El problema de la agencia en la difusión transnacional de la protesta

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Descripción

Pensar la agencia en la crisis

Edición a cargo de Benjamín Tejerina Gabriel Gatti

Consejo Editorial de la colección Academia Director Félix Requena Santos. Presidente del CIS Consejeros

Luis Enrique Alonso Benito, Universidad Autónoma de Madrid Josetxo Beriain Razquin, Universidad Pública de Navarra Joan Botella Corral, Universidad Autónoma de Barcelona Lorenzo Cachón Rodríguez, Universidad Complutense de Madrid M.ª Ángeles Durán Heras, Consejo Superior de Investigaciones Científicas Manuel García Ferrando, Universidad de Valencia Margarita Gómez Reino, Universidad Nacional de Educación a Distancia Juan Jesús González Rodríguez, Universidad Nacional de Educación a Distancia Gonzalo Herranz de Rafael, Universidad de Almería Julio Iglesias de Ussel, Universidad Complutense de Madrid Emilio Lamo de Espinosa, Universidad Complutense de Madrid Ramón Máiz Suárez, Universidad de Santiago de Compostela José Enrique Rodríguez Ibáñez, Universidad Complutense de Madrid Olga Salido Cortés, Universidad Complutense de Madrid

Secretaria

M.ª Paz Cristina Rodríguez Vela, Directora del Departamento de Publicaciones y Fomento de la Investigación. CIS

Pensar la agencia en la crisis / edición a cargo de Benjamín Tejerina, Gabriel Gatti. Madrid: Centro de Investigaciones Sociológicas, 2016 (Academia ; 38) 1. Acción, Teoría de 2. Crisis económica 3. Acción colectiva 316.282 Las normas editoriales y las instrucciones para los autores pueden consultarse en: www.cis.es/publicaciones/AC/

Todos los derechos reservados. Prohibida la reproducción total o parcial de esta obra por cualquier procedimiento (ya sea gráfico, electrónico, óptico, químico, mecánico, fotocopia, etc.) y el almacenamiento o transmisión de sus contenidos en soportes magnéticos, sonoros, visuales o de cualquier otro tipo sin permiso expreso del editor. Colección ACADEMIA, 38 Catálogo de Publicaciones de la Administración General del Estado http://publicacionesoficiales.boe.es Primera edición, octubre, 2016 ©C  ENTRO DE INVESTIGACIONES SOCIOLÓGICAS Montalbán, 8. 28014 Madrid www.cis.es © Los autores DERECHOS RESERVADOS CONFORME A LA LEY Impreso y hecho en España Printed and made in Spain NIPO: 004-16-023-8 ISBN: 978-84-7476-719-3 Depósito legal: M-31447-2016 Fotocomposición: J.A. Diseño Editorial, S.L. Impresión: Nilo Industria Gráfica, S.A.

Esta publicación cumple los criterios medioambientales de contratación pública.

Índice

Presentación. Benjamín Tejerina y Gabriel Gatti . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7 I. EL IMPACTO ESTRUCTURAL DE LA CRISIS SOBRE LA AGENCIA 1. La agencia y las funciones sociales de la realidad. Danilo Martuccelli . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 17 2. Semántica social de la crisis: repertorio de sentido a la mano. Ramón Ramos Torre y Javier Callejo Gallego . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 35 3. Transformaciones en la diferenciación estructural y comportamiento social. Alfonso Pérez-Agote . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

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II. REGRESOS SOBRE EL SENTIDO DE LA AGENCIA 4. Pensar la agencia en crisis: de la acción y la agencia a la actancia. Fernando García Selgas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 83 5. Repensar la acción social tras la crisis de la idea de sociedad: las promesas de las nuevas sociologías del individuo. Jose Santiago . . . . . . 103 6. El «absurdo» del racismo. En torno a la obra de Hannah Arendt, el discurso sobre la agencia occidental y las concepciones eurocéntricas de raza y racismo. Silvia Rodríguez Maeso . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 123 III. FORMAS Y PERSONAJES DE LA NUEVA AGENCIA 7. La Hipótesis V. Las víctimas y su victoria sobre el poderoso (y muy agencial) ciudadano. Gabriel Gatti . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 145 8. «Cadenas globales de cuidados», «familias transnacionales» y «global householding». La dimensión espacio-temporal de nuevas formas de agencia en la crisis transnacional. Margarita Barañano . . . . 165 9. Homo tragicus y homo creator: un consorcio analizador. Ignacio Sánchez de la Yncera y Marta Rodríguez Fouz . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 185

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IV. AGENCIAS DE MOVILIZACIÓN, CRISIS Y RESISTENCIA 10. Crisis y modernidad. Peter Wagner

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problema de la agencia en la difusión transnacional de la protesta. Eduardo Romanos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 221

12. La

agencia de la crisis: resistencias, respuestas sociales y movilización colectiva en el 15M. Benjamín Tejerina . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 243

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11. El problema de la agencia en la difusión transnacional de la protesta1 Eduardo Romanos

Universidad Complutense de Madrid

En los últimos años, una ola transnacional de movilización se ha extendido por medio mundo. La protesta ha surgido en regiones separadas por grandes distancias sobre cuestiones de alguna forma interrelacionadas: desde las políticas de austeridad, con una fuerte crítica al poder de las multinacionales y la creciente desigualdad, hasta la defensa de la democracia, con movilizaciones contra regímenes autoritarios y reivindicaciones a favor de una «democracia real ya». Ancladas en contextos muy diferentes, las movilizaciones dentro de esta nueva ola presentan sin embargo algunos rasgos en común, desde emociones (con la indignación en el centro) y formas de acción (de ocupación del espacio público) hasta marcos rectores (que vinculan la crisis financiera a una crisis de la democracia) e identidades colectivas, pasando por infraestructuras (de redes y reuniones) y experiencias generacionales (de precariedad y acceso a las nuevas tecnologías de la información) (Castells, 2012; Tejerina et al., 2013; Gerbaudo, 2013; Glasius y Pleyers, 2013; Flesher Fominaya, 2014; Della Porta y Mattoni, 2014). Observadores y participantes convergen en apuntar la influencia que unas movilizaciones han tenido sobre otras dentro de esta nueva ola de protesta (Flesher Fominaya, 2014; Della Porta y Mattoni 2014; Glasius y Pleyers, 2013; Gerbaudo, 2013; Castells, 2012; Castañeda, 2012; Kerton, 2012; Schiffrin y Kircher-Allen, 2012; Kroll, 2011). Sin embargo, una vez reconocida la influencia se echan en falta investigaciones que indaguen en las dinámicas de difusión entre las movilizaciones locales. ¿Qué intercambios específicos se han producido entre activistas de distintos países? ¿Qué innovaciones se han transmitido, por quién y de qué forma? ¿Cómo se han recibido esas innovaciones, dónde y en qué momento? Este capítulo pretende contribuir a resolver estas cuestiones a partir del estudio de un caso particular de difusión transnacional entre dos movimientos de protesta surgidos en el desarrollo de la ola: el movimiento español de los indignados (también llamado 15M) y Occupy Wall Street (OWS) en Estados Unidos2. Estos movimientos han atraído 1   Este capítulo es una versión revisada y ampliada del artículo «Immigrants as Brokers: Dialogical Diffusion from Spanish Indignados to Occupy Wall Street» (Romanos, 2016b). La investigación ha sido posible gracias a la financiación del Ministerio de Economía y Competitividad, proyecto CSO2013-41035-P. 2   Sobre otros procesos de difusión dentro de la misma ola, véase Romanos (2016a).

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la atención de propios y extraños por su visibilidad, capacidad de influencia y continuidad en el tiempo. Tras una manifestación convocada el 15 de mayo de 2011 en diversas ciudades españolas, los luego conocidos como «indignados» organizaron una serie de acampadas que rápidamente se diseminaron por todo el país. La primera y más influyente fue la de Madrid, situada en la Puerta del Sol, que se mantuvo hasta el 12 de junio. Al otro lado del océano, una dinámica similar se reprodujo en Estados Unidos. Allí, la primera acampada se levantó el 17 de septiembre en Nueva York, concretamente en Zuccotti Park, muy cerca de Wall Street, y duró casi dos meses, desmantelada en este caso no por decisión de los activistas —como en el caso de Madrid—, sino por la contundente acción de la policía. Más allá de subrayar el hecho de la difusión, este capítulo analiza cómo tuvo lugar ese proceso. En concreto, me centro en discutir el papel de la agencia en la difusión del 15M en OWS. En este capítulo sostengo que los inmigrantes españoles en Nueva York desempeñaron un papel de mediadores o brokers entre el 15M y OWS, cuya actuación tuvo un impacto en la autointerpretación de OWS como una movilización expansiva, inclusiva y empática. En una era digital en la que las relaciones sociales están fuertemente mediatizadas por las nuevas tecnologías de la información y la comunicación (TIC), también dentro del mundo de la protesta (Bennett, Segerberg y Walker, 2014; Earl, Hunt y Garrett, 2014; Bennett y Segerberg, 2013; Castells, 2012; GonzalezBailon et al., 2011; Earl y Kimport, 2011; Carty, 2010), este capítulo examina el papel desempeñado por otros canales en la difusión de los movimientos sociales, en este caso el contacto cara a cara con activistas de diferentes países. El papel de los inmigrantes en la circulación transnacional de ideas, formas de acción y de organización orientadas al cambio social ha sido analizado en detalle por los historiadores. Durante mucho tiempo, sociólogos y politólogos parecen haber mostrado menos interés en la cuestión. Afortunadamente, parece que este hueco se va cubriendo (Romanos, 2011a). Diversos estudios han señalado cómo los inmigrantes han ido superando los importantes obs­ táculos que tradicionalmente han encontrado para la articulación de su acción colectiva en los países de acogida (Della Porta y Diani, 2011: cap. 2; Klandermans et al., 2008; Della Porta y Caiani, 2009; Morales y Giugni, 2011). Sin embargo, más allá de los inmigrantes como «nuevos» sujetos de movilización, se advierte un vacío en el estudio de su participación en un proceso para el que, a priori, parecen especialmente capacitados: la difusión de los movimientos sociales. Entre los trabajos que analizan la cuestión destacan los centrados en la difusión de la violencia en relación con conflictos en sus países de origen (Anderson, 1998; Collier y Hoeffler, 2003; Tarrow, 2010a: cap. 2; Romanos, 2014). Sin embargo, como veremos a lo largo de este capítulo, los emigrantes también facilitan la transmisión de otros elementos. Los investigadores en movimientos sociales hace tiempo que abandonaron los análisis que definían la difusión como producto del contagio, la imitación o el cálculo racional para elaborar nuevos enfoques «que entienden a quienes adoptan o rechazan las innovaciones como participantes activos (tanto indi-

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viduales como colectivos) involucrados en interacciones sociales significativas» (Wood, 2012: 8). Participando de estos enfoques más interaccionistas, este capítulo sostiene que los inmigrantes españoles emplearon un mecanismo de brokerage, o correduría, en la difusión del 15M a OWS, creando nuevas líneas de comunicación e intercambio entre estos movimientos. La correduría es un mecanismo central en un amplio abanico de fenómenos sociales (Obstfeld et al., 2014), incluidos los movimientos sociales (Diani, 2013). Diversos trabajos han analizado el papel de los mediadores, o brokers, en el reclutamiento, la movilización y las dinámicas de poder de los movimientos sociales, los procesos de difusión y la creación de coaliciones entre ellos (véase Vasi, 2011; Bulow, 2011; Krinsky y Crossley, 2014). En los últimos años, el concepto de brokerage ha alcanzado una renovada popularidad «dentro de una discusión más amplia sobre mecanismos y procesos en las explicaciones sobre la contienda política» (Bulow, 2011: 166); una discusión alentada por el programa Dynamics of Contention. Los promotores de este programa entienden el brokerage como un mecanismo crucial «que relaciona grupos e individuos en enclaves estables, pero [que] también puede convertirse en un mecanismo relacional para la movilización en períodos de contienda política, cuando nuevos grupos resultan unidos por el aumento de la interacción y de la incertidumbre y, de ese modo, descubren sus intereses comunes» (McAdam, Tarrow y Tilly, 2005: 28). Los brokers rebajan los costes de la comunicación y la coordinación entre grupos, redes y movimientos sociales que hasta ese momento se mantenían desconectados (Tilly y Tarrow, 2006). Siguiendo a Marsden (1982), algunos autores han matizado la condición de falta de vínculo (Diani, 2013; Bulow, 2011; Mische, 2008). Las partes conectadas pueden mantener algún tipo de vínculo previo entre ellas, y de hecho a menudo lo mantienen. Lo que hacen los brokers es influir, manejar o facilitar la interacción entre esas otras partes (Obstfeld et al., 2014). Los datos analizados en este capítulo incluyen documentos, páginas web, literatura secundaria y veinte entrevistas semiestructuradas realizadas cara a cara con informantes clave de Occupy Wall Street. Las entrevistas en profundidad han demostrado ser una técnica eficaz para recopilar información en investigaciones que buscan analizar en detalle aspectos específicos de un movimiento. También sirven para «colocar a la agencia humana en el centro del análisis de los movimientos» (Blee, 2013: 96). Las entrevistas en profundidad «prestan atención al proceso y al interés atribuido en las interpretaciones ofrecidas por el entrevistado sobre el proceso» (Della Porta, 2014). En este sentido, las entrevistas parecen ser un método especialmente indicado para profundizar en un fenómeno —la difusión de los movimientos sociales— cuyo estudio ha pasado por alto el papel desempeñado por la agencia (Givan, Roberts y Soule, 2010: 3; Chabot, 2010). Las entrevistas utilizadas en este capítulo fueron realizadas en Nueva York en septiembre y octubre de 2012. Trece de los entrevistados eran hombres y siete mujeres. Las entrevistas recabaron información organizativa y la interpretación del entrevistado sobre determinados procesos en relación con el movimiento, incluida la difusión. En las entrevistas realizadas a los inmigrantes

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españoles que participaron en OWS (trece de los veinte entrevistados), les pregunté, entre otras cuestiones, qué aspectos de las protestas de los indignados les habían llamado la atención, cómo habían sabido acerca de esos aspectos y cómo los transmitieron al resto del movimiento, si es que lo hicieron. Las entrevistas realizadas a los activistas no españoles (siete de los veinte entrevistados) incluían preguntas tales como qué protestas previas al surgimiento de OWS les habían influido —si es que había alguna—, qué aspectos concretos de esas protestas les habían llamado la atención y cómo habían sabido acerca de ellos.

La (diferente) difusión transnacional de la protesta El estudio de la difusión goza de una larga tradición entre los científicos sociales en general y entre los investigadores que se dedican a la acción colectiva y la protesta en particular (Walsh-Russo, 2014; Givan, Roberts y Soule, 2010). El concepto de difusión se importó a las ciencias sociales desde la física, y en concreto desde las investigaciones sobre la difusión de determinados tipos de ondas de un sistema a otro (Della Porta y Diani, 2011). Cuando los investigadores en movimientos sociales hablan de difusión se refieren a que «algún elemento de un movimiento social (v. g., tácticas, marcos de referencia, ideologías, protestas, repertorios, campañas) se transmite entre un determinado conjunto de actores (v. g., organizaciones, redes, grupos, gente, comunidades, estados) de un sistema social a través de redes directas o indirectas de comunicación» (Soule, 2013). Definiciones más estrechas sugieren que el ítem a transmitir debe ser una innovación (Rogers, 1995; Soule, 2004; Givan, Roberts y Soule, 2010). Todo proceso de difusión se compone de cuatro elementos básicos: transmisor, receptor, elemento a difundir y canal a través del cual este se difunde (Soule, 2004). Cuando el emisor y el receptor se sitúan en países diferentes, hablamos de difusión transnacional de la protesta. El fenómeno no es nuevo. Existe desde la creación de los propios movimientos. Sus participantes han visto cómo la imprenta, los inmigrantes y otros actores transnacionales traían y llevaban ideas y formas de organización y de acción a través de las fronteras (Tarrow, 2012a: 86). Sin embargo, la difusión transnacional ha aumentado y se ha acelerado en la últimas décadas con la internacionalización y la globalización (Tarrow, 2010a). El número de actores transnacionales parece haber crecido de manera considerable en el último tiempo, en parte debido al abaratamiento de los medios de transporte y la conectividad alcanzada a través de Internet (Wood, 2012; Givan, Roberts y Soule, 2010). A partir de un estudio de caso centrado en la difusión de la Nueva Izquierda en Alemania, McAdam y Rucht (1993) construyeron un modelo de difusión transnacional de las ideas de los movimientos sociales que subrayaba la importancia de los lazos directos entre los transmisores y receptores potenciales de cara a la identificación inicial entre ambos, y de los canales no relacionales para la circulación de ideas entre ambos una vez producida la identificación. Tarrow (2010a: cap. 6; véase también Tarrow, 2012a: cap. 10) amplió

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y actualizó el modelo en su propio análisis de la contienda transnacional para establecer tres formas diferentes de difusión transnacional entre los movimientos sociales de acuerdo con los mecanismos sociales subyacentes a cada una de ellas (figura 3). La difusión directa (o relacional) depende de los vínculos interpersonales entre iniciadores y receptores de la innovación. El principal mecanismo aquí es la atribución de similaridad, v. g., la identificación de otro actor político como susceptible de caer en la misma categoría por la que te entiendes a ti mismo (Tilly y Tarrow, 2006: 215). La difusión indirecta (o no-relacional) descansa en lazos impersonales a través de los medios de comunicación o la transmisión de boca en boca. El mecanismo esencial aquí es la teorización: «una especie de “teoría popular” que define una cosa o una actividad en términos abstractos y la sitúa en un esquema causa-efecto o funcional» (Tarrow, 2010a: 116). Por último, la difusión mediada depende de la intervención de terceros que actúan como traductores o brokers entre actores, que de otra forma no tendrían contacto o no reconocerían un interés mutuo entre ellos. El mecanismo fundamental aquí es el brokerage o la correduría a través de la cual un actor hace de intermediario entre dos actores sin vinculación directa, creando así una nueva línea de comunicación e intercambio entre los mismos (Diani, 2013). Figura 11.1.  Vías alternativas de difusión transnacional. Acción localizada

Internacionalización y comunicación

Atribución de similitud

Teorización

Correduría

Emulación

Acción no localizada Difusión relacional

Difusión no relacional

Difusión mediada

Fuente: Tarrow, 2010a: 117.

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De las tres formas posibles, los analistas de movimientos sociales se han centrado tradicionalmente en la difusión transnacional relacional (Tarrow, 2010b). Investigaciones recientes parecen poner el acento en el papel desempeñado por Internet y el desarrollo de las redes sociales para la difusión no relacional de ideas, formas de acción y de organización entre movimientos sociales separados geográficamente (Krinsky y Crossley, 2014). Al mismo tiempo, encontramos importantes contribuciones recientes al estudio de la difusión mediada que han ayudado a una mejor comprensión del mecanismo de brokerage. El análisis de Bunce y Wolchik (2010, 2011) de la difusión del «modelo electoral» de las revoluciones democráticas en la Europa y la Eurasia poscomunistas a finales de la década de los 1990 y principios de la del 2000 muestra el papel desempeñado por la comunidad norteamericana para la promoción de la democracia en el proceso al mismo tiempo que subraya cómo el mecanismo de brokerage se combinó con otras formas relacionales y no relacionales de difusión (véase también Sageman, 2004). Por su parte, Chabot (2010) ha criticado el modelo de Tarrow por subestimar el papel de la agencia política y creativa en la difusión de los movimientos sociales. El modelo de Tarrow resultaría muy útil para identificar los diferentes mecanismos que pueden actuar en cada caso, pero «no nos ayuda a explorar en profundidad cómo la gente, enfrentada a situaciones sociales específicas, interactúa con otros y aprende de ellos» (Chabot, 2010: 102; la cursiva es mía). Chabot entiende la difusión transnacional no tanto como la transmisión de información de emisores a receptores sino más bien como un diálogo entre dos o más participantes activos: Para que los repertorios y tácticas complejos viajen a través de largas distancias sin perder su sustancia se necesita un diálogo serio —no simplemente comunicación impersonal— entre las personas involucradas. Los activistas interesados en adoptar métodos de protesta foráneos precisan una oportunidad para interactuar con los innovadores. Así, pueden hacerles preguntas relevantes, forjar relaciones de confianza y decidir por ellos mismos si estos nuevos métodos son aplicables en sus contextos particulares. Lo que es más, una vez que los activistas deciden adoptarlos, necesitan seguir hablando entre ellos sobre cómo traducir estrategias extrañas en un lenguaje familiar y sobre cómo usar esas estrategias para involucrar [a la gente] en una acción colectiva transformadora (Chabot, 2010: 104).

Chabot propone un marco dialógico de la difusión transnacional entre los movimientos sociales en cuatro formas interrelacionadas de comunicación (figura 4), que se refuerzan mutuamente: la conciencia por parte de los receptores potenciales con respecto a una táctica o repertorio aplicado por otros actores en otro país; la traducción (o dislocación) de ese conocimiento en términos familiares para los receptores; la experimentación (o relocación) de la táctica o repertorio foráneo en el nuevo contexto social; y la aplicación final por parte del movimiento, que supone la expansión e intensificación de la acción colectiva preliminar.

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Figura 11.2. Marco dialógico de difusión transnacional entre movimientos sociales

CONCIENCIA (sobre-parecido/ hiper-diferencia)

APLICACIÓN (integración del nuevo repertorio)

TRADUCCIÓN (dislocación)

EXPERIMENTACIÓN (relocación)

Fuente: Chabot, 2010: 106.

Explicada en estos términos, la difusión transnacional es muy rara y difícil, pero no imposible, y requiere que los activistas participen en «un diálogo auténtico con practicantes experimentados para adquirir una nueva percepción sobre la aplicación en el contexto social original y empezar a imaginar si —y, en caso afirmativo, cómo— esa táctica o repertorio foráneo puede funcionar en sus propios contextos sociales» (Chabot, 2010: 106). Chabot utiliza este marco para explicar la difusión transnacional del repertorio gandhiano de enfrentamiento no-violento desde el movimiento indio por la independencia al movimiento norteamericano por los derechos civiles. Dicha difusión se apoyó en la intermediación de activistas norteamericanos por los derechos civiles que viajaron a la India para conocer a Gandhi a mediados de la década de 1930 (véase también Chabot y Duyvendak, 2002). En mi investigación utilizo el marco planteado por Chabot para analizar cómo se produjo la difusión del 15M en OWS y los problemas a los que se enfrentaron los inmigrantes españoles en el proceso. Antes de entrar en el análisis en profundidad de ese proceso, el próximo apartado presenta la forma de organización de los inmigrantes españoles en OWS.

Una nueva red activista en Nueva York Meses antes del surgimiento de OWS, los inmigrantes españoles crearon una red activista en Nueva York. El 21 de mayo de 2011, varias docenas de

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españoles se manifestaron en Washington Square vinculando su protesta con la que ese día estaba teniendo lugar en la Puerta del Sol y otras plazas españolas. La manifestación se lanzó desde un grupo de Facebook Democracia Real Ya - New York, creado tras el éxito de convocatoria de la protesta del 15 de mayo en España. Aproximadamente sesenta de sus miembros se conocieron en persona en una reunión organizada el 19 de mayo en un aula de la Universidad de Columbia, donde algunos de ellos trabajaban. Allí se perfilaron dos grupos con perspectivas, percepciones y objetivos diferentes. Algunos de ellos eran inmigrantes temporales (Waldinger, 2008) que planeaban una pronta vuelta a España tras una breve estancia en Nueva York. Este grupo entendía el movimiento de protesta en España en relación con problemas internos que afectaban a la situación política y social de ese país y planteaban su movilización en solidaridad con las protestas organizadas allí. Otros inmigrantes tenían planes a más largo plazo en Nueva York, o incluso se planteaban el instalarse en la ciudad. Este grupo veía las protestas en España como parte de una ola más amplia en relación con problemas globales y, en ese sentido, se movilizaban con el objetivo de extender las protestas a su país de destino. Este capítulo se centra en este segundo grupo y su papel en la difusión del 15M en OWS. En un primer momento, los inmigrantes españoles concentraron sus esfuerzos en conectar con los activistas locales. Organizaron una charla en Bluestockings, una librería y centro activista en el Lower East Side, para explicar lo que estaba pasando en España. Los inmigrantes españoles sabían acerca de las protestas a través de los medios de comunicación convencionales, las redes sociales y la comunicación interpersonal con familiares y amigos. Algunos incluso viajaron a España para participar brevemente en las protestas. A través de estas experiencias adquirieron un conocimiento que luego trasladaron a su contexto local al mismo tiempo que mantenían los lazos establecidos con las personas que conocieron en las acciones de protesta (Wood, 2012; Tilly y Tarrow, 2006). A la charla en Bluestockings le siguió una visita a Bloombergville, un campamento instalado por la plataforma New Yorkers Against Budget Cuts (NYABC) entre el 14 de junio y el 5 de julio enfrente del Ayuntamiento de Nueva York en protesta contra los recortes anunciados por el alcalde. La relación con los activistas de NYABC se afianzó poco después en un encuentro posterior en 16 Beever Street, un centro artivista donde españoles, griegos y otros emigrantes se dieron cita para hablar de las movilizaciones en sus países de origen y cómo extender la ola de protesta al otro lado del Atlántico. Una vez conseguida la conexión, los españoles participaron con los activistas locales e inmigrantes procedentes de otros países en la organización de New York City General Assembly (NYCGA), una iniciativa que precedió y preparó el surgimiento de OWS (Kroll, 2011; Graeber, 2011). La asamblea reunía normalmente a entre cincuenta y sesenta personas, de las cuales la mitad eran extranjeros. Los españoles representaban entre el 10 por ciento y el 20 por ciento de los allí congregados. La mayoría de ellos tenían formación académica de posgrado y no habían participado en movimientos sociales en el

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pasado (Lawrence, 2013a). La favorable percepción de los españoles como representantes de un movimiento exitoso facilitó la recepción de innovaciones (Koopmans, 2004). La movilización en España era, para los activistas de OWS, «un modelo de lo que podíamos hacer»3. Los inmigrantes españoles, y en general todo lo que viniera de España, gozaba de una excelente reputación entre los activistas locales: «No tengo claro cuál era el movimiento internacional más “cool”. Pero España estaba siempre en la cima o muy cerca de ella en términos de la legitimidad otorgada por la gente»4. La participación de los españoles en acciones con quienes hasta entonces estaban siendo el objetivo de su brokerage significó que los españoles pasaran de ser «representantes» del 15M en el contexto activista local a «coordinadores» de una acción colectiva emergente en la forma de una movilización transnacional en la que iniciadores, mediadores y receptores de la innovación confluían (Gould y Fernandez, 1989).

Un nuevo sentido de inclusividad organizativa La difusión de los inmigrantes españoles en NYC se centró en transmitir el sentido de inclusividad organizativa del movimiento de los indignados en las acciones y redes que ellos estaban ayudando a crear en Estados Unidos. La inclusividad es un valor central en el 15M, pero en modo alguno es algo nuevo en el campo de los movimientos sociales. Formas de inclusividad organizativa fueron ya empleadas de manera importante en los movimientos post-1968, por ejemplo, el de mujeres. Della Porta (2005) señala cómo los activistas del movimiento antiglobalización adoptaron este principio de una forma todavía más intensa a finales de los años noventa y principios de la década del 2000, siendo una de las características básicas del modelo de democracia deliberativa practicado en sus redes. Dicho modelo promovía la inclusión de la extraordinaria diversidad de los actores que componían este «movimiento de movimientos» en las decisiones adoptadas en su seno. Para ello se establecieron mecanismos como la asamblea general, en la que cada uno podía expresar sus opiniones. La inclusividad practicada en el 15M resonaba con los conceptos y las prácticas de democracia deliberativa del movimiento por una justicia global (Della Porta y Mattoni 2014; Romanos, 2011b). Sin embargo, dos aspectos resultan hasta cierto novedosos en la movilización de los indignados; aspectos que los inmigrantes españoles ayudaron a difundir en Estados Unidos. En primer lugar, la inclusividad promovida por los indignados no tiene tanto que ver con los ya-participantes en el movimiento —y el establecimiento de mecanismos que aseguren su inclusión en el proceso de toma de decisiones— sino con los potenciales participantes. Aquí la plaza juega un papel importante. Una de las novedades del 15M residiría en colocar en el centro del espacio público la experimentación con un nuevo modelo de democracia. Este movi  Entrevista a Justin Wedes, 6 de octubre de 2012, Nueva York.   Entrevista a Max Berger, 9 de octubre de 2012, Nueva York.

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miento impulsó el traslado de prácticas de democracia deliberativa desde recintos más o menos limitados (v. g., campamentos, foros sociales o centros sociales) a las plazas, invitando a que los transeúntes se unieran a este ejercicio, en lo que parece ser una diferencia importante con respecto a movimientos y movilizaciones anteriores. Como señala Jeff Lawrence (2013a), el cambio de espacio supone un cambio de orientación del movimiento; el foco de atención se pone en la gente normal y corriente de fuera de la asamblea y no tanto en las actividades de los ya involucrados en esos encuentros. El mismo Lawrence (2013b) fue testigo de cómo los emigrantes españoles promovieron esta forma de inclusividad en NYCGA: Mientras algunos (no todos) de los activistas americanos expresaban sus sentimientos anticapitalistas en el idioma de la teoría académica, el contingente español se preocupaba por reformular y traducir las ideas que surgían de la asamblea para que fueran accesibles más allá de la comunidad activista y académica… La convicción de que las formulación del movimiento debía ser lo suficientemente amplia para que todo el mundo cupiera era uno de los principios organizativos del contingente español de Occupy.

El segundo aspecto tiene que ver con un significado menos racional y más afectivo de la inclusividad, no tan orientado hacia el proceso de toma de decisiones sino hacia la transformación del espacio público como un espacio abierto también a la empatía. En agosto de 2011, los indignados reflexionaban sobre las características básicas del movimiento en España, siendo una de ellas la «INCLUSIVIDAD. La fuerza de este movimiento es ser muchos y distintos. […] Los espacios que nos dan fuerza, que nos alegran y potencian, son los que permiten a cada cual sentirlos como propios»5. Según algunos emigrantes españoles en Nueva York, este concepto de inclusividad, que podemos llamar inclusividad basada en la empatía, o inclusividad empática, no se fomentaba en NYCGA. La asamblea se orientaba más hacia cuestiones estratégicas, lo que en su opinión podía representar un problema en la apertura del movimiento hacia personas sin una participación previa en movimientos sociales: Lo que no veíamos [en NYCGA] era lo que había en España de afectivo, de hablar con una persona a la que le pasan cosas, que está mal… Entonces yo me puse la tarea de decirlo en cada asamblea. Si hacía una intervención era para decir: “Aquí no estamos solo para hablar de cosas, o para hacer planes, somos personas a las que nos pasan cosas y aquí están en juego sentimientos.” Me parecía que era muy importante. Además, se montaban las típicas trifulcas de siempre por egos. Y a mí me parecía, a nosotros nos parecía, que si no había esa cosa acogedora que tenía el 15M, esa cosa empática, [el movimiento] no nos interesaba6.

Sin embargo, los emigrantes españoles no se limitaron a promover la difusión del concepto de inclusividad del 15M en OWS a partir de intervenciones puntuales en las asambleas. También lo hicieron a través de su participación

 http://madrid.tomalaplaza.net/2011/08/12/   Entrevista a Luis Moreno-Caballud, 6 de octubre de 2012, Nueva York.

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en la elaboración de los mensajes de movilización del movimiento, y de una manera particular en la creación del marco de referencia del 99 %.

El origen dialógico de los marcos de movilización Algunos analistas han definido al eslogan «We Are the 99 %» como «crowdsourced» (Bennett y Segerberg, 2013: 149). El acceso a la lista de correo September17 de los organizadores de NYCGA permite rebatir este argumento. El marco de movilización del 99 % no surgió de la multitud («crowd») interconectada, sino de un grupo muy concreto de activistas, entre ellos varios españoles. La primera vez que se utilizó la expresión del 99 % en OWS fue el 4 de agosto en un hilo de mensajes titulado «Una única demanda», en referencia a la pregunta «What is our one demand?» planteada por Adbusters en un famoso póster difundido en Internet el mes anterior (Graeber, 2011). Quienes escribían en el hilo pretendían elaborar un mensaje que atrajera a participantes a la que luego se conocería como NYCGA. Jeff Lawrence (2013a) explica en detalle su contenido. Tras un primer intercambio de ideas, los participantes llegaron al consenso de que el movimiento «necesitaba definirse no tanto por lo que quería sino por quien quería que participase en él» (Lawrence, 2013a: 8). Los españoles subrayaron la necesidad de que el mensaje uniera «los aspectos económicos y políticos de nuestros problemas de una manera muy simple, fácil de entender», tal y como había hecho Democracia Real Ya en España con su eslogan «No somos mercancías en manos de políticos y banqueros»7. Otros participantes sugirieron la utilización del inicio de la constitución americana «We, the people» y el concepto del «99 %» inspirado en un reciente artículo del economista Joseph Stiglitz (2011) sobre el incremento de la desigualdad en Estados Unidos titulado «Of the 1 %, by the 1 %, for the 1 %». La inclusión de este tipo de referencias facilitó la traducción o dislocación del conocimiento transmitido por los brokers en términos familiares a los activistas locales (Chabot, 2010). Los propios españoles, en su papel de «coordinadores» (Gould y Fernandez, 1989) o brokers involucrados en la acción colectiva local, iniciaron la posterior fase de experimentación o relocación de la innovación en el nuevo contexto social (Chabot, 2010). Al día siguiente de la conversación online imprimieron un flyer con el mensaje «We, the 99 % call for an open assembly Aug 9th 7:30 pm at the Potato Famine Memorial NYC». A partir de entonces, «el concepto del 99 % empezó a circular por las calles de Nueva York. Más tarde, el activista y bloguero Chris lo transformó en su forma final «We are the 99 %», que dio nombre a una página de Tumblr (Lawrence, 2013b; Weinstein, 2011), iniciando con ello la fase de expansión e intensificación de la inclusividad avanzada por los españoles (Chabot, 2010). El 99 % se convirtió en un «meme» que traspasó el entorno de NYCGA para llegar a la opinión pública iniciando un debate a nivel nacional sobre el incremento de la   Agradezco a Jeff Lawrence por facilitarme el acceso al hilo.

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desigualdad que terminó por involucrar a las élites políticas (Bennett y Segerberg, 2013; Weinstein, 2011). Con el paso del tiempo, «We are the 99 %» devino un símbolo discursivo global adoptado por otros movimientos en otros países, incluidos los indignados españoles (Flesher Fominaya, 2014). En otras ocasiones, el diálogo mantenido en la difusión de la inclusividad fue más complicado a causa de un problema frecuente en este tipo de procesos, el derivado del uso de diferentes lenguajes por actores diferentes (Doerr, 2008; Chabot, 2010; Wood, 2012; Tarrow, 2013). El 19 de agosto de 2011, el grupo de expansión (outreach) de NYCGA, al que los españoles se habían unido «con la idea de que [este] tenía que ser un movimiento para gente que no fuera activista sino para todo el mundo8», elaboró una propuesta de mensaje dirigido a atraer participantes a la manifestación del 17 de septiembre. La propuesta identificaba un problema social no tanto en «la dominación de nuestra economía y nuestro gobierno por las multinacionales», sino en los efectos de esa dominación sobre «nuestras vidas y comunidades». Durante su lectura en la asamblea, algunos activistas con experiencia de participación en movimientos sociales en la década de 1960 criticaron la utilización en la propuesta de palabras «oxidadas», como «empoderamiento». Finalmente, la asamblea decidió que la propuesta fuera reformulada. Un testigo del proceso explica cómo en general el discurso emocional de los españoles era bastante rompedor, pero venía de un español traducido que provocó precisamente las críticas. En su opinión, «lo que se hizo básicamente fue rechazar ese documento por su lenguaje, pero incorporar mucho el mensaje9». Los transmisores y receptores mantuvieron una comunicación que modificó la forma del mensaje antes de que este fuera finalmente adoptado (Chabot, 2010). Una vez el mensaje fue expresado en términos familiares, los activistas locales lo hicieron suyo.

La inclusividad en movimiento Tras el 17 de septiembre, los españoles continuaron potenciando la apertura de OWS a la manera del 15M. Cabe mencionar tres iniciativas al respecto. En primer lugar, los españoles organizaron una rápida campaña para recuperar el marco de movilización elaborado en el seno de NYCGA. Los participantes en movimientos sociales a menudo están en desacuerdo en la estrategia a seguir para que sus marcos consigan resonar en la audiencia, enredándose en disputas por el enmarcado (Benford, 1993; 2013). Dos días después de ocupar Zuccotti Park, los españoles mostraban su temor de que OWS fuera «solo otro movimiento activista» que pronto desaparecería sin dejar huella. En su opinión, «el imaginario y lenguaje “activista” identificado con el movimiento (por ejemplo, la palabra “occupy”, las imágenes estereotipadas de activistas empleadas por Adbusters, etc.)» habían hecho de OWS un movimiento demasiado homogéneo. Si OWS quería convertirse en un movimiento de masas   Entrevista a Luis Moreno-Caballud, 6 de octubre de 2012, Nueva York.   Entrevista a Jeff Lawrence, 16 de octubre 2012, Nueva York.

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como el de España sus referencias debían ser más inclusivas para resonar en una audiencia más amplia. Con este propósito, los españoles lanzaron entre los miembros de la lista de correo September17 una llamada para convertir el sábado 24 de septiembre en el #WeAreThe99 % Day. El mensaje llevaba por título «#OccupyWallStreet se mantiene vivo convirtiéndose en #WeAreThe99 %», y en él pedían a los miembros de la lista que marcharan ese día con carteles y flyers con el eslogan «We are the 99 %10». La reacción en la lista fue de entusiasmo y apoyo a la iniciativa. Para la campaña, los españoles consiguieron incluso la colaboración de quienes habían contribuido a crear el marco que ellos criticaban. Los miembros de Adbusters les ayudaron en la maquetación de un nuevo flyer que buscaba despejar el discurso y la imaginería del movimiento de referencias activistas para hacerlo más atractivo a «la gente que nunca había participado activamente en política o activismo11». En segundo lugar, los españoles instalaron una serie de mesas que dieran la bienvenida a la gente y les informaran de la actividad en el campamento de Zuccotti Park. La iniciativa partió de Begoña Santa-Cecilia, que en junio había ido con Luis Moreno-Caballud a Madrid y conocido el puesto de información de acampadasol: Si no hubiéramos visto ese puesto de información, no nos hubiéramos enterado de nada… No hubiéramos sabido para qué éramos útiles, qué podíamos hacer… Había mucha información y había gente allí para informarte de lo que estaba pasando en la ciudad con relación a [el 15M]. Eso era la idea que teníamos. La información es lo más importante. Welcome the people es lo más importante en esta plaza12.

Isham Christie, activista primero en NYCGA y luego en OWS, señala hasta qué punto el puesto de información organizado por los españoles en Zuccotti Park fue importante: Fue justo después de que nos hiciéramos realmente populares en los medios y de que acudiera tanta gente. La gente no sabía cómo conectarse. [Los españoles] fueron muy útiles ya que trajeron unas cuantas mesas [desde las que decir] «estos son los diferentes grupos de trabajo». Y eso fue una contribución inmensa. Seguramente no aparezca en los libros de historia, pero a partir de entonces la gente tenía un lugar al que ir y participar13.

Por último, los españoles organizaron los llamados open forums: «Una discusión en Liberty Square en donde un ponente voluntario ofrece una breve presentación importante para la protesta seguida de una discusión abierta14». Por allí pasaron Naomi Klein o Slavoj Žižek, entre otros. Siguiendo el ejemplo de lo que habían visto en el 15M, los emigrantes españoles quisieron ir   Agradezco a Begoña Santa-Cecilia el acceso al mensaje y a Luis Moreno-Caballud su permiso para reproducirlo aquí. 11   Mensaje de Luis Moreno-Caballud a Adbusters (21 de septiembre de 2011). Agradezco a Begoña Santa-Cecilia el acceso al mensaje y a Luis Moreno-Caballud su permiso para reproducirlo aquí. 12   Entrevista a Begoña Santa-Cecilia, 4 de octubre de 2012, Nueva York. 13   Entrevista a Isham Christie, 11 de octubre de 2012, Nueva York. 14  http://www.nycga.net/groups/education-and-empowerment/docs/minutes-–-empowermentand-education-working-group-meeting-–-12211-–-60-wall-st 10

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más allá de la ocupación proponiendo actividades que le dieran sentido: «Se hacía el énfasis en el hecho de ocupar, pero nadie parecía concebir que esa plaza había que utilizarla para algo15». A juzgar por los testimonios de activistas locales, sus esfuerzos no fueron en balde La idea de mantenerse activo en la ocupación, de exigir trabajo de la gente, pero no de manera abusiva sino de un sentimiento colectivo de trabajo, de comisiones, de que había mucho que hacer. Que esto no era solo para quedarse a dormir, sino que esto es una ocupación muy activa. Ese sentimiento vino de los españoles16.

Con el paso del tiempo, la organización de los open forum se convirtió en el grupo Empowerment and Education. Junto a otros inmigrantes, entre ellos varios iraníes, griegos y egipcios, los españoles buscaban conectar la actividad de la plaza con la de grupos comunitarios y activistas que estuvieran trabajando en otros puntos de Nueva York. Tras el desalojo de Zuccotti Park, el grupo pasó a llamarse Making Worlds, cuyos miembros siguen siendo predominantemente españoles.

Otros procesos de difusión Los emigrantes españoles en Nueva York también promovieron la difusión del 15M en OWS con la diseminación de determinados materiales creados explícitamente por los activistas en España. El más importante fue Cómo Cocinar una Revolución Noviolenta, escrito por los integrantes del World Extension Team (WET), una comisión creada en los primeros días de acampadasol con el objetivo de diseminar y coordinar el movimiento de protesta a nivel internacional. El manual explicaba en detalle la organización interna del movimiento (comisiones, grupos de trabajo, asambleas generales) y el proceso de toma de decisiones en la plaza: «Abierto, democrático y horizontal». También incluía información adicional sobre, por ejemplo, quiénes son los indignados y por qué protestaban, un mapa de acampadasol y una serie de vídeos con alto contenido emocional. Con estos vídeos, los miembros de WET buscaban una «conexión emocional» con activistas en otros países que facilitara la coordinación posterior entre las distintas movilizaciones. Los emigrantes españoles colaboraron con activistas locales en la traducción del documento al inglés y lo distribuyeron en Tompkins Square (lugar de reunión de NYCGA) y Zuccotti Park. El manual se publicó en diversas páginas web, entre ellas takethesquare.net, creada en origen por WET-Madrid para llevar los principios del movimiento al contexto global. Sin embargo, a juzgar por los testimonios recogidos, su recepción en Estados Unidos se apoyó en los contactos interpersonales creados por activistas transnacionales: los emigrantes españoles, pero también estadounidenses que habían participado en el movimiento en España y que luego lo hicieron en el surgimiento y de-

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  Entrevista a Vicente Rubio, 27 de septiembre de 2012, Nueva York.   Entrevista a Justin Wedes, 6 de octubre de 2012, Nueva York.

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sarrollo de OWS. Por ejemplo, Isham Christie menciona que su amigo Willie Osterweil, que había estado en el campamento de Plaza Catalunya en Barcelona, le habló en el campamento de NYABC de una guía que luego fue incluida en el manual: la «Guía Rápida de Dinamización de Asambleas preparada en acampadasol17.» Según Christie, estos documentos tuvieron una influencia limitada en el campamento de NYABC pero fueron relevantes en Zuccotti Park, sobre todo en relación con el funcionamiento de la asamblea general y la organización del espacio en la acampada18.

Conclusiones Este capítulo discute el papel de la agencia en la difusión transnacional de los movimientos sociales a partir de un estudio de caso centrado en la difusión del movimiento español de los indignados (también llamado 15M) en el movimiento Occupy Wall Street (OWS) en Estados Unidos. El capítulo analiza cómo los inmigrantes españoles residentes en Nueva York contribuyeron a difundir determinadas innovaciones asociadas con el 15M en el surgimiento de OWS. En este sentido, los inmigrantes españoles actuaron como mediadores o brokers entre ambos movimientos y sus iniciativas tuvieron un impacto en la autointerpretación de OWS como una movilización expansiva, inclusiva y empática. A nivel teórico, el capítulo critica diversos enfoques hoy muy extendidos en el análisis de la difusión transnacional de la protesta. Frente a las posiciones más «tecnologicistas», que destacan el papel de las nuevas tecnologías en los procesos de difusión, el capítulo rescata la dimensión intencional e interactiva de la difusión. Frente a los enfoques más estructuralistas, que entienden la difusión prácticamente como un proceso mecánico de transmisión de información, el capítulo discute los problemas asociados a la transmisión, adaptación y adopción de las innovaciones de un movimiento social a otro. Los indignados españoles consiguieron movilizar a mucha gente no solo en España, sino también a un buen número de inmigrantes españoles en el extranjero. Un grupo de emigrantes residentes en Nueva York con perspectivas de permanencia en la ciudad creó una red activista que conectó con los activistas locales y luego participó con ellos en una serie de movilizaciones que precedieron y prepararon el surgimiento de Occupy Wall Street, entre ellas New York City General Assembly. Los activistas locales vieron en los inmigrantes españoles a representantes de un poderoso movimiento de masas, lo que allanó el camino a la difusión de innovaciones que ayudaran a organizar un movimiento de esas características en Estados Unidos. Los emigrantes españoles centraron sus esfuerzos en facilitar la difusión del concepto de inclu-

17   El viaje de Willie a España y su influencia en su participación en OWS está recogido en Writers for the 99 % (2011: 7-8). La guía, en http://madrid.tomalaplaza.net/2011/05/31/guia-rapida-para-ladinamizacion-de-asambleas-populares/ 18   Entrevista del autor con Isham Christie, 11 de octubre de 2012, Nueva York. Véase también Hammond (2013).

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sividad organizativa que los indignados habían aplicado en España; un concepto muy amplio de inclusividad dirigido a conseguir la participación de la inmensa mayoría de la población y con un fuerte componente afectivo. Los emigrantes españoles en Nueva York ayudaron a difundir este sentido ampliado y empático de inclusividad en el surgimiento de OWS al mismo tiempo que, una vez producida la ocupación, ayudaron a difundir la forma de apuntalar y darle sentido a la ocupación, es decir, la forma de organizar la deliberación y la actividad en el campamento para que fuera un espacio operativo capaz de atraer a potenciales seguidores y de mantener activos a los participantes en la creación de redes y proyectos. ¿Cómo lo hicieron? Los emigrantes españoles difundieron las innovaciones asociadas al 15M a través del ejemplo, la participación en la elaboración de marcos de referencia y la transmisión de materiales preparados por los indignados en España. Los españoles entablaron un diálogo no siempre sencillo con los activistas locales, que facilitó la adopción de las innovaciones en el nuevo contexto social. El proceso de difusión amplificó la acción colectiva original a partir de la creación de un nuevo marco de movilización que trascendió el contexto doméstico de actuación para ser compartido por otros movimientos en otros países. Los activistas de OWS se vieron influenciados por un complejo imaginario de discursos y prácticas alimentado de diversas experiencias locales e internacionales, históricas y más recientes. Este capítulo no trata de reconstruir ese imaginario, sino que se centra en las innovaciones procedentes de un movimiento específico y difundidas a partir de un mecanismo particular. Los investigadores han mostrado cómo mecanismos directos, indirectos y mediados se combinan a menudo en los casos particulares de difusión transnacional (Pickerill y Krinsky, 2012; Bunce y Wolchik, 2010; 2011; Tarrow, 2010b; Sageman, 2004). Los activistas norteamericanos aprendieron acerca de la protesta en España leyendo, viendo y escuchando sobre ella a través de medios electrónicos. Sin embargo, este capítulo destaca el todavía importante papel desempeñado por las interacciones cara a cara en la difusión transnacional de los movimientos sociales en la era digital (Tarrow, 2012b; Krinsky y Crossley, 2014). En este caso, la interacción fue con inmigrantes de otros países. Hace tiempo que se viene manteniendo en la literatura especializada un encendido debate sobre el impacto de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación en el activismo y los movimientos sociales (Earl, Hun y Garrett, 2014; Romanos, 2011a). Entre quienes reconocen dicho impacto muchos sostienen que los efectos producidos por dichas tecnologías han sido simplemente de ampliación de procesos de movimientos sociales bien conocidos hasta entonces por los analistas. Frente a ellos, hay quienes vislumbran una transformación más profunda de las formas de funcionamiento de los movimientos sociales. En el caso de la difusión transnacional de la protesta no faltan partidarios de esta última posición (Bennett, Segerberg y Walker, 2014). Tampoco quienes subrayan un salto cuantitativo por encima de uno cualitativo, con las nuevas tecnologías contribuyendo a que los movimientos sociales se difundan más lejos, más rápido y a un menor coste (por ejemplo, Ayres, 1999; Garrido y Halavais, 2003). Este capítulo aporta nuevos materiales para

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el debate. El análisis del papel desempeñado por los inmigrantes españoles en OWS subraya la importancia que la agencia y las interacciones cara a cara mantienen en la difusión transnacional de los movimientos sociales en un momento de proliferación de la comunicación digital. La mediación de los inmigrantes españoles facilitó la difusión de determinados elementos del 15M que de otra forma difícilmente hubieran llegado a OWS; elementos relativamente complejos que tienen que ver con la organización de los movimientos sociales y el desarrollo de la acción colectiva y que parecen difíciles de adoptar sin la mediación de actores transnacionales que los expliquen en detalle y aboguen por su uso, certificando su idoneidad. El conocimiento que los inmigrantes españoles tenían del terreno y su involucración en acciones de protesta con los activistas locales facilitaron la traducción de las innovaciones en un lenguaje familiar para los activistas locales y su experimentación en el nuevo contexto social.

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