El proceso de paz y Netanyahu

July 27, 2017 | Autor: Bryan Acuña | Categoría: Middle East Studies, Israel/Palestine, Netanyahu, Knesset
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EL PROCESO DE PAZ Y NETANYAHU

Por: Bryan Acuña Obando (Analista Internacional) La victoria de Benjamín Netanyahu le brindará la posibilidad de hacerse con la cuarta gestión como Primer Ministro del país; el tercero de forma consecutiva, si cumple el período completo de 4 años le ganará en tiempo a David Ben Gurión en el puesto, esto solamente como una referencia histórica. Algunos analistas consideran que con la victoria de Netanyahu y la derecha con probables 67 escaños de coalición, el diálogo con los palestinos y el proceso de paz que lleve al proyecto de “Dos Estados para dos pueblos” enterrado y que esto será culpa solamente del propio Primer Ministro. Sin embargo hay que considerar que el dialogo no está cerrado simplemente por la acción (o inacción) de una de las partes; Israel en la crítica más común. A ambos lados del conflicto las necesidades de superar el estado actual son pocas. Se encuentra en una condición menos negativa que en la época de las Intifadas y un tanto más estable que en la época de Olmert, además de con mayores bonanzas económicas. Del último aspecto anterior se puede mencionar algunos aspectos que demuestran que a pesar de las situaciones sociales, el crecimiento económico es un factor del cual ninguna de las partes en conjunto se puede quejar. El crecimiento económico palestino en los años 2009 hasta el 2013 ha tenido un comportamiento relativamente positivo que la estabilidad en el conflicto les ha permitido desarrollar.

Fecha 2013 2012 2011 2010 2009

PIB Mill. $ $10.766 $11.262 $10.465 $8.913 $7.268

Var. Anual -4,40% 14,30% 7,90% 2,30% 20,90%

Fuente: Datos Macro

A esto se le suman los ingresos que genera la agrupación islamista Hamas de 1.000 millones de dólares anuales según reportaba la revista Forbes en noviembre del año 2014. Esto a pesar de las crisis que vive parte de la población palestina de Gaza a causa del conflicto con Israel (bloqueo económico y dos guerras en los últimos siete años que han cobrado la vida a cerca de 2.256 civiles palestinos). Del lado israelí, el 15 de marzo de 2015 se reportaba un superávit económico de $9.100 millones de dólares, cantidades nada despreciables a pesar de que se reportaba meses atrás un problema de pobreza del 20% aproximadamente. A pesar de los datos económicos citados anteriormente que podrían decir que las condiciones no son tan desastrosas para no procurar actuar a favor de un acuerdo

definitivo.

Lo

que

hace

retroceder

cualquier

posibilidad

de

conversaciones de paz son las acciones unilaterales de ambos bandos. Del lado israelí se lanzan señales negativas al mundo con el tema de los asentamientos en Cisjordania (Judea y Samaria); a pesar de que muchos se desarrollan en las zonas “permitidas” según los Acuerdos de Oslo, otras desplazan poblaciones palestinas de la región y les limitan por temas de seguridad asentarse en las cercanías de las nuevas colonias. En los sectores palestinos la inoperancia pacifista se reparte entre el gobierno de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) en Cisjordania y el liderazgo de Hamas en la Franja de Gaza. Los primeros con la campaña BDS (Boicot, Desinversión y Sanciones) incentivada indirectamente por el gobierno de la ANP, y con una "Intifada Diplomática" ante organismos internacionales para deslegitimar a Israel y meterle presión sin siquiera levantar el teléfono para conversar brevemente con el gobierno hebreo.

Y en el caso de Hamas, con la lucha militar, armándose fuertemente durante el gobierno de Mursi en Egipto, y provocando enfrentamientos contra las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI); mencionadas anteriormente; que ha ocasionado bajas, entre ellas importante cantidad de civiles, así como infraestructura de uso civil, esto sirve como forma de desmejorar la imagen del Estado Judío frente a la comunidad internacional y además justificar el supuesto de la “Resistencia Palestina”, que no es otra cosa que justificar el acaparamiento del poder de la agrupación islamista en el enclave costero. A lo anterior se debe sumar la negativa a cualquier reconocimiento de Israel por parte de Hamas, así como Israel no reconoce a Hamas como voz cantante a favor de los palestinos. Además de los impedimentos políticos que tendría Abbas de aceptar a Israel como un Estado Judío (tal y como lo proclama la resolución 181 de 1947), pensando en el tema del retorno de los refugiados palestinos a los territorios que actualmente administra Israel. En resumidas cuentas el dialogo lleva mucho más tiempo congelado, las partes no están interesadas en recuperar un dialogo serio. Siendo más sincero, ellos se encuentran "tranquilos" en su estatus quo, al menos políticamente hablando y por eso no hay pasos reales en reactivar el proceso, lo único que agrava el asunto son las eventuales escaramuzas militares y los enfrentamientos diplomáticos entre los actores. Ahora bien, sumado a lo anterior, hay que agregar un factor más. Ni siquiera se puede decir que las potencias regionales y extra regionales involucradas en el conflicto estén interesadas realmente en el proceso de paz. Principalmente porque en estos momentos poseen otra agenda prioritaria que el conflicto entre israelíes y palestinos; el cual cayó en un Impasse, y salvo algunas circunstancias que hace volver la mirada a la zona, no están tan concentrados allí. Entonces no estaba equivocado del todo el Premier Netanyahu al decir que en las condiciones actuales, la idea de “Dos Estados” no es factible. La prensa olvidó mencionar ese detalle de “…las condiciones actuales…”, que fueron mencionadas a grandes rasgos anteriormente y que por supuesto cambia las condiciones favorables para un acuerdo definitivo.

Ahora bien, el Primer Ministro Benjamín Netanyahu a pesar de su discurso de la última semana para asegurar el voto duro de la derecha política israelí que le asegurara extender su mandato, deberá dar guiños de moderar un poco y bajarle las revoluciones intransigentes. Deberá procurar recuperar algo de buena relación con el gobierno estadounidense (no necesariamente con Obama) y debe también enviar señales respecto al conflicto con los palestinos. Por supuesto que no todo en la agenda política de Israel gira en torno al conflicto con sus vecinos. Hay problemas sociales, económicos, educativos, y demás que afecta a nivel interno profundamente y a pesar de que tendrá eventualmente un parlamento para trabajar un tanto más holgadamente (67 eventuales escaños de coalición, 6 más que el mínimo), habrá una oposición que le hará recordar a diario que no todo gira en torno de la agenda internacional, ni se puede andar fugando de los problemas internos a punta de situaciones externas. Sin embargo la agenda de seguridad era esencial fortalecerla y por este motivo recibió el apoyo de gran porcentaje de la población israelí, principalmente con la amenaza que significa el desarrollo nuclear iraní, la amenaza de ISIS y la volatilidad de las fronteras Norte (Líbano con Hezbollah) y Sur (con Hamas y la Yihad Islámica en la Franja de Gaza) que no permite la calma de las poblaciones civiles cercanas a las zonas conflictivas. No está de más recordar que las últimas propuestas de paz han provenido del centro (Ehud Olmert) y del centro – izquierda (Ehud Barak), pero los acuerdos de paz se han repartido entre posiciones de derecha e izquierda. Egipto en 1979 por medio de Menájem Beguín (Herut, antecesor del Likud)

y en 1994

con Isaac Rabín (laborista). La resolución de conflictos internacionales son de interés general israelíes sin importar la posición en el espectro político, lo que quizás se modifique sea la forma, que muchas veces podría ser tachada de arcaica o poco efectiva a favor de la paz. Finalmente hay que poner profunda atención en la tercera fuerza política que surgió de las últimas elecciones israelíes; la Lista Árabe Unida. Ha logrado tener una de las más cohesionadas e interesantes propuestas políticas que fortalecen la oposición con el Campo Sionista a la cabeza y quizás me

atrevería a asegurar que este crecimiento de la participación árabe en las elecciones israelíes puede marcar un antes y un después de estas elecciones, porque es un grupo que en poco tiempo puede crecer y aspirar a posiciones de mayor fuerza y esto la atomización de los sub grupos de derecha no lo podrán detener fácilmente.

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