El programa Puntos de Cultura de Secretaria de Cultura de Presidencia de la Nación: Una propuesta de mejoramiento de sus resultados (2013).

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Descripción

Resumen: El objetivo del presente trabajo de investigación es analizar el Programa Puntos de Cultura implementado por la Secretaría de Cultura de Presidencia de la Nación desde el año 2011. El trabajo considerará también la experiencia del Programa Cultura Viva desarrollado por el gobierno federal de Brasil desde el año 2004 y los antecedentes de programas de acción cultural desarrollados por la Secretaría de Cultura de la Nación desde el mismo período. En el análisis del trabajo se destaca también la construcción de las nociones y conceptos sobre políticas culturales que sustentan la creación e implementación del Programa Puntos de Cultura y las distintas estrategias y líneas de abordaje del mismo. El análisis permite detectar ciertas debilidades y fortalezas a la hora de su implementación, concluyéndose en el trabajo una serie de propuestas para su mejoramiento. La presente investigación se ha realizado a partir de tres procesos. El primero, la sistematización y análisis de información proveniente de fuentes documentales especializadas en el tema que es objeto de estudio; el segundo, una experiencia de Práctica Pre Profesional realizada como asesor en la Secretaría de Cultura de la Nación entre 2007 y 2012; finalmente, una investigación realizada en Brasil en el año 2010. Abstract: The objective of this research is to analyze the program Puntos de Cultura implemented by the Secretary of Culture since 2011 . The work will also consider the experience of program Cultura Viva, developed by the federal government of Brazil since 2004 and the history of cultural action programs developed by the Secretary of Culture from the same period. The analysis also highlights the construction of notions and concepts of cultural policies that support the creation and implementation of the Puntos de Cultura and the different strategies and lines of approach to the same program . The analysis allows to detect certain weaknesses and strengths when it comes to implementation, and concludes with a number of proposals for improvement. This research was conducted from three processes. The first, systematization and analysis of information from documentary sources specialized in the topic under study, the second experience on Professional Practice Pre advisor at the Ministry of Culture of the Nation between 2007 and 2012 , and finally, a research conducted in Brazil in 2010 .

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Índice: Página Introducción

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Capítulo I “Políticas Culturales y Cultura Política en el Siglo XXI”

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Políticas culturales definiciones y conceptos

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Inclusión Social y Construcción de Ciudadanía

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Capítulo II “Programas de apoyo a organizaciones culturales comunitarias desarrollados por la Argentina y el Brasil durante el período 2004-2010”

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El caso Argentino

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Creación de Unidad de Programas y Proyectos Especiales

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Programa Cultural de Desarrollo Comunitario

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Programa de Subsidios al Desarrollo Sociocomunitario

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El caso Brasileño

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Programa Cultura Viva

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Componentes del Programa Cultura Viva

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Políticas Culturales de Exportación

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Capítulo III “Programa Puntos de Cultura – Secretaría de Cultura de Presidencia de la Nación”

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Componentes del Programa Puntos de Cultura

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Líneas de subsidios

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Línea Materiales de producción y comunicación

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Línea de formación, capacitación y asistencia técnica

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Puente Cultura Nación

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Consejo Punto de Cultura

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Capítulo IV “Análisis de los resultados de implementación y recomendaciones para el mejoramiento del programa”

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Análisis de los resultados de implementación

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Convocatoria y selección de proyectos – Líneas de Subsidios

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Equipamiento multimedia para la inclusión digital

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Materiales de comunicación

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Construcción de Red: formación, articulación y participación

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Recomendaciones de Intervención para el mejoramiento del programa

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Conclusiones

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Bibliografía

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INTRODUCCIÓN El presente es un informe sobre la Práctica Pre Profesional desarrollada en la creación del Programa Puntos de Cultura dependiente de la Secretaría de Cultura de Presidencia de la Nación (SCN). Dicha práctica se realizó bajo el cargo de Asesor en la Subsecretaría de Políticas Socioculturales de la SCN durante los años 2011-2012 y tuvo que ver con la elaboración integral del Programa Puntos de Cultura, incluyendo la participación en la construcción de sus fundamentos y la redacción de sus resoluciones. Esta práctica profesional se vio profundizada, asimismo, por un trabajo de investigación realizado en diferentes ciudades de Brasil durante 2010, apoyado por OEI – Beca de ayuda para la movilidad 2009 “Puntos de Cultura para el espacio Iberoamericano”. Dicha investigación se dividió en cuatro actividades principales: 1) la visita de Puntos de Cultura de la ciudad de San Pablo y Campinas1 2) participación como observador en la TEIA llevada a cabo en el año 2010 en la ciudad de Fortaleza -invitado por la Secretaría de Ciudadanía Cultural del Ministerio de Cultura de Brasil2 3) Entrevistas a autoridades del Programa 4) Participación en el Consejo Consultivo Cultura Viva. El presente informe considerará como antecedentes fundamentales para comprender el Programa Puntos de Cultura aquí analizado la experiencia profesional previa como Coordinador regional del Programa Café Cultura Nación de la SCN desde el año 2007 a 20103. Finalmente, cabe mencionar como otro antecedente fundamental para el presente análisis la participación como disertante en 2009 en el foro de discusión “Políticas culturales y construcción de ciudadanía” en el marco del Foro Social Mundial en Belém do Pará, Brasil, dado que se trató del primer contacto con el Programa Cultura Viva y sus referentes principales4. Este trabajo busca analizar cómo, a partir de esta intervención, pudieron ponerse en juego saberes y experiencias adquiridos a lo largo de toda la carrera de la Licenciatura en Gestión del

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El resultado de esta experiencia puede leerse en “Nuevos Paradigmas en las Políticas Culturales Latinoamericanas: Brasil y los Puntos Vivos de su Cultura” (Fuentes Firmani, 2011). 2 El resultado de esta observación de la TEIA 2010 puede leerse en el artículo “TEIA 2010: construyendo la red, hacia la democracia participativa en cultura” (Fuentes Firmani, 2010). 3 Ver “Centralidad Periférica, cuando el centro se corre a las márgenes. El Caso de Café Cultura Nación” (Fuentes Firmani, 2009). 4 La mesa “Políticas Culturales y construcción de Ciudadanía” fue compartida junto a Celio Turino (Secretario de Ciudadanía Cultural del Ministerio de Cultura de Brasil y creador del Programa Cultura Viva), Eduardo Balán (referente de la Plataforma Puente Cultura Viva Comunitaria), Adriano Paes Mauris y Marcelo Palmares (referentes del Punto de Cultura y Grupo de Teatro Comunitario de San Pablo “Pombas Urbanas”).

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Arte y la Cultura. El análisis considerará no solamente la experiencia profesional mencionada sino también la coyuntura teórica y política en las que se implementa el Programa Puntos de Cultura, dado que, como señala Oscar Moreno, para comprender una política cultural determinada es necesario estudiar “los modelos culturales imbricados en los sistemas políticos” y “es fundamental entender los roles del Estado y del Mercado en las sociedades de masas contemporáneas” (Moreno, 2012:109). El Programa Puntos de Cultura (PPC) de la SCN fue creado en el año 2011 con el objetivo de contribuir a la democratización de la producción y el acceso a los bienes culturales. Por esta razón, las acciones del programa están dirigidas al fortalecimiento de los proyectos socioculturales implementados por distintos grupos de la sociedad civil, los cuales son apoyados a partir de la transferencia de recursos económicos y de asistencia técnica. El PPC también trabaja sobre la articulación de acciones y programas de distintos organismos del Estado y la articulación entre las mismas organizaciones, buscando la constitución de una red. El PPC es fruto de la experiencia y el conocimiento adquiridos a partir de los programas de apoyo a la cultura comunitaria desarrollados por los gobiernos de la Argentina y el Brasil en la última década. En el caso de Argentina, la SCN implementó desde el año 2005 estas políticas públicas a través de dos programas: • el Programa Cultural de Desarrollo Comunitario (PCDC), desarrollado entre los años 2005 y 2008, que realizó cuatro convocatorias para la presentación de proyectos socioculturales con financiamiento de entre $ 10.000 y $ 15.000 para cada uno y al que solo podían aplicar organizaciones sociales con personería jurídica y comunidades indígenas con reconocimiento legal • el Programa de Subsidios para el Desarrollo Sociocultural (PSDSC) que fue creado en el año 2010 en reemplazo del PCDC y presentó como gran novedad la posibilidad que las organizaciones de base, sin personería jurídica, aplicasen al programa. El PSDSC preveía un financiamiento de $ 25.000 para los proyectos presentados por las organizaciones con personería jurídica y un financiamiento de hasta $ 5.000 para los proyectos presentados por organizaciones de base, que a partir de ese momento podrían presentarse a través de personas físicas que actuasen en representaciones de las mismas.

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En el caso del Brasil, el Ministerio de Cultura creó el Programa Cultura Viva (PCV) en el año 2004, cuya principal acción son los Pontos de Cultura. El PCV significó la puesta en marcha de una política pública de cultura que transformó sustancialmente la relación entre Estado y organizaciones sociales. La diferencia con otros programas de incentivo radica en las nociones de autonomía, empoderamiento y protagonismo social, ya que en este caso el Estado no interviene en la programación y planificación de las acciones para su financiamiento, sino que pone a disposición los recursos con los que cuenta para que las organizaciones propongan sus planes de acciones y desarrollo. De esta manera, a partir del convenio realizado entre el Estado y las organizaciones, cada Punto de Cultura recibe R$ 180.000 dividido en tres parcelas anuales. Como se explicaba anteriormente, es a partir de estas experiencias, desarrolladas tanto en la Argentina como en el Brasil, que se crea el Programa Puntos de Cultura, que hoy ya cuenta con una red de 237 puntos de cultura en todo el país y que, solo entre los años 2011 y 2012, ha duplicado los fondos afectados en el período 2005-2010 para el financiamiento de proyectos socioculturales aportados por la Secretaría de Cultura de Presidencia de la Nación. Para poder analizar el desarrollo de la práctica pre profesional realizada y a fin de explicar en detalle la creación del PPC, se ha organizado el presente trabajo en tres partes. En la primera se aborda la noción de políticas culturales y el marco teórico de desarrollo de las políticas públicas de cultura ejecutadas por los gobiernos de Argentina y Brasil en el período inaugurado a partir de 2003 por los gobiernos de Néstor Kirchner e Ignacio “Lula” Da Silva respectivamente. En la segunda parte se analiza la composición de los programas de apoyo a organizaciones culturales comunitarias desarrollados en el período 2004-2010 por la Secretaría de Cultura de Presidencia de la Nación Argentina y por el Ministerio de Cultura de la República Federativa de Brasil. Por último, se aborda la composición del Programa Puntos de Cultura. En esta tercera parte se realiza un análisis de fortalezas y debilidades, incluyendo una propuesta de intervención a partir de la cual se sugieren algunas líneas de acción que pueden ayudar a consolidar y/o corregir las mismas.

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CAPÍTULO I Políticas Culturales y Cultura Política en el Siglo XXI A partir del año 2003 comienza a configurarse un nuevo escenario político tanto en el Brasil como en la Argentina. Los gobiernos encabezados por Ignacio “Lula” Da Silva y Néstor Kirchner respectivamente, provocaron un giro de 180° con respecto a las políticas desarrolladas en la década del 90, marcadas por el proyecto neoliberal que proponía el achicamiento del estado y la liberalización de las fuerzas del mercado. Con eje en el fortalecimiento del Estado, la inclusión social y la distribución de la riqueza, ambos países llevaron adelante políticas públicas de desarrollo con inclusión, priorizando el respeto a la diversidad y la ampliación de derechos para toda la población. En este sentido, ambos gobiernos pasaron a considerar de vital importancia a las políticas culturales entendidas desde su capacidad para dinamizar la recomposición del tejido social y por su importancia como pilar para la construcción de un proyecto nacional. Pero fundamentalmente las políticas culturales desarrolladas en ambos países buscaron la consolidación de una nueva hegemonía, compuesta por una cultura política de profundización democrática, con más participación y protagonismo social, que permitiese ampliar los derechos sociales, civiles, políticos y culturales de la sociedad. Este tipo de definiciones comienzan a aparecer en las recomendaciones de las agencias multilaterales como la UNESCO en la década del 70, pero es recién a partir de las dinámicas sociales producidas por la globalización y el fracaso de los grandes relatos de la modernidad que comienzan a tener centralidad en las agendas públicas. Tanto la caída del socialismo en su constitución como una opción política válida, como el fracaso del capitalismo como regulador de la vida social, principalmente a partir de las teorías del derrame neoliberal y del achicamiento del Estado (que a pesar - o a causa- del importantísimo nivel de acumulación que se produjo durante la década del 90, provocaron un gran número de excluidos y empobrecidos) produjeron un importante vacio simbólico que, a falta de otros referentes, fue ocupado por el mercado. El aporte más importante producido por la UNESCO en este sentido es el trabajo realizado por la Conferencia Intergubernamental sobre Políticas Culturales para el Desarrollo, realizada en 1998 en Estocolmo, donde se aprobó el Plan de Acción sobre las Políticas para el Desarrollo que establece una serie de recomendaciones a los Estados miembros, en el que se entiende a la política cultural como un componente central de la política de desarrollo. 7

Este cambio de paradigma se fue consolidando y fortaleciendo no solamente en la práctica, sino también en las discusiones teóricas. Los principales aportes teóricos para la construcción de las políticas culturales desarrolladas por Argentina y Brasil en este período tienen que ver con los trabajos en torno a la relación entre cultura y desarrollo realizados no solo por las agencias multilaterales, sino también por el trabajo de los estudios culturales latinoamericanos. Políticas culturales. Definiciones y conceptos En los últimos 25 años la noción de políticas culturales ha sido ampliamente trabajada y discutida. Probablemente la definición más difundida sea la propuesta por Néstor García Canclini en su trabajo inaugural de 1987, Políticas Culturales en Latinoamérica, Balances y desafíos:

“Entendemos por políticas culturales el conjunto de intervenciones realizadas por el Estado, las instituciones civiles y los grupos comunitarios organizados a fin de orientar el desarrollo simbólico, satisfacer las necesidades culturales de la población y obtener consenso para un tipo de orden o transformación social” (García Canclini, 1987:26).

La noción de políticas culturales, en este sentido, se aleja de la idea de cultura vinculada a un campo artístico que funciona con sus propias reglas inmanentes a la lógica del campo (Bourdieu, 2005). La cultura, según esta definición, tiene que ver con una “necesidad” de la población que debe ser satisfecha y en este sentido está directamente vinculada a la “política” en tanto se realiza desde la idea de “intervención” que apunta al “desarrollo simbólico” con vistas a la “transformación social”. Para completar esta noción podemos considerar también el Diccionario Crítico de Política Cultural, de Texeira Cohelo, donde se afirma:

“a política cultural é entendida habitualmente como programa de intervenções realizadas pelo Estado, instituições civis, entidades privadas ou grupos comunitários com o objetivo de satisfazer as necessidades culturais da população e promover o desenvolvimento de suas representações simbólicas. Sob este entendimento imediato, a política cultural apresenta-se assim como o conjunto de iniciativas, tomadas por esses agentes, visando a promover a produção, a distribuição e o uso da cultura, a preservação e divulgação do patrimônio histórico e o ordenamento do aparelho burocrático por elas responsáveis” (Cohelo, 2004: 293)

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La definición ofrecida por Texeira Coelho no dista de lo planteado por Canclini, aunque puede subrayarse el agregado de que las “intervenciones” de los agentes políticos no solamente apuntan al “desarrollo” sino también a la “producción”, “distribución”, “uso”, “preservación” y “divulgación” de las producciones culturales. En el presente trabajo se analizarán justamente estas intervenciones que serán claves para comprender el Programa Puntos de Cultura.

Ahora bien, como señala el teórico mexicano Eduardo Nivón Bolán, existen varias perspectivas para entender dicha categoría:

“Existen varios puntos de vista para observar el origen y contenido de la noción de política cultural. (…) Cuatro perspectivas han sido las más comunes en la discusión del concepto de políticas culturales: la perspectiva histórica, la legitimidad o la orientación social del desarrollo social, la perspectiva institucional y la que considera a las políticas culturales como políticas públicas” (Nivón Bolán, 2006).

Esta definición, al ampliar las propuestas anteriores, permite abordar el análisis desde un recorte más ajustado y más acorde a la necesidad del presente trabajo, que buscará centrarse en las políticas culturales en tanto políticas públicas. En este sentido es importante mencionar que el concepto de política pública se considera como el conjunto de acciones, ya sean sustantivas o normativas, que un Estado realiza en un campo determinado de la vida social. Estas acciones responden a la idea de ciclo de acción que incluye (en su mínima expresión) las instancias de planeación, las de implementación y un resultado (Mendes Calado, 2005).

El investigador brasileño y actual Secretario de Cultura del Estado de Bahía, Albino Rubim, al igual que Nivón Bolán, centra su atención en la perspectiva de política pública para comprender la idea de políticas culturales y dice que para poder llegar a una definición concreta es necesario avanzar en la construcción de una matriz analítica para su estudio. Según su propuesta, y tomando como punto de partida la definición de Néstor García Canclini, la misma deberá observar un decálogo de dimensiones a ser observado: la definición y determinación de la noción de política accionada; la definición de cultura intrínseca a la política pública; el conjunto de formulaciones y acciones desarrolladas o a ser implementadas; los objetivos y metas a desarrollar; la delimitación y caracterización de los sujetos participantes en la política pública; la demarcación de los públicos pretendidos; La definición de los instrumentos, recursos y medios necesarios o a ser gestionados; los tiempos incluidos en la acción; las posibilidad de interfaces con otros sectores de la cultura; las 9

articulaciones entre las políticas desarrolladas (Rubim, 2011). Esta disquisición será de fundamental importancia para el desarrollo del presente trabajo que, como podrá verificarse, centrará su análisis del Programa Puntos de Cultura en base a estas dimensiones.

Un punto interesante y novedoso a señalar tiene que ver con el análisis sobre la delimitación y caracterización de los sujetos participantes en la política pública:

“Na perspectiva da governança da sociedade hoje, transcende o estatal, impondo a negociação como procedimiento usual entre os diferentes atores sociais. Somente políticas submetidas ao debate y crivo públicos podem ser consideradas substantivamente políticas públicas de cultura” (Rubim, 2011:69).

Como puede comprenderse a partir de la cita, según Rubim, a los tradicionales actores estatales, a la hora de la constitución de las políticas culturales se han sumado actores supra e infra nacionales, como los organismos de cooperación nacional y/o las provincias y municipios y han adquirido asimismo gran importancia los actores no estatales como el mercado, las organizaciones sociales y los colectivos culturales. Esta situación configura una particular relación entre participación y políticas públicas, ya que en base a esta compleja interacción de actores y acciones es cada vez más necesaria la negociación y el consenso para la definición de las políticas culturales a implementar. Inclusión Social y Construcción de Ciudadanía Para poder definir una política cultural es necesario observar cuál es la definición de cultura que lleva intrínseca esa política pública. En el caso de las políticas culturales - que son la base del Programa Puntos de Cultura como se mencionara anteriormente, la definición de cultura está relacionada a las ideas de inclusión social y construcción de ciudadanía. Es en este contexto que la idea de la cultura como recurso se convirtió en la posibilidad de intervención superadora para las políticas culturales. Este concepto ha sido trabajado por George Yúdice, quien plantea que: “El papel de la cultura se ha expandido de una manera sin precedentes al ámbito político y económico, al tiempo que las nociones convencionales de cultura han sido considerablemente vaciadas. En lugar de centrarse en el contenido de la cultura —esto es, el modelo de enaltecimiento (según Schiller o Arnold) o el de distinción o jerarquización de clases (según Bourdieu) que ofrecía en sus acepciones tradicionales, o su más reciente antropologización como estilo de vida integral

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(Williams) conforme a la cual se reconoce que la cultura de cada uno tiene valor— tal vez sea más conveniente abordar el tema de la cultura en nuestra época, caracterizada por la rápida globalización, considerándola como un recurso”. (Yúdice, 2002:23)

Desde esta perspectiva, la cultura trasciende las conceptualizaciones antropológicas, masivas o enaltecidas, para convertirse en un recurso que posibilita transformaciones o reconversiones cuyo valor no tiene que ver tanto con lo estético sino que está dado mayormente por su utilidad o por su capacidad para convertirse en recurso. De esta manera la cultura puede ayudar en la generación de empleo (industrias culturales o creativas), en el ordenamiento urbano (revitalización del patrimonio), o en la defensa de grupos minoritarios y/o excluidos (políticas del multiculturalismo o la diversidad). Esta última idea será reforzada por Renato Ortiz, quien entiende que nuestra época es especialmente fértil para la relación entre cultura y desarrollo y que esta relación es decisiva toda vez que la misma nos ayuda a universalizar valores locales y permitir el respeto por la diversidad. “El vínculo entre cultura y desarrollo, aunque no sea necesario, es decisivo. Esto es lo que nos permite trabajar en temas como la erradicación de la pobreza, la mejora de las condiciones de género, la incentivación del turismo, el respeto al medio ambiente. Más aún, en el contexto de la modernidad-mundo es donde se hace posible valorar las diferencias. Decir que las culturas son un “patrimonio de la humanidad” significa considerar la diversidad en tanto que un valor, si no “universal”, por lo menos extensivo a un amplio conjunto de individuos. “Todos” debemos cultivarlo y respetarlo (...) En esta operación semántica hay una premisa: lo diverso pasa a ser un bien común.” (Ortiz:2005)

Ahora bien, al considerar esta afirmación de Renato Ortiz citada anteriormente, puede caerse en el error de considerar sólo el aspecto beneficioso de considerar la “cultura como recurso” para la inclusión social y puede quedar invisibilizado otro aspecto de la “cultura como recurso” que tiene que ver exclusivamente con la acumulación económica. En este sentido puede citarse una reflexión de Ricardo Santillán Güemes quien hace mención de este aspecto particular: “El valor de la propuesta de Yúdice está en haber señalado la relevancia que adquirió el fenómeno mencionado en los últimos tiempos atravesados por los procesos de globalización y en haber dado cuenta de cómo “estalla” la esfera de la cultura en sentido estricto (el Sector Cultura) para pasar a ser operada de manera explícita (consciente, política), por agentes de otras esferas (la económica y la política). Esto tanto en función de producir transformaciones y más que nada consumos en el campo de “la cultura integral” (“cultura(s)”, formas y proyectos de vida, horizontes simbólicos) como de

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incrementar los réditos económicos y afirmar el “fundamentalismo” del mercado o, por el contrario, para impedirlo, resistirse o apropiarse de ciertos elementos en pos de concretar nuevos empoderamientos dentro de la sociedad civil con sus distintos niveles y modalidades. A mi modo de ver lo que Yúdice patentiza es el cómo, más que nada desde la faz tecno-económica se pasa a operar desde el campo de “lo cultural” en el campo de “la cultura integral” buscando imponer determinadas prácticas y significados cada vez con mayor precisión, violencia simbólica y tecnología” (Santillán Güemes, 2009:s/n)

Por otro lado, en esta afirmación citada, Santillán Güemes señala el acierto de Yúdice en explicitar cómo la cultura comienza ser operada desde las esferas política y económica, lo que que a grandes rasgos puede denominarse politización de la cultura. Pero también es posible leer este proceso en sentido inverso, es decir, cómo la esferas políticas y económicas son operadas por la esfera cultural. En este sentido es interesante retomar el trabajo de Albino Rubim, quien menciona un proceso determinante en nuestra cultura contemporánea: la “culturización de la política”. “Aos tradicionais temas da política moderna tais como: Estado; governos (executivo, legislativo e judiciário); monopólio da violência legal; direitos civis; liberalismo econômico etc. a partir do século XX são agregadas novas demandas político- sociais, muitas delas de teor cultural. Ecologia; gênero; orientação sexual; modos de vida; estilos de sociabilidade; comportamentos; desigualdades societárias; diferenças étnicas, religiosas e nacionais; diversidade cultural; valores sociais distintos etc são temáticas incorporadas ao dia-a-dia da política, passam a compor os programas dos partidos políticos e afazer parte das políticas governamentais, sendo, simultaneamente, reivindicados pelos movimentos sociais e pela sociedade civil. Enfim, são agendas introduzidas, de modo crescente e substantivo, no universo da política.” (Rubim, 2011:61)

Esta culturización de la política posibilita, en gran medida, la implementación de políticas culturales para la inclusión social y el desarrollo, que a su vez, ayudan a consolidar una nueva cultura política basada en la construcción de una ciudadanía cultural5. “A ideia de cidadania cultural, por sua vez, busca articular política e cultura de modo satisfatório e não traumático, pois tristes enlaces históricos de politização excessiva ou despolitização completa da cultura não podem ser, em nenhuma hipótese, olvidados e repetidos. Articular política e cultura deve supor o reconhecimento de suas diversidades; de suas singulares dinâmicas; de suas inúmeras interfaces, além da complexidade de tal projeto” (Rubim, 2011:76) 5

La idea de Ciudadanía Cultural fue trabajada entre otros por la filósofa brasileña Marilena Chauí a partir de su paso por la gestión de la Secretaría de Cultura de la ciudad de San Pablo durante el primer gobierno del PT en 1989. Dicha gestión es sistematizada en un artículo que da nombre al libro homónimo publicado en 2006 en Brasil y recientemente traducido al español por la editorial RGC libros

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La Idea de ciudadanía cultural no puede desprenderse, como se puede leer en esta cita, del reconocimiento de las diversidades, lo que lleva a pensar que no se trata de un programa estatal que viene a imponerse entre los ciudadanos, sino que se establece en base a las diversidades preexistentes. Para finalizar, es pertinente señalar que la idea de ciudadanía cultural solo puede ser considerada en un marco de políticas culturales que estén basadas en el paradigma de democracia cultural (García Canclini, 1987), ya que, según García Canclini, solo a partir de políticas culturales de reconocimiento del multiculturalismo y de la totalidad de la población en la vida cultural es posible la plena vigencia de los derechos culturales

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CAPITULO II Programas de apoyo a organizaciones culturales comunitarias desarrollados por la Argentina y el Brasil durante el período 2004-2010

1. El caso argentino El período de gobierno encabezado por Néstor Kirchner y continuado por Cristina Fernández de Kirchner ha demostrado valorizar sustantivamente las políticas públicas en cultura, tanto como garantía para el respeto de los derechos culturales y la diversidad, que como recurso para la inclusión social y

la garantía de igualdad. En este sentido, los programas de apoyo a las

organizaciones culturales han crecido exponencialmente durante este período, que en la continuidad del proyecto de gobierno, ha sido conducido por tres Secretarios: el breve período de Torcuato Di Tella; la gestión encabezada por José Nun; y la gestión que actualmente sigue conduciendo el cineasta Jorge Coscia. a- Creación de la Unidad de Programas y Proyectos Especiales En el año 2005 se crea en el ámbito de la Secretaria de Cultura de la Nación, durante la gestión a cargo del Dr. José Nun, la Unidad de Programas y Proyectos Especiales (UPPE). Esta nueva área, enmarcada en el ámbito de la Unidad Secretario, nace con el objetivo de promover la democratización de la producción y el acceso a la oferta cultural y, de esta manera, impulsar la inclusión social a través de la participación colectiva y la revalorización de las distintas identidades culturales. A través de seis líneas de acción - Barrios, Juventud, Colectividades, Pueblos Originarios, Movimiento Obrero y Derechos Humanos - los programas implementados por la UPPE se propusieron fortalecer a “aquellos actores sociales que presentan distintos grados de vulnerabilidad social, invisibilidad cultural y escasa valoración, repercusión y difusión de sus producciones6”. Es en este marco que se crea el Programa Cultural de Desarrollo Comunitario (PCDC) a partir del cual se entregaron subsidios a organizaciones sociales para el desarrollo y el fortalecimiento de diversos proyectos culturales, la mayoría de ellos transversales a las líneas de acción propuestas dentro de la UPPE. El PCDC realizó cuatro convocatorias entre los años 2005 y 2008, entregando más de 3.000.000 de pesos en subsidios. 6

Fuente Guía de la Secretaría de Cultura de la Nación, 2006

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La creación de la UPPE y de los programas que se implementan a través de ésta, responde a la necesidad de reconfiguración de las políticas culturales ejecutadas por la Secretaría de Cultura de la Nación, que a partir de la nueva gestión intentarán aumentar su grado de amplitud e impacto. A este respecto es interesante señalar la delimitación sobre el concepto de cultura que realiza el propio Secretario en la apertura del Primer Congreso Argentino de Cultura realizado en el año 2006. “En este tiempo hemos introducido cambios a los que luego me referiré en eso que llamé el núcleo duro de la noción de cultura, que por supuesto sigue siendo también una prioridad central (aunque no exclusiva) de nuestra gestión. Esos cambios suponen una visión mucho más amplia de la noción de cultura. Si tuviera que condensarlo en una frase, diría que hemos intentado incansablemente – y lo seguimos haciendo – que a las Bellas Artes se les sumara el arte de vivir, que concibiese a la cultura como una segunda naturaleza, como los comportamientos, como las prácticas, como las costumbres, como las tradiciones, como los diversos sentidos comunes que presiden nuestras maneras de percibir la realidad, nuestras formas de vivir juntos.” (SCN, 2006:29)

De esta manera, el Secretario presenta el marco para la redefinición de las políticas públicas llevadas adelante por su cartera. Ya no se tratará solamente de generar planes y programas orientados a las artes o la conservación del patrimonio, sino que se generarán, desde esta concepción ampliada de cultura, políticas culturales específicamente direccionadas a la construcción de ciudadanía y a la inclusión social. Al respecto puede citarse nuevamente a Nun en una entrevista realizada por el diario La Nación el 16 de enero de 2005. “Yo ensayaría una definición muy general, que delimita dos grandes esferas, en las que la gestión transitará. La cultura no es otra cosa que el proceso de construcción social de la realidad, que sedimenta en valores, en símbolos, en rituales, en mitos, en estilos de vida, en instituciones, en prácticas, y que genera, a la vez, expresiones artísticas e intelectuales de índole muy diversa. Entonces, hay dos tipos generales de intervención que yo haré: una es contribuir desde la Secretaría a la construcción de ciudadanía y la otra tiene que ver con la inclusión social”

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b- Programa Cultural de Desarrollo Comunitario El PCDC fue creado, mediante la Resolución del Secretario de Cultura N° 1653, del año 2005. El mismo consistía en la transferencia de recursos económicos por medio de subsidios a organizaciones sociales que contaran con personería jurídica y presentaran proyectos socioculturales orientados a la inclusión social y la democratización en la producción y acceso de 7

http://www.lanacion.com.ar/671468-jose-nun-hay-que-construir-ciudadania consultado el 7-09-2013

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bienes culturales. También podían presentar proyectos organizaciones de base asociadas a alguna organización con personería jurídica que se hiciese responsable por los fondos recibidos y por las contrapartes8 financieras establecidas en la firma del convenio entre las SCN y las organizaciones. El PCDC contemplaba cuatro líneas de subsidios que preveían subsidios entre $10.000 y $15.000 y que a su vez definen los sujetos a quienes van dirigidos: -Emprendimientos Comunitarios y/o Asociativos (eventos culturales; emprendimientos de base cultural ligados a la preservación, fomento y preservación del patrimonio; emprendimientos de base cultural orientados a la creación, reconstrucción o mantenimiento de centros culturales comunitarios; Emprendimientos culturales de formación y expresión artística; Emprendimientos de carácter pedagógico destinados a favorecer la capacitación y adquisición de nuevos recursos y conocimientos técnicos por parte de agentes multiplicadores; emprendimientos de carácter informativo destinados a alentar el pleno ejercicio de la libertad de expresión y a superar la desigualdad informativa) -Emprendimientos Línea Joven (Emprendimientos artísticos o culturales impulsados por jóvenes artistas o artífices culturales, que sean miembros de una organización comunitaria y sean menores de 30 años) –Emprendimientos Línea Adultos Mayores (Emprendimientos de carácter recreativo, artístico o pedagógico generados por adultos mayores o que estimulen la participación activa de ellos) -Emprendimientos Productivos Culturales (Emprendimientos destinados a la producción de bienes culturales que provengan de la actividad asociativa de una comunidad, que tengan como objetivo fortalecer la identidad regional y cuya inclusión en el mercado no esté garantizada por el circuito habitual de intercambio comercial de bienes). En todas las líneas se enunciaba la importancia de que los proyectos estén emplazados o atiendan a la población en situación de vulnerabilidad social. Sin embargo, este tópico no aparece explicitado en las bases y condiciones. La evaluación y selección de los proyectos era realizada por una comisión evaluadora ad hoc, compuesta por los integrantes de la UPPE y los Directores Nacionales en los proyectos de competencia de sus áreas. Para la misma se confeccionó una 8

Esta contraparte se encuentra establecida por Ley Complementaria de Presupuesto Nº 11.672, en su Título I, Capítulo I, Artículo 1º: “Ningún subsidio del presupuesto, será pagado a la institución beneficiaria sin establecer previamente su existencia y funcionamiento regular y si no se comprueba contribuir con el VEINTICINCO POR CIENTO (25%) por lo menos de recursos propios, ajenos al subsidio del ESTADO FEDERAL a la atención de sus gastos.”

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matriz de uso interno que otorgaba puntaje según las siguientes categorías: los objetivos y alcances de la actividad proyectada en el marco de la política cultural nacional; su impacto sociocultural, la consistencia y factibilidad del proyecto; que el mismo de respuestas a demandas culturales insatisfechas; etc. También la matriz estaba preparada para realizar un análisis cualitativo de las actividades realizadas en el último año (o en años anteriores) por las entidades solicitantes tomando en cuenta su reconocimiento institucional y la trayectoria de quienes impulsan el proyecto. Como resultado de la primera convocatoria en el año 2005, el PCDC recibió 812 propuestas de parte de 683 organizaciones. De las mismas fueron elegidos 68 proyectos por un monto total de $ 811.144. En la convocatoria correspondiente al año 2006 se incorporó una nueva línea orientada a las comunidades indígenas, en tanto que la cantidad de proyectos aprobados ascendió a 70 y el monto devengado en subsidios a $ 824.811. En la convocatoria del año 2007 se observa una sensible disminución de la capacidad del PCDC ya que el total de proyectos aprobados descendió a 43 y el monto devengado fue de $ 499.930. Para la convocatoria del año 2008 el PCDC volvió a ganar volumen y fueron aprobados 108 proyectos, devengándose un monto total de $ 1.472.517 9 El PCDC no sufrió modificaciones en todos los años de su implementación, manteniendo las mismas líneas, categorías y montos máximos. La única excepción fue la incorporación de la línea de subsidios para comunidades indígenas, producida por la creación del Programa de Promoción a las Culturas Indígenas (PPCI) que fue aprobada por la Resolución SCN 1579/06. Pero el resultado más importante que logró el PCDC fue la consolidación de una política pública de cultura comunitaria a partir de la generación de instrumentos jurídico-administrativos específicos. El 8 de septiembre de 2008 fue publicada en el Boletín Oficial la Resolución SCN 2329/08, cuyo objetivo fue democratizar y transparentar los actos administrativos para la entrega de subsidios. Esta normativa propuso unificar los criterios para el otorgamiento de los subsidios y además incorporó algunas modificaciones sustanciales con respecto a los requisitos que se les exigía a las organizaciones sociales solicitantes. Estas modificaciones se realizaron principalmente en relación a las exigencias de contrapartida planteadas desde Ley Complementaria de Presupuesto. A partir de esta resolución las organizaciones podrían presentar proyectos sin la necesidad de “liquidez” monetaria ya que el Estado podría validar el aporte requerido por la Ley a partir de sus propios recursos tecnológicos, insumos, infraestructura o la participación de sus profesionales y/o

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fuente www.cultura.gob.ar

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especialistas. Además, la resolución aprobó la reglamentación para que personas físicas pudieran recibir subsidios. De esta manera se abrió la posibilidad a que organizaciones de base, sin personería jurídica, pudieran presentar proyectos de hasta $ 5.000 sin la obligatoriedad de presentar alguna organización que les “prestase” su personería. La aparición de esta reglamentación significó un importante reconocimiento por parte de la administración pública a las organizaciones culturales comunitarias y permitió vislumbrar un horizonte de previsibilidad y transparencia en los concursos, contribuyendo de esta manera a la democratización para la participación en los programas de apoyo de la SCN. Paradójicamente estos cambios no pudieron aplicarse hasta el año 2010, ya que durante el año 2009, debido al cambio de autoridades en la Secretaría de Cultura de Presidencia de la Nación, no se realizó ninguna convocatoria del PCDC. c- Programa de Subsidios al Desarrollo Sociocomunitario El 8 de julio de 2009 asume como Secretario de Cultura de la Nación el cineasta Jorge Coscia. Si la gestión de su antecesor tuvo como eje la construcción de ciudadanía y la inclusión social, la gestión del nuevo secretario estaría signada por un importante vuelco hacia la participación política. Este posicionamiento será explicitado con contundencia a pocos días de su nombramiento, en el discurso brindado en ocasión de la presentación de su gabinete, cuyo siguiente fragmento fue publicado el 29 de julio de 2009 por el diario Página 12. “La cultura es esencial en la construcción de un proyecto nacional. Los países son tan grandes como su proyecto cultural. La cultura y la política cultural deben formar parte de la construcción de un proyecto nacional que no deje a la cultura como una cuestión accesoria. De ahí que creo profundamente que hay que politizar la cultura y culturizar la política; de esta dialéctica se nutre una concepción que pone a la cultura en la proa del proyecto político del cual formo parte”

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La gestión de Coscia sostuvo los principales proyectos que se venían desarrollando pero su aplicación estuvo conducida con un criterio de construcción política en pos del fortalecimiento de un proyecto nacional y latinoamericano. En este sentido se desarrollaron algunos ajustes en los programas dependientes de la Unidad Secretario que llevaron a que sea reemplazado el PCDC por un programa más amplio, organizado bajo la reglamentación de la Resolución SCN N° 2329/08 mencionada anteriormente.

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http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/espectaculos/2-14731-2009-07-29.html consultado el 7-09-2013

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El 2 de junio de 2010 fue creado el Programa de Subsidios al Desarrollo Sociocomunitario (PSDSC) por la Resolución SCN N° 1652/10. Esta norma deja sin efecto los programas anteriores, incluyendo al PPCI, ya que el nuevo programa incluye a las comunidades indígenas dentro de su propuesta. Pero además, esta nueva herramienta jurídico-administrativa, revela también el reposicionamiento de la SCN ya que, y con una notable diferencia con la resolución que crea el PCDC, incorpora en sus considerandos gran parte de las definiciones políticas planteadas por el Secretario de Cultura. En este sentido es interesante observar cómo la nueva resolución sostiene sin modificaciones al considerando que define el sujeto con quién articulara el programa: “Que el sector de las organizaciones sociales se ha constituido en un actor destacado en la implementación de proyectos sociales dado su capacidad de inserción territorial, su flexibilidad a la hora de planificar e implementar y por sobre todo, su lógica de acción centrada en los valores de la solidaridad, la equidad y la justicia social, que las erigen en las instituciones acordes para el desarrollo de programas de estas características.”

Aunque si son agregadas definiciones que clarificaran el recorte desde donde se realizará, es decir se han agregado los considerandos que contemplan la incorporación de las comunidades indígenas y la democratización y la ampliación de derechos para la participación de organizaciones sin personería jurídica. “Que las políticas de reconocimiento y valoración de las culturas indígenas deben tener un capítulo orientado al fortalecimiento de dichas comunidades, en tanto son ámbitos de regeneración / renegociación de las identidades y de transmisión de las creencias, costumbres, lenguas y demás características, propias de cada pueblo originario.” “Que por ende es necesario que el Estado apoye los procesos de organización interna de las comunidades y fomente su capacidad de gestión autónoma de aquellos proyectos que promuevan el reconocimiento y respeto de la diversidad.” “Que las organizaciones que se emplazan en zonas de alta vulnerabilidad social pocas veces cuentan con personería jurídica por la falta de capacidad técnica y el escaso acceso a recursos.” “Que dichas organizaciones son las que más necesitan del apoyo del Estado para poder funcionar y mejorar sus proyectos dentro de las comunidades en las cuales se emplazan.” “Que una política de redistribución de recursos justa y equitativa requiere orientar los subsidios hacia aquellas organizaciones que no suelen recibirlos.”

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“Que la realización de una política de democratización de la cultura implica generar mecanismos tendientes a apoyar los proyectos de las organizaciones sociales con menor acceso a recursos, teniendo en cuenta su conformación y posibilidades de regularización jurídica.”11

Las acciones del programa fueron divididas en cuatro líneas de subsidios: Desarrollo Comunitario; Comunidades Indígenas; Apoyo a Organizaciones de Base y Gestores Culturales para la Infancia. Esta última línea específica fue incluida para un proyecto particular de articulación entre la SCN y la Fundación ARCOR, por medio de la cual podían ser financiados proyectos presentados por gestores culturales y organizaciones sociales que hubieran participado de los seminarios dictados por el programa de Cultura e infancia. Como los fondos para el financiamiento de proyectos eran aportados por la fundación Arcor, la continuidad de esta línea estuvo marcada por la revalidación de la articulación y no formó parte de la convocatoria a proyectos lanzada por la SCN en 2010. El mismo mes de su creación y mediante la Resolución SCN N° 2212/10 fue publicada la primera y única convocatoria del PSDSC incluyendo las líneas para organizaciones con personería jurídica, las comunidades indígenas y las organizaciones de base sin personería jurídica. La misma preveía una asignación de hasta $ 1.300.000 para la entrega de subsidios. a) — Línea Desarrollo Comunitario 1. Emprendimientos producidos por organizaciones cuyas acciones estén orientadas a: fortalecer el trabajo asociativo, crear, reconstruir y/o mantener espacios participativos (por ejemplo: centros culturales comunitarios, espacios de producción colectiva); facilitar el acceso y/o fomentar el consumo y producción de los distintos bienes artísticos (talleres de arte, programas de espectáculos, ciclos de cine, entre otros); favorecer la capacitación y adquisición de nuevos recursos y conocimientos por parte de agentes multiplicadores locales (intercambio de experiencias, congresos, jornadas, seminarios, entre algunos); 2. Emprendimientos impulsados por jóvenes artistas o artífices culturales, que sean miembros de una organización comunitaria y sean menores de 30 años; que fomenten la participación ciudadana, la proyección en la comunidad y/o el fortalecimiento de la identidad local. 3. Emprendimientos impulsados por grupos de colectividades cuyo fin sea la inclusión social y la revalorización de su cultura. 4. Emprendimientos de carácter audiovisual destinados a alentar el pleno ejercicio de la libertad de expresión y a superar la desigualdad informativa, a través de la producción y difusión de información 11

http://www.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/165000-169999/168128/norma.htm consultado el 709-2013

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referida a temas y actores sociales que tienen escaso tratamiento público, o sobre los cuales se propone una perspectiva diversa, o que se difunde en sectores marginados de los circuitos convencionales (por ejemplo: radios, cortos, documentales, agencias de noticias). Destinatarios: Organizaciones Sociales con personería jurídica otorgada por la Inspección General de Justicia y Direcciones Provinciales de Personería Jurídica correspondientes (para asociaciones civiles y fundaciones) o por el INAES (para cooperativas y mutuales). Monto Máximo: Pesos veinticinco mil ($ 25000) b) — Línea Comunidades Indígenas Emprendimientos producidos por comunidades indígenas orientados a: 1. Fomentar la diversidad cultural: difundir, rescatar, mantener y revalorizar las tradiciones, costumbres, lenguas, artes, creencias y formas de organización de los distintos pueblos indígenas del país. 2. Promover la formación para el desarrollo: formar y capacitar a los miembros de las comunidades indígenas en cualquier arte, oficio o ciencia que promueva el desarrollo comunitario. Destinatarios: Comunidades Indígenas con personería jurídica nacional o provincial y Comunidades Indígenas con personería jurídica inscriptas en los organismos provinciales pertinentes como asociaciones civiles. Monto Máximo: Pesos veinticinco mil ($ 25000) c) — Línea de Apoyo a Organizaciones de Base (sin personería jurídica) Emprendimientos producidos por pequeñas organizaciones que residen en territorios de alta vulnerabilidad social (villas, asentamientos, barrios obreros, zonas rurales) y que necesitan equipamiento e insumos para realizar proyectos socioculturales que dejen instalados recursos y capacidades para la producción autónoma de bienes demandados por la comunidad de la cual forman parte. Destinatarios: Organizaciones Sociales que no tengan personería jurídica, demostrando su existencia real, a través de personas físicas. Monto Máximo: Pesos cinco mil ($ 5000)

Como se mencionara anteriormente, el PSDSC sólo tuvo una convocatoria en la cual fueron presentados más de 500 proyectos, de los cuales, 172 fueron presentados por 165 diferentes organizaciones de base sin personería jurídica. Del total fueron seleccionados 40 proyectos de desarrollo comunitario; 5 proyectos de comunidades indígenas y 28 proyectos de apoyo a organizaciones de base. Un dato importante a destacar es que a pesar de la flexibilización y la 21

nueva reglamentación para incluir a las organizaciones sin personería jurídica, de los 28 proyectos seleccionados, por diversos motivos jurídico-administrativos, solo 14 pudieron efectivizar el cobro del subsidio. Al año siguiente el PSDSC será reemplazado por el Programa Puntos de Cultura que, a partir de las experiencia de los años anteriores más la experiencia recogida del programa Cultura Viva de Brasil, incorporará los conceptos de participación y construcción de redes como objetivo principal.

2. El caso Brasileño El 1 de enero de 2003 asumía la presidencia de la República Federativa de Brasil Ignacio “Lula” Da Silva. La gestión “Lula” se caracterizó por lograr que millones de personas salieran de la pobreza estructural y comenzaran a transitar un camino de reparación de derechos para lograr su plena inclusión social. Durante su período de gobierno las políticas culturales fueron consideradas como motor para estos procesos de inclusión social. En este sentido, los programas de apoyo a la cultura comunitaria, junto con la democratización de la comunicación, fueron la insignia de la gestión del el músico y compositor Gilberto Gil, quien fue elegido como Ministro de Cultura por “Lula”: En su discurso de asunción, Gilberto Gil posiciona el concepto de cultura ampliado y abarcativo desde el cuál conducirá su gestión y también define el posicionamiento político del ministerio, con una propuesta de un Estado fuerte y activo como promotor, lo que presupone una ampliación del sujeto destinatario de las políticas culturales. A partir de ese momento las políticas públicas desarrolladas por el Ministerio de Cultura pasarán a ser para todo el pueblo brasileño. “Cultura como tudo aquilo que, no uso de qualquer coisa, se manifesta para além do mero valor de uso. Cultura como aquilo que, em cada objeto que produzimos, transcende o meramente técnico. Cultura como usina de símbolos de um povo. Cultura como conjunto de signos de cada comunidade e de toda a nação. Cultura como o sentido de nossos atos, a soma de nossos gestos, o senso de nossos jeitos (...) Tenho, então, de fazer a ressalva: não cabe ao Estado fazer cultura, a não ser num sentido muito específico e inevitável. No sentido de que formular políticas públicas para a cultura é, também, produzir cultura. No sentido de que toda política cultural faz parte da cultura política de uma sociedade e de um povo, num determinado momento de sua existência. No sentido de que toda política cultural não pode deixar nunca de expressar aspectos essenciais da cultura desse mesmo povo. Mas, também, no sentido de que é preciso intervir. Não segundo a cartilha do velho modelo estatizante, mas para clarear caminhos, abrir clareiras, estimular, abrigar. Para fazer uma espécie de "do-in" antropológico, massageando pontos vitais, mas momentaneamente desprezados ou adormecidos, do corpo cultural do país. Enfim, para avivar o velho e atiçar o novo. Porque a cultura

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brasileira não pode ser pensada fora desse jogo, dessa dialética permanente entre a tradição e a invenção, numa encruzilhada de matrizes milenares e informações e tecnologias de ponta.”12

Este posicionamiento marca un cambio de paradigma en la elaboración de las políticas culturales en el Brasil, ya que, a partir del mismo se ha optado por enfrentar, como señala Albino Rubim, las “tres tristes tradiciones de las políticas culturales brasileñas: ausencias, autoritarismos e inestabilidades” (Rubim,2007). Un dato a señalar en este aspecto es la elección como Ministro de Cultura, en 2008, de Juca Ferrerira, quien hasta entonces se desempeñaba como Secretario Ejecutivo del Ministerio. De esta manera se fortaleció la continuidad de estas políticas culturales de integración, inclusión social y respeto por la diversidad cultural. Una de las principales políticas públicas desarrolladas por esta gestión fue el programa Cultura Viva, cuyo componente central son los Puntos de Cultura.

a- Programa Cultura Viva En el año 2004 fue creado el Programa Cultura Viva (PCV) de Cultura, Educación y Ciudadanía, en el ámbito de la Secretaría de Programas y Proyectos Culturales del Ministerio de Cultura. Sus principales objetivos estuvieron planteados en torno a la democratización del acceso al disfrute y a la producción de bienes culturales, junto con la valorización de las producciones comunitarias, mediante el estímulo, el fomento y fortalecimiento de los proyectos culturales ya existentes. El componente principal del PCV fueron los Pontos de Cultura, que es la denominación que comienzan a recibir las organizaciones de la sociedad civil luego de ser seleccionadas por editais – concursos – públicos y firmar un convenio con el Ministerio de Cultura. A través del mismo, los Pontos de Cultura reciben un subsidio de R$ 180.000 para el desarrollo de su proyecto cultural, dividido en tres parcelas anuales. Este subsidio puede ser utilizado tanto para la compra de equipamiento y materiales, como para la ampliación o reformas de instalaciones, también para la producción de espectáculos ó eventos; y en la contratación de profesionales para cursos y talleres. Cómo el programa contempla una gran diversidad de Pontos de Cultura es también muy grande la diversidad de necesidades para su desarrollo. Solo hay un único elemento común a todos ellos: la obligación de comprar, con el primer desembolso, equipos para el armado de una isla de edición multimedia, con cámara digital y mesa de sonido, todo bajo software libre. De esta manera todos los Pontos pueden generar producción para circular en la red que ellos mismos conforman.

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http://www2.cultura.gov.br/site/2003/01/02/discurso-do-ministro-gilberto-gil-na-solenidade-detransmissao-do-cargo/ consultado el 7-09-2013

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El requisito necesario para que estas organizaciones pudieran presentarse era poseer personería jurídica y tener dos años comprobables de trabajo en la temática o territorio donde se inscribían – debido a esta restricción el PCV lanzará premios especiales para personas físicas en sus sucesivas convocatorias -. La selección de Pontos de Cultura privilegiaba las propuestas presentadas en territorios y/o públicos con índices de vulnerabilidad social y baja renta, aunque esta selección nunca fue excluyente. La idea rectora del PCV tiene que ver con el empoderamiento, la autonomía y el protagonismo social y el principal objetivo del programa es que a partir del reconocimiento como Pontos de Cultura de experiencias culturales comunitarias ya existentes, el Estado pueda contribuir en su fortalecimiento. Por eso se privilegia la autodeterminación a la hora de la planificación y programación de las acciones de sus proyectos, de modo que se pueda acompañar el trabajo de las organizaciones sociales a partir de la transferencia de recursos económicos y tecnológicos y de capacitaciones específicas, pero también y especialmente, a partir de la conformación y el sostenimiento de redes - locales, regionales y nacionales-, en las cuales estas experiencias culturales pudieran encontrarse y retroalimentarse. La consolidación de estas redes posibilitó la generación de un sólido entramado que, a partir de sus acciones, ayudó a democratizar la producción y el acceso a los bienes culturales, contribuyendo además al desarrollo de las comunidades, preservando su diversidad y riqueza cultural. En palabras del creador del PCV y ex Secretario de Ciudadanía Cultural de Brasil, Célio Turino: “Punto de Cultura es un concepto de política pública. Son organizaciones culturales de la sociedad que ganan fuerza y reconocimiento institucional al establecer una asociación, un pacto con el Estado. Aquí hay una sutil distinción: el Punto de Cultura no puede ser para las personas, y sí de las personas; un organizador de la cultura a nivel local, actuando como un punto de recepción e irradiación de la cultura. Como un eslabón de la articulación en red, el Punto de Cultura no es un equipamiento cultural del Gobierno ni del servicio. Su foco no está en la carencia, en la ausencia de bienes y servicios, y sí en la potencia, en la capacidad de actuar de las personas y los grupos. Punto de Cultura es cultura en proceso, desarrollada con autonomía y protagonismo social.(…) La aplicación del concepto de gestión compartida y transformadora para los Puntos de Cultura tiene como objetivo establecer nuevos parámetros de gestión y democracia entre Estado y sociedad. En lugar de imponer una programación cultural o llamar a los grupos culturales para decir lo que quieren (o necesitan), les preguntamos cómo lo quieren. En vez de entender la cultura como producto, se la reconoce como proceso. Este nuevo concepto se expresó con la convocatoria de 2004, para la selección de los primeros Puntos de Cultura. Invertimos la forma de abordaje de los grupos sociales: el Ministerio de Cultura dijo cuanto podía ofrecer y los proponentes definían, a partir de su punto de vista y de sus

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necesidades, cómo aplicarían los recursos. En algunas propuestas la inversión mayor apunta a la adecuación física del espacio, en otras, a la compra de equipos o, como en la mayoría, a la realización de talleres y actividades continuadas. El único elemento común a todos es el estudio multimedia, que permite grabar canciones, producir audiovisuales y subir toda la producción a Internet.” (Turino, 2013:69)

Un impacto derivado de la incorporación de un Ponto de Cultura a la red tiene que ver con el empoderamiento de nuevos actores en el entramado socio-político de la comunidad, lo cual produce cambios importantes en el ejercicio de los derechos culturales. En este sentido Eliane Costa menciona que: “(…) os Pontos de Cultura selecionados tornam-se responsáveis por articular e impulsionar ações em suas comunidades, passando a receber recursos diretos do Fundo Nacional de Cultura – da ordem de R$ 5 mil por mês, por três anos. Embora não se trate de uma alta quantia, ao estabelecerem a parceria com o Estado, as iniciativas selecionadas ganham, além do recurso financeiro, o reconhecimento institucional do Ministério e a chancela oficial como “Cultura” para a manifestação que ali é desenvolvida, o que, em muitos casos, é fundamental para o reconhecimento de sua credibilidade e legitimidade, pela sociedade e pelos poderes públicos locais.” (Costa, 2011:76)

Un ejemplo importante es el caso de las radios comunitarias, quienes a partir del reconocimiento del Ministerio de Cultura logran empoderarse frente a otros poderes del Estado, ya que el Brasil tiene vigente una ley de medios excluyente que no contempla derechos para la comunicación comunitaria. Al respecto Célio Turino relata una experiencia producida en el Estado de São Paulo “En la mayor favela de São Paulo, Heliópolis, la radio comunitaria desempeña un fuerte papel civilizatorio y es Punto de Cultura. A través de la radio, los habitantes de la favela lograron revertir índices de violencia, así como impulsaron un proceso para mejorar el ambiente en el que viven, sus casas y calles, alcanzando una nueva fachada a través de pinturas multicolores, además de una consistente biblioteca comunitaria. Los recursos para renovar el estudio y el equipo de transmisión de radio fueron adquiridos por el Punto de Cultura, es decir que con dinero del gobierno federal. Sin embargo (siempre hay piedras en el camino), la legislación que regula las radios comunitarias es bastante limitante y no se ajusta a la realidad viva de las comunidades que quieren expresarse legítimamente. Los procesos de concesión de radios comunitarias llevan años hasta que son autorizados, generando un desajuste entre la voluntad de las comunidades de romper con el monopolio de los medios y la legislación. En Heliópolis, como en muchos lugares, el pueblo se cansó de esperar y puso al aire la radio. La Policía Federal la clausuró y retuvo los equipos. Sin llegar a entender la esencia del proceso de transformación en curso, la actitud de la prensa fue denunciar el hecho de que los equipos habían sido comprados con recursos del Ministerio de Cultura, explotando las contradicciones

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al interior del gobierno. Por un lado, un ministerio potencializando la polifonía; por otro, instituciones de la misma república podando esas nuevas voces. Con la repercusión del cierre de la radio (y la evidencia de los buenos resultados obtenidos) fue posible recuperar los equipos y conseguir la concesión definitiva. Pero fue una lucha. Felizmente con un buen resultado: la comunidad de Heliópolis puede escucharse y hacerse oír” (Turino, 2013:26)

El PCV fue ampliándose con el correr de los años, incorporando además a la mayoría de Estados Federados en la ejecución y financiación de concursos para el reconocimiento de Pontos de Cultura. En el año 2010 existían casi 2500 puntos en 1112 municipios de todo el Brasil y cada uno de ellos envuelve en promedio a 11 personas en participación militante prácticamente diaria (sea trabajo profesionalizado o voluntario); a otras 300 personas que participan de actividades regulares (matriculadas en cursos, participando de actividades artísticas) o frecuentan el Punto al menos una vez por semana, aunque sea una visita a la Biblioteca o al Cineclub; y a estas se suman 3.000 personas que participan esporádicamente, llegando a mas de 8,2 millones de personas al año13. Componentes del Programa Cultura Viva Como se mencionara anteriormente, los Pontos de Cultura fueron el principal componente del PCV, pero no el único. Además existieron otros acciones complementarias de los Pontos, ya sea en la articulación de acciones temáticas en torno a la red, como los “Pontões” de cultura - destinado a las organizaciones de mayor envergadura capaces de vertebrar acciones de muchas organizaciones en torno a alguna temática: Cultura de Paz, Cultura Digital, Teatro Comunitario, etc - o como derivados de proyectos de otros Pontos, como los “Pontinhos” - líneas de concursos desarrolladas para organizaciones que trabajaran con cultura infancia surgidas en base al trabajo del Ponto de Cultura “Bola de Meia” del interior del Estado de Sao Paulo-. En este sentido Célio Turino menciona “Las acciones de Cultura Viva funcionan como usinas de fuerza, irrigando los Puntos con nuevos cuestionamientos e ideas. Un “tejer juntos” en una tela infinitamente compuesta a partir de puntos, antes aislados, que se perciben integrantes de algo más amplio. Así, el programa está siempre inacabado. “Donde hay vida hay incompletud”, decía Paulo Freire.” (Turino, 2013:92)

A continuación se transcribe una lista de los principales componentes del PCV, la misma incluye a aquellas acciones programáticas que se han sostenido a lo largo del tiempo o que han generado 13

IPEA (Instituto de Pesquisa Economica Aplicada), "Cultura Viva, avaliação do programa arte educação e ciudadania", Brasilia (2010)

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un impacto mayor, transformándose en programas más amplios. Fuera de esta presentación quedarán otras acciones de articulación con otros ministerios como la acción Agente Cultura VIVA y Escola VIVA entre otros por su escasa trascendencia en el desarrollo del programa. Cultura Digital Otro de los pilares de la gestión de Gilberto Gil al frente del Ministerio de Cultura fue el desarrollo de la articulación con el movimiento de cultura digital y la incorporación del nuevo paradigma de software libre14 y de construcción colaborativa del conocimiento en la construcción de políticas públicas de cultura. En el año 2004 Gil declaraba en el aula magna de la Universidad de Sao Paulo: “Cultura digital é um conceito novo. Parte da ideia de que a revolução das tecnologias digitais é, em essência, cultural. O que está implicado aqui é que o uso de tecnologia digital muda os comportamentos. O uso pleno da Internet e do software livre cria fantásticas possibilidades de democratizar os acessos à informação e ao conhecimento, maximizar os potenciais dos bens e serviços culturais, amplificar os valores que formam o nosso repertório comum e, portanto, a nossa cultura, e potencializar também a produção cultural, criando inclusive novas formas de arte.”15

Para Eliane Costa, autora del libro Jangada Digital16, las políticas públicas de cultura digital impulsadas en esta etapa trascienden los objetivos de inclusión digital y la necesidad de infraestructura tecnológica para adentrarse en debates más profundos sobre la producción, circulación y consumo digital. “Diante do quadro de desigualdade que marca, tanto a sociedade contemporânea, quanto o ciberespaço, o MinC introduziu em suas políticas públicas, no período estudado, a questão dos direitos culturais e da diversidade, procurando fortalecer as oportunidades de acesso aos meios de produção de conteúdos culturais em mídia digital, habilitando, assim, a difusão desses arquivos pela internet. Dessa forma, o Ministério procurou dar centralidade, não à infraestrutura tecnológica, mas ao potencial de transformação suscitado pelos novos paradigmas de produção, circulação e consumo cultural. Estes ampliam as possibilidades de ressonância de expressões culturais cuja presença nos meios de comunicação de massa vem se mostrando limitada, incentivam práticas de compartilhamento, debate, articulação e trabalho colaborativo, e representam novas perspectivas para o acesso à informação e ao conhecimento.” (Costa, 2011:16) 14

Según la Free Software Foundation, el software libre se refiere a la libertad de los usuarios para ejecutar, copiar, distribuir, y estudiar el mismo, e incluso modificar el software y distribuirlo modificado. 15 http://www.gilbertogil.com.br/sec_texto.php?id=195...Cached consultado el 7-09-2013 16 Jangada Digital es un libro publicado en 2009 producto de la tesis de maestría de Eliane Costa. El mismo aborda el estudio de las políticas para la cultura digital desarrolladas por la gestión de Gilberto Gil en el Ministerio de Cultura de Brasil

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El Programa Cultura Viva fue el primer escenario para la constitución de una política pública de cultura digital. Esta línea de acción significó la creación de un sistema estándar para la compra de estudios multimedia compuestos de un kit con cámara de video, mesa de sonido, micrófonos y tres computadoras funcionando como isla de edición en software libre. A partir de la firma del convenio y la recepción de la primera cuota de recursos financieros, cada Ponto de Cultura debe invertir 20 mil reales para el armado de estos estudios. De esta manera, y a diferencia de otras formas de registro cultural conocidas, como los registros de viajantes o

los inventarios y

mapeamientos culturales más recientes, se garantiza la posibilidad de realización de un registro producido por los propios agentes culturales comunitarios. “Cada Punto de Cultura empoderándose de los medios para registrar y producir su cultura, con estudios libres dispersos por el país; con grupos culturales, en las periferias de las grandes ciudades, quilombos, aldeas indígenas y asentamientos rurales. Los medios de producción en las manos de los productores (cualquier semejanza con el pensamiento filosófico de Marx no es mera coincidencia). Películas y música producidas y distribuidas directamente por quienes hacen cultura. Todo narrado en primera persona, sin intermediación.” (Turino, 2013:96)

Además de la orientación en la compra del equipamiento, el Ministerio de Cultura organizó la alfabetización digital y de uso de nuevos medios a través de más de 40 encuentros de “conocimiento libre” organizados entre 2005 y 2007 (Costa, 2011:180) Pontões La acción de los Pontões fue creada en la segunda convocatoria de Pontos de Cultura. A diferencia de estos últimos, los Pontões son organizaciones que proponen acciones para la articulación, difusión y capacitación de la red. Los mismos proponen acciones para la articulación entre los Pontos ya existentes; para la difusión de las acciones de los Pontos y para las capacitaciones de organizaciones y agentes culturales. Su constitución se da en torno a áreas temáticas o geográficas. Estas organizaciones reciben un apoyo de 500 mil reales para el desarrollo de su estrategia de trabajo. “Para integrar e articular esses Pontos, lançou também, ainda em 2004, um edital de seleção de iniciativas identificadas como Pontões de Cultura. Estes, ao contrário dos Pontos, não focalizam comunidades locais: devem propor atividades mais amplas, articulando Pontos de Cultura existentes, difundindo as ações de cada um e dinamizando sua integração em rede, com recorte temático, de público, área de interesse, gestão ou território. Podem atuar, também, capacitando produtores, gestores, artistas e difundindo produtos gerados pelos Pontos de Cultura.” (COSTA,2011:182)

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Según los datos relevados por Eliane Costa, para 2010 existían 106 Pontões en todo Brasil. Los mismos eran de integrados por organizaciones de las más diversas estructuras y tamaños sus propuestas abarcaban las más diversas temáticas. De hecho muchos Pontos de Cultura al finalizar el primer convenio con el MINC fueron seleccionados como Pontões para desempeñarse en el área temática de su desarrollo, como por ejemplo sucedió con el Grupo de Teatro Comunitario de S ão Paulo “Pombas Urbanas” quien en el año 2009 se convirtió en Pontão de Teatro Comunitario. “Si el Punto de Cultura es la sedimentación de la red en el territorio, el Pontão de Cultura es el nudo que sustenta la red. Los Pontões son articuladores, capacitadores y difusores de la red, integran acciones y actúan en la esfera temática o territorial. Pueden abarcar tanto un lenguaje artístico (Pontão del Teatro del Oprimido, del Audiovisual), público (Juventud, Mujeres), área de interés (Cultura Digital, Arte y Reforma Agraria, Cultura de Paz), gestión o territorio. (…) Con los Pontões creamos otra forma de gestión y acompañamiento, la gestión intrarred, una forma de buscar los mecanismos de gestión en la propia red, sin agentes externos, contando con la capacidad y competencias de sus propios integrantes.” (Turino, 2013:109)

Pontinhos Los Pontinhos es la acción de política cultural para la infancia del PCV. Su nacimiento tiene que ver con un Ponto de Cultura del interior de Sao Paulo, Bola de Meia, cuya propuesta tenía que ver con recuperar espacios de juegos el armado de juegotecas comunitarias. Al igual que el Ponto de Cultura que hacíamos mención anteriormente, Bola de Meia se convirtió en Pontão de cultura e infancia, y a su vez los Pontinhos se convirtieron en acción programática del MINC. “El Pontinho es el locus, sea un espacio físico o un estado de espíritu, donde la cultura infantil se desenvuelve. No la cultura que el adulto le pasa al niño, sino la del propio ambiente infantil. La cultura en la que el niño de ocho años le enseña al de seis, y el de siete, al de cuatro; el primer paso para una conciencia grupal. Si el juego de los niños muchas veces representa la imitación de los adultos, su transmisión la hacen los propios niños y así se mantiene. ¿Hay prejuicios en esos juegos? Sin dudas. De todos modos, mejor “dejarlos hacer”, asegurar el espacio de plena libertad, creando ambientes de comprensión común y amistad. Dejemos que los niños jueguen y que descubran el mundo con sus juegos. Y juguemos con ellos. Punto.” (TURINO, 2013:106)

Para 2010 existían 215 pontinhos reconocidos en todo Brasil.

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Griô Esta acción surge también a partir del trabajo de uno de los Pontos de la red, Grãos de Luz y Griô, que actúa en el interior del estado de Bahía. Su propuesta de trabajo consiste en la reinvención de la Roda da Vida. Se trata de acciones para preservar los saberes y maestros de la cultura popular de las diversas expresiones culturales brasileñas. La acción propone la integración entre la escuela y el saber tradicional, para ello prevé el otorgamiento de becas para que jóvenes de los Pontos se formen con un maestro, un Griô y un aprendiz de Griô, quién será el responsable de la vinculación con la escuela y de sistematizar el proceso educacional transmitido por la oralidad. “Griô es un brasileñismo de griot, palabra francesa, también inventada, una construcción que los estudiantes del África subsahariana (Mali, Senegal) hicieron al irse a estudiar a Francia; esos estudiantes buscaban una palabra que les diera un sentido común a sus tradiciones, a las diferentes denominaciones que se les dieron a los genealogistas, juglares, músicos y narradores de historias. Los griôs andan de aldea en aldea manteniendo viva la línea de la cultura de sus pueblos. Son culturas de tradición oral, pero no por eso menos complejas y profundas que la cultura escrita.(…) En 2009 hay más de 600 griôs dispersos por todo Brasil. Y no sólo afrodescendientes, pues la aldea no restringe la acción a un único grupo étnico. Hay griôs indígenas, descendientes de europeos, caiçaras, asiáticos. Todo el saber popular integrado en una acción. Maestros de capoeira, cartomantes, bahianas de acarajé, constructores de juegos, parteras, curanderos, cantores, artesanos. Maestros que guardan nuestra historia de generación en generación. Y que deben ser recolocados en su papel, como tesoros vivos, pues “cada anciano que muere es una biblioteca que se quema” (maestro Hampáte Bâ). Eso es Ação Griô.” (Turino, 2013:103)

Teia La Teia es el nombre de la acción del PCV que refiere a los encuentros nacionales de los Pontos de Cultura, que tienen como objetivo consolidar la red de trabajo del PCV. Las mismas integran múltiples acciones como por ejemplo capacitaciones específicas y muestras de trabajo, pero también, y fundamentalmente, por organizar foros de trabajo por ejes temáticos. Cada Teia lleva un tema transversal de organización. La primera edición se realizó en el año 2006 el marco de la bienal de Sao Paulo, e incluyó a los proyectos de economía solidaría además de los Pontos, su tema fue “Cultura y Economía Solidaria”; en 2007 se realizó en Belo Horizonte y su tema fue a “Cultura y Educación”; en 2009 se realizó en Brasilia y su tema fue “Cultura y Derechos Humanos” en tanto que en 2010 se realizó en Fortaleza siendo su tema “Acciones – Conceptos y Práxis”. Dese el año 2009 comenzó a organizarse el Foro Nacional de Puntos de Cultura, que es una organización autónoma que comienza a organizar la “co-gestión” del PCV desde los mismo Pontos. 30

“La Teia como un momento de praxis cultural, cultural y política. No un encuentro formal, donde los delegados reciben sus condecoraciones, ni un seminario académico, con especialistas u oyentes, ni una muestra artística o un festival construido con curaduría. La Teia es una mezcla de todo eso, un tanto caótica, pero organizada. Un momento en que decimos: “Los caminos que nos señalaron hasta ahora no nos sirven. Queremos otros”. Un proceso sutil de cambio de mentalidades, que tiene como fuerte a la cultura. Teia: pueblo en movimiento, tejiendo su historia.” (Turino, 2013:113)

Políticas Culturales de Exportación La experiencia del caso brasileño, en especial a partir del PCV, ha sido fundamental a la hora de pensar e implementar en otros países de Latinoamérica políticas culturales de articulación con las organizaciones sociales. De hecho, actualmente los Puntos de Cultura brasileños se han visto multiplicados en políticas desarrolladas en Argentina, Perú, Colombia y Costa Rica. Este resultado ha sido posible gracias al importante fomento de esta política realizada por el gobierno brasileño, pero también y fundamentalmente, gracias al trabajo de militancia de las organizaciones sociales que participan del PCV, quienes a partir de la articulación a través de redes de trabajo con otras organizaciones han logrado visibilizar esta novedosa herramienta de gestión. Entre los logros institucionales que han sido la base para poder implementar los Puntos de Cultura en otros países pueden mencionarse el apoyo del Parlamento del Mercosur, el cual, a partir de la iniciativa de las organizaciones sociales reunidas en Red Latinoamericana de Arte y Transformación Social y la Articulación Latinoamericana de Cultura y Política17, aprobó por unanimidad una recomendación de aplicación de los Puntos de Cultura para los países miembro y el apoyo de los responsables reunidos en la cumbre de Ministros de Cultura de Iberoamérica desarrollada en el marco del II Congreso Iberoamericano de Cultura en São Paulo, quienes en el artículo 22 del documento firmado, plantean la necesidad de que la Secretaría General Iberoamericana (SEGIB) cree un programa basado en la experiencia de Puntos de Cultura del Brasil. El impacto del PCV tan trascendente que el VI Congreso Iberoamericano de Cultura que será realizado en Costa Rica en 2014 tendrá como eje “Las Culturas Vivas Comunitarias”.

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Actualmente estas y otras redes latinoamericanas y caribeñas se han unido para conformar la Plataforma Puente Cultura Viva Comunitaria que trabaja por la implantación de los Puntos de Cultura en todo el continente y para garantizar que los presupuestos nacionales en cultura incluyan como mínimo el 0,1 % para el financiamiento de la cultura comunitaria

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CAPÍTULO III Programa Puntos de Cultura – Secretaría de Cultura de Presidencia de la Nación En el año 2011, mediante la Resolución Nº 2641 del Secretario de Cultura de la Nación, es creado el Programa Puntos de Cultura. Los considerandos de esta resolución son muy parecidos a los de la que crea el PSDSC, salvo por la importante diferencia de que la creación del programa Puntos de Cultura no suple al PSDSC, sino que se desarrolla en el marco del mismo. En sus fundamentos, la resolución menciona las diversas políticas públicas realizadas por el gobierno nacional en pos de garantizar la inclusión social. En este sentido propone realizar acciones en el ámbito de la cultura que sean equivalentes al resto de las políticas sociales. También en los fundamentos se da cuenta de la necesidad de acompañar los procesos de integración regional y fortalecer la idea de construcción de “la Patria Grande”, por esta razón se propone desarrollar políticas culturales regionales, resaltando la importancia que han tenido los Puntos de Cultura como política pública del Ministerio de Cultura Brasileño. El programa “Puntos de Cultura” propone como objetivo general el fortalecimiento, mediante apoyo económico y técnico, del trabajo de las organizaciones sociales y comunidades indígenas que promuevan la inclusión social, la identidad local, la participación ciudadana y el desarrollo regional a través del arte y la cultura. Pero además define como objetivos específicos el formar una red para el intercambio y la cooperación, la creación de una herramienta de comunicación y la dotación de equipamientos multimediales para garantizar el registro y la producción de materiales que reflejen el trabajo de las organizaciones. Para cumplir con estos objetivos el diseño de la propuesta ha sido organizado en componentes. De esta manera la tradicional línea de apoyo económico es acompañada por otras acciones complementarias, como por ejemplo el otorgamiento de equipos, la realización de encuentros y capacitaciones y la vinculación con otros programas y organismos del Estado. A su vez, la línea de apoyo económico prevé la existencia de distintas categorías de Puntos de Cultura según su organización institucional y el tipo de proyecto que presentan, diferenciando con líneas propias además a las organizaciones de base y a las comunidades indígenas, previendo la entrega de subsidios de entre $ 7000 y $ 40.000 dependiendo de su categoría y proyecto. El programa, junto con la primera convocatoria de proyectos, fue lanzado el 16 de agosto de 2011 en un acto realizado en el teatro del Grupo Catalinas Sur en la Boca. La presentación fue realizada por el secretario de Cultura de la Nación, Jorge Coscia; el secretario de Cultura de la Pcia. de 32

Formosa y en ese momento presidente del Consejo Federal de Cultura, Freddy Jara; y el director y creador del Grupo Catalinas Sur, Adhemar Bianchi. En la misma, el Secretario de Cultura de la Nación realizó una definición política del proyecto “Somos parte de un proyecto cultural que no excluye. Los Puntos de Cultura parten de la premisa de tender la mano a las iniciativas y la creatividad ya existentes, darles la oportunidad de echar raíces y lograr que se genere una conciencia de pertenencia. Estamos abriendo espacios culturales que deben estar interconectados para poder lograr un proyecto común. Los Puntos de Cultura deben ser una expresión de defensa del acceso a la cultura como derecho humano universal”.18

La convocatoria para la presentación de proyectos fue realizada mediante la Resolución N° 3385/11 del Secretario de Cultura de la Nación y contemplaba un presupuesto de $ 2.000.000 para el financiamiento de los mismos. Las organizaciones participantes en las categorías con requisitos de personería jurídica deberán acreditar la misma documentación que era solicitada en los programas anteriores, con el beneficio de las modificaciones de la Resolución SCN 2329/08 en cuanto a aportes propios justificables mediante materiales y/o trabajo. La convocatoria estuvo abierta durante 30 días, hasta el 16 de septiembre de 2011, y fueron presentados poco más de 600 proyectos. De los mismos fueron seleccionados 98 por un total de $ 1.960.000. Acompañando la convocatoria el programa dispuso además de $ 1.000.000 para la compra de equipamientos y $ 1.000.000 para la realización de capacitaciones y formación. En este sentido, a fines de noviembre de 2011 se realizó el primer Encuentro Nacional de Puntos de Cultura donde fueron invitadas todas las organizaciones seleccionadas como Puntos de Cultura, pero también aquellas organizaciones que habían recibido subsidios por el Programa de Subsidios al Desarrollo Sociocultural, sumando entonces más de 200 organizaciones. En marzo del año 2012, en paralelo al inicio de los proyectos que habían podido efectivizar el cobro del apoyo, se produjo una novedad institucional que benefició la solidez y estructura del programa. Mediante el Decreto 316/12 la Presidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, designa a Alejandra Blanco, hasta entonces Jefa de Gabinete de la Secretaría de Cultura de la Nación, como Subsecretaría de Políticas Socioculturales. Este cambio jerarquiza el espacio institucional en donde se inscribe el Programa Puntos de Cultura ya que posibilita una mejor gestión de los recursos del mismo. Esta estructura organizativa se verá aún mas reforzada con la firma, en mayo de 2013, del Decreto 587/13 que oficializa la creación de la Dirección Nacional de

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http://www.cultura.gob.ar/noticias/2-encuentro-nacional-de-puntos-de-cultura/ consultado el 7-09-2013

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Participación y Organización Popular, de la cual dependerá el programa en adelante. De esta manera se ven superadas las debilidades históricas que tienen que ver con las coyunturas de gestión política a la hora de generar acciones orientadas hacia la inclusión social y hacia la participación comunitaria, tal como lo alerta Ricardo Santillán Güemes: “(…) últimamente se han creado unidades especiales de gestión que se dedican a algunas de las temáticas que enuncia: “desarrollo, exclusión, género, sexualidad, ecología, civismo”. Pero lo problemático es que ese tipo de experiencias, auspiciosas por cierto, suelen durar lo que dura la gestión política que las sostiene cumpliéndose lo que ya se dijo: que las políticas pasan pero los organigramas permanecen (o atrasan).(…) Esto debería complementarse con la inmediata e indefectible revisión, en el seno de las políticas públicas, de la cultura organizacional del Sector Cultura en “la era de la globalización” y el rediseño de la misma en función de que se torne en una protagonista más de los procesos de cambio y en la principal fuente de activación y articulación de los campos mencionados” (Santillán Güemes, 2009:s/n)

En este sentido, la modificación del organigrama de la Secretaría de Cultura de la Nación, incorporando unidades específicas de gestión para las políticas socioculturales y de participación popular garantiza un marco de estabilidad superior a la que puede alcanzarse solo con la creación de un programa. En el mes de julio de 2012, mediante la Resolución SCN Nº 3149/12, se lanzó la segunda convocatoria para presentación de proyectos, con un presupuesto de $ 3.000.000 para el financiamiento de los mismos. En este caso también se dispone de $ 2.000.000 para la compra de equipamiento y formación. En esta oportunidad se presentaron 687 proyectos entre los cuales fueron seleccionadas 139 organizaciones, elevando de esta manera a 237 la red de Puntos de Cultura. Otra novedad con respecto a la convocatoria 2011 es la obligatoriedad de inscripción en el Registro Nacional de Puntos de Cultura para todas las organizaciones participantes del programa. A finales de 2012 figuraban en el registro más de 1000 organizaciones culturales comunitarias de todo el país. Por otro lado también en el año 2012 y a través del programa Igualdad Cultural, que es realizado en conjunto con el Ministerio de Planificación Federal y Servicios Públicos, se creó el programa Círculos de Cultura, que financia mejoras estructurales y el fortalecimiento de hasta 7 grandes centros culturales de todo el país por hasta $ 300.000 cada uno. Este programa es complementario al PC, al igual que los Centros de Producción Cultural desarrollados entre la Secretaría de Cultura de la Nación y los municipios de Ituzaingo, Florencio Varela, Quilmes, San Fernando y Avellaneda. 34

1. Componentes del Programa Puntos de Cultura El programa Puntos de Cultura propone diversos componentes para alcanzar el cumplimiento de sus objetivos. El principal de estos componentes es la Línea de Subsidios, pero además posee la línea de materiales de producción y comunicación, destinada a dotar de equipos multimedia, materiales de comunicación para el fortalecimiento de la identidad visual y canales de comunicación para la producción de cada Punto de Cultura; la línea de formación, capacitación y asistencia, destinada a brindar herramientas y tecnologías para el mejor desarrollo de los proyectos; la línea Puente Cultura Nación, destinada a vincular otros programas de la Secretaría de Cultura para ser desarrollados en las sedes de los PC y la línea Consejo Puntos de Cultura, destinada a incorporar a los PC en la realización y selección de las convocatorias anuales. Recientemente se ha incorporado el componente de “Madrinazgo/Padrinazgo”, aunque sin que sea modificada la resolución de creación del programa. Mediante esta acción se busca que referentes culturales reconocidos puedan asociar su figura a algún punto de cultura con el fin de ayudarlos en el proceso de visibilización de su trabajo. a- Líneas de Subsidios A través de una convocatoria pública para la presentación de proyectos se otorgan subsidios que están destinados a fortalecer a las organizaciones sociales y comunidades indígenas atendiendo las características particulares de cada una de ellas. En este sentido, es importante resaltar que se proponen distintos montos y requisitos según la situación y la necesidad. Un dato importante a remarcar sobre esta línea es que se sostiene la idea de financiar proyectos de organizaciones sociales de base, sin personería jurídica, y aumentando el monto máximo para cada proyecto a $ 7.000. Además se incorporó la novedad de un apoyo económico plurianual, es el caso de los Puntos de Cultura Proyectos Integrales. Estas organizaciones son reconocidas por su proyecto integral más que por un proyecto específico, que era la forma de presentación de proyectos desde 2005. En este sentido es importante señalar que además de recibir un monto superior a la línea tradicional de subsidios, pasando de $ 20.000 a $ 40.000 según los montos de las convocatorias de 2011 y 2012, las organizaciones seleccionadas tienen la posibilidad de recibir el mismo apoyo económico durante los dos años siguientes, siempre y cuando puedan demostrar haber cumplido con los objetivos institucionales trazados y acreditar la documentación referida a las rendiciones del subsidio, como así también los balances y exenciones actualizados. 35

Puntos de Cultura Proyectos Integrales Los Puntos de Cultura seleccionados reciben un subsidio de $ 40.000 para la ejecución de su proyecto integral durante el período de 1 año, con posibilidades de renovar el subsidio por 2 años más, siempre y cuando cumplan con todos los requisitos que figuren en el convenio que suscriban para la efectivización del mismo. En este caso, para ser seleccionadas como Puntos de Cultura las organizaciones deberán presentar proyectos culturales integrales que estén orientados a fortalecer el trabajo comunitario y que permitan la reconstrucción del tejido social, recreando la identidad colectiva a partir del reconocimiento de las propias capacidades. Además, los proyectos deberán apuntar a modificar las condiciones materiales para la producción cultural comunitaria. En este aspecto, los proyectos deberán detallar el modo en que circularán los bienes culturales comunitarios producidos y cómo será estimulado el acceso a ellos por parte de todos aquellos que formen parte del territorio donde el proyecto se inserta. En ese sentido, el programa valorará además la articulación que la organización realiza con distintos actores sociales y el potencial que disponga para el trabajo en red. Para ello, la organización deberá demostrar por lo menos 2 años de trabajo en el territorio y contar con una sede física para la realización de sus actividades, porque será prioridad para el desarrollo de esta línea reconocer a los actores con proyectos del territorio a mediano plazo. Destinatarios: Organizaciones Sociales con personería jurídica otorgada por la Inspección General de Justicia o Direcciones Provinciales de Personería Jurídica correspondientes (para asociaciones civiles y fundaciones); o por el INAES (para cooperativas y mutuales). Puntos de Cultura Proyectos Específicos Los Puntos de Cultura seleccionados reciben un subsidio de $ 20.000 para la ejecución de su proyecto específico durante el período máximo de seis meses. Las líneas en las cuales se pueden presentar son las siguientes: Emprendimientos orientados a facilitar y/o fomentar el acceso al consumo y la producción de los distintos bienes artísticos (talleres de arte, programas de espectáculos, ciclos de cine, entre otros). Emprendimientos orientados a la capacitación y adquisición de nuevos recursos y conocimientos por parte de agentes multiplicadores locales (intercambio de experiencias, encuentros, jornadas, seminarios, entre algunos);

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Emprendimientos de carácter audiovisual destinados a alentar el pleno ejercicio de la libertad de expresión y a superar la desigualdad informativa, a través de la producción y difusión de información referida a temas y actores sociales que tienen escaso tratamiento público, o sobre los cuales se propone una perspectiva diversa, o que se difunde en sectores marginados de los circuitos convencionales (por ejemplo: radios, cortos, documentales, agencias de noticias). Destinatarios: Organizaciones Sociales con personería jurídica otorgada por la Inspección General de Justicia o Direcciones Provinciales de Personería Jurídica correspondientes (para asociaciones civiles y fundaciones); o por el INAES (para cooperativas y mutuales). Puntos de Cultura Indígena Emprendimientos producidos por comunidades indígenas orientados a: Fomentar la diversidad cultural: difundir, rescatar, mantener y revalorizar las tradiciones, costumbres, lenguas, artes, creencias y formas de organización de los distintos pueblos indígenas del país. Promover la formación para el desarrollo: formar y capacitar a los miembros de las comunidades indígenas en cualquier arte, oficio o ciencia que promueva el desarrollo comunitario. Destinatarios: Comunidades Indígenas con personería jurídica nacional o provincial y Comunidades Indígenas con personería jurídica inscriptas en los organismos provinciales pertinentes como asociaciones civiles. Puntos de Cultura de Base Emprendimientos producidos por pequeñas organizaciones que residen en territorios de alta vulnerabilidad social (villas, asentamientos, barrios obreros, zonas rurales) y que necesitan equipamiento e insumos para realizar proyectos socioculturales que dejen instalados recursos y capacidades para la producción autónoma de bienes demandados por la comunidad de la cual forman parte. Destinatarios: Organizaciones Sociales que no tengan personería jurídica y que demuestren al menos 2 años de trabajo territorial.

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b- Línea Materiales de producción y comunicación Con la intención de disminuir la brecha tecnológica, fomentar la producción de materiales audiovisuales y promover la integración y visibilización de los Puntos de Cultura se desarrolló el componente de producción y comunicación. Equipamiento Multimedia Todas las organizaciones sociales seleccionadas como Puntos de Cultura reciben equipamiento multimedia compuesto de una computadora, cámara de video y software libre para la edición de audio y para la producción de materiales audiovisuales. Con esta acción el programa apunta a la democratización de la producción, la circulación y el consumo de los bienes culturales. De esta manera se favorece la disposición de medios para la difusión y circulación de distintas expresiones que busquen la recuperación de los saberes locales; se propicia el intercambio de bienes culturales entre las distintas regiones respetando el federalismo; y se alienta el pleno ejercicio de la libertad de expresión, ayudando a superar la desigualdad informativa y mejorando la comunicación en las comunidades. En el caso de los Puntos Cultura Proyectos Integrales la computadora que reciben es una PC de escritorio con gran capacidad, en tanto que el resto de los Puntos de Cultura reciben una netbook similar a las que son entregadas por el Programa Conectar Igualdad, que depende de la ANSES. Comunicación Institucional Con el objetivo de fortalecer la identidad y pertenecía dentro de la diversidad de expresiones que participan de la red de Puntos de Cultura, las organizaciones participantes del programa reciben materiales de comunicación Institucional compuestos por banners, remeras, afichetas, pines, calcos, banderas, sellos, stencil y pinturas en aerosol. Portal Puntos de Cultura El programa desarrolló un sitio web como canal de comunicación interno y externo. En el misma los Puntos de Cultura pueden colgar sus producciones, informar sus actividades programadas y formar parte de la red cultural en movimiento. El Portal incluye: un mapa de los Puntos de Cultura; una ficha de cada proyecto seleccionado; un calendario de actividades mensual; y un espacio para subir documentos y realizar comentarios y debates.

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Producción de audiovisual También se prevé la realización de una producción audiovisual de tipo documental y una serie de capítulos que relaten la experiencia de distintas organizaciones sociales que formen parte de la red de Puntos de Cultura. Hasta el momento no se ha desarrollado ningún producto de esta acción. Edición de anuario Cada año se realiza la edición de una publicación tipo anuario que presenta el Programa Puntos de Cultura y además muestre el trabajo y los procesos desarrollados por los Puntos de Cultura en funcionamiento. Ya se han editado los anuarios 2011 y 2012. c-Línea de formación, capacitación y asistencia técnica A partir de esta línea de formación y capacitación se proponen acciones para todas las organizaciones sociales participantes. Las capacitaciones se centrarían en el uso de nuevas tecnologías, en comunicación comunitaria y en otras estrategias para el desarrollo cultural comunitario. También se propone capacitaciones para el equipo de gestión del programa y la realización de encuentros regionales y nacionales de los Puntos de Cultura para el intercambio de experiencias. Capacitación Interna Al momento de la creación del programa se propuso la necesidad de la capacitación del equipo de trabajo del Programa Puntos de Cultura para lo cual se proponía establecer una serie de encuentros con la Secretaría de Ciudadanía y Diversidad Cultural del Ministerio de Cultura de Brasil, lo que implicaría a su vez realizar visitas a los Puntos de Cultura que se encuentran en territorio brasileño. Meses después se firmó un “memorando de entendimiento” para la colaboración y promoción de acciones conjuntas destinadas al fortalecimiento de los Programas y al intercambio de los Puntos de Cultura de ambos países. Seminarios Puntos de Cultura Se realizaron 5 seminarios de capacitación para organizaciones sociales en los Centros de Producción Cultural realizados en convenio con el Instituto Cultural de la Provincia de Buenos Aires y los municipios de Florencio Varela, Quilmes, Ituzaingo, San Fernando y Avellaneda.

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Encuentro Nacional de Puntos de Cultura Se realizaron dos Encuentros Nacionales de Puntos de Cultura con la participación de todas las organizaciones sociales y proyectos participantes del programa y de todas las comunidades indígenas que recibieron subsidios durante el período 2005-2010. La propuesta busca que estos espacios sirvan para el encuentro, la formación, la capacitación y el intercambio entre los Puntos de Cultura, con el objetivo de consolidar y fortalecer la red nacional de Puntos de Cultura. Asistencia técnica y monitoreo Con el fin de brindar asistencia técnica en la presentación de proyectos y el armado de capacitaciones y acompañar el desarrollo de los proyectos de los Puntos de Cultura seleccionados se realizan convenios con 15 Universidades Nacionales. Este acción se demoró hasta 2012 para tomar forma, momento en el cuál se dictaminó una nueva resolución y se convocó a los representantes de las Secretarías de Extensión Universitaria para coordinar el trabajo anual. d- Puente Cultura Nación A partir de la firma del convenio, los Puntos de Cultura se convierten en sede para la realización de otros programas de la Secretaría de Cultura de la Nación. De esta manera interactúan como “puente” entre las propuestas de la SCN y la comunidad. Hasta el momento en las sedes de los Puntos de Cultura se han realizado 20 encuentros de Café Cultura, 18 presentaciones de Chocolate Cultura, 3 talleres de cine animado y 3 muestras de pancartas de DDHH. e- Consejo Puntos de Cultura El Programa prevé la creación de Consejos Consultivos para contribuir con los procesos de evaluación y selección de las convocatorias regionales. Los mismos estarán integrados por un integrante de la SCN, un integrante por la unidad evaluadora (Universidad), el representante regional del Consejo Federal de Cultura y un integrante por los Puntos de Cultura, estos últimos serán elegidos por las OSC en el encuentro anual de Puntos de Cultura. Hasta el momento esta acción no ha sido ejecutada.

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CAPÍTULO IV Análisis de los resultados de implementación y recomendaciones para el mejoramiento del programa. 1. Análisis de los resultados de Implementación Como se referenciaba anteriormente el programa realizó dos convocatorias por medio de la cual fueron seleccionados 237 proyectos. Muchos de estos proyectos ya han finalizado y otros tantos aún no han comenzado. A continuación se realizará un análisis de las diferentes etapas de implementación, indicando las fortalezas y debilidades detectadas en cada una de ellas. a- Convocatoria y selección de proyectos – Líneas de Subsidios Cada una de las resoluciones de convocatoria incluye un reglamento de bases y condiciones y la designación de un comité evaluador para la selección de los proyectos. El reglamento de bases y condiciones incluye los montos máximos para la financiación de y los materiales a ser entregados para cada línea de subsidios, además de un formulario tipo para la presentación de proyectos de cada línea. También indica los requisitos y condiciones que cada organización debe cumplir para que su proyecto sea seleccionado. Un punto importante a destacar es que, en ambos años, las convocatorias fueron abiertas solo por 30 días, sin que se haya prorrogado el plazo para la presentación ni se haya anticipado la fecha de apertura. Entre una convocatoria y otra este reglamento solo fue modificado en un punto: La obligatoriedad de pre inscripción de las organizaciones interesadas en el Registro Nacional de Puntos de Cultura. Este registro es un formulario web que cada organización debe completar con sus datos y que otorga un número de orden que luego será utilizado en la presentación del proyecto. Esta medida significó un importante avance a la hora de organizar el proceso de evaluación de los proyectos. Por otro lado, en el caso de la convocatoria 2012, el reglamento de bases y condiciones firmado por el Secretario de Cultura incorpora dos comités de evaluación diferenciados para los proyectos: una para las líneas de PC proyectos de Base, PC proyectos Específicos y los PC proyectos Integrales y otra para los PC Puntos de Cultura Indígenas. Es interesante destacar que si bien la evaluación es responsabilidad de la comisión designada, en las resoluciones figura un proceso de pre selección, 41

aunque este no es descripto ni normalizado. En la práctica el equipo de evaluación es creado “ad hoc” y por normativa interna, y normalmente es integrado por el equipo técnico del programa y, eventualmente, por técnicos de otras áreas de la misma Secretaría de Cultura o del Consejo Federal de Cultura. Este proceso de pre evaluación es regido por una serie de documentos internos elaborados por la coordinación del programa en consonancia con los criterios de evaluación que son consignados en los artículos 12 y 13 de los reglamentos de bases y condiciones respectivamente: “La Comisión Evaluadora tendrá en cuenta los objetivos y alcances de la actividad proyectada en el marco de la política cultural nacional, su impacto sociocultural, la consistencia y factibilidad del proyecto y que el mismo dé respuestas a demandas culturales insatisfechas. Realizará un análisis cualitativo de las actividades realizadas durante el año por las entidades solicitantes y de años anteriores cuando se crea conveniente, teniendo en cuenta el reconocimiento institucional y la trayectoria de quienes impulsan el proyecto. Considerará la participación popular, el fomento para el desarrollo de la identidad regional y la generación de inclusión social. Por otra parte, la comisión evaluadora hará especial hincapié en aquellos proyectos que se vayan a implementar en pequeñas localidades, zonas y poblaciones en situación de alta vulnerabilidad social y que aborden temas relevantes para la comunidad; en proyectos impulsados por entidades que no hayan recibido subsidios, o que estos hayan sido escasos a lo largo de su historia institucional. Todos los criterios mencionados se encuentran dentro de los objetivos del programa”19

Los mismos están compuestos por una matriz de evaluación elaborada en formato Excel y una guía formulario donde se indican los criterios para la otorgación de puntos en cada categoría a evaluar. En la misma hay categorías con valoración positiva, como por ejemplo la pertinencia del proyecto (que califica de 0 a 20 puntos entre la no adecuación y un alto grado de adecuación) y el área de influencia (que califica de 1 a 15 puntos entre los sectores medios urbanos y los sectores con NBI rurales). También existe una categoría con valoración negativa, como la de los apoyos recibidos por otros organismos, entes privados o personas físicas (que resta entre 1 y 10 puntos según los montos anuales percibidos). Los técnicos pre evaluadores también reciben un formulario para completar con la síntesis de los proyectos, en el mismo deben consignarse el área de influencia, los destinatarios, los productos, un diagnóstico de viabilidad, la validación del cumplimiento de las 19

http://www.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/185000-189999/185468/norma.htm y http://www.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/195000-199999/199884/norma.htm consultadas el 7-09-2013 42

restricciones presupuestarias y las observaciones y/o recomendaciones que se consideren necesarias. Una vez concluido este proceso, el comité evaluador seleccionará los proyectos tomando en cuenta también un criterio de distribución federal y la pre existencia, a partir de la convocatoria 2012, de otros Puntos de Cultura en el territorio. La aprobación final de la selección corre por cuenta del Secretario de Cultura de la Nación, quién resuelve el otorgamiento de los subsidios. Otra modificación que recibe el reglamento de bases y condiciones tiene que ver con las organizaciones de base. En la convocatoria 2011 se menciona que los proyectos ganadores podrán cobrar el apoyo económico a través de organizaciones intermedias que designen una persona física para el cobro, pero a la hora de realizar los desembolsos, las organizaciones se encontraron con los mismos requerimientos contables que las organizaciones con personaría jurídica o los proveedores de la secretaría, es decir que entre otras cosas debían dar el “alta de beneficiario” en el el Sistema Integrado de Información Financiera para Beneficiarios de Pagos del Ministerio de Economía y Finanzas Públicas de la Nación, lo que limitaba en forma considerable el universo de posibles titulares ya que, por ejemplo, existen incompatibilidades entre los beneficiarios de planes sociales y la inscripción en el sistema. Como solución la Secretaría de Cultura de la Nación decidió encomendar la asistencia técnica para el programa Puntos de Cultura a la Organización de Estados Iberoamericano. De esta manera la OEI mediante un procedimiento mucho más sencillo, aunque aún con la exigencia de presentación de una persona física con cuenta bancaria, fue la responsable de pagar los subsidios a las organizaciones de base. Por esta razón, en la segunda convocatoria, el reglamento de bases y condiciones incluyó esta operatoria en su articulado. “Artículo 24º: Las organizaciones sociales sin personería jurídica seleccionadas como Puntos de Cultura de Base cobrarán el subsidio a través de la ORGANIZACION DE ESTADOS IBEROAMERICANOS que operará como nexo entre la Secretaría de Cultura y la entidad en función del acta que se suscribirá oportunamente con dicho organismo. Para ello, la organización de base avalará a una persona física a percibir el importe establecido, quien deberá contar con una cuenta bancaria.”20

Además, esta asistencia incluyó la realización de las compras de equipos multimedia y materiales comunicacionales, y la organización de las capacitaciones y del Encuentro Nacional de Puntos de Cultura.

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SCN. Op. Cit.

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Es importante destacar que a pesar de los importantes cambios en cuanto a la democratización para el acceso de las organizaciones comunitarias a la transferencia de recursos, como los realizados por la Resolución SCN Nº 2329/08, aún muchas organizaciones cuyos proyectos han sido seleccionados como Puntos de Cultura, a pesar de contar con trabajo genuino y necesidades concretas para su desarrollo, no han podido efectivizar el cobro de los subsidios por las restricciones que plantea esta misma norma. Esto tiene que ver con la dificultad que tienen algunas organizaciones para el mantenimiento de los requisitos solicitados, ya sea el caso de la realización de balances y su aprobación en asamblea, la designación de autoridades o la exención ante la AFIP. En este sentido el reglamento indica que finalmente la aprobación del apoyo debe ser emitida por resolución del SCN, por lo tanto ningún proyecto puede efectivizar el cobro sino cumple con los requisitos a la firma de la misma, que en algunos casos puede producirse recién varios meses después de la presentación del proyecto. b- Equipamiento multimedia para la inclusión digital Las convocatorias de Puntos de Cultura incluyen además en su reglamento de bases y condiciones la entrega de equipamiento multimedia para la inclusión digital. Como fue descripto anteriormente, este componente busca el contribuir con el proceso de democratización de la producción, la circulación y el consumo de los bienes culturales. En este caso, la SCN decidió la compra y entrega de los equipamientos multimedia en formato de premio, evitando así que la compra del mismo deba ser realizada con el apoyo económico recibido. Por esta razón también existe una restricción para presupuestar equipos multimedia en los fondos solicitados a la SCN para cada proyecto. Esta decisión conlleva sus ventajas y desventajas, por un lado permite aumentar la capacidad de financiamiento de los proyectos, ya que al ser entregados como premios, los equipos son adquiridos con fondos provenientes del presupuesto general de la SCN y no del presupuesto previsto para cada convocatoria. Además al comprarse todos juntos el costo es menor. Como desventaja debe señalarse que, debido a una estructura deficitaria que incluye un pequeño departamento de compras y la falta de depósitos, los procesos de compra de la SCN suelen ser más lentos que en otros organismos, y principalmente, que al centralizar la compra de los equipos y al ser entregados como premio, la SCN debe garantizar además la logística para el almacenamiento y entrega. Este último punto es crucial ya que, como se mencionó anteriormente, la aprobación para el otorgamiento del apoyo y del premio es resuelta por el SCN a través de tramitaciones 44

independientes. De esta manera, cada organización recibe la aprobación en diferentes momentos, obligando al almacenamiento de los materiales hasta ese momento y a una implementación por entrega según demanda. Otro punto importante a tener en cuenta es la falta de claridad sobre los términos de las garantías, en ningún punto del reglamento de bases y condiciones figura si los equipos poseen algún tipo de garantía o servicio técnico. Esta situación estaría contemplada en caso que las organizaciones realizaran la compra directa de los equipos. Un punto central de debate a la hora de implementar este componente tuvo que ver con qué tipo de materiales debían integrar los kits y sobre el tipo de software que deberían poseer. Por un lado existía una predisposición desde la coordinación del programa para el fomento del software libre y acompañar a las organizaciones en la migración hacia plataformas realizadas a partir de la cultura colaborativa y el desarrollo de programas de código abierto. Esta predisposición tenía como sustento principal a la experiencia desarrollada en Brasil, y también la experiencia cercana que el propio equipo de sistemas de la SCN poseía con algunas cooperativas integradas al movimiento de software libre y la militancia dentro del mismo que poseían alguno de sus programadores. Pero a la hora de planificar el desarrollo del componente existía una diferencia fundamental con la experiencia brasileña: la SCN argentina no poseía ninguna línea de trabajo con la cultura digital. A pesar de ello, y fundamentalmente debido a los enormes costos que significaba la compra de licencias de software privativo para los programas y aplicaciones necesarios, se decidió entregar los equipamientos bajo software libre. Como solución a las carencias mencionadas, la SCN realizó un convenio de articulación con la empresa el Estado Educ.ar, a través del cual se desarrolló un escritorio “modelo”, basado en los desarrollados para las computadoras entregadas por el programa “Conectar Igualdad”. Este escritorio cuenta con aplicaciones para diseño de imagen, edición de audio y video y tareas de oficina y fue finalizado en un trabajo conjunto entre el equipo de Educ.ar y el equipo de sistemas de la SCN. Para la capacitación en el uso de este software fue contratada una cooperativa que trabaja sobre software libre. El equipamiento entregado difiere entre sí solamente en el caso de la computadora, que sólo para los proyectos integrales es una computadora personal de escritorio con amplia capacidad, en tanto que para el resto de las líneas de PC la computadora es una notebook con capacidad de conexión a internet y proceso y edición de imágenes y videos en baja definición. El resto de los materiales lo componen un pen drive para el almacenamiento de información y una cámara de vídeo portátil, de fácil uso y buena capacidad fílmica. Un problema no previsto en el armado del kit es que ninguna cámara portátil de las ofrecidas en el mercado tenía compatibilidad directa con los 45

sistemas operativos de software libre, por lo que era necesario descargar los vídeos en otro formato y convertirlos antes de poder trabajar con ellos, lo que requiere algunos conocimientos sólidos de informática para poder realizarlos. La compra y logística de los materiales fue realizada a través del acta de acuerdo firmada con la OEI, lo que facilitó la dinámica de entrega, aunque como se mencionara, la misma debió adaptarse a la dinámica de aprobación de la entrega de los subsidios. c- Materiales de comunicación La entrega de materiales de comunicación esta prevista en la RSCN 2641/11 de creación del programa Puntos de Cultura. Este kit ha sido ampliamente valorado por las organizaciones seleccionadas, ya que además de funcionar como referencia e identificación de la diversidad presente en la red de puntos, la presencia del logo del programa y de la marca de la SCN funciona como un factor de legitimación del trabajo de la organización en el territorio. En el caso del portal puntos de cultura, la SCN tomó la decisión de contratar servicios externos para su programación, lo que ha producido, entre otras cosas, que su alojamiento se realice fuera de los servidores de la secretaría. Con el objetivo de facilitar su operatoria y carga de datos por parte del equipo del programa, el sitio fue construido sobre una plataforma de la empresa wordpress y registrado con la siguiente url: http://puntosdecultura.cultura.gob.ar. El portal fue concebido como un espacio para el fortalecimiento de la red, por eso cada Punto de Cultura recibe un usuario y contraseña que le permite publicar contenidos en la sección referida a los Puntos. Además el portal posee un mapa con información de todos los Puntos de Cultura; un calendario donde las organizaciones pueden publicar su agenda; un espacio con toda la información del programa incluyendo las convocatorias, los encuentros, las articulaciones y el equipo de trabajo; un espacio con capacitaciones on-line y las bases y condiciones de cada convocatoria; y el registro nacional de Puntos de Cultura aunque solo para la carga de datos, no para consulta; y un espacio para la descarga de los anuarios producidos por la coordinación del programa, que hasta el momento ha publicado dos anuarios con la información de las organizaciones. El portal es utilizado por algunas de las organizaciones para publicar sus trabajos, pero en un porcentaje inferior al 50%. De hecho desde mediados de 2012 la coordinación del programa creó una fan page en la red social facebook que concentra la mayoría de las publicaciones y la información. De todas formas el alcance de estas herramientas es bastante limitado con respecto a otras herramientas similares con las que cuenta la SCN, por ejemplo la fan page de Puntos de Cultura tiene 2066 seguidores, en tanto que la del Mercado de Industrias Culturales de Argentina (MICA) tiene 19995 seguidores y la 46

de la Secretaria de Cultura tiene 65005 seguidores. Esto da cuenta que aún la circulación de materiales producidos por las organizaciones es incipiente y restringida a la red. Un punto que no ha sido implementado aún es la producción de audiovisuales, solamente se han producido vídeos de difusión del programa y de cada convocatoria lanzada. d- Construcción de Red: formación, articulación y participación Los restantes componentes que figuran en la creación del programa son aquellos que tienen que ver con la construcción de la red. En este sentido la formación y capacitación se torna central toda vez que es necesario que las organizaciones incorporen herramientas y tecnologías que les permitan fortalecer y/o transformar sus horizontes de producción y acción cultural. Pero también es necesario que el equipo de trabajo de SCN cuente con la capacidad de acompañamiento y trabajo articulado, por eso razón el primer ítem mencionado en este componente es la capacitación interna. Si bien existe la firma de un memorándum de entendimiento para asistencia y cooperación entre los equipos de los programas de Brasil y Argentina, aún no se ha realizado ningún intercambio, exceptuando la participación del coordinador del programa en argentina en la TEIA regional de Río Grande do Sul en 2012. En este punto es necesario mencionar una cuestión fundamental que incide en la implementación del programa y que aún no ha sido mencionada: el escaso equipo con el que cuenta el programa Puntos de Cultura para su desarrollo. Desde el momento de su creación hasta la actualidad el equipo no ha podido incorporar más personal técnico. Actualmente junto al coordinador del programa trabajan 3 personas en el área técnico-administrativa y 5 personas que trabajan en territorio, además de 2 personas en comunicación que también cumplen funciones para otros programas de la Subsecretaría de Políticas Socioculturales. Este equipo resulta insuficiente para poder realizar un monitoreo y seguimiento eficiente y para atender el importante crecimiento del programa. Tampoco es posible realizar capacitaciones para el armado de proyectos ni sobre la sustentabilidad de los mismos. Esta debilidad se ha intentado superar mediante diferentes acciones, por un lado se han realizado dos auto-capacitaciones que están disponibles en el portal: “Como formular proyectos culturales” y “Apoyo para la presentación de documentación”. Además se han organizado capacitaciones con la contratación de equipo externo, realizadas en el marco de de los encuentros nacionales y regionales de Puntos de Cultura. Hasta el momento se han desarrollado 4 cursos de capacitación para los Puntos de Cultura: Capacitación en uso de Software Libre; Capacitación en formalización 47

jurídica y manejo de fondos; Capacitación en el armado de redes; y el taller sobre uso de cámaras y registro de experiencias. Otra acción importante que figura en la creación del programa, pero que recién ha comenzado a concretarse a partir de 2013 es la articulación con Universidades Nacionales para la asistencia técnica y monitoreo de los Puntos de Cultura. En este sentido se realizó una primera reunión de trabajo con las Secretarias de Extensión Universitaria de 15 universidades durante el 2do Encuentro Nacional de Puntos de Cultura en agosto de 2013 donde se unifico el tipo de abordaje a realizar y el plan de trabajo, aunque aún no se ha podido efectivizar el comienzo del mismo. Un punto crucial en el armado de la red tiene que ver con la posibilidad de articulación que puede darse entre los mismos Puntos de Cultura y entre los Puntos y otros programas y organismos del Estado. En este sentido la creación del programa contempla el componente Puente Cultura Nación, que convertiría a los Puntos de Cultura en virtuales sedes de la SCN en el territorio. Según los datos publicados y mencionados más arriba puede inferirse que este componente aún no ha sido desarrollado plenamente. Pero más llamativo aún es la escasa articulación relevada entre los mismos Puntos de Cultura, ya que hasta el momento no ha podido verificarse ningún proyecto o producto derivado de algún ejercicio de cooperación entre estos. En el caso de las articulaciones con otros organismos, en el último anuario publicado por la coordinación del programa figuran los convenios realizados con la OEI, el Ministerio de Cultura de Brasil, el Ministerio de Cultura de Perú, el Mercosur, la Unasur, el INAI y el programa de Voluntariado Universitario aunque ninguna de estas articulaciones ha tenido un desarrollo significativo, siendo la mayoría de ellas declaraciones de intención. Por otro lado, tanto en el primer anuario como en el portal web se consigna una articulación con el programa Argentina Conectada mediante la cual serán instalados 20 Puntos de Acceso Digital y 5 Núcleos de Acceso al Conocimiento, pero hasta la fecha no se ha desarrollado ninguna acción en este sentido. Finalmente un punto central en la constitución de la red de Puntos de Cultura tiene que ver con la participación. En este sentido la creación del programa Puntos de Cultura contempla en su resolución la constitución de un Consejo de Puntos de Cultura que pueda acompañar la gestión del programa e integrar los procesos de evaluación y selección de proyectos. Según el mismo, este Consejo se constituiría en forma regional integrado por un miembro de la unidad evaluadora (Universidades), un miembro del Consejo Federal de Cultura y por un representante de los Puntos de Cultura, siendo este último elegido en el Encuentro Nacional. Por diversos motivos, y a pesar de 48

haber desarrollado 11 foros regionales en los Encuentros Nacionales, hasta ahora no se ha constituido este consejo consultivo ni tampoco se ha desarrollado ninguna acción para su fomento, lo que repercute negativamente en las posibilidades de participación en la implementación del programa. 2. Recomendaciones de Intervención para el mejoramiento del programa Como propuesta de intervención a partir de la práctica pre profesional para la implementación del programa Puntos de Cultura pueden sugerirse algunas acciones para contribuir con el mejor desarrollo de la experiencia. En primer lugar se recomienda la ampliación del equipo afectado a la gestión del programa. En este sentido no puede desconocerse la importancia que tiene el hecho que tanto el coordinador como la mayoría del equipo vienen desarrollando los programas de subsidios desde su primera edición, pero el importante crecimiento del programa, que solo en términos presupuestarios se ha duplicado desde su inicio, amerita una dotación de personal acorde. Esta ampliación permitirá, entre otras cosas, un mejor desarrollo de las herramientas comunicacionales y por lo tanto también un impacto mayor en la circulación y difusión de las producciones de las organizaciones y en la producción y concreción de productos audiovisuales de factura propia, que puedan ser circulados en otros canales de comunicación, ya sean comunitarios o pertenecientes a organismos e instituciones del Estado. Aumentando el equipo del programa podrán organizarse más cantidad de capacitaciones y un mejor acompañamiento de los proyectos, permitiendo así una mejor estimulación para la realización de proyectos de articulaciones entre los mismos Puntos de Cultura. En segundo lugar se recomienda una revisión de los reglamentos para el otorgamiento de subsidios, ya que las actuales restricciones han provocado, entre otras cosas, la sub ejecución presupuestaria. Este punto es muy importante debido a que la sub ejecución del presupuesto previsto para un año redunda en la sobre ejecución del presupuesto del año siguiente. De esta manera, la mayoría de los proyectos seleccionados en la convocatoria 2012, que por resolución tenía una previsión de $ 5.000.000 para el pago de subsidios, serán pagados con recursos del presupuesto 2013. Una opción interesante en este sentido es la que ha desarrollado el programa Cultura Viva en Brasil, cuyos problemas con la Ley que regula la rendición de subsidios del estado federal (ley 8886) produjo que muchas de las líneas de apoyo económico sean entregadas en concepto de premio. En el caso de Argentina podría pensarse esta modalidad para los proyectos 49

de categoría intermedia y de base, ya que de esta manera se agilizaría muchísimo la entrega de los mismos. En tercer lugar, y también relacionado con las convocatorias de proyectos, se recomienda la generación de un calendario anual para la presentación de los proyectos y que las convocatorias contemplen un plazo más amplio para la presentación de los proyectos. Esta situación permitirá una mayor participación de organizaciones que muchas veces llegan tarde a la información de la apertura de convocatoria. En cuarto lugar se recomienda la realización de más foros de encuentros regionales y nacionales, incorporando además la realización de foros temáticos según líneas de trabajo. De esta manera los Puntos de Cultura podrían encontrarse para debatir problemáticas y proyectos comunes más allá de su común enclave territorial y en relación directa con su trabajo, ya sea en el teatro comunitario, en la promoción de derechos, en la realización audiovisual, o la comunicación comunitaria entre otros. En quinto lugar se recomienda la profundización de las articulaciones con otros organismos que realizan trabajos ligados al desarrollo cultural comunitario. En este sentido es capital la articulación que puede desarrollarse en torno al desarrollo de la cultura digital, siendo el programa Argentina Conectada el aliado natural para apuntalar este proceso. También puede ser importante una más fuerte articulación con otros organismos de la misma Secretaria de Cultura como la CONABIP, ya que la red de nacional de Bibliotecas Culturales puede ser fundamental a la hora del sostenimiento de nodos de la red de puntos de cultura. Finalmente se recomienda atender a la propuesta de participación explicitada en la conformación de consejos consultivos regionales. Como se mencionó al principio de este documento, cada vez es más fuerte la idea de la necesidad que las políticas públicas sean participativas para ser efectivamente públicas. En este sentido, dotar de un espacio concreto de participación para las organizaciones sociales en el marco de la gestión del programa permitiría una mayor apropiación de la política y un ejercicio de democratización y transparencia en el manejo de los recursos públicos.

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Consideraciones finales En el presente trabajo se ha presentado y analizado el Programa Puntos de Cultura de la Secretaría de Cultura de la Presidencia de la Nación. Para ello se ha desarrollado una delimitación del concepto de políticas culturales y su evolución en los últimos 20 años y se han descripto los Programas de apoyo a organizaciones culturales comunitarias desarrollados por la Argentina y el Brasil durante el período 2004-2010. En el capítulo I pueden observarse los importantes aportes teóricos que han brindado los intelectuales latinoamericanos en la discusión sobre la noción de políticas culturales. Se abordan las ideas y afirmaciones de los textos más clásicos de este campo, como Néstor García Canclini y Texeira Coehlo, junto con producciones más recientes como las de George Yúdice, Eduardo Nivón Bolán, Oscar Moreno, Albino Rubim y Ricardo Santillán Güemes. La hipótesis central de este capítulo plantea que la conceptualización de la “cultura como recurso” posibilita la generación de políticas culturales para la inclusión social y que para que éstas sean efectivas necesariamente deben orientarse dentro del paradigma de Democracia Cultural, con acciones que respeten la diversidad y que permitan la participación de los actores involucrados. En el capítulo II se presentan los antecedentes de Programas de acción cultural que sirvieron como base para la elaboración del Programa Puntos de Cultura. En la introducción del mismo se señala el importante giro que puede verificarse en la generación de políticas públicas, y por tanto de las políticas culturales implementadas, por parte de los gobiernos de Argentina y Brasil durante el período estudiado. En el capítulo III se describe y analiza el Programa Puntos de Cultura de la Secretaría de Cultura de la Nación. Dicho programa es creado en el marco de las líneas políticas definidas por el Secretario de Cultura Jorge Coscia. Como se habrá podido observar en el desarrollo de sus componentes, el PPC toma como base las experiencias del PCDC y del PSDC, pero también la experiencia del PCV de Brasil. Su objetivo trasciende la mera transferencia de recursos económicos, proponiéndose algunas de las medidas de cogestión realizadas por el PCV: creación y sostenimiento de red, capacitación y formación y la incorporación de materiales multimedia para el registro y la producción audiovisual de sus producciones. En este capítulo también se da cuenta de la superación de una de las debilidades coyunturales del PPC y de otros programas culturales ligados a la inclusión social, a partir de la modificación del organigrama de la Secretaria de Cultura de la

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Nación que comienza a incluir desde 2012 la Subsecretaría de Políticas Socioculturales y desde 2013 la Dirección Nacional de Participación y Organización Popular. Finalmente, en el capítulo IV se analiza la implementación del PPC durante sus dos primeras convocatorias a proyectos, en 2011 y 2012, señalando sus fortalezas. Para ello se analizan los reglamentos de bases y condiciones presentes en las resoluciones de convocatoria y los resultados de las mismas en tanto comunicación, participación, selección y ejecución. Asimismo, se aborda el resto de los componentes presentes en la creación del programa, algunos de los cuales aún no han podido comenzar a implementarse, tal como sucede con las líneas de formación y capacitación y con el consejo consultivo de Puntos de Cultura. En este capítulo también se desarrollan una serie de recomendaciones para el mejoramiento del programa. Como Consideración Final puede señalarse que el trabajo ha destacado la pertinencia de la creación del Programa Puntos de Cultura y la importancia de su crecimiento como impulsor del desarrollo cultural comunitario. Asimismo, a partir del análisis de la implementación del programa pueden señalarse los importantes avances que se han producido en la consolidación e institucionalización de una política pública de apoyo a las organizaciones culturales comunitarias y como esta situación redunda en una mejora en el ejercicio de los derechos culturales y aporta a la construcción de un paradigma de democracia cultural Como se ha señalado al comienzo de este trabajo, el mismo fue producto de una experiencia laboral en la Secretaría de Cultura de la Nación durante el período analizado y paralelamente de una investigación en diversos Puntos de Cultura de Brasil, por esta razón es importante señalar finalmente la importancia de la realización dichas prácticas pre-profesionales, ya que las mismas hicieron posible que se pusieran en juego los saberes aprehendidos durante la cursada de la carrera y esa conjugación de teoría y práctica fue lo que permitió la puesta en marcha de procesos reflexivos para contribuir al mejoramiento de las acciones impulsadas.

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