El regreso al mar de la infantería de marina

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Descripción

EL REGRESO AL MAR DE LAS TROPAS DE INFANTERÍA DE MARINA
Guillermo Lafferriere
Las tropas de infantería de marina tienen una larga historia en las fuerzas armadas de muchos países del mundo. Las mismas nacen como organizaciones capaces de operar desde embarcaciones y partiendo de las mismas, conquistar una porción de terreno cercano al mar, estableciendo lo que se denomina una cabeza de playa, es decir una parte de ese terreno que puede considerarse en términos militares "seguro", y a partir del mismo, posibilitar que otras fuerzas terrestres puedan emplear la cabeza de playa como una zona desde la cual desplegar otras operaciones que busquen alcanzar objetivos todavía más profundos en control del enemigo.
Lo que acabamos de enunciar es una idea bastante sencilla de ser expresada, pero harto compleja de ser llevada a la práctica, independientemente de la magnitud de la operación que se quiera llevar adelante. Estas tropas se han destacado por su duro entrenamiento, "mentalidad de fuerza expedicionaria", tenacidad para combatir contra el enemigo y una legendaria aptitud para operar de manera cuasi aisladas y con una enorme flexibilidad para readecuar sus organizaciones en función del enemigo que enfrentan. Países tan diferentes como Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Francia, España, Rusia, Reino Unido y los Estados Unidos poseen este tipo de organizaciones. En la mayoría de los casos estas fuerzas dependen de la armada de sus países, en otros son una rama del ejército, y en los Estados Unidos son directamente una fuerza armada más.
Las infanterías de marina no han tenido tampoco una historia fácil en relación a la fuerza armada de la cual dependen o aun siendo una fuerza independiente. No pocas veces, las dificultades han sido producto de la falta de visión de los líderes político-militares y de la prevalencia de una concepción a nuestro juicio sumamente equivocada: recortar recursos de manera cuasi grosera sin previamente tener una perspectiva estratégica de largo plazo. Es decir actuando como si las situaciones estratégicas fueran estáticas y no dinámicas. Aspecto este último que suele servirse en general tanto de la falta de visión a la que hicimos mención como al hecho que los cambios estratégicos no suelen ser abruptos, sino que mutan en lapsos prolongados, lo que coadyuva a que se encuentre respaldo para lo que no pocas veces no son otra cosas que decisiones irresponsables. Un caso paradigmático fue el de la infantería de marina de EE.UU. en los años de la posguerra que medió entre 1918 y 1939. En ese tiempo hubo voces que se alzaron para esas tropas fueran absorbidas por el ejército o disueltas. Algo similar se intentó con posterioridad al fin de la Segunda Guerra Mundial aunque finalmente se decidió separar a esas tropas de la armada y colocarlas como la cuarta fuerza armada de ese país. Cabe acotar que en ese período entre las Ira y 2da Guerra Mundial, los líderes de la infantería de marina de EE.UU. tuvieron la capacidad profesional de prever escenarios donde su país pudiera llegar enfrentar una guerra con Japón en el Pacífico. Aprovecharon el tiempo para desarrollar la doctrina que posibilitaría a ese cuerpo a partir de 1941, contar con el sustento de ideas necesarios para llevar adelante operaciones anfibias exitosas y simultáneamente prever las herramientas tecnológicas que esos escenarios iban a requerir. Un ejemplo de un estamento militar que no se limitó a velar exclusivamente por las amenazas administrativas que el mismo pudiera recibir desde adentro de su país, sino que se atrevió a pensar de manera más amplia su situación, de forma de contar en el momento en que el ciclo de visiones negativas cambiara, con un plexo de ideas inteligentes que la política pudiera reconocer y hacerlas propias.
También ha contribuido a generar confusión sobre el futuro de las infanterías de marina la experiencia reciente en este siglo. En los prolongados despliegues en Afganistán y en Irak, la infantería de marina de EE.UU., la del Reino Unido y la española desarrollaron operaciones de combate que en poco o nada se diferencian de las que sus contrapartes de las infanterías de los ejércitos desarrollaron sobre el terreno. Algo similar ocurrió con los despliegues de la infantería de marina francesa en Afganistán y en menor medida en África. Pero lo descripto, ha sido más producto de demandas de situaciones estratégicas equivocadamente concebidas en sus inicios que el resultado de una falta de necesidad de fuerzas aptas para combatir partiendo desde el mar. En efecto, el Siglo XXI aparece con una diversidad de escenarios complejos en distintos lugares del mundo. En no pocos de ellos, el acceso a los mismos se produce casi de manera exclusiva a través del mar. Y esto ofrece ventajas a la fuerza anfibia embarcada respecto al enemigo con el que deba operar en el terreno. Entre otras, podemos enunciar:
La capacidad de la fuerza embarcada para ser desembarcada en lugares no previstos. Los tiempos de desembarcos masivos contra tropas fuertemente asentadas en el terreno no necesariamente son cosa del pasado, pero por principio se buscará evitar ese tipo de acciones, proyectando el poder en lugares menos vigilados y colocando a las tropas más profundamente en el territorio enemigo, con el empleo de aeronaves para desplegar a las fuerzas.
Tropas anfibias de menor magnitud pueden operar contra blancos altamente sensibles de un enemigo, causando resultados muy superiores a los esperados en función de la cantidad de fuerzas empeñadas; y aún sin que en todos los casos deba retenerse el terreno. También son extremadamente aptas para aportar ayuda humanitaria en zonas aisladas del planeta. Ejemplo de esto son las operaciones que se desarrollan de manera abierta o encubierta contra la piratería en distintos puntos del globo, u otras proporcionando seguridad o ayuda a víctimas de desastres naturales.
El hecho que una parte no menor del gasto militar se dirija a potenciar las capacidades anfibias va de la mano con los que venimos comentando: los planificadores estratégicos, al menos en los países donde esas temáticas tienen un ámbito de discusión y posibilidad de concretar sus ideas, prevén escenarios donde la proyección del poder naval a las costas y más allá de las mismas crecerá.
La infantería de marina es una herramienta útil para cualquier estado que opte por tener capacidad de actuar en defensa de sus intereses allí donde ellos lo requieran. Sus ventajas como cuerpo apto para ser desplegado son importantes, y su magnitud deberá estar en relación con la mirada que cada país tenga sobre la manera en que interactuará en los asuntos de seguridad internacional. Como siempre, será la capacidad de los líderes para entender el mundo, separando lo coyuntural de aquello que fija tendencias; percibiendo y aprovechando oportunidades al tiempo que se anticipan las amenazas que ellas pueden generar; lo que podrá hacer que esas herramientas sirvan o no a una nación.






Solamente a modo de referencia, puede leerse los siguientes links especializados en temas de defensa y seguridad internacional:
http://www.defensenews.com/search/amphibious/
http://www.janes.com/article/search?query=amphibious
http://russiancouncil.ru/en/search_results/?q_4=amphibious




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