas donde se discuten temas que van desde lo jurídico hasta lo sexual, pasando por temáticas relacionadas con el cuerpo, con la escritura, etc. En lo que se refiere a las artes plásticas participa la artista Nora Correas que viene del campo del arte textil. Realiza una instalación dedicada a Penélope. Sibila Camps de Clarín puntualiza: “Sábanas, pañales, guardapolvos, camisetas, vestidos de novia y de comunión, enaguas y medias íntegramente blancos acolchan un pasillo, ya que, para Nora Correas, „la mujer es una cavidad blanda, la cosa mullida y receptora‟”. Más adelante la artista explica lo que es Penélope para ella ”la rutina doméstica de la mujer, que siempre termina y que no termina nunca”, el color blanco es el elegido “porque se desea la mujer en blanco, no escrita; la pureza no es solamente la virginidad, sino lo no hecho, lo no dicho”.18

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Mitominas I. Un paseo a través de los mitos (folleto) 7 al 30 de noviembre, Centro Cultural Ciudad de Buenos Aires, 1986, s/p. El subrayado pertenece al original. 15 Entrevista a la artista Monique Altschul, Buenos Aires, 6/XII/2004. 16 Bajo la edición de Editorial Perfil de Argentina. 17 “¿A descongelar los mitos!”, Tiempo Argentino, Buenos Aires, 25 de setiembre, 1986; “Las mujeres con humor”, Clarín, Buenos Aires, 14 de noviembre, 1986, p. 41; “Mitominas, esa delirante mirada sobre las leyendas”, La Nación, Buenos Aires, 19 de noviembre 1986, p. 6; “Antiguos y modernos mitos y muchas mujeres”, La Razón, Buenos Aires, s/f., p.27; “Las chicas que destruyen los mitos sobre las mujeres. Mitominas”, Libre, Buenos Aires, 11 de noviembre, 1986, nº 148, s/p.; “Mitos y realidades del mundo femenino”, Revista La Nación, Buenos Aires, 23 de noviembre, 1986, s/p.; “Nuevos mitos para las minas”, Revista Claudia Buenos Aires, s/d., p. 29. 18 “Las mujeres con humor”, Clarín, Op. Cit. 10

También participan las artistas Micaela Patania y Viviana Zargón quienes trabajan sobre tres figuras mitológicas: Hera (la hogareña), Afrodita (el símbolo sexual) y Atenea (la activa y creadora). A través de objetos las artistas buscan caracterizar estos tipos de mujer, concurren Miriam Jerusalami, Pilar Larghi, Adriana da Cunha, Helga Thomson, Susana Rodríguez, Anna Lisa Narjak, Diana Raznovich y la crítica de arte Rosa Brill. Los prejuicios hacia el término feminista sobrevuelan en la opinión pública local. En consecuencia, se practica un arte dentro de la temática feminista, cuestionando, criticando, reivindicando, pero a la vez, se intenta esquivar la palabra, buscar otros nombres para no espantar al público. Es así como la prensa aclara: “Independientemente de sus valores artísticos, „Mitominas‟ no cae en desbordes que son frecuentes en este tipo de eventos [desconocemos hasta el momento a qué tipo de eventos se refiere puesto que desde el feminismo estamos viendo que son casi inexistentes], parte de la condición femenina y no de un feminismo muchas veces usado eufemísticamente; descarta el revanchismo hacia el sexo opuesto al preferir enfoques históricos y sociológicos; elude el caos de ciertos “happenings” e incorpora alegría y autocrítica no exenta de ironía”19, señala

Sibila Camps desde Clarín.

Por su parte Altschul se refiere en La Nación: “No somos un grupo homogéneo; no tenemos las mismas opiniones ni la misma ideología”.20 Quizás en relación con aquellas mujeres que participan de Mitominas y no quieren verse involucradas con el término. Así continúa Altschul: “Había varias que se identificaban con el feminismo: Angélica Gorodischer, Liliana Maresca [aunque no participa de esta Mitominas sí se encuentra cercana al proyecto], Daniela Gutiérrez, Nora Correas, Diana Raznovich. Luego se dan

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“Las mujeres con humor”, Clarín, Ibid. “Mitominas, esa delirante mirada sobre las leyendas”, La Nación, Op. Cit. 11

muchas discusiones tales como „esto es una muestra de mujeres, no feminista‟, entonces nosotras explicábamos qué era el feminismo. El término feminismo es muy difícil”.21 Mitominas pone en evidencia que el sujeto “mujer” se construye en el discurso y en la representación, por tanto no es una categoría fija y estable. La exposición busca analizar cómo participan los mitos en la construcción del concepto mujer. Se busca discutir, por medio de charlas y talleres que proponen las artistas, las construcciones sociales que afectan a las mujeres, que determinan sus elecciones, estableciendo consecuencias sobre sus deseos y libertades. En noviembre de 1988 se da el último Mitominas movilizante y contundente22, nos referimos al dedicado a la mujer en relación a los mitos de la sangre. Al igual que en la anterior propuesta se vuelven a revisar los mitos. En esta oportunidad se acota la temática aunque se mantiene el espíritu pluralista. Se prefiere, siguiendo a Mitominas I, el humor a la solemnidad, aunque el tema convocante sea huidizo a la gracia. Mitominas II. Los mitos de la sangre se lleva a cabo en el Centro Cultural Ciudad de Buenos Aires del 4 al 27 de noviembre de 1988. Cuenta con el auspicio de la Secretaría de Desarrollo Humano y Familia, la Subsecretaría de la Mujer (creada el año anterior), Programa Mujer, Salud y Desarrollo, del Ministerio de Acción Social y la Embajada de Francia. La exposición abarca diversos temas que tienen como referencia a la sangre, podemos señalar como los dos más destacados al Sida y la violencia de género.

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Entrevista a la artista Monique Altschul, Buenos Aires, 6/XII/2004. Puesto que en 1992 Mitominas III Cóleras de América, duró un día sólo en Parque Lezama y fueron acciones realizadas en conjunto con murgas. 22

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Nuevamente la prensa se hace eco de la muestra23, esta vez crece la cantidad de espectadores, entre otros motivos, por las quejas del párroco de la Iglesia del Pilar, contigua al Centro Cultural, ante una obra que presenta la artista Liliana Maresca, la cual exacerba la curiosidad del público.24 Es interesante cómo ha cambiado el discurso de los medios con respecto al Mitominas I. Se percibe cierta permeabilidad en los periódicos porteños hacia los discursos de género. Por ejemplo el artículo, sin firma, del Cronista Comercial comienza diciendo: “A esta altura, la mujer misma es un mito que difícilmente puede diferenciar lo que siente o piensa de lo que se supone que debe sentir o pensar. (...) Sería largo enumerar las máscaras que se le adjudican: la bruja, la que trama, la maternal versus la sensual, la que es puro sentimiento pero no razona. (...) Otro viejo mito suele decir que no hay mujeres creadoras, sin detenerse a pensar que no hace mucho que las mujeres tienen acceso a la educación”.25

Por otro lado, apunta Adriana Bruno desde su columna de El Periodista “La sangre como vida, en cambio, es cosa de mujeres: desde la mensual, con su supuesto título reproductor habilitante, hasta la placentaria y demás capítulos. Sin embargo, desde que el primer homínido hilvanó algún pensamiento, Los Mitos de la Sangre femenina han sido muchos, y no siempre en el mejor de los sentidos”.26

Entre las artistas plásticas que participan encontramos a Josefina Quesada quien expone pinturas sobre la Vagina dentada y la menstruación, acompañadas con textos de

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“Ellas... frente a sus mitos”, Clarín, Buenos Aires, 17de noviembre, 1988, p. 37; “Los mitos de la mujer”, El Cronista Comercial, Buenos Aires, 27 de octubre, 1988, p. 8; “Women‟s myths seen by women”, Buenos Aires Herald, Buenos Aires, noviembre, 1988; “Mujer se escribe con sangre”, El Ciudadano, Buenos Aires, noviembre, 1988; “Mitominas 2: los mitos de la sangre”, Feminaria, Buenos Aires, noviembre, 1988, “Los mitos de la sangre. No será negociada”, El Periodista, Buenos Aires, noviembre, 1988, s/p. 24 Aunque no aparece mencionada en el catálogo de la exposición, Monique Altschul dice que la artista “presenta un Cristo pequeño, de santería, al que le había hecho una autotransfusión. A través de un cañito extrae unas gotitas de sangre que circulan y vuelven a Cristo. Había un grupo de teólogas extranjeras amigas de Safina Newbery que estaban encantadas con esa obra. Eran Católicas por el Derecho a Elegir”. Entrevista a la artista Monique Altschul, Buenos Aires, 6/XII/2004. 25 “Los mitos de la mujer”, El Cronista Comercial, Op.Cit. 26 “Los mitos de la sangre. No será negociada”, El Periodista, Op. Cit. 13

Safina Newbery; Carolina Antoniadis y Andrea Racciatti presentan una instalación titulada La casa de la doncella; Monique Altschul exhibe la instalación In Vitro a la vez que participa del grupo escultórico Sida junto con Silvia Berkoff y de la instalación Usina de Sangre junto con Lili Mactas y María Pousa. En la instalación Injuria en la célula, Margit Ljosaa vincula el tema de la sangre con el alcoholismo. Por su parte, el artista Marcelo Pombo presenta las obras Sangre I, II y III. La exposición cuenta también con mesas redondas, exhibición de films y varias performances tales como Las coperas, realizada por los artistas underground Batato Barea, la Pochocha, Klaudia con K y Lizzie Yohai o Bailarina de Marcela Alam, entre otras. La difícil palabra feminismo vuelve a aparecer y ante la pregunta del reportero de El Periodista a Monique Altschul: “¿Feminismo puro?. „ No un espacio abierto [dice Altschul], con participantes feministas y otras que no los son , y con posiciones políticas diferentes -aclara- . El terreno común es de preguntar y preguntarse, sin dogmatismos; y, esperamos contar con una importante concurrencia masculina‟”.27 Mitominas intervino activamente sobre los discursos dominantes de la época, pero apareció sobre un vacío crítico puesto que no se tienen antecedentes de exposiciones anteriores –en Buenos Aires- que cuestionen las construcciones discursivas y el papel de la mujer en el circuito institucional del arte. En los últimos años de la década del „80 llega a las instituciones académicas de la Argentina el concepto de género, impregnando los discursos curatoriales y las investigaciones de muchos artistas de los ‟90. Mitominas queda en el olvido, el género se establece como un concepto ex nihilo, sin antecedentes discursivos en el país para los

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críticos de la década. ¿Fue Mitominas tan radical como efímera para condenarla al olvido? ¿O es que el género demandará propuestas más distantes y menos escandalosas que Mitominas?.

Bibliografía: Altschul, Monique, Transformaciones. Diario de una aventura creativa, , Buenos Aires, Grupo Editor Latinoamericano, 1993. Forastelli, Fabricio; Triquell, Ximena,Las marcas del género. Configuraciones de la diferencia, Córdoba, UNC, 1999. La batalla de los géneros (cat. exp.), 13 de septiembre al 9 de diciembre, Santiago de Compostela, Centro Galego de Arte Contemporánea, 2007. Mayayo, Patricia: Historia de mujeres, historias del arte, Madrid, Cátedra, 2003. Mitominas I. Un paseo a través de los mitos (folleto) 7 al 30 de noviembre, Centro Cultural Ciudad de Buenos Aires, 1986. Picó, Josep (ed.): Modernidad y Postmodernidad, Madrid, Alianza, 1988. Rosa, María Laura, “Caminando por los pliegues y las sombras”, en La batalla de los géneros (cat. exp.), 13 de septiembre al 9 de diciembre, Santiago de Compostela, Centro Galego de Arte Contemporánea , 2007. “Los mitos de la mujer”, El Cronista Comercial, Buenos Aires, 27 de octubre, 1988. “Los mitos de la sangre. No será negociada”, El Periodista, Buenos Aires, noviembre, 1988. “Maresca-Furginele. Un grito de vida”, Artinf, Buenos Aires, Oct., Nov., Dic. 1995, nº54/55. “Una exploración sobre creatividad”, Consulado Argentino de Nueva York, Nueva York, 7 de marzo, 1985

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“Los mitos de la sangre. No será negociada”, El Periodista, noviembre 1988. 15

Imágenes

Imagen 1: Catálogo de Mitominas 1, Centro Cultural Ciudad de Buenos Aires, 7 al 30 de noviembre de 1986. Créditos de la imagen: Archivo Monique Altschul

Imagen 2: Catálogo de Mitominas 2, Centro Cultural Ciudad de Buenos Aires, 4 al 27 de noviembre de 1988. Créditos de la imagen: Archivo Monique Altschul 16

Imagen 3: Liliana Maresca, Cristo realizándose una autotransfusión, Mitominas 2, Centro Cultural Ciudad Buenos Aires, 4 al 27 de noviembre de 1988. Créditos de la imagen: Archivo Monique Altschul

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