El ritual de la interacción en las listas de discusión

June 14, 2017 | Autor: Mercedes Patalano | Categoría: Cyberspace Regulation, Computer Mediated Communication
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Descripción

GRUNER
El ritual de la interacción en las listas de discusión.
Mercedes Patalano
2002
[email protected]

Sumario

Los nuevos espacios de comunicación surgidos a través del uso de las
tecnologías de la información, proporcionan un escenario propicio para la
observación de las interacciones personales que se producen en ellos.
Numerosos estudios, en los últimos años, se han ocupado de las denominadas
comunidades virtuales y de la comunicación mediatizada por computadora
tratando de dar respuesta a los interrogantes que se abren acerca de las
características de las relaciones interpersonales que se ponen en juego en
ellas. Por un lado surgen investigaciones que priorizan la presencia de la
tecnología por sobre el análisis de la interacción, en segundo término las
aproximaciones antropológicas ubican a las comunidades virtuales como
productos simbólicos dentro de la realidad social.
El objetivo del presente trabajo es analizar las listas de discusión, como
un tipo de comunidad virtual, desde la perspectiva microsociológica del
ritual de la interacción. Con el propósito de demostrar: los mecanismos de
interacción de los participantes de los encuentros, como actores sujetos a
las normas de orden público y la puesta en escena de actos simbólicos
necesarios para el mantenimiento del orden ritual.


Introducción

Las listas de discusión son nuevos lugares de encuentro producto del uso de
las tecnologías de la información y la comunicación. Indistintamente se las
denomina, listas de discusión, foros de debate, listas de correo o listas
de distribución. Están conformadas por un grupo de personas con intereses
afines que se nuclean alrededor de un tema específico, para intercambiar
información y opiniones, utilizando como vehículo de comunicación el correo
electrónico.
Forman parte del espacio público característico de la sobremodernidad
definida por Augé (1998) como la convergencia de las historias, la
desterritorialización de los espacios y la liberación de los individuos,
que le impone a éstos experiencias y pruebas nuevas de soledad ligadas a la
aparición de los no lugares.
Si bien, como señala Augé (1998) los no lugares son aquellos espacios que
no pueden definirse por su identidad, relación e historia, es decir no son
en sí espacios antropológicos, no son lugares de memoria.
No obstante los no lugares a igual que los lugares no existen en forma
pura, el lugar y el no lugar son más bien polaridades falsas, como dice
Augé (1998): "el primero no queda nunca completamente borrado y el segundo
no se cumple nunca totalmente: son palimpsestos donde se reinscribe sin
cesar el juego intrincado de la identidad y de la relación". (p.84)
Asimismo, como lo destaca Joseph (1988) , el espacio conquistado o
construído colectivamente, el espacio que simboliza identidad, tiende a ser
defendido y preservado. Su valor no es sólo económico; es también el valor
simbólico de construcción de la identidad.
En este sentido las listas de discusión comparten la condición de
espectáculo, de lugar no simbolizado de los no lugares y su condición de
lugar público en el que se suceden encuentros no focalizados, definidos
por Goffman (1970) como los encuentros en los que los individuos no están
relacionados por un foco de atención compartido, pero en los cuales se
suceden encuentros sociales autorregulados por el orden ritual.
Otros autores analizan estos nuevos espacios públicos insertos en las
llamadas comunidades virtuales como expresiones inherentes a la sociedad de
la información. Entienden las comunidades virtuales como conjuntos sociales
que surgen a partir del uso de Internet, en las cuales una cantidad
determinada de gente lleva a cabo discusiones públicas, durante un tiempo
suficiente, poniendo en juego sentimientos humanos suficientemente fuertes,
como para formar redes de relaciones personales en el espacio cibernético
(Rheingold, 2002).
Por otra parte, otras investigaciones insisten en el papel determinante que
tiene lo tecnológico en la creación de grupos, y consideran que las redes
informáticas unen a las personas tanto como a las máquinas, confluyendo
ambas en redes sociales sostenidas por computadoras (Tirado y Gálvez Mozo,
2002).
A los fines del presente trabajo, las listas de discusión son espacios en
los cuales los participantes mantienen relaciones reguladas y sometidas a
normas de tipo restrictivo y permisivo, de esta manera se solicita a cada
nuevo integrante que lea cuidadosamente las reglas de funcionamiento y su
consecuente cumplimiento. A igual que las microinteracciones localizadas en
los espacios públicos analizados por Goffman (1979) como la circulación
peatonal o las colas en los supermercados, en las listas se establece un
orden público y los integrantes realizan adaptaciones estructuras al mismo.
Las personas que consultan habitualmente los mensajes recibidos, que
reponden a pedidos de información , que solicitan información o emiten
opiniones, son al mismo tiempo unidades vehiculares y unidades de
participación (Goffman, 1979), que operan de acuerdo a un código de
circulación es decir al conjunto de nomas que sostienen la organización
ritual de los encuentros.
La interacción es definida por Goffman (1994) como un encuentro que tiene
lugar en cualquier ocasión en que un conjunto de personas se encuentran en
presencia mutua continua y como Goffman (1970) lo puntualiza sus
observaciones y análisis rigen tanto para los encuentros de tipo inmediato
como los encuentros cara a cara, como para los encuentros mediatos como
declaraciones escritas o registros de trabajo, si bien en éstos últimos es
probable que la interacción sea más atenuada.
Siguiendo la tradición microsociológica (Winkin,1994) iniciada en la
escuela de Chicago de los años cuarenta del siglo XX, se propone en el
presente estudio,
a partir de la observación directa de la circulación de mensajes en la
lista de discusión Iwetel, Foro para Profesionales de la Bibliotecología y
Documentación, (RedIris, 2000a), demostrar que aún cuando las listas son
nuevos espacios de interacción social, reproducen los sucesos propios del
ritual de la interacción investigado por Goffman (1970), dado que en ellas
como una expresión más de la vida cotidiana se teje la urdimbre del idioma
ceremonial y sus participantes deben proteger y designar las consecuencias
simbólicas de sus actos.
Mediante la utilización del desarrollo teórico planteado por Goffman (1970)
acerca de las reglas de conducta, entendidas como guías para la acción, se
describen en primer lugar, las reglas y normas que rigen el funcionamiento
de la lista Iwetel. Focalizando la atención en las reglas ceremoniales, que
se despliegan en los intercambios mantenidos por los participantes, como
medios convencionalizados de comunicación.
En segundo término, se describen a partir de los sucesos que se ponen en
juego en la interacción entre los usuarios de la lista, la construcción de
la propia cara en términos de los atributos sociales aprobados y el trabajo
de la cara en función de las acciones necesarias para el mantenimiento del
orden ritual de la interacción.
A manera de conclusión se aportan observaciones orientadas a demostrar como
lo afirma Goffman (1970) la naturaleza universal de los intercambios entre
los hombres y a pesar de lo que auguran algunas de las últimas
investigaciones realizadas sobre la comunicación mediatizada por
computadora, aún no se revela en el uso de las tecnologías
infocomunicacionales nuevas tipos de interacción social.
Con respecto al objeto y metodología de análisis, se ha seleccionado: la
lista de discusión Iwetel, Foro para Profesionales de la Bibliotecología y
Documentación (RedIris 2000), de origen español, hospedada en la actualidad
en la RedIris (Red Académica y de Investigación Española). Desde su origen
en el año 1993, IweTel es el principal medio electrónico de comunicación
para los profesionales del mundo de la información y la documentación de
habla hispana, en la actualidad tiene 4246 inscriptos, con 29 países
representados.
La observación directa sobre el flujo de la circulación de mensajes en la
lista Iwetel, se realiza a través de la consulta de los archivos que
mantiene la lista, tomándose el período de enero a julio de 2002, a efectos
de seleccionar los mensajes con los cuales se ejemplifican los sucesos de
la interacción.
En relación a la literatura consultada se observa que entre los numerosos
estudios sobre la comunicación mediatizada por computadora, predominan los
abordajes
empíricos que ponen el acento en la preeminencia del paradigma tecnológico
por sobre el análisis del proceso de interacción, trabajos tales como lo
de: Choi y Danowski (2002), Gammack (2002), Gómez (1998), Herring (2002),
Parks (1996), Rafaeli y LaRose (1993), Reid (1991), Rheingold (2002),
Sproull y Kiesler (1986) , Tirado y Gálvez Mozo (2002), Walther (1992,
1994), enfatizan los nuevos rumbos que adquieren las comunicaciones
aumentando las posibilidades de nuevas formas de interacción, asignándoles
a las comunidades virtuales una nueva identidad otorgada por el uso de las
tecnologías emergentes.
Desde la perpectiva antropológica , son útiles los análisis realizados por:
Benassini Felix (1998), Donath (1998), Campos García (2002), Gómez Aguilar
(2002), Mayans (2001) (2002) y Sain (2000)., en los cuales se observa una
aproximación crítica a las investigaciones mencionadas anteriormente,
analizando las comunidades virtuales en tanto que productos simbólicos,
situados en contextos políticos y culturales de la realidad social.
Las investigaciones referidas al estudio descriptivo de las listas de
discusión , enfocan su análisis hacia la observación cuantitativa del flujo
de mensajes, intervenciones de los participantes, temáticas abordadas,
grado y niveles de participación y su utilidad como herramienta de apoyo a
la educación e investigación, ejemplos de esta tendencia son los trabajos
de: Davenport (2002),
Ballesteros Regaña y López Meneses (2000), Feliu y Gisbert (2001), Merlo
Vega y Sorli Rojo (1998) (1999a) (1999b), Savolainen (2001), Soria Luján
(2001), Rodríguez Camiño (1999) (2000), estas aproximaciones de carácter
heurístico no toman en consideración el proceso de interacción entre los
integrantes de las listas.
Por último, como marco teórico a los fines del presente trabajo se han
utilizado las obras de Goffman (1970) (1979) (1984) (1991) (1994) y los
estudios sobre Goffman como los de Winkin (1991) (1994), Martini (1994) y
Joseph (1988) (1999), dado que desde esa mirada se analizan los procesos de
la interacción en las listas de discusión.


Las reglas del orden ritual

Todas las sociedades regulan a sus miembros en los encuentros sociales, una
forma de hacerlo es a través del ritual, se les enseña a ser perceptivo, a
tener sentimientos vinculados con el yo que se expresa por medio de la
cara, a tener orgullo, honor y dignidad, a mostar consideración, a tener
tacto y cierta proporción de aplomo, esto es lo que Goffman (1970) denomina
la naturaleza humana universal.
El orden ritual está organizado según líneas de adaptación que las personas
deben adoptar y que les permiten mostrarse como participantes
autorregulados en los encuentros sociales.
Asimismo, el orden ritual no tiene como objetivo la justicia, sino regular
a los individuos como participantes de la interacción. La serie de normas
que convierten a las personas en seres humanos, provienen algunas del
individuo, pero esencialmente se derivan de las exigencias establecidas en
la organización ritual de los encuentros sociales. Y cuando estas reglas
son obedecidas, determinan los tipos prácticos que la persona emplea para
mantener el equilibrio ritual especificado.
De esta manera se establece el principio fundamental del orden ritual, que
consiste en salvar la propia cara y las caras de los demás miembros en el
momento de la interacción.
Por lo tanto, el orden expresivo necesario para sostener la cara es de
orden ritual, porque está compuesto por actos simbólicos que muestran la
valía social de la persona y de los otros, dado que la cara de cada
participante es una cosa sagrada en todos los encuentros ritualizados.
La observación que realiza Goffman (1979) de los encuentros públicos,
apunta a revelar el orden ritual de los mismos. De esta manera, a través
de las microinteracciones localizadas se ponen de manifiesto las normas de
tipo restrictivo y permisivo a la que están sometidas. Siendo las bases del
orden público un conjunto de relaciones reguladas que mantienen las
personas por medio de sus prácticas sociales.
Así el orden público es un conjunto de normas y regulaciones de
comportamiento relativas a las personas, los lugares y las ocasiones
sociales en las que se producen los contactos.
Las lista de discusión posee como cualquier otro encuentro público, la
condición de ser reguladas por normas de comportamiento que ordenan los
encuentros y establecen pautas permisivas y restrictivas de
funcionamiento.
En el caso que se estudia, la lista de discusión Iwetel (RedIris,2000),
Foro para Profesionales de las Bibliotecología y Documentación, posee
varios instrumentos normativos, que son presentados e informados a cada
integrante en el momento de su incorporación al foro.
Se observa, con respecto a la distinción establecida por Goffman (1970)
para las reglas de conducta entre: reglas simétricas y reglas asimétricas,
en las que las obligaciones y expectativas entre los individuos, en el
primer caso son recíprocas y en el segundo son distintas, que en el foro
Iwetel (RedIris 2000) se establece una categorización y diferenciación
entre los participantes y los administradores de la lista, manteniendo
entre ellos una relación asimétrica de interacción.
Los moderadores tienen la responsabilidad de administrar el ingreso y
egreso de participantes, definir las políticas de acceso y archivos de la
lista y vigilar y verificar que se cumplan con las normas de funcionamiento
y uso establecidas por la lista.
Por lo cual, la relación que se establece entre éstos y el resto de los
participantes es asimétrica, dado que las obligaciones y expectativas que
se ponen en juego no son recíprocas, así por ejemplo, en los mensajes
siguientes se observa como los participantes tienen ciertas expectativas
respecto a las obligaciones de los moderadores:

- Para terminar, diré que los moderadores podrían muy bien haber rechazado
este
mensaje porque no se ajusta a los asuntos que suele tratar la lista,...

- Veremos si los moderadores me pasan este mensaje ..., bueno, eso ya a
modo
de conclusión , me ha costado media hora redactarlo conforme lo escribía
y
algo de sudor en la hora de la siesta.

- Por favor, pongámonos todos a la tarea. Quienes no quieran hacer caso de
las
normas de la lista, que busquen otra. Y una última petición a los
moderadores
para que interrumpan discusiones inútiles que obligan a perder mucho
tiempo (y
a cabrear) al resto.

- Creo que hemos sacado las cosas de quicio, y que va siendo hora de que
los
moderadores lo paren.

Como se oberva en los mensajes, los participantes les solicitan a los
moderadores que cumplan con sus obligaciones: interrupción de discusiones,
censura de los mensajes que no son pertinentes con la temática del grupo,
vigilancia del cumplimiento de las normas y acatamiento de las indicaciones
dadas por ellos, todas estas atribuciones son ejercidas de manera exclusiva
por los administradores y los participantes manifiestan sus expectativas
respecto al ejercicio de las obligaciones por parte de los moderadores.
Por otra parte Goffman (1970) también distingue otros tipos de reglas como
las sustantivas y las ceremoniales, las primeras están orientadas hacia
asuntos que protegen la propiedad y sólo secundariamente funcionan como
protección de la propia imagen; el código que gobierna las reglas
sustantivas y las expresiones sustantivas abarca la moral, la legislación y
la ética.
Las reglas ceremoniales cumplen un papel secundario en cuestiones del
derecho de propiedad, pero su importancia principal es la de ser un medio
convencionalizado de comunicación, por medio de ellas, los individuos
expresan su carácter o transmiten su apreciación de los demás integrantes
del grupo; el código que gobierna las reglas y las expresiones ceremoniales
es la etiqueta.
Goffman (1970) destaca que todas las expresiones empleadas por un grupo
social para fines ceremoniales, como los signos linguísticos, gestuales,
espaciales, insertadores de tareas, etc., pueden ser consideradas el idioma
caremonial del grupo, ya que no son la propia acción empírica concreta sino
que son los componentes o funciones de la acción.
El idioma ceremonial empleado en las listas de discusión está gobernado
por las normas del uso correcto de las listas (RedIris,2001a), denominadas
"netiquette" aludiendo a la etiqueta de la red.
En estas normas se observa que los componentes básicos de la actividad
ceremonial, identificados por Goffman (1970) como: deferencia y proceder,
se encuentran claramente explicitados.
Si bien, como lo señala Goffman (1970), la deferencia y el proceder se
superponen en la práctica, la relación analítica entre ellos es de
complementariedad, no de identidad, dado que la disposición a proceder
correctamente es una manera de mostrar deferencia hacia los demás y la
deferencia hacia los otros se expresa por medio de la conducta del
proceder.
La deferencia es entendida por Goffman (1970) como el componente de la
actividad simbólica por el cual se transmite un sentimiento de respeto
hacia un destinatario que implica una apreciación y evaluación de éste.
Esta actividad ceremonial.se caracteriza por tener un tono cortés y un
sentimiento de respeto hacia el otro, transmitiendo una apreciación que en
muchos sentidos es más elogiosa de lo que justificaría los verdaderos
sentimientos que el actor siente hacia su destinatario.
En la deferencia se ponen en juego los rituales de estatus o
interpersonales, porque en esta actividad el individuo debe proteger las
consecuencias simbólicas de los actos.
Mediante los rituales interpersonales se ponen en evidencia los
sentimeintos de confianza, estima, afecto y pertenencia.
Goffman (1970) edentifica dos amplios grupos de formas que puede adoptar la
deferencia: los rituales de evitación y los rituales de presentación.
Los rituales de evitación son aquéllos por medio de los cuales un
individuo se mantiene a distancia del destinatario, mostrando consideración
hacia su intimidad y protegiendo de esta manera también la propia.
El análisis del ritual de evitación tal como aparece en la lista de
discusión Iwetel, será ejemplificado con detalle más adelante, cuando se
describe el trabajo de la cara.
En relación a los rituales de presentación, son definidos por Goffman
(1970), como aquellos actos por medio de los cuales un individuo
manifiiesta abiertamente su respeto y la forma y manera como tratará a los
demás en el momento de la interacción.
Se identifican cuatro formas muy comunes en la sociedad de rituales de
presentación: los saludos, invitaciones, elogios y pequeños servicios.
Estos actos de presentación también ocurren en la interacción de las listas
de discusión, por ejemplo, una de sus principales normas de etiqueta
consiste en responder a un pedido de ayuda o solicitud de información,
estos pequeños servicios incluso correponden a las tareas y obligaciones de
los moderadores (RedIris,2000), dado que se les pide que no dejen ningún
mensaje de esta naturaleza sin reponder. Se observa como lo señala Goffman
(1970) que las reglas relativas al ritual de la presentación son
prescriptivas, es decir se especifica lo que se debe hacer.
Del mismo modo los participantes luego de haber recibido respuestas a sus
pedidos deben compartirlos con el grupo, en un acto de deferencia hacia los
que las enviaron (RedIris 2001a).
Así, en la lista Iwetel se encuentran mensajes tales como:

- Queridos colegas, vuelvo a ponerme en contacto con vosotros, a petición
de los interesados y del propio moderador de Iwetel, para difundir los
mensajes que me han llegado referentes a mi peticion de...

- Hace un tiempo hice un requerimiento acerca de la existencia de
Tesauros de Arte. Tuve bastantes respuestas de diferentes tipos, las
cuales
tratare de resumir ...

- Nos gustaria saber si algún miembro de iwetel ha recogido datos
estadísticos al
respecto.
Para poder comparar os facilito los datos de nuestra biblioteca y os
agradeceré información al respecto, si podeis enviarme los mismos datos
las comparaciones seran muy precisas. Recogeremos los datos,
redactaremos un informe y me comprometo a enviarlo a la lista de
distribución

- El mensaje enviado a la lista por... me lleva a dirigirme a la lista.
Primero, para
pedirle que refleje en ella las posibles contestaciones que reciba -como
es
habitual- ya que se trata de un asunto que supongo interesará a muchos,
y
después para compartir unas breves reflexiones ...

También se muestran en la lista expresiones formales e informales de
saludos que inician el encuentro, tales como:

- Estimados colisteros:
- Estimad@s colegas:
- Estimados/as compañeros/as:
- Buenos días:
- A los integrantes de la lista
- Hola:
- Estimados companer@s:
- Apreciados Iweleteros:
- Buenos días a todos:
- Estimados amigos:
- Hola a todos!
- Apreciados/as amig@s,

Como se observa, los participantes se toman la licencia de utilizar la
letra arroba, para reforzar el sentimiento de pertenencia que se pone en
juego en la interacción a través del correo electrónico, en el conjunto de
mensajes observados de la lista Iwetel, se utiliza la arroba muy
habitualmente para la expresión de saludo incial en la cual se hace
referencia a los pares que conforman la lista, es escasamente utilizada en
el texto de los mensajes
Las expresiones de saludos para las despedidas también fluctuan entre lo
formal y cierta cortesía informal:

- Un saludo y ánimo a todos y todas.
- Que tengáis un buen día.
- Un saludo.
- Un saludo, y que siga el debate, que es buena señal.
- Un saludo a todos.
- Voy a estar ausente durante julio por vacaciones, saludos.
- Gracias por vuestra colaboración, y recibir un saludo.
- Esperando noticias, cordialmente.
- Un Saludo y Feliz Verano a todos.
- Saludos a los dos y gracias por mantener tan animada esta lista.
- Saludos cordiales.

En todos los ejemplos precedentes, los saludos típicos de la demostración
de afecto y familiaridad que también forman parte del ritual de la
deferencia de presentación, están ausentes en la lista de discusión, dado
su carácter de encuentro y espacio público de interacción.
Goffman (1970) señala que los saludos de encuentro y despedida, pueden
explicarse, porque en todo encuentro se desarrolla un esfuerzo por parte de
cada participante para pasar por él de manera tal de no quebrar las
relaciones, es decir tratando de mantener el equilibrio ritual. Así las
despedidas resumen el efecto del encuentro sobre la relación y muestran lo
que pueden esperar los participantes unos de otros cuando vuelvan a
encontrarse.

Con respecto al segundo elemento del componente ceremonial de la conducta,
identificado por Goffman (1970) como el proceder, también en las listas de
discusión se encuentran expresiones de buen o correcto proceder, con
atributos tales como: discresión y sinceridad; modestia en las afirmaciones
que conciernen a la persona; dominio del lenguaje, las emociones y deseos;
aplomo bajo presiones, etc.
Las normas que regulan el proceder en las listas de discusión, explicitan
estos tipos de prácticas, así se sugiere y se solicita a los participantes
que tomen en cuenta ciertos recaudos, en la lista Iwetel (RedIris 2001a) se
aconseja: no olvidar que del otro lado de la red hay otra persona; en los
momentos de alteración es conveniente no contestar inmediatamente; ser
breve dado que los párrafos muy extensos serán menos leídos; los mensajes
electrónicos son un reflejo de quién los escribe; tener cuidado con el
contenido y la ortografía para que luego no sean un motivo de vergüenza;
cuidado con el humor y el sarcasmo, para lo cual se sugiere utilizar
símbolos denominados "emoticones" que apoyan el significado de las
palabras, como por ejemplo: ":-)" que significa algo gracioso o sonrisa y
";-)" que significa algo irónico o guiño; utilizar lenguaje respetuoso,
nunca hiriente ni descalificador.
Como se desprende de estas normas, de lo que se trata es de lograr lo que
Goffman (1970) destaca como proceso de socialización o educación del
carácter, las cualidades que el individuo muestra en la interacción son el
diagnóstico que los otros hacen de su persona y representan la imagen de él
vista por los demás.
La siguiente cita de Goffman (1970), describe la cadena ceremonial que se
teje entre la deferencia y el proceder:
...el individuo tiene que basarse en los demás para completar la imagen de
sí mismo, de la cual sólo se le permite pintar ciertas partes. Cada
individuo es responsable de la imagen de sí mismo en cuanto al proceder y
de la imagen de deferencia de los otros, de modo que para que se exprese el
hombre completo, los individuos deben tomarse de la mano en una cadena
ceremonial y cada uno entregar al de la derecha, deferencialmente, con
proceder adecuado, lo que se recibirá deferencialmente del de la izquierda.
Si bien quizá sea cierto que el individuo tiene un yo único, absolutamente
propio, las pruebas de esta posesión son en todo sentido producto de un
trabajo ceremonial conjunto, y la parte expresada por el proceder del
individuo no es más importante que la parte transmitida por los otros
mediante su conducta deferente hacia él. (pag.80).

Las reglas ceremoniales hacen del yo un objeto sagrado que debe tratarse
con cuidado ritual y si se quiere que el individuo desarrolle este tipo de
juego sagrado, es necesario que el ambiente para ello sea el adecuado.
Por lo cual, las prácticas de la deferencia y el comportamiento deben
estar institucionalizadas, de manera que la persona pueda tener un yo
viable y sagrado para poder permanecer en el juego de manera adecuada, sin
tener que pagar un precio muy elevado por ello. El ambiente en términos del
componente ceremonial de la actividad, es definido por Goffman (1970) como
el lugar en el cual resulta fácil o difícil desarrollar el juego ritual de
tener un yo.
Cuanto más institucionalizadas están las prácticas rituales, más sencillo
es ser una persona. De esta manera, se observa que la coerción sobre el
individuo para que cumpla con las reglas, tiene ciertos límites impuestos
por la autodeterminación y acompañados por indulgencias, un ejemplo
ilustrativo de estas prácticas, es el siguiente mensaje emitido por uno de
lo moderadores de la lista Iwetel, en donde expresa su negativa para
aplicar una sanción a uno de los integrantes del grupo:


- Estimados amigos:
Como sabéis, en IweTel hay dos moderadores. Los dos hemos escrito a la
lista pidiendo que cesen los debates acerca del tema de los idiomas.
Curiosamente hay personas que siguen hablando sobre la cuestión, a la vez
que piden a los moderadores que termine el debate (!).
Amigos, por favor, autodisciplina. A todos nos gusta decir "la última
palabra", pero yo sugiero que por el buen funcionamiento de la lista se
haga más caso a los moderadores. Creo que hasta ahora hemos sido bastante
pacientes y respetuosos. Ahora, por favor, hacednos caso.
Algunos, mientras siguen dando vueltas al tema del debate, piden "más
contundencia" a los moderadores. Os recuerdo que la única forma que tenemos
de "callar" a alguien es darle de baja como suscriptor, pues los mensajes
que envían los suscriptores a la lista no están sometidos a filtro o
control. Y creo que hay que ser prudente a la hora de administrar ese
"castigo". Como ya os recordé, todos podemos tener un mal momento.
Así que, por favor, hagamos buen uso de la libertad reinante en esta lista.
Continuemos escribiendo sobre información, documentación y bibliotecas.
Muchas gracias
Saludos cordiales a todas y a todos

En este mensaje se expresa, por una parte el ejercicio de la indulgencia
del moderador hacia la trasgresión, dándole al yo del participante un lugar
viable y sagrado para su desarrollo y por otra parte se convoca a mantener
una situación ritual de respeto hacia el objeto, como dice Goffman (1970)
el individuo sigue siendo una deidad de considerable importancia y es un
dios viable porque entiende la importancia ceremonial de la forma en que se
lo trata y puede responder dramáticamente a lo que se le ofrece.



La cara y la línea

En las listas de discusión como espacio ritual de interacción, se perfila a
igual que en cualquier encuentro social lo que Goffman (1970) denomina la
línea, que es un esquema de actos verbales y no verbales por medio de los
cuales los participantes expresan su visión de la situación y además la
valoración del resto de los participantes y de sí mismo. La diferencia
sustancial que se presenta en las listas de discusión respecto a otros
tipos de encuentros, es que en ellas, la interacción se produce a través de
actos verbales mediatizados por la comunicación textual vía correo
electrónico y con ausencia del cuerpo. Pero como se ejemplifica más
adelante, estas limitaciones no impiden la reproducción del ritual de la
interacción. Y las líneas que los participantes dibujan, responden a las
impresiones que el grupo se ha formado a través de las sucesivas
intervenciones de cada uno de ellos, lo cual obliga a tomar en
consideración las impresiones puestas de manifiesto.
Según la definición dada por Goffman (1970), "la cara es el valor social
positivo que una persona reclama efectivamente para sí, por medio de la
línea que los otros suponen que ha seguido durante determinado contacto"
(pag. 13).
Es decir que la construcción de la propia cara, es la imagen de la persona
dibujada en términos de los atributos sociales aprobados, por medio de la
línea que los otros suponen que ha seguido durante la interacción.
Teniendo en cuenta que en las listas de discusión las reglas del grupo y
la definición de la situación , se expresan de manera explícita en el
momento de creación del propio no lugar de encuentro (Augé, 1998), éstas
resultan determinantes en la construcción de la propia cara, la cara de
los demás y la línea a seguir. De hecho la mayoría de las situaciones de
confusión del grupo y malestar experimentado se producen a partir de
trasgresiones a las reglas y normas de funcionamiento del mismo.
No obstante lo cual, tal como Goffman (1970 ) lo señala, la cara se
presenta como
algo difuso que navega en el fluir de los sucesos y que se pone de
manifiesto, cuando dichos sucesos son interpretados y valorados según las
expresiones.
A los participantes se les da una cara para mantener y la persona adquiere
la responsabilidad de vigilar el fluir de los acontecimientos y de cuidar
que se conserve un cierto orden expresivo, de manera que las expresiones
manifestadas por ella concuerden con su cara.
El orden expresivo que es necesario sostener es un orden ritual, porque la
cara de cada participante es una cara sagrada.
Asi, por ejemplo en la lista Iwetel resulta habitual encontrar
intervenciones que mantienen la línea institucionalizada y legitimada por
el grupo durante los contactos , tal como:

- Apreciados colegas: Ante todo quisiera disculparme por utilizar la lista
para
ponerme en contacto con los asistentes al seminario de ... Pedimos
disculpas
al resto de usuarios de la lista y esperamos que sepan disculparnos

En esta expresión se observa como el participante esta en cara o mantiene
la cara, dado que la línea que sigue es coherente y respaldada por las
normas del grupo, el mensaje manifiesta la necesidad de comunicar una
información que no es de utilidad para todo el colectivo que integra la
lista, por lo cual el participante se disculpa, tratando de mantener su
propia cara y la cara del grupo, en atención a la regla establecida por la
lista (RedIris, 2001a) de no ser utilizada con fines de intercambio de
información de interés individual o limitado, para lo cual se recomienda
usar el correo electrónico personal.
De igual manera que en los encuentros sociales analizados por Goffman
(1970), los participantes de los foros de discusión tienen un repertorio
muy limitado de líneas a seguir y un conjunto pequeño de caras a elegir.
Los estudios realizados sobre la circulación de mensajes , en función de
las temáticas abordadas y los fines propuestos, confirman la similitud de
líneas y caras que los participantes utilizan, así Merlo Vega y Sorli Rojo
(1998) observaron siete foros de discusión especializados en
bibliotecología y documentación, y de un total de 1764 mensajes emitidos
durante los cuatro meses en los que transcurrió la investigación, sólo un
13,6% de los mismos correspondieron a debates, es decir temáticas que
pudieran dar lugar a la presencia de incidentes o amenazas para la
salvación de la cara, el resto de los mensajes se distribuyen en torno a
solicitud de información o ayuda el 34,6%; proporcionar información sobre
cursos, congresos u ofertas laborales el 29,5%; ocupando el resto de los
mensajes intereses diversos sobre publicaciones impresas o electrónicas,
páginas de internet y otros de carácter administrativo de las listas.
De esta manera circulan por el foro Iwetel mensajes provenientes de
distintos participantes con esquemas expresivos similares, tales como:

- Estimados compañeros: Estoy buscando para un investigador:..

- Estimados colisteros: necesitaríamos localizar los siguientes
títulos:...

- Buenos días: Necesito que alguién me pueda informar sobre la posible

existencia de un ... También me serían de utilidad referencias
bibliográfícas en el área ... Cualquier ayuda será bienvenida.
Muchas gracias.

- Estimados colegas: Esta nota apareció ayer en el periódico... Es
una nota
que....

- Buen día, esperando sea de su interés les comparto la nota de prensa

publicada...

- Estimados colegas de la lista: Les enviamos información sobre un
seminario
a dictarse en... El programa lo pueden consultar en...

- Hola a todos: Los consulto para conocer y poder contactarme con
alguna...
Desde ya muchas gracias.

- Estimados compañeros: Con relación a este tema, podemos leer la
siguiente
nota publicada el día de hoy...

- Estimados amigos y colegas: les enviamos información sobre las
Jornadas
de...Esperamos que les sean de utilidad y puedan participar...

En otro estudio realizado por Feliu y Gisbert (2001), sobre tres listas de
discusión especializadas en educación y observadas durante el período 1996-
2000, se aplicaron encuentas a los participantes y se desprende de los
resultados que las motivaciones de participación estaban predominantemente
marcadas por el interés en recibir información y mantenerse al día
profesionalmente, más que
por el intercambio de ideas o contactos con otras personas. Lo que pone en
evidencia el limitado repertorio de caras que los integrantes de estas
listas están dispuestos a poner en juego.
Por otra parte, Goffman (1970) define los alcances de estar en una cara
adecuada a la situación, cuando la cara que se presenta es respaldada por
los juicios y las evidencias expresadas por las otras personas, de esta
manera la persona responde con sentimientos de confianza y seguridad, se
mantiene firme en su línea y se presenta ante los demás en forma abierta.
Por el contrario, cuando se está con una cara que no corresponde a la
situación, o en una cara equivocada, o sin cara, la trama expresiva se
altera y ocurren sucesos que resultan difíciles de ser incluídos en el
fluir del encuentro. La persona que se encuentra en una cara equivocada se
siente por lo general confundida y avergonzada y suele recurrir al
equilibrio o al dominio de sí, para ocultar o reprimir el sentimiento de
vergüenza y de esta manera salvar la cara perdida.
En las listas de discusión, a igual que en los encuentros cara a cara, a
los participantes se les da una cara para mantener y la persona adquiere la
responsabilidad de vigilar el fluir de los acontencimientos que suceden,
cuidando que se mantenga el orden expresivo. Si bien, en las listas los
moderadores son los principales responsables del mantenimiento y cuidado
del flujo de los sucesos (RedIris 2000), los participantes como en
cualquier otro tipo de interacción, están obligados a salvar los
sentimientos y la cara de los otros y se espera que lo hagan de manera
espontánea y voluntaria, mediante el respeto por uno mismo y la
consideración mutua, manteniendo de esta manera su propia cara y la de los
demás participantes. Cada uno representa el papel que ha elegido y todos
temporariamente aceptan el papel de los demás (Goffman, 1994).
El esfuerzo para lograr el mantenimiento de la cara es una condición de la
interacción, no su objetivo, pues se trata de una aceptación funcional, no
realmente sentida, dado que su cara la ha recibido en préstamo y le será
retirada ni bien la persona altere su línea (Goffman, 1970). En este
sentido se dan dos efectos resultantes de la condición de la interacción,
por un lado su papel conservador y por el otro coercitivo.



Trabajo de la cara

Por trabajo de la cara Goffman (1970) entiende el conjunto de acciones
necesarias para lograr la coherencia entre lo que se hace y la cara. Se
apela al trabajo de la cara cuando suceden incidentes cuyas consecuencias
simbólicas ponen en peligro la cara.
Según Goffman (1970) cada persona, subcultura o sociedad tienen un cierto
número de formas de salvar la cara, dentro de una única matriz de
posibilidades.
Teniendo en cuenta que la persona tiene, al mismo tiempo, una actitud
defensiva tanto hacia la salvación de su propia cara, como hacia la
salvación de la cara de los otros, las prácticas que se desarrollan en el
trabajo de la cara, son principalmente protectoras y defensivas.
Así, distingue tres planos de reponsabilidad cuando se crea una amenaza
para la cara :
1. actuar por inocencia, sin intención, estas acciones se llaman gaffes,
pasos en falso, tropiezos o trapiés.
2. actuar con malicia, con intención de provocar un insulto.
3. ofensa incidental, surge como subproducto no planeado pero previsto en
la acción, que el ofensor realiza, pero no por rencor.
Estos tres tipos de amenazas pueden ser introducidos por:
a) por el participante contra su propia cara
b) por él mismo contra la cara de los demás
c) por lo demás contra su propia cara
d) por lo otros contra él.
Asimismo Goffman (1970) describe una serie de prácticas salvadoras de la
cara para cada una de las posibles relaciones con la amenaza. Las prácticas
salvadoras se inscriben en dos tipos de procesos: proceso de evitación y
proceso correctivo.
Dentro del proceso de evitación, se encuentran aquellas prácticas por medio
de las cuales se evita el contacto con los otros, o si se afronta el
contacto , se toman medidas defensivas y protectoras que logran superar la
amenaza.
En las listas de discusión, la práctica salvadora de evitar el contacto a
efectos de eludir la amenaza es ampliamente utilizada.
Mensajes tomados de la lista Iwetel, que expresan la escasa o nula
participación de algunos de los integrantes son muestras claras de esta
práctica:

- Estimados amigos (desde ahora): Digo desde ahora porque aunque llevo
mucho tiempo suscrito a la lista esta es la segunda vez que
intervengo desde
hace también bastante tiempo.

- Tengo que reconocer que después de varios meses de pertenecer a la lista
es
la primera vez que participo y es para pedir.. ayuda.

- Hola a todos: Es la primera vez que participo en esta lista, a la que he
estado
suscrito desde hace algun tiempo como mero espectador... (yo me
acuso...)

Merlo Vega y Sorli Rojo (1998) indagaron sobre lo que ellos denominan
participantes activos y observaron que por ejemplo en la Lista Iwetel, en
el mes de junio de 1998 de un total de 2054 participantes inscriptos,
intervinieron 421, es decir el 20,4%, también analizaron el flujo de
mensajes enviados por cada integrante y se comprueba que del total, el
53,6% participa con sólo un mensaje, un 44,6% entre 2 a 9 mensajes y el
1,6% más de 10.
Asimismo Feliu y Gisbert (2001) también estudiaron la participación de los
grupos y encuentran que el sector que ha intervenido más de once veces en
un año, en el período 1997 a 1998, representa entre el 6,8% y el 5,8%.
Constataron además la existencia de una mayoría de integrantes que sólo lee
los mensajes que oscila entre el 76% y el 96% y además la mayoria que usa
la lista sólo para lectura tiende a aumentar durante el período estudiado
en un 21%.
La escasa o nula participación en las listas, también es puesta de
manifiesto como preocupación en las reglas de participación que configuran
el ritual expresivo de esta clase de comunidades virtuales, a igual que en
las relaciones cara a cara, la no participación activa de uno o varios de
los integrantes del encuentro es censurada y sentida como amenaza para los
otros. De esta manera
tanto en la descripción general del servicio (Red Iris,2000 b), como en las
instrucciones para el uso de la Lista Iwetel (RedIris 2001a) se recomienda
la participación activa, se aconseja a los subscriptores que no se limiten
a escuchar, sino que aporten sus opiniones. Es interesante observar como en
función del cuidado del orden ritual de los sucesos que acontecen en la
lista, también se aconseja que en un principio los praticipantes nuevos
permanezcan callados una temporada, a efectos de obtener información sobre
la orientación de la lista.
La obligación de los integrantes del grupo de mantener una participación
activa en el encuentro y la dificultad de hacerlo los colocan en una
situación difícil, así también se aconseja (RedIris 2001a) participar
espontáneamente dado que eso facilita obtener ayuda cuando se la solicita.


Goffman (1970) manifiesta que esta situación es uno de los aspectos
fundamentales del control social en la conversación, el individuo no sólo
debe mantener una adecuada participación, sino que además debe actuar de
modo de asegurar que los otros mantengan la suya.
Si por el contrario, los participantes afrontan el riesgo del contacto, se
ponen en juego otras práticas de evitación tan comunes como las defensivas,
son prácticas protectoras ejercidas a través del respeto y la cortesía,
mostrando un tratamiento ceremonial hacia los otros que esperan le sea
correspondido.
Asimismo se emplea la discreción que como dice Simmel citado por Goffman
(1970), no consiste sólo en el respeto hacia el otro, hacia su voluntad de
ocultar alguna cosa, sino que consiste también en apartarnos del
conocimiento de todo lo que el otro no quiere revelar en forma expresa.
Esta práctica protectora a través de la discreción es absolutamente
respetada en los foros de discusión, de manera tal que nunca los
integrantes indagan sobre cuestiones puntuales referidas a las esferas
personales o institucionales , sólo cuando algún integrante realiza una
consulta en general sobre una cuestión particular , de manera voluntaria
algunos participantes relatan hechos concernientes a sus experiencias
personales o institucionales.
De esta manera en la lista Iwetel, se observan mensajes que expresan:


- Buenos días a todos :
El motivo de mi correo es solicitar información bibliográfica sobre
el
diseño de un Modelo de Gestión Documental.
Actualmente trabajo en la Dirección General de... Desde el área en el
que
trabajo se ha iniciado un Proyecto para diseñar un modelo de Gestión
Documental que sirva para controlar la Documentación vinculada a los
Proyectos que se generan en toda la Dirección General. Para poneros
en
antecedentes, he de decir que la dirección se divide en dos grandes
divisiones,
una la de Desarrollo, dedicada a desarrollar software específico para
las
diferentes necesidades de la companía y otra de Explotación, donde se
pone
en producción el software desarrollado.

También se utilizan prácticas de evitación tratando de mantener la ficción
de que no ha ocurrido nada, de que la amenaza para la cara no existe,
estonces se manifiesta lo que Goffman ( 970) denomina una ceguera discreta
o la vista gorda, es decir se percibe que ha ocurrido un incidente, pero
no se lo considera amenazante para la cara.
Los mensajes siguientes emitidos en distintas ocasiones en las que se
suscitaron incidentes, reflejan esta práctica:

- No he leido el anterior correo a este, me gustaria que alguien me lo
remitiera...
Pero estimo que la idea de ... no estaría mal. Podríamos dar un paso
adelante,
de manera práctica...

- Resulta muy interesante ver cómo saltan las chispas que dasatan las
tormentas. Alguien sugiere que por qué no se hacen ...y el ambiente se
anima de tal forma que abrir la lista resulta divertido, a ver qué hay de
nuevo en la polémica, y hasta los usuarios que hasta ahora éramos simples
lectores nos animamos a participar. Enhorabuena a los que encienden las
chispas.
Sin embargo, la idea de ...no me parece una buena idea.

En estos casos como los emisores de los mensajes no son los responsables de
la amenaza, su ceguera se puede considerar tolerante, pero si fueran los
reponsables del incidente, el grupo valora que sea encarado y entonces el
ofensor depende de la tolerancia de los demás.
Cuando se produce un conflicto en la interaccion, que no es posible pasar
por alto, se lo considera una amenaza y se ponen en juego prácticas
salvadoras
correpondientes al proceso correctivo que requieren acciones especiales.
Ante la presencia de una amenaza, todos los participantes caen en un estado
de desequilibrio ritual y es necesario reestablecerlo de manera
satisfactoria.
Goffman (1970) utiliza el término ritual porque considera que los
componentes simbólicos muestran cuán sagrada es la cara y cuán digno de
respeto es cada uno de los participantes de la interacción, por lo cual el
orden expresivo para ser sostenido es de orden ritual.
Asimismo se reconoce la herencia de Radcliffe-Brown citado por Goffman
(1970) en la definición de ritual y acota que fue ampliado el concepto de
respeto, considerando que existe una situación ritual, siempre que una
sociedad impone a sus miembros una actitud de respeto hacia un objeto,
expresado por medio de una conducta.
A la secuencia de actos ocasionados por una amenaza para la cara, Goffman
(1970) la denomina intercambio. Por lo cual las prácticas de salvación de
la cara, se clasifican de acuerdo a la unidad de intercambio, que
representa la unidad básica de actividad social.
El intercambio está compuesto por cuatro movimientos clásicos,
identificados como las fases del proceso correctivo que son: el desafío,
ofrecimiento, aceptación y agradecimiento.
La alteración del orden ritual en la lista de discusión Iwetel, y la puesta
en práctica de la unidad de intercambio se presenta a continuación tomando
la secuencia de mensajes que se producen a partir de una ofensa realizada
por un participante.
La ofensa consiste en una crítica hacia las asociaciones profesionales
porque no defienden las condiciones laborales de los profesionales de la
bibliotecología, poniendo el acento en la situación laboral que tienen los
egresados jóvenes cuando son contratados como becarios, siendo las becas
un recurso laboral muy habitual en España, por medio del cual bajo pretexto
de ofrecer formación a los recién egresados, se encubre un relación de
trabajo precaria. Es de destacar que en la lista Iwetel intervienen
participantes que son representantes de las asociaciones profesionales por
lo cual se infiere que la ofensa va dirigida a ellos.
El "desafío" que consiste en la acción de los participantes al señalar que
se ha producido una amenaza y que se debe salvar y restituirse el orden
ritual, fue puesto de manifiesto por un integrante que cumple las funciones
de moderador de la lista y además es representante de una asociación, de la
siguiente forma:

- Estimada C.:
Tu reflexión enfoca plenamente la cuestión básica: ¿es tal o cual
"club" el que necesito?.
Y muchas veces puede suceder que las características del club y
tus intereses no coincidan en absoluto.
También es posible que ese club pueda acercarse más o menos a tus
aspiraciones y pienses que con un poco de esfuerzo personal desde
dentro del mismo club tú quizá lo podrías modificar, mejorándolo
o adaptándolo.
Por lo tanto creo que cada uno debe hacer una reflexión personal
y pensar cómo puede contribuir a mejorar lo que hay. Con todos
los granitos de arena se podría hacer una buena playa.
T.

El ofensor, luego del desafío planteado por el partipante T., inicia el
segundo movimiento correctivo, a través del "ofrecimiento" tendiente a
corrregir la ofensa y reestablecer el orden expresivo, su respuesta es la
siguiente:

- Hola T. :
Sólo unas letras para indicar que, es cierto lo que dices, tienes
razón, la
mayoría de nosotros no pertenecemos, generalizo..., a ninguna
asociación, ni sindicato, etc, evidentemente si no se participa no se puede
exigir, nada.
Pero también habría que preguntarse porqué no participa la gente en este
tipo de "entidades". ¿Realmente, no será porque los profesionales, no ven
cumplidas sus expectativas y no se sienten ni representados ni defendidos
sus intereses ni derechos, por ellas?.

No sé a lo mejor ahora se replantean todo y si deciden luchar contra las
becas y las situaciones de empleo de nuestra profesión injustas, tienen en
mí una luchadora infatigable, y a lo mejor se sorprenden engrosando sus
filas de manera enorme con todos los profesionales de la Biblioteconomía y
Documentación.

Un cariñoso saludo para tí y el resto de los colegas. C.

En el ofrecimiento expresado por el participante, se acepta como debilidad
propia, el señalamiento hecho por T. en relación a su no participación en
las asociaciones, éste es un movimiento que Goffman (1970) define como
característico de esta etapa del proceso correctivo, por el cual los
participantes aceptan sus incapacidades como parte de su yo, a través del
cual la significación del incidente amenazador sigue en pie, pero puede ser
incorporada sin dificultad al flujo de los sucesos expresivos.
El participante que realiza la ofensa demuestra que es capaz de adoptar el
papel de los otros hacia su propia actividad y que puede ser considerado
como un participante responsable en el proceso ritual y que las reglas de
conducta que parece haber violado, siguen siendo sagradas, reales y
sólidas.
Después de los movimientos de desafío y ofrecimiento, los participantes
expresan diversas opiniones respecto al tema en cuestión, otorgando la
"aceptación" por parte del grupo del ofrecimiento realizado por el ofensor.
El tercer movimiento se expresa en el siguiente mensaje:

- Apreciados/as amigos:
El debate sobre las becas en el campo de las bibliotecas, archivos y
centros de documentación aparece de forma recurrente en la lista y en
otros muchos foros profesionales...
Por ello, nos podemos felicitar de que el debate sobre las becas en
esta
lista haya derivado en los últimos días en una reflexión sobre el papel

que pueden jugar las asociaciones y, en especial, los miembros activos
de las mismas. Esperemos que el debate sea motivo de participación
activa y reivindicativa de los que ya son miembros de alguna de ellas,
y
que anime a los que no están asociados a visitar las páginas web de las

asociaciones y observar el día a día de su trabajo

H.


En este mensaje surge la cooperación tácita que en la interacción se
necesita para salvar la cara y la cara de los demás y para que se logren
los objetivos compartidos, aunque por diferentes motivaciones.
Por último la unidad de intercambio finaliza, cuando el ofensor una vez
que es perdonado, transmite su gratitud hacia el grupo y expresa su
"agradecimiento", así
el participante que inicia la amenaza, manifiesta lo siguiente:

En el encabezado del mensaje pone como tema:
- Me habéis convencido, asociémonos.

Y en el texto expresa:
- Hola a todos:
Agradecer a T., A., J., H., etc... su aportación a la explicación del
tema de las
asociaciones profesionales.
Realmente, se me ocurre, que debiérais de seguir informando, de posibles

actuaciones en contra de estas prácticas tan desgraciadamente habituales
en
las empresas y en el ámbito de lo público...
No porque nos tengais que dar explicaciones, claro está, pero al menos
estaremos informados de las diversas acciones que las distintas
asociaciones y
sindicatos, llevan a cabo, lo primero las conoceremos, lo segundo
participaremos de ellas...
En todo caso, llego a la conclusión de que las asociaciones
profesionales serían
las que debieran presionar, por supuesto contando con un apoyo
interesante por
parte de todos nosotros. Seguro que alguna fórmula de "lucha" se debe y
puede
encontrar.
Entre todos debemos apoyar para que así sea, pero hagámoslo, no nos
quedemos a medias tintas. Y las asociaciones, bajen un poco las cuotas
para los
que estén parados, ;-)
La verdad es que si todos estuviéramos mas unidos, y parece ser que si,
porque
todas las opiniones vertidas sobre el debate de las becas, salvo algún
perdido o
perdida, así lo demuestran, seguro que sí conseguiríamos algo, eso
quiero creer
y creo. La unión hace la fuerza, y si no nos sacamos nosotros las
castañas del
fuego no lo harán por nosotros eso está claro.
Es cierto que en España los niveles de participación en asociaciones, es
muy
bajo, pero podremos hacer más fuerza si lo hiciéramos, si
participáramos.
Bueno, no os aburro mas con mi alegato participativo, que cuando me
emociono,
no sé cuando terminar ;-)
Saludos a todos C.

Como se observa en este mensaje de agradecimiento, el participante
manifiesta su acuerdo tácito para ayudar a los otros a realizar su propio
trabajo de la cara, y su disposición a cumplir las reglas fundamentales de
la interacción social.
El participante en la interacción muestra un signo de socialización, según
Goffman (1970) si esto no se diera, todas las sociedades y situaciones de
interacción serían peligrosas para los sentimientos y para las caras. Y
esto se debe a que las personas son un objeto de ritual delicado y las
personas que no pueden llevar a cabo el juego de salvación de la cara
producen inconvenientes.
Resulta además interesante observar, cómo en este último mensaje se ponen
en juego las emociones y los sentimientos del participante. Mediante el uso
de los emoticones, demuestra su sonrisa irónica o guiño, tanto cuando
realiza una alusión a terceros, como cuando se refiere a sí misma.
Las emociones desempeñan un papel preciso en la lógica del juego ritual,
funcionan como las movidas en los juegos de naipes, y como lo señala
Goffman (1970), cuando los sentimientos se expresan de manera espontánea
encajan en el esquema formal de intercambio de manera más elegante que si
fueran dichos de forma premeditada.
La manifestación de los sentimientos, durante todo el proceso correctivo
descripto anteriormente, también se pone en evidencia en varios mensajes
que muestran la angustia por lo que se ha hecho con la cara del otro o la
cólera por lo que se hizo con la propia cara.
Asi, se encuentran mensajes que expresan:

- Oh, y menos mal que sus mensajes no iban en mi contra directamente.
Realmente, sí: parece mentira. Los míos en cambio sí van en su contra, y
le diré
porqué...

- Casi da miedo intervenir, después del mano a mano cual Joselito y
Belmonte de
J. y C. lidiando el Miura de las becas. Sin embargo, no me resisto a
ello. Más que aportar algo nuevo, quisiera hacer una suerte de
recapitulación...

- Yo de lo que estoy realmente HARTO es de los fantasmas que se
quejan de "qué hacen las asociaciones" y "qué hacen los
sindicatos", gente que encima reconoce no pertenecer ni a unas ni
a otros.
¡Vamos, anda! Yo a esto le llamo caradura, la verdad. Y perdonad
la expresión.

- Y respecto a las maravillosas asociaciones y colegios relacionados con
nuestra profesión en este país, estaría feliz si algunos de sus
representantes se defendiera y diera la cara y de paso su punto de vista,
sería interesante ¿por qué se esconden? yo personalmente no espero ya
nada
de este tipo de asociaciones, al menos de las de toda la vida...que
contesten ellos.

En el anteúltimo mensaje se observa que hay una palabra escrita en letra
mayúscula, ésta es una convención utilizada por los usuarios del correo
electrónico para expresar que están hablando en voz alta o gritando. Un
recurso más que ayuda a la manifestación de las emociones y sentimientos.
Si bien las fases del proceso correctivo: desafío, ofrecimiento, aceptación
y agradecimiento, son un modelo para la conducta ritual interpersonal, es
común que se den situaciones que se apartan significamente de esta
secuencia.
Por ejemplo, los ofendidos pueden ofrecerle al ofensor la posibilidad de
iniciar el ofrecimiento antes de que se presente el desafío y antes de que
la ofensa sea vista como un incidente, esta es una cortesía común.
También el ofensor puede sospechar que ha sido aceptado el ofrecimiento a
desgano, o por tacto y puede ofrecer varias veces el ofrecimiento
correctivo y recibir varias veces la aceptación de su disculpa.
Otras veces otras personas pueden salir a ofrecer el ofrecimiento por el
ofensor y esto es aceptado por el grupo.
Una desviación también común del proceso correctivo, se da cuando el
ofensor no acepta el desafío, se niega a escuchar la advertencia y continúa
con su conducta ofensiva en lugar de corregir la actividad. En estos casos
como lo puntualiza Goffman (1970), si el grupo tolera la negativa al
desafío, queda demostrado que el desafío era falso, y ocasiona que sea el
grupo el que ha perdido su cara.
En todas estas ocasiones las estrategias para salvar la cara representan un
precio muy alto para todos los involucrados.
Por lo tanto, desde el punto de vista de salvar la cara, la organización
convencional que adquiere la interacción, ayuda y es funcional al flujo
ordenado de mensajes y posibilita que el yo tenga la estructura ritual que
se le ha dado.
Pero como cualquier relación funcional que soluciona una serie de problemas
crea necesariamente dificultades y abusos potenciales.


La alienación


La necesidad de cumplir con las normas de conducta impuestas desde afuera
ocasiona a los individuos en la vida en sociedad, una serie de obligaciones
impuestas por las proscripciones y las prescripciones, que transforman a la
persona en una construcción fabricada. Se espera de los miembros de un
grupo social, que se respeten y que también mantengan normas de
consideración.
Se espera que lleguen a situaciones ciertamente extremas en algunos casos,
para salvar los sentimientos y la cara de los otros presentes en el
encuentro y se espera que lo hagan voluntaria y espontáneamente, sólo por
identificación emocional con los demás y con sus propios sentimientos.
Durkheim citado por Goffman (1970) expresa que la personalidad humana es
algo sagrado y que nadie puede atreverse a violar sus límites, pero al
mismo tiempo y paradojalmente, el bien más importante es la relación con
los otros.
Esta contradicción es puesta de manifiesto por Goffman (1970) cuando hace
alusión al proceso de alienación que implica la coerción social que padecen
los hombres y reflexiona acerca de que la naturaleza humana, no parece ser
tan humana, dado que las actitudes aprobadas o sancionadas hacen que cada
hombre sea su propio carcelero, aún cuando le guste su propia celda.
Asimismo Goffman (1970) identifica cuatro formas de alienación que se dan
en los encuentros cara a cara y que producen una participación no adecuada.
En esta clase de encuentros la participación es muy frágil, tiene puntos de
debilidad y decadencia y conducen a un estado precario e inseguro, que
llevan al individuo a alguna forma de alienación.
Estos tipos de alienación son: la preocupación externa: en la que el
individuo está pensando en otra cosa que no es el foco de conversación;
conciencia de sí: cuando la persona concentra su atención en sí mismo más
de lo que debiera; conciencia de la interacción: la persona se preocupa
por el fluir de los sucesos de la interacción y conciencia del otro: cuando
tiene un preocupación por otro participante.
En las listas de discusión, es difícil detectar si estas clases de
alienación ocurren, dado que el fluir de los sucesos del encuentro se dan
en tiempo diferido sin presencia inmediata de los participantes y los
únicos registros que quedan del encuentro son los archivos de los mensajes.
De todas formas es indudable que por la naturaleza ritual de esta clase de
encuentros, se deben dar algunos tipos de alienación, tales como:
preocupación por otro participante, ansiedad por recibir una respuesta,
temor de que el tema no interese y por eso ha tenido poca repercusión,
silencio penoso ante un pedido, exceso de respuestas, etc.
Teniendo en cuenta que la metodología de análisis del fluir de los sucesos
de la interacción para el presente trabajo, se basa en la observación de
los mensajes, y la misma no resulta conducente para analizar el proceso de
alienación que se produce en los encuentros de las listas de discusión,
para lo cual sería necesario indagar, a través de cuestionarios o
entrevistas a los integrantes del grupo, acerca de sus sentimientos, escapa
a los fines del presente trabajo desarrollar este tema con la debida
profundidad.








Conclusión

Resulta oportuno, a efectos de arribar a una conclusión, tomar en
consideración las expresiones vertidas en el discurso que Goffman (1982)
preparara para la ceremonia de su asunción como presidente de la American
Sociological Association, y que no pudiera ser pronunciado debido a su
hospitalización y posterior muerte en 1982. En dicho texto se pone en
evidencia la pertinencia de estudiar el orden de la interacción como un
orden social diferente a otros, y se ubica al mismo en la raíz de ciertas
precondiciones de la vida social.
El hecho de que las listas de discusión sean espacios de interacción, en
los cuales se pone en juego una función comunicativa especial ordenada
según presuposiciones de conocimiento acerca de los otros y normativas y
límites autoimpuestos, autoriza a que sean consideradas y analizadas como
expresiones acabadas del orden de la interacción como orden de actividad.
Los integrantes de las listas de discusión interactúan de acuerdo a
convenciones
que pueden ser equiparadas a las reglas de un juego, las normas de tráfico
o la sintáxis de una lengua y esto se debe a que: en primer término se
parte del presupuesto que el cumplimiento de las reglas les depara el pago
de un precio bajo y la obtención de un beneficio alto y en segundo lugar la
interacción ordenada es considerada un producto del consenso normativo,
aceptando normas que se consideran intrínsecamente justas.
Además todos los integrantes del grupo dan por sentado que las
restricciones que se aplican rigen tanto para los demás como para uno
mismo, que los otros también asumen esta premisa y que todos entienden
cuáles son los beneficios de esta autosumisión.
En el texto del discurso citado anteriormente Goffman (1982) concluye
reflexionando acerca del porqué de la aceptación de ciertos encuentros
forzados, como por ejemplo se dan en las listas de discusión, y señala
que las situaciones de encuentro son una parte del orden de la interacción
y que son sentidos como uno de los bienes que las relaciones producen
mutuamente.
Se puede, pues afirmar el carácter universal de la naturaleza de los
intercambios que se producen entre los hombres y aún cuando ese intercambio
se produzca a través de formas novedosas de comunicación, como las que
ofrecen las últimas tecnologías de la información, no se revela aún, desde
esta perspectiva, un nuevo tipo de interacción social exclusivo de estas
prácticas sociales, en este sentido se puede concluir citando a Goffman
(1970) : "No se trata, pues de los hombres y de sus momentos. Más bien de
los momentos y de sus hombres".








.







Bibliografía


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