El Regreso del Fantasma de la Violencia Institucional en América Latina

August 17, 2017 | Autor: F. Álvarez Simán | Categoría: América Latina
Share Embed


Descripción

El Regreso del Fantasma de la Violencia Institucional en
América Latina
Fernando Álvarez Simán*
http://mx.geocities.com/feralvarezsiman/

"No hay caminos para la paz; la paz es el camino."
Mahatma Gandhi

En los últimos días y semanas, una noticia inusual ha dado la vuelta al
mundo: en la República de Honduras el ejército ha dado un golpe de estado,
contra un gobierno constitucionalmente elegido. Hace treinta años, este
hecho no hubiera impactado a nadie, puesto que en Centro y Sudamérica y
muchas otras partes del mundo, este era un hecho cotidiano.

Esto es inusual porque el contexto actual de nuestro continente nos habla
de avances democráticos, de ascensión al poder de múltiples gobiernos
elegidos democráticamente y considerados de "izquierda", sin que eso diera
pie a las fuerzas de ultraderecha de arrebatar el poder por la fuerza, como
antaño, por eso esta noticia, a los ojos de la comunidad internacional era
inverosímil.

Ante tales circunstancias cabe preguntarse ¿Qué es un golpe de estado?
¿Cuáles fueron las condiciones que propiciaron este fenómeno? ¿Porqué
Honduras? ¿Qué pasará después o que peligros representa esta situación para
las democracias latinoamericanas?

Primero es necesario recordar que en la Francia monárquica, era costumbre y
potestad del Rey tomar una serie de medidas políticas, generalmente
violentas y sorpresivas para deshacerse de los enemigos del régimen. La
justificación que siempre se esgrimía resaltaba que la seguridad del Estado
era lo más importante, pronto estas acciones fueron conocidas como "Coup
d'État" (golpe de estado). Rápidamente con la ilustración, este concepto
cruzó fronteras y de describir una acción política que buscaba desaparecer
a los críticos del régimen, pasó a explicar la conspiración de un grupo
político para quitar al gobernante. Es durante el período conocido como la
"Guerra Fría" que en muchos países en vías de desarrollo, cuando no había
revueltas populares, lo que existía era un golpe de estado.
Con la guerra fría, el combate al comunismo y la barrera a las aspiraciones
de "exportación de la revolución cubana", aparecieron en los países
centroamericanos la rebelión en forma de guerra de guerrillas y la
consiguiente represión, recordemos la insurgencia y posterior victoria
Sandinista en Nicaragua, el caso de los asesinatos de Ignacio Ellacuría y
de Monseñor Oscar Arnulfo Romero en El Salvador.

Sin embargo, pensar que en Centroamérica, las causas que generaron la
anterior violencia institucional eran resultado de la conspiración
comunista o de los delirios revolucionarios del comandante y jefe de la
República de Cuba, significa no llegar al fondo de las causas estructurales
que generaron los conflictos. Así, los países de la región tienen en común
la vecindad, las costumbres y el idioma, pero también diferencias
fundamentales, de las cuales se enumeran algunas solamente. Por ejemplo;
mientras en Guatemala la población indígena representa un grupo étnico y
social importante, sometido a una histórica explotación, en Costa Rica y
Honduras éste es casi inexistente, pero si cuentan con una presencia
destacada en el caso de Nicaragua y El Salvador. Respecto a la producción
agropecuaria, el café ha sido el principal producto de exportación en Costa
Rica, El Salvador y Guatemala, en Nicaragua casi no se produce y Honduras
junto con Costa Rica la principal producción es de plátano.

En Honduras, el papel de la oligarquía lo han desempeñado históricamente
las empresas plataneras, en El Salvador y Guatemala la clase dominante
estaba formada por los terratenientes caficultores, mientras que en
Nicaragua y Costa Rica junto a la oligarquía cafetalera existía una clase
media de pequeños propietarios productores. Mientras que Nicaragua, El
Salvador y Guatemala han soportado, en las últimas décadas guerras civiles,
Honduras y Costa Rica habían conseguido mantener su estabilidad política.
Panamá por su parte, tiene una economía basada en los servicios que presta
a la navegación internacional (el Canal), y en el año de 1989, sufrió la
última invasión norteamericana a un país latinoamericano. De tal manera,
que con la excepción de Costa Rica, los países de Centroamérica llegaron a
finales de los años setenta bajo regímenes autoritarios.

Posteriormente los años noventa significaron el retorno de la democracia,
con los acuerdos de paz entre los gobiernos ya elegidos democráticamente y
las fuerzas guerrilleras, se posibilitó una etapa de crecimiento económico
en la región, hasta que el Huracán Mitch en 1998, azotó Centroamérica
afectando seriamente el aparato productivo, debido a la destrucción de la
infraestructura física y ambiental; en este sentido, los datos oficiales
revelan la desaparición física de casi diez mil personas y pérdidas
económicas por alrededor de 3 mil millones de dólares, siendo uno de los
países más afectados Honduras.

Por ello, para entender las claves del golpe de estado en Honduras, no se
puede dejar atrás dos elementos centrales: los efectos del Huracán Mitch y
la crisis alimentaria mundial, respecto a lo segundo; los países de la
región están siendo asediados por la constante alza del precio
internacional de los granos básicos, y sometidos a una acelerada presión
por el constante cambio en el costo mundial del petróleo. En Honduras y el
resto de la región hacen falta trigo, maíz, arroz, frijol, hortalizas,
verduras, ajonjolí, cerdo y pollo. Con tres elementos adicionales: el
primero de ellos es las magras reservas financieras, el segundo los altos
costos de las compras petroleras y el tercero un alarmante déficit
comercial.

En este contexto el Presidente destituido de Honduras, el pasado 28 de
junio Manuel Zelaya Rosales, confesó a miembros de su gabinete y
empresarios su preocupación por la crisis alimentaria y reveló que derivado
de esta situación, era su obligación como presidente buscar soluciones; por
ello, buscó tender puentes de entendimiento con el sector privado hondureño
sin tener respuesta alguna; después de ello viajó a Estados Unidos para
comentar la problemática a funcionarios del Banco Mundial, el Banco
Interamericano de Desarrollo y la Unión Europea, de donde salió con apoyos
a los que calificó de raquíticos y magros.

Ante lo cual, decidió buscar al Comandante Hugo Chávez Frías, presidente de
Venezuela, para integrarse a la Alternativa Bolivariana para las Américas
(ALBA), de este encuentro confesó a su gabinete que obtuvo una respuesta
satisfactoria y factible; y fue cuando la clase política y los empresarios,
de los cuales es miembro prominente, se le echaron encima. Adicionalmente,
insistió mucho en celebrar una consulta popular, en la que se votaría a
favor o en contra de la realización de una Asamblea Constituyente para
reformar la Constitución vigente, hecho que fue interpretado por sus
adversarios como una intentona de reelección, lo que Zelaya Rosales siempre
negó. Su expulsión del gobierno se materializó por miembros del ejército,
el mismo día en que estaba programado el referéndum.

Así; con el golpe de estado, culminó una serie de enfrentamientos entre el
presidente Manuel Zelaya Rosales y el Congreso, las autoridades judiciales,
la iglesia católica, los empresarios, los medios de comunicación y la
cúpula castrense. En este sentido, lo que explica el desempeño de los demás
actores en esta trama política es que Honduras es uno de los países más
inequitativos del mundo: 10 por ciento de la población es dueña de 90 por
ciento de la riqueza y los ingresos. De hecho, la seguridad social solo
tiene afiliados a 500 mil hondureños, de un total de 7 millones de
habitantes. La escolaridad es de seis años, la más baja de la región y la
mayoría de sus habitantes en el contexto de los daños del Mitch y de la
crisis alimentaria sobreviven con las remesas que envían los familiares
emigrados en Estados Unidos que suman un millón, la maquila, la incipiente
agroindustria y la ayuda del exterior traducida en préstamos financieros y
la filantropía de ONG´s.

Inmediatamente, el pueblo hondureño se dividió, los más humildes apoyaron
al presidente depuesto, pero los líderes de opinión apoyaron al gobierno
golpista. En este sentido, el golpe de estado puede calificarse como
"tradicional", pero lo que lo hace un hecho sui géneris es que el gobierno
Norteamericano y la Unión europea, se hayan pronunciado en contra de los
golpistas. Con ello provocó inmediatamente la repulsa de la comunidad
internacional y la expulsión de Honduras de la Organización de Estados
Americanos (OEA). El FMI y el Banco Mundial congelaron créditos a los
golpistas. Varios países retiraron a sus embajadores y Venezuela, entre
otras medidas, anunció la suspensión del envío de petróleo a Honduras. Me
parece importante destacar que en el marco de los derechos humanos y la
migración en la región mesoamericana, el gobierno del Lic. Juan Sabines
Guerrero en Chiapas, modifico la legislación local para reconocer y
garantizar los derechos de los migrantes, hecho permitió un acercamiento y
el reconocimiento del pueblo y gobierno hondureños encabezados por Zelaya
Rosales.

Al día de hoy, la situación se ha complicado y podrá prolongarse más de lo
previsto, a pesar de que se logró la mediación del Presidente de Costa Rica
y Premio Nobel de la Paz, Oscar Arias. Las posiciones parecen
irreconciliables. Ello a pesar de la enorme presión internacional sobre
Honduras y su aislamiento que parecerían suficientes para doblegar a los
golpistas y hacer retroceder a su oligarquía.

Ojala y que las partes lleguen a un acuerdo lo más rápido posible, sería
deseable que el Presidente Zelaya Rosales retorne a concluir su mandato,
este acuerdo sería fundamental para el futuro de toda América Latina, no
debe permitirse que regrese la época de los "cuartelazos", porque la región
avanza hacia la plena soberanía y autodeterminación. Es necesario recordar
también que mientras está situación esté indefinida, quien sufre las
consecuencias es la población civil, hoy con la represión y mañana con la
falta de productos básicos provocada por el bloqueo comercial.

Además no se debe olvidar el giro hacia la izquierda de muchos países
latinoamericanos, Venezuela, Bolivia, Brasil, Ecuador, Honduras, Nicaragua
es capaz de despertar las ansias de nuevas asonadas militares. En un mundo
globalizado, no debe tener cabida este tipo de violencia institucional. De
ahí que se requiera del apoyo y la ayuda de la comunidad internacional y de
los organismos multilaterales para restablecer la vida constitucional y
democrática a la brevedad posible.

Uno puede estar o no de acuerdo con las motivaciones que llevaron a un
grupo de militares, para que con apoyo de la burguesía local, llevaran a
cabo el golpe, o también se le pueden cuestionar a Zelaya Rosales sus
planes y proyectos con el ALBA, se puede tener diferencias de opinión con
su gobierno, pero no se puede conceder que estas diferencias se solucionen
con la violencia y la dictadura. Los tiempos llaman al diálogo, la
tolerancia, la negociación, la búsqueda de coincidencias más que acentuar
las diferencias, en el marco del orden constitucional.

Hacemos votos porque los hondureños tengan la cordura suficiente para
solucionar el conflicto lo más pronto y mejor posible, ello va a marcar la
pauta del futuro democrático de toda América Latina.

*Profesor-Investigador. Universidad Autónoma de Chiapas
Lihat lebih banyak...

Comentarios

Copyright © 2017 DATOSPDF Inc.