EL REALISMO EN LA FOTOGRAFIA ESPAÑOLA DE LOS ANOS 50 Y 60, por Guillem Catala

August 8, 2017 | Autor: Guillem Català | Categoría: Photography, Documentary Photography, History of photography
Share Embed


Descripción

EL REALISMO EN LA FOTOGRAFIA ESPAÑOLA DE LOS 50 Y 60 por Guillem Català ([email protected])

Tres artículos periodísticos sobre el realismo fotográfico en la España de posguerra (los dos últimos en versión catalana) I

LA CELEBRACION DE LA VIDA COTIDIANA Y LA ESENCIA DE LA MISERIA

II

LA MIRADA IRONICA DE CATALA-ROCA

III

XAVIER MISERCHS, EL RETRAT DE LA CIUTAT

Francesc Català-Roca

I LA CELEBRACION DE LA VIDA COTIDIANA Y LA ESENCIA DE LA MISERIA, per Guillem Català (Un artículo publicado en la revista “Lateral”, Barcelona, nº22, octubre 1996, pp.26 y 27, con el título de “Fuentes de la memoria”)

Hermes Pato, Mendigo en las calles de Mardid, 1940

La reciente primavera fotográfica 1996 ha significado un paso más en la inserción de la fotografía española en nuestra cultura. Recuperación y reivindicación que afecta muy especialmente al ciclo del realismo de posguerra. No ha perdido vigencia aunque fuera relegado en el equivocado olvido de los años de la dictadura, que se ha practicado hasta hace poco. Varias exposiciones temáticas y de autor, en los últimos años, buscan incorporar a nuestra cultura visual unas imágenes que son depósito de la memoria colectiva y, algunas, de gran valor por sí mismas. El realismo fotográfico surge del ideal realista (tomar la realidad como fuente y mostrarla tal como es), y de un prejuicio social: que la fotografía no miente. Nació con el fotoperiodismo de los años 20 y fue protagonista, con el cine, del neorrealismo. En España pudo ser retomado con en los años 50. Es la fotografía como documento y responsabilidad social. Hay un compromiso de la mirada, fácil de vehicular pues la situación española era tan mala que alimentó el tópico que representar lo real lleva implícita su denuncia, ya que se auto-denunciaba. No sólo fue el caso de la fotografía, sino de todas las artes. La literatura del realismo social tenía las mismas pretensiones y fue algo anterior, por la desconexión de los fotógrafos del mundo cultural. Pero es la fotografía la que ha dejado el mejor ciclo realista de la cultura española de posguerra.

Francesc Català-Roca, fotografía tomada al Barrio Chino de Barcelona El desastre de la guerra acabó con un brillante momento de la fotografía de reportaje y de la Nueva Objetividad. Hasta fines de los 40, sólo los "retratistas" ambulantes o con estudios en pueblos documentan fielmente la realidad. Durante la dictadura el fotoperiodismo ofrecía una salida muy difícil: los diarios no exhibían alardes gráficos y sus imágenes impersonales cumplían su misión al servicio del aparato de propaganda del Estado. En la fotografía "de calidad" y en los "salones" se practicaba el pictoralismo, una pervivencia pseudoarcaizante y amanerada, producto del complejo de inferioridad de la fotografía: un remedo de la mala pintura de paisajes. La expansión económica y el abaratamiento de precios popularizó la fotografía, y a inicios de los 50 las sociedades fotográficas fueron la primera explosión cultural del franquismo. Hasta hoy mismo divulgan los avances técnicos y son el lugar donde los aficionados se enseñan mutuamente las fotos, de escaso contacto con el público y demasiada autocomplacencia.

VISION DE LA REALIDAD La guerra devuelve a los hombres a la nada, obliga a poner orden en los sentimientos: el paso por una visión de la realidad se vuelve necesario. A partir del 49 en España se estrenan unas pocas películas del neorrealismo y van llegando con cuentagotas algunas revistas ilustradas internacionales, leídas con avidez. Con años de retraso se produce la polémica entre la academia y la fotografía "moderna", nacida en las revistas ilustradas y que toma por referente la realidad, no la pintura. A fines de los 40 se imponen los trabajos "modernos" de Nicolás Müller (1913) y Francesc Català-Roca (1922).

Nicolás Muller

Francesc Català-Roca

Es el realismo más simple, trabajan con una refinada percepción de la realidad, que es captada con sutilidad y suavidad, en temas amables o hirientes. Se trata de explicar una situación o un personaje con una imagen atractiva. El realismo como forma de conocimiento de la realidad, vista con delicia. Lo más conocido de Müller es su trabajo es de los 60: las magníficas series autónomas que ilustraban libros regionales. Marcará a los fotógrafos madrileños con un tono humanista y su sentido compositivo e

idealizador, esencialista y regeneracionista, acorde con los aires de la universidad y la literatura; aunque Müller supo reflejar toda España, y no solo Castilla. Català-Roca fotografía con el sentido común. Reportero a partir de 1948, sus imágenes destacan de inmediato. Expone el 53 (Sala Caralt) y se consagra con el libro "Barcelona" (1954), exhibición de esta visión realista de la ciudad, típica de la burguesía liberal. Su obra es desmesurada e irregular, muy apreciada, con 63 libros. Marcó la definitiva deriva realista de la fotografía catalana: los jóvenes aprendieron de su obra y con su amistad.

VISION INCISIVA DE LA REALIDAD Pero el camino lo marcó el catálogo de la exposición "The Family Man" (MOMA, 1955), que en España causó furor. Mostraba una retrospectiva histórica de la fusión de realismo y humanismo. Se transformó en la apuesta de futuro española. Obra decisiva, como lo fueron los reporteros de la agencia Magnum. El impacto de la realidad llevó a algunos jóvenes a una opción personal de realismo objetivo. Su compromiso no es tanto conciencia civil como una forma de vivir: es fotografía espontánea y convivencial con las gentes y con los lugares, una borrachera de vida cotidiana. Por ser el arte más cercano a la realidad la fotografía se transforma, con el realismo, en la forma artística más corrosiva. Es la fotografía como testimonio, y algo más. Y es ése algo más lo que nos hace, pasados los años, aún interesantes las imágenes: son el retrato de un mundo y el del propio autor, la crónica de sus pasos. En Madrid, los jóvenes que empiezan con la fotografía derivan hacia el cine, iniciándose en el documental, y es en ellos donde se pueden buscar algunas de las mejores imágenes de la época. Así Carlos Saura empezó como fotógrafo buscando retratar la esencia de la miseria en España. Después lo logró en el cine de ficción. En Barcelona la influencia exterior es muy fuerte: "Life", "Vogue", el neorrealismo y después la Nouvelle Vague. Inexpertos, deseaban sorprender a la realidad y las obras tienen un tono como de ser sorprendidos por ella. Lograron publicar sus fotos en las revistas ilustradas. Masats trabaja en las Ramblas el 53, y a partir del 55 empezó su extensa investigación sobre los Sanfermines.

Ramón Masats

Leopoldo Pomés expuso el 54 obras realistas, y después profundizó por el subjetivismo y la investigación de la imagen. En 1957 la exposición en la Agrupació Fotogràfica de Catalunya de Masats, Terré y Miserachs fue un éxito y un escándalo. La sala Aixela fue, a partir de 1959, donde los nuevos creadores se dieron a conocer. Como profesionales de esta fotografía no se podía vivir, pero les dieron prestigio y, una vez instalados, alternaron la fotografía comercial y la obra personal. Ramon Masats (1931) empezó como pintor y su realismo evolucionó rápidamente siguiendo las innovaciones extranjeras. Expone con regularidad desde 1956, siempre con repercusión. Marchó a Madrid el 1957, consolidando la reorientación hacia el realismo de los fotógrafos madrileños. Ricardo Terré (1928) es la obsesión personal sobre la cultura de la muerte y la semana santa. Su monotema es a la vez un grito desgarrado y perplejo, sin dejar de ser objetivo. Xavier Miserachs (1938) escudriña, con mirada desentrañadora: zambullirse en la vida de la ciudad, implicarse en ella y dárnosla con fidelidad, y a la vez con un fuerte sentido compositivo, para recalcarnos por qué ha interesado a un observador crítico. El conjunto de sus fotos son crónica biográfica y exhiben su actitud ante la vida. Buscando una difusión más grande de su trabajo derivó hacia un fotoperiodismo comprometido. Las fotos de Oriol Maspons (1928) escriben una crónica personal de la vida cotidiana; alterna fotografías sociales con apuntes al natural. Sus series son crónicas de viaje con una visión intimista: los gitanos de Barcelona (1958-60), Las Hurdes (1960), La Mancha (1961) o Eïvissa en diversas ocasiones, llegando hasta el hippismo.

LA FOTOGRAFIA DE UNA GENERACION Los más inquietos encontraron un vehículo de comunicación en la revista bimestral "Afal" (Arte Fotográfico Almeriense, 1956-62), órgano de la asociación local. En Almeria fue posible una revista de fotografía por el esfuerzo de José María Artero (1921-91) y Carlos Pérez Siquier (1930), y la ayuda de un mecenas local. Todos los jóvenes se dieron a conocer en "Afal" con su obra más suave y vendible (toros, paisajes, nazarenos...), con la que era fácil esquivar la censura, muy vigilante e incordiante. Fue la renovación, en el estilo de "The Family Man", pero sin mucha conciencia cívica. Muestran la miseria sin dejar de admirar al hombre en su paisaje. El material gráfico es rompedor,de los mejores autores españoles y extranjeros. Con énfasis en los nuevos rumbos: una exposición del subjetivista Otto Steinert (1958), y su reflejo en Afal, clarificaron el realismo. La confusión teórica era enorme y a un deseo de objetividad le sucedió una aceptación del subjetivismo inherente a toda práctica comunicativa. Un estilo lleva al otro de manera natural. En Madrid fue enorme el peso de la Real Sociedad Fotográfica, reaccionaria, y vinculada al franquismo. La venida de Masats a Madrid el 57 y el éxito de su exposición exaltaron los ánimos de los jóvenes que fundaron en 1959 el grupo "La palangana", impulsor del realismo. Pero no tardó en aparecer el posibilismo y la síntesis con tradicional: Vielba llega a presidente de la RSF en 1964 y se define la nueva academia. Es un estilo unitario y repetitivo, de compromiso: la Escuela de Madrid, que ha perdurado con los años (los gráficos del suplemento de "El País"). Se sigue la fórmula realista pero la substancia le es ajena: una temática ruralista, la España Eterna, religión, costumbres ancestrales, los trabajos y los días del hombre en su paisaje. Es la tradición introvertida española de siempre, regeneracionista; y una imagen poco narrativa, que se realiza en el momento extáctico. Estos fotógrafos tienen una expresión de fuerte barroco visual como referente de su asimilación del realismo y recuerdan al primer barroco español, tan naturalista. Gabriel Cualladó (1925) fotografió escenas sociales de dramática atmósfera y muy espirituales. Después perdió la virulencia y busca los efectos de luz, con intención simbolista. Es la vivencia del presente que se vuelve absoluto. Gerardo Vielba (1921-92) capta la realidad pero el tema de su obra es el silencio y la ausencia. La consolidación de la fotografía de autor se produce con el libro ilustrado, que tímidamente nace estos años. Su concepto no es fotográfico y las editoriales parten de un escritor conocido. Dominan los libros turísticos o históricos, a veces meras guías al uso, en las que el tema es el reclamo. Müller retrató las regiones españolas y Català-Roca, con Josep Pla, Catalunya. Más incisiva es la "Guía del rastro", de Carlos Saura (1961). Con temas menos condicionantes casi todos los escritores dieron textos para ilustrar: Delibes, Aldecoa, Caballero Bonald, Matute, Grosso... Pero los mejores trabajos fotográficos son previos al texto: Maspons, en "Toreo de salón" (1962), texto de Cela, retrata a los aspirantes a novilleros. Ramón Masats publica "Los Sanfermines" (1963), con textos de Sánchez Serrano. Miserachs en "Barcelona en blanco y negro" (1964) resume la búsqueda y expresa la nueva sensibilidad de su generación. El más singular es "Izas, Rabizas y Colipoteras" (1964), texto de Cela y fotos de Joan Colom (1921), una serie sobre el barrio chino de Barcelona y una forma de convivir con sus gentes por parte de Colom.

Gabriel Cualladó

OFICIALIZACION La entrada en las sociedades fotográficas es la oficialización. Se pasa de la idealización y el manierismo a la mixtificación. La imagen documental se esterotipa y bordea el cliché. En fin, el realismo renovó pero no consiguió ser el salto adelante de la fotografía, ni, acorralados por la censura, ser un arma socialmente eficaz. La cultura visual española continuará siendo tercermundista. Se produjo un cambio de valores estéticos, pero las contradicciones de la postura neorrealista y su empecinamiento en negar un subjetivismo innegable, se imponen. No se logró poner las cosas en su lugar y anular el prejuicio social, aún en activo, que da carácter objetivo a la fotografía y la patente de mostrar "la verdad". Cuando más popularidad y proyección pública alcanzaba el realismo se apagaba. Va en paralelo con la evolución de la literatura realista en los 50, cuyos autores evolucionaron hacia el subjetivismo y la experimentación. En fotografía el síntoma más claro es la adopción del color. Hay también continuidad: hasta hoy los artistas jóvenes suelen iniciarse en el realismo, si bien evolucionan rápido. El realismo ha dejado un estilo y varias opciones expresivas, que eventualmente un creador puede usar. A finales de los años 50 ya eran visibles en España la colonización cultural yanqui y el gran cambio social, pero no fueron explicados por el realismo, en ninguna de las artes. Reflejó y admiró la vida tradicional, sin ver que entraba en su agonía. Era el final de una cultura y nadie supo objetivamente retratar el cambio. Al ser estáticas sus concepciones estéticas y su sentimiento de la realidad, no percibieron que nuestro mundo se ha vuelto dinámico. Para reflejar el cambio se requiere un realismo más lúcido. Más lúcido, más ágil, más inconformista… el realismo a finales de los años 60, y en los que siguieron, fueron poniéndose al día. Un ejemplo de este enfoque más desenfadado es el de Colita (1940), y de una de sus fotos más conocidas:

Colita

Se observa que la fotografía empieza a entrar en otro universo mental, y que el realismo incisivo se va a quedar corto para expresar los nuevos enfoques de las nuevas realidades.

BIBLIOGRAFIA Los catálogos de las exposiciones: "Gabriel Cualladó (1955-89)" (IVAM, 1989). "Xavier Miserachs. 1 segon i 25 centèsimes" (La Caixa, 1992). "Tiempo de silencio" (Centre d'Art Santa Mónica, 1992). "Nicolás Müller" (Ministerio de Cultura y Lunwerg , 1994). "El compromiso de la mirada. Imágenes de la posguerra europea, 1954-62" (La Caixa, 1995). "Las Fuentes de la Memoria III. Fotografía y sociedad en la España de Franco", Ministerio de Cultura (La Caixa, 1996). Con un excelente, aunque prolijo, estudio de Publio López Mondejar. Es la primera gran recopilación de obras, especialmente con valor testimonial, y estudio sobre el tema. Ningún libro antológico de Francesc Català-Roca da una perspectiva seleccionada de su obra. Curiosas son sus memorias "Impressions d'un fotògraf", Edicions 62, 1995.

[email protected]

II LA MIRADA IRONICA DE CATALA-ROCA per Guillem Català

(Un article publicat al semanari “El triangle”, Barcelona, nº 388, 1 abril 1998, pp.23 i 24)

La guerra retorna als homes al no-res, obliga a posar ordre en les idees i sentiments. Apareix com imprescindible el pas a una visió de la realitat, i la deriva cap al document esdevé camí generacional. A partir de 1947 van arribant, amb compta-gotes, revistes il.lustrades llegides amb avidesa: "Vogue", "ParisMatch" i "Life", la revista de referència. Amb anys de retard es va produir la polèmica entre l'acadèmia i la fotografia "moderna". Que així s'anomenava la realista, la que pren per referent la realitat sense mixtificar, desenvolupada a les revistes il.lustrades i el fotoperiodisme. A inicis dels anys 50 es van imposar els treballs "moderns" de Català-Roca.

La mirada irónica del menestral apareix en aquest curiós retrat del negoci i el propietari

TRAJECTORIA Francesc Català-Roca (1922-98) es fill del fotògraf avantguardista Català i Pic, qui va ser el responsable de fotografia i cartellisme del Comissariat de Propaganda de la Generalitat. I aquí, ajudant el seu pare, va anar aprenent l'ofici. Perduda la guerra, van passar desapercebuts, i rera uns anys van poder reprendre l'activitat. Català-Roca va abandonar l'estudi fotogràfic, per sortir al carrer i viatjar pel país. Fa fotografia amb el sentit comú, al natural. Es una manera divertida i joganera de passejar pels carrers i els cafès. Caminar, i si es veu alguna cosa que pot interessar, fer la foto. La foto, però, no es espontània. Es busca la foto comunicativa i divertida, ha estat pensada, vista prèviament. I si cal, el fotògraf espera el moment quan la llum es adequada o la gent travessa els carrers. Així fotografiar es anar fent i convivint. Català-Roca es va convertir en un personatge de les tertúlies i la vida noctàmbula barcelonina, aleshores molt cosmopolita en contrast amb l'Espanya tan tancada del franquisme.

Reporter des de 1948, les seves imatges van destacar d' immediat a les revistes ilustrades. Va exposar a la Sala Caralt (1953) i es va consagrar amb el llibre/guia "Barcelona" (1954), en el que exhibieix la visió realista de la ciutat, típica de la burguesía liberal catalana. La seva obra es desmesurada i irregular, perquè va conseguir instal.lar-se com el fotògraf qualificat de Barcelona. I basteix una irònica crònica de costums, de la que diu Pere Formiguera que es constitueix en el "album familiar col.lectiu" del país. Va marcar la definitiva deriva realista de la fotografia catalana: els joves van aprendre de la seva manera d'enfocar la realitat, i amb la seva amistat.

CRONICA HUMORISTICA Es el realisme més simple: l'entorn com a font de la fotografia, vist amb subtilitat, suavitat i ironia. El llenguatge visual es funcional per donar el tema. Es tracta d'explicar una situación i uns personatges, captar un instant, subratllant el que té d'interessant. De manera que la imatge tingui alguna cosa que li dóna relleu. Català-Roca exhibeix l'instant, i un comentari que el relativitza. Son observacions humorístiques que mostren la realitat i alguna cosa més. Ens forneix el davant i el darrera de les coses, el real i un avís de la tramoia que el sosté. Així a la seva extensa sèrie sobre la Setmana Santa, les processons estan plenes de guàrdies civils. O presenta un acte social, com una recepció al Liceu, tot destacant el buit i el silenci. Perquè el darrera explica millor una situación que la façana.

O ens comunica un cas general que és interessant per un petit accident divertit. I així els seus retrats de grups o multituds conserven la gent individualitzada, i ens conviden a demanar-nos: ¿qui són? ¿què diuen? ¿què desitgen? Es el realisme com a forma de conèiximent de la realitat, vista amb delícia. Perquè com deia CatalàRoca, "conèixer és estimar". Però també el realisme humorístic és una reacción contra la falsificació de la realidad. A una època de mentalitat triomfalista y de propaganda cridanera, quan la ideología que está en l'aire no correspon als fets, cal prendre-s'ho amb humor. Parlar del que hi ha, sense fer-se grans preguntes, i sense acceptar les explicacions que justifiquen i emmascaren. Es una visió acomodatícia que no nega la realidad ni la falsifica, sinó que es distancia i la capgira. Es una mirada judiciosa, amb seny i, malgrat tot, una mica de rauxa. Tot en el seu punt, elegant i mesurat. Postura ambigua, cordial i un xic burleta.

EL LLIBRE DE FOTOGRAFIA Art democràtica, la virtut de la fotografia és evitar l'obra única. La seva expansió coincideix amb la premsa gràfica, i la consolidació amb el llibre il.lustrat, correlat perdurable de la fotografia profesional. El fotollibre va ser la clau de la renovación de la fotografia, per difussió, permanència i permetre certa profesionalització. Era una moda extrangera, corresponent a una nova mentalitat visual. Els inicis van ser tímids, confiant en l'edició de luxe: les editorials especulaven amb escriptors coneguts i textos amb audiència. Invariablement els textos eren fluixos i rics en imatges, impressionistes i pintorescos. El concepte de partença no és fotogràfic. Dominen els llibres "regionals", turistics o històrics, de vegades simples guies a l'ús, on el tema és el reclam. Amb poca sensibilitat per un art nova, com la fotografia. Es van editar pocs llibres il.lustrats de plantejament menys convencional, però van ser trascendents. Català-Roca es qui inicia aquest treball a Catalunya. Publicant guíes i obres sobre comarques, històries de l'art o encàrregs insòlits, il.lustrats amb distinció. Són sèries d'encàrreg, però Català-Roca sap fer la seva. Versàtil, va saber adaptarse a requeriments tan diferents com el de l'artesania sudamericana, l'art paleo-cristià, el medieval o l'art contemporani. Important va ser la seva col.laboració amb Josep Pla. "El libro del mar", text d'Alberti, té un regust noucentista i clàssic. I el seu excel.lent treball sobre arquitectes actuals voreja la experimentació d'imatges.

Amb 63 llibres, les seves imatges es van integrar en la cultura visual catalana. Van contribuir a formar, i van donar expressió digna, a una generacional auto-imatge del país. Que vacil.la entre la visió burgesa liberal i la de la Catalunya menestral.

També s’ha desmentar la seva aportació a visions més tòpiques la de l’Espanya vista des de Madrid (inoblidables les seves fotografíes de la Gran Via), i a més a més la tópica visión de l’Espanya ancestral.

AMB MIRO I ARTIGAS A GALLIFA El més bell reportatge de Català-Roca i uns llibres il.lustrats decissius, van sorgir de l'amistat i col.laboración amb Joan Miró. Rera la guerra, Miró va anar decantant-se per l'escultura i la ceràmica, arts que es realitzen en col.laboració. Miró i els Artigas, a l'obrador de Gallifa, van anar creant un món al.lucinant, que conserva les arrels populars de l'ofici i troba una dimensió poètica a l'entranyable artesania. Jugant amb el foc com a atzarós artífex de l'obra. Mentre Miró i els Artigues feinejaven, CatalàRoca fotografia. Ens va donar una visió transcendental del Miro ceramista i escultor, imatges en blanc i negre que mostren el rerafons dramátic de l'obra mironiana. Les fotografies afegeixen una poesia a les peces pròpia de Català-Roca, que xoca amb la poesia de Miró i la multiplica. Així, escultures, ceràmiques i les mateixes fotos, molt belles i expresives, són un treball de taller, fet en col.laboració. On el que cadascú afegeix, potencia a l'obra comuna.

[email protected]

III "XAVIER MISERCHS, EL RETRAT DE LA CIUTAT", per Guillem Català.

(Un article publicat al semanari “El triangle”, Barcelona, nº 412, 21 octubre 1998, pp.22 i 23, amb el títol “Acid en blanc i negre. El Fotògraf Xavier M;iserachs retrata la societat barcelonina del franquisme”)

Rera la Guerra Civil, aparegué una aclaparadora voluntat d'oblit. Els joves van crèixer en el buit, sense passat ni referències, i van bolcar-se sobre el que els envoltava. Eren anys de conformisme i triunfalisme, emmascarats per una ideologia que estava en l'aire però no es corresponia als fets. Per alguns va ser viure en desacord permanent amb l'època, per no compartir les explicacions sobre la vida que la justifiquen i falsegen. L'impacte de la realidad els va dur a una opció personal de realisme objectiu. El seu compromís era conciència civil i manera de viure, fotografia convivencial i borratxera de vida qüotidiana. Xavier Miserachs (1938-98), el nostre més destacat reporter social, va fer el retrat de la ciutat i de la multitud, el paisatge de Barcelona i la seva gent. Perquè una ciutat no és els edificis o carrers, és la gente que s'hi mou.

UN ESGLAO MES DE LA TRADICIO L'obra primerenca de Català Roca i Oriol Maspons imposà la fotografia "moderna". El relleu generacional tingué lloc a l'exposició conjunta de Masats, Terré i Miserachs a l'"Agrupació Fotogràfica de Catalunya" (1957), un èxit i un escàndol. Els joves van exposar amb continuïtat a la sala "Aixela", l'escola "Eina" els relacionà amb creadors més joves, i es van projectar arreu a les revistes "Afal" (1956) i "Imagen y sonido" (1963). Van donar la tònica a la fotografia catalana, i als reporters que han sorgit després. Tots plegats van fornir la imatge de la Barcelona ciutadana, dinàmica, oberta i multicultural dels anys 60 i 70. Els joves fotògrafs volien prendre la realitat, captar-la en imatges immediates i fresques, fàcils de comprendre i narrativament eficaces. Inexperts, els joves fotògrafos volien sorprendre la realidad; curiosament, les seves millors fotos tenen un to com d'haver estats sorpresos por ella. En ser el més proper a la realitat, amb el realisme la fotografia es transforma en l'art més incissiu i democràtic. Com a testimoniatge, i alguna cosa més, ben bé el que ens fa avui interessants les imatges: són el retrat d'un món i de l'autor mateix. Inevitablement, són la crònica de les seves passes, un diari que exhibeix la seva actitud enfront la vida.

VOCACIO Xavier Miserachs va nèixer a una família culta i liberal de la burgesia barcelonina. Estudià per a metge i visqué la seva joventud entre els "pijos" o "xaves", com a ell li agradava anomenar-los. S'aficionà a la fotografia amb 15 anys, i als 19 descobrí que era la seva vocació amb el llibre "The family of man", obra decisiva. Com ho van ser els reporters de la agència "Magnum", la seva mirada compromesa i el seu propòsit d'una fotografia per tothom, clara i directa, que ajudi a explicar la substància de les escenes. Pertany Miserachs a la generació de realisme crític i irònic, que es donà a conèixer amb William Klein. No hi ha còpia, sols suggerència de camins, entre Klein y Miserachs. Miserachs va obrir estudi en 1960, pero la seva iniciativa personal estava per la fotografia pública i el treball de carrer. Va ser "free lance", vivint d'encàrregs, a vegades industrals. Buscà ampliar els canals de difusió de la fotografia i va ser un teòric rellevant.

SOTJAR Miserachs escodrinya, amb mirada desentranyadora. Una mirada àcida, humorística i irònica, que exhibeix les contradiccions. D'intenció social, crítica i corrossiva. A l'aguaït de la realidad, s'hi implica, i, amb espeit burleta, es deixa guiar per ella. Es capbussa dins la vida de la ciutat i l'explica amb la fòrmula que doni directament el tema. La foto ens dóna la realitat amb fidelitat i recalcant perquè ha interessat a un observador crític. Deia Miserachs: "Les fotografies que a mi m'agraden no són fotografies on s´hi expressa el fotògraf, sinó que s'hi expressa la realitat... Jo sempre m'he enfrontat a la realitat tot buscant que s'expressi per mitjà del coneiximent que tinc d'ella". Perquè la realidad sigui eloqüent, cal enfrontars'hi i explicar-la. I cal explicar-la amb respecte i intimitat. L'explicació en serà un reflex, que conté tant la mateixa realitat, com el món personal de l'autor. L'un sin l'altre no existeixen. Recordava Miserachs un acudit de Rubert de Ventós: "Sigues prou creatiu per arribar a ser només objectiu". Cada imatge ha de descobrir el que interessa, i donar "la máxima informació, la major força comunicativa, la nostra complicitat visual amb el futur observador". La imatge la suscita Miserachs en l'espectador, qui les ha de copsar. Inclouen un comentari, suggereixen preguntes i conviden a compartir l'actitud de l'autor. Es vol anar al fons dels assumptes, seguint la idea de Klein: a partir de l'apariència evidenciar l'essencial, l'ara i aquí d'un pais. Miserachs és un observador que cristal.litza el que veu en una història o reflexió, amb una poesia subtil. Suscita en l'espectadors altres visions, que són de descoberta, i crítiques amb la visió rutinària, habitual i tòpica, que no traspassa la superfície. Miserachs és un comunicador d'inquietuds, crea amb l'espectador altres lectures del món. La seva és obra útil, una fotografia civil. Així les observacions crítiques esdevenen crònica personal i diari públic.

"BARCELONA EN BLANCO Y NEGRO" Miserachs feu el retrat de la ciutat i es revelà com un paisatgista de moments caçats al vol, amb "Barcelona en blanco y negro" (1964). Llibre que resumeix la recerca i expressa la sensibilitat de la nova generació, ajudant a crear una autoimatge menys complaent. Es un cant coral a la multitud i un magnífic passeig per la ciutat, que trasmet la simpatia de Miserachs pels seus conciutadans. La intimitat entre Miserachs i els barcelonins produí una fotografia que sembla de barri i és universal. Es fotografia ciutadana, de la ciutat i pels ciutadans. Amb claus internes que han suportat el pas del temps. Es partir del qüotidià i local, de la pròpia cultura, per buscar la universalitat. L'actitud és desmitificadora. L'autor està enamorat de la ciutat, però hi conserva la distància. Els assumptes s'encaren per l'humà i relatiu, no amb una épica popular sinó amb humor, comèdia dels oficis, el carrer i la diversión. Els personatges estan amb nosaltres, Miserachs els va ajudar a quedar-se. En algunes imatges de gran força expressiva, que avui conserven.

"ENVIADO ESPECIAL" Sense tant vigor, amplià el seu treball a altres temes. De sempre havia sovintejat la Costa Brava, en especial Cadaqués i les seves colles de gent jove i noctàmbula. En "Costa Brava Show" (1965) va fer la crónica caricaturesca de la invasió del turisme, amb notes sobre els nous costums liberals i la desnaturalització de la vida de la Costa. Va ser el cronista, doncs, dels nous aires liberals que ventilaven Espanya… i de la mort de la vida tradicional, a la Costa Brava en aquest cas. Els fotògrafs professionals es trobaven que d'aquesta obra no es podia viure. Donava prestigi, i una vegada instal.lats, derivaren a encarregs menys absorvents o treballs més profitosos. Així, Miserachs abandonà la dedicació exclussiva, i fou director artístic de "Boccaccio", "Tropical" i "Up and Down", locals que han marcat la nit de Barcelona. Amb el prestigi adquiirit com a reporter, i buscant una difussió més amplia, feu encàrregs de reportatges internacionals per a revistes. En blanc i negre o color. Alguns són molt interessants, amb deliciosos comentaris irònics. Va ser "enviado especial" de "Triunfo" i "Interviu", les revistes claus del moment.

Molt conegudes van ser les seves series periodístiques sobre els airtes liberals de Barcelona i la seva “gauche divine”, de la que ell mateix formava part. Sense deixar de fer reportatges d’aspectes més tòpics i reclamats pels lectors.

Miserachs va fer els reportatges dels anys 70 sobre el teatre i la vida nocturna del Paral.lel Va cobrir a París el maig del 68, la marxa verda contra el Sahara, la revolta islàmica de Jomeini, les tribus africanes, les guerres i els països sorgits de la colonització, etc. Atent seguidor de l'actualidad gràfica, sabé actualitzar l'ofici. Als anys 80 la decadencia de les revistes el van allunyar de l'actualitat. Visqué els últims anys enmig d'estretors econòmiques

[email protected]

Lihat lebih banyak...

Comentarios

Copyright © 2017 DATOSPDF Inc.